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Tema 3 Filosofía

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1. Las ciencias y filosofías de las ciencias.

Las ciencias son el conjunto de enunciados universales, producidos por la actividad


científica, que presenta la característica distintiva de regirse por la racionalidad.
Dependiendo del tipo de ciencia del que se hable esa racionalidad se distinguen las
ciencias formales y las experimentales (ciencias sociales y naturales).
Las ciencias formales son la matemática y la lógica. No tienen como objeto de estudio
seres empíricos, utilizan únicamente el método deductivo para obtener sus leyes y se
expresan en enunciados a priori.
Las ciencias experimentales, en cambio, utilizan en sus procedimientos el experimento.
Dentro de estas, las ciencias sociales son las que se ocupan del ser humano en tanto
que es específicamente humano; las naturales se ocupan del estudio científico de
cualquier otro ente natural.
La característica fundamental de las ciencias experimentales es que se producen
utilizando un método canónico, denominado método científico, y que tiene como
característica principal su replicabilidad. Esta posibilita que cualquier investigador
obtenga los mismos resultados sobre el mismo fenómeno. La replicabilidad es
producida por el consenso entre los científicos.
El conocimiento científico se agrupa en teorías científicas, que es un conjunto
coherente y económico de definiciones y afirmaciones que tiene como finalidad
explicar y predecir el mayor número de hechos pertenecientes al dominio del que se
ocupa la teoría.
El análisis de los principios y métodos de la ciencia es labor de la epistemología. Se
considera que el objetivo de la ciencia es explicar la realidad a través de leyes científicas
y con ello poder predecirla.
Es posible distinguir dos corrientes epistemológicas:
▪ El realismo epistemológico, que considera que las leyes científicas son
enunciados verdaderos que describen como se comporta realmente el mundo.
Durante el siglo XX han destacado dos posiciones: el neopositivismo de Carnap y
el falsacionismo popperiano.
▪ El antirrealismo epistemológico, que considera que las leyes científicas no son
enunciados que describan cómo es realmente el mundo, no son enunciados
verdaderos o falsos, y como mucho serían válidos o inválidos para el fin
propuesto. Destacan el instrumentalismo y el relativismo.
2. Neopositivismo y falsacionismo.
El neopositivismo (verificacionismo, inductivismo o positivismo lógico), mantiene una
serie de afirmaciones que lo caracterizan:
▪ La primera es que la ciencia debe comenzar por una observación libre de
prejuicios teóricos sobre los hechos del mundo que se concreta en los enunciados
observacionales, consiguiendo de esta manera una base firme y segura de
enunciados verdaderos desde la que fundamentar la ciencia.
▪ La segunda es que, desde esa base de conocimientos y a través de la inducción,
se pasaría a formular cuáles son las leyes científicas verdaderas.
▪ La tercera mantiene que el progreso científico se caracterizaba por ser
acumulativo y continuo; y así podríamos ir incrementando nuestro conocimiento
de las leyes de la naturaleza.
Los principales neopositivistas fueron Carnap (1891-1970) y Otto Neurath (1882-1945).
El falsacionismo (cuyo máximo representante fue Carl Popper, que vivió de 1902 a
1993) coincide con el neopositivismo en que la ciencia intenta obtener el conjunto de
leyes científicas verdaderas con el cual poder explicar y predecir el mundo, pero no
acepta ninguna de sus tres tesis:
▪ Respecto a la primera, afirma que no hay observación libre de prejuicio. No es
posible establecer de modo aislado la verdad de los enunciados observacionales.
▪ Respecto al uso de la inducción, afirma que no se ha resuelto el problema de la
inducción señalado por Hume (1711-1776), de manera que no es posible utilizarla
para establecer la verdad de las leyes científicas (se puede dar el caso de que en
el futuro alguna de las leyes se revele falsa).
Aunque las leyes científicas no se pueden verificar sí se pueden falsar, es decir,
llegar a demostrar que son falsa (en el caso que lo sea).
El conocimiento científico no es más que el conjunto de leyes científicas que hasta el
momento no se hemos sido capaces de falsar.
Para los falsacionistas, la actividad esencial del científico sería doble. Por un lado,
intentaría proponer teorías que representen cómo es la realidad para después intentar
demostrar a través de observaciones y experimentos que su teoría es falsa, es decir,
intentará falsarla.
El progreso científico no consistiría en la acumulación de teorías, sino en la sustitución
de unas por otras en un proceso que aumenta paulatinamente la verosimilitud del
conocimiento científico.
3. Instrumentalismo orteguiano.

