Bienes, Naturaleza Juridica y Clasificacion

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TITULO II

LOS BIENES Y SU CLASIFICAClaN

CAPITULO I

CONCEPTO JURÍDICO Y ECONÓMICO DE LOS BIENES y CRITERIOS


DE CLASIFICACIÓN

l.-Nociones generales.-Trataremos sucesivamente del concepto


jurídico y económico de los bienes y de los distintos criterios propues-
tos para su clasificación:
a) Bien en sentido iurídico y en sentido econ6nzico. Desde un
punto de vista jurídico, la ley entiende por bien todo aquello que pue-
da ser objeto de apropiación. Este significado es distinto del econó-
mico, pues en este sentido, bien es todo aquello que pueda ser útil al
hombre. Por tanto, aquellos bienes que no puedan ser objeto de apro-
piación, aun cuando sean útiles al hombre, no lo serán desde el punto
de vista jurídico. En la naturaleza existen gran cantidad de bienes
que no pueden ser objeto de apropiación, tales como el aire, el mar,
los astros, etc., etc.
Planiol y Ripert, t. I1I, pág. 57.
Maree! Pianiol, Tratado Elemental de Derecho Civil, Tomo relativo a
"Los Bienes", Traduc. del Lic. José M. Cajica, ]r., Puebla, página 30.

En derecho se dice que son objeto de apropiación todos los bie-


nes que no están excluidos del comercio, y conforme al artículo 747
del Código Civil este criterio ha sido adoptado expresamente por nues-
tra legislación. Según el artículo 748 "las cosas pueden estar fuera
del comercio por su naturaleza O por disposición1de la ley", y de acuer-
do con el artículo 749 "están fuera del comercio por su naturaleza
las que no pueden ser poseídas por algún individuo exclusivamente,
y por disposición de la ley las que ella declara irreductibles a propie-
dad particular".
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b) Criterios de clasificación de los bienes. En el derecho se ha-


cen distintas clasificaciones de los bienes. En realidad le importan
al derecho, desde el punto de vista de su clasificación, sólo para fijar
ciertas reglas que, tomando en consideración la naturaleza de los mis-
mos, organiza a éstos con modalidades jurídicas distintas.
Las clasific~iones que tanto en la doctrina como en la legisla-
ción se han hecho de los bienes, son de dos clases fundamentales:
A) Las relativas a las cosas o bienes corporales, y
B) Las relativas a los bienes en general, abarcando tanto las co-
sas o bienes corporales, como los incorporales o derechos.
Los bienes corporales se clasifican desde tres puntos de vista:
1. Fungibles y no fungibles.
II. Consumibles por el primer uso y no consumibles; y
III. Bienes can dueño cierto y conocido y bienes sin dueño, aban-
donados o de dueño ignorado.
La clasificación que abarca tanto a los bienes corporales como
a los incorporales, comprende:
a) Bienes muebles e inmuebles; b) Bienes corpóreos e incorpó-
reos; c) Bienes de dominio público y de propiedad de los particulares.

2.-Bienes fungibles y no fungibles.-Esta clasificación interesa


tanto a la materia relativa a los bienes, como a la referente a las
obligaciones y contratos.
Son bienes fungibles aquellos que tienen un mismo poder libera·
torio, es decir, que sirven como instrumento de pago con un mismo
valor y que, por lo tanto, pueden ser reemplazados en el cumplimiento
de las obligaciones.
En la doctrina no es necesario que los bienes fungibles sean mue·
bies; generalmente se trata de muebles, pero es posible encontrar fun·
0_ .gibles entre .los. inmuebles, cuando por su naturaleza tienen un mismo
poder liberatorio. Planio[y"Ripertcitan el- ej"emplo -de-una--compañia---
fraccionadora que presenta lotes exactamente iguales por su calidad y
extensión y que, por lo tanto, tienen valor equivalente.
PI.niol y Ripert, tomo UI, pág. 62.

