La Tentación de La Utopía.: Resumen
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LA TENTACIÓN DE LA UTOPÍA.
LA LECTURA ARLTIANA DE DOSTOIEVSKI
Resumen:
A través de la pnktica comparativa, el objetivo de este artículo pretende
tratar la recepción de ciertos motivos utópicos que Arlt, conocido en los
círculos literarios argentinos de los años treinta como "el pequeño Dostoic-
vski argentino", incorporó en su poética gracias a la lectura del autor ruso,
sobre todo si se considera su díptico "Los siete locos" y "Los lanzallamas".
A diferencia de Dostoievski, en quien la utopía es substituida por la re-
Jlexión religiosa cristiana, en Arlt esta acaba por manifestarse como violen-
cia e imposibilidad del hombre del siglo XX de vivir plenamente como indi-
viduo libre.
Palabras clave:
Roberto Arlt, F. Dostoievski, novela argentina del XX, utopía,
comparatismo.
Gracias al auxilio de una lengua rota, deforme, inusitada, que imita "actuaren las inescrutables profundidades de lo negativo". 1 J\rlt Sl'
más bien el lunfardo argentino, Roberto Arlt, "el pequeño Dostoievs- interesa, de la misma manera que Dostoievski, en sondear las entra-
ki del Río de la Plata", es la voz de la epopeya urbana bonaerense, ñas de sus personajes, revolviéndolos como un guante, y presentan-
cuyos personajes asumen un lenguaje al límite con lo imaginario, y do su conflicto interior a través de un componente de contradicci<Ín
justamente, por esa razón, sumamente rico de invenciones verbales que proviene ele la confusión provocada por el alcance del objetivo
y depósito especular de movimientos, vidas, apariencias. ideal y los medios preelegidos maquiavélicamente.
Los siete locos ( 1929) y Los lanzallamas ( 1931 ), entre las El díptico narrativo de Los siete locos y Los lanzallamas,
primeras obras de Arlt, representan, según una interpretación ya probablemente el texto central de la producción arltiana, presenta
acreditada, un unicwn caracterizado por los mismos personajes, que aquella atmósfera utópica que había atraído a Dostoievski a lo largo
se mueven de un relato al otro, entre los raíles de una inquietante de la primera parte de su carrera literaria, a través de la adhesión del
existencia en búsqueda de una desesperada solución. Arlt nunca ha escritor al círculo de ideas fourieristas ele los Petrushevski. El obje-
escondido su predilección por Dostoievski, autor-inspirador de "más- tivo utópico asumiría, más tarde, en Dostoievski coloraciones distin-
caras" y dramatis personae que, empujadas por la interrogante úl- tas y más complejas, sobre todo si se tiene en cuenta la famosa
tima de la existencia, arriesgan todo su actuar en favor de un ideal trilogía, en la cual el escritor mso investiga sobre materias espinosas
que, aunque represente su base ética y moral, no siempre resulta concernientes a la existencia moral; entre ellas la posibilidad de la
completamente satisfactorio, "saciante", completo. existencia misma de Cristo, Verbo encarnado, el libre albedrío del
Dostoievski ingresa con fuerza en la escritura de Arlt no tanto hombre y su relación con Dios, y finalmente el mal como posible oca-
como manifestación y descripción de un mandamiento religioso (ver- sión de conversión. El fin común de los personajes de Arlt en las dos
dadera ánima, este último, de toda la obra del ruso, de Crimen y obras consideradas es la formación de una sociedad secreta, y ese
castigo a El idiota) sino como aplicación de la estructura que con- experimento subversivo representa justamente el núcleo de la escri-
lleva la ideología dostoievskiana. Como Raskólnikov, Svidrigajlov o tura arltiana, como si el escritor argentino se disfrazara de personaje
Dmitrij Karamazov, la "fauna humana" de Arlt (retomo aquí una dostoievskiano o colocara una glosa a la reflexión filosófica inaugu-
pertinente observación ele Bellini) oscila entre la lúcida locura y la rada por Dostoievski con Crimen y castigo.
humillación, entre el crimen actuado, deseado a favor de una propia
y sustancial ideología, y el desengaño, la decepción, tal vez el re- Esa sociedad se compondrá de dos castas, en las que habrá un in-
pensamiento que desarrolla la razón cuando persiste en la fijación de terl'({lo ... mejor dicho una diferencia intelectual de treinta siglos.
