Analisis Morfologico y Sintactico Rivas Iturralde V 2022

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VLADIMIRO RIVAS ITURRALDE

ANÁLISIS MORFOLÓGICO Y SINTÁCTICO

CUADERNO DOCENTE

PARA LOS CURSOS DE LECTURA Y ESCRITURA I Y II

DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES

UAM AZCAPOTZALCO, 2022

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ANALISIS MORFOLÓGICO Y SINTÁCTICO

Por Vladimiro Rivas Iturralde

INTRODUCCIÓN

Estos apuntes docentes de análisis morfológico y sintáctico están destinados a


profesores y alumnos de Lectura y Escritura I y II. Han procurado vincularse
estrechamente, no sólo a las actividades relativas a la escritura y a la vigilancia y
corrección de los textos, sino también a la actividad de la lectura, pues, como se
verá, su aplicación ayudará al estudiante a comprender mejor lo que lee.
Hay varios diversos tipos de análisis sintáctico. Uno de ellos es el lingüístico, que
supone una perspectiva chomskiana de las estructuras oracionales. Esta
perspectiva tiene una gran coherencia científica, pues sirve para describir las
estructuras gramaticales de una lengua, pero no nos sirve para crear textos y
corregirlos, que es uno de los objetivos del programa del Eje de Habilidades
Comunicativas de la UAM.
Estos apuntes tratan, entonces, de contestar a la pregunta: ¿qué clase de análisis
morfológico y sintáctico vamos a enseñar y aprender? Este análisis parte de la
estructura oracional de la lengua española, que es, de entrada, muy simple:
sujeto, verbo y complementos. Por ello, hemos escogido el análisis sintáctico
tradicional de las oraciones, que no es puramente formal, sino que relaciona
estrechamente la gramática con la semántica, es decir, con los significados. Por
razones metodológicas, hemos omitido en nuestros ejemplos y ejercicios las
oraciones interrogativas, exclamativas, dubitativas, exhortativas e imperativas, y
sólo trabajaremos con las oraciones enunciativas o declarativas, que son las más
comunes en todos los discursos. Que el estudiante aprenda a ser lo más

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consciente posible de la lengua que usa y de cómo funciona gramaticalmente, es
el propósito final de estos apuntes.

OBJETIVO DE SU ESTUDIO

El objetivo del análisis morfológico es identificar la identidad gramatical y la


función de las palabras, consideradas individualmente, en la oración.
El objetivo del análisis sintáctico es comprender la estructura de las oraciones a
partir de la relación, no sólo de las palabras entre sí, sino entre conjuntos de
palabras.

UTILIDAD DEL ANÁLISIS SINTÁCTICO

El análisis sintáctico constituye una gran ayuda para vigilar y corregir la


redacción y para mejorar la comprensión de la lectura. Hay innumerables textos
largos o complejos, cuya comprensión se facilita enormemente por el análisis
morfo-sintáctico. Al hacer el análisis sintáctico de un texto (localización del verbo,
del sujeto, de los complementos, etc.) el estudiante podrá descubrir de inmediato
de qué o de quién se habla, podrá ver si ese texto tiene o no sentido completo, si
está bien o mal escrito, y, en este último caso, corregirlo.

En primer lugar, no hay que confundir la sintaxis con la morfología. La morfología


atiende a la forma e identidad de las palabras, o sea, nos dice si son artículos,
sustantivos, adjetivos, pronombres, verbos, adverbios, preposiciones,
conjunciones o interjecciones. Las primeras cinco partes de la oración son
variables, es decir, sufren accidentes gramaticales, tales como género y número y,
en el caso del verbo (la parte más variable de la oración), los accidentes voz,
modo, tiempo, número y persona. Los nueve elementos morfológicos de la oración
sólo son pistas, señales para identificar una función sintáctica determinada.

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Si escribo, por ejemplo, El viajero echa migas de pan a los patos en el estanque,
la morfología nos dirá que El es artículo; viajero, sustantivo; echa, verbo; migas,
sustantivo; de, preposición; pan, sustantivo; a, preposición; los, artículo, patos,
sustantivo; en, preposición; el, artículo, y estanque, sustantivo.
La oración, definida de la manera más tradicional, es el conjunto de palabras que
expresan un juicio con sentido completo y autonomía sintáctica. De todas sus
partes, la más importante es el verbo, porque expresa la acción, pasión o estado.
Sin verbo no hay oración. Todas las demás partes, el artículo, el sustantivo, el
adjetivo, etc., giran como planetas o satélites en torno del verbo.