3.-Cosas cOlIStI1llibles por el primer liSO y cosas no cOllsumibles.-


Cosas consumibles por el primer uso son aquellas que se agotan en
la primera ocasión en que son usadas. No permiten un uso reiterado
o constante, sólo pueden, por su naturaleza, cumplir un primer uso;
por ejemplo: los comestibles. Cosas no consumibles son aquellas que
permiten un uso reiterado y constante.
BIENES, DERECHOS REALES Y SUCESIONES 69

Se ha confundido en la doctrina y en la legislación la consumi-


bilidad con la fungibilidad. Generalmente toda cosa fungible es con-
sumible, pero encontramos cosas fungibles que no son consumibles,
e inversamente cosas consumibles que no son fungibles. Esto depende
de que la consumibilidad se establece como cualidad inherente a la
cosa misma, y la fungibilidad como relación de comparación. De esta
suerte, cuando sólo exista una COsa consumible sin que haya otra con
respecto a la cual se pueda comparar, Se dirá que no es fungible; por
ejemplo, la última barrica de vino de una cosecha.
La industria moderna en la actualidad produce gran cantidad de
cosas fungibles que no Son consumibles, por ejemplo, las piezas de
las maquinarias exactamente iguales que se producen al por mayor,
que son fungibles y tienen el mismo poder liberatorio,

4.-BieneJ de due,io cierto y conocido y bienes abandonadoJ o


cuyo dueño Je ignora, y bieneJ Jin dueño.-La última clasificación de
las cosas distingue los bienes de dueño cierto y conocido de los bienes
sin dueño, abandonados o cuyo dueño Se ignora. En nuestro código
vigente se establecen subdivisiones según que Se trate de bienes mue-
bles o inmuebles. Los muebles abandonados O perdidos, se llaman
"mostrencos", los inmuebles cuyo dueño se ignora, Se denominan "va-
cantes".
Tratándose de inmuebles que no tengan dueño conocido y cierto,
como no es posible la apropiación (Arts. 785 a 789), o la ocupación
de los mismos, el descubridor debe denunciar al Ministerio Público
su existencia, quien ejercitará la acción correspondiente paia que sean
adjudicados al Fisco Federal cuando estén dentro del Distrito Federal.
Al descubridor se le otorga una cuarta parte del valor en que se estime
dicho inmueble. Se sanciona por el código la ocupación de los bienes
vacantes sin denuncia al Ministerio Público.
"Sólo son susceptibles de apropiación libre las cosas nullius, o sean las cosas
cuya propiedad no es de nadie".
"Por regla general, las cosas nullius no tienen tampoco poseedor. Sin em-
bargo, igual que existen cosas con propietario y sin poseedor (las cosas perdi-
da~), también existen cosas sin propietario y con poseedor, por ejemplo si al·
gulen recoge una cosa nullius, creyéndola perdida y quiere poseerla sólo a título
de cosa ajena 'hallada' ".
"Las que nunca han sido propiedad de nadie, como las conchas en la playa
o los animales fieros en libertad, son también res nullius··.
"Una cosa mueble se convierte en nullius":
"Por abandono o de relicción J esto es, el desposeerse de la cosa el propie.
tario con la intención de abandonar la propiedad". (Enneccecu), ab. cit t. 11,
V. 1, págs. 463 a 465).
70 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

CAPITULO II

DISTINTAS CLASIFICACIONES DE LOS BIENES EN SENTIDO LATO

l.-Bienes muebles e inmuebles.-Trataremos primero de los in-


muebles.
a) Una primera clasificación dentro de esta categoría de los bie-
nes en sentido lato, es la gue los divide en muebles e inmuebles. Esta
es, de todas las divisiones, la gue tiene mayor importancia en e! de-
recho y a la gue, por consiguiente, dedicaremos mayor extensión.
b) Definición. La distinción en muebles e inmuebles debería par-
tir de la naturaleza de las cosas, de tal suerte gue serían muebles ague-
llos gue pueden trasladarse de un lugar a otro, ya sea por sí mismos,
como los animales, semovientes, o por efecto de una fuerza exterior.
En cambio, los inmuebles serían aguellos gue no pueden trasladarse
de un lugar a otro; la fijeza es lo gue les daría dicho carácter. Este
es e! concepto gue se deriva de su constitución física o corporal, pero
no ha sido el fundamental, ni lo fue en el antiguo derecho, ni se pre-
senta en la actualidad como base exclusiva para la clasificación. En
el antiguo derecho, en realidad, no fue la fijeza o movilidad la gue
permitía esta clasificación. En e! derecho moderno se comprueba gue,
además de la distinción gue se deriva de la naturaleza inherente a los
bienes, se admiten categorías de cosas inmuebles por consideraciones
ajenas y aun contrarias a la misma naturaleza de ellas, bien sea por
disposición de la ley, o tomando en cuenta el destino o afectación de
las cosas.
En la actualidad, dado el gran desarrollo de la industria, por la
importancia gue ha adguirido la rigueza mueble, ha cambiado el cri-
-------tecio· de!- antiguo. derecho.- --El- adagio-de-gue-las-cosas-muebles_son _
viles, ha perdido toda su importancia. Sin embargo, veremos gue aún
se preocupa el legislador de proteger para los incapaces la rigueza in-
mueble con ciertas formas gue sólo existen en la protección de los
bienes muebles preciosos.
PIaniol y Ripert, tomo In, pág. 67.

