Correos Electrónicos Antonio Machado Salesianos

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Antonio
 

Machado
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice
 
1. Obra y contexto ......................................................................... 3
1.1. Contexto histórico y social ...................................................... 3
Inicio del reinado de Alfonso XIII y la crisis de la Restauración. ....... 3
El 98 ........................................................................................ 3
1.2. Rasgos ideológicos comunes a escritores del 98 ........................ 5
1.3. Antonio Machado ................................................................... 5
2. Temas, motivos poéticos y aspectos estilísticos ............................. 6
2.1. Sus ideas ............................................................................. 6
2.2. Antonio Machado y el Modernismo ........................................... 6
2.3. Características de su obra ...................................................... 7
2.4. Temas ................................................................................. 7
2.5. Obra .................................................................................... 7
Soledades ................................................................................. 7
Temas ................................................................................... 8
Símbolos ................................................................................ 8
Campos de Castilla ..................................................................... 8
Temas de Campos de Castilla ................................................... 9
Estilo ................................................................................... 10
El tiempo ............................................................................. 10
2.6. Recursos literarios ............................................................... 11
Formas estróficas ..................................................................... 17
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1. Obra y contexto
 
1.1.
      Contexto histórico y social
 
Los escritores de la Generación del 98 a la que pertenece Machado, están condicionados
ideológicamente por la situación política del momento, y la pérdida de las últimas colonias en
1898. Cuba y Filipinas –deseosas de independencia- entran en guerra con EEUU y esto
supuso la derrota de España (y la pérdida de las tres colonias Puerto Rico, Cuba y Filipinas) lo
que causó una honda conmoción y acabó de desprestigiar a la clase política de la
Restauración.
Inicio del reinado de Alfonso XIII y la crisis de la Restauración.
Después de 1898, el gobierno basado en el sistema de alternancia bipartidista, realizó algunas
reformas para regenerar el sistema. La política se tambalea con la pérdida del conservador A.
Cánovas y el liberal M. Sagasti, y se intensificó con la llegada de Alfonso XIII al trono que
intervino intensamente en las decisiones políticas. El descontento del ejército por la pérdida de
las colonias y el auge regionalista y la fuerza del caciquismo, desembocaron en la dictadura de
Primo de Rivera en 1923.
La mayoría de la población era campesina, pero las técnicas agrícolas eran anticuadas y en
Andalucía la existencia de granes latifundios perjudicaba a los jornaleros que sufrían el paro y
tenían un nivel de la vida muy bajo. Las zonas rurales fueron un foco de inestabilidades
sociales en el sur de España.
El movimiento obrero cristalizó en dos corrientes: el socialismo ( se formó en torno a Pablo
Iglesias, fundador del PSOE y de la UGT y el anarquismo ( se dio a conocer en las revueltas
campesinas y en los atentados de Barcelona a finales del siglo XIX, aunque no consiguió tener
gran influencia hasta la creación de la Confederación Nacional del Trabajo( CNT).
Las zonas industriales se concentraban en Cataluña (sector textil) y el País Vasco (siderurgia).
La burguesía inauguró un nuevo estilo de vida basado en la ostentación: construcción de
segundas residencias y veraneos en la costa.
La precaria situación en que se encontraban las zonas rurales produjo movimientos migratorios
interiores que hicieron aumentar notablemente los habitantes de las grandes ciudades como
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao… También hubo emigración al extranjero, sobre
todo a Argentina, Brasil y Francia.
 
 
El 98
 
La denominación de Modernismo y Generación del 98 se usa indistintamente para hacer
referencia a un movimiento de renovación literaria acontecido en América y en España en los
últimos años del siglo XIX y comienzos del XX con leves diferencias de matiz entre ambos.
El primer parecido que advertimos es de orden genético, pues ambos nacen por una misma
causa: insatisfacción con el estado de la literatura y un ansia de cambio que no se sabía muy
bien en qué había de consistir. Se entiende que en América
los iniciadores de este cambio son poetas que tratan de renovar el arsenal de la poesía. En
España, los iniciadores son filósofos y pedagogos. El movimiento modernista es cosmopolita:
sus escritores se expanden, sueñan con países remotos; en España todos quieren
europeizarse, pero el desastre del 98 hace que se vuelvan concentrativos. Mientras los
modernistas nadan ágilmente, disfrutando de los encantos y la superficie, los hombres del 98
bucean para sumergirse en los misterios de las profundidades.
En cuanto al lenguaje, los escritores de ambas tendencias repudian el lenguaje del siglo XVIII,
no por ser retórico, porque el modernismo también es una retórica, ni por ser descarnado como
el naturalismo, porque eso lo hereda el 98. Lo que se rechaza es el cliché lingüístico, ya que los
nuevos escritores entienden que la obra literaria es una búsqueda que se inicia haciendo que la
palabra sea original. El lenguaje tiene una funcionalidad; unos piensan que debe ser retórico
porque la estética es razón suficiente para mover el mundo; otros creen que el lenguaje debe
ser directo para obtener claramente un fin. En definitiva la expresión tiene que estar al servicio
de alguien, llámese verdad o llámese belleza.
 
