Resumen Final Teología Moral

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BOLILLA 1: INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA MORAL

1.Noción de Teología Moral y sus fuentes

TEOLOGÍA MORAL: es la parte de la teología que, a partir de la fe, reflexiona sobre


cómo y por qué el cristiano debe vivir de un determinado modo, con el fin de alcanzar la
bienaventuranza feliz.
- es el saber sobre el hombre y su conducta, anclado en la Revelación Divina.
- es la suprema ciencia sobre el actuar humano, y la única capaz de guiar al hombre a su
perfección y su felicidad temporal y eterna.
- Es una ciencia peculiar.
- parte de la ciencia teológica: estudia la conducta a la luz de la Revelación.
- según Juan Pablo II: ciencia que acoge e investiga la divina revelación, respondiendo a
la vez a las exigencias de la razón humana. La Teología Moral es una reflexión que
concierne la moralidad; o sea, el bien y el mal de los actos humanos y de la persona que
los realiza.
- estudia lo que la ética dice pero desde el punto de vista de Dios.

MORAL: proviene del latín mos, moris, que significa uso o costumbre.
- enseña cómo hay que vivir para que la conducta sea expresión adecuada de la dignidad
del ser y destino, que Dios ha dispuesto para todos los hombres.
- juzga y dirige la vida humana.

ÉTICA: estudia lo que está bien y lo que está mal de los actos humanos, del obrar del
hombre. Es un saber teórico-práctico, relacionado con la antropología.
Finalidad práctica: el hombre alcance su plenitud; el hombre alcance su máxima felicidad.

OBJETO DE LA TEOLOGÍA MORAL: Estudio de la conducta, es decir, de los principios


operativos y los actos que conducen o apartan al hombre de su fin último sobrenatural,
que es la unión con Dios Uno y Trino, e implica su progresiva divinización ya en este
mundo. A diferencia de la ética, la moral cuenta con la luz de la fe. La moral necesita de
las ciencias positivas en cuanto le ayudan a conocer factores de orden social,
psicológico, histórico, etc., que se encuentran implicados en las acciones concretas, y
que le conviene saber para hacer más precisos sus juicios éticos.

FUENTES DE LA TEOLOGÍA MORAL:


Cuando se habla de fuentes de la Teología Moral se trata de explicar de dónde se deduce
la doctrina teológica acerca de la vida moral.
A)Sagradas Escrituras: contienen formuladas expresamente las principales verdades de
la moral cristiana. La Sagrada Escritura no se limita a darnos un criterio genérico sobre la
imitación de Cristo. Contiene normas morales concretas y específicas de inmutable
validez para todos los tiempos; pero sobre todo contiene la entera verdad sobre el
hombre y su conducta, sobre su destino eterno y las virtudes que debe practicar para
alcanzarlo.
El contenido moral de la Sagrada Escritura exige ser interpretada siempre en su unidad
con la Tradición y bajo la guía del Magisterio, que proporciona un cuadro muy claro de lo
que son sus directrices permanentes y lo que, en cambio, constituyen indicaciones
ligadas a un cierto momento histórico.
B)TRADICIÓN: modo concreto en que han vivido los cristianos a lo largo de la historia.
Es como la matriz en que se desarrolla la existencia de los creyentes. Gran parte de esta
Tradición, con el tiempo, se puso por escrito, es lo que se denomina la doctrina moral de
los Santos Padres. Se constituye y refleja principalmente por obra de los santos, en
quienes la Iglesia ha reconocido una plena fidelidad al Evangelio.

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C)MAGISTERIO: tiene la finalidad de garantizar las enseñanzas sobre el conjunto de
verdades para creer y un nuevo estilo de vivir, que surge a partir del dato de que el
cristianismo es una Revelación. La Iglesia profesa desde siempre que el Papa y los
Obispos recibieron de Jesucristo el poder de enseñar respecto a los diversos temas de fe
y costumbres.
Las SSEE, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios,
están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros, cada uno
según su carácter, y bajo la acción del único ES, contribuir eficazmente a la salvación de
las almas.

2.Teología Moral cristiana y ética natural


La reflexión ética acompañó siempre el saber humano. La ética opera exclusivamente
con los conocimientos accesibles a la razón natural, y la certeza de sus afirmaciones
descansa sobre la validez de sus premisas y el rigor de sus argumentaciones.
La teología opera desde la fe, con su certeza propia y puede dar plena razón de las
exigencias de la divinización del hombre y de la situación de su naturaleza caída y
redimida, aclarando así muchas verdades naturales. La moral cristiana arranca de la
divinización del hombre por la gracia, que convierte en una nueva criatura. La
participación de la vida divina por la gracia, que nos convierte en hijos de Dios, implica
que la vida moral cristiana posea ppios y exigencias propias nacidas de la gracia y
cognoscibles sólo por la Revelación. La conducta moral cristiana, asume todas las
exigencias naturales de la dignidad humana, cuyo respeto es necesario a todo hombre
para su propia perfección temporal y para salvarse.
La moral cristiana enseña, aunque no se limite a esto, la plenitud del orden de la
creación, a cuya realización se alude hablando de la ley natural.
La ética cristiana supone un estilo de vida muy superior al modelo ético humano más
elevado: nos llama a imitar a Cristo, hasta identificarnos con Él, y así tener un trato de
intimidad con las 3 Personas Divinas. La Teología moral es la ciencia de la fe, mientras
que la ética natural cuenta sólo con las fuerzas de la razón. Aunque la teología
comprenda y no pueda prescindir de las verdades éticas que alcanza la razón, sin
embargo nos da sobre ellas un conocimiento más perfecto y seguro que la ética.
Para que la ética preste su servicio a la moral basta que cumpla una condición: que sea
verdadera. La verdad ética es única, como una es la naturaleza con que ha sido creado
el hombre. Cuanto más se aproximen los sistemas éticos elaborados por la inteligencia
del hombre a la verdad, mayor servicio presta a la teología. La moral también asiste y
contribuye al desarrollo de la ética en su propio ámbito.

La ética filosófica arranca de la consideración de la criatura para remontarse a su fin en


Dios: integra la experiencia humana en una concepción de la persona, caracterizada por
los límites con que la inteligencia alcanza las realidades del espíritu.
La teología ilumina esa experiencia desde las verdades que Dios mismo ha revelado
sobre el hombre: que es imagen e hijo suyo; que goza de una libertad herida por el
pecado, pero rescatada por Cristo; cuál es su destino eterno y qué debe hacer para
salvarse.
Cuando la Teología Moral trata de las verdades que pertenecen al orden de la creación,
lo hace siempre teniendo presente la entera Revelación, con la luz que ésta proyecta
sobre la naturaleza humana y en la unidad son confusión entre naturaleza y gracia. Una
característica propia de la teología es la oración, donde se reciben y ejercitan los dones
de la inteligencia, sabiduría y ciencia.

3.La Moral en las Sagradas Escrituras. La Bienaventuranza

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Las enseñanzas morales de Jesús están comprendidas en el anuncio de la buena nueva.
No es nuevo el precepto del amor. El amor de Jesucristo se presenta como razón y
medida de dicho precepto. Cristo da cumplimiento a la antigua alianza estableciendo la
nueva. La voluntad de Dios manifestada ya en el AT no suprime ni una tilde: enseña y
prescribe su minucioso cumplimiento.
En Cristo nos ofrece Dios un tesoro infinito de gracias de salvación. Quien recibe las
recibe queda renovado, se hace hombre nuevo, con un corazón nuevo, con una nueva
vitalidad. Cristo, el único maestro de la nueva alianza, fundada en la oblación de su
propia sangre, establece una nueva ley, una ley de proporciones inauditas: la de vivir con
Él, la de seguir sus huellas, servir por amor, cargar con la cruz, ser humilde y amar
incluso a los enemigos.
Los nuevos preceptos morales de Jesucristo, cuya predicación no era en oposición al AT,
contrastan más vivamente aún en su radical oposición a la Justicia legal exterior de los
fariseos. La predicación moral de Jesucristo, como nos la transmiten los Evangelios, está
lejos de ser una sistematización científica, era una predicación y una proclama en medio
de situaciones concretas y con una viveza gráfica inigualable.
En el Evangelio se encuentran todos los elementos de una moral completa, unitaria,
universal y original. Contiene verdaderas normas precisas que abarcan todas las rel. del
hombre con Dios, consigo mismo, con los demás y frente a las cosas. Son normas
encauzadas hacia la unidad interior y propia del amor. Una característica
de la moral de Jesucristo es que está destinada a todos. Otra característica es que
Jesucristo se presenta como ejemplo y modelo; su moral es una moral positiva y
optimista, característica manifestada especialmente en la doctrina de las
Bienaventuranzas.
La exigencia moral de la vida cristiana está presente en toda la predicación apostólica.
Algunas cartas contienen de manera especial la exposición de los más variados temas de
moral.
La doctrina moral de San Pablo se centra en Jesucristo y en su incorporación, que el
hombre recibe en el sacramento del Bautismo.
En la carta a los Hebreos la dogmática y la moral están estrechamente entrelazadas, y en
la carta que escribe San Pablo a los cristianos de Galacia se ve que la moral arranca del
dogma.
El dogma y la moral forman parte de una sola ciencia teológica, que es a la vez
especulativa y práctica. La división de la teología en dogmática y moral es una distinción
fundamentalmente didáctica, que no puede prescindir de su radical unidad. La
distribución programática del estudio de las verdades de la fe y de los ppios y nor mas del
vivir cristiano se da sobre todo a partir del S.XVII, y obedeció a motivos pastorales.

4.Breve historia de la Teología Moral


A) La predicación de Jesucristo se focalizaba en enseñar acerca de la manera de
comportarse el hombre con Dios, consigo mismo y con los demás. Por ello, Jesús
hablaba de que era preciso cumplir la voluntad divina, de cómo habíamos de rezar, cómo
debíamos amarnos unos a otros. También indica una serie de malas acciones que el
hombre debe evitar y de actos que debe cumplir, etc.
B) De acuerdo con la enseñanza de Jesucristo, los demás escritos del NT recuerdan
cómo los cristianos deben cumplir “los mandamientos del Señor”, como así también,
responden a los cristianos que les hacen preguntas de cómo han de comportarse en
diversas situaciones. El mensaje moral cristiano se enriquece deduciendo de la doctrina
de Jesús aspectos nuevos para la conducta de los recién bautizados.
C) En los primeros siglos de la Iglesia, los cristianos se encontraron con situaciones bien

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distintas de las que ob servaban los judíos de Palestina en tiempo de Jesús. Era preciso
saber cómo tenían que actuar en las varia das circunstancias en que vivían (ej: si debían
o no servir al ejército y hacer la guerra; si debían pagar a una autoridad pagana que los
perseguía; etc.). Los Santos Padres a partir de las enseñanzas del NT, elaboraron una
doctrina que daba respuesta a las distintas circunstancias en que se encontraban
bautizados.
D) Aparecieron algunos escritos dedicados fundamentalmente a cuestiones morales. Por
ejemplo: - de la Dídaje (final del S.I), que utiliza la parábola evangélica de los “dos
caminos” (Mt.7, 13), con lo que pretende destacar la importancia de las decisiones
morales para nuestra salvación; - Clemente Alejandrino, que escribió El Peda gogo, obra
que contiene abundante doctrina moral, pues tiene la vista al cristiano que vive en medio
de una sociedad pagana; - San Ambrosio compone De officiis, en la que expone las
virtudes que han de vivir los cris tianos; - San Agustín escribe diversos tratados sobre la
vida moral, como: “Sobre la fe, la esperanza y la cari dad”; “Sobre la paciencia”; “Acerca
de las costumbres en la Iglesia Católica”; “Contra la mentira”, etc. ; - San Gregorio Magno
escribió un tratado de moral Moralia in Job, donde con ocasión de ensalzar la figura de
Job, expone un modelo de vida cristiana.
E) En la alta Edad Media, cuando se elabora la teología científica, Pedro Lombardo
expone los contenidos de la Teología Moral a lo largo de diversos tratados teológicos de
su obra Sobre las Sentencias. Por ejemplo en el Libro II, estudia la libertad y el pecado.
F) Sto. Tomás de Aquino es el 1ro que estudia de modo sistemático la doctrina moral, y lo
hace a través de la Summa Teológica. En la parte I-II expone lo que se denomina “Moral
Fundamental”, es decir, los fundamentos de la vida moral. Se estudia los actos morales,
la libertad, las normas o leyes éticas, etc. En la parte II-II desa rrolla un tratado de
Teología Moral basado en el estudio de las virtudes.
G) En la Segunda Escolástica (S.XVI) las Universidades de Salamanca y Alcalá jugaron
un papel muy importante al comentar ampliamente la moral de Sto. Tomás y plantear los
nuevos problemas que surgieron con ocasión del descubrimiento de América. El
dominico P.Francisco de Vitoria el fundador del Derecho Internacional, a partir del
Evangelio y del D.Natural, señaló algunos DDHH, los DD y deberes de las autoridades y
de los pue blos, etc. los teólogos de la época se ocuparon de problemas en su tiempo: la
guerra justa, los DD de los in dios, el comercio, etc.
H) 1700: Juan Azor (jurista español) edita un manual de Teología Moral dedicado
especialmente a ayudar a los sacerdotes a ejercer el sacramento de la Penitencia.
I) A partir del S.XIX se inicia una época calificado para algunos como decadente, ya que
no se tenía en cuenta la doctrina bíblica sino que, exponía la enseñanza moral a partir de
la ley natural, aplicada a los aspectos diver sos de la vida “Moral Casuística”.
J) Desde comienzos del S.XX, se demandaba una reforma en el modo de explicar la
Teología Moral escolar. El Concilio hizo una llamada a volver a una moral más bíblica y
que orientase la vida cristiana a la santidad.

5.CRISIS MORAL: Causas de la crisis: I. INFLUJO DE IDEOLOGÍAS NO CRISTIANAS:


a)La crítica mar xista; b)Las denuncias del psicoanálisis; c)Planteamientos
existencialistas; d)Pluralismo relativista. II. CAUSAS INTERCLESIALES QUE
PROVOCAN LA CRISIS MORAL: a)La necesidad de la reforma sentida en los estudios
de Teología Moral; b)La influencia de los estudios bíblicos; c)Pluralismo de las normas
morales; d)La falta de sín tesis doctrinal entre conciencia y norma; e)La crisis de la vida
cristiana. Secularización de la moral.

¿Hay crisis moral?: a) Todos estamos pendientes de la imagen que damos; b)


Autenticidad vs. Imagen; c) No lími tes para el hombre; d) Relativismo: no importa el ser,

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sino el hacer y el tener; e) Sabemos lo que nos gusta, pero no lo hacemos bien; f)
Información masiva acrítica: la información masiva no esta destinada a una persona deter
minada. La información es acrítica, es decir, perteneciente o relativo a la acracia. La
información masiva acrítica da lugar a la influencia; g) Al no hacer lo que debemos hacer,
terminamos no sabiendo lo que debemos hacer. En el terreno teórico: para saber hay que
estudiar. En el terreno práctico: para saber hay que hacer.

I.INFLUJO DE LAS IDEOLOGÍAS NO CRISTIANAS:


a)La crítica marxista
• Hubo desarrollo económico, pero el bienestar económico no se distribuyó como era
deseable. En países con tradición católica, tampoco.
• Religión católica: OPIO DEL PUEBLO, porque los ppios morales cristianos fueron
compatibles con gran des injusticias.
• Para los marxistas, los valores éticos son los que se comprueban con la praxis de la
eficacia (Teología de la liberación en el cristianismo).
• Crítica del dogma: ¿Qué valor puede tener una doctrina que ha certificado su ineficacia
en el orden tempo ral?
b)Las denuncias del psicoanálisis
• Para la moral el estudio del acto humano es esencial.
• Hallazgos importantes de la psicología enriquecen el conocimiento de la moral.
• Freud destaca la motivación del actuar moral. Uno actúa (moralmente) motivado por
elementos inconcien tes a los que es necesario dar salida, para que desaparezcan una
serie de represiones y el hombre descu bra los verdaderos motivos de su actuar.
• Freud reduce mucho al hombre. Falta amor, generosidad.
• Freud es reduccionista: tiene una mirada lívida y reprimida.
• Otros acusan a la moral católica de traumatizar las conciencias con el concepto de
pecado (perfección hu mana – amor vs. pecado).
La santidad contradice el fracaso.
• El actuar humano es misterioso y rico, pero no determinista.
c)Planteamientos existencialistas
• Sartre afirma que el hombre está destruido y habla del asco vital: hagas lo que hagas
siempre te va a dar asco vivir.
• Cuando Sartre niega la libertad deja poco espacio para la moral cristiana.
• EXISTENCIALISMO: insiste mucho sobre la singularidad de las personas y la
importancia de las circuns tancias, llevando a limitar mucho la moral basada en la
naturaleza del hombre y en la obligación de cumplir normas obligatorias y universalmente
válidas.
Trasvasa desde la moral objetiva (asentada en el cumplimiento de unas normas) hacia la
existencia moral concreta.
Moral de situación: lo que determina la acción son las condiciones personales y
circunstancias concretas. d)Pluralismo relativista
• La historia del pensamiento filosófico entre el S.VIII y el S.XIX sólo se dividió entre
empirismo y raciona lismo. Lucha enconada, pero con muchos ptos. en común.
• Con la entrada del positivismo se fragmentó mucho el pensamiento: a mediados del
S.XX se podrían enu merar 8 corrientes muy distintas. Viene la “muerte de las ideologías
” y los “neo”: intentos de reflotar al guna corriente antigua.
• En vez de “sistemas” tenemos una falta de fijación objetiva, y llega el pluralismo
intelectual que se basa en el RELATIVISMO, es decir en la interpretación “subjetiva” de
cualquier realidad.
• Pluralismo ético basado “científicamente” en descubrimiento de culturas con pautas
culturales distintas entre sí. Se relativiza la verdad a nivel individuo o circunstancia social:

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la verdad ya no es universal, sino que se mide por datos sociológicos.

II. CAUSAS INTERCLESIALES QUE PROVOCAN LA CRISIS MORAL:


a)La necesidad de la reforma sentida en los estudios de Teología Moral
• A partir de los ´30 muchos se plantearon la reforma de los estudios de Teología Moral
basados en: 1)su perar la moral casuística; 2)superar la moral basada exclusivamente en
el concepto de “naturaleza”; 3)de seo de vuelta a las fuentes bíblicas.
• Estas causas no tuvieron la misma importancia ni desarrollo en todos los autores.
Hubieron 2 tendencias fundamentales: 1)PROGRESISTAS: se fascinan con el futuro;
2)CONSERVADORES: tienen miedo de desligarse del pasado.
Ambos, cuando se radicalizan, pierden la razón.
b)La influencia de los estudios bíblicos
• Antes, el estudio de la moral estaba más cerca de Aristóteles que del mensaje de Jesús
de Nazareth. El Concilio Vaticano II animó este sentido.
• Consecuencias: 1)biblismo literalista con acumulación de citas sin exégesis;
2)hermanéutica tan singular que no tiene en cuenta el sentido de la tradición ni la
enseñanza del Magisterio.
• Resultado: disociación entre teólogos y exégetas.
c)Pluralismo de las normas morales
• Así como se dice que las culturas diferentes hacen diferente al hombre, lo mismo
sucede con los criterios morales.
• Origen del pluralismo de las normas morales: 1)difusión de culturas con valores
diferentes; 2)pluralismo legal en Occidente; 3)diversidad de circunstancias políticas,
económicas y sociales que hubo en el último tiempo lleva a la idea de “cambio”
(enfrentada con todo lo que sea ppios permanentes); 4)cierto pluralismo doctrinal entre
autores de teología católica.
• Lo cultural es importante y hay que tenerlo en cuenta; pero, hay que señalar que
algunas culturas contradi cen expresamente las normas de la ética cristina. Ejemplo:
materialismo práctico al que conduce la cultura comunista.
d)La falta de síntesis doctrinal entre conciencia y norma
• La conciencia (sagrario), como se vé, tiene una importancia enorme. Respecto de ella
se dividen las 2 grande corrientes morales: 1)autónoma (ley); 2)heterónoma (conciencia).
• Moral casuística (péndulo) lleva a la moral autónoma.
• La crisis actual viene causada por el subjetivismo moral hasta el pto. del desprecio de la
norma: relativismo moral.
e)La crisis de la vida cristiana. Secularización de la moral.
• Causa muy próxima de la actual crisis: descenso de la vida religiosa. (Declinación del
culto debido a Dios). Hay una rel. estrecha entre experiencia de la fe y vida moral. Sin
vida de piedad no se entienden las exi gencias morales.
• Sin práctica religiosa disminuye la preocupación por la vida moral.
• También la ignorancia lleva a la mala vida moral.
• Cuando uno se encuentra con Dios llega al conocimiento de la verdad.
• Camino inverso: Sto. Tomás de Aquino: “por el fuego de la caridad se llega al
conocimiento de la verdad”. • SECULARISMO: proviene de SECULO, que es siglo.
fenómeno que ayuda a socavar la fe y la vida cristiana.
SANA SECULARIDAD: autonomía relativa del orden temporal.
• “Si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada no depende de Dios y
que el hombre puede disponer de todo sin relacionarlo con Dios, no hay creyente alguno
a quien se escape la falsedad envuelta en esas palabras”.