c) Importancia de la clasificación.-De todas las clasificaciones


gue se hacen en el derecho, ésta es la gue tiene mayor importancia,
porgue se manifiesta en los siguientes puntos de vista:
l.-El régimen de los inmuebles es un régimen jurídico especial
BIENES. DERECHOS REALES Y SUCESIONES 71

que loma en cuenta las ventajas de la inmovilización o fijeza para


crear un registro. un sistema de publicidad. de requisitos y de garan-
tías que no es factible tratándose de muebles. Para los inmuebles se
establece el Registro Público de la Propiedad, que en la actualidad
tiene aceptación para ciertos muebles, aquellos que se identifican en
forma indubitable por marca y número.
H.-La naturaleza inmueble establece reglas para fijar la compe-
tencia de acuerdo con e! fuero de ubicación de la cosa. Permite con-
siderar como juez competente para ejercitar acciones reales al del
lugar en donde el inmueble se encuentra.
HL-También facilita la aplicación de la ley, en los conflictos
internacionales O de una confederación de Estados; se aplica e! prin-
cipio de que la ley del lugar de! inmueble es la que rige la situación
del mismo.
IV.-En lo referente a la capacidad, e! legislador ha establecido
una especial para la enajenación de los inmuebles distinta de la que
se requiere para los muebles: por ejemplo, los menores emancipados
tienen capacidad para enajenar muebles, pero no para enajenar in-
muebles ni para constituir derechos reales sobre los mismos.
V.-En cuanto a la forma se hacen constantes distinciones tratán-
dose de muebles y de inmuebles; la principal es de que toda enajena-
ción de inmuebles requiere mayores formalidades que la de muebles.
d) Bienes inmuebles.-Una vez vista la importancia y las conse-
cuencias que se derivan en el derecho de esta gran clasificación, pasa-
remos a analizar qué se entiende por bienes inmuebles y cuántas clases
existen.
En e! derecho moderno los bienes SOn inmuebles no sólo por su
naturaleza, sino también por su destino o por e! objeto al cual se apli-
can; esto quiere decir que no se toma exclusivamente como criterio,
la fijeza o imposibilidad de translación de la cosa de un lugar a otro,
para derivar de ahí el carácter inmueble de un bien. Ese ca~ácter se
fija, bien sea por la naturaleza de las cosas, por el destino de las mis-
mas o por el objeto al cual se apliquen. De esta suerte se distinguen
tres categorías de inmuebles:
1. Inmuebles por naturaleza.
H. Inmuebles por destino, y
111. Inmuebles por e! objeto al cual se aplican.

e) Inmuebles por naturaleza.-Inmuebles por naturaleza son


aquellos que por su fijeza imposibilitan la traslación de un lugar a otro.
Esta primera subdivisión se aplica exclusivamente a los bienes corpo-
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rales, es decir, a las cosas; se incluyen la tierra, los edificios, toda