Los escritores del 98 están tristes, pero es una tristeza trascendente: obedece a unas
circunstancias desgraciadas para el país y trasciende a la propia realidad. Los modernistas
también están tristes, pero tienen una veta de lirismo doliente, heredado de los románticos y si
tienen pena, ésta fluye de su propio mundo interior
En lo referente al paisaje, para los modernistas, éste debe deslumbrar los sentidos y lo utilizan
para hacer un alarde de riqueza con el lenguaje. Los noventayochistas, por su parte, quieren
que el paisaje les sirva para sacudir la conciencia nacional y su mundo favorito será Castilla,
frente al alma mediterránea de los modernistas.
El término Generación del 98 aparece por primera vez en ABC en 1913, y lo empleó Azorín,
pero su criterio de selección era extraño porque incluía a Maeztu, a Baroja y, junto a ellos,
ponía a Rubén Darío. Otros escritores, como Baroja, negaron toda la vida que tal generación
existiera.
 
Para que se forme una generación no es suficiente con que los escritores sean coetáneos. Son
necesarios unos requisitos generacionales:
 Una formación intelectual semejante
 Que exista o haya existido algún tipo de contacto entre ellos
 Tiene que haber un hecho generacional que los una
 Que se opongan de forma visible al estilo de la época anterior.
 
Los modernistas van a tener como ídolo a Baudelaire y los preocupados por la causa nacional,
a Larra. Pero todos van a seguir más o menos de cerca las normas de Poe. Se denomina
Generación del 98 a un grupo de escritores que empiezan a publicar sus obras en España a
finales del siglo XIX. En un principio, todos son modernistas, pero tras el desastre del 98
vuelven los ojos hacia España; no quiere decir que abandonen el Modernismo, sino que
abandonan los temas exóticos. No abandonan nunca la búsqueda de la belleza, sino que hay
un intento de ser más eficaces. La componen Ángel Ganivet, como precursor, pues muere el
mismo 98, Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, Azorín, Antonio Machado y Valle-Inclán, como caso
especial porque nunca abandona la retórica del lenguaje.
 
1.2.
   Rasgos ideológicos comunes a escritores del 98
 
1. Desde el punto de vista cultural, van a rehabilitar a una serie de artistas proscritos del arte y
la literatura, por ejemplo, El Greco y Góngora, y tienen unas lecturas comunes: Baudelaire,
Marx, Nietzche, Shopenhauer.
2. Socialmente, ninguno va a pertenecer a partidos políticos. Quizás el propio egoísmo de
sentirse fuera de lo común los llevó a eso y a tener casi todos tendencias anarquistas.
 
 
 
 
1.3.
   Antonio Machado
 
Machado es el representante por excelencia de la lírica del 98. Nació en Sevilla en julio de
1875 en el célebre Palacio de las Dueñas. A los ocho años se traslada con su familia a Madrid
y es acogido en casa de Benot, Ministro de la República. Empieza, junto con su hermano
Manuel, a publicar artículos en la revista “La caricatura”. Pero llega el 98 y España pierde sus
últimas colonias y se queda en una situación económica absolutamente precaria. Hay una
situación de caos, y a la gente le queda una carga de viejos mitos. Pero hay que pensar en el
porvenir y es aquí cuando surgen los grandes hombres que intentan superar esta época
desafortunada.
 
Antonio Machado se marcha a París en 1899, donde está su hermano, y allí frecuenta
amistades muy importantes en su carrera. Por ejemplo, conoce a Pío Baroja y a Óscar Wilde.
Regresa a España y trabaja algún tiempo de actor. En 1900 entra en contacto con las ideas del
Modernismo. En 1902 se marcha otra vez a París y en 1903 aparece la primera edición de
Soledades. En 1907 gana las oposiciones a cátedra de instituto de francés y lo destinan a
Soria. Allí conoce y se casa con Leonor Izquierdo y vive los únicos años de felicidad en su vida.
Marchan a París y él siente que ha llegado a la cumbre de todas sus aspiraciones, pero Leonor
enferma y tienen que regresar. En 1912 muere y él pide el traslado. Lo consigue en Baeza;
pero la Andalucía manchega no lo ayuda a superar en absoluto la desesperación que siente.
Publica Campos de Castilla y termina la carrera de filosofía. El último destino es Segovia y
alrededor de 1928 conoce a una mujer que aparece en sus poemas como Guiomar que pasa a
convertirse en un amor de senectud. Al llegar la guerra civil consigue pasar a Francia y muere
en 1939, en Colliure. En su poema Retrato preludia cómo va a morir.
 
Y cuando llegue el día del último viaje,
Y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
Me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
Casi desnudo, como los hijos de la mar.
 
