Goleman y Liderazgo

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Maestría en Administración de Hospitales

Y Salud Pública

CALIDAD TOTAL EN CENTROS HOSPITALARIOS

Goleman y el liderazgo

Profesor: Mtro. Villagómez Ortiz Asisclo De Jesús

Alumno: Arian Barrientos Juárez

Octubre 2022
¿Qué hace a un líder?

INTRODUCCION

Existen muchas maneras de describir a un líder, incluso en las instituciones de


salud podemos identificar a los lideres, y como describe Goleman en su texto, los
lideres son individuos que tienen “lo que hay que tener” para ser guías, es más
un arte que una ciencia. Después de todo, los estilos personales de líderes
sobresalientes varían: algunos son moderados y analíticos, otros vociferan sus
proclamas desde la cima de la montaña. Igualmente importante, cada situación
requiere diferentes tipos de líderes. La mayoría de las fusiones necesita un
negociador sensible al mando, mientras que muchos procesos de cambio
requieren una autoridad más enérgica. No obstante, he descubierto que los líderes
más efectivos se parecen en algo fundamental: todos tienen un alto grado de lo
que se conoce como inteligencia emocional.

DESARROLLO

Ahora sabemos que la inteligencia emocional es un factor importante, pero que tan
importante?, Goleman, en busca de modelos de competencia que facilitaran la
búsqueda de individuos con potencial para puesto de alta dirección, realizó una
investigación con estos resultados, Al analizar todos estos datos encontré
resultados sorprendentes. Efectivamente, el intelecto era un factor clave en el
desempeño sobresaliente. Y las habilidades cognitivas, como pensar de manera
global y la visión a largo plazo, eran especialmente importantes. Pero cuando
calculé la proporción de destrezas técnicas, coeficiente intelectual e inteligencia
emocional como ingredientes de un desempeño excelente, la inteligencia
emocional resultó ser dos veces más importante que el resto para empleos a
cualquier nivel.
El análisis reveló que la inteligencia emocional desempeña un papel cada vez más
importante en los niveles superiores de la organización, donde las diferencias en
destrezas técnicas son insignificantes. En otras palabras, cuanto más alto sea el
puesto de un profesional estrella, más se podrá atribuir su eficacia a sus
capacidades de inteligencia emocional.

Cuando en los puestos superiores de liderazgo se comparó a los profesionales


estrella con aquellos promedio, casi 90% de la diferencia en sus perfiles se podía
atribuir a factores de inteligencia emocional, más que a habilidades cognitivas.

La autoconciencia es el ingrediente primordial de la inteligencia emocional, algo


que cobra sentido si se tiene en cuenta que hace miles de años el oráculo de
Delfos aconsejaba “conócete a ti mismo”. Autoconciencia significa tener una
profunda comprensión de las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y
motivaciones propias. Las personas que poseen un fuerte grado de
autoconciencia no son ni extremadamente críticas ni confiadas en exceso. Más
bien, son honestas consigo mismas y con los demás.

La autorregulación, que es como una constante conversación interior, es el


componente de la inteligencia emocional que nos libera de ser prisioneros de
nuestros sentimientos. Las personas inmersas en tal conversación tienen malos
estados de ánimo e impulsos emocionales como todos los demás, pero hallan
formas para controlarlos e incluso canalizarlos de manera útil.

Las personas que dominan sus sentimientos e impulsos (es decir, las personas
que son razonables) son capaces de crear un clima de confianza y de justicia. En
ambientes así, la política y las rencillas se reducen drásticamente y la
productividad es alta. Las personas con talento acuden en tropel a la organización
y no sienten la tentación de marcharse.
Se debe recalcar aún más la importancia de la autorregulación en el liderazgo
para plantear que refuerza la integridad, algo que no sólo es una virtud personal,
sino también una fortaleza organizacional. Muchas de las situaciones negativas
que ocurren en las empresas son consecuencia de comportamientos impulsivos.

De todas las dimensiones de la inteligencia emocional, la empatía es la que se


reconoce más fácilmente. Todos hemos sentido la empatía de un profesor o de un
amigo perceptivo, para un líder, no es cuestión de adoptar las emociones de los
demás como propias y tratar de complacer a todo el mundo. Eso sería una
pesadilla. Imposibilitaría la acción. Más bien, empatía significa tener en
consideración los sentimientos de los empleados, junto con otros factores, en el
proceso de toma de decisiones inteligentes.

Si hay un rasgo que comparten virtualmente todos los líderes eficaces, es la


motivación. Se sienten impulsados a obtener logros más allá de las expectativas
(de las propias y de los demás). La palabra clave es lograr. A muchas personas
les motivan factores externos, tales como un buen salario o el estatus que implica
un título imponente o formar parte de una empresa de prestigio. Por el contrario, a
las personas con potencial para el liderazgo les motiva un profundo deseo interno
de lograr el éxito por el simple hecho de lograrlo.

Los tres primeros componentes de la inteligencia emocional son destrezas de


manejo de uno mismo. Los dos restantes, empatía y habilidades sociales, están
relacionados con la aptitud para manejar las relaciones con los demás. Como
componente de la inteligencia emocional, las habilidades sociales no son tan
simples como suenan. No es sólo una cuestión de simpatía, aunque las personas
con dosis altas de habilidades sociales rara vez tienen un carácter difícil. Más
bien, las habilidades sociales son simpatía con un propósito: dirigir a las personas
en la dirección deseada, ya sea hacia el consenso ante una nueva estrategia de
marketing o hacia el entusiasmo por un nuevo producto.
CONCLUSION

Podemos concluir que los líderes más efectivos se parecen en algo fundamental:
todos tienen un alto grado de lo que se conoce como inteligencia emocional. No es
que el coeficiente intelectual y las destrezas técnicas sean irrelevantes. Son
importantes, pero como “aptitudes de umbral”; es decir, son los requisitos básicos
para puestos ejecutivos. Pero mi investigación, junto con otros estudios recientes,
muestra claramente que la inteligencia emocional es la condición sine qua non del
liderazgo.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

-Goleman, D. (2004). ¿ Qué hace a un líder. Harvard Business Review, 82(1), 82-
91.

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