Peña & Valderrama Tesis RS Intervencion Comunitaria
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Peña & Valderrama Tesis RS Intervencion Comunitaria
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Trabajo de grado para optar al título de Trabajadora Social
Directora:
Autoras
Angélica Peña
ALEJANDRA MARÍA GUTIÉRREZ CÁRDENAS
Lina Valderrama
Directora
Escuela de Trabajo Social y
Alejandra Gutiérrez Desarrollo Humano
Representaciones Sociales sobre la Intervención Comunitaria en Salud Mental de actores
comunitarios pertenecientes a la Comuna 13 y al Corregimiento de la Buitrera de la Ciudad de
Santiago de Cali
Directora:
SANTIAGO DE CALI
2018
A mis padres, que día a día sin dudarlo ni un momento me han apoyado para convertirme en la
mujer que soy.
A Juan, el hermano al que siempre veré como un niño, con el que crecí viviendo aventuras y que
hoy me ha dado el regalo de ser tía. Los amo y les dedico este esfuerzo a ustedes.
Agradecimientos
Mi gratitud con la vida, con el Universo, con esta energía creadora que me ha dotado en abundancia
para construirme en este camino.
Padre, hombre de ojos nobles, trabajador, comprometido y de buen humor. Gracias porque siempre has
sido una persona determinada, con un corazón abundante para todo el que lo necesita, muchas veces sin
medirte. Me has enseñado que “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Madre, mi dadora de vida, mujer fuerte, perseverante y firme. Gracias por mostrarme que el amor y la
firmeza van de la mano, que debemos ser mujeres valientes en un mundo como este y tener el carácter para
tomar las decisiones necesarias, luchando por lo que creemos justo.
Padres, ustedes que son mis cimientos, siempre me han dado oportunidades y esperanza, por eso este logro
también es producto de su ejemplo y amor incondicional. Familia, los llevo en mi corazón, siempre me
recuerdan de dónde vengo y las razones de mis luchas.
Sharon, hermana de corazón, compañera de locuras, de lágrimas, de amores y de alegrías. Gracias por tu
amistad, por ser una motivadora incansable, por todos estos años y muchos años más de triunfos juntas.
Ever, el hombre con quien hoy estoy construyendo caminos y sueños, gracias por tu paciencia, tu serenidad
y tu aliento. Que el camino este lleno de aventuras compartidas, tolerancia y amor.
A la profesora Alejandra Gutiérrez y a mi compañera Angélica, gracias por ser mis coequiperas, este
producto es el resultado de nuestras reflexiones, esfuerzos y convicciones. Gracias por tantos aprendizajes,
por permitirme construir con ustedes y conocerlas en tantos aspectos más.
Barreto, Martha, Felipe, Leidy, Alexander, Ruby, sus voces están aquí, sus acciones y pensamientos
siempre serán valiosos para la comunidad. Gracias por permitirnos conocer de viva voz una pequeña parte
de sus vidas.
Gracias a esta Universidad, que desde su primer mensaje de bienvenida hizo que mi corazón saltara de
felicidad. Recordaré con alegría el tiempo vivido en esta etapa y en este espacio que me acogió, me brindó
la posibilidad de conocer a personas que se han convertido en amigos(as) de vida, expandir mis
conocimientos con excelentes profesores y profesoras, que día a día me llevaron a enamorarme más de mi
profesión, sabiendo que por más difícil que se puedan mostrar las situaciones, escogí lo correcto. Hoy,
aunque el panorama se pinte un poco oscuro para la educación pública solo puedo agradecer y decir que
seguiré siendo una orgullosa estudiante Univalluna,
Introducción ................................................................................................................................................ 1
Capítulo 1 El contexto de la Intervención en Salud Mental ......................................................................... 6
1.1 Santiago de Cali, ciudad de inmigrantes ..................................................................................... 7
1.2 La Comuna 13, al oriente de la zona urbana de Cali ................................................................... 9
1.3 El Corregimiento de La Buitrera, en la ladera de la zona rural de Cali ..................................... 11
1.4. Aproximación histórico / contextual al campo de intervención en salud mental en Cali ................ 12
Capítulo 2. Antecedentes y planteamiento de la investigación sobre intervención comunitaria en salud
mental....................................................................................................................................................... 18
Capítulo 3. Consideraciones Metodológicas ............................................................................................. 26
3.1 Objetivos de la investigación .......................................................................................................... 26
3.2 Enfoque metodológico .................................................................................................................... 26
3.3 Tipo de estudio................................................................................................................................ 28
3.4 Los informantes .............................................................................................................................. 28
3.5 Recolección, análisis y síntesis de información .............................................................................. 29
3.6 Devolución y retroalimentación de los hallazgos con los informantes ............................................ 32
Capítulo 4. Marco de referencia teórico conceptual ................................................................................ 34
4.1 Sobre las Representaciones Sociales ............................................................................................... 35
4.2 Sobre la Intervención Social Comunitaria ....................................................................................... 41
4.3 Salud Mental: un concepto en construcción y transición ................................................................. 42
4.4 De la intervención individual a la intervención comunitaria en Salud Mental. ............................... 46
Capítulo 5. Hallazgos sobre Información acerca de las Intervenciones Comunitarias en Salud Mental .... 52
Capítulo 6. Hallazgos sobre las actitudes acerca de las Intervenciones Comunitarias en Salud Mental ... 70
Capítulo 7. Campo de Representación sobre la Intervención Comunitaria en Salud Mental: Tejiendo vida,
construyendo comunidad. ......................................................................................................................... 90
Capítulo 8. Conclusiones y recomendaciones .......................................................................................... 115
Bibliografía ............................................................................................................................................. 123
Tablas y esquemas
Esquema 5. Problemas por territorio que afectan la SM, según actores comunitarios…….……..102
Lista de abreviaturas
Dentro del campo de la Salud Mental (en adelante SM), históricamente se ha venido hablando de
trastornos mentales. Sin embargo, es importante comprender que no se puede reducir la SM a la
ausencia de estos, pues como plantea la Organización Mundial de la salud (OMS), la SM es un
concepto mucho más amplio que abarca otras dimensiones de la vida.
Sin embargo, desde la información epidemiológica que se encuentra a nivel mundial, se puede
construir una idea sobre la situación de SM, pero una idea que tiene como base la información
sobre trastornos, es como si desde la propia perspectiva de los sistemas de información, la SM se
basara más bien en la ausencia o presencia de estos (OMS, 2004).
Hablar de la SM, es adentrarse a un mundo de significados que determinan la forma en la que las
personas hacen frente a las diferentes situaciones que se presentan en su vida diaria, su relación
consigo mismas, con otros y el contexto en el que se desarrollan (Ministerio de Salud y Protección
Social, 2014). De allí, que la SM sea un tema que, con el paso del tiempo, cobra cada vez más
interés en las agendas gubernamentales de los países de América Latina y el mundo, entendiendo
que si no se trabaja sobre este aspecto, los costos humanos y económicos que conllevan las
afectaciones en la SM de los ciudadanos, serán cada vez mayores. En relación a lo anterior, la
OMS (2001) menciona, por ejemplo, que la depresión es la quinta causa de carga de enfermedad
y uno de los trastornos que genera más discapacidad en el mundo, siendo la población en edad
productiva (15 – 44 años) la más afectada. Por otro lado, este tipo de enfermedades, está
relacionada a su vez con el intento de suicidio y la violencia familiar, problemáticas que “tienen
incidencia de diferentes formas en distintos sectores de la población teniendo en cuenta
inequidades de género, etnia, edad y clase” (OMS, 2001).
En Colombia, un país que ha estado atravesado por la violencia, hecho que ha generado pobreza,
muertes, desplazamientos, desapariciones, secuestros, entre otros, es inevitable pensar que la SM
de sus habitantes no se haya visto afectada por estos y otros hechos victimizantes, situación que se
sustenta en que el 80 % de los colombianos ha vivido entre uno y tres síntomas de depresión en
algún momento de su vida (Ministerio de Protección Social y Fundación FES, 2005). En relación
1
a lo anterior, un estudio realizado por Andrade (2011) donde se analizaron los “Efectos
psicopatológicos del conflicto armado Colombiano en familias en situación de desplazamiento
forzado reasentadas en el municipio del Cairo en el año 2008”,, se encontró que en el 100% de
los casos se presentaron diagnósticos de trastornos por estrés postraumático (TEPT), encontrando
también, que este hecho y sus síntomas interfirieron en el desempeño laboral, familiar y
comunitario de las personas.
Es importante mencionar que, aunque hasta aquí se haya hecho visible la SM desde aspectos
“individuales” relacionados con enfermedad mental, el alcance de la SM va mucho más allá. En
ese sentido, se debe comprender que dichas situaciones consideradas como individuales, son
creadas a partir de condiciones que se dan en relación con otros, a partir de la creación de símbolos,
significados, formas de entender y vivir la vida y la realidad. De igual forma, como respuesta a
condiciones propias del contexto en el que se desarrollan las personas, en ese caso, situaciones
como la violencia social, la pobreza, la desigualdad, determinan la salud mental de los sujetos que
en una comunidad habitan.
Entendiendo todo lo anterior, la importancia del estudio de las Representaciones Sociales (RS)
sobre las intervenciones comunitarias en SM, radica, en principio, en la comprensión histórica de
un concepto que ha estado continuamente en transición como lo es el concepto de SM, lo que
implica tener en cuenta las múltiples dimensiones de la vida y ampliar las posibilidades de
intervención desde un enfoque de lo comunitario.
2
ha explorado la posición (desde sus significados, experiencias, representaciones) de quienes
habitan el territorio y ejercen su liderazgo comunitario agenciando y promoviendo acciones
encaminadas al bienestar colectivo, desde el cuidado, el arte y la cultura, los deportes, la educación
etc., reconociendo que todas estas, podrían considerarse acciones de promoción de la SM que
aportan a los procesos que se impulsan desde las intervenciones comunitarias que los actores
realizan. Aunque esto no se haga explícito en sus discursos.
En el marco de la acción profesional desde Trabajo Social se hace imprescindible dar lugar a la
participación para la construcción de la intervención social, por consiguiente, la presente
investigación tiene lugar en cuanto busca explorar las voces de los actores comunitarios
pertenecientes a contextos urbanos y rurales que expresan desde sus experiencias y conocimientos
cotidianos sus representaciones acerca de las intervenciones comunitarias en SM.
Para ello, se realiza un estudio tipo exploratorio – descriptivo de metodología cualitativa. Los
actores participantes fueron identificados previamente durante el desarrollo del proceso de la
práctica académica en Trabajo Social de las investigadoras en la Secretaría de Salud Pública
Municipal de Santiago de Cali (SSPM), a través de la implementación de la estrategia de la Red
del Buen Trato. Las personas que participaron en el estudio pertenecen a grupos u organizaciones
comunitarias en áreas como la salud, arte, cultura, protección, deporte, entre otros. Las
conversaciones con algunos de los líderes comunitarios sobre temas de SM, permitió comprender
la imperante necesidad de estudiar más a fondo el tema en dichos territorios, pero desde un ámbito
3
de lo comunitario, de allí que ello fuera la primera motivación para pensar en la realización de la
presente investigación. Fue así como se estableció contacto con nueve personas, cinco de Buitrera
y cuatro de comuna 13, entre los 17 y 70 años.
4
sociales de los actores comunitarios sobre las intervenciones comunitarias en SM. El capítulo 6,
presenta los hallazgos sobre las actitudes que tienen los actores en relación con el objeto de
representación. A partir de los resultados obtenidos en cuento a información y actitudes, el
Capítulo 7 expone el campo de representación social que los actores han construido sobre las
intervenciones comunitarias en SM, cerrando con algunas propuestas de ICSM desde la voz de los
actores. Finalmente, el capítulo 8, sintetiza unas conclusiones y recomendaciones para tener en
cuenta en futuras intervenciones en este campo.
5
Capítulo 1 El contexto de la Intervención en Salud Mental
Colombia es un país que cuenta con aproximadamente 49 millones de habitantes, de los cuales
80% viven en las ciudades y 20% en zonas rurales (DANE, 2018). Es uno de los países más
biodiversos del mundo, con condiciones geográficas que les dan salida a los océanos Pacífico y
Atlántico, aunque gran parte de la población se concentre en las principales ciudades ubicadas
alrededor de la zona montañosa de la cordillera de los Andes (Bogotá, Medellín y Cali), separada
por los valles de lo ríos más importantes: el Magdalena y el Cauca (Red Colombia, Sf).
En 2016 se dio la firma del Acuerdo de Paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia - FARC, una de las guerrillas más antiguas de Latinoamérica; sin
embargo, la guerra continúa puesto que en los territorios rurales predominantemente, se sigue
6
encontrando la presencia de antiguos y nuevos actores armados que continúan generando violencia
y perturbando la SM de los colombianos.
Santiago de Cali, es la capital del Departamento del Valle del Cauca y es una de las principales
ciudades del país, con una población de 2.700.000 habitantes aproximadamente (DANE, 2018).
Limita por el norte con el municipio de Yumbo, por el oriente con Palmira y Candelaria, hacia el
Sur con Jamundí y el Departamento del Cauca y por el occidente con Dagua. La zona urbana está
dividida en 22 comunas y la zona rural en 15 corregimientos (Navarro, El Hormiguero, Pance, La
Buitrera, Villacarmelo, Los Andes, Pichindé, La Leonera, Felidia, El Saladito, La Elvira, La
Castilla, La Paz, Montebello, Golondrinas).
Sus condiciones geográficas, en especial contar con 7 ríos, posibilita que sea uno de los principales
centros agroindustriales de Colombia, además de ser el principal centro urbano y cultural del
suroccidente del país. Históricamente, Cali ha atravesado por varios momentos de expansión
territorial que han sido producto de las fuertes inmigraciones que se han venido dando hacia ésta,
principalmente desde los años 70’s, 80’s y principios de los 90’s, cuando llegaron personas en su
mayoría de bajos recursos económicos, provenientes del Pacífico colombiano, pueblos indígenas
del Cauca y Nariño, víctimas de desastres naturales como el maremoto de Tumaco en 1979 y otros
vaivenes económicos de la Costa Pacífica como la aparición de “una capa aún reducida para esa
época de bachilleres negros (mujeres y hombres) que buscaban iniciar sus estudios post-
secundarios en Cali” (Urrea, 2012, p.11). De igual forma, un factor importante que ha propiciado
el crecimiento constante de la ciudad, ha sido el crecimiento económico que ha atraído personas
desde las cabeceras municipales y las áreas rurales del departamento (Urrea, 2012).
7
El conflicto armado ha generado el
desplazamiento violento de una
considerable cantidad de personas que han
inmigrado a Cali desde sus territorios de
origen en el centro, norte y costa del
departamento del Valle del Cauca:
8
1.2 La Comuna 13, al oriente de la zona urbana de Cali
Es importante anotar que en esta comuna, el 74,9% de la población se concentra en las edades
productivas (10 a 64 años) mientras que la población mayor representa el 4,5%. Sin embargo, “el
16,9% de la población económicamente activa se encuentra desempleada, comparado con un
promedio de 15,1% en la zona urbana” (Plan de Desarrollo Municipal 2016 – 2019, p.5). La
estratificación más común de las viviendas de esta comuna, es el estrato 2.
9
A nivel educativo, está compuesta en su mayoría por personas cuyo nivel educativo es básica
primaria (un 37,1% de la población total de la comuna), de éstas, el 52,8% son mujeres. Por otro
lado, las personas con básica secundaria (completa e incompleta) representan el 25,7%. Donde el
51,2% también son mujeres. (Plan de desarrollo 2008 – 2011). Las condiciones económicas y
educativas explican en gran parte que las mayores tasas de mortalidad se concentren en la
población masculina en edades entre los 15 y 34 años, a causa de la violencia (Plan de desarrollo
2008 - 2011).
Según el Plan de Desarrollo 2008-2011, entre los problemas más relevantes que los habitantes de
la Comuna refieren están:
10
“Carencia de infraestructura y dotación adecuada para la participación comunitaria.
Problema causado por la falta de apoyo y reconocimiento por parte de la administración
municipal, la falta de gestión para generar recursos económicos, la falta de capacitación
y formación para los miembros de la comunidad en temas legales” (p.19).
Figura 3. Fuente: Departamento Administrativo de Cerros, Las Palmas, Pueblo Nuevo, El Plan,
planeación Municipal
Girasoles, y el resto de la población está
dispersa entre las veredas Altos del otoño, Altos del Rosario, Anchicayá, Lomalinda, Alto
Meléndez, Alto de los Chorros, Filo de Hambre y Polvorines. Según el Departamento
Administrativo de Planeación (DAP), la proyección de la población total La Buitrera para el año
2014 es de 7.452 habitantes (Cali en cifras, 2016), sin embargo, según datos obtenidos a partir de
conversaciones con miembros de la Junta administradora local (JAL), se estima que la población
real es de aproximadamente 56.000 habitantes. Existe una fuerte crítica por parte de los habitantes
al último censo rural realizado en el territorio, pues según este, toda la población rural de Santiago
de Cali es de 48.369 habitantes, lo cual no coincide con la información que se ha obtenido desde
la JAL.
11
Entre los aspectos más referenciados por habitantes del territorio se encuentra el abandono o
ausencia estatal que han sentido por años, dada la “exclusión espacial” a la que se encuentran
sometidos en términos de la lejanía de la urbe, donde se concentran la mayor parte de los servicios
estatales. Asimismo es necesario mencionar que dentro de este territorio existen subterritorios
donde las dinámicas de vida son totalmente opuestas en muchos casos. Así mientras en el eje sur
de la Buitrera se encuentran viviendas clasificadas hasta en estrato 5, en el eje central se pueden
observar viviendas y barrios completos que son producto de ADHI posicionados hace algunos
años. Asimismo se encuentran viviendas en condiciones precarias y poblaciones en un estado de
alta vulnerabilidad y exclusión social, dado su nivel de pobreza extrema. Algunas cifras que lo
evidencian son las siguientes:
Comprendiendo todas las dinámicas territoriales que se mencionan en los apartados anteriores, es
evidente que el país, la ciudad y el territorio local, han atravesado procesos de transformación
social, política y económica que hacen que “los referentes y costumbres que orientan el curso de
vida de los ciudadanos también hayan ido cambiando” (p.5). En ese sentido, es importante
comprender que el campo de intervención de la SM es sensible a este tipo de transiciones y por
ello busca reinventarse y crear nuevos marcos de referencia para comprender nuevos sentidos de
la vida, aunque ello no emerge con la misma rapidez con la que se dan dichos cambios e
incertidumbres que se convierten en fenómenos que amenaza el bienestar psicológico (Ministerio
de Salud y Protección Social, 2014. p.5).
12
En Colombia, aproximadamente 40,1 % de la población entre 18 y 65 años ha sufrido, está
sufriendo o sufrirá alguna vez en la vida un trastorno psiquiátrico diagnosticado” (Posada, 2013.
p.1). En un estudio comparativo entre Colombia y otros 14 estudios homólogos en diferentes países
desarrollados y en desarrollo sobre la prevalencia de los trastornos mentales. Se refleja que el país
ocupa:
Los trastornos mentales en Colombia afectan a niños, adolescentes y adultos jóvenes, factor que
empeora en gran medida el pronóstico, la productividad académica y económica de la población y
en últimas, el capital global que incluye los factores personales, simbólicos, culturales y
relacionales (Posada, 2013).
13
En la primera etapa, a pocos años de la creación de la OMS en 1948, en la década de 1950, cuando la
Universidad del Valle asumió el compromiso de convertir el denominado asilo de locos San Isidro,
fundado en 1944, en un hospital psiquiátrico universitario, la naciente psiquiatría en Colombia ya
contextualizaba la relación enfermedad mental y violencia (Rosselli, 1968). Durante las décadas de
1960 y 1970 Colombia no fue ajena al movimiento internacional de crítica al modelo biomédico para
el abordaje de los fenómenos de salud en general, y a la psiquiatría y el higienismo mental, en
particular. Precisamente en la Universidad del Valle, pionera en la atención psiquiátrica clínica en la
región, se comenzó a gestar un movimiento por la psiquiatría comunitaria, eclipsado o latente hasta
hoy. En 1974 se realizó el primer estudio nacional de SM, del cual derivó la creación de la División
de SM en el Ministerio de Salud y el fortalecimiento del movimiento por la desinstitucionalización de
los enfermos mentales (Urrego, 2007).