2. Temas, motivos poéticos y aspectos estilísticos
 
2.1.
   Sus ideas
 
“Por mucho que un hombre valga nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre”
Antonio Machado tiene obsesión por dios. Es un tema que nunca lo abandona, y se presenta
de forma insistente y agónica. Tiene una creencia innata, pero es antropológica. Se presenta
cuando el hombre se da cuenta de que necesita que exista algo más. Su inquietud consiste en
analizar esta necesidad y no se conforma con admitir ídolos. Este debate consigo mismo lo
lleva a convertirse en una especie de teólogo, pero con su mundo interior. Se ha dicho que él
se plantea estos temas sin temor ni temblor, pero él mismo dice:
“He visto en el profundo
espejo de mis sueños,
que una verdad divina
temblando está de miedo”
 
La clave de su vivir agónico radica en que intenta iluminar con la razón los principios que
defiende la fe. Cree que es mucho más fácil de aceptar aquello que los sentidos entienden.
Con esta postura se coloca en la misma dirección que Unamuno. Dios se le presenta muchas
veces y esto se nota en su obra, pero siempre en forma de sueño. Pero sueño no es sinónimo
de gratuito. No significa que acuda a él como método fácil. Cuando ocurre esto es porque se
siente tan desesperado que necesita encontrarse con Dios de alguna forma, y no lo puede
conseguir en la realidad,. Sin embargo, al final siempre despierta.
Cristo es para él un conjunto formado por todo el amor que las personas son capaces de sentir,
pero el que se le ha presentado a la sociedad es una burda falsificación impuesta por las clases
dominantes. Para Machado, el verdadero progreso del hombre sólo se consigue con el amor
fraterno, con la capacidad de colaboración, pero esto es imposible mientras se le haga creer al
pueblo que es una masa gobernada por Dios o por el demonio:
 
El Dios que todos llevamos,
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.
 
2.2.
   Antonio Machado y el Modernismo
 
La poesía para él es sacudimiento del espíritu, nostalgia de la vida y emoción del alma.
Aparece en escena poética entre Juan Ramón Jiménez y entre Unamuno y
nos planteamos la pregunta de si es un escritor modernista o no. Que admiraba a Darío es
innegable. En el prólogo a una de sus obras dice:
“Yo también admiraba al autor de Prosas profanas, al maestro incomparable de la forma y la
sensación que más tarde nos reveló la hondura de su alma en Cantos de vida y de esperanza.
Pero yo presentí seguir camino bien distinto. Pensaba yo que el elemento poético no era la
palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una
honda palpitación del espíritu: lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice si es que
algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo”.
En su poema “Autorretrato” da la siguiente explicación a su estética:
 
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas de nuevo gay-trinar.
 
En todo caso, su obra se inicia con mucha influencia modernista, a medida que se suceden
ediciones, han desaparecido las características rubenianas más claras.
 
2.3.
      Características de su obra
 
Las características principales de su obra son:
 
1. Intimismo. La poesía nunca puede se pura música de la forma, sino que tiene que responder
a la intimidad del alma.
2. Sencillez de forma, pero con gran carga de contenido.
3. Utilización del paisaje con doble sentido: como tal paisaje que es y, al mismo tiempo, como
símbolo de un mundo espiritual.
2.4.
   Temas
 
Los temas fundamentales son, en primer lugar, Castilla y Andalucía. La primera fue para él un
descubrimiento, la segunda, una herencia. A Castilla le canta con sus ojos y con su voz y a
Andalucía con la voz del pueblo.
Aparte de Castilla y Andalucía, los otros temas siempre recurrentes son Dios, el amor y la
muerte.
2.5.
   Obra
 
Soledades
 
En los años en el que triunfa el Modernismo, aparece primero Soledades, una obra con logros
estéticos muy importantes, (1903) y luego- suprimidas algunas composiciones y añadidas
muchas más- Soledades, galerías y otros poemas (1907). Años más tarde, recordando estos
libros, hablará Machado del magisterio de Rubén, pero proclamará – junto a su admiración –
que había pretendido “seguir camino bien distinto”. Y añade:” Pensaba yo que el elemento
poético no era la palabra por su valor fónico, ni color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones,
sino una honda palpitación del espíritu; lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice,
si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo”.
 
Sin embargo, reconoce:” No fue mi libro la realización sistemática de este propósito”. Y más
tarde se referiría a sí mismo hablando de “ese modernista del año tres”. En efecto, a pesar de
una tendencia a la sobriedad expresiva que se observa, sobre todo, en los poemas de la
segunda edición, es mucho lo que hay de Modernismo en estos comienzos machadianos. Se
trata, eso sí, de un Modernismo intimista, con esta veta romántica que recuerda- en no pocas
ocasiones- a Bécquer o a Rosalía de Castro, Machado- según sus palabras- escribe “mirando
hacia dentro, tratando de apresar, en un “íntimo monólogo”, “los universales del sentimiento”.
 
Esos sentimientos universales conciernen, ante todo, a estos tres temas: el tiempo, la muerte,
el amor, Dios. Es decir, el problema del destino del hombre, de la condición humana. Pero hay
también nostálgicos recuerdos de la infancia, finísimas evocaciones del paisaje… y un amor
más soñado que vivido. Soledad, melancolía o angustia son los resultados de ese mirar hacia
el fondo del alma.
 