BOLILLA 2

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FUNDAMENTOS DEL ORDEN MORAL
1.La creación fundamento del orden moral. La Antropología teológica y sus
consecuencias. Pro yecto original. Naturaleza elevada, caída y redimida.
La creación fundamento del orden moral.

La moralidad constituye una peculiar dimensión del obrar de la persona, prerrogativa de


la dignidad de su naturaleza racional.
Siempre que se habla de moralidad se está aludiendo a esa propiedad del obrar libre,
según la cual se or dena o no a la consecución del fin y perfección del hombre, que está
en Dios.
La moralidad es tanto un calificativo de las obras, como así también una dimensión del
hombre que las realiza; según sus actos el hombre se determina a sí mismo.
La ética y la moral sólo encuentran su verdadera fuerza y consistencia cuando plantean
las rel. del hombre con Dios. La vida moral se presenta como la respuesta debida a las
iniciativas gratuitas que el amor de Dios multi plica en favor del hombre. La justa fe en
Dios nos hace capaces, al mismo tiempo, de escuchar el lenguaje de la creación y lo
confirma.

La Antropología teológica y sus consecuencias.


La moralidad de los actos está definida por la relación de la libertad del hombre con el
bien auténtico. Di cho bien es establecido por la Sabiduría de Dios que ordena todo a su
fin. El obrar es moralmente bueno cuando las elecciones de la libertad están conformes
con el verdadero bien del hombre y expresan así la ordenación vo luntaria de la persona
hacia su fin último, es decir, Dios mismo.
El Génesis describe el proyecto de Dios sobre el hombre, su designio originario, y cuando
nuestros prime ros padres abusaron de su libertad y pecaron, el proyecto de la redención.
El plan de Dios se nos aparece como integrado por 3 elementos, que dan el fundamento
a la antropología revelada: 1)el proyecto del ppio; 2)la situación del hombre después de
la caída; 3)historia de la salvación=el modo en que Dios ofreció de nuevo la salud a todo
hombre, en diversas maneras, con la obra de la Redención.

Proyecto original
El hombre fue creado por Dios a su imagen, con una naturaleza espiritual y corpórea, y
elevado a condi ción de hijo de Dios por la gracia. Por tal perfección, la armonía de sus
potencias era plena, hasta el pto. de que no podía pecar por un desorden sensual, sino
únicamente por soberbia, como los ángeles; y estaba inmune del dolor y de la muerte.
El hombre recibió un doble mandato para su vida terrena, con el que conseguiría la
bienaventuranza: 1)crecer y multiplicarse; 2)dominar la tierra.
Dios estableció al hombre un límite a su libertad, la de no comer del árbol de la ciencia
del bien y del mal. A partir del Pecado Original, Cristo vino a restaurar la inicial amistad
con Dios, pero no para devolvernos la inocencia ni la inmunidad del dolor y de la muerte.

Naturaleza elevada, caída y redimida.


Dios había creado al hombre en estado de gran perfección, tanto por naturaleza, como
por gracia. Por el PO, se produjo la pérdida de la justicia original, y la causa de que en
adelante toda la raza humana sea concebida en pecado ya que por la desobediencia de
uno, todos fueron constituidos pecadores.
El PO fue un pecado de desobediencia. A partir de él, la naturaleza humana quedó
herida, aunque no co rrompida, pues conserva su más profunda inclinación a Dios.
Todo ser humano, con excepción de Santa María, nace privado de la amistad con Dios y
con inclinación al pecado. En el hombre caído hay un fuerte contraste entre sus
aspiraciones a la verdad y al bien, que conserva, y la realidad de sus fuerzas herida.
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El hombre no puede por sí solo acceder a la intimidad con Dios, ni puede vivir en modo
plenamente con forme a la dignidad humana.
Luego de que el hombre rompió la Alianza primera con su Creador, Dios le ofreció la
salvación a lo largo de la historia, hasta que, llegada la plenitud de los tiempos, envió a
su Hijo para que instaurase la Nueva y Defini tiva Alianza, con su Encarnación y muerte
de Cruz.
La Redención de Cristo es universal. Llega a todos los hombres, aunque no del mismo
modo. El fin de la Iglesia es que todo hombre pueda encontrar a Cristo, para que Cristo
pueda recorrer con cada uno el camino de la vida, con la potencia de la verdad acerca
del hombre y del mundo, contenida en el misterio de la Encarnación y la Redención, con
la potencia del amor que irradia de ella, porque el hombre ha sido redimido por Cristo.
Hay 2 formas de que los hombres encuentren a Cristo: 1)ORDINARIA: los que
pertenecen o ingresan a la Iglesia de Cristo, acceden mediante la fe y los medios que
Ella recibió de Cristo; 2)EXTRAORDINARIA: quienes no conocen a Cristo, si buscan con
sinceridad a Dios, y se esfuerzan bajo el influjo de la gracia en cumplir con las obras de
su voluntad, conocida por el dictado de su conciencia, pueden conseguir la salvación
eterna.

2.Dios, fin último del hombre y de toda la creación.


El fin último de la Ética es la FELICIDAD: la persona debe conducirse moralmente porque
desea ser feliz. Para la ética cristiana, la “felicidad perfecta” es la salvación, la vida feliz
en el Cielo, lo cual constituye el objetivo último de la existencia. El cristiano, sin
menospreciar el valor de los bienes terrenos, sabe que la razón última de conducirse
rectamente es para alcanzar la plenitud de su vida en la felicidad eterna. El Concilio
Vaticano I enseña que el mundo ha sido creado para la gloria de Dios. la razón de este fin
es para manifestarla y comunicarla.
A partir de que Dios es el ppio de todas las criaturas, tiene que ser también su fin último.
Es precisamente en Dios, donde el hombre encuentra la verdadera felicidad.
Dios, ppio y fin de la existencia, orienta la vida del hombre según su querer, el cual
coincide con el bien de la per sona. La persona humana sabe de donde viene, adónde va
y cómo ha de actuar.
El fin último al que el hombre debe tender si quiere alcanzar una vida feliz, está escrito en
su propia natu raleza. El PO ha llevado al hombre a desear en ocasiones
desordenadamente ciertos bienes que le separan de Dios. El objetivo de la Encarnación y
de la Redención fue restablecer el proyecto original de facilitar al hombre el acceso a
Dios, como fin último sobrenatural de su vida. En este sentido, el fin último sobrenatural
del hombre es tender y orientar la vida entera a Dios, participando de la vida trinitaria, en
lo cual encuentra su verdadera y má xima felicidad. El origen y fin en el hombre - se
condicionan mutuamente; - son inseparables; - son decisi vas para el sentido y la
orientación de nuestra vida y nuestro obrar.
Para que las acciones humanas se puedan orientar a Dios, es preciso que sean en sí
mismas buenas, es decir, que se adecuen a lo preceptuado por los Mandamientos. Por
consiguiente, el cumplimiento de lo estable cido por las normas morales es el camino
para que el hombre adquiera su felicidad aquí y la salvación eterna des pués del estadio
temporal de su vida.
La Revelación cristiana muestra en todo momento que Dios mismo es el objeto de esa
manifestación di vina a la humanidad. Consiguientemente, Dios es el centro del universo.
Esta primacía de Dios muestra que el objeto último del actuar humano es reconocerle y
darle gloria, si bien la añadidura es la felicidad y la salvación del hombre.
GLORIA: peso, en sentido de dignidad. Referida a Dios la gloria señala un atributo divino,
es decir, cuando se menciona la gloria de Dios se alude a su misma Persona, pero casi

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siempre en cuanto que Él manifiesta a los hombres.
Ante la presencia atrayente y misteriosa de Dios, el hombre descubre su pequeñez. Esa
humildad del hombre frente a la grandeza de Dios no “humilla”, sino que le eleva, pues
descubre su propia dignidad al poder reconocer y experimentar la gloria de Dios.
Respecto a la vida moral, la “gloria de Dios” tiene una importancia decisiva, pues reclama
del hombre que reconozca esa “dignidad” con un comportamiento adecuado. En este
sentido, el hombre debe buscar en todo la “gloria de Dios”, de este modo acepta y
respeta esa grandeza divina.
La vida moral abarca los diversos ámbitos en los que se desenvuelve la existencia del
hombre y de la mu jer.
La vida moral contempla también las relaciones que brotan de la convivencia social con
los demás. La vida moral no es plena si no se consideran convenientemente las rel. del
hombre con Dios.

Los deberes morales del hombre con su Creador se pueden estructurar del siguiente
modo: 1) El hombre ha de rendir culto a Dios, lo que se lleva a cabo por el ejercicio de la
virtud de la religión, que incluye 4 actos fundamentales: a)adoración; b)acción de gracias;
c)desagravio; d)oración de petición. El culto máximo se lleva a cabo por la acción
litúrgica, cuyo culmen es la Eucaristía, en la que de modo eminente se cumple esa vir
tud.
2) La Moral contempla asimismo los actos negativos (pecados) que el cristiano puede
cometer en el caso en que no cumpla ese deber moral. Entre los pecados más graves se
encuentran el ateísmo, el agnosticismo, la indife rencia religiosa, la blasfemia, el
sacrilegio o profanación de las cosas sagradas, el uso indebido del nombre de Dios, el
uso irregular del juramento o el incumplimiento de los votos, libremente asumidos.

El fin último sobrenatural, al que el hombre está destinado tiene las siguientes
características:
1) A ese “fin sobrenatural” sólo puede aspirar y logra alcanzarlo el bautizado, pues la
gracia divina eleva sobrena turalmente al hombre, por lo que su vida demanda que se
realice como tal en un ámbito también sobrenatural. 2) En su calidad de “fin sobrenatural”
supera las fuerzas humanas, por lo que, alcanzarlo, está condicionado al empleo de
medios sobrenaturales. Es necesaria la práctica de los sacramentos y surge la necesidad
de la ora ción.
3) “El fin sobrenatural” que se le asigna al hombre, permite que el bautizado se pueda
comunicar con Dios, que participe de la vida Trinitaria.

El último fin debe ejercer un influjo real en el actuar humano: 1)las acciones serán
moralmente buenas cuando garanticen la consecución del fin úúltimo. 2)cuando el
hombre constituye como fin último de su vida el “dar gloria a Dios”, todas sus acciones
adquieren un carácter nuevo. Elimina de su vida aquellas acciones que le alejan de Dios
y le alejan del ideal de orientar a Dios su vida eterna. 3)la consideración del “fin último”
como norma del actuar moral, es que da lugar a una moral de altos valores éticos. 4)la
vida moral se pone como arquetipo de exis tencia llevar a término un proyecto de vida
global, según el querer de Dios.

LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA


La dignidad de la persona humana está arraigada en su creación a imagen y semejanza
de Dios. Dotada de alma espiritual e inmortal, de inteligencia y e voluntad libre, la
persona está ordenada a Dios y llamada, con alma y cuerpo a la bienaventuranza eterna.

LAS BIENAVENTURANZAS
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Las BIENAVENTURANZAS son el centro de la predicación de Jesús; recogen y
perfeccionan las promesas de Dios, hechas a partir de Abraham. Dibujan el rostro mismo
de Jesús, y trazan la auténtica vida cristiana, desve lando al hombre el fin último de sus
actos: la bienaventuranza eterna.
El hombre alcanza la bienaventuranza en virtud de la gracia de Cristo, que lo hace
partícipe de la vida di vina. En el Evangelio Cristo señala a los suyos el camino que lleva
a la felicidad sin fin: las Bienaventuranzas. La gracia de Cristo obra en todo hombre que,
siguiendo la recta conciencia, busca y ama la verdad y el bien, y evita el mal.
Las Bienaventuranzas responden al innato deseo de felicidad que Dios ha puesto en el
corazón del hom bre, a fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer.
Las Bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los
actos humanos. Esta vocación se dirige a cada uno personalmente, como así también al
conj. de la Iglesia. La Bienaventuranza consiste en la visión de Dios en la vida eterna,
cuando seremos en plenitud “partícipes de la naturaleza divina” de la gloria de Cristo y
del gozo de la vida trinitaria. La Bienaventuranza sobrepasa la cap. humana; es un don
sobrenatural y gratuito de Dios, como la gracia que nos conduce a ella. La promesa de la
bie naventuranza nos sitúa frente a opciones morales decisivas respecto de los bienes
terrenales, estimulándolos a amar a Dios sobre todas las cosas.

LA LIBERTAD
La LIBERTAD es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o
aquello, de ejecutar de este modo por sí mismo acciones deliberadas. La libertad es la
característica de los actos propiamente humanos. Cuanto más se hace el bien, más libre
se va haciendo también el hombre. la libertad alcanza su perfección cuando está
ordenada a Dios, Bien supremo y Bienaventuranza nuestra. La libertad implica también la
posibilidad de elegir entre el bien y el mal. La elección del mal es un abuso de la libertad,
que conduce a la esclavitud del pe cado.
La libertad hace al hombre responsable de sus actos, en la medida en que éstos son
voluntarios; aunque tanto la imputabilidad como la responsabilidad de una acción pueden
quedar disminuidas o incluso anuladas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la
violencia soportada, el miedo, los afectos desordenados y los hábitos.
El derecho al ejercicio de la libertad es propio de todo hombre, en cuanto resulta
inseparable de su digni dad humana. Este derecho ha de ser siempre respetado,
especialmente en el campo de la moral y religioso, y debe ser civilmente reconocido y
tutelado, dentro de los límites del BC y del justo orden público.
Nuestra libertad se halla debilitada a causa del PO. El debilitamiento se agrava aún más
por los pecados sucesivos. Pero Cristo nos liberó para ser libres. El ES nos conduce con
su gracia a la libertad espiritual, para ha cernos libres colaboradores suyos en la Iglesia y
en el mundo.

LAS PASIONES
Las PASIONES son los afectos, emociones o impulsos de la sensibilidad, que inclinan a
obrar o a no obrar, en vista de lo que se percibe como bueno o como malo.
Las principales pasiones son: el amor y el odio, el deseo y el temor, la alegría, la tristeza
y la cólera. La pasión fundamental es el amor, provocado por el atractivo del bien. No se
ama sino el bien, real o apa rente.
Las pasiones, en cuanto impulsos de la sensibilidad, no son en sí mismas ni buenas ni
malas; son buenas, cuando contribuyen a una acción buena; son malas, en caso
contrario. Pueden ser asumidas en las virtudes o pervertidas en los visiones.

LA CONCIENCIA MORAL
La CONCIENCIA MORAL, presente en lo íntimo de la persona, es un juicio de la razón,
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que en el mo mento oportuno, impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. Gracias
a ella, la persona humana percibe la cualidad moral de un acto a realizar o ya realizado,
permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo. Cuando escucha la conciencia moral,
el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le habla.
La dignidad de la persona humana supone la rectitud de la conciencia moral, es decir que
ésta se halle de acuerdo con lo que es justo y bueno según la razón y la ley de Dios. A
causa de la misma dignidad personal, el hombre no debe ser forzado a obrar contra su
conciencia, ni se le debe impedir obrar de acuerdo con ella, sobre todo en el campo
religioso, dentro de los límites del BC.
La conciencia recta y veraz se forma con la educación, con la asimilación de la Palabra
de Dios y las ense ñanzas de la Iglesia. se ve asistida por los dones del ES y ayudada
con los consejos de personas prudentes. Ade más, favorecen mucho la formación moral
tanto la oración como el examen de la conciencia.
Son tres las normas más generales que debe seguir la conciencia: 1) Nunca está
permitido hacer el mal para obtener el bien; 2) Regla de oro: todo cuanto queráis que os
hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; 3) La caridad supone siempre el
respeto del prójimo y de su conciencia, aunque esto no significa aceptar como bueno lo
que objetivamente es malo.
La persona debe obedecer siempre al juicio cierto de la propia conciencia, la cual, sin
embargo, puede emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad
personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia
involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por tanto,
esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.

LAS VIRTUDES
La VIRTUD es una disposición habitual y firme para hacer el bien.
El fin de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios.
Hay virtudes humanas y virtudes teologales.
Las VIRTUES HUMANAS son perfecciones habituales y estables del entendimiento y de
la voluntad, que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra
conducta en conformidad con la razón y la fe. Adquiridas y fortalecidas por medio de los
actos moralmente buenos y reiterados, son purificadas y elevadas por la gracia divina.
Las principales virtudes humanas son denominadas cardinales. Ellas son: prudencia,
fortaleza, templanza y justi cia.
PRUDENCIA: dispone la razón a discernir, en cada circunstancia, nuestro verdadero bien
y a elegir los medios adecuados para realizarlo. Es guía de las demás virtudes,
indicándoles su regla y medida. FORTALEZA: asegura la firmeza en las dificultades y la
constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la cap. de aceptar el eventual
sacrificio de la propia vida por una causa justa.
TEMPLANZA: modera la atracción de los placeres, asegura el dominio de la voluntad
sobe los instintos y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados.
JUSTICIA: consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es
debido. La justicia para con Dios se llama “virtud de la religión”.
Las VIRTUDES TEOLOGALES son las que tienen como origen, motivo y objeto
inmediato a Dios mismo. Infusas en el hombre con la gracia santificante, nos hacen
capaces de vivir en rel. con la Santísima Trinidad, y fundamentan y animan la acción
moral del cristiano, vivificando las virtudes humanas. Son la garantía de la pre sencia y
de la acción del ES en las facultades del ser humano.
Las virtudes teologales son al fe, la esperanza y la caridad.
FE: virtud por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha revelad, y que la Iglesia
nos propone creer, dado que Dios es la Verdad misma. Por la fe, el hombre se abandona

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libremente a Dios; por ello, el que cree trata de conocer y hacer la voluntad de Dios, ya
que la fe actúa por la caridad.
ESPERANZA: virtud por la que deseamos y esperamos de Dios la vida eterna como
nuestra felicidad, confiando en las promesas de Cristo, y apoyándonos en la ayuda de la
gracia del ES para merecerla y preservar hasta el fin de nuestra vida terrena.
CARIDAD: virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo
como a nosotros mismo por amor a Dios. Jesús hace de ella un mandamiento nuevo, la
plenitud de la Ley. Ella es “el vínculo de la perfec ción” y el fundamento de las demás
virtudes, a las que anima, inspira y ordena: sin ella “no soy nada” y “nada me aprovecha”.

