Precedente28243 Amparo Directo en Revision
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Precedente (sentencia)
IV. Competencia
Esta Primera Sala es competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo
dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos 81, fracción II; y 96 de la Ley de Amparo vigente; 21, fracción III, inciso a), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con lo establecido en los puntos primero y
tercero del Acuerdo General Número 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el 13 de
mayo de 2013. Lo anterior, toda vez que el presente recurso fue interpuesto en contra de una
sentencia pronunciada por un Tribunal Colegiado en el marco de un juicio de amparo directo y el
mismo corresponde a la materia penal.
De las constancias de autos se advierte que la sentencia recurrida fue dictada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, el 8 de enero de 2015,(34) se terminó de
engrosar el 15 de enero(35) y fue notificada por lista a las partes el viernes 16 de enero de
2015;(36) notificación que surtió sus efectos el día hábil siguiente, es decir, el lunes 19 de enero del
mismo año.
Por tanto, el plazo de diez días para la interposición del recurso comenzó a correr a partir del martes
20 de enero de 2015 y concluyó el martes 3 de febrero del mismo año; descontando los días 24, 25,
31, 1 y 2 de enero y febrero, respectivamente, por ser días inhábiles, conforme a lo dispuesto en el
artículo 19 de la Ley de Amparo, el artículo 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, 74 de la Ley Federal del Trabajo y el Acuerdo Número 2/2006, del Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
VI. Procedencia
Por corresponder a una cuestión de estudio preferente, esta Primera Sala se avocará a determinar
la procedencia del presente recurso de revisión. En este sentido, de conformidad con lo previsto en
los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81,
fracción II, de la Ley de Amparo vigente; y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, así como en los puntos primero, segundo y tercero del Acuerdo General
Plenario Número 9/2015, se deriva lo siguiente:
a) Por regla general, las sentencias que dicten los Tribunales Colegiados de Circuito en juicios de
amparo directo son inatacables.
b) Por excepción, tales sentencias serán susceptibles de ser impugnadas mediante recurso de
revisión, si:
ii. Sobre la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea Parte.
II. Sumado a lo anterior, el asunto en cuestión deberá cumplir con los requisitos de importancia y
trascendencia, entendiéndose que será así cuando:
i. Se advierta que aquél dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden
jurídico nacional; o
c) El análisis definitivo de la procedencia del recurso es competencia, según sea el caso, del Pleno
o las Salas de esta Suprema Corte. Es importante señalar que el hecho de que el presidente del
Pleno, o de la Sala respectiva, admita a trámite el mismo no implica la procedencia definitiva del
recurso.
En primer lugar, es importante señalar que no serán materia de estudio de la presente sentencia
aquellos agravios mediante los que se pretende impugnar cuestiones de mera legalidad, relativas a
la valoración de los medios probatorios y su idoneidad para demostrar la existencia del delito de
homicidio simple intencional y el grado de responsabilidad del recurrente en su comisión, pues
como se señaló anteriormente, el amparo directo en revisión solamente puede ocuparse de
No obstante, este Alto Tribunal advierte que desde su demanda de amparo, el quejoso manifestó
haber sido incomunicado y torturado de forma posterior a su detención; lo que –según manifiesta–
tuvo como consecuencia que le fuera sembrada el arma con la que supuestamente privó de la vida
a la víctima. Además, de las constancias de autos se desprende que el presente asunto deriva de
un procedimiento penal acusatorio y que el quejoso decidió declarar durante la audiencia de juicio
oral, aceptando haber disparado un arma en contra de la víctima.
Por tanto, esta Primera Sala considera que en el caso subsiste un planteamiento de
constitucionalidad –que además resulta de importancia y trascendencia–, que hace procedente el
presente medio de impugnación. En específico, si conforme a lo dispuesto en la Constitución y en la
Ley de Amparo es posible ejercer revisión constitucional en sede de juicio de amparo directo y,
consecuentemente, en el recurso de revisión interpuesto en contra de la sentencia respectiva, en
relación con violaciones a derechos fundamentales –en particular, ante la existencia de un alegato
sobre posibles actos de tortura–, cuando se dice que éstas han ocurrido durante las etapas previas
a la audiencia de juicio oral.
Efectivamente, debe recordarse que en el presente caso el quejoso planteó, desde su demanda de
amparo directo, que fue incomunicado y torturado de forma posterior a su detención, lo que a su
consideración debió tener como consecuencia que el arma, que le fue encontrada durante la misma,
fuera excluida del material probatorio que debía valorar el tribunal de juicio oral. En este sentido, no
debe pasar desapercibido que el quejoso declaró durante la audiencia de juicio oral y aceptó haber
disparado un arma de fuego en contra de la víctima. Por tanto, para determinar si este Alto Tribunal
puede entrar al análisis del alegato de tortura formulado por el recurrente, resulta necesario
previamente analizar en específico, lo dispuesto por el artículo 107, fracción III, inciso a), de la
Constitución, mismo que dispone lo siguiente:
"Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
"...
"III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el amparo sólo
procederá en los casos siguientes:
"a) Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, ya sea que la
violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del
quejoso trascendiendo al resultado del fallo. En relación con el amparo al que se refiere este inciso
y la fracción V de este artículo, el Tribunal Colegiado de Circuito deberá decidir respecto de todas
las violaciones procesales que se hicieron valer y aquellas que, cuando proceda, advierta en
suplencia de la queja, y fijará los términos precisos en que deberá pronunciarse la nueva resolución.
Si las violaciones procesales no se invocaron en un primer amparo, ni el Tribunal Colegiado
correspondiente las hizo valer de oficio en los casos en que proceda la suplencia de la queja, no
podrán ser materia de concepto de violación, ni de estudio oficioso en juicio de amparo posterior.
"La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el
acto reclamado, podrá presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera de las
partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado. La ley determinará la forma y
términos en que deberá promoverse.
"Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas, laudos y
resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la ley permita la renuncia
de los recursos.
