El Principio de Reserva - MCL
El Principio de Reserva - MCL
El Principio de Reserva - MCL
1. Antecedentes
rector de la Universidad de Buenos Aires, presbítero Antonio Sáenz, quien lo tomó del artículo
importancia para nuestra Constitución se refuerza aún más por su origen como norma que
atraviesa como filosofía básica de nuestra Constitución todas las etapas precedentes: proviene
2. Normativa aplicable
1
Sampay, Arturo E., La filosofía jurídica del artículo 19 de la Constitución Nacional, p. 12 y sigtes.,
Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1975.
2
Cfr. Sampay, Arturo E., La filosofía jurídica del artículo 19 de la Constitución Nacional, ob. cit., p. 10 y sigtes.;
De Vedia, Agustín, Constitución Argentina, p. 100, Imprenta y Casa Editora de Coni Hermanos, Buenos Aires,
1907 y citas de la Corte en el fallo “Arriola”.
1
El principio de legalidad, al que nos referimos en el capítulo
anterior, se complementa con el de reserva, por el cual, “las acciones privadas de los hombres
que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están
Constitución Nacional).
prescriben:
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”
en su vida privada... 3. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas
Humanos).
2
4) “2. Los derechos de cada persona están limitados por los
derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en
Humanos).
fuera del contralor del Estado, que corresponden a un sistema de respeto a la autonomía de la
reservado a cada persona sólo penetrable por su libre voluntad, comprensivo de los
constituye un ámbito de gobierno personal, propio de la dignidad del hombre, que rige con
independencia del poder político y que impide la intervención del Estado en la esfera de la vida
privada.
3
La privacidad, como principio de no interferencia, incluye el derecho a la intimidad.
3
La Corte, en el caso “Ponzetti de Balbín”, afirmó “que en cuanto al
costumbres, las relaciones familiares, la situación económica, las creencias religiosas, la salud
mental y física y, en suma, las acciones, hechos o datos que, teniendo en cuenta las formas de
vida aceptadas por la comunidad están reservadas al propio individuo y cuyo conocimiento y
divulgación por los extraños significa un peligro real potencial para la intimidad.
física de las personas tales como la integridad corporal o la imagen y nadie puede inmiscuirse
en la vida privada de una persona ni violar áreas de su actividad no destinadas a ser difundidas,
sin su consentimiento o el de sus familiares autorizados para ello y sólo por ley podrá
los otros, la defensa de la sociedad, las buenas costumbres o la persecución del crimen” 4.
derechos, que mantenga las vidas, la libertad y la propiedad de los ciudadanos sujetas en todo
tiempo a la absoluta disposición e ilimitada revisión aun de los más democráticos depositarios
4
CS, Fallos: 306:1892, “Ponzetti de Balbín” –ver considerando 8º–, LA LEY, 1986-C, 411.
5
CS, Fallos: 128:435 con cita del juez Miller en un fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América.
4
Como señala el juez Enrique S. Petracchi, existe el reconocimiento
de un ámbito exclusivo en las conductas de los hombres, reservado a cada persona y sólo
ocupable por ella que, con tan clara visión de las tendencias en el desarrollo de la sociedad,
consagró desde temprano nuestra Constitución. Esto resulta esencial para garantizar el
equilibrio entre un Estado cada vez más omnipresente e individuos cada vez más dependientes
inexistencia de ese equilibrio pondrá de manifiesto las distancias entre los regímenes
vida, según se lo determine la autonomía de su propia conciencia y sólo dentro de los límites
en los que no afecte igual derecho de los demás, y los regímenes autoritarios que invaden la
esfera de privacidad e impiden que las personas cuenten con la posibilidad de construir una
vida satisfactoria.
aludido, procurando su eficacia tanto frente a la intromisión estatal como frente a la acción de
los particulares6.
anteriores al Estado, de los que éste no puede privarlo7, y entre ellos se encuentra precisamente
el derecho de reserva.
