Peña & Valderrama Tesis RS Intervencion Comunitaria

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roFeliz030819

REPRESENTACIONES SOCIALES SOBRE LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA EN


SALUD MENTAL DE ACTORES COMUNITARIOS PERTENECIENTES A LA COMUNA
13 Y AL CORREGIMIENTO DE LA BUITRERA DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE CALI

ANGELICA PEÑA ROJAS

LINA MARCELA VALDERRAMA GARCES

http://www.muralcomunitario.com/BaniRepDominic
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Trabajo de grado para optar al título de Trabajadora Social

Directora:
Autoras
Angélica Peña
ALEJANDRA MARÍA GUTIÉRREZ CÁRDENAS
Lina Valderrama
Directora
Escuela de Trabajo Social y
Alejandra Gutiérrez Desarrollo Humano
Representaciones Sociales sobre la Intervención Comunitaria en Salud Mental de actores
comunitarios pertenecientes a la Comuna 13 y al Corregimiento de la Buitrera de la Ciudad de
Santiago de Cali

ANGÉLICA PEÑA ROJAS

LINA MARCELA VALDERRAMA GARCÉS

Trabajo de grado para optar al título de Trabajadora Social

Directora:

ALEJANDRA MARÍA GUTIÉRREZ CÁRDENAS

UNIVERSIDAD DEL VALLE


FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO

SANTIAGO DE CALI
2018
A mis padres, que día a día sin dudarlo ni un momento me han apoyado para convertirme en la
mujer que soy.
A Juan, el hermano al que siempre veré como un niño, con el que crecí viviendo aventuras y que
hoy me ha dado el regalo de ser tía. Los amo y les dedico este esfuerzo a ustedes.

Agradecimientos
Mi gratitud con la vida, con el Universo, con esta energía creadora que me ha dotado en abundancia
para construirme en este camino.
Padre, hombre de ojos nobles, trabajador, comprometido y de buen humor. Gracias porque siempre has
sido una persona determinada, con un corazón abundante para todo el que lo necesita, muchas veces sin
medirte. Me has enseñado que “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Madre, mi dadora de vida, mujer fuerte, perseverante y firme. Gracias por mostrarme que el amor y la
firmeza van de la mano, que debemos ser mujeres valientes en un mundo como este y tener el carácter para
tomar las decisiones necesarias, luchando por lo que creemos justo.
Padres, ustedes que son mis cimientos, siempre me han dado oportunidades y esperanza, por eso este logro
también es producto de su ejemplo y amor incondicional. Familia, los llevo en mi corazón, siempre me
recuerdan de dónde vengo y las razones de mis luchas.
Sharon, hermana de corazón, compañera de locuras, de lágrimas, de amores y de alegrías. Gracias por tu
amistad, por ser una motivadora incansable, por todos estos años y muchos años más de triunfos juntas.
Ever, el hombre con quien hoy estoy construyendo caminos y sueños, gracias por tu paciencia, tu serenidad
y tu aliento. Que el camino este lleno de aventuras compartidas, tolerancia y amor.
A la profesora Alejandra Gutiérrez y a mi compañera Angélica, gracias por ser mis coequiperas, este
producto es el resultado de nuestras reflexiones, esfuerzos y convicciones. Gracias por tantos aprendizajes,
por permitirme construir con ustedes y conocerlas en tantos aspectos más.
Barreto, Martha, Felipe, Leidy, Alexander, Ruby, sus voces están aquí, sus acciones y pensamientos
siempre serán valiosos para la comunidad. Gracias por permitirnos conocer de viva voz una pequeña parte
de sus vidas.
Gracias a esta Universidad, que desde su primer mensaje de bienvenida hizo que mi corazón saltara de
felicidad. Recordaré con alegría el tiempo vivido en esta etapa y en este espacio que me acogió, me brindó
la posibilidad de conocer a personas que se han convertido en amigos(as) de vida, expandir mis
conocimientos con excelentes profesores y profesoras, que día a día me llevaron a enamorarme más de mi
profesión, sabiendo que por más difícil que se puedan mostrar las situaciones, escogí lo correcto. Hoy,
aunque el panorama se pinte un poco oscuro para la educación pública solo puedo agradecer y decir que
seguiré siendo una orgullosa estudiante Univalluna,

Lina M. Valderrama Garcés


A Dios, quien me dio la fortaleza para no desfallecer en los momentos difíciles.
A mi madre, a mi padre, a mis familias, por ustedes soy quien soy.
Agradecimientos
Al llegar a este punto de mi vida académica, me percibo llena de sentimientos encontrados. Debo decir que
mi paso por la universidad, no fue fácil, pero si de algo estoy segura, es que es la mejor experiencia que he
tenido en mi vida y esa experiencia no hubiese sido igual sin la presencia de todos aquellos que han pasado
y permanecen en mi vida, apoyándome, acompañándome, brindándome su mano.
Quiero agradecer en principio a Esays, Alexander, Ruby, Lina, Martha, Carlos, Blanca, Leidy y Felipe,
hombres y mujeres que día a día luchan por hacer de sus comunidades, un mundo mejor. Gracias por sus
saberes, por habernos permitido capturar el sentido de sus vivencias desde el trabajo que realizan con los
demás, sin sus valiosos aportes, esta investigación, no hubiese sido posible.
Gracias a la profesora Alejandra María Gutiérrez, nuestra tutora, por su acompañamiento en este proceso,
por su direccionamiento en este camino investigativo, gracias por querer sacar lo mejor de nosotras, pero
por sobre todo, gracias por su complicidad, por su amistad. Gracias a mi compañera Lina Valderrama, por
la perseverancia, por la tenacidad, por la motivación y la dedicación para que lográramos juntas un gran
trabajo.
Gracias a la Universidad del Valle y en especial a la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano, a sus
directivos y docentes por formar profesionales íntegros, críticos, valiosos y dispuestos a dejarlo todo por la
defensa de la vida y los derechos de los seres humanos. En especial, gracias al profesor Jesús Sánchez y a
la profesora Martha Lucía Echeverry por enseñarme del amor por el trabajo comunitario y la gestión social,
profesor Jesús, gracias a usted sé que para el Trabajador Social todo es posible, lo más importante es juntarse
con otros y hacer que pase. Gracias profesoras Leidy Betancourt, María Cénide, Olga Lucía Moreno y
Amparo Micolta, nunca olvidaré que ustedes me acompañaron cuando atravesaba el momento más álgido
de mi carrera.
Gracias a mis compañeras de camino, a mis amigas, colegas y hermanas, Diana Paz, Julie Jiménez, Lina
Valderrama. Gracias por nuestros viajes, nuestras luchas, nuestra sororidad, por ayudarme a construirme y
deconstruirme para convertirme en una mujer nueva.
Por último y más importante, gracias a mi madre Gladys Rojas por su apoyo, su preocupación y
acompañamiento constante, por su esfuerzo, por sus ganas de verme ser una profesional y contribuir para
ello. Gracias a mi padre Luis Enrique Peña (Q.E.P.D), por su incansable trabajo y compromiso en mi
educación. Gracias hermanos María Fernanda Peña y Luis Eduardo Peña por su apoyo y porque aunque sé
que somos diferentes, nos tenemos los unos a los otros. Gracias a mis abuelos Laurentino Rojas y María
Odilia Guzmán (Q.E.P.D) por su amor genuino, incondicional y apoyo constante. Gracias familias, gracias
ancestros, los llevo en mi corazón.
Gracias a quienes hoy no están a mi lado, pero igualmente me acompañaron en este camino, fueron
cómplices de trasnochos, risas y lágrimas y contribuyeron con su apoyo en escalar peldaños que me
permitieran alcanzar la meta. Dios los bendiga a todos.
¡Por siempre orgullosa de mi universidad pública!

Angélica Peña Rojas


Resumen
Hablar de la salud mental, es adentrarse a un mundo de significados que determinan la forma en la que las
personas hacen frente a las diferentes situaciones que se presentan en su vida diaria, su relación consigo
mismas, con otros y el contexto en el que se desarrollan. De allí, que la salud mental sea un tema que, con
el paso del tiempo, cobra cada vez más interés en las agendas gubernamentales de los países de América
Latina y el mundo, entendiendo que, si no se trabaja sobre este aspecto, los costos humanos y económicos
que conllevan las afectaciones en la salud mental de los ciudadanos, serán cada vez mayores.

En ese sentido se ha desarrollado la investigación “Representaciones Sociales sobre la intervención


Comunitaria en la salud mental de líderes comunitarios de la Comuna 13 y el Corregimiento de la Buitrera”,
la cual tiene pertinencia en un contexto donde existe la necesidad de reflexionar sobre la forma en la que se
entiende la salud mental desde las personas que constantemente están en interacción con otras y que en
momentos determinados son a quienes les preocupa las diferentes problemáticas que se viven en los
territorios.

Palabras claves: Salud Mental, Representaciones Sociales, Intervención Comunitaria, Líder


Comunitario, Comunidad.
Tabla de Contenido

Introducción ................................................................................................................................................ 1
Capítulo 1 El contexto de la Intervención en Salud Mental ......................................................................... 6
1.1 Santiago de Cali, ciudad de inmigrantes ..................................................................................... 7
1.2 La Comuna 13, al oriente de la zona urbana de Cali ................................................................... 9
1.3 El Corregimiento de La Buitrera, en la ladera de la zona rural de Cali ..................................... 11
1.4. Aproximación histórico / contextual al campo de intervención en salud mental en Cali ................ 12
Capítulo 2. Antecedentes y planteamiento de la investigación sobre intervención comunitaria en salud
mental....................................................................................................................................................... 18
Capítulo 3. Consideraciones Metodológicas ............................................................................................. 26
3.1 Objetivos de la investigación .......................................................................................................... 26
3.2 Enfoque metodológico .................................................................................................................... 26
3.3 Tipo de estudio................................................................................................................................ 28
3.4 Los informantes .............................................................................................................................. 28
3.5 Recolección, análisis y síntesis de información .............................................................................. 29
3.6 Devolución y retroalimentación de los hallazgos con los informantes ............................................ 32
Capítulo 4. Marco de referencia teórico conceptual ................................................................................ 34
4.1 Sobre las Representaciones Sociales ............................................................................................... 35
4.2 Sobre la Intervención Social Comunitaria ....................................................................................... 41
4.3 Salud Mental: un concepto en construcción y transición ................................................................. 42
4.4 De la intervención individual a la intervención comunitaria en Salud Mental. ............................... 46
Capítulo 5. Hallazgos sobre Información acerca de las Intervenciones Comunitarias en Salud Mental .... 52
Capítulo 6. Hallazgos sobre las actitudes acerca de las Intervenciones Comunitarias en Salud Mental ... 70
Capítulo 7. Campo de Representación sobre la Intervención Comunitaria en Salud Mental: Tejiendo vida,
construyendo comunidad. ......................................................................................................................... 90
Capítulo 8. Conclusiones y recomendaciones .......................................................................................... 115
Bibliografía ............................................................................................................................................. 123
Tablas y esquemas

Tabla 1. Barrios, urbanizaciones y Sectores de la Comuna 13…………...…………………….....9

Tabla 1. Actores comunitarios incluidos en el estudio…………………………………………....29

Tabla 2. Cruce de Categorías conceptuales para la recolección y análisis de información……...31

Tabla 4. Organizaciones Comunitarias e Instituciones que realizan ICSM, según informantes...63

Esquema 1. Categorías conceptuales…………………………………………………………......30

Esquema 2. Categoría Información relacionada con SM e ICSM………………………………...53

Esquema 2. Categoría Actitud hacia las ICSM…………………………………………….……..71

Esquema 4. Categoría Campo de Representación de las ICSM…………………………………..91

Esquema 5. Problemas por territorio que afectan la SM, según actores comunitarios…….……..102

Lista de abreviaturas

ICSM-Intervención Comunitaria en Salud Mental


OMS-Organización Mundial de la Salud
RS-Representaciones Sociales
SM-Salud Mental
SSPM-Secretaría de Salud Pública Municipal

ADHI-Asentamientos de Desarrollo Humano incompleto


Introducción

Dentro del campo de la Salud Mental (en adelante SM), históricamente se ha venido hablando de
trastornos mentales. Sin embargo, es importante comprender que no se puede reducir la SM a la
ausencia de estos, pues como plantea la Organización Mundial de la salud (OMS), la SM es un
concepto mucho más amplio que abarca otras dimensiones de la vida.

Sin embargo, desde la información epidemiológica que se encuentra a nivel mundial, se puede
construir una idea sobre la situación de SM, pero una idea que tiene como base la información
sobre trastornos, es como si desde la propia perspectiva de los sistemas de información, la SM se
basara más bien en la ausencia o presencia de estos (OMS, 2004).

Hablar de la SM, es adentrarse a un mundo de significados que determinan la forma en la que las
personas hacen frente a las diferentes situaciones que se presentan en su vida diaria, su relación
consigo mismas, con otros y el contexto en el que se desarrollan (Ministerio de Salud y Protección
Social, 2014). De allí, que la SM sea un tema que, con el paso del tiempo, cobra cada vez más
interés en las agendas gubernamentales de los países de América Latina y el mundo, entendiendo
que si no se trabaja sobre este aspecto, los costos humanos y económicos que conllevan las
afectaciones en la SM de los ciudadanos, serán cada vez mayores. En relación a lo anterior, la
OMS (2001) menciona, por ejemplo, que la depresión es la quinta causa de carga de enfermedad
y uno de los trastornos que genera más discapacidad en el mundo, siendo la población en edad
productiva (15 – 44 años) la más afectada. Por otro lado, este tipo de enfermedades, está
relacionada a su vez con el intento de suicidio y la violencia familiar, problemáticas que “tienen
incidencia de diferentes formas en distintos sectores de la población teniendo en cuenta
inequidades de género, etnia, edad y clase” (OMS, 2001).

En Colombia, un país que ha estado atravesado por la violencia, hecho que ha generado pobreza,
muertes, desplazamientos, desapariciones, secuestros, entre otros, es inevitable pensar que la SM
de sus habitantes no se haya visto afectada por estos y otros hechos victimizantes, situación que se
sustenta en que el 80 % de los colombianos ha vivido entre uno y tres síntomas de depresión en
algún momento de su vida (Ministerio de Protección Social y Fundación FES, 2005). En relación

1
a lo anterior, un estudio realizado por Andrade (2011) donde se analizaron los “Efectos
psicopatológicos del conflicto armado Colombiano en familias en situación de desplazamiento
forzado reasentadas en el municipio del Cairo en el año 2008”,, se encontró que en el 100% de
los casos se presentaron diagnósticos de trastornos por estrés postraumático (TEPT), encontrando
también, que este hecho y sus síntomas interfirieron en el desempeño laboral, familiar y
comunitario de las personas.

Es importante mencionar que, aunque hasta aquí se haya hecho visible la SM desde aspectos
“individuales” relacionados con enfermedad mental, el alcance de la SM va mucho más allá. En
ese sentido, se debe comprender que dichas situaciones consideradas como individuales, son
creadas a partir de condiciones que se dan en relación con otros, a partir de la creación de símbolos,
significados, formas de entender y vivir la vida y la realidad. De igual forma, como respuesta a
condiciones propias del contexto en el que se desarrollan las personas, en ese caso, situaciones
como la violencia social, la pobreza, la desigualdad, determinan la salud mental de los sujetos que
en una comunidad habitan.

Entendiendo todo lo anterior, la importancia del estudio de las Representaciones Sociales (RS)
sobre las intervenciones comunitarias en SM, radica, en principio, en la comprensión histórica de
un concepto que ha estado continuamente en transición como lo es el concepto de SM, lo que
implica tener en cuenta las múltiples dimensiones de la vida y ampliar las posibilidades de
intervención desde un enfoque de lo comunitario.

Los estudios consultados sobre RS en relación a la SM y de la intervención social en general,


centran su análisis desde la perspectiva de los actores que intervienen desde la institucionalidad, ya
sean profesionales del área de la salud o de otras áreas. Como se ilustrará más adelante, varios de
estos estudios se han realizado en contextos urbanos y en un porcentaje menor, en contextos
rurales, sin embargo, pocos indagan la relación entre las condiciones sociales del entorno y su
influencia con las fuentes de malestar colectivo y padecimientos mentales.
Si bien, los anteriores elementos han aportado al campo de conocimiento relacionado con la SM,
se identifica un vacío de investigación que permita explorar y comprender las RS de las personas
sobre la ICSM, más allá de los conceptos salud/enfermedad. Cabe señalar que al parecer, poco se

2
ha explorado la posición (desde sus significados, experiencias, representaciones) de quienes
habitan el territorio y ejercen su liderazgo comunitario agenciando y promoviendo acciones
encaminadas al bienestar colectivo, desde el cuidado, el arte y la cultura, los deportes, la educación
etc., reconociendo que todas estas, podrían considerarse acciones de promoción de la SM que
aportan a los procesos que se impulsan desde las intervenciones comunitarias que los actores
realizan. Aunque esto no se haga explícito en sus discursos.

En ese sentido, la pertinencia de una investigación como esta se ve reflejada en la necesidad de


reflexionar sobre la forma en la que se entiende la SM desde la perspectiva de líderes comunitarios
que constantemente están en interacción con muchas personas, y que en momentos determinados
pueden movilizar acciones frente a las problemáticas que se viven en los territorios. Es importante
hacer un estudio en la Comuna 13 (zona urbana) y el Corregimiento de La Buitrera (zona rural),
porque son territorios que, aunque distantes entre sí, han tenido una larga tradición de intervención
social dado que comparten parte de la historia de recepción de fuertes inmigraciones que se han
dado hacia la ciudad de Cali (Urrea, 2012), y por lo tanto, también comparten problemáticas
comunitarias que afectan la SM de sus habitantes.

En el marco de la acción profesional desde Trabajo Social se hace imprescindible dar lugar a la
participación para la construcción de la intervención social, por consiguiente, la presente
investigación tiene lugar en cuanto busca explorar las voces de los actores comunitarios
pertenecientes a contextos urbanos y rurales que expresan desde sus experiencias y conocimientos
cotidianos sus representaciones acerca de las intervenciones comunitarias en SM.

Para ello, se realiza un estudio tipo exploratorio – descriptivo de metodología cualitativa. Los
actores participantes fueron identificados previamente durante el desarrollo del proceso de la
práctica académica en Trabajo Social de las investigadoras en la Secretaría de Salud Pública
Municipal de Santiago de Cali (SSPM), a través de la implementación de la estrategia de la Red
del Buen Trato. Las personas que participaron en el estudio pertenecen a grupos u organizaciones
comunitarias en áreas como la salud, arte, cultura, protección, deporte, entre otros. Las
conversaciones con algunos de los líderes comunitarios sobre temas de SM, permitió comprender
la imperante necesidad de estudiar más a fondo el tema en dichos territorios, pero desde un ámbito

3
de lo comunitario, de allí que ello fuera la primera motivación para pensar en la realización de la
presente investigación. Fue así como se estableció contacto con nueve personas, cinco de Buitrera
y cuatro de comuna 13, entre los 17 y 70 años.

Para la recolección de la información, se priorizó la realización de entrevistas semi estructuradas,


puesto que es un instrumento que permite la indagación y conversación con los actores claves a
partir de un guion base que recogiera los temas a tratar. Todo lo anterior, para responder al
interrogante formulado de ¿Cuáles son las Representaciones Sociales sobre Intervención
Comunitaria en Salud Mental que tienen actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Santiago de Cali?

Para responder a este interrogante, se presenta este informe de investigación, organizado de la


siguiente manera: En el capítulo 1 se expone de forma sintética las condiciones sociohistóricas que
determinan la intervención en SM en Colombia y en Cali y que delimitan esta investigación a nivel
local en la Comuna 13 y el Corregimiento de La Buitrera. Enseguida, en el capítulo 2 se presentan
algunos estudios antecedentes similares tanto a nivel nacional como internacional, que, en el marco
del contexto anteriormente descrito, permiten plantear la necesidad de investigar sobre ICSM. En
el capítulo 3 se describen las consideraciones metodológicas del estudio, como el enfoque, el tipo
de estudio, los objetivos, las características de las personas que colaboraron como informantes, la
forma en la que se hizo el tratamiento, análisis, síntesis de la información recolectada, y el proceso
de devolución de los hallazgos a los actores comunitarios. Para este capítulo se tuvieron en cuenta
2 ejes: uno, que responde a estudios sobre RS e intervención social; y otro sobre RS sobre la SM.
En el capítulo 4 se encuentra el marco teórico conceptual que se contempló para el presente
estudio, el primer apartado explica el trasegar histórico del concepto de las RS, hasta concluir en
la exposición de los autores de preferencia para las investigadoras. En el siguiente apartado, se
desarrolla el concepto de intervención social comunitaria, seguido del desarrollo del concepto de
SM desde sus múltiples cambios y transformaciones. Este capítulo cierra con la exposición de
otros conceptos importantes para la presente investigación.

Del Capítulo 5 al Capítulo 8, se exponen los hallazgos encontrados en el proceso de investigación.


Así, el capítulo 5 muestra los hallazgos sobre la información que da origen a las representaciones

4
sociales de los actores comunitarios sobre las intervenciones comunitarias en SM. El capítulo 6,
presenta los hallazgos sobre las actitudes que tienen los actores en relación con el objeto de
representación. A partir de los resultados obtenidos en cuento a información y actitudes, el
Capítulo 7 expone el campo de representación social que los actores han construido sobre las
intervenciones comunitarias en SM, cerrando con algunas propuestas de ICSM desde la voz de los
actores. Finalmente, el capítulo 8, sintetiza unas conclusiones y recomendaciones para tener en
cuenta en futuras intervenciones en este campo.

5
Capítulo 1 El contexto de la Intervención en Salud Mental

Colombia es un país que cuenta con aproximadamente 49 millones de habitantes, de los cuales
80% viven en las ciudades y 20% en zonas rurales (DANE, 2018). Es uno de los países más
biodiversos del mundo, con condiciones geográficas que les dan salida a los océanos Pacífico y
Atlántico, aunque gran parte de la población se concentre en las principales ciudades ubicadas
alrededor de la zona montañosa de la cordillera de los Andes (Bogotá, Medellín y Cali), separada
por los valles de lo ríos más importantes: el Magdalena y el Cauca (Red Colombia, Sf).

Su biodiversidad hace que la economía se base principalmente en la explotación de sus recursos


naturales, en especial, el petróleo, carbón, oro y la agroindustria de monocultivos como la palma
africana, la caña de azúcar, el banano, café, además de la ganadería extensiva; y asimismo exista
una economía paralela alrededor de cultivos ilícitos (coca, marihuana y amapola) y minería
ilegal. Por otro lado, la economía informal propia del sistema económico neoliberal determina
que la mayoría de la población en unas condiciones de incertidumbre y extrema pobreza (Red
Colombia, Sf).

En este contexto, la concentración de la tierra se ha determinado como la causa histórica del


conflicto armado que ha perdurado por más de 60 años. Este conflicto, al año 2012, había dejado
como resultado, la muerte de aproximadamente “220.000 personas, 25.007 desaparecidas,
5.712.506 desplazados, 16.340 asesinatos selectivos, 1.982 masacres, 27.023 secuestrados, 1.754
víctimas de violencia sexual y 6.421 casos de reclutamiento forzado” (El País, 2013: p. 2). Lo
anterior, ha generado brechas de desigualdad y pobreza que afectan el bienestar físico y emocional
principalmente de las personas que sufren la guerra directamente.

En 2016 se dio la firma del Acuerdo de Paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia - FARC, una de las guerrillas más antiguas de Latinoamérica; sin
embargo, la guerra continúa puesto que en los territorios rurales predominantemente, se sigue

6
encontrando la presencia de antiguos y nuevos actores armados que continúan generando violencia
y perturbando la SM de los colombianos.

1.1 Santiago de Cali, ciudad de inmigrantes

Santiago de Cali, es la capital del Departamento del Valle del Cauca y es una de las principales
ciudades del país, con una población de 2.700.000 habitantes aproximadamente (DANE, 2018).
Limita por el norte con el municipio de Yumbo, por el oriente con Palmira y Candelaria, hacia el
Sur con Jamundí y el Departamento del Cauca y por el occidente con Dagua. La zona urbana está
dividida en 22 comunas y la zona rural en 15 corregimientos (Navarro, El Hormiguero, Pance, La
Buitrera, Villacarmelo, Los Andes, Pichindé, La Leonera, Felidia, El Saladito, La Elvira, La
Castilla, La Paz, Montebello, Golondrinas).

Sus condiciones geográficas, en especial contar con 7 ríos, posibilita que sea uno de los principales
centros agroindustriales de Colombia, además de ser el principal centro urbano y cultural del
suroccidente del país. Históricamente, Cali ha atravesado por varios momentos de expansión
territorial que han sido producto de las fuertes inmigraciones que se han venido dando hacia ésta,
principalmente desde los años 70’s, 80’s y principios de los 90’s, cuando llegaron personas en su
mayoría de bajos recursos económicos, provenientes del Pacífico colombiano, pueblos indígenas
del Cauca y Nariño, víctimas de desastres naturales como el maremoto de Tumaco en 1979 y otros
vaivenes económicos de la Costa Pacífica como la aparición de “una capa aún reducida para esa
época de bachilleres negros (mujeres y hombres) que buscaban iniciar sus estudios post-
secundarios en Cali” (Urrea, 2012, p.11). De igual forma, un factor importante que ha propiciado
el crecimiento constante de la ciudad, ha sido el crecimiento económico que ha atraído personas
desde las cabeceras municipales y las áreas rurales del departamento (Urrea, 2012).

7
El conflicto armado ha generado el
desplazamiento violento de una
considerable cantidad de personas que han
inmigrado a Cali desde sus territorios de
origen en el centro, norte y costa del
departamento del Valle del Cauca:

“En las últimas dos décadas la pobreza y


la violencia han agudizado el
desplazamiento de un gran número de
familias que buscan la seguridad en Cali.
Estas familias son en su mayoría
afrodescendientes e indígenas que llegan
Figura 1. Fuente Departamento Administrativo de Planeación Municipal. principalmente al Distrito de Aguablanca
y zonas de ladera” (Secretaría de Salud Pública Municipal de Cali, 2008: p. 7).

Es por lo anterior, que también se dan diferentes expresiones culturales al interior de la


ciudad, producto de dichos procesos migratorios y de mestizajes, que más allá de lo racial son
culturales y sociales, lo que convierte a Cali en un núcleo interracial e intercultural. En cuanto al
fenómeno de la pobreza, es importante mencionar que según el informe de Cali en cifras
2016, hasta este año, el 16.5% de la población vivía en condiciones de pobreza económica, es
decir, que contaba con necesidades básicas insatisfechas. De igual forma, frente al desempleo se
puede decir que hasta el año 2015, la tasa anual de desempleo fue del 11.5 (Cali en Cifras, 2016).
Finalmente, dado el fenómeno de la violencia, Cali ocupaba el noveno puesto a nivel mundial y el
tercer puesto a nivel nacional por ser una de las ciudades más violentas y peligrosas.

A continuación, se describe el contexto de la Comuna 13 y el Corregimiento de La Buitrera de la


ciudad de Cali, como los territorios de donde provienen los participantes de la presente
investigación.

8
1.2 La Comuna 13, al oriente de la zona urbana de Cali

La comuna 13 hace parte del Distrito de Aguablanca, en la


zona de inundación del río Cauca. Representa el 4% del total
del territorio del municipio, si bien es una de las comunas
más densamente pobladas, con 8,3% de la población total de
la ciudad (Plan de desarrollo 2008 – 2011), es decir 178.909
personas aproximadamente (Cali en cifras, 2016).

Está compuesta por 22 barrios y 11 asentamientos que son:


Belisario Betancourt, Brisas de la paz, Jazmincito, La florida,
Nueva Florida, Nueva Ilusión, Playa Alta, Playa Baja, Polo,

Figura 2. Fuente: Departamento Administrativo


Sardi y Villa Uribe, representando así, la comuna que más
de Planeación Municipal
AHDI posee, hecho que permite evidenciar que las
condiciones de gran parte de la población son precarias, es decir que viven en extrema pobreza o
en la miseria.

Tabla 1. “Barrios, urbanizaciones y Sectores de la Comuna 13”

Fuente: Departamento Administrativo de Planeación Municipal

Es importante anotar que en esta comuna, el 74,9% de la población se concentra en las edades
productivas (10 a 64 años) mientras que la población mayor representa el 4,5%. Sin embargo, “el
16,9% de la población económicamente activa se encuentra desempleada, comparado con un
promedio de 15,1% en la zona urbana” (Plan de Desarrollo Municipal 2016 – 2019, p.5). La
estratificación más común de las viviendas de esta comuna, es el estrato 2.

9
A nivel educativo, está compuesta en su mayoría por personas cuyo nivel educativo es básica
primaria (un 37,1% de la población total de la comuna), de éstas, el 52,8% son mujeres. Por otro
lado, las personas con básica secundaria (completa e incompleta) representan el 25,7%. Donde el
51,2% también son mujeres. (Plan de desarrollo 2008 – 2011). Las condiciones económicas y
educativas explican en gran parte que las mayores tasas de mortalidad se concentren en la
población masculina en edades entre los 15 y 34 años, a causa de la violencia (Plan de desarrollo
2008 - 2011).

Según el Plan de Desarrollo 2008-2011, entre los problemas más relevantes que los habitantes de
la Comuna refieren están:

 “Falta de compromiso de la comunidad para participar en las actividades que se


organizan al interior de la comuna. Este problema tiene impacto negativo en el
desarrollo de la comunidad y además, incrementa la pobreza tanto espiritual como
económica y la apatía de sus miembros” (p. 16).

 “Insuficiente atención a los enfermos mentales de la comuna 13. Lo anterior se debe a


la falta de un centro de rehabilitación adecuado para los enfermos mentales ubicado en
la comuna y a la falta de apoyo de las entidades pertinentes, de recursos destinados a
la solución del problema y a la falta de información a los enfermos y familiares para
acudir a un tratamiento adecuado. Es por todo lo anterior, que en la comuna hay una
alta generación de enfermedades progresivas y suicidios, además de una alta
probabilidad de muerte de los enfermos mentales por falta de atención” (p.18).

 “Manejo inadecuado de basuras y escombros, lo cual se debe principalmente a una baja


cultura de reciclaje en cada barrio, a la falta de articulación entre la comunidad y los
centros de acopio, a la atomización de los recursos y a la falta de campañas educativas
a los recicladores. Este problema perjudica principalmente la salud de sus habitantes,
el aspecto físico de los barrios y la valorización de sus predios además de que se
fomenta la delincuencia e incrementa el riesgo de inundaciones” (p.19).

10
 “Carencia de infraestructura y dotación adecuada para la participación comunitaria.
Problema causado por la falta de apoyo y reconocimiento por parte de la administración
municipal, la falta de gestión para generar recursos económicos, la falta de capacitación
y formación para los miembros de la comunidad en temas legales” (p.19).