José Ortega y Gasset→ 1883-1955


Los instrumentalistas consideran, contra lo afirmado por los neopositivistas y
falsacionistas, que las leyes y términos científicos que conforman la ciencia no describen
cómo es realmente el mundo, y por eso no son enunciados verdaderos. En vez de eso
son instrumentos útiles para predecir y explicar el comportamiento del mundo, pero no
representan como es realmente este.
Las leyes científicas introducen en sus enunciados términos teóricos de los que no hay
ni puede haber experiencia alguna. Mientras que el realista epistemológico infiere la
existencia real de tales entidades teóricas por la eficacia de la ley, el instrumentalismo
reconoce la eficacia de la ley sin, por ello, inferir la existencia de entidad teórica alguna.
Para el instrumentalismo la ciencia es una actividad racional, con un propósito
importante: predecir y explicar la realidad, pero no describir cómo es realmente esta. La
forma de funcionar de la ciencia, según el instrumentalismo, es:
▪ Trascribir los hechos de los que tenemos experiencia en ese vocabulario de
términos teóricos cuantificables, como masa, temperatura, fuerza, etc.
▪ Introducir los valores de los términos cuantificados en la ley científica pertinente
al tema que se está tratando.
▪ Se opera y se obtiene una predicción en terminología científica.
▪ Se traduce la predicción científica a términos de experiencia.
▪ Se comprueba la eficacia de la predicción.
4. Relativismo I (de Feyerabend).
Paul Feyerabend→ 1924-1994
Los llamados relativistas (por tener en común su relativismo epistemológico) consideran
que en la última instancia la ciencia no es una actividad más racional que la religión o el
mito. La ciencia sólo es una ideología que utilizando la “racionalidad” intenta
desacreditar otras alternativas explicativas como las anteriores; sin embargo, la ciencia
no tiene más legitimidad racional.
El progreso científico no se produce por el triunfo de las ideas más razonables, sino por
una lucha de intereses, poderes e influencias que sólo tienen como fin imponer la propia
concepción ideológica como la única válida.
Entre los argumentos en los que el relativismo se apoya destacan dos, el que señala la
infradeterminación de las teorías, y el que afirma la inconmensurabilidad de los
ejemplares paradigmáticos.
▪ Lo que la infradeterminación de las teorías afirma es que una misma colección de
hechos, por extensa que sea, puede explicarse con la misma eficacia desde
múltiples y antagónicas teorías; por ello, no ocurre que los hechos sean los que
determinen cual es la teoría correcta.
Los hechos solo permitirían descartar entre posibles alternativas teóricas (sin
llegar a determinar cuál es la teoría correcta).
Así, el relativista concluye que si los hechos no descartan las teorías es que no lo
hace un procedimiento racional, sino uno ideológico que enmascara intereses
tras la aparente objetividad de la ciencia.

