El Poder de Los Hábitos

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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO CAMPUS

CERRO AZUL

TRABAJO:
LECTURA DEL LIBRO EL PODER DE LOS HÁBITOS (CHARLES
DUHIGG)
MATERIA:
PLAN DE NEGOCIOS

SEMESTRE: 7° GRUPO: 1 TURNO: MATUTINO


DOCENTE:
CDOR. REINALDO MORA NÚÑEZ
NOMBRE:
FANNY AYLIN HERNÁNDEZ SANTIAGO
N° DE CONTROL: 19500221

PERIODO ESCOLAR:

AGOSTO 2022 – DICIEMBRE 2022

LUGAR Y FECHA:

CERRO AZUL, VER. AGOSTO DEL 2022


EL PODER DE LOS HÁBITOS (CHARLES DUHIGG)
RESEÑA
PROLOGO
En el prólogo nos habla sobre quitar el hábito, nos dice que, en una investigación
de científicos, Lisa Allen era la participante favorita, al lado de los 16 años. Ella
había comenzado a fumar y a beber, por lo que también había luchado contra la
obesidad durante la mayor parte de su vida. Cuando tenía unos 25 años, presentaba
un currículum antiguo, donde reflejaba el que su trabajo de mayor duración no
llegaba al año. Pero actualmente la mujer que se presentaba ante los investigadores
era delgada y radiante, parecía 10 años más joven que en las fotos de su ficha y
capaz de hacer más ejercicio que todos los presentes en la sala. Pues de acuerdo
a su historial, lisa no tenía grandes deudas, llevaba 3 años y 3 meses trabajando en
una firma de diseño gráfico. En el prólogo también nos habla sobre que Lisa y más
de una docena de antiguos fumadores, adictos a la comida, bebedores
problemáticos, compradores compulsivos y personas con otros hábitos destructivos,
en donde todos ellos tenían una cosa en común, habían rehecho sus vidas en
periodos relativamente cortos. Por lo que los investigadores querían comprender,
era como lo habían logrado. Para ello midieron sus signos vitales, instalaron
cámaras de vídeo dentro de sus hogares para observar sus rutinas diarias,
secuenciaron partes de su ADN y con tecnologías que le permitían ver lo que
sucedía en el interior de su cráneo en tiempo real. La meta de los investigadores
era averiguar cómo actúan los hábitos en el ámbito neurológico y qué es lo que
hacía falta para cambiarlo. Lisa contó su historia en donde dice que todo empezó
en El Cairo, pues un día su esposo regresó de trabajar y le dijo que iba a
abandonarla porque se había enamorado de otra mujer. A lisa le llevo un tiempo
similar el hecho de que se iba a divorciar, pasó por un periodo de duelo, luego, por
otro espiando obsesivamente a su marido, seguir a su nueva novia por toda la
ciudad y llamarla pasada la medianoche y colgar el teléfono.
Mientras lisa iba en un taxi por las maltrechas calles del Cairo y por las carreteras
de Tierra que conducían a la Esfinge a las pirámides de Gizeh y al vasto e
interminable desierto que las rodeaba. Por un momento dejó de autocompadecerse
pensó que necesitaba tener un objetivo en la vida, algo que conseguir. Así que
mientras iba en el taxi, llegó a la conclusión de que regresaría a Egipto a caminar
por el desierto. Sabía que era una idea loca, no estaba en forma, estaba obesa y no
tenía dinero, decidió que se concedería un año para prepararse y para sobrevivir a
semejante expedición estaba segura de que debería ser algunos sacrificios.
Concretamente tendría que dejar de fumar. Después de 11 meses logró su travesía
por el desierto, por lo que los científicos del laboratorio los detalles de la aventura
de Lisa por el desierto no tenían importancia porque por razones que estaba
empezando a comprender ese pequeño cambio en la percepción de Lisa ese día en
El Cairo, la convicción de que tenía que dejar de fumar para conseguir su meta,
habían desencadenado una serie de cambios que acabarían afectando a todos los
demás aspectos de su vida. Según los científicos, no fue ni el viaje a El Cairo, ni su
divorcio ni su viaje por el desierto, lo que había provocado el cambio, fue su
propósito de empezar a cambiar uno de sus hábitos que era el de fumar, todas las
personas que participaban en el estudio habían pasado por procesos similares al
concentrarse en un patrón que era conocido como hábito principal, Lisa también
había aprendido por sí sola a reprogramar las otras rutinas automáticas de su vida.