1.3 El Corregimiento de La Buitrera, en la ladera de la zona rural de Cali

El corregimiento la Buitrera, está ubicado en el flanco Oriental de la Cordillera Occidental al sur


occidente del Municipio de Santiago de Cali en el área de las cuencas de los ríos Lili y Meléndez,
tributarios del Rio Cauca. Se encuentra ubicado
en lo que anteriormente fue el sitio de recreo de
la sociedad caleña. Haciendas como Cañas
Gordas, Piedra Grande, San Joaquín y Parajes,
hoy club Campestre de Cali y los sectores el
plan y parte media fueron sitios de balneario y
descanso.

En La Buitrera, la mayor concentración de


población se encuentra en las veredas Los

Figura 3. Fuente: Departamento Administrativo de Cerros, Las Palmas, Pueblo Nuevo, El Plan,
planeación Municipal
Girasoles, y el resto de la población está
dispersa entre las veredas Altos del otoño, Altos del Rosario, Anchicayá, Lomalinda, Alto
Meléndez, Alto de los Chorros, Filo de Hambre y Polvorines. Según el Departamento
Administrativo de Planeación (DAP), la proyección de la población total La Buitrera para el año
2014 es de 7.452 habitantes (Cali en cifras, 2016), sin embargo, según datos obtenidos a partir de
conversaciones con miembros de la Junta administradora local (JAL), se estima que la población
real es de aproximadamente 56.000 habitantes. Existe una fuerte crítica por parte de los habitantes
al último censo rural realizado en el territorio, pues según este, toda la población rural de Santiago
de Cali es de 48.369 habitantes, lo cual no coincide con la información que se ha obtenido desde
la JAL.

11
Entre los aspectos más referenciados por habitantes del territorio se encuentra el abandono o
ausencia estatal que han sentido por años, dada la “exclusión espacial” a la que se encuentran
sometidos en términos de la lejanía de la urbe, donde se concentran la mayor parte de los servicios
estatales. Asimismo es necesario mencionar que dentro de este territorio existen subterritorios
donde las dinámicas de vida son totalmente opuestas en muchos casos. Así mientras en el eje sur
de la Buitrera se encuentran viviendas clasificadas hasta en estrato 5, en el eje central se pueden
observar viviendas y barrios completos que son producto de ADHI posicionados hace algunos
años. Asimismo se encuentran viviendas en condiciones precarias y poblaciones en un estado de
alta vulnerabilidad y exclusión social, dado su nivel de pobreza extrema. Algunas cifras que lo
evidencian son las siguientes:

La tasa de desempleo es de 22,6%, superior al promedio de 20% en la zona rural de Cali.


En el corregimiento el 8.3% de la población económicamente activa se encuentra
desempleada Adicionalmente, 43,1% de los hogares de este corregimiento percibe que sus
ingresos no alcanzan para cubrir los gastos mínimos y el 52,9% percibe que solo alcanzan
para cubrirlos, en tanto que el 3,9% de los habitantes considera que sus ingresos cubren
más que los gastos mínimos. (Plan de Desarrollo 2016 – 2019 Corregimiento La Buitrera.
p.4).

1.4. Aproximación histórico / contextual al campo de intervención en salud mental en Cali

Comprendiendo todas las dinámicas territoriales que se mencionan en los apartados anteriores, es
evidente que el país, la ciudad y el territorio local, han atravesado procesos de transformación
social, política y económica que hacen que “los referentes y costumbres que orientan el curso de
vida de los ciudadanos también hayan ido cambiando” (p.5). En ese sentido, es importante
comprender que el campo de intervención de la SM es sensible a este tipo de transiciones y por
ello busca reinventarse y crear nuevos marcos de referencia para comprender nuevos sentidos de
la vida, aunque ello no emerge con la misma rapidez con la que se dan dichos cambios e
incertidumbres que se convierten en fenómenos que amenaza el bienestar psicológico (Ministerio
de Salud y Protección Social, 2014. p.5).

12
En Colombia, aproximadamente 40,1 % de la población entre 18 y 65 años ha sufrido, está
sufriendo o sufrirá alguna vez en la vida un trastorno psiquiátrico diagnosticado” (Posada, 2013.
p.1). En un estudio comparativo entre Colombia y otros 14 estudios homólogos en diferentes países
desarrollados y en desarrollo sobre la prevalencia de los trastornos mentales. Se refleja que el país
ocupa:

Los cinco primeros puestos en algunas enfermedades mentales, segundo puesto en el


trastorno por control de impulsos, cuarto puesto en los trastornos de ansiedad y en los
relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas como en cualquier otro trastorno
(trastorno de ansiedad de separación en la infancia, trastorno por déficit atención, trastorno
de conducta, trastorno negativista desafiante, trastorno de ansiedad de separación del adulto
y bulimia nerviosa) y el quinto puesto en los trastornos del estado de ánimo. (Posada, 2013,
p.1)

Los trastornos mentales en Colombia afectan a niños, adolescentes y adultos jóvenes, factor que
empeora en gran medida el pronóstico, la productividad académica y económica de la población y
en últimas, el capital global que incluye los factores personales, simbólicos, culturales y
relacionales (Posada, 2013).

La pobreza, el empleo, el género, y la violencia se constituyen en los determinantes más


importantes de la SM de los colombianos. Es por eso que se considera que “los problemas de SM
en la población no ocurren al azar, por lo que existe interacción entre SM y condiciones
socioeconómicas” Según Harpham, Grant y Rodríguez (2004) en Ministerio de Salud y Protección
Social (2014). En ese sentido:

Las personas más pobres y aquellas sometidas a condiciones de exclusión y desventaja


social, son más propensas a vivir experiencias que impactan negativamente la salud mental
y su vez, son también quienes tienen mayores dificultades en el acceso a la atención en
salud. (p. 11)

Para comprender el campo de intervención en SM es importante reconocer sus transformaciones en


Colombia y en la ciudad de Cali en particular (Gutiérrez, 2015), distinguiendo por lo menos 3 etapas
que se usaron en un análisis similar a nivel nacional, que van de 1950 a 1990; de 1990 a 2000; y de
2000 en adelante (Urrego, 2007).

13
En la primera etapa, a pocos años de la creación de la OMS en 1948, en la década de 1950, cuando la
Universidad del Valle asumió el compromiso de convertir el denominado asilo de locos San Isidro,
fundado en 1944, en un hospital psiquiátrico universitario, la naciente psiquiatría en Colombia ya
contextualizaba la relación enfermedad mental y violencia (Rosselli, 1968). Durante las décadas de
1960 y 1970 Colombia no fue ajena al movimiento internacional de crítica al modelo biomédico para
el abordaje de los fenómenos de salud en general, y a la psiquiatría y el higienismo mental, en
particular. Precisamente en la Universidad del Valle, pionera en la atención psiquiátrica clínica en la
región, se comenzó a gestar un movimiento por la psiquiatría comunitaria, eclipsado o latente hasta
hoy. En 1974 se realizó el primer estudio nacional de SM, del cual derivó la creación de la División
de SM en el Ministerio de Salud y el fortalecimiento del movimiento por la desinstitucionalización de
los enfermos mentales (Urrego, 2007).

La Declaración de Caracas de 1990 marca el inicio de la segunda etapa, alrededor de la


reestructuración de la atención psiquiátrica en América Latina, legitimó los esfuerzos por ampliar la
atención más allá del ámbito clínico y del sector salud hacia una intervención intersectorial y
comunitaria que asumiera la SM como expresión del bienestar o malestar social. Para esta época en
Colombia, la violencia en sus distintas expresiones y el consumo de sustancias psicoactivas
comenzaron a ser prioridades en salud pública dada la agudización y entremezcla de los fenómenos
del conflicto político armado y el narcoterrorismo. Con las negociaciones de paz con grupos
guerrilleros y la promulgación de la nueva constitución de 1991, emergieron iniciativas de
intervención sobre la violencia desde una perspectiva de paz y democracia. Así, en el discurso y la
práctica, las violencias como objeto de conocimiento e intervención, restaron importancia a la salud
mental, y el consumo de sustancias psicoactivas emergió entonces como un objeto bisagra entre los
dos anteriores. En 1993 se realizó el Estudio Nacional de SM y Consumo de Sustancias, con un
enfoque epidemiológico más definido. En 1997 se actualizó este estudio como insumo para la
formulación de la Política Nacional de SM de 1998 (Ministerio de Salud, 1998).

En este contexto y bajo este enfoque epidemiológico y con financiamiento internacional, la Alcaldía
de Cali creó el programa Desarrollo, Seguridad y Paz – DESEPAZ (Guerrero, 1999); el Observatorio
Social o sistema de vigilancia epidemiológica de la violencia (Bermúdez, 2008); la Red de Promoción
del Buen Trato, enfocada en la violencia /convivencia familiar; y la Estrategia Escuelas Saludables
con el componente de Habilidades para la Vida (Gutiérrez y Gómez, 2007). Así mismo, en 1995 nació

14
el Centro de Investigaciones y Desarrollo en Prevención de Violencia y Promoción de la Convivencia
Social (CISALVA), en la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle, importante referente
para el diseño de políticas públicas en la ciudad. Por otro lado, desde la perspectiva de la Educación
Popular la Alcaldía de Cali también creó el Programa Interinstitucional de Educación para la
Participación y Convivencia Ciudadanas - EDUPAR, liderado por la Secretaría de Desarrollo
Territorial y Bienestar Social y la Universidad del Valle, entre otras instituciones. Como un hito de la
ICSM en Cali, en 1996, paralelamente a estas iniciativas gubernamentales, con la financiación y apoyo
técnico de una ONG italiana se realizó un Diagnóstico de Salud Mental en el Distrito de Aguablanca,
producto del cual se inició un programa público de SM comunitaria articulado al Hospital Carlos
Holmes Trujillo, que además de la atención clínica, apoyó la creación de la Asociación de Familiares
y Pacientes con Enfermedad Mental - ASFAPEM (Gómez y Gutiérrez, 2011).

La tercera etapa, a comienzos del siglo XXI esta marcada por el Informe Mundial de Salud mental:
nuevos conocimientos, nuevas esperanzas (OMS, 2001) y la Encuesta Mundial de Salud Mental
(World Mental Health Survey Consortium, 2004), como insumos del Programa Mundial de Acción
de Salud Mental que contempla el fomento de la investigación, la gestión de políticas públicas, y la
protección de los derechos humanos (OMS, 2008). A nivel local estas iniciativas tuvieron sus
respectivos correlatos en investigación e intervención, tanto desde la perspectiva de la Educación
Popular (proyecto redes sociales para la convivencia, del Programa EDUPAR desde 2001), como
desde la perspectiva epidemiológica (creación del Observatorio de Violencia Familiar en
2002, liderado por la SSPM como precursor del actual Observatorio de Salud Mental).

El Estudio Nacional de Salud Mental (Ministerio de Salud y Fundación FES, 2005) posicionó la
brecha de atención en salud mental como un problema prioritario de salud pública. Así, con el respaldo
de la OMS la categoría de SM volvió a recobrar importancia en la investigación e intervención en
Colombia. De ello se derivó la reformulación de la política nacional de SM de 1998 y la inclusión en
el Plan Nacional de Salud Pública 2007 – 2010, de la meta de creación de un plan local de SM en cada
municipio (Ministerio de la Protección Social, 2007). Para esa meta ya Cali contaba desde 2005 con
tres importantes insumos: El Observatorio de Violencia Familiar desde 2002 (Espinoza, sf) ; la política
municipal de convivencia familiar (Alcaldía de Santiago de Cali, 2005), y la creación de un equipo
interdisciplinario de SM en la SSPM, encargado de ampliar a toda la ciudad el programa de SM
comunitaria del Distrito de Aguablanca de los años 90´s., y que logró posicionar el tema de la SM en

15
el Plan de Desarrollo Municipal 2008 – 2011 (Alcaldía de Santiago de Cali, 2008). En el seno de este
grupo funcional de la SSPM se han gestado importantes avances en investigación local en SM: un
Estado del Arte en Salud Mental (Centro de Investigaciones Multidisciplinarias para el Desarrollo,
2007); la Revisión Bibliográfica de Modelos de Atención Primaria en Salud Mental (Gutiérrez y
Gómez, 2008); la inclusión de la vigilancia epidemiológica de violencia autoinfligida en el
Observatorio de Violencia Familiar (Castillo, 2011), el Estudio de Prevalencia de Acceso a Servicios
de Salud Mental (Gómez y Gutiérrez, 2011) y la sistematización de la experiencia del Observatorio
de Violencia Familiar 2008 – 2015 (Gutiérrez, 2015). Mientras tanto a nivel nacional, apenas hasta
2011 se creó el Observatorio Nacional de Salud Mental (Ministerio de Salud y Protección Social,
2012). En ese mismo año también se promulgó la Ley 1448 de 2011 o ley de víctimas, como
fundamento legal de un campo de intervención emergente: la atención psicosocial a víctimas, en el
contexto del denominado post conflicto.

Actualmente, los esfuerzos locales por la ICSM está legitimados por lineamientos internacionales
(OMS, 2013), el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021 (Ministerio de Salud y Protección Social,
2013), la promulgación de la Ley 1616 de 2013 o ley de salud mental (Congreso de la República,
2013), la nueva propuesta de Política Nacional de Salud Mental de 2014 (Ministerio de Salud y
Protección Social y Universidad Nacional de Colombia, 2014), la última Encuesta Nacional de Salud
Mental (Ministerio de Salud y Protección Social, 2015), y el Plan de Desarrollo Municipal 2016 –
2019 “Cali Progresa Contigo” (Alcaldía de Santiago de Cali, 2016).

En este marco se posibilitó la vinculación de practicantes de Trabajo Social de la Universidad del


Valle a los procesos de intervención adelantados por el grupo de SM de la SSPM. Entre 2015 y 2016
se llevó a cabo un proceso de intervención para crear y/o reactivar las Redes de Promoción del Buen
Trato en la ciudad, las cuales estuvieron en una fase de inactividad a principios de la década de 2010,
en varias zonas de la ciudad, entre ellas la Comuna 13 en la zona urbana, y el Corregimiento de La
Buitrera en la zona rural. Dicha intervención es la experiencia que da origen a esta investigación,
buscando comprender el punto de vista de los actores o líderes comunitarios para el replanteamiento
de las intervenciones comunitarias en SM en la ciudad de Cali.

Con estos antecedentes histórico – normativos que enmarcan los procesos de investigación e
intervención en SM en el país y en la ciudad, se hacen evidentes los esfuerzos y las dificultades para

16
abordar una atención integral a la SM, vía servicios de salud; y así mismo se hace evidente la necesidad
de explorar otras prácticas de atención o intervención, complementarias o que reemplazan a la atención
clínica, tal como se ha venido haciendo en otros países del mundo (Kleinman, 1997; Good, 2008;
Menéndez, 2009; Berenzon, et al, 2015).

17
Capítulo 2. Antecedentes y planteamiento de la investigación sobre
intervención comunitaria en salud mental.

En las últimas décadas un tema de interés en la agenda pública de América Latina ha sido la SM,
un debate considerado ineludible, teniendo en cuenta las condiciones sociopolíticas, económicas
y culturales que atraviesan e inciden en las biografías e historias colectivas, que influyen de manera
profunda en la SM de los pobladores de este continente. De acuerdo a lo anterior, desde el 2013 la
Organización Mundial de la Salud viene apoyando a los gobiernos que la integran, a través
de políticas y planes que tienen el fin de “promover y reforzar la salud mental”, bajo la aprobación
del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013 – 2020, cuyo objetivo general es el de
“promover la salud mental, prevenir trastornos mentales, dispensar atención, mejorar la
recuperación, promover los derechos humanos y reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad
de personas con trastornos mentales” (OMS, 2018).

En consecuencia, se ha empezado a observar que el debate sobre SM, ha permitido extender la


trama conceptual sobre el tema, en la cual se reconocen por lo menos, dos perspectivas: una, en la
cual la SM se concibe como un estado negativo relacionado con trastornos mentales, asociando el
concepto de SM al de enfermedad mental; y otra, más amplia que integra diversas dimensiones de
la vida, sin delimitar el concepto de SM a un estado ausente de trastornos.

Con el ánimo de enmarcar el contexto académico o estado del arte del presente estudio, se hicieron
búsquedas bibliográficas que permitiesen entender cómo se ha venido tratando el tema de la SM
en la agenda pública global y el tránsito que se ha dado al respecto, aproximándose a los desarrollos
en cuanto al abordaje de la SM desde el campo de lo comunitario específicamente en América
Latina y en Colombia. En esa línea se realizó un rastreo sobre investigaciones precedentes a nivel
internacional, nacional y local, en los últimos cinco años, incluyendo algunos trabajos
desarrollados en años anteriores por considerarse de interés.

Las búsquedas bibliográficas se hicieron en bases de datos bibliográficos en línea como el OPAC
(On Line Public Access Catalogue) de la Universidad del Valle, Dialnet, Scielo, Redalyc, revistas
especializadas de Trabajo social de diferentes universidades, así como revistas de otras áreas de

18
las ciencias sociales, documentos publicados en páginas web oficiales de organismos
multilaterales y estatales., priorizando investigaciones desde la literatura hispanoamericana.

Inicialmente, se buscaron antecedentes sobre RS que apuntarán al tema en cuestión, las


“Representaciones Sociales sobre intervenciones comunitarias en Salud Mental”, pero los motores
de búsqueda no arrojaron resultados específicos sobre investigaciones previas en este tema. En ese
sentido el foco de búsqueda se amplió encontrando investigaciones de RS sobre Intervención
Social en general y RS sobre SM, de manera que el estado del arte que se presenta a continuación,
mostrará lo encontrado hasta el momento en torno a dos ejes: 1. Representaciones Sociales e
Intervención Social y 2. Representaciones Sociales sobre Salud Mental y temas asociados. A su
vez, se encontrará que estos dos ejes se enmarcan en investigaciones desde la perspectiva de los
profesionales como interventores y estudios desde la perspectiva de los intervenidos.

2.1 Representaciones Sociales e Intervención Social

Sobre estudios relacionados con las RS y la intervención social se encuentran que Castillo y
Winkler (2010) presentan su investigación denominada “Praxis y Ética en Psicología
Comunitaria: Representaciones Sociales de Usuarias y Usuarios de Programas Comunitarios en
la Región Metropolitana”, este estudio se realiza en Chile, con el objetivo de investigar las RS
que los usuarios de dicha región tienen sobre la praxis de profesionales de programas estatales y
ONGs que han intervenido en su territorio. Esto con el fin de comprender cómo se ha venido
desarrollando el quehacer del psicólogo comunitario teniendo en cuenta que muchas veces es
delimitado por los intereses institucionales y estos no se corresponden con los de la comunidad y
necesidades de la misma, lo que influye en que se fomente la representación del experto que brinda
apoyo psicosocial, reproduciéndose posturas asistenciales.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores realizaron cuatro entrevistas participativas a 32
usuarios de los programas de ONGs públicas y privadas que hubiesen tenido contacto profesional
con un(a) psicólogo(a) Comunitario(a) por lo menos un año. Como método de estudio utilizan el
análisis del discurso obteniendo como resultado que a lo largo del tiempo, los usuarios muestran
una fuerte valoración del vínculo que establecen con los profesionales y a su vez significan esta
relación como una amistad, lo que permite el progreso en los trabajos individuales que estos llevan
a cabo con cada usuario, permitiendo identificar además una diferencia en la intervención con el

19
psicólogo clínico, la cual la califican desde una posición “amenazadora”. En ese sentido, surge un
fuerte síntoma de dependencia con el profesional de la psicología comunitaria, lo que según estos
autores, a largo plazo, se puede considerar como una dificultad, teniendo en cuenta que las
intervenciones Estatales son dadas a la fragmentación, lo que ocasiona la ruptura de la relación y
el estancamiento del proceso. Sin embargo, en el rol del profesional se intenta “preparar” al usuario
para que este asuma una posición más autónoma cuando esto suceda (Castillo y Winkler, 2010).

Por otro lado, en el rastreo de la información internacional, se encuentra el resumen de otro estudio
chileno denominado Representaciones Sociales sobre la Intervención especializada a ofensores
sexuales en libertad vigilada del adulto. Este breve resumen expone la necesidad de indagar sobre
las RS que tienen los hombres condenados sobre la intervención especializada que reciben, y a su
vez la Representación Social que tienen al respecto los profesionales que las desarrollan. Para
llevar a cabo el estudio, los investigadores aplican entrevistas a 28 hombres condenados bajo la
modalidad de Libertad Vigilada del Adulto y a 10 profesionales de 5 Centros de Reinserción social
de Gendarmería – Chile. Entre sus hallazgos se evidencia que los condenados representan la
intervención como una forma de educación progresiva que “les hace reconocer su participación en
el delito”, y por otro lado, desde la perspectiva profesional, aunque reconocen las dificultades que
les ofrece el contexto en su labor, representan la intervención como necesaria y significan la idea
de que es indispensable abordar estos casos desde el cumplimiento de su deber (Dölz y Alvear,
2012).

Una investigación encontrada a nivel nacional y que muestra el estudio de las RS en relación con
la intervención es la de Pérez, Díaz y Páez (2010), quienes realizan en la ciudad de Cartagena una
investigación denominada Representaciones y prácticas sobre intervención social y ciudadanía
de estudiantes del programa de Trabajo Social de la Universidad de Cartagena. Por medio de este
estudio, buscan validar la forma de hacer un tipo de intervención social respetando y reconociendo
las formas de acción social preexistentes. Para iniciar, se plantean como objetivo, identificar las
RS, los discursos y las prácticas sobre intervención social de los estudiantes de último año del
programa de Trabajo Social en dicha Universidad. La información fue recogida mediante
entrevistas semiestructuradas y grupos focales llevados a cabo con la participación de 10
estudiantes entre hombres y mujeres matriculados en los dos últimos semestres del programa.

20
Entre los hallazgos se pueden rescatar que los estudiantes, reconocen en los discursos
contemporáneo de la intervención social, primero un tema ético, que le da el sentido humanizador
al respeto por las diferencias; segundo, al reconocimiento y la garantía por los derechos de las
poblaciones vulnerables; Por otro lado, también reconocen que en la intervención contemporánea,
emergen discursos que tienen que ver con la necesidad de impulsar la autogestión, herramienta
que permite la formulación de proyectos de la participación activa de la comunidad entre otros
aspectos. Los estudiantes coinciden en que la intervención debe estar mediada por procesos de
investigación.

Finalmente es importante hacer mención de algunas investigaciones a nivel local, que reposan en
el CEDIS -Centro de Estudios de Intervención Social-de la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo
humano de la Universidad del Valle. Dichas investigaciones aunque no se enfocan en
representaciones sociales, dan cuenta de algunos procesos sobre la Intervención comunitaria en
campos relacionados con la SM, sistematizando experiencias concretas de intervención como lo
es el “Proceso de construcción de tejido social en el Barrio el Vergel, a partir de la sistematización
de experiencias de un Proceso Formativo de Animadores Socioculturales para la
Convivencia” realizada por Gutiérrez y Patiño (2004). Otra sistematización, es la desarrollada
por Ortiz y Ramírez (2009) a partir de la “Metodología de Intervención Profesional en el Programa
de Buen Trato Desarrollado con Familias de la Comuna 4 del Municipio de Yumbo para el Año
2008”. También se encuentra la recuperación de la “Experiencia Obtenida a partir del Proceso
Metodológico Desarrollado desde Trabajo Social en la Red de Promoción del Buen Trato en el
Corregimiento de Montebello de la Ciudad de Cali”, de Pereira y Pardo (2009).

Estas investigaciones dan cuenta de un contexto en el cual se explora y avanzan intervenciones


para la convivencia familiar y comunitaria, como antecedentes históricos de lo que hoy tiene que
ver con la intervención social en un campo más amplio de la SM. Es de anotar que en las
investigaciones mencionadas se explora la visión construida desde una mirada institucional y
profesional.

2.2 Representaciones Sociales sobre Salud mental

En el ámbito internacional, específicamente en el contexto latinoamericano, se encuentran


investigaciones realizadas en México y Brasil. Estas se orientan al estudio de los significados

21
acerca de la SM (Ríos, Palacios, De Alba & Sandoval, 2003), e indagan las RS de la SM y
enfermedad mental (Torres, Aranzazú, Aranda & Salazar, 2015), así como las RS de profesiones
específicas como la enfermería acerca de su propia SM (Fernández, Ferreira, albergaría &
Conceicao, 2002).

La investigación realizada por Ríos et al. (2003) en México, se propone lograr una aproximación
exploratoria y comprensiva de la manera en que población adulta perteneciente a un asentamiento
irregular ubicado en el Sur de México, le da sentido y significado a los padecimientos emocionales
en su vida diaria. Dicha investigación se desarrolló a partir de un enfoque cualitativo, utilizando
entrevistas a profundidad realizadas a personas entre los 27 y 58 años. En sus resultados se
evidencia que el consumo de alcohol en hombres adultos, el uso de drogas en adolescentes y la
violencia intrafamiliar son los padecimientos más importantes percibidos en la comunidad; otras
problemáticas manifestadas por este grupo son los problemas de lenguaje y los trastornos del
aprendizaje en los niños. Hubo otras fuentes de malestar relacionadas con la inseguridad percibida
en la colonia, la falta de servicios y la corrupción de líderes y autoridades. En esta investigación
se puede observar como las fuentes de malestar o de padecimientos emocionales tienen relación
en tres dimensiones, personal, interpersonal y comunitaria, ello se hace relevante para esta
investigación en cuanto trasciende la dimensión personal en relación con la SM, y da lugar al
contexto en el que habitan los sujetos.

Posteriormente en el mismo país (México), Torres et. al (2015), llevaron a cabo una investigación
en la cual exploraron las RS sobre los conceptos de SM y enfermedad mental por parte de la
población adulta de la ciudad de Guadalajara, así como identificar diferencias entre las RS de los
hombres y las mujeres. Dicho estudio se realizó con el enfoque metodológico de la Teoría de las
RS, usando técnicas cualitativas (análisis de categorías temáticas emergentes del discurso de los
participantes) y cuantitativas (desde el enfoque estructural de las RS), a una población participante
de hombres y mujeres mayores de edad que no estuvieran relacionados con el área de salud. En
los resultados se encuentra que las mujeres de la población relacionan el concepto de SM con el
término psicología y a su vez, mencionan los aspectos que perturban la SM. Por su lado, los
hombres relacionan el concepto de SM con el término bienestar y tienden a confundir Enfermedad
Mental con SM. En cuanto al término de Enfermedad Mental, mujeres y hombres coinciden en

22
que está asociado con “locura”, producto de daños físicos y emocionales que requiere atención
psicológica y psiquiátrica.

Por otro lado, Fernández et. al (2002), realizaron una investigación en Brasil, focalizando su
población de estudio en mujeres que ejercen la enfermería en diferentes hospitales. En este estudio
el objetivo central es conocer cómo las enfermeras representan su trabajo y la relación de ese
trabajo con su SM, además de identificar a través de las representaciones de las enfermeras, las
estrategias construidas por ellas en el enfrentamiento del sufrimiento en su trabajo. Es un estudio
descriptivo, con una perspectiva cualitativa, que utiliza entrevistas semiestructuradas y tiene como
eje conductor la Teoría de las Representaciones.

A través de esta investigación Fernández et al. (2002), señala que las representaciones de las
enfermeras entrevistadas, revelan diversas visiones del trabajo, posibilitando el avance en las
abstracciones y la comprensión de la relación de la mente y del trabajo de enfermería. Según el
autor, en los resultados se puede percibir que las profesionales de esta área hacen real un esquema
conceptual, reabsorbiendo los significados de la relación SM y trabajo en enfermería (como trabajo
femenino), materializando esos significados y transpolándolos hacia un nivel más concreto. Se
identifican representaciones cargadas de sentimientos que marcan el ideario de las enfermeras y
que se derivan de otras representaciones anteriormente elaboradas, caracterizándose en un proceso
recurrente, lo que permite visualizar el trabajo en la enfermería como factor de sufrimiento creativo
o sufrimiento patogénico.

En el contexto colombiano, Calle y Carmona (2006), realizaron una investigación centrada en el


estudio de las Representaciones Sociales de la SM en la comunidad indígena Embera-chamí en el
municipio de Jardín -Antioquia. Esta toma un enfoque cuantitativo, diferente a los estudios que se
han mencionado hasta aquí, por lo cual en la modalidad investigativa se aplicaron encuestas a 150
personas del cabildo, diferenciando entre jóvenes estudiantes, integrantes del cabildo, amas de
casa, campesinos y empleados. Se encontró que en los indígenas, la representación social de SM
está estrechamente ligada con el manejo de la comunidad, es así que se toma la salud como un
estado dinámico de normalidad o de equilibrio de la persona consigo misma, su familia y demás
miembros de su grupo social, con su ambiente, los espíritus o fuerzas naturales que rigen en la
naturaleza. Se evidencia que para los indígenas, la enfermedad es asumida como un problema que

23
surge cuando se rompe el equilibrio. Por otro lado, SM está estrechamente ligada a la preservación
de la identidad étnica, a la viabilidad de las formas tradicionales de organización social y a la
sustentabilidad de las formas de uso y manejo de los recursos naturales, de los que dependen los
sistemas de vida rural campesina. Estas dimensiones de la vida comunitaria son determinantes de
recursos personales, familiares y comunitarios para la prevención y atención en SM. Al finalizar,
esta investigación permite conocer que la atención a la SM de los pueblos indígenas está
condicionada por la carencia de recursos y por el escaso conocimiento de sus prácticas de salud y
de las formas en que se expresan sus padecimientos emocionales dentro de sus sistemas culturales
(Calle y Carmona, 2006).

Más recientemente, también en el ámbito colombiano, Betancur, Restrepo, Henao, Arboleda &
Rodríguez (2014), realizaron un estudio denominado “Representaciones sociales sobre Salud
Mental en un grupo de profesionales de la ciudad de Medellín: análisis prototípico y categorial”.
En este se exploraron las RS sobre SM en un grupo de 117 profesionales incluyendo psicólogos,
psiquiatras, trabajadores sociales y médicos, que ejercen en áreas relacionadas con la SM. Su
estrategia de análisis partió del análisis prototípico y categorial a partir de la evocación libre de
palabras, teniendo como término inductor “Salud Mental”. En el análisis prototípico se
identificaron las palabras “equilibrio y estabilidad” como constitutivas del núcleo central de la
representación y en el categorial emergieron tres categorías: dimensiones de la SM, perspectivas
de la SM e intervenciones. Según esta investigación, en las RS de los participantes se pueden
observar elementos propios de los sistemas de conocimiento experto, atravesadas por elementos
del sentido común; dicho de otro modo, la SM no es únicamente un objeto de conocimiento
científico, sino un objeto social, mediado por el saber que circula abiertamente en las interacciones
cotidianas y en los diferentes medios de comunicación.