▪ Los ejemplares paradigmáticos son los principios de una rama científica en


concreto. Como tales, condicionan una serie de elementos epistemológicos de la
rama científica en concreto, entre los que se encuentra el modo en que se
orientará la percepción y comprensión de los hechos.
También son los responsables de qué elementos se modulan como problemas a
explicar por la teoría científica regida por el ejemplo paradigmático.
5. Relativismo II (de Kuhn).
Thomas Kuhn→ 1922-1996
La actividad científica habitual es la que se desarrolla bajo la influencia de un ejemplar
paradigmático dominante, se denomina ciencia normal y consiste en explicar las
anomalías que pueden surgir. Una anomalía es un hecho que no encaja con lo que las
leyes científicas establecidas a partir del propio ejemplar paradigmático predicen que
debería ocurrir.
En ocasiones ocurre que las anomalías se multiplican, haciendo que la investigación
científica quede suspendida, porque los científicos no son capaces de explicar, desde
el ejemplo paradigmático que manejan, la mayoría de los problemas que se abren ante
ellos. En esos momentos es cuando se abre un periodo denominado ciencia
revolucionaria, en el que algunos investigadores se cuestionan la validez del propio
ejemplo paradigmático y proponen otros alternativos.
El nuevo ejemplar paradigmático explicará todos los hechos (o la mayoría) desde un
punto de vista distinto. A partir de que varios científicos orienten su actividad desde
ese nuevo ejemplar paradigmático, se produce una alternativa al antiguo que puede
triunfar e imponérsele.
Actualmente se considera de modo generalizado que es la noción de ejemplar
paradigmático la que clarifica la noción de progreso científico.
Si se analiza la historia de la ciencia se observa que el progreso científico no consiste
en la acumulación paulatina y continua de leyes científicas; más bien ocurre que la
ciencia progresa a “saltos” de ejemplar paradigmático. En cada uno de esos saltos se
declara falso (casi) todo el conocimiento que había acumulado el ejemplo
paradigmático anterior. Una vez establecido el nuevo, el científico va acumulando
leyes bajo el supuesto de validez de ese paradigma hasta que uno nuevo descarta al
anterior.
A partir del concepto de ejemplar paradigmático, los relativistas establecen su
argumento de la inconmensurabilidad de los ejemplares paradigmáticos (es decir, que
son incompatibles). Este argumento señala que si los ejemplos paradigmáticos dicen
cómo hay que ver y entender la realidad, entonces dados dos distintos no se dispondría
de ningún procedimiento racional para poder compararlos entre sí, ya que se refieren
a realidades distintas.
Newton (física mecánica del S. XVII)
Ejemplos paradigmáticos
Schrödinger + Dirac (microfísica y electrónica)
incompatibles
Einstein (macrofísica → mecánica gravitatoria estelar)
6. El objetivo de la ciencia.
El comienzo de la actividad científica se encuentra en la aparición de un problema, y
por problema pueden entenderse dos conceptos:
▪ Una anomalía, es decir, un hecho que entra en contradicción con lo que
deberíamos observar en la experiencia si nuestras teorías fueran ciertas.
▪ La aparición de un suceso que, no siendo contradictorio con nuestras teorías,
no puede ser explicado desde ellas.
A partir de la constatación inicial de un problema, se puede iniciar un proceso de
investigación que consiga explicarlo deshaciendo así su categoría de problema.
El procedimiento a través del que la ciencia trata de explicar presenta características
distintivas.
▪ Antes de explicar, la ciencia establece la validez de ciertos enunciados
universales que denomina leyes.
▪ La segunda característica es que para establecer la validez de esos enunciados
utiliza un procedimiento que se diferencia de otros por ser racional.
▪ La tercera es que debido al uso de esos enunciados universales en sus
explicaciones consigue explicar no sólo los hechos pasados y presentes, sino
también los futuros; es decir, su capacidad de predecir.
Por ello, puede establecerse que el objetivo de la ciencia natural es explicar y predecir
racionalmente la conducta del mundo a partir de las leyes.
Para que la ciencia pueda explicar y predecir es necesario que se establezcan cuáles
son las leyes científicas, y que se justifique racionalmente su admisión como tales.
Por tanto, fundamentalmente son tres las tareas científicas necesarias para conseguir
su objetivo:
▪ La primera consiste en establecer cuáles son las leyes científicas.
▪ La segunda trata de justificar racionalmente la validez de esas leyes.
▪ La tercera trata de explicar y predecir los hechos del mundo.

1. PROBLEMA 2. HIPÓTESIS 3. HIPÓTESIS 4. LEY CIENTÍFICA


CIENTÍFICA
Contexto de Contexto de M.E.L.D
descubrimiento justificación Método
Hipotético
Deductivo
7. Primera tarea. Formación de hipótesis científicas: contexto de
descubrimiento.

