Dercehos HUmanos Revista 16
Dercehos HUmanos Revista 16
Dercehos HUmanos Revista 16
ISSN: 1870-5448
Época
Humanos Año 6
Núm
México 16
2 011
Revista del
Centro Nacional de
Derechos Humanos
CENTRO NACIONAL DE
DERECHOS HUMANOS
Cupón de suscripción
Envíe este cupón con sus datos completos, así como el original de la
ficha de depósito a la Subdirección de Distribución y Comercialización
de Publicaciones, Oklahoma núm. 133, col. Nápoles, Delegación Beni�
to Juárez, C. P. 03810, México, D. F. Tel.: 56 69 23 88, ext. 6103
Cargo: �������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Institución: ������������������������������������������������������������������������������������������������������
Dirección: �������������������������������������������������������������������������������������������������������
Colonia: ���������������������������������������������������������������������������������������������������������
16
2 011
Derechos Humanos
México
Comité Asesor
Enrique Belda Pérez Pedrero (España) ● Miguel Carbonell Sánchez (México) ● Miriam
Cárdenas Cantú (México) ● Víctor Manuel Collí Borges (México) ● Juan Manuel Charry
Urueña (Colombia) ● Paulette Dieterlen Struck (México) ● Alejandro Straffon Ortiz (México)
● Yolanda Gómez Sánchez (España) ● Rafael Grasa Hernández (España) ● Consuelo
Maqueda Abreu (España) ● Rafael Márquez Piñero (México) ● Ana Rosa Martín Minguijón
(España) ● Víctor Manuel Martínez Bullé Goyri (México) ● Marcos Francisco Masso
Garrote (España) ● Gonzalo Moctezuma Barragán (México) ● Julio César Ortiz (Colombia)
● Serafín Ortiz Ortiz (México) ● Ricardo Pozas Horcasitas (México) ● María Elena Rebato
Peño (España) ● Francisco Javier Díaz Revorio (España)
Contenido
Presentación 9
Artículos
Comentario Legislativo
Comentario jurisprudencial
Reseñas bibliográficas
Reseñas hemerográficas
reseña cinematográfica
Bibliografía
Nuevas adquisiciones
Nuevas publicaciones
Abstract: The article “Laicity and Human Rights. The Modern Mexican Reforms in
Matters of Religion” presents an analysis of the content and theoretical grounding of
the reform proposals in matters of religion that have been postulated in Mexico; the
current one, approved in 1992, and the one that is in legislative process and which
was preliminarily approved in 2010 by the Cámara de Diputados, and then present-
ed to the Senado de la República for further discussion and approval.
The text also constitutes a first exploration of the theoretical relationship that ex-
ists between the secularization process and Human Rights discourse. This is meant
as a contribution to the relegitimization of the theory and practice of contemporary
Human Rights.
The discourse of Human Rights is invoked and summoned socially and intellectu-
ally as a regulatory criterion, grounds for tolerance, and protective tool for poten-
tially discriminated sectors, when contemporary societies try to solve, once polarized,
*
Investigador del Centro Nacional de Derechos Humanos de la CNDH.
[ 13 ]
polemic subjects such as abortion, euthanasia, same sex marriage, as well as the
14 great social, ethical and legal subjects introduced by biogenetic and biotechnologi-
cal research. The relationship between society and the State with religion and its
Alan Arias Marín
I. Preliminares e intenciones
1
La importancia crítica del estudio del vínculo entre secularización [laicidad estatal] y los Derechos
Humanos incide y deriva en una de las antinomias inherentes a los Derechos Humanos; esto es, la inca-
pacidad de los Derechos Humanos de configurarse con independencia de los derechos civiles, que son
asegurados, positivizados y garantizados sólo a través de un Estado nacional particular. Ver Alan Arias,
“Claves críticas del multiculturalismo. Política del reconocimiento y ciudadanía multicultural”, en Alan
Arias, coord., Debate multicultural y Derechos Humanos. México, Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, 2006, pp. 26-27.
gido de un artículo; por ello el trabajo de investigación (en esta fase) se autoli-
16
mita deliberadamente a la composición-construcción de un boceto crítico res-
pecto de las discusiones y estudios que sobre la laicidad se han producido, todo
Alan Arias Marín
2
El estudio de la laicidad resulta de enorme vastedad y complejidad. La bibliografía es prácticamen-
te inabarcable. Las pretensiones y alcances de este trabajo son solamente indicativos; digamos que —en
todo caso— se trata de un trabajo germinal; construcción de ideas y argumentos con potencialidad hipo-
tética para investigaciones de mayor concreción. Por ello, la bibliografía queda aquí restringida a las
obras citadas o de referencia directa.
3
Ver Luis Villoro, Estado plural, y pluralidad de culturas. México, Paidós, 1998. Este texto constituiría
una excepción en el panorama filosófico e histórico mexicano al proponer una reflexión de corte funda-
cional acerca del Estado; su abordaje lo realiza desde una perspectiva neohistoricista vinculada al dis-
curso del multiculturalismo con evidente distancia teórica e ideológica del liberalismo.
4
Se entiende aquí por Derechos Humanos, con mayúsculas, al conjunto de prácticas, instituciones,
discurso y doctrina referidos a los mismos, y derechos humanos, con minúsculas, a los derechos huma-
nos específicos formalizados. No está de más enunciar que el entendimiento de los Derechos Humanos
se explica como una práctica y un discurso multidisciplinario, por tanto, con un objeto de estudio y un
campo objetual multidimensional, conformado por un conjunto de experiencias prácticas, luchas, narra-
tivas, instituciones e instrumentos jurídicos (y no restrictivamente como una serie de derechos).
Las leyes aprobadas recientemente en la ciudad de México sobre matrimonio
17
entre personas del mismo sexo y su derecho a adopción, también lo relativo a
la eutanasia y la despenalización del aborto, tanto la sanción de su constitucio-
5
Ver http//gaceta.diputados.gob.mx//Gaceta/61/2010/feb/20100211-I.html#Dicta20100211Art40Const
6
Ver Émile Poulat, La solution laïque et ses problèmes. París, Berg International Editeurs, 1997.
acaso, inciden en la tentativa de establecer algunos puntos referenciales para
18
una sintaxis.7
Alan Arias Marín
7
Al modo como sugiere Roger Caillois para enfrentar la dialéctica de las relaciones entre lo profano
y lo sagrado, ver El hombre y lo sagrado. México, FCE, 2006.
8
La canónica diferenciación y autonomía de las esferas, establecida como nota característica de la
modernización en la teoría de Max Weber. Ver Max Weber, Economía y sociedad. México, FCE, 1980.
te se han expresado como pugnas de poder entre las elites de ambas institucio-
19
nes y no como expresiones culturales diferenciadas de la sociedad, no como
resultado de un proceso “natural”, sostenido y cumplido de modernización.
9
Ver Roderic Ai Camp, Cruce de espadas. Política y religión en México. México, Siglo XXI Editores,
1998. También Martha Eugenia García Ugarte, La nueva relación Iglesia-Estado. Un análisis de la pro-
blemática actual. México, Nueva Imagen, 1993.
10
M. E. García Ugarte, op. cit., p. 14.
11
R. Ai Camp, op. cit., supra, nota 9, p. 48.
IV. Reforma religiosa y modernización tardía
20
En 1990 el clima de la relación Iglesia-Estado estaba condicionado por la se-
Alan Arias Marín
gunda visita del Papa Juan Pablo II y la percepción de una más que probable
reforma a la Constitución en materia religiosa, lo que inducía a un debate sobre
sus implicaciones sociopolíticas. El marco histórico y las condiciones políticas
se modificaban aceleradamente. El gobierno del presidente Carlos Salinas pre-
conizaba la modernización del país; para los jerarcas católicos eso significaba
“el fin de las simulaciones” (final del acuerdo de modus vivendi a esas fechas).
Los signos inequívocos del cambio se manifestaban en cadena: prominentes
miembros de la Iglesia en la toma de posesión presidencial, nombramiento de
un representante presidencial en el Vaticano y la legitimación ponderada en la
opinión pública de las ideas reformistas insinuadas desde el poder político. El
Nuncio Girolamo Prigione pregonaba que “el pueblo mexicano” favorecía el re-
conocimiento jurídico de la Iglesia y el restablecimiento de las relaciones diplo-
máticas con el Papa.
Hay consenso, entre historiadores del periodo y analistas de temas eclesiás-
ticos, respecto de la realización de negociaciones entre el gobierno federal y la
jerarquía eclesiástica católica, así como en relación con el sentido públicamen-
te pregonado de conciliación y actualización del trato entre las mismas, así como
que esas negociaciones se establecieron desde 1990.12 Las condiciones políti-
cas resultaban a todas luces favorables. El sistema político vivía una crisis exa-
cerbada por los cuestionados resultados de las elecciones presidenciales de
1988, a lo que el presidente Salinas respondía con un proyecto de modernización
económica y de adecuación —“neoliberal”— a las condiciones de la globaliza-
ción —perestroika—; en ese proyecto tardío de modernización, era el momento
que hubiera también una correspondencia en los ámbitos político y social —“glas-
no”—; la cuestión de actualizar —aggiornamento— la relación Estado-Iglesia(s)
encajaba adecuadamente en el proyecto, amén de que prometía ser mutuamen-
te beneficioso para las cúpulas gubernamentales y eclesiales. La suerte estaba
echada, Salinas anuncia su propuesta en el Informe de septiembre de 1991 y
para julio de 1992 la reforma se publicaba y entraba en vigor.13
12
Ver también R. Ai Camp, op. cit., supra, nota 9; M. E. García Ugarte, op. cit., supra, nota 9; Carlos
Fazio, La cruz y el martillo. México, Joaquín Mortiz, 1987, y Miguel Concha Malo, coord., Los derechos
políticos como derechos humanos. México, La Jornada Ediciones / UNAM, CIIH, 1994, pp. 137-152.
13
La secuencia reformista es sorprendentemente vertiginosa: propuesta el 1 de septiembre de 1991;
el 18 del mismo mes, la Cámara de Diputados aprobaba la Iniciativa de reformas a los artículos 3o., 4o.,
24, 27 y 130; luego de su paso por el Senado y los Congresos locales, el 28 de enero era publicada en el
Diario Oficial; en marzo la Fundación Siglo XXI del Partido Revolucionario Institucional anuncia la elabo-
ración de la Ley Reglamentaria; el 25 de junio es presentada a los diputados y se le adicionan los proyec-
tos del PAN, PRD y PARM; el 7 de julio se inicia la discusión del dictamen ante el Pleno que lo aprueba el
día siguiente. 328 votos en favor, 36 en contra y dos abstenciones; después de su paso por el Senado,
entra en vigor la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, el 16 de julio de 1992. Para un análisis
detallado de este curso legislativo, ver R. Ai Camp, op. cit., supra, nota 9, pp. 58 y ss., y M. E. García
Ugarte, op. cit., supra, nota 9, pp. 103-127.
V. La reforma de 1992; pluralidad y derechos religiosos
21
El paquete de reformas constitucionales y su correspondiente ley marcan un
14
Ver Roberto Blancarte, “Iglesia y Estado: las dos espadas”, en Nexos. México, núm. 282, junio de
2001, pp. 48-57; Carlos Zambrano, Confesionalidad y política. Confrontaciones multiculturales por el
monopolio religioso. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Derecho y Ciencias Socia-
les, 2002; Jean Meyer, “Disidencia jesuita. Entre la cruz y la espada”, en Nexos. México, año IV, vol. 4,
núm. 48, diciembre de 1981, y Bernardo Barranco, “Laicidad de la pluralidad e inclusión social”, en Este
País. Tendencias y Opiniones. México, núm. 228, abril de 2010, pp. 34-40.
15
Héctor Fix-Zamudio, “Introducción”, en 200 años de derechos humanos en México. México, CNDH
/ Archivo General de la Nación, 2010.
en igualdad de condiciones formales con las asociaciones religiosas no católicas;
23
que no se hayan atendido sus consideraciones de prelación referidas a antigüe-
dad y número de fieles respecto de otras denominaciones religiosas. La jerarquía
16
Ver la Carta Pastoral: “Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos”. Se trata, en opinión
de Blancarte, de un proyecto en franca oposición a la modernización; “un discurso sociológico católico
que busca demostrar que la identidad cultural latinoamericana tiene un inherente sustrato católico que
es sólo compatible con la modernidad barroca, alternativa a la modernidad ilustrada”. Roberto J. Blan-
carte, “Laicidad y secularización en México”, en Estudios Sociológicos. México, vol. XIX, núm. 57, 2001.
17
Lo que María del Carmen García ha llamado “el asalto al espacio público”. Ver María del Carmen
García Aguilar, “La reforma constitucional y sus efectos en las relaciones Iglesia-Estado”, en Liminar.
Estudios Sociales y Humanísticos. México, vol. 2, núm. 2, julio-diciembre de 2004, p. 28.
determinadas regiones y sobre sectores sociales específicos, a la todavía do-
24
minante —aunque en repliegue— Iglesia católica.
Pese al activismo enérgico del conjunto de las denominaciones religiosas,
Alan Arias Marín
18
Fue aprobado por el Pleno de la Cámara de Diputados el proyecto de Decreto que reforma el Artícu
lo 40 de la Constitución, adicionando la palabra laico, para quedar como sigue: artículo 40. Es voluntad del
pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de
Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación
establecida según los principios de esta ley fundamental. La votación fue de consenso partidista: 363
votos en favor; uno en contra y ocho abstenciones; el 16 de febrero de 2010. Se encuentra en trámite en
las Comisiones de Puntos Constitucionales y en la de Estudios Legislativos.
deramente relevante es que la escueta modificación al artículo 40 de la Consti-
26
tución resultó de un extenso e importante recorte al proyecto inicial de 2007 que
le sirvió de base.19
Alan Arias Marín
19
Vale la pena transcribir completo el proyecto de iniciativa presentado en Comisiones de la Cáma-
ra de Diputados en 2007, para contrastar la complejidad y riqueza de éste con lo anodino de la reforma
que ahora se propone. Veamos:
Artículo Único.- Se adiciona una palabra al artículo 40, se agrega un quinto párrafo al artículo 108, se
agrega la fracción IV al artículo 109 y se adicionan los dos últimos párrafos al artículo 130 de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos en los términos siguientes:
Art. 40.- Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República laica, representativa,
democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen
interior; pero unidos en la Federación establecida según los principios de esta ley fundamental.
Art. 108.- […]
[…]
[…]
[…]
Las autoridades políticas federales, estatales y municipales deberán guiar su actuación respe-
tando escrupulosamente, y salvaguardando en todo momento, la separación entre asuntos políticos
y religiosos, entre aquellos relativos al Estado y las iglesias y entre creencias personales y función
pública. El incumplimiento de esta obligación conllevará responsabilidad en los términos del Título
Cuarto de esta Constitución y las demás que establezcan las leyes.
Art. 109.- El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados, dentro de sus ámbitos de
sus respectivas competencias, expedirán las leyes de responsabilidades de los servidores públicos
y las demás normas conducentes a sancionar a quienes, teniendo este carácter, incurran en respon-
sabilidad, de conformidad con las siguientes convenciones:
I. […]
II. […]
III. […]
IV.- Se aplicarán sanciones administrativas a los servidores públicos que no respeten el carácter
laico del Estado mexicano y violen las leyes correspondientes.
Art. 130.- […]
De la a) a la e) […]
[…]
[…]
[…]
[…]
[…]
Los principios históricos de laicidad y de la separación del Estado y las Iglesias orientan las normas
contenidas en el presente artículo. El Estado laico, en el cual la legitimidad política de las instituciones
públicas y de los gobernantes proviene esencialmente de la soberanía y la voluntad popular, tiene
como propósito garantizar la libertad de conciencia individual de todos los ciudadanos y ciudadanas,
y en consecuencia los actos que de esta libertad se deriven, en el marco del respeto de las leyes, la
conservación del orden público y la tutela de derechos de terceros.
Las Iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la Ley. El Estado laico ejercerá su
autoridad sobre toda manifestación religiosa, individual o colectiva, y no podrá establecer ningún tipo
de preferencia o privilegio a favor de religión o convicción filosófica alguna. Tampoco a favor o en
contra de alguna Iglesia o agrupación religiosa.
so de secularización y sus vicisitudes en México y plantearon la necesidad del
27
vínculo con una teoría de la democracia y los Derechos Humanos.
20
Norberto Bobbio, “Cultura laica y laicismo”, en Il Manifesto. Roma, 1999. (Respuesta al Manifesto
laico, firmado por intelectuales italianos liberales y de izquierda, encabezados por Rossana Rossanda.)
21
Roberto Blancarte, “¿Qué significa hoy la laicidad?”, en Este País. Tendencias y Opiniones. Méxi-
co, núm. 228, abril de 2010, pp. 30-34.
Adicionalmente, se entiende también como una forma de organización polí-
28
tico-social que tiende a implementar condiciones de igualdad y de no discrimi-
nación. La laicidad cumple un papel instrumental jurídico y político, ideado por
Alan Arias Marín
22
Max Weber, Sociología de las religiones. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Edición
crítica de Francisco Gil Villegas. México, FCE, 2003, pp. 53 y ss.
23
Ronald Dworkin, Los derechos en serio. Trad. de Marta Isabel Guastavino Castro. Barcelona, Ariel,
1999, pp. 267 y ss.
24
Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano. Madrid, Guadarrama, 1967.
25
Weber insiste en que todas las formas premodernas de legitimación son de carácter religioso, si bien
con diferentes grados; y que esas modalidades de legitimación coexisten y se superponen con los tipos
propiamente modernos, tradicional, carismática y racional-legal. Ver M. Weber, op. cit., supra, nota 8.
con autonomía real frente a cualquier doctrina religiosa o filosófica, con objeto
29
de garantizar, desde esa neutralidad, el bien común y/o el interés público o ge-
neral.
26
Jürgen Habermas y Joseph Ratzinger, Entre razón y religión. Dialéctica de la secularización. Mé-
xico, Cenzontle / FCE, 2008. Este texto resulta modélico del debate contemporáneo entre visiones se-
culares y religiosas respecto de la relación entre política y ética. También Jürgen Habermas, Entre natu-
ralismo y religión. Barcelona, Paidós, 2006.
27
É. Poulat, La solution laïque et ses problèmes, op. cit., supra, nota 6.
diferenciación del espacio público, mediante la distinción entre lo público formal
31
y lo público informal.28
En este ámbito circunscrito a la debilidad simplificadora de la distinción entre
28
J. Habermas, op. cit., supra, nota 26, en particular el capítulo 5: “La religión en la esfera pública”.
29
J. Habermas, op. cit., supra, nota 26, pp. 76 y ss.
30
Ibid., p. 78.
sulta nada obvio por qué tendría que ser esto así; más bien, tomarse en serio las
32
razones religiosas exige evaluarlas seriamente en función de sus méritos: es
estar preparados para ofrecer argumentos bien construidos y evidentes en con-
Alan Arias Marín
tra, que muestren por qué son proposiciones equivocadas si pensamos que lo
son.
No se niega el derecho de todo creyente a creer lo que le parezca más ade-
cuado para organizar su plan de vida personal; lo que se argumenta es que si
son ciudadanos y, por tanto, partícipes en la deliberación pública y, además,
tienen la pretensión de que sus convicciones alcancen nivel normativo y, even-
tualmente, sean coercitivas, entonces, deben someter los contenidos de las
creencias a un escrutinio racional y razonable. La premisa que subyace en el
debate es la que prescribe que es moralmente correcto ejercitar la coerción sólo
con base en consideraciones públicamente aceptables, sin violar el principio de
simetría entre los participantes.
Cabe, sin embargo, la pregunta de por qué ofrecer tantas consideraciones a
los ciudadanos que persisten en la pretensión de que sus ideas y creencias re-
ligiosas incidan normativa o aún coercitivamente en la vida pública. La respues-
ta apunta a la complejidad contradictoria e, incluso, paradójica del proceso de
la secularización y la laicidad. Aquí el terreno de la argumentación ya no es dia-
lógico, en la esfera formal del proceso comunicativo, sino de índole histórica y
cultural. El mundo occidental ha estado habituado al pensamiento y la moral de
la tradición judeocristiana, de matriz religiosa y fundamentos teológicos basados
en la revelación. No obstante, en la actualidad ser judío o cristiano es una alter-
nativa entre muchas otras; incluso, creer o no creer en Dios no es más que otra
alternativa.31 Se han producido múltiples formas de religiosidad, en tanto que
otras tantas están en vías de extinción o ya han desaparecido, otras más se en-
cuentran desestabilizadas o en emergencia. El proceso de secularización y el
apuntalamiento de la laicidad si bien han debilitado y quitado centralidad a las
religiones, también han potenciado la multiplicación de opciones religiosas y
contribuido a la radicalización de sectores religiosos discriminados o vulnerados
en sus derechos. Este interregno paradójico ha sido denominado como era
postsecular.
En rigor, se asiste a una confrontación entre el Estado laico-secular y el plu-
ralismo religioso. Es responsabilidad del Estado laico garantizar los derechos
de las personas, incluida la libertad religiosa; no obstante, algunos actores reli-
giosos no aceptan que sus creencias deban subordinarse al poder estatal, ni
asumen su condición de minorías. De modo que, así como el Estado juega el
papel de legitimar y regular a las religiones, también requiere del reconocimien-
to de las instituciones religiosas a fin de conseguir su propia legitimación. Por
ello, Habermas y otros autores, plantean que la laicidad y el secularismo cultural
es un proceso doble de aprendizaje32 respecto de los límites tanto de los ciuda-
danos laicizados como de los religiosos. En el debate acerca de los temas con-
troversiales, los sectores religiosos deben participar en tanto que “comunidades
de interpretación”. Las tradiciones religiosas son capaces de articular intuiciones
morales, por ello el Estado laico ha de tener la capacidad de reconocerlas si se
31
Charles Taylor, A Secular Age. Cambridge, Mass., Harvard University Press, 2007, pp. 505-509.
32
J. Habermas, op. cit., supra, nota 26, pp. 78 y ss.
traducen de modo adecuado, del lenguaje religioso a un “lenguaje públicamen-
33
te accesible”.
En virtud de la pluralidad de creencias existente, el compromiso del Estado
Abstract: The International Rule of Law is one of the most up-to-date issues in the
international agenda, not only for the academia but for States and international or-
ganizations too. Although the concept of the Rule of Law has been well analyzed at
the municipal level by political scientists, philosophers and lawyers, among others;
at the international level it remains sort of a novelty. The aim of the article is to have
a first approach to the International Rule of Law from a Human Rights perspective
which, it is argued, constitutes one of its essential elements.
Tesis
Introducción
La noción de Estado de Derecho (ED) juega hoy en día un papel central en toda
sociedad moderna, bien porque se considere que éste es inexistente o frágil, o
bien porque en aquellas sociedades donde se ha consolidado hay vicios o re-
trocesos que atentan contra el mismo.
[ 35 ]
A nivel internacional la discusión es aún mayor, entre otras razones, porque
36
el sistema internacional carece del andamiaje legal e institucional característico
de un Estado, de donde precisamente se ha acuñado y desarrollado la noción de
Luis Ángel Benavides
1
Corte Interamericana de Derechos Humanos, El Hábeas Corpus bajo suspensión de garantías
(artículos 27.2, 25.1 y 7.6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva
OC-8/87, del 30 de enero de 1987. Serie A, núm. 8, párrafo 26, y Corte Interamericana de Derechos Hu-
manos, Garantías judiciales en Estados de emergencia (artículos 27.2, 25 y 8 de la Convención Ameri-
cana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87, del 6 de octubre de 1987. Serie A, núm.
9, párrafo 35.
2
Consideramos que la noción de Estado debe de comprender otras dimensiones más allá de la ju-
rídico-política que tradicionalmente es estudiada por la Ciencia Política y el Derecho. En muchos casos,
las dimensiones económicas (como en el caso de los países socialistas), las culturales y sociales (como
en el caso de los países en donde no existe separación de Iglesia y Estado como en muchas sociedades
musulmanas) definen al Estado, son de hecho su razón de existir.
3
“El contrato social es el acto fundacional del Estado, cuya finalidad es, en consecuencia, la creación
del Derecho (positivo): el establecimiento y aplicación de normas que aseguren ‘la libertad de todos los
miembros de la sociedad en cuanto hombres, y ‘la igualdad de cada uno de ellos con todos los demás en
cuanto súbditos”, Francisco Rubio Llorente, “Derechos fundamentales, derechos humanos y Estado de
Derecho”, en Fundamentos: Cuadernos Monográficos de Teoría del Estado, Derecho Público e Historia
Constitucional. Oviedo, núm. 4, 2006, p. 209. Disponible en: http://www.uniovi.es/constitucional/funda-
mentos/cuarto/pdfs/Francisco%20Rubio%20Llorente.pdf. Véase también, en general, la obra clásica de
Jean Jacques Rosseau, El contrato social o principios de derecho político. Madrid, Maxtor, 2008, 239 pp.
El Estado de Derecho empieza a formularse cuando se limita el poder del
37
soberano a través de la ley.4 Es el momento cuando el absolutismo llega a su fin
para dar paso a las libertades individuales, lo que eventualmente derivaría en la
4
Para un análisis muy general de la evolución del Estado de Derecho véase: Fernando Garrido
Falla, “Democracia y Estado de Derecho: sometimiento efectivo de todos los poderes a la ley”, en Re-
vista de Administración Pública. Madrid, núm. 128, 1992, pp. 10-14. Disponible en: http://www.cepc.es/
rap/Publicaciones/Revistas/1/1992_128_007.PDF.
5
Quizá los ejemplos más emblemáticos sean: la Carta Magna (1215), que establece límites al Rey
Juan I de Inglaterra (Juan sin Tierra); el Acta de Independencia de Estados Unidos (1776), y la Declara-
ción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, producto de la Revolución francesa (1789).
6
La obra de Mohl es Die Polizei-Wissenschaft nach den Grundsätzen des Rechtsstaates, citado por
Elías Díaz, “Teoría general del Estado de Derecho”, en Revista de Estudios Políticos. Madrid, núm. 131,
1963, p. 26. Disponible en: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/2/REP_131_023.pdf
7
“The establishment of a Civil Constitution in society is one of the most important facts in human his-
tory [...] In all social contracts we find a union of a number of persons for the purpose of carrying out some
one End which they all have in common […] Now the End which in such external relations is itself a duty
and even the highest formal condition—the conditio sine quâ non—of all other external duties, is the rea-
lization of the Rights of Men under public compulsory Laws, by which every individual can have what is
his own assigned to him, and secured against the encroachments or assaults of others. forms of social
union among mankind”. Kant’s Principles of Politics, Including his Essay on Perpetual Peace. A Contri-
bution to Political Science. Trad. de W. Hastie. Edinburgh, T. & T. Clark, 1891, pp. 33-34. Disponible en
varias versiones digitales en http://oll.libertyfund.org/?option=com_staticxt&staticfile=show.
php%3Ftitle=358, visitado en septiembre de 2010.
8
E. Díaz, op. cit., supra, nota 6, p. 26.
9
“Con la expresión ‘Estado de Derecho’ se entienden, habitualmente, en el uso corriente, dos cosas
diferentes que es oportuno distinguir con rigor. En sentido lato, débil o formal, ‘Estado de Derecho’ de
signa cualquier ordenamiento en el que los poderes públicos son conferidos por la ley y ejercitados en
las formas y con los procedimientos legalmente establecidos. En este sentido, correspondiente al uso
alemán del término Rechtsstaat, son Estados de Derecho todos los ordenamientos jurídicos modernos,
incluso los más antiliberales, en los que los poderes públicos tienen una fuente y una forma legal. En un
segundo sentido, fuerte o sustancial, ‘Estado de Derecho’ designa, en cambio, sólo aquellos ordenamien-
tos en los que los poderes públicos están, además, sujetos a la ley (y, por tanto, limitados o vinculados
por ella), no sólo en lo relativo a las formas, sino también en los contenidos. En este significado más res-
tringido, […] son Estados de Derecho aquellos ordenamientos en los que todos los poderes, incluido el
legislativo, están vinculados al respeto de principios sustanciales, establecidos por las normas constitu-
cionales, como la división de poderes y los derechos fundamentales […] estos dos modelos reflejan dos
experiencias históricas diferentes, ambas desarrolladas en el continente europeo y fruto cada una de
ellas de un triple cambio de paradigma: a) en la naturaleza y estructura del derecho, b) en la naturaleza
de la ciencia jurídica y c) en la de la jurisdicción”. Luigi Ferrajoli, “Pasado y futuro del Estado de Derecho”,
en Revista Internacional de Filosofía Política. Madrid, núm. 17, 2001, p. 31, notas a pie no incluidas. Dis-
ponible en: http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:filopoli-2001-17-0011&dsID=pdf
10
Rafael Entrena Cuesta, “Notas sobre el concepto y clases de Estado de Derecho”, en Revista de
Administración Pública. Madrid, núm. 33, septiembre-diciembre de 1960, pp. 31-45. Disponible en: http://
www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/1/1960_033_031.PDF
evolución también se ve reflejada en nociones tales como Estado social de de-
38
recho o Estado de bienestar social.11 Sin embargo, para efectos del presente
artículo dichas nociones no serán abordadas.
Luis Ángel Benavides
11
La noción de Estado Social de Derecho tiene por objetivo poner un límite al individualismo abso-
luto del Estado liberal y tomar medidas de carácter social para beneficiar a mayores sectores de la po-
blación: “Se trata de dar entrada a las necesidades planificadoras y sociales en el marco de un auténtico
Estado de Derecho. Se habla así del paso de un Estado Liberal de Derecho a un Estado Social de Derecho:
éste es el sentido actual que parece haber alcanzado la evolución de los sistemas políticos demolibera-
les occidentales y su concepción del Estado de Derecho”. E. Díaz, op. cit., supra, nota 6, p. 28.
12
“The issue of the Rule of Law is much broader than that of a police State. By limiting the scope of
the Rule of Law only to issues pertaining to the legality of the conduct of public servants, one excludes
many elements from the concept that are also part of the State’s legal structure”. Diego Valadés, “The
Rule of Law as a Cultural Problem (The Case of Mexico)”, en Mexican Law Review. México, núm. 5,
enero-junio de 2006. Disponible en: http://info8.juridicas.unam.mx/cont/mlawr/5/arc/arc8.htm
13
“Discussions among theorists about the ‘rule of law’ are driven by disagreements over what it means,
its elements or requirements, its benefits or limitations, whether it is a universal good, and other complex
questions”. Brian Z. Tamanaha, A Concise Guide to the Rule of Law, St. John´s University, Legal Studies
Research Papers Series, Paper No. 07-0082, 2007, p. 2. Disponible en: http://ssrn.com/abstract=1012051.
Aunque no es el objeto del presente artículo es importante tomar en cuenta que para el desarrollo de
cualquier noción de Estado de Derecho se requieren de ciertas condiciones previas para su realización.
Aunque parezca obvio se requiere de Estado y se requiere de Derecho. Es decir, de instituciones y de un
sistema de normas que hagan eficaces a dichas instituciones. Es por ello que cuando las instituciones
fallan o existe ingobernabilidad o el gobierno no da soluciones a los problemas que la sociedad enfrenta
algunas voces señalan erróneamente el quebranto o la ausencia de un Estado de Derecho. El Estado de
Derecho debe ser integral al quehacer gubernamental, forma parte de un todo.
14
El texto original es el siguiente: “In th[e] minimalist sense (which is not without its own definitional
and boundary problems), there are three essential requirements for the rule of law: certain relationships,
events and transactions should be subject to rules; the rules laid down should be followed and should ap-
ply to everyone, including limits on the government and on the powerful; and the rules should be enforced
with some mechanism for seeking redress”. David Kairys, “Searching for the Rule of Law”, en Suffolk
University Law Review. Boston, vol. XXXVI, núm. 2, 2003, p. 318, notas a pie no incluidas. Otros señalan
que el Estado de Derecho debe tener tres elementos: “1) to be ruled by law not by discrecionary power,
2) to be equal before the law, private individual as well as government officials and 3) to be submitted to
the general jurisdiction of ordinary courts”. Stéphane Beaulac, “An Inquiry into International Rule of Law”
(EUI working paper, MWP No. 2007/14, p. 4). Disponible en: http://papers.ssrn.com/sol3/papers.
cfm?abstract_id=1074562
15
“El Estado de Derecho, como Estado limitado por la ley, se contrapone a cualquier forma de Esta-
do absoluto”. E. Díaz, op. cit., supra, nota 6, p. 22.
ción de poderes; c) legalidad de la Administración, y d) derechos y libertades
39
fundamentales.16
Otros autores consideran que un verdadero Estado de Derecho requiere de
16
Para un análisis de estos elementos véase ibid., pp. 29 y ss.
17
El texto original es el siguiente: “In contrast to thin versions of rule of law, thick or substantive con-
ceptions begin with the basic elements of a thin conception but then incorporate elements of political mo-
rality such as particular economic arrangements (free-market capitalism, central planning, ‘Asian devel-
opmental state’ or other varieties of capitalism), forms of government (democratic, socialist, soft
authoritarian) or conceptions of human rights (libertarian, classical liberal, social welfare liberal, commu-
nitarian, ‘Asian values’, et cetera)”. Randall Peerenbom, “Varieties of Rule of Law: Asian Discourses of
Rule of Law. An Introduction and Provisional Conclusion” (University of California, Los Angeles, School
of Law Research Paper Series, Research Paper No. 03-16, 2004, p. 4). Disponible en: http://ssrn.com/
abstract=445821. Otros van desde una versión “delgada” a una más “gruesa” de la noción de Estado de
Derecho: “Thus starting with the formal conceptions of the rule of law, the thinnest is (1) the “rule-by-law”
(law as instrument of government), then (2) “formal legality” (law that is general, prospective, clear, cer-
tain), and the thickest of the formal versions adds (3) “democracy” to legality (consent determines content
of law); follow the substantive conceptions of the rule of law, which all encompass the formal elements,
but refer also to other legal features such as (4) “individuals rights” (property, contract, privacy, autonomy),
then a thicker version yet includes (5) “rights of dignity and/or justice” and, finally, the thickest of the mod-
els of the substantive rule of law, of all versions in fact, entails a dimension of (6) “social welfare” (substan-
tive equality, welfare, preservation of community). S. Beaulac, op. cit., supra, nota 14, pp. 5-6. Notas no
incluidas.