Como se ha podido observar los estudios consultados y recopilados hasta el momento, se orientan
al análisis de las RS sobre SM y de la intervención en general, desde la perspectiva de los
participantes, denominados en algunos casos “usuarios, beneficiarios, población atendida, etc.”.
Por otro lado, se exploran las RS desde la perspectiva de los actores que intervienen
institucionalmente, ya sean profesionales del área de la salud o todo aquel que pueda estar
involucrado en el proceso de intervención siendo enfermeras(os), trabajadores sociales,
psicólogos, psiquiatras, etc. Varios de estos estudios se han realizado en contextos urbanos y en

24
un porcentaje menor, en contextos rurales, sin embargo pocos indagan la relación entre las
condiciones sociales del entorno y su influencia con las fuentes de malestar colectivo y
padecimientos mentales.

Si bien, los anteriores elementos han aportado al campo de conocimiento relacionado con la SM,
se identifica un vacío de información que permita explorar y comprender las Representaciones de
las personas sobre la ICSM, más allá de los conceptos salud/enfermedad. Cabe señalar que al
parecer, poco se han explorado los significados, experiencias y representaciones de quienes
habitan un territorio concreto pero, desde una posición de liderazgo/actor comunitario, desde la
cual promueven acciones en el territorio encaminadas al bienestar colectivo, desde el cuidado, el
arte y la cultura, los deportes, la educación etc., reconociendo que todas estas acciones aportan y
podrían considerarse intervenciones comunitarias en SM, aunque no se explicitan dichos
conceptos en los discursos y RS de ellos mismos, de los profesionales o de los ciudadanos que se
benefician de dichas acciones.

Por estas razones, en el campo de la acción profesional de Trabajo Social tiene sentido una
pregunta de investigación acerca de ¿Cuáles son las representaciones sociales sobre intervención
social comunitaria en salud mental que tienen actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali?, porque se hace imprescindible dar lugar a las
voces de los líderes comunitarios de contextos urbanos y rurales, para que desde sus experiencias
puedan aportar muchos elementos para la construcción de las intervenciones sociales comunitarias
en la ciudad.

25
Capítulo 3. Consideraciones Metodológicas

3.1 Objetivos de la investigación


Para responder a la pregunta de investigación planteada en el capítulo anterior, se llevó a cabo un
estudio con los siguientes objetivos:

Objetivo general: Explorar las representaciones sociales sobre intervención comunitaria en salud
mental de actores comunitarios de la Comuna 13 y el Corregimiento de La Buitrera de la ciudad
de Cali.

Objetivos específicos:
 Identificar la información sobre ICSM de actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali.
 Describir las actitudes hacia la ICSM de actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali.
 Caracterizar el campo de representación sobre ICSM de actores comunitarios de la Comuna
13 y el Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali.

3.2 Enfoque metodológico

Estudiar las RS de las intervenciones comunitarias en SM, implica un posicionamiento desde una
perspectiva epistemológica hermenéutica, que acepta una visión sobre la construcción social de la
realidad. En este caso, se concibe la realidad social como el resultado de un proceso interactivo
donde se da una negociación para la construcción, se reconoce la complejidad de los procesos
comunicativos e interacciónales y su estrecha relación con el comportamiento de los sujetos
(Cifuentes, 2011), enmarcados en condiciones socio históricas concretas.

En ese sentido la construcción de RS se desarrolla de cara a procesos interactivos y comunicativos


que, según Araya (2002), se dan a través de la inserción de los actores en una trama relacional. Es
así que estos actores interactúan desde diversas categorías sociales con diferentes grupos, haciendo

26
uso de lenguajes que posibilitan el compartir de experiencias, acumulando y organizando
informaciones que se transmiten de generación en generación.

Teniendo en cuenta lo anterior, la presente investigación se desarrolló a través de una metodología


cualitativa, desde la cual se entiende que el mundo social se constituye por significados simbólicos,
que se pueden observar en los actos, las interacciones y las comunicaciones de los seres humanos
(Cerda, 2011). Con relación a lo anterior Ibáñez (1988) citado en Araya (2002) plantea que:

El medio cultural en que viven las personas, el lugar que ocupan en la estructura social, y
las experiencias concretas con las que se enfrentan a diario influyen en su forma de ser, su
identidad social y la forma en que perciben la realidad social. (p.14)

En la misma línea, se acude a los planteamientos de Banchs (2000), quien resalta que para emplear
la teoría de las RS, el investigador da una orientación de acuerdo con el objeto de investigación y
sus intereses. De esa manera la misma autora plantea que se puede escoger entre dos enfoques
principales para el estudio de RS: procesual y estructural. En cuanto al enfoque procesual indica:

Se caracteriza por considerar que para acceder al conocimiento de las representaciones


sociales se debe partir de un abordaje hermenéutico, entendiendo al ser humano como
productor de sentidos, y focalizándose en el análisis de las producciones simbólicas de los
significados del lenguaje, a través de los cuales los seres humanos constituimos el mundo
en que vivimos. (p.36)

En ese sentido, los estudios desde el Enfoque Procesual tienen como objetivo comprender la
relación entre los hechos particulares que permiten la construcción de una representación
específica, donde los significados que se atribuyen a un hecho se conectan con el trasfondo
cultural, histórico y contextual (Banchs, 2000).

Por otro lado se encuentra el Enfoque Estructural que tiene como fin comprender la organización
y jerarquía del contenido de las RS haciendo uso de el análisis del núcleo central y sus elementos
periféricos, desarrollando explicaciones de la función de la estructura (Banchs, 2000).

Según lo expuesto esta investigación se desarrolló desde el enfoque procesual, pues el interés fue
reconocer la relación entre el contexto donde se desenvuelven los participantes y las RS, teniendo

27
en cuenta que la información, las actitudes y el campo de representación son elementos que se
analizan en el marco de lo socialmente construido por los actores comunitarios. La definición de
estas tres categorías se presentará en el capítulo 4.

3.3 Tipo de estudio

Los resultados que arrojó la búsqueda de antecedentes de investigaciones similares evidencian que
si bien existen estudios relacionados con las RS sobre intervención social o sobre SM, no se
encontraron en nuestro contexto investigaciones en relación a las RS sobre ICSM desde la
perspectiva de los actores comunitarios como agentes de intervención en sus propios territorios.
Lo anterior se dio como una oportunidad para aproximarse a un rincón del conocimiento poco
explorado. Es por ello que las indagaciones de esta investigación se desarrollaron en un nivel
exploratorio-descriptivo, permitiendo la recolección de información desde un amplio panorama,
para ir delimitando poco a poco el objeto de investigación.

3.4 Los informantes

Como ya se ha mencionado, el proyecto de investigación se fue construyendo simultáneamente


con la experiencia de intervención que las autoras tuvieron durante su período de práctica
académica como estudiantes de Trabajo Social en el grupo de Salud Mental de la Secretaría de
Salud Pública Municipal de Cali que se llevó a cabo entre agosto de 2015 y julio de 2016. Dicha
experiencia se dio en el marco de la creación y fortalecimiento de las Redes del Buen Trato en el
Eje Central de La Buitrera y la Comuna 13. Este proceso les permitió acercarse y conocer actores
tanto institucionales como comunitarios que venían desarrollando acciones en el marco de
estrategias de trabajo en red en estos territorios. Estas personas pertenecen a grupos u
organizaciones en campos como salud, cultura, arte, bienestar, protección y deporte, y se
contactaron inicialmente con el objetivo de construir un diagnóstico y activar el trabajo en red para
la ICSM.

Como resultado de dicho proceso, las investigadoras lograron construirse un panorama de actores
variados tanto desde la institucionalidad como desde el ámbito comunitario. Sin embargo, al

28
delimitar los intereses de la investigación se establecieron criterios para la elección de los
informantes claves, buscando: 1) que fueran habitantes, es decir que “vivieran y compartieran” el
territorio, 2) que ejercieran un liderazgo comunitario al tener algún tipo de experiencia o
acercamiento en intervenciones comunitarias y vínculo con organizaciones comunitarias,
colectivos u otras formas de organización ya fuera en el sector salud, cultura, arte, educación,
deporte; 3) que estos actores tuviesen diferentes edades, incluyendo jóvenes, adultos y mayores,
con el ánimo de poder generar relaciones entre sus RS y el momento de su ciclo vital.

Como se ilustra en la siguiente tabla, se contó con la colaboración de 9 personas que amablemente
se dispusieron a hacer parte de este proceso, permitiendo a las investigadoras conocer un poco más
de su mundo a través del diálogo y la reflexión:

Tabla 2. Actores comunitarios incluidos en el estudio


Los nombres aquí consignados, son los nombres reales de los participantes de la investigación. Los cuales
autorizan su uso en el momento de la entrevista.

Comuna 13 Corregimiento de La Buitrera Total


Edad
Hombres Mujeres Hombres Mujeres

4
Entre 18 y 40 años Alexander Lina Felipe Leidy

Ruby Martha 5
Mayores de 40 años Carlos
Esays Blanca

Total 1 3 2 3 9

Fuente: Construcción propia


3.5 Recolección, análisis y síntesis de información

Antes de iniciar la recolección de información el proyecto se presentó a la coordinadora del Grupo


de Salud Mental y Convivencia Social de la Secretaría de Salud Pública Municipal para contar con
su retroalimentación y su respaldo, en tanto se espera que los hallazgos del estudio sirvan de
insumo a las intervenciones que se están diseñando desde esa instancia de toma de decisiones.

29
Inicialmente se planeó y definió una estrategia metodológica que contemplaba la utilización de
diversas técnicas como entrevistas, grupos focales e incluso talleres, puesto que las investigadoras
tenían gran interés en recoger la información de diferentes maneras. Todo ello, según la estrategia
definida permitiría recoger una amplia gama de información, razón por la cual empezaron a
construir varios instrumentos guía. Sin embargo, la planeación suele diferir de la ejecución, y de
alguna manera los tiempos, el contexto y las dinámicas del territorio fueron llevando a las
investigadoras a priorizar la recolección a través de entrevistas individuales semiestructuradas, que
finalmente permitieron recoger la información a partir del diálogo y de conversaciones
intencionadas, orientadas al cumplimiento de objetivos específicos. Según Blanchet y otros (1997,
p. 90) en Cifuentes (2011), en estos casos es la palabra la conductora que permite acercarse a
acciones pasadas, RS o el funcionamiento y organización psíquica.

En la construcción de la guía de entrevista se tuvo en cuenta el cruce de las siguientes categorías


conceptuales:

Esquema 1. Categorías conceptuales

Representaciones sociales

Información

Salud Intervención
Mental Actitudes Comunitaria
en SM

Campo de
Representación
Fuente: construcción propia

Dado el interés que suscitó la investigación, en el proceso de entrevistas se fue afinando la


capacidad de las investigadoras para ir profundizando en categorías que fueron emergiendo en
cuanto a las RS sobre ICSM. Fue así como además de las categorías relacionadas con la
Información, las Actitudes y el Campo de representación sobre las ICSM, fueron apareciendo otros
elementos relacionados con las concepciones de los actores sobre problemas que afectan la SM
en sus comunidades, su reconocimiento de las instituciones o actores comunitarios que llevan a

30
cabo acciones que para ellos se enmarcan en la ICSM, así como lo que ellos imaginan deben
contener las intervenciones realizadas por diferentes actores.

Las entrevistas se realizaron entre febrero y mayo del 2017. El registro de las entrevistas se llevó
a cabo a través de grabaciones de audio, con el consentimiento de los informantes. Posterior a ello
se realizó el proceso de transcripción de los archivos de audio en archivos de texto, de lo cual
resultó un gran volumen de información.

Una primera fase del análisis de la información recolectada se hizo a la luz de las categorías del
marco de referencia teórico metodológico, utilizando una matriz de análisis en el programa Excel
para cada una de las dimensiones de las representaciones sociales (información, actitud y campo
de representación), con filas por cada informante y las columnas “Subcategoría”, “verbatim”,
“análisis e interpretación teórica”.

En un segundo momento, teniendo en cuenta el volumen de información se realizó una


subcategorización de la información obtenida para las categorías generales, teniendo en cuenta
ejes más específicos y las categorías emergentes, ubicando en cada celda los verbatims más
representativos. Esta subcategorización tuvo como referente una matriz de análisis como la que se
ilustra a continuación:

Tabla 3. Cruce de Categorías conceptuales para la recolección y análisis de información

Dimensiones de las representaciones sociales

Objetos de representación Información Actitud Campo de representación


social

Salud Mental Conocimientos Valoración de la SM Relación con el territorio y


relacionados con SM construcción de liderazgos

Fuentes de información Reacciones positivas o


negativas hacia la SM Participación en acciones
relacionadas con ICSM
Acciones frente a SM /
Autocuidado

31
Intervención Comunitaria Conocimientos sobre Valoración de las ICSM Problemas de las ICSM
en Salud Mental ICSM

Reacciones positivas o Propuestas y estrategias para la


negativas hacia la ICSM ICSM

Fuentes de información Acciones frente a SM /


Cuidado a otros

Fuente: Construcción propia

Debido al gran volumen de información, las tablas de Excel dificultaron el manejo de la misma.
Por ello para el proceso de síntesis, se decidió trabajar con dichas matrices en archivos de Word,
elaborando una primera matriz síntesis con el resumen de los hallazgos preliminares, y a partir de
allí comenzó una nueva etapa de análisis relacionamiento de cada verbatim con anotaciones de
interpretación teórica de los datos, a la par que se realizó una nueva búsqueda y re-lectura de
referentes conceptuales y hallazgos de investigaciones previas. Todo el proceso de transcripción,
análisis, interpretación teórica y síntesis se realizó entre marzo y diciembre de 2017.

3.6 Devolución y retroalimentación de los hallazgos con los informantes

En enero de 2018, a partir de los hallazgos preliminares del estudio se preparó una jornada de
devolución y retroalimentación con los líderes comunitarios que colaboraron en la investigación.
Dicho encuentro se pensó además como una manera de agradecer y reconocer la importante labor
de los actores comunitarios en el marco de las ICSM en sus territorios. Para ello organizó una
reunión en un centro recreativo de la ciudad, en la cual se compartió un desayuno y se realizó una
dinámica de relajación y autocuidado. Posteriormente se hizo una presentación de los principales
hallazgos, se recibió retroalimentación por parte de ellos y se validó lo construido hasta el
momento. Finalmente entre febrero y agosto de 2018 se realizó la escritura del informe final de la
investigación.

Si bien, las investigadoras reconocen que el proceso metodológico ha sido una búsqueda y
experimentación constante que ha traído aciertos y desaciertos, resaltan que el camino recorrido
obedece a que la investigación cualitativa, tan rica en su manera de concebir la información, no

32
está determinada por una línea recta, no hay recetas “exactas”, pues de acuerdo a cada caso el
camino podrá ser un tanto diferente. De manera que “aprender a investigar” llevará necesariamente
a vivir la investigación desde sus satisfacciones e incertidumbres, siempre retando al investigador
a ser creativo y buscar caminos diferentes. Después de este extenso camino, es satisfactorio hacer
entrega de estos resultados.

33
Capítulo 4. Marco de referencia teórico conceptual

En este capítulo se presentan los referentes teórico-conceptuales sobre los cuales se fundamentó
la lectura interpretativa de los datos arrojados para responder a la pregunta de investigación acerca
de las RS sobre la ICSM de actores comunitarios pertenecientes a la Comuna 13 y al Corregimiento
de La Buitrera.

Como se anunció en el capítulo metodológico de este informe, esta investigación se sustenta en


una postura epistemológica hermenéutica, desde la cual, según Cifuentes, la aproximación a un
objeto de estudio determinado gira entorno al interés de “interpretar la situación, comprender,
reconstruir piezas aisladas” (p. 29). Además la implicación de las investigadoras con el tema y con
el territorio, puesto que son habitantes del mismo y han participado en sus procesos comunitarios,
de alguna manera lleva a que se posicionen desde este enfoque, puesto que:

Busca reconocer la diversidad, comprender la realidad; construir sentido a partir de la


comprensión histórica del mundo simbólico; de allí el carácter fundamental de la
participación y el conocimiento del contexto como condición para hacer la investigación.
No se puede comprender desde afuera, desde la neutralidad; no se puede comprender algo
de lo que no se ha participado. (Cifuentes, 2011, p. 30)

Por ello se busca comprender las RS sobre la ICSM de los actores comunitarios desde un marco
que permita la indagación de situaciones, contextos, particularidades, percepciones, narrativas,
motivaciones, interioridades, así como intenciones que se configuran y reafirman en la vida
cotidiana de los actores.

En este caso, el que las investigadoras como “sujetos que buscan conocer”, formen parte del
contexto en que se investiga, puesto que han habitado estos dos territorios, pero además que
tuvieron la oportunidad de desarrollar su práctica académica de Trabajo social allí, son hechos
que permiten que “la vivencia y el conocimiento del contexto, así como experiencias y relaciones,
se consideren como una mediación esencial en el proceso de conocimiento” (Cifuentes, 2011, p.
30).

34
De esta manera, las RS sobre la SM que tienen los actores comunitarios se construyen en los
procesos de interacción y socialización que han vivido, los cuales, según Araya (2002) se nutren
de “contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos” (p. 27), que orientan la conducta de las personas
y las formas de organización y comunicación. Estas representaciones se manifiestan a través de
sistemas cognitivos, en donde se encuentran estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas.

Teniendo en cuenta lo anterior, exploraron las RS sobre la intervención teniendo en cuenta el


contexto de estos líderes y lideresas, sus biografías, explorando su forma de explicar la realidad,
sus puntos de vista, así como sus interacciones en la vida diaria. Para lograr esto se indagó a través
del enfoque procesual de las RS, el cual se ha explicado en el capítulo sobre el enfoque
metodológico de la presente investigación.

4.1 Sobre las Representaciones Sociales

Hacer alusión a las RS implica pensar el debate histórico-conceptual que se ha dado en relación a
la construcción de dicha teoría. En el origen del debate se encuentra Durkheim (1898), quien
propuso el concepto de “representaciones colectivas”, las cuales define como categorías abstractas
que se producen de forma colectiva y que forman el bagaje cultural de una sociedad.
Posteriormente Serge Moscovici (1961), con su obra La psychanalyse, son image et son public en
1961, toma como punto de partida el concepto de representación colectiva para su investigación
sobre las RS. En la publicación de 1976 introduce aportes conceptuales de los teóricos Berger y
Luckmann, incluyendo postulados con los cuales se empieza a vislumbrar el enfoque desde el cual
las RS aportan una perspectiva más para pensar la construcción social de la realidad. Sin embargo,
la investigación de este autor tiene poco impacto, y no es sino hasta los años 80 que se comienzan
a generalizar los estudios sobre RS y a desarrollar la noción dando lugar a un espacio propio para
una teoría de las RS (Moviñas, 2002).

Es hasta el año 1979 que Moscovici plantea que existen grandes diferencias entre el concepto de
RS y representaciones colectivas, definiendo las RS como:

Una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los


comportamientos y la comunicación entre los individuos... La representación es un corpus

35
organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los
hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una
relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación (Moscovici,
1979, p. 17-18).

Se pueden hallar diversas propuestas conceptuales al hablar de RS. Esto tiene que ver, según Araya
(2002) con el hecho de que existe cierta facilidad para captar las RS, es decir, en un primer
momento, pero su definición conceptual no encara la misma facilidad debido a la complejidad de
los fenómenos de los que da cuenta. Se exponen a continuación diversas propuestas que han
surgido a lo largo del tiempo y que pretenden dar cuenta y a la vez, esclarecer la complejidad del
concepto.

Según autores como Ibáñez y Banchs en Araya (2002), el concepto de RS es complejo en la medida
en que articula diversas características que se integran en una sola unidad, de esta forma las RS
involucran varios aspectos en niveles micro (donde se encuentra la experiencia personal), meso
(donde se encuentran los grupos a los que pertenecen las personas) y el nivel macro (el sistema
cultural en que se desenvuelven las personas y la sociedad.

Por otro lado, la autora Jodelet (1984) considera que la noción de representación social involucra
dos dimensiones, entre ellas lo psicológico o cognitivo y lo social, argumentando que las personas
conocen la realidad que les rodea mediante explicaciones que construyen a partir de procesos de
comunicación y del pensamiento social. Así para Jodelet (1984) las representaciones sociales son:

La manera en que nosotros, sujetos sociales, aprehendemos los acontecimientos de la vida


diaria, las características de nuestro medio ambiente, las informaciones que en él circulan,
a las personas de nuestro entorno próximo o lejano. En pocas palabras el conocimiento
“espontáneo”, ingenuo (...) que habitualmente se denomina conocimiento de sentido común
o bien pensamiento natural por oposición al pensamiento científico. Este conocimiento se
constituye a partir de nuestras experiencias, pero también de las informaciones,
conocimientos y modelos de pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la
tradición, la educación y la comunicación social. De este modo, ese conocimiento es en
muchos aspectos un conocimiento socialmente elaborado y compartido. Bajo sus múltiples
aspectos intenta dominar esencialmente nuestro entorno, comprender y explicar los hechos
e ideas que pueblan nuestro universo de vida o que surgen en él, actuar sobre y con otras

36
personas, situarnos respecto a ellas, responder a las preguntas que nos plantea el mundo,
saber lo que significan los descubrimientos de la ciencia y el devenir histórico para la
conducta de nuestra vida, etc (Jodelet,1994. p.473).

Apoyada en esta idea, Araya (2002) plantea que las RS son las formas de sintetizar dichas
explicaciones, convirtiéndose en un tipo de conocimiento específico denominado el “conocimiento
del sentido común”, este es un conocimiento construido y compartido socialmente (p.11).

Jodelet (1984), señala que las RS son una forma de conocimiento que tiene un carácter colectivo
e individual, posicionándolas en dos universos teóricos relacionados con las determinaciones
sociales y con la conceptualización. También plantea que dichas representaciones articulan
campos de significaciones múltiples, y pueden integrar aspectos provenientes de diferentes fuentes
que van desde la experiencia vivida hasta la ideología reinante.

El conocimiento del sentido común que tienen las personas se construye entonces, a partir de las
experiencias propias y de las informaciones y modelos de pensamiento que se reciben a través de
la sociedad, de la interacción que establece con otros y otras. Desde esta perspectiva, las RS surgen
como un proceso elaborado mental e individualmente y de forma compartida, donde se tienen en
cuenta las historias de las personas, sus experiencias y construcciones personales propiamente
cognitivas (Banchs, 2000). Araya (2002) al recoger los aportes teóricos de otros autores plantea
que en definitiva las RS:

Constituyen sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de


estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación
actitudinal positiva o negativa. Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, valores,
lógicas clasificatorias, principios interpretativos y orientadores de las prácticas, que definen
la llamada conciencia colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los
límites y las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo.
(Araya, 2002, p. 11)

37
Dimensiones de las representaciones sociales

Las RS son una forma particular de conocimiento en el cual se puede aludir a un proceso y a un
contenido, constituyendo un universo de creencias en el que se pueden observar tres dimensiones:
la información, la actitud y el campo de representación (Moscovici, 1979).

En la dimensión informativa de las RS el contexto y la cultura juegan un papel relevante para dar
origen a dicha información. Aquí es donde se encuentran la variedad de datos o explicaciones
sobre la realidad que las personas construyen en sus relaciones cotidianas. En el análisis de esta
dimensión se deben tener en cuenta las fuentes de donde surge la misma, pues es distinto obtener
cierta información a partir de una experiencia personal a obtenerla a partir de los medios de
comunicación. Según Araya (2002) la información:

Concierne a la organización de los conocimientos que tiene una persona o grupo sobre un
objeto o situación social determinada. Se puede distinguir la cantidad de información que
se posee y su calidad, en especial, su carácter más o menos estereotipado o prejuiciado, el
cual revela la presencia de la actitud en la información. (…) hay que considerar que las
pertenencias grupales y las ubicaciones sociales mediatizan la cantidad y la precisión de la
información disponible. (Araya, 2002, p.40)

La dimensión de actitud tiene que ver un poco más con las conductas y por tanto las acciones de
las personas entorno a un tema. Es la dimensión más evidente en las RS. Se debe tener en cuenta
que el origen de este concepto es psicológico y aunque se usa en el campo social no necesariamente
ofrece una estructura dinámica como el de las RS, (Araya, 2002). Aclarando lo anterior se entiende
por actitud:

Una estructura particular de la orientación en la conducta de las personas, cuya función es


dinamizar y regular su acción. Es la orientación global positiva o negativa, favorable o
desfavorable de una representación. Su identificación en el discurso no ofrece dificultades
ya que las categorías lingüísticas contienen un valor, un significado que por consenso social
se reconoce como positivo o negativo, por tanto, es la más evidente de las tres dimensiones.
La actitud expresa el aspecto más afectivo de la representación, por ser la reacción
emocional acerca del objeto o del hecho. Es el elemento más primitivo y resistente de las

38
representaciones y se halla siempre presente aunque los otros elementos no estén. Es decir,
una persona o un grupo puede tener una reacción emocional sin necesidad de tener mayor
información sobre un hecho en particular. (Ibáñez citado en Araya, 2002, p.45)

En la misma línea, autores como Morales y Rebolloso (1996) citando a Fazio (1989),
conceptualizan la actitud como una evaluación con relación a determinado objeto, en la cual se
movilizan emociones producto de experiencias. De esta manera la configuración de la reacción-
acción hacia el objeto tendrá que ver con los significados que se atribuyen al objeto de
representación de acuerdo a la postura que se adopte con base a la información recibida. (Cuevas,
2016. p.122).

Finalmente se encuentra el campo de representación, el cual según Araya (2002) es una de las
dimensiones más interesantes e importantes de las RS. Esta dimensión se refiere a:

La ordenación y a la jerarquización de los elementos que configuran el contenido de la RS


se trata concretamente del tipo de organización interna que adoptan esos elementos cuando
quedan integrados en la representación. En suma, constituye el conjunto de actitudes,
opiniones, imágenes, creencias, vivencias y valores presentes en una misma representación
social. (Araya, 2002, p.41)

Como se puede observar esta es una de las dimensiones más difíciles de captar en términos de las
representaciones, y según la misma autora es la dimensión que se debe impactar cuando se quieren
generar cambios sociales. Dentro del campo de representación encontramos algunos conceptos
afines como lo son las opiniones, creencias, estereotipos y valores.

En cuanto a la opinión Según Moscovici (1979, citado por Araya 2002) plantea que:

La opinión es una fórmula socialmente valorizada a la que las personas se adhieren y, por
otra parte, una toma de posición acerca de un problema controvertido de la sociedad o de
objetos sociales cuyo interés es compartido por el grupo. La opinión propicia la utilización
de conceptos; no obstante, ella no es el origen de tales conceptos porque los significados
que los originan provienen de las R S que se confrontan en el contexto de la comunicación
y la divergencia. (Moscovici 1978, citado en Araya, 2002 p.48)

39
Según ideas de la misma autora hay una gran diferencia entre opinión y RS, pues la primera solo
informa sobre las reacciones que tienen las personas frente a determinados temas, como una toma
de posición frente a algo, las RS en cambio toman en cuenta el contexto, los criterios que toman
las personas para tomar determinada posición y los conceptos que subyacen a dicha opinión. En el
estudio de las RS se consideran las relaciones y las interacciones sociales, pues es en estas donde
se dan los cambios de opinión de las personas frente a diversas circunstancias (Araya, 2002).

Por otro lado se encuentran las creencias, otro de los elementos que conforman el campo de la
representación. Sin embargo se debe aclarar que los estudios sobre creencias no implican
necesariamente que se estén estudiando las RS:

Las creencias son proposiciones simples, conscientes o inconscientes, inferidas de lo que


las personas dicen o hacen, capaces de ser precedidas por la frase: “Yo creo que...” El
contenido de una creencia puede: a) describir el objeto de la creencia como verdadero o
falso, correcto o incorrecto; b) evaluarlo como bueno o malo o, c) propugnar un cierto curso
de acción o un cierto estado de existencia como indeseable. Entre creencia y actuación
existe una relación, pero no como causa-efecto, sino como tendencia, predisposición o
prescripción, en el sentido de orientación o norma para la acción. (Rokeach, s.f) en Araya
2002, p.44)

Como una categoría más del campo de representación se encuentran los estereotipos. Estos se
generan en el origen de la representación, sin embargo existen diferencias entre las RS y los
estereotipos:

Los estereotipos son categorías de atributos específicos a un grupo que se caracterizan por
su rigidez. En este sentido son más dinámicas las Representaciones Sociales pues éstas se
modifican constantemente en la interacción diaria de las personas. Asimismo la
Representación Social se diferencia de los estereotipos por su función: los estereotipos son
el primer paso en el origen de una representación; cuando se obtiene información de algo
o de alguien se adscribe en el grupo o situación a las cuales ese grupo o situación pertenece,
o sea los estereotipos cumplen una función de “economía psíquica” en el proceso de
categorización social. (Araya, 2002, p. 45)

40
Finalmente se puede decir que conocer las RS de las personas sobre la ICSM en este caso, implica
explorar estas tres dimensiones en las cuales habrá que indagar lo que las personas saben
(información), lo que las personas creen e interpretan (campo de la representación) y la forma en
que actúan (actitud).

4.2 Sobre la Intervención Social Comunitaria


Fantova (2007) entiende la intervención social como “Una actividad que se realiza de manera
formal u organizada, intentando responder a necesidades sociales y, específicamente, incidir
significativamente en la interacción de las personas, aspirando a una legitimación pública o social”
(p. 17).

Por su parte, Bermúdez (2010) la define como:

Un conjunto de acciones y prácticas organizadas bajo la oferta de servicios alrededor de lo


social, la cual es brindada por grupos de individuos organizados – organismos
gubernamentales, organismos no gubernamentales, organizaciones de base etc- quienes al
considerar y calificar algunas situaciones sociales como inaceptables producen por un lado,
un “escándalo social” y por el otro, acciones que de alguna manera pretenden remediar
1

tales situaciones. (p.8).

Para Malgesini (2003), la intervención comunitaria se da “cuando la intervención social se produce


en clave de proximidad, se apoya en las redes familiares y comunitarias y les da soporte” (p.66).

En ese sentido, la intervención tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de la
población, siendo las personas afectadas protagonistas de dicho cambio y para ello es necesario
detectar, conocer, abordar, trabajar con las necesidades, aspiraciones, problemas o temas de interés
para la comunidad, teniendo en cuenta elementos e interrelaciones entre territorio, población,
recursos y demandas, dinámica y relaciones de poder (asimetrías) (Malgesini, 2003).