El contexto de descubrimiento es el contexto que rodea al descubrimiento o


formulación de la hipótesis científica. La hipótesis científica viene a ser la presunta ley
científica antes de pasar por el contexto de justificación, que es el procedimiento
encargado de establecer si está justificado racionalmente aceptar la hipótesis científica
como ley científica.
Respecto al contexto de descubrimiento, no existe ningún procedimiento racional que
asegure al científico la consecución de las leyes naturales; hoy en día, esa posibilidad
está descartada.
La manera en la que el científico llega a obtener las hipótesis científicas depende de la
parte creativa y suerte del individuo, y no de la aplicación de ningún método. De este
modo, puede ocurrir que el científico llegue a plantearse la ley motivado por un sueño,
un prejuicio religioso o por pura casualidad.
Eso no significa que no haya reglas prácticas que puedan facilitar al investigador la
ocurrencia de leyes naturales; lo que no hay es ningún método que asegure el éxito de
esa búsqueda.
Es por eso que el epistemólogo no se encuentra especialmente interesado en el
contexto de descubrimiento, y considera que su estudio pertenece más bien a ciencias
como la psicología, la sociología y disciplinas afines. Lo que le interesa al epistemólogo
propiamente es el contexto de justificación.
8. Segunda tarea. Racionalidad de la ley científica: contexto de
justificación y criterio de demarcación.
El contexto de justificación muestra los procedimientos para justificar racionalmente
la decisión de adoptar una hipótesis como ley científica; pero eso no asegura que esa
presunta ley sea definitiva e inmutablemente válida.
Podría ocurrir que la ciencia terminase por descartarla. El contexto de justificación
asegura que está racionalmente justificado adoptar esa hipótesis como ley científica
frente a otras alternativas, pero no asegura que esa ley sea conocimiento en sentido
fuerte.
La justificación de la racionalidad en la admisión de las leyes científicas tiene dos
niveles: uno donde se establecen los criterios que debe superar la hipótesis para ser
considerada una hipótesis científica, y otro donde establece los criterios que debe
superar para ser adoptada como una ley científica válida.
El criterio encargado de establecer qué condiciones debe superar una hipótesis para
ser considerada científica es el denominado criterio de demarcación (Ockham, de 1285
a 1847).
En el presente, el criterio de demarcación que aglutina más consenso entre filósofos y
científicos es el propuesto por el falsacionismo: el criterio de confutabilidad o
refutabilidad, que señala que la presunta hipótesis científica tiene que ser falsable
(tiene que señalarse qué hecho natural y experimentable tendría que darse para ello).
A través de este criterio de demarcación la ciencia puede rechazar varios grupos de
hipótesis y teorías sin tener que estudiarlos. Así, son descartables las hipótesis con
vaguedad en la formulación o el resultado, ya que cualquier resultado podría
interpretarse como favorable a la hipótesis.
También pueden descartarse las hipótesis con presencia de objetos inobservables,
haciendo referencia a entidades que no pueden observarse con ningún instrumento ni
dejan rastro o efectos observables.
Por último, también se descartan las hipótesis con presencia de elementos subjetivos,
en el que las entidades no son absolutamente inobservables, pero esa observación es
privada y sobre ella no se puede realizar ciencia ya que no podríamos saber si la
hipótesis es falsa.
9. El método hipotético-deductivo.
Hempel→ 1905-1997.
La finalidad del método hipotético-deductivo hempeliano es la de someter a prueba la
validez de las hipótesis científicas en su intento de constituirse en una ley científica
aceptada.
El primer paso es que, dada una hipótesis científica, se deducen las consecuencias que
deberían poder observarse en la naturaleza, suponiendo que la hipótesis sea válida.
Cuantas más consecuencias empíricas se deduzcan (y cuanto más extraordinarias sean)
mejor, ya que más difícil será que, siendo falsa o inválida la hipótesis, pudiera haberlas
predicho.
Una vez deducidas las consecuencias que puedan comprobarse directamente en la
experiencia, viene el siguiente paso, que sería diseñar y realizar los experimentos que