"Al reclamarse la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio, deberán hacerse
valer las violaciones a las leyes del procedimiento, siempre y cuando el quejoso las haya
impugnado durante la tramitación del juicio mediante el recurso o medio de defensa que, en su
caso, señale la ley ordinaria respectiva. Este requisito no será exigible en amparos contra actos que
afecten derechos de menores o incapaces, al estado civil, o al orden o estabilidad de la familia, ni
en los de naturaleza penal promovidos por el sentenciado."
"Artículo 173. En los juicios del orden penal se considerarán violadas las leyes del procedimiento
con trascendencia a las defensas del quejoso, cuando:
"...
"...
"VI. No se respete al imputado el derecho a declarar o guardar silencio, la declaración del imputado
se obtenga mediante incomunicación, intimidación, tortura o sin presencia de su defensor, o cuando
el ejercicio del derecho a guardar silencio se utilice en su perjuicio;
"...
"XIX. Se trate de casos análogos a las fracciones anteriores a juicio del órgano jurisdiccional de
amparo."
Ahora bien, como se verá más adelante, es importante señalar que esta redacción proviene de la
reforma de 17 de junio de 2016, mediante la que se buscó dividir las hipótesis en dos apartados:
uno para el sistema de justicia penal mixto y otro para el sistema de justicia penal acusatorio. Al
respecto, esta Primera Sala advierte que el juicio de amparo directo del que deriva el presente
asunto fue promovido previo a la señalada reforma; sin embargo, como se podrá observar, las
hipótesis en cuestión se encontraban anteriormente en las fracciones VIII y XXII del mismo artículo,
exactamente en los mismos términos:
"Artículo 173. En los juicios del orden penal se considerarán violadas las leyes del procedimiento
con trascendencia a las defensas del quejoso, cuando:
"...
"...
"XXII. Se trate de casos análogos a las fracciones anteriores a juicio del órgano jurisdiccional de
amparo."
Así las cosas, esta Primera Sala advierte que las citadas disposiciones admiten, en principio, dos
interpretaciones distintas, a saber: a) por un lado, se podría realizar una interpretación literal para
concluir que sí es posible analizar en el marco de un juicio de amparo directo las violaciones
procedimentales cometidas durante cualquiera de las etapas del procedimiento penal acusatorio,
adversarial y oral, pues la Ley de Amparo en ningún momento limita el examen de dichas
violaciones a un momento en específico; o b) por otro lado, se podría realizar una interpretación
para concluir que el análisis de las violaciones procesales en el juicio de amparo directo debe
limitarse exclusivamente a aquellas cometidas durante la audiencia de juicio oral.
Para determinar cuál de las dos interpretaciones expuestas resulta la más adecuada para lograr una
armonización entre las disposiciones constitucionales que regulan el sistema acusatorio y el juicio
de amparo, el estudio de fondo de la presente sentencia se estructurará de la siguiente manera: 1.
en primer lugar, se expondrán las particularidades del nuevo sistema penal acusatorio, adversarial y
oral a la luz de lo que dispone la Constitución y el Código de Procedimientos Penales para el Estado
de México (legislación aplicable al caso concreto); 2. partiendo de lo anterior, se explicará en
específico la diferenciación de funciones que rige en un sistema penal de esta naturaleza, así como
el cierre de etapas y la oportunidad de las partes para formular peticiones y alegatos; 3.
posteriormente, se determinará cuál de las dos interpretaciones propuestas respecto de la Ley de
Amparo resulta conforme a los principios constitucionales del sistema penal acusatorio y del juicio
de amparo; y, 4. finalmente, se analizará el caso concreto a la luz de las consideraciones
anteriormente expuestas.
Al respecto, al resolver la contradicción de tesis 160/2010,(41) esta Primera Sala reconoció que la
señalada reforma procesal penal tuvo como finalidad que, mediante la aplicación de dichos
principios en los casos concretos, se cumpliera con los objetivos del sistema penal acusatorio:
esclarecer la verdad real respecto de los hechos ocurridos, específicamente determinar la existencia
de delito y en su caso identificar a su autor; resolver el conflicto suscitado entre las partes; procurar,
efectivamente, la reparación del daño a favor de la víctima u ofendido; aplicar, a favor de las partes
e intervinientes, el debido proceso, reconociendo los principios y derechos procesales; dar celeridad
al proceso con la aplicación reglada de los criterios de oportunidad y las formas alternativas de
solución de conflictos; y facilitar, con la admisión de cargos, el procedimiento abreviado.
Ahora bien, de una simple lectura a las disposiciones constitucionales pertinentes y al Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México –legislación aplicable al caso concreto–, se
desprende que el sistema penal acusatorio se distingue por una clara separación de funciones,
pues aquellas de acusar y juzgar quedan claramente separadas entre sí. En este sentido, dentro del
procedimiento acusatorio en el Estado de México, se pueden distinguir al menos tres momentos
distintos, a saber: a) la investigación conducida por el Ministerio Público y la policía a su mando,
posteriormente supervisada por el Juez de control; b) la admisión y depuración probatoria por parte
del Juez de control, con miras a la apertura de un juicio oral; y finalmente, c) la realización del juicio,
donde un Juez o tribunal oral se pronuncia objetiva e imparcialmente sobre la culpabilidad del
acusado.
La etapa de investigación tiene por objeto determinar si hay fundamento para iniciar un proceso
penal, mediante la obtención de datos de prueba que permitan sustentar la acusación y garantizar la
defensa del indiciado.(42) Esta etapa deberá iniciar con una denuncia o una querella y estará a
cargo –en una primera fase– del Ministerio Público, así como de la policía actuando bajo su
conducción y mando, como lo dispone el primer párrafo del artículo 21 constitucional.(43) Por tanto,
cuando el Ministerio Público tenga conocimiento de un hecho que pudiera ser constitutivo de delito,
deberá promover y dirigir una investigación dentro de la que realizará las diligencias que considere
conducentes para el esclarecimiento de los hechos, las cuales deberán quedar registradas en una
carpeta de investigación que para el efecto se integre.