1
De la perspectiva de Bermúdez también es importante tener en cuenta la noción de Intervención social como un
campo de fuerzas en pugna en el que interactúan diferentes actores en unas correlaciones de poder, que determinan
los discursos y los cursos de acción sobre los objetos / sujetos de intervención. Esta noción es muy útil para
comprender la ICSM como un campo de fuerzas en pugna en el que circulas diferentes discursos y acciones entre
diferentes actores sociales.
41
En resumen, se entenderá la intervención comunitaria como un proceso social organizado, por
medio del cual, teniendo en cuenta un conjunto de expectativas, necesidades y recursos emergentes
en la base de una comunidad, se pretende orientar acciones que respondan a dichas necesidades
con el fin de aportar a la transformación social y a la reivindicación de los derechos de los sujetos
pertenecientes a ésta, reconociendo principalmente que son ellos mismos, agentes de su propio
cambio.

4.3 Salud Mental: un concepto en construcción y transición


Según la Organización Mundial de la Salud, en el siglo XVIII empiezan a aparecer los primeros
movimientos humanistas que intentan cambiar el modelo de atención dado a las personas
diagnosticadas con trastornos mentales (OMS, 2003). Por su parte, Bertolote (2008), expone que
antes del surgimiento de dicho concepto, en los años de 1908 en Estados Unidos se empezó hablar
del movimiento de “higiene mental”, concepto acuñado por el autor Clifford Beers, bajo la
sugerencia de Adolf Meyer y el cual se popularizó hacia 1909 gracias a la creación del National
Commission of Mental Hygiene. Lo que intentaba Beers bajo este modelo, era “humanizar la
atención de los locos” por medio de la erradicación de los abusos, las brutalidades y desatención
que tradicionalmente se les había causado a los enfermos mentales” (Bertolote, 2008, p.113).

Este proceso conocido como desinstitucionalización, provocó que muchos hospitales que
funcionaban bajo el modelo manicomial, fueran cerrados hacia los años 50 para dar apertura a un
modelo de atención comunitaria que permitiría la reducción de pacientes crónicos en los hospitales
de psiquiatría y que por el contrario, pasarían a ser atendidos bajo alternativas de servicios de SM
comunitarios. (OMS, 2003).

La British National Association for Mental Hygiene organizó el Primer Congreso


Internacional de Salud Mental en Londres del 16 al 21 de agosto de 1948. Se inició como
Conferencia Internacional de higiene mental y terminó en una serie de recomendaciones
para la SM. A lo largo de las conferencias se aprecia cómo se utilizan indistintamente los
términos de higiene y salud, con el adjetivo mental, en ocasiones en el mismo párrafo, sin
ninguna distinción conceptual clara. Sin embargo, en las 17 páginas de recomendaciones
de la conferencia, apenas se utiliza el término higiene. Al final del congreso, el International

42
Committee on Mental Hygiene fue reemplazado por la World Federation for Mental
Health. (Bertolote, 2008, p.114)

Lo descrito hasta aquí, permite comprender, cómo el concepto de SM se construyó en una época
en la que la principal prioridad era instaurar un cambio al modelo de atención basado en la atención
psiquiátrica.

Hacia el año de 1961, la SM se incorpora como área de experiencia técnica a la estructura de la


Organización Panamericana de la Salud bajo la dirección del especialista Jorge Velasco Alzaga
quien en su labor se dedica a conocer la condición de la SM en los países que la integran. Producto
de esta tarea se realizan dos encuentros regionales en países como México (1962) y Argentina
(1964). Dichos encuentros permiten conocer la situación de la “Salud Mental” en relación a los
problemas de atención psiquiátrica en los hospitales de la región, las tasas de mortalidad
relacionadas con los trastornos mentales y las admisiones institucionales. Como conclusión de
ambos diálogos, se realizan algunas críticas a la hospitalización en instituciones psiquiátricas y se
recomienda incorporar la atención psiquiátrica a los sistema y actividades de salud pública”
(Organización Panamericana de la Salud, 2016).

En los años posteriores, se siguen realizando diferentes encuentros en los que se critica el modo
de atención psiquiátrica y se propende porque se ofrezcan modelos alternativos de tratamiento de
las enfermedades mentales como parte de los programas de salud pública. Fue entonces que para
el año 1969 en el Grupo de trabajo sobre administración de servicios psiquiátricos y de salud
mental convocado por la Organización Panamericana de la Salud (44 participantes, 22
observadores, 22 países de América Latina y el Caribe) se recomendó que:

La integración de los programas de SM en el contexto de la salud pública, la promoción de


la participación de las comunidades, la participación de pacientes y familiares en la
planificación y prestación de servicios y la modificación de la legislación existente en
relación con la salud mental (OPS, 2016: p. 7)

A partir de allí se empieza a percibir la necesidad de un cambio de paradigma en el campo de la


SM, pues se reconoce la importancia de la participación de la familia y la comunidad en los
procesos de sanación de los enfermos mentales. Por otro lado, empieza a considerarse este como
un asunto de Salud Pública.

43
En los años posteriores, se empiezan a implementar modelos demostrativos de la SM comunitaria
con el apoyo de la OPS/OMS en países como Honduras, Brasil, Chile, Panamá, Colombia y Perú.
Sin embargo, hasta en 1990 en la Conferencia de Caracas se expide la Declaración, por medio de
la cual se enfatiza en que “la atención convencional, centrada en el hospital psiquiátrico, no
permitía alcanzar los objetivos compatibles con una atención comunitaria, descentralizada,
participativa, integral, continua y preventiva” (OPS, 2016, p. 15). Este hecho marca un precedente
importante en la configuración de la SM, pues aunque no se desliga de la enfermedad o trastorno
mental, se empieza hablar de prevención, de una atención comunitaria integral y participativa, así
como a hacer parte de la agenda gubernamental de los países de la Organización Panamericana de
la Salud.

Cabe resaltar, que paralelo a los cambios que se fueron dando a nivel mundial frente al tema de la
SM, en Colombia, hacia el año de 1998 se crea la primera Política Nacional de SM, posterior a
ello en el año 2013 se crea la Ley 1616 de SM, a partir de la cual se entiende ésta, como “un
derecho, prioridad y asunto de interés Nacional” (Ministerio de Salud y Protección Social, 2014,
p.2).

¿Qué es entonces salud mental?


Después de lo expuesto anteriormente sobre la transición que ha tenido la SM a lo largo de la
historia, es importante mencionar que el concepto de SM es un concepto que aún no está
plenamente definido. Según Hernández, Restrepo y Cuartas (2014) aunque teóricamente se hayan
desarrollado conceptos integrales de SM, estos no han sido llevados a la práctica de forma masiva
generando un desconocimiento. Es por ello que lo que se intenta desde esta investigación, es llegar
a una aproximación sobre este, teniendo en cuenta los diferentes planteamientos que surgen desde
la OMS y otros autores que han hablado del mismo. Esto, iniciando por una visión amplia del
concepto hasta lograr construir una idea del mismo en relación con el campo de lo comunitario,
enfoque del presente estudio.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la SM se entiende como “un estado de bienestar
en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones
normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una
contribución a su comunidad” (OMS, 2013.p.7) Por su parte, Ortiz (2015) amplía el concepto ya

44
que entiende la SM como la forma en la que se busca mantener el equilibrio integral en la relación
que se tiene con el cuerpo, en lo psicológico, que comprende los pensamientos, emociones,
sentimientos, conductas y comportamientos. De igual forma en lo espiritual, donde se ubican las
creencias ideologías, cosmovisiones y religión. Al mismo tiempo, comprende una dinámica
externa que abarca el área social, donde se ubica la relación con la familia, los amigos, pares,
pareja, grupos, comunidad y sociedad en general. En lo espacial, que comprende la relación con
el entorno y el medio ambiente y finalmente en lo local y temporal, es decir, dentro de un contexto
socio histórico.

Como se puede observar, el concepto de la SM es totalmente amplio y se relaciona con la parte


corporal, emocional, psicológica y relacional, las conductas que los sujetos tienen consigo mismos,
con otros y con su medio ambiente dentro de un contexto que los condiciona. De aquí que se
entienda la SM, no como un concepto general y universalizado, sino que depende de la cultura, de
los significados compartidos y de la forma en la que los sujetos ven su propia realidad.

Por otro lado, para aproximarse a un concepto sobre SM comunitaria, las investigadoras se basan
en los planteamientos de Gaviria y Munera (2013) para quienes la SM es una condición
fundamental para el desarrollo de los individuos como seres sociales y productivos y por ello, del
bienestar general de las personas, las sociedades y los países (p.11). En este sentido, las autoras
dicen que es necesario que la concepción actual de SM trascienda de:

La ausencia de enfermedad e implique un concepto positivo que incluye tanto la vivencia


intrapersonal como la experiencia interpersonal, intrafamiliar y comunitaria que se da en
las relaciones efectivas y armónicas del individuo con los otros y con su ambiente. Una
buena SM permite que las personas tengan competencias para manejar su propia vida,
abriguen sentimientos positivos de felicidad y autoestima y posean aptitudes para amar y
relacionarse armónicamente, disfrutar y divertirse, trabajar productivamente y superar las
dificultades y penas que se le presentan en el transcurso de la vida. (p.10)

Desde una visión positivista, exponen que la SM comunitaria está condicionada por diferentes
factores que pueden aportar al mejoramiento de aspectos relacionados con:

El bienestar integral individual y colectivo de las personas o grupos poblacionales, su


calidad de vida, su capacidad para afrontar la adversidad, la toma de decisiones

45
constructivas y sentimientos que favorezcan el establecimiento de relaciones satisfactorias
y procesos de solidaridad. (Gaviria y Munera, 2013. p.8)

Se puede entender entonces que según dichas autoras, la SM comunitaria se desarrolla teniendo en
cuenta los siguientes ámbitos:

- “El ámbito de las vivencias subjetivas (de bienestar y sus múltiples causas). Relacionada con la
forma de relacionarse consigo mismo desde sus deseos, habilidades, ideales, creencias,
sentimientos, entre otros (p.11).

-El ámbito de las relaciones personales y sociales. (intersubjetividad). Relacionado con la forma
y posibilidad de encuentro con otros (p.11).

-El ámbito de la relación con lo otro: el medio ambiente y el entorno sociocultural” (p.11)

Finalmente, se exponen los planteamientos de Silvia Berman (citada en Oramas, 2006) quien
menciona que “la salud mental consiste en el aprendizaje de la realidad para transformarla a través
del enfrentamiento, manejo y solución integradora de conflictos, tanto internos de los sujetos como
los que se dan entre él y su medio” (p.34). En un sentido similar, se puede observar lo que dice la
autora en la manera en que los líderes hacen frente al diario vivir, desarrollando capacidades que
permiten resolver dichos conflictos como se verá más adelante.

4.4 De la intervención individual a la intervención comunitaria en Salud Mental.


Para llegar a un concepto aproximado de lo que se puede entender como SM Comunitaria, se hace
preciso citar algunos autores que se centran en el debate por las intervenciones que
tradicionalmente se le dan a la SM, en ese sentido, Bang (2014) habla de la existencia de múltiples
dispositivos de intervención comunitaria que articulan acciones en el campo de la SM. Es por ello
que considera necesario revisar el marco conceptual desde el cual se abordan las prácticas en SM
desde una perspectiva crítica y compleja y a su vez resalta los aportes del Movimiento de Medicina
Social-Salud Colectiva Latinoamericana.

Gómez del Campo (1991) por su parte, cuestiona que en muchos casos se de por sentado que los
servicios de salud deben impartirse de manera tradicional en su relación médico - paciente. En ese

46
sentido, presenta esta crítica como un punto de innovación del movimiento de la Salud Mental
Comunitaria.

Es precisamente en ese ir y venir de alternativas frente a la forma en la que se pueden abordar las
intervenciones en relación a la SM, en la que surge el concepto de SM comunitaria, un concepto
que desde ambos autores se centra en la importancia de los factores socioambientales que afectan
el bienestar físico y psicológico de los sujetos dentro de un contexto comunitario, pero donde estos
son asumidos como sujetos activos de transformación social, siendo este un aspecto clave en la
SM comunitaria (Bang, 2014). En la misma línea, haciendo alusión a la ICSM, Del Cueto (2014)
menciona que:

La intervención comunitaria se realiza sobre la producción subjetiva de una comunidad con


la intención de provocar un cambio producido por los propios sujetos. Esto tiene que ver
con el análisis realizado por el sujeto comunidad sobre sus creencias, ideas e ilusiones; la
forma en que piensan su vida, la de su comunidad, su futuro. En general se realiza desde
una institución (pública, comunitaria o de la sociedad civil), que tiene además sus propias
reglas, sus propios deseos y su propia idea de los cambios que deben ocurrir en esa
comunidad (p.23).

Por otro lado, la SM comunitaria puede entenderse como el medio alternativo por medio del cual
los diferentes actores que conforman la comunidad, crean estrategias de subsistencia y
permanencia para salir avante de los problemas que se les presentan en su diario vivir (Bang,
2010).

Para Bang (2014) citada en Montero (2004), la intervención comunitaria con relación a la SM,
tiene por objetivo fortalecer y acompañar procesos de transformación a nivel grupal y comunitario.
Para esta autora, “la creatividad, la escucha y la disponibilidad son herramientas fundamentales en
la tarea que se propone dar lugar y partir de los diversos saberes comunitarios, para poder tejer
alternativas a las problemáticas de salud planteadas” (p. 116). Lo anterior, entendiendo que cada
territorio es singular y por ello, los dispositivos deben ser flexibles y permeables para “generar
intervenciones que puedan incluirse en la red comunitaria ya existentes” (p.116).

Finalmente, tomando los planteamientos de Del Cueto (2014) desde una propuesta de ICSM se
contempla el trabajo con grupos de todo tipo, “naturales, institucionales, autogestivos,

47
comunitarios, de chicos, de viejos, de jóvenes, de mujeres, etc”. A su vez, Bang (2014) menciona
que para este tipo de intervenciones se deben tener en cuenta la importancia de aplicar tiempos
prolongados de intervención, la permanencia en el territorio, la generación de vínculos de
confianza con las personas que habitan el territorio y el conocimiento progresivo de sus
características y problemáticas, entendiendo que todo lo anterior se constituye en un gran desafío.

3.4 Actor Comunitario y Actor institucional


Para referirse al papel que juegan los y las protagonistas de la presente investigación, se hace
necesario acudir a la definición de los conceptos de actor comunitario y actor institucional, en tanto
la forma en la que desempeñan su intervención comunitaria en relación a la SM, varía teniendo en
cuenta la posición que ocupan dentro del territorio.

Para iniciar, es importante mencionar que el concepto de actor no se refiere a cualquier grupo de
individuos, sino al sujeto que actúa, y que requiere de unos mínimos para obtener tal calificativo.
Para Giddens (1979), citado en García (2006):

La actuación del actor tiene cuatro características definitorias: (i) es una intervención
intencionada, aunque sea inconsciente, (ii) sobre la que el sujeto puede reflexionar y de la
que es responsable, (iii) que depende no tanto de las intenciones del sujeto cuanto de su
capacidad y (iv) que no está determinada sino que es “contingente y variable”, en el sentido
de que el actor tiene la posibilidad de actuar de otra manera. (García, 2006.p.5)

Por tanto sólo puede considerarse actor a aquella persona que sea capaz de tomar decisiones porque
cuenta con medios identificables para hacerlo, y dentro de esta toma de decisiones está el poder
con el que se cuente para realizar determinada acción intencionada. Entendiendo lo anterior, nos
enfocaremos en definir qué es un actor institucional y qué un actor comunitario.

Desde los planteamientos de Scharp (1997) citado por García (2006) se comprendió que el actor
institucional es aquel que actúa según su unidad de referencia, es decir que no actúa en nombre
propio sino en el de otras unidades más complejas como lo son la familia, la empresa, el partido
político, etc., de las que él hace parte y desde donde asume un determinado rol (García, 2006). En
ese sentido, las instituciones dentro de los territorios intervenidos se asocian con una organización
clara y una figura pública de referencia para la población, es por esto que en resumen, el actor

48
institucional dentro del contexto comunitario es aquel que por medio del trabajo en la comunidad
actúa bajo su unidad de referencia que sería la institución, entendiéndose ésta bajo la modalidad
de colegios, hospitales, puestos y centros de salud, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF), comisarías de familia, estaciones de policía, entre otras. (García, 2006).

Por otro lado, el actor comunitario se entendió como el sujeto que es capaz de integrarse con otros
con los que desarrolla acciones conjuntas con el fin de lograr un objetivo común (García, 2006),
este tipo de actor, actúa consistentemente en preservar su autonomía y asegura su sostenibilidad
en el tiempo. Para este caso, son las formas asociativas más representativas de los habitantes del
territorio, y en las cuales las actividades se focalizan en el mejoramiento de las condiciones de vida
existentes, las cuales actúan de manera organizada y bajo unos intereses comunes; como por
ejemplo líderes comunitarios, integrantes de asociaciones de usuarios de servicios de salud,
miembros de las Juntas de Acción Local (JAL) y Juntas de Acción Comunal (JAC), grupos de
jóvenes, integrantes de organizaciones de base comunitaria y en general, personas interesadas en
aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad en la que habitan.

3.5 Territorio y comunidad

Para comprender el lugar y contexto desde el cual los actores construyen sus representaciones
sociales sobre la intervención social comunitaria en SM, se hace necesario indiscutiblemente
hablar de territorio. Gil y Alcover (1999), expresan que el territorio alude a una zona geográfica
determinada en la cual las personas, grupos y comunidades desarrollan sus actividades de forma
habitual, este territorio puede tener con el paso del tiempo, un significado especial que es
compartido por las personas. A su vez, este concepto es complementado con el concepto de
comunidad de Krause (2001) para quien este, incluye tres elementos imprescindibles como son: la
pertenencia, la interrelación y una cultura común.

Citando a Sarazon (1974), Sánchez Vidal (1996) y Sawaia (1999), Krause define la pertenencia
como la dimensión subjetiva que permite a la persona sentirse “parte de” o “identificado con”, es
decir que hace referencia a la similitud de lo que se comparte con otros como: ideas, valores,
problemáticas, propósitos y metas, es aquí donde se constituye la identidad grupal. Por otro lado,
la interrelación se refiere a mutua dependencia e influencia que existe entre varios sujetos para

49
poder conformar la comunidad, en este aspecto, la comunicación cobra gran importancia, así como
los significados coordinados que existan entre todos. Finalmente con el elemento de cultura
común, se refiere al sistema de símbolos compartidos (Wiesenfeld 1994) y a la red de significados
compartidos (Geertz 1977), es decir que se comparte en cierto grado la forma de ver el mundo y
la interpretación que se le da a la vida cotidiana, para Krause la comunidad debe contener RS
propias y por lo tanto interpretaciones compartidas de la vida en comunidad.

3.6 Otros conceptos

Se plantea a su vez, la utilización de los conceptos que se relacionan a continuación:

El concepto de Convivencia según los planteamientos de Arango (2003), trasciende la mirada


fatalista con la que tradicionalmente se le ha relacionado, es decir que para este autor es más que
la ausencia de violencia y la define como la capacidad de vivir con otros y a su vez, la capacidad
de cada ser humano de reconocer, elaborar, fortalecer y transformar sus vínculos interpersonales
independientemente de que estos sean conflictivos o no (Arango, 2003).

“forma ordenada y estratificada de organizar los recursos para satisfacer las necesidades de la
población” (p.12). Estas necesidades “no pueden verse en términos de servicios prestados, sino en
el de los problemas de salud que se resuelven (p.12)”. Para una mayor comprensión, Vignolo
(2011) clasifica los niveles de atención en 3 momentos que son:

Primer nivel: Se considera como el más cercano a la población. Los recursos se organizan
para permitir resolver las necesidades de atención básica y más frecuente, como las
actividades de promoción de la salud, prevención de la enfermedad y por procedimiento de
recuperación y rehabilitación. Es la puerta de entrada al sistema de salud. Cuenta con
establecimientos de baja complejidad.

- Segundo nivel: Se ubican los hospitales y establecimientos donde se prestan servicios


relacionados a la atención en medicina interna, pediatría, ginecoobstetricia, cirugía general
y psiquiatría.

Tercer nivel: se reserva para la atención de problemas poco prevalentes, se refiere a la


atención de patologías complejas que requieren procedimientos especializados y de alta

50
tecnología. Su ámbito de cobertura debe ser la totalidad de un país, o gran parte de él (p.
12).

51
Capítulo 5. Hallazgos sobre Información acerca de las Intervenciones
Comunitarias en Salud Mental

El objetivo de este capítulo es presentar la información identificada sobre ICSM; sin embargo, se
explicitan algunos hallazgos sobre la información que los actores comunitarios pertenecientes a la
Comuna 13 y el corregimiento de La Buitrera tienen frente a la SM. Para cumplir esto ha sido
necesario indagar la variedad de conocimientos, datos o explicaciones sobre SM que han
construido los informantes a lo largo de sus experiencias como líderes comunitarios. Esto, teniendo
en cuenta las contribuciones de Jodelet (1984), quien entiende la información como una de las tres
dimensiones que componen las representaciones sociales, donde se da un proceso de recolección
y organización de los conocimientos específicos, entre el gran universo de conocimientos, que
tienen los sujetos sobre una situación social determinada.

En coherencia con lo anterior, la búsqueda de información que pudiesen tener los actores
comunitarios sobre el tema en mención, se llevó a cabo a partir del reconocimiento de sus historias
de vida, sus pensamientos, sus maneras de relacionarse, así como su participación en espacios
próximos a la ICSM, encontrando que la información brindada por los actores fue diferente en
calidad y cantidad. Esto, según Araya (2002) tiene que ver con las pertenencias grupales y la
inserción social de los actores, factores que se deben tener en cuenta en el análisis del acceso a la
información que tienen los sujetos con relación al objeto social, en este caso, la SM y la ICSM.

A continuación, se relaciona el esquema de 2 de la Categoría “información”.

52
Esquema 2. Categoría información relacionada con SM e ICSM

Fuente: Construcción propia

53
5.1 Conocimientos sobre salud mental

Para esta investigación, hablar de los conocimientos relacionados con la SM es hacer


referencia a la manera en que los actores han organizado el acervo de información,
explicaciones o datos, con relación a la SM. Según Araya (2002) las explicaciones que los
actores dan a dicho tema se construyen en el marco de relaciones cotidianas, en la pertenencia
o participación en determinados grupos o en la recepción de información producto de la
comunicación social en general (radio, televisión, cine, redes sociales, etc).

Resultado de la exploración de esta dimensión informativa se encontró variedad de posturas


entorno a los conocimientos sobre SM, las cuales tienen que ver con el acceso a fuentes
informativas en espacios relacionados con la SM. Se pueden observar informaciones donde
los conocimientos sobre SM se adhieren a una noción de “enfermedad/problema/estado
negativo”, hasta informaciones que reconocen en la SM un componente transversal en la vida
de los seres humanos.

Es así cómo se encuentran manifestaciones por parte de los líderes en las cuales la SM tiene
que ver con un estado de “locura”, “enfermedad mental”, o trastornos como la
“bipolaridad”, entre otros:

“Siempre que uno habla de salud se imagina que está enfermo y la palabra mental
suena a loco, ¿no?, si usted dice " buena salud mental" yo entiendo que sus
pensamientos son válidos. Mala salud mental, uno piensa que es una persona que no
actúa a partir de lo que le enseñó la sociedad.” (Carlos, 66 años, Buitrera).

Se puede observar que hay una relación explícita entre salud-enfermedad-mente-locura,


palabras que asociadas revelan una noción de SM donde se evidencian el tipo y la calidad de
información a la que ha podido acceder este líder, quien trabaja con adolescentes en el ámbito
artístico en una zona de La Buitrera. Asimismo, en el discurso del actor se puede identificar
una idea desde la cual se asume que la sociedad “valida o invalida” los pensamientos de una
persona dependiendo de si su SM se acoge a lo que “le enseñó” la misma, o si va en contravía
de lo socialmente establecido, por su “mala salud mental”. Se encuentran elementos
parecidos en otros discursos:

54
“Tengo entendido que la salud mental es algo que tiene que ver con las personas que
de pronto no están bien de la cabeza, ósea en cierto sentido, como que hacen lo que
hacen porque les falta un cable.” (Felipe, 25 años, Buitrera)

“Tiene que ver con personas que tienen problemas psicológicos, como trastornos,
como de bipolaridad, que están locos, la verdad no lo tengo muy claro”. (Lina, 26
años, Comuna 13)

Sin embargo, como se mencionó desde un principio, las informaciones que han obtenido los
líderes acerca de la SM son variadas, de esta manera se encuentran actores que han recibido
informaciones desde las cuales la SM tiene que ver con un estado de sentimientos positivos
hacia otras personas y hacia sí mismo, de esta manera la SM vista desde estos actores se
desarrolla desde una dimensión personal que implica la relación con los otros, así como su
relación con el entorno:

“Cuando uno tiene esos rencores con la gente el daño se lo hace uno mismo... va
sintiendo como que no vale nada la persona y es muy fácil caer o en depresión o
dejarse manejar por otros y caer en la sustancia spa. (R, mujer, 66 años, Comuna
13).

En este caso se observa que la información recibida permite construir conocimientos desde
los cuales se enmarca la importancia de establecer y mantener relaciones armónicas, lo que
a su vez permite que las personas “abriguen sentimientos positivos, de felicidad y autoestima,
así como aptitudes para amar y relacionarse adecuadamente” (Gaviria y Munera, 2013, p.10).
Es posible apreciar que la información con la que cuenta esta lideresa se refleja en el concepto
de bienestar psicológico, que según Oramas y Santana (2006) es “un indicador positivo en
términos SM, que se refiere a la relación del sujeto consigo mismo y su medio…” (p.36) y
está conformado por diferentes variables, entre ellas “la autoestima, vista como un
componente afectivo... que consiste en la apreciación y valor que se concede el sujeto a sí
mismo, que se expresa en el grado en que se quiere y se acepta” (Oramas y Santana, 2006,
p.36).

55
Algunos líderes exponen que la SM está directamente involucrada con condiciones
personales, relacionales y contextuales. En consecuencia la riqueza de sus explicaciones
traspasa el ámbito personal, transversalizando la importancia de la SM a ámbitos que abarcan
todas las dimensiones de la vida, incluyendo la participación comunitaria y los lazos de
cooperación en las comunidades. También se observa que los informantes reconocen la
existencia de estereotipos o prejuicios en los discursos cotidianos de otras personas, cuando
se habla de SM:

“La salud mental es estar bien mentalmente, si estás bien mentalmente puedes hacer
cosas, tener participación. Cuando uno dice “salud mental” la gente siempre
referencia que son enfermos mentales y no es así. Si yo tengo salud mental me
preocupo por ayudar a otro, por estar bien, me preocupo por mi contexto”
(Blanca, 48 años, Buitrera)

Por un lado la informante apunta que el estar bien mentalmente permite la participación,
una condición necesaria, según Bang (2010) para la ICSM. Por otro lado está el preocuparse
por ayudar a otro, que tiene que ver con la transformación de los lazos comunitarios hacia
vínculos solidarios; finalmente la preocupación sobre el propio contexto que se relaciona
con la constitución de la propia comunidad como sujeto activo de transformación de sus
realidades.

En el discurso de algunos informantes se evidencia la asociación de SM con la satisfacción


de las necesidades básicas y el buen uso del tiempo libre, estos a su vez, se conciben como
determinantes preventivos o protectores que podrían evitar que las personas llegaran a sufrir
de alguna enfermedad mental:

“Si usted tiene sus necesidades básicas (satisfechas), difícil que llegue allá
(refiriéndose al hospital psiquiátrico), y sobre todo si del tiempo libre se está
haciendo buen uso también se evita que la persona llegue allá, la desocupación es lo
que lo lleva a pensar, a cavilar, a decir... por eso si se está pensando en el deporte
eso aporta a la salud mental” (Ruby, 68, entrevistada, comuna 13, 2017).

56
Para algunos actores se concibe la SM como “parte de un todo”, una dimensión que es tan
importante para el desarrollo integral del ser humano como la dimensión social, espiritual,
biológica y ética. Sin embargo, también se reconoce que, debido a la existencia de prejuicios
o estereotipos que asocian dicha dimensión con locura, la SM ha sido una dimensión
“relegada”:

“Tenemos varios componentes, hacemos parte de un todo como seres humanos, la


parte psicológica es un componente de todas esas dimensiones. Entonces si tenemos
una dimensión artística tiene que cruzarse con una dimensión social, una dimensión
espiritual, biológica y ética, entonces a veces la psicológica como que queda
relegada porque es la dimensión que se relaciona con “yo estoy loco” (Alexander,
hombre, 40 años, Comuna 13)

La Organización Mundial de la Salud (como se citó en Hernández, Restrepo y otros,


2014) afirma que aún en el presente siglo en gran parte del mundo, “ la salud mental y los
trastornos mentales no se consideran en ningún caso tan importantes como la salud física”(sin
página), sin embargo, se han desarrollado conceptos sobre SM que buscan ser integrales,
pero que no han sido llevados a la práctica de forma masiva, generando desconocimiento, lo
cual se puede ver reflejar en la importancia que le dan las personas a la relación mente-
cuerpo. En este caso se observa que los actores han accedido a informaciones desde las cuales
han construido una noción sobre la relación mente-cuerpo, lo cual se profundizará mucho
más en el siguiente capítulo, sin embargo con relación a la información es interesante exponer
lo siguiente:

“Para mí, la salud mental abarca todo. Si no estás bien económicamente la mente
está trabajando; si no vas al médico, tienes una enfermedad y no haces el deber de ir
al médico, el pensar en esa enfermedad te va a distorsionar la mente; si tienes un
problema en tu casa con un hijo también vas a estar pensando y pensando. Si uno no
sabe manejar el estrés, la rabia y la angustia, la salud mental se deteriora. Usted no
está loca, simplemente tiene algo que ver con la mente, con los nervios, se altera muy
fácil” (Martha, 58 años, Buitrera).

57
Finalmente como se puede ver, se hallaron elementos en los discursos de algunos actores que
comprenden la SM como un estado que "abarca todo”, en el cual surge una relación directa
entre la dimensión mental y física, generando efectos positivos o negativos en diversas áreas
de la vida de las personas.