(TAREA ESCOLAR: Consultar en internet el concepto de cada una de las partes


de la oración y sus ejemplos más representativos.
Vamos a representar, a continuación, en un cuadro sinóptico, las partes de la
oración desde el punto de vista morfológico).

artículo

variables sustantivo

(tienen accidentes gramaticales: adjetivo


género, número, persona, etc.)

pronombre

Partes de la
verbo
oración

adverbio

invariables
preposición

(no tienen accidentes gramaticales)


conjunción

interjección

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La morfología, por su carácter formal, no es un fin sino un medio, un punto de
partida para llegar a un análisis sintáctico completo y correcto. Por otra otra parte,
como ya se verá, los adverbios, las preposiciones y conjunciones desempeñan un
papel muy importante en el análisis sintáctico. Por ejemplo, si antepongo una
preposición a un sustantivo, ese sustantivo no podrá ser sujeto de la oración:
Sobre la calle cayó el tren. La calle no puede ser sujeto de la oración porque lleva
antepuesta la preposición Sobre. Aquí el sujeto es el tren.

(TAREA ESCOLAR: Tomar al azar uno o varios párrafos de un libro o artículo


periodístico e identificar la identidad morfológica de cada palabra. Cuando haya
dudas, consultar en internet para disiparlas).

La sintaxis, en cambio, atiende a la función de las palabras o conjunto de


palabras y a cómo se organizan dentro de las oraciones, esto es, nos dice si un
elemento es sujeto, verbo, complemento directo, indirecto, circunstancial,
vocativo, frase incidental o predicado nominal.

Al atender a la función de los elementos en la oración, el análisis incluye un


aspecto lógico más acentuado que en la morfología, esencial para la comprensión
de lo leído y la corrección de lo escrito. La sintaxis nos dirá que El viajero es el
sujeto de la oración; echa, el verbo transitivo; migas de pan, el objeto o
complemento directo del verbo echar; a los patos, objeto o complemento indirecto
de echar, y en el estanque, complemento circunstancial de lugar del verbo echar.

El análisis consiste en identificar el o los verbos de una oración o conjunto de


oraciones y hacerle todas las preguntas imaginables y, por la índole de la
pregunta, deduciremos las funciones sintácticas. Todo texto esconde bajo su
superficie una serie de preguntas que nosotros, lectores, debemos hacer
explícitas. Al verbo podemos hacerle las siguientes preguntas:

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¿Quién? (encontraremos el sujeto, si es persona, animal, o cosa
personalizada)
¿Qué? (el sujeto, si es una cosa)
(objeto directo, si es una cosa)
¿A quién? (objeto directo, si es una persona)
o también (el objeto indirecto)
¿Para quién? (objeto indirecto)
¿Dónde? (complemento circunstancial de lugar)
¿Cómo? (complemento circunstancial de modo)
¿Cuándo? (complemento circunstancial de tiempo)
¿Por qué? (complemento circunstancial de causa)
¿Para qué? (complemento circunstancial de finalidad)
¿Con quién? (complemento circunstancial de compañía)
¿Con qué? (complemento circunstancial de instrumento)
¿Cuánto? (complemento circunstancial de cantidad)

Al final de este texto encontraremos el cuadro de funciones, señales y pruebas,


donde aparece explicado más en detalle el tema de las preguntas al verbo.
El análisis (hacerle estas preguntas al verbo) es un instrumento útil para que el
estudiante vigile y corrija su redacción y comprenda mejor lo que lee. Por este
medio -preguntar al verbo y encontrar respuestas satisfactorias- el estudiante
podrá distinguir una oración completa de otra mal escrita, con errores frecuentes
como el anacoluto, la discordancia, la falta de sujeto o de un objeto directo
indispensable, etc.

El anacoluto es la omisión del verbo, el cual da sentido completo, continuidad y


coherencia gramatical a lo escrito. Ejemplo: La chica que pasa por la calle. A esta
frase –puramente nominal- le falta sentido completo, que sólo la presencia de un
verbo podría dárselo. Cierto que hay un verbo, pasa, pero el pronombre relativo
que le quita independencia y valor propiamente verbal. En otras palabras: el verbo,

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en este caso, es parte del sujeto, un adjetivo del sujeto. Para que haya sentido
completo, tenemos dos posibilidades: 1. Completar la oración con un verbo
independiente: La chica que pasa por la calle es mi novia. 2. Suprimir el
pronombre relativo que: La chica pasa por la calle.

La discordancia es la falta de concordancia o mutua adecuación entre dos o más


elementos de la oración, que deberían concordar en género, número, persona,
etc. Por ejemplo: Los mestizos (la única clase social con conciencia de nación)
constituyó el grupo más numeroso. Aquí hay discordancia de número entre el
sujeto plural mestizos y el verbo singular constituyó. Deberíamos escribir
constituyeron.