6
CS, Fallos: 308:1392, “Bazterrica”, del 29/8/1986 (considerando 10 del voto del juez Enrique S. Petracchi).
5
Se trata, pues, de proteger una esfera intangible del individuo, que
decidir por sí mismo, a tener independencia de criterio (convicción personal), libertad, derecho
cuerpo y de su vida, voluntad personal y fuero íntimo, que no está sujeto a inspección ni
pensar y sentir.
7
CS, Fallos: 179: 117.
8
Cfr. Corwin, Edward S., Libertad y gobierno, p. 30 y sigtes., Ed. Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1958.
6
Sólo se penan los actos externos del hombre, mientras que los que
y no castiga autores.
Nacional y de los Pactos Internacionales, en cuanto disponen que las acciones privadas de los
hombres, que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen los
9
Según la fórmula de Ulpiano, Cogitationis poenam nemo patitur.
10
Así, por ejemplo, resulta indudablemente ilegítima la decisión adoptada por los padres de un recién nacido, al
diseñar su proyecto familiar, de no aplicarle las vacunas obligatorias porque afecta los derechos de terceros, en
tanto pone en riesgo la salud de toda la comunidad y compromete la eficacia del régimen de vacunaciones oficial,
por lo que no puede considerarse como una de las acciones privadas del artículo 19 de la Constitución Nacional, y
por lo tanto, está sujeta a la interferencia estatal, en el caso, plasmada en el plan de vacunación nacional. El
derecho la privacidad –por definición propio y exclusivo de cada persona– se extiende a situaciones en que
alcanza a dos o más personas que integran un núcleo familiar erigiéndose en el derecho a la privacidad de ese
grupo –artículo 11, inciso 2º de la Convención Americana de Derechos Humanos– y, en ejercicio de este derecho
los progenitores pueden elegir sin interferencias del Estado el proyecto de vida que desean para su familia. Sin
embargo, ello resulta permeable a la intervención del Estado en pos del interés superior del niño como sujeto
vulnerable necesitado de protección –artículo 75, inciso 23 de la Constitución Nacional– tutelado por un régimen
cuya nota característica es hacer prevalecer su interés por sobre todos los intereses en juego. (CS, “N.N. O. U., V.
s/protección y guarda de personas”, del 12/6/2012, publicado en LA LEY del 26/6/2012, p. 7. Cita
online: AR/JUR/23454/2012).
7
derechos de un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los
magistrados.
habitantes del país con consideración y respeto, y debe tutelar la dignidad del hombre y los
hombre que no interfieran con el orden, la moral pública ni perturben, dañen o provoquen un
peligro concreto a los derechos o bienes de terceros. Existe una frontera precisa que siempre
deben respetar.
y exclusivo de la moral.
general sólo tiene por objeto lo que es exterior en las acciones, el derecho estricto, es decir,
aquel que no está mezclado con nada ético, es el que no exige sino fundamentos externos de
8
determinación del arbitrio; porque entonces es puro y no está mezclado con prescripciones
referidas a la virtud”11.
individuos que no afectan a terceros son privadas, no en el sentido de que no son o deben ser
accesibles al conocimiento público, sino en cuanto a que si violentan exigencias morales, sólo
lo hacen respecto de las que derivan de ideales de una moral privada, personal o autorreferente.
La libertad de realizar cualquier acción que no cause daño a los demás es consecuencia de la
que toda persona adulta es soberana para tomar decisiones libres sobre el estilo de vida que
11
Kant, Immanuel, Die Metaphysik der Sitten, Ersther Theil, Metaphysische Anfangsgründe der Rechtslehre en
Kant's Werke, t. 6, p. 232, Akademie Ausgabe, 1907 –Einleitung in die Rechtslehre, § E–.
12
Nino, Carlos S., Fundamentos de Derecho Constitucional, p. 304, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1992.