Parte 1: los hábitos de las personas


El bucle del hábito, cómo actúan los hábitos

En esta primera parte comienza con la historia de Eugene Pauly, un hombre de 71


años que perdió el lóbulo temporal Medial de su cerebro a causa de una encefalitis
viral. El resto del cerebro de Eugene permanecía perfectamente intacto, por lo tanto,
no tenía problemas para recordar nada de lo ocurrido antes de 1960. Pero sufrió
una pérdida total de memoria a corto plazo. Eugene era incapaz de retener
conocimiento de cualquier acontecimiento nuevo durante más de un minuto, para
asegurarse de que Eugene hiciera algo de ejercicio, su mujer había empezado a
llevarle a dar una vuelta a la manzana cada día, un día ella se puso nerviosa cuando
él desapareció, pues apareció 15 minutos más tarde, después de dar un paseo solo,
no era capaz de dibujar un simple mapa de las calles por donde vivía, ni de decir
dónde estaba su casa, pero Eugene había demostrado lo que los científicos
sospechaban. Los hábitos se forman y funcionan de forma totalmente independiente
a la parte del cerebro responsable de la memoria.
También aquí nos habla sobre que dentro de nuestro proceso hay un bucle de 3
pasos, primero está la señal, el detonante que informa nuestro cerebro y que puede
poner el piloto automático y el hábito que ha de usar. Luego está la rutina, que puede
ser física, mental, emocional. Por último, está la recompensa que ayuda a nuestro
cerebro a decidir si vale la pena recordar en el futuro este bucle en particular.
El cerebro ansioso, como crear nuevos hábitos
Un día, a principios de la década de 1900, a Claude C. Hopkins, un destacado
ejecutivo estadounidense, un viejo amigo le propuso una nueva idea comercial,
según explica el amigo, había descubierto un producto increíble y estaba
convencido de que iba a ser un éxito. Era una pasta de dientes que llamó pepsodent.
Claude C. Hopkins fue el responsable de convertir productos desconocidos como
Goodyear y Quaker Oats, en nombres familiares. Su táctica principal consistía en
aprovechar el bucle del hábito vinculando el producto a un factor específico, sin
importar lo absurdo de la conexión. Por ejemplo, la avena Quaker debe su éxito a
que Claude C. Hopkins convenció a Estados Unidos de que proporcionaba energía
las 24 horas del día si se comía a diario.
Para vender pepsodent Hopkins necesito algo que justificara el uso diario de la
pasta de dientes. Se sentó a leer un montón de libros de texto sobre odontología, a
mitad de uno de los libros encontró una referencia a las placas de Mucina adheridos
a los dientes, que después denominó la película. Eso le dio una idea muy atractiva,
decidió anunciar esta pasta de dientes como un artículo de belleza para combatir
esa película turbia. Las ciudades se llenaron de anuncios de pepsodent. El atractivo
de estos llamamientos era que se basaba en una señal, la película dental, que era
universal, imposible de ignorar, resulta que cuando se le pide a alguien que se pase
la lengua por encima de los dientes, es probable que se pase la lengua por encima
de los dientes, y al hacerlo, es probable que note una película. Hopkins había
encontrado una señal sencilla que había existido desde hacía, una eternidad y tan
fácil de activar que un anuncio podría ser que la gente obedeciera automáticamente.
Además, la recompensa tal como lo visualizo Hopkins, era incluso más atractiva.
Tras el lanzamiento de la campaña, hubo una semana de tranquilidad, luego 2, pero
a la tercera semana se produjo una explosión de la demanda. Había tantos pedidos
que la empresa no daba abasto. Uno de los productos más vendidos del mundo fue
la pasta de dientes, pues en Estados Unidos durante más de 30 años ganaron miles
de millones con las ventas.
Científicos y sus tipos de marketing de Procter y Gamble estaban reunidos alrededor
de una mesa destartalada en una pequeña habitación sin ventanas, leyendo la
transcripción de una entrevista con una mujer. Era el año 1996 y el Grupo de la
Mesa estaba descubriendo, a pesar de las abstenciones de Claude Hopkins, lo poco
científico que puede llegar a ser el proceso de vender un producto. Todos trabajaban
para una de las mayores firmas de productos de consumo del planeta, PyG,
recopilada más datos que casi ninguna otra empresa mercantil de la Tierra. Y
confiaba en complejos métodos estadísticos para elaborar sus campañas de
marketing. La empresa era muy buena para idear métodos de venta tan sólo en el
mercado de los detergentes para ropa sus productos eran los que se utilizaban en
una de cada 2 cargas de lavadora en Estados Unidos. Pero el equipo de Stimson al
que se le había recomendado la misión de diseñar la campaña publicitaria de uno
de los productos estrella de PyG, estaba al borde del fracaso. La compañía había
invertido millones de dólares en diseñar un aerosol que eliminaba los malos olores
de casi cualquier tejido y los investigadores de esa diminuta habitación sin ventanas.
No tenía ni idea de qué hacer para que la gente lo comprara. El aerosol había sido
creado hace 3 años, cuando uno de los químicos de PyG estaba trabajando con una
sustancia denominada Hidroxipropilbetaciclodextrina o HPBCD en un laboratorio, el
químico era fumador, un día después de haber estado trabajando con la HPBCD al
llegar al trabajo, su esposa le había preguntado que si había dejado de fumar, por
lo que él respondió que no y ella le dijo que no olía a tabaco, así que al día siguiente
volvió al laboratorio y empezó a experimentar con la HPBCD y varios olores. Al
ponerse HPBCD en agua y rociarla sobre las muestras, los olores eran atraídos
hacia las moléculas químicas, al secarse la tela, el olor había desaparecido, cuando
el químico explicó su descubrimiento, los ejecutivos de PyG quedaron fascinados.
Decidieron ponerle por nombre Febreze, era una oportunidad para lanzar un
producto de una categoría totalmente nueva. Añadir algo que no se había visto
antes en un carro de la compra de un consumidor. Lo único que necesitaba Stimson
era como convertirse en un hábito y el producto desapareciera volando de los
comercios. Por lo que PyG aprendió que un hábito sólo se forma cuando el cerebro
empieza a anticipar y desear la recompensa cuando se introduce la señal, Febreze
de PyG no podía vender un producto sin olor porque el cerebro no podía anticiparlo.
Las ventas de Febreze se dispararon cuando empezó a comercializar el producto
como ambientador. Febreze se convirtió en un producto utilizado como último paso
de la rutina de limpieza. Una vez que la gente probaba el producto ansiaba el olor a
limpio de esa última pulverización de Febreze.
La regla de oro para cambiar los hábitos, porque se produce la
transformación.
Tony Dungy, un entrenador de fútbol americano de Florida, creía que el secreto para
ganar era cambiar los hábitos de los jugadores. Su objetivo era conseguir que
dejaran de tomar varias decisiones en el transcurso del juego. Su deseo era que los
jugadores respondieran automáticamente por costumbre.
Según Tony Dungy, “los campeones no hacen cosas extraordinarias, ellos hacen
cosas ordinarias, pero demasiado rápido para que el adversario reaccione”.
Sin embargo, la idea del entrenador no era crear nuevos hábitos, sino cambiar los
viejos hábitos de los jugadores. La estrategia de Dungy era ofrecer la misma señal
y la misma recompensa, sólo quería cambiar la rutina.
Tony Dungy cambió el fútbol americano con un enfoque de entrenamiento
contraintuitivo, en lugar de tratar de superar a sus oponentes con libros de jugadas
más gruesos y esquemas complejos. Tony ejército a su equipo en sólo unas pocas
jugadas clave, hizo todo lo posible para que su equipo dejara de pensar y reaccionar
a basándose en la costumbre.
Tony sabía que los hábitos no suelen superarse, en cambio, un hábito sólo puede
cambiarse si se introduce con éxito una nueva rutina en el proceso. El nuevo hábito
debe tener la misma señal y la misma recompensa. Entrenó a su equipo para que
relacionaran automáticamente las señales que ya conocían con diferentes rutinas
en el campo. Estas rutinas alternativas implicaban menos complejidad, menos
opciones y más reacciones subconscientes. Tony Dungy convirtió a los Bucs en uno
de los equipos más ganadores de la liga, se convirtió en el único entrenador que
llegó a los playoffs 10 años seguidos y en una de las figuras más reconocidas del
fútbol profesional.