En este contexto y bajo este enfoque epidemiológico y con financiamiento internacional, la Alcaldía
de Cali creó el programa Desarrollo, Seguridad y Paz – DESEPAZ (Guerrero, 1999); el Observatorio
Social o sistema de vigilancia epidemiológica de la violencia (Bermúdez, 2008); la Red de Promoción
del Buen Trato, enfocada en la violencia /convivencia familiar; y la Estrategia Escuelas Saludables
con el componente de Habilidades para la Vida (Gutiérrez y Gómez, 2007). Así mismo, en 1995 nació
14
el Centro de Investigaciones y Desarrollo en Prevención de Violencia y Promoción de la Convivencia
Social (CISALVA), en la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle, importante referente
para el diseño de políticas públicas en la ciudad. Por otro lado, desde la perspectiva de la Educación
Popular la Alcaldía de Cali también creó el Programa Interinstitucional de Educación para la
Participación y Convivencia Ciudadanas - EDUPAR, liderado por la Secretaría de Desarrollo
Territorial y Bienestar Social y la Universidad del Valle, entre otras instituciones. Como un hito de la
ICSM en Cali, en 1996, paralelamente a estas iniciativas gubernamentales, con la financiación y apoyo
técnico de una ONG italiana se realizó un Diagnóstico de Salud Mental en el Distrito de Aguablanca,
producto del cual se inició un programa público de SM comunitaria articulado al Hospital Carlos
Holmes Trujillo, que además de la atención clínica, apoyó la creación de la Asociación de Familiares
y Pacientes con Enfermedad Mental - ASFAPEM (Gómez y Gutiérrez, 2011).
La tercera etapa, a comienzos del siglo XXI esta marcada por el Informe Mundial de Salud mental:
nuevos conocimientos, nuevas esperanzas (OMS, 2001) y la Encuesta Mundial de Salud Mental
(World Mental Health Survey Consortium, 2004), como insumos del Programa Mundial de Acción
de Salud Mental que contempla el fomento de la investigación, la gestión de políticas públicas, y la
protección de los derechos humanos (OMS, 2008). A nivel local estas iniciativas tuvieron sus
respectivos correlatos en investigación e intervención, tanto desde la perspectiva de la Educación
Popular (proyecto redes sociales para la convivencia, del Programa EDUPAR desde 2001), como
desde la perspectiva epidemiológica (creación del Observatorio de Violencia Familiar en
2002, liderado por la SSPM como precursor del actual Observatorio de Salud Mental).
El Estudio Nacional de Salud Mental (Ministerio de Salud y Fundación FES, 2005) posicionó la
brecha de atención en salud mental como un problema prioritario de salud pública. Así, con el respaldo
de la OMS la categoría de SM volvió a recobrar importancia en la investigación e intervención en
Colombia. De ello se derivó la reformulación de la política nacional de SM de 1998 y la inclusión en
el Plan Nacional de Salud Pública 2007 – 2010, de la meta de creación de un plan local de SM en cada
municipio (Ministerio de la Protección Social, 2007). Para esa meta ya Cali contaba desde 2005 con
tres importantes insumos: El Observatorio de Violencia Familiar desde 2002 (Espinoza, sf) ; la política
municipal de convivencia familiar (Alcaldía de Santiago de Cali, 2005), y la creación de un equipo
interdisciplinario de SM en la SSPM, encargado de ampliar a toda la ciudad el programa de SM
comunitaria del Distrito de Aguablanca de los años 90´s., y que logró posicionar el tema de la SM en
15
el Plan de Desarrollo Municipal 2008 – 2011 (Alcaldía de Santiago de Cali, 2008). En el seno de este
grupo funcional de la SSPM se han gestado importantes avances en investigación local en SM: un
Estado del Arte en Salud Mental (Centro de Investigaciones Multidisciplinarias para el Desarrollo,
2007); la Revisión Bibliográfica de Modelos de Atención Primaria en Salud Mental (Gutiérrez y
Gómez, 2008); la inclusión de la vigilancia epidemiológica de violencia autoinfligida en el
Observatorio de Violencia Familiar (Castillo, 2011), el Estudio de Prevalencia de Acceso a Servicios
de Salud Mental (Gómez y Gutiérrez, 2011) y la sistematización de la experiencia del Observatorio
de Violencia Familiar 2008 – 2015 (Gutiérrez, 2015). Mientras tanto a nivel nacional, apenas hasta
2011 se creó el Observatorio Nacional de Salud Mental (Ministerio de Salud y Protección Social,
2012). En ese mismo año también se promulgó la Ley 1448 de 2011 o ley de víctimas, como
fundamento legal de un campo de intervención emergente: la atención psicosocial a víctimas, en el
contexto del denominado post conflicto.
Actualmente, los esfuerzos locales por la ICSM está legitimados por lineamientos internacionales
(OMS, 2013), el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021 (Ministerio de Salud y Protección Social,
2013), la promulgación de la Ley 1616 de 2013 o ley de salud mental (Congreso de la República,
2013), la nueva propuesta de Política Nacional de Salud Mental de 2014 (Ministerio de Salud y
Protección Social y Universidad Nacional de Colombia, 2014), la última Encuesta Nacional de Salud
Mental (Ministerio de Salud y Protección Social, 2015), y el Plan de Desarrollo Municipal 2016 –
2019 “Cali Progresa Contigo” (Alcaldía de Santiago de Cali, 2016).
Con estos antecedentes histórico – normativos que enmarcan los procesos de investigación e
intervención en SM en el país y en la ciudad, se hacen evidentes los esfuerzos y las dificultades para
16
abordar una atención integral a la SM, vía servicios de salud; y así mismo se hace evidente la necesidad
de explorar otras prácticas de atención o intervención, complementarias o que reemplazan a la atención
clínica, tal como se ha venido haciendo en otros países del mundo (Kleinman, 1997; Good, 2008;
Menéndez, 2009; Berenzon, et al, 2015).
17
Capítulo 2. Antecedentes y planteamiento de la investigación sobre
intervención comunitaria en salud mental.
En las últimas décadas un tema de interés en la agenda pública de América Latina ha sido la SM,
un debate considerado ineludible, teniendo en cuenta las condiciones sociopolíticas, económicas
y culturales que atraviesan e inciden en las biografías e historias colectivas, que influyen de manera
profunda en la SM de los pobladores de este continente. De acuerdo a lo anterior, desde el 2013 la
Organización Mundial de la Salud viene apoyando a los gobiernos que la integran, a través
de políticas y planes que tienen el fin de “promover y reforzar la salud mental”, bajo la aprobación
del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013 – 2020, cuyo objetivo general es el de
“promover la salud mental, prevenir trastornos mentales, dispensar atención, mejorar la
recuperación, promover los derechos humanos y reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad
de personas con trastornos mentales” (OMS, 2018).
Con el ánimo de enmarcar el contexto académico o estado del arte del presente estudio, se hicieron
búsquedas bibliográficas que permitiesen entender cómo se ha venido tratando el tema de la SM
en la agenda pública global y el tránsito que se ha dado al respecto, aproximándose a los desarrollos
en cuanto al abordaje de la SM desde el campo de lo comunitario específicamente en América
Latina y en Colombia. En esa línea se realizó un rastreo sobre investigaciones precedentes a nivel
internacional, nacional y local, en los últimos cinco años, incluyendo algunos trabajos
desarrollados en años anteriores por considerarse de interés.
Las búsquedas bibliográficas se hicieron en bases de datos bibliográficos en línea como el OPAC
(On Line Public Access Catalogue) de la Universidad del Valle, Dialnet, Scielo, Redalyc, revistas
especializadas de Trabajo social de diferentes universidades, así como revistas de otras áreas de
18
las ciencias sociales, documentos publicados en páginas web oficiales de organismos
multilaterales y estatales., priorizando investigaciones desde la literatura hispanoamericana.
Sobre estudios relacionados con las RS y la intervención social se encuentran que Castillo y
Winkler (2010) presentan su investigación denominada “Praxis y Ética en Psicología
Comunitaria: Representaciones Sociales de Usuarias y Usuarios de Programas Comunitarios en
la Región Metropolitana”, este estudio se realiza en Chile, con el objetivo de investigar las RS
que los usuarios de dicha región tienen sobre la praxis de profesionales de programas estatales y
ONGs que han intervenido en su territorio. Esto con el fin de comprender cómo se ha venido
desarrollando el quehacer del psicólogo comunitario teniendo en cuenta que muchas veces es
delimitado por los intereses institucionales y estos no se corresponden con los de la comunidad y
necesidades de la misma, lo que influye en que se fomente la representación del experto que brinda
apoyo psicosocial, reproduciéndose posturas asistenciales.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores realizaron cuatro entrevistas participativas a 32
usuarios de los programas de ONGs públicas y privadas que hubiesen tenido contacto profesional
con un(a) psicólogo(a) Comunitario(a) por lo menos un año. Como método de estudio utilizan el
análisis del discurso obteniendo como resultado que a lo largo del tiempo, los usuarios muestran
una fuerte valoración del vínculo que establecen con los profesionales y a su vez significan esta
relación como una amistad, lo que permite el progreso en los trabajos individuales que estos llevan
a cabo con cada usuario, permitiendo identificar además una diferencia en la intervención con el
19
psicólogo clínico, la cual la califican desde una posición “amenazadora”. En ese sentido, surge un
fuerte síntoma de dependencia con el profesional de la psicología comunitaria, lo que según estos
autores, a largo plazo, se puede considerar como una dificultad, teniendo en cuenta que las
intervenciones Estatales son dadas a la fragmentación, lo que ocasiona la ruptura de la relación y
el estancamiento del proceso. Sin embargo, en el rol del profesional se intenta “preparar” al usuario
para que este asuma una posición más autónoma cuando esto suceda (Castillo y Winkler, 2010).
Por otro lado, en el rastreo de la información internacional, se encuentra el resumen de otro estudio
chileno denominado Representaciones Sociales sobre la Intervención especializada a ofensores
sexuales en libertad vigilada del adulto. Este breve resumen expone la necesidad de indagar sobre
las RS que tienen los hombres condenados sobre la intervención especializada que reciben, y a su
vez la Representación Social que tienen al respecto los profesionales que las desarrollan. Para
llevar a cabo el estudio, los investigadores aplican entrevistas a 28 hombres condenados bajo la
modalidad de Libertad Vigilada del Adulto y a 10 profesionales de 5 Centros de Reinserción social
de Gendarmería – Chile. Entre sus hallazgos se evidencia que los condenados representan la
intervención como una forma de educación progresiva que “les hace reconocer su participación en
el delito”, y por otro lado, desde la perspectiva profesional, aunque reconocen las dificultades que
les ofrece el contexto en su labor, representan la intervención como necesaria y significan la idea
de que es indispensable abordar estos casos desde el cumplimiento de su deber (Dölz y Alvear,
2012).
Una investigación encontrada a nivel nacional y que muestra el estudio de las RS en relación con
la intervención es la de Pérez, Díaz y Páez (2010), quienes realizan en la ciudad de Cartagena una
investigación denominada Representaciones y prácticas sobre intervención social y ciudadanía
de estudiantes del programa de Trabajo Social de la Universidad de Cartagena. Por medio de este
estudio, buscan validar la forma de hacer un tipo de intervención social respetando y reconociendo
las formas de acción social preexistentes. Para iniciar, se plantean como objetivo, identificar las
RS, los discursos y las prácticas sobre intervención social de los estudiantes de último año del
programa de Trabajo Social en dicha Universidad. La información fue recogida mediante
entrevistas semiestructuradas y grupos focales llevados a cabo con la participación de 10
estudiantes entre hombres y mujeres matriculados en los dos últimos semestres del programa.
20
Entre los hallazgos se pueden rescatar que los estudiantes, reconocen en los discursos
contemporáneo de la intervención social, primero un tema ético, que le da el sentido humanizador
al respeto por las diferencias; segundo, al reconocimiento y la garantía por los derechos de las
poblaciones vulnerables; Por otro lado, también reconocen que en la intervención contemporánea,
emergen discursos que tienen que ver con la necesidad de impulsar la autogestión, herramienta
que permite la formulación de proyectos de la participación activa de la comunidad entre otros
aspectos. Los estudiantes coinciden en que la intervención debe estar mediada por procesos de
investigación.
Finalmente es importante hacer mención de algunas investigaciones a nivel local, que reposan en
el CEDIS -Centro de Estudios de Intervención Social-de la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo
humano de la Universidad del Valle. Dichas investigaciones aunque no se enfocan en
representaciones sociales, dan cuenta de algunos procesos sobre la Intervención comunitaria en
campos relacionados con la SM, sistematizando experiencias concretas de intervención como lo
es el “Proceso de construcción de tejido social en el Barrio el Vergel, a partir de la sistematización
de experiencias de un Proceso Formativo de Animadores Socioculturales para la
Convivencia” realizada por Gutiérrez y Patiño (2004). Otra sistematización, es la desarrollada
por Ortiz y Ramírez (2009) a partir de la “Metodología de Intervención Profesional en el Programa
de Buen Trato Desarrollado con Familias de la Comuna 4 del Municipio de Yumbo para el Año
2008”. También se encuentra la recuperación de la “Experiencia Obtenida a partir del Proceso
Metodológico Desarrollado desde Trabajo Social en la Red de Promoción del Buen Trato en el
Corregimiento de Montebello de la Ciudad de Cali”, de Pereira y Pardo (2009).
21
acerca de la SM (Ríos, Palacios, De Alba & Sandoval, 2003), e indagan las RS de la SM y
enfermedad mental (Torres, Aranzazú, Aranda & Salazar, 2015), así como las RS de profesiones
específicas como la enfermería acerca de su propia SM (Fernández, Ferreira, albergaría &
Conceicao, 2002).
La investigación realizada por Ríos et al. (2003) en México, se propone lograr una aproximación
exploratoria y comprensiva de la manera en que población adulta perteneciente a un asentamiento
irregular ubicado en el Sur de México, le da sentido y significado a los padecimientos emocionales
en su vida diaria. Dicha investigación se desarrolló a partir de un enfoque cualitativo, utilizando
entrevistas a profundidad realizadas a personas entre los 27 y 58 años. En sus resultados se
evidencia que el consumo de alcohol en hombres adultos, el uso de drogas en adolescentes y la
violencia intrafamiliar son los padecimientos más importantes percibidos en la comunidad; otras
problemáticas manifestadas por este grupo son los problemas de lenguaje y los trastornos del
aprendizaje en los niños. Hubo otras fuentes de malestar relacionadas con la inseguridad percibida
en la colonia, la falta de servicios y la corrupción de líderes y autoridades. En esta investigación
se puede observar como las fuentes de malestar o de padecimientos emocionales tienen relación
en tres dimensiones, personal, interpersonal y comunitaria, ello se hace relevante para esta
investigación en cuanto trasciende la dimensión personal en relación con la SM, y da lugar al
contexto en el que habitan los sujetos.
Posteriormente en el mismo país (México), Torres et. al (2015), llevaron a cabo una investigación
en la cual exploraron las RS sobre los conceptos de SM y enfermedad mental por parte de la
población adulta de la ciudad de Guadalajara, así como identificar diferencias entre las RS de los
hombres y las mujeres. Dicho estudio se realizó con el enfoque metodológico de la Teoría de las
RS, usando técnicas cualitativas (análisis de categorías temáticas emergentes del discurso de los
participantes) y cuantitativas (desde el enfoque estructural de las RS), a una población participante
de hombres y mujeres mayores de edad que no estuvieran relacionados con el área de salud. En
los resultados se encuentra que las mujeres de la población relacionan el concepto de SM con el
término psicología y a su vez, mencionan los aspectos que perturban la SM. Por su lado, los
hombres relacionan el concepto de SM con el término bienestar y tienden a confundir Enfermedad
Mental con SM. En cuanto al término de Enfermedad Mental, mujeres y hombres coinciden en
22
que está asociado con “locura”, producto de daños físicos y emocionales que requiere atención
psicológica y psiquiátrica.
Por otro lado, Fernández et. al (2002), realizaron una investigación en Brasil, focalizando su
población de estudio en mujeres que ejercen la enfermería en diferentes hospitales. En este estudio
el objetivo central es conocer cómo las enfermeras representan su trabajo y la relación de ese
trabajo con su SM, además de identificar a través de las representaciones de las enfermeras, las
estrategias construidas por ellas en el enfrentamiento del sufrimiento en su trabajo. Es un estudio
descriptivo, con una perspectiva cualitativa, que utiliza entrevistas semiestructuradas y tiene como
eje conductor la Teoría de las Representaciones.
A través de esta investigación Fernández et al. (2002), señala que las representaciones de las
enfermeras entrevistadas, revelan diversas visiones del trabajo, posibilitando el avance en las
abstracciones y la comprensión de la relación de la mente y del trabajo de enfermería. Según el
autor, en los resultados se puede percibir que las profesionales de esta área hacen real un esquema
conceptual, reabsorbiendo los significados de la relación SM y trabajo en enfermería (como trabajo
femenino), materializando esos significados y transpolándolos hacia un nivel más concreto. Se
identifican representaciones cargadas de sentimientos que marcan el ideario de las enfermeras y
que se derivan de otras representaciones anteriormente elaboradas, caracterizándose en un proceso
recurrente, lo que permite visualizar el trabajo en la enfermería como factor de sufrimiento creativo
o sufrimiento patogénico.
23
surge cuando se rompe el equilibrio. Por otro lado, SM está estrechamente ligada a la preservación
de la identidad étnica, a la viabilidad de las formas tradicionales de organización social y a la
sustentabilidad de las formas de uso y manejo de los recursos naturales, de los que dependen los
sistemas de vida rural campesina. Estas dimensiones de la vida comunitaria son determinantes de
recursos personales, familiares y comunitarios para la prevención y atención en SM. Al finalizar,
esta investigación permite conocer que la atención a la SM de los pueblos indígenas está
condicionada por la carencia de recursos y por el escaso conocimiento de sus prácticas de salud y
de las formas en que se expresan sus padecimientos emocionales dentro de sus sistemas culturales
(Calle y Carmona, 2006).
Más recientemente, también en el ámbito colombiano, Betancur, Restrepo, Henao, Arboleda &
Rodríguez (2014), realizaron un estudio denominado “Representaciones sociales sobre Salud
Mental en un grupo de profesionales de la ciudad de Medellín: análisis prototípico y categorial”.
En este se exploraron las RS sobre SM en un grupo de 117 profesionales incluyendo psicólogos,
psiquiatras, trabajadores sociales y médicos, que ejercen en áreas relacionadas con la SM. Su
estrategia de análisis partió del análisis prototípico y categorial a partir de la evocación libre de
palabras, teniendo como término inductor “Salud Mental”. En el análisis prototípico se
identificaron las palabras “equilibrio y estabilidad” como constitutivas del núcleo central de la
representación y en el categorial emergieron tres categorías: dimensiones de la SM, perspectivas
de la SM e intervenciones. Según esta investigación, en las RS de los participantes se pueden
observar elementos propios de los sistemas de conocimiento experto, atravesadas por elementos
del sentido común; dicho de otro modo, la SM no es únicamente un objeto de conocimiento
científico, sino un objeto social, mediado por el saber que circula abiertamente en las interacciones
cotidianas y en los diferentes medios de comunicación.
Como se ha podido observar los estudios consultados y recopilados hasta el momento, se orientan
al análisis de las RS sobre SM y de la intervención en general, desde la perspectiva de los
participantes, denominados en algunos casos “usuarios, beneficiarios, población atendida, etc.”.
Por otro lado, se exploran las RS desde la perspectiva de los actores que intervienen
institucionalmente, ya sean profesionales del área de la salud o todo aquel que pueda estar
involucrado en el proceso de intervención siendo enfermeras(os), trabajadores sociales,
psicólogos, psiquiatras, etc. Varios de estos estudios se han realizado en contextos urbanos y en
24
un porcentaje menor, en contextos rurales, sin embargo pocos indagan la relación entre las
condiciones sociales del entorno y su influencia con las fuentes de malestar colectivo y
padecimientos mentales.
Si bien, los anteriores elementos han aportado al campo de conocimiento relacionado con la SM,
se identifica un vacío de información que permita explorar y comprender las Representaciones de
las personas sobre la ICSM, más allá de los conceptos salud/enfermedad. Cabe señalar que al
parecer, poco se han explorado los significados, experiencias y representaciones de quienes
habitan un territorio concreto pero, desde una posición de liderazgo/actor comunitario, desde la
cual promueven acciones en el territorio encaminadas al bienestar colectivo, desde el cuidado, el
arte y la cultura, los deportes, la educación etc., reconociendo que todas estas acciones aportan y
podrían considerarse intervenciones comunitarias en SM, aunque no se explicitan dichos
conceptos en los discursos y RS de ellos mismos, de los profesionales o de los ciudadanos que se
benefician de dichas acciones.
Por estas razones, en el campo de la acción profesional de Trabajo Social tiene sentido una
pregunta de investigación acerca de ¿Cuáles son las representaciones sociales sobre intervención
social comunitaria en salud mental que tienen actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali?, porque se hace imprescindible dar lugar a las
voces de los líderes comunitarios de contextos urbanos y rurales, para que desde sus experiencias
puedan aportar muchos elementos para la construcción de las intervenciones sociales comunitarias
en la ciudad.