13
Cfr. Estrada, José Manuel, Curso de Derecho Constitucional, ob. cit., p. 420; González Calderón, Juan A.,
Derecho Constitucional Argentino, ob. cit., p. 381; González, Joaquín V., Manual de la Constitución Argentina,
ob. cit., p. 116; Linares Quintana, Segundo V., Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional, ob. cit., p. 267
y sigtes.; Bidart Campos, Germán, Derecho Constitucional, ob. cit., p. 134 y sigtes y muchos otros.
14
Cfr. CS, causa V.37, L.XVII, sentencia del 5/10/1976.
9
Una sociedad civilizada es un acuerdo hipotético para superar el
estado de agresión mutua15, pero nadie aceptaría celebrar ese contrato si no existen garantías de
naturaleza, poniendo todo esto en manos de la sociedad misma para que el poder legislativo
disponga de ello según lo requiera el bien de la sociedad, esa renuncia es hecha por cada uno
de una manera mejor, ya que no puede suponerse que criatura racional alguna cambie su
1789) como el poder de hacer todo lo que no dañe a terceros. Su ejercicio no tiene otros límites
que los que aseguran a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos,
de modo que la ley no puede prohibir más que las acciones perjudiciales a la sociedad.
en que: (a) el Estado no puede establecer una moral; (b) en lugar de ello debe garantizar un
ámbito de libertad moral y (c) las penas no pueden recaer sobre acciones que son ejercicio de
esa libertad. Como consecuencia de lo anterior, las penas no pueden caer sobre conductas que
15
Hobbes, Thomas, Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil, Ed. Fondo de
Cultura Económica, México, 1994.
16
Locke, John, Segundo Tratado sobre el gobierno civil, cap. 9º, Ed. Alianza, Madrid, 1990.
10
son, justamente, el ejercicio de la autonomía ética que el Estado debe garantizar, sino sobre las
intenciones (actos internos), la vida psíquica, hechos privados, íntimos, personales, propios de
su esfera privada y conductas que no afecten –por daño o por peligro concreto– bienes
jurídicos ajenos.
porque señala un límite material al contenido del injusto que no puede invadir nunca el ámbito
eminentemente republicano, que marca el distingo entre moral y derecho, proclamando una
potestad estatal de regular la convivencia social. El Derecho sólo puede ocuparse de “acciones”
(actos externos del hombre) y, por el contrario, todo cuanto se desarrolle y permanezca en el
17
Cfr., su voto personal, considerando 13, en la causa A.891.XLIV, “Arriola”, del 25/8/2009.
11
fuero interno del individuo, sin alcanzar ningún grado de exteriorización, pertenece a su ámbito
El Derecho Penal sólo debe castigar, para ser legítimo, actos del
iniuria sine actione) ningún daño, por grave que sea, puede estimarse penalmente relevante
sino como efecto de una acción. En consecuencia, el delito como presupuesto de la pena, no
puede consistir en actitudes o estados de ánimo internos sino que debe concretarse en acciones
pueden producir daños a terceros. Las ideas, los pensamientos, los sentimientos, las
interesa en su venganza.
18
Cfr. CS, Fallos: 171:114 y 115.
12
La esfera privada, personal de cada persona, es propia de ella. El
hombre es libre para fijar sus metas, proyectos, planes, elecciones de vida19, pensar, programar
y proyectar su futuro según sus propios ideales de existencia, y el Estado no puede penetrar en
desenvolvimiento del ser humano no queda sujeto a las iniciativas y cuidados del poder
público. Bajo una perspectiva general, aquél posee, retiene y desarrolla, en términos más o
menos amplios, la capacidad de conducir su vida, resolver sobre la mejor forma de hacerlo,
valerse de medios e instrumentos para este fin, seleccionados y utilizados con autonomía –que
injerencia indebida y las agresiones que se le dirigen. Esto exalta la idea de autonomía y
desecha tentaciones opresoras, que pudieran ocultarse bajo un supuesto afán de beneficiar al
19
En este sentido rigen la libertad de culto, de opinión, de trabajo, de asociación, de orientación sexual, entre otros
derechos ajenos a la intervención del Estado.