LA ORACIÓN SIMPLE es la unidad oracional más pequeña. Para que haya


sentido en lo que decimos tiene que haber mínimamente dos miembros: un sujeto,
es decir, alguien o algo que realiza una acción, y un predicado, es decir, aquello
que se predica o se dice del sujeto: Juan estudia. El núcleo del sujeto es un
sustantivo o una palabra que hace sus veces: El no del Presidente fue rotundo.
Aquí el adverbio de negación no resulta ser el núcleo del sujeto, porque
preguntamos ¿qué o quién fue rotundo? Respuesta: el no del Presidente.
Cualquier parte morfológica de la oración puede ejercer la función de sujeto,
incluido el verbo. Un ejemplo de esto último:

Trabajar libremente ennoblece al hombre.

El verbo trabajar está en infinitivo (no conjugado) y es el sujeto de la oración.


A menudo los estudiantes confunden la frase con la oración. La frase sólo encierra
un sentido parcial; en cambio, la oración entrega un sentido completo. Si leemos o
escribimos, por ejemplo: Los pueblos que toleran a las dictaduras, observamos un
sentido incompleto, parcial, del enunciado y, escrita en un texto más amplio,
puede ser un anacoluto, o sea, una falsa oración, sin verbo. En realidad no hay
sentido: nada se afirma, nada se niega. La frase que toleran a las dictaduras es

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solamente un adjetivo del núcleo del sujeto Los pueblos. El sustantivo pueblos, y
el conjunto siguiente:
que + verbo
puede ser reemplazado por un solo adjetivo:
que + toleran = tolerantes: Los pueblos tolerantes de las dictaduras.
Como se ve, el verbo toleran, aunque está conjugado en presente de indicativo,
carece de función verbal, debido a la acción del pronombre relativo que que lo
precede. Podemos, entonces, concluir, de esta reflexión, el siguiente principio:

que + verbo = adjetivo

En cambio, si leo o escribo: Los pueblos que toleran a las dictaduras son pueblos
esclavos, tengo sentido completo, una oración. El verbo es son; el sujeto, Los
pueblos que toleran a las dictaduras y pueblos esclavos es el predicado nominal
(concepto que explicaremos más adelante).
Es el mismo caso del ejemplo La chica que pasa por la calle. Aquí encontramos el
mismo fenómeno que en el ejemplo anterior:

que + pasa = pasante

El adjetivo pasante no existe en la lengua, no en el contexto de esta oración, pero


podría existir. Existe como posibilidad, y esta posibilidad es suficiente para que la
expresión “que pasa” sea puramente adjetiva:

La chica que pasa por la calle = La chica pasante por la calle

Con lo cual vemos la función puramente adjetiva y no verbal del verbo pasar.

LOS COMPLEMENTOS

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Además de núcleo del sujeto, el sustantivo o quien haga sus veces puede
desempeñar otros oficios en la oración. Muy a menudo sirve para completar el
sentido de un verbo o de otro sustantivo.
Si completa el sentido de un sustantivo se llama complemento del nombre o
complemento adnominal: Amor de la calle. En este ejemplo, de la calle completa el
sentido del sustantivo amor.

Si completa el sentido de un verbo se llama complemento del verbo y puede ser


directo, indirecto o circunstancial.

COMPLEMENTO U OBJETO DIRECTO

Es la persona, animal o cosa sobre la que recae directamente la acción del verbo
transitivo (es decir, que sale del sujeto a un objeto). Ejemplo: Don Quijote envía
un mensaje a Dulcinea. Aquí el mensaje es lo que se envía, es el objeto o
complemento directo del verbo enviar.

Si no hay verbo transitivo no habrá objetos directos ni indirectos porque no hay


quien reciba la acción. Ejemplos: Llueve a cántaros, En las mañanas camino, El
asaltante huyó. En estos tres ejemplos no hay receptores directos ni indirectos de
la acción de los verbos intransitivos llover, caminar y huir: ¿qué o a quién
llueve? No hay respuesta: simplemente llueve. ¿Qué o a quién le camino en las
mañanas? No hay respuesta: simplemente camino. ¿Qué huyó o a quién huyó?
¿Para quién huyó? El asaltante no huyó nada, ni huyó a nadie ni para nadie. El
verbo huir, como el verbo caminar o correr, indica movimiento, pero no es
transitivo, porque la acción no sale del sujeto a un receptor: no hay destinatario de
la acción. Simplemente huyó. No hay objetos directos ni indirectos.