25
Capítulo 3. Consideraciones Metodológicas
Objetivo general: Explorar las representaciones sociales sobre intervención comunitaria en salud
mental de actores comunitarios de la Comuna 13 y el Corregimiento de La Buitrera de la ciudad
de Cali.
Objetivos específicos:
Identificar la información sobre ICSM de actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali.
Describir las actitudes hacia la ICSM de actores comunitarios de la Comuna 13 y el
Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali.
Caracterizar el campo de representación sobre ICSM de actores comunitarios de la Comuna
13 y el Corregimiento de La Buitrera de la ciudad de Cali.
Estudiar las RS de las intervenciones comunitarias en SM, implica un posicionamiento desde una
perspectiva epistemológica hermenéutica, que acepta una visión sobre la construcción social de la
realidad. En este caso, se concibe la realidad social como el resultado de un proceso interactivo
donde se da una negociación para la construcción, se reconoce la complejidad de los procesos
comunicativos e interacciónales y su estrecha relación con el comportamiento de los sujetos
(Cifuentes, 2011), enmarcados en condiciones socio históricas concretas.
26
uso de lenguajes que posibilitan el compartir de experiencias, acumulando y organizando
informaciones que se transmiten de generación en generación.
El medio cultural en que viven las personas, el lugar que ocupan en la estructura social, y
las experiencias concretas con las que se enfrentan a diario influyen en su forma de ser, su
identidad social y la forma en que perciben la realidad social. (p.14)
En la misma línea, se acude a los planteamientos de Banchs (2000), quien resalta que para emplear
la teoría de las RS, el investigador da una orientación de acuerdo con el objeto de investigación y
sus intereses. De esa manera la misma autora plantea que se puede escoger entre dos enfoques
principales para el estudio de RS: procesual y estructural. En cuanto al enfoque procesual indica:
En ese sentido, los estudios desde el Enfoque Procesual tienen como objetivo comprender la
relación entre los hechos particulares que permiten la construcción de una representación
específica, donde los significados que se atribuyen a un hecho se conectan con el trasfondo
cultural, histórico y contextual (Banchs, 2000).
Por otro lado se encuentra el Enfoque Estructural que tiene como fin comprender la organización
y jerarquía del contenido de las RS haciendo uso de el análisis del núcleo central y sus elementos
periféricos, desarrollando explicaciones de la función de la estructura (Banchs, 2000).
Según lo expuesto esta investigación se desarrolló desde el enfoque procesual, pues el interés fue
reconocer la relación entre el contexto donde se desenvuelven los participantes y las RS, teniendo
27
en cuenta que la información, las actitudes y el campo de representación son elementos que se
analizan en el marco de lo socialmente construido por los actores comunitarios. La definición de
estas tres categorías se presentará en el capítulo 4.
Los resultados que arrojó la búsqueda de antecedentes de investigaciones similares evidencian que
si bien existen estudios relacionados con las RS sobre intervención social o sobre SM, no se
encontraron en nuestro contexto investigaciones en relación a las RS sobre ICSM desde la
perspectiva de los actores comunitarios como agentes de intervención en sus propios territorios.
Lo anterior se dio como una oportunidad para aproximarse a un rincón del conocimiento poco
explorado. Es por ello que las indagaciones de esta investigación se desarrollaron en un nivel
exploratorio-descriptivo, permitiendo la recolección de información desde un amplio panorama,
para ir delimitando poco a poco el objeto de investigación.
Como resultado de dicho proceso, las investigadoras lograron construirse un panorama de actores
variados tanto desde la institucionalidad como desde el ámbito comunitario. Sin embargo, al
28
delimitar los intereses de la investigación se establecieron criterios para la elección de los
informantes claves, buscando: 1) que fueran habitantes, es decir que “vivieran y compartieran” el
territorio, 2) que ejercieran un liderazgo comunitario al tener algún tipo de experiencia o
acercamiento en intervenciones comunitarias y vínculo con organizaciones comunitarias,
colectivos u otras formas de organización ya fuera en el sector salud, cultura, arte, educación,
deporte; 3) que estos actores tuviesen diferentes edades, incluyendo jóvenes, adultos y mayores,
con el ánimo de poder generar relaciones entre sus RS y el momento de su ciclo vital.
Como se ilustra en la siguiente tabla, se contó con la colaboración de 9 personas que amablemente
se dispusieron a hacer parte de este proceso, permitiendo a las investigadoras conocer un poco más
de su mundo a través del diálogo y la reflexión:
4
Entre 18 y 40 años Alexander Lina Felipe Leidy
Ruby Martha 5
Mayores de 40 años Carlos
Esays Blanca
Total 1 3 2 3 9
29
Inicialmente se planeó y definió una estrategia metodológica que contemplaba la utilización de
diversas técnicas como entrevistas, grupos focales e incluso talleres, puesto que las investigadoras
tenían gran interés en recoger la información de diferentes maneras. Todo ello, según la estrategia
definida permitiría recoger una amplia gama de información, razón por la cual empezaron a
construir varios instrumentos guía. Sin embargo, la planeación suele diferir de la ejecución, y de
alguna manera los tiempos, el contexto y las dinámicas del territorio fueron llevando a las
investigadoras a priorizar la recolección a través de entrevistas individuales semiestructuradas, que
finalmente permitieron recoger la información a partir del diálogo y de conversaciones
intencionadas, orientadas al cumplimiento de objetivos específicos. Según Blanchet y otros (1997,
p. 90) en Cifuentes (2011), en estos casos es la palabra la conductora que permite acercarse a
acciones pasadas, RS o el funcionamiento y organización psíquica.
Representaciones sociales
Información
Salud Intervención
Mental Actitudes Comunitaria
en SM
Campo de
Representación
Fuente: construcción propia
30
cabo acciones que para ellos se enmarcan en la ICSM, así como lo que ellos imaginan deben
contener las intervenciones realizadas por diferentes actores.
Las entrevistas se realizaron entre febrero y mayo del 2017. El registro de las entrevistas se llevó
a cabo a través de grabaciones de audio, con el consentimiento de los informantes. Posterior a ello
se realizó el proceso de transcripción de los archivos de audio en archivos de texto, de lo cual
resultó un gran volumen de información.
Una primera fase del análisis de la información recolectada se hizo a la luz de las categorías del
marco de referencia teórico metodológico, utilizando una matriz de análisis en el programa Excel
para cada una de las dimensiones de las representaciones sociales (información, actitud y campo
de representación), con filas por cada informante y las columnas “Subcategoría”, “verbatim”,
“análisis e interpretación teórica”.
31
Intervención Comunitaria Conocimientos sobre Valoración de las ICSM Problemas de las ICSM
en Salud Mental ICSM
Debido al gran volumen de información, las tablas de Excel dificultaron el manejo de la misma.
Por ello para el proceso de síntesis, se decidió trabajar con dichas matrices en archivos de Word,
elaborando una primera matriz síntesis con el resumen de los hallazgos preliminares, y a partir de
allí comenzó una nueva etapa de análisis relacionamiento de cada verbatim con anotaciones de
interpretación teórica de los datos, a la par que se realizó una nueva búsqueda y re-lectura de
referentes conceptuales y hallazgos de investigaciones previas. Todo el proceso de transcripción,
análisis, interpretación teórica y síntesis se realizó entre marzo y diciembre de 2017.
En enero de 2018, a partir de los hallazgos preliminares del estudio se preparó una jornada de
devolución y retroalimentación con los líderes comunitarios que colaboraron en la investigación.
Dicho encuentro se pensó además como una manera de agradecer y reconocer la importante labor
de los actores comunitarios en el marco de las ICSM en sus territorios. Para ello organizó una
reunión en un centro recreativo de la ciudad, en la cual se compartió un desayuno y se realizó una
dinámica de relajación y autocuidado. Posteriormente se hizo una presentación de los principales
hallazgos, se recibió retroalimentación por parte de ellos y se validó lo construido hasta el
momento. Finalmente entre febrero y agosto de 2018 se realizó la escritura del informe final de la
investigación.
Si bien, las investigadoras reconocen que el proceso metodológico ha sido una búsqueda y
experimentación constante que ha traído aciertos y desaciertos, resaltan que el camino recorrido
obedece a que la investigación cualitativa, tan rica en su manera de concebir la información, no
32
está determinada por una línea recta, no hay recetas “exactas”, pues de acuerdo a cada caso el
camino podrá ser un tanto diferente. De manera que “aprender a investigar” llevará necesariamente
a vivir la investigación desde sus satisfacciones e incertidumbres, siempre retando al investigador
a ser creativo y buscar caminos diferentes. Después de este extenso camino, es satisfactorio hacer
entrega de estos resultados.
33
Capítulo 4. Marco de referencia teórico conceptual
En este capítulo se presentan los referentes teórico-conceptuales sobre los cuales se fundamentó
la lectura interpretativa de los datos arrojados para responder a la pregunta de investigación acerca
de las RS sobre la ICSM de actores comunitarios pertenecientes a la Comuna 13 y al Corregimiento
de La Buitrera.
Por ello se busca comprender las RS sobre la ICSM de los actores comunitarios desde un marco
que permita la indagación de situaciones, contextos, particularidades, percepciones, narrativas,
motivaciones, interioridades, así como intenciones que se configuran y reafirman en la vida
cotidiana de los actores.
En este caso, el que las investigadoras como “sujetos que buscan conocer”, formen parte del
contexto en que se investiga, puesto que han habitado estos dos territorios, pero además que
tuvieron la oportunidad de desarrollar su práctica académica de Trabajo social allí, son hechos
que permiten que “la vivencia y el conocimiento del contexto, así como experiencias y relaciones,
se consideren como una mediación esencial en el proceso de conocimiento” (Cifuentes, 2011, p.
30).
34
De esta manera, las RS sobre la SM que tienen los actores comunitarios se construyen en los
procesos de interacción y socialización que han vivido, los cuales, según Araya (2002) se nutren
de “contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos” (p. 27), que orientan la conducta de las personas
y las formas de organización y comunicación. Estas representaciones se manifiestan a través de
sistemas cognitivos, en donde se encuentran estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas.
Hacer alusión a las RS implica pensar el debate histórico-conceptual que se ha dado en relación a
la construcción de dicha teoría. En el origen del debate se encuentra Durkheim (1898), quien
propuso el concepto de “representaciones colectivas”, las cuales define como categorías abstractas
que se producen de forma colectiva y que forman el bagaje cultural de una sociedad.
Posteriormente Serge Moscovici (1961), con su obra La psychanalyse, son image et son public en
1961, toma como punto de partida el concepto de representación colectiva para su investigación
sobre las RS. En la publicación de 1976 introduce aportes conceptuales de los teóricos Berger y
Luckmann, incluyendo postulados con los cuales se empieza a vislumbrar el enfoque desde el cual
las RS aportan una perspectiva más para pensar la construcción social de la realidad. Sin embargo,
la investigación de este autor tiene poco impacto, y no es sino hasta los años 80 que se comienzan
a generalizar los estudios sobre RS y a desarrollar la noción dando lugar a un espacio propio para
una teoría de las RS (Moviñas, 2002).
Es hasta el año 1979 que Moscovici plantea que existen grandes diferencias entre el concepto de
RS y representaciones colectivas, definiendo las RS como:
35
organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los
hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una
relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación (Moscovici,
1979, p. 17-18).
Se pueden hallar diversas propuestas conceptuales al hablar de RS. Esto tiene que ver, según Araya
(2002) con el hecho de que existe cierta facilidad para captar las RS, es decir, en un primer
momento, pero su definición conceptual no encara la misma facilidad debido a la complejidad de
los fenómenos de los que da cuenta. Se exponen a continuación diversas propuestas que han
surgido a lo largo del tiempo y que pretenden dar cuenta y a la vez, esclarecer la complejidad del
concepto.
Según autores como Ibáñez y Banchs en Araya (2002), el concepto de RS es complejo en la medida
en que articula diversas características que se integran en una sola unidad, de esta forma las RS
involucran varios aspectos en niveles micro (donde se encuentra la experiencia personal), meso
(donde se encuentran los grupos a los que pertenecen las personas) y el nivel macro (el sistema
cultural en que se desenvuelven las personas y la sociedad.
Por otro lado, la autora Jodelet (1984) considera que la noción de representación social involucra
dos dimensiones, entre ellas lo psicológico o cognitivo y lo social, argumentando que las personas
conocen la realidad que les rodea mediante explicaciones que construyen a partir de procesos de
comunicación y del pensamiento social. Así para Jodelet (1984) las representaciones sociales son:
36
personas, situarnos respecto a ellas, responder a las preguntas que nos plantea el mundo,
saber lo que significan los descubrimientos de la ciencia y el devenir histórico para la
conducta de nuestra vida, etc (Jodelet,1994. p.473).
Apoyada en esta idea, Araya (2002) plantea que las RS son las formas de sintetizar dichas
explicaciones, convirtiéndose en un tipo de conocimiento específico denominado el “conocimiento
del sentido común”, este es un conocimiento construido y compartido socialmente (p.11).
Jodelet (1984), señala que las RS son una forma de conocimiento que tiene un carácter colectivo
e individual, posicionándolas en dos universos teóricos relacionados con las determinaciones
sociales y con la conceptualización. También plantea que dichas representaciones articulan
campos de significaciones múltiples, y pueden integrar aspectos provenientes de diferentes fuentes
que van desde la experiencia vivida hasta la ideología reinante.
El conocimiento del sentido común que tienen las personas se construye entonces, a partir de las
experiencias propias y de las informaciones y modelos de pensamiento que se reciben a través de
la sociedad, de la interacción que establece con otros y otras. Desde esta perspectiva, las RS surgen
como un proceso elaborado mental e individualmente y de forma compartida, donde se tienen en
cuenta las historias de las personas, sus experiencias y construcciones personales propiamente
cognitivas (Banchs, 2000). Araya (2002) al recoger los aportes teóricos de otros autores plantea
que en definitiva las RS:
37
Dimensiones de las representaciones sociales
Las RS son una forma particular de conocimiento en el cual se puede aludir a un proceso y a un
contenido, constituyendo un universo de creencias en el que se pueden observar tres dimensiones:
la información, la actitud y el campo de representación (Moscovici, 1979).
En la dimensión informativa de las RS el contexto y la cultura juegan un papel relevante para dar
origen a dicha información. Aquí es donde se encuentran la variedad de datos o explicaciones
sobre la realidad que las personas construyen en sus relaciones cotidianas. En el análisis de esta
dimensión se deben tener en cuenta las fuentes de donde surge la misma, pues es distinto obtener
cierta información a partir de una experiencia personal a obtenerla a partir de los medios de
comunicación. Según Araya (2002) la información:
Concierne a la organización de los conocimientos que tiene una persona o grupo sobre un
objeto o situación social determinada. Se puede distinguir la cantidad de información que
se posee y su calidad, en especial, su carácter más o menos estereotipado o prejuiciado, el
cual revela la presencia de la actitud en la información. (…) hay que considerar que las
pertenencias grupales y las ubicaciones sociales mediatizan la cantidad y la precisión de la
información disponible. (Araya, 2002, p.40)
La dimensión de actitud tiene que ver un poco más con las conductas y por tanto las acciones de
las personas entorno a un tema. Es la dimensión más evidente en las RS. Se debe tener en cuenta
que el origen de este concepto es psicológico y aunque se usa en el campo social no necesariamente
ofrece una estructura dinámica como el de las RS, (Araya, 2002). Aclarando lo anterior se entiende
por actitud:
38
representaciones y se halla siempre presente aunque los otros elementos no estén. Es decir,
una persona o un grupo puede tener una reacción emocional sin necesidad de tener mayor
información sobre un hecho en particular. (Ibáñez citado en Araya, 2002, p.45)
En la misma línea, autores como Morales y Rebolloso (1996) citando a Fazio (1989),
conceptualizan la actitud como una evaluación con relación a determinado objeto, en la cual se
movilizan emociones producto de experiencias. De esta manera la configuración de la reacción-
acción hacia el objeto tendrá que ver con los significados que se atribuyen al objeto de
representación de acuerdo a la postura que se adopte con base a la información recibida. (Cuevas,
2016. p.122).
Finalmente se encuentra el campo de representación, el cual según Araya (2002) es una de las
dimensiones más interesantes e importantes de las RS. Esta dimensión se refiere a:
Como se puede observar esta es una de las dimensiones más difíciles de captar en términos de las
representaciones, y según la misma autora es la dimensión que se debe impactar cuando se quieren
generar cambios sociales. Dentro del campo de representación encontramos algunos conceptos
afines como lo son las opiniones, creencias, estereotipos y valores.
En cuanto a la opinión Según Moscovici (1979, citado por Araya 2002) plantea que:
La opinión es una fórmula socialmente valorizada a la que las personas se adhieren y, por
otra parte, una toma de posición acerca de un problema controvertido de la sociedad o de
objetos sociales cuyo interés es compartido por el grupo. La opinión propicia la utilización
de conceptos; no obstante, ella no es el origen de tales conceptos porque los significados
que los originan provienen de las R S que se confrontan en el contexto de la comunicación
y la divergencia. (Moscovici 1978, citado en Araya, 2002 p.48)
39
Según ideas de la misma autora hay una gran diferencia entre opinión y RS, pues la primera solo
informa sobre las reacciones que tienen las personas frente a determinados temas, como una toma
de posición frente a algo, las RS en cambio toman en cuenta el contexto, los criterios que toman
las personas para tomar determinada posición y los conceptos que subyacen a dicha opinión. En el
estudio de las RS se consideran las relaciones y las interacciones sociales, pues es en estas donde
se dan los cambios de opinión de las personas frente a diversas circunstancias (Araya, 2002).
Por otro lado se encuentran las creencias, otro de los elementos que conforman el campo de la
representación. Sin embargo se debe aclarar que los estudios sobre creencias no implican
necesariamente que se estén estudiando las RS:
Como una categoría más del campo de representación se encuentran los estereotipos. Estos se
generan en el origen de la representación, sin embargo existen diferencias entre las RS y los
estereotipos:
Los estereotipos son categorías de atributos específicos a un grupo que se caracterizan por
su rigidez. En este sentido son más dinámicas las Representaciones Sociales pues éstas se
modifican constantemente en la interacción diaria de las personas. Asimismo la
Representación Social se diferencia de los estereotipos por su función: los estereotipos son
el primer paso en el origen de una representación; cuando se obtiene información de algo
o de alguien se adscribe en el grupo o situación a las cuales ese grupo o situación pertenece,
o sea los estereotipos cumplen una función de “economía psíquica” en el proceso de
categorización social. (Araya, 2002, p. 45)
40
Finalmente se puede decir que conocer las RS de las personas sobre la ICSM en este caso, implica
explorar estas tres dimensiones en las cuales habrá que indagar lo que las personas saben
(información), lo que las personas creen e interpretan (campo de la representación) y la forma en
que actúan (actitud).
En ese sentido, la intervención tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de la
población, siendo las personas afectadas protagonistas de dicho cambio y para ello es necesario
detectar, conocer, abordar, trabajar con las necesidades, aspiraciones, problemas o temas de interés
para la comunidad, teniendo en cuenta elementos e interrelaciones entre territorio, población,
recursos y demandas, dinámica y relaciones de poder (asimetrías) (Malgesini, 2003).
1
De la perspectiva de Bermúdez también es importante tener en cuenta la noción de Intervención social como un
campo de fuerzas en pugna en el que interactúan diferentes actores en unas correlaciones de poder, que determinan
los discursos y los cursos de acción sobre los objetos / sujetos de intervención. Esta noción es muy útil para
comprender la ICSM como un campo de fuerzas en pugna en el que circulas diferentes discursos y acciones entre
diferentes actores sociales.
41
En resumen, se entenderá la intervención comunitaria como un proceso social organizado, por
medio del cual, teniendo en cuenta un conjunto de expectativas, necesidades y recursos emergentes
en la base de una comunidad, se pretende orientar acciones que respondan a dichas necesidades
con el fin de aportar a la transformación social y a la reivindicación de los derechos de los sujetos
pertenecientes a ésta, reconociendo principalmente que son ellos mismos, agentes de su propio
cambio.
Este proceso conocido como desinstitucionalización, provocó que muchos hospitales que
funcionaban bajo el modelo manicomial, fueran cerrados hacia los años 50 para dar apertura a un
modelo de atención comunitaria que permitiría la reducción de pacientes crónicos en los hospitales
de psiquiatría y que por el contrario, pasarían a ser atendidos bajo alternativas de servicios de SM
comunitarios. (OMS, 2003).