18
Una versión similar, aunque con cuatro elementos, se puede encontrar en Rodolfo Vázquez, “El
Estado de Derecho: una justificación”, en Miguel Carbonell et al., coords., Estado de Derecho, concepto,
fundamentos y democratización en América Latina. México, UNAM / ITAM / Siglo XXI Editores, 2002, p.
111.
la ruptura de privilegio, prebendas, fuero e incluso algunas inmunidades que no
40
tienen razón de ser. Sobre estos dos últimos puntos, fueros e inmunidades, tan-
to el derecho internacional de los derechos humanos como el derecho penal
Luis Ángel Benavides
19
En lo referente a Fueros y violaciones al derecho internacional de los derechos humanos véase,
entre muchos otros casos, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Radilla Pacheco vs.
México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 23 de noviembre de
2009. Serie C, núm. 209. En lo relativo a inmunidades y crímenes internacionales véase, entre otros,
Case Concerning the Arrest Warrant of 11 April 2000 (Democratic Republic of the Congo v. Belgium), ICJ
Reports, Judgment, 14 February 2002. En general también véase el trabajo realizado por los tribunales
ad hoc de Naciones Unidas para la ex Yugoslavia y Rwanda.
20
Evidentemente, la noción de derechos humanos que utilizamos es la noción que abarca tanto
derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y los llamados derechos de tercera y cuarta
generación.
21
Cf. Corte Interamericana de Derechos Humanos, El Hábeas Corpus bajo suspensión de garantías,
op. cit., supra, nota 1, y de la misma Corte, Garantías judiciales en Estados de emergencia, op. cit., supra,
nota 1.
jurídica, de un sistema de instituciones y mecanismos adecuados; sin éstos, sin
base institucional, las declaraciones y reconocimientos de derechos carecerán de
41
las necesarias garantías jurídicas de efectiva realización; ya hemos visto que en
“El Estado de Derecho permea cada aspecto de las actividades de las Naciones
Unidas desde el mantenimiento de la paz y la seguridad a la protección de los
derechos humanos, desde la lucha contra la pobreza a la protección del medio
ambiente global”.23
Algunos autores señalan que a pesar de las especificidades del sistema ju-
rídico internacional (especificidad de sujetos y ausencia de órganos centraliza-
dos para llevar a cabo tareas de carácter ejecutivo, legislativo y judicial) existe
una especie de “orden público internacional”24 y que dicho orden, con todo y las
limitaciones que pudiese tener, puede considerarse la manifestación de un “Es-
tado de Derecho Internacional”.25
Nosotros consideramos que dadas las especificidades del sistema interna-
cional de derecho, de existir un “Estado de Derecho Internacional”, éste también
tendría sus “especificidades” por ejemplo, el hecho de que el derecho interna-
cional carece de una fuerza coactiva para hacerse valer.
En nuestra opinión, la construcción de un Estado de Derecho Internacional
requiere de un análisis de todo el sistema internacional y no únicamente de la
reforma de instituciones como las Naciones Unidas26 que si bien juegan un papel
muy importante en las relaciones internacionales son sólo una parte del sistema.27
22
E. Díaz, op. cit., supra, nota 6, p. 36.
23
El texto original es: “[T]he rule of law now permeates every aspect of the activities of the United Na-
tions, from the maintenance of peace and security to the protection of human rights, from the fight against
poverty to the protection of the global environment, including the case of climate change”. H. E. Judge
Hisashi Owada, “The International Court of Justice has a central role to play in the promotion of the rule
of law, the President of the Court affirms before the United Nations General Assembly” (Press Release,
núm. 2010/35, 29 de octubre de 2010), disponible en http://www.icj-cij.org/presscom/files/5/16205.pdf
24
Véase, por ejemplo, Hermann Mosler, The International Society as a Legal Community. La Haya,
Sithoff and Noordhoff International Publishers, 1980, 327 pp.
25
Por ejemplo ver S. Beaulac, op. cit., supra, nota 14, passim.
26
Por ejemplo, en lo relativo al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Al respecto, véase Simon
Chesterman, “The UN Security Council and the Rule of Law. The Role of the Security Council in Strength-
ening a Rules-Based International System” (Final Report and Recommendations from the Austrian Initia-
tive, 2004-2008). Disponible en: http://www.adh-geneva.ch/RULAC/pdf/FINAL-Report-The-UN-Securi-
ty-Council-and-the-Rule-of-Law.pdf
27
El análisis debe de abarcar no sólo las instituciones internacionales sino también el tipo de rela-
ciones jurídicas entre los diferentes sujetos de derecho internacional, la democratización de las relacio-
Al respecto, el entonces Secretario de Naciones Unidas Kofi Annan señalaba
42
que:
Luis Ángel Benavides
nes internacionales, la rendición de cuentas, etcétera. No se pretende con este artículo hacer un análisis
de todos los aspectos que pudieran estar involucrados en la construcción del Estado de Derecho Inter-
nacional, ésa es una tarea que obviamente requiere de un estudio multidisciplinario y de diferentes niveles
de análisis.
28
Informe del Secretario General sobre el Estado de Derecho y la justicia de transición en las socie-
dades que sufren o han sufrido conflictos (S/2004/616), párrafo 6.
29
Resolución: El Estado de Derecho en los planos nacional e internacional, A/RES/637128, 2007.
Estado de Derecho Internacional
43
Derecho
internacional
de los derechos
humanos*
Institucionalización
de las relaciones
internacionales
Si bien podría considerarse que otras ramas del derecho internacional juegan
un rol transversal (vg. derecho económico internacional, derecho del mar, etcé-
tera) y que de alguna manera han influido en el desarrollo de estos tres pilares,
ninguna de ellas tiene la amplitud de materias característica de los derechos
humanos en sus distintos ámbitos, como derechos civiles, políticos, económi-
cos, sociales, culturales y ambientales.
Asimismo, las líneas punteadas en el círculo central dan una mejor idea de
la permeabilidad de los derechos humanos en los otros tres elementos.
* Es importante mencionar que si bien en el artículo nos referimos al derecho internacional de los
derechos humanos, por ser la rama más desarrollada principalmente en cuanto a su codificación e ins-
titucionalización, otras ramas que también podrían considerarse junto con él son: el derecho internacio-
nal humanitario, el derecho penal internacional y el derecho internacional de los refugiados.
30
Convención de La Haya de 1907 para la Resolución Pacífica de Controversias Internacionales.
Desafortunadamente, la Primera Guerra Mundial terminó con esos primeros
44
esfuerzos pacificadores. Sin embargo, dicho conflicto tendría como efecto po-
sitivo el dar el impulso necesario para la creación de la primera gran organización
Luis Ángel Benavides
También en 1928 se firmó el Acta General para el Arreglo Pacífico de las Di-
ferencias Internacionales, la cual establecía una Comisión de Conciliación Per-
manente y diversos medios de solución de conflictos, entre los que destacan los
de arreglo arbitral y judicial.31
Si bien los tratados antes mencionados no pudieron impedir la Segunda Gue-
rra Mundial, al término de dicha conflagración era claro que el sistema interna-
cional tenía que evitar al máximo la repetición de un conflicto similar.
Al crearse la Organización de las Naciones Unidas en 1945, entre sus obje-
tivos se plantearon el mantenimiento de la paz y la solución pacífica de las con-
troversias.
Artículo 1
Los Propósitos de las Naciones Unidas son:
1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas
colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir
actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacífi-
cos, y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional, el
ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de
conducir a quebrantamientos de la paz.
31
Véanse los artículos 17-28. Documentos disponible en http://www.dipublico.com.ar/?p=3589
32
Cf. artículos 42, 43 y 51.
arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u
45
otros medios pacíficos de su elección”.
No es objetivo del presente artículo desarrollar cada uno de los medios antes
33
Shabtai Rosenne, ed., The Hague Peace Conferences of 1899 and 1907 and International Arbitra-
tion, Reports and Documents. La Haya, T. M. C Asser Press, 2001, passim.
34
El texto original indica: “The increased recourse by States to the International Court of Justice for
the judicial settlement of their disputes testifies to the growing consciousness among political leaders of
these States of the importance of the rule of law in the international community […] Indeed, it must be
emphasized that the importance of the rule of law in the contemporary international community is growing
rapidly, against the backdrop of the deepening process of globalization”. H. E. Judge Hisashi Owada, op.
cit., supra, nota 23.
35
Military and Paramilitary Activities in and against Nicaragua (Nicaragua v. United States of America)
ICJ Reports, Judgment of 27 June 1986, disponible en http://www.icj-cij.org/
36
Application for Revision of the Judgment of 11 July 1996 in the Case Concerning Application of the
Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide (Bosnia and Herzegovina v.
Yugoslavia), Preliminary Objections (Yugoslavia v. Bosnia and Herzegovina), ICJ Reports, 3 February
2003, disponible en http://www.icj-cij.org/. Véase también Application of the Convention on the Preven-
tion and Punishment of the Crime of Genocide (Bosnia and Herzegovina v. Yugoslavia), Preliminary Ob-
jections (Yugoslavia v. Bosnia and Herzegovina) ICJ Reports, Judgments of 11 July 1996 and 26 Febru-
ary 2007, disponible en http://www.icj-cij.org/
37
Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited (Belgium v. Spain); Second Phase, ICJ
Reports, Judgment of 5 February 1970, disponible en http://www.icj-cij.org/
38
Reservations to the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide, ICJ
Reports, 1951 (Advisory Opinion), disponible en http://www.icj-cij.org/
de Armas Nucleares39 y las Consecuencias Legales de la Construcción de un
46
Muro en el Territorio Ocupado de Palestina.40
Además del propósito de buscar la paz la Organización de Naciones Unidas
Luis Ángel Benavides
contempla también, en ese mismo artículo primero, el propósito de: “3. Realizar
la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de ca-
rácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin
hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión”.41
Es decir, la Carta de las Naciones Unidas establece una relación entre paz,
problemas internacionales y derechos humanos. Así también lo ha reafirmado
la Asamblea General de dicha organización: “Reafirmando además la necesidad
del respeto y la aplicación universales del Estado de Derecho en los planos na-
cional e internacional y su compromiso solemne con un orden internacional ba-
sado en el Estado de Derecho y el derecho internacional, que, junto con los
principios de la justicia, es esencial para la coexistencia pacífica y la cooperación
entre los Estados”.42
Al respecto, es importante traer a colación las palabras del entonces Secre-
tario General de Naciones Unidas, Boutros Boutros Ghali:
Las fuentes de los conflictos y las guerras son hondas y multifacéticas. Para llegar
a ellas deberemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance por consolidar el res-
peto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, promover un desa-
rrollo económico y social sostenible a fin de alcanzar una prosperidad más gene-
ralizada, mitigar los sufrimientos y poner coto a la existencia y utilización de las
armas de destrucción en masa.43
39
Legality of the Use by a State of Nuclear Weapons in Armed Conflict, ICJ Reports, 1996 (Advisory
Opinion), disponible en http://www.icj-cij.org/
40
Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory, ICJ Re-
ports, 2004 (Advisory Opinion), disponible en http://www.icj-cij.org/
41
Subrayado añadido.
42
Resolución: El Estado de Derecho en los planos nacional e internacional, A/RES/637128, 2007.
43
Secretario General, Un Programa de Paz, Diplomacia preventiva, establecimiento de la paz y man-
tenimiento de la paz, A/47/277, S/24111, 17 de junio de 1992, párrafo 5.
44
Véanse, entre otros, Douglas Roche, The Human Right to Peace. Ottawa, Novalis, 2003, 300 pp.,
y Jesús María Alemany Briz, “La paz ¿un derecho humano?”, en M. Contreras, L. Pomed y R. Salanova,
coords., Nuevos escenarios y nuevos colectivos de los derechos humanos. Zaragoza, Monografías de
la Revista Aragonesa de Administración Pública, 1998, pp. 17-45. Disponible en http://www.seipaz.org/
documentos/AlemanyDHPaz.pdf
desarrollo duradero: las disparidades se hacen insostenibles y se desemboca
47
en la imposición y el dominio”.45
Por lo anterior, se puede llegar a concluir que la realización del Estado de
2. La codificación
45
Declaración del Director General de la UNESCO, El Derecho Humano a la Paz. París, enero de
1997.
46
Informe del Secretario General sobre el Estado de Derecho y la justicia…, op. cit., supra, nota 28,
párrafo 7.
47
“Narrowly defined, codification involves the setting down, in a comprehensive and orderly form, of
rules of existing law and the approval of the resulting text by a law-determining agency”. Ian Brownlie,
Principles of Public International Law. 5a. ed. Nueva York, Oxford University Press, 1998, p. 30.
48
“Therefore ‘codification of international law’ is used for convenience as meaning the more precise
formulation and systematization of rules of international law in fields where there already has been exten-
sive state practice, precedent and doctrine”. Jain Tarun, “Codification and Progressive Development of
International Law”, Supreme Court of India; London School of Economics & Political Science (LSE); Na-
tional Law University Jodhpur (NLUJ), Available at SSRN: http://ssrn.com/abstract=1120849,2006
49
Véase Comisión de Derecho Internacional de Naciones Unidas http://www.un.org/law/ilc/
nacional, que tuvo como propósito representar “las principales formas de civili-
48
zación y los principales sistemas jurídicos del mundo”.50
En 1930 tuvo lugar la Conferencia de Codificación en La Haya con el propó-
Luis Ángel Benavides
50
League of Nations, Official Journal, Special Supplement, núm. 21, p. 10. Citado en Vinod K. Lall y
Danial Khemchand, Encyclopaedia of International Law. New Dheli, Anmol Publications, 1997, p. 2, nota
a pie 6.
51
Véase Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas, http://www.un.org/law/ilc/
52
Para una lista de los diferentes instrumentos internacionales en la materia véase http://www2.
ohchr.org/spanish/law/
constituyen una especie de lineamientos generales para el mejor cumplimiento
49
de los tratados.53
53
Véase, en general, http://www2.ohchr.org/english/bodies/treaty/index.htm
54
Véase http://www.ccr-zkr.org/
55
Véase http://www.itu.int/en/history/Pages/default.aspx
56
Véase http://www.upu.int/en.html
57
La Comisión contó también con una Subcomisión encargada de la promoción y protección de los
derechos humanos, compuesta de 26 Estados llevaba a cabo estudios temáticos. Al crearse el Consejo
de Derechos Humanos, dicha Subcomisión desapareció y sus funciones fueron asumidas por el Con-
sejo.
58
Los procedimientos especiales sobrevivieron a la transformación de la Comisión al Consejo de
Derechos Humanos. En la actualidad hay 30 mandatos temáticos y ocho por países. Véase, en general,
http://www2.ohchr.org/spanish/bodies/chr/special/index.htm
minará la situación de los derechos humanos en los 192 Estados miembros de
50
las Naciones Unidas cada cuatro años.
Un paso muy importante en el desarrollo de los derechos humanos, y a su
Luis Ángel Benavides
III. Conclusiones
Abstract: This article is divided in two parts. In the first I intend to summarize the
main thesis of the book Homo sacer of the italian thinker Giorgio Agamben, particu-
lary the paradigm used as an interpretative key of western polítical thought: the “sa-
cred man”. For the archaic Roman law, when a person committed a crime of utmost
gravity, became a homo sacer or sacred man, that is, he lost the protection of human
a divine law: was expelled from de community and, therefore, any could take his life
without committing a crime and also his dead could not be offered to the gods. In the
words of Agamben, this double eviction —wich implies, in turn, and indirect inclusion
in both systems, human and divine— is the archetypical form of as the sovereign
power has taken the live of individuals. In the second part, with the conceptual bag-
gage of his political theory, I shall discuss his criticism against the modern formulation
of human rights.
[ 53 ]
Desde los campos de concentración no hay retorno posible a la
54 política clásica; en ellos la ciudad y la casa se han vuelto indiscer-
nibles y la posibilidad de distinguir entre nuestro cuerpo biológico
Alonso Rodríguez Moreno
Introducción
Una de las preocupaciones centrales de Michel Foucault fue el origen del poder
soberano y su relación con la vida de los individuos. Según el pensador francés,
la forma moderna de gobernar tiene su génesis en la secularización del poder
pastoral eclesiástico, a finales de la Baja Edad Media.1 Con el surgimiento en
los siglos XVII y XVIII de los sistemas penitenciarios y las medidas disciplinarias
que le son propias, el poder estatal se arrogó la función de vigilar y castigar.2 De
esta forma, el soberano tenía la posibilidad de hacer morir al individuo que trans-
grediera las normas de conducta dictadas y dejar vivir a quien no perturbara ese
orden.3 Esta tecnología disciplinaria del poder —como la llamó Foucault—4 tenía
por objeto el cuerpo individual, su separación, su alineamiento, su puesta en
serie y bajo vigilancia. A finales del siglo XVIII aparece una nueva tecnología del
poder que no suprime a la disciplinaria sino que se integra con ella, aunque en
un nivel distinto y con medios novedosos. Si la técnica disciplinaria se había in-
teresado en el individuo-cuerpo, esta nueva tecnología se interesa por la vida
del individuo y por todos los procesos que tienen que ver con ella: la muerte, la
defunción, la enfermedad, las tasas de reproducción, etcétera. Es decir, tras un
ejercicio del poder individualizador, en el que el cuerpo tiene que ser disciplina-
do, entrenado y, dado el caso, castigado (o muerto), surge una técnica masifi-
cadora que contempla al sujeto como la vida de una especie: la técnica de regu-
larización. De una anatomopolítica se pasa a una biopolítica de la especie
humana.5 En este contexto, surge el concepto sociológico de población, masa
homogénea que se controla estadísticamente.6
1
Vid. Michel Foucault, Los anormales. 2a. ed. Trad. de Horacio Ponds. México, FCE, 2006, passim.
2
Vid. Michel Foucault, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. 2a. ed. Trad. de Aurelio Garzón del
Camino. México, Siglo XXI Editores, 2009.
3
Vid. Michel Foucault, Defender la sociedad. 2a. ed. Trad. de Horacio Ponds. México, FCE, 2006,
pp. 218-219 y 223.
4
Idem.
5
Ibid., pp. 219-220.
6
Ibid., pp. 220-221.
Tener un poder generalizado sobre la vida significa asimismo tener un poder
56
generalizado sobre la muerte: el biopoder permitió al Estado apropiarse la ca-
pacidad de hacer morir y dejar vivir.7
Alonso Rodríguez Moreno
Una vez que el poder estatal logra conjugar las técnicas disciplinarias y re-
gularizadoras, se consuma el control total de la sociedad. Y la cristalización de
este doble control es la norma, que puede aplicarse tanto al individuo que se
pretende disciplinar, como a la población que se pretende regular.8
La biopolítica —nos dice Foucault— inscribe el racismo en los mecanismos
de poder estatal. Esto se debe, principalmente, a la decisión del poder soberano
sobre qué humanos han vivir y cuáles han de morir. En efecto, distinguiendo
entre los individuos que son dignos y los que no, el Estado realiza una cesura
en el continuum biológico, y el racismo hace su funesta aparición. El desarrollo
paroxístico del odio con motivo de la raza se dio durante el nazismo.9 El exter-
minio del pueblo judío (y de otras etnias y grupos sociales vulnerables) por par-
te del nacionalsocialismo es, sin lugar a dudas, hijo del biopoder.
Las investigaciones de Michel Foucault sobre las relaciones entre el poder y
la vida se vieron truncadas por su muerte en 1984.
Precisamente en el trabajo titulado Homo sacer, Agamben pretende ahondar
en los descubrimientos del pensador francés, especialmente en el concepto de
biopolítica y en las preguntas que se esconden en su interior: ¿qué es la políti-
ca?, ¿cuál es la relación entre la vida y la política en Occidente?
Agamben ha publicado hasta el momento cuatro volúmenes. El que aquí co-
mentaremos —como ya lo dijimos al inicio— es el primero, titulado: Homo sacer
I. El poder soberano y la nuda vida (1995).10
Homo sacer u hombre sagrado es una figura del derecho romano arcaico en
la que Agamben ve la clave interpretativa de la política Occidental. En este pri-
mer volumen, explica su significado y su íntima relación con el poder estatal.
Asimismo, esboza los grandes temas que abordará in extenso en los siguientes
volúmenes: el estado de excepción como el mecanismo por medio del cual el
Estado se apropia de la vida de los individuos,11 el campo de concentración como
paradigma de la política contemporánea;12 y la filiación teológica (específica-
mente trinitaria) de la distinción entre Reino y Gobierno13 (el poder y su ejercicio).
Esta denodada empresa es firmemente acometida por el pensador italiano
haciendo uso del método arqueológico de Foucault,14 el cual consiste en la re-
construcción y reinterpretación de la historia de los conceptos y de las institucio-
nes a través de la elección de paradigmas.15 Éstos, más que descubrimientos
7
Ibid., p. 223.
8
Ibid., p. 228.
9
Vid. ibid., pp. 230-233.
10
Trad. de Antonio Gimeno Cuspinera. Valencia, Pre-textos, 2003.
11
Estado de excepción. Trad. de Flavia Costa e Ivana Costa. Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007.
12
Lo que queda de Auschwiz. El archivo y el testigo. Homo sacer III. Trad. de Antonio Gimeno Cus-
pinera. Valencia, Pre-textos, 2009.
13
El reino y la gloria. Por una genealogía teológica del poder soberano. Trad. de Antonio Gimeno
Cuspinera. Valencia, Pre-textos, 2008.
14
Vid. La arqueología del saber. Trad. de Aurelio Garzón del Camino. México, Siglo XXI Editores,
2007.
15
Para una explicación del método arqueológico puede verse el excelente libro del propio Agamben:
Signatura rerum. Sobre el método. Trad. de Flavia Costa y Mercedes Ruvituso. Barcelona, Anagrama,
2010.
aislados e históricos, son claves de lectura de la realidad que permiten neutra-
57
lizar las “dicotomías que estructuran nuestra cultura”, para así poder acceder al
presente (como el Panóptico de Foucault o el Doble cuerpo del Rey de Kanto-
Los dos términos que los griegos utilizaron para hablar de la palabra vida fueron
bios y zōě. El primero de ellos se refiere a la forma o manera de vivir propia de
un individuo o de una comunidad; el segundo, por el contrario, al simple hecho
de vivir, de tal suerte que, cuando Aristóteles distingue en su Ética Nicomáquea16
entre la vida contemplativa del filósofo (bios theōrētikós) de la vida de placer
(bios apolaustikós) y de la vida política (bios politikós), no hubiera podido utilizar
el término zōě.
En su Política,17 el Estagirita excluye esta vida natural del ámbito de la polis
y la confina, como mera vida reproductiva, al terreno de la oikos, la casa. Para
Foucault —de quien Agamben se hace eco continuamente—, esta exclusión
perdió su vigencia a finales del siglo XVIII. De modo análogo, pero siguiendo un
camino distinto, Hannah Arendt afirmó en su estudio sobre la condición humana
(The Human Condition)18 que el proceso que conduce del homo faber al homo
laborans, colocó en el centro de la escena política del mundo moderno a la vida
biológica como tal. Agamben se extraña de que la obra de uno y otro sigan ca-
minos paralelos pero jamás se toquen. Los agudos análisis de la pensadora de
origen judío sobre los totalitarismos nunca abordaron directamente y en exten-
so el tema del biopoder; y el filósofo francés, por su parte, no traslado sus inves-
tigaciones al lugar por excelencia del biopoder: los campos de concentración,
tema tratado por Arendt con especial penetración. Este punto ciego mutuo fue
lo que impidió, como señala nuestro autor, que estos grandes pensadores lle-
garan a las últimas consecuencias de sus investigaciones políticas.
La intención del filósofo italiano es precisamente vincular ambas líneas de
investigación y sugerir algunas nuevas.
Decíamos arriba que, según Foucault, la conjunción de las técnicas discipli-
narias (individualizadoras) y las reguladoras o biopolíticas (masificadoras) per-
miten al Estado tener un poder inaudito sobre sus gobernados. Agamben coin-
cide en esto con él, pero ve un límite en su estudio del tema. El antiguo profesor
16
1095b, 15.
17
1252a, 26-35.
18
Vid. La condición humana. Trad. de Ramón Gil Novales. Barcelona, Paidós Surcos, 2005, pp. 324-
337.
del Collège de France renunció a los dos modelos tradicionales de análisis del
58
poder con vistas a construir una analítica no convencional de los modos en cómo
éste penetra en el cuerpo mismo de los sujetos y en sus formas de vida. Dichos
Alonso Rodríguez Moreno
modelos son dos: el jurídico, cuya pregunta central es “¿qué es lo que legitima
al poder?”, y el modelo jurídico institucional, que lo estudia a partir de la pregun-
ta sobre la esencia del Estado (“¿qué es el Estado?”). Si bien este enfoque no-
vedoso le permitió acceder a nuevas dimensiones sobre el tema que anterior-
mente no habían sido abordadas, el olvido de las otras dos le impidió ver con
claridad el punto de intersección entre las técnicas de individualización y los
procedimientos masificadores.
El punto de convergencia entre estas tecnologías del poder sólo puede vis-
lumbrarse utilizando una teoría unitaria que incluya el enfoque jurídico, institu-
cional y arqueológico. Uno de los resultados que arroja una investigación basa-
da en esta teoría es que la inclusión de la vida en el terreno político constituye el
núcleo originario del poder soberano y, por tanto, es el lugar donde convergen
las técnicas disciplinarias y reguladoras.
Con base en lo anterior, nuestro autor afirma que la biopolítica es tan antigua
al menos como la excepción soberana: “al situar la vida biológica en el centro de
sus cálculos, el Estado moderno no hace, en consecuencia, otra cosa que volver
a sacar a la luz el vínculo secreto que une el poder con la nuda vida, reanudando
así (según una correspondencia tenaz entre moderno y arcaico que se puede
encontrar en los ámbitos más diversos) el más inmemorial de los arcana imperii”.19
No existe poder soberano sin excepción, y ésta es la particular forma en cómo
el Estado se apropia de la vida natural de sus gobernados. Esto significa que,
desde tiempos inmemoriales, la política occidental no ha sido otra cosa más que
una biopolítica.
Desde que Aristóteles definió la polis como oposición entre el vivir (zên) y el
vivir bien (eû zên), sin darse cuenta —siempre según Agamben— incluyó la zōě
en la vida políticamente cualificada. Lo que todavía tiene que ser objeto de inte-
rrogación en la definición aristotélica es “por qué la política occidental se cons-
tituye sobre todo por medio de una exclusión (que es en la misma medida una
implicación) de la nuda vida”.20 Esta “exclusión-inclusiva” —de la que hablaremos
abajo— es la estructura de la excepción soberana (o estado de excepción), a la
que el pensador italiano dedica la primera parte del libro.
Si la inclusión de la vida en la política es antiquísima, ¿qué es entonces lo
peculiar de la biopolítica moderna? Escuchemos a nuestro autor: “el hecho de
que, en paralelo al proceso en virtud del cual la excepción se convierte en regla,
el espacio de la nuda vida que estaba situado originariamente al margen del or-
den jurídico, va coincidiendo de manera progresiva con el espacio político, de
forma que inclusión y exclusión, externo e interno, bios y zōě, derecho y hecho,
entran en una zona de irreductible indiferenciación”.21
Las categorías básicas de la política occidental no son, entonces, las de
amigo-enemigo (como sostuvo Carl Schmitt);22 más esenciales resultan aún las
19
G. Agamben, op. cit., supra, nota 10, p. 16.
20
Idem.
21
Ibid., pp. 18-19.
22
Cf. Carl Schmitt, “El concepto de lo político”, en Héctor Orestes Aguilar, Carl Schmitt, teólogo de la
política. Pról. y selec. de textos de Héctor Orestes Aguilar. México, FCE, 2004, pp. 167-223.
de bios y zōě. Y la aportación específica del Estado contemporáneo es hacerlas
59
indiscernibles, al punto que la nuda vida ya no sólo sea el objeto de la política,
sino también su sujeto.
Hemos hablado de la nuda vida, hemos dicho que es aquella que se refiere al
simple hecho de vivir. Pero ¿cuál es su significado en relación con el poder so-
berano? Agamben nos da la respuesta: la nuda vida es la que cualquiera puede
dar muerte pero es insacrificable; la vida del homo sacer.
En su tratado Sobre la significación de las palabras, Festo23 define al homo
sacer como aquel hombre que ha sido juzgado por un delito; no es lícito sacrifi-
carlo, pero quien lo mate, no será condenado por homicidio. Parecería contradic
torio conceder el carácter de “sagrado” a un delincuente que ha sido abandona-
do por las leyes humanas y divinas, pues tal calificativo, al menos hoy en día, se
utiliza para hablar de alguien que es digno de veneración por su carácter divino
o su estrecha relación con la divinidad.24 Sin embargo —nos dice Agamben—,
el significado prístino de esta palabra hace referencia a una exclusión que, al
mismo tiempo, es inclusiva. Nos explicamos. El homo sacer se encuentra exclui
do de la protección que le brinda la ley civil y religiosa, pero ambas, al excluirlo
(retirándole su protección), lo incluyen indirectamente: la primera, determinando
que cualquiera puede tomar su vida sin cometer delito alguno; la segunda, pro-
hibiendo que su vida sea ofrendada a los dioses (dándole carácter de insacrifi-
cable). El hecho de que la legislación (religiosa y civil) explique qué es el hombre
sagrado y las acciones que se permiten o se prohíben hacer con él, es una in-
clusión a partir de su exclusión.
La vida sagrada es aquella que tiene el carácter de insacrificable y que, sin
embargo, cualquiera puede dar muerte. Para nuestro pensador, el estudio de lo
sagrado a partir de su ambigüedad —como lo hacen muchos estudios actua-
les—, no logra dar cuenta del fenómeno político-jurídico a que se refiere la acep-
ción más antigua del término sacer: “Lo que define la condición del homo sacer
no es, pues, tanto la pretendida ambivalencia originaria de la sacralidad que le
es inherente, como, más bien, el carácter de la doble exclusión en que se en-
cuentra apresado y de la violencia a que se halla expuesto”.25 El lugar propio del
hombre cuya vida se ha vuelto sagrada está más allá del derecho penal y del sa
crificio, en una zona de indiferenciación a la que ha sido confinado irremediable-
mente por el mandato soberano.
Según Agamben, y ésta es una de las tesis centrales del libro, “el espacio
político de la soberanía se ha constituido, pues, a través de una doble excepción,
como una excrecencia de lo profano en lo religioso y de lo religioso en lo profa-
no, que configura una zona de indiferenciación entre sacrificio y homicidio”.26
Siendo esto así, la soberanía ha de definirse “como la esfera en que se puede
matar sin cometer homicidio y sin celebrar un sacrificio; y sagrada, es decir, ex-
23
Citado por G. Agamben en op. cit., supra, nota 10, p. 93.
24
Es la definición que aparece en el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española.
25
G. Agamben, op. cit., supra, nota 10, p. 108.
26
Ibid., pp. 108-109.
puesta a que se le dé muerte, pero insacrificable, es la vida que ha quedado
60
prendida en esta esfera”.27
Como se echa de ver, el homo sacer es el único paradigma capaz de explicar
Alonso Rodríguez Moreno
27
Ibid., p. 109.
28
C. Schmitt, “Teología política I. Cuatro capítulos sobre la teoría de la soberanía”, op. cit., supra,
nota 22, p. 23.
te, según Agamben, no es tanto que en un caso no haya delito y que en el otro
61
sí lo haya y de forma agraviada (lo cual parecería distanciarlos), cuanto que, en
ambos, la muerte queda excluida de la norma (lo normal).
convertido en la regla general. ¿Hay, hoy en día lugares que cumplan con estas
características? Sí, en casi todos los países occidentales existen este tipo de
espacios. Agamben aduce varios ejemplos: el estadio de Bari, en Italia, que en
1991 sirvió como un campo de concentración para que la policía amontonara
provisionalmente a los inmigrantes clandestinos albaneses antes de reexpedir-
los a su país; las zonas de retención (zonas d´attente) en los aeropuertos inter-
nacionales franceses, en los cuales retienen a los extranjeros que solicitan el
reconocimiento del estatuto de refugiado; y la base naval estadounidense en
Guantánamo, donde se encuentran muchos detenidos sin juicio y donde, ade-
más, no hay nada que asegure que se los trate conforme a derecho.
En todos estos casos se delimita un espacio en el que el orden jurídico nor-
mal queda suspendido de hecho y en el cual, “que se cometan o no atrocidades
no es algo que dependa del derecho, sino sólo del civismo y del sentido ético de
la policía (o el ejército) que actúa provisionalmente como soberana”. Una vez
que se ha roto el antiguo nomos que regía la política hasta antes de la Primera
Guerra Mundial, el cual se basaba en el nexo fundacional entre una determina-
da localización y un determinado ordenamiento (como sostiene Carl Schmitt),29
mediado por la regla de nacimiento para la adscripción del individuo en el Esta-
do, la única forma para seguir incluyendo la vida en la política es a través de los
campos de concentración. De ahí que Agamben los considere el nuevo nomos
de lo político. “La creciente desconexión entre el nacimiento (la nuda vida) y el
Estado-nación es el hecho nuevo de la política de nuestro tiempo y lo que llama-
mos campo de concentración es precisamente tal separación. […] El campo de
concentración, que ahora se ha instalado sólidamente en ella (la ciudad) es el
nuevo nomos biopolítico del planeta”.