Si tenemos en cuenta, además, que la más fuerte tendencia integrada en el Modernismo es la
simbolista, no nos sorprende la dulzura perceptible que se da en la poesía de Machado. El
poeta se limita a presentar un mundo que sugiere elementales vivencias, al parecer del todo
comprensibles. A veces, se trata de un paisaje solitario, eso es todo, tema y lenguaje son
sencillos, pero su poesía no. Agua, tarde, camino, … no son sino representaciones de una
realidad ambiental, proyecciones simbólicas de estados de conciencia, profundos, reflexivos.
 
Temas
 
Tal y como se ha mencionado, el tema de esta obra es, por excelencia, el tiempo, pues lo que
sí sabe de sí mismo el poeta es su existencia. Y halla que el tiempo presente es deleznable por
su fugacidad. Machado está en una época de búsqueda interior: el pasado es el paraíso
perdido de la infancia sevillana, entre naranjos y limoneros, la juventud nunca vivida le da una
imagen de quién fue, pero no de quién es; así que sólo le queda el futuro y, en él, la superación
de la muerte, la vieja “amada” del poeta, presente simbólicamente en “el bordón de la guitarra”,
“el alba”, “las campanas”, etc.
 
En cuando al amor y la muerte, éstos van unidos en Machado y parece claro que el amor es
también una vía clara de hacia el fracaso…
 
Símbolos
(Ver apartado final)
Campos de Castilla. Aparece por primera vez en mayo o junio de 1912, si bien había sido
acabado a finales de 1910. Es su obra cumbre, la más perfecta, ampliada posteriormente con
un mayor número de composiciones en la edición de 1917, en la que Machado añade unos
cuarenta poemas, algunos de ellos muy anteriores a su publicación (poemas escritos antes de
la muerte de Leonor, poemas dedicados a Leonor y poemas dedicados a Baeza).
 
Esta obra no supuso (como el poeta quiso creer) una ruptura radical con lo anterior. Lo que hay
es un desarrollo de los principios de Soledades y un cambio de perspectiva. Machado
transmuta incesantemente el paisaje “descrito” impregnándolo de un aire noventayochista, por
una parte, y, por otra, de un lirismo sentimental, sin pretender en ningún caso la transcripción
fotográfica.
 
Unamuno es probablemente el autor que ayuda a Machado a conocer y comprender la entraña
de Castilla, su sentido histórico y su tonalidad afectiva. Pero también pasa a tener influencia de
Azorín en esa intención de Machado de ir más allá de la visión de los hombres del 98. Así,
junto a los temas ya conocidos de la realidad española, aparecen ahora paisajes y gentes de
Soria.
 
El paisaje surge en función de la historia o la leyenda, como un mundo testigo de un pasado
glorioso que se fue y del que apenas quedan huellas. Pero, sobre todo, es el paisaje en función
del recuerdo que le dejará su esposa el que marcará todo el tono del libro.
Muchos poemas son confesión abierta de la soledad infinita en la que ha quedado tras la
muerte de Leonor, de manera que observamos una insistencia en evocar aquellos paisajes más
dolorosos que nos dejan claro la honda repercusión que tuvo en su vida, en su espíritu, su
desaparición.
 
Y es ese dolor intenso y el temor a lo desconocido frente a una muerte tan concreta lo que
hace ir al poeta hacia Dios, como lo haría cualquier otro hombre: con quejas y reproches, pero
a la vez con la consoladora esperanza de poder confiar en él.
 
Se ha observado que las gamas cromáticas más frecuentes en esta obra son de mayor a
menor frecuencia las siguientes: gris, amarillo, verde, morado, negro y pardo. Esto podría
demostrar que en las descripciones, pese a las apariencias, late un componente subjetivo que
iría acorde con las obsesiones más constantes en la obra machadiana: soledad, tristeza,
sentimiento de la fugacidad de lo real.
 
El simbolismo en Machado es fuerte, hasta el punto de hablar de “desmaterialización” del
paisaje. Por ejemplo, al describir las tierras de Soria lo hace al atardecer: así la tierra parda o
gris, plomo o ceniza se convierte en “plata” o “acero”
El paisaje está tratado de diferentes maneras:
a) Estampas sorianas sin ningún contenido ideológico.
b) Poemas más genuinamente del 98 (el paisaje, las gentes, etc.)
c) Paisaje castellano teñido de sentimientos (Se entrecruzan las dos primeras etapas, al tiempo
que sus poemas están impregnados de sentimiento ante el paisaje; la melancolía representa
una forma de identificarse con las tierras de Soria: tristeza, pobreza, tierras tan tristes que
tienen “alma”).
    d) Machado sigue componiendo poemas que pueden considerarse “nuevas estampas
sorianas”, aunque transformadas por trágicas referencias autobiográficas en las que el
marco geográfico se ha desplazado a Andalucía.
 