Hay una sola manera de reconocer el objeto directo: cambiar la oración de la voz
activa a la pasiva. Si en la nueva oración lo que era complemento directo pasa a

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ser sujeto paciente sin que cambie el sentido de ésta, queda demostrado que era
directo. Ejemplos:
Miro el paisaje (voz activa porque el sujeto es el agente de la acción) - El paisaje
es mirado por mí (voz pasiva porque el sujeto paisaje recibe la acción, no la
ejecuta).
Paseo al perro - El perro es paseado por mí.
Amo los libros - Los libros son amados por mí.
Compro el periódico - El periódico es comprado por mí.
Rousseau influyó en el pensamiento independentista americano - El pensamiento
independentista americano fue influenciado por Rousseau.

COMPLEMENTO U OBJETO INDIRECTO

Es la persona, animal o cosa sobre quien recae indirectamente la acción del verbo
transitivo. Ejemplo: La muchacha cambia el plato al viajero. En esta oración, el
complemento directo del verbo cambia es el plato (El plato es cambiado por la
muchacha, en voz pasiva). La acción va en provecho o daño del sustantivo que
hace la función de complemento indirecto.
En la oración
El mudo le dijo al sordo que el ciego le estaba mirando.
El verbo es dijo.
El sujeto, El mudo.
El objeto directo, que el ciego le estaba mirando.
El objeto indirecto, al sordo, y también el pronombre le (que es el sordo)

COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Como la palabra lo indica, denota una circunstancia de la acción de un verbo, sea


transitivo o intransitivo.

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Pueden ser circunstanciales de lugar (Puso el reloj sobre la mesa), de tiempo
(Llegará temprano), de modo (Trabaja de prisa), de causa (Rompió con todo por
ella), de compañía (Camina con el viajero, Voy con mi libro), de instrumento
(Una mujer corta juncos con un cuchillo, Lo mató con una Colt 45), de cantidad
(Nacen hongos en gran número), de finalidad (Escribo para sobrevivir, Estudio
para ganar una beca) en fin, todas las circunstancias concebibles.

Los indicadores de los complementos circunstanciales son todas las


preposiciones: a, por, para, de, desde, hacia, con, sin, contra, sobre, bajo, entre,
ante, etc., los adverbios e incluso los adjetivos. Ejemplo: Una mujer corta juncos
ante el viajero. El verbo corta tiene en esta oración un complemento directo:
juncos (Juncos son cortados por una mujer, en voz pasiva) y un complemento
circunstancial: ante el viajero. Aquí el viajero señala un lugar en el espacio
respecto de la acción de cortar, luego es un complemento circunstancial de lugar.
Preguntamos: ¿dónde se hace la acción? ¿Dónde corta los juncos? Respuesta:
ante el viajero.

Otro ejemplo: Voy por el bosque con mi libro. En esta oración, con mi libro es el
complemento circunstancial de compañía porque indica con quién se hace la
acción.

Además, el sustantivo puede desempeñar el oficio o función de vocativo.


Vocativo es la persona, animal o cosa a quien nos dirigimos para llamar, invocar,
rogar u ordenar. Ejemplo: Viajero, has llegado a la región más transparente del
aire. En esta oración, viajero hace el oficio de vocativo. El vocativo, cuando está
en medio de una oración, se escribe entre comas. Si está al principio o al fin de
una oración, va seguido o precedido de una coma:

Viajero, has llegado a la región más transparente.


Has llegado, viajero, a la región más transparente.

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Has llegado a la región más transparente, viajero.

EL PREDICADO NOMINAL

Hasta aquí todos los verbos con que hemos trabajado han denotado una acción o
una pasión, y las acciones (enviar, cambiar, cortar, mirar, echar, llegar, etc.) y las
pasiones (amar, odiar, detestar, querer, apreciar, desear, etc.) constituyen el eje
del sentido. Se llaman, por ello, PREDICADOS VERBALES.

