Panama Defendida
Panama Defendida
Panama Defendida
Panamá Defendida:
I parte
Entonces fue la Patria las aldeanas inscripciones
los caminos del indio. cerca de los riachuelos
Los playones, solitarios,
las montuosas donde nacen remansos
serranías atlánticas, y marismas,
las salinas del mangle Y el cardumen remonta
y los estuarios. los bajíos.
Fue la Patria la tribu,
los juncales, Simples, rústicos
el fastidio del humo troncos ágiles,
en los bohíos, fueron los indios flechas,
la sierra agreste, rupestres signos, manos
anónima. ornamentales; ollas
Pesarosos, hostiles, profundas de almidón
los senderos del hombre alfarero.
fueron ríos, Modelaron el barro,
cordilleras de rocas las hamacas
y jaguares. del viento forestal,
las estatuarias
Del turbulento Atrato costas del Pacifico:
al Chiricano suelo pastoril, sonoras, armoniosas,
la Patria ha sido siempre asientos del crepúsculo
los andantes caminos. y la espiga.
los galopes Porque antaño el maíz,
del aire inmemorial, esmalte y fuego,
territorio panal de arcilla roja,
de tránsito perpetuo. fue corteza
La selva, las raíces, en las 'Chakjaras',
la hierba adusta, atavío textil,
huraña, sueño multicolor
las pesarosas tumbas del cántaro y la sangre.
aborígenes,
seguían los pantanos, ¡Oh cenizas del indio en mi memoria!
las chozas familiares, Hallo en tu cesta rota
la liturgia
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Y de vientos.
Para tu sed de siglos ¿En dónde está la Patria?
la tierra fue tu origen; me preguntan
América, tu casa, mil manos campesinas,
el tiempo, tu navío jornaleras .
al mañana Está aquí
partiendo irremediable. -les respondo-
junto al tiempo,
El tiempo es Dios Universal, junto a los cafetales
mi Patria. y a las plantas
Humanamente busco más hondas de los ríos;
otra fuente más pura. frente a las comunales
Lo encuentro agonías
en la terneza (le la piel, de la noche
en el agua, donde en llamas
en el aire del futuro, madura el corazón.
como un águila
de alas extendidas Está aquí
vigilando a los hombres -les repito-
cual polluelos. cual los garfios
El tiempo de antiguo guayacán
es el olvido de la muerte. asido al fondo
La muerte una morada de la tierra,
de escombros y palabras. cual indígena joya,
En la montaña, el viento insondable,
es un panal silvestre, que lavan los ríos
un trino popular, subterráneos.
un riachuelo de alhajas. Está aquí como un grito,
un techo como un cristal
por donde andan perpetuo de relámpagos,
los crepúsculos. como un filo especial
Libre como el relámpago de roca y sangre.
es el viento. Está en las humedades
de los bajos,
Mas, ¿Hay acaso flor en la soloma intacta,
abierta más hermosa en los profundos pies
que la sutil mansión del monte y los caminos.
de la paloma?
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los labriegos,
La vieron y prenden las montañas,
los fluviales girasoles y encienden
en la fosforescencia mil lámparas de gritos, y
de los troncos hay salomas intensas
anónimos, perdidos, como llantos
del buen cereal y machetes
y la madera pútrida . rondando las campiñas,
Porque el día vendrá se abre una trocha más,
en que por las planicies, se abre la puerta hermosa
por las altas vertientes de la espera.
erizadas,
por los difusos símbolos
V parte
del pasto y los jardines,
Patria mía,
vendrán los combatientes
cuántas veces
hijos de Urraca,
tus horas
los aldeanos
son horribles cloacas,
taciturnos,
oscuros pozos
no a reconquistar sitios,
de miedo estremecido.
ni ciudades,
¡Cementerios de tristes excrementos!
sino a exigir terruño,
Te miro a veces, Patria,
paz y Patria final.
como un túnel
de cruces y burdeles,
Son los hombres fecundos,
como un golpeado muro de cantina.
los humildes,
Espectros insaciables
los que nunca
cual brujas mitológicas,
fueron Dioses
chupan tu sangre pura,
y fueron
cortan tu sangre humilde,
tristes
tus manos temblorosas como pétalos.
y fueron contemporáneos
esclavos de los hombres.
Lucho y tomo mi ruta,
Por eso cada aurora,
la señal venidera...
cada tarde
sereno estoy, de frente
en que el monte
ante un desfile
se llena de protesta,
omnímodo de lanzas,
y derrumban
ante las longitudes luminosas
los cercados
del trino, y los aullidos
y cortan alambradas
undívagos del lobo
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EPILOGO