42
Committee on Mental Hygiene fue reemplazado por la World Federation for Mental
Health. (Bertolote, 2008, p.114)
Lo descrito hasta aquí, permite comprender, cómo el concepto de SM se construyó en una época
en la que la principal prioridad era instaurar un cambio al modelo de atención basado en la atención
psiquiátrica.
En los años posteriores, se siguen realizando diferentes encuentros en los que se critica el modo
de atención psiquiátrica y se propende porque se ofrezcan modelos alternativos de tratamiento de
las enfermedades mentales como parte de los programas de salud pública. Fue entonces que para
el año 1969 en el Grupo de trabajo sobre administración de servicios psiquiátricos y de salud
mental convocado por la Organización Panamericana de la Salud (44 participantes, 22
observadores, 22 países de América Latina y el Caribe) se recomendó que:
43
En los años posteriores, se empiezan a implementar modelos demostrativos de la SM comunitaria
con el apoyo de la OPS/OMS en países como Honduras, Brasil, Chile, Panamá, Colombia y Perú.
Sin embargo, hasta en 1990 en la Conferencia de Caracas se expide la Declaración, por medio de
la cual se enfatiza en que “la atención convencional, centrada en el hospital psiquiátrico, no
permitía alcanzar los objetivos compatibles con una atención comunitaria, descentralizada,
participativa, integral, continua y preventiva” (OPS, 2016, p. 15). Este hecho marca un precedente
importante en la configuración de la SM, pues aunque no se desliga de la enfermedad o trastorno
mental, se empieza hablar de prevención, de una atención comunitaria integral y participativa, así
como a hacer parte de la agenda gubernamental de los países de la Organización Panamericana de
la Salud.
Cabe resaltar, que paralelo a los cambios que se fueron dando a nivel mundial frente al tema de la
SM, en Colombia, hacia el año de 1998 se crea la primera Política Nacional de SM, posterior a
ello en el año 2013 se crea la Ley 1616 de SM, a partir de la cual se entiende ésta, como “un
derecho, prioridad y asunto de interés Nacional” (Ministerio de Salud y Protección Social, 2014,
p.2).
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la SM se entiende como “un estado de bienestar
en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones
normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una
contribución a su comunidad” (OMS, 2013.p.7) Por su parte, Ortiz (2015) amplía el concepto ya
44
que entiende la SM como la forma en la que se busca mantener el equilibrio integral en la relación
que se tiene con el cuerpo, en lo psicológico, que comprende los pensamientos, emociones,
sentimientos, conductas y comportamientos. De igual forma en lo espiritual, donde se ubican las
creencias ideologías, cosmovisiones y religión. Al mismo tiempo, comprende una dinámica
externa que abarca el área social, donde se ubica la relación con la familia, los amigos, pares,
pareja, grupos, comunidad y sociedad en general. En lo espacial, que comprende la relación con
el entorno y el medio ambiente y finalmente en lo local y temporal, es decir, dentro de un contexto
socio histórico.
Por otro lado, para aproximarse a un concepto sobre SM comunitaria, las investigadoras se basan
en los planteamientos de Gaviria y Munera (2013) para quienes la SM es una condición
fundamental para el desarrollo de los individuos como seres sociales y productivos y por ello, del
bienestar general de las personas, las sociedades y los países (p.11). En este sentido, las autoras
dicen que es necesario que la concepción actual de SM trascienda de:
Desde una visión positivista, exponen que la SM comunitaria está condicionada por diferentes
factores que pueden aportar al mejoramiento de aspectos relacionados con:
45
constructivas y sentimientos que favorezcan el establecimiento de relaciones satisfactorias
y procesos de solidaridad. (Gaviria y Munera, 2013. p.8)
Se puede entender entonces que según dichas autoras, la SM comunitaria se desarrolla teniendo en
cuenta los siguientes ámbitos:
- “El ámbito de las vivencias subjetivas (de bienestar y sus múltiples causas). Relacionada con la
forma de relacionarse consigo mismo desde sus deseos, habilidades, ideales, creencias,
sentimientos, entre otros (p.11).
-El ámbito de las relaciones personales y sociales. (intersubjetividad). Relacionado con la forma
y posibilidad de encuentro con otros (p.11).
-El ámbito de la relación con lo otro: el medio ambiente y el entorno sociocultural” (p.11)
Finalmente, se exponen los planteamientos de Silvia Berman (citada en Oramas, 2006) quien
menciona que “la salud mental consiste en el aprendizaje de la realidad para transformarla a través
del enfrentamiento, manejo y solución integradora de conflictos, tanto internos de los sujetos como
los que se dan entre él y su medio” (p.34). En un sentido similar, se puede observar lo que dice la
autora en la manera en que los líderes hacen frente al diario vivir, desarrollando capacidades que
permiten resolver dichos conflictos como se verá más adelante.
Gómez del Campo (1991) por su parte, cuestiona que en muchos casos se de por sentado que los
servicios de salud deben impartirse de manera tradicional en su relación médico - paciente. En ese
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sentido, presenta esta crítica como un punto de innovación del movimiento de la Salud Mental
Comunitaria.
Es precisamente en ese ir y venir de alternativas frente a la forma en la que se pueden abordar las
intervenciones en relación a la SM, en la que surge el concepto de SM comunitaria, un concepto
que desde ambos autores se centra en la importancia de los factores socioambientales que afectan
el bienestar físico y psicológico de los sujetos dentro de un contexto comunitario, pero donde estos
son asumidos como sujetos activos de transformación social, siendo este un aspecto clave en la
SM comunitaria (Bang, 2014). En la misma línea, haciendo alusión a la ICSM, Del Cueto (2014)
menciona que:
Por otro lado, la SM comunitaria puede entenderse como el medio alternativo por medio del cual
los diferentes actores que conforman la comunidad, crean estrategias de subsistencia y
permanencia para salir avante de los problemas que se les presentan en su diario vivir (Bang,
2010).
Para Bang (2014) citada en Montero (2004), la intervención comunitaria con relación a la SM,
tiene por objetivo fortalecer y acompañar procesos de transformación a nivel grupal y comunitario.
Para esta autora, “la creatividad, la escucha y la disponibilidad son herramientas fundamentales en
la tarea que se propone dar lugar y partir de los diversos saberes comunitarios, para poder tejer
alternativas a las problemáticas de salud planteadas” (p. 116). Lo anterior, entendiendo que cada
territorio es singular y por ello, los dispositivos deben ser flexibles y permeables para “generar
intervenciones que puedan incluirse en la red comunitaria ya existentes” (p.116).
Finalmente, tomando los planteamientos de Del Cueto (2014) desde una propuesta de ICSM se
contempla el trabajo con grupos de todo tipo, “naturales, institucionales, autogestivos,
47
comunitarios, de chicos, de viejos, de jóvenes, de mujeres, etc”. A su vez, Bang (2014) menciona
que para este tipo de intervenciones se deben tener en cuenta la importancia de aplicar tiempos
prolongados de intervención, la permanencia en el territorio, la generación de vínculos de
confianza con las personas que habitan el territorio y el conocimiento progresivo de sus
características y problemáticas, entendiendo que todo lo anterior se constituye en un gran desafío.
Para iniciar, es importante mencionar que el concepto de actor no se refiere a cualquier grupo de
individuos, sino al sujeto que actúa, y que requiere de unos mínimos para obtener tal calificativo.
Para Giddens (1979), citado en García (2006):
La actuación del actor tiene cuatro características definitorias: (i) es una intervención
intencionada, aunque sea inconsciente, (ii) sobre la que el sujeto puede reflexionar y de la
que es responsable, (iii) que depende no tanto de las intenciones del sujeto cuanto de su
capacidad y (iv) que no está determinada sino que es “contingente y variable”, en el sentido
de que el actor tiene la posibilidad de actuar de otra manera. (García, 2006.p.5)
Por tanto sólo puede considerarse actor a aquella persona que sea capaz de tomar decisiones porque
cuenta con medios identificables para hacerlo, y dentro de esta toma de decisiones está el poder
con el que se cuente para realizar determinada acción intencionada. Entendiendo lo anterior, nos
enfocaremos en definir qué es un actor institucional y qué un actor comunitario.
Desde los planteamientos de Scharp (1997) citado por García (2006) se comprendió que el actor
institucional es aquel que actúa según su unidad de referencia, es decir que no actúa en nombre
propio sino en el de otras unidades más complejas como lo son la familia, la empresa, el partido
político, etc., de las que él hace parte y desde donde asume un determinado rol (García, 2006). En
ese sentido, las instituciones dentro de los territorios intervenidos se asocian con una organización
clara y una figura pública de referencia para la población, es por esto que en resumen, el actor
48
institucional dentro del contexto comunitario es aquel que por medio del trabajo en la comunidad
actúa bajo su unidad de referencia que sería la institución, entendiéndose ésta bajo la modalidad
de colegios, hospitales, puestos y centros de salud, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF), comisarías de familia, estaciones de policía, entre otras. (García, 2006).
Por otro lado, el actor comunitario se entendió como el sujeto que es capaz de integrarse con otros
con los que desarrolla acciones conjuntas con el fin de lograr un objetivo común (García, 2006),
este tipo de actor, actúa consistentemente en preservar su autonomía y asegura su sostenibilidad
en el tiempo. Para este caso, son las formas asociativas más representativas de los habitantes del
territorio, y en las cuales las actividades se focalizan en el mejoramiento de las condiciones de vida
existentes, las cuales actúan de manera organizada y bajo unos intereses comunes; como por
ejemplo líderes comunitarios, integrantes de asociaciones de usuarios de servicios de salud,
miembros de las Juntas de Acción Local (JAL) y Juntas de Acción Comunal (JAC), grupos de
jóvenes, integrantes de organizaciones de base comunitaria y en general, personas interesadas en
aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad en la que habitan.
Para comprender el lugar y contexto desde el cual los actores construyen sus representaciones
sociales sobre la intervención social comunitaria en SM, se hace necesario indiscutiblemente
hablar de territorio. Gil y Alcover (1999), expresan que el territorio alude a una zona geográfica
determinada en la cual las personas, grupos y comunidades desarrollan sus actividades de forma
habitual, este territorio puede tener con el paso del tiempo, un significado especial que es
compartido por las personas. A su vez, este concepto es complementado con el concepto de
comunidad de Krause (2001) para quien este, incluye tres elementos imprescindibles como son: la
pertenencia, la interrelación y una cultura común.
Citando a Sarazon (1974), Sánchez Vidal (1996) y Sawaia (1999), Krause define la pertenencia
como la dimensión subjetiva que permite a la persona sentirse “parte de” o “identificado con”, es
decir que hace referencia a la similitud de lo que se comparte con otros como: ideas, valores,
problemáticas, propósitos y metas, es aquí donde se constituye la identidad grupal. Por otro lado,
la interrelación se refiere a mutua dependencia e influencia que existe entre varios sujetos para
49
poder conformar la comunidad, en este aspecto, la comunicación cobra gran importancia, así como
los significados coordinados que existan entre todos. Finalmente con el elemento de cultura
común, se refiere al sistema de símbolos compartidos (Wiesenfeld 1994) y a la red de significados
compartidos (Geertz 1977), es decir que se comparte en cierto grado la forma de ver el mundo y
la interpretación que se le da a la vida cotidiana, para Krause la comunidad debe contener RS
propias y por lo tanto interpretaciones compartidas de la vida en comunidad.
“forma ordenada y estratificada de organizar los recursos para satisfacer las necesidades de la
población” (p.12). Estas necesidades “no pueden verse en términos de servicios prestados, sino en
el de los problemas de salud que se resuelven (p.12)”. Para una mayor comprensión, Vignolo
(2011) clasifica los niveles de atención en 3 momentos que son:
Primer nivel: Se considera como el más cercano a la población. Los recursos se organizan
para permitir resolver las necesidades de atención básica y más frecuente, como las
actividades de promoción de la salud, prevención de la enfermedad y por procedimiento de
recuperación y rehabilitación. Es la puerta de entrada al sistema de salud. Cuenta con
establecimientos de baja complejidad.
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tecnología. Su ámbito de cobertura debe ser la totalidad de un país, o gran parte de él (p.
12).
51
Capítulo 5. Hallazgos sobre Información acerca de las Intervenciones
Comunitarias en Salud Mental
El objetivo de este capítulo es presentar la información identificada sobre ICSM; sin embargo, se
explicitan algunos hallazgos sobre la información que los actores comunitarios pertenecientes a la
Comuna 13 y el corregimiento de La Buitrera tienen frente a la SM. Para cumplir esto ha sido
necesario indagar la variedad de conocimientos, datos o explicaciones sobre SM que han
construido los informantes a lo largo de sus experiencias como líderes comunitarios. Esto, teniendo
en cuenta las contribuciones de Jodelet (1984), quien entiende la información como una de las tres
dimensiones que componen las representaciones sociales, donde se da un proceso de recolección
y organización de los conocimientos específicos, entre el gran universo de conocimientos, que
tienen los sujetos sobre una situación social determinada.
En coherencia con lo anterior, la búsqueda de información que pudiesen tener los actores
comunitarios sobre el tema en mención, se llevó a cabo a partir del reconocimiento de sus historias
de vida, sus pensamientos, sus maneras de relacionarse, así como su participación en espacios
próximos a la ICSM, encontrando que la información brindada por los actores fue diferente en
calidad y cantidad. Esto, según Araya (2002) tiene que ver con las pertenencias grupales y la
inserción social de los actores, factores que se deben tener en cuenta en el análisis del acceso a la
información que tienen los sujetos con relación al objeto social, en este caso, la SM y la ICSM.
52
Esquema 2. Categoría información relacionada con SM e ICSM
53
5.1 Conocimientos sobre salud mental
Es así cómo se encuentran manifestaciones por parte de los líderes en las cuales la SM tiene
que ver con un estado de “locura”, “enfermedad mental”, o trastornos como la
“bipolaridad”, entre otros:
“Siempre que uno habla de salud se imagina que está enfermo y la palabra mental
suena a loco, ¿no?, si usted dice " buena salud mental" yo entiendo que sus
pensamientos son válidos. Mala salud mental, uno piensa que es una persona que no
actúa a partir de lo que le enseñó la sociedad.” (Carlos, 66 años, Buitrera).
54
“Tengo entendido que la salud mental es algo que tiene que ver con las personas que
de pronto no están bien de la cabeza, ósea en cierto sentido, como que hacen lo que
hacen porque les falta un cable.” (Felipe, 25 años, Buitrera)
“Tiene que ver con personas que tienen problemas psicológicos, como trastornos,
como de bipolaridad, que están locos, la verdad no lo tengo muy claro”. (Lina, 26
años, Comuna 13)
Sin embargo, como se mencionó desde un principio, las informaciones que han obtenido los
líderes acerca de la SM son variadas, de esta manera se encuentran actores que han recibido
informaciones desde las cuales la SM tiene que ver con un estado de sentimientos positivos
hacia otras personas y hacia sí mismo, de esta manera la SM vista desde estos actores se
desarrolla desde una dimensión personal que implica la relación con los otros, así como su
relación con el entorno:
“Cuando uno tiene esos rencores con la gente el daño se lo hace uno mismo... va
sintiendo como que no vale nada la persona y es muy fácil caer o en depresión o
dejarse manejar por otros y caer en la sustancia spa. (R, mujer, 66 años, Comuna
13).
En este caso se observa que la información recibida permite construir conocimientos desde
los cuales se enmarca la importancia de establecer y mantener relaciones armónicas, lo que
a su vez permite que las personas “abriguen sentimientos positivos, de felicidad y autoestima,
así como aptitudes para amar y relacionarse adecuadamente” (Gaviria y Munera, 2013, p.10).
Es posible apreciar que la información con la que cuenta esta lideresa se refleja en el concepto
de bienestar psicológico, que según Oramas y Santana (2006) es “un indicador positivo en
términos SM, que se refiere a la relación del sujeto consigo mismo y su medio…” (p.36) y
está conformado por diferentes variables, entre ellas “la autoestima, vista como un
componente afectivo... que consiste en la apreciación y valor que se concede el sujeto a sí
mismo, que se expresa en el grado en que se quiere y se acepta” (Oramas y Santana, 2006,
p.36).
55
Algunos líderes exponen que la SM está directamente involucrada con condiciones
personales, relacionales y contextuales. En consecuencia la riqueza de sus explicaciones
traspasa el ámbito personal, transversalizando la importancia de la SM a ámbitos que abarcan
todas las dimensiones de la vida, incluyendo la participación comunitaria y los lazos de
cooperación en las comunidades. También se observa que los informantes reconocen la
existencia de estereotipos o prejuicios en los discursos cotidianos de otras personas, cuando
se habla de SM:
“La salud mental es estar bien mentalmente, si estás bien mentalmente puedes hacer
cosas, tener participación. Cuando uno dice “salud mental” la gente siempre
referencia que son enfermos mentales y no es así. Si yo tengo salud mental me
preocupo por ayudar a otro, por estar bien, me preocupo por mi contexto”
(Blanca, 48 años, Buitrera)
Por un lado la informante apunta que el estar bien mentalmente permite la participación,
una condición necesaria, según Bang (2010) para la ICSM. Por otro lado está el preocuparse
por ayudar a otro, que tiene que ver con la transformación de los lazos comunitarios hacia
vínculos solidarios; finalmente la preocupación sobre el propio contexto que se relaciona
con la constitución de la propia comunidad como sujeto activo de transformación de sus
realidades.
“Si usted tiene sus necesidades básicas (satisfechas), difícil que llegue allá
(refiriéndose al hospital psiquiátrico), y sobre todo si del tiempo libre se está
haciendo buen uso también se evita que la persona llegue allá, la desocupación es lo
que lo lleva a pensar, a cavilar, a decir... por eso si se está pensando en el deporte
eso aporta a la salud mental” (Ruby, 68, entrevistada, comuna 13, 2017).
56
Para algunos actores se concibe la SM como “parte de un todo”, una dimensión que es tan
importante para el desarrollo integral del ser humano como la dimensión social, espiritual,
biológica y ética. Sin embargo, también se reconoce que, debido a la existencia de prejuicios
o estereotipos que asocian dicha dimensión con locura, la SM ha sido una dimensión
“relegada”:
“Para mí, la salud mental abarca todo. Si no estás bien económicamente la mente
está trabajando; si no vas al médico, tienes una enfermedad y no haces el deber de ir
al médico, el pensar en esa enfermedad te va a distorsionar la mente; si tienes un
problema en tu casa con un hijo también vas a estar pensando y pensando. Si uno no
sabe manejar el estrés, la rabia y la angustia, la salud mental se deteriora. Usted no
está loca, simplemente tiene algo que ver con la mente, con los nervios, se altera muy
fácil” (Martha, 58 años, Buitrera).
57
Finalmente como se puede ver, se hallaron elementos en los discursos de algunos actores que
comprenden la SM como un estado que "abarca todo”, en el cual surge una relación directa
entre la dimensión mental y física, generando efectos positivos o negativos en diversas áreas
de la vida de las personas.
Hasta aquí la discusión ha permitido observar que los actores a partir de sus relaciones y
fuentes de referencia, han accedido a variedad de informaciones que los lleva a construir una
serie de conocimientos sobre SM. A continuación, se exponen los hallazgos en lo que se
refiere a conocimientos sobre ICSM que tienen los actores de los dos territorios objeto de
estudio. Para dar cuenta de dicha información se exploraron conocimientos relacionados con
las intervenciones comunitarias, actores institucionales y comunitarios partícipes de estos
procesos, así como estrategias, programas y proyectos que trabajan por la SM en su territorio.
Lo anterior, teniendo en cuenta que en los procesos de intervención social, son precisamente
las personas afectadas quienes se convierten en protagonistas de dichos cambios, cuando se
preocupan por conocer sus problemáticas y trabajar por estas aprovechando sus
potencialidades y recursos. (Malgesini, 2003)
Con relación a lo dicho por Malgesini (2003), se encuentra que al preguntar a los actores
comunitarios sobre sus conocimientos acerca de la ICSM, estos expresan ideas construidas
desde sus propias experiencias de trabajo comunitario, así como desde el acercamiento que
han tenido con otros actores que también se desenvuelven en el campo de la intervención
comunitaria en el territorio. En ese sentido se puede ver que existen unos conocimientos
sobre la intervención comunitaria en términos generales, que se refieren a las acciones
encaminadas a transformar situaciones o problemas colectivos, a través de la identificación,
planeación y ejecución de acciones conjuntas. Dichos conocimientos son la puerta de entrada
para poco a poco ir descubriendo lo que tiene que ver con conocimientos sobre ICSM, la cual
tiene que ver con acciones de promoción de la salud, que buscan generar cambios en los
comportamientos de las personas, con el ánimo promover prácticas de autocuidado y cuenten
58
con la información necesaria para que puedan buscar mecanismos que les permita atender
sus necesidades en términos de SM.