Temas de Campos de Castilla
Tema de España
 
a) Poemas que expresan en forma predominante la preocupación por España y lo español, de
acuerdo con el estilo generacional: Por tierras de España, A orillas del Duero, Del pasado
efímero, Campos de Soria, etc.
 
b) Poemas narrativos que cuentan y cantan historias de hombres de la tierra castellana que
resuelven sus problemas de manera primitiva y cruel: Un criminal, La tierra de AlvarGonzález.
 
Evocación de Leonor
Poemas inspirados en la evocación de la esposa del poeta durante su enfermedad y muerte y
que resumen su experiencia de soledad tras su muerte: Caminos, A José María Palacio y
algunos poemas de la serie Campos de Soria.
 
Tema religioso
 
Poemas en los que aflora su auténtico espíritu religioso: Retrato, Proverbios y Cantares (II, XXI,
XXVIII, XXXIV, XLVI), La saeta, etc.
 
Estilo
 
El epíteto
 
Machado, en general, rehúye el adjetivo en su función expositiva y caracterizadora y prefiere
utilizarlo en su calidad de epíteto, que explica una cualidad sin finalidad de distinción, sino con
una función expresiva, redundante, que permiten al poeta la configuración de un paisaje
desolado, reproduciendo así la auténtica realidad tipográfica de Soria.
No sólo podemos encontrar epítetos “normales” como “parda tierra”, “ágil ciervo”, “olorosa
hierba”, etc., sino también otros que implican una apreciación subjetiva del objeto, pero que
resulta justa al atribuirla a un sustantivo efectivo de Campos de Castilla llega muy directamente
a través del tono melancólico (“humilde prado” “aguas plateadas”, “pedregal desierto”).
 
El diminutivo moral
 
La ternura de la que se habla se muestra muy nítidamente en los diminutivos que, aunque no
son abundantes, infunden una tonalidad afectiva muy característica de estos poemas: pardillo,
campillo, viejecita, caminitos… Como se puede observar, éstos responden no tanto a una
disminución real del objeto contemplado, como a un uso subjetivo. La misma intención afectiva
se da también en el detalle de las cosas mínimas, pobres o delicadas, con que el poeta
incorpora a la expresión, la vivencia que le suscitará el objeto en toda su pureza.
 
Metáforas e imágenes
 
Las metáforas, imágenes y símbolos, por su naturaleza asociativa, se prestan admirablemente
para prolongarla a través de sus propias ramificaciones. Una ordenación de las metáforas e
imágenes desde el punto de vista estructural permite ver que la mayoría se basan en un
parecido de tipo visual. Así, por ejemplo, España aparece identificada con una lira o los ríos
con un instrumento bélico, lo que además de su línea sinuosa evoca una perspectiva histórica
de guerras.
 
Vocativos, interrogaciones y entonación
 
Los signos de puntuación (interrogación, paréntesis, el inciso, los puntos suspensivos, etc.)
sirven para representar en la escritura las variaciones de inflexión de la voz, el tono emotivo de
cada verso. A menudo se combinan vocativos e interrogaciones que suponen una
representación reflexiva de la fórmula pregunta-respuesta.
 
El tiempo
 
Machado no es sólo un espectador contemplativo. Es un ser humano al que le llega muy hondo
el sufrimiento, la desesperanza, la derrota de los otros. Se conmueve no sólo por su
compromiso generacional, sino porque verdaderamente es capaz de sentir el dolor ajeno. Y por
esto el “tiempo vivido” aparece representado en su obra.
El agua, como elemento natural del paisaje, es un detalle revelador del paso del tiempo, al igual
que el árbol que se convierte en visión temporal de la vida. Así lo vemos en A un olmo seco
(también en otros).
 
En 1924 aparece su libro Nuevas canciones es una obra breve y heterogénea.
Los temas recurrentes son los paisajes de Andalucía y Castilla; los sueños y el regreso a la
infancia; el amor, en los versos dedicados a Guiomar, a veces como pasión y otras como
recuerdo melancólico; la soledad y la desesperanza; la identificación con el folclore como
expresión de lo colectivo, y, cada vez más frecuente, la expresión de sus inquietudes filosóficas
(en los nuevos Proverbios y Cantares). Los poetas de su Cancionero apócrifo suponen distintas
voces del propio Machado que utiliza para el distanciamiento, el humor, la ironía y el
escepticismo. Se enfrenta a los poetas jóvenes de la época y a la poesía deshumanizada e
intelectual. En los últimos textos merecen también destacarse las poesías escritas durante la
guerra civil, en donde muestra su compromiso cívico y político.
 
Contiene poemas de inspiración popular (copla, romance, seguidilla) y culta (soneto).
Alrededor de 1929 aparecen las Canciones a Guiomar, Ya en plena guerra aparecen
publicados en diferentes periódicos y revistas los Poemas de la guerra, entre ellos, El crimen
fue en Granada. Se trata de una silva-romance, aunque algo irregular, ya que los versos 5 a 11
son octosílabos en vez de heptasílabos.
 