LA LEY Y LA GRACIA
LEY MORAL: obra de la Sabiduría divina. Prescribe al hombre los caminos y las reglas
de conducta que llevan a la bienaventuranza prometida, y prohíbe los caminos que
apartan de Dios.

LEY MORAL NATURAL: la ley natural, inscripta por el Creador en el corazón de todo
hombre, consiste en una participación de la sabiduría y bondad de Dios, y expresa el
sentido moral originario, que permite al hombre dis cernir el bien y el mal, mediante la
razón.
La ley natural es universal e inmutable, y pone la base de los deberes y DDFF de la
persona, de la comunidad humana y de la misma ley civil.
A causa del pecado, no siempre ni todos son capaces de percibir en modo inmediato y
con igual claridad la ley natural.

LEY NATURAL Y LEY ANTIGUA: la LEY ANTIGUA constituye la 1ra etapa de la Ley
revelada. Expresa muchas verdades naturalmente accesibles a la razón, que se
encuentran afirmadas y convalidadas en las Alianzas de la salvación. Sus prescripciones
morales, recogidas en los Mandamientos del Decálogo, ponen la base de la voca ción del
hombre, prohíben en lo que es contrario al amor de Dios y del prójimo e indican lo que les
es esencial. La Ley antigua permite conocer muchas verdades accesibles a la razón,
señala lo que se debe hacer o no se debe hacer, y sobre todo, como un sabio pedagogo,
prepara y dispone a la conversión y a la acogida del Evange lio. Sin embargo, aun siendo
santa, espiritual y buena, la Ley antigua es todavía imperfecta, porque no da por sí
misma la fuerza y la gracia del Espíritu para observarla.

LEY NUEVA o LEY EVANGÉLICA: la LEY NUEVA, proclamada y realizada por Cristo, es
la plenitud y el cumpli miento de la ley divina, natural y revelada. Se resume en el
mandamiento de amar a Dios y al prójimo, y de amar nos como Dios nos ha amado. Es
también una realidad grabada en el interior del hombre: la gracia del ES, que hace
posible tal amor. Es la “ley de la libertad”, porque lleva a actuar espontáneamente bajo el
impulso de la cari dad.
La Ley Nueva se encuentra en toda la vida, y la predicación de Cristo y en la catequesis
moral de los Apóstoles; el Sermón de la Montaña es su ppal expresión.

BOLILLA 3: TEORÍA DE LA ACCIÓN


La perspectiva de la moral
- Se estudia la acción humana en primer lugar. En segundo lugar, se estudia la acción del
hombre desde la pers pectiva moral.
- Santo Tomás: para empezar a hablar de la moral, habla del placer.

BIEN: aquello a lo que se tiene.


En sentido 1) Utilitarista: el ser humano no puede ser considerado útil, el hombre no

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puede ser rebajado a objeto 2) Consecuencialista: el bien y el mal no esta en lo que haré,
sino en la consecuencia de la acción.

Referente: Maquiavelo.
- El efecto malo nunca se puede buscar, el efecto malo si se puede tolerar
- El fin no justifica los medios
- Kant: el BIEN determina a la voluntad por motivos de la razón. El hombre debe actuar
de manera tal que su forma de actuar pueda volverse un principio de moral universal.
- El comienzo de la ETICA esta en la tendencia. El punto de partida de la reflexión ética
tiene que ver con el “pla cer”: aquello a lo que se dirige la tendencia.
- Por eso, la etica comienza con un análisis del sujeto moral, una teoría acerca de ese
sujeto. Comprendernos a nosotros como seres que actúan.
- Santo Tomás: comienza su estudio de la moral preguntándose si el hombre actúa por un
fin.

La orientación a fines y el concepto de acto humano (1)


- El hombre actúa por un fin
- La acción + reacción ocurre solo en los actos reflejos del hombre.
- Los ACTOS HUMANOS son actos libres, en los que la razón interviene, pues no esta
influída por la necesidad. La razón solo esta instruida por la verdad. Si no es libre no es
acto humano, y por lo tanto no es moral. - Los ACTOS DE LOS SENTIDOS: no hay
libertad. Los sentidos no se equivocan respecto de su objeto. Se pueden esquivar pero
no hay libertad.
- Los ACTOS DEL HOMBRE: son aquellos que no son libres.
- “La razón puede juzgar aspectos que a los sentidos se les escapan. Para los apetitos
algo puede ser bueno en todos los aspectos, pero para la razón no. Esto es un dato de
experiencia primaria: los sentidos no reflexionan mientras que la razón sí puede tenerse a
sí misma por objeto. De aquí viene el querer”.
- Explicación: Solo la razón puede intervenir por cosas que a los sentidos se les escapan.
Por ejemplo: un espe jismo, no esta en el sentido de los ojos, sino que está en la
memoria. Para el apetito algo puede ser bueno en todos los aspectos (para el sentido del
gusto el quinto vaso de whisky esta perfecto). Pero para la razón no. Es un dato de
experiencia primaria: los sentidos no razonan, no se dan cuenta que están sintiendo.
(Veo, pero para ver que veo tengo que pensar, no basta con ver). Con la razón, puede
pensar en lo que piensa, o pensar en lo que los sentidos están pensando. La razón
puede mirarse a sí misma.

La orientación a fines y el concepto de acto humano (2)


- VIRTUD MORAL: habito efectivo del medio según la recta de la razón. El habito es
propio del hombre, distinto de la destreza que es propio de los animales. El hombre tiene
ambos.
- Veritas liberavit vos: la verdad te hace libre
- El habito es siempre efectivo aunque ordenado. Para elegir se necesita de inteligencia y
voluntad. El hombre cada vez que elige va a elegir haciendo un acto de inteligencia y
boluntad.
- Al santo le va a costar igual que a mi hacer las cosas. La diferencia esta en que el tiene
continuidad en el habito, y yo no. Uno no puede ser genoroso, virtuoso si no conoce la
verdad. La verdad esta fuera de mí, y cuanto mas conocimiento de la verdad uno tiene,
mas posibilidades de ser virtuoso tiene.
- Pater: Que somos libres de hacer las cosas no hay que probarlo, porque esta en
nuestras manos hacer lo que mi juicio racional me dice o no. “La libertad de nuestro obrar
no necesita ser probada por le ética, ya que es una experiencia primaria que nosotros
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mismos tenemos siempre de alguna manera en nuestras manos la tendencia que sigue a
los juicios”. No hay que probar que soy libre para obrar, sino que tengo experiencia de
eso.
- “Hay un tipo propio de tender que es propio del hombre y que Santo Tomás llamaba
“dominio”, porque precisa mente descansa en la razón. A esto lo llamamos querer”. El
dominio o dominus “Señor”. La razón como dominio va a donde yo quiero porque YO
quiero. No hacer lo que quiero me causaría frustración. Si no se lo que quiero, espero
hasta saber, porque lo propio del hombre es dudar.
- “Doble raíz de la libertad: tiene su sede en la voluntad pero basada en juicios de la
razón. Santo Tomás dice que la raíz de la libertad está en la razón porque puede tener
diferentes concepciones de lo que es bueno”. La voluntad es lo que se elige bajo lo
que la razón le muestra como bueno. La razón es la que es realmente inde pendiente en
la elección. Tiene la posibilidad de ver el bien en distintas formas.
- El apetito sensible descansa en percepciones sensoriales. La relación sujeto-objeto
aquí se debe a causas natu rales. Es espontánea. Los seres vivos que actúan con base
en tendencias sensoriales “Non agunt, sed magia aguntur” (S.T Aquino).
- “La voluntad libre no es una voluntad indeterminada o indeterminable, sino una
voluntad que no puede ser de terminada por ninguna otra cosa que por juicios de la razón
sobre el bien”. No es una voluntad que nadie le puede decir como es, que hago lo que
quiero, no. No consiste en eso. Consiste en que la única determinación que puede tener
la voluntad libre para obrar el bien son los juicios de la razón sobre el bien. Pensar yo:
¿esto esta bien o esta mal?. Nosotros, cuando nos dirigimos por juicios de la razón sobre
el bien, también nos hace mos.
- Todos los actos que dependen de una libertad libre son morales, en sentido contrario a
“no cualificables moral mente” (esos son los actos de los niños, los discapacitados, los
reflejos). Por eso, solo una acción moral puede ser reprochable o elogiable.

La orientación a fines y racionalidad


- El que una persona haga algo no nos indica “qué” esta haciendo. Entramos en lo mas
básico del obrar humano es la intención u objeto. Esto es el PISO de la moral. El “para
qué”, u objeto, se hace algo que constituye preci samente lo qué se hace.
- Ejemplo: estoy usando mi computadora. Ese acto en sí mismo no es moral, es moral lo
que hago con ella ahora: estoy tomando apuntes o usando Facebook?
- Intención: “los animales no saben el para qué, para un animal todo es un fin. El para
que implica razón práctica. La intencionalidad indica una tendencia que incluye una
doble actividad de la razón: conocimiento de un fin y conocimiento de la relación entre “lo
que se hace” y ese fin”. Un animal conoce los medios como fines, no los medios como
medios. Yo tomo apuntes porque pienso que me va a servir para estudiar mejor, es un
medio. To mar apuntes no es saber la materia. El pajarito que hace el nido, lo hace por
instinto, pero no piensa, el pájaro está instruido para hacer eso. Los animales tienen un
input, el instinto. No piensa “esta ramita la uso para una casa”.
- El actuar humano implica; A) Actuar voluntario: porque quiero B) Actuar intencional:
para qué C) Actuar en virtud de la razón práctica: conozco la relación entre ese medio y
ese fin. Conozco la relación entre lo que yo hago ahora y el fin, el para qué.
- La intencionalidad: el para qué. Tenemos la virtud de elegir los mejores medios para
nuestros fines. - Para conocerse a uno mismo hay que saber que intenciones tengo. La
intención es lo que nos construye mas como seres humanos.

Santo Tomás: para la voluntariedad de un acto es necesario:


1) Que la acción surja de un acto de tender
2) Que quien actúa posea conocimiento, saber, acerca de un fin

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3) Conocer la “ratio finis”, es decir, la índole de un fin de esa cosa.

- La razón practica es conocer la relación existencia entre el fin y la acción que se dirige a
él. La razón práctica se aplica a la realidad

Las acciones morales como acciones inmanentes


- Las acciones artísticas tienen que ver con lo bello. No hay un fin detrás de lo bello.
- El actuar técnico es hacer con la teoría de una cosa práctica.
- Hay que hacer distinción entre “actuar” y “producir”
- Ejemplo: prestar atención en clase = Actuar. Maquina trabajando = Producir. El
resultado permanece fuera del que lo ejecuta.
- El hombre con su actuar: 1) gana sustento 2) presta un servicio 3) da salida a su fuerza
creativa. Esto es inma nente, ya que queda en el hombre. Al igual que en el
conocimiento, la praxis también queda dentro de quien la ejerce. Cumplir con mi deber es
algo que me hace bien a mi. Yo me hago a mi mismo con mis obras, no con mis dichos.
- La acción tiene un doble sentido: 1) Trascendente: bondad del producto 2) Inmanente:
realización vital del hom bre.
- Un producto es de elogio en la medida que en que sea producto de capacidades
desarrolladas en una persona. A un robot no se lo elogia.
- En todo obrar perseguimos algo que es lo que le da a ese obrar en sentido práctico
(llevar a la plenitud las capa cidades propias, alcanzar la verdad, ganarse el sustento,
ejercer poder, servir a la justicia, etc). Bienes prácticos que tienen la propiedad de que el
resultado permanezca en el sujeto que actúa.
- Perspectiva de la moral: realizar aquellos que nosotros podemos ser, realizar el propio
ser del hombre. Con el actuar moral modificamos sobre todo y de entrada ese pedazo del
mundo que somos nosotros mismos. - Realización del propio ser del hombre: nos
referimos a que en todo y a través de todo lo que hacemos (acción humana, obrar en
virtud de la voluntad guiada por la razón, por la libertad) en realidad estamos haciendo
algo con nosotros mismos.
- Actuar, praxis: estar siempre haciéndose alguien, y como resultado, ser alguien.
- Hasta donde llega nuestra responsabilidad es algo que solamente podremos determinar
cuando hayamos com prendido bajo qué condiciones podemos optimizar estados del
mundo sin convertirnos nosotros mismos en ma las personas.
- Vida lograda: ese fin que permanece en nosotros, ese algo conveniente o útil que no
necesita justificarse a sí mismo por su conveniencia o utilidad para otra cosa.
- Mal como tal: la muerte de una persona
- Mal moral: cuando hubiese sido posible para alguien evitarlo y no lo hizo.
- Mérito y reproche (culpa) solo entran cuando se puede hablar de responsabilidad.
- ¿Porqué deberíamos preguntarnos si toda la vida tiene un fin? 2 razones: 1) La
multiplicidad de nuestro obrar. No deberíamos tomarlo como un todo para que tenga mas
sentido? Si cada cosa no la juntamos con los demás no tiene sentido. Juntar todas las
cosas que hacemos por un fin. 2) ¿Hacemos todo lo que hacemos por la razón inmediata
o por alguna otra cosa? Hay algo por lo que tiendo, es decir para que mi vida tenga
sentido.

El fin ultimo y la felicidad


- Se puede dar una vida sin la unidad que le da un último fin.
- En un acto concreto no es posible no perseguir algo ultimo referido a ese acto concreto.
Toda secuencia com pleta de actos tiene un fin.
- Se puede querer algo por sí mismo? O sea, algo que no sea tenido por bueno desde
todos los puntos de vista, de modo que no sea posible ordenarlo a otra cosa.
- La psicología de la acción nos enseña que siempre tendemos a algo en general
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(bienestar económico, salud, reconocimiento de los demás, etc). Nos interesa entender el
QUÉ es lo que busca cada persona. Querer estar saciado = felicidad.
- Todos los hombres desean con necesidad natural algo que por sí mismo haga la vida
deseable. Quiere que su vida le salga bien como un todo.
- Santo Tomás: felicidad: tender a que la voluntad (potencia racional) quede satisfecha.
Por ello, debemos buscar algo ultimo conforme a la razón.

Dos aspectos de fin: “fin de algo” y “fin para algo”


- Felicidad: aquello que es lo único a lo que es racional que tendemos por sí mismo.
Racionalizamos nuestros actos para llegar a la felicidad porque nuestra naturaleza esta
corrompida.
- Podría pensarse que es una ética que parte de un Dios conocido, incluso creador, el fin
está decidido: debe ser Dios.
- Definición de hombre: 1) Greek style: principio, physis, natura, Adan 2) Cristianismo: al
final, Cristo, nos converti mos en Cristo o no somos personas. Se necesita de fe, gracia y
formación.

Santo Tomás toma a Aristóteles para hablar de fin:


1) Fin de algo: la cosa que es el fin. Ejemplo: fin de un tacaño es el dinero. Su
perspectiva se trata de los fines que el mismo se pone y que resultan determinantes en
su conducta práctica. Interesa el fin ultimo al actuar. Cuando el hombre se realiza da
gloria de Dios, cuando el hombre se planifica da gloria a Dios, cuando el hom bre cumple,
logra realizar todas sus potencialidades. Esto es porque precisamente nosotros nos
hacemos.
¿Cuál es esa cosa ultima a través de la que el hombre se realiza y da gloria a Dios?
Posibilidad 1) Dios debe ser objeto directo de una actividad humana. Posibilidad 2) que
sea otra actividad en virtud de la cual el hom bre da gloria a Dios (los animales dan gloria
a Dios sin referirse a él, ya están ordenados por naturaleza). 2) Fin para algo: acto o
actividad que se extiende a la cosa. La tendencia a ello y la consecución. Ejemplo: fin
para un tacaño es la posesión del dinero. Lo especifico del hombre tendría que consistir
en que Dios fuera ob jeto de sus actos. Debería haber una actividad humana que se
refiera a Dios. Y se debería poder mostrar que esa actividad es la única a la que es
racional tender por sí misma. Pero esto hay que demostrarlo.

Santo Tomás: nos da demostración en 2 pasos A) Plantea en qué tipos de bienes cabe
encontrar el fin ultimo del hombre (la felicidad) B) Determina que la felicidad es una
actividad, y en qué actividad consiste. Lo que queremos realmente es aquello que es lo
único a lo que podemos tender racionalmente, pues querer quiere decir tender bajo la
dirección de la razón.

La doble felicidad en esta vida y la antropología del placer


- El hombre se distingue por estar dotado de razón. Por tanto, la felicidad tiene que
consistir en una actividad del alma, de aquello parte del alma que posea razón o en las
partes del alma que se encuentren bajo el dominio de la razón.
- Aristóteles: “se eligen por sí mismos aquellas actividades en que se busca nada fuera
de la misma actividad”. Se busca una actividad que sacie sin producir hartazgo.
- La contemplación de la verdad es la única actividad de ese tipo. Se trata de una
actividad que no apoya nada, y sin embargo lo aporta todo, porque es la única que se
puede realizar por sí misma. Por fuera de la inteligencia
existen otras, que son conformes a la razón: las virtudes morales. Aristóteles: “en 2do
lugar será feliz la vida conforme a las demás virtudes”.
- Se habló durante mucho tiempo de la doble felicidad de Aristóteles. El piensa que la
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felicidad tiene que ser al mismo tiempo lo mas placentero y lo que mas disfrute produzca.
La perfección del placer es un indicador de per fección de la felicidad.
- PLACER: resume todas las características de las cosas ultimas; ser una “actividad
perfecta” en la que llega a termino y descansa en la tendencia.
- FELICIDAD: es el placer pero no tender al placer. Tender a la felicidad quiere decir
tender a aquella actividad que sacia nuestras tendencias y que por eso es la mas
placentera.
- Aristóteles: “Nadie elegiría vivir toda la vida con la inteligencia de un niño aunque fuera
disfrutando en el mas alto grado con todo aquello que disfrutan los niños, no aplacerse en
hacer algo vergonzoso aun cuando nunca hubiera de sentir por ello dolor alguno”. Esta
es la razón por la cual vamos en busca de la actividad y no del pla cer.
- El apetito se estimula no mediante la representación de vivencias de placer, sino
mediante la representación de aquello que puede producir esas vivencias. Por ello solo
los humanos pueden comportarse de manera hedo nista.
- HEDONISMO: lo primero que se busca es el placer. Me muevo en orden al placer que
me da. - VOLUNTAD: aquella tendencia que sigue a la razón. La razón tiene por objeto
bienes, bienes prácticos de los que cabe alegrarse. La inteligencia ordena a la voluntad
finalmente a obtener un bien. - PROCASTINAR: dejar cosas para mañana.
- El hombre es un ser hecho para la alegría. La perfección del placer depende de la
perfección de la acción de la que se derive, y de que sea adecuado para quien disfrute de
el. La perfección del placer va a depender de la calidad de la acción. Para saber qué
placeres son buenos debemos saber que actos son buenos. La felicidad, la mejor
actividad y el placer mas alto coinciden entre sí. La tendencia al placer, ir en pos de
vivencias de placer, no puede hacernos felices, sino que nos desorienta.