En lo hallado se manifiesta nuevamente, que, así como existen informaciones variadas sobre
la SM, también existe información diversa sobre la ICSM. Al preguntar a los informantes
sobre instituciones o actores que realizan ICSM en el territorio, se encuentra que la
intervención comunitaria en el discurso de algunos actores tiene que ver con el trabajo que
llegan a hacer “otros” en su territorio:
En este sentido, para esta persona concretamente la información que se ha construido sobre
la ICSM está ligada al trabajo que “vienen” a hacer unos sujetos externos a la comunidad.
Desde una mirada antropológica, el análisis del “otro” en la intervención social, recuerda que
es necesario hacer una reflexión permanente sobre las relaciones que se establecen en la
intervención, teniendo en cuenta que aquello que "nosotros" somos y lo que el "otro" es
depende del contexto, y está condicionado por diferencias que se resaltan, se actualizan (o se
niegan) en función de los intereses de los colectivos, en el marco de relaciones marcadamente
desiguales (Ranedo, 2000).
Sin embargo, desde la mirada de otros participantes de esta investigación se reconoce que, las
intervenciones comunitarias en SM no sólo son realizadas por actores externos,
institucionales, sino que personas de la comunidad desde sus experiencias, aprendizajes y
procesos de autogestión también llevan a cabo intervenciones relacionadas con la SM:
“Por lo menos Iris tiene una fundación… ahí tenía personas con enfermedad mental
trabajando. Ella trabaja con salud mental, pero no desde la institución, sino desde
ella, hace muchas cosas y muchos trabajos como manualidades para que la gente
esté ocupada”. (Ruby, 66 años, Comuna 13).
Otra mirada de la ICSM está más relacionada con el quehacer, donde se dan respuestas de
ayuda, apoyo, compañerismo, familiaridad, reconocimiento, entre vecinos de un mismo
barrio o sector:
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“Es ayudar a las personas que no tienen una dirección o que necesitan de un apoyo,
¿ya?, eso es trabajo comunitario, poder darle a mi vecino, a mi compañero, a mi
amigo, apoyarles” (Blanca, 48 años , Buitrera).
En cuanto a los programas, los proyectos y las organizaciones que hacen o han hecho sus
aportes en el campo de la SM, los y las entrevistadas reconocen lo siguiente:
“La fundación de "A lo bien", estuvo trabajando con unos jóvenes (integrantes de
pandillas) y supuestamente habían hecho un pacto donde no iba a haber problemas
con nadie. Sus acciones aportaron a la Salud Mental de las personas porque hubo un
tiempo en el que el barrio estuvo calmado, donde todo el mundo transitaba el barrio
y no había problema, donde usted andaba tranquilo, la gente vivía en armonía. Todo
el mundo vivía feliz de saber que ya podían pasar para allá y no les iba a pasar nada,
saber que no iba a haber balaceras…” (Lina, 26 años, Comuna 13).
En este caso es evidente que, el trabajar con los jóvenes que hacen parte del conflicto, para
transitar libremente por las calles, sentir en el barrio la sensación de seguridad, vivir en
armonía, entre otros aspectos, son aportes a la SM de su comunidad. Es decir que las ICSM
se dan en el marco de procesos que buscan generar convivencia, más allá de la ausencia de
violencia. Según Arango (2003) la convivencia es la capacidad de vivir con otros y a su vez,
la capacidad de cada ser humano de reconocer, elaborar, fortalecer y transformar sus vínculos
interpersonales por medio del análisis de sus “ciclos de vida cotidiana”, independientemente
de que estos sean conflictivos o no.
Asimismo los actores hacen referencia a una serie de instituciones que aunque desarrollan su
trabajo en diferentes campos, desarrollan acciones que impactan en la SM en sus territorios:
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“Pues aquí han venido muchas fundaciones ¿no?, Fundación Manantial, FusemPaz,
Cedefut, Hambao, los Puestos de Salud de Lourdes y Divino Salvador… El Divino
Salvador ha venido con un comedor infantil, también con un comedor para los
ancianos. Con Cedefut, me parece que fue lo de maltrato intrafamiliar, con Fusempaz
se trabaja mucho con los niños y las mamás, y en el puesto de salud, pues con lo que
a ellos les corresponde… con brigadas para que tengan las vacunas al día,
pendientes para que los niños no se enfermen, que la mamás se hagan sus citologías
y todo eso y el Hospital Mario Correa también ha estado como muy a la par con
nosotros” (Martha, 58 años, Buitrera).
Como se puede observar, ya sea en el sector de la salud en general, las artes, la seguridad
alimentaria, la protección, o la violencia intrafamiliar, etc. Se reconocen acciones que tienen
influencia en el mejoramiento de la SM de la comunidad. De esta manera la SM es un eje
transversal en este tipo de acciones y las intervenciones en salud - como lo manifiesta una de
las entrevistadas, en cuanto a la información sobre SM -“abarca todo”.
En ese sentido el contar con comedores comunitarios para los niños y para los ancianos, las
brigadas de salud, trabajar por el maltrato “intrafamiliar” y la convivencia comunitaria, son
acciones que apuntan a la satisfacción de necesidades básicas (fisiológicas), de seguridad, de
protección, etc., pero que finalmente también influyen en la SM de las personas
Es importante mencionar, que a partir de las conversaciones que se dieron en las entrevistas,
va emergiendo el reconocimiento no sólo del trabajo de otros proyectos u otras personas, sino
que se empiezan a identificar los aportes a la SM de su comunidad a partir de sus propios
procesos. Afirman que si bien “no se habían hecho conscientes” de dichos aportes” sí han
venido contribuyendo a la SM de sus comunidades desde hace mucho tiempo y sería
importante empezar a reflexionar sobre su accionar:
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Esto se constituye como un aporte importante en el marco de esta investigación, pues ha
permitido que en la conversación los actores comunitarios reconozcan la importancia de
trabajo que realizan en sus territorios en el campo de la SM.
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Tabla 4. Organizaciones Comunitarias e Instituciones que realizan ICSM, según informantes
Ubicación o Instituciones públicas ONG, fundaciones organizaciones comunitarias o colectivos Actores “Clave”
lugar de referenciados
intervención
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Comité de Planificación comuna Iris Martínez
Programa Madres FAMI 13. (ASFAPEM)
Comuna 13 Posada de los sueños
Alcaldía de Santiago de Cali Centro comunitario Yira Castro. Cucci (Líder
Red de Promoción del Buen Trato (Secretarías de AFORCULVIDA - Circo teatro Comunitario Vergel)
Salud y de Bienestar Social) Capuchini.
Casa de Justicia Aguablanca (Secretaría de Comités deportivos
Gobierno) Amauta
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Por otro lado, se puede observar que en el discurso de algunos actores se hace uso del término
“Rutas de Atención”, para aludir a las acciones de articulación desde sus organizaciones
comunitarias con instituciones de salud, en la búsqueda de respuestas a las necesidades que
surgen y que intentan canalizar y atender a través de sus intervenciones:
En el marco de lo anterior, vale resaltar que las Rutas Integrales de Atención en Salud
(RIAS) han sido definidas en la Política de Atención Integral en Salud (Ministerio de Salud
y Protección Social, 2016) como:
Herramienta que define, a los agentes del Sistema (territorio, asegurador, prestador)
y de otros sectores, las condiciones necesarias para asegurar la integralidad en la
atención a partir de las acciones de cuidado que se esperan del individuo, las acciones
orientadas a promover el bienestar y el desarrollo de los individuos en los entornos
en los cuales se desarrolla, así como las intervenciones para la prevención,
diagnóstico, tratamiento, rehabilitación de la discapacidad y paliación. Estas
condiciones, además, serán suficientes en tanto cubran las condiciones diferenciales
de los territorios y de los diferentes grupos poblacionales. (p. 49)
En ese sentido las rutas de atención en salud se han pensado como herramientas para facilitar
y dar orden a la gestión intersectorial y sectorial, como plataforma para dar lugar a las
atenciones/intervenciones en salud dirigidas a todas las personas, familias y comunidades
(Resolución 0232 del 2016). Aun con los desarrollos que se pueden observar en materia de
normatividad y políticas públicas, los colombianos siguen padeciendo las profundas fallas
64
relacionadas frente al sistema de salud, pero haciendo uso de mecanismos como estos para
poder acceder a la atención/intervención.
Por otro lado no se puede desconocer que las organizaciones comunitarias desde sus procesos
aportan a la promoción de la SM de las familias de su comunidad, desplegando una serie de
recursos que en conjunto con los recursos institucionales tejiendo una suerte de protocolo
que permite construir un soporte comunitario para la orientación y acompañamiento de
ciertos casos en la comunidad. En ese sentido, los procesos liderados por actores u
organizaciones comunitarias se perciben como formas posibles para mitigar o contrarrestar
los impactos negativos que pueden tener la presión que ejerce la vida diaria, sobre la SM de
los habitantes de una comunidad, entre otros factores:
Como se puede observar hasta ahora, la información sobre ICSM que ha sido expuesta, dista
del tipo de intervención tradicional médico - paciente – medicina. Por el contrario, dicha
información está asociada al hacer con la gente, a explorar su creatividad por medio del arte,
ya sea el circo, el teatro, la música, la lúdica, la lectura, las manualidades, etc. Asimismo
reconoce que en las intervenciones que apuntan a la transformación de la autopercepción
negativa que tiene la comunidad o los sujetos sobre sí mismos incide profundamente en la
sensación de bienestar:
“Ha sido valioso nuestro aporte porque, por ejemplo, los vídeos que yo he grabado
han sido aquí en el barrio. Antes lo que uno escuchaba que salía en la prensa era: “
tantos muertos, se encuentra mujer descuartizada en no sé dónde, cayó una oficina
liderada por…” eso era lo que la gente estaba acostumbrada a ver en la prensa, pero
cuando ya de pronto uno empieza a salir en el periódico como líder comunitario con
cosas como “concierto por la paz”, entonces uno escucha los comentarios de la
gente, “qué bueno que en la prensa ya no nos conocen solo por cosas malas, entonces
65
yo creo que la gente cambió la percepción (…) es algo muy valioso, que la gente
escuche una canción de pelaos que nacieron en el barrio con las mismas dificultades
que ellos y están con una guitarra o un micrófono en vez de empuñar un arma, ¡eso
ya dice mucho!” (Felipe, 25 años, Buitrera).
Al respecto, Claudia Bang (2014) menciona que en los procesos de promoción de la salud y
de la SM, son importantes las acciones desarrolladas no solamente desde lo institucional,
sino también las que se desarrollan en el espacio de lo comunitario como alternativa de
abordaje o de “intervención”. Adicional a ello, complementa diciendo que:
En ese sentido, la ICSM, debe propender por el rescate del encuentro colectivo y la aplicación
de los saberes tradicionales de las personas que habitan los territorios entendiendo que:
Los nuevos modelos comunitarios exigen una reinvención de las prácticas y poner en el
centro del debate de la intervención, la política de lo común, el encuentro con lo común, el
establecimiento de lo común, la potencia que da lo común en el punto de encuentro de los
intereses particulares con los intereses comunitarios. (Del Cueto, 2014, p. 24)
66
las que realmente sostienen los procesos de intervención, logrando un impacto positivo y
duradero en la vida de las personas que participan de estos.
Hasta aquí se ha podido observar que las informaciones a las que han accedido los líderes
son bastante diferentes. Ahora la pregunta es cómo dichas informaciones han llegado a ser
parte de las RS de cada uno de estos actores en sus comunidades. En ese sentido, Burin
(1990) plantea que el análisis de las RS que nuestra cultura ha producido acerca de la SM
plantea la reflexión sobre el lugar que juegan los medios de comunicación para poner en
circulación tales representaciones.
Al respecto Araya (2002) menciona que la información que llegan a tener las personas sobre
un tema específico está directamente relacionada con la pertenencia a determinados grupos
o a las ubicaciones sociales, lo que lleva a que el acceso a la información sea diferente.
De esta manera se puede observar que la información a la que acceden los artistas difiere de
la información a la que acceden quienes se desenvuelven en ámbitos como el de la protección,
salud, deportes etc. En ese sentido, las fuentes de acceso a la información se pueden
diversificar dependiendo de la ocupación, la edad, o el género, categorías que atraviesan la
vida comunitaria y las acciones que han llevado a cabo en sus territorios.
67
Por un lado algunas personas manifiestan haber obtenido información sobre SM en
capacitaciones en el trabajo y/o en contacto directo con actores institucionales del campo de
la SM:
“En CESOLES han venido a hacer charlas y hemos visto películas sobre salud
mental. Charlas con Ingrid Bravo y hace como dos años vinieron del Samán, una
corporación” (Blanca, 48 años, Buitrera).
“Realicé un trabajo extramural con la E.S.E. Allí me capacité como agente educativa
en salud. Tuve una capacitación sobre salud mental en el HUV por la parte de atrás
en SM” (Martha, 58 años, Buitrera).
Como se puede observar, estas personas han tenido un mayor contacto con información en
SM la cual se ha desarrollado en el marco de la institucionalidad. Fue por medio de
capacitaciones en sus trabajos lo que les permitieron acceder a dicha información siendo esta
brindada por algunas instituciones puntuales como aquellas que han realizado intervenciones
en territorio.
Por otro lado, la obtención de información en SM, también se dio por medio de la
participación en espacios de trabajo comunitario o estrategias de trabajo en red:
“En la Red del Buen Trato, cuando empezamos estaba Iris, la contrataban por seis
meses, luego ya no la contrataban pero ella seguía trabajando, íbamos |a Carlos
Holmes y nos daban capacitaciones.” (Ruby, 66 años, Comuna 13)
“Un poco antes de la Red no era tan consciente de lo de la SM pero en este ultimo
tiempo me he dado cuenta de lo importante que es, eso me ayudó a reconocerlo, pero
más por lo que he vivido, en la misma vivencia.” (Alexander, 40 años, Comuna 13).
“La primera vez que yo escuché algo relacionado con la Salud Mental fue cuando
empecé a asistir a las reuniones de la Mesa de Prevención de consumo de sustancias
psicoactivas , dónde iban las chicas de Salud Mental, nunca antes había escuchado
de Salud Mental” (Leidy, 18 años, Buitrera)
68
Según lo anterior, para algunos actores del territorio, la información que se tiene o han
construido sobre SM, está relacionada con las intervenciones que desde salud se han hecho
en el territorio, principalmente en capacitaciones desde hospitales, pensadas para actores
comunitarios o desde su participación en estrategias como “La Red del Buen Trato”, que
también es una intervención del sector Salud, pero que se construye como su nombre lo dice,
a partir del trabajo en red, más desde el ámbito comunitario, así como La Mesa de Prevención
de Consumo de la Buitrera, como se puede ver, también se entra en contacto directo con
funcionarios que trabajan específicamente por la SM en la ciudad.
Por último, está la información a la que se accede por los medios de comunicación masivos,
como la televisión, la radio, el internet, etc:
“He escuchado sobre salud mental en películas con mensajes, pero propagandas no
hay” (Blanca, 48 años, Buitrera)
En este punto, no fue muy frecuente que los informantes hablaran al respecto, sin embargo,
en todos los casos que lo mencionan, las personas coinciden en que en la televisión no hay
mucha información que se relacione con SM.
Con lo visto hasta ahora se puede decir que el proceso de construcción de conocimiento sobre
la SM y la ICSM está muy relacionado con el acceso a determinado tipo de información. De
manera que los actores comunitarios tienen contacto con fuentes de información “externas”,
como lo son las charlas o capacitaciones institucionales y siendo participes de procesos de
intervención de actores institucionales, así como desde sus propias búsquedas, su inserción
en grupos, el contacto con medios de comunicación, películas, etc. Lo anterior les lleva a
construir un conocimiento “interno”, producto de reflexiones tanto desde su propia
experiencia de vida y como agentes intervinientes en su comunidad, pero también desde su
participación en espacios como por ejemplo, La Red del Buen trato, Mesas de trabajo por la
SM, entre otros muchos otros.
69
Capítulo 6. Hallazgos sobre las actitudes acerca de las Intervenciones
Comunitarias en Salud Mental
En este apartado se analizan los aspectos actitudinales que configuran la acción de los actores
frente a la ICSM, a su vez, se plantean algunos hallazgos sobre las acciones que adoptan los
actores frente a la SM propia y que a su vez, son sugeridas a otros en función de la RS que
éstos han construido sobre dicho objeto de estudio.
Hasta aquí se ha evidenciado cómo la información que tienen los actores entrevistados frente
a la SM y las ICSM, proviene de diferentes fuentes tales como la familia, los amigos, los
vecinos, los medios de comunicación, y agentes institucionales entre otros. Además, de la
participación en diferentes espacios en el transcurso de su vida cotidiana y comunitaria. Lo
anterior, entendiendo a los sujetos como parte de un proceso de interacción en el que se
adoptan símbolos, significados, imágenes y formas de actuar. En la misma línea, esto ha
permitido entender cómo se va configurando la RS que los actores tienen sobre las ICSM, es
por ello que estas dos variables juegan un papel importante en el momento de asumir una
postura frente al tema y la orientación en la conducta que se realiza frente a este mismo.
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Esquema 3. Categoría Actitud hacia las ICSM
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6.1 Valoración del objeto de Representación
“Ayyy no, yo digo ¡qué chévere!, bravo, bravo (gesto de felicidad, aplausos), eso es
lo que necesitamos todos, para que haya tolerancia, es lo primero que pienso.”
(Blanca, 47 años, Buitrera).
De igual forma sucede con algunos actores de la comuna 13 quienes también se muestran
receptivos frente al tema de SM y frente a las ICSM que a lo largo de su vida comunitaria
han conocido:
“En la Red del Buen Trato, se hacía un trabajo muy bueno, sobre todo Marcia
(Funcionaria de ICBF), yo la aprecio mucho” (Ruby, 66 años, Comuna 13).
72
Se puede reconocer en este enunciado, que la participante no sólo tiene una actitud favorable
frente a dicha estrategia de ICSM, sino también frente a la profesional que hizo parte de esta.
En ese sentido, la construcción de vínculos que se han logrado establecer entre el actor
institucional y el actor comunitario, es un aspecto clave para la intervención que se hace en
el territorio, en este caso, desde un actor del sector público.
En relación con lo anterior, Bang (2015) habla de la conformación de una trama vincular
afectiva que se produce desde estrategias de intervención no convencionales, es decir por
fuera de las instituciones. Esta es precisamente la dimensión afectiva de la relación entre
profesional - “paciente”, que posibilita se puedan dar relaciones de horizontalidad en los
vínculos, procesos cooperativos y relaciones comunitarias solidarias.
Hasta aquí, resulta importante mencionar que las mujeres de ambos territorios (Blanca y
Ruby), han participado en el transcurso de su vida y liderazgo comunitarios, en procesos
relacionados con el ámbito de la Salud. En ese sentido, como se mencionó en el capítulo
anterior, la calidad de la información que han recibido frente al tema, el acceso a esta, la
pertenencia a ciertos grupos donde se ha abordado el tema a profundidad y la apropiación
que han tenido de este, les ha permitido, en ambos casos, construir la representación y
configurar su reacción - acción hacia una imagen favorable al respecto. Es así como se puede
dar cuenta que “a partir de la información que se comparte con el grupo y los significados
que le son atribuidos al objeto de representación social, se adoptan posturas y se ejercen
acciones” (Cuevas, 2016. p.122).
“No sé si esté asociando bien, pero esa palabra mental me tiene a mí cabreado”
(Carlos, 66 años, Buitrera)
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se hace evidente cuando al referirse a una propuesta de intervención comunitaria relacionada
con el tema, dice “no quedarle tiempo para moverse por esos lados”, es como si desde su
imaginario, la intervención no tuviera relación con el trabajo que él realiza, por lo que no le
suscita ningún interés en participar de esta:
“Sólo oí de un grupo, no sé, yo me desprendí de ellos, que eran, ¿cómo se llama esta
señora?, Ingrid, que era de la red del “maltrato”, que alguna vez yo fui a una reunión
allá a la cruz. Pero pues no estaba muy al tanto, sé que tienen como un grupo de
escucha, que los orienta pero yo no estaba muy al tanto. No me ha quedado el bendito
tiempo para estar allí porque pues es que me muevo aquí en lo artístico y no me
queda tiempo para correr por ese lado” (Carlos, 66 años, Buitrera).
“No me he tomado el trabajo de buscar sobre eso, (...) no, mira que no he sentido
interés” (Lina, 26 años, Comuna 13).
Estas, son sólo algunas frases que menciona la participante a lo largo de la entrevista cuando
es interrogada por la información y el interés que tiene sobre la SM y las ICSM. Sus
respuestas denotan en ese sentido una reacción desfavorable frente al tema.
