Plan Pinedo
Plan Pinedo
Plan Pinedo
peronismo
Author(s): Juan Jose Llach
Source: Desarrollo Económico, Vol. 23, No. 92 (Jan. - Mar., 1984), pp. 515-558
Published by: Instituto de Desarrollo Económico Y Social
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/3466422
Accessed: 30-08-2019 18:36 UTC
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Desarrollo Econ6mico, v. 23, N? 92 (enero-marzo 1984)
I. Introduccion
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go, aun se espera la obra definitiva sobre la crisis de la economia argentina en el perfodo de entre-
guerra, que es el verdadero trasfondo del plan Pinedo, lo supieran o no sus autores. Es curioso que la
mejor obra para entender esto sea la de un testigo, Alejandro Bunge, y que la mejor prueba de la gran
discusion sea la Revista de Economia Argentina, que inici6 su publicacion en 1918. El autor prepara
actualmente una recopilaci6n de los principales articulos de dicha revista.
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tampoco sobre lo que sus autores quisieron decir. Para ello debe conside-
rarse integralmente el documento: el breve mensaje del PEN al Congreso,
la extensa fundamentacion de cuarenta y seis paginas, en la que se enuncian
muchas medidas integrantes del programa y, claro esta, el proyecto de ley
de financiacion (Hacienda, 1940a y 1940b) 4. Independientemente de esto,
es probable que la discusion se haya amplificado por tratarse de un progra-
ma nunca ejecutado, asi como por las dudas sembradas por el propio Pinedo
al manifestar afnos despues un escaso entusiasmo con su propio Plan (Pinedo,
1946, pp. 190 y 191).
El Plan se origina en una situacion de emergencia: la Segunda Guerra
y sus consecuencias sobre la economia argentina. Como tal, sale a dar res-
puestas inmediatas a los problemas que tal situacion planteaba en el sector
externo, en el nivel de actividad economica, en el marco institucional de
la economia (el grado de intervencion estatal) y, subsidiariamente, en el
nivel de precios. En este sentido, y con toda logica, se trata de un programa
de corto plazo.
Sin embargo, es evidente que sus autores tambien aprovechan la situa-
cion para dictar o anunciar medidas y cambios institucionales mas ambicio-
sos, que afectaran mas duraderamente a la economia.
Nada mejor para acercarnos a la "verdadera naturaleza" del programa
que analizar con alg/un detalle el diagnostico de los problemas economicos
argentinos que formulaban sus autores, para lo cual es ilustrativa la siguiente
esquematizacion.
4 Las citas del Plan se acompanian con la referencia: Hacienda, 1940a, que es la
Las de los debates tienen la referencia Hacienda, 1940b, que es tambien su version oficial. Una versi6n
del Plan, que no incluye el proyecto de ley de financiacion, fue publicada en Desarrollo Econ6mico,
vol. 19, N? 75, oct-dic. 1979. Las citas de Hacienda 1940a se han hecho identificando capitulos y
secciones (y no paginas) para permitir su confrontacion con las ediciones mas accesibles.
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bles en divisas libres; los saldos tienden a crecer porque Inglaterra ya no puede
proveer muchas importaciones antes habituales. Estos saldos pueden llegar a crear
problemas de consideracion en el futuro.
2.2. En el area del dolar se registra un deficit creciente, originado en una ten-
dencia natural que se ha visto agravada por el desvio de importaciones hacia los
Estados Unidos y por la ruptura del "esquema triangular", que permitia anterior-
mente financiar los deficit con Estados Unidos mediante los superivit con Gran
Bretafia.
La tendencia al deficit con el "area del dolar" sera creciente, a menos que se
tomen medidas (III.38). Por lo demas, "el gran mercado de Estados Unidos ofrece
enormes posibilidades. No hay ninguna raz6n lo6gica para que nuestra industria
no pueda aprovecharlas. La tarea es bien compleja y dificil, pero de ningun mod
imposible" (III.42).
2.3. En el comercio con los restantes paises de America continua el superivit
tradicional. El problema es aumentar el intercambio con esta region (III.37).
