Estudio #2 Dios Escucha Al Pueblo Oprimido
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V.8. parece que José llego a Egipto en la época de los hiksos, quienes fueron
benévolos y favorecieron a los hebreos.
2. examine la frase después de esto:
se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; la situación
cambio acabo con el dominio de los hiksos y tuvo una actitud hostil contra los
israelitas.
(este nuevo rey, al parecer, no tenía conocimiento de la ayuda que José le
presto a Egipto durante la época de hambre).
La deuda de gratitud fue olvidada y en su lugar tuvo una actitud de rechazo y
opresión hacia el pueblo de José.
Explique que este nuevo rey no tuvo en cuenta la labor realizada por José, y que
en lugar de acogerle le rechazaba.
3.- enfatice que el crecimiento del pueblo hebreo fue una de las causas por las
cuales el rey de Egipto decidido esclavizarles.
1:9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros.
1:10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo
guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
V.11ª. la primera precaución fue hacerlos esclavos y cargarlos con duras tareas,
y para hacer cumplir estas labores impuestas les pusieron capataces.
Durante esta época nació Moisés.
A pesar de esta situación Dios uso a la familia del faraón para proteger a Moisés
Permitiendo a la vez que fuese educado por su propia madre.
ADULTOS respondan la pregunta #1.
V.10. Moisés solo tenía tres meses cuando su madre se separó de el por primera
vez.
En esta segunda ocasión no podemos saber exactamente qué edad tenía al
regresar al palacio, pero lo que si es seguro es que la educación que recibió
quedo gravada en su mente de tal manera que jamás olvido su origen hebreo.
La hija del faraón lo adopto como hijo y le puso por nombre Moisés.
Moisés= significa sacado del agua.
En el palacio del faraón Moisés recibió las instrucciones y enseñanzas que se
daban a los príncipes egipcios, que de acuerdo con los historiadores, era muy
amplia y profunda.
2:11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras
tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.
2:12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la
arena.
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Examine. Éxodo 3:2-6ª, 9, 10.
Examine los versículos del 2 al 6 relacionados con la visión de la zarza.
Explique que al llamado de Dios respondió: heme aquí siendo obediente y
mostrando su disposición a cumplir la voluntad de Dios.
Pero al conocer la magnitud del llamado quiso, quiso evadir esta responsabilidad
Revisen la pregunta #2.
-resalte el 3:5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás,
tierra santa es.
3:10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de
Israel.
Aplicación
-Dios nunca ha prometido exonerarnos de sufrimiento.
-A veces tenemos la errónea idea de creer en Dios es sinónimo de “no sufrimiento”. Dios no ha
prometido esto, pero sí nos asegura su amor y protección en medio de las crisis. Esto es lo que Dios
hizo con su pueblo.
Aplicación:
-Para ser útiles en las manos de Dios es necesario que estemos prestos para obedecerlo y andar en
santidad.
-Dios nunca usará a alguien que no se someta voluntariamente a Él y esté dispuesto a permanecer en
Su presencia.
1:1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada uno
entró con su familia:
1:2 Rubén, Simeón, Leví, Judá,
1:3 Isacar, Zabulón, Benjamín,
1:4 Dan, Neftalí, Gad y Aser.
1:5 Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto.
1:6 Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.
1:7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en
extremo, y se llenó de ellos la tierra.
1:8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su
pueblo:
1:9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros.
1:10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que
viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de
la tierra.
1:11-a. Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus
cargas;
y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés.
1:12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los
egipcios temían a los hijos de Israel.
1:13 Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza,
1:14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del
campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.
1:15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra,
y otra Fúa, y les dijo:
1:16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es
hija, entonces viva.
1:17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino
que preservaron la vida a los niños.
1:18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que
habéis preservado la vida a los niños?
1:19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las
egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas.
1:20 Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera.
1:21 Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.
1:22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y
a toda hija preservad la vida.
2:1 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví,
2:2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres
meses.
2:3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con
asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río.
2:4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería.
2:5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del
río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase.
2:6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él,
dijo: De los niños de los hebreos es éste.
2:7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas,
para que te críe este niño?
2:8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño,
2:9 a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer
tomó al niño y lo crió.
2:10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por
nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
2:11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus
duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.
2:12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo
escondió en la arena.
2:13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al
otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?
2:14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas
matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha
sido descubierto.
2:15 Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de
delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.
2:16 Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a
sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.
2:17 Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó y las
defendió, y dio de beber a sus ovejas.
2:18 Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto?
2:19 Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también
nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas.
2:20 Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para
que coma.
2:21 Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés.
2:22 Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero soy en
tierra ajena.
2:23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel
gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo
de su servidumbre.
2:24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
2:25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.
3:1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a
través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.
3:2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él
miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
3:3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se
quema.
3:4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés,
Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
3:5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás,
tierra santa es.
3:6ª. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.
Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
3:7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su
clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
3:8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una
tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del
amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
3:9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la
opresión con que los egipcios los oprimen.
3:10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los
hijos de Israel.
3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de
Egipto a los hijos de Israel?
3:12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he
enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de
vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?,
¿qué les responderé?
3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel:
YO SOY me envió a vosotros.
3:15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros
padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es
mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.
3:16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios
de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto
lo que se os hace en Egipto;
3:17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del
amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
3:18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el
Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días
por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.
3:19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.
3:20 Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y
entonces os dejará ir.
3:21 Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no
vayáis con las manos vacías;
3:22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro,
y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.