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En la residencia “La Fuente” han detectado la necesidad de acompañamiento en las actividades de la

vida diaria de varios usuarios que se acaban de incorporar a la institución:

Ángel de 75 años, presenta movilidad reducida desde que se operó de la rodilla y le han diagnosticado
Parkinson en fase inicial, padece tensiones musculares principalmente en un lado y dolorosas en el
brazo y hombro. Está siempre cansado y con bajo estado de ánimo.

Antonia de 80 años, presenta demencia senil, tiene afectadas la toma de decisiones, orientación
espacial, comunicación, razonamiento y memoria. No controla esfínteres.

Enrique de 70 años, presenta Alzheimer en fase inicial, de vez en cuando se le olvidan cosas como
nombres de objetos y personas. Tiene frecuentes cambios de humor y se enfada al ver que no puede
controlar su entorno. Aunque razona adecuadamente, habla utilizando frases cortas y a veces mezcla
ideas que no están relacionadas.

Señala la necesidad de acompañamiento que tienen para la realización de las actividades de la


institución y qué instrucciones se pueden facilitar.

El/la  profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de reconocer y valorar la forma más
adecuada de efectuar el acompañamiento a las personas residentes en las actividades de la vida diaria.

Además de seguir las instrucciones del/de la profesional responsable del mismo modo, el cuidador/a
tendrá en cuenta las características e intereses de cada persona para la realización de dichas actividades
de la vida diaria, con el objetivo de dar una correcta respuesta individualizada centrada en la persona.

Como profesionales debemos tener en cuenta que una tarea de gran importancia para el profesional en
atención sociosanitaria durante su labor de acompañamiento es descubrir los aspectos más
estimulantes para cada persona, de forma que éste mantenga una actitud activa y participativa. Y para
ello es fundamental tener en cuenta aspectos de su biografía, y preservar sus gustos, intereses y
preferencias

Sobre todo tener en cuenta que la asistencia del/de la profesional sociosanitario debe de ser de
realización de la actividad cuando el/la usuario/a no pueda llevarla a cabo por sí mismo (asistencia física
máxima), de apoyo en la realización de la actividad cuando el usuario precise ayuda para llevarla a cabo
(asistencia física parcial) y de supervisión en la realización de la actividad cuando el usuario pueda
realizarla por sí mismo (supervisión-preparación). El/la profesional de referencia encargado de cada
persona residente deberá instruirle acerca de cada una de las actividades de la vida diaria (aseo,
alimentación, vestido, uso del retrete,  ...) a realizar adaptando sus recursos comunicativos a las
necesidades especiales de comunicación que sobre todo presenta Antoniacon Alzheimer en un estado
avanzado. En aquellas actividades de la vida diaria en las que la persona tenga total autonomía se le
dejará que las haga por sí sola. 

Las actividades básicas de la vida diaria en las que las personas no dispongan de la suficiente autonomía
para realizarlas por sí solo se le prestarán ayuda. Estos apoyos pueden ser de baja intensidad:
supervisión, a la preparación de los materiales; o de más intensidad; asistencia física parcial o
sustitución. Antoniaes muy posible que en ocasiones sea una asistencia especial ya que presenta
demencia, afectación del juicio y de la comprensión, que pueden llevarla a rechazar los cuidados.   

En general,  antes de pasar a realizar a la actividad se le explicará a la persona lo que se va a hacer. Se


debe fijar un objetivo, que va a ser el restablecer dentro de sus posibilidades la autonomía para poder
realizar la actividad por sí soloa o bien realizarla con nuestra mínima ayuda. Una vez fijado el objetivo se
le pedirá  su colaboración para realizar la actividad y se le explicará el procedimiento que se va a seguir.
Una vez que se termine se debe reforzar positivamente a la persona para que siga motivada en la
realización de las actividades de autocuidado. Durante la realización de la actividad no se debería dejar
sin supervisión a la persona si de esta manera se sentirá más segura

Ángel podría necesitar cubiertos y platos adaptados a sus limitaciones de movilidad en un lado del
cuerpo. Igualmente para vestirse, atarse los botones o el calzado necesitará productos de apoyo e
indicaciones. Quizás esté utilizando un andador o un bastón para ayudarle a la deambulación. Y un alza
en el retrete le ayudará a usar el retrete. Igualmente se beneficiaria de unas barras en la ducha o un
asiento para ducharse más seguro y de manera autónoma. Habrá que darle instrucciones sobre cómo
utilizar los distintos productos de apoyo. Utilizaremos el refuerzo positivo para incrementar estas
conductas y cuando le observemos motivado y más alegre o participativo. No necesita apoyos para
tomar decisiones y es continente. Así que de ninguna manera tomaremos decisiones por él y
respetaremos sus gustos y decisiones

Antonia necesita una asistencia física máxima en las actividades de la vida diaria.   Tendremos que
suplirle en su realización, pero tendremos en cuenta su biografía e intereses previos: cómo le gustaba
peinarse o vestirse, entre otros. Si no quiere colaborar o rechaza los cuidados tendremos que utilizar la
empatía y validar su estado emocional como respuesta a algo que no se está adaptando a sus
necesidades y capacidad de compresión en ese momentp.,

A Enrique reforzaremos positivamente que realice las actividades de la vida diaria de forma autónoma,
motivándole sin sobreproteger o infantilizar el trato. Preservando sus gustos, preferencias e
inquietudes; explicándole los beneficios que le reportará su participación en ellas. Tendremos que ser
constantes y reforzar cualquier esfuerzo que haga por colaborar. Se podría involucrar a la familia en este
aspecto.

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