Ahora bien, cuando el Ministerio Público lo considere oportuno, o cuando estime necesaria la
aplicación de medidas cautelares, podrá formalizar la investigación por medio de la intervención
judicial. Para ello, conforme a lo que establece el artículo 16 constitucional,(44) si el indiciado fue
detenido en flagrancia o en atención a una orden de caso urgente, deberá ser puesto a disposición
del Juez de Control en un plazo no mayor a 48 horas, quien convocará a una audiencia para
verificar la legalidad de la detención y, de ser el caso, formulará la imputación correspondiente.
Por su parte, cuando no medie detenido, bastará que el Ministerio Público solicite al Juez de Control
la celebración de una audiencia para la formulación de la imputación, en la que se le hará saber al
indiciado que se desarrolla una investigación en su contra. Si el indiciado no asiste o se trata de
delitos que ameriten prisión preventiva oficiosa, el Ministerio Público podrá solicitar orden de
aprehensión para asegurar su comparecencia.
Dentro de esta audiencia, generalmente denominada como inicial, el Juez de Control se asegurará
Así las cosas, el Juez de Control podrá decretar auto de vinculación a proceso si considera que
existen datos de prueba para establecer que se ha cometido un hecho que la ley señala como delito
y que existe la probabilidad de que el imputado lo cometió o participó en su comisión, el cual podrá
ser impugnado vía recurso de apelación y, en su caso, vía juicio de amparo indirecto.(46) Además,
en este acto, el Juez de Control deberá fijar fecha para la audiencia de cierre de la investigación,
tomando en consideración la naturaleza de los hechos atribuidos y la complejidad de la misma; la
cual deberá celebrarse dentro de un plazo de dos a seis meses, dependiendo de si la pena máxima
del delito excede o no de dos años de prisión.
En este orden de ideas, la audiencia de cierre de investigación concluye con la decisión del
Ministerio Público de formular o no acusación en contra del imputado. De esta manera, existe la
posibilidad de que esta etapa no concluya con una acusación, sino que el Ministerio Público solicite
el sobreseimiento de la causa o la suspensión del proceso.
En caso de formularse la acusación, el Juez de Control deberá notificarla a las partes y citar a la
audiencia intermedia; la cual tiene por objeto el ofrecimiento y admisión de medios de prueba, así
como la depuración de los hechos controvertidos que serán materia del juicio oral, para lo cual
podrán solicitar al Juez de Control que dé por acreditados ciertos hechos, de forma que ya no sean
materia de debate en el juicio oral.(47) En este sentido, durante el desarrollo de esta audiencia, el
Juez de Control concederá el uso de la palabra a las partes para que realicen las solicitudes,
observaciones y planteamientos que estimen relevantes respecto de la admisión o inadmisión de los
medios probatorios ofrecidos.
Así las cosas, una vez que el Juez de Control analizó la admisibilidad de los medios de convicción
ofrecidos y escuchó los argumentos de las partes que comparecieron en la audiencia intermedia,
dictará la resolución o auto de apertura a juicio, en el cual deberá indicar: I. El juzgado o tribunal
competente para celebrar la audiencia de juicio; II. La acusación que deberá ser objeto de juicio y
las correcciones formales que se hubieren realizado en ella; III. la pretensión sobre el pago de la
reparación del daño; IV. Los hechos que se tienen por acreditados; y finalmente, V. las pruebas que
deberán desahogarse en juicio. Respecto de este último punto, el penúltimo párrafo del artículo 327
del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México establece que el Juez de Control
deberá inadmitir las pruebas obtenidas por "medios ilícitos".
En este orden de ideas, al tratarse de una fase diseñada específicamente para discutir los temas
relacionados con la admisión o inadmisión de los medios de prueba que van a ser incorporados o
desahogados en el juicio oral, puede decirse que una de las finalidades más importantes de la etapa
intermedia es que el imputado pueda plantear, en caso de que lo estime pertinente, argumentos
relacionados con vulneraciones a derechos fundamentales que hayan dado lugar a la obtención de
elementos de prueba que pretendan ser utilizados por la acusación en el juicio oral. Al respecto, no
hay que perder de vista que la fracción IX del apartado A del artículo 20 constitucional establece
c) Etapa de juicio
Una vez dictada la resolución de apertura de juicio oral, el Juez de Control la hará llegar al Juez de
juicio oral o al Juez que presida el tribunal de juicio oral competente, poniendo también a su
disposición a las personas sometidas a prisión preventiva o a otro tipo de medidas personales.
Hecho lo anterior, el Juez de juicio oral fijará fecha para la celebración de la audiencia
correspondiente.(49) Es importante señalar que, tanto el artículo 20, apartado A, fracción IV,
constitucional(50) como la legislación procesal penal aplicable en su artículo 330,(51) señalan una
prohibición expresa en el sentido de que los Jueces que, en el mismo asunto hayan intervenido en
las etapas anteriores a la de juicio oral, no podrán conocer en esta etapa.
Durante la audiencia de juicio oral, se debatirán las cuestiones esenciales del proceso penal,
mediante el desahogo de las pruebas señaladas en la resolución de apertura de juicio oral y la
exposición de los alegatos de las partes. Terminado el debate, si el Juez o tribunal de juicio oral
consideran que existen elementos probatorios suficientes para acreditar la existencia del delito y la
responsabilidad penal del acusado más allá de toda duda razonable, procederá a dictar sentencia
condenatoria en su contra, de conformidad con el derecho a la presunción de inocencia en su
vertiente de estándar de prueba y lo dispuesto en la fracción VIII del apartado A del artículo 20
constitucional; de lo contrario, dictará sentencia en el sentido de absolver al acusado.(52) En
cualquier caso, la autoridad judicial deberá explicar la sentencia durante la audiencia respectiva.