3. Es indispensable controlar las importaciones (III.38 y 39)
Ya se ha empezado a recurrir a las exportaciones de oro, pero estas pueden
alcanzar magnitudes preocupantes. Las posibilidades de conseguir cr6ditos en
exterior son muy escasas.
Por lo tanto, es indispensable limitar las importaciones procedentes de la zona
de divisas transferibles.
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ciente, junto al cierre parcial de las importaciones, para activar la industria (o sea
que no se considera necesario modificar la relacion precios/salarios).
,Por qu6, entonces, se menciona la cuestion de la industria? Responder a esta
pregunta nos lleva a considerar el diagn6stico, generalmente implicito, que el Plan
formula sobre las perspectivas de desarrollo de la economfa a largo plazo. El pro-
grama es mucho mas cauto en este aspecto. Ya se ha visto que se considera imposi-
ble saber si, despu6s de la guerra, el pafs tendra la posibilidad de exportar canti-
dades crecientes de productos agropecuarios.
No obstante, puede trabajarse sobre una certidumbre: "La vida econ6mica del
pafs gira alrededor de una rueda maestra, que es el comercio exportador. Nosotros
no estamos en condiciones de reemplazar esa rueda maestra por otra, pero estamos
en condiciones de crear al lado de ese mecanismo algunas ruedas menores que
permitan cierta circulaci6n de la riqueza, cierta actividad economica, la suma de
la cual mantenga el nivel de vida de este pueblo a cierta altura" (una famosa frase,
pronunciada por Pinedo ya en el fragor del debate parlamentario, Hacienda,
1940b, 156).
De aqui surgird la preocupaci6n por compatibilizar el desarrollo industrial con
un grado importante de apertura de la economfa al comercio exterior. El desarrollo
industrial, sin embargo, no se alcanzarfi espontaneamente porque "hay que resolver
el problema permanente de financiaci6n de la industria" (al igual que el de la cons-
trucci6n) y hay que dar "garantias de estabilidad industrial para despues de la
guerra" (Hacienda, 1940a, I.IV.11 y 14).
La necesidad de financiar a las industrias y a la construcci6n contrasta con los
"cuantiosos recursos monetarios" que el pais tiene a su disposici6n (I.I.3).
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solo una coyuntura lo que preocupaba a los autores del Plan. Dificilmente
puedan ser juzgadas como meramente coyunturales cuestiones tales como
las perspectivas futuras de las exportaciones agricolas, la crisis del esquema
comercial triangular de la Argentina con Estados Unidos y Gran Bretania,
la diversificacion de las exportaciones argentinas, las trabas para el desarrollo
de las industrias manufactureras y de la construccion de viviendas o el mer-
cado de capitales de largo plazo. Veamos ahora hasta que punto las medidas
de politica economica propuestas tambien trascendian la coyuntura.
5 Todo el nuevo sistema de financiaci6n seria dirigido por una Comisi6n Organizadora presidida
por el ministro de Hacienda (art. 150). Esto constituia un avance sobre el Banco Central y cortducia
a reforzar el cargo que hacian los radicales sobre una "dictadura financiera".
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6 Esta subexpansion del sistema fue criticada por algunos radicales con motivo de la discusion
del Plan (Ortiz Grognet, 1941). Debe destacarse que entre 1930 y 1939 la relacion prestamos/depo-
sitos cay6 un 30 % para el conjunto del sistema y 21,3 %/0 para el Banco de la Nacion. En el mis
periodo, mientras el producto se expandia alrededor de un 15 % los prestamos caian un 30 %. Dado
que las tasas de interes no eran elevadas, es probable que los prestamos largos hayan resultado rac
nados.
7 Cf. articulos 2?, 4? y 5? del proyecto y los discursos de Pinedo, Matias Sainchez Sorond
Jose Heriberto Martinez en Hacienda (1940b). Los bancos entregaban fondos al Banco Central y este
los endosaba al organismo de financiacion. La autoridad monetaria devolvia los fondos a los bancos
a medida que se reactivara la economia pero, entretanto, ellos podian computar en el calculo de su
efectivo minimo "parte" de los fondos entregados al Banco Central.