Pero existen también predicados nominales, que tienen como eje del sentido a
verbos que sólo señalan identidad y sirven para definir las cosas, como el verbo
ser, el más filosófico que existe, y sus sinónimos y afines como constituir. Son los
verbos con que trabajamos en el pensamiento abstracto.
Ejemplos:
La pera es una fruta.
El hombre es un animal político (Aristóteles).
El deseo constituye la razón última de la existencia individual (Sigmund Freud).
En estas tres oraciones no hay complementos, ni directo ni indirecto, ni
circunstancial, porque no hay predicados verbales. Todo lo que sigue al sujeto y al
verbo son sólo atributos del sujeto, predicados nominales: una fruta, un animal
político y la razón última de la existencia individual. Estas tres frases tienen que
ver más bien con el sujeto que con el verbo: son, en el fondo, adjetivos o atributos
del sujeto. El verbo ser o constituir sólo enmascaran una igualdad, una
equivalencia entre dos términos:

Pera = fruta
Hombre = animal político
Deseo = razón última de la existencia individual

FRASE INCIDENTAL O INCISO

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Tenemos, finalmente, otra categoría: la frase incidental o inciso, que puede ser
una sola palabra o una frase y hasta una oración completa que se inserta en otra
para explicarla, aclararla, matizarla.
Ejemplo: El viajero, que viene de lejos, es el único extraño en este pueblo.
Si suprimo la frase incidental no ocurre ningún cambio sustancial en la oración: su
sentido permanece intacto: El viajero es el único extraño en este pueblo. No sólo
el sujeto sino cualquiera de los complementos del verbo puede tener frases
incidentales. Ejemplo:

En estos ejercicios, que incluyen la palabra viajero, estudiaremos la


estructura oracional.

Al suprimir la frase incidental, el sentido de la oración no cambia esencialmente:


En estos ejercicios estudiaremos la estructura oracional.
Analizándola sintácticamente, el verbo es estudiaremos; el sujeto es el sufijo
emos, del verbo en futuro “estudiar” y que denota al pronombre elidido “nosotros”;
el objeto directo es la estructura oracional; el complemento circunstancial de lugar
es En estos ejercicios, y que incluyen la palabra viajero es la frase incidental.
Es fácil distinguir una frase incidental de un complemento circunstancial. La
primera es una aclaración o explicación de cualquier parte de la oración, menos
del verbo. El complemento circunstancial, en cambio, completa el sentido de un
verbo y puede ocupar cualquier lugar en la oración:

Una mujer corta juncos ante el viajero.


Una mujer, ante el viaiero, corta juncos.
Ante el viajero, una mujer corta juncos.

Ante el viajero, como hemos visto ya, es complemento circunstancial de lugar del
verbo cortar.

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Pero en la oración El viajero, que viene de lejos, está cansado, tenemos que el
verbo es está, y el adjetivo cansado, el complemento circunstancial de modo. El
sujeto es El viajero y que viene de lejos es la frase incidental o inciso: una frase
aclaratoria que nada tiene que ver con el verbo está, sino con el sujeto El viajero.
Al suprimirla, el sentido de la oración permanece completo: El viajero está
cansado.

PROCEDIMIENTO DE ANÁLISIS

El punto de partida es la identificación del verbo o verbos del enunciado. Es decir,


cuál es la acción, pasión, estado o verbo ser y sus sinónimos. Luego de identificar
el o los verbos, haremos preguntas al verbo:
1. La pregunta qué o quién hace la acción, para localizar el sujeto.
2. La pregunta qué (para las cosas) o a quién (para las personas), para localizar el
objeto directo.
3. Finalmente, haremos las demás preguntas que constan al final, en el cuadro de
funciones, señales y pruebas, a fin de identificar y comprobar las demás
funciones.

Por convención, y para unificar criterios, en los ejercicios propuestos a


continuación vamos a subrayar con una línea el o los verbos, encuadraremos el
sujeto, subrayaremos con dos líneas el objeto directo, con tres el indirecto y
escribiremos debajo la función de los demás elementos, si los hay:

El cura le cuenta al viajero la última historia del púlpito.

En esta oración, el verbo es cuenta.


¿Quién cuenta?: El cura, sujeto.
¿Qué cuenta?: la última historia del púlpito, objeto directo.
¿A quién le cuenta?: al viajero y a le (que es el viajero mismo), objeto indirecto.

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Es necesario que el estudiante esté preparado para resolver ejercicios en los
cuales el sujeto, o un complemento cualquiera, son largos. El número de palabras
del texto por analizar no importa, sino la estructura, que el estudiante debe fijar en
la mente. Ejemplo, este texto de Borges:

La certidumbre de que todo está escrito nos anula o nos afantasma.

Los verbos son anula y afantasma. El sujeto es La certidumbre de que todo está
escrito, y nos y nos son objetos directos de anular y afantasmar, respectivamente.
El sujeto está compuesto por más de cinco palabras. Hay textos donde frases de
veinte líneas o más pueden ser el sujeto o un complemento. Repetimos: lo
importante es la estructura. Sustituyamos algebraicamente el sujeto por un
símbolo y veremos más claramente lo que queremos decir:

Si La certidumbre de que todo está escrito = A,

reemplazando el sujeto por la A:

A nos anula o nos afantasma.