Aquí se ve por qué nuestro autor considera que las democracias contempo-
ráneas y los totalitarismos están más cerca de lo que comúnmente se cree. Am-
bas posturas políticas tienen como punto en común la base fundamental de sus
idearios: la nuda vida. No es de extrañar, entonces, la rápida conversión de paí-
ses totalitarios en democracias y viceversa: aunque en la superficie parecen
radicalmente distintas, ambas comparten un secreto inconfesado: la biopolítica.
Agamben dedica uno de los capítulos de su trabajo a hablar sobre los derechos
humanos. Como se puede deducir fácilmente de lo expuesto con anterioridad,
su postura frente a este tema es del todo crítica.
En la segunda parte de su estudio sobre los totalitarismos dedicado al impe-
rialismo, Hannah Arendt dedica un capítulo al problema de los refugiados, titu-
lado: “La decadencia del Estado-nación y el fin de los derechos humanos”.30 Este
29
Cf. C. Schmitt, “El nomos de la tierra. El derecho de gentes del Jus publicum europaeum”, op. cit.,
supra, nota 22, pp. 463-500.
30
Los orígenes del totalitarismo. 2. Imperialismo. Trad. de Guillermo Solana. Madrid, Alianza Edito-
rial, 2002.
título parece emparentar el destino del Estado-nación con el de los derechos
63
humanos, de suerte que si el primer concepto ha caído en una crisis estable
desde hace ya varios decenios, el segundo habría de correr la misma suerte.
31
Ibid., p. 434.
32
Vid. G. Agamben, op. cit., supra, nota 10, p. 152.
33
Decimos “explícito” porque, según lo que hemos expuesto del pensamiento de Agamben, la vida
ha sido el fundamento implícito (secreto) del Estado desde la Antigüedad.
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: “La finalidad de toda asociación
64
política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hom-
bre”.
Alonso Rodríguez Moreno
34
H. Arendt, op. cit., supra, nota 30, p. 423.
Pero ¿no se supone que precisamente los derechos del hombre se habían
66
promulgado para proteger a aquellos que no tenían ninguna otra instancia a la
que acudir cuando se atentara contra su dignidad? En el momento en que apa-
Alonso Rodríguez Moreno
reció un hombre actualizaba los supuestos por los cuales se habían promulgado
solemnemente los derechos humanos, se cayó en la cuenta de la irrealidad de
éstos más allá de las soberanías nacionales.
De ahí que los apátridas, sostiene Arendt, estuviesen tan convencidos como
las minorías de que la pérdida de derechos nacionales se identificaba con la
pérdida de los derechos humanos. A partir de esa toma de conciencia, todas las
minorías desplazadas –hasta nuestros días– han apelado insistentemente a su
propia comunidad nacional. El ejemplo por excelencia de esto son los refugia-
dos. Ellos fueron uno de los primero grupos en insistir en su pertenencia a una
nación y en defenderse contra los intentos de unirlos con los apátridas y, para
lograrlo, han creado una violenta conciencia de grupo, a fin de clamar por sus
derechos únicamente como polacos, judíos, alemanes, etcétera.
Y esto ha ocurrido hasta en las situaciones más extremas. Escuchemos a
nuestra autora:
Ya desde el siglo XIX invocar los derechos fundamentales era una forma su-
perficial de defender a los individuos que se veían amenazados por el creciente
poder del Estado y de mitigar la nueva inseguridad social producto de la revolu-
ción industrial. En el siglo XX —sostiene Arendt—, adquirieron una nueva con-
notación: ser el slogan habitual de los protectores de los indefensos o menos
privilegiados, un nuevo tipo de ley adicional, un derecho de excepción para
aquellos que no tenían nada mejor a lo que recurrir.
En efecto, al ser un derecho de excepción, presuponen una vida “excepcio-
nada”, una nuda vida.
Los apátridas o fuera de la ley siempre han existido. Mas con al advenimien-
to de los Estado-nación modernos —donde el nacimiento se convierte inmedia-
tamente en Nación, y el nacido cede el paso al “ciudadano”— la capacidad de
insertarse en una nueva comunidad se trocó imposible. En el Antiguo Régimen
muchas personas perdían su identidad nacional; no obstante, podían asimilarse
a un nuevo territorio, a un nuevo entramado social, porque no existía, como en
la modernidad, una rígida y meticulosa organización política de toda la vida.
Además de la pérdida de una comunidad, los fuera de la ley pierden la pro-
tección del Gobierno. Esto, en términos prácticos, significa que los instrumentos
internacionales y los tratados de reciprocidad entre los Estados pierden toda su
fuerza de defensa, ya que todos ellos presuponen un ciudadano normal, un su-
jeto con un estatus legal previo que lo acompaña a donde se dirija. La efectividad
35
Ibid., p. 425.
de los derechos humanos estriba, pues, en la pertenencia a una comunidad y
67
en la posesión de una nacionalidad.
Lo que resulta calamitoso para un fuera de la ley no es tanto la pérdida de
36
Ibid., p. 425.
37
Ibid., p. 430.
Fue imposible para la modernidad darse cuenta de esto porque su modelo
68
de hombre era el individuo libre y aislado, desde el cual se derivaban todos los
derechos. El factor decisivo es que estos derechos y la dignidad humana que
Alonso Rodríguez Moreno
confieren tendrían que seguir siendo válidos aun si sólo existiese un ser huma-
no en la Tierra, pues son independientes de la comunidad humana y han de se-
guir siendo válidos a pesar de que el correspondiente ser humano sea expulsa-
do de su comunidad. “Los derechos históricos fueron reemplazados por los
derechos naturales, la Naturaleza ocupó el lugar de la Historia y se supuso tá-
citamente que la Naturaleza resultaba menos extraña que la historia a la esencia
del Hombre”.38 Ahora bien, hoy estamos mejor cualificados para determinar el
supuesto valor de esa “Naturaleza”. Las ciencias naturales han descubierto que
las leyes que los antiguos y modernos podían derivar de ésta, no eran otra cosa
que una proyección de categorías intelectuales (pues la naturaleza se desplie-
ga a través de procesos azarosos), y la psicología y la filosofía hermenéutica
han demostrado sobradamente que no existe una Naturaleza, sino varias cons-
trucciones subjetivas según los tiempos y las sensibilidades vitales; no se pue-
den presuponer un objeto de conocimiento y un sujeto cognoscente constante
e idénticos en el tiempo, pues uno y otro son creaciones que dependen de la
historia y, por tanto, cambian continuamente.
El hombre de nuestro siglo y del pasado ha logrado emanciparse de la Natu-
raleza tanto como el hombre moderno lo hizo de la Historia. La Humanidad se
ha convertido en el nuevo criterio ético para comprender al hombre y a sus de-
rechos; ha tomado el papel que antaño se atribuyó a la Historia y a la Naturaleza.
El problema es que la configuración de los Estado-nación, basada en leyes y
normas rígidas para conceder la nacionalidad, deja a varios individuos fuera de
la Humanidad, y pese a las declaraciones, los tratados bienintencionados entre
naciones y la existencia de los organismos internacionales dedicados a la pro-
tección de los derechos humanos, no hay una forma efectiva de hacerlos cumplir.
No existe, aun en nuestros días, un organismo u esfera que se encuentre por
encima de las soberanías nacionales, y éstas actúan teniendo por único criterio
de valor su propio interés; el interés de su Humanidad.
Esto último, según Arendt, hace que lo justo termine por identificarse con lo útil.
Los crímenes contra los derechos humanos, que se han convertido en una espe-
cialidad de los regímenes totalitarios, pueden ser siempre justificados por el pre-
texto de que lo justo equivale a lo bueno o útil para el conjunto indiferenciado de
sus partes. (El lema de Hitler de que justo es lo que es bueno para el pueblo alemán
es sólo la fórmula vulgarizada de una concepción de ley que puede encontrarse
en todas partes y que en la práctica únicamente será ineficaz mientras pervivan
en las constituciones tradiciones más antiguas.)39
38
Ibid., p. 432.
39
Ibid., p. 433.
nos hacer cualquier cosa en su nombre.40 ¿Qué hace que un ser humano, una
69
raza, un grupo social específico (los refugiados, por ejemplo) pertenezca a la
Humanidad? Idealmente, como señalan las declaraciones de derechos huma-
40
C. Schmitt, op. cit., supra, nota 22, p. 201.
41
Ibid., p. 434.
42
Son muchos los libros de Girard donde se denuncia esto. Nosotros remitiremos al que, a nuestro
modo de ver, se dedica in extenso al tema: La violencia y lo sagrado. Trad. de Joaquín Jordá. Barcelona,
Anagrama, 1983.
ción que está prevista en las declaraciones; ese hombre desnudo es el que en
70
ellas se exalta y se pretende amparar. Pero la cruelísima historia del siglo XX
nos ha enseñado que si un hombre ha llegado al punto de ser sólo un hombre
Alonso Rodríguez Moreno
ha perdido las verdaderas cualidades que hacen posible que otras personas lo
traten como a un semejante.
Ésta es la situación del homo sacer, del hombre que se convertido en animal
para los demás y en el que ya difícilmente se pueden adivinar rasgos de su ex-
tinta dignidad.
La mera vida, esto es, “todo lo que nos es misteriosamente entregado por el
nacimiento y que incluye la forma de nuestros cuerpos y el talento de nuestras
mentes”, sólo puede ser justipreciada en la esfera de la vida privada; únicamen-
te “en la enorme e incalculable gracia del amor” la desnudez del ser humano
toma su verdadero sentido. La fragilidad de la zōě encuentra su verdadero y
único amparo en la afirmación gratuita del otro: “quiero que seas” (volo ut sis),
decía Agustín de Hipona, y esta voluntad amante, si es verdadera —sostiene
Arendt—, es incapaz “de dar razón particular para semejante afirmación supre-
ma e insuperable”.43
Cuando el simple hecho de vivir abandona el oikos (el hogar, esa esfera pri-
vada por excelencia) y se constituye como el primer principio político, el hombre
“comienza a pertenecer a la raza humana de la misma manera que los animales
pertenecen a determinada especie animal”.44
¿No es verdad que el concepto “población” —analizado agudamente por
Foucault, como ya tuvimos oportunidad de exponer arriba— estudia al hombre
como un simple caso más de su especie? Para las estadísticas poblacionales
lo importante no es la persona entendida desde su pertenencia a una comuni-
dad, sino el individuo aislado que representa un valor numérico abstracto que
revela un comportamiento abstracto. Este número, al generalizarse, da como
resultado los patrones de comportamiento de una población en particular. Lo
grave del asunto es que todos los Gobiernos aprovechan los datos arrojados
por las estadísticas para tomar decisiones soberanas. Algo semejante ocurre
con el voto y con todos los actos estatales —que no políticos, pues éstos, si hoy
en día quieren ser auténticos, tienen que ser extraestatales (pensemos en los
movimientos sociales)— en los que participa la “población”.
La autora cierra su ensayo con una nota al pie de página que aproxima sus
intuiciones con las de Agamben. Después de afirmar que el auténtico peligro
para la política contemporánea estriba “en que una civilización global e interre-
lacionada universalmente puede llegar a producir bárbaros en su propios medio,
obligando a millones de personas a llegar a condiciones que, a pesar de todas
las apariencias, son las condiciones de los salvajes”,45 apunta una última nota
donde afirma que la moderna expulsión de individuos de la Humanidad tiene
consecuencias mucho más radicales que la antigua costumbre medieval de la
proscripción, la cual colocaba la vida del proscrito a merced de cualquiera. Tam-
bién señala que la excomunión en la época merovingia implicaba no sólo la
muerte eclesiástica, sino igualmente la muerte civil.
43
H. Arendt, op. cit., supra, nota 30, p. 436.
44
Ibid., p. 437.
45
Ibid., p. 438.
Estas dos figuras, la proscripción y la excomunión en la época merovingia
71
parecen estar directamente emparentadas con la del homo sacer. Sin embargo,
Arendt afirma que los dos casos medievales desaparecieron con el estableci-
46
Homo sacer I, op. cit., supra, nota 10, p. 169.
tarias necesitan de manera exactamente simétrica a la del poder estatal”.47
73
Cuando lo humanitario se aísla de lo político pierde toda su efectividad y no pue-
de hacer sino reproducir el aislamiento de la vida denuda sobre la que se cons-
V. Conclusión
47
Ibid., pp. 169-170.
48
Ibid., p. 170.
sido, en todo caso, delinear algunos de los temas más importantes que el libro
74
trata, con la finalidad de animar al lector interesado a leerlo y estudiarlo como se
merece. Como es lógico pensar, además de los temas aquí apenas esbozados,
Alonso Rodríguez Moreno
el autor trata otros conexos que redondean y dan mayor fuerza al conjunto de la
exposición.
A rtículos
Sumario: Introducción. I. La dignidad. II. El trato digno. III. La dignidad y el trato digno
como compromiso del Estado. IV. La dignidad y el trato digno como compromiso del
Estado mexicano. V. Conclusiones.
Introducción
[ 75 ]
La dignidad y el trato digno son dos expresiones relacionadas; la primera
76
vista desde una concepción filosófica y jurídica, autónoma de la segunda y esta
última, dependiente del contenido de la primera y establecida como un derecho
María Elena Lugo Garfias
I. La dignidad
1
Génesis, I, 26 a 28.
herente y que confiere un valor al ser humano, así como la superioridad sobre
77
otros seres vivos como los animales.
Si revisamos el Fuero Juzgo correspondiente al siglo XIII,2 se encuentra una
2
Los dos documentos históricos en esta reflexión para argumentar el contenido y alcance de la dig-
nidad son el Fuero Juzgo del siglo XIII y la Bula Sublimis Deus del siglo XVI, los cuales fueron usados por
haber sido los localizados de mayor antigüedad que hacen referencia a la expresión, además, el segun-
do hace una precisión respecto de la discusión sobre la consideración del ser humano en ese siglo. Asi-
mismo, se revisan los teóricos clásicos que establecen la base del debate, y españoles, argentinos, un
alemán y un colombiano actuales que retoman parte de esa polémica.
3
Tomada Del conceio VI. De Toledo fecho en el tiempo del rey don Cintillan en el anno II. Que él reg-
nó fecho con V. obispos en la era DC. É LXVI. Annos. Título XI, vid. Fuero Juzgo en latín y castellano,
cotejado con los más antiguos y preciosos códices por la Real Academia Española. Madrid, por Ibarra,
Impresor de Cámara de S. M., 1815, p. 100.
4
Ibid., p. 104.
5
En la Cuestión veintinueve, Sobre las personas divinas, artículo 3 ¿El nombre de persona se puede
o no se puede dar a lo divino? Santo Tomás de Aquino, Suma teológica. 2a. ed. Madrid, Biblioteca de
persona como una “sustancia de naturaleza racional”,6 reconociendo en su dig-
78
nidad el libre albedrío, lo que lo distingue por ser “partícipe en los atributos de
Dios”.7
María Elena Lugo Garfias
12
Vid. op. cit., supra, nota 3, p. 100.
13
Bula Sublimis Deus, Mariano Cuevas, Documentos inéditos para la historia de México. México,
Porrúa, 1975, pp. 84 a 86.
14
Emanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, capítulo II, “Tránsito de la fi-
losofía moral popular a la metafísica de las costumbres”, consultada en http://www.cervantesvirtual.com/
servlet/SirveObras/01362842104592728687891/p0000001.htm#I4 el 25 de octubre de 2010.
15
Idem.
íntegramente con el imperativo práctico sin titubear, es la absoluta excelencia
80
del ser humano, así como de la libertad y del dominio de sí, el hombre es su pro-
pia ley, o bien, en el segundo, atendiendo a sus fines o necesidades y las de
María Elena Lugo Garfias
16
Javier Hervada, Lecciones propedéuticas de filosofía del derecho. 2a. ed. Pamplona, Ediciones
Universidad de Navarra, 1995, pp. 435 y 452.
17
I. M. Hoyos, op. cit., supra, nota 8, pp. 182-183.
18
Robert Spaemann, “Sobre el concepto de dignidad humana”, en El derecho a la vida. Pamplona,
Ediciones de la Universidad de Navarra, 2004, pp. 94-95.
Luis Legaz y Lacambra dice que “se afirma el valor de la persona, y ese va-
81
lor consiste por de pronto en ser más que el mero existir, en tener un dominio
sobre la propia vida, y esta superación, este dominio es la raíz de la dignidad
19
Luis Legaz y Lacambra, “La noción jurídica de la persona y los derechos del hombre”, en Revista
de Estudios Políticos. Madrid, núm. 55, enero-febrero de 1951, p. 19.
20
Carlos I. Massini Correas, Filosofía del derecho, el derecho y los derechos humanos. Buenos Aires,
Abeledo Perrot, 2001, pp. 100-101, 107-108.
21
Jacques Maritain, Los derechos del hombre y la ley natural. Trad. de Héctor F. Miri. Buenos Aires,
Leviatán, 1982, p. 82.
22
Gilbert Hottois, “Droits de l’homme et technique contemporaine: liberté responsable et liberté nihi-
liste”, en Les Études Philosophiques. París, núm. 2, 1986, pp. 202-203.
23
José Antonio Marina y María de la Válgona, La lucha por la dignidad. Barcelona, Anagrama, 2005,
p. 264.
las interpretaciones y para ello las razones de su establecimiento, los motivos
82
del legislador para disponerla y no quedar como una mera prescripción con un
contenido difícil de cumplir y de proteger.
María Elena Lugo Garfias
24
Preámbulo, artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH); Preámbulo del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), y Preámbulo de la De-
claración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
25
Artículo 22 de la DUDH.
26
Preámbulo del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), Preámbulo del
PIDESC y Preámbulo del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador”.
27
Artículo 10 del PIDCP, artículos 5.2 y 6.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(CADH).
28
Artículo 13 del PIDESC, y artículo 13 del Pacto Adicional a la CADH en materia de DESC.
29
Artículo 11.1 de la CADH.
30
Resolución 40/34 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Apartado A.4 de la Declaración
sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Abuso del Poder, Cua-
dragésimo periodo de sesiones, 96a. sesión plenaria del 29 de noviembre de 1985.
31
Sergio García Ramírez, “Reflexiones sobre la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, a
partir del informe de labores presentado a la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos, Washington, D.
C., 11 de marzo de 2004, párrafo tres, segunda parte, p. 4, consultada en http://www.corteidh.or.cr/docs/
discursos/02garcia_11_03_041.pdf el 7 de enero de 2010.
Segundo, de acuerdo a los que señala García Ramírez, si los derechos hu-
83
manos previstos son un piso, y la dignidad constituye un principio, sería la guía
de tales derechos, que debería funcionar de forma transversal para que no exis-
32
María José Añón Roig y José García Añón, Lecciones de derechos sociales. Valencia, Tirant Lo
Blanch, 2004, p. 102.
cada” ser humano, con la importancia de ser garantizado, protegido y como obli-
84
gación de un tercero.33
Maritain hace una clasificación respecto de los derechos de la persona hu-
María Elena Lugo Garfias
33
Ibid., p. 108.
34
J. Maritain, op. cit., supra, nota 21, p. 84.
35
Ibid., p. 87.
36
Ibid., p. 90.
voluntad libre permite la relativización de tales derechos en una relación de al-
85
teridad, y en el jurídico como el derecho a ser reconocida como tal, el fundamen-
to de los derechos humanos y un principio, que al violar cualquiera de esos se
En relación con el trato digno, la siguiente definición menciona que “es la prerro-
gativa que tiene todo ser humano a que se le permita hacer efectivas las condi-
ciones jurídicas, materiales, de trato, acordes con las expectativas, en un míni-
mo de bienestar, generalmente aceptadas por los miembros de la especie
humana y reconocidas por el orden jurídico”,37 se menciona también al Estado
como responsable de proporcionar tales condiciones a las que se alude, para lo
que deben llevarse a cabo tanto acciones negativas, como positivas, y los ser-
vidores públicos deberán abstenerse de realizar acciones que contravengan
ese derecho y proporcionarán condiciones para realizarlas.
Se considera una definición afortunada pero incompleta, según las siguientes
observaciones, por un lado, la dignidad es la que origina los derechos humanos,
y luego al establecerse una relación entre dos partes como resultado del trato y
éste es calificado de digno o merecedor de ese respeto debido y siguiendo a
Maritain, entre los derechos de la persona humana se encuentra el de ser con-
siderado como persona y no como cosa, efectivamente, lo debido serían dere-
chos en las dimensiones humana, civil, política y social, en ese caso la expresión
prerrogativa, más amplia que derecho o facultad incluyendo estos es adecuada,
así como la universalidad de la misma, aunque precisa que es para hacer efec-
tivas las condiciones jurídicas materiales y de trato, es decir, consiste sólo en un
instrumento.
Respecto de las condiciones jurídicas es importante señalar que se trata de
necesidades materiales o inmateriales correspondientes a la existencia del ser
humano, que han ido cambiando según la evolución cultural y organizacional
del hombre y que a partir del siglo XVIII se establecen en las Constituciones de
los Estados, por lo que hay diversos momentos en el reconocimiento de los de-
rechos para efecto de garantía y cumplimiento, pero la necesidad siempre ha
estado presente, sin explicitar el contenido del mínimo de bienestar. Respecto
del trato, se menciona la expresión como parte de la definición.
Por otro lado, no se explica a qué se refiere con el mínimo de bienestar acep-
tado, sin embargo, existe una tesis aislada de la Suprema Corte de Justicia
mexicana que refiere que “el derecho al mínimo vital constituye una garantía
fundada en la dignidad humana y como presupuesto del Estado democrático”,38
estableciendo con ese reconocimiento el fundamento de los derechos huma
nos, entre ellos el derecho a un mínimo vital que podría ser el aspecto material
de la expresión mínimo de bienestar a que se refiere la definición mencionada,
37
José Luis Soberanes Fernández, coord., Manual para la calificación de hechos violatorios de los
derechos humanos. México, Porrúa / CNDH, 2008, p. 273.
38
Vid. derecho al mínimo vital. constituye un límite frente al legislador en la imposición del
tributo. Época: Novena, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Ga-
ceta, Tomo: XXV, mayo de 2007, Tesis: 1a. XCVIII/2007, p. 792.
ya que en sentido negativo ese derecho “se erige como un límite que el Estado
86
no puede traspasar en materia de disposición de los recursos materiales nece-
sarios para llevar una vida digna”, ello en relación con la exigencia de impuestos
María Elena Lugo Garfias
39
Germán J. Bidart Campos, Teoría general de los derechos humanos. México, UNAM, 1993, p. 13.
40
Ibid., p. 14.
41
Vid. Caso Fermín Ramírez vs. Guatemala, Sentencia del 20 de junio de 2005, párrafo 118; Caso
Tibi vs. Ecuador, Sentencia del 7 de septiembre de 2004, párrafo 150; Caso Caesar vs. Trinidad y Toba-
go, Sentencia del 11 de marzo del 2005, párrafo 97; Caso Bulacio vs. Argentina, Sentencia del 18 de
septiembre de 2003, párrafo 126; Caso del Instituto de Reeducación del Menor vs. Paraguay, Sentencia
del 2 de septiembre de 2004, párrafo 153; Caso Lori Berenson Mejía vs. Perú, Sentencia del 25 de no-
viembre de 2004, párrafo, 102; Caso Castillo Petruzzi y ots. Vs Perú, Sentencia del 30 de mayo de 1999,
párrafo 195; Caso Bámaca Velázquez vs. Guatemala, Sentencia del 25 de noviembre del 2000, párrafo
150; Caso Juan Humberto Sánchez vs. Honduras, Sentencia del 7 de junio de 2003, párrafo 96; Caso de
los Niños de la Calle Villagrán Morales y otros vs. Guatemala, Sentencia del 19 de noviembre de 1999,
etcétera, consultadas en http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_126_esp.pdf el 8 de ene-
ro de 2010.
el respeto debido a la dignidad de la persona, sin mencionar su concepción, pero
87
teniendo en cuenta que es inherente a la persona y origen de sus derechos hu-
manos.
42
Vid. párrafo 127, consultado en http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_126_esp.
pdf el 8 de enero de 2010.
43
Manuel García Pelayo, Las transformaciones del Estado contemporáneo. Madrid, Alianza Editorial,
1977, p. 1624.
44
Idem.
45
Acta Constitucional del 24 de junio de 1793 en Francia, consultada en http://www.der.uva.es/cons-
titucional/verdugo/constitucion_fr_1793.html el 16 de noviembre de 2010.
El Estado estaba obligado a reconocer y respetar los derechos anteriores a
88
su conformación, por constituir el objeto y la base de la comunidad, debido a que
su origen se encontraba en la figura del contrato social, condicionada a las ideas
María Elena Lugo Garfias
46
Javier Hervada, Introducción crítica al derecho natural. Bogotá, Temis / Instituto de Humanidades
de la Universidad de La Sabana, 2000, pp. 30, 49 y ss., 102 y ss.
47
Manuel García Pelayo, Derecho constitucional comparado. 5a. ed. Madrid, p. 151, citado por G. J.
Bidart Campos, Los derechos del hombre. Su filosofía, su constitucionalización, su internacionalización.
Buenos Aires, Ediar, 1974, p. 26.
48
G. J. Bidart Campos, ibid., p. 20.
49
Elías Díaz, Derechos humanos y Estado de Derecho, p. 123, citado por Gílmer Alarcón Requejo,
Estado de Derecho, derechos humanos y democracia. Pautas para la racionalidad jurídico-política des-
de Elías Díaz. Madrid, Dykinson, 2007, p. 201.
50
Norberto Bobbio, El tiempo de los derechos. Trad. Rafael de Asís. Madrid, Sistema, 1991, p. 109.
51
G. Alarcón Requejo, op. cit., supra, nota 49, p. 268.
des establecen la seguridad, el desenvolvimiento de su poder y el establecer el
89
derecho y ampararlo como problemas que sólo a éste le corresponden, se con-
cluye en una medida de valoración, le atribuyen como propósito favorecer “los
52
Georg Jellinek, Teoría general del Estado. México, Oxford, 2001, pp. 143-148, 156-157.
53
Riccardo Guastini, Estudios de teoría constitucional. México, Fontamara / UNAM, 2001, pp. 30-31.
54
Ibid., p. 222.
55
Herman Heller, Teoría del Estado. Trad. de Luis Tobío. México, FCE, 1992, pp. 86, 118, 121 y 123.
56
M. García Pelayo, op. cit., supra, nota 43, p. 1627.
no hay una diferencia entre la Constitución de 1857 y la de 1917 por la omisión
90
del fundamento que se mencionaba en el artículo primero, pero los derechos
que quedan asentados son los mismos, y los integrantes del Congreso Consti-
María Elena Lugo Garfias
57
Jorge Carpizo y Jorge Madrazo, Derecho constitucional. México, UNAM, 1991, pp. 18-19.
58
María del Refugio González, “Justicia agraria y justicia laboral en las primeras décadas del México
revolucionario”, en Los caminos de la justicia en México 1810-2010. México, SCJN, 2010, pp. 243-244.
59
La Declaración de Varsovia, Hacia una Comunidad de Democracias, 26 y 27 de junio de 2000,
consultada en http://www.demcoalition.org/pdf/warsaw_spanish.pdf el 17 de noviembre de 2010.
60
Artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “Es voluntad del pueblo
mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados
libres y soberanos en todo lo concerniente a sus régimen interior; pero unidos en una federación esta-
blecida según los principios de esta ley fundamental”, fórmula adoptada desde la expedición de la Ley
Fundamental en 1917, consultada en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/cpeum/CPEUM_
orig_05feb1917.pdf el 17 de noviembre de 2010.
61
Reforma que se hace al artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
el 30 de diciembre de 1946, consultada en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/dof/CPEUM_
Después de la Segunda Guerra Mundial y de la situación económica deriva-
91
da de ésta se pone un énfasis muy marcado en las condiciones económicas,
sociales y culturales de la población, al grado que dificultó el consenso entre los
67
Norberto Bobbio refiere que “para dar sentido a términos como obligación y derecho es preciso
insertarlos en un contexto de normas, no importa cuál sea la naturaleza de ese contexto”, op. cit., supra,
nota 50, p. 120.
68
Hart distingue las reglas de los principios de la siguiente forma: 1. Los principios son generales y
no específicos, y 2. Se refieren a un fin o valor por lo que son deseables y por ello justifican las reglas,
H. L. A. Hart, Post scriptum al concepto de derecho. Penelope A. Bulloch y Joseph Raz, eds., “Estudio
preliminar”, traducción, notas y bibliografía de Rolando Tamayo y Salmorán. México, UNAM, 2000, p. 39.
Rodolfo Luis Vigo concibe a los principios a los que cree mejor calificados como jurídicos, como la base
u origen de los ordenamientos jurídicos, Integración de la ley, artículo 16 del Código Civil. Buenos Aires,
Astrea, 1978, p. 102. Fernando Batista menciona que “el término principio —en tanto que mandato de
optimización— quedaría encuadrado dentro del ámbito deontológico”, “La dignidad de la persona en la
Constitución española: naturaleza jurídica y funciones”, en Cuestiones Constitucionales. México, núm.
14, enero-junio de 2006, p. 10.
llaría el rumbo o guía de la educación y respecto de la cultura de respeto a la
93
dignidad por la niñez.
En otro de los cuales se identifica como un valor,69 para efectos de señalar el
69
Lucas Verdú establece tres elementos que diferencian los derechos de los valores y son los si-
guientes: 1. Constituyen el fundamento de los derechos, 2. Los derechos son perfectibles y constituyen
su guía y 3. Permiten observar sus alcances para efectos de interpretación. Estimativa y política consti-
tucionales. Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1984, pp. 100-118. Fernando Batista refiere
que “los valores constituyen —en el ámbito de la interpretación— criterios parametrales de cualidad
esencial y carácter amplio”, op. cit., supra, nota 68, p. 16.
70
Decreto de reforma y adición publicada en el Diario Oficial el 3 de febrero de 1983, consultado en
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/dof/CPEUM_ref_102_03feb83_ima.pdf el 23 de noviembre
de 2010.
metido de fundamentación, debido que si no se atiende de tal forma, se presta
94
a la violación de otros derechos si consideramos a la dignidad generadora de
tales, si la entendemos que se trata de la base socioeconómica para su ejercicio,
María Elena Lugo Garfias
71
Registro: 165822, Tesis Aislada, Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, XXX, diciembre de 2009, Tesis: P.LXVI/2009, página: 7, Materia: Constitucio-
nal Civil.
72
Registro: 165813, Tesis Aislada, Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, XXX, diciembre de 2009, Tesis: P.LXV/2009, página: 8, Materia: Constitucio-
nal.
Unión, se ha obligado a su respeto y cumplimiento y que, en caso contrario, le
95
corresponde una responsabilidad interna o internacional del Estado y, por lo
tanto, la reparación del daño que cause, la cual puede ser de tipo indemnizatorio
V. Conclusiones
como la base del trato civilizado entre particulares y entre éstos y la autoridad
para mejorar las relaciones en la convivencia humana, el trato digno en una re-
lación de alteridad sería el rumbo de un mayor respeto y cumplimiento de los
derechos humanos.
Comentario legislativo
C omentario legislativo
1
Véase Comisión Nacional de los Derechos Humanos, “Informe Especial sobre los casos de secues-
tro en contra de migrantes”, 2009, p. 5, en http://www.cndh.org.mx/INFORMES/infEspSecMigra.pdf.
2
José Gerardo Mejía, “Repatriados más de 57 mil menores desde enero de 2008: INM”, El Universal,
miércoles 21 de octubre de 2009. http://eluniversal.com.mx/notas/vi_634846.html.
3
“Menores migrantes, prioridad: INM”, en http://www.inm.gob.mx/index.php/blog/show/Menores-
migrantes,-prioridad%3A-INM.html.
[ 99 ]
frontera sur4 muestra que 42 % de los niños entrevistados reportaron al menos
100
un incidente de abuso desde la salida de su casa hasta el momento de su de-
portación. La mayor parte de dichos abusos se dieron en las fases de tránsito
Luisa Fernanda Tello Moreno
(29 %), aprehensión (18 %) y detención (14 %), mientras que un 3 % ocurrió
durante la repatriación;5 pero lo más grave es que 46 % de los NNA identificaron
al perpetrador del abuso como un funcionario de migración, 22 % como un agen-
te de la policía y 6 % a un militar.6
Si bien es complicado proporcionar seguridad y protección a NNA que por su
situación de migrantes indocumentados no acompañados se encuentran solos
y expuestos a diversos peligros, la participación de agentes gubernamentales
en los abusos dificulta enormemente su protección. Esta situación se agravaba
porque hasta 2010, no se contaba en el país con una reglamentación para pro-
teger a los NNA migrantes al ser identificados por las autoridades correspon-
dientes.
Distintos organismos internacionales habían detectado múltiples irregulari-
dades, y por lo mismo, realizado distintas recomendaciones para mejorar la si-
tuación de los infantes en esa situación. Al respecto, una división del Alto Comi-
sionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) recomendó al
Estado mexicano establecer un marco jurídico apropiado para la protección de
los niños refugiados y alternativas comunitarias a la detención, así como una or-
ganización independiente y acreditada formalmente para designar guardianes o
tutores7 que cuidaran a los NNA, una vez que fueran identificados como migran-
tes separados o no acompañados con necesidad de protección internacional.8
Asimismo, derivado de la misión a México del Relator Especial sobre los De-
rechos Humanos de los Migrantes, se advirtió la inexistencia de una política
uniforme tanto a nivel federal, como estatal, para la protección de niños migran-
tes; incluso, en el informe se estableció que no existía un consenso respecto de
la edad utilizada como referente para definir la calidad de “niño”, pues en oca-
siones se consideraba adultos a niños varones entre 13 y 15 años,9 además que
de las visitas realizadas a las estaciones migratorias no resultaba claro que los
NNA recibieran protección en la medida necesaria al estar bajo custodia de las
autoridades o durante el proceso de retorno.10
4
Se entrevistó a 790 niños, niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años en centros de detención, al-
bergues, puestos fronterizos y otros puntos de recepción.