 Se divide en
 
Aparte de su obra poética, hay que mencionar su obra en prosa. Machado fue escribiendo una
serie de pensamientos sueltos que ponía en boca de dos personajes, Abel Martín y Juan de
Mairena, que Guillermo de Torre reunió en tomos que tituló Los complementarios. Hoy se
consideran una pieza fundamental de la filosofía del siglo XX.
En teatro hizo algunas colaboraciones con su hermano Manuel. La más famosa es La Lola se
va a los puertos, en verso y no de mucha importancia.
 
2.6.
      Recursos literarios
 
En la visión machadiana y en el arte de Soledades, ha destacado el crítico J. Mª Aguirre los
valores simbolistas. Motivos temáticos tan característicos de Machado como la tarde y el
crepúsculo son el ámbito predilecto de la evocación. Así se refleja en estos versos: “yo voy
soñando caminos de la tarde… La tarde cayendo está” “¡hermosa tarde, nota de la lira
inmensa, toda desdén y armonía!...”; “ “ y me detuve un momento, en la tarde a meditar…” ,
aunque no falte la presencia de la noche como territorio del misterio.
 
Este símbolo asume una función bipolar; así, a veces, se relaciona con el proceso onírico, pero
es posible también que se refiera a los casos de conciencia que se tornan oscuros y
tormentosos a la luz del día, pero también, noche, aparece como el consolador refugio que el
hombre busca en los sueños. Este sentimiento como olvido total de la realidad y respuesta
consoladora a los sufrimientos del hombre, se observa en algunos poemas.
 
LXV
Una clara noche
De fiesta y de luna,
Noche de mis sueños,
Noche de alegría
- era luz mi alma
que hoy es bruma toda,
no eran mis cabellos
negros todavía-,(…)
Y en aquella noche
De fiesta y de luna,
Noche de mis sueños
Noche de alegría…
 
Suena siempre un curso de agua- una fuente una acequia que recuerda el paso inexorable del
tiempo. Por ejemplo, es símbolo de vida cuando brota, símbolo de la fugacidad cuando corre-
como los ríos de Jorge Manrique o el río de Heráclito-, símbolo de la muerte cuando está quieta
o cuando es el mar. Y ronda siempre la muerte- la “Señora”- que significa el final del sueño, de
ese “mundo mago” por cuyo final se pregunta en el poema LXXVIII.
 
VI
En el solitario parque, la sonora
Copla borbollante del agua cantora
Me guió a la fuente. La fuente vertía
Sobre el blanco mármol su monotonía.(…)
Adiós para siempre la fuente sonora,
el parque dormido eterna cantora.
 
Otras palabras que connotan muerte serían campanas, campanarios, los cementerios, los
cipreses y el agua cuando está estancada o parada: lagos, charcas y el mar.
 
 
XIII
Apenas desamarrada
La pobre barca, viajero, del árbol de la ribera,
Se canta: no somos nada.
Donde acaba el pobre río la inmensa mar nos espera…
 
En este poema se observa la influencia del poeta Jorge Manrique.
La palabra mañana la utiliza con sentido de esperanza, pero de esperanza en “el más allá”
(probablemente de origen cristiano); en algunos poemas viene a simbolizar la muerte, la vida
ultraterrena.
 
El camino reconocido por muchos críticos como uno de los símbolos centrales de su poesía,
viene a ser la expresión figurativa del vivir, meditada y dolorosamente sentida. Caminar es vivir,
pero el camino hay que hacerlo con voluntad y esfuerzo, con fe. Así Machado dice:
Caminante no hay camino,
Se hace camino al andar
 
Además aparece el símbolo complementario caminante, su sentido tradicional es el de ser
humano en su tránsito por la vida. A menudo, el protagonista de los poemas de Machado es un
caminante; pero lo es también un “romero”, “peregrino”,”viajero”, pasajero de este camino que
es la vida. Expresa el curso de la vida. El caminante se descubre a sí mismo a través de su
caminar.
 
Galería es el camino introspectivo, búsqueda por los caminos interiores, donde el poeta puede
encontrarse consigo mismo.
Tú sabes las secretas galerías
del alma, los caminos de los sueños,
y la tarde tranquila
donde morir van.
 
La fuente expresa tiempo pasado que se va cargando de melancolía. Es una personificación de
los anhelos e ilusiones del poeta. La fuente con su constante fluir está indicando lo irremediable
del tiempo.
VI
La fuente sonaba.
rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copla borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía…
La fuente cantaba.
 
El manantial connota el tiempo presente; agua nueva que va llenando el alma de paz y
serenidad.
La lluvia expresa el paso de las horas como monotonía del tiempo que fluye con lentitud.
V
Una tarde parda
y fría de invierno.
Los colegiales estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
 
La noria se contrapone a la fuente con una connotación de realidad presente desolada que
además enturbia el ensueño del agua del manantial. También connota monotonía.
El agua cantaba
su copla plebeya
en los cagilones
de la noria lenta.
 