20
CIDH, caso “Ximenes Lopes vs. Brasil”, del 4/7/2006, párag. 10 del voto del juez Sergio García Ramírez.
21
Aristóteles, Ética Nicomaquea, p. 146, trad. J. Pallí Bonet, Ed. Planeta De Agostini S.A., Barcelona, 1995;
Locke, John, Segundo tratado sobre el gobierno civil, trad. C. Mellizo, p. 56, Ed. Altaya, Barcelona, 1994; Mill,
John Stuart, Sobre la libertad, p. 174, trad. G. Cantera, Ed. Edaf, Madrid, 2004, quien funda el principio de la
autonomía de la persona; Samuel Pufendorf y Jeremy Bentham por citar algunos.
13
punición en la esfera espiritual e íntima de la persona, porque sólo aquellas acciones ofensivas
consideró que la tenencia o consumo de droga para uso personal y privado está protegido en
frontera que protege la libertad personal frente a cualquier intervención ajena, incluida la
estatal. No se trata sólo del respeto de las acciones realizadas en privado, sino del
22
Cfr. Beccaria, Cesare, De los delitos y de las penas, p. 230, 1ra. edición, trad. J. A. de las Casas, Ed. FCE,
México, 2000; que el hombre es un fin en sí mismo (Kant, Immanuel, Crítica de la razón práctica, trad. A.
Zozaya, p. 91, Barcelona, 2002). En lo demás, sin perjuicio de la opinión de los especialistas en Derecho Penal,
con un enfoque desde el punto de vista constitucional, ver, Nino, Carlos Santiago, Fundamentos de Derecho
Constitucional. Análisis filosófico, jurídico y politológico de la práctica constitucional, p. 304 y sigtes., Ed.
Astrea, Buenos Aires, 1992; Padilla, Miguel M., Lecciones sobre Derechos Humanos y garantías, t. II, 2da.
edición, ampliada y actualizada, p. 16, Ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1993; Gelli, María Angélica,
Constitución de la Nación Argentina, comentada y concordada, 3ra. edición, p. 217 y sigtes., Ed. La Ley, Buenos
Aires, 2003, entre otros.
23
CS, causa A.891.XLIV, “Arriola, Sebastián y otros”, del 25/8/2009.
14
B) Este poderoso reconocimiento de la libertad personal implica
una inversión de la carga argumentativa, de modo que toda restricción de ese ámbito debe ser
ocasionan peligro o daño para terceros. Los argumentos basados en la mera peligrosidad
Así las cosas, sólo resultará punible la conducta que trasciende ese
imponer ideales de existencia humana; éstos deben ser librados a la elección individual, ya que
24
Cfr. el voto del juez Ricardo L. Lorenzetti (considerando 11) en el fallo “Arriola” ya citado.
25
1. Como consecuencia de ello, resulta punible, por ejemplo, el acto de tenencia o consumo de drogas que se
lleva a cabo transitando por la vía pública en un vehículo con tres acompañantes (CS, Fallos: 311:2228) o
caminando con un amigo (CS, Fallos: 312:587) o en un lugar público; una plaza (CS, Fallos: 310:2836), una
dependencia policial (CS, fallos: 312:1892); un estadio de fútbol, una estación de trenes o frente a una escuela
(cfr., entre otros, CNCasación Penal, sala III, causa Nº 11.913, “Montes Vargas, Roberto Ismael”, reg. nro. 694/10
del 13/5/2010 y sala III, causa Nº 14.257, “Randazzo, Gerardo y Álvarez, Mario”, reg. nro. 1653/11 del
2/11/2011) o la tenencia de una considerable cantidad de droga adquirida para ser fragmentada y entregada a
diferentes personas (CNCasación Penal, sala IV, causa Nº 12.989, “Castillo”, reg. nro. 1198/12 del 12/7/2012).
