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Te has preguntado alguna vez ¿por qué las personas leen?

¿Por qué y para


qué lees tú? Existe una estrecha relación entre las razones por las que se lee y
los efectos que la lectura provoca en las emociones, conocimientos y
comportamiento de los lectores.
Leer nos permite, entre cosas, compartir, conocer y aprender de las
experiencias de otros; buscar información; nos sirve como medio de escape,
escapar temporalmente de ansiedades, de preocupaciones, de problemas. La
lectura es también sustitución a otros medios de comunicación y nos permite
ocupar nuestro tiempo de ocio. Pero, estudiemos en detalle cada uno de los
propósitos que tiene la lectura.
La lectura de un texto se realiza siempre con un propósito específico, que
da sentido al acto de leer. Por esta razón, no leemos de la misma manera un
chiste, una noticia o un cuento. Los propósitos de este acto lingüístico, cognitivo
y social son los siguientes:
- Estudiar: Practicamos lecturas con este propósito para aprobar cursos, o
para preparar temas, presentaciones orales, entre otras actividades académicas.
En este caso la lectura tiene una función informativa (Halliday, 1975), su finalidad
es ampliar los conocimientos, profundizar en las ideas que se tienen,
autointerrogarnos sobre lo leído, relacionar lo leído con lo que ya se sabe, revisar
y aprender términos nuevos.
- Realizar una crítica: en estos casos, debemos expresar u ofrecer
nuestros juicios personales sobre un material escrito, por ejemplo, un ensayo o
un artículo de opinión. La lectura tiene en este caso una función heurística.
- Informarse: el lector busca con estas lecturas algo que ampliará sus
conocimientos en un área específica de su interés. Este tipo de lectura es
selectiva, rápida y minuciosa. Se trata de leer para obtener una información
precisa: localizar algún dato que interesa sobre una temática determinada, un
número de teléfono, horario de un cine, una palabra en el diccionario.
- Entretenerse: en este caso, la lectura nos
permite pasar el tiempo en situaciones de espera o de
ocio. Tiene una función recreativa, para “gozar”
leyendo chistes, anécdotas, artículos humorísticos.
También se leen y se realizan crucigramas, sopas de
letras, adivinanzas, entre otros textos cuya finalidad
especifica es la de distraer o divertir.
- Disfrutar: la lectura, según este propósito, se practica para el placer
individual y tiene una función personal e imaginativa. En este caso, se valora lo
que se lee en función de las preferencias del lector y de sus estados
emocionales: textos literarios (poesía, narrativa, drama), textos no literarios
(crítica, reflexiones, libros motivacionales o de autoayuda).

La anticipación en la lectura y la lectura activa

Una vez que el lector determina el propósito de la lectura, es de gran utilidad


anticiparse al contenido formulando preguntas, que pueden hacerse antes o
durante la lectura del texto. Para plantearlas es conveniente observar las imágenes,
leer los títulos y subtítulos, los fragmentos destacados en negritas o en fuentes de
letra diferentes, etc.
Las preguntas formuladas pueden orientarnos en la búsqueda de mayor
información sobre algún tópico tratado en el texto leído, o ayudarnos a profundizar
más sobre el tema general del texto.

Un buen lector no puede creer que todo lo que esté escrito, por el simple
hecho de haber sido publicado en un soporte impreso material o virtual sea cierto.
El buen lector es crítico, un lector activo que busca, en las fuentes adecuadas,
la información necesaria para tener una mejor comprensión u opinión del texto
que lee. Cuando se trata de leer con el propósito de informarse o aprender, es
conveniente realizar tres lecturas consecutivas: una inicial o global, una
minuciosa para determinar el vocabulario desconocido y una para profundizar en
el contenido del texto.

Primera lectura: visión del tema. El propósito de una lectura inicial o global,
también llamada exploratoria o superficial, es obtener una idea general del
significado del texto. Permite responder a la pregunta ¿de qué trata el texto? Es
importante, como paso previo, formularse preguntas respecto al título del escrito
¿a qué alude el título?, esta es una forma de anticiparnos al tema y contenido
del texto.

Segunda lectura: lectura minuciosa. Esta lectura permite reconocer las


propiedades de carácter lingüístico y textual del material que se lee (género y
tipo de texto, registro, estrategias discursivas, entre otras), para determinar el
significado o asunto global del texto. Para esto es importante también distinguir
el contexto de producción del escrito.

Tercera lectura: lectura comprensiva. En la lectura comprensiva el lector


procura entender todo el contenido del mensaje. Se practica de manera lenta, de
modo que permita un abordaje del tema donde los tiempos que se le dedican
sean suficientes para comprender a fondo.
La lectura tiene un medio y un fin. Como medio sirve para obtener
información y específicamente para aprender mediante la lengua escrita, como
fin termina en su comprensión e interpretación. Se lee un periódico o texto
científico para informarse, para saber; pero se lee un cuento, poema o novela,
por el placer estético e intelectual. La lectura constante es el mejor vehículo para
expandir nuestro conocimiento y cultura, ampliar nuestro vocabulario e imaginar
mundos posibles.