Respecto de este punto, es importante resaltar que, por disposición expresa del artículo 20,
apartado A, fracción III, de la Constitución(53) –el cual fue recogido por el artículo 249 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México–,(54) las actuaciones que realice el Ministerio
Público durante la investigación carecen de valor probatorio al momento del dictado de la sentencia
definitiva, por lo que sólo podrán ser consideradas como pruebas de cargo susceptibles de enervar
la presunción de inocencia aquellas desahogadas públicamente durante la audiencia de juicio oral
ante el tribunal correspondiente, salvo que se autorice el anticipo de una prueba, o su incorporación
por lectura o reproducción dentro de la audiencia de juicio oral.(55)
Una vez expuestas las generalidades del sistema de justicia penal acusatorio y oral conforme a lo
que dispone la Constitución y el Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, a
continuación se procede a examinar si atendiendo a la naturaleza y finalidades del mencionado
sistema de justicia penal, es posible retomar dentro de la audiencia de juicio oral el debate sobre la
posible exclusión de medios probatorios derivado de la existencia de una violación a derechos
fundamentales.
En este sentido, al conocer de la investigación, el Juez de Control deberá verificar que –de ser el
caso– el indiciado hubiera sido detenido conforme a las exigencias constitucionales; que no hubiera
existido una dilación injustificada entre su detención y su puesta a disposición ante la autoridad
correspondiente; que no hubiere sido objeto de actos de incomunicación, tortura u otros tratos
crueles, inhumanos o degradantes; y que hubiere sido informado de los derechos con los que
cuenta como imputado; entre otras cuestiones.
Ahora bien, como sucede en la mayoría de los sistemas de justicia penal acusatorio, al cierre de la
investigación no le sigue inmediatamente la realización del juicio, sino una etapa intermedia que
también se realiza ante el Juez de Control; la cual inicia con la formulación de la acusación por parte
del Ministerio Público y tiene por objeto principal la preparación del juicio, fijándose de modo preciso
su objeto, los sujetos intervinientes y los medios de prueba que deberán ser desahogados. Esta
etapa se funda en la idea de que los juicios deben ser preparados convenientemente y se debe
llegar a ellos luego de una actividad diligente.(58)
Al respecto, una de las principales responsabilidades del Juez de control durante esta etapa es
asegurarse de que durante la investigación no se hubieran cometido transgresiones a los derechos
fundamentales del imputado o que, en su caso, las consecuencias de éstas no se trasladen a la
etapa de juicio oral, donde puedan generar mayores perjuicios o invalidar la totalidad del propio
juicio. Así, al dictar el auto o resolución de apertura a juicio, el Juez de Control debe verificar esta
situación y excluir cualquier medio de prueba obtenido a partir de una violación a derechos
fundamentales.(59)
Una vez superada la etapa intermedia, se procederá a la realización del juicio oral. Ésta es la etapa
principal de todo proceso penal, pues es en ella donde se resuelve de modo definitivo –aunque
revisable– sobre la existencia del delito y la responsabilidad del acusado. Al respecto, es importante
recordar que del artículo 20, apartado A, fracción IV, de la Constitución se desprende una regla en
el sentido de que la etapa de juicio oral debe celebrarse ante un Juez que no haya conocido del
caso previamente; prohibición que fue retomada por el legislador local en el artículo 330 del Código
de Procedimientos Penales para el Estado de México. Lo anterior se justifica, según lo ha
reconocido esta Primera Sala, pues se busca evitar que los Jueces del juicio oral prejuzguen sobre
la responsabilidad del acusado con motivo de las actuaciones practicadas en la indagatoria,
preservando con ello la objetividad e imparcialidad de sus decisiones.(60)
En este sentido, será a través de la producción o desahogo de las pruebas señaladas en el auto de
apertura a juicio, que el Juez o tribunal del juicio se haga de toda la información necesaria para
resolver sobre la responsabilidad del acusado. Así, un principio básico del sistema penal acusatorio
–vinculado con los deberes de objetividad e imparcialidad antes señalados– es que la información
que se puede utilizar para determinar la existencia de un delito y la responsabilidad del acusado en
su comisión, sólo puede ser aquella que ha ingresado válidamente al debate principal a través del
auto de apertura a juicio y es desahogada conforme a los principios de inmediación y contradicción.
Así las cosas, esta Primera Sala advierte que el procedimiento penal acusatorio y oral en nuestro
país se encuentra dividido en una serie de momentos o etapas, cada una de las cuales tiene una
Así, una vez expresados los argumentos por las partes durante la etapa que se trate, el Juez de
control emitirá el pronunciamiento que corresponda; y en caso de inconformidad, el imputado
deberá acudir a los medios de defensa a su alcance, sin que este debate pueda ser retomado o
reabierto posteriormente en la etapa de juicio oral. De esta forma se garantiza que el material
probatorio, que trascienda a este último, sea idóneo para que el tribunal correspondiente dicte su
resolución, con lo cual, se busca reducir la posibilidad de que el juicio sea nulificado o repuesto, con
las complicaciones y costos que ello conllevaría, en el entendido de que esa consecuencia
únicamente debe asignarse a los casos que ineludiblemente lo ameriten.
Ahora bien, sobre este punto debe hacerse notar que el objeto del debate durante la etapa
intermedia y el juicio oral es completamente distinto; en tanto que en la primera se discute si de los
datos que arroja la investigación se advierte una violación a derechos fundamentales y, en
consecuencia, si debe excluirse algún medio probatorio derivado de dicha violación; la finalidad del
juicio oral consiste en esclarecer los hechos sobre existencia de un delito y la responsabilidad del
acusado en su comisión. En esta línea, pueden presentarse casos en los que el debate en el juicio
oral relativo a la existencia de un delito y la responsabilidad del acusado se encuentre
estrechamente vinculado con argumentos sobre violaciones a derechos fundamentales planteados
en etapas previas.