2. Y, por el contrario, no serán punibles porque constituyen acciones resguardadas por el artículo 19 de la
Constitución Nacional: “tener escasa cantidad de droga en un domicilio para consumo personal” (CS, Fallos:
308:1392 y 312:2475); el transportar 54 grs. de hoja de marihuana debajo de un sweater en momentos en que
circulaba como pasajero de un taxi (CS, Fallos: 308:1392); cuando fue necesario revisar las pertenencias a la
imputada para encontrarla (CS, Fallos: 310:294), cuando la marihuana (0.66 gramos) se encontraba dentro del
armario del living-comedor del domicilio (CS, Fallos: 311:185).
15
de lo contrario se estaría restringiendo el derecho que cada individuo tiene a elegir su propio
destino y plan de vida, obviamente, mientras éste no interfiera con el ejercicio de un derecho
colectividad valore positivamente, sólo puede atender a las acciones que perturben, de alguna
manera, el bien común, es decir, las que afectan el orden y a la moralidad pública o
perjudiquen o pongan en peligro concreto los derechos de terceros. Las acciones que no tienen
esa incidencia, en cambio, quedan reservadas al solo juicio de Dios y exentas de la autoridad
de los magistrados27.
proyectar su vida según sus propios ideales de existencia (plan de vida), protegiendo al mismo
tiempo, mediante la consagración del orden y la moral públicos, igual derecho de los demás,
26
1. Almeyra, Miguel Ángel (director), Báez, Julio César y Tellas, Adrián R. (coordinadores), Tratado
Jurisprudencial y Doctrinario. Derecho Penal, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2011.
2. En lo demás, cfr. Nino, Carlos S., ¿Es la tenencia de drogas con fines de consumo personal una de las acciones
privadas de los hombres?, LA LEY 1979-D, 743; Carrió, Alejandro, Comentarios no depurados sobre el fallo
“Arriola”, Suplemento Especial, Tenencia de Estupefacientes para Consumo Personal 2009, septiembre 10;
Tellas, Adrián R., Humo de buen Derecho –fumus bonis iuris–, LA LEY 2009-E, 484, entre otros.
27
Del dictamen del procurador general en el caso “Colavini, Ariel A.”, del 28/3/1978, CS, Fallos: 300:254 –LA
LEY, 1978-B, 477–. Asimismo Véase, CS, Fallos: 150:419 del año 1928 y las opiniones volcadas en la sentencia
dictada en el caso “Bazterrica”, del 29/10/1986; Fallos: 307:326 (“Capalbo”); 310:294; 311:1572 (respecto a las
conductas que no entrañan un peligro concreto para los bienes o derechos de terceros), entre otros.
16
razón por la cual las conductas de los hombres que no se dirijan contra bienes que se hallan en
la esfera del orden y la moral públicos ni perjudiquen a terceros, aun cuando se trate de actos
que se dirijan contra sí mismos quedan, en virtud de la norma constitucional, fuera del ámbito
conducta del hombre que se dirija sólo contra sí mismo queda fuera del ámbito prohibido. Un
ejemplo claro lo brinda el artículo 83 del Código Penal que establece que “será reprimido con
prisión de uno a cuatro años, el que instigare a otro al suicidio o le ayudare a cometerlo, si el
los hombres una prerrogativa según la cual pueden disponer de sus actos, de su obrar, de su
propio cuerpo, de su propia vida, de cuanto les es propio (…). Se trata del señorío a su propio
la norma constitucional está dada por el hombre, que despliega su vida en acciones a través de
las cuales se expresa su obrar con libertad. De este modo, vida y libertad forman la
norma.
28
Del voto del juez Petracchi en Fallos: 308:1392 “Bazterrica” (1986), LA LEY 1986-D, 550. Doctrina reiterada
y seguida recientemente por la Corte en “Arriola” (25/8/2009), LA LEY 2009-E, 477; DJ 01/9/2010, 2362; La
Ley Online.
29
CS, Fallos: 316:479 del 6/4/1993 voto de los jueces Barra y Fayt (LA LEY, 1993-D, 130).