Otro ejemplo:

La negativa de la mayoría a incluir, en algún sitio de las leyes


aprobadas, la prohibición expresa para el otorgamiento de áreas
exclusivas de los contratos de exploración y perforación, abre la
puerta a afectaciones de la soberanía nacional potencialmente
graves.

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El verbo es uno solo: abre. El sujeto está compuesto por treinta palabras, cuyo
núcleo es la palabra negativa. El objeto directo es la puerta y el indirecto a
afectaciones de la soberanía nacional potencialmente graves. Sustituyendo
algebraicamente el sujeto por un símbolo, quedaría así:

A abre la puerta a afectaciones de la soberanía nacional


potencialmente graves.

Si el objeto directo es B y el indirecto C, la estructura algebraica de la oración


será:

A abre B a C.

La práctica del análisis hará que el estudiante interiorice las estructuras


oracionales y se vuelva más consciente de ellas. La destreza en su aplicación
hará muy rápida, casi automática, la identificación y correción de errores; hará que
el alumno se ponga alerta, por ejemplo, para evitar los tan frecuentes anacolutos
en que incurre. El anacoluto, repetimos, consiste en la redacción de oraciones sin
sentido, porque en ellas se ha omitido el verbo. Pero también son frecuentes los
errores por omisión del sujeto (no se sabe de quién o de qué se está hablando) o
de un complemento directo o indirecto si el verbo es transitivo, o porque chocan
dos o más estructuras sintácticas diferentes dentro del mismo enunciado; iniciar el
texto con una frase en voz pasiva y terminarla en activa, por ejemplo; o iniciar una
oración en gerundio y no escribir el verbo conjugado en indicativo, o sea, no
terminar la oración. En suma, la práctica del análisis morfosintáctico ayudará al
estudiante a vigilar su propia redacción y a leer correctamente textos ajenos.

EL GERUNDIO

Otro error sintáctico frecuente consiste en el mal uso del gerundio. El gerundio,
que se identifica por las terminaciones verbales -ando, -iendo, sólo indica la

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manera como se hace una acción o un antecedente para la oración, y tiene
sentido cuando se apoya en un verbo conjugado en modo indicativo, por ejemplo:
Vine caminando.
Salió corriendo.
El reloj está sonando.
Pero es muy común encontrarse con frases como estas:
Teniendo como tema la clase obrera.
Produciendo esclavos.
Estas dos frases no tienen sentido completo, no son oraciones porque carecen de
verbos conjugados en modo indicativo. Nos suscitan múltiples preguntas sin
respuesta: ¿qué o quién tiene como tema la clase obrera? (no hay sujeto). ¿Qué o
quién produce esclavos? (no hay sujeto). Tampoco hay verbos: ¿Cuáles son los
verbos conjugados (que expresan una acción real) de los gerundios teniendo y
produciendo? No los hay. Las dos frases antedichas necesitan apoyarse en otros
verbos para que tengan sentido. Por ejemplo:

Teniendo como tema la clase obrera, la reunión fue muy acalorada.


La guerra terminó produciendo esclavos.

CUADRO DE LAS FUNCIONES GRAMATICALES, SEÑALES Y PRUEBAS

A modo de resumen, vamos a presentar a continuación en una triple columna las


funciones, las señales y las pruebas de los elementos de la oración.

FUNCIONES SEÑALES PRUEBAS

Sujeto Sin preposición Debe responder a la


pregunta ¿quién? (para

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las personas)
o ¿qué? ( para las cosas),
y concordar con el verbo
en número y persona

Ejemplos.:
El fiscal acusó al
Presidente. ¿Quién acusó
al Presidente? Sujeto: El
fiscal.
El accidente fue
aparatoso.
¿Qué fue aparatoso?
Sujeto: El accidente.

Complemento Preposición de Debe responder a la


del nombre pregunta ¿qué...? En vez
de los puntos suspensivos
se pone el sustantivo del
cual se cree es
complemento. En la frase
Amor de la calle,
preguntamos ¿qué amor?
Complemento del nombre
amor: de la calle
Objeto directo Preposición a si se trata Debe responder a la
de personas o animales. pregunta ¿a quién?
Ejemplos:
La Academia Nobel
premió a Rigoberta

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Menchú.
Paseo al perro.
Sin preposición, si Debe responder al verbo a
se trata de cosas la pregunta ¿qué?
Ejemplo:
Una mujer corta juncos.
Corta ¿qué? Objeto
directo: "juncos".
Se pone la oración activa
en voz pasiva, y en la
nueva oración el objeto
directo debe pasar a ser
sujeto: Juncos son
cortados por una mujer.