El espejo es el elemento que refleja la realidad y a la misma vez su yo íntimo. El lugar donde se
proyectan los recuerdos y los sueños.
VI
Yo sé que tu claro cristal de alegría
Ya supo del árbol la fruta bermeja,
Yo sé que es lejana la amargura mía
Que sueña en la tarde de verano vieja.
Yo sé que tus bellos espejos cantores
Copiaron antiguos delirios de amores:
Mas cuéntame fuente de lengua encantada…
 
Los símbolos que están relacionados con la poesía y los poetas son los siguientes: la abeja es
una metáfora de “poeta”; colmenas de “creación poética” y por último, miel es una metáfora de
“poema”.
LIV
Anoche cuando dormía
soñé,¡ bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
LX
¿Mi corazón se ha dormido?
Colmenares de mis sueños
¿ya no labráis? ¿ Está seca
la noria del pensamiento,
los cangilones vacíos,
girando, de sombra llenos?
 
En este poema, el poeta despierta de la realidad y comprueba que la colmena y la noria del
pensamiento no tienen otro fruto que la sombra (la nada)
 
En un terreno más cercano, no faltan elementos más simples: árboles (encinas, olmos…) que
suelen simbolizar el arraigo y el consuelo; frutos (limones, naranjas…) que indican la tentación
y el deseo; pájaros y mariposas que vienen a ser la libertad o incluso – la poesía modernista
trajo a la lírica el mundo de lo cotidiano- las vulgares moscas del poema XLVIII
 
Las Moscas
Vosotras, las familiares,
Inevitables golosas,
Vosotras, moscas vulgares,
Me evocáis todas las cosas.
 
Además, la primavera es metáfora de plenitud en la naturaleza y en el corazón.
VII
Es una tarde clara,
Casi de primavera,
Tibia tarde de marzo
Que el hálito de abril cercano lleva;
Y estoy solo, en el patio silencioso,
Buscando una ilusión cándida y vieja:(…)
 
Aparte de los símbolos que utiliza en sus poemas, recurre a los adjetivos cromáticos en el
marco de una poética simbolista apasionada por la sinestesia (recurso literario que consiste en
asociar elementos que provienen de diferentes estímulos sensoriales). Ejemplos: suspirar de
oro (XIV); el mar rutilante que ríe en sus liras de plata sus risas azules (XLIV).
Cada color desarrolla sus matices y junto al verde, hay verdinegro, verdiamarillo, verdioscuro…
Ej: XIX
¡Verdes jardinillos,
claras plazoletas,
fuente verdinosa
donde el agua sueña…
 
Al modo de los colores auxiliares que usaban los pintores impresionistas para conseguir
contrastes de luz, abundan en las descripciones del paisaje cromatismos que resultan más
propios de un cuadro que de la realidad: las “rosas” o los” violetas, por ejemplo. La necesidad
de precisar el color comporta a menudo el uso de denominaciones muy técnicas- “berilo”,
“ámbar”, “añil”,”oro”…-, por no citar cultismos como “ jalde” por amarillo y “glauco” por verdoso.
El anhelo del matiz preciso descansa con frecuencia en adjetivos que no son exactamente de
color pero que lo evocan: “claro” nos proporciona además la idea de diafanidad moral,
“polvoriento” añade a la difuminación del color originario el tono de viejo y olvidado, “agrio”(
aplicado también a sonidos o sensaciones) evoca un estremecimiento de desagrado.
 
En el poema XIII titulado Hacia un ocaso radiante se reflejan todas las peculiaridades más
significativas de este libro.
El poema se sitúa en una de las horas preferidas por el autor, el crepúsculo, aunque el tema del
crepúsculo es un tópico literario, muy utilizado desde el Romanticismo hasta la generación del
98, Machado le presta una nueva dimensión, ya que adopta una actitud soñadora impregnada
de intimidad- en la misma línea que la de Bécquer-, elemento este en el que reside su
originalidad.
 
Está presente también en tema del agua, claramente modernista, que, sin embargo, Machado
matiza con nuevas sensaciones personales. También aparece el tema del sueño típico de su
obra.
 
En cuanto a la técnica el poeta está imbuido todavía de un fuerte subjetivismo romántico en lo
que refiere a la visión del paisaje. Por otra parte tanto el lenguaje como los efectos musicales
que consigue son claramente modernistas: Ocaso radiante/ trompeta gigante;Sempiterna tijera/
entre metal y madera; Monorritmo jovial / canción estival.
A modo de guía (esto no es una ciencia exacta), proponemos un listado de motivos temáticos y
de los símbolos con los que habitualmente alude Machado a ellos:
El paso del tiempo:
 La infancia.
 El reloj.
 La tarde.
 El paso de las estaciones.
 El agua (cuando fluye). (Río=vida frente a mar= muerte, como en Jorge Manrique).
 Los caminos.
 Las galerías.
 
La monotonía:
 La noria.
 El mundo infantil.
 
La muerte:
 Las campanas y campanarios.
 Los cementerios.
 Los cipreses.
 El agua (cuando está estancada o parada: lagos, charcas, mar).
 
La vida:
 Sueño.
 Camino. (La vida en su devenir –transcurso-, como peregrinaje y búsqueda).
 Los ríos.
 Agua (cuando brota).
 