17
Y recientemente, en “Albarracini Nieves”, dio un paso más allá y
y autonomía personal –en el caso, una persona mayor de edad manifestó su voluntad ante
razón por la cual los pacientes tienen derecho a hacer opciones, de acuerdo con sus propios
valores o puntos de vista, aun cuando parezcan irracionales o imprudentes, elección que debe
ser respetada.
aquellos casos en que exista algún interés público relevante en juego y que la restricción al
derecho individual sea la única forma de tutelar ese interés, circunstancias que no se
configuran en el caso de quien siendo mayor de edad se niega a recibir un tratamiento sanitario
por considerarlo contrario a sus creencias religiosas y, por ende, no resulta constitucionalmente
justificada una resolución judicial que así lo autorice, cuando la decisión del individuo ha sido
persona humana –relacionados con su libertad y dignidad– comprenden al señorío del hombre
muerte digna, número 26.742, que reconoce que el paciente tiene derecho a aceptar o rechazar
terminal puede negarse a cirugías y medidas de soporte vital (respirador, diálisis, alimentación
perspectivas de mejoría”.
culpabilidad, expresó que “como clara aplicación del principio de reserva y de la garantía de
puede imponerse pena a ningún individuo en razón de lo que la persona es, sino únicamente en
razón de lo que la persona haya hecho; sólo puede penarse la conducta lesiva, no la
personalidad. Lo contrario permitiría suponer que los delitos imputados en causas penales son
sólo el fruto de la forma de vida o del carácter de las personas, posición que la Corte no
consiente, toda vez que lo único sancionable penalmente son las conductas de los individuos32.
30
CS, “Albarracini Nieves, Jorge Washigton s/medidas precautorias”, del 1/6/2012, con el comentario de
Verónica M. Ientile; Santiago Legarre, María Isabel Benavente y Aldo M. Di Vito publicado en LA LEY del
4/7/2012. Cita online: AR/JUR/21755/2012.
31
CS, Fallos: 329:3680, sentencia del 5/9/2006, LA LEY 2006-E, 65; DJ 2006-3, 547.
32
Cfr. doctrina ya sentada en Fallos: 308:2236 y 324:4433, voto del juez Fayt.
19
Asumir aquella posibilidad implicaría considerar al delito como
síntoma de un estado del sujeto, siempre inferior al del resto de los ciudadanos; significaría, en
última instancia, desconocer la doctrina según la cual ningún habitante de la Nación puede ser
realización. Semejante proceder le está vedado a un Estado democrático que parte del principio
republicano de gobierno34.
Estado:
personalidad y el comportamiento privado de las personas. No todos los pecados deben ser
prohibidos porque ésa no es tarea del Derecho y el Estado no puede sancionar o imponer una
moral pública.
33
Voto de los jueces Fayt, Petracchi y Boggiano en Fallos: 318:1874 y disidencia del juez Fayt en Fallos:
313:1262 y 324:4433 –ver considerando 23–.
34
CS, Fallos: 329:3680, caso “Gramajo” –voto del juez Fayt–.
20
c) No pueden penarse los actos internos del hombre ni las
conductas que sólo importen un daño contra sí mismo; las que no afecten o pongan en peligro
y a la comunidad y las que no trasciendan del ámbito privado de cada persona en la cual el
Estado no puede ingresar, salvo que representen un delito, afecten el orden y la moral pública o
perjudiquen a terceros35.
intolerancia.