una particular obsesión en la realidad. La mayoría l'il·irá mantenida escrupulosamente en la más absoluto
ignorancia, circundoda de milagros apócrifos, y por lo tanto ntu-
La vida descrita a través de la figuras emblemáticas arltianas,
cho más interesantes que los milagros históricos, y la minoría scuí
casi prestadas de los exempla medievales, se resume en una
la depositaria ahsoluta de la ciencia y del poder. De esa forma
quintaesencia de la abyección; una existencia que desemboca queda gamntiwda la felicidad de la ma_yoría, pues el homhrc de
naturalísticamente en actos de cmeldad que demuestran el poder ilu-
sorio de la maldad humana; la crueldad en toda su integridad, exas-
perada, "ejemplar", de los personajes de Arlt vegeta en un universo
Bcllini, Giuscppc. Nuem historia de la literatum hispail!IWIII'ri<·,llw. Madnd. ( ·a,taJ¡;¡_
llamado a la vocación del mal, a la perdición y que es capaz sólo ele 1997, p. 478.
LA TENTACI(JN DE LA UTOPÍA. LA LECTURA ARJ:I'It\Nt\ DE 00STOIEVSKI 11
esta casta tendrá relación con un mundo dil'ÚIO, en el cual hoy no Junto a Erdosain, motor de la id·
cree. La minoría administrará los placeres y los milagros para el que se destaca es el Astrólogo, configur;•
rel)({iio, y la edad de oro, edad en la que los ángeles merodeaban tual, metódico y mente de una sociedad
por los ca111inos del crepúsculo y los dioses se dejaron ver en los inspirada en las sociedades secretas an'
claros de luna, será un hecho. 2
Mundial o, quizás, herencia latinoamci·
Klan. El Astrólogo desempeí1a el papel 11
En el conjunto de ambas novelas, el personaje de Erdosain
sus propuestas, consideradas forzosail'
representa la tentativa de crear un "héroe" (o anti-héroe) para la na-
doble co11e: de un lado, la autenticidad 1 ·
rración, no obstante él no posea en realidad nada de heroico o de
cia de justicia y de verdad que todos Jo·'
imitable; sujeto común, urbano, cotidiano, "humillado y ofendido",
mente; del otro, el absurdo de la idea q'
singular soí1ador, inventor incansable de ideales y expedientes para
violencia por su misma realización y el 1
zaguanes malolientes de aquel Petersburgo en que se mueven los hendidura). Para el cismático Raskólni~'
personajes dostoievskianos. ra, definida por él mismo como "un pioj''
El universo de Arlt parece, entonces, recrear el microcosmos probar, en realidad, la posibilidad seducl•
petroburgués del narrador ruso, poblado de rufianes, prostitutas, en otras palabras, a través de un uso dC
idealistas desaforados ("los locos" del homónimo título). Los perso- una libertad extraí1adamente libre, ave''
najes de Arlt participan de la realización de un proyecto utópico que vida a la cual está permitido todo, inc]tl~' ·
la "secta" perpetraría a favor de una humanidad depurada de sucie- de transgredir la ley. La babilónica p/
1
dad y más justa y digna. Arlt los denomina sólo a través de significa- rrios fétidos de Buenos Aires, teJ'ido vt ',
1'
tivos apodos que resaltan, de esta manera, su connicto interior y los una sociedad perfecta, sin usureros o l.':
caracterizan con plenitud. Así, se suceden figuras de pseudo-terro- decirlo con las palabras de DostoievsK 1,'
ristas, subversivos y marginados, víctimas de un ideal imposible, en- cuenta la historia de una conspiración re' ·
tre los cuales el Astrólogo, Hipó! ita "la coja", Barsut, Bromberg, o idea malsana de los beneficios de un
sea El Hombre que vio a la partera, y Haffner, El mfián melancólico. bras del Astrólogo re1lejan un lenguaje'
quía violenta y poder político:
1'
des secretos ... Y eso es cierto ... todos dcso¡wrecieron porque care-
cían de lwses sr5/idos, es decil; que se uporuban en un sentimiento
o en 1uw irrealidud política o religiosu, con exc/usir!n de todo
realidad inmediato. En cambio. nuestra sociedad se basará en un
principio más sólido y moderno: el industrialismo, es decit; (jiU' fa
logia tendrá un elemento de fantasía, si así se r¡1ticrc //amor a todo
lo que le he dicho, y otro elemento positi1•o: fa industrio, que
dará como consecuencia e/ oro. 3
f El Astnílogo / f)ijo:
-Sí, 1/egará un momento m r¡¡¡e la humanidad escéptica. enloque-
cida por los placeres, blasfema de impotencia, se pondrá tan fu-
riosa que será necesario matarla como a un perro rabioso ...