La poesía y los poetas:
 Abejas (los poetas).
 Colmenas.(Creación poética)
 Miel (el poema).
 
Además:
 La fuente: el agua que brota, símbolo de anhelos, de ilusiones
 El aire: libertad del hombre
 El fuego: la poesía amorosa
 La tierra: la realidad solitaria
 La tarde: momento propicio para la meditación; decaimiento, apagamiento, melancolía,
nostalgia, expresión de la lucha entre la luz y las sombras; premonición de muerte.
 La cripta, el laberinto o las galerías: la búsqueda del mundo interno, del alma.
 El espejo: el lugar donde se proyectan los recuerdos y los sueños.
 El jardín: la intimidad
 
Todos estos signos simbólicos se relacionan directa o tangencialmente con el elemento
fundamental que golpea con insistencia en los versos de Machado: el tiempo (la poesía, dice,
es "palabra esencial en el tiempo"; es el diálogo de un hombre con su tiempo, con el tiempo de
su existencia). El poeta ahondará en los enigmas de la vida e intentará desesperadamente
aprisionar en sus versos el incesante fluir del tiempo.
 
Del Simbolismo y del Modernismo le viene igualmente a Machado su preferencia por ciertos
tipos de ritmo. Así, en su versificación, hay una presencia reveladora de versos dodecasílabos
y de alejandrinos. En cuanto a las estrofas más utilizadas encontramos la silva (combinación de
versos heptasílabos y endecasílabos); el romance, la lira (7a-11B-7a-7b-11B), el cuarteto…
Utiliza con mayor frecuencia la rima asonante.
En Soledades usa como recursos léxicos y retóricos la adjetivación, la personificación, la
aliteración y otras muchas referencias sensoriales.
 
Con el libro Campos de Castilla, depurada ya la expresión modernista, Antonio Machado entra
de lleno en el espíritu del 98. Efectivamente, el poeta contempla ahora el paisaje castellano –
tema esencial de la obra- no sólo como proyección de un estado de ánimo personal
(subjetivismo romántico), sino también como expresión de la realidad nacional e histórica de
España.
 
Además del paisaje, tiene también una gran importancia en esta obra la reflexión sobre los
grandes temas de la existencia humana: la vida, la muerte, la humanidad, en general.
 
Formas estróficas
 
Antonio Machado no fue un gran innovador en sus formas métricas: su contribución se halla
más bien en el sutil ritmo interno del verso, que apoya la densidad simbólida y precisión
lingüística de su expresión poética. Sin embargo, sí hay en su poesía una gran variedad en la
disposición de sus versos y estrofas. En Machado, hay un gusto por la rima asonante y, dentro
de ésta, por la llana sobre la aguda:
 
Prefiero la rima pobre,
La asonancia indefinida.
Cuando nada cuenta el canto,
Acaso huelga la rima
 
Las estrofas más utilizadas en Machado son:
En Soledades:
 
Silva-Romance: combinación de versos de 7 y 8 sílabas (es el caso más frecuente), pero
también de 9 y 10, y, en algunos casos, de 5,7,11 y 13 sílabas.
Romance endecasílabo o heroico: versos de 11 sílabas. Pueden aparecer versos menores
dispuestos topográficamente en “sangrías”.
Romances: serie ilimitada de versos de 8 sílabas, en la que riman los pares en asonante y
quedan libres los impares.
Romancillo: mismo esquema de los romances, pero de seis sílabas.
Romance heptasílabo: mismo esquema de los romances, pero de siete sílabas
Romance alejandrino: mismo esquema de los romances, pero de 14 sílabas
La rima consonante no queda excluida y aparece en varios tipos de estrofas:
Redondilla: cuatro versos de 8 sílabas, que riman en consonante abba. Suele aparecer
mezclada con cuartetas (abab) u otras formas como quintillas, liras, etc.
Cuartetas endecasílabas: versos de 11 sílabas ABAB. Tampoco suelen aparecer solas, pues
Machado, si no combina la estrofa, introducía entre los versos de 11 algún heptasílabo.
Cuarteta decasílaba y alejandrina: con versos de 10 y 14 sílabas, respectivamente.
Quintilla: cinco versos de 8 o 12 sílabas y, según el esquema más general, abaab.
Lira: Cinco versos de 7 y 11 sílabas, que riman aBabB.
Soneto: aparecen con esquemas diferentes al normal.
 
En Campos de Castilla:
 
Campos de Castilla se diferencia bastante de la obra anterior. Ahora, el octosílabo es el metro
dominante y a la Silva predilecta con anterioridad, se prefieren ahora los siguientes:
El romance
La Soleá: composición de tres versos de 8 sílabas, que riman el primero con el tercero en
asonante.
La seguidilla: serie de versos de 5 y 7 sílabas que riman los pares en asonante.
Copla: composición de 4 versos de ocho sílabas, que riman en asonante el segundo y el
cuarto.
El zéjel: Versos de 6 sílabas, que riman en consonante.
 
 

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