Cuartilla Inteligencia Social

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Construyendo el Liderazgo Eficaz

Por: Julia Camila Campo Acosta1


El liderazgo se ha convertido en un reto para las empresas de hoy. Diferentes teorías
explican cómo se ha dado la evolución de esta habilidad y cuáles son las competencias que
caracterizan a cada uno de los líderes: cómo debe ser su comportamiento, cómo debe ser visto por
sus seguidores, cómo fijan el camino para cumplir objetivos, entre otras tatas que nos permite
identificar qué clase de líder somos, cual queremos ser y/o cuál podríamos llegar a ser, sin
embargo, otros estudios indagan acerca de la biología del liderazgo , un concepto que nos acerca
al origen de esta habilidad o capacidad que no solo las empresas quieren descubrir en sus
ejecutivos sino que nosotros mismos deseamos lograr en todos los ámbitos de nuestra vida.

La forma en que otros nos ven, es la mejor retroalimentación para conocer si nuestra
conducta es la adecuada y si estamos transmitiendo lo que deseamos al relacionarnos con los
demás, es ahí donde la inteligencia social- otro concepto desarrollado en las teorías del liderazgo-
se emplea para entender ¿cómo las empresas y sus ejecutivos pueden desarrollar un liderazgo
eficaz?, la biología del liderazgo nos revela también la importancia de la inteligencia social y su
uso en las mejoras del desempeño de los trabajadores.

La inteligencia social ha sido el foco de investigaciones acerca de la evolución de la


mente humana y a su vez se ha convertido en un aporte para los estudios que involucran el tema
del liderazgo “la investigación en el campo emergente de la neurociencia social-disciplina que
estudia lo que sucede en el cerebro cuando las personas interactúan- está comenzando a revelar
nuevas y sutiles verdades sobre lo que hace a un buen líder” (Goleman & Boyatzis, 2008). La
evolución de la mente se ha dado por las interacciones que tienen las personas con el medio:

“La inteligencia social exigió́ desde el principio el desarrollo de ciertas capacidades


intelectuales abstractas. Si los hombres querían orientarse en el laberinto de interacciones
sociales, era esencial que fueran capaces de una planeación anticipada. Habían de volverse
seres calculadores, capaces de mirar hacia adelante, a posibilidades aún no realizadas, y de
planear, contra planear y enfrentar su ingenio contra compañeros del grupo, sin duda no
menos sagaces que ellos mismos (Humphrey, 1987)

1
Docente de Cátedra- Universitaria de Colombia.
Estos estudios en el campo de la neurociencia social y la evolución de la mente, es un
recurso de vital relevancia en el campo empresarial, pues en ambas ocasiones, han coincidido en
su aporte al liderazgo eficaz, superando conceptos como la inteligencia emocional. Se cree que la
empatía y el autoconocimiento han sido la clave de esta eficacia, sin embargo, es importante
conocer cómo se desarrollan,

Según las investigaciones realizadas por (Goleman & Boyatzis, 2008), la inteligencia
emocional hace referencia al “conjunto de competencias interpersonales construidas sobre
circuitos neuronales específicos que inspiran a los otros a ser eficaces”, es decir, que si el líder es
eficaz, los seguidores también reflejaran eficacia, esto se explica, porque biológicamente en el
cerebro existen neuronas espejo, que como su nombre lo indica, son neuronas que reflejan lo que
otro hace cuando captamos sus emociones, en este sentido, se identifica al líder cuando
consciente o inconscientemente emulamos sus acciones porque su conducta nos inspira o “crea
una sensación instantánea de experiencia compartida”.

Somos los más interesados en emprender el reto de ser líderes, la inteligencia social así
como la biología del liderazgo nos permite desarrollar esa habilidad de modo tal que nuestro
liderazgo sea eficaz, pero como?, (Maxwell & Meara, 1995) identificaron 3 aspectos cognitivos
de la misma: a) conocimiento social (conocimiento de las reglas de cortesía); b) percepción social
(habilidad para comprender el estado emocional de los demás); c) insight social (habilidad para
comprender las conductas observadas en un contexto social). De esta manera, anticiparse a cómo
podrían reaccionar las personas, presentar opiniones con calidez y astucia, desarrollar visión
personal para el cambio, entre otras, permitirá nuestro desarrollo de la inteligencia emocional.

En conclusión, y de acuerdo con (Goleman & Boyatzis, 2008) para desarrollar un


liderazgo eficaz se debe iniciar por tener disposición al cambio de conducta y de ser necesario, a
convivir con un “modelo vivo de conductas eficaces”, pues la mejor enseñanza es el ejemplo,
además del manejo de la química del estrés para no tomar decisiones erróneas que afecten a
nuestros seguidores y su química, ya que esto podría tener efectos negativos en su salud
emocional y para la empresa podría generar bajos indicadores de desempeño y rendimiento.

Bibliografía
Goleman, D., & Boyatzis, R. (2008). La inteligencia social y la Biología del liderazgo. Harvard
Business Review, 2.
Humphrey, N. (1987). La reconquista de la conciencia. Desarrollo de la mente humana. México:
Fondo de Cultura Económica.
Maxwell, S., & Meara, N. (1995). A multitrait-multimethod study of academic and social
intelligence in college students. Journal of Educational Psychology, 117-133.

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