El Texto Informativo

Los textos informativos son aquellos que proporcionan datos y referencias


sobre un tema en particular. Una de las principales características de los textos
informativos es que el emisor se limita a presentar los hechos sin expresar sus
emociones o sentimientos, ya que el texto debe de ser veraz y objetivo.

Textos muy diferentes entre sí pueden tener también una función


informativa, ya que el término informar puede ser muy amplio. La mayor parte de
las publicaciones relacionadas con la enseñanza hablan de texto expositivo,
texto informativo o texto explicativo, casi indistintamente, sin establecer
diferencias claras.

Si una persona lee una revista de actualidad, se está informando sobre unos
determinados acontecimientos. O bien, si decide conocer sobre la fauna de un
país, quizás lea una revista científica acerca de ese tema. Es decir, siempre se
está informando pero obteniendo referencias de distintos géneros textuales.

Se podría decir entonces que el texto informativo no es un único tipo de


texto, Alfonso y Sánchez (2009) explican que estos textos generalmente “van
mezclados con algún otro de diferente tipo, ya sean narrativos, explicativos,
descriptivos o icónicos. Un afiche, pongamos por caso, que invite a una jornada
de vacunación y explique las razones para hacerlo, mezcla texto informativo y
texto explicativo” (p.170).

Cuando se elaboran es necesario ser muy cuidadoso con la redacción la


cual debe de ser realizada utilizando un lenguaje formal, sin utilizar palabras
rebuscadas, pero tampoco palabras familiares o vagas. La precisión es un
aspecto muy importante en los textos informativos.

El uso correcto de los párrafos es también muy importante así como el


cuidado de la ortografía, ya que el contar con párrafos correctamente
estructurados permite entender con claridad el mensaje que se quiere dar a
conocer.
Clasificación de los textos informativos

Divulgativos Científicos
 Informan de forma clara y ordenada.  Muestran la situación de un tema de
investigación, refutan o defienden una tesis.

 Se dirigen a un amplio sector del público.  Exigen un nivel de conocimientos previos en


el emisor.
 Tratan temas de interés general.  Temas concretos propios de las ciencias.

 Grado de dificultad de media a baja.  Muy especializados: grado de dificultad alto.

 Aparecen en medios de comunicación  En manuales de texto, conferencias,


de masas. exámenes o apuntes.

Dentro de esta clasificación podemos ubicar los siguientes formatos o


variedades de textos:
 Diccionarios
 Enciclopedias
 Informes de investigación
 Informes de pasantía
 Revistas
 Periódicos

Estructura básica:

1. Introducción: se presenta y se contextualiza el tema.


2. Desarrollo del tema: se incorporan subtemas y ejemplos.
3. Conclusión: un balance de tema desarrollado.

Aspectos lingüísticos:

 Sintaxis:
 Oraciones enunciativas
 Predomina la sintaxis compuesta
 Relaciones atributivas
 Marcadores que indican relaciones lógicas

 Verbos:
 En presente intemporal
 En tercera persona
 Impersonales

 Léxico:
 Claro y preciso
 Denotativo: sin polisemia ni significados añadidos
 Adjetivos especificativos (no valorativos)

Como ya advertimos, en los trabajos que buscan clasificar los textos en


“tipos”, esto es, en conjuntos de unidades textuales con rasgos lingüísticos y
discursivos comunes, las denominaciones de texto informativo, texto expositivo
y texto explicativo a veces se alternan. No obstante, un emisor-escritor debe
adecuar sus estrategias de comunicación en función de la tipología más
adecuada para manifestar su mensaje.
Por esta razón es importante y necesario conocer las características de los
tipos de textos y su funcionalidad dentro del ámbito educativo, así como en otras
áreas del saber. En el caso de los informativos, estos se relacionan con la
mayoría de nuestras actividades de tipo cognitivo, pues, se trata de textos que
comunican conocimientos, por lo tanto vehiculizan la función informativa del
lenguaje, es decir, tienen la intencionalidad de “hacer saber”, o mejor aún, de
“hacer comprender” algo.

FUENTES CONSULTADAS

Alfonso, Deyanira y Sánchez, Carlos. (2009). Comprensión textual: primera infancia


y educación básica primaria .Bogotá: Ecoe ediciones.

Arcas, Yajaira y Arenas, Luisa. (2002). Lengua y Literatura 8 Grado (edición para el
docente). Caracas: Santillana, S.A.

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