Desde el ejercicio comparativo con las dos primeras participantes, se puede inferir que para
Carlos y Lina, la forma de asumir la SM y en concordancia las actitudes frente a la ICSM,
responden precisamente a “una de las implicaciones que tiene el papel estructurante de las
actitudes consistente en que los grupos pueden asumir posiciones en temas de controversia
pública sin haber construido la información suficiente a partir de los datos que circulan”
(Paralez y Vizcaino, 2007. p.357), es decir que a diferencia de las dos primeras participantes,
74
los dos últimos, han construido su representación sin haberse dado la oportunidad de
participar en procesos o grupos donde la cantidad - calidad de la información y su apropiación
respecto al tema, quizá pueda influir en el cambio de actitud que estos pudieran asumir
respecto a la SM y la ICSM. Sin embargo, según los planteamientos de Araya (2002) “se
entiende que una persona o un grupo puede tener una reacción emocional sin necesidad de
tener mayor información sobre un hecho en particular” (Ibáñez citado por Araya, 2002:45)
“El Teatro Capuchini también, los del circo Capuchini están llamando a los jóvenes.
Eso me parece importante... Se necesita tener los muchachos ocupados” (Ruby, 66
años, Comuna 13).
En la misma línea, se identifica una actitud positiva en los participantes que dirigen sus
propias organizaciones de base comunitaria o que hacen parte del equipo que las
conforman:
“Yo he podido notar que cuando le agradecen a uno es porque han vivido como
situaciones de familia, o de abandono de papá y mamá,… abandono emocional,
porque algunos cuando han manifestado sus agradecimientos ha sido desde allí, que
de pronto aquí los hemos escuchado, le hemos abierto un espacio y que de pronto no
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tuvieron la oportunidad de estar en la calle, o entrar en pandillas, bueno, que
digamos esto fue como el foco para poder no haber caído en una situación más difícil,
sino como al contrario haberse ayudado un poco más” (Alexander, 40 años,
Comuna 13).
Se puede notar la relevancia que para estos participantes adquieren las intervenciones que
ellos hacen desde sus espacios de liderazgo, en ese sentido demuestran tener una actitud
positiva frente a dichos procesos, y los resultados que obtienen con la población con que
trabajan se muestran como un aliciente que le da sentido a sus vidas y les permite seguir
contribuyendo con sus aportes a la comunidad. Pareciera entonces que la SM de estos actores,
también se viera alimentada por la respuesta que reciben de quienes ayudan y en ese sentido,
le apuestan a continuar con su labor.
Desde esta perspectiva se visibiliza a dichos líderes como sujetos sociales que aportan a la
solución de sus problemáticas, pues su intención es la de abordar las situaciones de quiebre
que afectan a las comunidades en cada contexto, en su territorio y con recursos propios de
este, entendiendo entonces que difícilmente se hallará una solución por fuera de su propio
sistema (Martínez, 2006).
Un aspecto a resaltar en estas intervenciones es que se dan desde la cercanía con la gente,
con los niños, con los jóvenes y esto les permite generar relaciones de confianza, de apoyo,
que se vuelven vitales para la continuidad de los procesos con las personas. En ese sentido,
se piensa en estas intervenciones como algo que se hace con agrado, con gusto por el trabajo
con la gente.
Por otro lado, entendiendo lo que ha significado la experiencia que por años llevan estos
actores adquiriendo con el trabajo realizado en su comunidad, le apuestan a tipos de
intervenciones que sean duraderas en el tiempo. Ellos y ellas, a partir del discurso reconocen
que aunque no cuentan con los recursos económicos necesarios para sostener su intervención,
estas adquieren sentido en tanto se convierten en procesos que le apuestan al trabajo continuo
y sostenido con las personas. Es por ello que a pesar de las dificultades, año tras año están
dispuestos a no dejarlos perder.
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“A veces en esa limitada situación económica, pues logramos como hacer un trabajo
que al menos genere un proceso en los niños y en los jóvenes que tenemos, no que se
vuelva como algo puntual, como algo aquí que tocó y ya, sino algo como que se
vuelve proceso y es lo que hemos venido justamente trabajando este año, como ir
generando un proceso de trabajo que realmente nosotros veamos luego al final pues
un resultado, resultado en algunos aspectos que uno puede ver a través de lo que
hace, pero que de pronto también van a ver resultados a futuro, de ver estos niños y
estos jóvenes. (Alexander, 40 años, Comuna 13).
Por otro lado, esta actitud positiva se expresa también en algunos actores, por las experiencias
que les ha dejado la participación en estos espacios de intervención en SM comunitaria. Al
respecto dos participantes mencionan:
“Allá en Yanaconas nos hicieron algo con velas y todo eso… y lloré como nunca… y
salí de allá, liviana... por eso yo no olvido nunca esa actividad, (...) Cuando uno tiene
esos rencores con la gente el daño se lo hace uno mismo, yo eso lo he aprendido, a
mí la red me sirvió mucho, me ha servido mucho, por eso no quisiera que esto se
acabara” (Ruby, 66, Comuna 13).
Es evidente que la actitud que algunas personas han construido frente a las intervenciones en
SM, se hacen positivas por la transformación que estas han tenido en sus vidas y lo que esto
ha representado para ellas, por lo que es común escuchar en sus relatos frases positivas frente
a los cambios que atravesaron y la comparación entre lo que fueron ayer y lo que son ahora.
Es por lo anterior, que dan muestras de agradecimiento y desean que continúen estas
intervenciones para que más personas se beneficien de ellas.
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En este caso particular y entendiendo que ambas participantes son adultas mayores que
hicieron parte de procesos gestados en las décadas de los 80’s y 90’s por medio de
voluntariados en salud o la conformación de las ligas de usuarios en sus comunidades cuando
el Distrito de Aguablanca y la ladera de Cali estaban viviendo procesos similares, permite
comprender el por qué se diferencian en gran medida de las experiencias de quienes en época
distintas no pudieron hacer parte de este tipo de procesos. Frases o palabras como
“impactante”, “importante”, “positivo”, “muy bueno”, “me sirvió mucho”, son compartidas
por estas dos mujeres, lo que permite confirmar que hay un sentimiento positivo frente a las
intervenciones comunitarias en SM que han conocido.
En cuanto a las acciones que los participantes toman en virtud de las ICSM, se encuentran
acciones de abogacía en algunos actores. Los actores entrevistados, aunque en la mayoría de
los casos argumentan no conocer a fondo el tema sobre SM, muestran interés en hacerlo, tal
es el caso que al final de la entrevista terminan por reflexionar sobre la importancia de
incorporar en su discurso y práctica la SM. Relacionado con lo anterior y entendiendo la
importancia del tema, aunque algunos aceptan que no es plenamente comprendido, los
actores abogan por que se realicen intervenciones al respecto, es así que algunos actores
llevan proyectos relacionados a instancias de participación comunitaria como el Comité de
Planificación de la Comuna 13. Sin embargo, se reconoce que este, no es un tema que tenga
mayor relevancia para quienes están a cargo del manejo de los recursos en el territorio.
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“El problema es que hay mucha gente que ha venido acá como a entusiasmar, los
ilusionan y después los dejan tirados, por eso es que la gente ya no cree ni en políticos
ni en nada” (Ruby, 66, Comuna 13).
En el anterior enunciado, se puede evidenciar una crítica constante que los actores
comunitarios tienen frente a las intervenciones que en su mayoría son ejecutadas desde el
sector público. En ese sentido la actitud negativa surge teniendo en cuenta que en dichas
intervenciones, los actores sienten que ellos y la comunidad, son ilusionados con
intervenciones prometedoras y posteriormente abandonados. Esto a su vez, permite
comprender porque hay una pérdida de credibilidad en las instituciones y como ellos lo
señalan, en la política. Lo anterior, es reforzado por el siguiente participante:
“Yo creo que los proyectos que se han tratado de ejecutar acá han sido proyectos
que se han ejecutado por no dejarse perder, osea ya los proyectos que toca lanzarlos
porque estaban incluidos dentro del presupuesto y toca hacer algo para no dejar
perder eso y le duele a uno, (...) si hubiese sido algo que se hubiese ejecutado con el
corazón en la mano como decía en el papel, hubiese tenido un impacto muy bonito y
diría yo que el proceso aún seguiría vigente, pero como fue algo que ejecutaron por
ejecutar ¿qué más se podía esperar?(...) y me decían, “no, pero es que así está
pensado el proyecto, pero no te preocupes que nosotros vamos a seguir”, pero
mentiras, son proyectos muy vagos, es triste y llega un punto en que a uno como líder
le toca ponerse colorado muchas veces porque uno le dice a la gente… “pero vení,
¿vos me vas a venir a manosear la comunidad?”… osea no, yo creo que son
proyectos que si se plantean bien pueden funcionar, pero también el hecho de que
estén viniendo a manosear la comunidad, que la gente o las entidades vengan a
perder credibilidad, no” (Felipe, 25 años, Buitrera).
Esta es una visión reiterativa entre todos los actores participantes de la investigación, sus
sentimientos de rechazo frente a la forma en que se interviene en los territorios, la falta de
continuidad en los procesos que se llevan a cabo, la mala inversión de los recursos, entre
otros, son hechos que hacen que los participantes asuman una actitud negativa hacia estas
intervenciones. Todos los entrevistados coinciden en que el Estado ha actuado en sus
territorios conforme a su voluntad, sin dejar gran impacto con sus intervenciones en la vida
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de la gente y sin apoyar realmente a los actores comunitarios que por décadas han hecho un
trabajo constante los cuales en ocasiones se ven limitados por la falta de recursos.
“El problema es el de siempre, trabajamos con las uñas. No hay un dinero que diga
uno, puede al menos darle de comer a los artistas, nos toca a nosotros mismos
gestionar. Todo parte desde allí, digamos, lo que uno espera del Estado es muy difícil,
entonces siempre quieren gratis y es verdad que uno eligió ser artista, pero también
tiene sus necesidades y compromisos” (Carlos, 66 años, Buitrera).
Por otro lado, también existe una actitud negativa hacia algunos líderes y las intervenciones
que estos realizan:
En ese sentido, existe una creencia generalizada de que la falta de respuesta oportuna a
algunas situaciones problemáticas que se viven en la comunidad y que afectan la SM de sus
habitantes, parten de la base de la división/ no articulación entre los mismos líderes y
territorios, los intereses divididos, además de una mala comunicación y del trabajo
individualizado. Como lo menciona la participante Blanca, la comunidad no se siente
representada por estos líderes.
A su vez, dicha situación la asocian a que algunos de estos líderes están ligados a cargos
políticos o de toma de decisiones que en ocasiones, no permite que otros actores que también
trabajan por la comunidad, se sientan reconocidos en su trabajo, procesos o reciban
colaboración con recursos que les permitan ampliar su accionar.
“Como lo que quiere hacer el circo Capuchini, mire que a ellos nadie les aporta, del
situado fiscal les niegan aportes. Que importante que los tuvieran, (…) ellos tienen
que rebuscársela” (Ruby, 66 años, Comuna 13).
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Lo anterior, es una queja constante de las personas mayores entrevistadas y aunque en los
participantes más jóvenes este discurso no es reiterativo, sí coinciden en decir que en muchas
ocasiones es difícil participar en los espacios de toma de decisiones, pues se sienten
rechazados o no tenidas en cuenta sus opiniones, por lo que se abstienen o se desmotivan en
participar de estos espacios.
Hasta aquí, se ha de mencionar que la actitud que la gente asume frente al tema de SM y a su
vez la actitud hacia la intervención conforme a la representación que han construido en torno
a esta, permite evidenciar una toma de posición en su accionar y su discurso que tiene que
ver con las acciones que ellos dirigen para sí mismos, para los demás y para las intervenciones
en sintonía con el objeto de representación.
6.3.1 Autocuidado
Respecto a las acciones que dirigen para sí mismos, se identifican prácticas de autocuidado
que se destacan en el relato de los y las entrevistadas. Se hablará entonces a partir de cuatro
dimensiones: dimensión espiritual, dimensión mental, dimensión corporal, dimensión social.
Los cuidados desde una dimensión espiritual, hacen referencia a todo lo que concierne en
gran parte a las creencias religiosas, divinas, energéticas (orar, creer en un dios, meditar) o
que simplemente sin que se liguen a lo religioso, trabajan el ser “desde adentro”, su propia
“alma”, prácticas que desde la visión de los entrevistados mantienen el "equilibrio" en sus
vidas. Dichas acciones se hacen reiterativas en el discurso de los participantes cuando se les
indaga sobre las prácticas llevan a cabo para preservar su SM, en ese sentido, “orar”,
“encomendarse a Dios”, “buscar la paz interior” son respuestas que evidencian la
representación que se ha ido configurando en los sujetos que asumen una actitud de fuerza
y optimismo hacia la vida y hacia las condiciones de peligro que les ofrece el contexto,
pareciera entonces que sus creencias arraigadas hacia un dios superior, una divinidad, la
energía del universo y otras, los blinda frente a las situaciones que se les presentan en su
diario vivir y a su vez, fuera ese pilar para conservar su SM.
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Lo anterior se puede observar en algunos discursos:
“Uno se tiene que oxigenar, si tú oras por las mañanas le pones a Dios el día, estás
abriéndote, pero si tú te levantas a pelear con tu hija o con tu esposo, ¿cómo vas a
llegar al trabajo? o ¿al estudio?” (Blanca, 48 años, Buitrera).
Vemos aquí que la idea que se hacen los informantes sobre la SM, también les permite tomar
acción frente a las prácticas de autocuidado que ejercen para preservarla, en este caso es
evidente que para los actores, la parte espiritual cobra un gran valor, orientado principalmente
a las creencias religiosas.
Para los entrevistados todas esas concepciones y representaciones que parten de sus creencias
culturales sobre lo espiritual, influyen en las prácticas que ellos tienen en su vida cotidiana.
Por otro lado, se encuentra que algunos actores recurren a métodos alternativos de
autocuidado orientados principalmente a su conexión con el universo:
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En correspondencia con lo anterior, Uribe (1999) expone que “los griegos manejaron una
visión integral de lo que debía ser el cuidado de sí, pues enfatizaban la necesidad de cuidar
no solo el cuerpo sino también el alma”, en este aspecto complementa diciendo que “la
meditación, la lectura, las notas que se tomaban de los libros”, entre otras (p.111) formaban
parte de las prácticas de autocuidado que ellos implementaban. De igual forma, menciona
que:
A partir de este planteamiento se puede entender, por qué para algunos entrevistados, el
cuidado de esa parte espiritual, es tan necesario para preservar su SM, respondiendo en
algunos casos a las creencias religiosas basadas en el cristianismo o por otro lado, en
creencias propias de las influencias de oriente.
En cuanto a la Dimensión mental, esta tiene que ver con las acciones que las personas llevan
a cabo para el cuidado de su psiquis (mantenerse ocupado, recibir terapia psicológica, leer,
escuchar música, ser positivos, disfrute y práctica del arte, no escuchar malas noticias).
Entre estos, se destaca la práctica y uso de las artes como medio de escape y equilibrio, al
respecto, uno de los participantes menciona:
“El escape para mí siempre es la lectura, la música, ir a obras de teatro lo que tenga
que ver con arte, ese es como mi escape, una vez estuve a punto de tirar la toalla,
pero ese es como mi equilibrio” (Carlos, 66 años, Buitrera).
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Por otro lado, un aspecto indispensable en el cuidado de la SM pero que poco se menciona
en las prácticas que tienen los entrevistados, es el de solicitar ayuda de otros cuando las
situaciones emocionales los desbordan, al respecto, algunos actores dicen lo siguiente:
“Lo ideal es buscar ayuda en un psicólogo ¿no?, porque pues, usted sabe que hay
gente que pa´ qué psicólogo” (Esays, 47 años, Comuna 13).
Es en este aspecto que la dimensión mental cobra aún mayor relevancia en tanto algunos
actores acuden a buscar ayuda, especialmente profesional, cuando consideran que no pueden
resolver sus dificultades por sí solos o cuando sus herramientas fundadas en lo espiritual no
les son suficientes.
Por otro lado, se identifican las prácticas de autocuidado desde una dimensión corporal, en
otras palabras, todo lo que tiene que ver con la preservación del cuerpo físico, ligado esto a
una sana alimentación, la práctica del deporte, controlar la respiración, tomar los
medicamentos prescritos por el médico, entre otros. En ese sentido, el jugar futbol, caminar,
hacer ejercicios de respiración o tomar los medicamentos para sanarse hacen parte de todo
ese conjunto de acciones que denotan una actitud positiva frente al cuidado de la SM propia.
Al respecto, los entrevistados mencionan:
“Yo por lo menos el caso mío es alimentarme, porque cuando uno se alimenta pues
su cerebro también está funcionando. A veces uno no tiene o no se alimenta y el
cerebro se va decayendo como todo. Es importante para mi alimentarse” (Esays, 48
años, Comuna 13).
“Yo juego mucho fútbol también, me metí a equipos de fútbol, jugábamos y todo,
osea, yo trataba de tener la mente ocupad”. (Martha, 58 años, Buitrera).
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“Sufrí un tiempo depresión (...) tomaba agüitas de toronjil, superé eso y de allí me
entregué de lleno y cuándo sentía que me iba a dar… yo caminaba, yo iba a una
capacitación y otra, yo creo que eso ya lo superé (Ruby, 66 años, Comuna 13).
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede observar cómo para algunos actores la satisfacción
de una necesidad básica como lo es la alimentación, juega un papel tan importante en la
preservación de su SM, de ahí que se puede entender que factores sociales como la pobreza
en relación con la desnutrición, afecte la SM de las personas. Por otro lado, la práctica del
deporte o la ocupación del tiempo, se configura como una constante en el discurso de aquellos
actores que ven en este aspecto un papel determinante en el cuidado de su SM, finalmente,
el acudir a prácticas tradicionales de cuidado del cuerpo y la mente como el uso de bebidas
aromáticas, da una sensación de tranquilidad para algunos de los entrevistados y a su vez
contribuye en la cura de los problemas que les aqueja.
Al respecto, Uribe (1999) expone que en el ámbito de promoción de la salud, las prácticas de
autocuidado son orientadas por un sistema de creencias culturales aprendidas en el proceso
de socialización, es ese sentido, el cuidado del cuerpo está relacionado con prácticas dirigidas
a funciones de conservación, como el alimentarse y el modo de vida , así como a cuidados
de curación que están relacionados con los tratamientos para la cura de las enfermedades o
todo aquello que obstaculiza la vida.
“Yo siempre he procurado no estar sola, yo siempre he estado rodeada por mis hijas,
ellas están pendientes” (Martha, 58 años, Buitrera).
Como lo menciona la participante Martha, el contar con el apoyo de sus hijas y el sentirse
acompañada por ellas, le permite mediar con las situaciones de tristeza y dolor que ha vivido
a lo largo de su vida.
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6.3.2 Cuidado a otros para preservar su salud mental
En cuanto a la forma en que sus acciones intervienen en el cuidado a otros es claro que para
algunos actores, la SM en este aspecto, está asociada con la satisfacción de las necesidades
básicas y el buen uso del tiempo libre, estos a su vez, se conciben como determinantes
preventivos o protectores que podrían evitar que las personas llegaran a sufrir de alguna
enfermedad mental incapacitante o que tomaran otras salidas hacia sus problemas.
Por otro lado, algunos líderes teniendo como base su historia de vida, conciben la SM como
tener sentimientos positivos hacia otras personas y de igual forma, hacia sí mismos a partir
de una sana autoestima, pues contemplan que si hay carencia de estos, los niños y jóvenes
podrían caer más fácil en las dinámicas de consumo de SPA dentro del territorio.
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En el mismo sentido, se percibe que las acciones de los actores en relación al cuidado de la
SM de otros, le apuntan a todas aquellas acciones que se relacionan con la cercanía, la
escucha activa como parte importante de construcción de las relaciones, el ofrecer una mano
amiga, un alimento. Luchar en contra de la discriminación por diferencias en la personalidad
y apariencia física de aquellas personas a las que están prestos a ayudar.
“Hay una niña, una familia, que me duele duramente la situación de ella y no sé ya
cómo ayudarla, es una niña que está en un estado vulnerable y me da tristeza cuando
la discriminan porque su mamá tiene una demencia, porque sus tíos son drogadictos,
porque su abuela no es como muy cuerda, entonces esa, esa niña es como el apoyo,
me vienen a buscar, estoy pendiente, la apoyo en sus tareas, me la traigo aquí, la
tengo hasta las 8 de la noche, para que esa niña de pronto sea como el referente de
esa familia, porque están muy mal, entonces la gente, la gente no se acuerda de
llevarle un arrocito ya”. (Blanca, 48 años , Buitrera).
Una de las acciones que cobra significado en el discurso de los participantes, es aquella en la
que a partir de la preocupación que ellos manifiestan por otro, su relación se solidifica a tal
nivel, que terminan adquiriendo figuras parentales para quienes sirven. Es el caso de Carlos
quien dice que sus hijas son las chicas a las que ha ayudado. Respondiendo también con esto,
a una especie de apoyo para los padres en la crianza de los hijos e hijas.
