Informe Derechos Humanos en Honduras

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Universidad Tecnológica de

Honduras

Tema:
Los derechos Humanos en Honduras

Catedrático:
Abg xxxxxxxxxxxxxxxx

Presentado por:
Cristian Francisco Mendoza Castro

Lugar y Fecha:
Juticalpa, Olancho
29/11/2022

INTRODUCCIÓN
Lo que en nuestros días se conoce como derechos humanos está referido al
reconocimiento de que toda persona humana, por el hecho de serlo, es portadora
de atributos autónomos que deben ser reconocidos y protegidos por el Estado.
Ellos son inherentes al ser humano y no requieren de ningún título específico para
adquirirlos.

No resultan de una adjudicación o cesión del Estado, cuya función con respecto a
ellos es de reconocimiento, respeto y protección. Basta con ser persona humana
para ser titular de los derechos humanos y toda persona humana es titular de esos
derechos. Su exigibilidad no depende de su consagración legislativa; por el
contrario, históricamente aparecen como atributos que se han hecho valer contra
leyes opresivas que los desconocían o menoscababan.

Son derechos subjetivos que emanan de la dignidad humana y que la resguardan,


porque ellos combaten la dominación arbitraria y apoyada en desiguales
relaciones de poder social, mediante la cual unos seres humanos imponen a otros
ser instrumentos de sus propios fines. Hablamos de la ideología universal nacida
para encarar la opresión.

DERECHOS HUMANOS EN HONDURAS


Los derechos humanos son garantías jurídicas universales que protegen a los
individuos y a los grupos frente a las acciones que menoscaban las libertades
fundamentales y la dignidad humana. Son inherentes a todos los seres humanos,
sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o
étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. A los Estados les
corresponde respetar, promover y proteger efectivamente los derechos humanos.

Los derechos humanos y las libertades fundamentales se enumeran en la


Declaración Universal de Derechos Humanos y en diversos tratados (llamados
pactos y convenciones), declaraciones, directrices y conjuntos de principios.
Incluyen una amplia gama de garantías que tratan virtualmente cada aspecto de la
vida humana.

PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS

 Los derechos humanos son universales: todas las personas tienen igual
condición con respecto a esos derechos, en cualquier lugar y en cualquier
tiempo.

 Son intransferibles, irrenunciables e inalienables: nadie puede renunciar a


sus derechos o negociarlos. Tampoco el Estado puede disponer de los
derechos de los ciudadanos; en situaciones extremas algunos derechos
pueden ser limitados temporalmente, pero nunca negados.

 Son imprescriptibles y acumulativos: no prescriben, no caducan y no se


pueden perder. Por el contrario, con el tiempo se conquistan nuevos
derechos.
 Son incondicionales y obligatorios: no requieren ninguna condición para su
goce y tanto las personas como los Estados tienen la obligación de
respetarlos.

 Son inviolables: nadie puede atentar, lesionar o destruir los derechos


humanos. Las personas y los gobiernos deben regirse por el respeto a los
mismos; las leyes dictadas y las políticas que se implementen no pueden
ser contrarias a ellos.

 Son integrales, interdependientes, indivisibles y complementarios: no hay


una jerarquía entre diferentes tipos de derecho; los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales son todos igualmente
necesarios para una vida digna. No se pueden reprimir algunos derechos
para promover otros.

Dentro de los derechos más inherentes para toda la ciudadanía hondureña


se Encuentran:

DERECHO AL TRABAJO

Toda persona tiene derecho al trabajo. El derecho al trabajo es la base para la


realización de otros derechos humanos y para una vida en dignidad. Incluye la
oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o
aceptado. En la realización progresiva de este derecho, los Estados están
obligados a garantizar la disponibilidad de orientación técnica y profesional, y a
tomar las medidas apropiadas para crear un entorno propicio para existan
oportunidades de empleo productivo. Los Estados deben garantizar la no
discriminación en relación con todos los aspectos del trabajo. El trabajo forzoso
está prohibido por el derecho internacional.

En estrecha relación con el derecho al trabajo está el derecho a condiciones


equitativas y satisfactorias de trabajo, y los derechos relacionados con los
sindicatos. Los Estados están obligados a garantizar salarios justos, igual salario
por igual trabajo e igualdad de remuneración por trabajo de igual valor. Los
trabajadores deben garantizarse un salario mínimo que permita una vida digna
para ellos mismos y sus familias. Las condiciones de trabajo deben ser seguras,
saludables y no degradantes para la dignidad humana. Se debe ofrecer a los
empleados horas de trabajo razonable, un descanso adecuado y tiempo de ocio,
así como vacaciones periódicas pagadas.