5
Betsy Wier, “Niñez migrante: detención y repatriación desde México de niños, niñas y adolescentes
centroamericanos no acompañados”, Catholic Relief Services, enero de 2010, p. 5, en http://crsprogra-
mquality.org/pubs/general/LACRO%20Migration-SPANISH.pdf.
6
Ibid., p. 34.
7
Así lo establece la Observación General Número 6, del Comité de los Derechos del Niño, sobre el
trato de los menores no acompañados y separados de su familia fuera de su país de origen, en sus pá-
rrafos 21 y 33.
8
Oficina Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para México, Cuba y América Cen-
tral, “La protección internacional de las niñas y niños no acompañados o separados en la frontera sur de
México 2006-2008”, en hhttp://www.acnur.org/biblioteca/pdf/6684.pdf.
9
Consejo de Derechos Humanos, Informe del Relator Especial sobre los Derechos Humanos de los
Migrantes, Sr. Jorge Bustamante, Misión a México (del 9 al 16 de marzo de 2008), Doc. A/HRC/11/7/
Add.2, 24 de marzo de 2009, párrafo 41. Al respecto, cabe mencionar que la Convención sobre los De-
rechos del Niño establece en su primer artículo que, para efectos de la misma, se considera como niños
a los menores de 18 años, salvo que hayan alcanzado antes la mayoría de edad en virtud de la ley que
les sea aplicable; pero la salvedad no opera en México, donde la mayoría de edad se adquiere al cumplir
los 18 años.
10
Ibid., párrafo 43.
En ese contexto y con base en las obligaciones derivadas de la adopción de
101
la Convención sobre los Derechos del Niño,11 entre otros instrumentos, así como
en los acuerdos alcanzados dentro de una mesa de diálogo interinstitucional
Comentario legislativo
sobre la materia, el Instituto Nacional de Migración (INM) expidió la circular nú-
mero 001/2010, por la que se instruye el procedimiento para la atención de los
niños, las niñas y adolescentes migrantes no acompañados.12 En sus conside-
randos se establece que el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la
Familia (DIF), con apoyo de otras instancias gubernamentales y organizaciones
internacionales,13 es el encargado de brindar protección a estos menores, a tra-
vés de la Estrategia de Prevención y Atención a Niñas, Niños y Adolescentes
Migrantes y Repatriados No Acompañados;14 por lo que la Circular del INM for-
ma parte de dicha estrategia.
El fundamento directo de la Circular se encuentra en el artículo 27 de las Nor-
mas para el Funcionamiento de las Estaciones Migratorias, que establece que
en atención del interés superior de la infancia, los niños que lleguen a ser alo
jados en una estación tendrán el derecho de permanecer junto a su familia; par-
ticipar en actividades recreativas, educativas, culturales, deportivas y de esparci
miento acordes con sus necesidades, así como aquellas que propicien la
convivencia y estancia con otros NNA y que se privilegie su estancia en institu-
ciones adecuadas para su sano desarrollo físico y emocional, aparte de los de-
rechos reconocidos a toda persona que ingrese en una estación, establecidos
en el artículo 26, como el conocer su ubicación; el motivo de su ingreso; el pro-
cedimiento migratorio; el derecho a solicitar la calidad de refugiado; cómo po-
nerse en contacto con su consulado para recibir asistencia y representación
legal, entre otras.
Para efectos de la Circular, se considerará como NNA no acompañado a todo
menor de 18 de años de edad no acompañado por un familiar consanguíneo en
primer grado, alojado en una estación migratoria o puesto a disposición de las
autoridades de migración (artículos 1o. y 2o.), para cuya protección se prevé la
actuación de oficiales de protección de la infancia (OPIS), adscritos al INM y
capacitados en la atención especializada de niños, con el fin de orientarlos y
protegerlos (artículo 4o.). Al respecto, es importante mencionar que la normati-
vidad internacional en materia de derechos humanos prevé que los guardianes
o tutores de la infancia pertenezcan a una institución independiente, distinta de
la autoridad migratoria.15
11
Ratificada por el Estado mexicano el 21 de septiembre de 1990 y publicada en el Diario Oficial de
la Federación del 21 de octubre del mismo año.
12
Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 12 de febrero de 2010.
13
Como el INM, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto Nacional de las Mujeres y los
Centros de Integración Juvenil, además del ACNUR, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y
la Organización Internacional para las Migraciones.
14
Se establece que la Estrategia de Prevención y Atención a Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes
y Repatriados No Acompañados tiene por objeto “prevenir y atender las necesidades de los NNA mi
grantes y repatriados que viajan solos y las problemáticas colaterales a que están expuestos, así como
promover acciones coordinadas de protección y contención comunitaria, en http://dif.sip.gob.
mx/?programas=estrategia-de-prevencion-y-atencion-a-ninas-ninos-y-adolescentes-migrantes-no-acom
panados#.
15
Véase Oficina Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para México, Cuba y Amé-
rica Central, op. cit., supra, nota 8.
No obstante, se establece que los OPIS serán asignados en función de la
102
edad y el sexo de los infantes, y trabajarán conforme a dos programas principa-
les, uno enfocado a la protección de niños de nacionalidad mexicana repatriados
Luisa Fernanda Tello Moreno
por otros países (artículo 6o.) y otro, a la protección y cuidado de NNA extranje-
ros en territorio nacional (artículo 7o.). Las reglas generales respecto del trata-
miento de ambos grupos se dirige a verificar su nacionalidad por medio de una
entrevista en la que se les informe de sus derechos en un lenguaje adecuado
para su desarrollo y edad, así como comunicarles que la intención principal de
las autoridades migratorias es protegerlos. Se establece que en caso de que
unos u otros requieran atención médica de urgencia, el OPI deberá comunicar-
lo al encargado de la estación migratoria, quien dará aviso al DIF.
Una vez realizado lo anterior, los NNA mexicanos repatriados por otros paí-
ses serán canalizados al DIF nacional, estatal o municipal que corresponda,
donde se les brindará la atención y los servicios de representación y asistencia
jurídica que requieran.
Tratándose de NNA extranjeros, se les deberá hacer saber su derecho a so-
licitar la condición de refugiado. La entrevista que les realicen también tendrá
como objeto determinar si entraron al territorio nacional acompañados de algún
familiar consanguíneo en cualquier grado; en caso de no ser así, serán identifi-
cados como migrantes extranjeros no acompañados. Se establece que en caso
de que el menor sea alojado con algún familiar consanguíneo —sin especificar-
se de qué grado o hasta qué grado es permisible— sólo su representación con-
sular o diplomática podrá verificar el vínculo familiar, pero si el menor es solici-
tante de refugio o se detecta que, posiblemente lo es, no se contactará a la
representación. Lo que no se desprende en este caso, es si tratándose de un
solicitante de refugio, se le permitirá alojarse con un supuesto familiar indepen-
dientemente de que dicho vínculo no haya sido verificado; en cuyo caso el menor
puede verse expuesto a ciertos riesgos.
Se establece que si la entrevista no puede ser realizada por la edad o condi-
ción física del menor, o que de la misma no fuera posible determinar su nacio-
nalidad, el OPI lo haga del conocimiento del responsable de la estación, con el
fin de que el INM realice las investigaciones necesarias para determinar los
vínculos de nacionalidad o si es solicitante de refugio; pero, si a pesar de ello no
es posible determinar su nacionalidad, se iniciarán los trámites para su recono-
cimiento como apátrida. Esto, no obstante que el Relator Especial sobre los
Derechos Humanos de los Migrantes ha recomendado a los Estados sostener
el principio de evitar la apatridia.16
También se prevé que si el menor no requiere atención médica inmediata, se
le dirigirá a la estación migratoria más cercana, donde se deberán adoptar las
medidas necesarias para proteger su integridad física y dar aviso al DIF corres-
pondiente para que se le brinde la atención que requiera, así como servicios de
representación, asistencia jurídica y orientación social.
El OPI deberá acompañar al niño en la práctica del examen médico; en las
llamadas telefónicas necesarias para garantizar el principio de unidad y salva-
16
Asamblea General de las Naciones Unidas, Informe del Relator Especial sobre los Derechos Hu-
manos de los Migrantes, Sr. Jorge Bustamante, de conformidad con la resolución 64/166 de la Asamblea
General y la resolución 8/10 del Consejo de Derechos Humanos, Doc. A/65/222, 3 de agosto de 2010,
párrafo 104.
guardia de su derecho a mantener contacto con sus familiares e informarle de
103
los derechos que tiene como posible víctima del delito de trata de personas; no
obstante, no se aprecia si se le debe entrevistar con la intención de brindarle
Comentario legislativo
atención especializada por su situación de víctima o si sólo es una obligación del
OPI informarle de los derechos reconocidos en su favor, en dicho caso. Se prevé
que de advertirse que el menor es posible víctima de ese delito, se deberá hacer
del conocimiento del responsable de la estación para que dé aviso al Ministerio
Público (MP) y al representante diplomático o consular.17 Independientemente
de la pertinencia de dar aviso al MP en caso de que el NNA haya sido víctima de
trata de personas, es cuestionable y lamentable que no se precise el otorgamien-
to de alguna atención o cuidado especializado, ya que las tareas del MP son muy
demandantes y es probable que el MP tarde un tiempo considerable en tomar
cartas en el asunto, mientras tanto el menor se encontrará desatendido.
La última disposición respecto del programa de protección a menores extran-
jeros establece que el OPI deberá “apoyar al niño, niña o adolescente migrante
no acompañado, convenciéndolo, en un lenguaje adecuado a su desarrollo y
edad, de la importancia que tiene proporcionar información sobre hechos ver-
daderos”. La inclusión de la medida es comprensible dada la frecuencia con que
los menores migrantes extranjeros mienten sobre su nacionalidad cuando pre-
tenden llegar a un país determinado, con objeto de que no los alejen demasiado
de su destino. No obstante, es delicado que en un aparato normativo cuyo prin-
cipal objeto es proteger a estos menores, se incluyan disposiciones encamina-
das a “convencer” a un menor de decir la verdad, ya que la interpretación de
“métodos de convencimiento” puede variar entre servidores públicos del área
migratoria, cuya labor siempre ha estado encaminada a la detención o asegu-
ramiento de migrantes.
En el artículo 8o. se establece que el OPI deberá solicitar “inmediatamente”
al responsable de la estación migratoria que se canalice al niño a una institución
especializada para su debida atención. Esta disposición resulta contradictoria
ya que no menciona “inmediatamente de qué” y tanto el artículo 6o., como el 7o.,
prevén la canalización de niños mexicanos y extranjeros al DIF. Por otra parte,
tampoco se indica lo que se deberá entender por “institución especializada”, por
lo que se infiere que se trate tanto del DIF, como de módulos o albergues de
tránsito para NNA migrantes no acompañados.
Al respecto, el párrafo tercero del artículo 45 del Acuerdo por el que se Emiten
las Normas para el Funcionamiento de las Estaciones Migratorias del INM, es-
tablece que tratándose de NNA alojados en una estación migratoria, adultos
mayores, personas con necesidades especiales o víctimas de delitos, el res-
ponsable de la estación, de manera conjunta con el coordinador de control y
verificación migratoria, tomará las medidas pertinentes a fin de privilegiar su
estancia en instituciones públicas o privadas que puedan brindarles el tipo de
atención que requieren.
No obstante, al final del artículo 8o. de la Circular se dispone también que en
caso de que no sea posible el traslado de los NNA a una institución especializa-
da, deberán ser albergados en la estación migratoria, pero no se establecen las
razones por las que se pueda justificar la permanencia de menores en dicha
17
Salvo que sea solicitante de refugio.
estación. Al respecto, el Relator Especial sobre los Derechos Humanos de los
104
Migrantes ha establecido que los niños no deben ser detenidos en instalaciones
que no sean adecuadas para ellos o sus familias, ya sea sobre la base de su si-
Luisa Fernanda Tello Moreno
18
Asamblea General de las Naciones Unidas, op. cit., nota 16, párrafo 48.
19
Ibid., párrafo 101. Así lo considera también el Comité de los Derechos del Niño, Observación Ge-
neral Número 6, Sobre el trato de los menores no acompañados y separados de su familia fuera de su
país de origen, Doc. CRC/GC/2005/6, 1 de septiembre de 2005, párrafos 39, 61, 62 y 63.
20
Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Bases para un marco legal migratorio con enfoque
de derechos humanos. México, CNDH, 2009, pp. 74-78.
21
Autorización legal de la estancia de extranjeros en el territorio nacional cuando las autoridades no
han reconocido las solicitudes sobre refugio o asilo.
22
Véase Comité de los Derechos del Niño, op. cit., supra, nota 19, y Comité Internacional de la Cruz
Roja, Inter-Agency Guiding Principles on Unaccompanied and Separated Children, Ginebra, 2004.
23
Asamblea General de la ONU, op. cit., supra, nota 16, párrafo 47.
derechos humanos habría de comprender también la importancia de tomar en
105
cuenta los deseos de los menores; nombrarles tutores que los representen en to
do trámite; la confidencialidad que debe guardarse sobre sus datos personales
Comentario legislativo
y contemplar alternativas específicas para casos complejos.
Si bien, la existencia de una estrategia para la atención de los NNA migrantes
y repatriados y una regulación específica sobre las obligaciones al respecto por
parte de las autoridades migratorias constituye un avance importante en la pro-
tección de los menores, la disposición reglamentaria cuenta con diversas lagu-
nas, no profundiza sobre la atención brindada a los menores durante su estancia
en territorio nacional y no se ajusta completamente a las referencias o directrices
internacionales de protección a derechos humanos aceptadas al respecto, cen-
tradas en el interés superior de la infancia.
Es necesario profundizar en dicha estrategia y convertirla en una política;
generar documentos más claros y con una jerarquía legal superior que realmen-
te garantice los derechos de los menores en todos los ámbitos institucionales.
Como lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los ni-
ños son titulares de derechos, no sólo objeto de protección.24 Hay que hacer
efectivos esos derechos en toda circunstancia y para todos los niños y niñas.
Finalmente, no estaría de más corregir los múltiples errores y cambios de
redacción en la Circular, que en ocasiones impiden la comprensión de las dis-
posiciones establecidas, lo que puede afectar la debida protección de los me-
nores.
24
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva 17/2002, 28 de agosto de 2002,
párrafo primero.
Comentario jurisprudencial
C omentario legislativo
I. Antecedentes
[ 109 ]
terminados de ejecución, pues en caso de incumplimiento, serían los propios
110
ciudadanos quienes exigirían a los responsables el cumplimiento de lo acordado.
El Acuerdo buscaba establecer una “Estrategia Nacional en materia de
Diego García Ricci
Hoy más que nunca se debe consolidar la seguridad pública como una política de
Estado, que convoque a todos, autoridades y sociedad, y los vincule en un fren
te común contra la violencia y la criminalidad. Esta causa debe estar por encima
de diferencias políticas, ideológicas o sociales, porque una verdadera solución
requiere la suma de todos los esfuerzos. Todos los actores deben ser capaces de
subordinar sus intereses particulares a la necesidad urgente de la Nación por re-
cuperar las condiciones de seguridad.4 (Énfasis añadido.)
3
El propio Acuerdo estableció: “Parte fundamental de este acuerdo es que la sociedad civil será la
que supervise y vigile el cumplimiento de los compromisos establecidos”.
4
Acuerdo Nacional por la Seguridad Jurídica, la Justicia y la Legalidad.
rrespondieron al Poder Ejecutivo Federal. De estos últimos, interesa subrayar
111
el establecimiento de un control de telefonía: “Regular el registro, establecimien-
to y acceso a bases de datos de los equipos de telefonía móvil y fija, así como el
Comentario legislativo
acceso a la información sobre la ubicación física de los móviles en tiempo real,
en los casos en que sean aparatos y números telefónicos relacionados con ac-
tividades delictivas”.5
Se estableció un plazo de seis meses a las Secretarías de Comunicaciones
y Transportes, Economía y Seguridad Pública; a la Procuraduría General de la
República y a la Comisión Federal de Telecomunicaciones para que emitieran
el registro, o en su caso, proveyeran de un instrumento de regulación, realización
de inspecciones y aplicación de las normas para los casos de incumplimiento.
Desde su anuncio, la opinión pública tomó este control de telefonía con cautela,
pues no sólo se desconocían los alcances que tendría el pretendido registro, sino
que se ignoraban las formas como se llevaría a cabo. En este caso particular, el
simple anuncio hecho a través de la firma del Acuerdo, les transmitió a los ciu-
dadanos cierta inquietud, pues de ahora en adelante tendrían que revelarle al
Estado aquellos números de telefonía celular que estuviesen asociados a su
nombre.6 En otras palabras, desde un inicio, los ciudadanos percibieron que la
decisión de crear un registro de usuarios de telefonía móvil les causaría cierto
“acto de molestia”, pues de ahora en adelante tendrían que hacer del conoci-
miento del Estado un dato personal que anteriormente no estaban obligados a
divulgar.
De esta forma, el Acuerdo les impuso a los ciudadanos una limitación en su
esfera de derechos y libertades, pues les privó de la libertad de decidir si le
proporcionaban o no al Estado su número telefónico. Al tratarse, pues, de una
limitación a la esfera de derechos y libertades, dos preguntas resultaron inevi-
tables: ¿Qué libertad o derecho fundamental se restringía? ¿Quiénes tomaron
la decisión de imponer la restricción?
De las preguntas mencionadas en el párrafo anterior, la primera planteó un
problema sumamente interesante, pues si bien los ciudadanos entendían que
la razón detrás de la creación de un registro de telefonía era combatir a la delin-
cuencia y al crimen organizado, también entendieron que el Acuerdo les impon-
dría un límite a su esfera de libertades, pues les obligaría a informarle al Estado
sus números de telefonía celular. Más aún, comprendieron que la posibilidad
de plantear una objeción se tornaba difícil, pues no quedaba claro qué derecho
o libertad fundamental se trastocaba con la medida. Ante este panorama, el
artículo 16 de la Constitución mexicana resultaba aplicable por diferentes mo
tivos. Primero, porque en él se consagran ciertas protecciones aisladas a la
privacidad, como lo son el hecho de que nadie puede ser molestado en su per-
sona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de una orden es-
crita firmada por autoridad competente. Segundo, porque esa misma disposición
prevé otra protección: la relacionada con la inviolabilidad de las comunicaciones
privadas, que tutela la “libertad y privacía de las mismas”. Tercero, porque en
5
Ibid., base segunda, fracción VII.
6
Véase “Crearán base de datos de celulares”, El Universal, 21 de agosto de 2008, disponible en:
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/161812.html (última visita: noviembre 18, 2010); “De 75 metas
anticrimen, ninguna será inmediata”, La Jornada, 22 de agosto de 2008, disponible en: http://www.jorna-
da.unam.mx/2008/08/22/index.php?section=politica&article=003n1pol (última visita: noviembre 18, 2010).
virtud de la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación
112
el 1 de junio de 2009, el referido artículo 16 constitucional establece ahora el
derecho a la protección de los datos personales. Dadas estas salvaguardas
Diego García Ricci
7
Vid. Gustavo Zagrebelsky, El derecho dúctil. Ley, derechos, justicia. 8a. ed. Trad. de Mariana Gas-
cón. Madrid, Trotta, 2008, pp. 21 y ss.
8
Este artículo señala que las restricciones permitidas, de acuerdo con la Convención, al goce y ejer-
cicio de los derechos y libertades reconocidos en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a
leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas.
(Énfasis añadido.)
9
Opinión Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo de 1986, párrafos 23, 26 y 27, disponible en: http://www.
corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_06_esp.pdf (última visita: noviembre 18, 2010).
10
Ibid., párrafo 22.
11
Ibid., párrafo 31.
12
Ibid., párrafo 29.
se invoquen como fundamento para limitar derechos fundamentales, aclaró la
113
Corte, “deben ser objeto de una interpretación estrictamente ceñida a las ‘justas
existencias’ de una ‘sociedad democrática’ que tenga en cuenta el equilibrio en-
Comentario legislativo
tre los distintos intereses en juego y la necesidad de preservar el objeto y fin de
la Convención”.13
La opinión consultiva antes citada permitirá responder a la segunda de las
preguntas referidas en el apartado anterior, esto es, la relativa a quiénes fueron
los que decidieron crear el Renaut. Al respecto, no debe perderse de vista que,
de lo dispuesto en la base segunda, fracción VII del Acuerdo, quién planteó la
propuesta fue el Poder Ejecutivo Federal. Incluso, la responsabilidad de crearlo,
en un inicio, le fue asignada a diversas dependencias y entidades de la Admi-
nistración Pública Federal. A pesar de que, en efecto, podría pensarse que el
establecimiento de un control de telefonía ayudaría a combatir a la criminalidad,
el Ejecutivo Federal jamás demostró, con evidencias empíricas contundentes,
la relación de medio a fin que suponía la medida. En otras palabras, no demos-
tró cómo es que el establecimiento de un control telefónico conduciría a disminuir
la delincuencia y al crimen organizado. De esta forma, más que una solución,
se trató de un argumento retórico utilizado para callar los reclamos ciudadanos
de que el Estado no estaba cumpliendo con su obligación de brindar seguridad
pública.
Así pues, la creación de un registro nacional de usuarios de telefonía móvil
fue una estrategia que, a pesar de que limitaba la esfera de derechos y liberta-
des fundamentales, no provino del órgano de representación de los ciudadanos
(Congreso de la Unión), sino del Poder Ejecutivo Federal. El hecho que haya
sido adoptado como parte del Acuerdo, esto es, de un “pacto político nacional”
que suscribieron “representantes de la sociedad civil” no le otorgaba legitimidad
alguna, pues, como bien lo señala la opinión consultiva OC-6/86, en todo régi-
men democrático, el límite a los derechos fundamentales sólo puede provenir
de leyes como actos de un parlamento representativo, pues sólo las leyes son
las expresiones legítimas de la voluntad de la nación.14
Presentar el control de telefonía al momento de adoptar el Acuerdo fue una
estrategia efectiva —aunque no democrática— del Ejecutivo Federal. Esto fue
así porque al haber convocado a la firma de un “pacto nacional” a quienes os-
tentaban la representación legal del Congreso de la Unión, esto es, a los presi-
dentes de las mesas directivas de las dos Cámaras, indirectamente, los “invo-
lucró” en la adopción de esta medida. Esta fórmula, ciertamente, no es la más
saludable en un sistema democrático, pues como bien señala la opinión consul-
tiva ya citada, la imposición de un límite a un derecho o libertad fundamental,
debe ir precedida de debates en los que todas las opiniones no sólo se hayan
manifestado, sino también escuchado antes de la aprobación de una ley. Así,
los debates son esenciales en todas las democracias modernas, pues les dan
expresión a las minorías y les permiten presentar propuestas distintas a las de
las mayorías. De esta forma, son los propios debates los que le dan legitimidad
a las decisiones de los parlamentos cuando éstos limitan derechos fundamen-
tales.
13
Ibid., párrafo 31. Entrecomillado en el original.
14
Ibid., párrafo 23.
En nuestro caso, la decisión de crear un registro nacional de telefonía, no fue
114
el resultado de una deliberación de una asamblea representativa como lo es el
Congreso de la Unión, sino de una estrategia del Ejecutivo Federal, que fue con-
Diego García Ricci
validada por todos los que asistieron a la firma del Acuerdo, entre ellos, los re-
presentantes legales del propio Congreso. Ahora bien, dado que el Acuerdo, en
sí mismo, no era un ordenamiento jurídico sino sólo un pacto político, no podía
ser utilizado como fundamento legal para la creación de dicho registro. De ha-
berse hecho de esta forma, se habría limitado entonces la esfera de derechos y
libertades fundamentales con base en un instrumento que no acreditaba los re-
quisitos de ser una ley en sentido formal y material.
Para que el Renaut adquiriera legitimidad, forzosamente, debía ser creado
a través de una ley del Congreso de la Unión. Y así fue. El 9 de febrero de 2009
se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se reforman
y adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Telecomunicaciones. A
partir de entonces, es obligación de los concesionarios de redes públicas de te-
lecomunicaciones llevar un registro y control separado de sus usuarios, tanto
en la modalidad de líneas contratadas en plan tarifario como en líneas de pre-
pago (artículo 44, fracción XI). Adicionalmente, deben conservar un registro y
control de las comunicaciones que se realicen desde cualquier tipo de línea que
utilice numeración propia o arrendada (artículo 44, fracción XII). Con la reforma
a la citada Ley, el Renaut, dejó de ser una estrategia del Ejecutivo Federal y se
convirtió en una limitación a la esfera de derechos y libertades impuesta por el
Congreso de la Unión.
De lo señalado en el párrafo anterior subyace entonces una pregunta: la re-
forma a la Ley Federal de Telecomunicaciones (LFT), ¿estuvo precedida de un
auténtico debate que, en todo régimen democrático, supone la implantación de
un límite a la esfera de derechos y libertades fundamentales o simplemente fue
una decisión tomada por el Ejecutivo Federal que el Congreso de la Unión se
limitó a formalizar? Estrictamente, se podría argumentar que el debate sí tuvo
lugar, pues así lo obliga el propio artículo 72 de la Constitución mexicana, al es-
tablecer que en todo proceso legislativo, para que un proyecto de ley o decreto
se convierta en ley, forzosamente, se debe discutir en las dos cámaras que in-
tegran el Congreso de la Unión.15 No obstante, también podría argumentarse
que como el Acuerdo ya se había suscrito por los representantes legales de las
Cámaras de Diputados y de Senadores, el Congreso ya se había obligado “po-
líticamente”, por lo que más que un debate, se trató de una mera formalización
de un compromiso que ya se había adquirido previamente.
En todo caso, se puede argumentar que el Renaut respetó los principios bá-
sicos del Estado de Derecho, como lo son el de legalidad y el de reserva de ley,
pues al haberse reformado la Ley Federal de Telecomunicaciones, su creación
—y, en su caso, la limitación a los derechos y libertades fundamentales— se efec-
tuó a través de una ley en sentido formal y material. Ahora bien, este hecho, en sí
mismo, no responde a la pregunta formulada líneas arriba, esto es, si el Renaut
efectivamente limitaba alguno de los derechos y libertades tutelados en el artícu-
15
La única excepción a esta regla se presenta cuando las materias son de la competencia exclusiva
de la Cámara de Diputados o de la de Senadores. Estas materias están previstas en los artículos 74 y
76 de la Constitución mexicana, respectivamente.
lo 16 de la Constitución mexicana. Dado que esta cuestión no quedaba del todo
115
clara, se requirió la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Comentario legislativo
IV. La Suprema Corte de Justicia de la Nación
declara constitucional el Renaut
Comentario legislativo
miento geográfico de las líneas telefónicas, entre otras.
Este registro anteriormente no existía. A diferencia de otros como el civil, de
la propiedad o del comercio, el Renaut no lo lleva a cabo directamente el Estado,
sino otros particulares, esto es, los concesionarios de las redes públicas de te-
lecomunicaciones. Este hecho, de entrada, colocó a los usuarios en estado de
indefensión, pues cuando quisieron impugnar la medida, la SCJN, fiel a sus cri-
terios formalistas, nunca consideró a dichos concesionarios como autoridades
responsables para los efectos del juicio de amparo (p. 3).
Para iniciar su análisis, la SCJN transcribió el artículo 16 constitucional, pero
sólo la parte relativa a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas, pues
como se señaló líneas arriba, argumentó que la quejosa sólo había presentado
agravios relacionados con esta particular protección de la privacidad. Esto pro-
vocó que la SCJN únicamente analizara el problema desde esta perspectiva,
por lo que descartó una visión que incluyera a todo el derecho a la privacidad en
su conjunto.
De esta forma, la SCJN interpretó que los párrafos 12 y 13 del artículo 16
constitucional “establece[n] de manera explícita y general el derecho fundamen-
tal a la inviolabilidad de cualquier tipo de comunicación privada, dentro de las
cuales se incluyen las telefónicas, así como […] [las] excepciones a ese derecho”
(p. 12). En el fallo, no obstante, la SCJN jamás aclaró cuál es el contenido y al-
cances de ese “derecho fundamental”, sino que sólo se concretó a citar —textual
y extensamente (pp. 12 a 40 de 48)— la exposición de motivos de la reforma
constitucional, que introdujo dichos párrafos a la Constitución mexicana el 3 de
julio de 1996.
La SCJN interpretó que la intención del Constituyente Permanente en 1996
fue la de establecer la intervención de las telecomunicaciones como una estra-
tegia para mejorar la capacidad del Estado en su lucha contra la delincuencia y
el crimen organizado, pues —sostuvo— “permite buscar pruebas judiciales al
interceptar, mediante grabación magnetofónica, las comunicaciones telefónicas,
radiotelefónicas y similares que se pertenecen o colaboran con una organización
criminal” (p. 40). La SCJN reconoció que las intervenciones implican “un acto de
molestia grave”, por lo que deben darse en un contexto de “excepción” y con
atribuciones limitadas al Estado para efectuarlas, a fin de que solamente pueda
ser realizado con autorización de la autoridad judicial y sólo la federal (p. 41). De
igual modo, para resolver el asunto, la SCJN invocó dos criterios que anterior-
mente había emitido la propia Segunda Sala. En el primero sostuvo que cuando
un “gobernado” interviene una comunicación privada sin el consentimiento ex-
preso e irrefutable de quienes la entablan, incurre en un “ilícito constitucional” y
por ende, un juez civil no podría admitir la intervención como prueba. En el se-
gundo, que “el derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones” es oponible
tanto a autoridades como a los “gobernados” (p. 44).
Tras establecer este marco de referencia, la SCJN resolvió la controversia
jurídica planteada. Sostuvo que el deber impuesto a los concesionarios de “re-
cabar y conservar los datos”, no son “actos tendentes a lograr la intervención de
las comunicaciones” ni tampoco “actos que impliquen violar comunicaciones”,
pues —consideró— se trata de “deberes” que se refieren “exclusivamente a
118
elementos de registro”. La SCJN argumentó que “el deber de registrar y conser-
var los elementos referidos, no implica necesariamente que se incluya en ellos
Diego García Ricci
[...] una primera lectura del artículo tildado de inconstitucional permite observar
que los datos que ha de recabar y conservar el concesionario de la red pública de
telecomunicación únicamente se contrae a los aspectos relativos a la identificación
y localización de los números de los usuarios, así como al tipo de servicio que rea-
lizaron, pero no existe elemento alguno que permita sostener que los concesiona-
rios también tengan la obligación de registrar el contenido de las llamadas y los
mensajes realizados a través de la vía telefónica celular.
[...] es dable afirmar que la sola mención del deber de registrar y conservar los
datos antes mencionados no implica una violación a la garantía de privacidad e
inviolabilidad de las comunicaciones, pues [...] esas garantías tienden a proteger
el contenido de la comunicación realizada, sin que la misma se vea afectada por el
solo registro de los números y el tipo de servicio utilizado por los usuarios.
Debe afirmarse que los aludidos registros no constituyen una intervención a las
comunicaciones privadas, ya que en ellos sólo se desglosan las llamadas y los men-
sajes telefónicos que en determinadas fechas se efectuaron entre diversos teléfo-
nos, sin que de ellos se desprenda el contenido de las conversaciones sostenidas
ni de los textos escritos en los mensajes, por lo que para recabarlos y obtenerlos no
es necesario que el concesionario se encuentre en los supuestos de excepción
previstos en los párrafos noveno y décimo del artículo 16 constitucional, ni cumplir
con los requisitos relativos: es decir, no es indispensable que se esté despegando
alguna acción concreta en contra del crimen organizado.
[...] es posible sostener, como incluso lo especifica el Dictamen emitido por el
Senado de la República durante el procedimiento Legislativo respectivo, que las
medidas establecidas en el numeral atacado responden a una necesidad de esta-
blecer medios que garanticen la identificación y ubicación de los usuarios que ad-
quieran un chip inteligente (SIM CARD) para acceder a la red telefónica pública,
con el fin de inhibir y combatir el uso indiscriminado de telefonía móvil que se utili-
za en la comisión de delitos como la extorsión y el secuestro.
Comentario legislativo
sulta obliga a los concesionarios a llevar contabilidad separada por servicios y a
establecer tarifas desagregadas y no discriminatorias por los diferentes servicios
de interconexión: prestando servicios sobre las bases tarifarias y de calidad con-
tratadas con los usuarios y a abstenerse de establecer barreras contractuales téc-
nicas o de cualquier naturaleza a la conexión de cableados ubicados dentro del
domicilio de un usuario con otros concesionarios de redes públicas; de dónde se
sigue que dicho numeral pretende establecer las base para un ejercicio honesto y
correcto de la concesión otorgada (pp. 46-47). (Énfasis añadido.)