8 Otras correcciones efectuadas por los senadores fueron: suprimir la clausula del articul
que establecia que las viviendas debian ser para empleados y obreros; establecer que la recepcion de
acciones de empresas de servicios publicos como parte de pago de las exportaciones debia ser pro-
puesta al Congreso en planes de conjunto y agregar un representante del Ministerio de Agricultura
en la Comision Organizadora del programa.
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cion del Banco Central, sino los bancos, sociedades financieras y otros entes
autorizados, con fondos provistos por aquel. Sin embargo, los riesgos priva-
dos eran limitados porque los bancos oficiales tambien podrian actuar como
prestamistas y porque todas las obligaciones y compromisos, de corto y de
largo plazo, contraidos por el organismo de financiacion, serian considerados
obligaciones y compromisos de la Nacion Argentina.
Por fultimo, el proyecto agregaba en el celebre articulo 100 otra forma
de intervencion estatal: autorizar al gobierno para garantizar los creditos ban-
carios de promocion de exportaciones y facultar al PEN para recibir titulos
de la deuda argentina o acciones de empresas de servicios pfublicos en pago
o garantia de las exportaciones9.
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11 Cf. Hacienda, 1940a, 21. Pinedo argumenta que si el tratado se hubiera hecho antes se
brian ampliado los mercados para la industria, que podria asi haber mejorado sus costos.
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16 En realidad, antes de que el plan Pinedo fuera tratado en Senadores -otro ardid de
ya se habia dictado el decreto 78.466 del 29/11/40 por el que se autorizaba la negociacion
en la forma antedicha, siempre y cuando las operaciones fuesen realizadas por organizaciones
mente autorizadas. Poco tiempo despues, -cuando Pinedo ya habia renunciado, se dicto el decreto
90.235 del 9/5/41, por el que se autorizaba a la CPI "vista la presentacion ante el Ministe
cienda de un niucleo de hombres de negocio estrechamente vinculados al comercio argen
americano" (BO, 29/5/41). Ver tambien Banco Central (Memoria, 1940,9) y BO, 18/1/4
posicion tenia un lejano antecedente en el control de cambios de 1933 (Beveraggi Allende, 1954, 170).
17 Los datos sobre directorios de la Corporacion fueron extraidos de sus Memorias y de la
Guia de Sociedades An6nimas (1943-44). Entre las firmas industriales potencialmente exportadoras
representadas en los directorios de la Corporacion se destacan aquellas pertenecientes a conglomerados
tales como Bemberg, Tornquist, Bunge y Born y Braun Menendez. Sin embargo, en el directorio prov
sional de la Corporacion, era notorio el predominio de las firmas norteamericanas, seg(un puede apre-
ciarse en la siguiente lista: City Bank (presidencia), General Electric, General Motors, Goffre Carbone
y Cia., Moore y Mc Cormack, Banco de Boston, Fevre y Basset, Ford Motors, Case and Co. y Camara
de Comercio Estadounidense (Revista de Economia Argentina, XXIII, 276, junio de 1941).
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destaca el que por su encargo llevo a cabo la Armour Research Foundation 18.
En este trabajo se describe con mucha claridad el alcance que se deseaba
otorgar a la industrializacion argentina. Inspirado en una interpretacion de
la eficiencia productiva a partir de la dotacion de factores productivos, pero
particularmente de materias primas (a la Leontief), el estudio consideraba
necesario incrementar la competitividad externa de la industria argentina,
desmontar la pequefia industria ineficiente y promover lineas de produc-
cion con mayores ventajas "naturales".
En particular, el informe consideraba ventajosas a las industrias elabo-
radoras del maiz, la leche, los cereales, el ganado porcino, la lana, el algo
la madera, el plomo y el cinc; la elaboracion de cemento y cal; la fabricacion
de algunos productos quimicos, especialmente la soda caustica y los acidos
sulfurico y clorhidrico y las industrias de confecciones y calzados, papelera,
bodeguera y frigorifica. Como industrias de "posicion intermedia" la
Armour mencionaba las del vidrio y la ceramica, asi como la fabricacion
de piezas simples de maquinarias y gabinetes de aparatos electricos. Final-
mente, ubicaba en posicion desventajosa a todas las industrias metalurgicas
y sider'urgicas, excepto las basadas en hierro viejo, asi como a todas aquellas
con mucha utilizacion de energia (pese a seiialar que el pais tenia ventajas
para la hidroelectricidad) 19.