Felicidad perfecta e imperfecta (Santo Tomás)


- Riquezas, buena fama, honores o poder: no. ¿por qué?: 1) Pueden llegar tanto a
buenas como a malas perso nas, y el ser mala persona ya lo hace a uno infeliz 2) Son
compatibles con la falta de otros bienes, como la sabi duría o salud 3) De ellos se pueden
seguir males 4) Dependen de circunstancias externas y el deseo de la felici dad surge del
interior del hombre.
- Consiste la felicidad en un bien del cuerpo? NO. 1) La auto conservación solo será algo
intimo para quien sea el mismo bien supremo 2) Los bienes del cuerpo se ordenan a los
del alma
- La felicidad no se puede encontrar ni en el placer espiritual ni en el placer de los
sentidos (es siempre finito y el deseo de felicidad es un deseo de voluntad, deseo
intelectual).
- Consiste la felicidad en un bien del alma? Si lo consideramos como 1) Finis Cuius: no.
Porque la tendencia de la voluntad se dirige a un bien universal y todo bien del alma es
particular y finito. 2) Si se trata de un bien del alma, porque es a través del alma como el
hombre entra en su posesión, y ademas es una actividad del alma. Es el bien que
estamos buscando a través de la perspectiva de la praxis. (Finis Quo)
- Sólo Dios es un bien universal, el único que puede saciar la voluntad humana.
- ¿Qué es la felicidad? Es un bien creado, considerado como finis quo. Se trata de una
realidad humana proce dente de adentro. Es algo que nos implica a nosotros mismos
como sujetos activos.Solo puede consistir en un acto de la inteligencia. Quiere decir
conocimiento de la verdad.

Aristóteles y Santo Tomás: Felicidad: alegría que se da cuando la voluntad se vacía en


el conocimiento de la verdad. La felicidad del hombre se logra cuando se conoce el qué
de las causas, la esencia de las cosas Forma parte de la felicidad perfecta que la

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inteligencia capte la esencia de la causa primera. La visión de Dios es la visión que nos
hace perfectamente felices. El hombre es capaz de Dios por vía del conocimiento. El
hombre tiene la capacidad se ser elevado al nivel de Dios (potentia obedientialis). Dios se
une a través de su gracia. La elevación presupone la naturaleza y la perfección sin
modificarla o anularla en cuanto que humana. Felicidad per fecta: bien y fin mas alto.

BOLILLA 4: El obrar humano, la libertad y la gracia


1. Los actos humanos, noción y distinción
- Actos humanos: aquellos que proceden de la voluntad deliberada del hombre, es decir,
los que realiza con co nocimiento y libre voluntad. En ello interviene 1º el entendimiento,
porque no se puede querer o desear lo que no se conoce. Así, conoce el hombre el
objeto, la voluntad tiene hacia el porque lo desea. - Actos que no son propiamente
humanos
a) Meramente naturales: proceden de las potencias vegetativas y sensitivas, sobre los
que el hombre no tiene control voluntario alguno. Ejemplo: nutrición, circulación de
sangre, respiración, sentir dolor o placer. b) Actos del hombre: proceden del hombre pero
falta la voluntad, o la advertencia, o ambas.

Actos humanos: división


1) Bueno o lícito: conforme a la ley moral. Ejemplo: dar limosna.
2) Malo o ilícito: no conforme. Ejemplo: mentir, matar.
3) Indiferente: no es ni contrario ni conforme a la ley moral. Ejemplo: caminar.
4) En razón de las facultades que lo perfeccionan: a) interno: realizado a través de las
facultades internas del hombre, entendimiento, memoria, imaginación. Ejemplo: el deseo
de algo futuro. b) externo: cuando intervie nen los órganos y sentidos del cuerpo.
Ejemplo: leer un libro.

Principios intrínsecos: advertencia y consentimiento


- ADVERTENCIA: elemento constitutivo de la inteligencia. Por ella el hombre percibe la
acción que va a realizar, o que ya esta realizando. Puede ser plena (perfecta) o simple
(impropia). No basta que el acto sea advertido para que sea imputado moralmente. Debe
advertirse también la moralidad del acto (advierto que como carne, pero no que es día de
vigilia). Tiene que ser doble: advertencia en sí, y advertencia de la moralidad del acto.
- CONSENTIMIENTO: el que procede de un principio intrínseco con conocimiento del fin.
Es un acto voluntario, elemento constitutivo de la voluntad. Puede ser perfecto,
imperfecto, directo o indirecto ( se da cuando al reali zar una acción, ademas del efecto
que persigue de modo directo, sigue otro efecto adicional que solo se tolera por venir
unido al 1ro). Es un acto voluntario de doble efecto: efecto bueno y efecto malo. Para que
sea licito deben hacer ciertas condiciones: a) que la acción sea buena en sí misma o
indiferente b) que el efecto inme diato sea el bueno mediato c) que uno se proponga el fin
bueno, y no el malo, d) que haya un motivo proporcio nado para permitir el efecto malo

Impedimentos de la voluntariedad del acto: ignorancia, violencia y miedo


- IGNORANCIA: la falta de conocimiento de una obligación. Según la Teología moral, es
la falta de la debida ciencia moral en un sujeto capaz, la ausencia de un conocimiento
moral que se podria y debería tener. Se distingue de: 1) la mesciencia o falta de
conocimiento no obligatorios. 2) la inadvertencia o falta de atención actual de una cosa
que se conoce habitualmente 3) El olvido o privación actual o habitual de un conoci
miento que se tuvo anteriormente 4) el error o juicio equivocado sobre la verdad.
La ignorancia puede ser: 1) Vencible: aquello que se podría y debería superar, si se
pusiera un esfuerzo razonable. Ejemplo: estudiando, consultado, pensando. Y puede ser
a) simplemente vencible: si se puso algún esfuerzo pero insuficiente o incompleto, b)
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crasa o supina: si no se hizo nada o casi nada por salir de ella y nace de un grave
descuido en aprender las principales verdades de la fe y de la moral, c) afectada:
cuando no se quiere hacer nada para superarlo, con objeto de pecar con mayor libertad,
ignorancia voluntaria. 2) Invencible: aquello que no puede ser superada por el sujeto que
lo padece ya sea porque de ninguna manera lo advierte, o ha intentado en vano salir de
ella.
1) La ignorancia invencible quita toda la responsabilidad ante Dios: involuntaria e
inculpable. Ejemplo: no peca el niño pequeño que sin saberlo hace algo malo.
2) Ignorancia vencible es siempre culpable: en mayor o menor grado según la
negligencia en averiguar la verdad.
3) Ignorancia afectada, lejos de disminuir la responsabilidad, la aumenta por la
mayor malicia que supone.
- VIOLENCIA: impulso de un factor exterior que nos lleva a actuar en contra de nuestra
voluntad. Puede ser físico o moral.
Puede ser: 1) Violencia física: a) Absoluta: se da cuando la persona violentada ha
opuesto toda la resis tencia posible sin poder vencerla. Destruye la voluntariedad, con tal
de que se resista interiormente para no con sentir el mal. b) Relativa: disminuye la
voluntariedad en proporción a la resistencia que se opuso. 2) Violencia moral: nunca
destruye la voluntariedad, pues bajo ella el hombre permanece en todo momento dueño
de su liber tad.
- MIEDO: vacilación del animo ante un mal presente o futuro que nos amenaza, y que
influye en la voluntad del que actúa. En general no se destruye el acto voluntario, a
menos que su intensidad haga perder el uso de la ra zón. No es razón suficiente para
cometer un acto malo, aunque el motivo sea considerable. Si el sujeto a pesar del miedo
realiza la acción buena, es mayor el valor moral de esa acción.
A veces el miedo puede excusar del cumplimiento de leyes positivas que mandan
practicar un acto bueno, si causan gran incomodidad, porque en estos casos se
sobrentiende que el legislador no tiene intención de obli gar. Ejemplo: marido para evitar
conflicto familiar deja de ir a misa.

Fuentes de moralidad de los actos: objeto, fin y circunstancias


- OBJETO: constituye el dato fundamental: es la acción misma del sujeto, pero tomada
bajo su consideración mo ral. La moralidad de un acto depende principalmente del objeto.
Si este ni tiene moralidad alguna, lo recibe de la finalidad o la circunstancia.
- Teología moral: hay objetos que son indiferentes, ni buenos ni malos. Pero estos no se
dan en la practica, solo actos buenos o malos.
- CIRCUNSTANCIAS: son diversos factores o modificaciones que afectan el acto
humano. Se puede considerar en concreto: 1) Quién realiza la acción. 2) Qué cosa:
designa la cualidad de un objeto (robo una cosa sagrada) o cantidad 3) Dónde: el lugar
en que se realiza la acción (pecado cometido en publico es mas grave por el es cándalo
que supone) 4) Con qué medios se realizó la acción 5) El modo cómo se realizo el acto
6) Cuándo se realizó la acción, ya que el tiempo influye en ocaciones en la moralidad
(comer carne el día de vigilia)
Hay circunstancias que pueden atenuar o agravar. Que 1) Añaden connotación moral al
pecado 2) Cam bian la especia teológica del pecado haciendo que un pecado pase de
mortal a venial 3) Agravan o disminuyen el pecado sin cambiar su especie
- FINALIDAD: es la intención que tiene el hombre al realizar un acto y puede coincidir o
no con el objeto de la ac ción. Coincidencia: aquel que se emborracha con el deseo de
emborracharse. No coincidencia: quien pasea por el campo para recuperar la salud.
El fin del que actúa puede influir en diversos modos: 1) Si el fin es bueno, agrego al acto
bueno una nueva bondad 2) Si el fin es malo, vicia por completo la bondad del acto 3)

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Cuando el acto es indiferente, el fin lo con vierte en bueno o malo 4) Si el fin es malo,
agrega una nueva malicia a un acto malo 5) El fin es bueno del que actúa, nunca puede
convertir en buena una acción mala.

Determinación de la moralidad del acto humano

• Para que los actos tengan actitud moral, deber ofrecerse a Dios. Obrar solo por placer
es ilícito cuando no se ama a Dios en el obrar (falto el 1er mandamiento)
• Para ser bueno: Los 3 elementos deber ser buenos.
• Para ser malo: basta que 1 elemento sea malo.

La pasiones, su influjo e importancia en vida personal


Hábitos:
- firme y constante tendencia de actuar de una determinada forma (no es fija porque
anularía la libertad). - No es el acto en sí, sino que en el sujeto y se manifiesta en mis
actos.
- Es inteligente, libre y voluntario
- Huellas que van quedando en nuestras potencias

Pasiones:
- Movimiento del apetito sensitivo que buscan el bien sensible o intentan huir del dolor. Ej:
odio, ira, pla cer, etc.
- Son en si misma indiferentes, pero se convierten en buenas o malas según el objeto al
que tienden. - Deben ser dirigida por la razón y rígidas por la voluntad, para que no
conduzca al mal. - Si se producen antes de que se realice la acción e influyen en ella,
disminuyen la libertad o la destruyen. Si se producen como consecuencia de la acción,
aumentan la voluntariedad.
- Cuando hay un movimiento pasional que nos inclina al mal, la voluntad actúa:
1. negativamente: no lo acepta ni lo rechaza.
2. positivamente: lo acepta o rechaza con un acto formal.
otencias del Hombre cto bjeto rtudes eridas

teligencia onoce erdad rudencia norancia

oluntad libre usca en usticia alicia

petito Inascible asiones en Arduo ortaleza ebilidad

petito Concupiscible asiones en Deleitable emplanza oncupiscen

- El hombre conoce la realidad y ésta le afecta, genera sentimientos y emociones (vida


afectiva). - Respuesta inmediata a la realidad conocida. Si es buena, atnae, si es mala,
rechaza. El hombre es una unidad sustancia de cuerpo y alma, sintetiza en su propio ser
los diferentes dinamismo que hay e la na turaleza. (=corpóreos, sensibles, psíquicos y
espirituales) en forma armónica. El alma padece un movi miento del cuerpo, o bien, el
cuerpo repercute en lo espiritual. (me duele algo, no puedo estudiar)

El alma espiritual
- Principio vital del hombre que lo anima
- Intervienen en el centro de la persona

20
- El hombre no es responsable de lo que siente, pero debe saber porqué y cómo actuar
consecuente mente.
- Se pueden desvirtuar por defectos o exceso
- Ordenadas se convierten en virtudes (morales, intelectuales, perfeccionamiento de las
pasiones, enri quecimiento de nuestras pasiones, justo punto medio (morales))

2. Sentido y definición de libertad

El hombre se diferencia del resto de las realidades creadas por la racionalidad y la


capacidad de obrar li bremente.
El hombre puede intervenir de inmediato en el proceso de su actuar: se decide o se
abstiene, interrumpe lo que había determinado o elige entre las múltiples opciones que se
ofrecen, delibera si continua su acción o lo sus pende, incluso puede optar por su
contrario, etc.

Libertad
- Es la capacidad que tiene el hombre de auto-determinarse
- Es la capacidad interior de la persona, mediante la cual la voluntad puede optar entre
querer o no que rer, determinarse por diferentes posibilidades o decidirse por su
contrario.
- Es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o no obrar, de ejecutar por sí
mismo accio nes deliberadas.
- Es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. -
Alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios.
- Por el libre arbitris cada uno dispone de sí mismo.
- En la libertad confluyen la razón, la voluntad y la vida afectiva sentimental.

Clases de libertad
1. Libertad de necesidad: posibilidad de actuar o no actuar
2. Libertad de especificidad: capacidad de decidirse entre diversas opciones
3. Libertad de contradicción: Decide entre 2 cosas opuestas.

Limites de la libertad. Libertad, Verdad, Bien


Limites de la libertad
- La libertad humana es limitada
- La libertad se ve limitada en otras dimensiones del ser humano, en la fuerza, en la
inteligencia, en la vida afectiva, sentimental, etc.
- La limitación de la libertad viene determinado por la propia estructura de la persona, que
es un ser esen cialmente finito, por lo que la libertad está sometida a ese mismo límite de
finitud.

Origen de la limitación de la libertad.


A. Naturaleza del propio ser: Ej: El hombre no puede volar.
B. Circunstancias que afectan a su mismo origen. Ej: hablar Español si es de otro país. C.
Por la condición de ser varón o mujer, niño o adolescente o anciano.

- Las limitaciones condicionan su ejercicio pero no su existencia.


- Sólo se niega la liberta cuando se impide su ejercicio “determinándola”, lo que ocurre en
los casos de coacción o de violencia. Sin embargo, el hombre mantiene su libertad
interior aunque no pueda ejer cerlo.
- Las limitaciones no siempre son negativas de libertad, sino que ofrecen opciones
nuevas de ejercerla. Libertad, Verdad, Bien.

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Libertad:
• en si: condición del ser humano
• como realidad: dice la realidad a la “verdad” y al “bien”

Libertad y Verdad
- La libertad depende fundamentalmente de la verdad.
- Para que el hombre actúe libremente, se requiere que “conozca” lo que realmente va a
ejecutar, o lo que pretende omitir.
- Sólo es libre el hombre que conoce la verdad.

2 Consecuencias.
1- El medio para crecer en la libertad es profundizar en la verdad. El hombre libre es
aquel que ama, busca, consi gue la verdad.
2- El camino para ayudar a los otros a que sean libres es posibilitarse que salgan del
error y conozcan la verdad. El hombre no crea la realidad, si no que la conoce.

Libertad y Bien
- Su relación es más estrecha que la que existe entre “libertad” y “verdad”
- En la medida en que el hombre hace más el bien, se haciendo también más libre.
- Verdadera Libertad: en el servicio del bien y la justicia.
- La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la
esclavitud del pe cado.
- El hombre, porque es libre, es proclive al mal, sin embargo tiene capacidad- siempre
ayudado de la gra cia de Dios- de vencer dificultades y de practicar el bien.
- La libertad debe ejercerse para el bien, dado que así se respeta el ser de la persona y el
ser de la reali dad.

Libertad herida y redimida. La Libertad y la Gracia.


- Dada la condición del hombre, herido, el cristiano necesita de la gracia de Dios para
hacer un uso siem pre adecuado de la libertad.
- La gracia representa una ayuda para ejercer la libertad racionalmente y para dirigir sus
actos al fin úl timo sobrenatural.
- La gracia facilita superar la ignorancia y vencer las pasiones, conforme al querer de
Dios. - Quien actúa guiado por la gracia es más libre que quien actúa de un modo
espontáneo.
Gracia: don sobrenatural, inherente all alma, concedido gratuitamente por Dios, a un
criatura espiritual, para la vida eterna.

Libertad y Responsabilidad. Falsas concepciones y sus consecuencias.


- Libertad y Responsabilidad se implican mutuamente. Toda libertad debe ser
responsable. No hay res ponsabilidad sin libertad.
- El hombre verdaderamente libre es el que se siente, a la ves, responsable de su
decisión. - La libertad puede degenerar en libertinaje, cuando no es vivido con
responsabilidad. - La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en
que éstos son voluntarios. - La libertad moral debe traspasar el deseo “de poder hacer” a
la determinación del “deber hacer”. Debe ocuparse en la libertad “para hacer el bien”.

BOLILLA 5
LA LEY GUIA DE LA PLENITUD PERSONAL
Noción y tipos de ley
LEY: ordenación de la razón al bien común, promulgada por quien tiene el cuidado de la

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comunidad. Coloca al individuo en un estado de derecho en la convivencia con los demás
ciudadanos. 1) Sólo ella puede armonizar la dignidad singular del individuo y la
sociabilidad inherente al ser de la persona. 2) Sólo junto a ella, el individuo se siente
protegido en el ejercicio de sus DD, así como se le aclara y facilita el modo de cumplir
sus correspondien tes deberes frente a los demás.

TIPOS DE LEY:
1. LEY ETERNA:
- Según San Agustín y Sto. Tomás: la razón o la voluntad de Dios que manda conservar
el orden natural y prohíbe perturbarlo.
- Según Concilio Vaticano II: ley suprema por la cual Dios ordena, dirige y gobierna, con
el designio de su sabidu ría y de su amor, el mundo y los caminos de la comunidad
humana, según el designio de su sabiduría y de su amor. Dios hace al hombre partícipe
de esta ley suya, de modo que pueda conocer cada vez más la verdad in mutable.

2. LEY NATURAL: participación de la ley eterna en la criatura racional. Es la propia ley


del ser humano, en cuanto inteligente y libre. Ley radicalmente humana, y expresión de la
sabiduría divina. Luz de inteligencia infundida por Dios en la naturaleza racional.
3. LEY POSITIVA: ley promulgada por un legislador concreto que goza de autoridad para
legislar. Se divide en: a) Divina: es la que tiene a Dios por autor. Leyes divinas son los
Diez mandamientos en el Antiguo Testamento y el precepto del amor en el Nuevo
Testamento.
b) Humana: 1) Ley eclesiástica: es la que tiene por legislador a la Jerarquía de la
Iglesia. Es el caso de muchas leyes que regulan el matrimonio y, en su conjunto, las leyes
que se recopilan en el Código de Derecho Canónico.
2) Ley civil: es la legislada por la autoridad pública legítimamente construida. Ejemplo
son las leyes fiscales y el conjunto de normas jurídicas que se recogen en los Código de
los distintos Es. - Todas las leyes positivas deben tener en cuenta las exigencias de la ley
eterna y la ley natural. - La ley natural proporciona los fundamentos sólidos sobre los que
el hombre puede construir un edificio de las
normas que guían sus decisiones. Como así también, proporciona la base de necesaria a
la ley civil que se ad hiere a ella, mediante una reflexión que extrae las conclusiones de
sus ppios, o mediante adiciones de natura leza positiva y jurídica.