Objeto indirecto Preposiciones a o para Debe responder a las


preguntas ¿a quién? o
¿para quién? e indicar
daño o provecho para el
indirecto:
Don Quijote envía una
carta a Dulcinea. Aquí
Dulcinea es el beneficiario
o víctima de la acción, o
sea, el objeto indirecto.

Complemento Cualquier preposición, Debe responder a las pre-


Circunstancial inclusive a, para, de. guntas ¿dónde? (lugar),
¿cuándo? (tiempo),
¿cómo? (modo), ¿con
qué? (instrumento), ¿por

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qué o por quién? (causa),
¿con quién? (compañía),
¿para qué? (finalidad),
etc.

Vocativo Sin preposición y aislado Es la persona, animal o


del resto por coma (s) o cosa a quien nos dirigimos
por dos puntos. para llamar, pedir, invocar,
Ejemplos:
A qué le tiras cuando
sueñas, mexicano.
Mexicano, a qué le tiras
cuando sueñas.
A qué le tiras, mexicano,
cuando sueñas.
Ayúdame, Dios mío.
"Señoras y señores:..."

EJERCICIOS DE ANÁLISIS SINTÁCTICO

1. Don Quijote envía un mensaje a Dulcinea en Sierra Morena.

Primer paso: identificamos el verbo: envía.


Segundo paso: le hacemos la pregunta al verbo: ¿quién?, y encontramos el sujeto:
“Don Quijote”.
Tercer paso: le preguntamos al verbo: ¿qué envía?, y encontramos el objeto
directo: “un mensaje”.
Cuarto paso: le preguntamos al verbo: ¿a quién envía el mensaje?, y encontramos
el objeto indirecto: “a Dulcinea”.

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Quinto paso: le preguntamos al verbo: ¿dónde se hace la acción de enviar?, y
encontramos el complemento circunstancial de lugar: “en Sierra Morena”, porque
allí se realiza la acción de enviar.

Pero también las terminaciones verbales y los pronombres desempeñan las


funciones del nombre. Vamos a reducir el sujeto a su mínima expresión y queda:

1 a. Envía un mensaje a Dulcinea en Sierra Morena.


El sujeto no es tácito: está presente en la terminación del verbo a, que indica que
el sujeto es una tercera persona del singular en presente de indicativo. Esa a es el
sujeto del verbo enviar, y sustituye al sujeto “Don Quijote”.

Vamos a reducir el objeto directo a su mínima expresión, o sea, a reemplazarlo


por un pronombre:
1 b. Don Quijote lo envía a Dulcinea en Sierra Morena.
El objeto directo es el pronombre lo, que sustituye al nombre “mensaje”.

Vamos a reducir el objeto indirecto a su mínima expresión, o sea, a reemplazarlo


por un pronombre:
1 c. Don Quijote le envía un mensaje en Sierra Morena.
El objeto indirecto es el pronombre le, que sustituye al nombre “Dulcinea”.

Vamos a hacer una sustitución general:


1 d. Se lo envía en Sierra Morena.
El sujeto es la terminación a del verbo, el directo es el pronombre lo, el indirecto el
pronombre Se, escrito de este modo para evitar la cacofonía “Le lo envía”.

Evidentemente, para usar sólo los pronombres y decir “Se lo envía”, tengo que
saber previamente de quiénes estamos hablando: de Don Quijote, de un mensaje,
de Dulcinea.

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2. Juan compró flores para su novia en el mercado.

Primer paso: identificamos el verbo: compró.


Segundo paso: le preguntamos al verbo: ¿quién?, y encontramos el sujeto: “Juan”.
Tercer paso: le preguntamos al verbo: ¿qué compró?, y encontramos el objeto
directo: “flores”.
Cuarto paso: le preguntamos al verbo: ¿para quién compró flores?, y encontramos
el objeto indirecto: “para su novia”.
Cuarto paso: le preguntamos al verbo: ¿dónde compró flores?, y encontramos el
complemento circunstancial de lugar: “en el mercado”.

Hagamos aquí también los ejercicios de reducción de los elementos


morfosintácticos a su mínima expresión, y tendremos:

Reducción del sujeto:


2 a. Compró flores para su novia en el mercado.
El sujeto está en la terminación del verbo ó, que designa la tercera persona del
singular (él, Juan), del pretérito del verbo comprar.

Reducción del objeto directo a su mínima expresión:


2 b. Juan las compró para su novia en el mercado.
El objeto directo es el pronombre femenino plural las, que sustituye al nombre
flores.