18 Armour Research Foundation, 1943. Una versi6n resumida del estudio de Armour fue p
cada en Desarrollo Econ6mico, vol. 22, N? 85, abril-junio de 1982.
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20 Las posiciones de las gremiales empresarias pueden consultarse en Banco Central (1940b),
Hechos e Ideas (1941, 400 y sigs.), Murmis y Portantiero (1971), Llach (1972) y Lindenboim (1976).
Para las Federaciones consultar La Naci6n, 16/12/40.
21 La longitud de los discursos de los senadores oficialistas Sanchez Sorondo y Martinez (Ha
cienda 1940b, 55-81 y 83-134) dificilmente haya sido motivada para convencer a los tres senadores
radicales, cuyo voto era innecesario. Es logico pensar que el motivo real fue evitar deserciones en la
propia bancada oficialista.
22 La tesis del "agrarismo" de la UCR enfrentado al industrialismo moderado del oficialism
fue elaborada por Murmis y Portantiero (1971) y retomada por Pereyra (1978). Una posicion diferent
se encuentra en Llach (1972).
23 Cf. el niumero especial que dedic6 al tema la revista radical Hechos e Ideas (enero de 194
Sabattini, ademas de proponer una rebaja de los arrendamientos para reactivar el mercado interno,
proponia una suerte de integracion vertical del sector agropecuario, incluyendo la industria "del
motor, especialmente el destinado a las faenas agricolas y al transporte" (ibidem, 328 y si
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24 La "Apologia de Buenos Aires y de la vida urbana" (un subtitulo tal vez aiadido por el
compilador de la edici6n de Hacienda, 1940b) se encuentra en las paginas 148 y 149. Por otro lado,
el ataque de los radicales a la "oligarquia financiera" (recordar que el Banco Central era mixto) te
una larga tradicion. Se mezclaban actitudes muy diversas: la oposicion al sistema politico excluyente,
al que se juzga indisolublemente ligado a dicha "oligarquia"; una concepcion ciertamente menos
moderna de las finanzas que la de Pinedo y, por iultimo, cierto "anticosmopolitismo" mezclado con
un populismo agrario que tiende a ver a Buenos Aires como una gran maquinaria de intermediacion
comercial, financiera y burocratica parasitaria. Esta ultima actitud es patente en Nemesio de Olariaga
(1943) y en los sectores ruralistas de la CARBAP y CARCLO. El argumento fue discutido por Pinedo.
La menor modernizacion de los radicales en cuestiones monetarias y financieras se trasunta a lo largo
del debate del plan en el Senado (Hacienda, 1940b; Hechos e Ideas, 1941). Las citas del texto estan
en ibidem, 307 y 306.
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CUADRO 2
25 Los porcentajes fueron calculados por el autor en base a los datos oe ios Anuari
cio Exterior y los Censos Industriales. Indudablemente, un calculo por subramas de la industria darla
proporciones mas altas de exportaciones/valor de la produccion.
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26 Calculos del autor en base a datos de lasMemorias del Banco Central (1945, 25 y 1946
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Es probable que en un
no habrian encontrado
raba un firme aliado en el Cono Sur, dispuesto a renunciar -de acuerdo con
los lineamientos pinedistas- al establecimiento de industrias que compitieran
con las exportaciones o con las radicaciones de capitales norteamericanas.
El caracter fuertemente competitivo de las economias de la Argentina y
de los Estados Unidos y las politicas proteccionistas de este fultimo pais,
sin embargo, echan tambien algunas sombras sobre la posibilidad real de que
la Argentina consiguiera ese modesto lugar bajo el sol.
Pero mas alla de esto, lo cierto es que ni en la Argentina, ni en los
Estados Unidos, ni en Gran Bretafia, los grupos politicos y de intereses
partidarios de ese acuerdo fueron los predominantes durante la Guerra.