Los trabajadores tienen derecho a asociarse entre sí y a negociar de manera


colectiva para mejorar las condiciones de trabajo y los niveles de vida. Tienen el
derecho a formar y afiliarse a un sindicato de su elección, y los sindicatos tienen
derecho a formar agrupaciones nacionales o internacionales. Los trabajadores
tienen el derecho de huelga, siempre y cuando se realice de conformidad con las
leyes nacionales. Los derechos laborales colectivos no pueden ser objeto de
restricciones por parte de los Estados distintas de las prescritas por la ley y que
son necesarias en una sociedad democrática, de acuerdo con los intereses de
seguridad nacional, orden público, o para la protección de los derechos y
libertades de los demás.

EL DERECHO A LA SALUD

Toda persona tiene derecho a la salud. Se refiere tanto al derecho de las personas
a obtener un cierto nivel de atención sanitaria y salud, como a la obligación del
Estado de garantizar un cierto nivel de salud pública con la comunidad en general.

La Organización Mundial de la Salud define el derecho a la salud como “un estado


de completo bienestar físico, mental y social” y no meramente la ausencia de
enfermedad o dolencia. Los Estados deben asegurar ambas libertades y
derechos. Lo anterior incluye el derecho al control de la salud y el cuerpo de cada
uno, incluyendo la libertad sexual y reproductiva, y la libertad de interferencias
como la tortura, el tratamiento médico no consentido y la experimentación. Los
derechos incluyen el acceso a instalaciones sanitarias adecuadas y servicios, así
como a medidas apropiadas de los Estados en relación con determinantes
socioeconómicos de la salud, tales como la comida, el agua y el saneamiento, las
condiciones de trabajo seguras y saludables, la vivienda y la pobreza.

El derecho a la salud está estrechamente interconectado con numerosos otros


derechos humanos, incluidos los derechos a la alimentación, el agua, la vivienda,
el trabajo, la educación, la vida, la no discriminación, la privacidad, el acceso a la
información y la prohibición de la tortura, entre otros.

En su Observación General, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales de la ONU ofrece una orientación detallada a los Estados en relación a
sus obligaciones de respetar, proteger y cumplir el derecho a la salud. El Comité
también indica que el derecho incluye los siguientes estándares esenciales e
interrelacionados:

Disponibilidad. Los Estados deben asegurar la provisión de una


infraestructura suficiente válida de salud pública e individual en todo su
territorio, así como instalaciones de agua y saneamiento seguras, personal
capacitado y adecuadamente compensado y todos los medicamentos
esenciales.
Accesibilidad. El acceso a la salud consiste en cuatro elementos clave: la
no discriminación, la accesibilidad física, la accesibilidad económica y la
accesibilidad de la información. Las instalaciones y servicios de salud
deben ser accesibles a todos, especialmente a los más vulnerables, sin
discriminación de ningún tipo. Las instalaciones y servicios, así como los
factores determinantes básicos de la salud, tales como los servicios de
agua y saneamiento, deben ser accesibles físicamente. Las infraestructuras
de salud, bienes y servicios deben estar al alcance de todos, y cualquier
pago debe estar basado en el principio de equidad para que las familias
más pobres no soporten una carga desproporcionada de los gastos
relacionados con la salud. Los Estados deben garantizar que toda persona
tiene el derecho a buscar, recibir y difundir información sobre la salud, en
equilibrio con la confidencialidad de la información médica.
Aceptabilidad. Las infraestructuras de salud deben ser respetuosas con la
ética médica y la cultura de los individuos y las comunidades, así como
prestar atención a los requisitos de géneros y relativos al ciclo de la vida.
Calidad. Las infraestructuras de salud deben ser científica y médicamente
apropiadas y de buena calidad. Entre otras cosas, esto requiere la provisión
de medicinas y equipos necesarios, profesionales médicos formados y el
acceso a agua y saneamiento.

EL DERECHO AL AGUA

Toda persona tiene derecho al agua. El derecho al agua es imprescindible para


una vida digna y es vital para la realización de muchos otros derechos, tales como
los derechos a la salud, a la vida y a un nivel de vida adecuado. Aunque no se
menciona explícitamente en el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, es una parte esencial de la realización del derecho a un
nivel de vida adecuado, y ha sido reconocido en un amplio rango de instrumentos
internacionales de derechos humanos.