16
Vid. Philip Bobbitt, Constitutional Fate: Theory of the Constitution. Nueva York, Oxford University
Press, 1982, citado en Canadian Constitutional Law. 3a. ed. Toronto, Edmond Montgomery Publications
Limited, 2003, p. 32.
constitucional y los argumentos esgrimidos por el Constituyente Permanente 14
120
años antes. Dichos argumentos, en aquel tiempo, fueron usados para resolver
un problema muy diferente: en qué casos y bajo qué condiciones el Estado po-
Diego García Ricci
día intervenir las comunicaciones privadas, entre ellas, las telefónicas. De esta
forma, para resolver un problema muy particular de nuestra sociedad actual, la
SCJN invocó argumentos que correspondieron a otro momento histórico, donde
la sociedad y el sistema político eran otros, no precisamente orientados hacia la
democracia y los derechos humanos.17
Ahora bien, se podría argumentar que las razones que dieron lugar a la re-
forma constitucional referida líneas arriba, son exactamente las mismas que
motivaron el establecimiento del Renaut, esto es, el combate a la delincuencia
y al crimen organizado, por lo que podrían considerarse como perfectamente
válidas y legítimas para resolver el problema de nuestro particular momento
histórico. Al respecto, se respondería a dicho argumento que se trató de actos
estatales completamente distintos, pues mientras que en 1996 lo que se discu-
tió e incluso aprobó a través de la reforma constitucional fue la intervención de
las comunicaciones por parte del Estado; en 2009, lo que se le autorizó al Esta-
do —a través de las fracciones XI y XII del artículo 44 de la LFT— fue la creación
de un Registro Nacional de Usuarios de Telefonía, que obligó a los particulares
a hacer del conocimiento del gobierno, la asociación de sus datos personales con
su número de telefonía celular. Más grave aún fue el hecho que los usuarios no
tuvieron otra alternativa, pues todos aquellos que incumplieron con esta obliga-
ción, sufrieron la cancelación del servicio de telefonía móvil. De esta forma, si
los usuarios querían mantener “como privado” su número de teléfono celular,
tenían que renunciar al uso de dicha telefonía.
Por esta razón es que se dijo líneas arriba que la SCJN había abordado tan-
gencialmente el problema, pues la pregunta de fondo no era si a través del Re-
naut el Estado intervenía el contenido de las conversaciones, fueran telefónicas
o a través de datos como los mensajes de texto, sino si el Estado, a través del
Renaut, podía limitar la esfera de derechos y libertades fundamentales, median-
te la imposición —a los ciudadanos— de la obligación de informarle los números
de telefonía celular y otros datos personales, como lo son el nombre, el domici-
lio, la nacionalidad, la firma autógrafa y demás que refiere la fracción XI del ar-
tículo 44 de la Ley Federal de Telecomunicaciones.
La SCJN desaprovechó la oportunidad que el amparo en revisión 482/2010
le otorgaba para dotar de mayor contenido al derecho a la privacidad o derecho
a la vida privada previsto en el artículo 16 constitucional, pues si bien es cierto
que se trata de un derecho fundamental reconocido por diferentes instrumentos
internacionales,18 también lo es que su desarrollo ha sido muy escaso en Méxi-
17
El artículo 135 constitucional señala que para reformar la Constitución se requiere la aprobación
de las dos terceras partes del Congreso de la Unión más la mayoría de las legislaturas de los estados de
la Federación Mexicana. En 1996, tanto la sociedad como el sistema político estaban estructurados
bajo la figura del partido hegemónico. El partido gobernante era el Partido Revolucionario Institucional
(PRI); contaba con la mayoría en el Congreso de la Unión y gobernaba casi todos los estados de la Re-
pública Mexicana, por lo que difícilmente se podía argumentar la existencia de un régimen democrático
en México.
18
Vid. artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, 10 de diciembre de 1948; ar-
tículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 16 de diciembre de 1966, y artículo 11
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 22 de noviembre de 1969.
co. Se podría argumentar que, finalmente, la inviolabilidad de las comunicacio-
121
nes privadas, más que un “derecho fundamental” —como lo llamó la SCJN— es
una de las formas, al igual que la protección de los datos personales, de cómo
Comentario legislativo
el Constituyente Permanente ha venido protegiendo un derecho mucho más
amplio como lo es el derecho a la privacidad.
De esta forma, la SCJN pudo haber seguido la tendencia adoptada en otros
países democráticos, de definir como uno de los componentes del derecho a la
privacidad, el que son los individuos quienes tienen la titularidad del control de
su información personal y, por ende, la libertad de decidir cuándo, cómo y hasta
qué grado comparten dicha información con los demás, incluso con el propio
Estado.19 En ese sentido, el análisis de la SCJN se pudo haber orientado a de-
terminar dos aspectos fundamentales: 1) Si el Renaut limitaba o no el derecho
a la privacidad tutelado en el artículo 16 constitucional y, en caso de que así fue-
ra, 2) si esa limitación se podía justificar en un sistema democrático como es el
que aspiramos construir en México.
La SCJN también pudo haber analizado la Resolución por la que el Pleno de
la Comisión Federal de Telecomunicaciones emite las Reglas del Registro Na-
cional de Usuarios de Telefonía,20 que es el instrumento normativo a través del
cual se puso en marcha el Renaut y a partir de éste, intentar despejar algunas
dudas legítimas, las cuales son compartidas por algunos ciudadanos de este
país, tales como: ¿por qué se constituyó el Renaut a partir de la asociación del
número de telefonía celular y la Clave Única de Registro de Población (CURP)
si la fracción XI del artículo 44 de la LFT señaló que se utilizarían los datos de la
identificación oficial vigente con fotografía? ¿Qué documento contiene más da-
tos personales, la CURP o el la Credencial del IFE? ¿Por qué quedó la adminis-
tración del Renaut bajo la responsabilidad del Ministerio del Interior, esto es, de
la Secretaría de Gobernación a través del Registro Nacional de Población si se
trata de una cuestión de telecomunicaciones?
De haber resuelto de esta forma, la SCJN se habría comportado más como
un juez de constitucionalidad y no como uno de mera legalidad, pues hubiera
podido examinar si la decisión del Congreso de la Unión, esto es, la creación de
un Registro Nacional de Usuarios de Telefonía, efectivamente, limitaba derechos
fundamentales como lo es el derecho a la privacidad y en caso de que así fuera,
hubiera podido determinar si esas limitaciones se encontraban justificadas en
un régimen democrático.
Otra de las razones por las cuales se puede sostener que la SCJN resolvió
más como un juez de legalidad fue el segundo argumento utilizado para soste-
ner la constitucionalidad del Renaut, el cual no tiene vínculo alguno con el dere-
cho a la privacidad y, lo que es peor, con algún otro derecho o libertad fundamen-
tal. La SCJN sostuvo que la recopilación y conservación tanto de los datos
personales como de los números de telefonía celular de los usuarios, serían
“útiles para efectos de tipo administrativo”, pues le permitirán al Estado verificar
que los concesionarios realizan un “sano ejercicio de la concesión otorgada y
19
Sobre esta dimensión del derecho a la privacidad, véase Alan Westin, Privacy and Freedom. Nue-
va York, Ateneum, 1967, p. 7. En ese mismo sentido, Janlori Goldman, “Privacy and the Individual Em-
powerment in the Interactive Age”, en Collin Bennett y Rebecca Grant, eds., Visions of Privacy: Policy
Choices for the Digital Age. Toronto, University of Toronto Press, 1999, pp.101-102.
20
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 9 de febrero de 2009.
de que el pago de ese servicio que los usuarios realizan ha sido calculado co-
122
rrectamente” (p. 47). Al respecto, se señalaría que este argumento no es sufi-
ciente para justificar la limitación que al derecho a la privacidad supuso la crea-
Diego García Ricci
ción del Renaut. Si bien es cierto que a todos los ciudadanos nos interesa que
el Estado lleve un adecuado control de la forma como los concesionarios de las
redes públicas de telecomunicaciones prestan sus servicios, también lo es que
el costo de ese control no debe hacerse con cargo a los derechos y libertades
fundamentales. El Estado hubiera podido alcanzar el mismo resultado, esto es,
un adecuado control del servicio de telefonía móvil, a través de la adopción de
otro tipo de medidas administrativas que no fueran tan restrictivas del derecho
a la privacidad.
Dicho de otra manera, en su fallo, la SCJN pudo haber actuado más como un
juez de constitucionalidad y, por ende, haber examinado la proporcionalidad del
Renaut.21 Esto quiere decir que pudo haber analizado cuáles serían las supues-
tas ventajas que se obtendrían con la adopción del Renaut y cuáles las limita-
ciones que el ciudadano tendría en su esfera de derechos y libertades funda-
mentales, concretamente, en su derecho a la privacidad, para después poder
concluir si el Renaut, en una sociedad democrática y orientada a los Derechos
Humanos como es a la que aspiramos todos los mexicanos, podía ser conside-
rado como un medio legítimo para: 1) asegurar que el servicio de telefonía móvil
y los cobros correspondientes cumplen con lo previsto por las leyes y reglamen-
tos de la materia y, 2) cumplir el tan ansiado propósito de combatir a la delincuen-
cia y al crimen organizado.
21
Respecto del uso de la proporcionalidad como estándar para declarar la constitucionalidad o in-
constitucionalidad de las leyes, véase Dieter Grimm, “Human Rights and Judicial Review in Germany”,
en David Beatty, ed., Human Rights and Judicial Review. Dordrecht, Martinus Nijhoff, 1994, pp. 274-276.
Reseñas bibliográficas
R eseñas bibliográficas
El uso masificado de las nuevas tecnolo- the Spread of Surveillance, libro publicado
gías informáticas ha marcado formalmen- en 2008 por The Massachusetts Institute
te el inicio de la sociedad de la información. of Technology Press. En las siguientes lí-
Esta nueva organización social se carac- neas se referirán algunos aspectos rele-
teriza por la sustitución paulatina de la pro- vantes de su obra.
ducción de bienes por la de servicios, como
nueva forma de generación de riqueza.
Bajo este nuevo paradigma, la información I
ha tenido un papel central, pues de tener un
mero carácter referencial, ahora ocupa El punto de partida para Bennett no es des-
un lugar sustantivo e incluso se ha conver- cribir cómo las nuevas tecnologías de la
tido en “fuente de riqueza”.1 En esta nueva información han venido invadiendo lenta-
era digital, el intercambio de información mente la vida privada de los individuos,
ha brindado comodidades; acortado dis- sino explicar cómo se han integrado y ar-
tancias; reducido costos; e, incluso, crea- ticulado las demandas de protección a la
do nuevas formas de interacción social. privacidad, tanto en los diversos países
Sin embargo, también ha generado una como a nivel internacional. Esto lo lleva a
nueva idea de modernidad basada en la centrar su atención en los verdaderos pro-
cultura de la vigilancia: mientras más re- tagonistas de su obra: los privacy advoca-
cursos tecnológicos muestre una organi- tes, término que en castellano podría tra-
zación, mayor será la percepción que se ducirse como los defensores de la
tenga de su capacidad de control y, por privacidad. Es a través de estos personajes
ende, de sus posibilidades de brindar se- como el autor le presenta al lector un aná-
guridad. Esta cultura de la vigilancia, no lisis sobre cómo es que la privacidad ha
obstante, plantea algunas preguntas in- podido vencer con éxito algunos de los tan-
eludibles: ¿cómo defender nuestra priva- tos retos planteados como “insuperables”
cidad frente a este panorama que se pre- por la cultura de la vigilancia.
senta como irreversible? ¿Quiénes deben Bennett comienza con unas preguntas
hacerlo? ¿Cuándo es el momento más sencillas pero difíciles de resolver: ¿cuál
adecuado? ¿Qué es exactamente lo que es el problema social y cómo lo han defini-
debe defenderse? Collin Bennett intenta do los privacy advocates? Las respuestas
dar respuesta a estas interrogantes a tra- son complicadas debido a que la privaci-
vés de The Privacy Advocates. Resisting dad es un concepto polémico, cuyas defi-
niciones y preocupaciones no sólo han
1
cambiado con el tiempo, sino variado en
Véase María de la Luz Casas Pérez, “La iden-
tidad nacional en la sociedad de la información”,
función de las diferentes perspectivas na-
en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y So- cionales, culturales y académicas. Para
ciales. México, año XLV, núm. 185, mayo-agosto Bennett existe una cuestión muy clara: “pri-
de 2002, p. 36. vacidad no implica aislarse o removerse
[ 125 ]
de la sociedad sino “relaciones sociales”. que llevó a la opinión pública a cuestionar
126 Las normas sociales sobre privacidad no los motivos que existían detrás de la crea-
sólo deben proteger a los individuos, sino ción del Renave, lo que, finalmente, lo lle-
Diego García Ricci
Reseña bibliográfica
lo ocurrido en Alemania cuando se adoptó cómo es que los privacy advocates se des-
el término “protección de datos” (Datens- criben a sí mismos. ¿Cómo lo logra? A tra-
chutz) y “el derecho a la autodeterminación vés de entrevistas personales o telefónicas
informativa” (Informationsselbstbestim- a aquellos hombres y mujeres que se han
mung). Internacionalmente lo fue el desa- destacado por abanderar la causa de la
rrollo de los principios internacionales para privacidad en las últimas décadas. Ésta es
el manejo de la información personal (fair una de las singularidades de este trabajo:
information principles). En ambos casos le da voz a quiénes han creído que la priva
se ha enfatizado la dimensión informacio- cidad es un valor central a defender, pues
nal de la privacidad. maximiza en el individuo su independencia,
Bennett también subraya que así como su capacidad de elección y su propio poder
ha aumentado la protección de la privaci- personal.
dad a través de las leyes, también se ha Genéricamente, los “defensores” —ex-
observado un incremento en las “institu- plica Bennett— “hacen lo que hacen” por-
ciones y las tecnologías de la vigilancia”, que promueven una causa, un principio o
pues éstas son “una condición de la mo- una norma. Buscan cambiar políticas y
dernidad, integral al desarrollo del poder prácticas porque creen que eso es lo co-
disciplinado y de las nuevas formas de go- rrecto y no porque su causa se encuentre
bierno”. La vigilancia —explica el autor— ligada a una explicación racional de sus
es integral al desarrollo del Estado-Nación propios intereses. El autor señala que esta
y a las formas descentralizadas del poder interpretación no es necesariamente con-
disciplinado y de las “gubernamentalidades” sistente con la forma en que el término se
inherentes a las modernas sociedades neo usa en el mundo jurídico, pues el rol del
liberales” (p. 11). De esta forma, en la de- defensor legal es “defender a su cliente”,
finición del problema de cómo defender sin importar cuáles sean sus propios prin-
la privacidad, se debe considerar la nueva cipios. Asimismo, considera que el término
realidad estatal, política y social: la cultura advocate no sólo implica un compromiso nor
de la vigilancia. El autor explica entonces mativo con una serie de principios, sino el
que es en función de este nuevo paradig- deseo y la habilidad de hablar en nombre
ma como los defensores de la privacidad de otros. Esto es así debido a que, para
actúan: unos enfocándose más a la pro- Bennett, “una defensoría forzosamente
tección de la dignidad humana; otros, a implica asumir que es necesario hablar por
limitar el deseo de control —y por ende, los demás, porque sólo muy pocos de no-
de vigilar— tanto de los gobiernos como de sotros tenemos el tiempo y la energía para
las empresas. Algunos enfatizan más la ser nuestros propios defensores”. De esta
importancia de la protección individual fren- forma, necesitamos un grupo de individuos
te al uso discriminado de las nuevas tec- interesados e informados que funcionen
nologías; otros lo ven más como un valor como los “guardianes” (gatekeepers) entre
dentro de todo el marco social (p. 23). una preocupada pero pobremente infor-
mada ciudadanía y los gobiernos y corpo-
raciones que procesan nuestra información
II (p. 64).
La labor de defensoría se puede llevar
Dado que esta obra se enfoca a hablar de a cabo a través de grupos o personas que
personajes, resulta inevitable preguntar actúan individualmente. Para describir a
se entonces ¿quiénes son los defensores los primeros, Bennett se apoya en los es-
de la privacidad? Bennett los describe co tudios sociológicos que han analizado el
mo “aquellos que son llamados a comentar, comportamiento de las organizaciones,
criticar y ofrecer perspectivas opuestas entre las que principalmente se incluyen a
cuando el gobierno o las grandes empre- las no gubernamentales (ONG). Esto es,
sas proponen esquemas de procesamien- sin duda alguna, de gran utilidad, pues
to de datos personales, o bien, cuando ha le explica al lector el comportamiento de
surgido un escándalo” (p. 63). El autor este tipo de organizaciones: cómo surgen,
se adaptan o se desintegran como resul- cil); la Asociación del Consumidor (Consu-
128 tado de los diferentes cambios sociales. mer Association) y la Federación Alemana
Bennett distingue a los grupos en función de Organizaciones de Consumidores (Ver-
Diego García Ricci
Reseña bibliográfica
proporciona una clasificación de defenso- para que efectúen cambios a sus prácticas
res basada en varios roles e identidades, invasivas, bajo la amenaza de imponerles
muchos de ellos traslapados, lo cual de- alguna sanción. Esta última estrategia lla-
muestra que se trata de una comunidad ma mucho la atención, pues dentro de las
compleja y que enfrenta muchos conflictos sanciones impuestas por los privacy ad-
y contradicciones. Así, los agrupa en seis vocates, se encuentran la organización de
grupos: 1) el defensor-activista (the advo- boicots contra el consumo de determina-
cate/activist); 2) el defensor-investigador dos productos, como fue el caso de Gillet-
(the advocate/researcher); 3) el defensor- te y Benetton.4
consultor (the advocate/consultant); 4) el Algunos casos y conflictos de relevan-
defensor-técnico informático (the advoca- cia son mencionados por Bennett para
te/technologist); 5) el defensor-periodista mostrar los triunfos que los defensores de
(the advocate/journalist); y 6) el defensor- la privacidad han alcanzado en diferentes
artista (the advocate/artist). Esta clasifica- partes del mundo. Es así que en el libro se
ción demuestra que la privacidad ha abier- describen ejemplos ocurridos en tiempos
to diferentes frentes de defensa, los cuales distintos, desde aquellos que han involu-
se especializan en función de los intereses crado los planes de algunos gobiernos de
de los propios actores. Con su clasifica- crear gigantescas bases de datos, como
ción, Bennett nos comprueba que la de- fue el emblemático caso del censo ocurri-
fensa de la privacidad no es una tarea ex- do en Alemania en 1983 y 1987 y la cédu-
clusiva de activistas, sino de todos los la de identidad australiana, en 1988, hasta
ciudadanos. Esto nos recuerda las pala- otros donde la atención se centró en las
bras de David H. Flaherty, quién alguna bases de datos desarrolladas por particu-
vez declaró con gran perspicacia “todos lares con fines mercadológicos, como fue
debemos ser nuestros propios defensores el caso Lotus Marketplace ocurrido en Es-
de la privacidad”.3 tados Unidos de América a principios de
los años noventa. Otros casos menciona-
dos por el autor son el Clipper Chip (en-
III criptamiento de información); el Intel Pro-
cessor Serial Number (identificación y
En la última parte de su libro, Bennett des- localización de equipos de computo a tra-
cribe las estrategias que han seguido los vés de sus números de serie); y, Double
defensores de la privacidad para frenar al- Click (publicidad en línea), todos ocurridos
gunas de las voraces prácticas de vigilan- a mediados y finales de los noventa, tam-
cia llevadas a cabo tanto por los gobiernos bién en Estados Unidos. De la última dé-
como por las grandes corporaciones en cada, Bennett menciona: el Microsoft
los últimos años. La tipología desarrollada Passport (concentración de datos perso-
por el autor se basa en las tácticas segui- nales asociados a una misma dirección de
das por las organizaciones no guberna- correo electrónico) y, sobre todo, los casos
mentales defensoras de derechos huma- de “derramamientos de datos” (data spills),
nos o del medio ambiente. Esto implica esto es, divulgación de datos por descuido
cuatro tipo de acciones: a) generar infor- o falta de cuidado. Como ejemplos de es-
mación relevante del tema basada en he- tos últimos, destaca ChoicePoint (venta
chos; b) apelar a ciertos símbolos que di- de información a una empresa que, bajo
rijan la atención de la sociedad hacia el la apariencia de legalidad, efectuaba robos
problema; c) sujetar a los actores políticos de identidad) y el Medi-messenger de la
a que cumplan con las políticas o compro-
misos que han asumido públicamente so-
4
En ambos casos, los privacy advocates crea-
ron sitios de internet en los que demostraban las
3
“We should all be our own privacy advocates” prácticas invasivas de la privacidad llevadas a cabo
ha señalado David H. Flathery, ex Comisionado por estas dos compañías. Véase http://www.boyco-
de la Oficina de Información y Privacidad de la ttbenetton.com y http://www.boycottgillette.com
Columbia Británica, Canadá. (última visita: diciembre 14, 2010).
farmacéutica Eli Lilly y Compañía, donde, Esta obra se distingue por su novedad
130 por descuido, un empleado difundió las di- y originalidad, pues le presenta al lector la
recciones de correo electrónico de pacien- forma cómo se organizan y actúan las or-
Diego García Ricci
Este libro se compone de los ensayos de de sus albores hasta nuestros días como
ocho pensadores italianos: Michelangelo Bo- una defensora de la libertad. El momento
vero, Stefano Rodotà, Alessandro Pizzorus- de su desarrollo paroxístico ha sido, sin du
so, Ermanno Vitale, Marcello Vigli, Alfonso di da, el surgimiento de las declaraciones de
Giovine, Valentina Pazè y Luigi Ferrajoli. los derechos humanos y su multiplicación
Como se echa de ver, este catálogo de en los siglos venideros, al punto que hoy
autores es imponente. ¿Qué idea puede existen acuerdos sobre los más básicos en
unir los intereses de algunos de los más tre ellos e instituciones internacionales que
afamados e importantes pensadores del con menor o mayor éxito se han preocu-
derecho? La de libertad. Pero ¿qué liber- pado por velarlas.
tad?, ¿la del mercado?, ¿la consagrada La ideología política de Europa (o, si se
en las declaraciones de derechos huma- quiere decir, de Occidente) está configura-
nos? Precisamente, la intención de estos da por la noción “derechos fundamentales”
autores es deslindar cuál es la auténtica y (o humanos). El Estado constitucional de
cuál es la falsa libertad. derecho, es decir, aquel que se constituye
Siguiendo las huellas intelectuales de como tal por la consagración (y defensa)
Norberto Bobbio, todos los autores eligen en su ley fundamental de los derechos hu-
un tema de interés actual sobre derechos manos, fue concebido en el seno de la filo-
humanos y lo presentan de forma crítica, sofía política europea del siglo XVII, y se
tanto en su actual situación teórica, como desarrolló de dos maneras distintas y casi
en su actual situación práctica. En este úl- simultáneas en “las dos riberas del Atlánti-
timo caso, la referencia de todos ellos, co —el primer Occidente y el segundo”.
como resulta lógico, es el caso italiano. Sin Según Bobbio, del que Bovero hace
embargo, esto no significa que los ensayos eco continuamente, el Estado constitucio-
tengan algún tinte localista: todos ellos co- nal contemporáneo se basa en las cuatro
mienzan con una descripción del estatus grandes libertades de los modernos: la li-
quo teórico del tema que desarrollan y lue- bertad personal, la de pensamiento, la de
go, sin olvidar la legislación de la comuni- reunión y la de asociación. Éstas, paradó-
dad europea, observan su desarrollo en jicamente, se han visto vulneradas por “al-
Italia. En este sentido, su utilidad resulta gunas corrientes culturales y algunos mo-
enorme, pues los problemas prácticos que vimientos políticos que se autodefinen
presenta su legislación coinciden en mu- como liberales”, y cuya bandera ideológica
chos puntos con otras que provienen de la es la libertad radical, sobre todo la de mer-
misma tradición, como la nuestra. cado. Una libertad que aboga por una libe-
Con su conocida capacidad de síntesis, ración total de toda regla, que promueve
Bovero escribe una extraordinaria intro- el uso indiscriminado del libre arbitrio, sin
ducción en donde nos explica el fin por el escrúpulo de ninguna índole. El grave pro-
que se escribió este libro. La cultura euro- blema de esto es que una libertad tal, ca-
pea se ha destacado por configurarse des- lificada por Kant de “salvaje”
[ 131 ]
[...] es el espejo y el alimento de una y de sus enemigos: el poder político despó-
132 incultura política generalizada, y se tico, el poder económico y el poder ideoló-
constituye como un soporte eficaz para gico de los medios de comunicación.
Alonso Rodríguez Moreno
Reseña bibliográfica
tica libertad de cátedra hasta que desapa- bertad como un derecho natural fue obra
rezca todo tipo de imposición ideológica, de Vitoria, quien en sus famosas Releccio-
sobre todo por parte de las religiones y del nes sobre los indios afirma la existencia
Estado que ampare cualquiera de ellas a de un derecho a la comunicación del que se
través de sus leyes. deriva el libre tránsito. Actualmente, sobre
Alfonso di Giovine escribe sobre la li- todo en las últimas décadas se ha crimina-
bertad de información. El tema esencial lizado a los inmigrantes, al punto que el
que late a la largo de todo su artículo es el concepto “ciudadano” que, inicialmente se
de los límites necesarios que la informa- había forjado para igualar los derechos de
ción ha de tener. Cuando los medios de todos los hombres, se ha convertido, en el
comunicación se alían con los Estados Estado moderno, en un forma de exclusión:
para generar una opinión pública particular, se distingue entre ciudadanos de pleno de-
entonces el principio democrático se rompe, recho y todos aquellos que no tienen la
y la democracia se convierte en un espec- nacionalidad y se les considera ciudadanos
táculo de masas. La política que se ampara de segunda clase. En vez de buscar la pro-
en los medios y los medios que se alían tección de la libertad de tránsito, la mayoría
por mil y un conveniencias con la clase de los países del mundo legislan para hacer
política, son uno de los grandes enemigos más rígidas las fronteras y controlar a todos
del Estado de Derecho. En cambio, los me- los inmigrantes, expulsando a aquellos que
dios independientes (da ejemplo de algu- no representan ninguna utilidad económi-
nos de ellos) fortalecen la cultura demo- ca para el país. De esta forma, entre las
crática y hacen que las repúblicas realmen- clases trabajadoras (normalmente explo-
te estén gobernadas por el pueblo y no por tadas) de algunos países europeos —Fe-
los medios y los partidos en el poder. rrajoli se refiere concretamente a la legis-
El penúltimo ensayo es factura de Va- lación italiana sobre el tema— se cuenta
lentina Pazè. Se titula: “La libertad de reu- un número altísimo de extranjeros inmigra-
nión y de asociación”. Parecería que este dos, cuya permanencia en el país pende
derecho ya ha llegado a su total cumpli- de un hilo, pues al momento en que pierden
miento en nuestra época, una vez que Oc- el empleo corren el riesgo, amparado ade-
cidente ha vivido situaciones dramáticas más en la ley, de ser expulsados. Esto es
en este sentido, sobre todo las manifesta- un racismo institucionalizado. Y existe de
ciones del 68 en diversos lugares del mun- maneras diversas, pero todas con un fondo
do. Sin embargo, sostiene la autora, la am- común, en Europa entera. Esto, concluye
bigüedad de ciertas fórmulas que se el afamado jurista italiano, puede generar,
encuentran en las Constituciones —ella a la larga, odios y diferencias entre la dig-
ser refiere principalmente al caso italiano— nidad de los hombres, que acarreen la te-
se puede prestar con mucha facilidad a la mida guerra de civilizaciones.
represión de manifestaciones o reuniones A modo de conclusión he de decir que el
públicas. La serie de elementos procedi- libro resulta sumamente interesante, los te
mentales o (pre) condiciones que se piden mas están tratados con seriedad y los cues-
en la ley para proteger una manifestación tionamientos y denuncias que en todos ellos
o considerarle pacífica, se pueden trocar se hacen deben tomarse en cuenta a la
fácilmente en un medio para justificar la hora de hablar de derechos humanos, por-
represión policiaca. En la interpretación de que son de una actualidad preocupante.
la ley, normalmente a cargo del Estado Libertad, sí, pero una con contenido social,
(quien puede ser el afectado directo de las con una responsabilidad por el otro; no esa
manifestaciones o reuniones), se puede otra libertad que Kant calificó como salvaje,
jugar la autenticidad o falsedad de la pro- y que hace que los hombres se vean con
tección de este derecho humano. extrañeza los unos a los otros.
El libro cierra con un interesante artícu-
lo de Luigi Ferrajoli, titulado: “Libertad de
tránsito y de estancia ¿para quién?” En él, Alonso Rodríguez Moreno
su autor comienza asentando que el de Centro Nacional de Derechos
tránsito es uno de los derechos más anti- Humanos de la CNDH
R eseñas bibliográficas
gundas, las diseñadas para reparar el in- poderes del Estado para dotar de un con-
cumplimiento de las primeras. En términos tenido mínimo a los derechos, designar a
generales, dentro de las garantías institu- sus titulares, a las autoridades responsa-
cionales, identifica a las garantías políticas bles y sus obligaciones al respecto, así
con las primarias y a las jurisdiccionales con como las vías de ejercicio de los derechos
las secundarias, aunque advierte una ex- en específico; establece que dichas garan-
cepción, al referirse a ciertas garantías po- tías se encuentran representadas por di-
líticas de carácter secundario, como vere- versos mandatos constitucionales disper-
mos más adelante. sos, dirigidos a asegurar la disponibilidad
Así, dentro de las garantías institucio- de acceso tanto del agua, como de los ser-
nales de carácter político del derecho al vicios relativos.
agua en México, ubica como primarias, a Al respecto, considera que los manda-
las garantías constitucionales genéricas y tos constitucionales incluidos en los artícu
a las garantías políticas específicas. los 2o., 4o. y 27, comprenden algunos de los
Dentro de las garantías constituciona- elementos de contenido mínimo del dere-
les genéricas encuadra postulados básicos cho e imponen obligaciones a distintas au-
del Estado como la rigidez constitucional, la toridades, destinadas a realizar acciones
separación de poderes, el principio repre- para asegurar la disponibilidad y el acceso
sentativo y el principio de publicidad. En al agua en favor de personas y grupos
este sentido, dichos principios coadyuvan determinados;1 aunque no perfilen o de-
en el respeto y cumplimiento del derecho sarrollen el derecho con precisión. Ade-
al agua, al representar límites a los pode- más, establece que la autoridad tiene la
res públicos y sus acciones. Por ejemplo, obligación de cumplir con otras fuentes del
la esfera de protección del principio de ri- derecho, los instrumentos internacionales
gidez constitucional, impide que las mayo- en materia de derechos humanos, como
rías políticas y el mercado afecten el nú- pactos, convenciones, criterios, recomen-
cleo esencial de los derechos; en opinión daciones y observaciones, refiriéndose
del autor, el reconocimiento implícito del específicamente, a la Observación Gene-
derecho en la Constitución, implica ya una ral Número 15.
forma de protección. Posteriormente, alude a dos mecanis-
El principio de la separación de pode- mos de importante utilidad para controlar
res, a su vez, sería una garantía instrumen- el contenido del derecho, ya que permiten
tal del derecho, ya que como sistema de disciplinar el ejercicio de las facultades de
controles y contrapesos, “introduce en el los poderes en su desarrollo y reglamen-
orden jurídico un conjunto de mecanismos tación (p. 160); los principios de no regre-
que permite la vigilancia mutua entre cen- sividad y no discriminación, derivados del
tros de decisión para el cumplimiento de
sus obligaciones en materia del derecho 1
El artículo 27 establece la obligación de eje-
al agua” (p. 157); en ese sentido ejemplifi- cutar acciones dirigidas a regular la distribución y
ca algunos mecanismos de control entre el acceso a los recursos hídricos necesarios para el
autoridades como las comparecencias de desarrollo y bienestar de las personas en general.
los integrantes del Ejecutivo ante el Legis- El 4o. contempla la obligación del Estado de pro-
veer lo necesario para propiciar el respeto a la
lativo o incluso, el juicio político. En cuan-
dignidad y el ejercicio de los derechos de los niños
to al principio representativo, menciona las y las niñas, a quienes reconoce el derecho a la
facultades de iniciativa legislativa o reforma satisfacción de sus necesidades de alimentación,
constitucional como vías de protección del salud, educación y sano esparcimiento para su
derecho; finalmente establece el principio desarrollo integral. El artículo 2o. otorga a los pue-
de publicidad de los actos de gobierno blos y comunidades indígenas autonomía para
como garantía en favor de otras autorida- disfrutar y usar, de modo preferente, los recursos
naturales de los lugares donde habitan y que sus
des o de la ciudadanía en el control de la comunidades ocupan; y establece que los tres ni-
administración y una gestión adecuada de veles de gobierno tienen la obligación de ampliar
los recursos hídricos. la cobertura de los servicios sociales básicos, con
el fin de abatir sus carencias y rezagos.