En la Argentina, los partidos politicos mayoritariamente proaliados
en 1945 -radicales, socialistas y algunas fracciones del conservadorismo-
rechazaron el plan proaliado de 1940, que era el de Pinedo, o bien lo apoy
ron condicionadamente. Tampoco resultaron suficientes los vuelcos hacia
posiciones pronorteamericanas de Ortiz, Alvear y Justo; no solo por ser
decisiones casi postumas, sino porque para entonces ya habian crecido
considerablemente las fuerzas partidarias del neutralismo, tanto las urbanas
de nuevo cunio como las rurales tradicionales. El final es conocido: Braden
o Peron.
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sin hierro y sin combustibles, sin lana y sin algodon, haya creado poderosas
fabricas que seran todo lo artificiales que quieran, pero que dan vida y sosten
a millones de seres y salvan la economia de su pueblo; que Norteamerica,
con la 'industria artificial' del caucho, producto que no tiene, consuma el
70 % de la produccion mundial de esa materia prima... pese a que algunos
argentinos sigan llamando aqui 'industrias artificiales' a casi todas las que,
con noble y patriotico esfuerzo, han creado los verdaderos pioneers del
trabajo nacional" (Colombo, 1940).
Esto no significa que en la UIA estuvieran efectivamente representados
por igual todos los empresarios industriales. Aunque la estructura de socios
de la UIA era bastante diversificada, casi todas las empresas de alguna signifi-
cacion estaban asociadas y las que, adem6as de ser grandes, estaban radicadas
en el Gran Buenos Aires, sobre todo si tenian alguna antigiiedad, no solo
estaban sobrerrepresentadas sino que tambien tenian una mayor participa-
cion en la conduccion institucional. En otras palabras, prevalecian las empre-
sas mas establecidas, las que menos necesitaban de la activa protecci6n del
gobierno y las que resultarian menos beneficiadas -relativamente perjudi-
cadas- por la aplicacion de politicas redistributivas. Tambien se encontra-
ban sobrerrepresentadas las empresas de capital extranjero 27.
Por contraposicion, es claro que se encontraban menos representados
los industriales mfis recientes o marginales, pequefios y medianos, y algunos
grandes de capital nacional. Lo mismo ocurria con los industriales del
interior, como hemos dicho, a pesar de que su crecimiento reciente ha
sido mayor que el de los del Gran Buenos Aires o la provincia de Buen
Aires. Entre 1935 y 1943 el nfumero de establecimientos en 14 provincias
y territorios habia aumentado proporcionalmente mas que en la Capital
y la provincia de Buenos Aires; en tres distritos habia crecido mas que en
la Capital pero menos que en la provincia, y solo en cinco casos se habia
incrementado menos que en las dos areas nombradas. Lo que quiz/as sea mas
sorprendente, la fuerza motriz instalada en la industria entre esos mismos
anos habia aumentado proporcionalmente mas en cualquier distrito que en
la Capital y en la provincia de Buenos Aires28.
Mas aiun, las evidencias existentes sobre una tendencia hacia la descon-
centracion de la industria entre 1935 y 1946 (Jorge, 1971; Llach, 1972;
Goetz, 1976) ilustran claramente acerca del franco crecimiento del empresa-
riado nuevo, menos representado en la UIA.
La posicion de la UIA en el debate industrial empezo a modificarse a
medida que se hizo patente la posibilidad exportadora de la industria. Sin
desdecirse de su defensa "bonapartista" y proteccionista de toda la manu-
factura establecida, empezaron a ser mucho mais frecuentes sus manifesta-
27 La lectura de la Guia de socios de la UIA (1946) es bastante ilustrativa al respecto. En
cuanto a la sobrerrepresentacion de la Capital y la provincia de Buenos Aires debe sefialarse que el
92,3 % de los socios de la UIA tenfan' sus domicilios en la Capital Federal y los partidos del Gran
Buenos Aires y el 94,9 % en la Capital y la provincia de Buenos Aires. En cambio, solo el 68,5 % de
los establecimientos industriales estaban ubicados en estos dos ultimos distritos.
28 Calculos propios basados en los datos de esos afios publicados en el Censo Industrial de
1946, 18 y siguientes.