Todas las personas deben tener acceso a una cantidad suficiente de agua potable
para prevenir la deshidratación y mantener la salud básica, con especial atención
a los más vulnerables de la sociedad. Si bien los Estados deben dar prioridad a
garantizar el suministro de agua para uso personal y doméstico, también se deben
tomar medidas para garantizar la disponibilidad y la sostenibilidad del agua para la
producción de alimentos, la higiene ambiental, la seguridad de los medios de
subsistencia y el disfrute de las prácticas culturales pertinentes. La adecuación del
agua dependerá de la prevalencia de las condiciones sociales, económicas,
culturales, climáticas y ecológicas, ya que el agua debe ser entendida como un
bien social y cultural más que fundamentalmente como un bien económico.
El Comité también destaca que el derecho incluye las siguientes características
esenciales e interrelacionadas:

Disponibilidad. Toda persona debe tener acceso a la cantidad de agua


necesaria para satisfacer sus necesidades básicas. Mientras que la
cantidad mínima de agua requerida variará dependiendo del contexto
(incluyendo el estado de salud, el clima y las condiciones de trabajo), los
usos personales y domésticos ordinarios del agua generalmente incluirán el
consumo, el saneamiento, el lavado de la ropa, la preparación de alimentos
y la higiene personal y del hogar.
Calidad. El agua para uso personal y doméstico debe estar libre de
sustancias nocivas tales como microorganismos, sustancias químicas o
radiactivas. Su olor, color y sabor deben ser aceptables para el consumo
humano.
Accesibilidad. El acceso al agua se basa en cuatro elementos clave: la
accesibilidad física, la accesibilidad económica, la no discriminación y el
acceso a la información. El agua, así como las instalaciones y los servicios
relacionados, deberán estar al alcance geográfico de todas las personas,
sin discriminación ni prohibición de ningún tipo. Deberá ser posible tener
acceso al agua dentro o cerca de cada hogar, centro educativo y lugar de
trabajo. Los Estados deben garantizar que las instalaciones y servicios de
agua sean seguros para el acceso, y atender las necesidades de género,
cultura, ciclo de la vida y privacidad. Los costos y cargos directos e
indirectos asociados con el consumo del agua o su uso deben estar al
alcance de todas las personas, y no deben poner en peligro la consecución
de otros derechos humanos. Toda persona tiene derecho a buscar, recibir y
difundir información relativa a los asuntos relacionados con el agua.
DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL

Todas las personas tienen derecho a la seguridad social. A través de la provisión


de bienestar social o asistencia, los Estados deben garantizar la protección de
todos, especialmente los miembros más vulnerables de la sociedad, en caso de
desempleo, maternidad, accidente, enfermedad, invalidez, vejez u otras
circunstancias de la vida. Los Estados deben realizar progresivamente el derecho
a la seguridad social a través de medidas para ofrecer protección, a través de
dinero en efectivo o en especie, que permita a los individuos y las familias adquirir
la atención sanitaria al menos esencial, abrigo y vivienda básicos, agua y
saneamiento, alimentación, y las formas más básicas de educación.

Debido a su efecto redistributivo, el derecho a la seguridad social es un factor


importante en la inclusión y la cohesión social, así como en la reducción de la
pobreza. La seguridad social debe proporcionarse sobre una base no
discriminatoria, aunque los medios de financiación y de proporcionar seguridad a
la sociedad variarán de un Estado a otro.

En su Observación General, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales (CDESC) proporciona una guía detallada a los Estados con respecto a
sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar el derecho a la seguridad
social. El Comité también indica que el derecho incluye las siguientes
características esenciales e interrelacionadas:

Disponibilidad. Los Estados deben asegurar que un sistema de seguridad


social, con independencia de su composición, garantice las prestaciones
correspondientes ante los impactos a los medios de subsistencia. Dicho
sistema debe ser administrado o regulado por el Estado, y debe ser
sostenible para ofrecer continuidad a lo largo de las generaciones.
Riesgos e imprevistos sociales. Los sistemas de seguridad social de los
Estados deben ofrecer cobertura para las siguientes nueve ramas
principales de la seguridad social: atención de salud, enfermedad, vejez,
desempleo, accidentes laborales, prestaciones familiares, maternidad,
discapacidad, sobrevivientes y huérfanos.
Nivel suficiente. Las prestaciones ofrecidas bajo un sistema de seguridad
social deben ser suficientes en importe y duración a fin de que todos
puedan gozar de sus derechos a la protección y asistencia familiar, de unas
condiciones de vida adecuadas y de acceso suficiente a la atención de
salud,. Para lograr esto, los Estados deben revisar periódicamente los
criterios empleados para determinar el nivel suficiente. Cuando una persona
cotiza a un plan de seguridad social que ofrece prestaciones para suplir la
falta de ingresos, debe haber una relación razonable entre los ingresos, las
cotizaciones abonadas y la cuantía de la prestación pertinente.
Accesibilidad. El acceso a la seguridad social incluye cinco elementos
clave: cobertura, condiciones, asequibilidad, participación e información, y
acceso físico. Todas las personas deben estar cubiertas por el sistema de
seguridad social, incluidas las personas y los grupos más desfavorecidos o
marginados, sin discriminación sobre ningún fundamento prohibido. Los
planes no contributivos serán necesarios para garantizar la cobertura
universal.

EL DERECHO A LA VIVIENDA

Toda persona tiene derecho a la vivienda. Una vivienda adecuada, como parte de
un nivel de vida adecuado, es fundamental para el disfrute de todos los derechos
económicos, sociales y culturales. No debe entenderse como limitada solamente a
una vivienda básica. En lugar de ello, los Estados deben promover los entornos
nacionales apropiados para hacer realidad este derecho (incluyendo hacer frente a
las amenazas inmediatas a la vivienda), el desarrollo de políticas y prácticas para
responder a las necesidades de vivienda a largo plazo por los cambios
poblacionales, y la regulación de la provisión de vivienda por parte del sector
privado.

En su Observación General, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales de la ONU (CDESC) proporciona una guía detallada a los Estados con
respecto a sus obligaciones de respetar, proteger y realizar el derecho a una
vivienda adecuada. El Comité también resalta que el derecho incluye las
siguientes siete características esenciales e interrelacionadas:

Seguridad jurídica de la tenencia. Cada persona debe tener un nivel de


seguridad en su situación de vivienda para estar protegido frente al desalojo
forzoso o arbitrario, el hostigamiento u otras amenazas. Dicha protección
puede adoptar diversas formas, tales como la propiedad legal, el alquiler o
una cooperativa de vivienda.
Disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura.
Los Estados deben garantizar que las viviendas ofrecen las instalaciones
necesarias para la salud, la seguridad, la comodidad y la nutrición. Esto
incluye el acceso permanente a recursos naturales y comunes, el agua
potable, la energía para cocinar, la calefacción e iluminación, las
instalaciones sanitarias y de aseo, el almacenamiento de alimentos, la
eliminación de desechos, el drenaje y los servicios de emergencia.
Asequibilidad. La vivienda y los costos relacionados con la vivienda deben
ser proporcionales a los niveles de ingresos, y en un nivel que no
comprometa otras necesidades básicas. Los Estados deberían crear
subsidios de vivienda para los que no pueden costearse una, poner en
marcha protecciones para los inquilinos frente a los alquileres no
razonables, y asegurar la disponibilidad de materiales naturales en las
sociedades donde estos recursos sean las principales fuentes utilizadas
para la construcción de viviendas.
Habitabilidad. La vivienda adecuada debe proporcionar a sus habitantes
un espacio suficiente, ser segura para vivir y dar protección contra el frío, el
calor, la lluvia y otros elementos de la naturaleza y riesgos estructurales.
Los Estados deben prestar especial atención a la relación entre la vivienda
inadecuada y las amenazas a la salud.
Accesibilidad. Todo el mundo debe tener acceso a una vivienda
adecuada, especialmente los más vulnerables. Los Estados deben ofrecer
vivienda prioritaria a los grupos desfavorecidos, incluyendo, entre otros, los
ancianos, los niños, las personas con discapacidad, los enfermos
terminales y las víctimas de desastres naturales. Los Estados deben
elaborar planes de viviendas apropiadas para aumentar el acceso a la tierra
de las personas sin hogar o los sectores empobrecidos de la sociedad.
Ubicación. En muchos casos, tanto en las ciudades como en las zonas
rurales, el transporte puede ser costoso y consumir mucho tiempo. La
vivienda adecuada debe estar en un lugar que permita el acceso a las
opciones de empleo, servicios de salud y educación y otros servicios
sociales. Las casas no deben construirse en lugares peligrosos o
contaminados.
Adecuación cultural. Los materiales de construcción de las viviendas
deben estar conectados con la expresión de la identidad cultural y la
diversidad de la vivienda, según corresponda a las comunidades dentro del
contexto particular. Los esfuerzos para modernizar la vivienda deben tener
adaptarse a las creencias y necesidades de los habitantes.