“Empezamos con eso con un paquete de bananas y reunión chicos allí empezamos y
lo primero que hicieron ellos fue el compromiso. Vamos a reunirnos, empezamos a
reunirnos semanalmente y de ahí de las cosas maravillosas que se me ocurrieron fue
buscar el apoyo de la Fundación Carvajal. Carvajal empezó a regalarle a los chicos
estudio, es que se necesita, ya hicieron un grupo de sistemas, un grupo muy
compacto. Y después, pues el enganche fue la pintura, enseñarles a pintar y ya. Ya se
vuelve uno como el papá de ellos, incluso la mamá muchas veces dice “vea hable con
mi hijo porque le hace más caso a usted que a mí”. Ya me quedé ahí con ese papel y
ya con un poco de hijas por ahí volteando, ya no se quiere uno salir de ahí, siempre
cuento con ellas” (Carlos, 66 años, Buitrera).
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A manera general, sin distinción de género y edad, los actores entrevistados apuntan a
acciones que tienen que ver con el cuidado de los otros, este tipo de acciones van desde el
reconocimiento por la necesidad de compañía de las personas con las que trabajan. A manera
general, estas acciones de cuidado, tienen que ver también, con las enseñanzas que los actores
imparten a niños y jóvenes desde lo artístico, desde el respeto por su vida y la vida de otros
y en algunos casos, por las acciones de asistencia que algunos de ellos puedan tener para con
las personas de su comunidad.
Por otro lado, un común denominador entre los entrevistados es, el mantenerse ocupado,
distraer la mente, caminar, para liberarse de los problemas, estas ideas son compartidas más
que todo por los actores adultos que han participado en procesos de formación relacionados
con SM o han estado involucrados en procesos comunitarios desde el ámbito de la salud
(Ruby, Blanca, y Martha).
Actores como Carlos y Alexander para quienes su vida funciona entorno a lo cultural, Carlos
por medio de la pintura y Alexander por las artes escénicas, mencionan la importancia que
esto tiene para sus vidas, por lo que este trabajo representa para ellos un escape que les
permite cuidar de su SM. El pintar y enseñar a pintar para Carlos, como el actuar y enseñar
actuar para Alexander, son considerados como sus medios de “escape” cuando los agobian
los problemas, es algo que les hace olvidar por momentos las malas situaciones:
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“Ahora desde la Drama terapia con Alicia, (integrante Forculvida) ... Se libera uno
esos dolores que a veces tiene... Lo artístico me ayuda mucho, (...) a mí también me
ayuda y me libera mucho trabajar con los niños. Todo eso lo he venido trabajando
como una terapia, yo vengo, me rio, molesto, juego”. (Alexander, 40 años, Comuna
13).
“Bueno yo tengo una ventaja, precisamente ser artista me da esa ventaja. Entonces
canalizo todas esas emociones… esto es algo que te impulsa, que te hace olvidar de
ese problema, esa es la primera instancia, y al tomar en segundo plano el problema,
pues encuentra mucho más fácil la solución” (Carlos, 66 años, Buitrera).
A diferencia del accionar de los jóvenes, los adultos mayores son quienes más tienen
prácticas de abogacía frente a los proyectos relacionados con la SM. Es el caso Ruby y
Martha, quienes además también han hecho parte de procesos como las JAC Y JAL, frente a
sus acciones de abogacía, por ejemplo en el caso de Ruby, le ha apostado a que se metan
proyectos por medio del Comité de Planificación de la Comuna. Aunque se reconoce que
este no es un tema que le importe a los tomadores de decisiones dentro de los territorios.
Por otro lado, el sentir la necesidad de continuar con estos procesos, está mediado por el
sentimiento de agradecimiento que reciben de la población con la que trabajan, en ese
sentido, se reconoce un sentimiento de agrado frente a su labor, lo que los impulsa igualmente
a continuar. Alexander, Felipe, Esays, Carlos, Martha, Blanca, Lina, Ruby y Leidy coinciden
en que la gratitud de la gente les hace sentir bien.
89
Capítulo 7. Campo de Representación sobre la Intervención Comunitaria
en Salud Mental: Tejiendo vida, construyendo comunidad.
Lo anterior, teniendo en cuenta los planteamientos de Ibáñez (2001), para quien las fuentes
de las RS se encuentran en el sistema de creencias y valores que circulan en el seno de una
sociedad determinada, así como en el conjunto de condiciones económicas, sociales e
históricas que viven los sujetos de dicha sociedad.
90
Esquema 4. Categoría Campo de Representación de las ICSM
91
7.1 La llegada al territorio: “Me quedo mil veces en Cali”
La mayoría de los actores que participaron de esta investigación son personas que provienen
de otros departamentos, pueblos o municipios diferentes a Cali, principalmente en el caso de
los líderes de más de 30 años. Varios de ellos(as) relatan que llegaron a Cali con sus familias,
a ubicarse en asentamientos humanos de desarrollo incompleto, en los cuales existían -y aún
existen- limitaciones en la oferta de servicios públicos básicos como agua potable y energía
eléctrica regulada, infraestructura vial adecuada, equipamientos institucionales tales como
escuelas, centros de salud u hospitales, etc. Además han tenido que vivenciar situaciones de
violencia por parte de diferentes actores, así como inseguridad y luchas en contra del
desalojo. Sin embargo, frente a las difíciles condiciones y riesgos que podrían representar
habitar estos contextos, los actores comunitarios encuentran un espacio donde sienten que
tienen la oportunidad de construir relaciones y compartir experiencias:
En la misma línea se logra evidenciar la importante relación que los participantes establecen
con su territorio, ese espacio donde han desarrollado su vida personal y comunitaria, pero
sobretodo su liderazgo. Gil y Alcover (1999), expresan que el territorio alude a una zona
geográfica determinada en la cual las personas, grupos y comunidades desarrollan sus
actividades de forma habitual, este territorio puede tener con el paso del tiempo, un
significado especial que es compartido por las personas. Es precisamente este significado
especial, el que se quiere evidenciar en cada uno de los relatos que los actores tienen:
92
“Yo llegué a Cali directo acá, y yo le cogí mucho cariño a esto ¿por qué?,
porque a nosotros nos tocó muy duro, nos tocó durísimo, entonces eso hace
que a uno las raíces peguen más, ósea, cómo voy a despreciar una parte
donde… eso es como tú, darle la mano a alguien y que esa persona te
desprecie a último momento o te tire como un papel viejo, entonces yo pienso,
si yo vendo mi casa y me voy a vivir por allá abajo que “porque es mejor”,
entonces ¡estoy despreciando lo que me dio la vida!, lo que me dio de comer
pa’ mis hijos, entonces yo a mi barrio lo amo, yo sí, a mí me pueden ofrecer
los millones que me ofrezcan por mi casa y yo sigo allí, sigo allí en mi parte,
que si la puedo construir en ladrillo la construyó pero ahí estoy” (Martha, 58
años, Buitrera).
De esta manera se puede ver que tanto en la Comuna 13 como en la Buitrera, estas dos
mujeres manifiestan la necesidad de permanecer en un espacio que les ha permitido construir
comunidad, a través del establecimiento de relaciones desde acciones cotidianas tales como
“barrer”, “conversar” “bailar”, “hacer rifas” etc., trabajar en conjunto para el
mejoramiento de condiciones territorios. Según parece, las posibilidades que brindan estos
espacios para compartir y trabajar colectivamente generan un arraigo que de alguna manera
lleva a los actores comunitarios a quedarse por muchos años allí.
93
conformando por la pujanza de la gente que ha llegado a habitarlos, pues son ellos mismos,
los que teniendo sentido de pertenencia por este y por la necesidad imperiosa de “salir
adelante”, los que han creado formas y estrategias para superar dichas dificultades.
“Yo a veces quisiera irme a vivir al sur, a otro lugar, pero a veces, te digo que yo no
sé qué, como que vuelve y me amarra aquí” (Alexander, 40 años, Comuna 13).
Para Alexander, hay una fuerza indescriptible que lo une a este territorio, en ese sentido, se
identifica su capacidad de arraigo, de pertenencia, de identificación con ese, su lugar.
Es necesario hacer referencia a estos elementos biográficos, los cuales atravesados por la
historia colectiva y la cultura, se conjugan en procesos que aportan a la construcción de las
representaciones que tienen los líderes sobre las intervenciones comunitarias en la SM,
entendiendo que las RS son producto y proceso de un tiempo y un espacio, y “que estas
representaciones no surgen de manera fortuita y al azar; por el contrario, la elaboración de
éstas toma como referencia elementos contextuales donde se ubica el sujeto. (Ibáñez, 2001,
p. 178)
94
7.2 Ser un líder: “preocuparme más por el barrio”
“El estar allí en todas las reuniones y todo lo que yo participaba, en muchos
encuentros seguidos, a nivel de Colombia, creo que eso me despertó una misión, pero
no solamente a mí, sino a todos los jóvenes que estábamos en aquel tiempo, nos
despertó mucho la visión de ver otras realidades y de ver otros que también
trabajaban por lo mismo, entonces creo… uno llegaba aquí y llegaba con toda la
fuerza, con todo el ánimo… hay que seguir, hay que luchar, hay que trabajarle”
(Alexander, 40 años, Comuna 13).
Respecto a estas motivaciones, Hopenhayn (1988) plantea que los sujetos de una comunidad
participan puesto que buscan integrarse a procesos de desarrollo, que implican el
enriquecimiento mutuo entre el reconocimiento social y la identidad. Así, desde lo que se ha
dicho aquí, la mayor parte de los actores que participaron de esta investigación, desarrollan
su identidad a través de la integración en procesos sociales como ICSM.
95
En esa misma línea, sobre las motivaciones para participar, se encuentra que los actores
comunitarios también construyen con el ánimo de “ganar control sobre la propia situación y
el propio proyecto de vida mediante la intervención en decisiones que afectan el entorno vital
en que dicha situación y proyecto se desenvuelven” (Hopenhayn,1988, p.5). En este caso se
habla de una participación que no involucra únicamente acciones de socialización o consulta
por parte de la institucionalidad, sino que los actores se vuelven parte de los procesos en sus
diferentes momentos, ya sea en la planeación, la ejecución y la veeduría o control social que
se haga de los proyectos. En este caso también se pueden ver que los actores comunitarios
deciden emprender acciones desde sus posibilidades, tomando parte en la dirección de su
vida personal y colectiva:
“En el Comité de Planificación metimos proyectos para trabajar con Salud mental.
Pero no era un proyecto para personas que estuvieran pues, de psiquiatría, sino para
hacer manualidades, incluso en este momento han terminado un proyecto no muy
bien llevado sobre prevención de sustancias psicoactivas…yo ahora voy a comité de
planificación, ya no soy delegada casi siempre fui, después como madre comunitaria,
y el director me decía “no usted no puede perder ese espacio, así sea usted como
líder puede participar, como invitada”(Ruby, 66 años, Comuna 13).
Los líderes más jóvenes también buscan espacios en diferentes instancias de participación,
sin embargo manifiestan sus dificultades para ser escuchados y tenidos en cuenta para el
desarrollo de las acciones:
96
tiempo para desarrollar unas acciones desde la Junta de Acción Comunal.”(Leidy,
18 años, Buitrera).
Para otros, la dinámica de estos espacios no garantiza que las personas puedan tomar control
sobre su vida o situación, de esta manera emprenden sus propios proyectos y procuran
alejarse de estas formas de participación promovidas institucionalmente:
Por otro lado, los actores comunitarios también han construido una representación que alude
a un cansancio sobre la lucha con las instituciones para decidir sobre recursos que permitan
el acceso a estos bienes y servicios. En la mayoría de los casos prefieren alejarse de estos
espacios de deliberación donde se decide qué hacer con recursos colectivos como el situado
fiscal y hacer sus propias búsquedas para lograr que sus grupos puedan acceder a bienes y
servicios. Estas experiencias no se pueden dejar al margen como un sentimiento individual,
pues tienen su raíz en condiciones estructurales, amparadas en una historia que tiene de cara
delitos de corrupción que sindican el mal uso de los recursos públicos, lo cual ha impedido a
la población acceder a derechos básicos, bienes y servicios.
Sin embargo, ante el panorama anterior, los actores comunitarios también han construido
caminos para la búsqueda o el acceso a recursos relacionados con la prevención de
enfermedades y promoción de la SM. De esta manera se construyen estrategias para
responder a problemas comunitarios desde la creatividad a partir de sus propios recursos:
97
“Empezamos a reunirnos semanalmente y de ahí de las cosas maravillosas que se me
ocurrieron fue a buscar el apoyo de la fundación Carvajal. Carvajal empezó a darle
estudio a los chicos, lo que se necesita, técnico y Tecnológico. hicieron un grupo de
sistemas, un grupo muy muy Compacto. Y después, pues el enganche fue la pintura,
enseñarles a pintar” (Carlos, 66 años, Buitrera).
98
“En el colegio también fui muy activa, muy participativa, pero si, era callada. Una
vez me invitaron al grupo juvenil de Cesoles. Yo llegué allí y pude aprender una y
mil cosas, allí yo aprendí a hablar un poco mejor, a ser más suelta, más liberada
porque la verdad es que yo me cohibía mucho. No decía nada por pena, entonces
aprendí a hablar en borrador, yo decía así como me saliera, ahí empezó todo mi
grupo juvenil. Teníamos una escuela de formación para líderes juveniles, entonces,
empezamos a realizar algunas acciones en nuestra comunidad” (Leidy, 18 años,
Buitrera).
Así, para estos actores, el liderazgo representa un quehacer necesario en las comunidades,
sin embargo, este se desarrolla en un campo de relaciones bastante complejo, donde se
mueven una serie de valores e intereses comunes y divergentes, de manera que en la
interacción frente a los problemas cotidianos se construyen relaciones que pueden ser
cooperativas, solidarias y conflictivas:
“Entre los mismos liderazgos que hay, hay un problema, hay personas que quieren
ayudar, hacer cosas, y hay otros que no, hay impedimentos de unos con otros, no
comunican lo que realmente la gente quiere saber” (Esays, 47 años, Comuna 13).
“Aquí hay un problema, nosotros nos dividimos. Así como estamos divididos por
sectores los líderes se dividieron...odio, egoísmo y envidia y uno lo ve mucho en este
sector, entonces se les daña la mente…. hay muchos niños y muchos jóvenes que están
cogiendo el camino que no es” (Blanca, 48 años, Buitrera).
Asimismo para los actores existen una serie de problemas que afectan la SM de la comunidad
y que tienen sus causas en la fragmentación de los lazos sociales, lo cual, según ellos tiene
99
que ver con una serie de valores como la solidaridad, cooperación o empatía entre los vecinos
para resolver los problemas que afectan a sus comunidades:
“La gente no está contenta, la gente se siente insegura de saber que los vecinos que
los vio nacer y los vio crecer y todo eso ya se volvieron dañados, ya no puede uno
confiar que deja su puerta abierta que se le metan, entonces todas esas cosas” (Esays,
47 años, Comuna 13).
Las situaciones que se presentan son la evidencia del debilitamiento de los lazos comunitarios
y el incremento de la individualidad, características propias de un sistema en el cual priman
los intereses individuales frente al bienestar colectivo. En algunos casos, se manifiesta cierta
indiferencia frente a los problemas de los demás, siempre y cuando los propios estén
medianamente resueltos.
Es justamente en este contexto donde se encuentran personas, quienes tienen un lugar como
tejedores de relaciones, a la vez que promueven valores que se construyen y orientan en el
marco del trabajo comunitario que realizan:
“Porque es que un pueblo unido jamás será vencido, en cambio un pueblo que está
desunido eso se va viendo la distancia y usted sabe que en el caso de que usted deje
su casa sola y no tenga relaciones con las amistades, entonces no le van a colaborar,
100
en cambio si uno tiene relación con sus vecinos se cuidan mutuamente, están
pendiente” (Esays, 47 años, Comuna 13).
“Lo que a uno le preocupa o que uno a veces se siente impotente es la inseguridad,
¿aunque eso lo hay en todo el país no?, pero en esta cuadra casi no porque cuando
yo salgo, está el vecino de allá, cuando los de allá salen yo desde aquí estoy pendiente
y así, entonces eso como que lo hemos logrado superar” (Ruby, 66 años, Comuna
13).
En ese sentido se señala que, entre otras cosas, en la zona de oriente se hace reiterativo el
discurso con relación a la problemática del consumo de SPA, las pandillas, las fronteras
invisibles y en general, la violencia social. Por su parte, en la zona de ladera, aunque se
101
presentan algunas de estas problemáticas o similares, el discurso de algunos actores
especialmente los mayores, gira primordialmente en torno a la escasez de agua potable, los
liderazgos “amañados” y la falta de articulación entre sectores. A continuación, se relacionan
las problemáticas identificadas por territorio según el discurso de los actores, algunas de estas
se hacen reiterativas en ambos territorios por lo que se muestran como problemáticas
compartidas. Como se puede observar en siguiente esquema, las problemáticas en ambos
territorios son diversas y se pueden clasificar en tres tipos: comunitarias, relacionales y
personales.
Esquema 5. Problemas por territorio que afectan la SM, según actores comunitarios
102
que fueron quienes asumieron el liderazgo en la construcción de su propio acueducto y
quienes en la actualidad siguen llamando la atención sobre la necesidad imperiosa de tener
de manera constante este elemento vital para su subsistencia. De igual forma, como se
muestra en el gráfico, se evidencia cómo el bajo suministro del agua, ha llevado a otras
problemáticas que se relacionan con la mala convivencia (enfrentamientos, malos tratos,
intolerancia, etc.) entre vecinos por el uso inadecuado de este recurso cuando lo pueden tener.
En el caso de Buitrera, la escasez de agua se asume como una problemática que afecta la SM
de sus habitantes, en tanto se da como respuesta a la pregunta sobre ¿cuáles cree son las
problemáticas que afectan la SM de su comunidad?, al respecto una participante contesta lo
siguiente:
“La problemática del agua, para mí me afecta en muchas cosas, en la salud de mis
nietos, de mis hijos y para la mía propia ¿no?, ¿por qué? porque si no tenemos agua,
no va a haber salud, no voy a tener como la capacidad de tener aseo, ni en la casa”
(Martha, 58 años, Buitrera)
En consecuencia, se puede observar cómo para esta participante el no contar con este recurso
vital, acarrea con otros problemas relacionados con la salud física y la asepsia, se identifica
entonces una relación entre la RS que se construye sobre la SM y las condiciones propias del
contexto.
Por otro lado, se tiene que las problemáticas como las fronteras invisibles, las pandillas, los
robos, la delincuencia y demás asociadas a la violencia social en general, influyen en la
percepción de miedo e inseguridad que tienen los actores de oriente frente a su territorio:
103
“Uno sale y hay veces que uno se siente como… como un poquito... cohibido de saber
que los niños..., usted sabe que hay pelaos que con su vicio no les importa quién esté,
sino que de pronto querer hacer daño o robar, esa cosa afecta mucho, lo afecta
mucho a uno como persona” (Esays, 47 años, Comuna 13).
“Por las pandillas, por las fronteras invisibles porque aquí en el mismo barrio hay…
uno escucha que los muchachos de allá arriba no pueden pasar para acá. Entonces
que lo dividan calles… a la gente le da temor de una balacera o alguna riña de ellos
(…) por ejemplo yo tengo primos, ellos acá no puedan transitar libremente porque
de pronto vayan y les hagan algo, eso sí no me gusta” (Lina, 26 años, Comuna 13).
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2013), “la violencia y el delito
dañan directamente el núcleo básico de derechos que están en la base del desarrollo humano”
(p.5). Es decir, que se afecta la vida y la integridad física de las personas y se limitan las
oportunidades de vivir una vida libre de temor y amenazas.
La comparación con La Buitrera, como territorio rural radica aquí, en que las vivencias en
cuanto a la violencia social y el impacto que esto crea en la SM de los habitantes, varían un
poco frente a la Comuna 13. Esto se puede apreciar en el siguiente comentario:
104
En este discurso, se identifica el cambio en la percepción de seguridad de la participante
dentro del territorio de Buitrera, tal es el caso que lo califica como “sano” diferenciándolo
del resto de la ciudad.
“Creo que el mayor problema es la soledad, hay mucha soledad y no solo en los
pelaos, también desde la niñez, y claro, si hay todos esos vacíos de soledad, por eso
cuando llegan a su etapa de jóvenes que es la etapa de tomar decisiones, es más fácil
yo irme por el camino de la droga, o la pandilla, la plata fácil o lo otro, porque
nunca hubo un acompañamiento como tal, mejor dicho, esa es como la cuenta de
cobro a toda esa soledad que se ha vivido y es una cuenta de cobro a la familia”
(Alexander, 40 años, Comuna 13).