5.2 Conocimientos sobre intervención comunitaria en salud mental

Hasta aquí la discusión ha permitido observar que los actores a partir de sus relaciones y
fuentes de referencia, han accedido a variedad de informaciones que los lleva a construir una
serie de conocimientos sobre SM. A continuación, se exponen los hallazgos en lo que se
refiere a conocimientos sobre ICSM que tienen los actores de los dos territorios objeto de
estudio. Para dar cuenta de dicha información se exploraron conocimientos relacionados con
las intervenciones comunitarias, actores institucionales y comunitarios partícipes de estos
procesos, así como estrategias, programas y proyectos que trabajan por la SM en su territorio.
Lo anterior, teniendo en cuenta que en los procesos de intervención social, son precisamente
las personas afectadas quienes se convierten en protagonistas de dichos cambios, cuando se
preocupan por conocer sus problemáticas y trabajar por estas aprovechando sus
potencialidades y recursos. (Malgesini, 2003)

Con relación a lo dicho por Malgesini (2003), se encuentra que al preguntar a los actores
comunitarios sobre sus conocimientos acerca de la ICSM, estos expresan ideas construidas
desde sus propias experiencias de trabajo comunitario, así como desde el acercamiento que
han tenido con otros actores que también se desenvuelven en el campo de la intervención
comunitaria en el territorio. En ese sentido se puede ver que existen unos conocimientos
sobre la intervención comunitaria en términos generales, que se refieren a las acciones
encaminadas a transformar situaciones o problemas colectivos, a través de la identificación,
planeación y ejecución de acciones conjuntas. Dichos conocimientos son la puerta de entrada
para poco a poco ir descubriendo lo que tiene que ver con conocimientos sobre ICSM, la cual
tiene que ver con acciones de promoción de la salud, que buscan generar cambios en los
comportamientos de las personas, con el ánimo promover prácticas de autocuidado y cuenten

58
con la información necesaria para que puedan buscar mecanismos que les permita atender
sus necesidades en términos de SM.

En lo hallado se manifiesta nuevamente, que, así como existen informaciones variadas sobre
la SM, también existe información diversa sobre la ICSM. Al preguntar a los informantes
sobre instituciones o actores que realizan ICSM en el territorio, se encuentra que la
intervención comunitaria en el discurso de algunos actores tiene que ver con el trabajo que
llegan a hacer “otros” en su territorio:

“Que vienen a trabajar con la comunidad, no en un grupo en sí sino que trabajan es


con todos los del barrio. Entonces yo pienso que sería eso, lo comunitario, el barrio”
(Lina, 26, Comuna 13).

En este sentido, para esta persona concretamente la información que se ha construido sobre
la ICSM está ligada al trabajo que “vienen” a hacer unos sujetos externos a la comunidad.
Desde una mirada antropológica, el análisis del “otro” en la intervención social, recuerda que
es necesario hacer una reflexión permanente sobre las relaciones que se establecen en la
intervención, teniendo en cuenta que aquello que "nosotros" somos y lo que el "otro" es
depende del contexto, y está condicionado por diferencias que se resaltan, se actualizan (o se
niegan) en función de los intereses de los colectivos, en el marco de relaciones marcadamente
desiguales (Ranedo, 2000).

Sin embargo, desde la mirada de otros participantes de esta investigación se reconoce que, las
intervenciones comunitarias en SM no sólo son realizadas por actores externos,
institucionales, sino que personas de la comunidad desde sus experiencias, aprendizajes y
procesos de autogestión también llevan a cabo intervenciones relacionadas con la SM:

“Por lo menos Iris tiene una fundación… ahí tenía personas con enfermedad mental
trabajando. Ella trabaja con salud mental, pero no desde la institución, sino desde
ella, hace muchas cosas y muchos trabajos como manualidades para que la gente
esté ocupada”. (Ruby, 66 años, Comuna 13).

Otra mirada de la ICSM está más relacionada con el quehacer, donde se dan respuestas de
ayuda, apoyo, compañerismo, familiaridad, reconocimiento, entre vecinos de un mismo
barrio o sector:

59
“Es ayudar a las personas que no tienen una dirección o que necesitan de un apoyo,
¿ya?, eso es trabajo comunitario, poder darle a mi vecino, a mi compañero, a mi
amigo, apoyarles” (Blanca, 48 años , Buitrera).

La intervención comunitaria es vista como un medio movilizador que sirve de apoyo al


interior de las comunidades para responder a las necesidades individuales y colectivas de
inclusión, reconocimiento, afecto y protección de las personas que la conforman. Retomando
los planteamientos de Malgesini (2003), “cuando la intervención social se produce en clave
de proximidad, se apoya en las redes familiares y comunitarias y les da soporte” (p.66).

En cuanto a los programas, los proyectos y las organizaciones que hacen o han hecho sus
aportes en el campo de la SM, los y las entrevistadas reconocen lo siguiente:

“La fundación de "A lo bien", estuvo trabajando con unos jóvenes (integrantes de
pandillas) y supuestamente habían hecho un pacto donde no iba a haber problemas
con nadie. Sus acciones aportaron a la Salud Mental de las personas porque hubo un
tiempo en el que el barrio estuvo calmado, donde todo el mundo transitaba el barrio
y no había problema, donde usted andaba tranquilo, la gente vivía en armonía. Todo
el mundo vivía feliz de saber que ya podían pasar para allá y no les iba a pasar nada,
saber que no iba a haber balaceras…” (Lina, 26 años, Comuna 13).

En este caso es evidente que, el trabajar con los jóvenes que hacen parte del conflicto, para
transitar libremente por las calles, sentir en el barrio la sensación de seguridad, vivir en
armonía, entre otros aspectos, son aportes a la SM de su comunidad. Es decir que las ICSM
se dan en el marco de procesos que buscan generar convivencia, más allá de la ausencia de
violencia. Según Arango (2003) la convivencia es la capacidad de vivir con otros y a su vez,
la capacidad de cada ser humano de reconocer, elaborar, fortalecer y transformar sus vínculos
interpersonales por medio del análisis de sus “ciclos de vida cotidiana”, independientemente
de que estos sean conflictivos o no.

Asimismo los actores hacen referencia a una serie de instituciones que aunque desarrollan su
trabajo en diferentes campos, desarrollan acciones que impactan en la SM en sus territorios:

60
“Pues aquí han venido muchas fundaciones ¿no?, Fundación Manantial, FusemPaz,
Cedefut, Hambao, los Puestos de Salud de Lourdes y Divino Salvador… El Divino
Salvador ha venido con un comedor infantil, también con un comedor para los
ancianos. Con Cedefut, me parece que fue lo de maltrato intrafamiliar, con Fusempaz
se trabaja mucho con los niños y las mamás, y en el puesto de salud, pues con lo que
a ellos les corresponde… con brigadas para que tengan las vacunas al día,
pendientes para que los niños no se enfermen, que la mamás se hagan sus citologías
y todo eso y el Hospital Mario Correa también ha estado como muy a la par con
nosotros” (Martha, 58 años, Buitrera).

Como se puede observar, ya sea en el sector de la salud en general, las artes, la seguridad
alimentaria, la protección, o la violencia intrafamiliar, etc. Se reconocen acciones que tienen
influencia en el mejoramiento de la SM de la comunidad. De esta manera la SM es un eje
transversal en este tipo de acciones y las intervenciones en salud - como lo manifiesta una de
las entrevistadas, en cuanto a la información sobre SM -“abarca todo”.

En ese sentido el contar con comedores comunitarios para los niños y para los ancianos, las
brigadas de salud, trabajar por el maltrato “intrafamiliar” y la convivencia comunitaria, son
acciones que apuntan a la satisfacción de necesidades básicas (fisiológicas), de seguridad, de
protección, etc., pero que finalmente también influyen en la SM de las personas

Es importante mencionar, que a partir de las conversaciones que se dieron en las entrevistas,
va emergiendo el reconocimiento no sólo del trabajo de otros proyectos u otras personas, sino
que se empiezan a identificar los aportes a la SM de su comunidad a partir de sus propios
procesos. Afirman que si bien “no se habían hecho conscientes” de dichos aportes” sí han
venido contribuyendo a la SM de sus comunidades desde hace mucho tiempo y sería
importante empezar a reflexionar sobre su accionar:

“En nuestra experiencia (AFORCULVIDA) sí se hacen aportes a la salud mental, pero de


pronto no se trabaja desde el tema de salud mental (directamente), eso está en el ambiente,
como que lo vivimos pero de pronto no lo hemos hecho tan consciente para decir que es un
trabajo de salud mental...pero sí sería interesante decir como desde la salud mental estamos
aportando un trabajo”. (Alexander, 42, Comuna 13, 2017).

61
Esto se constituye como un aporte importante en el marco de esta investigación, pues ha
permitido que en la conversación los actores comunitarios reconozcan la importancia de
trabajo que realizan en sus territorios en el campo de la SM.

En el siguiente cuadro se presenta un resumen de algunas de las instituciones, programas o


proyectos públicas, así como ONG, Fundaciones u organizaciones comunitarias que los
participantes llegan a reconocer como procesos que intervienen en sus territorios y aportan a
la SM de sus habitantes:

62
Tabla 4. Organizaciones Comunitarias e Instituciones que realizan ICSM, según informantes

Ubicación o Instituciones públicas ONG, fundaciones organizaciones comunitarias o colectivos Actores “Clave”
lugar de referenciados
intervención
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar  Comité de Planificación comuna Iris Martínez
 Programa Madres FAMI 13. (ASFAPEM)
Comuna 13  Posada de los sueños
Alcaldía de Santiago de Cali  Centro comunitario Yira Castro. Cucci (Líder
 Red de Promoción del Buen Trato (Secretarías de  AFORCULVIDA - Circo teatro Comunitario Vergel)
Salud y de Bienestar Social) Capuchini.
 Casa de Justicia Aguablanca (Secretaría de  Comités deportivos
Gobierno)  Amauta

Red de Salud Oriente:


 Hospital Carlos Holmes Trujillo
 Puesto de Salud Charco Azul
 Programa Agentes Promotoras de Salud (década 90
Presidencia de la República:
Unbound  Cesoles Ingrid Bravo (ESE
Eje central de la  Programa Familias en Acción  CECUCOL Ladera)
Buitrera Fundación Manantial  Tejiendo sororidades
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar  MINA (moviemiento NIños en
 Programa Madres FAMI Fundación Acción
Alcaldía de Santiago de Cali Sembradores de Paz
 Red de Promoción del Buen Trato (Secretarías de
Corporación el Samán
Salud y de Bienestar Social)
 Programa PARCHE (90´s)
 Programa Cali sin pandillas

Red de Salud Ladera:


 Centro de salud Meléndez
 Centro de salud Lourdes
 Puesto de Salud Divino Salvador
 Programa Agentes Promotoras de salud (década
90)
Hospital Mario Correa Rengifo
Fuente: construcción propia.

63
Por otro lado, se puede observar que en el discurso de algunos actores se hace uso del término
“Rutas de Atención”, para aludir a las acciones de articulación desde sus organizaciones
comunitarias con instituciones de salud, en la búsqueda de respuestas a las necesidades que
surgen y que intentan canalizar y atender a través de sus intervenciones:

“Desde la organización en la que yo estoy (CESOLES) creo que es mucho lo que se


ha logrado aportar (en términos de salud mental) a las familias, porque por lo menos
con el proceso que hubo del grupo juvenil, se le ayudó a una familia completa, se
activó ruta, se hizo de todo y ahora podemos decir que hay un cambio verdadero, que
algunos lo tomaron, pero otros no y ahí cada quien decide si quiere tomar la
oportunidad o no, pero quienes la tomaron su vida cambió y de verdad están
buscando alternativas y formas distintas de concebir el mundo y de hacer su vida, no
quedarse en el problema sino que ya buscar una solución. (Leidy, 18 años, Buitrera).

En el marco de lo anterior, vale resaltar que las Rutas Integrales de Atención en Salud
(RIAS) han sido definidas en la Política de Atención Integral en Salud (Ministerio de Salud
y Protección Social, 2016) como:

Herramienta que define, a los agentes del Sistema (territorio, asegurador, prestador)
y de otros sectores, las condiciones necesarias para asegurar la integralidad en la
atención a partir de las acciones de cuidado que se esperan del individuo, las acciones
orientadas a promover el bienestar y el desarrollo de los individuos en los entornos
en los cuales se desarrolla, así como las intervenciones para la prevención,
diagnóstico, tratamiento, rehabilitación de la discapacidad y paliación. Estas
condiciones, además, serán suficientes en tanto cubran las condiciones diferenciales
de los territorios y de los diferentes grupos poblacionales. (p. 49)

En ese sentido las rutas de atención en salud se han pensado como herramientas para facilitar
y dar orden a la gestión intersectorial y sectorial, como plataforma para dar lugar a las
atenciones/intervenciones en salud dirigidas a todas las personas, familias y comunidades
(Resolución 0232 del 2016). Aun con los desarrollos que se pueden observar en materia de
normatividad y políticas públicas, los colombianos siguen padeciendo las profundas fallas

64
relacionadas frente al sistema de salud, pero haciendo uso de mecanismos como estos para
poder acceder a la atención/intervención.

Por otro lado no se puede desconocer que las organizaciones comunitarias desde sus procesos
aportan a la promoción de la SM de las familias de su comunidad, desplegando una serie de
recursos que en conjunto con los recursos institucionales tejiendo una suerte de protocolo
que permite construir un soporte comunitario para la orientación y acompañamiento de
ciertos casos en la comunidad. En ese sentido, los procesos liderados por actores u
organizaciones comunitarias se perciben como formas posibles para mitigar o contrarrestar
los impactos negativos que pueden tener la presión que ejerce la vida diaria, sobre la SM de
los habitantes de una comunidad, entre otros factores:

“En el caso de nosotros como CESOLES, estamos contribuyendo porque estamos


haciendo un proceso con los niños, la biblioteca no es la biblioteca como las que
ustedes están acostumbradas, la biblioteca de nosotros es participativa, donde
oramos, donde nos encontramos yo con yo, donde entendemos las necesidades
internas y externas de nuestro contexto, ahí estamos aportándole a la salud mental”.
(Blanca, 48 años, Buitrera).

Como se puede observar hasta ahora, la información sobre ICSM que ha sido expuesta, dista
del tipo de intervención tradicional médico - paciente – medicina. Por el contrario, dicha
información está asociada al hacer con la gente, a explorar su creatividad por medio del arte,
ya sea el circo, el teatro, la música, la lúdica, la lectura, las manualidades, etc. Asimismo
reconoce que en las intervenciones que apuntan a la transformación de la autopercepción
negativa que tiene la comunidad o los sujetos sobre sí mismos incide profundamente en la
sensación de bienestar:

“Ha sido valioso nuestro aporte porque, por ejemplo, los vídeos que yo he grabado
han sido aquí en el barrio. Antes lo que uno escuchaba que salía en la prensa era: “
tantos muertos, se encuentra mujer descuartizada en no sé dónde, cayó una oficina
liderada por…” eso era lo que la gente estaba acostumbrada a ver en la prensa, pero
cuando ya de pronto uno empieza a salir en el periódico como líder comunitario con
cosas como “concierto por la paz”, entonces uno escucha los comentarios de la
gente, “qué bueno que en la prensa ya no nos conocen solo por cosas malas, entonces

65
yo creo que la gente cambió la percepción (…) es algo muy valioso, que la gente
escuche una canción de pelaos que nacieron en el barrio con las mismas dificultades
que ellos y están con una guitarra o un micrófono en vez de empuñar un arma, ¡eso
ya dice mucho!” (Felipe, 25 años, Buitrera).

Al respecto, Claudia Bang (2014) menciona que en los procesos de promoción de la salud y
de la SM, son importantes las acciones desarrolladas no solamente desde lo institucional,
sino también las que se desarrollan en el espacio de lo comunitario como alternativa de
abordaje o de “intervención”. Adicional a ello, complementa diciendo que:

La estrategia de promoción en SM comunitaria debería orientarse a la generación de


procesos participativos que pongan en juego la creatividad desde lo colectivo,
multiplicando las redes de contención comunitaria. Por otro lado, este tipo de acciones
se presentan como una vía facilitadora para la transformación hacia una comunidad
más inclusiva. (Bang, 2014, p. 111 - 112)

En ese sentido, la ICSM, debe propender por el rescate del encuentro colectivo y la aplicación
de los saberes tradicionales de las personas que habitan los territorios entendiendo que:

Los nuevos modelos comunitarios exigen una reinvención de las prácticas y poner en el
centro del debate de la intervención, la política de lo común, el encuentro con lo común, el
establecimiento de lo común, la potencia que da lo común en el punto de encuentro de los
intereses particulares con los intereses comunitarios. (Del Cueto, 2014, p. 24)

Es importante entonces reconocer que en los procesos de ICSM, llevados a cabo en la


comuna 13 y en el Eje Central del Corregimiento de La Buitrera, las personas no solamente
tienen como referente de conocimiento las instituciones de Salud, como el Hospital y los
puestos de salud, sino también las experiencias llevadas a cabo por las organizaciones de
base del territorio, las experiencias comunitarias que trabajan desde lo artístico, educativo y
cultural, que parten de ideas de cooperación y redes de apoyo para la comunidad. Fantova
(2006) denomina este tipo de intervenciones, como de carácter solidario, pues son dirigidas
por personas que no cuentan con beneficios económicos, cuentan con voluntarios y lo que
buscan es impactar socialmente o mejorar la calidad de vida de las personas y comunidades.
Este tipo de organizaciones desde el campo de la ICSM, son muy importantes en tanto son

66
las que realmente sostienen los procesos de intervención, logrando un impacto positivo y
duradero en la vida de las personas que participan de estos.

El lugar de las fuentes de información

Hasta aquí se ha podido observar que las informaciones a las que han accedido los líderes
son bastante diferentes. Ahora la pregunta es cómo dichas informaciones han llegado a ser
parte de las RS de cada uno de estos actores en sus comunidades. En ese sentido, Burin
(1990) plantea que el análisis de las RS que nuestra cultura ha producido acerca de la SM
plantea la reflexión sobre el lugar que juegan los medios de comunicación para poner en
circulación tales representaciones.

De manera que en la presente investigación se exploraron las fuentes de acceso a la


información, teniendo en cuenta elementos propios de las historias de vida de los líderes, el
trabajo que han realizado en sus comunidades, ámbitos desde los cuales dichos actores han
ejercido su liderazgo, bien sea en el campo de la salud, los deportes, la educación, la
protección, la gestión en cultura y artes en general, entre otros, desde donde emerge la
participación comunitaria. Así como su participación en espacios afines con la SM, su
relación con otros actores (comunitarios e institucionales) de dicho medio, sus conocimientos
acerca de material audiovisual (programas, películas, comerciales) o libros, entre otros.

Al respecto Araya (2002) menciona que la información que llegan a tener las personas sobre
un tema específico está directamente relacionada con la pertenencia a determinados grupos
o a las ubicaciones sociales, lo que lleva a que el acceso a la información sea diferente.

De esta manera se puede observar que la información a la que acceden los artistas difiere de
la información a la que acceden quienes se desenvuelven en ámbitos como el de la protección,
salud, deportes etc. En ese sentido, las fuentes de acceso a la información se pueden
diversificar dependiendo de la ocupación, la edad, o el género, categorías que atraviesan la
vida comunitaria y las acciones que han llevado a cabo en sus territorios.

Dichas fuentes de acceso a la información pueden clasificarse de acuerdo al lugar/espacio en


el cual se accede a la información ya sea por medio del trabajo, la participación en espacios
comunitarios o los medios de comunicación en general.

67
Por un lado algunas personas manifiestan haber obtenido información sobre SM en
capacitaciones en el trabajo y/o en contacto directo con actores institucionales del campo de
la SM:

“En CESOLES han venido a hacer charlas y hemos visto películas sobre salud
mental. Charlas con Ingrid Bravo y hace como dos años vinieron del Samán, una
corporación” (Blanca, 48 años, Buitrera).

“Realicé un trabajo extramural con la E.S.E. Allí me capacité como agente educativa
en salud. Tuve una capacitación sobre salud mental en el HUV por la parte de atrás
en SM” (Martha, 58 años, Buitrera).

Como se puede observar, estas personas han tenido un mayor contacto con información en
SM la cual se ha desarrollado en el marco de la institucionalidad. Fue por medio de
capacitaciones en sus trabajos lo que les permitieron acceder a dicha información siendo esta
brindada por algunas instituciones puntuales como aquellas que han realizado intervenciones
en territorio.
Por otro lado, la obtención de información en SM, también se dio por medio de la
participación en espacios de trabajo comunitario o estrategias de trabajo en red:

“En la Red del Buen Trato, cuando empezamos estaba Iris, la contrataban por seis
meses, luego ya no la contrataban pero ella seguía trabajando, íbamos |a Carlos
Holmes y nos daban capacitaciones.” (Ruby, 66 años, Comuna 13)

“Un poco antes de la Red no era tan consciente de lo de la SM pero en este ultimo
tiempo me he dado cuenta de lo importante que es, eso me ayudó a reconocerlo, pero
más por lo que he vivido, en la misma vivencia.” (Alexander, 40 años, Comuna 13).

“La primera vez que yo escuché algo relacionado con la Salud Mental fue cuando
empecé a asistir a las reuniones de la Mesa de Prevención de consumo de sustancias
psicoactivas , dónde iban las chicas de Salud Mental, nunca antes había escuchado
de Salud Mental” (Leidy, 18 años, Buitrera)

68
Según lo anterior, para algunos actores del territorio, la información que se tiene o han
construido sobre SM, está relacionada con las intervenciones que desde salud se han hecho
en el territorio, principalmente en capacitaciones desde hospitales, pensadas para actores
comunitarios o desde su participación en estrategias como “La Red del Buen Trato”, que
también es una intervención del sector Salud, pero que se construye como su nombre lo dice,
a partir del trabajo en red, más desde el ámbito comunitario, así como La Mesa de Prevención
de Consumo de la Buitrera, como se puede ver, también se entra en contacto directo con
funcionarios que trabajan específicamente por la SM en la ciudad.

Por último, está la información a la que se accede por los medios de comunicación masivos,
como la televisión, la radio, el internet, etc:

“He escuchado sobre salud mental en películas con mensajes, pero propagandas no
hay” (Blanca, 48 años, Buitrera)

En este punto, no fue muy frecuente que los informantes hablaran al respecto, sin embargo,
en todos los casos que lo mencionan, las personas coinciden en que en la televisión no hay
mucha información que se relacione con SM.

Con lo visto hasta ahora se puede decir que el proceso de construcción de conocimiento sobre
la SM y la ICSM está muy relacionado con el acceso a determinado tipo de información. De
manera que los actores comunitarios tienen contacto con fuentes de información “externas”,
como lo son las charlas o capacitaciones institucionales y siendo participes de procesos de
intervención de actores institucionales, así como desde sus propias búsquedas, su inserción
en grupos, el contacto con medios de comunicación, películas, etc. Lo anterior les lleva a
construir un conocimiento “interno”, producto de reflexiones tanto desde su propia
experiencia de vida y como agentes intervinientes en su comunidad, pero también desde su
participación en espacios como por ejemplo, La Red del Buen trato, Mesas de trabajo por la
SM, entre otros muchos otros.

69
Capítulo 6. Hallazgos sobre las actitudes acerca de las Intervenciones
Comunitarias en Salud Mental

En el campo de las Representaciones Sociales, la dimensión de la actitud se refiere a todas


aquellas conductas y acciones que realizan las personas como respuesta a una orientación
producida hacia un objeto o un hecho. Ésta a su vez, expresa el aspecto más afectivo de las
RS en tanto se percibe como la reacción emocional hacia ese hecho y cuya orientación global
puede ser positiva o negativa y favorable o desfavorable, “su identificación en el discurso no
ofrece dificultades ya que las categorías lingüísticas contienen un valor, un significado que
por consenso social se reconoce como positivo o negativo, por tanto, es la más evidente de
las tres dimensiones” (Araya, 2002, p. 40).

En este apartado se analizan los aspectos actitudinales que configuran la acción de los actores
frente a la ICSM, a su vez, se plantean algunos hallazgos sobre las acciones que adoptan los
actores frente a la SM propia y que a su vez, son sugeridas a otros en función de la RS que
éstos han construido sobre dicho objeto de estudio.

Hasta aquí se ha evidenciado cómo la información que tienen los actores entrevistados frente
a la SM y las ICSM, proviene de diferentes fuentes tales como la familia, los amigos, los
vecinos, los medios de comunicación, y agentes institucionales entre otros. Además, de la
participación en diferentes espacios en el transcurso de su vida cotidiana y comunitaria. Lo
anterior, entendiendo a los sujetos como parte de un proceso de interacción en el que se
adoptan símbolos, significados, imágenes y formas de actuar. En la misma línea, esto ha
permitido entender cómo se va configurando la RS que los actores tienen sobre las ICSM, es
por ello que estas dos variables juegan un papel importante en el momento de asumir una
postura frente al tema y la orientación en la conducta que se realiza frente a este mismo.

70
Esquema 3. Categoría Actitud hacia las ICSM

Fuente: construcción propia

71
6.1 Valoración del objeto de Representación

Para establecer la orientación en la reacción emocional de los actores, se identificaron en


primer lugar las valoraciones favorables o desfavorables frente a la SM y las ICSM. Lo
favorable y desfavorable se entenderá por consenso social, como aquello que se muestra en
respuesta de aceptación, rechazo o la posición más o menos favorable que las personas tienen
en función del objeto de representación. En otras palabras, el qué sienten cuando se refieren
a este tema (Silveira, 2011). En ese sentido, ante los interrogantes por el ¿interés en la SM?
y ¿cómo recibe las ICSM que llegan a su territorio?, algunos participantes responden:

“Ayyy no, yo digo ¡qué chévere!, bravo, bravo (gesto de felicidad, aplausos), eso es
lo que necesitamos todos, para que haya tolerancia, es lo primero que pienso.”
(Blanca, 47 años, Buitrera).

En el caso de la participante del eje Central de La Buitrera, se identifica una reacción


favorable frente al tema en cuestión, pues responde con efusividad y se muestra interesada
en él, además, acentúa su valoración frente a la intervención, al aplaudir la llegada de esta,
argumentando que es necesaria para que haya tolerancia en su sector.

En relación a lo anterior, Morales y Rebolloso (1998) citando a Fazio (1989) se refieren a la


actitud como la evaluación que surge en asociación a un objeto dado, aquí, la evaluación
significa “el afecto que despierta, las emociones que moviliza, el recuerdo emotivo de las
experiencias vividas” (p.229). Entendiendo lo anterior, se visibiliza en la participante la
fuerza afectiva y emotiva que genera hablar de un tema (objeto de representación) conocido
y que valora como importante.

De igual forma sucede con algunos actores de la comuna 13 quienes también se muestran
receptivos frente al tema de SM y frente a las ICSM que a lo largo de su vida comunitaria
han conocido:

“En la Red del Buen Trato, se hacía un trabajo muy bueno, sobre todo Marcia
(Funcionaria de ICBF), yo la aprecio mucho” (Ruby, 66 años, Comuna 13).

72
Se puede reconocer en este enunciado, que la participante no sólo tiene una actitud favorable
frente a dicha estrategia de ICSM, sino también frente a la profesional que hizo parte de esta.
En ese sentido, la construcción de vínculos que se han logrado establecer entre el actor
institucional y el actor comunitario, es un aspecto clave para la intervención que se hace en
el territorio, en este caso, desde un actor del sector público.

En relación con lo anterior, Bang (2015) habla de la conformación de una trama vincular
afectiva que se produce desde estrategias de intervención no convencionales, es decir por
fuera de las instituciones. Esta es precisamente la dimensión afectiva de la relación entre
profesional - “paciente”, que posibilita se puedan dar relaciones de horizontalidad en los
vínculos, procesos cooperativos y relaciones comunitarias solidarias.

Hasta aquí, resulta importante mencionar que las mujeres de ambos territorios (Blanca y
Ruby), han participado en el transcurso de su vida y liderazgo comunitarios, en procesos
relacionados con el ámbito de la Salud. En ese sentido, como se mencionó en el capítulo
anterior, la calidad de la información que han recibido frente al tema, el acceso a esta, la
pertenencia a ciertos grupos donde se ha abordado el tema a profundidad y la apropiación
que han tenido de este, les ha permitido, en ambos casos, construir la representación y
configurar su reacción - acción hacia una imagen favorable al respecto. Es así como se puede
dar cuenta que “a partir de la información que se comparte con el grupo y los significados
que le son atribuidos al objeto de representación social, se adoptan posturas y se ejercen
acciones” (Cuevas, 2016. p.122).

En cuanto a las valoraciones desfavorables o poco favorables frente al tema de la SM y las


intervenciones, se encuentra en algunos participantes que estas se hacen evidentes por la
forma en la que dichos actores reaccionan en el transcurso de la entrevista:

“No sé si esté asociando bien, pero esa palabra mental me tiene a mí cabreado”
(Carlos, 66 años, Buitrera)

En el caso de este participante, su valoración y reacción frente al tema de la SM y a las


intervenciones, denota un poco de confusión al manifestar su dificultad de asocio y el temor
o malestar (“me tiene cabreado”) que le produce la palabra “mental”. A su vez, su desinterés

73
se hace evidente cuando al referirse a una propuesta de intervención comunitaria relacionada
con el tema, dice “no quedarle tiempo para moverse por esos lados”, es como si desde su
imaginario, la intervención no tuviera relación con el trabajo que él realiza, por lo que no le
suscita ningún interés en participar de esta:

“Sólo oí de un grupo, no sé, yo me desprendí de ellos, que eran, ¿cómo se llama esta
señora?, Ingrid, que era de la red del “maltrato”, que alguna vez yo fui a una reunión
allá a la cruz. Pero pues no estaba muy al tanto, sé que tienen como un grupo de
escucha, que los orienta pero yo no estaba muy al tanto. No me ha quedado el bendito
tiempo para estar allí porque pues es que me muevo aquí en lo artístico y no me
queda tiempo para correr por ese lado” (Carlos, 66 años, Buitrera).

Al respecto, es importante recordar que para el participante Carlos, la información y la


representación que ha construido sobre la SM hacen alusión a la locura, en ese sentido se
puede comprender el por qué de su reacción poco favorable y su escaso interés en participar
de las intervenciones relacionadas con el tema.

De igual forma sucede con otra participante quien dice:

“No me he tomado el trabajo de buscar sobre eso, (...) no, mira que no he sentido
interés” (Lina, 26 años, Comuna 13).

Estas, son sólo algunas frases que menciona la participante a lo largo de la entrevista cuando
es interrogada por la información y el interés que tiene sobre la SM y las ICSM. Sus
respuestas denotan en ese sentido una reacción desfavorable frente al tema.

Desde el ejercicio comparativo con las dos primeras participantes, se puede inferir que para
Carlos y Lina, la forma de asumir la SM y en concordancia las actitudes frente a la ICSM,
responden precisamente a “una de las implicaciones que tiene el papel estructurante de las
actitudes consistente en que los grupos pueden asumir posiciones en temas de controversia
pública sin haber construido la información suficiente a partir de los datos que circulan”
(Paralez y Vizcaino, 2007. p.357), es decir que a diferencia de las dos primeras participantes,

74
los dos últimos, han construido su representación sin haberse dado la oportunidad de
participar en procesos o grupos donde la cantidad - calidad de la información y su apropiación
respecto al tema, quizá pueda influir en el cambio de actitud que estos pudieran asumir
respecto a la SM y la ICSM. Sin embargo, según los planteamientos de Araya (2002) “se
entiende que una persona o un grupo puede tener una reacción emocional sin necesidad de
tener mayor información sobre un hecho en particular” (Ibáñez citado por Araya, 2002:45)

6.2 Reacciones positivas y negativas hacia las ICSM

En la dimensión actitudinal, es posible identificar también la orientación positiva o negativa


que los participantes le dan a las intervenciones comunitarias en SM que realizan en su
territorio tanto actores internos como externos:

“El Teatro Capuchini también, los del circo Capuchini están llamando a los jóvenes.
Eso me parece importante... Se necesita tener los muchachos ocupados” (Ruby, 66
años, Comuna 13).