EL DERECHO A LA EDUCACIÓN

Toda persona tiene derecho a la educación. Los objetivos de la educación


incluyen el pleno desarrollo y la dignidad de cada persona, la capacidad de
participar de manera efectiva en la sociedad y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos. La educación es importante en sí misma y a menudo es
también un derecho humano “multiplicador”, del mismo modo en que el grado de
acceso a la educación influye en el nivel de disfrute de otros derechos humanos.

El derecho a la educación implica requisitos específicos en los diferentes niveles


de educación. La enseñanza primaria debe ser obligatoria y gratuita para todos, lo
que implicará consideraciones de costos directos e indirectos relacionados con la
educación. La naturaleza obligatoria de la enseñanza primaria protege contra
violaciones de este derecho por parte de los padres o de los gobiernos, elimina la
discriminación basada en los ingresos y acaba con los incentivos para la falta de
asistencia. Los Estados deben elaborar un marco nacional que amplíe y mejore
progresivamente el sistema educativo y que sucesivamente introduzca la
educación gratuita en los demás niveles, como el secundario, superior y educación
fundamental.

Todo Estado debe respetar el derecho a la libertad de enseñanza. Esto incluye el


respeto a las convicciones religiosas y morales de los niños y los padres, el
derecho de los padres o tutores legales de escoger escuelas privadas para sus
hijos, y la libertad para establecer instituciones educativas privadas, siempre y
cuando se ajusten a las normas nacionales de planes de estudio y admisiones.

En su Observación General 13, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales de la ONU (CDESC) proporcionó directrices detalladas a los Estados
con respecto a sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar el derecho a la
educación. El Comité también señaló que el derecho incluye las siguientes
características esenciales e interrelacionadas:

Disponibilidad. Los Estados deben garantizar la provisión de suficientes


infraestructuras educativas (instituciones y programas) para todas las
personas. Estas deben estar equipadas con todos los materiales y las
instalaciones necesarias para funcionar adecuadamente en el contexto
específico, tales como edificios, equipos didácticos y materiales, personal
capacitado y adecuadamente remunerado, protección ante elementos
naturales, instalaciones sanitarias para ambos sexos y agua potable.
Accesibilidad. El acceso a la educación consiste en tres elementos clave:
la no discriminación, la accesibilidad material y la accesibilidad económica.
Las instituciones educativas deben ser accesibles a todas las personas,
especialmente a los más vulnerables, y nadie puede ser objeto de
discriminación sobre la base de, entre otros motivos, el sexo, el origen
étnico, la ubicación geográfica, la situación económica, la discapacidad, la
ciudadanía o el permiso de residencia, la pertenencia a un grupo
minoritario, la religión, la detención o la orientación sexual. Las escuelas
deben estar a una distancia segura y razonable de las comunidades o, para
las zonas remotas, accesibles a través de tecnología moderna. La
educación debe ser asequible para todas las personas, y los Estados deben
incorporar progresivamente la enseñanza gratuita en todos los niveles.
Aceptabilidad. Sujetos a los objetivos generales de la educación y a las
normas educativas mínimas establecidas por el Estado, los programas de
estudio y de enseñanza deben ser aceptables para los estudiantes y, en los
casos apropiados, para los padres. Esto significa que la educación debe ser
relevante para el contexto, las necesidades y las capacidades evolutivas del
niño, y debe ser de buena calidad y culturalmente apropiada.
Adaptabilidad. La educación debe ser lo suficientemente flexible para
adaptarse y responder a las sociedades cambiantes y las necesidades de
los estudiantes dentro de entornos sociales y culturales diversos.

LOS DERECHOS CULTURALES

Toda persona tiene derechos culturales, el derecho a la ciencia y el derecho a la


protección de los intereses de autoría. Estos garantizan el derecho a participar y
disfrutar de los beneficios de la cultura y la ciencia, y se refieren a la búsqueda del
conocimiento, la comprensión y la creatividad humana. Estos derechos son una
parte importante de la armonía social y están estrechamente relacionados con los
derechos a la educación y a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión. Los derechos culturales no pueden, sin embargo, ser utilizados como
justificación de prácticas que discriminen a grupos específicos o violen otros
derechos humanos.