Así, esta Primera Sala considera que en la audiencia de juicio oral no es posible excluir una prueba
admitida previamente por el Juez de Control, pues esta discusión debió tener lugar durante la etapa
intermedia por las razones anotadas anteriormente; sino que deberá tomar en consideración esa
violación a derechos fundamentales al momento de realizar la valoración probatoria respectiva en la
sentencia definitiva. La anterior distinción resulta de suma relevancia, pues como se ha señalado,
para que el nuevo sistema de justicia penal funcione adecuadamente es necesario que las
cuestiones relativas a la exclusión probatoria derivada de violaciones, a derechos fundamentales
queden definitivamente dilucidadas de forma previa a la apertura del juicio oral; de tal manera que el
juzgador, en esta última etapa, tenga como función exclusiva el análisis de las pruebas para
determinar la existencia del delito y la responsabilidad del acusado, sin que en ningún caso sea
posible retomar aquel debate.
Por otra parte, resulta de suma importancia aclarar que lo anteriormente expuesto no significa, de
ninguna manera, que se le reste importancia a la eventual introducción de pruebas ilícitas al juicio.
Al respecto, debe recordarse que al resolver el amparo directo 9/2008,(65) esta Primera Sala
sostuvo categóricamente que "la nulidad de la prueba ilícita es un derecho sustantivo que le asiste
al imputado durante todo el proceso y cuya protección puede hacer valer frente a los tribunales".
Así las cosas, la conclusión a la que se arriba en la presente sentencia en torno a la imposibilidad
de que en la audiencia de juicio oral se realice un pronunciamiento en torno a la exclusión de
medios de prueba derivados de una violación a derechos fundamentales, parte de la premisa de
que el debate en cuestión deberá realizarse durante las primeras etapas del procedimiento penal,
con miras a asegurar la operatividad del sistema de justicia penal acusatorio y a proteger sus
principios fundamentales.
3. Procedencia del juicio de amparo directo para impugnar violaciones cometidas durante las etapas
preliminar e intermedia
En este sentido, como se adelantó al inicio del presente estudio, el texto vigente al momento de los
hechos del artículo 173 de la Ley de Amparo señalaba diversos supuestos en los que se debían
considerar violadas las leyes del procedimiento con trascendencia a las defensas del quejoso dentro
de los juicios del orden penal.(68) Al respecto, se advierte que si bien el legislador ordinario incluyó
diversas hipótesis para compatibilizar la procedencia del juicio de amparo directo con las
particularidades del sistema penal acusatorio, lo cierto es que omitió distinguir qué hipótesis debían
corresponder a cada uno de los sistemas de justicia penal vigentes; tomando en consideración que,
conforme a los artículos transitorios de la reforma constitucional de 18 de junio de 2008, el sistema
penal acusatorio entraría en vigor de forma gradual en el territorio nacional y, por tanto, existiría
durante cierto tiempo la convergencia entre los dos sistemas.
El anterior problema fue atendido por el legislador a través de la reforma de 17 de junio de 2016,
mediante la cual distribuyó las hipótesis en cuestión dentro de dos apartados: un apartado A para el
sistema de justicia penal mixto y un apartado B para el sistema de justicia penal acusatorio y
oral.(69) Sin embargo, esta Primera Sala observa que en el señalado apartado B permanecieron
–como reminiscencia del funcionamiento del juicio de amparo directo durante de la vigencia del
sistema mixto– diversas hipótesis, que no resultan acordes a la estructura, naturaleza y fines del
sistema penal acusatorio, conforme a lo que se ha expuesto hasta el momento.
En efecto, de una simple lectura a las fracciones VIII, IX, XII y XIII, apartado B, del mencionado
artículo 173, se desprende que el legislador previó como violaciones a las leyes del procedimiento
con trascendencia a las defensas del quejoso –para efectos de la procedencia del juicio de amparo
directo– supuestos que se materializan en las etapas preliminar o intermedia del juicio oral, tales
como la información de derechos desde el momento de la detención; la notificación y asistencia
consular del imputado extranjero; el acceso a los registros de investigación durante la detención o
cuando se pretenda obtener la declaración del imputado; o el derecho a una defensa adecuada por
abogado desde el momento de la detención. Además, se advierte que en el resto de los supuestos
previstos, el legislador no aclaró si la violación procesal debía cometerse exclusivamente durante la
etapa de juicio oral, o si la misma es impugnable mediante juicio de amparo directo si sucedió en
cualquiera de las etapas que conforman el procedimiento penal acusatorio.
Así las cosas, como se señaló al inicio, esta Primera Sala advierte que la citada disposición podría
interpretarse de dos formas distintas, a saber: a) por un lado, se podría realizar una interpretación
literal del precepto en cuestión, para concluir que sí es posible analizar en el marco de un juicio de
amparo directo las violaciones procedimentales cometidas durante cualquiera de las etapas del
procedimiento penal acusatorio y oral, pues la Ley de Amparo en ningún momento limita el examen
de dichas violaciones a un momento en específico; o b) por otro lado, se podría realizar una
interpretación conforme a la Constitución para concluir que el análisis de las violaciones procesales
en el juicio de amparo directo debe limitarse exclusivamente a aquellas cometidas durante la
audiencia de juicio oral.
Ahora bien, como se adelantó al inicio, es importante resaltar que en el caso que nos ocupa cobra
relevancia el supuesto previsto en la fracción VIII del artículo 173 de la Ley de Amparo vigente –en
su redacción previa a la reforma de 17 de junio de 2016–, en la cual se establece que se
considerarán violadas las leyes del procedimiento con trascendencia a las defensas del quejoso
cuando "[n]o se respete al imputado el derecho a declarar o guardar silencio, la declaración del
imputado se obtenga mediante incomunicación, intimidación, tortura o sin presencia de su defensor,
o cuando el ejercicio del derecho a guardar silencio se utilice en su perjuicio". Además, debe
recordarse que dicho supuesto fue posteriormente trasladado a la fracción VI del apartado B de la
Así las cosas, en la lógica de lo expresado a lo largo de la presente sentencia, esta Primera Sala
entiende que, con la finalidad de que el juicio de amparo funcione acorde a la estructura y
naturaleza del procedimiento penal acusatorio y oral, atendiendo a lo dispuesto en el artículo 20
constitucional, es necesario optar por una interpretación de los preceptos aludidos en el párrafo
anterior, conforme con la Constitución, en el sentido de que sólo podrá ser objeto de revisión
constitucional, en sede de juicio de amparo directo, la violación al derecho en cuestión, cuando la
misma se materialice durante la tramitación de la etapa de juicio oral; sin que resulte posible su
estudio en esta instancia cuando haya sido cometida durante las etapas preliminar o intermedia del
procedimiento penal.
