Las Cruzadas
Las Cruzadas
Las Cruzadas
26/10/2021
El origen de las cruzadas se remonta a finales del siglo XI, momento en que el
emperador Alejo I solicitó al Papa Urbano II ayuda para resguardar a los
pueblos orientales cristianos debido a la dominación musulmana.
La promulgación de estas Cruzadas se realizó en el Concilio de Clermont.
El nombre Cruzadas deriva de las cruces rojas que llevaban los escudos,
vestidos y estandartes. Quienes participaban en estas expediciones militares se
cosían hacia el hombro derecho de túnicas o mantos una cruz elaborada en tela
roja.
La Primera Cruzada fue promulgada en el Concilio de Clermont, desarrollada
entre 1096 y 1099, estaba integrada por una parte por la llamada Cruzada de los
pobres, que reunió desorganizadamente a mucha gente humilde, dirigidas por
Pedro el Ermitaño. Este grupo fue literalmente masacrado.
Mejor suerte corrió la llamada Cruzada de los Príncipes, más organizados, con
fuerzas provenientes de Francia, Países Bajos y Sicilia, que pudieron tomar
Jerusalén en 1099 y obtener cuantiosas ganancias con las que crearon cuatro
estados feudales, el reino de Jerusalén, el principado de Antioquia, el condado
de Odessa y el de Trípoli.
La Quinta Cruzada fue obra de Inocencio III y se llevó a cabo en el año 1218,
participaron el príncipe austriaco Leopoldo VI y el rey de Hungría Andrés II
con la intención de conquistar Egipto comenzando en Damietta y más tarde
poniendo rumbo a El Cairo, pero fracasó, por las inundaciones del río Nilo
tuvieron que retirarse.
La Sexta Cruzada se realizó sin permiso papal, en el año 1228 y fue realizada
por Felipe II. Logró reconquistar Belén, Nazareth y Jerusalén, convirtiéndose en
su rey por decisión personal, aunque Jerusalén fue nuevamente ocupada en el
año 1224.
Malena Marín Escribano
26/10/2021
La toma de Jerusalén motivó la Séptima Cruzada, organizada por el rey Luis IX
de Francia, pero fue un fracaso rotundo, culminando con su líder prisionero.
Sin embargo, no desalentado aún, Luis IX, una vez en libertad, organizó la
Octava Cruzada en el año 1270, con peor suerte aún que la anterior, ya que
falleció en Túnez víctima de la peste junto a una gran parte de su ejército, por
su compromiso por cuidar de los enfermos. Además a la vuelta casi todos los
barcos fueron hundidos por una tormenta.
La novena cruzada sería la encabezada por el príncipe Eduardo I de Inglaterra
que fue a Acre por su cuenta y tras una serie de batallas se retiró.