Al respecto, la participante de la comuna 13 referencia dentro de las ICSM, aquella que es


realizada por una organización de base de su comunidad, que aporta al bienestar de los niños
y jóvenes que están expuestos a condiciones contextuales como la delincuencia y las
sustancias psicoactivas, en ese sentido, son intervenciones vistas como positivas y de
suprema importancia para el desarrollo de la vida comunitaria. De este comentario se rescata
el reconocimiento que se le da al trabajo de otros, especialmente el que hacen los mismos
actores del territorio.

En la misma línea, se identifica una actitud positiva en los participantes que dirigen sus
propias organizaciones de base comunitaria o que hacen parte del equipo que las
conforman:

“Yo he podido notar que cuando le agradecen a uno es porque han vivido como
situaciones de familia, o de abandono de papá y mamá,… abandono emocional,
porque algunos cuando han manifestado sus agradecimientos ha sido desde allí, que
de pronto aquí los hemos escuchado, le hemos abierto un espacio y que de pronto no

75
tuvieron la oportunidad de estar en la calle, o entrar en pandillas, bueno, que
digamos esto fue como el foco para poder no haber caído en una situación más difícil,
sino como al contrario haberse ayudado un poco más” (Alexander, 40 años,
Comuna 13).

Se puede notar la relevancia que para estos participantes adquieren las intervenciones que
ellos hacen desde sus espacios de liderazgo, en ese sentido demuestran tener una actitud
positiva frente a dichos procesos, y los resultados que obtienen con la población con que
trabajan se muestran como un aliciente que le da sentido a sus vidas y les permite seguir
contribuyendo con sus aportes a la comunidad. Pareciera entonces que la SM de estos actores,
también se viera alimentada por la respuesta que reciben de quienes ayudan y en ese sentido,
le apuestan a continuar con su labor.

Desde esta perspectiva se visibiliza a dichos líderes como sujetos sociales que aportan a la
solución de sus problemáticas, pues su intención es la de abordar las situaciones de quiebre
que afectan a las comunidades en cada contexto, en su territorio y con recursos propios de
este, entendiendo entonces que difícilmente se hallará una solución por fuera de su propio
sistema (Martínez, 2006).

Un aspecto a resaltar en estas intervenciones es que se dan desde la cercanía con la gente,
con los niños, con los jóvenes y esto les permite generar relaciones de confianza, de apoyo,
que se vuelven vitales para la continuidad de los procesos con las personas. En ese sentido,
se piensa en estas intervenciones como algo que se hace con agrado, con gusto por el trabajo
con la gente.

Por otro lado, entendiendo lo que ha significado la experiencia que por años llevan estos
actores adquiriendo con el trabajo realizado en su comunidad, le apuestan a tipos de
intervenciones que sean duraderas en el tiempo. Ellos y ellas, a partir del discurso reconocen
que aunque no cuentan con los recursos económicos necesarios para sostener su intervención,
estas adquieren sentido en tanto se convierten en procesos que le apuestan al trabajo continuo
y sostenido con las personas. Es por ello que a pesar de las dificultades, año tras año están
dispuestos a no dejarlos perder.

76
“A veces en esa limitada situación económica, pues logramos como hacer un trabajo
que al menos genere un proceso en los niños y en los jóvenes que tenemos, no que se
vuelva como algo puntual, como algo aquí que tocó y ya, sino algo como que se
vuelve proceso y es lo que hemos venido justamente trabajando este año, como ir
generando un proceso de trabajo que realmente nosotros veamos luego al final pues
un resultado, resultado en algunos aspectos que uno puede ver a través de lo que
hace, pero que de pronto también van a ver resultados a futuro, de ver estos niños y
estos jóvenes. (Alexander, 40 años, Comuna 13).

Por otro lado, esta actitud positiva se expresa también en algunos actores, por las experiencias
que les ha dejado la participación en estos espacios de intervención en SM comunitaria. Al
respecto dos participantes mencionan:

“Allá en Yanaconas nos hicieron algo con velas y todo eso… y lloré como nunca… y
salí de allá, liviana... por eso yo no olvido nunca esa actividad, (...) Cuando uno tiene
esos rencores con la gente el daño se lo hace uno mismo, yo eso lo he aprendido, a
mí la red me sirvió mucho, me ha servido mucho, por eso no quisiera que esto se
acabara” (Ruby, 66, Comuna 13).

“Gracias a Dios salí adelante y después de lo que me dijo la doctora (profesional en


psicología de la intervención comunitaria), he manejado las cosas como ella me dijo
y verdad, o sea, siento como ese descanso en el alma, como que no te duele nada
¿no?, o sea, ya recuerdas y ¡ahhh sí!, esto pasó, pero ya” (Martha, 58 años,
Buitrera).

Es evidente que la actitud que algunas personas han construido frente a las intervenciones en
SM, se hacen positivas por la transformación que estas han tenido en sus vidas y lo que esto
ha representado para ellas, por lo que es común escuchar en sus relatos frases positivas frente
a los cambios que atravesaron y la comparación entre lo que fueron ayer y lo que son ahora.
Es por lo anterior, que dan muestras de agradecimiento y desean que continúen estas
intervenciones para que más personas se beneficien de ellas.

77
En este caso particular y entendiendo que ambas participantes son adultas mayores que
hicieron parte de procesos gestados en las décadas de los 80’s y 90’s por medio de
voluntariados en salud o la conformación de las ligas de usuarios en sus comunidades cuando
el Distrito de Aguablanca y la ladera de Cali estaban viviendo procesos similares, permite
comprender el por qué se diferencian en gran medida de las experiencias de quienes en época
distintas no pudieron hacer parte de este tipo de procesos. Frases o palabras como
“impactante”, “importante”, “positivo”, “muy bueno”, “me sirvió mucho”, son compartidas
por estas dos mujeres, lo que permite confirmar que hay un sentimiento positivo frente a las
intervenciones comunitarias en SM que han conocido.

En cuanto a las acciones que los participantes toman en virtud de las ICSM, se encuentran
acciones de abogacía en algunos actores. Los actores entrevistados, aunque en la mayoría de
los casos argumentan no conocer a fondo el tema sobre SM, muestran interés en hacerlo, tal
es el caso que al final de la entrevista terminan por reflexionar sobre la importancia de
incorporar en su discurso y práctica la SM. Relacionado con lo anterior y entendiendo la
importancia del tema, aunque algunos aceptan que no es plenamente comprendido, los
actores abogan por que se realicen intervenciones al respecto, es así que algunos actores
llevan proyectos relacionados a instancias de participación comunitaria como el Comité de
Planificación de la Comuna 13. Sin embargo, se reconoce que este, no es un tema que tenga
mayor relevancia para quienes están a cargo del manejo de los recursos en el territorio.

“Incluso eso de salud mental lo propusimos porque nos reuníamos a conversar, lo


propusimos por salud en el comité de planificación, y allí dijeron que no que eso era
por Bienestar Social, pero era por salud, pero mire se lo entregaron a Saludcoop, y
Saludcoop se lo entregó a una enfermera para que lo ejecutara (...) ya se terminó
(muestra sensación de decepción)” (Ruby, 66 años, Comuna 13).

En cuanto a la orientación negativa, se logra percibir una actitud de indignación hacia la


forma en la cual se ejecutan y se han ejecutado proyectos relacionados con SM en la
comunidad, también, al sentir que dichos proyectos son procesos aislados que podrían tener
mayor impacto si hicieran realmente partícipe a esta:

78
“El problema es que hay mucha gente que ha venido acá como a entusiasmar, los
ilusionan y después los dejan tirados, por eso es que la gente ya no cree ni en políticos
ni en nada” (Ruby, 66, Comuna 13).

En el anterior enunciado, se puede evidenciar una crítica constante que los actores
comunitarios tienen frente a las intervenciones que en su mayoría son ejecutadas desde el
sector público. En ese sentido la actitud negativa surge teniendo en cuenta que en dichas
intervenciones, los actores sienten que ellos y la comunidad, son ilusionados con
intervenciones prometedoras y posteriormente abandonados. Esto a su vez, permite
comprender porque hay una pérdida de credibilidad en las instituciones y como ellos lo
señalan, en la política. Lo anterior, es reforzado por el siguiente participante:

“Yo creo que los proyectos que se han tratado de ejecutar acá han sido proyectos
que se han ejecutado por no dejarse perder, osea ya los proyectos que toca lanzarlos
porque estaban incluidos dentro del presupuesto y toca hacer algo para no dejar
perder eso y le duele a uno, (...) si hubiese sido algo que se hubiese ejecutado con el
corazón en la mano como decía en el papel, hubiese tenido un impacto muy bonito y
diría yo que el proceso aún seguiría vigente, pero como fue algo que ejecutaron por
ejecutar ¿qué más se podía esperar?(...) y me decían, “no, pero es que así está
pensado el proyecto, pero no te preocupes que nosotros vamos a seguir”, pero
mentiras, son proyectos muy vagos, es triste y llega un punto en que a uno como líder
le toca ponerse colorado muchas veces porque uno le dice a la gente… “pero vení,
¿vos me vas a venir a manosear la comunidad?”… osea no, yo creo que son
proyectos que si se plantean bien pueden funcionar, pero también el hecho de que
estén viniendo a manosear la comunidad, que la gente o las entidades vengan a
perder credibilidad, no” (Felipe, 25 años, Buitrera).

Esta es una visión reiterativa entre todos los actores participantes de la investigación, sus
sentimientos de rechazo frente a la forma en que se interviene en los territorios, la falta de
continuidad en los procesos que se llevan a cabo, la mala inversión de los recursos, entre
otros, son hechos que hacen que los participantes asuman una actitud negativa hacia estas
intervenciones. Todos los entrevistados coinciden en que el Estado ha actuado en sus
territorios conforme a su voluntad, sin dejar gran impacto con sus intervenciones en la vida

79
de la gente y sin apoyar realmente a los actores comunitarios que por décadas han hecho un
trabajo constante los cuales en ocasiones se ven limitados por la falta de recursos.

“El problema es el de siempre, trabajamos con las uñas. No hay un dinero que diga
uno, puede al menos darle de comer a los artistas, nos toca a nosotros mismos
gestionar. Todo parte desde allí, digamos, lo que uno espera del Estado es muy difícil,
entonces siempre quieren gratis y es verdad que uno eligió ser artista, pero también
tiene sus necesidades y compromisos” (Carlos, 66 años, Buitrera).

Por otro lado, también existe una actitud negativa hacia algunos líderes y las intervenciones
que estos realizan:

“La comunidad no está creyendo en los líderes, porque la comunidad no se siente


representada si los líderes no se ponen de acuerdo (...) de hecho tenemos la
problemática bastante fuerte allí, se dañan las calles, por ejemplo esta calle principal
está dañada y no ha habido un doliente, entonces una gota de agua no hace aguacero,
y si los demás no aportamos, no ayudamos, es imposible” (Blanca, 48 años ,
Buitrera).

En ese sentido, existe una creencia generalizada de que la falta de respuesta oportuna a
algunas situaciones problemáticas que se viven en la comunidad y que afectan la SM de sus
habitantes, parten de la base de la división/ no articulación entre los mismos líderes y
territorios, los intereses divididos, además de una mala comunicación y del trabajo
individualizado. Como lo menciona la participante Blanca, la comunidad no se siente
representada por estos líderes.

A su vez, dicha situación la asocian a que algunos de estos líderes están ligados a cargos
políticos o de toma de decisiones que en ocasiones, no permite que otros actores que también
trabajan por la comunidad, se sientan reconocidos en su trabajo, procesos o reciban
colaboración con recursos que les permitan ampliar su accionar.

“Como lo que quiere hacer el circo Capuchini, mire que a ellos nadie les aporta, del
situado fiscal les niegan aportes. Que importante que los tuvieran, (…) ellos tienen
que rebuscársela” (Ruby, 66 años, Comuna 13).

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Lo anterior, es una queja constante de las personas mayores entrevistadas y aunque en los
participantes más jóvenes este discurso no es reiterativo, sí coinciden en decir que en muchas
ocasiones es difícil participar en los espacios de toma de decisiones, pues se sienten
rechazados o no tenidas en cuenta sus opiniones, por lo que se abstienen o se desmotivan en
participar de estos espacios.

6.3 Acciones ante el objeto de representación

Hasta aquí, se ha de mencionar que la actitud que la gente asume frente al tema de SM y a su
vez la actitud hacia la intervención conforme a la representación que han construido en torno
a esta, permite evidenciar una toma de posición en su accionar y su discurso que tiene que
ver con las acciones que ellos dirigen para sí mismos, para los demás y para las intervenciones
en sintonía con el objeto de representación.

6.3.1 Autocuidado

Respecto a las acciones que dirigen para sí mismos, se identifican prácticas de autocuidado
que se destacan en el relato de los y las entrevistadas. Se hablará entonces a partir de cuatro
dimensiones: dimensión espiritual, dimensión mental, dimensión corporal, dimensión social.

Los cuidados desde una dimensión espiritual, hacen referencia a todo lo que concierne en
gran parte a las creencias religiosas, divinas, energéticas (orar, creer en un dios, meditar) o
que simplemente sin que se liguen a lo religioso, trabajan el ser “desde adentro”, su propia
“alma”, prácticas que desde la visión de los entrevistados mantienen el "equilibrio" en sus
vidas. Dichas acciones se hacen reiterativas en el discurso de los participantes cuando se les
indaga sobre las prácticas llevan a cabo para preservar su SM, en ese sentido, “orar”,
“encomendarse a Dios”, “buscar la paz interior” son respuestas que evidencian la
representación que se ha ido configurando en los sujetos que asumen una actitud de fuerza
y optimismo hacia la vida y hacia las condiciones de peligro que les ofrece el contexto,
pareciera entonces que sus creencias arraigadas hacia un dios superior, una divinidad, la
energía del universo y otras, los blinda frente a las situaciones que se les presentan en su
diario vivir y a su vez, fuera ese pilar para conservar su SM.

81
Lo anterior se puede observar en algunos discursos:

“Siempre antes de salir de mi casa lo primero que hago es encomendarme a Dios y


él es el que siempre me guía a donde quiera que vaya” (Esays, 47 años, Comuna 13).

“Uno se tiene que oxigenar, si tú oras por las mañanas le pones a Dios el día, estás
abriéndote, pero si tú te levantas a pelear con tu hija o con tu esposo, ¿cómo vas a
llegar al trabajo? o ¿al estudio?” (Blanca, 48 años, Buitrera).

“Yo recurro mucho a lo espiritual, para mí lo espiritual es como la fuente... trato de


buscar mi equilibrio, creo mucho en Dios por muchas experiencias de vida que he
tenido” (Alexander, 40 años, Comuna 13).

Vemos aquí que la idea que se hacen los informantes sobre la SM, también les permite tomar
acción frente a las prácticas de autocuidado que ejercen para preservarla, en este caso es
evidente que para los actores, la parte espiritual cobra un gran valor, orientado principalmente
a las creencias religiosas.

En coherencia con lo anterior, el cuidado en el campo de la salud responde a una serie de

Construcciones culturales que se materializan por medio de un conjunto de prácticas,


ritos, creencias, actitudes, representaciones y conocimientos que una cultura tiene
alrededor del cuidado, en la que la historia, la ciencia y la misma cultura han cumplido
un papel muy importante en su evolución, pues han contribuido a la construcción de
este patrimonio y han dado dirección al cuidado de la vida y la salud. (Uribe, 1999.
p.110 - 111)

Para los entrevistados todas esas concepciones y representaciones que parten de sus creencias
culturales sobre lo espiritual, influyen en las prácticas que ellos tienen en su vida cotidiana.
Por otro lado, se encuentra que algunos actores recurren a métodos alternativos de
autocuidado orientados principalmente a su conexión con el universo:

“Cuando ya me veo demasiado agitado, hago ejercicios de meditación” (Carlos, 66


años, Buitrera).

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En correspondencia con lo anterior, Uribe (1999) expone que “los griegos manejaron una
visión integral de lo que debía ser el cuidado de sí, pues enfatizaban la necesidad de cuidar
no solo el cuerpo sino también el alma”, en este aspecto complementa diciendo que “la
meditación, la lectura, las notas que se tomaban de los libros”, entre otras (p.111) formaban
parte de las prácticas de autocuidado que ellos implementaban. De igual forma, menciona
que:

Los comportamientos están fuertemente arraigados en un sistema de creencias y


tradiciones culturales, razón por la cual las personas no reemplazan fácilmente
creencias ancestrales por nuevos conocimientos (…) Es así como los
comportamientos en salud están orientados por los conocimientos acumulados y por
las RS, de las cuales hacen parte las supersticiones y los mitos construidos alrededor
del cuidado de la salud. (Uribe, 1999. p.113).

A partir de este planteamiento se puede entender, por qué para algunos entrevistados, el
cuidado de esa parte espiritual, es tan necesario para preservar su SM, respondiendo en
algunos casos a las creencias religiosas basadas en el cristianismo o por otro lado, en
creencias propias de las influencias de oriente.

En cuanto a la Dimensión mental, esta tiene que ver con las acciones que las personas llevan
a cabo para el cuidado de su psiquis (mantenerse ocupado, recibir terapia psicológica, leer,
escuchar música, ser positivos, disfrute y práctica del arte, no escuchar malas noticias).
Entre estos, se destaca la práctica y uso de las artes como medio de escape y equilibrio, al
respecto, uno de los participantes menciona:

“El escape para mí siempre es la lectura, la música, ir a obras de teatro lo que tenga
que ver con arte, ese es como mi escape, una vez estuve a punto de tirar la toalla,
pero ese es como mi equilibrio” (Carlos, 66 años, Buitrera).

El anterior testimonio es evidencia de un aspecto que se reconoce en el discurso de los


participantes, la importancia que le dan a la práctica del arte en su vida. En el caso de Carlos,
que es artista empírico, el centro de su vida es el disfrute y la enseñanza de lo que sabe a
niños y jóvenes por medio de los procesos comunitarios que lleva a cabo. Es evidente que
para él, el arte aporta significativamente a su vida y a la preservación de su SM.

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Por otro lado, un aspecto indispensable en el cuidado de la SM pero que poco se menciona
en las prácticas que tienen los entrevistados, es el de solicitar ayuda de otros cuando las
situaciones emocionales los desbordan, al respecto, algunos actores dicen lo siguiente:

“Lo ideal es buscar ayuda en un psicólogo ¿no?, porque pues, usted sabe que hay
gente que pa´ qué psicólogo” (Esays, 47 años, Comuna 13).

“Cuando siento que lo espiritual no me da, he ido a psicología, me gusta escuchar


orientación, cuando siento que me estoy ahogando en la misma situación yo digo,
¿seré yo? ¿qué es?, cuando no me identifico desde lo espiritual, ya sí busco quien me
oriente, entonces me apoyo mucho en dos amigas psicólogas cuando siento que no
puedo” (Alexander, 40 años, Comuna 13).

Es en este aspecto que la dimensión mental cobra aún mayor relevancia en tanto algunos
actores acuden a buscar ayuda, especialmente profesional, cuando consideran que no pueden
resolver sus dificultades por sí solos o cuando sus herramientas fundadas en lo espiritual no
les son suficientes.

Por otro lado, se identifican las prácticas de autocuidado desde una dimensión corporal, en
otras palabras, todo lo que tiene que ver con la preservación del cuerpo físico, ligado esto a
una sana alimentación, la práctica del deporte, controlar la respiración, tomar los
medicamentos prescritos por el médico, entre otros. En ese sentido, el jugar futbol, caminar,
hacer ejercicios de respiración o tomar los medicamentos para sanarse hacen parte de todo
ese conjunto de acciones que denotan una actitud positiva frente al cuidado de la SM propia.
Al respecto, los entrevistados mencionan:

“Yo por lo menos el caso mío es alimentarme, porque cuando uno se alimenta pues
su cerebro también está funcionando. A veces uno no tiene o no se alimenta y el
cerebro se va decayendo como todo. Es importante para mi alimentarse” (Esays, 48
años, Comuna 13).

“Yo juego mucho fútbol también, me metí a equipos de fútbol, jugábamos y todo,
osea, yo trataba de tener la mente ocupad”. (Martha, 58 años, Buitrera).

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“Sufrí un tiempo depresión (...) tomaba agüitas de toronjil, superé eso y de allí me
entregué de lleno y cuándo sentía que me iba a dar… yo caminaba, yo iba a una
capacitación y otra, yo creo que eso ya lo superé (Ruby, 66 años, Comuna 13).

Teniendo en cuenta lo anterior, se puede observar cómo para algunos actores la satisfacción
de una necesidad básica como lo es la alimentación, juega un papel tan importante en la
preservación de su SM, de ahí que se puede entender que factores sociales como la pobreza
en relación con la desnutrición, afecte la SM de las personas. Por otro lado, la práctica del
deporte o la ocupación del tiempo, se configura como una constante en el discurso de aquellos
actores que ven en este aspecto un papel determinante en el cuidado de su SM, finalmente,
el acudir a prácticas tradicionales de cuidado del cuerpo y la mente como el uso de bebidas
aromáticas, da una sensación de tranquilidad para algunos de los entrevistados y a su vez
contribuye en la cura de los problemas que les aqueja.

Al respecto, Uribe (1999) expone que en el ámbito de promoción de la salud, las prácticas de
autocuidado son orientadas por un sistema de creencias culturales aprendidas en el proceso
de socialización, es ese sentido, el cuidado del cuerpo está relacionado con prácticas dirigidas
a funciones de conservación, como el alimentarse y el modo de vida , así como a cuidados
de curación que están relacionados con los tratamientos para la cura de las enfermedades o
todo aquello que obstaculiza la vida.

En la Dimensión Social, se relacionan todas aquellas acciones que manifiestan los


participantes y que responden a la búsqueda de compañía. En ese sentido, se encuentran
acciones que responden a la preservación de la SM por medio del apoyo que pueden encontrar
en sus amigos o seres queridos cuando tienen algún problema:

“Yo siempre he procurado no estar sola, yo siempre he estado rodeada por mis hijas,
ellas están pendientes” (Martha, 58 años, Buitrera).

Como lo menciona la participante Martha, el contar con el apoyo de sus hijas y el sentirse
acompañada por ellas, le permite mediar con las situaciones de tristeza y dolor que ha vivido
a lo largo de su vida.

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6.3.2 Cuidado a otros para preservar su salud mental

En cuanto a la forma en que sus acciones intervienen en el cuidado a otros es claro que para
algunos actores, la SM en este aspecto, está asociada con la satisfacción de las necesidades
básicas y el buen uso del tiempo libre, estos a su vez, se conciben como determinantes
preventivos o protectores que podrían evitar que las personas llegaran a sufrir de alguna
enfermedad mental incapacitante o que tomaran otras salidas hacia sus problemas.

“Los niños necesitan el acompañamiento (como los del circo) se necesita el


acompañamiento, se necesita que si un niño que va al colegio sin desayunar llega el
momento en el que algo por ahí lo coge y por ahí se van metiendo, o si el niño
permanece solo en la casa se lleva muchas cosas y es donde tenemos que estar
previniendo”. (Ruby, 66 años, Comuna 13).

Por otro lado, algunos líderes teniendo como base su historia de vida, conciben la SM como
tener sentimientos positivos hacia otras personas y de igual forma, hacia sí mismos a partir
de una sana autoestima, pues contemplan que si hay carencia de estos, los niños y jóvenes
podrían caer más fácil en las dinámicas de consumo de SPA dentro del territorio.

“Creo que el mayor problema es la soledad (necesidad de acompañar), hay mucha


soledad y no solo en los pelaos, también desde la niñez y claro, si hay todos esos
vacíos de niñez y de soledad, por eso cuando llegan a su etapa de jóvenes, que es la
etapa de tomar decisiones, es más fácil yo irme por el camino de la droga, o la
pandilla o la plata fácil o lo otro, pues porque nunca hubo un acompañamiento como
tal, mejor dicho, esa es como la cuenta de cobro a toda esa soledad que se ha vivido,
y es una cuenta de cobro a la familia”(Alexander, 40, Comuna 13).

Se hace evidente en el discurso de los participantes, que es necesario, en la población infantil,


el acompañamiento constante de una figura adulta que evite el maltrato y a su vez, supla sus
necesidades físicas y emocionales para evitar que caigan en las dinámicas contextuales de
consumo y delincuencia que puedan afectar a posteriori la SM de estos.

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En el mismo sentido, se percibe que las acciones de los actores en relación al cuidado de la
SM de otros, le apuntan a todas aquellas acciones que se relacionan con la cercanía, la
escucha activa como parte importante de construcción de las relaciones, el ofrecer una mano
amiga, un alimento. Luchar en contra de la discriminación por diferencias en la personalidad
y apariencia física de aquellas personas a las que están prestos a ayudar.

“Hay una niña, una familia, que me duele duramente la situación de ella y no sé ya
cómo ayudarla, es una niña que está en un estado vulnerable y me da tristeza cuando
la discriminan porque su mamá tiene una demencia, porque sus tíos son drogadictos,
porque su abuela no es como muy cuerda, entonces esa, esa niña es como el apoyo,
me vienen a buscar, estoy pendiente, la apoyo en sus tareas, me la traigo aquí, la
tengo hasta las 8 de la noche, para que esa niña de pronto sea como el referente de
esa familia, porque están muy mal, entonces la gente, la gente no se acuerda de
llevarle un arrocito ya”. (Blanca, 48 años , Buitrera).

Una de las acciones que cobra significado en el discurso de los participantes, es aquella en la
que a partir de la preocupación que ellos manifiestan por otro, su relación se solidifica a tal
nivel, que terminan adquiriendo figuras parentales para quienes sirven. Es el caso de Carlos
quien dice que sus hijas son las chicas a las que ha ayudado. Respondiendo también con esto,
a una especie de apoyo para los padres en la crianza de los hijos e hijas.

“Empezamos con eso con un paquete de bananas y reunión chicos allí empezamos y
lo primero que hicieron ellos fue el compromiso. Vamos a reunirnos, empezamos a
reunirnos semanalmente y de ahí de las cosas maravillosas que se me ocurrieron fue
buscar el apoyo de la Fundación Carvajal. Carvajal empezó a regalarle a los chicos
estudio, es que se necesita, ya hicieron un grupo de sistemas, un grupo muy
compacto. Y después, pues el enganche fue la pintura, enseñarles a pintar y ya. Ya se
vuelve uno como el papá de ellos, incluso la mamá muchas veces dice “vea hable con
mi hijo porque le hace más caso a usted que a mí”. Ya me quedé ahí con ese papel y
ya con un poco de hijas por ahí volteando, ya no se quiere uno salir de ahí, siempre
cuento con ellas” (Carlos, 66 años, Buitrera).

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A manera general, sin distinción de género y edad, los actores entrevistados apuntan a
acciones que tienen que ver con el cuidado de los otros, este tipo de acciones van desde el
reconocimiento por la necesidad de compañía de las personas con las que trabajan. A manera
general, estas acciones de cuidado, tienen que ver también, con las enseñanzas que los actores
imparten a niños y jóvenes desde lo artístico, desde el respeto por su vida y la vida de otros
y en algunos casos, por las acciones de asistencia que algunos de ellos puedan tener para con
las personas de su comunidad.

En resumen, podemos ver que en las acciones de autocuidado de la SM, se encuentran en su


mayoría, algunas congruencias que tienen que ver con la parte espiritual, siendo esta una
actitud muy común que no tiene una distinción marcada respecto al género que los aplica, es
decir, hombres y mujeres consideran la dimensión espiritual como de suma importancia en
su vida. Sin embargo, se debe tener en cuenta que en la mayoría de adultos, existe una
creencia por un ser superior, una creencia en un dios, a excepción de uno de los informantes,
quien junto a dos mujeres jóvenes, se inclinan más por otras alternativas como el arte, la
meditación, la relajación, etc. Cabe mencionar que esto puede relacionarse quizá, con la
forma en la que dichos sujetos han construido sus imaginarios sobre la vida, lo cual se
manifiesta en sus actitudes y sus acciones.

Por otro lado, un común denominador entre los entrevistados es, el mantenerse ocupado,
distraer la mente, caminar, para liberarse de los problemas, estas ideas son compartidas más
que todo por los actores adultos que han participado en procesos de formación relacionados
con SM o han estado involucrados en procesos comunitarios desde el ámbito de la salud
(Ruby, Blanca, y Martha).

Actores como Carlos y Alexander para quienes su vida funciona entorno a lo cultural, Carlos
por medio de la pintura y Alexander por las artes escénicas, mencionan la importancia que
esto tiene para sus vidas, por lo que este trabajo representa para ellos un escape que les
permite cuidar de su SM. El pintar y enseñar a pintar para Carlos, como el actuar y enseñar
actuar para Alexander, son considerados como sus medios de “escape” cuando los agobian
los problemas, es algo que les hace olvidar por momentos las malas situaciones:

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“Ahora desde la Drama terapia con Alicia, (integrante Forculvida) ... Se libera uno
esos dolores que a veces tiene... Lo artístico me ayuda mucho, (...) a mí también me
ayuda y me libera mucho trabajar con los niños. Todo eso lo he venido trabajando
como una terapia, yo vengo, me rio, molesto, juego”. (Alexander, 40 años, Comuna
13).

“Bueno yo tengo una ventaja, precisamente ser artista me da esa ventaja. Entonces
canalizo todas esas emociones… esto es algo que te impulsa, que te hace olvidar de
ese problema, esa es la primera instancia, y al tomar en segundo plano el problema,
pues encuentra mucho más fácil la solución” (Carlos, 66 años, Buitrera).

A diferencia del accionar de los jóvenes, los adultos mayores son quienes más tienen
prácticas de abogacía frente a los proyectos relacionados con la SM. Es el caso Ruby y
Martha, quienes además también han hecho parte de procesos como las JAC Y JAL, frente a
sus acciones de abogacía, por ejemplo en el caso de Ruby, le ha apostado a que se metan
proyectos por medio del Comité de Planificación de la Comuna. Aunque se reconoce que
este no es un tema que le importe a los tomadores de decisiones dentro de los territorios.

Por otro lado, el sentir la necesidad de continuar con estos procesos, está mediado por el
sentimiento de agradecimiento que reciben de la población con la que trabajan, en ese
sentido, se reconoce un sentimiento de agrado frente a su labor, lo que los impulsa igualmente
a continuar. Alexander, Felipe, Esays, Carlos, Martha, Blanca, Lina, Ruby y Leidy coinciden
en que la gratitud de la gente les hace sentir bien.