Se arriba a esta conclusión en virtud de que –como se señaló al inicio– el juicio de amparo directo
tiene por objeto la revisión constitucional de resoluciones que pongan fin a un juicio; es decir, en el
contexto del sistema penal acusatorio, el acto reclamado consistirá en la resolución dictada en
apelación, a través de la cual se examina la sentencia emitida por el Juez o tribunal de juicio oral.
Así, es evidente que la materia del juicio de amparo directo, tratándose del nuevo sistema de justicia
penal, deberá consistir exclusivamente en analizar lo actuado durante la etapa de juicio oral; sin
incluir decisiones tomadas en etapas previas por una autoridad jurisdiccional distinta, relativas a
cuestiones cuyo debate no pudo ser retomado o reabierto en aquella etapa.
Por lo demás, esta interpretación es congruente con lo dispuesto por el artículo 75 de la Ley de
Amparo vigente, en el sentido de que, en las sentencias que se dicten en los juicios de amparo, se
deberá apreciar el acto reclamado tal y como apareció probado ante la autoridad responsable; sin
que sea posible admitir o tomar en consideración pruebas que no se hubiesen rendido ante ella,
salvo cuando no se hubiere tenido la oportunidad de hacerlo. Lo anterior, pues para que el tribunal
de amparo estuviera en condiciones de pronunciarse sobre violaciones a derechos fundamentales
cometidas durante las etapas preliminar e intermedia del procedimiento, en la mayoría de los casos
necesitaría tener acceso a la carpeta de investigación y/o a las constancias correspondientes a
estas etapas; elementos a los que por regla general no tiene acceso el Juez o tribunal de juicio oral
ni el tribunal de apelación –autoridad responsable–, en razón de lo ya expuesto.
Efectivamente, si bien la estructura del antiguo sistema de justicia penal permitía, sin mayores
dificultades, subsanar violaciones al procedimiento, mediante su reposición, debe advertirse que en
el nuevo sistema una sentencia condenatoria solamente puede sustentarse en pruebas
desahogadas durante la audiencia de juicio oral, la cual debe regirse por los principios de
concentración y continuidad. Por tanto, la reposición del procedimiento en este sistema significa la
realización de un nuevo juicio oral frente a un juzgador distinto al que conoció originalmente; lo que
representará un alto costo tanto para las partes involucradas, como para el sistema de justicia penal
en su conjunto. Así, por ejemplo, al reponerse el procedimiento se corre el riesgo de que
determinados medios probatorios ya no puedan reproducirse, o bien, pierdan fiabilidad o
espontaneidad; sin mencionar los gastos en los que esa reposición haría incurrir a las partes y al
sistema judicial.
Ahora bien, debe reiterarse que esta conclusión no supone de ninguna manera que las cuestiones
de ilicitud probatoria queden exentas de revisión; pues el criterio expuesto simplemente consiste en
que dichas cuestiones deberán ser debatidas e impugnadas durante las etapas correspondientes
del procedimiento acusatorio. Lo anterior, con la finalidad de que los problemas de ilicitud probatoria
sean atendidos sin comprometer la operatividad del sistema de justicia penal y sus principios
fundamentales.
Al respecto, no pasa desapercibido que este Alto Tribunal ha mantenido hasta el momento, el
criterio de que los actos relacionados con la admisión de pruebas –o, a la forma en que se
pretendan recibir o desahogar– por regla general, constituyen violaciones procesales que deben ser
reclamadas en el juicio de amparo directo que se promueva en contra de la sentencia definitiva que
ponga fin al juicio.(71) Además, ha sido criterio reiterado de esta Primera Sala que es procedente el
juicio de amparo directo para analizar violaciones cometidas durante la detención del quejoso, así
como durante la averiguación previa.(72)
No obstante, debe tomarse en consideración que dichos criterios fueron emitidos conforme a la
lógica del sistema tradicional o mixto, en el que los elementos probatorios se formalizaban durante
la averiguación previa, se enviaban las constancias correspondientes al Juez penal –sin la
intervención de una autoridad jurisdiccional intermedia– y a partir de ellas se resolvía sobre la
existencia del delito y la responsabilidad del imputado. Así, esta Primera Sala advierte que se
deberán ir emitiendo nuevos criterios, mediante los que se ajuste la procedencia del juicio de
amparo en las vías indirecta y directa, partiendo de las bases expuestas a lo largo de la presente
sentencia, en torno a la estructura y naturaleza del sistema penal acusatorio, de forma que el
imputado cuente con los medios necesarios para impugnar las decisiones sobre la exclusión
probatoria y no quede en estado de indefensión.