PIDESC, que funcionarían tanto como ga- No obstante, considera que este tipo
rantías de estabilidad en los aspectos ya de garantías no tienden a abordar el tema 141
regulados del derecho, como de equidad desde una perspectiva de derechos huma-
Reseña hemerográfica
en el acceso al recurso. También conside- nos debido a diversas razones, entre las
ra que ciertos instrumentos de compensa- que destaca una lenta apertura a la incor-
ción, como las acciones positivas deben poración de las normas internacionales al
contemplarse como posibles garantías de sistema jurídico interno; a mecanismos de
acceso al derecho para grupos histórica- derechos ya construidos con concepciones
mente excluidos del mismo, tradicionalmen limitantes sobre el derecho subjetivo (pro-
te marginados o en situación de vulnera- cedentes del siglo XIX) y al predominio de
bilidad. la consideración de los derechos sociales
Dentro de las mismas garantías insti- como cláusulas o normas programáticas.
tucionales, caracteriza a las garantías po- En este sentido, establece que los gru-
líticas secundarias como aquellas dirigidas pos sociales, al no encontrar vías institu-
a órganos políticos específicos que tienen cionales que atiendan sus reclamos, son
como objeto el control y la reparación de orillados a plantear sus exigencias a través
la violación de las garantías primarias; es de vías no institucionales, cuyo resultado
decir, se accionan una vez que el derecho tiene consecuencias que actúan en su con-
ha sido vulnerado. tra, como la criminalización de la protesta
Dentro de este grupo ubica al poder mediante la persecución o la cárcel, lo que
de policía, encargado de establecer contro produce mayores tensiones y una amplifi-
les preventivos y de sancionar a los poderes cación de la polarización social.
privados que vulneren derechos humanos; Por ello, considerando que el poder po-
a organismos de vigilancia como la Comi- lítico difícilmente se limita por sí sólo y que
sión Nacional del Agua, encargada de vi- las garantías de los derechos como instru-
gilar el cumplimiento de la Ley de Aguas mentos para controlar el poder se encuen-
Nacionales y de las Normas Oficiales Mexi- tran dentro del área de ese poder, llama al
canas que regulan distintos aspectos de rescate de las garantías sociales como
la contaminación de los recursos hídricos; medios efectivos a disposición de los afec-
a los recursos administrativos contempla- tados para acceder al derecho al agua. En
dos por distintas dependencias para la re- este sentido, agrega que para evitar que
visión de decisiones —aunque apunta que las herramientas institucionales de protec-
el cumplimiento de normas y la capacidad ción de derechos se conviertan en una ilu-
de vigilancia del mecanismo es reducido— sión que se desvanece en el primer inten-
y la intervención de los órganos no juris- to de ejercitarlas, es necesario impulsar y
diccionales o comisiones de protección de reforzar una ciudadanía organizada para-
derechos humanos que al conocer quejas, lelamente al Estado (p. 169).
iniciar procedimientos de investigación y Para el autor, dicha organización pue-
emitir recomendaciones, cumplen funcio- de darse a través de vías directas e indi-
nes de control. rectas. Como acciones directas, identifica
Sobre las garantías institucionales se- sistemas comunitarios de gestión y distri-
cundarias o jurisdiccionales en materia de bución del agua; el derecho de asociación
derecho al agua, considera que normal- y a la información, así como la difusión de
mente operan en el área administrativa información relevante sobre el tema. Como
para denunciar violaciones a leyes como participación indirecta contempla las ga-
la de Aguas Nacionales, entre otras. Entre rantías de elección y para organizarse y
las principales garantías jurisdiccionales emprender acciones con el fin de exigir
contempla el juicio de amparo, las contro- información a las autoridades sobre el con-
versias constitucionales y las acciones de trol de las políticas públicas y leyes, así
inconstitucionalidad; para accionar estas como actuar y “ejercer presión” sobre ór-
últimas, establece la posibilidad de acudir ganos facultados para solicitar modifica-
a la Comisión Nacional de los Derechos ciones legales, como la CNDH; solicitar
Humanos (CNDH), dada su facultad de in- información con el fin de verificar en qué y
terponer estas acciones, a partir de la re- de qué manera se gasta el presupuesto
forma al artículo 105 de la Constitución, en y vincular a expertos del tema en el control
2006. del gasto, entre otras.
La virtud de este trabajo radica en co- rol protagónico en la lucha y defensa por
142 locar sobre la mesa no sólo las garantías el derecho, consigue, a su vez, fomentar
jurídicas disponibles para hacer exigible una sociedad informada, capaz de proteger
Luisa Fernanda Tello Moreno
Reseña hemerográfica
justiciables porque involucran temas de derar para el desempeño de los tribunales
política y no derecho, lo cual ha ido cam- y no sólo la deliberación de un caso, tales
biando, debido a que los propios jueces como la legitimidad democrática y la com-
han interpretado que al disponerse en las petencia institucional, en ese sentido, no
Constituciones y en el derecho internacio- se puede anticipar la postura más que re-
nal de los derechos humanos constituyen visando la forma en que lo ha hecho en
derechos legales. La Corte Constitucional otras ocasiones, así la jurisprudencia su-
de Sudáfrica en el caso Grootboom argu- giere que las Cortes tienden a intervenir en
mentó que la cuestión no radicaba en si las causas de acuerdo con la gravedad de
eran justiciables sino en cómo aplicarlos. los efectos de la violación, con la precisión
Hay otras afirmaciones filosóficas y ju- de la obligación del gobierno, con la con
rídicas como que la justiciabilidad es de- tribución del gobierno a la violación y la
mocráticamente ilegítima sin que se limite capacidad del gobierno de hacer cumplir
a los derechos económicos y sociales, y la orden judicial en términos de recursos.
en el caso de esos porque los jueces al Los derechos económicos y sociales
involucrar determinaciones sobre el gasto han sido vinculados con el derecho a la
público u órdenes con relación a políticas igualdad desde hace tiempo, particular-
se exceden de sus funciones. Lo que ha mente en circunstancias de discriminación
sido rebatido por los seguidores de la de- por la pertenencia a un grupo vulnerable,
mocracia tradicional en el sentido de que lo que no ha sido fácil de establecer al tener
esa revisión judicial complementa la de- que hacer un comparativo en cuanto al tra-
mocracia parlamentaria o que los derechos to con el resto de la población, se han exa-
económicos y sociales deben ser protegi- minado situaciones respecto de la iguala-
dos como derechos fundamentales al igual ción hacia abajo por necesidades de
que los civiles y políticos. asistencia social o hacia arriba por lo que
También se argumenta una objeción hace a la seguridad social.
de tipo institucional al expresar que los jue- Un logro importante se considera la ex-
ces no están preparados para conocer de tensión de los remedios más allá de los
asuntos que versen sobre cuestiones eco- previstos por el derecho civil como la re-
nómicas y sociales y que, en todo caso, no paración, compensación, restitución, de-
podrían resolver las implicaciones políticas claración de invalidez o agravio, como el
y por ello las consecuencias de sus deci- seguimiento de una reparación con super-
siones, lo que aun siendo real no puede visión. Otro tipo de remedios son los dia-
considerarse un argumento absoluto sino loguistas y los provisorios, por ejemplo,
relativo, además de la impureza de un fallo. cuando se trata de modificar la legislación
El autor reconoce una eliminación o li- ampliando los términos para que se con-
mitación de los DESC, conforme con los crete la medida. También se ha utilizado la
siguientes motivos: 1. Porque se han pro- elaboración de recomendaciones, a las
movido en conexión con otros, los dere- que se ha criticado por no ser efectivas.
chos laborales con relación a la libertad Los defensores de derechos han propues-
sindical, la salud con la vida, en relación to y obtenido órdenes complementarias de
con la educación y seguridad social, los los remedios para el cumplimiento de de-
desalojos forzosos y la eliminación de ser- beres por los servidores públicos en Ar-
vicios básicos o interferencia con el ejerci- gentina, la India y Sudáfrica.
cio de los derechos culturales, en particu- Se ha objetado a los DESC que su jus-
lar de los pueblos indígenas. 2. Hay ticiabilidad no alcanza una justicia social
Estados en los que se da la intervención individual y transformadora y, por lo tanto,
de actores privados reconocidos por sus que no causa impacto. El autor refiere en
Constituciones, otros no los reconocen, en primer lugar, que no es posible un resultado
el tema de derechos humanos sólo se con- homogéneo que el impacto puede ser di-
sidera la afectación por una autoridad pú- recto o indirecto como el sentar preceden-
blica. 3. Por su parte, el que los tribunales tes judiciales, influenciar el desarrollo de
ordenen medidas positivas a los Estados legislación y políticas, catalizar movimien-
tos sociales, crear conciencia o si el fallo micos y sociales, desde la prevención
146 fue desfavorable evidenciar la falta de pro- hasta el remedio de desigualdades, no está
tección legal. En segundo lugar, menciona exenta de las objeciones, pero la resolu-
María Elena Lugo Garfias
también para el resto del mundo) se debe en cada credo es distinto) se convierten en
a que quienes tienen el poder lo quieren un mero catálogo de buenas intenciones,
conservar y los que no lo tienen lo quieren sin una auténtica fuerza vinculante. El filó-
cuestionar, medir y, por último, arrebatar. sofo francés propone, en cambió, una éti-
Tradicionalmente, la convivencia entre ca que no renuncie a los fundamentos sino
distintos modos de creer ha generado bru- que profundice en ellos y los haga su nú-
tales enfrentamientos. La pasión religiosa cleo esencial. El ejemplo que invoca pue-
radicaliza las posturas ideológicas y esto de ayudar a comprender esto mejor: para
conculca la posibilidad de coexistencia. El el cristiano la ética tiene poco o nulo sen-
hermano Luc, hombre viejo y sencillo que tido si se priva de ella la figura de Cristo.
se dedica a dar consultas a la gente pobre Lo mismo se podría decir del judaísmo,
del pueblo, lo dice en una carta citando respecto de Yahvé o del Islam respecto de
palabras de Pascal: “El hombre nunca Alá. Ahora bien, la condición de posibilidad
hace el mal tan plenamente y tan lleno de para que esto pueda ocurrir es la profun-
alegría que cuando lo hace siguiendo sus dización en el propio fundamento de las
convicciones religiosas”. ¿Qué puede sig- creencias, es decir, una meditación pro-
nificar una frase así en boca de un “religio- funda sobre el ser de Dios. Según Ricoeur,
so”? Parece una paradoja. Creo que pre- las grandes religiones del mundo tienen
cisamente la respuesta a esa pregunta es una intuición común fundamental sobre la
el núcleo central de la película. divinidad: que es un misterio. Precisamen-
Nunca se dice en la película qué se en- te la frivolidad con la que la gente vive sus
tiende por religión. En cambio, sí podemos creencias, su fe, los convierte en creyentes
observar qué modo de vida llevan los mon- religiosos, en el sentido de dogmáticos e
jes y cómo ésta les permite vivir sin ningún intransigentes, pues si comprendieran que
tipo de tensión con la comunidad musul- Dios es esencialmente misterio, se darían
mana en la cual se encuentran insertos. cuenta de que no existe algo así como una
En este orden de ideas, el estilo de vida verdad última sobre Él y que, por tanto, el
asumido por estos trapenses es a-religio- diálogo siempre enriquece a todos los cre-
so, en una acepción que trataremos de ex- dos; aún más: es del todo necesario.
plicar brevemente. A mi modo de ver, la propuesta de Ri-
El sentido de la frase de Pascal citada coeur, que apenas es esbozada en la dis-
por el hermano Luc parece indicar que re- cusión a la que me refiero, es llevada a cabo
ligión, al menos en este sentido, significa en la película tanto por los monjes como por
por un lado, dogmatismo, o sea, la actitud la comunidad musulmana. Y no sólo eso:
de aquel que piensa que su forma de con- ésta ética de máximos, además de ser una
cebir a Dios es la única verdadera, y por el respuesta a la convivencia entre distintos
otro, intransigencia: si lo que dice mi reli- modos de creer, también es una auténtica
gión sobre Dios es lo único que puede ser forma de pensar el multiculturalismo. Quien
dicho, entonces cualquier otra postura es profundiza sobre los fundamentos de la cul
falsa. Este par de actitudes, si bien se dan tura a la que pertenece, es capaz de caer
en casi todas las creencias (y en algunos en la cuenta de que el hombre mismo es
sectores del Cristianismo y del el Islam de un misterio y, como consecuencia, capaz
forma preocupante), no resultan esencia- de abrirse con sinceridad al (re)conoci-
les a ella. miento de las demás. Lo que Gadamer lla-
Hace algunos años, el teólogo católico, mó fusión de horizontes, y que Charles
Hans Küng, y el filósofo protestante, Paul Taylor, en el terreno político, llama política
Ricoeur, tuvieron un diálogo muy intere- del reconocimiento.
sante con motivo de la conocida propuesta La grandeza de esta película consiste
del primero para la elaboración de una éti- en mostrar cómo es posible la convivencia
ca mundial. Ricoeur critica la propuesta de de dos religiones que históricamente han
Küng porque considera que una ética ba- estado enfrentadas: desde la asimilación
sada en los mínimos, es decir, en los pocos de lo otro como igual de importante que lo
principios éticos que todas las culturas y mío; como el reconocimiento de las creen-
cias ajenas como complementarias de las quiere reconocer a cabalidad: que el Islam
mías. Y dando un paso más: aceptando es una fe pacífica, comprensiva y de una 151
que mi identidad religiosa únicamente se gran sabiduría, a pesar de que algunas de
Reseña cinematográfica
puede delinear del todo a partir del reco- sus interpretaciones —y por cierto, no las
nocimiento de los otros (creyentes de dis- más multitudinarias— sean violentas. En
tinta fe). Esta actitud, que en el filme de ningún momento de la película el padre
Beauvois es presentada en un contexto Christian cae en la tentación de generalizar
religioso, es la única capaz de conjurar la y hablar del islam como una religión vio-
—llamada por Bobbio— “ideología euro- lenta, pese a que conoce en carne propia
pea”, o sea, una tendencia eurocéntrica, la violencia en su nombre. En su carta-
aún existente en muchas legislaciones na- testamento (que es real) sostiene con toda
cionales, que consiste en promover el res- claridad que lo que tocará vivir no es la
peto por “lo otro” siempre y cuando sea auténtica creencia musulmana, la cual ha-
como “yo” o termine —después de “edu- bía estudiado y vivido comunitariamente,
carlo”— siendo como “yo”. Así las cosas, sino su caricatura. Con todo, considera al
no hay pues un reconocimiento, sino una líder terrorista —que muere antes de que
(tensa) “tolerancia” con fecha de caducidad secuestren a los monjes— su amigo de
para todos aquellos que tienen valores dis- último minuto, que no sabía lo que hacía.
tintos a los occidentales. Y esto ocurre so- ¿Qué lograron los monjes al quedarse
bre todo con los inmigrantes de credo mu- en su convento pese a todas las adverten-
sulmán, que ya representan un número cias y peligros? Dar un testimonio de que
considerable, y cada día en aumento, de la amenaza, el miedo y la violencia no son
la población europea. Recordemos el ver- —ni pueden ser— la última palabra en las
gonzoso caso de los velos de las mujeres comunidades; la solidaridad y el amor son
islámicas (burka) en Francia: por una visión más fuertes todavía. Cuando en otro mo-
unilateral de su significado, por una gene- mento de la película un monje le dice a uno
ralización de lo que representa para Occi- de los líderes religiosos musulmanes del
dente, el gobierno decidió prohibir su ex- pueblo que están pensando en irse del mo-
hibición pública. nasterio y regresar a su tierra natal porque
En un momento de gran carga dramá- se sienten como pájaros en un rama que se
tica, cuando los terroristas llegan por vez está venciendo, uno de los presentes lo
primera al monasterio para pedir que les corrige y le dice: “te equivocas, la rama son
den medicinas para sus heridos y los mon- ustedes y el resto del pueblo somos los
jes se niegan, el padre Christian entabla pájaros”. Mientras ellos no titubeen, ningún
una conversación con el líder del grupo, mal, por perverso que parezca, tendrá la
donde cita una parte del Corán que habla última palabra. Ellos son la memoria de lo
de los cristianos como hombres de paz. El más valioso que la humanidad tiene: la es-
sensato prior no intenta dialogar con el fun- peranza en un mejor mañana, uno donde
damentalista echando mano de su propio reine la paz.
lenguaje religioso, sino que desde el len- Si no se renuncia a la imposición cultu-
guaje religioso del otro, del musulmán (el ral a través del poder (económico, ideoló-
Corán), intenta darse a conocer. Recono- gico y político), parece que lo único que se
ciendo el valor de lo ajeno, busca presen- puede esperar es la temible lucha de civi-
tarse. Esto es justamente la fusión de ho- lizaciones.
rizontes.
Esta comprensión de lo otro desde sus
propias categorías permite que los monjes Alonso Rodríguez Moreno
comprendan a fondo algo que la gran ma- Centro Nacional de Derechos
yoría de los occidentales desconoce o no Humanos de la CNDH
Bibliografía
B ibliografía
[ 155 ]
ras declaraciones mexicanas de Dere- Baehr, Peter R. y Monique Castermans-
156 chos Humanos”, en Anuario Mexicano Holleman, The Role of Human Rights
de Historia del Derecho. México, núm. in Foreign Policy. 3a. ed. Nueva York,
Eugenio Hurtado Márquez
Bibliografía
dencia de la Corte Interamericana de Rights Law. Leiden, Martinus Nijhoff Pu-
Derechos Humanos”, en Derechos Hu- blishers, 2008, viii, 258 pp. (International
manos México. Revista del Centro Na- Studies in Human Rights, 97)
cional de Derechos Humanos. México, Brett, Rachel, “United Nations Human
núm. 14, 2010, pp. 13-40. Rights Council: One Year on”, en Revis-
Beuchot, Mauricio, “Bartolomé de las Ca- ta Iberoamericana de Derechos Huma-
sas, el humanismo indígena y los Dere nos. México, núm. 4, 2009, pp. 179-203.
chos Humanos”, en Anuario Mexicano Brewer, Stephanie Erin, “Structural Hu-
de Historia del Derecho. México, núm., man Rights Violations: the True Face of
6, 1994, pp. 37-48. Mexico´s War on Crime”, en Human
Bhabha, Jacqueline, “Arendt´s Children: Do Rights Brief. Washington, vol. 16, núm.
Today´s Migrant Children Have a Right 2, invierno de 2009, pp. 7-11.
to Have Rights?”, en Human Rights Brewer-Carías, Allan R., “La aplicación
Quarterly. A Comparative and Interna- de los tratados internacionales sobre
tional Journal of the Social Sciences, Derechos Humanos en el orden interno
Humanities, and Law. Baltimore, vol. 31, de los países de América Latina”, en
núm. 2, mayo de 2009, pp. 410-451. Revista IIDH. San José, Costa Rica,
Bhambra, Gurminder K. y Robbie Shilliam, núm. 46, julio-diciembre de 2007, pp.
editores, Silencing Human Rights. Cri- 219-271.
tical Engagements with a Contested Bukovská, Barbora, “Perpetrando el bien:
Project. Nueva York, Palgrave MacMi- las consecuencias no deseadas en la
llan, 2009, xii, 294 pp. defensa de los Derechos Humanos”, en
Bittar, Eduardo C. B., “La ética de los De- Sur. Revista Internacional de Derechos
rechos Humanos”, en Jurídica. Anuario Humanos. São Paulo, núm. 9, diciembre
del Departamento de Derecho de la Uni- de 2008, pp. 7-20.
versidad Iberoamericana. México, núm. Burbano Herrera, Clara e Yves Haeck,
38, 2008, pp. 107-134. “El carácter vinculante de las medidas
Blanco Muñoz, Freddy Enrique, “Informe provisionales y las consecuencias de
sobre los Derechos Humanos en Pana- su incumplimiento bajo el Convenio Eu-
má”, en Anuario Universidades. México, ropeo para la Protección de los Dere-
1989, pp. 223-246. chos Humanos y las Libertades Funda-
Blanco Muñoz, Freddy Enrique, “Vigencia mentales”, en Revista Iberoamericana
de los Derechos Humanos en Panamá”, de Derechos Humanos. México, núm.
en Anuario Universidades. México, 4, 2009, pp. 3-34.
1989, pp. 349-356. Cabal, Luisa y Morgan Stoffregen, “Calling
Bohórquez Monsalve, Viviana y Javier a Spade a Spade: Maternal Mortality as
Aguirre Román, “Las tensiones de la a Human Rights Violation”, en Human
dignidad humana: conceptualización y Rights Brief. Washington, vol. 16, núm.
aplicación en el derecho internacional 2, invierno de 2009, pp. 2-6.
de los Derechos Humanos”, en Sur. Re- Calderón Gamboa, Jorge F., “El castigo
vista Internacional de Derechos Huma- corporal como método de disciplina con-
nos. São Paulo, núm. 11, diciembre de tra niños, niñas y adolescentes frente a
2009, pp. 41-62. la Corte Interamericana de Derechos
B oladeras , Margarita, coordinadora, Humanos: un desafío internacional”, en
Ciudadanía y Derechos Humanos. Go- Isonomía. Revista de Teoría y Filosofía
bernanza y pluralismo. Barcelona, Hor- del Derecho. México, núm. 31, octubre
sori, 2009, 98 pp. (Cuadernos para el de 2009, pp. 73-95.
Análisis, 28) Caliari, Aldo, “Comercio, inversiones, fi-
Bonet Pérez, Jordi y Víctor M. Sánchez, nanzas y Derechos Humanos: tenden-
directores, Los Derechos Humanos en cias, desafíos y oportunidades”, en Sur.
el siglo XXI: continuidad y cambios. Bar- Revista Internacional de Derechos Hu-
celona, Huygens, 2008, 444 pp. (Col. manos. São Paulo, núm. 11, diciembre
Lex Académica) de 2009, pp. 156-174.
Callaway, Rhonda L. y Julie Harrelson- rechos Humanos. Xalapa, núm. 19, sep-
158 Stephens, editores, Exploring Interna- tiembre-diciembre de 2009, pp. 28-31.
tional Human Rights. Essential Rea- Castilho, Leonardo S. C., “Los objetivos
Eugenio Hurtado Márquez
Bibliografía
Nacional de los Derechos Humanos, Revista IIDH. San José, Costa Rica, núm.
2009, 16 pp. 48, julio-diciembre de 2008, pp. 27-42.
Comisión Nacional de los Derechos Hu- Dagdug-Cadenas, Carlos Francisco, “El
manos, Séptimas Jornadas Nacionales presupuesto público como mecanismo
sobre Víctimas del Delito y Derechos del derecho y la economía en la protec-
Humanos. Seguridad Pública. México, ción de los Derechos Humanos”, en Re-
Comisión Nacional de los Derechos Hu- vista Jurídica. Locus Regit Actum. Villa-
manos, 2010, 170 pp. hermosa, núm. 59, 2006, pp. 2-41.
Comisión Nacional de los Derechos Hu- Dávila Harris, Marc, “Derechos Humanos,
manos, El siglo XX. Entre el respeto y multiculturalismo y desarrollo. Paisajes
la violación a los Derechos Humanos. conceptuales ante un mundo globaliza-
3a. reimp. México, Comisión Nacional do”, en Revista. San Luis Potosí, 2005,
de los Derechos Humanos, 2010, 63 pp. pp. 404-410.
(Ciclo de Conferencias y Mesas Redon- Dawes, James, “Human Rights in Literary
das “Globalización y Derechos Huma- Studies”, en Human Rights Quarterly. A
nos”. Fascículo 1) Comparative and International Journal
Comisión Nacional de los Derechos Hu- of the Social Sciences, Humanities, and
manos, Instrumentos internacionales Law. Baltimore, vol. 31, núm.2, mayo
de protección a los Derechos Humanos. de 2009, pp. 394-409.
3a. reimp. México, Comisión Nacional “Declaración de la ONU sobre los defen-
de los Derechos Humanos, 2010, 52 pp. sores de los Derechos Humanos”, en
(Ciclo de Conferencias y Mesas Redon- DFensor. México, núm. 7, julio de 2010,
das “Globalización y Derechos Huma- pp. 38-42.
nos”. Fascículo 8) “Derechos Humanos. La CNDH en los úl-
Comisión Nacional de los Derechos timos 18 años”, en AZ. Revista de Edu-
Humanos, Manual de Derechos Huma- cación y Cultura. México, núm. 26, oc-
nos: conceptos elementales y consejos tubre de 2009, pp. 24-27.
prácticos. 3a. reimp. México, Cadenas «Derechos Humanos, a 60 años de su De-
Humanas / Comisión Nacional de los claración Universal por la ONU», en
Derechos Humanos, 2010, 90 pp. Foro Jurídico. México, núm. 59, agosto
Comisión Nacional de los Derechos Hu- de 2008, pp. 32-37.
manos, Mecanismos de protección a los Dhanda, Amita, “Construyendo un nuevo
Derechos Humanos. 3a. reimp. México, léxico de Derechos Humanos: la Con-
Comisión Nacional de los Derechos Hu- vención sobre los Derechos de las Per-
manos, 2010, 164 pp. (Ciclo de Confe- sonas con Discapacidad”, en Sur. Re-
rencias y Mesas Redondas “Globaliza- vista Internacional de Derechos
ción y Derechos Humanos”. Fascículo 9) Humanos. São Paulo, núm. 8, junio de
Conectas Derechos Humanos, “Informe 2008, pp. 43-58.
sobre el IX Coloquio Internacional de Díaz Etienne, Alonso, “La inflación y los
Derechos Humanos”, en Sur. Revista Derechos Humanos”, en Jurídica. Anua-
Internacional de Derechos Humanos. rio del Departamento de Derecho de la
São Paulo, núm. 11, diciembre de 2009, Universidad Iberoamericana. México,
pp. 200-208 (CD). núm. 26, 1996, pp. 341-358.
Courtis, Christian, El mundo prometido. Díaz de León, Marco Antonio, “Garantías
Escritos sobre derechos sociales y De- constitucionales y Derechos Humanos
rechos Humanos. México, Distribucio- en la reforma penal”, en Defensa Penal.
nes Fontamara, 2009, 347 pp. (Doctrina Interpretación y Análisis Jurídico. Mé-
Jurídica Contemporánea, 46) xico, núm. 23, abril de 2010, pp. 38-51.
Coyle, Andrew, “Seguridad penitenciaria Díaz Müller, Luis, “Viejos y nuevos pro-
y Derechos Humanos”, en DFensor. blemas en la enseñanza de los Dere-
México, núm. 10, octubre de 2010, pp. chos Humanos”, en Anuario Universi-
57-63. dades. México, 1989, pp. 547-558.
Díaz Revorio, Francisco Javier, Los De- Facultad de Derecho de la Universidad
160 rechos Humanos ante los nuevos avan- de Panamá, “La protección de los De-
ces científicos y tecnológicos. Genética rechos Humanos en la legislación pa-
Eugenio Hurtado Márquez
Bibliografía
Fernwood Publishing / Books for Chan- 475-504.
ge / SIRD / David Philip, 2005, xi, 238 “General Assembly: Historic New Develo-
pp. (Global Issues) pments, but Growing Threats to
F ields , A. Belden, Rethinking Human OHCHR´s Independence Vis-à-Vis the
Rights for the New Millennium. Nueva Human Rights Council”, en Human
York, Palgrave MacMillan, 2003, 260 pp. Rights Monitor. Ginebra, núm. 66, 2008,
Fix-Zamudio, Héctor, “La protección pro- pp. 87-98.
cesal de los Derechos Humanos en Gil Rendón, Raymundo, “El Estado cons-
América Latina”, en Anuario Universi- titucional de derecho y los Derechos Hu-
dades. México, 1989, pp. 383-410. manos”, en Foro Jurídico. México, núm.
Flores, Marcello, Diccionario básico de 84, septiembre de 2010, pp. 36-41.
Derechos Humanos. Cultura de los dere Giraldo Moreno, Javier, Derechos Hu-
chos en la era de la globalización. Méxi manos y cristianismo. Trasfondos de un
co, Flacso, 2009, 358 pp. conflicto. Madrid, Dykinson, 2008, 494
Flores, María Teresa, “Fundamentación pp. (Col. Religión y Derechos Humanos)
de los Derechos Humanos”, en Anuario Goldman, Robert K., “History and Action:
Universidades. México, 1989, pp. 33-39. The Inter-American Human Rights Sys-
Flores de Sapriza, María del L., “Carac- tem and the Role of the Inter-American
terísticas del Sistema Regional Ameri- Commission on Human Rights”, en Hu-
cano de Protección y Promoción de los man Rights Quarterly. A Comparative
Derechos Humanos”, en Anuario Uni- and International Journal of the Social
versidades. México, 1989, pp. 247-251. Sciences, Humanities, and Law. Balti-
Freeland, Steven, “Derechos Humanos, more, vol. 31, núm. 4, noviembre de
medio ambiente y conflictos: enfrentando 2009, pp. 856-887.
los crímenes ambientales”, en Sur. Re- Gómez Isa, Felipe y Koen de Feyter, edi-
vista Internacional de Derechos Huma- tores, International Human Rights Law
nos. São Paulo, núm. 2, 2005, pp. 121- in a Global Context. Bilbao, Universidad
149. de Deusto, 2009, 973 pp.
Fregoso, Rosa-Linda, “¡Las queremos vi- González Morales, Felipe, “Surgimiento
vas!: la política y cultura de los Derechos y desarrollo del sistema interamericano
Humanos”, en Debate Feminista. Méxi- de Derechos Humanos en un contexto de
co, núm. 39, abril de 2009, pp. 209-243. regímenes autoritarios (1960-1990)”,
Frynas, Jedrzej George y Scott Pegg, edi- en Revista IIDH. San José, Costa Rica,
tores, Transnational Corporations and núm. 46, julio-diciembre de 2007, pp.
Human Rights. Nueva York, Palgrave 123-157.
MacMillan, 2003, xiv, 223 pp. González Morfín, Efraín, “Doctrina social
García Méndez, Emilio, “Origen, sentido cristiana y Derechos Humanos. Dere-
y futuro de los Derechos Humanos: re- cho y obligación de la iglesia de tratar
flexiones para una nueva agenda”, en los Derechos Humanos”, en Jurídica.
Sur. Revista Internacional de Derechos Anuario del Departamento de Derecho
Humanos. São Paulo, núm. 1, 2004, pp. de la Universidad Iberoamericana. Mé-
7-19. xico, núm. 19, 1988-1989, pp. 344-360.
García Soler, León, coordinador, La pa- González Oropeza, Manuel, Constitución
labra y los Derechos Humanos. 2a. y Derechos Humanos. Orígenes del
reimp. México, Comisión Nacional de control jurisdiccional. 2a. ed. México,
los Derechos Humanos, 2010, 217 pp. Porrúa / Comisión Nacional de los De-
Gaviria, Marisol Molestina, “Internet y la pro- rechos Humanos, 2009, 350 pp.
moción de los Derechos Humanos”, en Gonzalez Placencia, Luis, “El nuevo pa-
Revista IIDH. San José, Costa Rica, núm. radigma de la reinserción social desde
47, enero-junio de 2008, pp. 183-203. la perspectiva de los Derechos Huma-
Gelsi Bidart, Adolfo, “Educación y Dere- nos”, en DFensor. México, núm. 10, oc-
chos Humanos”, en Anuario Universi- tubre de 2010, pp. 20-28.
dades. México, 1989, pp. 559-569.
González Placencia, Luis, “Los Derechos US Assault on the International Human
162 Humanos, condición indispensable para Rights Regime”, en Human Rights Re-
el desarrollo social de la juventud”, en view. Dordrecht, vol. 10, núm. 3, sep-
Eugenio Hurtado Márquez
Bibliografía
Inertia and Another Reform”, en Human 2001, xi, 638 pp.
Rights Monitor. Ginebra, núm. 67, 2009, Labardini, Rodrigo, “Orígenes y antece-
pp. 9-31. dentes de Derechos Humanos hasta el
Hunt, Lynn, La invención de los Derechos siglo XV”, en Jurídica. Anuario del De-
Humanos. Barcelona, Tusquets Editores, partamento de Derecho de la Universi-
2009, 288 pp. (Tiempo de Memoria, 76) dad Iberoamericana. México, núm. 19,
Hurwitz, Agnès y Reyko Huang, editores, 1988-1989, pp. 288-324.
Civil War and the Rule of Law. Security, Langford, Malcolm, “Justiciabilidad en el
Development, Human Rights. Boulder, ámbito nacional y los derechos econó-
Colorado, Lynne Rienner Publishers, micos, sociales y culturales: un análisis
2008, x, 351 pp. socio-jurídico”, en Sur. Revista Interna-
“Imprescriptibilidad de los delitos de lesa cional de Derechos Humanos. São Pau-
humanidad”, en Diálogo Jurispruden- lo, núm. 11, diciembre de 2009, pp. 99-
cial. México, núm. 4, enero-junio de 132 (CD).
2008, pp. 1-21. Larrea, Juan José, “Comunicar los Dere-
“Inaugural Session for the Human Rights chos Humanos”, en DIRCOM. Buenos
Council Advisory Committee: Asserting Aires, núm. 75, enero, 2008, pp. 12-15.
its Independent Role”, en Human Rights Li, Xiaorong, Ethics, Human Rights and
Monitor. Ginebra, núm. 66, 2008, pp. Culture. Beyond Relativism and Univer-
53-58. salism. Nueva York, Palgrave MacMi-
International Council on Human Rights llan, 2006, xxii, 274 pp.
Policy, Evaluar la eficacia de las institu- Madigan, Janet Holl, Truth, Politics, and
ciones nacionales de Derechos Huma- Universal Human Rights. Nueva York,
nos. Versoix, Suiza, Oficina del Alto Co- Palgrave MacMillan, 2007, xv, 240 pp.
misionado de las Naciones Unidas para Manokha, Ivan, The Political Economy of
los Derechos Humanos, 2005, 51 pp. Human Rights Enforcement. Nueva
Jaichand, Vinodh, “Estrategias de litigio York, Palgrave MacMillan, 2008, ix, 280
de interés público para el avance de los pp. (Global Ethics Series)
Derechos Humanos en los sistemas do- Márquez García, Rosalinda, “La justi
mésticos de derecho”, en Sur. Revista ciabilidad de los Derechos Humanos
Internacional de Derechos Humanos. laborales de las mujeres y la infancia
São Paulo, núm. 1, 2004, pp. 137-151. en México: caso Walmex”, en DFensor.
Jerbi, Scott, “Business and Human Rights México, núm. 8, agosto de 2010, pp.
an the UN: What Might Happen Next?”, 18-23.
Human Rights Quarterly. A Comparati- Marshall, Jill, Personal Freedom through
ve and International Journal of the So- Human Rights Law? Autonomy, Identi-
cial Sciences, Humanities, and Law. ty and Integrity under the European
Baltimore, vol. 31, núm. 2, mayo de Convention on Human Rights. Leiden,
2009, pp. 299-320. Martinus Nijhoff Publishers, 2009, vii,
Jones, Peris S., AIDS Treatment and Hu- 233 pp. (International Studies in Human
man Rights in Context. Nueva York, Pal- Rights, 98)
grave MacMillan, 2009, xiv, 201 pp. Martínez Báez, Antonio, “Los Derechos
Joseph, Rita, Human Rights and the Un- Humanos en el ámbito del derecho in-
born Child. Leiden, Martinus Nijhoff Pu- ternacional”, en El Foro. México, núm.
blishers, 2009, xviii, 347 pp. especial, 1970, pp. 43-56.