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538 JUAN JOSE LLACH
2. La estrategia militar
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EL PLAN PINEDO DE 1940 541
34 La UCR retornaba de este modo a las posiciones "alvearistas". Como lo ha senialado Javier
Villanueva (1972), la propuesta industrialista del presidente Alvear y su ministro Herrera Vegas era
extensiva a cualquier tipo de materias primas y no se pronunciaba por preferencias a las exportaciones.
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36 Una version de este documento fue publicada en Desarrollo Economico, vol. 20, N? 77,
abril-junio de 1980.
37 Acevedo menciono estos hechos: la tarifa aduanera de 1931-32, el derecho adicional del
10 % a las importaciones, el control de cambios ("una segunda barrera aduanera"), la devaluacion
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544 JUAN JOSE LLACH
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EL PLAN PINEDO DE 1940 545
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546 JUAN JOSE LLACH
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EL PLAN PINEDO DE 1940 547
cebar la inflacion (Fodor, 1975). Como si esto fuera poco, los Estados Uni-
dos tambien dificultaron en cantidad y en precio algunas exportaciones
argentinas en la temprana posguerra (Fodor, 1975; Escude, 1983).
Una fresca vivencia contemporanea a estos hechos, y justificatoria del
mercadointernismo resultante, se encuentra en el siguiente texto de Peron
(cuya longitud no es mayor que su importancia):
Seiiores: muchas veces he mencionado un caso que comentabamos en ese Con-
sejo Nacional de Posguerra hace dos aiinos y medio, cuando estudiabamos el po
proceso inflatorio que hoy soportamos y que se comenzaba a insinuar en aquellos
tiempos. Dijimos que el equilibrio econ6mico del regimen capitalista... habia pos
bilitado que desde un pais central se pudiera succionar la riqueza de los demas,
la incomodidad y sin el peligro del traslado a dicho pais para su explotaci6n.
Ello semejaba, dijimos entonces, a un sistema de vasos comunicantes que unia
numerosos tanques de un sistema encadenado, de modo que succionando de un
tanque uno podria ir paulatinamente vaciando los otros tanques a 1e ligados
vasos comunicantes...
.. .En consecuencia, previmos ya entonces que, terminada la guerra, co
me destrucci6n de valores que ha habido en esta... los tanques de la mayor parte
de los pafses quedarian en un minimo nivel, y era lo6gico que por el principio de
que los liquidos buscan su nivel, la riqueza nuestra bajarfa tambi6n paulatinamente
a ocupar el nivel de los demds tanques.
La medida tendiente a evitar ese fen6meno, era colocar una llave que regulase
la salida o entrada a nuestro propio tanque... Asi naci6 la necesidad de montar,
dentro de nuestro sistema administrativo, la Secretarfa de Industria y Comercio,
destinada al control de nuestro movimiento de importaci6n y de exportaci6n asi
como de consumo interno...
...Tambi6n se ha dicho con referencia a nuestro intercambio exterior, que no
procedemos con liberalidad, que estamos regulando la exportaci6n. Yo pregunto
qu6 pais del mundo no regula en este momento la exportaci6n. Si no fuese asi,
la ventaja seria para nosotros, que disponemos de tantos miles de millones de pesos
para comprar lo que necesitamos, aunque tropezamos permanentemente con la
prohibici6n de exportar de los paises a quienes nosotros estamos proveyendo
de alimentacion. Por eso ha sido necesario, frente a la situaci6n de que todos los
barcos lleguen vacios porque los gobiernos de esos paises no permiten la exporta-
ci6n a la Argentina, que establezcamos que barco que llegue vacfo se ira tambien
vacfo ( iMuy bien! iMuy bien! Prolongados aplausos).
Es la unica forma de que podamos conseguir mantener dentro de las fronter
de nuestro pais el standard de vida y de felicidad que el pueblo esta hoy disfrutan-
do, de lo contrario, seria igualar nuestro destino al de los paises que estan pasando
hambre y miseria en todas las latitudes de la tierra (Per6n, 1946b, III, versi6n taqui-
grdfica).