- ¿Qué es lo que dice? ...
-Será la poda del árbol humano ... una vendimia que sólo elfos,
los mil/onorios, con la ciencia a su servicio, podrán rcaliz([f; Los
dioses, asqueodos de fa realidad, perdida toda ilusión en la cien-
cia como factor de felicidad, rodeados de esclavos tigres, provo-
lbidcm, p. <J'í.
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toda costa sus propios sueños quiméricos ("la vida~ sostendría aquí mítica',
el hombre del subsuelo~ no es la extracción ele una raíz cuadra- cultura t''
da"). El colectivo humano arltiano se presenta, en cambio, corno una conside1''
aglomeración de infelices, en búsqueda de una satisfacción a la que All''
"aspiran", pero que al mismo tiempo "desesperan" (en sus Visiones ellos es 1''
de C()(/y, Jack Kerouac subrayaría esta trágica opción con su titáni- res simli 1
''
1' 1
lbidcm, p. 31. ' lbidcnl.
LA TENTACIÓN IJE Li\ UTOPÍA. LA LECTURA ARITIANA llE 00STOIEVSKI ]9
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una tentativa a realihus ad realiora, para decirlo con la fórmula
,,,. 1 •
"rusa" inventada por Vjacheslav Ivanov. El problema para Arlt con-
sistiría, más bien, en qué contenido moral, ético, filosófico otorgar a
esos "realiora".
Dostoievski respalda a Arlt en la formación ideológica de di-
chos "realiora", con la única diferencia de que el escritor argentino
no reconoce trascendencia alguna y retiene de Dostoievski, como
marca distintiva propia, el característico ejercicio estilístico: el diálo-
go, o sea aquel enredo de voces "libres" (expresión de la máxima li-
bertad individual consciente) que Mijail Bajtín, algunos años después
de Arlt, denominaría "polifónico" y que representa el aspecto formal
más extraordinario de la creación artística de Dostoievski. 1 1 •1
paralelo entre los dos autores, deteniéndose con inteligencia y sensi- 1 1 \_·
-;l.- 1
1 n'
(L'
" Me refiero al ensayo sobre las ciencias ocultas, primera obra de Arlt, en el cual el (/11,
escritor argentino declara haber leído los autores citados. Arlt afirma, además, haber X:.i
recibido de su madre, Kathcrine LobstraibitLcr, de origen tirolés, el interés para el a'
ocultismo. Véase, a este propósito, Roberto Arlt: Las ciencias ocultas en la ciudad (JI¡
de Buenos Aires. Buenos Aires. "Tribuna Libre" - bimestral, 28 de enero de 1920. l·_yr,,
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10
Zuhicta, Ana María. U discurso narrativo arltiano. lntertextua!idod. f/'!1/esco y uto-
Buenos Aires, Hachette, 1987.
jJÍa.
" Sería aquí casi superfluo recordar que la parodia, a la que los formalistas rusos -en pri-
mer lugar- han consagrado págmas fundamentales. es una orientación (J!iii'IHIJjnost)
que no debe necesariamente poseer como resultado un efecto cómico, porque lo
cómico podría, más bien, ser neutralizado. Yuri Tynianov, por ejemplo. defenderá la
existencia de un procedimiento paródico serio (y, nada menos, trágico en ciertos
casos): la tendencia de la estilización arltiana se incluye, por ejemplo, en esta última
consideración.
12
Tynianov, Yuri. !lrkhaistv i nm·ato1y. Lcningrad, Nauka, 1929.
:j
'~
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