relaciones sociales. No es posible sancionar la moral, las opiniones, los modos de pensar, los
35
Por ello se ha resuelto que las conductas del hombre que se dirijan sólo contra sí mismo, quedan fuera del
ámbito de las prohibiciones que puede imponer la ley (CS, “Bazterrica, Gustavo M.”, del 29/8/1986, LA LEY
1986-D, 550; LLC 1986-734; La Ley Online); que resulta inconstitucional el delito que castiga la tenencia de
droga para uso personal (CS, causa A.891.XLIV, “Arriola”, del 25/8/2009); que la prohibición de la oferta y
demanda de sexo en los espacios públicos –dispuesta en el artículo 71 del Código Contravencional de la Ciudad
de Buenos Aires– no vulnera el principio de reserva contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional, pues
no hay intimidad ni privacidad si hay exteriorización y si ésta es apta para afectar de algún modo el orden, la
moral pública o los derechos de un tercero (del voto mayoritario), aunque en valiosa disidencia se sostuvo que
viola el principio de reserva la incriminación de la oferta y la demanda de sexo en los espacios públicos, pues
sanciona acciones privadas reprobadas por agentes individuales con diferente criterio moral –del voto en
disidencia del doctor Maier– (TS Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “L., B. M.”, del 24/10/2000, LA LEY
2000-F, 729; La Ley Online); que debe revocarse la resolución que impuso al imputado en orden al delito de
lesiones dolosas un tratamiento contra el alcoholismo, pues la medida conculca el principio de reserva –artículo
19 de la Constitución Nacional– al tratar de corregir una conducta propia del área auto-referencial del individuo
que no afecta a terceros, asignándole un plan de vida, y por lo tanto de salud, distinto al elegido por él (CNCrim. y
Correc., sala VI, “P., L.”, del 26/10/2009, DJ 18/8/2010, 2210; La Ley Online; entre otros).
21
películas, el uso de ropas y otros usos y conductas semejantes porque se afecta la reserva, la
en su caso, castigar, pero sólo debe hacerlo sobre lo que le corresponde, por lo que no debe
ofrecerle al individuo el marco de libertad necesaria para que elija. Los habitantes de la Nación
Argentina deberemos comprender y encarnar la idea de que es posible encarar los problemas
que se nos presenten, sin ceder ningún espacio en el terreno de nuestra libertad individual, si
queremos prevenir eficazmente el riesgo de echar por tierra a nuestro sistema institucional cada
perfectamente que muchos compatriotas temen, con honestidad, que la plena vigencia de las
libertades que nuestra Constitución consagra debilite al cuerpo social, a las instituciones, al
gobierno y, por lo mismo, se configure como una seria amenaza contra la Nación.
convicción, los ideales de nuestra Carta, ni el consenso, ni el poderío de las fuerzas políticas
36
Se trató de un supuesto de tenencia de droga para consumo personal.
22
aunadas, ni el logro del progreso económico, podrán salvar a la patria. La declinación de ese
coraje cívico, en especial en los ciudadanos dirigentes, sería el principio del fin.
argentino es ya lo bastante maduro para reconocer como propios a dichos ideales y también lo
está de que estos ideales son incompatibles con la coerción de las conciencias, que deberán ser
libres, pues así se ha proclamado y constituido desde las raíces de nuestra libre nacionalidad”37.
interpretación de normas penales. Cualquier infracción formal, para satisfacer el tipo de injusto
concreto– de bienes jurídicos de terceros. En caso contrario, la conducta será atípica, pese a su
Constitución Nacional)38.
37
CS, Fallos: 308:1392, “Bazterrica”, del 29/8/1986 (considerandos 25 y 26 del voto del juez Enrique S.
Petracchi).
38
Sarlo, Rubén Mario, Hacia un cuestionamiento del alcance actual del principio de reserva. (Artículo 19 de la
Constitución Nacional), LA LEY 1987-B, 966.
23
3) Por lo demás, de este principio también se deriva que toda
actuación del hombre dentro de lo permitido (lo no prohibido por el ordenamiento jurídico) no
puede limitar los derechos del hombre en virtud de que existe una norma de carácter legal que
prevé la conducta.
5. Conclusiones
punitiva del Estado, tanto en relación con su poder de criminalización como con respecto a
personas ni establecer una moral o forma de vida, sino que, por el contrario, debe garantizar un
24
4. Por lo tanto, las acciones que son ejercicio de esa libertad
25