Finalmente es necesario hacer mención de que proyectos como el de Alexander, Felipe,


Carlos, Blanca son defendidos por estos mismos actores, quienes sostienen que son
“procesos” más no intervenciones puntuales y que han sostenido por años, “con las uñas”
teniendo un impacto positivo en la comunidad. Es por lo anterior, que a pesar de reconocer
todas las dificultades que suscita la permanencia de estos, le apuestan a continuarlos y a
seguir transformando vidas por medio de estos.

89
Capítulo 7. Campo de Representación sobre la Intervención Comunitaria
en Salud Mental: Tejiendo vida, construyendo comunidad.

En el presente capítulo se explora la forma en que los actores comunitarios construyen y


hacen lectura de las realidades con relación a las ICSM. Para hacer alusión al proceso de
construcción del campo de representación, se retoman elementos relacionados con la historia
de estos actores comunitarios, así como la forma en que se relacionan con el territorio que
habitan, sus concepciones sobre los problemas de su territorio en el orden de la ICSM y a su
vez, las propuestas o posibles soluciones que surgen desde ellos, a partir de las vivencias
que han tenido en el campo de lo comunitario.

Lo anterior, teniendo en cuenta los planteamientos de Ibáñez (2001), para quien las fuentes
de las RS se encuentran en el sistema de creencias y valores que circulan en el seno de una
sociedad determinada, así como en el conjunto de condiciones económicas, sociales e
históricas que viven los sujetos de dicha sociedad.

De esta manera el presente capítulo se ha organizado en cuatro apartados, los cuales


permitirán primeramente hacer un recorrido por elementos de la historia de los líderes, como
su llegada al territorio. En un segundo momento se verá cómo su participación en
determinados espacios les permite construir saberes en torno a problemas relacionados con
la ICSM y finalmente se observará cómo estos saberes tienen una función social,
extrapolándose en propuestas por parte de los lideres que pueden fortalecer las ICSM.
A continuación, se presenta el esquema (4) del presente capítulo.

90
Esquema 4. Categoría Campo de Representación de las ICSM

Fuente: Construcción propia

91
7.1 La llegada al territorio: “Me quedo mil veces en Cali”

La mayoría de los actores que participaron de esta investigación son personas que provienen
de otros departamentos, pueblos o municipios diferentes a Cali, principalmente en el caso de
los líderes de más de 30 años. Varios de ellos(as) relatan que llegaron a Cali con sus familias,
a ubicarse en asentamientos humanos de desarrollo incompleto, en los cuales existían -y aún
existen- limitaciones en la oferta de servicios públicos básicos como agua potable y energía
eléctrica regulada, infraestructura vial adecuada, equipamientos institucionales tales como
escuelas, centros de salud u hospitales, etc. Además han tenido que vivenciar situaciones de
violencia por parte de diferentes actores, así como inseguridad y luchas en contra del
desalojo. Sin embargo, frente a las difíciles condiciones y riesgos que podrían representar
habitar estos contextos, los actores comunitarios encuentran un espacio donde sienten que
tienen la oportunidad de construir relaciones y compartir experiencias:

“ Yo viví en Cundinamarca como 15 años, porque me tocaba… pero llegar a Cali


para mí ha sido todo, de pronto porque en Cundinamarca la única familia de color
éramos nosotros y nunca nos sentimos discriminados, todo lo contrario, nos
admiraban pero aquí en Cali se veía que, esta calle era sin pavimentar, el agua
llegaba solo en la noche… salíamos a barrer, salía la vecina del frente charlábamos
y entonces se hacían rumbas en la calle y bueno, compartíamos mucho, yo en Cali
me he sentido muy bien, a pesar de todas las cosas. Cuando vivía en Cundinamarca
no había el caso de inseguridad que había acá, nada de eso porque era pueblo, pero
me quedo mil veces en Cali.” (Ruby, 66 años, Comuna 13).

En la misma línea se logra evidenciar la importante relación que los participantes establecen
con su territorio, ese espacio donde han desarrollado su vida personal y comunitaria, pero
sobretodo su liderazgo. Gil y Alcover (1999), expresan que el territorio alude a una zona
geográfica determinada en la cual las personas, grupos y comunidades desarrollan sus
actividades de forma habitual, este territorio puede tener con el paso del tiempo, un
significado especial que es compartido por las personas. Es precisamente este significado
especial, el que se quiere evidenciar en cada uno de los relatos que los actores tienen:

92
“Yo llegué a Cali directo acá, y yo le cogí mucho cariño a esto ¿por qué?,
porque a nosotros nos tocó muy duro, nos tocó durísimo, entonces eso hace
que a uno las raíces peguen más, ósea, cómo voy a despreciar una parte
donde… eso es como tú, darle la mano a alguien y que esa persona te
desprecie a último momento o te tire como un papel viejo, entonces yo pienso,
si yo vendo mi casa y me voy a vivir por allá abajo que “porque es mejor”,
entonces ¡estoy despreciando lo que me dio la vida!, lo que me dio de comer
pa’ mis hijos, entonces yo a mi barrio lo amo, yo sí, a mí me pueden ofrecer
los millones que me ofrezcan por mi casa y yo sigo allí, sigo allí en mi parte,
que si la puedo construir en ladrillo la construyó pero ahí estoy” (Martha, 58
años, Buitrera).

En el caso de esta informante, el territorio se ha convertido en ese espacio particular que ha


cobrado importancia en su vida desde la forma en que lo siente, “yo a mi barrio lo amo”,
hasta la forma en la que lo ha significado por el trabajo que le ha costado construirlo “a
nosotros nos tocó muy duro, nos tocó durísimo, eso hace que a uno las raíces peguen más”.
El territorio visto desde esta informante, cobra vida y adquiere un sentido muy importante
pues es este el que le ha permitido tener lo que tiene y en ese sentido se refleja una especie
de agradecimiento hacia él.

De esta manera se puede ver que tanto en la Comuna 13 como en la Buitrera, estas dos
mujeres manifiestan la necesidad de permanecer en un espacio que les ha permitido construir
comunidad, a través del establecimiento de relaciones desde acciones cotidianas tales como
“barrer”, “conversar” “bailar”, “hacer rifas” etc., trabajar en conjunto para el
mejoramiento de condiciones territorios. Según parece, las posibilidades que brindan estos
espacios para compartir y trabajar colectivamente generan un arraigo que de alguna manera
lleva a los actores comunitarios a quedarse por muchos años allí.

Como se mencionaba en páginas anteriores, la Comuna 13 y Eje Central del Corregimiento


de La Buitrera han sido territorios abandonados por el Estado que poseen múltiples
dificultades en cuanto a ordenamiento territorial, satisfacción de necesidades básicas,
inseguridad, consumo de SPA, entre otros. Sin embargo, son territorios que se han ido

93
conformando por la pujanza de la gente que ha llegado a habitarlos, pues son ellos mismos,
los que teniendo sentido de pertenencia por este y por la necesidad imperiosa de “salir
adelante”, los que han creado formas y estrategias para superar dichas dificultades.

“Yo a veces quisiera irme a vivir al sur, a otro lugar, pero a veces, te digo que yo no
sé qué, como que vuelve y me amarra aquí” (Alexander, 40 años, Comuna 13).

Para Alexander, hay una fuerza indescriptible que lo une a este territorio, en ese sentido, se
identifica su capacidad de arraigo, de pertenencia, de identificación con ese, su lugar.

Es necesario hacer referencia a estos elementos biográficos, los cuales atravesados por la
historia colectiva y la cultura, se conjugan en procesos que aportan a la construcción de las
representaciones que tienen los líderes sobre las intervenciones comunitarias en la SM,
entendiendo que las RS son producto y proceso de un tiempo y un espacio, y “que estas
representaciones no surgen de manera fortuita y al azar; por el contrario, la elaboración de
éstas toma como referencia elementos contextuales donde se ubica el sujeto. (Ibáñez, 2001,
p. 178)

Como es evidente en el relato de los participantes, entra en juego un concepto de


“comunidad” notoriamente marcado en tanto son quienes lo conforman, los que han ayudado
a construirlo, significarlo y vivirlo en lo cotidiano. Alejándose un poco de la idea del espacio
geográfico expuesto por Gil y Alcover en su concepto de territorio, se rescata que para Krause
(2001) el concepto de comunidad incluye tres elementos imprescindibles como son: la
pertenencia, la interrelación y una cultura común. Citando a Sarazon (1974), Sánchez Vidal
(1996) y Sawaia (1999), Krause define la pertenencia como la dimensión subjetiva que
permite a la persona sentirse “parte de” o “identificado con”, es decir que hace referencia a
la similitud de lo que se comparte con otros como ideas, valores, problemáticas, propósitos
y metas, es aquí donde se constituye la identidad grupal.

Entendiendo lo anterior, también se rescata el sentido de pertenencia de los participantes por


su territorio, la interrelación que suscita el tener que “construir con otros” y seguramente la
cultura común que les permite entenderse para poder trabajar como han venido haciéndolo.
Es claro que a pesar de las dificultades, en los discursos de algunos participantes se puede
observar que no conciben su vida por fuera de estos territorios.

94
7.2 Ser un líder: “preocuparme más por el barrio”

En el proceso de construir con otros y participar de acciones conjuntas, los actores


comunitarios involucrados se convierten en protagonistas y agentes de cambios en sus
comunidades. De esta manera los actores viven los procesos de participación
comunitaria, como experiencias que les posibilita reafirmar su identidad como líderes, siendo
“más sujeto y menos objeto”. (Hopenhayn, 1988). Cuando se analizan las motivaciones o
razones que llevan a estos actores a participar o promover procesos o acciones concretas, se
encuentra que exponen sus pensamientos, sus sentimientos y sus preocupaciones como algo
que los vincula de una manera personal con dichos procesos, reflejando una relación entre
elementos identitarios que se van desarrollando en el marco de su participación, y a su vez
elementos relacionados con sus motivaciones:

“Preocuparme más por el barrio, en general es eso es lo que me ha tenido acá, en


ese sentido, ser una líder para poder sacar problemas adelante por eso también me
he empeñado en quedarme acá, en luchar y por eso es que nosotros queremos hacer
una fundación…” (Esays, 47 años, Comuna 13).

“El estar allí en todas las reuniones y todo lo que yo participaba, en muchos
encuentros seguidos, a nivel de Colombia, creo que eso me despertó una misión, pero
no solamente a mí, sino a todos los jóvenes que estábamos en aquel tiempo, nos
despertó mucho la visión de ver otras realidades y de ver otros que también
trabajaban por lo mismo, entonces creo… uno llegaba aquí y llegaba con toda la
fuerza, con todo el ánimo… hay que seguir, hay que luchar, hay que trabajarle”
(Alexander, 40 años, Comuna 13).

Respecto a estas motivaciones, Hopenhayn (1988) plantea que los sujetos de una comunidad
participan puesto que buscan integrarse a procesos de desarrollo, que implican el
enriquecimiento mutuo entre el reconocimiento social y la identidad. Así, desde lo que se ha
dicho aquí, la mayor parte de los actores que participaron de esta investigación, desarrollan
su identidad a través de la integración en procesos sociales como ICSM.

95
En esa misma línea, sobre las motivaciones para participar, se encuentra que los actores
comunitarios también construyen con el ánimo de “ganar control sobre la propia situación y
el propio proyecto de vida mediante la intervención en decisiones que afectan el entorno vital
en que dicha situación y proyecto se desenvuelven” (Hopenhayn,1988, p.5). En este caso se
habla de una participación que no involucra únicamente acciones de socialización o consulta
por parte de la institucionalidad, sino que los actores se vuelven parte de los procesos en sus
diferentes momentos, ya sea en la planeación, la ejecución y la veeduría o control social que
se haga de los proyectos. En este caso también se pueden ver que los actores comunitarios
deciden emprender acciones desde sus posibilidades, tomando parte en la dirección de su
vida personal y colectiva:

“En el Comité de Planificación metimos proyectos para trabajar con Salud mental.
Pero no era un proyecto para personas que estuvieran pues, de psiquiatría, sino para
hacer manualidades, incluso en este momento han terminado un proyecto no muy
bien llevado sobre prevención de sustancias psicoactivas…yo ahora voy a comité de
planificación, ya no soy delegada casi siempre fui, después como madre comunitaria,
y el director me decía “no usted no puede perder ese espacio, así sea usted como
líder puede participar, como invitada”(Ruby, 66 años, Comuna 13).

Los líderes más jóvenes también buscan espacios en diferentes instancias de participación,
sin embargo manifiestan sus dificultades para ser escuchados y tenidos en cuenta para el
desarrollo de las acciones:

“Empecé a participar de la Junta de Acción Comunal, soy secretaría de la Junta de


Acción Comunal pero me ha parecido un poco complicado porque la relación con
las personas adultas es algo muy pesado, es complicado que uno quiere dar una idea
y ellos digan no, esto así no se hace, es lo que ellos digan y ya. Entonces yo he tratado
de llevarlo, decir lo que yo quiero decir, buscar quien me apoye y llevarla a cabo. Se
han hecho algunas cosas, pero muy pocas, y la verdad es que falta iniciativa, falta
querer hacer, como cada uno y cada una tiene ideas diferentes, no queda realmente

96
tiempo para desarrollar unas acciones desde la Junta de Acción Comunal.”(Leidy,
18 años, Buitrera).

Para otros, la dinámica de estos espacios no garantiza que las personas puedan tomar control
sobre su vida o situación, de esta manera emprenden sus propios proyectos y procuran
alejarse de estas formas de participación promovidas institucionalmente:

“Sí vos me preguntás a mí el apoyo que la comunidad ha tenido de parte de la Junta


de Acción Comunal ha sido nulo, si vos me preguntás por la administradora del
C.A.L.I yo te digo no me lo menciones, por mi salud mental no me la menciones
(risas), pero vos empezas a ver quién sirve y quien no sirve, quien tiene una
oligarquía, quien piensa solamente en su beneficio, hay muchos líderes acá en la
comuna que valen la pena, que si vos te los encontrás y te los mencionan, vos decís
mis respetos, pero hay otros que no” (Felipe, 25 años, Buitrera).

Por otro lado, los actores comunitarios también han construido una representación que alude
a un cansancio sobre la lucha con las instituciones para decidir sobre recursos que permitan
el acceso a estos bienes y servicios. En la mayoría de los casos prefieren alejarse de estos
espacios de deliberación donde se decide qué hacer con recursos colectivos como el situado
fiscal y hacer sus propias búsquedas para lograr que sus grupos puedan acceder a bienes y
servicios. Estas experiencias no se pueden dejar al margen como un sentimiento individual,
pues tienen su raíz en condiciones estructurales, amparadas en una historia que tiene de cara
delitos de corrupción que sindican el mal uso de los recursos públicos, lo cual ha impedido a
la población acceder a derechos básicos, bienes y servicios.

Sin embargo, ante el panorama anterior, los actores comunitarios también han construido
caminos para la búsqueda o el acceso a recursos relacionados con la prevención de
enfermedades y promoción de la SM. De esta manera se construyen estrategias para
responder a problemas comunitarios desde la creatividad a partir de sus propios recursos:

97
“Empezamos a reunirnos semanalmente y de ahí de las cosas maravillosas que se me
ocurrieron fue a buscar el apoyo de la fundación Carvajal. Carvajal empezó a darle
estudio a los chicos, lo que se necesita, técnico y Tecnológico. hicieron un grupo de
sistemas, un grupo muy muy Compacto. Y después, pues el enganche fue la pintura,
enseñarles a pintar” (Carlos, 66 años, Buitrera).

La búsqueda de acceso a bienes o servicios no es vista únicamente de forma individual, sino


que se piensan formas para acceder colectivamente. En este sentido la participación en
apuestas relacionadas con la intervención comunitaria está relacionada con la generación de
condiciones sociales que permitan el despliegue de potencialidades, removiendo obstáculos
socioeconómicos, sean estructurales o institucionales, que impiden el desarrollo de las
personas. (Hopenhayn,1988)

Por último, la participación de los líderes y por ende la construcción de objetos


representacionales sobre la ICSM, están motivadas por la posibilidad acrecentar la confianza
en sí mismo, a través de la ratificación social. De manera que, el hecho de que las personas
sientan que sus opiniones son tomadas en cuenta para las decisiones y que desde sus acciones
aportan a objetivos colectivos, incide en un sentimiento de valorización de su participación
y en consecuencia las personas se liberan de auto-represiones impuestas por la inseguridad
frente a las propias capacidades (Hopenhayn,1988). Con relación a esto algunos de los
informantes dicen lo siguiente:

“Humildemente me siento importante y la gente me tiene en cuenta, por ejemplo,


para un trabajo o algo aquí préstamos que el computador y todo eso… Y yo he sentido
el aprecio de la gente, unos pelaitos me dicen mamá, otros me dicen abuela… Yo era
muy tímida y de pronto esa timidez se me veía como de mal genio, pero con este
trabajo, perdí la timidez” (Ruby, 66 años, Comuna 13).

“Ha sido importante la respuesta de la gente, que de pronto ha recibido un beneficio


una voz de apoyo, yo creo que sí ha valido la pena. Y cuando la gente misma lo
reconoce a uno entonces si ha sido importante. (Esays, 47 años, Comuna 13).

98
“En el colegio también fui muy activa, muy participativa, pero si, era callada. Una
vez me invitaron al grupo juvenil de Cesoles. Yo llegué allí y pude aprender una y
mil cosas, allí yo aprendí a hablar un poco mejor, a ser más suelta, más liberada
porque la verdad es que yo me cohibía mucho. No decía nada por pena, entonces
aprendí a hablar en borrador, yo decía así como me saliera, ahí empezó todo mi
grupo juvenil. Teníamos una escuela de formación para líderes juveniles, entonces,
empezamos a realizar algunas acciones en nuestra comunidad” (Leidy, 18 años,
Buitrera).

Lo anterior es fundamental para comprender las conexiones que se entretejen entre el


ejercicio de liderazgo y las ICSM, pues teniendo en cuenta todo lo dicho hasta aquí se podrán
observar elementos del campo de representación en situaciones que se resaltan como
condiciones que afectan las intervenciones comunitarias y la SM de la comunidad.

Así, para estos actores, el liderazgo representa un quehacer necesario en las comunidades,
sin embargo, este se desarrolla en un campo de relaciones bastante complejo, donde se
mueven una serie de valores e intereses comunes y divergentes, de manera que en la
interacción frente a los problemas cotidianos se construyen relaciones que pueden ser
cooperativas, solidarias y conflictivas:

“Entre los mismos liderazgos que hay, hay un problema, hay personas que quieren
ayudar, hacer cosas, y hay otros que no, hay impedimentos de unos con otros, no
comunican lo que realmente la gente quiere saber” (Esays, 47 años, Comuna 13).

“Aquí hay un problema, nosotros nos dividimos. Así como estamos divididos por
sectores los líderes se dividieron...odio, egoísmo y envidia y uno lo ve mucho en este
sector, entonces se les daña la mente…. hay muchos niños y muchos jóvenes que están
cogiendo el camino que no es” (Blanca, 48 años, Buitrera).

Asimismo para los actores existen una serie de problemas que afectan la SM de la comunidad
y que tienen sus causas en la fragmentación de los lazos sociales, lo cual, según ellos tiene

99
que ver con una serie de valores como la solidaridad, cooperación o empatía entre los vecinos
para resolver los problemas que afectan a sus comunidades:

“Por lo regular la gente es muy… muy inconsciente si ve que a Julanita le va a pasar


algo… en vez de colaborar como que ayudan a que… que le caigan más encima ¿si
ve?... entonces en ese sentido como que la gente es muy apática, muy falta de ese
carisma de ayudar a las personas” (Blanca, 48 años, Buitrera).

“Cuando se va el agua es un conflicto total en el barrio y no hay unión, la Junta se


hace a un lado, el comité deja solo, la comunidad se divide, digámoslo ¿aunque suena
feo no?, los buenos y los malos” (Blanca, 48 años, Buitrera).

“La gente no está contenta, la gente se siente insegura de saber que los vecinos que
los vio nacer y los vio crecer y todo eso ya se volvieron dañados, ya no puede uno
confiar que deja su puerta abierta que se le metan, entonces todas esas cosas” (Esays,
47 años, Comuna 13).

Las situaciones que se presentan son la evidencia del debilitamiento de los lazos comunitarios
y el incremento de la individualidad, características propias de un sistema en el cual priman
los intereses individuales frente al bienestar colectivo. En algunos casos, se manifiesta cierta
indiferencia frente a los problemas de los demás, siempre y cuando los propios estén
medianamente resueltos.

Es justamente en este contexto donde se encuentran personas, quienes tienen un lugar como
tejedores de relaciones, a la vez que promueven valores que se construyen y orientan en el
marco del trabajo comunitario que realizan:

“Porque es que un pueblo unido jamás será vencido, en cambio un pueblo que está
desunido eso se va viendo la distancia y usted sabe que en el caso de que usted deje
su casa sola y no tenga relaciones con las amistades, entonces no le van a colaborar,

100
en cambio si uno tiene relación con sus vecinos se cuidan mutuamente, están
pendiente” (Esays, 47 años, Comuna 13).

“Lo que a uno le preocupa o que uno a veces se siente impotente es la inseguridad,
¿aunque eso lo hay en todo el país no?, pero en esta cuadra casi no porque cuando
yo salgo, está el vecino de allá, cuando los de allá salen yo desde aquí estoy pendiente
y así, entonces eso como que lo hemos logrado superar” (Ruby, 66 años, Comuna
13).

Se encuentra la reafirmación de estos valores en la participación de estos actores en procesos


relacionados con la ICSM. En dichos procesos han construido y deconstruido el campo
representacional, sobre todo en los procesos que han propiciado el diálogo de saberes,
ideologías, creencias e imágenes sobre las ICSM, lo que incluso, como se ha observado bajo
el análisis de la actitud, les permite entrar en defensa de dichos procesos. Las vivencias de
procesos que tocan sus fibras más internas son lo que los lleva a creer en estos procesos,
como se evidenció en la abogacía que tienen personas como Martha o Ruby ante proyectos
relacionados con las ICSM.

7.3 Vivir y conocer el territorio: entender los problemas en lo personal, lo relacional y


lo comunitario
Un aspecto que diferencia en cierto grado a ambos territorios, es la forma en la que priorizan
y conciben los problemas que se presentan en la comunidad y que según ellos tienen relación
con la SM de sus habitantes. Si bien es importante mencionar que ambos territorios
comparten problemáticas similares, en el discurso de los actores se evidencia el orden de
prioridad que cobra cada uno de estos problemas según el territorio. En esta medida, se
configura como un factor que influye en la construcción de las RS que tienen los actores
sobre la SM y por ende en la ICSM.

En ese sentido se señala que, entre otras cosas, en la zona de oriente se hace reiterativo el
discurso con relación a la problemática del consumo de SPA, las pandillas, las fronteras
invisibles y en general, la violencia social. Por su parte, en la zona de ladera, aunque se

101
presentan algunas de estas problemáticas o similares, el discurso de algunos actores
especialmente los mayores, gira primordialmente en torno a la escasez de agua potable, los
liderazgos “amañados” y la falta de articulación entre sectores. A continuación, se relacionan
las problemáticas identificadas por territorio según el discurso de los actores, algunas de estas
se hacen reiterativas en ambos territorios por lo que se muestran como problemáticas
compartidas. Como se puede observar en siguiente esquema, las problemáticas en ambos
territorios son diversas y se pueden clasificar en tres tipos: comunitarias, relacionales y
personales.

Esquema 5. Problemas por territorio que afectan la SM, según actores comunitarios

Fuente: Construcción propia

Se encuentran disimilitudes en las problemáticas comunitarias que adquieren un valor


importante según el territorio. Por un lado, se hizo muy reiterativo en el discurso de los
actores de Buitrera la problemática del agua, esto en especial en los participantes mayores

102
que fueron quienes asumieron el liderazgo en la construcción de su propio acueducto y
quienes en la actualidad siguen llamando la atención sobre la necesidad imperiosa de tener
de manera constante este elemento vital para su subsistencia. De igual forma, como se
muestra en el gráfico, se evidencia cómo el bajo suministro del agua, ha llevado a otras
problemáticas que se relacionan con la mala convivencia (enfrentamientos, malos tratos,
intolerancia, etc.) entre vecinos por el uso inadecuado de este recurso cuando lo pueden tener.

Por el contrario, en Aguablanca el discurso constante de los actores, se relaciona con


problemáticas de microtráfico, las pandillas, el consumo de SPA, las fronteras invisibles, la
delincuencia e inseguridad, que si bien pueden existir en ambos territorios, se hace mucho
más evidente en los actores de Oriente. Cabe mencionar, que de estas problemáticas la
drogadicción fue la única que en la actualidad se reitera como compartida para ambos
territorios, en el caso de Buitrera, nombrada principalmente por los participantes más jóvenes
(Felipe y Leidy).

En el caso de Buitrera, la escasez de agua se asume como una problemática que afecta la SM
de sus habitantes, en tanto se da como respuesta a la pregunta sobre ¿cuáles cree son las
problemáticas que afectan la SM de su comunidad?, al respecto una participante contesta lo
siguiente:

“La problemática del agua, para mí me afecta en muchas cosas, en la salud de mis
nietos, de mis hijos y para la mía propia ¿no?, ¿por qué? porque si no tenemos agua,
no va a haber salud, no voy a tener como la capacidad de tener aseo, ni en la casa”
(Martha, 58 años, Buitrera)

En consecuencia, se puede observar cómo para esta participante el no contar con este recurso
vital, acarrea con otros problemas relacionados con la salud física y la asepsia, se identifica
entonces una relación entre la RS que se construye sobre la SM y las condiciones propias del
contexto.

Por otro lado, se tiene que las problemáticas como las fronteras invisibles, las pandillas, los
robos, la delincuencia y demás asociadas a la violencia social en general, influyen en la
percepción de miedo e inseguridad que tienen los actores de oriente frente a su territorio:

103
“Uno sale y hay veces que uno se siente como… como un poquito... cohibido de saber
que los niños..., usted sabe que hay pelaos que con su vicio no les importa quién esté,
sino que de pronto querer hacer daño o robar, esa cosa afecta mucho, lo afecta
mucho a uno como persona” (Esays, 47 años, Comuna 13).

“Por las pandillas, por las fronteras invisibles porque aquí en el mismo barrio hay…
uno escucha que los muchachos de allá arriba no pueden pasar para acá. Entonces
que lo dividan calles… a la gente le da temor de una balacera o alguna riña de ellos
(…) por ejemplo yo tengo primos, ellos acá no puedan transitar libremente porque
de pronto vayan y les hagan algo, eso sí no me gusta” (Lina, 26 años, Comuna 13).

Como se puede observar, la violencia social que se vive marcadamente en la Comuna 13


conlleva a que los participantes se sientan afectados en la medida en que no pueden vivir
tranquilos. En ese sentido, tener SM lo significan como poder vivir en un ambiente agradable,
donde la gente no se sienta insegura y donde puedan transitar por su territorio sin miedo
alguno, tal como se mencionaba en el capítulo relacionado con los conocimientos sobre la
ICSM, un aspecto que no se puede pasar por alto, es cómo esta situación en especial el de las
fronteras invisibles dentro del territorio, tiene efectos según el género, pues como lo expone
la participante son “sus primos”, hombres, los que más se ven afectados por este hecho al
tener un mayor grado de exposición al riesgo cuando pasan de una calle a otra.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2013), “la violencia y el delito
dañan directamente el núcleo básico de derechos que están en la base del desarrollo humano”
(p.5). Es decir, que se afecta la vida y la integridad física de las personas y se limitan las
oportunidades de vivir una vida libre de temor y amenazas.

La comparación con La Buitrera, como territorio rural radica aquí, en que las vivencias en
cuanto a la violencia social y el impacto que esto crea en la SM de los habitantes, varían un
poco frente a la Comuna 13. Esto se puede apreciar en el siguiente comentario:

“No tenemos problemas de violación o atraco, no esa cuestión, es relativamente


sano, demasiado sano en comparación con lo que es la ciudad” (Blanca, 48 años,
Buitrera).

104
En este discurso, se identifica el cambio en la percepción de seguridad de la participante
dentro del territorio de Buitrera, tal es el caso que lo califica como “sano” diferenciándolo
del resto de la ciudad.

Teniendo en cuenta la exposición de las anteriores problemáticas, se visibiliza entonces la


influencia que tiene sobre la SM de las personas el no suplir una necesidad básica como el
Derecho al agua y de igual forma se puede comprender el impacto que tiene la violencia
social sobre esta misma, todo esto definido por el espacio territorial de los actores. La Política
Nacional de Salud Mental de 2014 refiere que “son las personas más pobres, y aquellas
sometidas a condiciones de exclusión y desventaja social, las más propensas a vivir
experiencias que impactan negativamente la salud mental” (p.11).

De las problemáticas encontradas a nivel relacional, se quiere hacer especial énfasis en


las que tienen que ver con la violencia familiar y la convivencia entre vecinos, ambas
compartidas tanto por ambos territorios y significadas por los diferentes actores de cada
territorio como problemáticas que impactan la SM de las personas de la comunidad.

A violencia familiar fue algo reiterativo en el discurso de la mayoría de los actores


encontrando que este tipo de violencia la relacionan a su vez con maltrato infantil y juvenil
(por negligencia o desatención familiar), la violencia sexual y la violencia contra la mujer:

“Creo que el mayor problema es la soledad, hay mucha soledad y no solo en los
pelaos, también desde la niñez, y claro, si hay todos esos vacíos de soledad, por eso
cuando llegan a su etapa de jóvenes que es la etapa de tomar decisiones, es más fácil
yo irme por el camino de la droga, o la pandilla, la plata fácil o lo otro, porque
nunca hubo un acompañamiento como tal, mejor dicho, esa es como la cuenta de
cobro a toda esa soledad que se ha vivido y es una cuenta de cobro a la familia”
(Alexander, 40 años, Comuna 13).

“De pronto aquí el proceso con los niños, sí de pronto las mamás no tienen una
mentalidad “buena” para estar guiando estos hijos porque les da 10 o 11 de la noche
y estos chiquillos en la calle, entonces no tienen ni salud mental para ellas, ni para
esos niños porque ellos se están atrofiando la mente desde chicos, se van
mentalizando con cosas que no deben ser como la calle, los vicios, desde la calle

105
empiezan ¡que como vieron a Julanito haciendo tal cosa, entonces él también va y la
hace! y como la mamá no está allí para colaborarles entonces él hace lo que él
quiera, allí el niño ya se está afectando ¿si ve?” (Martha, 58 años, Buitrera).