Atendiendo a lo expuesto, en lo que respecta al caso concreto, esta Primera Sala advierte que, en
su demanda de amparo, el quejoso expresó que:
"... tampoco se tiene la certeza de que el arma que supuestamente me encontraron cuando fui
detenido, fuera el arma que utilice (sic) en el evento que nos ocupa, pues dicha me fuera sembrada
(sic) en el momento en que fui detenido, circunstancias que debió tomar en consideración el tribunal
de alzada, dado que en mi detención se conculcaron derechos fundamentales a más de que estuve
varios días detenido, incomunicado y fui torturado, por lo que ... al resolver el Tribunal de Alzada
debe tomar en consideración las constancias que se encuentran tanto en la carpeta de investigación
y administrativa para determinar si se está en presencia de una prueba ilícita ..."(73)
"...se violaron en mi perjuicio derechos fundamentales, dado que el suscrito estuve detenido varios
días, sin que se me pusiera a disposición de la autoridad competente, teniéndome incomunicado y
Así las cosas, de la narración realizada por el propio quejoso, claramente se desprende que los
alegados actos de incomunicación y tortura habrían ocurrido en días posteriores a la detención del
quejoso; es decir, durante los primeros momentos de la fase de investigación. Por tanto, siguiendo
el criterio sentado en la presente sentencia, el quejoso debió plantear este alegato ante el Juez de
control que conoció del asunto; actuación que pudo ser atacada por el ahora recurrente a través de
los medios de impugnación a su alcance.
No es obstáculo para arribar a esta conclusión el hecho de que durante la audiencia de juicio oral el
quejoso optara por declarar y aceptara haber disparado un arma de fuego en contra de la víctima.
Lo anterior, pues de los conceptos de violación del quejoso no se desprende que dicha confesión
hubiese sido emitida como consecuencia de la supuesta tortura ni que al momento de emitirla se
encontrara bajo cualquier tipo de presión, máxime que en el juicio de amparo hace referencia a
dicha declaración para sostener que el delito se cometió en riña.
No obstante, como lo ha señalado este Alto Tribunal en precedentes anteriores, las autoridades
jurisdiccionales no pueden simplemente desestimar un alegato de tortura, sino que en cualquier
caso debe darse vista al Ministerio Público competente para efecto de que dé inicio a la
investigación penal correspondiente, de forma que se determine la existencia de la tortura como
delito en relación con los agentes estatales involucrados. Al respecto, esta Primera Sala advierte
que el Tribunal Colegiado omitió atender dicha obligación en la sentencia que ahora se analiza; por
lo que en este acto se procede a dar vista al Ministerio Público de la Federación adscrito a dicho
órgano jurisdiccional para el efecto de que dé inicio a una investigación de carácter penal, respecto
de la denuncia de tortura emitida por el aquí recurrente.
Por lo antes expuesto, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
RESUELVE:
SEGUNDO.—Se sobresee el juicio de amparo respecto del acto de ejecución reclamado al Juez de
Juicio Oral del Distrito Judicial de Tlalnepantla, Estado de México.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución. Devuélvanse los autos al lugar de su procedencia y,
en su oportunidad, archívese este toca como asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de
cinco votos de los señores Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (ponente), José Ramón Cossío
Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y la Ministra presidenta Norma
Lucía Piña Hernández. Los señores Ministros José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo
Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena se reservaron el derecho a formular voto concurrente.
__________________________
34. Sentencia impugnada. Juicio de amparo directo **********, foja 157.
35. Sentencia impugnada. Juicio de amparo directo **********, foja 225 vuelta.
38. Sirven de apoyo la tesis jurisprudencial 1a./J. 56/2007, de esta Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, mayo de 2007,
página 730, con el rubro: "REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. SON INOPERANTES LOS
AGRAVIOS QUE ADUZCAN CUESTIONES DE MERA LEGALIDAD.", y la tesis jurisprudencial
2a./J. 53/98, de la Segunda Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, igualmente
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VIII, agosto
de 1998, página 326, con el rubro: "REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LOS AGRAVIOS DE
LEGALIDAD SON INOPERANTES."
39. En específico, se reformaron los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las fracciones XXI y XXIII
del artículo 73; la fracción VII del artículo 115; y la fracción XIII del apartado B del artículo 123, todos
de la Constitución Federal.
40. Al respecto, véase el primer párrafo del artículo 20 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
41. Resuelta en sesión de 4 de mayo de 2011, por unanimidad de cinco votos de los Ministros Jorge
Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas (ponente) y presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
42. Esta etapa se encuentra regulada en los artículos 221 a 308 del Código de Procedimientos
Penales para el Estado de México.
46. Al respecto, véase la tesis jurisprudencial 1a./J. 101/2012 (10a.), de esta Primera Sala,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XVIII, Tomo
1, marzo de 2013, página 534, cuyo rubro es: "AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. AL
AFECTAR TEMPORALMENTE LA LIBERTAD DEL INCULPADO SE ACTUALIZA UNA
EXCEPCIÓN AL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD Y, POR TANTO, EN SU CONTRA PROCEDE EL
JUICIO DE AMPARO INDIRECTO."
49. Esta etapa se encuentra regulada en los artículos 329 a 386 del Código de Procedimientos
Penales para el Estado de México.
55. Véase la sentencia dictada dentro del expediente relativo al amparo directo en revisión
4619/2014, página 34. Resuelta por mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
56. Véase la sentencia dictada dentro del expediente relativo a la contradicción de tesis 160/2010,
páginas 59 a 67.
57. Al respecto, véase Baytelman A., Andrés y Mauricio Duce J., Litigación penal. Juicio oral y
prueba, México, Fondo de Cultura Económica, 2009, página 42.
58. Véase Binder, Alberto M., Introducción al derecho procesal penal, 2o. Ed., Bueno Aires, Ad-Hoc,
2013, página 245.
60. Véase la sentencia dictada dentro del expediente relativo a la contradicción de tesis 160/2010,
páginas 56 a 58.
62. Atencio Valverde, Benito Héctor y Luis Chayña Aguilar, Manual del juicio oral, Perú, Grijley,
2016, páginas 70 a 73.
64. Sobre este punto, véase Horvitz Lennon, María Inés y López Masle, Julián, Derecho procesal
penal chileno, Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2004, página 204.
65. Resuelto el 12 de agosto de 2009, por mayoría de cuatro votos de los Ministros José de Jesús
Gudiño Pelayo, José Ramón Cossío Díaz (ponente), Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero
de García Villegas, en contra del voto emitido por el presidente Sergio A. Valls Hernández, quien se
reservó el derecho a formular voto particular.