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548 JUAN JOSE LLACH
40 Una recopilaci6n de las principales leyes de los primeros afnos del peronismo se encuentra
en Leyes obreras de la Revoluci6n, Buenos Aires, Primicias, sin fecha. Tambien es interesante la Cro-
nica Mensual de la Secretaria de Trabajo y Prevision, 1944-46. Entre par6ntesis, cabe destacar que
las elecciones de 1946 no fueron ganadas sino a pesar de los escasos logros en materia de salarios
reales, pero a favor de los efectos de la legislaci6n social sobre la vida cotidiana de los obrero
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EL PLAN PINEDO DE 1940 549
41 En enero de 1944 el Ministerio de Hacienda pas6 una lista de productos de "no regulare
a "regulares" (bajando su tipo de cambio exportador). En agosto de 1945 se decidio suprimir directa-
mente el tipo de cambio para exportaciones no regulares aunque, luego de una serie de postergaciones,
se mantuvo para los productos con mejores perspectivas de afianzamiento y mis intensivos en mano
de obra. Sin embargo, el 30/1/1945 se hicieron modificaciones en el regimen de aforos que implica-
ban en los hechos la liquidacion por el mercado oficial de casi todas las divisas generadas por la expor-
tacion (decreto 14.292). Cf. las Memorias del Banco Central de 1945 (pag. 39), 1946 (pags. 78 y 79),
1947 (pag. 55) y 1948 (pags. 27 y 28). Cf. tambien Secretaria de Industria y Comercio: Regimen de
Exportaciones, Buenos Aires, 1948. En afios posteriores se amplio nuevamente la lista de "exporta-
ciones no regulares": pero los efectos de la politica salarial sobre las exportaciones ya no podian com-
pensarse con disposiciones cambiarias.
42 Tambien son ilustrativos al respecto los datos presentados por la CEPAL en El desar
econ6mico de la Argentina (I, 21 y siguientes) que demuestran que la mejora de los terminos del
intercambio externo en la posguerra no se tradujo, a partir de 1945, en mejoras de los precios agro-
pecuarios internos relativos a los industriales.
El hecho es que entre 1946 y 1949 los precios agropecuarios aumentaron un 27 % -solo un
4,5 % los de los cereales y oleaginosos- contra un aumento del 71,9 % en los precios industriales
nacionales y del 157,5 % en los salarios industriales por obrero.
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JUAN JOSE LLACH
550
CUADRO 3
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EL PLAN PINEDO DE 1940
551
V. Reflexiones finales
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552 JUAN JOSE LLACH
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EL PLAN PINEDO DE 1940 553
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554 JUAN JOSE LLACH
cualquier estrateg
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EL PLAN PINEDO DE 1940
557
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Buenos Aires.
RESUMEN
MARY
The Plan Pinedo of 1940 and the tances of a large debate on the more
"internal-marketist" program of the early advantageous development strategies and
Peronism are analyzed here as the top ins- the economic policies. A debate which ta-
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JUAN JOSE LLACH
558
kes deeply their roots in the past con- of such an apogee are studied in section 4.
tinues up to date with surprising im- Arguements which Peronism used, before
portance. and after its constitution as a political
movement, consecrating the success of an
After a brief foreword, the Program
industrial policy substantially based on the
for National Economy Recovery of 1940,
internal market and the success of a poli-
its debate in the Parliament and throu-
tical economy traced with some dislike
ghout the public opinion so as its politi-
for foreign trade are also exposed there.
cal failure are studied in section 2. This
These arguements were not entirely based
program has a special meaning as it was
on the 'industrial polemics" but on exter-
the prior State document considering the
nal conditions, argentine goals of foreign
possibility of partial modifications of usual
policies and Peronist goals of social justice.
development strategies.
Finally, the reasons of the political failure
The course of the polemics from the of the Plan Pinedo and economic failure
Plan Pinedo failure in 1946 is analyzed in of early Peronist program are analyzed in
section 3, remarking specially the dis- the brief section of conclusions. However,
cussions on industrial growth styles and the indelible heritage of Peronist proposal
State intervention in the economy. This is also remarked. From then, no economic
development registered growing symptomastrategy was able to achieve the hegemony
of hegemony of industrialist attitudes so
paying no attention to popular support.
as the genesis of internal-market thought.
This thought reached its height during The search of this strategy is a problem
the first years of Peronist regime. Causes not yet solved by the argentine society.
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