“De pronto aquí el proceso con los niños, sí de pronto las mamás no tienen una
mentalidad “buena” para estar guiando estos hijos porque les da 10 o 11 de la noche
y estos chiquillos en la calle, entonces no tienen ni salud mental para ellas, ni para
esos niños porque ellos se están atrofiando la mente desde chicos, se van
mentalizando con cosas que no deben ser como la calle, los vicios, desde la calle
105
empiezan ¡que como vieron a Julanito haciendo tal cosa, entonces él también va y la
hace! y como la mamá no está allí para colaborarles entonces él hace lo que él
quiera, allí el niño ya se está afectando ¿si ve?” (Martha, 58 años, Buitrera).
Como se puede observar en el relato de estos dos participantes la falta de atención a la niñez
es un factor que afecta la SM de los niños y jóvenes en ambos territorios en tanto la soledad
en la etapa más importante de la crianza, los expone constantemente a los peligros y
situaciones propias del contexto como la drogadicción, las pandillas, la delincuencia, entre
otras. Cabe resaltar que como lo mencionan los participantes, esta es una situación que no
sólo afecta al menor sino también a su familia, en el caso de la segunda participante, lo hace
específico en la madre que es quien asume la mayor responsabilidad en los procesos de
crianza, además y en muchos casos, asume la jefatura del hogar por el abandono de su
parejas, quienes además no asumen su paternidad, afectando su SM desde el campo
relacional. Al respecto un participante explica:
Analizando este relato, se puede entender cómo las múltiples responsabilidades que asumen
las madres en estos contextos, llegan a incidir en las afectaciones que ellas sufren a nivel
emocional y psicológico entendiendo que no sólo tienen que responder por la manutención
del hogar, sino también por las situaciones que se presentan respecto a la crianza de sus hijos.
106
drogas y la violencia social que se vive en el contexto, sino también en la generación de
estados emocionales poco positivos que influyen finalmente en la presencia de ideas suicidas
en los niños y jóvenes como lo expone el mismo participante:
“Los muchachos se sienten solos porque no hay presencia de la familia, porque viven
situaciones internas que ellos más fácilmente se la pueden contar a otro amigo que
está ¡peor! y ese amigo peor te conlleva a otra cosa peor, entonces se va volviendo
como una cadena de muchachos que piensan en suicidarse, todo esto encierra una
situación que a veces viene más como de la familia” (Alexander, 40 años, Comuna
13).
Lo anterior, se asocia con episodios depresivos que en adolescentes puede estar relacionado
con eventos estresantes como peleas con los padres, separación, rompimiento con la pareja,
entre otros (Encuesta Nacional de Salud Mental, 2015).
“Hay casos como por ejemplo la mala convivencia, ahora esto con el código de
policía, ha metido en líos a más de uno, porque en estos barrios de clase popular el
equipo de sonido es más grande que la nevera, ¿sí o no?, entonces la gente se
desbarata y “los domingos pongo mi música de 9 a 10 am” (aludiendo a lo que dicen
107
las personas que lo hacen), entonces la gente debe entender que se necesita una
buena convivencia para poder vivir en comunidad” (Felipe, 25 años, Buitrera).
“Yo sé que no es necesario hacer ejercicio para tener una buena salud mental, pero
sí sé que una buena convivencia sirve para tenerla... Porque si yo con el vecino me
odio, si no le vuelvo a hablar, volvemos a lo mismo, ¡la relación entre vecinos es
importante!” (Carlos, 66 años, Buitrera).
Al mismo tiempo se identifica cómo para el segundo informante, la convivencia tiene que
ver con la sana relación que se construye entre vecinos, calificándola entonces como
importante. En relación a lo anterior, Krause (2001) hace mención sobre los efectos negativos
que la desintegración social (en el sentido de la ruptura de agrupaciones sociales tradicionales
y la consecuente individualización) tiene sobre la SM para apoyar la necesidad de vida en
comunidad. Con relación a lo anterior, Alipio Sánchez (1988) menciona que “la presencia de
trastornos depresivos y ansiosos, los cuales atribuye a la anomia, soledad y desarraigo” (p.
50).
Para finalizar este apartado, se quiere hacer mención sobre las problemáticas identificadas a
nivel personal, en ese sentido se encuentran dos que tienen qué ver con: La dificultad de
encontrarse con uno mismo (reconocer su propia situación, lo que le hace daño) y en sí, la
enfermedad física y mental asociada a trastornos.
108
vecinos y cómo esto influye a su vez en su bienestar físico y emocional. Es importante
mencionar que antes de ser diagnosticados con algún trastorno mental, los participantes
evidencian que en un principio, en ellos y las personas de la comunidad existe una especie
de confusión frente a los problemas que se les presentan por lo que tienen dificultad para
reconocer su propia situación y pedir ayuda. Con relación a dicha dificultad, una de las
participantes jóvenes dice lo siguiente:
“Frente a esos problemas normalmente lo que se hace es cortarse las venas, bueno
cortárselas no, se hacen una fisura por aquí (mostrando el brazo) con una cuchilla
leve... ¿Qué más? Se golpean, se refugian en las drogas, en el alcohol, buscan malas
amistades, personas que hacen cosas negativas, para que igualmente los acompañe
en su momento (…) La verdad se aíslan totalmente de la familia. Se ensimisman y se
encierran en un mundo que nadie sabe, casi nunca piden ayuda, pues profesional
¿no?, alguien tiene que hacer eso por él porque no reconoce el problema por el que
está pasando” (Leidy, 18 años, Buitrera).
Sin embargo, cabe resaltar que los participantes que han pasado por situaciones asociadas a
algún trastorno mental, buscan la forma de contribuir a que otras personas reconozcan su
situación y las apoyan teniendo como base su propia experiencia, tal es el caso de una de las
informantes quien después de haber superado una depresión, considera la escucha y el
diálogo como una parte importante para hacer frente a este tipo de padecimientos que afectan
la SM de las personas.
Hasta ahora las personas han construido su propia lectura de las situaciones que pueden
afectar la SM de sus comunidades, desde saberes construidos en el territorio, en la relación
con sus vecinos, en la mediación de los conflictos; saberes que se deben reconocer,
aprovechar y capitalizar en el marco de las intervenciones comunitarias. De esta manera el
conocimiento que se construye en las vivencias y experiencias como cotidianas tienen sentido
y orientan las prácticas respecto a las maneras de relación y acción frente la SM de los
habitantes la comunidad, todos elementos que se construyen en la interacción social que se
enmarca en estos contextos.
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7.4 Estrategias para la ICSM: reconocer, acercarse y apoyar.
Es importante mencionar que dentro de las propuestas que los actores tienen para futuros
proyectos de ICSM tanto internos como externos, estos contemplen la importancia de
reconocer el trabajo que “otros” hacen. En ese sentido, la participante Ruby manifiesta lo
siguiente:
“Que haya un proyecto y que la gente esté ocupada pero que sea integral, como lo
que quiere hacer el “Circo Capuchini”, mire que a ellos nadie les aporta del situado
fiscal, les niegan aportes. Qué importante que lo tuvieran, porque ellos hacen teatro
en la calle, a esta calle han venido y llegaron a mi sector con una película, con algo,
eso es importante …ellos tienen que rebuscársela” (Ruby, 66 años, Comuna 13).
110
Comité de Planificación que es un espacio de toma de decisiones entre líderes comunitarios
para la asignación de presupuesto del situado fiscal a los proyectos de desarrollo en el
territorio.
Uso de métodos alternativos: encuentro directo con las personas en la calle a través del
arte
111
Otra de las propuestas que se hizo constante en el discurso de los actores de ambos territorios,
fue la del “encuentro directo con las personas, en la calle” como menciona la participante
Blanca:
“Yo creo mucho en el espacio libre, en no convocar, yo creo que el Estado se llena
de convocar y de llenar fichas, ¿por qué?, porque si va venir el alcalde hacen
convocatoria, si van a venir hacer vacunación, eso hacen una propaganda y hay que
llenar un montón de firmas, de listas… yo pienso que, si queremos cambiar, tenemos
que salir de ahí, llegar a donde están las personas” (Blanca, 48 años, Buitrera).
De esta manera el encuentro directo con las personas, da cuenta de estrategias reales de
encuentro con los otros. La calle se constituye entonces en ese espacio donde transcurre la
vida comunitaria y es en este dónde se puede intervenir dejando un poco de lado los
encuentros muy formales y estructurados, tipo reunión en espacios cerrados. Frente a su
crítica sobre los mecanismos de convocatoria y papeleo que se realizan desde las
intervenciones externas especialmente desde el Estado, es de vital importancia comprender
la forma en la que los actores comunitarios están representando dichas intervenciones frente
a las cuales muchas veces son renuentes por acciones como las anteriormente expuestas. Este
se podría constituir en ese sentido, en un aspecto a tener en cuenta desde la administración
municipal para generar propuestas de intervención que faciliten la participación de las
personas y no que les distancie ante “tanto papeleo”.
112
“En esa limitada situación económica, logramos como hacer un trabajo que al
menos genere un proceso en los niños y en los jóvenes que tenemos, no que se vuelva
como algo puntual, como algo aquí que tocó y ya, sino algo como que se vuelve
proceso y es lo que hemos venido justamente trabajando… ir generando un proceso
de trabajo que realmente nosotros veamos un resultado, resultado en algunos
aspectos que uno puede ver a través de lo que hace, pero que de pronto también van
a ver resultados a futuro, de ver estos niños y estos jóvenes”. (Alexander, 40 años,
Comuna 13).
En esa línea el arte, la cultura, la lúdica y el deporte, características de las intervenciones que
los participantes realizan en su diario vivir con su comunidad, son vistas como actividades
que posibilitan la construcción de dichos procesos, pues tanto en la comuna 13 como en la
Buitrera las intervenciones que involucran aspectos culturales son de gran impacto. Es por
ello que sus propuestas de ICSM, tienen como un común denominador el estar orientadas
hacia este tipo de actividades.
Inyección de recursos a las propuestas comunitarias para impactar una población más
amplia.
Finalmente, pero no por ello menos importante, es el llamado que hacen estos actores a la
inyección de recursos a sus propuestas, lo cual les permitiría seguir interviniendo y llegando
a una población más amplia. Estos actores constantemente están creando estrategias y
desplegando una serie de recursos para el sostenimiento de sus proyectos, ya sean bingos,
rifas, pulgueros, etc. Si bien este tipo de actividades se convierten en estrategias de
“sobrevivencia” para estas organizaciones y en el marco de su realización se las ingenian
para enriquecer sus intervenciones comunitarias, de alguna manera, la preocupación
constante de tener que sostener y abogar por el reconocimiento de su trabajo y de sus
intervenciones, en especial por parte de la Administración Municipal, son cuestiones que les
representa una gran inversión de energía que podrían aprovechar para sus propias
intervenciones.
113
114
Capítulo 8. Conclusiones y recomendaciones
Para profundizar un poco en los anteriores puntos, es importante reconocer que indagar sobre
este tema con actores comunitarios de por lo menos dos generaciones diferentes de líderes
en cada territorio, permite identificar que en cada uno hay dinámicas particulares de trabajo
comunitario, independientes, pero en relación a las dinámicas institucionales de
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que intervienen en los
territorios, cuyos discursos en un momento histórico específico pueden resignificar el trabajo
de los líderes comunitarios. Es el caso de los discursos institucionales recientes alrededor
115
de la SM de las autoridades de salud a nivel mundial, nacional y municipal que han irrumpido
en las comunidades buscando articularse a las iniciativas que desde hace mucho tiempo
vienen adelantando distintos actores habitantes de los territorios.
116
Los participantes que han obtenido información sobre la SM desde diversas fuentes y en la
participación directa en procesos similares, incluso reconocen las intervenciones de
organizaciones de base, como ICSM. En ese sentido, asumen estas con una actitud positiva
al identificarlas como claves para el desarrollo de la vida comunitaria, puesto que juegan un
papel muy importante en la promoción de la salud y la prevención de situaciones como el
consumo de SPA, la delincuencia, el pandillizmo, entre otras. En la misma línea, se identifica
que el agradecimiento y cariño que los actores comunitarios reciben de las personas a las que
intervienen, es el aliciente que les motiva a continuar con sus procesos comunitarios. Es por
lo mismo, que estos actores que dirigen sus organizaciones muestran una actitud positiva
frente a sus propias intervenciones.
La actitud con orientación negativa hacia las ICSM, está relacionada con la continua pérdida
de credibilidad en las instituciones, fruto de la implementación de acciones aisladas, la
inadecuada ejecución de los recursos públicos, así como lo que los actores denominan el
“manoseo de la comunidad”, entre otras causas. Igualmente, la actitud con orientación
negativa también se da porque los actores comunitarios no se sienten respaldados
institucionalmente en sus propias formas de intervenir el territorio, es decir, los procesos
que vienen desarrollando por largo tiempo y llevados a cabo “con las uñas”, no son
reconocidos y apoyados desde la institucionalidad.
Por otro lado, se identifica que las acciones que los actores tienen para el cuidado de la
SM de sí mismos, tiene que ver con múltiples dimensiones que van desde una dimensión
espiritual, mental, corporal y social. La dimensión espiritual es de suprema importancia en
la vida de los participantes, en tanto orienta su diario vivir y les permite crear una sensación
de seguridad que les hace tener tranquilidad, lo cual lo significan como importante para
preservar su SM. En relación con la dimensión mental, los participantes que tienen mayor
proximidad con información sobre temas relacionados con la SM y las ICSM, coinciden en
que, ante los problemas, el recibir terapia psicológica es muy importante cuando desde la
dimensión espiritual y social con el acompañamiento que otros puedan brindar, no es
suficiente.
117
Para caracterizar el proceso de construcción del campo de representación, se retomaron
elementos relacionados con la historia de estos actores comunitarios, así como la forma en
que se relacionan con el territorio que habitan, sus concepciones sobre los problemas de su
territorio en el orden de la ICSM y a su vez las propuestas o posibles soluciones surgidas por
ellos mismos, a partir de las vivencias que han tenido en el campo de lo comunitario. Estos
elementos permiten entender, la forma en que el contexto influye en las concepciones frente
a los problemas y en ese sentido se identifica el orden de prioridad que se les da a estos según
el territorio. En ese mismo sentido, las RS de los actores frente a las intervenciones se
obtienen en función de la percepción que tienen sobre sus problemas en comunidad y los
personales. En resumen, las RS sobre las ICSM son producto y proceso de un tiempo y
espacio.
En este punto se pudo hilar la forma en que los procesos de interacción social, donde los
líderes desarrollan su participación en espacios relacionados con la SM comunitaria,
permiten a su vez la construcción de una relación sentida con el territorio. En la misma línea
se identifica en el discurso de los participantes, en sus RS sobre las ICSM hay una
construcción de conocimientos acerca de lo que ellos identifican como problemas del
territorio y sus ideas sobre lo que deben ser las ICSM también se desarrollan con
relación a dichos problemas. De esta manera, se identifica que para los actores de Buitrera,
los problemas que tienen prioridad, tienen qué ver con la falta del agua , el individualismo o
desarticulación entre actores, mientras que para los actores Oriente, problemas como el
consumo de SPA, las pandillas y las fronteras invisibles son los de mayor prioridad.
Asimismo identifican que unos problemas conllevan a otros que también afectan la SM de
las personas, entre esos entra el juego el tema de la convivencia.
Todo lo anterior permite observar que muchas de las estrategias que los actores proponen
responden a las RS que ellos han construido sobre SM y las ICSM. En ese sentido, y en
coherencia con los planteamientos de Bang (2010 y 2014) y Del Cueto (2014), para los
actores comunitarios una ICSM es aquella que reconoce el trabajo de otros y a su vez,
propone formas de intervención más integrales. Igualmente, tiene que ver con aquellas
intervenciones que buscan el acercamiento a las personas desde sus propios
conocimientos y saberes, es así que sugieren hacer talleres no tan conceptuales, por el
118
contrario el uso de la lúdica, la didáctica es prioridad para ellos en este tipo de
intervenciones. En la misma línea, las ICSM para los actores son aquellas que se realizan
desde el trabajo directo con las personas, en la calle, en sus propios espacios de
encuentro, considerando que estas formas de hacer, influyen en el cambio y las
transformaciones que puedan darse con las personas. Lo anterior también depende de que se
desarrollen las intervenciones por procesos y no por acciones puntuales. Al respecto, se
entiende que es lo que ellos han venido haciendo por muchos años a partir de su creatividad
y con sus propios recursos, dando cuenta de resultados positivos sobre ello.
De manera que para lograr un acercamiento a las RS sobre ICSM, se analizaron las
condiciones de producción de los conocimientos sobre el tema, la forma en que dichos
conocimientos llevaron a que los actores desarrollaran unas actitudes y orientaciones en su
conducta, ubicándose en un grupo social e intercambiando saberes con grupos y actores de
su medio. Todo lo anterior va permitiendo que se teja una visión sobre la realidad bajo el cual
los actores desarrollan una identidad en la búsqueda del sentido común de lo que para ellos
deberían ser las ICSM.
119
por los cuales los actores llegan a construir una mirada, actuando y pensando de cierta
manera. Estos son elementos fundantes para las intervenciones, en la medida en que
permiten una comprensión de lo que hay más allá de lo evidente, acercándose al tejido
desde donde se hilan situaciones que pueden llegar a entenderse como las causas de
ciertos problemas sociales.
Para futuras intervenciones, que muchas veces se quedan en el nivel de
información, es necesario empezar por reconocer los conocimientos de los
actores sobre el tema a trabajar. De acuerdo con lo anterior se hace necesario llevar
a cabo reflexiones más profundas en cuanto al tipo de información al que tienen
acceso las personas, para descubrir, hasta dónde las nociones que se construyen aún
con los grandes avances en términos investigativos y de intervención, permiten seguir
reproduciendo los imaginarios de SM relacionado con “locura”, como hemos visto
en algunos informantes, o por el contrario, permiten seguir ampliando un concepto
de SM más integral y desde un enfoque comunitario.
Los líderes comunitarios, que son a su vez líderes de opinión, difunden ciertas
informaciones, las cuales son legitimadas en la mayoría de los casos por las
comunidades. Es fundamental aprovechar la potencialidad y el recurso de estos
actores como comunicadores naturales, pues estos son difusores que aportan en la
circulación, así como en la construcción y deconstrucción de informaciones que
pueden contribuir positiva o negativamente a la SM. Por tanto, las intervenciones
comunitarias en su dimensión informativa, más allá de cumplir desde un lugar
superficial y bancario “depositando” informaciones, deben pensarse como la
construcción conjunta de conocimientos a partir de los significados colectivos.
Reconocer desde la institucionalidad los procesos que a lo largo de los años han
ido gestando los actores comunitarios y han aportado significativamente en la
solución de las problemáticas de sus comunidades. Si bien, es interesante conocer
que a pesar de las difíciles circunstancias que se viven, sacan adelante sus procesos,
se hace necesario comprender la importancia de los aportes que ellos hacen en
términos de la promoción de la salud, de la vida y la prevención de la enfermedad,
120
del consumo, de las violencias, etc, y por ende se hace necesario proveer de
recursos a estas organizaciones para que amplíen o fortalezcan su accionar.
En la misma línea se debe propender por la participación de estos actores en los
espacios de diagnósticos sociales comunitarios y la construcción de políticas que
busquen atender la SM del municipio de Santiago de Cali. En consecuencia, son
ellos quienes desde sus saberes históricos pueden brindar información de las
necesidades reales que se viven en los diferentes territorios y por ende, conocimientos
sobre las diferentes formas de intervenirlo.
Promover la participación juvenil y el relevo generacional que se hace necesario
entre los líderes que intervienen un territorio, considerando la relevancia de los
aportes que han hecho los líderes comunitarios jóvenes a partir de propuestas
orientadas al arte (música, teatro, danza, pintura) y el deporte, es importante impulsar
aún más la participación de estos en los diferentes espacios relacionados con el diseño
de estrategias en pro de la SM.
121
Impulsar aún más el trabajo en red en el que se reconozcan entre sí las diferentes
propuestas de intervención que se tienen en el territorio. Por un lado, dentro de
esta investigación, se reconoció en el discurso de los actores lo valioso que fue haber
reconocido que en sus comunas o corregimiento, otros actores trabajaban sobre
propuestas antes no imaginadas por ellos, de igual forma, lo importante de la
articulación entre organizaciones de base e instituciones que intervienen el territorio
para poder dar respuesta de manera más oportuna a las diferentes problemáticas de
los usuarios de las organizaciones comunitarias y finalmente, el impacto en el trabajo
que ya realizan redes instituidas como la Red de Educadores Populares.
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