clase de construcciones, o de obras tanto en el suelo como en el sub-
suelo, que implican la fijeza de materiales con permanencia, y que
imposibilitan su translación; los árboles que están adheridos a la tierra
y las cosechas o frutos pendientes que no se han separado por cortes
regulares; se comprenden también las diferentes partes que vienen a
completar un inmueble, por ejemplo, los balcones, las ventanas, las
canales, tos elevadores de un edificio; todo ese conjunto de partes in-
tegrantes del inmueble que, como un todo, quedan adheridas en for-
ma permanente, de tal suerte que no pueden separarse sin destrucción
o daño del mismo.
En el artículo 750 se enumeran los inmuebles y en sus dos pri·
meras fracciones se enuncian los que son por naturaleza.
f) Inmuebles por destino.-Son inmuebles por destino aquellos
muebles por su naturaleza pertenecientes al dueño de un inmueble,
que por ser accesorios del mismo y necesarios para su uso y explota-
ción, la ley los ha reputado inmuebles. Este es uno de los grupos
más importantes, que no obedece ya a la naturaleza de las cosas, pues
la ley toma en cuenta sólo su carácter accesorio y necesario para la
explotación.
"Se llaman 'inmuebles por destino' los objetos que son muebles por su
naturaleza, pero que están considerados como inmuebles, a título de accesorios
de un inmueble, al cual están unidos. En efecto, conservan su naturaleza mue·
ble; difieren, :Emes, de los inmuebles, por su naturaleza, en que su inmovilización
es meramente Jurídica y ficticia, y no material y real", (Planiol, ob. cit., pág. 55).

Los inmuebles por destino se subdividen en cuatro clases, toman·


do en cuenta la naturaleza de explotación del inmueble y la sujeción
material del mueble. Existen cuatro principales formas de explotación
__ ~ __de_Ios-inmllebles:_Agrícola,_industrial,_comercial_y_ciyil-;-de-aquí--que----
haya cuatro clases de inmuebles por destino, según que sean acceso-
rios para una explotación agricola, industrial, comercial o civil. La
ley distingue en realidad las dos primeras formas de explotación agríco-
la e industrial, y con relación a ellas enumera los principales inmlle-
bies por su destino, pero además, en los términos tan amplios del ar-
tículo 750, también caben las dos últimas formas que citamos: explo-
tación comercial y civil, para derivar de ahi la existencia de un con-
jllnto de inmuebles.
En los inmuebles por destino simplemente se trata de una ficción,
es decir, por disposición de la ley se les da fijeza a cierta clase de
muebles que real y positivamente no la tienen; por esta razón los in-
BIENES, DERECHOS REALES Y SUCESIONES 73

muebles por su naturaleza y por incorporación, presentan una consti-


tución de carácter distinto de los inmuebles por destino; en éstos en-
contramos muebles que sólo por una ficción, tomando en cuenta fun·
ciones de utilidad para la explotación del inmueble, se han reputado
como tales.
El citado artículo 750, en sus fracciones V a XIII, se compren-
den los distintos inmuebles por destino en las cuatro formas de ex-
plotación ya mencionadas.
g) Condiciones requeridas para la inmovilidad en los bienes por
destino.-Tomando en cuenta e! criterio que ha seguido el legislador
al hacer la enumeración de inmuebles por destino, se fijan en la doc-
trina, como dicen Planiol y Ripert, dos condiciones necesarias: Prime-
ra, que pertenezcan al mismo dueño del inmueble; y segunda, que
sean necesarios para los fines de la explotación.
En e! artículo 750 de nuestro Código vigente, lo mismo en e! co-
rrespondiente de! anterior (684), como en los relativos al proyecto
de! Código Civil español de García Goyena (334) y de los códigos
español y francés, constantemente se indica que estos muebles deben
ser destinados por el dueño de la finca; si no, no adquieren la cate-
goría de inmuebles.
Planiol y Ripert, tumo IlI, págs. 80 Y sigts.

El segundo requisito consiste en la afectación de esta clase de


bienes al servicio de la explotación de que se trate; deben ser nece-
sarios para la misma, de tal suerte que si se trata de bienes de! mismo
dueño, pero que son necesarios sólo para e! uso personal de éste, no
adquieren el carácter de inmuebles.
h) Inmuebles por el objeto al cual se aplican.-El tercer grupo
que hemos establecido en la clasificación de los inmuebles, se refiere
a los derechos reales constituidos sobre inmuebles. En nuestra legis-
lación esta categoría de inmuebles por el objeto al cual se aplican,
sólo se refiere a los derechos reales y no a los personales.
Los derechos reales pueden recaer a la vez sobre muebles o in-
muebles, o sólo sobre unos u otros. En estos casos, cuando e! derecho
real se constituye sobre un inmueble, se reputa inmueble y cuando se
constituye sobre un mueble, se considera mueble. El usufructo puede
recaer sobre muebles o inmuebles; por tanto, puede reputarse, según
el caso, mueble o inmueble. El uso recae sobre inmuebles y sobre mue-
bles; la habitación sólo se constituye sobre inmuebles; en tal virtud,
siempre será derecho inmueble; lo mismo las servidumbres; la hipo-
74 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL

teca es un derecho real accesorio que generalmente recae sobre inmue-


bles, derecho en que, sobre todo a partir del código vigente, aumen-
tan los casos en que se constituye sobre muebles; la prenda sólo re-
cae en bienes muebles, en tal virtud, siempre tendrá la categoría de
mueble.
Al lado de los derechos reales, en la doctrina francesa se hace e!
análisis de los derechos personales y se distingue según que e! objeto
de la obligación sea dar, hacer o no hacer. En nuestra legislación
los derechos personales siempre son bienes muebles; en e! derecho
francés, cuando tienen por objeto una obligación de dar, se hace la
distinción según que recaigan sobre un mueble o un inmueble; cuan-
do tienen por objeto la transmisi6n o concesión de! uso de un in-
mueble, se consideran inmuebles; en cambio, cuando tienen por ob-
jeto un mueble, se les reputa muebles.
Planiol y Ripert, t. IlI, págs. 93 Y sigts.

En nuestro derecho tres artículos nos autorizan a concluir que no


podemos aceptar esta clasificación. Sólo los derechos reales sobre in-
muebles pueden considerarse como inmuebles, y todos los derechos
personales, incluso los que tienen por objeto obligaciones de dar sobre
inmuebles, se reputan muebles. Esto queda asentado en e! artículo 750
frac. XII, que dice: Son bienes inmuebles: XII.-"Los derechos rea-
les sobre inmuebles". Artículo 754: "Son bienes muebles por de-
terminación de la ley, las obligaciones y los derechos o acciones que
tienen por objeto cosas muebles o cantidades exigibles en virtud de
acción personal". Estos artículos deben relacionarse con el 759, que
dice: "En general, son bienes muebles, todos los demás no conside-
rados por la ley como inmuebles".
Finalmente, dentro deL.grupo d0nm]l~bles F-QLeLobjeto_aLque---
se
---s;ce"'a""plican, estudian las acciones judiciales para determinar su na-
turaleza mueble o inmueble.
Conforme a los artículos 754 y 759 todas las acciones que ten-
gan por objeto bienes muebles, se reputan muebles y que todos los
bienes que no estén incluidos en la enumeración de los inmuebles, se-
rán muebles. Así pues, debemos reputar siempre que esta clase de
acciones aunque tengan por objeto un mueble o un bien inmueble,
serán muebles.

2.-Bienes muebles.-Los muebles se clasifican en el código en


dos categorías; la doctrina distingue tres:
BIENES, DERECHOS REALES Y SUCESIONES

1. Muebles por su naturaleza;


n. Muebles por determinación de la ley, y
III. Muebles por anticipación.
En el artkulo 753, se definen los muebles por su naturaleza y
se dice que "son muebles por su naturaleza, los cuerpos que pueden
trasladarse de un lugar a otro, ya se muevan por sí mismos, ya por
efecto de una fuerza exterior". En el mismo Código se consideran
muebles por determinación de la ley, las obligaciones y los derechos y
acciones que tienen por objeto cosas muebles o cantidades exigibles por
acción personal (Art. 754).
Aunque nuestro Código distingue dos clases de muebles: por na-
turaleza y por disposición de la ley, es posible hacer una tercera cate-
goría como se admite en la doctrina: muebles por anticipación, es decir,
todos aquellos bienes que están destinados a ser separados de un in-
mueble, que necesariamente habrán de adquirir en el futuro categoría
de muebles, aunque en el presente sean inmuebles; por ejemplo, los
frutos, que son considerados como inmuebles por el artículo 750 en
su fracción segunda. Gracias a esta distinción, es posible constituir
prenda sobre los frutos; en virtud de una ficción se les anticipa el
carácter de muebles.
Planiol, ob. cit., pág. 76.

"Tratándose de los derechos, el carácter mobiliario es la regla general; el


derecho considerado como inmueble es la excepción. Así, 'pues, se deben consi-
derar como muebles todos los derechos cuya naturaleza Inmueble no aparezca
claramente". (Planiol, ob. rit., pág. 82).