2. Condiciones de la ley
A. Debe ser justa: lo preceptuado o condenado por ella tiene que proteger los deberes
de los hombres y facilitar el cumplimiento de los respectivos deberes.
B. Debe ordenar el bien: lo mandado por ella debe ser bueno. La ley que prescribe el
mal moral es injusta, no es ley.
C. Debe legislar lo necesario: el contenido de la ley debe ser algo necesario, o al
menos útil. D. Debe legislar lo realizable: tiene fuerza de tal cuando legisla sobre algo
que se puede cumplir. Si carece de estas condiciones la ley carece de legitimidad, por lo
tanto, no existe la obligación de cumplirla. 3. Conocimiento y contenido de la ley
natural. Sus propiedades
- El conocimiento de la ley natural está debilitado por el estado actual del hombre
(naturaleza caída) por ello, es necesario el auxilio de la revelación divina. Nuestro modo
de conocer se basa en que la inteligencia humana está inclinada a la verdad.
Los modos de conocer la ley moral natural son el conocimiento por evidencia. Así se

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alcanza el ser de las cosas.
La persona humana, siempre que quiere y busca la verdad, capta como evidentes unas
primeras verdades sobre y el bien y el ser = PRIMEROS PRINCIPIOS, y que son
evidentes por sí mismos. La ley natural es accesi ble a la razón humana.
-Contenido: abarca todas aquellas normas de moralidad tan claras y elementales que
todos los hombres pueden conocer con su sola razón.
Categorías de preceptos:
1) Preceptos primarios y universalísimos: su ignorancia es imposible a todo hombre
con uso de razón. Este precepto se conjuga con las exigencias esenciales del hombre:
*conservar y fomentar la vida; *ayudar y buscar ayuda – tendencia social; *conocer y
amar – tendencia natural.
El hombre puede equivocarse al aceptar lo que es bueno y malo, pero debe saber que lo
bueno debe hacerse y lo malo evitarse.
2) Principios secundarios o conclusiones próximas: fluyen directamente de los 1ros
ppios y pueden ser cono cidos por cualquier hombre.
El hombre puede ignorarlos al menos durante un tiempo, pero luego terminaría
sospechando por sí mismo p por otros, la malicia en sus actos.
3) Conclusiones remotas: se deducen de los principios primarios y secundarios luego
de un raciocinio más ela borado. No todos lo pueden saber.
El hombre puede ignorarlos de buena fe, incluso por un largo tiempo. Gral. en gente
inculta. Propiedades:
A. Universalidad: vigencia en todo el mundo y en todos lados.
B. Inmutabilidad: no cambia porque la naturaleza humana no cambia nunca en su
esencia.
C. No admite dispensa: ningún legislador humano puede dispensar de la observancia de
la ley natural (las excep ciones en homicidio y hurto no implican dispensa, sino
interpretaciones auténticas: no cometerás un homicidio o robo injusto).
D. Evidencia: todo hombre la conoce a través de la razón.
4. Los diez mandamientos y su actualidad
- El hombre ha de seguir los mandamientos.
- Decálogo (10 palabras) al presentar los mandamientos del amor a Dios (3 primeros) y al
prójimo (los otro 7), traza, para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino
de una vida liberada de la esclavitud del pe cado.
- El Decálogo se comprende a la luz de la Alianza, en la que Dios se revela, dando a
conocer su voluntad. - Los cristianos están obligados a observar el Decálogo.
- El Decálogo enuncia los deberes fundamentales del hombre, para con Dios y para con
el prójimo. - Somos capaces de cumplir con el Decálogo con el don del ES y de la gracia.
Diez Mandamientos:
Amarás a Dios sobre todas las cosas.No tomarás el Nombre de Dios en vano.
Santificarás las fiestas.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
No matarás.
No cometerás actos impuros.
No robarás.
No dirás falso testimonio ni mentirás.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No codiciarás los bienes ajenos

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-Su actualidad: es real porque nuestra naturaleza sigue estando herida y no sabemos
amar bien a Dios, ni a noso tros mimos, ni bien al prójimo.
5. La ley nueva y sus características

• Proclamada y realizada en Cristo, es la plenitud y el cumplimiento de la ley divina,


natural y revelada. • Se resume en el mandamiento de amar a Dios y al prójimo, y de
amarlos como Dios nos ha amado. • Es una realidad grabada en el interior de del
hombre: la gracia del ES, que hace posible tal amor.

• Es la “ley de la libertad”, porque lleva a actuar espontáneamente bajo el impulso de la


caridad.

• Se encuentra en toda la vida, y la predicación de Cristo y en la catequesis moral de los


Apóstoles. • El Sermón de la Montaña es su principal expresión.
6. Ley, libertad y conciencia. Cómo se relacionan
LIBERTAD: Es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o
aquello, de ejecutar de este modo por sí mismo acciones deliberadas. Es la característica
de los actos propiamente humanos. Cuanto más se hace el bien, más libre se va
haciendo también el hombre. Alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, Bien
supremo y Bienaventuranza nuestra.
Implica también la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. La elección del mal es un
abuso de la liber tad, que conduce a la esclavitud del pecado. Hace al hombre
responsable de sus actos, en la medida en que éstos son voluntarios; aunque tanto la
imputabilidad como la responsabilidad de una acción pueden quedar dismi nuidas o
incluso anuladas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia soportada, el
miedo, los afectos desordenados y los hábitos.
El derecho al ejercicio de la libertad es propio de todo hombre, en cuanto resulta
inseparable de su digni dad humana. Este derecho ha de ser siempre respetado,
especialmente en el campo de la moral y religioso, y debe ser civilmente reconocido y
tutelado, dentro de los límites del BC y del justo orden público.
Nuestra libertad se halla debilitada a causa del PO. El debilitamiento se agrava aún más
por los pecados sucesivos. Pero Cristo nos liberó para ser libres. El ES nos conduce con
su gracia a la libertad espiritual, para ha cernos libres colaboradores suyos en la Iglesia y
en el mundo.
CONCIENCIA: Presente en lo íntimo de la persona, es un juicio de la razón, que en el
momento oportuno, im pulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. Gracias a ella, la
persona humana percibe la cualidad moral de un acto a realizar o ya realizado,
permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo. Cuando escucha la concien cia moral,
el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le habla.
La dignidad de la persona humana supone la rectitud de la conciencia moral, es decir que
ésta se halle de acuerdo con lo que es justo y bueno según la razón y la ley de Dios. A
causa de la misma dignidad personal, el hombre no debe ser forzado a obrar contra su
conciencia, ni se le debe impedir obrar de acuerdo con ella, sobre todo en el campo
religioso, dentro de los límites del BC.
La conciencia recta y veraz se forma con la educación, con la asimilación de la Palabra
de Dios y las ense ñanzas de la Iglesia. Se ve asistida por los dones del ES y ayudada
con los consejos de personas prudentes. Además, favorecen mucho la formación moral
tanto la oración como el examen de la conciencia.
Son 3 las normas mas generales que debe seguir la conciencia: 1) Nunca está permitido

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hacer el mal para obtener el bien; 2) regla de oro: todo cuanto queráis que os hagan los
hombres, hacédselo también vosotros a ellos; 3) la caridad supone siempre el respeto del
prójimo y de su conciencia, aunque esto no significa aceptar como bueno lo que
objetivamente es malo.
La persona debe obedecer siempre al juicio cierto de la propia conciencia, la cual, sin
embargo, puede emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad
personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia
involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por tanto,
esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.
Tipos de conciencia deformada:
1) Conciencia laxa: aquella que, por supercialidad y sin razones serias, niega o
disminuye el mal donde lo hay. a) Cauterizada: los malos hábitos oscurecen la noción de
bien y mal, ya casi no se advierte el pecado b) Farizaíca: se le da importancia a cosas
que no la tienen y se pierde de vista lo esencial.
2) Conciencia escrupulosa: aquella que, sin motivos suficientes, juzga como malo todo
o casi todo lo que hace. Causas: disposiciones patológicas, debilidades psíquicas,
fijaciones obsesivas, soberbia y terque dad.
3) Conciencia perpleja: no se atreve a actuar por temor a obrar mal. No sabe que es lo
que está bien la duda no le permite definirse y actuar.
LIBERTAD Y LEY:
- Veritatis Splendor: La ley de Dios garantiza y promueve la libertad del hombre. Esta
concepción se ve abogada por aquellas doctrinas que atribuyen a cada individuo o a los
grupos sociales la facultad de decidir sobre el bien y el mal: la libertad humana podría
“crear los valores” y gozaría de una primacía sobre la verdad.
- La relación de libertad y ley se requieren mutuamente. La ley es una ayuda para que el
sujeto conozca lo que ha de hacer y se afiance en el bien que le indica la norma.
- La ley moral no es una limitación de la libertad, sino que indica al sujeto el camino que
ha de seguir para hacer un uso inteligente y lúcido de ella.

CONCIENCIA Y LEY:
- Veritatis Splendor: algunos autores, queriendo poner de relieve el carácter “creativo” de
la conciencia, ya no lla man a sus actos con el nombre de “juicios”, sino con el de
“decisiones”.
- Conciencia y ley han de integrarse armónicamente.
- La conciencia necesita de la ley para decidir rectamente.
- La conciencia no crea las categorías de bien y de mal, sino que las constata; es decir,
que descubre en la ley lo que es bueno y malo, y seguidamente hace un juicio de valor
de los actos que realiza. - La conciencia sigue a la ley moral e cuanto es “norma universal
y objetiva de moralidad”. - El ser humano debe obedecer siempre el juicio cierto de su
conciencia, y la ley es la que ayuda al hombre a emitir ese juicio cierto sobre lo que ha de
hacer y debe omitir si quiere llevar una conducta digna de la persona humana.

BOLILLA 6: LA CONCIENCIA
1. Noción. Propiedades. División de la conciencia.
CONCIENCIA MORAL:
- Juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto
concreto que piensa ha cer, está haciendo o ha hecho. El juicio se realizá iluminando con
la luz de los primeros principios (conocimiento de aquellas fundamentales verdades sobre

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el ser y el bien que la inteligencia capta intuitivamente siempre que quiere conocer la
realidad), naturales y revelados, el acto concreto. Descubre el bien a realizar pero no
crea la norma moral.
- Su función es juzgar las propias acciones del individuo, determinando su cualidad, es
decir, si son buenas o malas. Los valores morales y juzga de su propia actitud hacia ellos.
Es el primero interlocutor en la vida cris tiana.
- Es la voz de Dios, esa presencia íntima del Salvador que orienta el alma hacia un
bienestar, un mejor ser moral, y la ayuda de liberarse de sus debilidades.
- Es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con
Dios. - En todo hombre hay como un germen de conciencia que con la educación y el
bien obrar moral se va perfeccio nando y madurando. Es propia del hombre libre y
sincero.
- Queda perfeccionada por el dinamismo interior de la fe y la gracia, y mediante la guía
externa y sensible que proporciona la Sagrada Escritura.

Propiedades:
1) Acompaña a todo acto libre: no hay decisión libre de la voluntad sin que intervenga
la luz del intelecto, al que pertenece estimar la proporción del acto al bien de la persona.
2) No obliga por sí misma, sino en virtud del precepto divino: le señala el bien que
debe obrar y el mal que debe evitar a través de la ley de Dios. La conciencia obliga
porque con su inteligencia, descubre el orden intrínseco del ser, es decir, el orden moral
objetivo o plan de Dios.
3) Puede errar y oscurecerse parcialmente, pero nunca extinguirse en modo total:
la conciencia puede errar por ser un juicio de la inteligencia. La conciencia moral no es la
instancia última, que decide qué es bueno y qué es malo, no es un juez infalible.
4) Ha de acoger libremente la verdad, pero no goza de arbitrio sobre ella: la dignidad
del hombre exige que se respete siempre la libertad con que ha de buscar la verdad. La
conciencia tiende DD porque tiene deberes.
La libertad moral comporta la obligación de buscar la verdad, como su 1ro y más íntimo
manantial. La libertad o inmunidad de coacción es defensa frente a obstáculos exteriores
que podrían impedir o dificultar a la persona la búsqueda de la verdad; por ello es deber
de todos asegurar que se respete la inmunidad de toda coacción. Cada hombre tiene el
deber y el derecho de buscar la verdad en materia religiosa para formarse, con los
medios apro piados, juicios de conciencia rectos y verdaderos.
División de la conciencia:
1) Antecedente y consecuente:
ANTECEDENTE: la conciencia que juzga en rel. al acto lo que se va a realizar.
Su dictamen específico consiste en mandar o prohibir, en permitir o aconsejar.
CONSECUENTE: juzga del acto ya realizado. Puede aprobarlo, si es bueno, o reprobarlo
si es malo, y en ese caso produce un dolor o inquietud, denominada remordimiento. La
conciencia moral radica en el juicio de la razón.

2) Conciencia verdadera y errónea:


CONCIENCIA VERDADERA/CONCIENCIA OBJETIVA: es la conciencia recta, es decir,
la que aprecia correcta mente el bien y el mal, en conformidad con la ley moral. Ésta es
fruto de aplicar correctamente la luz de los ppios morales al acto singular.
CONCIENCIA ERRÓNEA/CONCIENCIA SUBJETIVA: es la que disiente del orden moral.
Puede ser: a) vencible errónea: la que llega al juicio equivocado por ignorancia
inculpable; postula una rectitud de la voluntad porque de otro modo sería invencible.
b) venciblemente errónea: la que sigue de una ignorancia o error culpables. Se da

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cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien; la conciencia se va
entenebreciendo progresivamente por el hábito del pecado.

3) Conciencia cierta, probable y dudosa:


CONCIENCIA CIERTA: es la que se posee cuando el juicio se da sin temor a errar. La
certeza de la conciencia per se corresponde a la conciencia verdadera; per accidens,
cabe una conciencia cierta y equivocada, en el caso de la conciencia invencible o
inculpablemente errónea.
CONCIENCIA PROBABLE Y DUDOSA: es la que no posee seguridad en su juicio, sino
que va acompañada de temor a errar, bien inclinándose a una de las posibilidades
(PROBABLE), o suspendiendo un juicio definitivo (DU DOSA).
2. Deber de formar la conciencia y de obrar con conciencia recta.
- Toda persona está obligada a procurar con seria solicitud tener siempre una conciencia
verdadera y cierta. - La educación de la conciencia es indispensable a seres humanos
sometidos a influencias negativas, y tentados por el pecado a preferir su propio juicio, y a
rechazar las enseñanzas autorizadas.
- La obligación de formar la propia conciencia exige poner los medios necesarios:
a) la adquisición del debido conocimiento de la ley moral, mediante el estudio, la petición
del consejo y ora ción.
b) la lucha ascética, con la recepción de los sacramentos, para asegurar la rectitud de la
voluntad, y evitar que el juicio se oscurezca por deseos desordenados.
- La formación de la conciencia es una responsabilidad personal de cada hombre ante
Dios, de la que nadie puede eximirle.
- Para una formación correcta de la conciencia es imprescindible que la rel. del hombre
con Dios se fundamente en un clima de confianza y en una actitud de fiabilidad.
- La conciencia tiene necesidad de crecer, de ser formada, de ejercitarse en un proceso
que avance gradual mente en la búsqueda de la verdad, y en la progresiva integración e
interiorización de los valores y normas mo rales.

3. Deformaciones de la conciencia.
1. Conciencia laxa: aquella que, por supercialidad y sin razones serias, niega o disminuye
el mal donde lo hay. a) Cauterizada: los malos hábitos oscurecen la noción de bien y mal,
ya casi no se advierte el pecado. b) Farizaíca: se le da importancia a cosas que no la
tienen y se pierde de vista lo esencial. 2. Conciencia escrupulosa: aquella que, sin
motivos suficientes, juzga como malo todo o casi todo lo que hace.
Causas: disposiciones patológicas, debilidades psíquicas, fijaciones obsesivas, soberbia
y terquedad. 3. Conciencia perpleja: no se atreve a actuar por temor a obrar mal. No sabe
que es lo que está bien la duda no le permite definirse y actuar.
4. Las dudas de conciencia y su resolución.
- Sólo puede ser regla de conducta la conciencia cierta; nunca es lícito obrar con duda
práctica y positiva de con ciencia.
- Para que una duda elimine la certeza:
a) Se ha de tratar de una duda positiva, es decir, que hace fundado el temor de errar. La
duda negativa se debe despreciar por ser inconsistentes.
b) Se ha de tratar de una duda práctica, es decir, que se refiere al modo concreto de
obrar y no a controver sias doctrinales, que constituyen la duda especulativa. Sólo
cuentan las dudas prácticas, porque ellas afectan al juicio moral sobre la propia acción.

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Resolución:
a) Se debe acudir a los medios que la eliminan en sentido estricto, es decir, que llevan a
la conciencia verdadera y cierta. Medios directos: la oración, el estudio y la petición de
consejo.
b) Si no se logra el punto a), cabe acudir a los medios o ppios reflejos, que proporcionan
una certeza de la rectitud con que se obra en ese estado.
Puede clasificarse en 2: 1) Cuando están en juego cuestiones graves, se ha de elegir
la parte más segura. Se aplica a: validez de los Sacramentos; materias necesarias para
la Salvación, siempre que esté en juego la felici dad eterna de las almas; cuestiones que
afectan gravemente al bien espiritual o material ajeno: la ley de Dios exige vivir la caridad
y la justicia con el prójimo.; cuando está en juego el derecho cierto a un 3ro. 2) Se trata
de obrar con libertad responsable teniendo en cuenta lo que de ordinario es lo más
acertado.

5. Educación de la conciencia.
- Se trata de poner los medios normales para adquirir la ciencia moral necesaria y
practicar la ascética cristiana, que lleva a vivir las virtudes humanas y sobrenaturales, es
decir, los medios con los que se han formado siem pre los cristianos.
- Se necesita una conciencia que se oriente hacia la verdad e, iluminada por ella, decida.
- El punto de partida de la formación de la conciencia es el amor de la verdad. La
formación de la conciencia exige el esfuerzo conveniente para adquirir la ciencia
moral debida y pedir oportunamente consejo. La formación de la conciencia, por el
carácter práctico de su juicio, exige a la vez el cultivo de las virtudes, me diante una
constante lucha ascética.

TEXTO: LA HUIDA
1. Huida de la responsabilidad

“Ser persona significa en tanto que la actividad una exigencia frente a la cual el hombre
trata de escapar”. El H es este ser viviente singular que tiene en su vida entre sus manos
para realizarla, que es y se siente, responsable de su propia vida

¿Qué es lo que estás haciendo con tu vida? Pregunta que sofoca, por eso se busca
encontrar lo más pronto posi ble un ser a quien delegar este don de libertad con que se
nace; no hay nada más seductor para el H que el libre arbitrio pero tmb no hay nada más
doloroso.
LA HUIDA DE LA LIBERTAD COMO LIBRE ALBEDRIO FRENTE AL BIEN Y AL MAL Y
POR LO TANTO COMO RESPONSABILIDAD.

La masificación contemporánea:

La huida de la responsabilidad se manifiesta con la masificación contemporánea, en la


homogenización y en la nivelación por lo bajo de todo lo que signifique diferencia, en el
sofocamiento de toda excelencia, de todo ideal de perfección.

El facilismo enferma la vida social y destruye los fundamentos de la tarea educativa.

El ideal democrático de la igualdad de oportunidades es transformado solapadamente en


negación de la natural diversidad y riqueza de las aptitudes y talentos humanos y de la
consiguiente responsabilidad de desarrollarlos.

Renuncia a la vida personal, en esta huida de la responsabilidad.

29
Los H renuncian a su dignidad de tales y se convierten así en la masa maleable, dócil a
las manipulaciones psico sociales de los poderes anónimos. El desarrollo de los medios
de comunicación, su presencia en los hogares y en las mentes, las técnicas de
propaganda, contribuyen con esto.

El valor dinámico de las imágenes, su capacidad de movilizar la afectividad y el


comportamiento, su función para representar la realidad y de desvirtuarla, son
aprovechados sin escrúpulos y sin la debida presencia de resguar dos éticos y de
controles sociales.