Reducción del objeto indirecto a su mínima expresión:


2 c. Juan le compró flores en el mercado.
El objeto indirecto es el pronombre le, que sustituye al nombre novia, su novia.

Reducción general, y tenemos:


2 d. Se las compró en el mercado.

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El sujeto es la terminación verbal ó, que sustituye a “Juan”; el objeto directo es el
pronombre las, que sustituye al nombre “flores”, y el objeto indirecto es el
pronombre Se, que sustituye al nombre “su novia”.

(TAREA ESCOLAR: Tanto el profesor como el alumno pueden seleccionar y


extraer del texto que están leyendo en clase oraciones para someterlas al análisis
morfológico y sintáctico. Se recomienda ir graduando la dificultad y complejidad,
desde las oraciones simples, hasta llegar a analizar oraciones largas y complejas
y hasta párrafos enteros).

CONCLUSIONES

Si, como ha afirmado Halliday, “la gramática es una forma de organizar la


experiencia” (la experiencia verbal, añadimos), el análisis sintáctico contribuye de
manera decisiva a cumplir esta tarea cognoscitiva: organiza gramatical y
semánticamente tanto la información verbal que recibimos como la que
producimos. En la medida en que adquiramos destreza para analizar
gramaticalmente las oraciones o conjunto de oraciones, estaremos también
preparados para vigilar y autocorregir nuestra propia escritura. Hemos demostrado
con la experiencia que los textos más largos y complejos y hasta los textos
poéticos se comprenden mejor gracias a la aplicación del análisis sintáctico que,
como hemos visto, es muy sencillo.
Estos apuntes pueden ser de gran utilidad para explicar los errores de escritura de
los estudiantes. Al utilizar un código común, el profesor y el estudiante se
entenderán mejor, tanto en la clase como en las asesorías. “Mira”, dirá el profesor,
“esto no se entiende porque has escrito un anacoluto: no hay verbo”. O: “Aquí has
escrito un verbo transitivo pero no hay objetos directo ni indirecto”, o “aquí no se
sabe sobre qué escribes porque no hay sujeto”.
Finalmente, estos apuntes son una propuesta. Buscaremos procedimientos para
vigilar su eficacia y mejorarlos, si así se requiere.

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EJERCICIOS

(La marcación propuesta es para los ejercicios en línea. Para las clases
presenciales proponemos subrayar con una línea el verbo, enmarcar el
sujeto, subrayar con dos líneas el objeto directo, con tres el indirecto y
señalar, aparte, la función de los demás elementos, si los hay).
En los siguientes enunciados, subraye con una línea el verbo o verbos, marque
con negrita el sujeto, con cursivas el objeto directo, en color rojo el indirecto y
escriba, en comentarios, la función de las demás unidades sintácticas, si los hay:

1. El viajero se asoma al pretil del puente, a vara y media del agua, y echa migas
de pan a los patos.

2. Julio Vacas baja la voz, enarca las cejas y habla al oído del viajero.

3. El cura acompaña al viajero hasta la puerta.

4. La muchacha se pone colorada y huye a la cocina. Cuando vuelve, viene muy


seria y cambia el plato al viajero sin mirarle.

5. Ante el viajero, al borde del río, una mujer corta juncos con un cuchillo.

6. El viajero está indeciso y se sienta en la cuneta, de espaldas al pueblo.

7. El viejo se sienta en la cuneta y el viajero se acuesta de espaldas y se queda


mirando para unas nubecillas, gráciles como palomitas, que flotan en el cielo.

8. El viajero entra en la tienda con Julio Vacas detrás.

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9. Julio Vacas, alias Portillo, habla con el viajero.

10. Julio Vacas vuelve a levantar la voz después de hacer un guiño al viajero.

BIBLIOGRAFÍA

1. Alarcos Llorach, Emilio. Gramática de la lengua española. Madrid, Espasa


Calpe-Real Academia de la lengua, 1995.
2. Chomsky, Noam. Estructuras sintácticas. México, Siglo XXI, 1974.
3. Cohen, Sandro. Redacción sin dolor. México, Planeta, 2016.
4. Conjugación verbo español: futuro, indicativo, subjuntivo...
https://conjugador.reverso.net>conjugacion-espanol
5. Halliday, Michael. El lenguaje como semiótica social. México, Fondo de Cultura
Económica, 1979.
6. Jakobson, Roman. Ensayos de lingüística general. Barcelona, Seix Barral,
1996.
7. Real Academia de la Lengua. Nueva gramática de la lengua española:
Morfología y Sintaxis. Madrid, Espasa, 2010.
8. Saussure, Louis Ferdinand de. Curso de lingüística general. Buenos Aires,
Losada, 1986.

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