3.-Bienes corporales e incorpora/cs.-Dentro de la división que


hemos hecho estableciendo dos categorías, primera, la relativa a las
cosas y segunda a los bienes en sentiJa lato, se distinguen los bienes
corporales y los incorporales, es decir, cosas por una parte, y derechos
por la otra.
Esta clasificación que distingue entre bienes corporales e incor-
porales, viene desde el derecho romano. Los romanos consideraron
bienes incorporales tanto a los derechos reales como a los personales;
pero la propiedad, la confundieron con la cosa, y sólo se nota la di-
ferencia al tener que expresar la naturaleza de cada derecho indicando
la distinción entre el derecho y la cosa.
Esta distinción del derecho romano ha pasado a nuestro derecho,
que la recoge tanto ero la clasificación de los inmuebles como en la
de los muebles. En el artículo 750 del Código Civil vigente se men-
76 COMPENDIO DE DElU!CHO CIVIL

cionan las cosas inmuebles y en el penúltimo inciso se habla,de los de-


rechos reales sobre inmuebles; tratándose de los muebles, primero se
citan las cosas y después los muebles incorporales o derechos en los
artículos 753 y 754.

4.-Bienes de dominio público y bienes propiedad de los particu-


lares.-"-Pasaremos a la última clasificación que hemos hecho de los
bienes, es decir, la que se distingue según la persona del propietario:
en bienes de dominio público y propiedad de los particulares. Esta
clasificación está reglamentada en e! Código bajo e! rubro de "De los
bienes considerados según las personas a quienes pertenecen".
Los bienes de dominio público se subdividen en tres grupos:
I. Bienes de uso común;
11. Bienes destinados a un servicIo público, y
III. Bienes propios del Estado.
En el Código anterior se distinguían sólo dos clases de bienes
del poder público: los destinados a un uso común y los propios del
Estado; no se hablaba de los bienes destinados a un servicio público,
pue, se les clasificaba como de uso común o como propios del Estado.
Esta distinción es importante en virtud de que se establece un régimen
jurídko especial para los bienes de dominio público. El derecho de
propiedad que ejercen los particulares sufre verdaderas modificacio-
nes cuando el titular es el Estado, al grado de que se llega a discutir
si en realidad existe un derecho de propiedad sobre los bienes de do-
minio público.
A este respecto ha habido dos teorÍas (G, Fraga, Derecho Ad-
ministrativo, págs. 307 y 308), una primera que dice que el Estado
sí ejercita un derecho de propiedad sobre los bienes del poder público,-, _
_ _ pero_sufriendo-modificaciones-imp-6ttantes, principilmente ar-declarar
cierta clase de bienes como inalienables e imprescriptibles. Hay una
segunda doctrina, que dice que e! Estado no ejerce un derecho de pro-
piedad, sino simplemente de vigilancia sobre los bienes de! poder pú-
blico. Por último, también se ha llegado a afirmar que el Estado no
puede considerarse como e! titular, pues simplemente se trata de un
conjunto de bienes que no pertenecen a propietario determinado, cuyo
régimen jurídico se dete'rmina por una afectación que hace la ley para
e! uso común o para un servicio público.
En nuestro derecho, desde el Código de 1870, en la Ley de In-
muebles Federales de 1902, en el Código Civil vigente, y en la Ley
General de Bienes Nacionales de 1982, podemos sostener la tesis de
BIENES, DERECHOS REALES Y SUCESIONES 77

que, en primer lugar se reputa al Estado como propietario, y en segundo


término, que se trata de un verdadero derecho de propiedad y no de un
derecho de vigilancia. Por el lenguaje empleado en nuestro Código Civil
yel que usaba la ley de Inmuebles Federales de 1902, no hay lugar a duda
respecto a la naturaleza del derecho de propiedad. Expresamente se dice que
"son bienes de dominio del poder público los que pertenecen a la Federa-
ción, a los Estados o a los Municipios" (Art. 765 tanto del Código Civil
Federal como del Código Civil para el Distrito Federal). Se indica que
son inalienables, pero desde el momento en que se prohibe la enajenación
se está reconociendo que el Estado es el titular de un derecho de propiedad.
En el Código se distinguen tres categorías de bienes del poder público
que ya las hemos enumerado; los bienes de uso común y los destinados
a un servicio público, siguen un régimen jurídico semejante, distinto del
de los bienes propios del Estado. Son inalienables e imprescriptibles, pero
por lo que se refiere a los bienes de uso común, este carácter es perma-
nente;en canlbio, los destinados a un servicio público lo son mientras no
se desafecten.

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