Kelly, Tobias, “The UN Committee Against Martínez Bullé Goyri, Víctor M., “Los De-
Torture: Human Rights Monitoring and rechos Humanos y su fundamentación”,
the Legal Recognition of Cruelty”, en en Anuario Universidades. México,
Human Rights Quarterly. A Comparati- 1989, pp. 107-115.
ve and International Journal of the So- Martínez Cisneros, Germán, “La presun-
cial Sciences, Humanities, and Law. ción de inocencia. De la Declaración
Baltimore, vol. 31, núm. 3, agosto de Universal de los Derechos Humanos al
2009, pp. 777-800. Sistema Mexicano de Justicia Penal”,
en Revista del Instituto de la Judicatura Mills, Kurt, Human Rights in the Emerging
164 Federal. México, núm. 26, 2008, pp. Global Order. A New Sovereignty? Nue-
227-265. va York, Palgrave MacMillan, 1998, ix,
Eugenio Hurtado Márquez
Bibliografía
Humanos de España / Gobierno de Es- Petzold-Pernía, Hermann, “La paz y los
paña, Ministerio de Educación, 2009, Derechos Humanos: algunas conside-
319 pp. (Libros de la Revista Anthropos) raciones sobre la fundamentación ético-
Ollero, Andrés, “La ponderación delimita jurídica de los Derechos Humanos”, en
dora de los Derechos Humanos: libertad Anuario Universidades. México, 1989,
informativa e intimidad personal”, en pp. 135-148.
Pensamiento y Cultura. Bogotá, núm. Pierre Claude, Richard, “Derecho a la
3, diciembre de 2000, pp. 157-166. educación y educación para los Dere-
Oraá, Jaime, La Declaración Universal de chos Humanos”, en Sur. Revista Inter-
Derechos Humanos. Bilbao, Universi- nacional de Derechos Humanos. São
dad de Deusto, 2008, 150 pp. Paulo, núm. 2, 2005, pp. 39-65.
Ordóñez Cifuentes, José Emilio R., “La Pinheiro, Paulo Sérgio, “Sesenta años
cuestión agraria y los Derechos Huma- después de la Declaración Universal:
nos. Aproximación”, en Anuario Univer- navegando las contradicciones”, en
sidades. México, 1989, pp. 253-275. Sur. Revista Internacional de Derechos
Orozco Henríquez, J. Jesús y Juan Car- Humanos. São Paulo, núm. 9, diciem-
los Silva Adaya, Los Derechos Huma- bre, 2008, pp. 77-85.
nos de los mexicanos. 3a. ed. 5a. reimp. Pinto, Mónica, “Los Derechos Humanos
México, Comisión Nacional de los De- desde la dimensión de la pobreza”, en
rechos Humanos, 2010, 89 pp. Revista IIDH. San José, Costa Rica,
Ortiz Escamilla, Juan y María Eugenia núm. 48, julio-diciembre de 2008, pp.
Terrones López, coords., Derechos del 43-62.
hombre en México durante la Guerra Piovesan, Flavia, “Derechos sociales, eco-
Civil de 1810. México, Comisión Nacio- nómicos y culturales y derechos civiles
nal de los Derechos Humanos / Institu- y políticos”, en Sur. Revista Internacio-
to Mora, 2009, 269 pp. nal de Derechos Humanos. São Paulo,
Ortiz Treviño, Rigoberto Gerardo, “La núm. 1, 2004, pp. 21-47.
Declaración Universal de Derechos Hu- “Plan estratégico 2010-2013 Relatoría para
manos, los primeros 60 años”, en De- la Libertad de Expresión y Atención a
rechos Humanos México. Revista del Defensoras y Defensores de Derechos
Centro Nacional de Derechos Huma- Humanos”, en DFensor. México, núm.
nos. México, núm. 10, 2009, pp. 11-27. 7, julio de 2010, pp. 28-34.
Ortiz Treviño, Rigoberto, El Ministro José Plascencia Villanueva, Raúl, La Comi-
María Lozano. Luchador incansable por sión Nacional de los Derechos Huma-
los Derechos Humanos. México, Supre- nos, los homicidios y las desapariciones
ma Corte de Justicia de la Nación, 2007, de mujeres en Ciudad Juárez (1993-
100 pp. (Episodios y Personajes del Po- 2009). México, Comisión Nacional de
der Judicial de la Federación, 10) los Derechos Humanos, CENADEH,
Palacios, Elizabeth, “Entrevista a Luis 2009, 507 pp.
González Placencia. Nueva etapa en la Plascencia Villanueva, Raúl, “Conferen-
CDHDF. Mismo compromiso con los De- cia: perspectivas de los Derechos Hu-
rechos Humanos”, en DFensor. México, manos en la segunda década del siglo
núm. 11, noviembre de 2009, pp. 26-29. XXI. Febrero 11 del 2010”, en Dignitas.
Pedroza de la Llave, Susana Thalía y Revista del Centro de Estudios de la
Omar García Huante, comps, Compila- Comisión de Derechos Humanos del
ción de instrumentos internacionales de Estado de México. Toluca, núm. 11, ene-
Derechos Humanos firmados y ratifica- ro-marzo de 2010, pp. 39-46.
dos por México 1921-2003. 2a. reimp. Platts, Mark, “¿Quiénes tienen Derechos
México, Comisión Nacional de los De- Humanos?”, en Isonomía. Revista de
rechos Humanos, 2010, 2 vols. Teoría y Filosofía del Derecho. México,
Pereira Anabalón, Hugo, “La protección núm. 33, octubre de 2010, pp. 125-145.
de los Derechos Humanos por la Corte Ponce Esteban, María Enriqueta, “Los
Interamericana de Derechos Humanos”, Derechos Humanos de las personas
adultas mayores, sesenta años de evo- núm. 3, julio-diciembre de 2007, pp.
166 lución”, en Jurídica. Anuario del Depar- 269-288.
tamento de Derecho de la Universidad Robles Benítez, Rita Marcela, Aldo Reyes
Eugenio Hurtado Márquez
Bibliografía
miliar y los Derechos Humanos. 2a. ed. Penal. Interpretación y Análisis Jurídico.
2a. reimp. México, Comisión Nacional de México, núm. 19, noviembre de 2009,
los Derechos Humanos, 2010, 305 pp. pp. 52-59.
Ruiz Chiriboga, Oswaldo, “El derecho a Soroeta Liceras, Juan, “La posición de la
la identidad cultural de los pueblos in- Unión Europea en el conflicto del Sahara
dígenas y las minorías nacionales: una Occidental, una muestra palpable (más)
mirada desde el Sistema Interamerica- de la primacía de sus intereses econó-
no”, en Sur. Revista Internacional de micos y políticos sobre la promoción de
Derechos Humanos. São Paulo, núm. la democracia y de los Derechos Huma-
5, diciembre de 2006, pp. 43-69. nos”, en Revista de Derecho Comunita-
Salmón G., Elizabeth, “El largo camino de rio Europeo. Madrid, núm. 34, septiem-
la lucha contra la pobreza y su esperan- bre-diciembre de 2009, pp. 823-864.
zador encuentro con los Derechos Huma Souto Galván, Esther, Intolerancia reli-
nos”, en Sur. Revista Internacional de giosa, Derechos Humanos y post-con-
Derechos Humanos. São Paulo, núm. flicto. Madrid, Dykinson, 2009, 268 pp.
7, diciembre de 2007, pp. 155-187. Stammers, Neil, Human Rights and Social
Sánchez-Cordero Grossmann, Jorge E., Movements. Londres, Pluto Press,
“Promoting Human Rights as an Interna- 2009, x, 286 pp.
tional Policy for World Peace”, en Mexican Tagle Martínez, Martha Angélica, “Los
Law Review. México, vol. 1, núm. 2, ene- Derechos Humanos de las mujeres:
ro-junio de 2009, pp. 111-128. igualdad, especificidad, paridad y erra-
Sarkin, Jeremy, “La consolidación de los dicación de la violencia de género”, en
reclamos de reparaciones por violacio- Nueva Visión Socialdemócrata. México,
nes de los Derechos Humanos en el núm. 13, julio-septiembre de 2008, pp.
sur”, en Sur. Revista Internacional de 57-71.
Derechos Humanos. São Paulo, núm. Tai, Benny YT, “The Hong Kong Ombuds-
1, 2004, pp. 71-135. man and Human Rights Protection Re-
Saruwatari Zavala, Garbiñe, “Origen del visited”, en Asia Pacific Law Review.
concepto de generaciones futuras en el Hong Kong, vol. 17, núm. 1, 2009, pp.
derecho internacional de los Derechos 95-114.
Humanos”, en Derechos Humanos Mé- Takahashi, Saul, “Drug Control, Human
xico. Revista del Centro Nacional de los Rights, and the Right to the Highest
Derechos Humanos. México, núm. 10, Attainable Standard of Health: By No
2009, pp. 29-56. Means Straightforward Issues”, en Hu-
“Security Council and Human Rights in man Rights Quarterly. A Comparative
2008”, en Human Rights Monitor. Gine- and International Journal of the Social
bra, núm. 66, 2008, pp. 101-111. Sciences, Humanities, and Law. Balti-
Serra Rojas, Andrés, “La consideración more, vol. 31, núm. 3), agosto de 2009,
contemporánea de los Derechos Hu- pp. 748-776.
manos”, en El Foro. México, núm. es- Tarodo Soria, Salvador e Irina Alejandra
pecial, 1970, pp. 21-42. Junieles Acosta, coordinadores, Dere-
Shetty, Salil, “Declaración y objetivos de chos Humanos, minorías culturales y
Desarrollo del Milenio: oportunidades religiosas en Colombia y en España.
para los Derechos Humanos”, en Sur. Bilbao, Servicio Editorial de la Univer-
Revista Internacional de Derechos Hu- sidad del País Vasco, 2009, 237 pp.
manos. São Paulo, núm. 2, 2005, pp. Thompson, R. J., “Human Rights: The Key
7-21. to Progressive Cross-Movement Buil-
Short, Katherine, “De la Comisión al Con- ding in the United States”, en Human
sejo: ¿las Naciones Unidas han logrado Rights Brief. Washington, vol. 16, núm.
crear un órgano de Derechos Humanos 1, otoño de 2008, pp. 11-15.
confiable?”, en Sur. Revista Internacio- Tirado, Erubiel, “Lucha anticrimen y De-
nal de Derechos Humanos. São Paulo, rechos Humanos: falso dilema autori-
núm. 9, diciembre de 2008, pp. 169-196. tario”, en AZ. Revista de Educación y
Cultura. México, núm. 26, octubre de Internacional de Derechos Humanos.
168 2009, pp. 64. São Paulo, núm. 1, 2004, pp. 49-69.
Torre Rangel, Jesús Antonio de la, “El Villán Durán, Carlos, “Luces y sombras
Eugenio Hurtado Márquez
reconocimiento del otro: raíz de una del nuevo Consejo de Derechos Huma-
concepción integral e histórica de los nos de las Naciones Unidas”, en Sur.
Derechos Humanos”, en Anuario Mexi- Revista Internacional de Derechos Hu-
cano de Historia del Derecho. México, manos. São Paulo, núm. 5, diciembre
núm. 6, 1994, pp. 263-273. de 2006, pp. 7-17.
Tullio, Ángel A., “Fundamentación de los Villán Durán, Carlos, “Las quejas indivi-
Derechos Humanos”, en Anuario Uni- duales ante el Comité de Derechos Hu-
versidades. México, 1989, pp. 79-84. manos: competencia, admisibilidad y
U nited N ations . C entre for H uman jurisprudencia”, en Revista Iberoame-
Rights, United Nations Action in the ricana de Derechos Humanos. México,
Field of Human Rights. Nueva York, Uni- núm. 4, 2009, pp. 145-175.
ted Nations, 1994, xi, 417 pp. Walsh, Janet y Marianne Mollmann, “Hu-
United Nations. High Commissioner for man Rights and Access to Abortion”, en
Human Rights, International Covenant Revista Iberoamericana de Derechos
on Civil and Political Rights. Selected Humanos. México, núm. 3, 2009, pp.
Decisions of the Human Rights Commi 127-160.
ttee under the Optional Protocol. Nueva Weatherley, Robert, The Discourse of
York, United Nations, 2005, 194 pp. Human Rights in China. Historical and
Valverde Garcés, José Manuel, “Derechos Ideological Perspectives. Nueva York,
Humanos y justicia en comunidades in- Palgrave, 1999, viii, 185 pp.
dígenas de Méjico”, en Jurídica. Anua- Wilson, Richard A., editor, Human Rights,
rio del Departamento de Derecho de la Culture and Context. Anthropological
Universidad Iberoamericana. México, Perspectives. Londres, Pluto Press,
núm. 26, 1996, pp. 603-617. 1997, viii, 227 pp. (Anthropology, Cul-
Vargas Carreño, Edmundo, “Normativa de ture and Society)
los Derechos Humanos”, en Anuario Uni- Yunes, Fernando Miguel, “La dignidad de
versidades. México, 1989, pp. 153-167. la persona, fundamento de los Dere-
Vázquez Camacho, Santiago José, “De- chos Humanos en la concepción de la
rechos Humanos de los migrantes: Iglesia Católica”, en Anuario Universi-
perspectiva global desde la dimensión dades. México, 1989, pp. 153-167.
de la pobreza”, en Revista IIDH. San Zovatto G., Daniel, “Reflexiones en torno
José, Costa Rica, núm. 48, julio-diciem- al derecho internacional de los Dere-
bre, 2008, pp. 291-318. chos Humanos”, en Anuario Universi-
Vélez R., Humberto, «Universidad, demo- dades. México, 1989, pp. 277-307.
cracia y Derechos Humanos», en Anua- Zwaak, Leo F., “Effectiveness and fulfill-
rio Universidades. México, 1989, pp. ment of the judgements on human
597-610. rights: the experience of the European
Vilhena Vieira, Oscar y A. Scott DuPree, System”, en Revista IIDH. San José,
“Reflexión sobre la sociedad civil y los Costa Rica, núm. 46, julio-diciembre,
Derechos Humanos”, en Sur. Revista 2007, pp. 331-385.
Nuevas adquisiciones
N uevas adquisiciones
Nuevas adquisiciones
[2009], 484 pp. (Tratados y Manuales) Bureau Veritas, Manual para la formación
342.06 / B544d / 26338 en medio ambiente. [Valladolid], Lex
Bernuz Beneitez, María José, coord., El Nova, Bureau Veritas, [2008], 807 pp.
cine y los derechos de la infancia. Va- Tab. Gráf. Il.
lencia, Titant lo Blanch, Huri-Age. Con- 304.2 / B972m / 26456
solider-Ingenio 2010, 2009, 210 pp. Cacace, Marina, Mujeres jóvenes y femi-
(Cine Derecho, 30) nismo. Valores, cultura y comportamien-
323.4054 / B554c / 26280 tos frente a frente. [Madrid], Narcea,
Blanc Altemir, Antonio, ed., El proceso [2006], 221 pp. (Col. Mujeres)
de reforma de las Naciones Unidas. La 305.4 / C128m / 26245
dimensión institucional y el manteni- Cachón, L. y M. Laparra, eds., Inmigración
miento de la paz y la seguridad interna- y políticas sociales. [Barcelona], Edi-
cionales. [Madrid], Universitat de Lleida, cions Bellaterra, [2009], 381 pp. Tab.
Tecnos, Asociación para las Naciones Gráf. (Serie: General Universitaria, 94)
Unidas en España, [2009], 419 pp. 325.1 / I56 / 26430
341.73 / P942 / 26530 Caine, Barbara y Glenda Sluga, Género e
Blanchard Giménez, Mercedes, Estíbaliz historia. Mujeres en el cambio sociocul-
Muzás Rubio, Acoso escolar. Desarro- tural europeo, de 1780 a 1920. [Madrid],
llo, prevención y herramientas de tra- Narcea, [2000], 212 pp. (Col. Mujeres)
bajo. [Madrid], Narcea, [2007], 111 pp. 305.4 / C152g / 26239
(Col. Materiales 12/16 para Educación Calderón Cuadrado, Ma. Pia y José Luis
Secundaria. Orientación y Tutoría) Iglesias Buhigues, coords., El espacio
371.58 / B684a / 26224 europeo de libertad, seguridad y justicia.
Blanco Carrasco, Marta, Mediación y Avance y derechos fundamentales en
sistemas alternativos de resolución de materia procesal. [Navarra], Arazadi,
conflictos. Una visión jurídica. Madrid, Thomson Reuters, [2009], xiii, 391 pp.
Reus, 2009, 399 pp. (Col. Mediación y (Col. Monografías Aranzadi, 572)
Resolución de Conflictos) 345.05 / C162e / 26394
341.58 / B658m / 26457 Calero Fernández, Ma. Ángeles, Sexis-
Boladeras, Margarita, coord., Ciudadanía mo lingüístico. Análisis y propuestas
y Derechos Humanos. Gobernanza y ante la discriminación sexual en el len-
pluralismo. [Barcelona], Horsori, [2009], guaje. [Madrid], Narcea, [s. a.], 206 pp.
98 pp. (Cuadernos para el Análisis, 28) (Col. Mujeres)
323.4 / B756c / 26283 401 / C164s / 26255
Bonet Pérez, Jordi y Víctor M. Sánchez, Calvo Caravaca, Alfonso-Luis y Javier
dirs., Los Derechos Humanos en el siglo Carrascosa González, Derecho inter-
XXI: continuidad y cambios. [Barcelo- nacional privado. Granada, [Comares],
na], Huygens, 2008, 444 pp. (Col. Lex 2009, 2 vols.
Académica) 340.9 / C174d / 26353-54
323.4 / D548 / 26367 Calvo Ortega, Rafael, Estado social y
Booth, Chris, Jane Darke y Susan Yean- participación asociativa. [Navarra], Ci-
dle, eds., La vida de las mujeres en las vitas, Thomson Reuters, [2009], 202 pp.
ciudades. La ciudad, un espacio para (Cuadernos Civitas)
el cambio. [Madrid], Narcea, [s. a.], 238 342.02946 / C174e / 26402
pp. (Col. Mujeres) Cárdenas Lorenzo, Laura, Comunicación
305.4 / V66 / 26257 y construcción de ciudadanía. Aportes
Boron, Atilio, Estado, capitalismo y demo- para el desarrollo. [Madrid], Catarata,
cracia en América Latina. Hondorribia, [2009], 157 pp. (Serie: Desarrollo y Coo-
Hiru, 2008, 543 pp. (Col. Pensar, 19) peración, 299)
321.4 / B828e / 26400 302.23 / C256c / 26286
Breines, Ingeborg, Dorota Gierycz y Betty Carrasco Jiménez, Pedro, Análisis masi-
A. Reardon, Mujeres a favor de la paz. vo de datos y contraterrorismo. Valen-
Hacia un programa de acción. Madrid,
cia, Tirant lo Blanch, 2009, 254 pp. Fig. Cockburn, Cynthia, Mujeres ante la gue-
174 (Tirant Monografías, 645) rra. Desde donde estamos. [Barcelona],
323.448 / C276a / 26273 Icaria, Antrazyt, [2009], 366 pp. (Muje-
Centro de Documentación y Biblioteca
Nuevas adquisiciones
344.04 / M582d / 26492-26494 les Básicos Colex)
Comisión Nacional de los Derechos 342.02946 / C666 / 26293
Humanos, Los excluidos de la globali- Cortina, Adela y Gustavo Pereira, eds.,
zación. 3a. reimp. México, Comisión Pobreza y libertad. Erradicar la pobreza
Nacional de los Derechos Humanos, desde el enfoque de las capacidades
2010, 112 pp. (Ciclo de Conferencias y de Amartya Sen. [Madrid], Tecnos,
Mesas Redondas “Globalización y De- [2009], 290 pp. Cuad. (Ventana Abierta)
rechos Humanos”. Fascículo 2) 362.5 / P654 / 26522
305.4 / M582e / 26474-76 Costa, Pietro y Benito Aláez Corral, Na-
Comisión Nacional de los Derechos cionalidad y ciudadanía. Madrid, Fun-
Humanos, Manual de Derechos Huma- dación Coloquio Jurídico Europeo,
nos: conceptos elementales y consejos [2008], 128 pp.
prácticos. 3a. reimp. México, Cadenas 323.6 / C762n / 26466
Humanas, Comisión Nacional de los De Cubillo López, Ignacio José, La protec-
rechos Humanos, 2010, 90 pp. Il. ción de testigos en el proceso penal.
323.472 / M582m / 26498-500 [Navarra], Civitas, Thomson Reuters,
Comisión Nacional de los Derechos [2009], 261 pp. (Monografías)
Humanos, Mecanismos de protección a 347.066 / C938p / 26540
los Derechos Humanos. 3a. reimp. Mé- Dahrendorf, Ralf, La libertad a prueba.
xico, Comisión Nacional de los Derechos Los intelectuales frente a la tentación
Humanos, 2010, 164 pp. (Ciclo de Con- totalitaria. [Madrid], Trotta, [2009], 219
ferencias y Mesas Redondas “Globaliza- pp. (Col. Estructuras y Procesos. Serie
ción y Derechos Humanos”. Fascículo 9) Ciencias Sociales)
323.4 / M582m / 26486-88 323.44 / D134l / 26446
Comisión Nacional de los Derechos Hu- Damián Moreno, Juan, El derecho y su
manos, Terrorismo y política internacio- garantía jurisdiccional (Estudios y co-
nal. 3a. reimp. México, Comisión Na- mentarios de derecho procesal). Ma-
cional de los Derechos Humanos, 2010, drid, Reus, 2009, 319 pp. (Col. Derecho
59 pp. (Ciclo de Conferencias y Mesas Procesal)
Redondas “Globalización y Derechos 345.05 / D156d / 26362
Humanos”. Fascículo 7) Delclòs, Jaume, coord., Agua, un derecho
303.62 / M582t / 26480-82 y no una mercancía. Propuestas de la
Concepción Rodríguez, José Luis, De- sociedad civil para un modelo público
recho de daños. [Barcelona], Bosch, de agua. [Barcelona], Ingeniería sin
[2009], 512 pp. fronteras, Icaria, [2009], 253 pp. (Eco-
340.112 / C646d / 26345 logía Humana, 103)
Conde Antequera, Jesús, Lenguaje ad- 346.046 / D442a / 26271
ministrativo y derecho: el lenguaje como Delgado Gil, Andrés, Delitos cometidos
aspecto de la actividad administrativa por funcionarios públicos: negociacio-
(Propuestas para un uso eficaz del len- nes prohibidas, actividades incompati-
guaje administrativo por el personal de bles y uso indebido de secreto o infor-
las administraciones públicas). [Nava- mación privilegiada. Valencia, Tirant lo
rra], Aranzadi, Thomson Reuters, Blanch, 2008, 318 pp. (Tirant Monogra-
[2009], 305 pp. (Col. Monografías Aran- fías, 607)
zadi, 597) 350.99 / D448d / 26325
350 / C652l / 26444 Díaz Barrado, Cástor M. y Carlos R. Fer-
Conde Colmenero, Pilar, El acoso laboral nández Liesa, coords., Conflictos arma-
en el empleo publico. Actualizada con- dos y medios de comunicación: aspec-
forme a la Ley 7/2007, de 12 de abril, del tos jurídicos y periodísticos. [Madrid],
Estatuto Básico del Empleado Público. Universidad Rey Juan Carlos, Dykin-
Granada, [Comares], 2009, 285 pp. son, [2009], 159 pp. (Ciencias Jurídicas
(Col. Trabajo y Seguridad Social, 36) y Sociales, 113)
344.01 / C652a / 26265 341.65 / D682c / 26291
Díaz Crego, María, Protección de los de- ción social. Análisis de las políticas so-
176 rechos fundamentales de la Unión Eu- bre drogas y sobre la educación para el
ropea y en los Estados miembros. Ma- desarrollo. [Oviedo], KRK ediciones,
Centro de Documentación y Biblioteca
drid, Reus, 2009, 336 pp. (Col. Derecho [2009], 212 pp. (Col. Alternativas. Serie:
Constitucional) Doctorado de Estudios de la Mujer, 30)
323.4094 / D682p / 26539 305.49 / F386g / 26414
Díaz Velázquez, Eduardo et al., Las per- Fernández, Encarnación, ¿Estados fallidos
sonas inmigrantes con discapacidad o Estados en crisis? Granada, [Coma
en España. [Madrid, Gobierno de Es- res], 2009, 183 pp. (Biblioteca Comares
paña, Ministerio de Trabajo e Inmigra- de Ciencia Jurídica. Col. Filosofía, De-
ción, Observatorio Permanente de la recho y Sociedad, 19)
Inmigración, s. a.], 272 p. Tab. Gráf. (Do- 320.1 / F386e / 26401
cumentos del Observatorio Permanen- Fernández, Isabel, Prevención de la vio-
te de la Inmigración, 20) lencia y resolución de conflictos. El cli-
362.4 / D682p / 26516 ma escolar como factor de calidad. 6a.
Díez-Picazo, Luis María, La naturaleza de ed. Madrid, Narcea, [s. a.], 225 pp. (Col.
la Unión Europea. [Navarra], Civitas, Educación Hoy)
Thomson Reuters, [2009], 217 pp. (Mo- 371.58 / F386p / 26252
nografías) Ferrajoli, Luigi, Garantismo. Debate so-
341.242 / D716n / 26467 bre el derecho y la democracia. 2a. ed.
Dinan, Susan E. y Debra Meyers. eds., Mu- [Madrid], Trotta, [2009], 132 pp. (Col.
jeres y religión en el Viejo y el Nuevo Estructuras y Procesos. Serie Derecho)
Mundo, en la Edad Moderna. [Madrid], 340.1 / F397g / 26412
Narcea, [2002], 278 pp. (Col. Mujeres) Ferrajoli, Luigi, Sobre los derechos fun-
305.4 / M952 / 26247 damentales y sus garantías. 4a. reimp.
Escobar Roca, Guillermo, dir., Defenso- México, Comisión Nacional de los De-
rías del Pueblo en Iberoamérica. [Pam- rechos Humanos, 2010, 49 pp.
plona], Ministerio de Asuntos Exteriores 323.4 / F392s / 26567-69
y de Cooperación, Caecid, Defensor del Fiore, Pascuale, De la irretroactividad e
Pueblo, Tomson, Aranzadi, [2008], 387 interpretación de las leyes. Estudio crí-
pp. (Col. Monografías Aranzadi, 550) tico y de legislación comparada. 4a. ed.
323.4 / D384 / 26323 [Madrid, Reus, 2009], 525 pp. (Col. Clá-
Espartero Casado, Julián, coord., Intro- sicos del Derecho)
ducción al derecho del deporte. 2a. ed. 345 / F512d / 26304
corregida y aumentada. [Madrid], Dy- Fonseca Morales, Gema María, La ano-
kinson, [2009], 546 pp. malía o alteración psíquica como exi-
796.01 / E86i / 26436 mente o atenuante de la responsabili-
Ettorre, Elizabeth, Mujeres y alcohol. dad criminal. [Madrid], Dykinson, [2009],
¿Placer privado o problema público? 324 pp. (Monografías de Derecho Pe-
[Madrid], Narcea, [s. a.], 188 pp. (Col. nal, 14)
Mujeres) 345.04 / F662a / 26275
305.4 / E94m / 26246 Fyfe, Alec, El movimiento mundial contra
Everingham, Christine, Maternidad: auto- el trabajo infantil. Avances y dirección
nomía y dependencia. Un estudio des- futura. [Madrid, Gobierno de España,
de la psicología. [Madrid], Narcea, Ministerio de Trabajo e Inmigración, OIT,
[1997], 184 pp. (Col. Mujeres) 2009], 138 pp. Gráf. (Col. Informes
306.87 / E96m / 26241 OIT, 84)
Fernández Nieto, Josefa, La aplicación 331.31 / F998m / 26461
judicial europea del principio de propor- Galindo, Fernando y Aires José Rover,
cionalidad. Madrid, Universidad Rey eds., Derecho, gobernanza y tecnolo-
Juan Carlos, Dykinson, 2009, 323 pp. gías de la información en la sociedad
(Ciencias Jurídicas y Sociales, 112) del conocimiento. [Zaragoza], Prensas
323.4 / F386a / 26276 Universitarias de Zaragoza, LEFIS, AE-
Fernández Rodríguez, María Aránzazu CID, [2009], 298 pp. (LEFIS Series, 7)
y Ana Gabriela Fernández Saavedra, 343.0999 / D548 / 26363
Género, políticas públicas e interven-
Gálvez Muñoz, Luis A., El derecho de voto García Mínguez, Jesús, La educación en
de los discapacitados y otras personas personas mayores. Ensayos de nuevos 177
vulnerables. Teoría, crítica y práctica. caminos. Madrid, Narcea, [2004], 234
Nuevas adquisiciones
Valencia, Tirant lo Blanch, Ediciones de pp. (Col. Narcea Constitucional)
la Universidad de Murcia, 2009, 192 pp. 305.26 / G248e / 26228
(Monografías, 636) García Soler, León, coord., La palabra y
362.4 / G166d / 26349 los Derechos Humanos. 2a. reimp. Mé-
Garberí Llobregat, José, Los medios de xico, Comisión Nacional de los Dere-
prueba en la Ley de Enjuiciamiento Ci- chos Humanos, 2010, 217 pp.
vil. [Barcelona], Bosch, [2009], 506 pp. 323.4 / G248p / 26504-06
(Col. Práctica Jurídica). Incluye CD- García Vitoria, Ignacio, La libertad de
ROM: formularios, esquemas, jurispru- empresa: ¿un terrible derecho? Madrid,
dencia, normativa. Centro de Estudios Políticos y Consti-
345.06 / G244m / 26458 tucionales, 2008, xxiii, 325 pp. (Col. Es-
García Aburuza, María Paz, La protección tudios Constitucionales)
a la familia desde los procesos matri- 658 / G248l / 26447
moniales. [Navarra], Aranzadi, Thom- García, Alejandro, ed., Los crímenes de
son Reuters, [2009], 260 pp. (Col. Mo- Estado y su gestión. Dos experiencias
nografías Aranzadi Derecho Civil, 574) postraumáticas y una aproximación a
346.015 / G248p / 26537 la justicia penal internacional. [Madrid],
García Añón, José, ed., Los estudios de Catarata, [2009], 198 pp. (Col. Investi-
derecho en Europa: Alemania, Francia, gación y Debate, 33)
Italia, Reino Unido e Irlanda. [s. l.], Uni- 323.4 / C866 / 26299
versitat de València, 2008, 215 pp. García-Blázquez Pérez, Manuel y Cris-
(Educació. Informes i Dossiers, 6) tina Mara García-Blázquez Pérez, Nue-
340.1 / E93 / 26404 vo manual de valoración y baremación
García Dauder, Silvia, Psicología y femi- del daño corporal (Especialmente con-
nismo. Historia olvidada de mujeres pio- cebido para jueces, fiscales y aboga-
neras en psicología. [Madrid], Narcea, dos). 17a. ed. Granada, [Comares],
[2005], 191 pp. (Col. Mujeres) 2010, xx, 485 pp. (Biblioteca Comares
305.43015 / G248p / 26253 de Ciencia Jurídica)
García de Enterría, Eduardo, Democra- 345 / G248n / 26508
cia, jueces y control de la administra- García-Mina Freire, Ana, Desarrollo del
ción. 6a. ed. [Navarra], Thomson, Civi- género en la feminidad y la masculini-
tas, [2009], 346 pp. dad. [Madrid], Narcea, [2003], 125 pp.
321.4 / G248d / 26330 (Col. Mujeres)
G arcía G onzález , M. Nieves y Sonia 305.42 / G248d / 26235
Núñez Puente, coords., Actas del Se- Garrido Gómez, Ma. Isabel, La igualdad
minario sobre tratamiento informativo en el contenido y en la aplicación de la
de la violencia de género. [Madrid], Uni- ley. [Madrid], Dykinson, [2009], 346 pp.
versidad Rey Juan Carlos. Servicio de (Col. Derechos Humanos y Filosofía del
publicaciones, Dykinson, [s. a.], 146 pp. Derecho)
(Actas, 13) 323.42 / G284i / 26426
305.42 / G248a / 26266 George, Robert P., Entre el derecho y la
García Lastra, Marta, Adelina Calvo Sal- moral. [Navarra], Aranzadi, Thomson
vador y Teresa Susinos Rada, eds., Las Reuters, [2009], 287 pp. (The Global
mujeres cambian la educación. Inves- Law Collection. Legal Studies Series)
tigar la escuela, relatar la experiencia. 340.1 / G414e / 26391
[Madrid], Narcea, [2008], 286 pp. (Col. Gil Gil, Alicia, La justicia de transición en
Mujeres) España. De la amnistía a la memoria
305.4 / M952 / 26243 histórica. [Barcelona], Atelier, [2009],
García Mexía, Pablo, Derecho europeo 173 pp. (Col. Justica Penal, 19)
de internet. Hacia la autonomía acadé- 341.552 / G476j / 26441
mica y la globalidad geográfica. [La Co- Gil Ruiz, Juana María, Los diferentes ros-
ruña], Netbiblo, [2009], xxix, 288 pp. tros de la violencia género. Ensayo ju-
343.445 / G248d / 26351 rídico a la luz de la Ley Integral (L.O.