La dominación totalitaria:

Tocqueville: “veo una muchedumbre de hombres semejantes e iguales que giran sin
descanso sobre si mismos para procurarse placeres mezquinos y vulgares que llenan su
alma” (…) “ por encima de ellos se eleva un poder inmenso y tutelar que se encarga de
asegurar sus goces y de velar por su suerte. Parece bueno pero es malo, busca
asemejarse a la autoridad paterna pero en realidad solo busca mantener al hombre en la
infancia por siem pre.

“cada día vuelve menos útil y más raro el empleo del libre albedrío, encierra la acción de
la voluntad en un espa cio cada vez más pequeño y despoja poco a poco a cada
ciudadano de la libre disposición de sí mismo”

LA PÉRDIDA DE LA LIBERTAD ES CONSECUENCIA DE LA HUIDA DE LA PERSONA


COMO CENTRO DE LA RESPONSABILIDAD.

La verdadera quimera de nuestro tiempo es la pretensión de una libertad desvinculada de


la conciencia, de la mo ral, de la responsabilidad. Una verdad que no se somete a la
verdad sino que se constriñe a un ejercicio exaspe rado de la negación por la negación.

El H se ve condenado al vacío de una incesante invención de sí mismo.

La divisa nihilista:

Nihilismo va hacia la destrucción del todo. “Si dios no existe todo está permitido” “si nada
es cierto todo está per mitido” la negación de dios y la negación de la verdad están
necesariamente implicadas.

Dios es el fundamento de la verdad y del bien y la verdad y el bien son el fundamento de


la sociedad humana. Su negación es sinónimo de deshumanización y pérdida de la
libertad.

La conciencia moral encuentra su fundamento en esta presencia y se constituye por ello


en nuestro tiempo en el signo de algo sagrado y absoluto que se alza frente al poder de
toda tiranía.

2. Huida de la intimidad ( hace referencia a la conciencia)

El Hombre actual carece de profundidad. Una de las desviaciones más grandes de la


sociedad actual es que pro duce hombre sin profundidad. (Sin segundo patio). La
negación de la persona determina la negación de la vida interior, que es su ámbito propio.
La huida de la responsabilidad está ligada con la huida de la intimidad.
La persona necesita de la intimidad. Desde su interioridad la P puede ser libre, poseerse
a sí misma, sustraerse al dominio de los automatismos internos y externos. Desde su

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interioridad la P puede tener perspectiva, echar una mirada amplia sobre sí misma y el
mundo que la rodea; es capaz de ejercer, su inteligencia y obrar de una ma nera libre y
responsable.

En su interioridad el hombre se pone en presencia de su mentira y de su verdad y


enfrenta sus opciones funda mentales; debe volver a su centro interior para reubicarse y
así poder tomar las riendas de su propia vida.

La exterioridad

Vivir en la exterioridad significa renunciar a ser persona, abdicar a la responsabilidad,


deslizarse por la su perficie de los acontecimientos, dispersarse, perder el contacto con la
propia interioridad y con la interioridad de lo real; esto lo convierte en una masa maleable
de poderes que buscan dominarlos.

El ataque a la libertad personal sabe que es imprescindible para sus fines el ataque a la
vida interior y a todo aquello que pueda protegerla: privacidad, intimidad, vida en familia,
independencia económica. Este ataque se encuentra aliado a la tendencia a la huida de
la vida personal. Esta huida implica una renuncia a la vocación de ser H, una abdicación
de la dignidad que nos es propia.

En la vida moderna a menudo se confunde la sinceridad con la falta de respeto y la


agresividad hacia el prójimo. El tacto, la amabilidad, la cortesía en el decir y en el obrar
son ridiculizados. Lo mismo sucede con la dis creción, la reserva, el secreto o el pudor.

El pudor constituye uno de los resguardos más importantes de la vida personal; este se
vincula con la vida sexual “el pudor induce a tapar el cuerpo porque el cuerpo exhala lo
incorporal, expresa lo íntimo”, la grotesca ob sesión con el sexo en el mundo
contemporáneo encubre y manifiesta a la vez la existencia de un pavoroso vacío. Una
severa represión del amor humano, en cuanto a que, este amor es esencialmente
personal, genera este va
cío.

El aburrimiento se hace presente de manera avasallante en el sexo y en demás


manifestaciones de la vida social. De allí el recurso creciente y desesperado a estímulos
artificiales como las drogas, perversiones, y la vio lencia que buscan cubrir el vacío
imposible de llenar.

No solo identifica el vacío, también reclama la atención sobre una exigencia interior del
ser humano que, al no encontrar respuesta justa, se hace valer de forma pervertida

La seudorrealidad

Ha perdido contacto con su centro interior y con la interioridad de las demás personas y
cosas. El orden profundo de la realidad, mas allá de todo desorden, en el que su vida
cobra sentido dentro de un gran conjunto de sentido, desaparece en su experiencia. Vive
en un sueño y languidece. Luz y vida son la manifestación de la realidad espiritual.

San Agustín: “no vayas afuera, regresa a ti mismo” por qué en el Hombre interior habitan
Dios y la verdad.

El reencuentro con la presencia viviente de Dios en la intimidad de la P, de las cosas y de


la historia es el gran anhelo que conmueve a los cimientos del alma del H
contemporáneo. Es el único alimento capaz de colmar el hambre de verdad y de amor de
plenitud y de paz.

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3. La huida y la realidad de la persona

La huida de la P determina la negación de la P; hay una voluntariedad de estar “ciegos”


“no veo por qué no quiero” manifiestan así la unidad entrañable de las dos fuerzas de la
vida personal: la inteligencia y la libre volun tad. La experiencia nos revela la realidad de
la persona a través de su misma negación.

En la experiencia del H se manifiesta la realidad de la P; la experiencia que el H tiene de


sí mismo viviendo, es un proceso cognoscitivo fundamental; en él, el H se enfrenta
consigo mismo, entre la relación cognoscitiva con su propio yo.

“la acción revela a la P y miramos a la P a través de la acción”


Por acción se entiende a la acción consciente y voluntaria, la actuación deliberada del H;
en ella se manifiesta la P como “eficacia”, como agente creador de sus propios actos y
por lo tanto de su vida, como estructura de auto po sesión autogobierno y
autodeterminación, como centro de la libertad.

La eficacia y la libertad de la P se expresan en los actos de elección y decisión. En ellos


aparece la responsabili dad. En lo más íntimo del libre dinamismo del querer aparece su
referencia a la verdad. Elegir significa tomar una decisión, según el principio de verdad,
respecto a los posibles objetos que se ofrecen a la voluntad. La elección debe ser veraz.

Todas las leyes y normas morales se pueden reducir a LA VERDAD. Realizar la libertad
en la verdad equivale a la realización de la persona. Somos responsables de nuestras
acciones tanto delante de otros como de nosotros mismos. La conciencia solo se nos
hace comprensible propia y plenamente cuando comprendemos al H en su condición de
criatura, de tal modo que podamos decir:

“como señor de mi voluntad soy creador, como servidor de mi conciencia soy criatura”

En lo más profundo de la experiencia esta, según Frankl, “la presencia ignorada de Dios”
ignorada porque esta experiencia central de relación viviente, filial, con Dios, esta
extensamente negada, reprimida, en el H contempo ráneo. LA HUIDA DE LA PERSONA
Y LA HUIDA DE DIOS SE CORRESPONDEN ASI, NECESARIA Y ENTRA
ÑABLEMENTE. LA HUIDA CONSTITUYE EL MUNDO OBJETIVO QUE RODEA AL
HOMBRE. Pese a que el hombre se encuentra en constante huida Dios lo sigue
buscando porque lo ama

BOLILLA 7
LAS VIRTUDES HUMANAS Y SOBRENATURALES DEL CRISTIANO
HÁBITOS
- Disposición firme y estable que determina a mi ser o a mis potencias a obrar con cierta
orientación o sentido. - Es inteligente, libre y voluntaria.
- Clasificación de los hábitos:
• Hábitos entitativos: no radican en una potencia determinada, sino que disponen a todo
mi ser. Ejemplo: salud.

• Hábitos operativos: porque están en las potencias operativas, el sujeto al que afectan
es una facultad espiritual=inteligencia y voluntad.

Los hábitos son necesarios cuando una potencia está indeterminada frente a su objeto.

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La vida vegetativa, los sentidos internos y externos NO tienen necesidad de hábito ya
que están condicionados por la misma natura leza para sus propios actos.
La inteligencia, la voluntad y los apetitos, SÍ tienen necesidad de hábitos.
- Efectos de los hábitos: hacen la operación fácil, pronta y deleitable.
- Sujetos de los hábitos:
• Cuerpo: por ser la materia de la esencia humana, para poder recibir la forma sustancial,
el alma espiritual, necesita estar previamente dispuesto.

• Alma: por ser forma y acto. Solamente en relación a un orden superior tiene necesidad
de hábitos entitati vos que la disponen a ser de manera nueva.

• Apetito sensitivo: puede estar sometido a la razón, que lo ordena a su propio objeto.
Por ello, se encuen tra indeterminado respecto del bien o mal morales. Al depender
inmediatamente del conocimiento senso rial, no está sometido a la inteligencia y voluntad
de manera incondicional, por eso a veces los movimien tos pasionales pueden escapar al
control de la razón.

• Inteligencia: sumamente indeterminada frente a sus objetos: por eso pueden darse en
ella muchos hábi tos (virtudes intelectuales) y sus contrarios (ignorancia, error, opinión).

• Voluntad: determinada a querer el bien propio, pero indeterminada frente al bien ajeno;
por ello, necesita de un hábito que la disponga bien (justicia) o mal (injusticia) frente al
derecho del prójimo.
PASIONES
- Son los afectos, emociones o impulsos de la sensibilidad, que inclinan a obrar o a no
obrar, en vista de lo que se percibe como bueno o como malo.
- Las principales pasiones son: el amor y el odio, el deseo y el temor, la alegría, la tristeza
y la cólera. - La pasión fundamental es el amor, provocado por el atractivo del bien. No se
ama sino el bien, real o aparente. - Las pasiones, en cuanto impulsos de la sensibilidad,
no son en sí mismas ni buenas ni malas; son buenas,
cuando contribuyen a una acción buena; son malas, en caso contrario. Pueden ser
asumidas en las virtudes o pervertidas en los visiones.

ACEPTACIÓN
- Se trata de mí mismo. Soy hombre determinado; tengo este carácter y no otro; este
temperamento entre los di versos que hay; estas fuerzas y debilidades; estas
posibilidades y límites.
- El hombre no está cerrado en sí, sino que puede superar.
- El hombre no sólo ha de aceptar las fuerzas que tiene, sino que también las
debilidades; no sólo las posibilida des, sino también los límites.
- El hombre puede y debe trabajar en su estructura vital, dándole forma, mejorándola;
pero ante todo debe decirle “sí” a lo que es, ya que sino todo se vuelve inauténtico.
- El hombre que tiene una fuerte sensibilidad y percibe la felicidad de la existencia debe
también soportar los do lores. Ninguno puede querer quedarse con lo uno dejando lo
otro, sino que quiere vivir con auténtica fidelidad a la vida, debe asentir a la totalidad de la
imagen de su propia naturaleza.
- El comienzo de todo esfuerzo lo constituye el reconocer lo que es, aun con sus
defectos. Sólo el hombre actúa en serio si asume sinceramente sobre él la carga de sus
defectos, y sólo entonces puede empezar la labor de su superación.
- Se debe aceptar la situación vital, tal como se le presenta a uno.
- La época histórica en que uno vive ha de entrar en uno: sus acontecimientos, sus
situaciones, sus posibilidades y límites.
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- Cada individuo recibe con sus disposiciones un esbozo previo de su destino, una
orientación, un carácter básico. El hombre debe aceptar su propio destino, para poder
luego trabajar con mayor decisión en su rectifica ción y conformación.
- Sobre la vida misma no cabe asegurarse, sino que hay que aceptarla con todo aquello
que hay en ella de gran deza y e pequeñez, de posibilidades de perdición y de felicidad.
Aceptar el destino significa en el fondo acep tarse a sí mismo y tomar partido por uno
mismo.
- La aceptación en uno mismo significa que yo esté de acuerdo con existir en gral.
- La auténtica aceptación sólo es posible sobre una instancia en la que se pueda confiar,
y que es el Dios vivo. Cuanto más de cerca entra en nuestra vida lo que hemos de
aceptar en ella; cuanto más exactamente esa aceptación representa una superación de
nuestro yo, tanto más necesito conocer de que índole es la intención omnipotente que
dirige hacia mí.
- Tener destino significa también padecer; cuanto más capaz de padecer es uno, más
grande se hace en su exis tencia el elemento del destino.
- La opresión del destino se transforma en libertad. La suprema libertad y el má duro
deber se identifican.

1. Virtudes sobrenaturales y morales


VIRTUD: disposición habitual y firme para hacer el bien. El fin de una vida virtuosa
consiste en llegar a ser seme jante a Dios.
- Sujeto de la virtud: la persona, a través de las potencias por los que obra libremente; es
decir, la inteligencia y la voluntad, con el concurso de las pasiones

División de las virtudes:


• Humanas: son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del
entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y
guían nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y gozo
para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el que practica libremente
el bien.
. Intelectuales: perfeccionan al hombre en cuanto al conocimiento de la verdad, ya sea
especulativa, ya sea prác tica (entendimiento, sabiduría, ciencia, prudencia, artes).
. Morales: perfeccionan al hombre para obrar rectamente respecto a la elección del bien
(prudencia, fortaleza, templanza, justicia).

• Sobrenaturales: son los hábitos que Dios gratuitamente junto con la vida de la gracia y
que capacitan al hombre para obrar en orden a su fin sobrenatural.
. Virtudes Teologales
. Dones del ES
Las principales virtudes humanas son denominadas cardinales:
• PRUDENCIA: dispone la razón a discernir, en cada circunstancia, nuestro verdadero
bien y a elegir los medios adecuados para realizarlo. Es guía de las demás virtudes,
indicándoles su regla y medida.

• FORTALEZA: asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del


bien, llegando in cluso a la cap. de aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una
causa justa.

• TEMPLANZA: modera la atracción de los placeres, asegura el dominio de la voluntad


sobe los instintos y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados.
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• JUSTICIA: consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es
debido. La justicia para con Dios se llama “virtud de la religión”.
Clasificación y esquema de las virtudes:
• Aristóteles:

✓ Virtudes intelectuales:
1. Entendimiento especulativo (fin de la inteligencia: conocer la verdad):
ENTENDIMIENTO (ver la evidencia, cap tar la verdad de los 1ros ppios); CIENCIA
(demostrar la verdad en algo particular. Conocer y dar razones por ello); SABIDURÍA
(saber las causas últimas de las cosas, permite juicio profundo y elevado).
2. Entendimiento práctico (fin de la inteligencia: dirección de la acción): ARTE (gobierna
las acciones transitivas); PRUDENCIA (gobierna la conducta del hombre).

✓ Virtudes morales:

❖ Voluntad: PRUDENCIA (reflexionar antes de obrar); JUSTICIA (dar a cada uno lo


suyo). ❖ Apetito concupiscible: TEMPLANZA (moderación de los placeres)
❖ Apetito irascible: FORTALEZA (vencer obstáculos)
• Sto. Tomás de Aquino:

✓ Virtudes morales: PRUDENCIA; JUSTICIA; TEMPLANZA; FORTALEZA

✓ Virtudes teologales: FE; *=ESPERANZA; CARIDAD

✓ Propias de la revelación:

❖ LABORIOSIDAD: virtud que lleva a poner empeño por sacar partido a los talentos que
cada uno ha recibido de Dios.
El que es laborioso aprovecha el tiempo; hace lo que debe como fruto de una reflexión
atenta y ponderada.
El trabajo es un bien del hombre porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma
la naturaleza adaptándola a las propias necesidades sino que se realiza a sí mismo como
hombre.
La laboriosidad solicita y empuja a vivir las demás.
Las virtudes que se ligan a la laboriosidad son: *madurez; *reciedumbre;
*responsabilidad; *aprovechamiento del tiempo; *solidaridad.

❖ HUMILDAD: virtud que modera el afán de la propia excelencia y lleva a saber quiénes
so mos, facilitándonos el conocimiento simultáneamente de nuestra miseria y de nuestra
gran deza.
De alguna manera se encuentra en la raíz de todas las virtudes del hombre, en cuanto lla
mado al conocimiento y amor de Dios.
A la humildad son connaturales la *paz; *alegría; *magnanimidad.

❖ OBEDIENCIA: aceptar, asumiendo como decisiones propias, las de quien tiene y


ejerce la autoridad, con tal de que no se opongan a la justicia, y realizar con prontitud lo
decidido, actuando con empeño para interpretar fielmente la voluntad del que manda.

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❖ PENITENCIA: virtud que impulsa a dolerse de los propios pecados, principalmente en
cuanto son ofensa a Dios, y a hacer cuanto sea para removerlos y volver a la amistad di
vina.

❖ RELIGIÓN: virtud por la que los hombres tributan a Dios el culto y reverencia que le
deben como 1er ppio de la creación y del gobierno de las cosas. Es superior a las otras
virtudes morales, ya que se relaciona más íntimamente con Dios.

❖ EL AMOR DE AMISTAD: mediante ella, crece en la persona la virtud de la amistad,


por la que desarrolla y arraiga su inclinación natural al amor de Dios y del prójimo.
La templanza es el amor que se entrega totalmente al objeto amado; la fortaleza es el
amor que todo lo soporta por el objeto de sus amores; la justicia es el amor esclavo
únicamente de su amado y que ejerce señorío conforme a la razón; la prudencia es el
amor que con sagacidad y sabiduría elige los medios de defensa contra toda clase de
obstáculos.
Acompañan al amor de amistad: *comprensión; *cap. de disculpar; *apertura a los
demás; *saber escuchar; *delicadeza en el trato; *disponibilidad; *castidad.

❖ LA JUSTICIA Y LA SOLIDARIDAD: JUSTICIA: virtud que, sustentada en la humildad


y el amor de amistad a Dios y a los demás, inclina al hombre a dar a cada uno lo suyo;
*SOLI DARIDAD: nos ayuda a ver al otro, no como un instrumento cualquiera, sino como
un seme jante, una ayuda.

❖ PIEDAD: por la que damos honor y asistencia a los padres y a la patria.

2. Conexión de las virtudes morales entre sí y con las sobrenaturales


- Conexión entre las virtudes morales entre sí: las virtudes morales adquiridas están
de tal modo unidas entre sí que, si una se posee con perfección, todas las demás están
presentes. Si una falta, ninguna otra es perfecta. Si existe una virtud, se dan las demás; y
cuando falta una, fallan todas las demás.
Ejemplo: PRUDENCIA: no puede ser ni débil, ni injusta, ni destemplada, porque si algo
de esto ocurriera, ya no habría prudencia. La prudencia ha de ser justa, fuerte y
moderada
- Conexión entre las virtudes morales y las sobrenaturales: las virtudes morales
condicionan el ejercicio de las sobrenaturales, porque la gracia supone la naturaleza.
Cuanto mayor sea la prudencia natural, mejor se vivirá la sobrenatural. Las virtudes
sobrenaturales se reciben con la gracia, aunque falten las naturales; pero no se asientan
sin las morales.
Sin la gracia ninguna virtud humana es perfecta, y con la gracia se recibe inclinación e
impulso a la práctica de todas las virtudes.
Las virtudes sobrenaturales, recibidas con la gracia, facilitan la adquisición y crecimiento
de las naturales. Crecer en gracia es el modo más eficaz para crecer también en virtudes
humanas.
1. Virtudes sobrenaturales teologales: fe, esperanza, caridad
VIRTUDES TEOLOGALES: son las que tienen como origen, motivo y objeto inmediato a
Dios mismo. Infusas en el hombre con la gracia santificante, nos hacen capaces de vivir

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en relación con la Santísima Trinidad, y funda mentan y animan la acción moral del
cristiano, vivificando las virtudes humanas.
Son la garantía de la presencia y de la acción del ES en las facultades del ser humano.
FE
• Virtud sobrenatural difundida por Dios en nuestras almas, por la cual creemos todo lo
que Dios ha revelado no por la intrínseca verdad de las cosas reveladas, sino por la
autoridad de Dios que revela, la cual no puede engañarse ni engañarnos.
• Por la fe, el hombre se abandona libremente a Dios; por ello, el que cree trata de
conocer y hacer la volun tad de Dios, ya que la fe actúa por la caridad.

