4 GRAMATILANDIA Pronombre
4 GRAMATILANDIA Pronombre
4 GRAMATILANDIA Pronombre
Cuando el tribunal se reunió de nuevo, el juez leyó en alto todos los nombres y los
artículos de la lista, lanzando una mirada severa hacia Pequeño Artículo al
pronunciar cada un, una, los o las, para demostrar que los pusieron a modo de
castigo por el comportamiento imprudente que mostró el día anterior.
El pobre Pequeño Artículo no dijo nada y como nadie había hecho objeciones a
las palabras de la lista, el juez Gramático dijo:
— Sr. Sustantivo y Artículo, como nadie tiene problema con las palabras que
reclaman como suyas, declaro que legalmente les pertenecen. Ahora, retírense y
permitan que se acerque el Señor Pronombre.
El Sr. Pronombre se parece un poco al Sr. Sustantivo solo que más delgado y con
aspecto de ser un trabajador aplicado.
— ¿Por qué le llaman Pronombre, señor? y ¿cuáles son las palabras que posee?
— preguntó el sargento Análisis.
— ¡Por Dios, no! Yo creo que mis palabras son como los rieles en las vías de tren,
cuanto más se usan más brillantes lucen. Únicamente las flojas se oxidan y se
echan a perder y le puedo asegurar que pocas de mis palabras se oxidan, mi
señor. El sargento Análisis sabe bien el lío que se hizo al intentar cantar “Profesor
Martín” sin mis palabras. Si fuera tan amable de intentarlo de nuevo, se lo
enseñaría. — dijo el Sr. Pronombre.
— Profesor Martín era un buen hombre; Profesor Martín cantaba, los alumnos del
profesor Martín de vez en cuando, le cantaban canciones amorosas; Cuando
profesor Martín cantaba, profesor Martín hacía bailar a los alumnos Desde Arica a
Punta Arenas .
— ¡Ahí lo tiene! Intente que alguien cante la canción sin mis palabras y verá que
complicado es. Ahora, si usted usa mi pequeño él o sus en lugar de repetir
profesor Martín o les en lugar de repetir los alumnos tantas veces, sonará mucho
mejor. Escuche. Por favor, sargento Análisis, ¿podría cantarla de nuevo y ésta vez
haré acto de presencia cuando se requieran mis palabras? — dijo Sr. Pronombre.
— Cuando...
— Ah... ¡sí! realmente suena mejor así. — dijo el juez Gramático — Las palabras
del Sr. Sustantivo no se usan tan a menudo y todas las partes están contentas con
ello. Así, su y sus son pronombres, pues ocupan el lugar de nombres. Ahora,
explíquenos qué otras palabras posee el Sr. Pronombre.
— Pero la Reina dice nosotros cuando habla de ella misma — remarcó el juez.
Cuando hablo con usted sargento Análisis, yo digo: te hablo. No digo: hablo a
sargento Análisis.
— Pues porqué te y le se usan al hablar de una sola persona mientras que les
hace referencia a más de una. Aunque, hace mucho tiempo, la gente pensaba que
sería muy educado hablar a una sola persona como si fuera al menos tan buena
como dos. Es muy vulgar y corriente ser una única persona, pero ser dos
personas en una parecía realmente grandioso.
— Tengo él, ella, ello, ellos, ellas, vosotros, ustedes, lo, las, se y ambos,
Por ejemplo, Tomás llevó a María hacia el lago helado; el hielo se rompió y ella
cayó al agua; Él recogió una cuerda y en un santiamén él la sacó de nuevo hacia
fuera.
Si ellos se hubieran hundido juntos, La gente habría dicho: “Te lo dije” Aquí ella
hace referencia a María, él a Tom, ellos a Tom y a María juntos así que puedes
ver claramente cómo ella, él y ellos son pronombres.
Así, en lugar de decir: “los alumnos del Profesor Martín”, podemos decir “sus
alumnos”. ** en este ejemplo es un determinante posesivo, no un pronombre,
¿verdad? Y, si hablo con usted juez Gramático, no debo decir: “la peluca del juez
Gramático” sino “ su peluca”. ** otra vez es un determinante posesivo, no un
pronombre, ¿verdad? Podríamos cambiarlo por “la peluca es del juez Gramático” y
“la peluca es suya”
—En lugar de decir: “He conocido un hombre, el hombre no tenía ojos”, decimos:
“He conocido un hombre que no tenía ojos”. Aquí, mi pequeña palabra que nos
ahorra el repetir la palabra hombre, propiedad del Sr. Sustantivo. En lugar de
decir: “Te voy a explicar un cuento, el cuento es muy divertido”, decimos: “Te voy a
explicar un cuento, el cual es muy divertido”. Dónde el cual se usa en lugar de
cuento.