Como se puede observar en el relato de estos dos participantes la falta de atención a la niñez
es un factor que afecta la SM de los niños y jóvenes en ambos territorios en tanto la soledad
en la etapa más importante de la crianza, los expone constantemente a los peligros y
situaciones propias del contexto como la drogadicción, las pandillas, la delincuencia, entre
otras. Cabe resaltar que como lo mencionan los participantes, esta es una situación que no
sólo afecta al menor sino también a su familia, en el caso de la segunda participante, lo hace
específico en la madre que es quien asume la mayor responsabilidad en los procesos de
crianza, además y en muchos casos, asume la jefatura del hogar por el abandono de su
parejas, quienes además no asumen su paternidad, afectando su SM desde el campo
relacional. Al respecto un participante explica:

“Otra situación es de tantas mujeres que les toca asumir su responsabilidad y yo


pienso que sufren mucho por eso, sufren la carga, de pronto uno puede juzgar
diciendo que no está al frente de su hijo, pero tiene que trabajar, tiene que hacer una
cosa y otra, es papá y mamá al tiempo. También está esa carga de que su hijo o hija…
porque uno a veces escucha a papás que están muy angustiados por no poder estar
pendientes de sus hijos, por ejemplo una señora que trabaja en una discoteca, la
mamá se preocupa, aunque él (niño) es un buen chico. Hay mucha angustia de las
mamás o de la mujer en ese sentido” (Alexander, 40 años, Comuna 13).

Analizando este relato, se puede entender cómo las múltiples responsabilidades que asumen
las madres en estos contextos, llegan a incidir en las afectaciones que ellas sufren a nivel
emocional y psicológico entendiendo que no sólo tienen que responder por la manutención
del hogar, sino también por las situaciones que se presentan respecto a la crianza de sus hijos.

Retomando la problemática que expone el participante de la Comuna 13 frente a la soledad


que viven los jóvenes, es de suma importancia no pasar por alto que estas situaciones no sólo
conllevan como ya se mencionó, a condiciones de riesgo en el marco del posible acceso a las

106
drogas y la violencia social que se vive en el contexto, sino también en la generación de
estados emocionales poco positivos que influyen finalmente en la presencia de ideas suicidas
en los niños y jóvenes como lo expone el mismo participante:

“Los muchachos se sienten solos porque no hay presencia de la familia, porque viven
situaciones internas que ellos más fácilmente se la pueden contar a otro amigo que
está ¡peor! y ese amigo peor te conlleva a otra cosa peor, entonces se va volviendo
como una cadena de muchachos que piensan en suicidarse, todo esto encierra una
situación que a veces viene más como de la familia” (Alexander, 40 años, Comuna
13).

Según la última Encuesta Nacional de Salud Mental (2015):

La conducta suicida es una secuencia de eventos denominado “Proceso suicida” que


se da de manera progresiva en muchos casos e inicia con pensamientos e ideas que se
siguen de planes suicidas y culminan en uno o múltiples intentos con aumento
progresivo de la letalidad sin llegar a la muerte, hasta el suicidio consumado (p. 230).

Lo anterior, se asocia con episodios depresivos que en adolescentes puede estar relacionado
con eventos estresantes como peleas con los padres, separación, rompimiento con la pareja,
entre otros (Encuesta Nacional de Salud Mental, 2015).

Retomando la idea de las problemáticas encontradas a nivel relacional, ya se ha realizado


toda una exposición en lo que concierne a la violencia familiar y cómo este tipo de violencia
va desencadenando en otras problemáticas que pueden llegar a tener un impacto a nivel
personal, como comunitario. A partir de aquí, se plantean ideas relacionadas con la
convivencia entre vecinos, otro aspecto supremamente importante para comprender cómo la
fractura en los lazos sociales y comunitarios puede llegar a incidir en la SM de los habitantes
de una comunidad según mencionan los actores. A continuación se relacionan algunos
discursos que dan cuenta de ello:

“Hay casos como por ejemplo la mala convivencia, ahora esto con el código de
policía, ha metido en líos a más de uno, porque en estos barrios de clase popular el
equipo de sonido es más grande que la nevera, ¿sí o no?, entonces la gente se
desbarata y “los domingos pongo mi música de 9 a 10 am” (aludiendo a lo que dicen

107
las personas que lo hacen), entonces la gente debe entender que se necesita una
buena convivencia para poder vivir en comunidad” (Felipe, 25 años, Buitrera).

“Yo sé que no es necesario hacer ejercicio para tener una buena salud mental, pero
sí sé que una buena convivencia sirve para tenerla... Porque si yo con el vecino me
odio, si no le vuelvo a hablar, volvemos a lo mismo, ¡la relación entre vecinos es
importante!” (Carlos, 66 años, Buitrera).

Según lo que plantean estos dos actores, la convivencia en el ámbito de su comunidad es un


aspecto importante que incide en la SM de las personas. Como es notorio, aluden a que a
falta de esta, es decir, una buena convivencia, resultaría imposible vivir en
comunidad. Retomando los planteamientos de Arango (2003), la convivencia trasciende la
mirada fatalista con la que tradicionalmente se le ha relacionado, es decir que para este autor
es más que la ausencia de violencia y la define como la capacidad de vivir con otros y a su
vez, la capacidad de cada ser humano de reconocer, elaborar, fortalecer y transformar sus
vínculos interpersonales independientemente de que estos sean conflictivos o no (Arango,
2003).

Al mismo tiempo se identifica cómo para el segundo informante, la convivencia tiene que
ver con la sana relación que se construye entre vecinos, calificándola entonces como
importante. En relación a lo anterior, Krause (2001) hace mención sobre los efectos negativos
que la desintegración social (en el sentido de la ruptura de agrupaciones sociales tradicionales
y la consecuente individualización) tiene sobre la SM para apoyar la necesidad de vida en
comunidad. Con relación a lo anterior, Alipio Sánchez (1988) menciona que “la presencia de
trastornos depresivos y ansiosos, los cuales atribuye a la anomia, soledad y desarraigo” (p.
50).

Para finalizar este apartado, se quiere hacer mención sobre las problemáticas identificadas a
nivel personal, en ese sentido se encuentran dos que tienen qué ver con: La dificultad de
encontrarse con uno mismo (reconocer su propia situación, lo que le hace daño) y en sí, la
enfermedad física y mental asociada a trastornos.

Se identifica en el discurso de algunos participantes de ambos sectores, en especial los adultos


mayores, situaciones asociadas al sufrimiento social, que han padecido o padecen ellos o sus

108
vecinos y cómo esto influye a su vez en su bienestar físico y emocional. Es importante
mencionar que antes de ser diagnosticados con algún trastorno mental, los participantes
evidencian que en un principio, en ellos y las personas de la comunidad existe una especie
de confusión frente a los problemas que se les presentan por lo que tienen dificultad para
reconocer su propia situación y pedir ayuda. Con relación a dicha dificultad, una de las
participantes jóvenes dice lo siguiente:

“Frente a esos problemas normalmente lo que se hace es cortarse las venas, bueno
cortárselas no, se hacen una fisura por aquí (mostrando el brazo) con una cuchilla
leve... ¿Qué más? Se golpean, se refugian en las drogas, en el alcohol, buscan malas
amistades, personas que hacen cosas negativas, para que igualmente los acompañe
en su momento (…) La verdad se aíslan totalmente de la familia. Se ensimisman y se
encierran en un mundo que nadie sabe, casi nunca piden ayuda, pues profesional
¿no?, alguien tiene que hacer eso por él porque no reconoce el problema por el que
está pasando” (Leidy, 18 años, Buitrera).

Sin embargo, cabe resaltar que los participantes que han pasado por situaciones asociadas a
algún trastorno mental, buscan la forma de contribuir a que otras personas reconozcan su
situación y las apoyan teniendo como base su propia experiencia, tal es el caso de una de las
informantes quien después de haber superado una depresión, considera la escucha y el
diálogo como una parte importante para hacer frente a este tipo de padecimientos que afectan
la SM de las personas.

Hasta ahora las personas han construido su propia lectura de las situaciones que pueden
afectar la SM de sus comunidades, desde saberes construidos en el territorio, en la relación
con sus vecinos, en la mediación de los conflictos; saberes que se deben reconocer,
aprovechar y capitalizar en el marco de las intervenciones comunitarias. De esta manera el
conocimiento que se construye en las vivencias y experiencias como cotidianas tienen sentido
y orientan las prácticas respecto a las maneras de relación y acción frente la SM de los
habitantes la comunidad, todos elementos que se construyen en la interacción social que se
enmarca en estos contextos.

109
7.4 Estrategias para la ICSM: reconocer, acercarse y apoyar.

Este apartado se centrará en exponer las propuestas/respuestas de intervención que los


participantes consideran son pertinentes para abordar las problemáticas que desde su punto
de vista los actores han concebido, afectan la SM, tal como se pudo observar en el apartado
anterior. A su vez, se vislumbrarán diferentes estrategias que ellos y ellas han utilizado a lo
largo de los años para intervenir en su territorio, así como otras intervenciones de actores
externos que hoy hacen ICSM. Entre dichas estrategias los actores mencionan las siguientes:

“Reconocer el trabajo de otros” y “proyectos de intervención más integrales”

Es importante mencionar que dentro de las propuestas que los actores tienen para futuros
proyectos de ICSM tanto internos como externos, estos contemplen la importancia de
reconocer el trabajo que “otros” hacen. En ese sentido, la participante Ruby manifiesta lo
siguiente:

“Que haya un proyecto y que la gente esté ocupada pero que sea integral, como lo
que quiere hacer el “Circo Capuchini”, mire que a ellos nadie les aporta del situado
fiscal, les niegan aportes. Qué importante que lo tuvieran, porque ellos hacen teatro
en la calle, a esta calle han venido y llegaron a mi sector con una película, con algo,
eso es importante …ellos tienen que rebuscársela” (Ruby, 66 años, Comuna 13).

Para esta participante la importancia del trabajo de actores comunitarios como


AFORCULVIDA o mejor conocido como “Circo Teatro Capuchini, en la Comuna 13 de
Aguablanca, debe ser reconocido y apoyado, de esta forma La apreciación de esta
participante, permite comprender que un elemento de su representación social frente a la que
considera una ICSM tiene que ver con la multiplicación de proyectos que consideren el tipo
de actividades que realiza esta asociación a través del cine callejero. A su vez resalta que
dichos proyectos llevan a que “la gente esté ocupada, pero que sea integral”, lo que de
alguna manera nos muestra que para ella las ICSM deben tener en cuenta diferentes
dimensiones de las personas y no la ocupación del tiempo libre como fin último. A su vez
hace un enérgico llamado que frente a los aportes o los recursos que pudieran recibir del

110
Comité de Planificación que es un espacio de toma de decisiones entre líderes comunitarios
para la asignación de presupuesto del situado fiscal a los proyectos de desarrollo en el
territorio.

“Hacer talleres no tan conceptuales”

Se manifiesta la necesidad de trabajar desde la lúdica y la didáctica, puesto que considera


que los talleres que se enmarcan en metodologías magistrales y muy conceptuales no son
entendidos para las personas que los reciben. Es pertinente mencionar aquí, que la visión que
tiene la participante Leidy sobre la ICSM, se relaciona con la RS que ella ha construido
teniendo como base su propia experiencia, en ese sentido, su aporte, tiene que ver con la
forma en la que hace su trabajo desde la organización comunitaria de la que hace parte
(CESOLES). Previamente comentaba:

“Empecé el programa de biblioteca, haciendo animación de la lectura, refuerzos en


matemática, en español, desde los juegos lúdicos, las dinámicas, de todo un poco con
los niños de 6 a 15 años, de lunes a viernes” (Leidy, 18 años, Buitrera).

Entendiendo lo anterior, es importante entonces comprender que los agentes de intervención


tanto internos como externos, deben propender porque el mensaje que intentan proyectar a
las comunidades desde sus estrategias de intervención, se acerque a la cultura y lenguaje de
quienes esperan sean los receptores de dicho mensaje y al mismo tiempo, se hagan desde
propuestas creativas que motiven la participación, a través de la interacción y diálogo con
los saberes de las personas, evitando caer en intervenciones de tipo “magistral” que solo
lleven a los agentes de intervención a entregar información a los sujetos, sin permitir el
reconocimiento de los saberes de la comunidad frente al tema.

Uso de métodos alternativos: encuentro directo con las personas en la calle a través del
arte

111
Otra de las propuestas que se hizo constante en el discurso de los actores de ambos territorios,
fue la del “encuentro directo con las personas, en la calle” como menciona la participante
Blanca:

“Yo creo mucho en el espacio libre, en no convocar, yo creo que el Estado se llena
de convocar y de llenar fichas, ¿por qué?, porque si va venir el alcalde hacen
convocatoria, si van a venir hacer vacunación, eso hacen una propaganda y hay que
llenar un montón de firmas, de listas… yo pienso que, si queremos cambiar, tenemos
que salir de ahí, llegar a donde están las personas” (Blanca, 48 años, Buitrera).

De esta manera el encuentro directo con las personas, da cuenta de estrategias reales de
encuentro con los otros. La calle se constituye entonces en ese espacio donde transcurre la
vida comunitaria y es en este dónde se puede intervenir dejando un poco de lado los
encuentros muy formales y estructurados, tipo reunión en espacios cerrados. Frente a su
crítica sobre los mecanismos de convocatoria y papeleo que se realizan desde las
intervenciones externas especialmente desde el Estado, es de vital importancia comprender
la forma en la que los actores comunitarios están representando dichas intervenciones frente
a las cuales muchas veces son renuentes por acciones como las anteriormente expuestas. Este
se podría constituir en ese sentido, en un aspecto a tener en cuenta desde la administración
municipal para generar propuestas de intervención que faciliten la participación de las
personas y no que les distancie ante “tanto papeleo”.

“Trabajar por procesos y no por acciones puntuales”

Si algo caracteriza el discurso de los actores comunitarios participantes en la investigación,


es su constante crítica frente a las intervenciones “sin proceso” que se realizan
frecuentemente en sus comunidades, en la mayor parte de los casos, por actores
(institucionales) externos. Este se constituye en uno de los principales aportes sobre la forma
en la que ellos se piensan las ICSM. Trabajar entonces por procesos y no por acciones
puntuales es la manera como ellos desde sus espacios de liderazgo y participación
comunitaria obtienen cambios significativos en la vida de las personas que intervienen:

112
“En esa limitada situación económica, logramos como hacer un trabajo que al
menos genere un proceso en los niños y en los jóvenes que tenemos, no que se vuelva
como algo puntual, como algo aquí que tocó y ya, sino algo como que se vuelve
proceso y es lo que hemos venido justamente trabajando… ir generando un proceso
de trabajo que realmente nosotros veamos un resultado, resultado en algunos
aspectos que uno puede ver a través de lo que hace, pero que de pronto también van
a ver resultados a futuro, de ver estos niños y estos jóvenes”. (Alexander, 40 años,
Comuna 13).

En esa línea el arte, la cultura, la lúdica y el deporte, características de las intervenciones que
los participantes realizan en su diario vivir con su comunidad, son vistas como actividades
que posibilitan la construcción de dichos procesos, pues tanto en la comuna 13 como en la
Buitrera las intervenciones que involucran aspectos culturales son de gran impacto. Es por
ello que sus propuestas de ICSM, tienen como un común denominador el estar orientadas
hacia este tipo de actividades.

Inyección de recursos a las propuestas comunitarias para impactar una población más
amplia.

Finalmente, pero no por ello menos importante, es el llamado que hacen estos actores a la
inyección de recursos a sus propuestas, lo cual les permitiría seguir interviniendo y llegando
a una población más amplia. Estos actores constantemente están creando estrategias y
desplegando una serie de recursos para el sostenimiento de sus proyectos, ya sean bingos,
rifas, pulgueros, etc. Si bien este tipo de actividades se convierten en estrategias de
“sobrevivencia” para estas organizaciones y en el marco de su realización se las ingenian
para enriquecer sus intervenciones comunitarias, de alguna manera, la preocupación
constante de tener que sostener y abogar por el reconocimiento de su trabajo y de sus
intervenciones, en especial por parte de la Administración Municipal, son cuestiones que les
representa una gran inversión de energía que podrían aprovechar para sus propias
intervenciones.

113
114
Capítulo 8. Conclusiones y recomendaciones

La presente investigación buscó explorar las RS de actores comunitarios de la comuna 13 y


el Corregimiento de La Buitrera sobre ICSM, centrándose en el análisis de tres categorías
amplias y generales: Información, Actitud y Campo de Representación; a partir de este
ejercicio investigativo, se puede concluir que:
 Hay actores comunitarios que tienen saberes, conocimientos y experiencias en ICSM
desde hace mucho tiempo, pero apenas recientemente se están percatando de sus
aportes en este campo, a partir de la irrupción de recientes discursos institucionales
en relación con la SM que les brindan otros marcos para interpretar su trabajo.
 No existe una construcción única de RS sobre SM e ICSM; ello depende de la
experiencia personal de cada actor en el marco de unas condiciones sociohistóricas
determinadas que delimitan el campo de representación, la información a la que se
tiene acceso y las actitudes positivas o negativas al respecto.
 El autocuidado de la SM, la relación con el territorio (sus habitantes y sus problemas)
y el reconocimiento del trabajo comunitario de los líderes, son aspectos muy
relevantes para la construcción de propuestas a tener en cuenta en las ICSM, desde el
punto de vista de los actores comunitarios participantes.
 Las ICSM son procesos complejos de interacción entre diversos actores; no son
actividades puntuales de agentes externos a los territorios / comunidades.

Para profundizar un poco en los anteriores puntos, es importante reconocer que indagar sobre
este tema con actores comunitarios de por lo menos dos generaciones diferentes de líderes
en cada territorio, permite identificar que en cada uno hay dinámicas particulares de trabajo
comunitario, independientes, pero en relación a las dinámicas institucionales de
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que intervienen en los
territorios, cuyos discursos en un momento histórico específico pueden resignificar el trabajo
de los líderes comunitarios. Es el caso de los discursos institucionales recientes alrededor

115
de la SM de las autoridades de salud a nivel mundial, nacional y municipal que han irrumpido
en las comunidades buscando articularse a las iniciativas que desde hace mucho tiempo
vienen adelantando distintos actores habitantes de los territorios.

No existe una construcción única cuando se habla de RS sobre SM e ICSM, pues la


posibilidad de acceder a distintos tipos de información confluye en diferentes posturas, entre
las que se pudieron evidenciar principalmente tres: por un lado las que relacionan locura-
enfermedad. Por otro lado, hay informaciones que llevan a los actores a construir un
conocimiento en el que se relaciona SM con estado personal en el cual deben primar
sentimientos positivos y armónicos. También se encuentran posturas que reconocen en la SM
un eje transversal en la vida de las comunidades, en tanto les permite participar, estableciendo
lazos de cooperación y ayuda mutua. De esta manera, para hablar de RS y de su proceso de
construcción es importante tener en cuenta las fuentes de información, la participación
que tienen los actores en diferentes espacios y sus propias experiencias en lo
comunitario. Así, la información de los artistas difiere de la información a la que acceden
quienes se desenvuelven en ámbitos como el de la protección, de la salud y otros
campos. Esto también se diversifica dependiendo de la ocupación, la edad, o el género.

En relación con la actitud, se encuentra que en diferentes casos, la actitud favorable o


desfavorable hacia la SM e ICSM, se relaciona con el tipo de información y las
experiencias que los participantes tienen respecto al tema. Así, de los actores
entrevistados, los que han participado de espacios relacionados con la SM manifiestan una
actitud favorable frente a esta; mientras que los que no han tenido la oportunidad de participar
de este tipo de espacios, tienen una actitud desfavorable al respecto y por ende se identifica
lo que pareciera ser una resistencia a participar en espacios de ICSM.
En la medida que las ICSM han generado un impacto en la vida de los actores que han
participado de estas, se encuentra que las personas responden con una actitud favorable al
enterarse de nuevas intervenciones que al respecto se desarrollarán en su comunidad, ello
tiene que ver con que estos actores comunitarios han construido relaciones con actores
institucionales externos que ejecutan dichas intervenciones.

116
Los participantes que han obtenido información sobre la SM desde diversas fuentes y en la
participación directa en procesos similares, incluso reconocen las intervenciones de
organizaciones de base, como ICSM. En ese sentido, asumen estas con una actitud positiva
al identificarlas como claves para el desarrollo de la vida comunitaria, puesto que juegan un
papel muy importante en la promoción de la salud y la prevención de situaciones como el
consumo de SPA, la delincuencia, el pandillizmo, entre otras. En la misma línea, se identifica
que el agradecimiento y cariño que los actores comunitarios reciben de las personas a las que
intervienen, es el aliciente que les motiva a continuar con sus procesos comunitarios. Es por
lo mismo, que estos actores que dirigen sus organizaciones muestran una actitud positiva
frente a sus propias intervenciones.

La actitud con orientación negativa hacia las ICSM, está relacionada con la continua pérdida
de credibilidad en las instituciones, fruto de la implementación de acciones aisladas, la
inadecuada ejecución de los recursos públicos, así como lo que los actores denominan el
“manoseo de la comunidad”, entre otras causas. Igualmente, la actitud con orientación
negativa también se da porque los actores comunitarios no se sienten respaldados
institucionalmente en sus propias formas de intervenir el territorio, es decir, los procesos
que vienen desarrollando por largo tiempo y llevados a cabo “con las uñas”, no son
reconocidos y apoyados desde la institucionalidad.

Por otro lado, se identifica que las acciones que los actores tienen para el cuidado de la
SM de sí mismos, tiene que ver con múltiples dimensiones que van desde una dimensión
espiritual, mental, corporal y social. La dimensión espiritual es de suprema importancia en
la vida de los participantes, en tanto orienta su diario vivir y les permite crear una sensación
de seguridad que les hace tener tranquilidad, lo cual lo significan como importante para
preservar su SM. En relación con la dimensión mental, los participantes que tienen mayor
proximidad con información sobre temas relacionados con la SM y las ICSM, coinciden en
que, ante los problemas, el recibir terapia psicológica es muy importante cuando desde la
dimensión espiritual y social con el acompañamiento que otros puedan brindar, no es
suficiente.

117
Para caracterizar el proceso de construcción del campo de representación, se retomaron
elementos relacionados con la historia de estos actores comunitarios, así como la forma en
que se relacionan con el territorio que habitan, sus concepciones sobre los problemas de su
territorio en el orden de la ICSM y a su vez las propuestas o posibles soluciones surgidas por
ellos mismos, a partir de las vivencias que han tenido en el campo de lo comunitario. Estos
elementos permiten entender, la forma en que el contexto influye en las concepciones frente
a los problemas y en ese sentido se identifica el orden de prioridad que se les da a estos según
el territorio. En ese mismo sentido, las RS de los actores frente a las intervenciones se
obtienen en función de la percepción que tienen sobre sus problemas en comunidad y los
personales. En resumen, las RS sobre las ICSM son producto y proceso de un tiempo y
espacio.

En este punto se pudo hilar la forma en que los procesos de interacción social, donde los
líderes desarrollan su participación en espacios relacionados con la SM comunitaria,
permiten a su vez la construcción de una relación sentida con el territorio. En la misma línea
se identifica en el discurso de los participantes, en sus RS sobre las ICSM hay una
construcción de conocimientos acerca de lo que ellos identifican como problemas del
territorio y sus ideas sobre lo que deben ser las ICSM también se desarrollan con
relación a dichos problemas. De esta manera, se identifica que para los actores de Buitrera,
los problemas que tienen prioridad, tienen qué ver con la falta del agua , el individualismo o
desarticulación entre actores, mientras que para los actores Oriente, problemas como el
consumo de SPA, las pandillas y las fronteras invisibles son los de mayor prioridad.
Asimismo identifican que unos problemas conllevan a otros que también afectan la SM de
las personas, entre esos entra el juego el tema de la convivencia.

Todo lo anterior permite observar que muchas de las estrategias que los actores proponen
responden a las RS que ellos han construido sobre SM y las ICSM. En ese sentido, y en
coherencia con los planteamientos de Bang (2010 y 2014) y Del Cueto (2014), para los
actores comunitarios una ICSM es aquella que reconoce el trabajo de otros y a su vez,
propone formas de intervención más integrales. Igualmente, tiene que ver con aquellas
intervenciones que buscan el acercamiento a las personas desde sus propios
conocimientos y saberes, es así que sugieren hacer talleres no tan conceptuales, por el

118
contrario el uso de la lúdica, la didáctica es prioridad para ellos en este tipo de
intervenciones. En la misma línea, las ICSM para los actores son aquellas que se realizan
desde el trabajo directo con las personas, en la calle, en sus propios espacios de
encuentro, considerando que estas formas de hacer, influyen en el cambio y las
transformaciones que puedan darse con las personas. Lo anterior también depende de que se
desarrollen las intervenciones por procesos y no por acciones puntuales. Al respecto, se
entiende que es lo que ellos han venido haciendo por muchos años a partir de su creatividad
y con sus propios recursos, dando cuenta de resultados positivos sobre ello.

De manera que para lograr un acercamiento a las RS sobre ICSM, se analizaron las
condiciones de producción de los conocimientos sobre el tema, la forma en que dichos
conocimientos llevaron a que los actores desarrollaran unas actitudes y orientaciones en su
conducta, ubicándose en un grupo social e intercambiando saberes con grupos y actores de
su medio. Todo lo anterior va permitiendo que se teja una visión sobre la realidad bajo el cual
los actores desarrollan una identidad en la búsqueda del sentido común de lo que para ellos
deberían ser las ICSM.

Concluido este trabajo de investigación se pueden considerar recomendaciones en dos


sentidos: investigación e intervención en el campo de las ICSM:
En el primer aspecto, las investigadoras bien reconocen que este trabajo, aunque logrado con
gran esfuerzo, tiene unos alcances limitados, por lo cual siempre será posible profundizar en
el tema. Para el desarrollo de esta investigación se escogió estudiar las ICSM desde la
perspectiva de las RS, puesto que fue un enfoque que permitió recoger elementos variados
en un gran panorama, privilegiando la historia, los saberes y la interacción de los actores
desde el proceso de construcción de las RS, ello teniendo en cuenta que una gran cantidad de
investigaciones se enfocan más en el contenido de la representación que en su proceso de
construcción.

 Para futuras investigaciones desde la disciplina-profesión Trabajo Social sería


importante adelantar estudios desde un enfoque procesual de las RS (Banch,
2000), el cual permite reconocer la riqueza de elementos en el marco de los procesos

119
por los cuales los actores llegan a construir una mirada, actuando y pensando de cierta
manera. Estos son elementos fundantes para las intervenciones, en la medida en que
permiten una comprensión de lo que hay más allá de lo evidente, acercándose al tejido
desde donde se hilan situaciones que pueden llegar a entenderse como las causas de
ciertos problemas sociales.
 Para futuras intervenciones, que muchas veces se quedan en el nivel de
información, es necesario empezar por reconocer los conocimientos de los
actores sobre el tema a trabajar. De acuerdo con lo anterior se hace necesario llevar
a cabo reflexiones más profundas en cuanto al tipo de información al que tienen
acceso las personas, para descubrir, hasta dónde las nociones que se construyen aún
con los grandes avances en términos investigativos y de intervención, permiten seguir
reproduciendo los imaginarios de SM relacionado con “locura”, como hemos visto
en algunos informantes, o por el contrario, permiten seguir ampliando un concepto
de SM más integral y desde un enfoque comunitario.

Los líderes comunitarios, que son a su vez líderes de opinión, difunden ciertas
informaciones, las cuales son legitimadas en la mayoría de los casos por las
comunidades. Es fundamental aprovechar la potencialidad y el recurso de estos
actores como comunicadores naturales, pues estos son difusores que aportan en la
circulación, así como en la construcción y deconstrucción de informaciones que
pueden contribuir positiva o negativamente a la SM. Por tanto, las intervenciones
comunitarias en su dimensión informativa, más allá de cumplir desde un lugar
superficial y bancario “depositando” informaciones, deben pensarse como la
construcción conjunta de conocimientos a partir de los significados colectivos.

 Reconocer desde la institucionalidad los procesos que a lo largo de los años han
ido gestando los actores comunitarios y han aportado significativamente en la
solución de las problemáticas de sus comunidades. Si bien, es interesante conocer
que a pesar de las difíciles circunstancias que se viven, sacan adelante sus procesos,
se hace necesario comprender la importancia de los aportes que ellos hacen en
términos de la promoción de la salud, de la vida y la prevención de la enfermedad,

120
del consumo, de las violencias, etc, y por ende se hace necesario proveer de
recursos a estas organizaciones para que amplíen o fortalezcan su accionar.
 En la misma línea se debe propender por la participación de estos actores en los
espacios de diagnósticos sociales comunitarios y la construcción de políticas que
busquen atender la SM del municipio de Santiago de Cali. En consecuencia, son
ellos quienes desde sus saberes históricos pueden brindar información de las
necesidades reales que se viven en los diferentes territorios y por ende, conocimientos
sobre las diferentes formas de intervenirlo.
 Promover la participación juvenil y el relevo generacional que se hace necesario
entre los líderes que intervienen un territorio, considerando la relevancia de los
aportes que han hecho los líderes comunitarios jóvenes a partir de propuestas
orientadas al arte (música, teatro, danza, pintura) y el deporte, es importante impulsar
aún más la participación de estos en los diferentes espacios relacionados con el diseño
de estrategias en pro de la SM.

 Avanzar en la implementación del enfoque de género, prestando atención a la


afectación en la SM de las mujeres por la cultura patriarcal dominante (violencia y
sobrecarga de responsabilidades económicas y de cuidado como jefes de hogar), lo
cual les genera angustia, estrés y la posibilidad de sufrir de otros trastornos. En la
misma línea, se hace necesario profundizar en el trabajo con los hombres, ya que
como lo manifestaba uno de los informantes, son ellos quienes al no poder manifestar
plenamente sus sentimientos, se exponen a sufrir igualmente de diferentes
enfermedades.

 Siendo la convivencia un elemento que los informantes califican como fundamental


para tener SM dentro de sus comunidades, se hace importante volver a lo simple, a
lo cotidiano para fortalecer los lazos comunitarios por medio de intervenciones
orientadas al encuentro con el otro y la sana resolución de los conflictos. A partir
de un partido de fútbol, las tertulias con los vecinos, el juego de sapo, salir a barrer,
jugar encostalados en la cuadra y en general rescatando los juegos tradicionales, son
estrategias que para los informantes, tiempo atrás servían para promover la
convivencia.

121
 Impulsar aún más el trabajo en red en el que se reconozcan entre sí las diferentes
propuestas de intervención que se tienen en el territorio. Por un lado, dentro de
esta investigación, se reconoció en el discurso de los actores lo valioso que fue haber
reconocido que en sus comunas o corregimiento, otros actores trabajaban sobre
propuestas antes no imaginadas por ellos, de igual forma, lo importante de la
articulación entre organizaciones de base e instituciones que intervienen el territorio
para poder dar respuesta de manera más oportuna a las diferentes problemáticas de
los usuarios de las organizaciones comunitarias y finalmente, el impacto en el trabajo
que ya realizan redes instituidas como la Red de Educadores Populares.

122
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