harían que ocurrieran las consecuencias deducidas.
El último paso sería comprobar si esas consecuencias deducidas ocurren, o no, en la
realidad tras el experimento.
Como consecuencia de la aplicación de este método, si se observa que en sucesivos
experimentos ocurren las consecuencias deducidas de la hipótesis, se empezará a
confiar en la validez de esta y pasa a considerarse ley científica.
Aunque no podamos demostrar que es verdadera, si resiste todos los intentos de
deducir consecuencias que no se den en la experiencia (es decir, si resiste nuestros
intentos de falsarla→falsacionismo popperiano), será catalogada como válida.
En el caso de que las consecuencias de la hipótesis no se cumplan, esta se rechaza y se
vuelve a proponer una nueva o se muestra el fallo en el diseño experimental para
volver a realizar el experimento. Repetidos fallos en los experimentos hacen que la
hipótesis sea rechazada.
10. Elementos constitutivos del método hipotético-deductivo.
El primer elemento es la hipótesis (H) que va a confirmarse o refutarse. Si se trata de
introducir una nueva ley, o teoría científica, la hipótesis tendría que ser un enunciado
universal.
El segundo elemento son las condiciones iniciales (CI), que son los hechos que se fuerza
que ocurran en el experimento ya que son pertinentes para comprobar si se dan las
consecuencias que se deducirán.
El siguiente elemento son los denominados supuestos auxiliares (SA), que son la serie de
circunstancias que enmarcan la experiencia y no se comprueban (se supone que su
presencia y comportamiento no alteran el desarrollo ni el resultado). Los SA son de dos
tipos:
▪ Hechos que se describen en enunciados singulares de observación.
▪ Leyes naturales que influyen de modo directo o indirecto en el desarrollo de la
experiencia.
Todas las leyes científicas concurren como supuestos auxiliares de nuestro experimento,
dando lugar a la tesis de Duhem-Quine (Duhem→1861-1916; Quine→1908-2000), que
señala que no podemos comprobar la validez de una hipótesis de forma aislada, sino
que al hacerlo estamos validando el conjunto del conocimiento científico aceptado más
la hipótesis nueva; todo ese conjunto es el que se acepta o rechaza.
Hay dos razones por las que se incluye todo el conocimiento científico:
▪ La primera se apoya en los significados de los términos teóricos; dice que cuando
enunciamos una hipótesis o condición inicial, nos expresamos en un lenguaje
científico en el que el significado de los términos utilizados implica a otros que
terminan por implicar toda la trama conceptual de la ciencia.
▪ La segunda se apoya en la validez de las leyes; afirma que para comprobar la
validez de una hipótesis o ley científica hay que suponer la validez de otras leyes
científicas. Así, de manera indirecta, toda la ciencia se ve complicada.
El último elemento del proceso es la predicción (P), que es el hecho de observación que
se deduce al suponer la validez de la hipótesis, la ocurrencia de las condiciones iniciales,
y los distintos supuestos auxiliares.
11. Tercera tarea. La explicación y la predicción: el Modelo Explicativo
Legal Deductivo.

Una vez que ya se dispone de una serie de leyes (o teorías) que los científicos toman por
válidas, la predicción y la explicación se produce a través de una deducción; es decir, un
razonamiento lógico denominado Modelo Explicativo Legal Deductivo (M.E.L.D), en el
cual de la verdad de las premisas se sigue necesariamente el hecho a explicar o a
predecir.
Las premisas que forman esa deducción serían los enunciados universales (leyes) y los
enunciados singulares (condiciones iniciales), ambos implicados con el hecho que se
explica o predice. Por último, la conclusión corresponde a la predicción o explicación, y
se expresaría en un enunciado singular.
Por último, señalar que debido a los procesos probabilísticos (que tienen su origen en la
probabilidad de Hume→ 1711-1776) que se producen a nivel subatómico, y por la
dificultad de realizar predicciones exactas en las ciencias sociales, se ha desarrollado un
nuevo modelo de explicación científica que introduce en sus premisas enunciados de
probabilidad, dando lugar a una predicción y explicación probabilística.

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