“Mira ésto”, usted quiere decir una foto, una suma o cualquier otra cosa que pueda
sustituirse por ésto. Cuando usted dice: “Tome aquella”, aquella hace referencia a
una nota, una moneda o cualquier otra cosa que usted esté dando en ese
momento. Y si usted le canta a un niño, si su señoría le canta a los niños, cosa
que parece poco probable... — Controle sus palabras señor. — dijo de nuevo el
juez Gramático — Si yo canto, ¿qué? — Si usted canta “Cabeza, hombros,
rodillas, pies, rodillas y pies cabeza, hombros, rodillas, pies, rodillas y pies, ojos,
orejas, boca y nariz
cabeza, hombros, rodillas, pies, rodillas y pies”. — De veras Sr. Pronombre, es
usted muy infantil. — dijo el juez — La gente del gremio educativo deben estar
avergonzados de usted.
No vamos a pedirle que nos enseñe más de sus pequeñas palabras puesto que
podemos encontrarlas fácilmente.
— Todas las palabras que se usan en lugar de nombres son mías. — dijo el Sr.
Pronombre — pero encontrarlas no es tan fácil como usted supone. Las que
hacen referencia a personas como yo, tú , él, ella, nosotros, vosotros, ellos y ellas,
son fáciles de identificar. Le he hablado de algunas más y si el sargento Análisis
desea descubrir el resto por su cuenta..
Ante esa pregunta el Dr. Sintaxis salto de su asiento y poniéndose muy derecho
dijo “Un verbo tiene que concordar en número y persona con su nominativo. Un
verbo tiene que concordar en número y persona con su nominativo” Y después de
decir esto, volvió a sentarse en su asiento.
-Ah! - dijo el Juez - Muy bien. Entonces mire usted Dr. Verbo, cuando tenga una
frase como “los patos nadan en el lago” primero tiene que buscar su verbo
“nadan” luego ponga qué o quién delante. ¿Qué nada? O ¿quién nada?
La respuesta será “Los patos”, el nominativo. Entonces tiene que asegurarse que
el verbo concuerda con él. Tiene usted que decir “Los patos nadan” y no “Los
patos nada”, ya que patos es tercera persona plural, “nadan” tendrá que ser
tercera persona plural.
-Con permiso, señoría dijo Pronombre - cuando soy nominativo muy raramente
hace falta que se haga ninguna pregunta para encontrar el nominativo, ya que la
mayoría de mis palabras muestran inmediatamente que caso son. Yo, tu, el, ella,
nosotros y ellos, no dejaran que nadie les use si no es como Nominativo. Nacieron
nominativos, dicen y no se degradaran siendo ninguna otra cosa. Están bastante
indignados con usted por dejar que la gente use “su” como les da la gana, pero es
un muchacho alegre y a él no le importa el caso, ni ser llamado singular cuando
realmente es plural. Pero Yo, tu, el, ella, nosotros y ellos son muy especiales y
siempre son y serán nominativos, por lo que no necesita ninguna pregunta
adicional si les ve en una oración.
-Se puede hacer de todos modos una regla de preguntar quién o qué en cada
oración, para encontrar el nominativo” dijo el Sargento Análisis -es una forma tan
sencilla de encontrarlo que hasta un bebe podría entenderlo.
-Ja, ja, ja- rió de nuevo la Interjección. -Por favor, estese callada dijo el Sargento
Análisis -y señoría, si a los caballeros y damas de la Escuela condado quisieran
encontrar los nominativos en estos versos...
“Si, demelos hermano. No, no Dr Verbo no empiece otra vez, no más quejas por
hoy. Y recuerden amigos, que en estas líneas cada verbo tiene que tener un
nominativo a no ser que este en infinitivo, en cuyo caso no tiene que concordar
con nadie. Y recuerden también que cada nombre o pronombre en caso
nominativo debe ser indicado de modo particular en sus hojas. Les deseo una
buena mañana, caballeros.
Y diciendo así el juez se levantó. Las hojas con los versos fueron repartidas y la
sesión terminó.
La vaca es bonachona
Yo perdí mi muñeca