APRENDIZAJE Y APLICACION DEL MISMO DE FORMA


PERSONAL
El aprendizaje que obtuve es que los hábitos son opciones que las personas
deciden hacer intencionadamente y que continúen de forma subconsciente. Así
como también que la gente puede cambiar sus malos hábitos si es que aprendemos
cómo funcionan estos mismos.
Otro punto importante que aprendí en el libro es que el bucle de hábito tiene 3
etapas, una señal que lleva a la persona a una rutina con el objetivo de tener una
recompensa. El entender cómo encajan nuestros hábitos en estas 3 etapas del
bucle nos puede ayudar a cambiarlos, pues el cambio de los hábitos fundamentales
nos puede impulsar nuevos buenos comportamientos o cambiar los malos.
Yo lo aplicaría de forma personal en realizar un buen habito en lo que es a comenzar
con una vida más saludable, pues mi señal es que quiero adelgazar y comer más
sano, mi rutina es hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada, por lo que mi
recompensa será ir bajando de peso constantemente conforme vaya siguiendo este
hábito.

CONCLUSION
Para concluir con la lectura anterior es muy importante conocer la existencia de los
bucles del hábito, ya que cuando aparece un hábito, el cerebro ya no participa
activamente en la toma de decisiones, sino que trabaja en automático con el hábito
particular.

Pues los hábitos nunca llegan a desaparecer es por esto que nos cuesta tanto lograr
cambiar los malos hábitos por los buenos. Todo hábito comienza con una señal,
una rutina y una recompensa. Esto es lo que marcará la diferencia entre el buen o
mal hábito que se esté a punto de desarrollar y es que inconscientemente, según la
recompensa que se reciba, el cerebro seguirá proyectando estas acciones en el
futuro.

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