1/2004, de 28 de diciembre) y la Ley de González Granda, Piedad, Régimen ju-
178 Igualdad (L.O. 3/2007, de 22 de marzo). rídico de protección de la discapacidad
[Madrid], Dykinson, [2007], 250 pp. (Col. por enfermedad mental. Madrid, Reus,
Centro de Documentación y Biblioteca
Monografías de Derecho Penal, 11) 2009, 254 pp. (Col. Derecho Procesal)
305.4 / G476d / 26379 362.4 / G614r / 26554
Gimbernat Ordeig, Enrique, Estado de González Lagier, Daniel, Emociones, res-
Derecho y ley penal. [Madrid], La Ley, ponsabilidad y derecho. Madrid, Marcial
[2009], 271 pp. (Temas La Ley) Pons, 2009, 158 pp. (Col. Filosofía y
174.24 / G482e / 26399 Derecho)
Giraudo, Laura, ed., Derechos, costum- 340.1 / G614e / 26387
bres y jurisdicciones indígenas en la González Moreno, Beatriz, coord., Polí-
América Latina contemporánea. Madrid, ticas de igualdad y derechos fundamen-
Centro de Estudios Políticos y Consti- tales. Valencia, Universidade de Vigo,
tucionales, 2008, xv, 316 pp. (Cuader- Asociación Interdisciplinar de Derecho
nos y Debates, 191) Público, Tirant lo Blanch, 2009, 409 pp.
323.11 / D548 / 26370 (Tirant Monografías, 655)
Gómez Isa, Felipe y Koen de Feyter, eds., 323.42 / G614p / 26525
International Human Rights law in a Glo- González Navarro, Francisco, La digni-
bal Context. Bilbao, University of Deus- dad del hombre y el acoso psíquico en
to, 2009, 973 pp. el trabajo que se presta en una admi-
341.481 / I61 / 26432 nistración pública. [Navarra], Civitas,
Gómez Rivero, Ma. del Carmen, Ma. Isa- Thomson Reuters, [2009], 224 pp. (Mo-
bel Martínez González y Elena Núñez nografías)
Castaño, coords., Nociones fundamen- 344.01 / G614d / 26380
tales de derecho penal. Parte general. González-Varas Ibáñez, Alejandro, De-
[Madrid], Tecnos, [2010], 519 pp. recho y conciencia en las profesiones
345 / G582n / 26507 sanitarias. [Madrid], Dykinson, [s. a.],
Gómez Rivero, Ricardo, Los Magistrados 263 pp. (Col. Dykinson-Constitucional)
del Primer Constitucionalismo. [Nava- 174.2 / G614d / 26360
rra], Thomson, Aranzadi, [2009], 252 pp. Gonzalo, Jaime, Poder Freak. Una cróni-
347.014 / G582m / 26454 ca de la contracultura. [España, Discos
Gómez Villora, José María, coord., Pro- Crudos, 2009], 186 pp. (Col. Privada)
tocolos sobre violencia de género. Guía 306.446 / G614p / 26523
sistemática sobre actuación ante los Grande Yáñez, Miguel, coord., Indepen-
Juzgados de Violencia sobre la Mujer y dencia judicial: problemática ética. [Ma-
en los procedimientos de violencia de drid], Dykinson, [s. a.], 240 pp.
género. Valencia, Tirant lo Blanch, 2009, 347.014 / G712i / 26428
270 pp. (Protocolos) Gregorio Gil, Carmen, Migración feme-
305.42 / G582p / 26547 nina. Su impacto en las relaciones de
Gómez, Valeriano, ed., La reforma laboral género. [Madrid], Narcea, [s. a.], 285
en España. [Madrid], Biblioteca Nueva, pp. (Col. Mujeres)
Fundación José Ortega y Gasset, 325.1 / G764m / 26232
[2009], 181 pp. Cuad. Gráf. (Col. Los Gudín Rodríguez-Magariños, Faustino,
Papeles de la Ortega, 12) El Estado de derecho frente a la tortura.
344.01 / R326 / 26550 Luces y sombras en la lucha jurídica por
G onzález de la P eña , María del Val, la dignidad del hombre. Valencia, Tirant
coord., Mujer y cultura escrita. Del mito lo Blanch, 2009, 259 pp. (Tirant Mono-
al siglo XXI. [Gijón], Ediciones Trea, [s. grafías, 638)
a.], 313 pp. (Biblioteconomía y Adminis- 364.67 / G876e / 26398
tración Cultural, 117) Güell Peris, Sonia, coord., La privatiza-
305.4 / G614m / 26262 ción del uso de la fuerza armada. Polí-
González del Valle, José María, Derecho tica y derecho ante el fenómeno de las
canónico matrimonial. Según el Código “empresas militares y de seguridad pri-
de 1983. 11a. ed. Pamplona, Eunsa, vadas”. [Barcelona], Bosch Editor, 2009,
[2009], 195 pp. (Tratados y Manuales) 260 pp.
234.165 / G614d / 26340 355.02 / G878p / 26526
Guerrero Palomares, Salvador, La im- Jaquenod de Zsögön, Silvia, Derecho am-
parcialidad objetiva del juez penal. Aná- biental. Los desafíos del cambio global: 179
lisis jurisprudencial y valoración crítica. ocho cuestiones clave. [Madrid], Dykin-
Nuevas adquisiciones
[Navarra], Arazandi, Thomson Reuters, son, [2009], 259 pp.
[2009], 201 pp. (Col. Monografías Aran- 344.046 / J22d / 26339
zadi, 594) Jellinek, Georg, La Declaración de los De-
347.014 / G892i / 26427 rechos del Hombre y del Ciudadano.
Henry, Sue, Jean East y Cathryne Sch- Granada, Comares, 2009, xxxviii, 148
mitz, coords,, Trabajo social con grupos. pp. (Biblioteca Comares de Ciencia Ju-
Modelos de intervención. 2a. ed. Ma- rídica. Col. Crítica del Derecho. Sec-
drid, Narcea, [2006], 245 pp. (Narcea ción: Arte del Derecho, 91)
Sociocultural) 341.481 / J36d / 26321
361 / H39t / 26258 Jiménez Díaz, María José, coord., La ley
Hernández Fernández, Abelardo, El ho- integral. Un estudio multidisciplinar.
nor, la intimidad y la imagen como de- [Madrid], Dykinson, [s. a.], 541 pp.
rechos fundamentales. [Madrid], Colex, 305.42 / J53l / 26445
2009, 1142 pp. Jiménez Piernas, Carlos, Introducción al de-
323.448 / H43h / 26421 recho internacional público. Práctica es-
Herrera Campos, Ramón y María José pañola. [Madrid], Tecnos, [2009], 514 pp.
Cazorla, coords., Agricultura transgéni- 341 / J53i / 26437
ca y medio ambiente. Perspectiva legal. Jiménez Soto, Ignacio, Derechos y debe-
Madrid, Universidad de Almería, Gobier- res en la comunidad universitaria. Ma-
no de España, Ministerio de Ciencia e drid, Marcial Pons, 2009, 219 pp.
Innovación -Grupo de Investigación I+D 378 / J53d / 26369
2003/06437-, 2009, 350 pp. (Col. de De- Jornadas de Estudio ALAI (19-20 de ju-
recho de las Nuevas Tecnologías) nio de 2006, Barcelona), Derecho de
631.523 / H44a / 26269 autor y libertad de expresión: actas de
Herrera Gómez, Manuel, Configurando las Jornadas de Estudio ALAI = Droit
la sociedad civil. [Navarra], Cátedra d’Auteur et Liberté d’Expression: Actes
Garrigues. Universidad de Navarra, des Journés d’Étude ALAI. Madrid, Hu-
Universidad Católica Silva Henriquez, ygens, ALAI, [2008], 801 pp. Incluye
Thomson, Aranzadi, [2009], 244 pp. CD-ROM.
(The Global Law Collection. Lecture 323.443 / J72d / 26343
Series) Kölling, Mario, coord., Gestión del agua
301 / H44c / 26288 y descentralización política: Conferen-
Hierro Hierro, Francisco Javier, Proble- cia Internacional de Gestión del Agua
mas de coordinación de la asistencia en Países Federales y Semejantes a
sanitaria en el derecho europeo. [Ma- los Federales. Zaragoza 9-11 de julio
drid, Ministerio de Trabajo e Inmigra- de 2008. [Navarra], Fundación Manuel
ción, Subdirección General de Informa- Giménez Abad de Estudios Parlamen-
ción Administrativa y Publicaciones, s. tarios y del Estado Autonómico, Gobier-
a.], 324 pp. (Col. Seguridad Social, 33) no de Aragón, Instituto Aragonés del
344.04 / H49p / 26527 Agua, Forum Federations, Aranzadi,
Hobsbawm, Eric, Guerra y paz en el siglo Thomson Reuters, [2009], 605 pp. Map.
XXI. Barcelona, Crítica, [2009], 205 pp. Cuad.
(Biblioteca de Bolsillo, 134) 346.046 / K74g / 26415
341.73 / H62g / 26418 Kury, Helmut y Alfonso Serrano Maíllo,
Illán Fernández, José María, La prueba eds., Punitividad y victimación en la ex-
electrónica, eficacia y valoración en el periencia contemporánea. Estudios.
proceso civil. Nueva oficina judicial, co- [Madrid], Dykinson, 2009, 318 pp. Tab.
municaciones telemáticas (LEXNET) y Gráf. (Estudios de Criminología y Polí-
el expediente judicial electrónico: aná- tica Criminal, 17)
lisis comparado legislativo y jurispru- 364 / K96p / 26549
dencial. [Navarra], Aranzadi, Thomson Lameiras Fernández, María y María Vic-
Reuters, [2009], 495 pp. Tab. toria Carrera Fernández, Educación se-
345.06 / I39p / 26548 xual. De la teoría a la práctica. [Madrid],
Ediciones Pirámide, [2009], 271 pp. Tab. López-Almansa Beaus, Elena, Contra el
180 Fig. (Col. Ojos Solares. Sección Desa- hambre: derecho a la alimentación y ré-
rrollo) gimen internacional de ayuda alimen-
Centro de Documentación y Biblioteca
Nuevas adquisiciones
Carlos, Dykinson, [2009], 134 pp. Cuad. 362.82 / M414m / 26465
(Ciencias Jurídicas y Sociales, 116) Méda, Dominique, El tiempo de las muje-
306 / M358p / 26520 res. Conciliación entre vida familiar y
Martín Contreras, Luis, Derecho a la profesional de hombres y mujeres. [Ma-
asistencia jurídica gratuita. [Barcelona], drid], Narcea, [2002], 141 pp. (Col. Mu-
Bosch, [2009], 462 pp. Incluye CD-ROM jeres)
con modelos y casos prácticos, esque- 331.4 / M456t / 26256
mas y normativa reguladora de los de- Meléndez Morillo-Velarde, Lourdes,
rechos y honorarios de abogados y pro- coord., Discriminación por razón de
curadores. sexo y acoso desde una perspectiva la-
345.01 / M358d / 26334 boral comparada. [Madrid], Universidad
Martínez de Miguel López, Silvia y An- Rey Juan Carlos, Dykinson, [2009], 193
drés Escarbajal de Haro, Alternativas pp. (Actas, 18)
socioeducativas para las personas ma- 344.01 / M492d / 26381
yores. [Madrid], Dykinson, [2009], 251 Meléndez Morillo-Velarde, Lourdes,
pp. (Manuales) coord., Prontuario de jurisprudencia so-
305.26 / M362a / 26272 cial del Tribunal Europeo de Derechos
Martínez Martínez, Faustino, El pensa- Humanos (1975-2009). [Navarra], Aran-
miento liberal de Benito Juárez en la zadi, Thomson Reuters, [2009], 1366
historia de los Derechos Humanos. 2a. pp. (Col. Grandes Tratados Aranzadi)
reimp. México, Comisión Nacional de 323.4094 / M492p / 26532
los Derechos Humanos, 2010, 35 pp. México. Comisión Nacional de los De-
320.513 / M362p / 26564-66 rechos Humanos, Acoso. Políticas an-
Martínez Sanz, Fernando y Ma. Victoria tiinmigrantes en Estados Unidos. Mé-
Petit Lavall, dirs., Estudios de derecho xico, Comisión Nacional de los
aéreo: aeronave y liberalización. Ma- Derechos Humanos, 2009, 87 pp.
drid, Marcial Pons, Centro de Derecho 325.1 / M582a / 26315-17
del Transporte Internacional, 2009, 454 México. Comisión Nacional de los De-
pp. (Derecho del Transporte) rechos Humanos, Campaña Nacional
343.097 / E93 / 26403 de Promoción y Difusión de los Dere-
Martínez Ten, Amparo y Carmen García chos Fundamentales de las Mujeres
Marín, Jugando en paz. Propuestas Trabajadoras. Algunos Aspectos de la
para jugar en libertad y sin violencia. Violencia de Género: el Caso de la Mu-
[Madrid, Narcea, Consejería de Educa- jer Trabajadora. 2a. reimp. México, Co-
ción, 2005], 95 pp. (Col. Guías para la misión Nacional de los Derechos Hu-
Formación) manos, 2009, 83 pp.
155.4 / M362j / 26227 305.49 / M582c / 26312-14
Martínez Usarralde, María Jesús y Ra- México. Comisión Nacional de los De-
faela García López, Análisis y práctica rechos Humanos, Comisión Nacional
de la medición intercultural desde crite- de los Derechos Humanos. 20 Aniver-
rios éticos. Valencia, Tirant lo Blanch, sario 1990-2010. México, Comisión Na-
2009, 157 pp. (Márgenes psicología cional de los Derechos Humanos, 2010,
+Pedagogía) 150 pp.
303.69 / M362a / 26274 323.40972 / M582c / 26318-20
Matia Portilla, Francisco Javier, dir., Es- México. Comisión Nacional de los De-
tudios sobre el Tratado de Lisboa. Gra- rechos Humanos, Constitución Políti-
nada, Instituto de Estudios Universitarios ca de los Estados Unidos Mexicanos.
(UVa), [Comares], 2009, xv, 161 pp. (Bi- Texto vigente. 15a. ed. México, Comi-
blioteca Comares de Ciencia Jurídica) sión Nacional de los Derechos Huma-
342.0294 / E93 / 26407 nos, 2010, 319 pp. Actualizada hasta el
Matud, Ma. Pilar, Vanesa Padilla y Ana Be- 27 de abril de 2010
lén Gutiérrez, Mujeres maltratadas por 342.02972 / M582c / 2010 / 26468-70
su pareja. Guía de tratamiento psicoló-
Miguel Bércena, Josu de, El Consejo de Morillas Fernández, Marta y Abigail Que-
182 la Unión Europea. Poder normativo y sada Páez, coords., La protección del
dimensión organizativa. [Navarra], menor en las rupturas de pareja. [Na-
Centro de Documentación y Biblioteca
Nuevas adquisiciones
305.4 / N53g / 26413 Universitaria, 96)
Nicolson, Paula, Poder, género y organi- 305.49 / O74a / 26277
zaciones. ¿Se valora a la mujer en la Ordeñana Gezuraga, Ixusko, La concilia
empresa? [Madrid], Narcea, [1997], 224 ción y la mediación en cuanto instrumen
pp. (Col. Mujeres) tos extrajurisdiccionales para solventar
331.4 / N53p / 26250 el conflicto laboral. Granada, [Coma-
Nieva Fenoll, Jordi, Jurisdicción y proce- res], 2009, 318 pp. (Col. Trabajo y Se-
so. Estudios de ciencia jurisdiccional. guridad Social, 42)
Madrid, Marcial Pons, 2009, 983 pp. 344.01 / O58c / 26287
345.05 / N56j / 26440 Orozco Henríquez, J. Jesús y Juan Car-
Norris, Pippa, Derecha radical. Votantes los Silva Adaya, Los Derechos Huma-
y partidos políticos en el mercado elec- nos de los mexicanos. 3a. ed. 5a. reimp.
toral. [Madrid], Akal, [2009], 383 pp. México, Comisión Nacional de los De-
(Akal Universitaria. Serie: Ciencia Po- rechos Humanos, 2010, 89 pp.
lítica, 287) 323.4972 / O68d / 2010 / 26501-03
324.2 / N82d / 26358 Ortega Álvarez, Luis, Gregorio Cámara
Núñez, Paloma y Javier Espinosa, coord., Villar y José Antonio Montilla Martos,
Filosofía y política en el siglo XXI. Eu- coords., Reformas Estatutarias y decla-
ropa y el nuevo orden cosmopolita. [Ma- raciones de derechos. Sevilla, Instituto
drid], Akal, [2009], 381 pp. (Akal / Nues- Andaluz de Administración Pública,
tro Tiempo, 11) 2008, 832 pp. (Estudios)
341.482 / N95f / 26411 323.40946 / O71r / 26553
Obando, Jorge A., Reformas del proceso Pappé, Ilan, La limpieza étnica de Palesti-
penal y seguridad ciudadana en Ibe- na. Barcelona, Crítica, [2009], 414 pp.
roamérica. Valencia, Tirant lo Blanch, (Memoria Crítica)
Conferencia de Ministros de Justicia de 956.9405 / P212l / 26451
los Países Iberoamericanos (COMJIB), Pardo López, Magnolia, Magistratura pro-
2009, 1260 pp. fesional (las claves francesas del Poder
345.05 / O12r / 26552 Judicial). Valencia, Ediciones de la Uni-
Obarrio Moreno, Juan Alfredo, El proce- versidad de Murcia, Tirant lo Blanch,
so por contumacia. Origen, pervivencia 2009, 318 pp. (Tirant Monografías, 630)
y recepción. [Madrid], Dykinson, [2009], 347.014 / P216m / 26455
357 pp. (Col. Monografías de Derecho Parés, Marc, coord., Participación y cali-
Romano. Sección: Ius Commune, 3) dad democrática. Evaluando las nuevas
345 / O12p / 26531 formas de democracia participativa.
Ollé Sesé, Manuel, Luis Acebal Monfort [Barcelona], Ariel, [2009], 471 pp. Tab.
y Nuria García Sanz, coords., Derecho Gráf. (Ciencia Política)
internacional de los Derechos Huma- 321.4 / P218p / 26514
nos: su vigencia para los Estados y para París Albert, Sonia, Filosofía de los con-
los ciudadanos. [Barcelona], Anthropos, flictos. Una teoría para su transformación
Asociación Pro Derechos Humanos de pacífica. [Barcelona], Icaria, Antrazyt, [s.
España, Gobierno de España, Ministe- a.], 183 pp. (Paz y Conflictos, 296)
rio de Educación, [2009], 319 pp. (Libros 303.6 / P222f / 26410
de la Revista Anthropos) Pascual Marina, Antonia V., Clarificación
341.481 / O43d / 26352 de valores y desarrollo humano. Estra-
Olmo Fernández-Delgado, Leopoldo, El tegias para la escuela. Madrid, Narcea,
descubrimiento y revelación de secretos [1995], 206 pp. (Col. Educación Hoy)
documentales y de las telecomunica- 121.8 / P246c / 26233
ciones. Estudio del Artículo 197.1o. del Payne, Richard J., La cultura de la violen-
Código Penal. [Madrid], Dykinson, cia de EE.UU. Choques con culturas
[2009], 255 pp. (Monografías de Dere- distantes. [Castellón], Ellago Ediciones,
cho Penal, 15) [2009], 355 pp. (Col. Las Islas, 19)
323.448 / O41d / 26374 303.62 / P314c / 26301
Pedroza de la Llave, Susana Thalía y [2009], 382 pp. (Serie: General Univer-
184 Omar García Huante, comps, Compila- sitaria, 93)
ción de instrumentos internacionales de 306.8 / P492e / 26390
Centro de Documentación y Biblioteca
Nuevas adquisiciones
Derechos Humanos y Filosofía del De- tercultural. [Madrid], Dykinson, [2009],
recho) 214 pp.
340.11 / R498j / 26439 325.1 / R674i / 26431
Rivas Nieto, Pedro, Doctrina de seguridad Romero Coloma, Aurelia María, El inte-
nacional y regímenes militares en Ibe- rrogatorio del imputado y la prueba de
roamérica. [Alicante], Editorial Club Uni- confesión. Madrid, Reus, 2009, 143 pp.
versitario, [s. a.], 251 pp. 345.01 / R744i / 26434
355.03 / R622d / 26383 Rosillo Martínez, Alejandro, Los Dere-
Roa, Jairo, Desarrollo y liberación política, chos Humanos desde el pensamiento
económica y religión. [Madrid], Dykin- de Ignacio Ellacuría. [Madrid], Dykin-
son, [2009], 287 pp. (Serie: Religión y son, [2009], 302 pp. (Serie: Religión y
Derechos Humanos) Derechos Humanos)
303.44 / R636d / 26371 323.4 / R776d / 26366
Robles Morchón, Gregorio, La justicia Rossilli, Marigrazia, ed., Políticas de gé-
en los juegos. Dos ensayos de teoría nero en la Unión Europea. [Madrid],
comunicacional del derecho. [Madrid], Narcea, [2001], 277 pp. (Col. Mujeres)
Trotta, [2009], 94 pp. (Mínima Trotta) 305.4 / P688 / 26251
340.1 / R648j / 26442 Rovetta Klyver, Fernando, El descubri-
Rodés Mateu, Adrià, El derecho a un pro- miento de los Derechos Humanos. [Ma-
ceso sin dilaciones indebidas: estudio drid], IEPALA, [2009], 495 pp. (Col. Pro-
de su configuración constitucional y de blemas Internacionales, 33)
su restablecimiento en el ordenamien- 323.4 / R836d / 26373
to jurídico español. [Barcelona], Atelier, Rubio Carracedo, José, José María Ro-
[2009], 195 pp. (Col. Derecho y Admi- sales y Manuel Toscano Méndez, dirs.,
nistración, 11) Democracia, ciudadanía y educación.
345 / R664d / 26337 [Madrid], Akal, Universidad Internacional
Rodríguez Cabrero, Gregorio, Carlos de Andalucía, [2009], 394 pp. (Sociedad,
García Serrano y Luis Toharia, Evalua- Cultura y Educación, 27)
ción de las políticas de empleo para per- 321.4 / D494 / 26329
sonas con discapacidad y formulación Rubio Lara, Pedro Ángel, Derecho penal
y coste económico de nuevas propues- y seguridad ciudadana. Madrid, Centro
tas de integración laboral. [Madrid], Cer- de Estudios Superiores de Especialida-
mi, Telefónica, Ediciones Cinca, [2009], des Jurídicas (CESEJ), 2009, 174 pp.
107 pp. (Col. Telefónica Accesible, 9) 345.05 / R878d / 26357
362.4 / R674e / 26408 Ruiz Carbonell, Ricardo, La violencia fa-
Rodríguez de Almeida, María Goñi y Silvia miliar y los Derechos Humanos. 2a. ed.
Meseguer Velasco, coords., Enseñar de- 2a. reimp. México, Comisión Nacional de
recho en el siglo XXI. Una guía práctica los Derechos Humanos, 2010, 305 pp.
sobre el grado en derecho. [Navarra], 362.88 / R924v / 26561-63
Villanueva Centro Universitario, Facultad Sabido Rodríguez, Mercedes, La protec-
de Derecho UCM, Aranzadi, Thomson ción del trabajador en sucesiones inter-
Reuters, [2009], 390 pp. (Col. Monogra- nacionales de empresas. [Navarra],
fías Aranzadi, 571) Aranzadi, Thomson Reuters, [2009], 291
340.1 / R674e / 26389 pp. (The Global Law Collection. Legal
Rodríguez Fernández, Ignacio, Demoli- Studies Series)
ción por delito. El restablecimiento de 331.2596 / S118p / 26544
la legalidad urbanística en la vía penal. Sáenz de Pipaón y Mengs, Javier y Javier
Granada, [Comares], 2009, xiv, 164 pp. Sáenz de Pipaón y del Rosal, La ciudad,
(Biblioteca Comares de Ciencia Jurídi- objeto de protección penal. Acerca del
ca. Col. Estudios de Derecho Procesal llamado delito urbanístico. [Madrid], La
Penal, 24) Ley, [2009], 305 pp. (Temas La Ley)
307 / R674d / 26332 307.30946 / S152c / 26282
S ánchez F erriz , Remedio, El Estado Simón Rodríguez, Elena, Democracia vi-
186 constitucional. Configuración histórica tal. Mujeres y hombres hacia la plena
y jurídica: organización funcional. Va- ciudadanía. 2a. ed. [Madrid], Narcea,
Centro de Documentación y Biblioteca
lencia, Tirant lo Blanch, 2009, 589 pp. [2002], 222 pp. (Col. Mujeres)
(Manuales) 305.4 / S734d / 26234
342.02946 / S336e / 26396 Simón Rodríguez, María Elena, Hijas de
Sánchez González, Santiago, coord., En la igualdad, herederas de injusticias.
torno a la igualdad y a la desigualdad. [Madrid], Narcea, [2008], 246 pp. (Col.
[Madrid], Dykinson, [s. a.], 257 pp. Mujeres)
323.42 / S336e / 26388 305.4 / S734h / 26240
Sartori, Giovanni, La democracia en trein- Skrobanek, Siriporn, Nattaya Boonpakdi
ta lecciones. [Madrid], Taurus, [2008], y Chutima Janthakeero, Tráfico de mu-
150 pp. (Col. Pensamiento, 30) jeres. Realidades humanas en el nego-
321.4 / S468d / 26327 cio internacional del sexo. [Madrid], Nar-
Seminario, “Aplicación de la Ley 11/2007, cea, [1997], 174 pp. (Col. Mujeres)
de 22 de Junio, de Acceso Electróni 341.77 / S766t / 26259
co de los Ciudadanos a los Servicios Smith, Peter H., La democracia en Améri-
Públicos”, La protección de datos en la ca Latina. Madrid, Instituto de Estudios
administración electrónica. [Navarra], Latinoamericanos, Universidad de Al-
Aranzadi, Thomson Reuters, Agencia calá, Marcial Pons, 2009, 315 pp.
Española de Protección de Datos, 321.4 / S784d / 26328
[2009], 274 pp. Solé, Carlota, Sònia Parella y Leonardo
323.448 / S612p / 26534 Cavalcanti, coords., Nuevos retos del
Seminario, “Protección de Datos de Salud, transnacionalismo en el estudio de las
Investigación e Información Sanitaria”, migraciones. [Madrid, Ministerio del Tra-
Protección de datos e investigación mé- bajo e Inmigración, Subdirección Ge-
dica. [Navarra], Aranzadi, Thomson neral de Información Administrativa y
Reuters, Agencia Española de Protec- Publicaciones, s. a.], 246 pp. (Docu-
ción de Datos, [2009], 170 pp. mentos del Observatorio Permanente
614 / S612p / 26535 de la Inmigración, 19)
Seminario, “Receta Electrónica”, El derecho 325.1 / S832n / 26509
a la protección de datos en la historia Soroeta Liceras, Juan, ed., Conflictos
clínica y la receta electrónica. [Navarra], actuales en el mundo árabe e islámico.
Aranzadi, Thomson Reuters, Agencia [Gipuzkoa], Universidad del País Vasco,
Española de Protección de Datos, Servicio Editorial, [2008], 230 pp. (Col.
[2009], 402 pp. de Derecho, 29), Cursos de Derechos
614 / S612d / 26536 Humanos de Donostia-San Sebastián,
Seoane Pinilla, Julio, Juan Carlos Mou- vol. IX.
gán y Juan Carlos Lago Bornstein, La 323.4 / C982 / 26289
democracia como un estilo de vida. [Ma- S osa W agner , Francisco y Mercedes
drid], Siglo XXI, [2009], xvi, 382 pp. Fuertes, Conversaciones sobre la jus-
321.4 / S622d / 26326 ticia, el derecho y la universidad (Entre-
Serna, Pedro, dir., De la argumentación vistas a diez maestros). Madrid, Marcial
jurídica a la hermenéutica. Revisión crí- Pons, 2009, 157 pp. Fot.
tica de algunas teorías contemporá- 378.12 / S848c / 26298
neas. [Granada], Comares, 2005, 316 Souto Galván, Esther, Intolerancia religio-
pp. (Biblioteca Comares de Ciencia Ju- sa, Derechos Humanos y post-conflicto.
rídica. Col. Filosofía, Derecho y Socie- [Madrid], Dykinson, [2009], 268 pp.
dad, 4) 261.72 / S862i / 26435
340.01 / A762 / 26303 Taillerfer de Haya, Lidia, ed., Orígenes
Serrano Alberca, José Manuel, El dere- del feminismo. Textos ingleses de los
cho de propiedad, la expropiación y la siglos XVI-XVIII. [Madrid], Narcea,
valoración del suelo. 3a. ed. [Navarra], [2008], 252 pp. (Col. Mujeres)
Aranzadi, Thomson Reuters, [2009], 305.4 / O63 / 26248
605 pp. (Col. Monografías Aranzadi, 27) Tansey, Geoff y Tasmin Rajotte, ed., El
346.0432 / S634d / 26347 control futuro de los alimentos. Guía de
las negociaciones y reglas internacio- rámide, [2009], 190 pp. Tab. (Col. Psi-
nales sobre la propiedad intelectual, la cología) 187
biodiversidad y la seguridad alimentaria. 305.26 / P424 / 26518
Nuevas adquisiciones
Madrid, Ediciones Mundi-Prensa, Cen- Train, Alan, Agresividad en niños y niñas.
tro Internacional de Investigaciones Ayudas, tratamiento, apoyos en la fa-
para el Desarrollo, 2009, 312 pp. Cuad. milia y en la escuela. 2a. ed. Madrid,
346.0482 / C672 / 26297 Narcea, [2004], 187 pp. (Col. Educación
Tarodo Soria, Salvador e Irina Alejandra Hoy. Serie: Educación-Especial)
Junieles Acosta, coords., Derechos Hu- 155.232 / T754a / 26230
manos, minorías culturales y religiosas Vallés, Antonio, dir., La protección del me-
en Colombia y en España. [Bilbao], Ser- nor. Valencia, Universidad Cardenal
vicio Editorial de la Universidad del País Herrera (CEU), Tirant lo Blanch, 2009,
Vasco, [s. a.], 237 pp. 470 pp.
262.72 / T286d / 26368 323.4054 / P944 / 26543
Tello, Rosa y Héctor Quiroz, eds., Ciudad Vázquez-Pastor Jiménez, Lucía, La cons-
y diferencia. Género, cotidianeidad y trucción de la ciudadanía del menor de
alternativas. [Barcelona], Edicions Be- edad. Valencia, Tirant lo Blanch, 2009,
llaterra, [2009], 288 pp. (Serie: General 422 pp. (Tirant Monografías, 619)
Universitaria, 97) 323.4054 / V37c / 26294
305.49 / C476 / 26281 Vega Fuente, Amando, La acción social
Telo Núñez, María, Mi lucha por la igual- ante las drogas. Propuestas de inter-
dad jurídica de la mujer. [Navarra], Ara- vención socioeducativa. Madrid, Nar-
zandi, Thomson Reuters, [2009], 262 pp. cea, [1993], 229 pp.
305.4 / T166m / 26459 364.157 / V41a / 26229
Tomás Morales, Susana de, coord., Las ope Vera, Carlos, Paloma Valverde y Esther
raciones de mantenimiento de la paz y el Sanz, eds., Iraq bajo ocupación. Des-
derecho internacional humanitario. [Ma- trucción de la identidad y la memoria.
drid], Ministerio de Defensa, Secretaría [Madrid], Ediciones del Oriente y del
General de Política de Defensa, Direc- Mediterráneo, [2009], 299 pp. Il. (Col.
ción General de Relaciones Institucio- Encuentros, 9)
nales, Dykinson, [2009], 277 pp. 956.7043 / I68 / 26438
341.73 / T622o / 26512 Verdera Server, Rafael, Jesús Estruch
Tomillo Urbina, Jorge y Joaquín Cayón Estruch y Luz Martínez Velencoso,
de las Cuevas, dirs., La protección jurí- coords., Esquemas de derecho civil.
dica del paciente como consumidor. Se- Derecho de daños. [Navarra], Aranzadi,
lección de intervenciones en el I y II En- Thomson Reuters, [2009], 433 pp.
cuentro Interautonómico sobre 340.112 / V54e / 26344
Protección Jurídica del Paciente como Vigara Tauste, Ana María, dir., De igual-
Consumidor. [Navarra], Aranzadi, dad y diferencias: diez estudios de gé-
Thomson Reuters, Gobierno de Canta- nero. [Madrid], Huerga y Fierro Editores,
bria, Consejería de Sanidad, Universi- 2009, 317 pp. (Col. Huerga y Fierro, 53)
dad Internacional Menéndez Pelayo 305.49 / I37 / 26302
(UIMP), [2010], 372 pp. (Col. Grandes Vilà Baños, Ruth, Comunicación intercul-
Tratados Aranzadi, 599) tural. Materiales para secundaria. [Ma-
344.04 / P944 / 26545 drid], Ministerio de Educación y Ciencia,
Torquemada Sánchez, María Jesús, De- Narcea, [2007], 124 pp. Il. (Col. Materia-
recho y medio ambiente en la baja Edad les 12/16 para Educación Secundaria)
Media castellana. [Madrid], Dykinson, 370.196 / V69c / 26231
[s. a.], 124 pp. Viroli, Maurizio, De la política a la razón
344.046 / T676d / 26361 de Estado. La adquisición y transforma-
Touza Garma, Carmen, dir., Personas ma- ción del lenguaje político (1250-1600).
yores en riesgo. Detección del maltrato [Madrid], Akal, [2009], 367 pp. (Akal Uni-
y la autonegligencia. [Madrid], Univer- versitaria. Serie: Historia Moderna, 289)
sitat de les Illes Balears, Ediciones Pi- 320.09 / V85d / 26305
Weber, Max, La objetividad del conoci- Wolf, Naomi, Cómo se destruye una de-
188 miento en la ciencia social y en la polí- mocracia: carta de advertencia a un jo-
tica social. [Madrid], Alianza Editorial, ven patriota sobre el fin de América: una
Centro de Documentación y Biblioteca
[2009], 200 pp. (Libro de Bolsillo. Cien- llamada a la acción del ciudadano. [Pon-
cias Sociales. Sociología, 3814) tevedra, España], Ellago Ediciones,
300 / W36o / 26510 [2009], 261 pp. (Col. Las Islas, 21)
321.4 / W77c / 26284
Nuevas publicaciones
N uevas publicaciones
Enero-abril,
2011
[ 191 ]
192