Derechos Culturales

La Declaración de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural establece que “la


cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y
materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo
social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las
maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.
El derecho a participar en la vida cultural tiene elementos tanto individuales como
colectivos. Pueden ejercerse como un individuo, en asociación con otros, o dentro
de una comunidad o grupo. Los Estados deben prestar especial atención a los
derechos culturales de los grupos minoritarios e indígenas, entre otros, y
proporcionar oportunidades tanto para preservar su cultura como para formar su
desarrollo cultural y social, incluyendo la relación con el lenguaje, la tierra y los
recursos naturales.

SITUACIÓN ACTUAL

Defensores y defensoras de derechos humanos

Los defensores y las defensoras de derechos humanos en Honduras son blancos


de ataques por parte de aquellas personas que han sido señaladas como
responsables de violaciones a derechos, o bien, de sectores y grupos que tienen
intereses opuestos a sus causas.

Particularmente, los defensores de derechos humanos que se dedican a la


protección de recursos naturales estarían siendo objeto de actos de violencia,
hostigamiento y amenazas de muerte producto de la defensa del medio ambiente.

Uno de los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas es mantener la paz y la


seguridad internacional. La violencia y los conflictos socavan el desarrollo
sostenible.

Las violaciones de los derechos humanos son una causa primordial de los
conflictos y la inseguridad, los que, a su vez, resultan invariablemente en nuevas
violaciones de los derechos humanos. Es así que las acciones para proteger y
promover los derechos humanos cuentan con poderes preventivos inherentes,
mientras que los enfoques basados en los derechos en materia de paz y
seguridad aportan esta potencia a los esfuerzos para lograr una paz sostenible.

El marco normativo de los derechos humanos proporciona también una base


sólida para abordar cuestiones muy preocupantes en los países, o entre ellos, las
que, si no se atienden, pueden conducir a conflictos. El análisis y la información
sobre los derechos humanos constituyen herramientas para la alerta temprana y la
actuación temprana específica que aún no se han aprovechado plenamente.

Según la ONG Global Witness, Honduras presentaba la segunda cifra más


alta del mundo de homicidios per cápita de personas defensoras de la tierra
y el medioambiente. Aun así, Honduras seguía sin firmar el Acuerdo Regional
sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia
en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú).

En julio, David Castillo, exgerente de la empresa Desarrollos Energéticos y


responsable del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, fue declarado coautor del
asesinato en 2016 de Berta Cáceres. Al finalizar el año continuaba en espera de
que se dictara su condena.

Seguía sin conocerse el paradero de cuatro miembros de la comunidad indígena


garífuna pertenecientes a la Organización Fraternal Negra Hondureña
(OFRANEH), que habían sido objeto de desaparición forzada en julio de 2020.

Las personas defensoras de la tierra, el territorio y el medioambiente seguían


enfrentándose a cargos penales infundados. Ocho miembros del Comité Municipal
por la Defensa de los Bienes Comunes y Públicos, detenidos en 2018 y 2019,
continuaban en prisión al finalizar el año.

El Congreso Nacional aprobó en octubre varias reformas que podrían restringir el


ejercicio de la libertad de reunión y de asociación, la defensa de los derechos
humanos, las garantías de transparencia, el acceso a la información, y la
investigación y el enjuiciamiento efectivos de la corrupción.
CONCLUSION

Los Derechos son la resultante de la Búsqueda de equidad entre los Hombres del
Mundo. Su promoción nos ha llevado a vernos de forma igual pero
lamentablemente sigue habiendo formas de acción que no permiten el libre
desenvolvimiento de la persona.

Pero no solamente es esto, sino también es una forma de vida, que se traduce en
la libertad de opinión, de acción, entre otros logrando una pacífica interacción de
las personas dentro de una Sociedad.

Los Derechos Humanos son importantes en el sentido de igualdad de


oportunidades y de desarrollo, pero también implica que nosotros como hombres
sepamos valorar ello y promover la diversidad, pero de manera pacífica, con
verdadera justicia y un gran valor.

Las intervenciones que tienen como único objetivo atenuar los abusos y que no
tienen en cuenta las realidades de la vida de las mujeres y hombre, no cuestionan
las desigualdades fundamentales y la discriminación por razón de género que son
el primer factor que contribuye al abuso y la perdida de los derechos humanos.
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