ESPERANZA
• Virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los Cielos y a la vida eterna como
felicidad nuestra, po niendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos
en los auxilios de la gracia del ES. • La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de
felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hom bre.
• Purifica las esperanzas del hombre para ordenarlas al Reino de los Cielos.

• Protege del desaliento.


• Dilata el corazón el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna.
• El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad. •
La esperanza religiosa recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido.
• La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicación de Jesús en
la proclamación de las bienaventuranzas.
• La esperanza es el ancla del alma.
• La esperanza nos procura el gozo.
CARIDAD
• Virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a
nosotros mismo por amor a Dios.
• Jesús hace de ella un mandamiento nuevo, la plenitud de la Ley.
• Vinculo de la perfección y el fundamento de las demás virtudes, a las que anima, inspira
y ordena. • Sin ella “no soy nada” y “nada me aprovecha”.
• Asegura y purifica nuestra facultad humana de amar.
• La práctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual
de los hijos de Dios. • Tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia.
• Elige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la
reciprocidad; es siempre de sinteresada y generosa; es amistad y comunión.
4. Dones del Espíritu Santo
Dones del Espíritu Santo:
Son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir las inspiraciones
divinas.
• SABIDURÍA: perfecciona la virtud misma de la caridad, haciendo dócil la mente del
hombre para juzgar de todo bajo el impulso del ES según las exigencias del amor de
Dios. Torna connatural querer todo y sólo lo que lleva a Dios, cuando Él lo quiera y como
Él quiera.

• ENTENDIMIENTO: es una luz sobrenatural que hace al hombre aprender los misterios
divinos bajo la guía misma del ES.
• CONSEJO: hace dócil al hombre para apreciar en cada momento lo que es más grato a
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Dios, tanto para la propia vida como para aconsejar a otros.

• FORTALEZA: confiere firmeza en la fe y constancia en la lucha interior, para vencer los


obstáculos según la moción del ES.

• CIENCIA: lleva a entender y valorar las cosas creadas en cuanto obra de Dios y en su
relación al fin so brenatural de la vida humana.

• PIEDAD: nos da la conciencia gozosa y sobrenatural de ser hijos de Dios, y en


Jesucristo hermanos de todos los hombres; lo cual impulsa a cumplir bajo la guía del ES,
con todo deber de justicia.

• TEMOR DE DIOS: hábito que lleva, bajo la acción del ES, a reverenciar la majestad de
Dios, y a temer apartarse de Él. Es temor filial a no corresponder a la generosidad de los
dones divinos. Perfecciona la esperanza; y está íntimamente unido a la caridad, porque
sólo el que ama algo teme perderlo.
Frutos del Espíritu Santo:
Son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria
eterna. Caridad, Gozo, Paz, Paciencia, Longanimidad, Bondad, Benignidad,
Mansedumbre, Fe, Modestia, Continencia, Castidad

BOLILLA 8
EL PECADO Y LA CONVERSIÓN PERMANENTE
1. La llamada a la conversión y la realidad del pecado
- La experiencia del pecado se revela desoladora a menos que el hombre se acoja presto
a la misericordia divina. - El pecado viene mostrado en su relación a la Cruz de Cristo, y
al mismo tiempo enmarcado en plenitud en la dimensión del “misterio de la piedad”.
- Los hombres quedan abandonados a su inquietud, cada vez que se olvidan de Dios. -
La necesidad de Redención es una experiencia universal.
- El hombre tiene íntima necesidad de abrirse a la misericordia divina para ser amado y

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comprendido pese a las debilidades de su naturaleza caída.
- Cristo nos revela que el Amor de Dios es más fuerte que el pecado.
- Dios no sólo nos perdona y espera nuestro retorno, sino que nos ayuda a palpar los
errores del egoísmo y de la soberbia.
2. Noción del pecado. Mortal y venial. Causas del pecado. Tentaciones
PECADO:
- Es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta.
- Es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo.
- Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana.
- Es una ofensa a Dios.
- Es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse “como dioses”,
pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal.
- Es amor de sí hasta el desprecio de Dios.
- Es un acto personal.
- Podemos tener una responsabilidad en los pecados cometidos por otros cuando
cooperamos a ellos: a) participando directa y voluntariamente.
b) ordenándolos, aconsejándolos, alabándolos o aprobándolos.
c) no revelándolos o no impidiéndolos cuando se tiene una obligación de hacerlo.
d) protegiendo a los que hacen el mal.
- Crea una facilidad para el pecado, engendra el vicio por la repetición de los actos.
- Aversio a Deo et conversio ad Creaturas: dar la espalda a Dios y dirigir el amor a cosas
creadas.

Pecado mortal y venial:


1) PECADO MORTAL:
- Destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción grave de la ley de Dios.
- Aparta al hombre de Dios, que es su fin último y su bienaventuranza, prefiriendo un bien
inferior. - Requiere de plena conciencia y entero consentimiento.
- Presupone el conocimiento del carácter pecaminoso del acto, de su oposición a la ley
de Dios. - Implica un consentimiento suficientemente deliberado para ser una elección
personal. - Es una posibilidad radical de la libertad humana como lo es tmb el amor.
- Entraña la pérdida de la caridad y la privación de la gracia santificante.
2) PECADO VENIAL:
- Deja subsistir la caridad, aunque la ofende y hiere.
- Se comete cuando no se observa en una materia leve la medida prescripta por la ley
moral, o cuando se des obedece a la ley moral en materia grave, pero sin pleno
consentimiento.
- Impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y en la práctica del bien moral.
- Merece penas temporales.
- Entraña un afecto desordenado a los bienes creados.
- Et conversio ad creaturas.

Causas del pecado


- Causa principal: voluntad desordenada del hombre apartándose así, del orden divino. -
ausencia de un bien debido.
- por imperfección del poder del agente.
- tomar como conveniente un bien que, en realidad, no lo es; es decir, un bien aparente. -
ignorancia: se desconoce en todo o en parte su gravedad. Puede causar la
involuntariedad. - malicia: la voluntad se desordena por sí misma, sin influjo de otras
potencias.

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Tienen su origen en la soberbia, en la pérdida del temor de Dios, o en los hábitos malos o
combatidos. - pasión o debilidad: cuando la voluntad se deja arrastrar por impulso del
apetito sensitivo, en forma que de otro modo no hubiera cedido.

Las pasiones que llevan a pecar se agrupan en la concupiscencia de la carne (deseo


desordenado de los place res sensibles) y de los ojos (incitación de la avaricia).
Tentaciones:
TENTACIÓN: incitación al mal. Tientan la concupiscencia, el demonio y el mundo.
Las tentaciones, si se lucha contra ellas, y no han sido buscadas, tienen un valor positivo
para la persona. 3 clases:
1) Tentaciones de la concupiscencia: es la tentación más frecuente. La
CONCUPISCENCIA consiste en el desorden de las fuerzas del alma, resultante del PO.
Su aspecto más peligroso es el desorden causado por el pecado en la voluntad, que
induce a la soberbia o amor desordenado de sí. De este desorden provienen todos los
demás.
La tentación contra la soberbia es la 1ra contra la cual es necesario combatir.
2) Tentaciones del demonio: el demonio es el tentador por antonomasia, cuyo deseo en
incitarnos al pe cado. A veces el demonio tienta con sugestiones directas y otras a través
de las presiones del mundo y las incitaciones de la carne. El demonio tienta con astucia,
eligiendo los ptos. más flacos que cada hombre tiene. El demonio una vez que logra que
el hombre peque, procura retenerlo en el pecado.
3) Tentaciones del mundo: mundo, entendido como los hombres que se apartan de
Dios. El mundo incita a pecar fomentando el afán desmesurado y excesivo de bienes
temporales, y tmb mediante presiones de personas poderosas e influyentes, que se
oponen a los que hacen el bien.
Medios para luchar contra las tentaciones: 1) Acudir a Dios; 2) Cumplir con los
deberes y haciendo actos con cretos de virtud; 3) Medios sobrenaturales (frecuentar los
Sacramentos, tener vida de piedad, estar vigilantes por medio del examen); 4) Humildad;
5) Sinceridad.
3. Efectos del pecado. Pecados internos
Efectos del pecado: Privación o disminución de los bienes naturales y sobrenaturales
del hombre y de la comuni dad humana, y una exigencia de restauración del orden,
mediante la pena.

Efectos del pecado mortal:


- Afecta a quien lo comete como así también lleva consigo una repercusión en perjuicio
de toda la Iglesia - Pérdida de la gracia santificante, en quien la tenía.
- Disminución de las fuerzas del alma. El alma no puede salir del debilitamiento sin la
ayuda de la gracia. No es capaz de realizar por sí sola la conversión.
- Desorden del pecado mortal conlleva penas temporales y un reato de pena eterna.
- La persona desintegra la armonía de sus fuerzas, es decir, se autodestruye.
- La pena es el resultado mismo de la herida que, obrando mal, el hombre se infiere. La
1ra fn de las penas tem porales y eternas es mover a los hombres al arrepentimiento, al
menos para retraerse de las consecuencias in manentes del pecado. Aceptando las
penas temporales, el hombre se purifica de sus pecados que, de otro modo, habrán de
purificar en el futuro en el purgatorio, antes de poder entrar al Reino de los Cielos.

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Efectos del pecado venial:
- Enfría el fervor de la caridad manchando parcialmente el alma.
- Entorpece la vida de la gracia y el ejercicio de todas las virtudes.
- Crea una facilidad para el pecado, tiende a reproducirse y a reforzarse.
- Corresponden penas temporales, en esta vida o en el purgatorio.

Pecados internos: Aquellos que se consuman en el corazón del hombre, sin


manifestarse externamente, a no ser por algún efecto que accidentalmente se siga de
ellos. Las faltas puramente interiores, malos pensamientos, imaginaciones, deseos,
recuerdos pueden ser verdaderos pecados. El hombre no solo debe combatir contra los
pecados en su manifestación externa sino también, contra los interiores, combatiendo
contra los malos deseos y pensamientos. Se dan en todo género de materias. Son
especialmente peligrosos los relativos a la sensualidad, el deseo de bienes ajenos y a la
envidia.Si son frecuentes, se manifiestan de algún modo al exterior, por reacciones o
modos de actuar de la persona. Son peligrosos para el alma, ya que se comete más
fácilmente, nadie los nota y no requieren emprender una obra externa sino sólo consentir
en la tentación.

Clases de pecados internos:


1) Malos pensamientos: son la complacencia en una acción mala, que se representa en
la imaginación, sin deseo de realizarla. Se incurre cuando el sujeto se entretiene
voluntariamente en imaginar una situación pecaminosa, para deleitarse en ella.
2) Gozo pecaminoso: es la complacencia en una acción pecaminosa antes realizada,
sea por uno mismo o por otro. Se trata de un mal pensamiento agravado, por anclar en
un hecho pecaminoso realmente acae cido, en el cual el sujeto complace, buscando
revivirlo con sus recuerdos, para obtener placer o satisfac ción en el mal.
3) Malos deseos: se dan cuando a la comparecencia morosa en una acción mala se
añade el deseo de reali zarla, alcance o no este deseo su plena eficacia.

4. La conversión permanente y el camino de amor del Cristiano


- El cristianismo concede gran importancia al combate personal por adquirir la virtud.
- La herida que la libertad sufre por el pecado, exige un actitud de constante vigilancia, no
sólo para vivir recta mente, sino tmb para tender a la verdad salvadora que el Señor ha
revelado.
- Se da por la confianza que el cristiano tiene en Dios, y está seguro de Él.
- La vida cristiana exige mortificar el egoísmo de la carne y doblegar la tendencia a la
soberbia. - Veritatis Splendor: incluso en los momentos más difíciles, el hombre debe
observar la norma moral para ser obediente al sacro mandato de Dios y coherente con la
propia dignidad personal.
- Los hombres son impulsados por el sufrimiento a reconocer en la Pasión de Cristo la
infinitud del amor de Dios, y así pueden descubrir que el dolor está destinado a servir
para la conversión, es decir, para la reconstrucción del bien en el sujeto que puede
reconocer la misericordia divina en esta llamada a la penitencia.
- Una moral de virtudes se desarrolla con la educación y el esfuerzo personal; pero se
necesita de la ayuda divina para su completo desarrollo.

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BOLILLA 9
LA SALVACIÓN DE DIOS: LA LEY Y LA GRACIA
1. LA LEY MORAL: La ley moral natural. La ley antigua y La ley nueva o ley
evangélica: Relación y distin ción.
LEY MORAL: obra de la Sabiduría divina. Prescribe al hombre los caminos y las reglas
de conducta que llevan a la bienaventuranza prometida, y prohíbe los caminos que
apartan de Dios.
LEY MORAL NATURAL: la ley natural, inscripta por el Creador en el corazón de todo
hombre, consiste en una participación de la sabiduría y bondad de Dios, y expresa el
sentido moral originario, que permite al hombre dis cernir el bien y el mal, mediante la
razón. La ley natural es universal e inmutable, y pone la base de los deberes y DDFF de
la persona, de la comunidad humana y de la misma ley civil. A causa del pecado, no
siempre ni todos son capaces de percibir en modo inmediato y con igual claridad la ley
natural.

LEY NATURAL Y LEY ANTIGUA: la LEY ANTIGUA constituye la 1ra etapa de la Ley
revelada. Expresa muchas verdades naturalmente accesibles a la razón, que se
encuentran afirmadas y convalidadas en las Alianzas de la salvación. Sus prescripciones
morales, recogidas en los Mandamientos del Decálogo, ponen la base de la voca ción del
hombre, prohíben en lo que es contrario al amor de Dios y del prójimo e indican lo que les
es esencial. La Ley antigua permite conocer muchas verdades accesibles a la razón,
señala lo que se debe hacer o no se debe hacer, y sobre todo, como un sabio pedagogo,
prepara y dispone a la conversión y a la acogida del Evange lio. Sin embargo, aun siendo
santa, espiritual y buena, la Ley antigua es todavía imperfecta, porque no da por sí
misma la fuerza y la gracia del Espíritu para observarla.
LEY NUEVA o LEY EVANGÉLICA: la LEY NUEVA, proclamada y realizada por Cristo, es
la plenitud y el cumpli miento de la ley divina, natural y revelada. Se resume en el
mandamiento de amar a Dios y al prójimo, y de amar nos como Dios nos ha amado. Es
también una realidad grabada en el interior del hombre: la gracia del ES, que hace
posible tal amor. Es la “ley de la libertad”, porque lleva a actuar espontáneamente bajo el
impulso de la cari dad. La Ley Nueva se encuentra en toda la vida, y la predicación de
Cristo y en la catequesis moral de los Apósto les; el Sermón de la Montaña es su ppal
expresión.
2. GRACIA Y JUSTIFICACIÓN: La justificación y La gracia. El mérito.
JUSTIFICACIÓN: es la obra más excelente del amor de Dios. Es la acción misericordiosa
y gratuita de Dios, que borra nuestros pecados, y nos hace justos y santos en todo
nuestro ser. Somos justificados por medio de la gracia del ES, que la Pasión de Cristo
nos ha merecido y se nos ha dado en el Bautismo. Con la justificación comienza la libre
respuesta del hombre, esto es, la fe en Cristo y la colaboración con la gracia del ES.

GRACIA: Don sobrenatural, inherente al alma, concedido gratuitamente por Dios, a una
criatura espiritual, para la vida eterna. En el Nuevo Testamento, se puede observar que la
gracia es una realidad objetiva, individual e inte rior al hombre. La gracia no consiste
principalmente en que Dios mire al hombre con benevolencia, sino que tmb, y en 1er
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lugar, consiste en algo que inhiere en el hombre. Es tanto elevante como sanante, es
decir, cura las heri das de la naturaleza que proceden del pecado. Es la causa de la vida
trinitaria en el alma. Es necesario el auxilio divino para toda la operación del hombre, ya
que en cada una de sus operaciones, el hombre es causa en su or den: instrumental,
libre; mientras que Dios es causa en su orden: principal. El hombre sin la gracia no puede
me recer la vida eterna debido a que: los actos que conducen al fin deben ser
proporcionados al fin; la vida eterna excede la proporción de la naturaleza humana.
- División de la gracia:
1) GRACIA SANTIFICANTE: gracia por la que el hombre mismo se une a Dios, y que lo
hace grato a Dios.
2) CARISMAS: aquellas por las que un hombre ayuda a otros para que se dirijan a Dios.
Tiene como fin el BC de la Iglesia.
- Otra división clásica:
1) GRACIA HABITUAL: cuando el don es permanente y afecta radicalmente a la criatura
en su ser o en sus potencias, dándoles un “nuevo modo de ser”.
2) GRACIA ACTUAL: no es un don estable, sino que es una ayuda transitoria. Es un don
en circunstancias particulares.

MÉRITO: Es lo que da derecho a la recompensa por una obra buena. Respecto a Dios, el
hombre, de suyo, no puede merecer nada, habiéndolo recibido todo gratuitamente de Él.
Sin embargo, Dios da al hombre la posibilidad de adquirir méritos, mediante la unión a la
caridad de Cristo, fuente de nuestros méritos ante Dios. Por eso, los méritos de las
buenas obras deben ser atribuidos 1ro a la gracia de Dios y después a la libre voluntad
del hombre. Bajo la moción del ES, podemos merecer, para nosotros mismos o para los
demás, las gracias útiles para santifi carnos y para alcanzar la gloria eterna, así como
también los bienes temporales que nos convienen según el de signio de Dios. Nadie
puede merecer la 1ra gracia, que está en el origen de la conversión y de la justificación.

Tipos de mérito:
• CONDIGNO: se da cuando propiamente es ex iustitia, pero fundado, en alguna promesa
divina. Es el que puede darse en las criaturas. El ppal requisito para tenerlo es estar en
gracia. Se salva la justicia.

• CONGRUO: no se tiene en razón de justicia, sino en razón de la amistad (si se está en


gracia) o en razón de la misericordia divina. No es propiamente mérito.