66. Véase la tesis aislada 1a. CXCV/2013 (10a.), de esta Primera Sala, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XXI, junio de 2013, Tomo 1, página
603, de título y subtítulo: "PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO FUNDAMENTAL DE SU PROHIBICIÓN
O EXCLUSIÓN DEL PROCESO ESTÁ CONTENIDO IMPLÍCITAMENTE EN LOS ARTÍCULOS 14,
16, 17, Y 20, APARTADO A, FRACCIÓN IX, Y 102, APARTADO A, PÁRRAFO SEGUNDO,
CONSTITUCIONALES, EN SU TEXTO ANTERIOR A LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008."
70. Al respecto, véanse la tesis aislada P. CXII/98, del Tribunal Pleno, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VIII, diciembre de 1998, página 255,
de rubro: "PROCEDIMIENTO. SÓLO DEBE REPONERSE CUANDO LA VIOLACIÓN AL MISMO
TRASCIENDA AL RESULTADO DE LA SENTENCIA DEFINITIVA."; la tesis jurisprudencial 1a./J.
65/99, de esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo X, noviembre de 1999, página 336, con el rubro: "PROCEDIMIENTO,
REPOSICIÓN DEL. SÓLO CUANDO LA VIOLACIÓN TRASCIENDA AL RESULTADO DE LA
SENTENCIA DEFINITIVA ES PROCEDENTE."; la tesis jurisprudencial 1a./J. 132/2004, de esta
Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XXI, enero de 2005, página 48, de rubro: "AUDIENCIAS O DILIGENCIAS PROCESALES. LA
INASISTENCIA DEL DEFENSOR O DEL MINISTERIO PÚBLICO CONSTITUYEN VIOLACIONES A
LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO PENAL QUE AMERITAN SU REPOSICIÓN (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE OAXACA)."; la tesis jurisprudencial 1a./J. 131/2005, de esta Primera Sala,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXII,
octubre de 2005, página 126, con el rubro: "AUDIENCIA DE VISTA EN LA APELACIÓN. SU
CELEBRACIÓN SIN LA ASISTENCIA DEL DEFENSOR CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS
LEYES DEL PROCEDIMIENTO PENAL FEDERAL."; la tesis jurisprudencial 1a./J. 101/2013 (10a.),
de esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Libro XXIV, Tomo 1, septiembre de 2013, página 698, de título y subtítulo: "CONEXIDAD DE
DELITOS. DIRECTRICES A SEGUIR CUANDO EN UN JUICIO DE AMPARO DIRECTO
PROMOVIDO CONTRA UNA SENTENCIA DEFINITIVA SE ADVIERTE VIOLACIÓN AL DEBIDO
EJERCICIO DE LA COMPETENCIA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 73, FRACCIÓN XXI, PÁRRAFO
SEGUNDO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS."; la
tesis jurisprudencial 1a./J. 11/2016 (10a.), de esta Primera Sala, publicada en «el Semanario
Judicial de la Federación del viernes 29 de abril de 2016 a las 10:29 horas» y en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 29, Tomo II, abril de 2016, página 896,
de título y subtítulo: "ACTOS DE TORTURA. LA REPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO, CON
MOTIVO DE LA VIOLACIÓN A LAS LEYES QUE LO RIGEN POR LA OMISIÓN DE INVESTIGAR
LOS DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, DEBE ORDENARSE A PARTIR DE LA DILIGENCIA
INMEDIATA ANTERIOR AL AUTO DE CIERRE DE INSTRUCCIÓN."; y la tesis jurisprudencial
1a./J. 10/2016 (10a.), de esta Primera Sala, publicada en «el Semanario Judicial de la Federación
del viernes 29 de abril de 2016 a las 10:29 horas» y en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Libro 29, Tomo II, abril de 2016, página 894, de título y subtítulo:
"ACTOS DE TORTURA. LA OMISIÓN DEL JUEZ PENAL DE INSTANCIA DE INVESTIGAR LOS
DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS LEYES DEL
PROCEDIMIENTO QUE TRASCIENDE A SU DEFENSA Y AMERITA LA REPOSICIÓN DE ÉSTE."
72. Al respecto, véase la tesis jurisprudencial 1a./J. 121/2009, de esta Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, mayo de 2010,
página 36, de rubro: "AMPARO DIRECTO. PROCEDE QUE EN ÉL SE ANALICEN COMO
VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO LAS COMETIDAS EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA,
CUANDO AFECTEN LAS GARANTÍAS CONTENIDAS EN LOS ARTÍCULOS 14 Y 20 DE LA
CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160, FRACCIÓN
XVII, DE LA LEY DE AMPARO."; la tesis jurisprudencial 1a./J. 138/2011 (9a.), de esta Primera Sala,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, Tomo 3,
diciembre de 2011, página 2056, de rubro: "AVERIGUACIÓN PREVIA. LAS TRANSGRESIONES
COMETIDAS DURANTE ESTA FASE CONSTITUYEN VIOLACIONES PROCESALES EN
TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160 DE LA LEY DE AMPARO."; y la tesis jurisprudencial 1a./J.
45/2013 (10a.), de esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Décima Época, Libro XXII, Tomo 1, julio de 2013, página 529, de título y subtítulo:
"VIOLACIONES COMETIDAS EN LA DETENCIÓN DEL INCULPADO CON MOTIVO DE LA
EXCEPCIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL (FLAGRANCIA O CASO
URGENTE). ES FACTIBLE SU ANÁLISIS EN AMPARO DIRECTO CUANDO NO HAYAN SIDO
ANALIZADAS PREVIAMENTE EN AMPARO INDIRECTO."
73. Demanda de amparo directo. Juicio de amparo directo **********, foja 104 (énfasis añadido).
74. Demanda de amparo directo. Juicio de amparo directo **********, foja 111 (énfasis añadido).
Esta ejecutoria se publicó el viernes 07 de diciembre de 2018 a las 10:19 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.