3. La santidad cristiana. La Iglesia, madre y educadora. Magisterio de la Iglesia en


moral.
SANTIDAD CRISTIANA: todos los fieles estamos llamados a la santidad cristiana. Ésta
es plenitud de la vida cris tiana y perfección de la caridad, y se realizan en la unión íntima
con Cristo y, en Él, con la Santísima Trinidad. El camino de la santificación del cristiano,
que pasa por la cruz, tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los justos,
cuando Dios sea todo en todos.
LA IGLESIA, MADRE Y EDUCADORA: La Iglesia es la comunidad donde el cristiano
acoge la Palabra de Dios y las enseñanzas de la “Ley de Cristo”; recibe la gracia de los
sacramentos; se una a la ofrenda eucarística de Cristo, transformando así su vida moral
en un culto espiritual; aprende del ejemplo de santidad de la Virgen María y de los santos.
MAGISTERIO DE LA IGLESIA EN MORAL: El Magisterio de la Iglesia interviene en el

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campo de la moral, porque es su misión predicar la fe que hay que creer y practicar en la
vida cotidiana.
Esta competencia se extiende también a los preceptos específicos de la ley natural,
porque su observancia es necesaria para la salvación.
La vida moral de los cristianos es indispensable para el anuncio del Evangelio, porque,
conformando su vida con la del Señor Jesús, los fieles atraen a los hombres a la fe en el
verdadero Dios, edifican la Iglesia, im pregnan el mundo con el espíritu del Evangelio y
apresuran la venida del Reino de los Cielos.
BOLILLA 10
LOS PRIMEROS TRES MANDAMIENTOS
1. EL PRIMER MANDAMIENTO: Amarás a Dios sobre todas las cosas. `Adorarás al
señor tu Dios, y le ser virás ´. `A Él sólo darás culto ´. `No habrá para ti otros dioses
delante de mí ´. `No te harás escultura al guna… ´
I “Adorarás al señor tu Dios, y le servirás”
La primera llamada y la justa exigencia de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo
adore. El Dios único y verdadero revela ante todo su gloria a Israel. La revelación de la
vocación y de la verdad del hom bre está ligada a la revelación de Dios. El hombre tiene
la vocación de hacer manifiesto a Dios mediante sus obras humanas, en conformidad con
su condición de criatura hecha “a imagen y semejanza de Dios”. «El primero de los
preceptos abarca la fe, la esperanza y la caridad. En efecto, quien dice Dios, dice un ser
cons tante, inmutable, siempre el mismo, fiel, perfectamente justo. De ahí se sigue que
nosotros debemos necesaria mente aceptar sus Palabras y tener en Él una fe y una
confianza completas.

La fe
- Nuestra vida moral tiene su fuente en la fe en Dios que nos revela su amor. Nuestro
deber para con Dios es creer en Él y dar testimonio de Él.
- El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y
vigilancia nuestra fe y que re chacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas
maneras de pecar contra la fe:
• La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que
Dios ha revelado y la Iglesia propone creer. La duda involuntaria designa la vacilación en
creer, la dificultad de superar las obje ciones con respecto a la fe o también la ansiedad
suscitada por la oscuridad de esta. Si la duda se fo menta deliberadamente, puede
conducir a la ceguera del espíritu.
• La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de
prestarle asenti miento. “Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el
bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz
sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la
sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Igle sia a él
sometidos”.

La esperanza
- Cuando Dios se revela y llama al hombre, éste no puede responder plenamente al amor
divino por sus propias fuerzas. Debe esperar que Dios le dé la capacidad de devolverle el
amor y de obrar conforme a los mandamien tos de la caridad. La esperanza es aguardar
confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios; es también el
temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.
- El primer mandamiento se refiere también a los pecados contra la esperanza, que son

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la desesperación y la presunción:
- Por la desesperación, el hombre deja de esperar de Dios su salvación personal, el
auxilio para llegar a ella o el perdón de sus pecados. Se opone a la Bondad de Dios, a su
Justicia —porque el Señor es fiel a sus prome sas— y a su misericordia.

Hay dos clases de presunción. O bien el hombre presume de sus capacidades


(esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume de la omnipotencia o
de la misericordia divinas (esperando obtener su perdón sin conversión y la gloria sin
mérito).

La caridad
- La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligación de responder a la caridad
divina mediante un amor sincero. El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre
todas las cosas y a las criaturas por Él y a causa de Él (cf Dt 6, 4-5).
- Se puede pecar de diversas maneras contra el amor de Dios. La indiferencia descuida o
rechaza la considera ción de la caridad divina; desprecia su acción preveniente y niega
su fuerza. La ingratitud omite o se niega a reconocer la caridad divina y devolverle amor
por amor. La tibieza es una vacilación o negligencia en responder al amor divino; puede
implicar la negación a entregarse al movimiento de la caridad. La acedía o pereza espiri
tual llega a rechazar el gozo que viene de Dios y a sentir horror por el bien divino. El odio
a Dios tiene su origen en el orgullo; se opone al amor de Dios cuya bondad niega y lo
maldice porque condena el pecado e inflige pe nas.

II “A Él sólo darás culto”


“Las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, informan y vivifican las
virtudes morales. Así, la cari dad nos lleva a dar a Dios lo que en toda justicia le debemos
en cuanto criaturas. La virtud de la religión nos dis pone a esta actitud.

La adoración
- La adoración es el primer acto de la virtud de la religión. Adorar a Dios es reconocerle
como Dios, como Crea dor y Salvador, Señor y Dueño de todo lo que existe.
- Adorar a Dios es reconocer, con respeto y sumisión absolutos, la “nada de la criatura”,
que sólo existe por Dios. Adorar a Dios es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo,
como hace María en el Magníficat.

La oración
“Los actos de fe, esperanza y caridad que ordena el primer mandamiento se realizan en
la oración. Oración de alabanza y de acción de gracias, de intercesión y de súplica. La
oración es una condición indispensable para po der obedecer los mandamientos de Dios.

El sacrificio
- Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de
comunión. - El sacrificio exterior, para ser auténtico, debe ser expresión del sacrificio
espiritual. Jesús recuerda: “Misericor dia quiero, que no sacrificio”. El único sacrificio
perfecto es el que ofreció Cristo en la cruz en ofrenda total al amor del Padre y por
nuestra salvación (cf Hb 9, 13-14). Uniéndonos a su sacrificio, podemos hacer de nuestra
vida un sacrificio para Dios.

Promesas y votos
- En varias circunstancias, el cristiano es llamado a hacer promesas a Dios. El Bautismo y
la Confirmación, el Ma trimonio y la Ordenación las exigen siempre. Por devoción

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personal, el cristiano puede también prometer a Dios un acto, una oración, una limosna,
una peregrinación, etc. La fidelidad a las promesas hechas a Dios es una manifestación
de respeto a la Majestad divina y de amor hacia el Dios fiel.
- “El voto, es decir, la promesa deliberada y libre hecha a Dios acerca de un bien posible
y mejor, debe cumplirse por la virtud de la religión”. El voto es un acto de devoción en el
que el cristiano se consagra a Dios o le promete una obra buena.

El deber social de la religión y el derecho a la libertad religiosa


- El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y
socialmente considerado. Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada
hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única
verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica. Los cristianos son
llamados a ser la luz del mundo. La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda
la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas
- “En materia religiosa, ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida
que actúe conforme a ella, pública o privadamente, solo o asociado con otros, dentro de
los debidos límites”. Este derecho se funda en la naturaleza misma de la persona
humana, cuya dignidad le hace adherirse libremente a la verdad divina, que trasciende el
orden temporal.
- El derecho a la libertad religiosa no es ni la permisión moral de adherirse al error, ni un
supuesto derecho al error, sino un derecho natural de la persona humana a la libertad
civil, es decir, a la inmunidad de coacción ex terior, en los justos límites, en materia
religiosa por parte del poder político. Este derecho natural debe ser reco nocido en el
ordenamiento jurídico de la sociedad de manera que constituya un derecho civil.
- El derecho a la libertad religiosa no puede ser de suyo ni ilimitado, ni limitado solamente
por un “orden público” concebido de manera positivista o naturalista. Los “justos límites”
que le son inherentes deben ser determinados
para cada situación social por la prudencia política, según las exigencias del bien común,
y ratificados por la au toridad civil según “normas jurídicas, conforme con el orden
objetivo moral”.

III. “No habrá para ti otros dioses delante de mí”


El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha
revelado a su pueblo. Pros cribe la superstición y la irreligión. La superstición representa
en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio
opuesto por defecto a la virtud de la religión.

La superstición
- La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone.
Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se
atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte,
legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oracio nes o de
los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es
caer en la su perstición (cf Mt 23, 16-22).

La idolatría
- El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses
que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura
recuerda constantemente este rechazo de los “ídolos [...] oro y plata, obra de las manos
de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven”. Estos ídolos vanos hacen
vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su

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confianza” (Sal 115, 4-5.8; cf. Is44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19).
Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene
en la historia.
- La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación
constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el
momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese
de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de
los antepasados, del Estado, del dinero, etc. “No podéis servir a Dios y al dinero”, dice
Jesús (Mt 6, 24). Nu
merosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia” (cf Ap 13-14), negándose incluso
a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto,
incompatible con la comunión divina. - La vida humana se unifica en la adoración del Dios
Único. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una
dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el
hombre. El idólatra es el que “aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible
noción de Dios”.

Adivinación y magia
- Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin embargo, la actitud
cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo
que se refiere al futuro y en abandonar toda curio sidad malsana al respecto. Sin
embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad. Todas las formas
de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de
los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf
Dt 18, 10; Jr 29, 8). La con sulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la
interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums”
encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hom bres, a
la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en
contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos
solamente a Dios.
Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar
potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el
prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de
la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acom pañadas de una
intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar
amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas
adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia ad vierte a los fieles que se guarden de él. El
recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invoca ción de las
potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.

La irreligión
- El primer mandamiento de Dios reprueba los principales pecados de irreligión: la acción
de tentar a Dios con palabras o con obras, el sacrilegio y la simonía.
- La acción de tentar a Dios consiste en poner a prueba, de palabra o de obra, su bondad
y su omnipotencia. Así es como Satán quería conseguir de Jesús que se arrojara del
templo y obligase a Dios, mediante este gesto, a actuar (cf Lc 4, 9). Jesús le opone las
palabras de Dios: “No tentaréis al Señor, tu Dios” (Dt 6, 16). El reto que
contiene este tentar a Dios lesiona el respeto y la confianza que debemos a nuestro
Creador y Señor. Incluye siempre una duda respecto a su amor, su providencia y su
poder.
- El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras

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acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El
sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues
en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substan cialmente.
- La simonía se define como la compra o venta de cosas espirituales. A Simón el mago,
que quiso comprar el po der espiritual del que vio dotado a los Apóstoles, Pedro le
responde: “Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios
se compra con dinero” (Hch 8, 20). Así se ajustaba a las palabras de Je sús: “Gratis lo
recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10, 8; cf ya Is 55, 1). Es imposible apropiarse de los bienes
espiritua les y de comportarse respecto a ellos como un poseedor o un dueño, pues
tienen su fuente en Dios. Sólo es posible recibirlos gratuitamente de Él.
- “Fuera de las ofrendas determinadas por la autoridad competente, el ministro no debe
pedir nada por la admi nistración de los sacramentos, y ha de procurar siempre que los
necesitados no queden privados de la ayuda de los sacramentos por razón de su
pobreza”. La autoridad competente puede fijar estas “ofrendas” atendiendo al principio de
que el pueblo cristiano debe contribuir al sostenimiento de los ministros de la Iglesia. “El
obrero me rece su sustento”.

El ateísmo
- “Muchos [...] de nuestros contemporáneos no perciben de ninguna manera esta unión
íntima y vital con Dios o la rechazan explícitamente, hasta tal punto que el ateísmo debe
ser considerado entre los problemas más graves de esta época”.
- El nombre de ateísmo abarca fenómenos muy diversos. Una forma frecuente del mismo
es el materialismo prác tico, que limita sus necesidades y sus ambiciones al espacio y al
tiempo. El humanismo ateo considera falsa mente que el hombre es “el fin de sí mismo, el
único artífice y demiurgo único de su propia historia” (GS 20, 1). Otra forma del ateísmo
contemporáneo espera la liberación del hombre de una liberación económica y social
para la que “la religión, por su propia naturaleza, constituiría un obstáculo, porque, al
orientar la esperanza del hombre hacia una vida futura ilusoria, lo apartaría de la
construcción de la ciudad terrena” (GS 20, 2).
- En cuanto rechaza o niega la existencia de Dios, el ateísmo es un pecado contra la
virtud de la religión (cf Rm 1, 18). La imputabilidad de esta falta puede quedar
ampliamente disminuida en virtud de las intenciones y de las circunstancias. En la
génesis y difusión del ateísmo “puede corresponder a los creyentes una parte no
pequeña; en cuanto que, por descuido en la educación para la fe, por una exposición
falsificada de la doctrina, o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social,
puede decirse que han velado el verdadero rostro de Dios y de la religión, más que
revelarlo”.
- Con frecuencia el ateísmo se funda en una concepción falsa de la autonomía humana,
llevada hasta el rechazo de toda dependencia respecto a Dios (GS 20, 1). Sin embargo,
“el reconocimiento de Dios no se opone en nin gún modo a la dignidad del hombre, ya
que esta dignidad se funda y se perfecciona en el mismo Dios” (GS 21, 3). “La Iglesia
sabe muy bien que su mensaje conecta con los deseos más profundos del corazón
humano”.

El agnosticismo
- El agnosticismo reviste varias formas. En ciertos casos, el agnóstico se resiste a negar
a Dios; al contrario, pos tula la existencia de un ser trascendente que no podría revelarse
y del que nadie podría decir nada. En otros casos, el agnóstico no se pronuncia sobre la
existencia de Dios, manifestando que es imposible probarla e in cluso afirmarla o negarla.
- El agnosticismo puede contener a veces una cierta búsqueda de Dios, pero puede
igualmente representar un indiferentismo, una huida ante la cuestión última de la

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existencia, y una pereza de la conciencia moral. El agnos ticismo equivale con mucha
frecuencia a un ateísmo práctico

IV. “No te harás escultura alguna...”


El mandamiento divino implicaba la prohibición de toda representación de Dios por mano
del hombre. Ya en el Antiguo Testamento Dios ordenó o permitió la institución de
imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado: la
serpiente de bronce, el arca de la Alianza y los querubines.
“El que venera una imagen, venera al que en ella está representado”. El honor tributado a
las imágenes sagradas es una “veneración respetuosa”, no una adoración, que sólo
corresponde a Dios.
2. EL SEGUNDO MANDAMIENTO: No tomarás el Nombre de Dios en vano. El
nombre del Señor es santo. Tomar el nombre del Señor en vano. El nombre
cristiano.
I. El Nombre del Señor es santo
- El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. Pertenece, como el
primer mandamiento, a la virtud de la religión y regula más particularmente el uso de
nuestra palabra en las cosas santas. - Dios confía su Nombre a los que creen en Él; se
revela a ellos en su misterio personal. El don del Nombre per tenece al orden de la
confidencia y la intimidad. “El nombre del Señor es santo”. Por eso el hombre no puede
usar mal de él.
- El sentido de lo sagrado pertenece a la virtud de la religión.
- El segundo mandamiento prohíbe abusar del nombre de Dios, es decir, todo uso
inconveniente del nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de todos los
santos.
• Las promesas hechas a otro en nombre de Dios comprometen el honor, la fidelidad, la
veracidad y la au toridad divinas. Deben ser respetadas en justicia. Ser infiel a ellas es
abusar del nombre de Dios y, en cierta manera, hacer de Dios un mentiroso.
• La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir
contra Dios —interior o exteriormente— palabras de odio, de reproche, de desafío; en
injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, en abusar del nombre de Dios. La
blasfemia es contraria al respeto debido a Dios y a su santo nombre. Es de suyo un
pecado grave.
• Las palabras mal sonantes que emplean el nombre de Dios sin intención de blasfemar
son una falta de respeto hacia el Señor. El segundo mandamiento prohíbe también el uso
mágico del Nombre divino.

«El Nombre de Dios es grande allí donde se pronuncia con el respeto debido a su
grandeza y a su Majestad. El nombre de Dios es santo allí donde se le nombra con
veneración y temor de ofenderle»

II. Tomar el Nombre del Señor en vano


- El segundo mandamiento prohíbe el juramento en falso. Hacer juramento o jurar es
tomar a Dios por testigo de lo que se afirma. Es invocar la veracidad divina como garantía
de la propia veracidad. El juramento compromete el nombre del Señor.
- El juramento, cuando es veraz y legítimo, pone de relieve la relación de la palabra
humana con la verdad de Dios. El falso juramento invoca a Dios como testigo de una
mentira.
- Es perjuro quien, bajo juramento, hace una promesa que no tiene intención de cumplir,
o que, después de haber prometido bajo juramento, no mantiene. El perjurio constituye
una grave falta de respeto hacia el Señor que es dueño de toda palabra. Comprometerse
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mediante juramento a hacer una obra mala es contrario a la santidad del Nombre divino.
- La santidad del nombre divino exige no recurrir a él por motivos fútiles, y no prestar
juramento en circunstancias que pudieran hacerlo interpretar como una aprobación de
una autoridad que lo exigiese injustamente.

III. El nombre cristiano


- El sacramento del Bautismo es conferido “en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo” (Mt 28,19). En el bautismo, el nombre del Señor santifica al hombre, y el
cristiano recibe su nombre en la Iglesia. Puede ser el nombre de un santo, es decir, de un
discípulo que vivió una vida de fidelidad ejemplar a su Señor. Al ser puesto bajo el
patrocinio de un santo, se ofrece al cristiano un modelo de caridad y se le asegura su
intercesión. El “nombre de Bautismo” puede expresar también un misterio cristiano o una
virtud cristiana. “Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se imponga un
nombre ajeno al sentir cristiano”.
- El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz,
“en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”. El bautizado consagra la
jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el
Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentacio nes y en las
dificultades.
- Dios llama a cada uno por su nombre (cf Is 43, 1; Jn 10, 3). El nombre de todo hombre
es sagrado. El nombre es la imagen de la persona. Exige respeto en señal de la dignidad
del que lo lleva.
- El nombre recibido es un nombre de eternidad. En el reino de Dios, el carácter
misterioso y único de cada per sona marcada con el nombre de Dios brillará a plena luz.

3. EL TERCER MANDAMIENTO. Santificarás las fiestas I El día del sábado. II El día


del Señor. I. El día del sábado
- El tercer mandamiento del Decálogo proclama la santidad del sábado: “El día séptimo
será día de descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15).
- La Escritura hace a este propósito memoria de la creación: “Pues en seis días hizo el
Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso
bendijo el Señor el día del sábado y lo hizo sa grado” (Ex 20, 11).
- La Escritura ve también en el día del Señor un memorial de la liberación de Israel de la
esclavitud de Egipto. - Dios confió a Israel el sábado para que lo guardara como signo de
la alianza inquebrantable. El sábado es para el Señor, santamente reservado a la
alabanza de Dios, de su obra de creación y de sus acciones salvíficas en favor de Israel.
- La acción de Dios es el modelo de la acción humana. Si Dios “tomó respiro” el día
séptimo (Ex 31, 17), también el hombre debe “descansar” y hacer que los demás, sobre
todo los pobres, “recobren aliento” (Ex 23, 12). El sábado interrumpe los trabajos
cotidianos y concede un respiro. Es un día de protesta contra las servidumbres del
trabajo y el culto al dinero.

II. El día del Señor


¡Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y gocémonos en él! (Sal 118, 24).

El día de la Resurrección: la nueva creación


- Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la semana”. En cuanto es el
“primer día”, el día de la Resu rrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto
es el “octavo día”, que sigue al sábado, significa la nueva creación inaugurada con la
resurrección de Cristo.

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El domingo, plenitud del sábado
- El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente
cada semana, y cuya pres cripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza
plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el
descanso eterno del hombre en Dios.
- La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del
hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su
bondad universal hacia los hombres”. El culto domini cal realiza el precepto moral de la
Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador y
Redentor de su pueblo.

La Eucaristía dominical
- La celebración dominical del día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel
principalísimo en la vida de la Igle sia. “El domingo, en el que se celebra el misterio
pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta
primordial de precepto”.
- “La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en
la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del obispo diocesano, se
encomienda a un párroco, como su pastor propio”. Es el lugar donde todos los fieles
pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La parroquia inicia al
pueblo cristiano en la expresión ordinaria de la vida litúrgica, le congrega en esta
celebración; le enseña la doctrina salvífica de Cristo. Practica la caridad del Señor en
obras buenas y fraternas:
- «También puedes orar en casa; sin embargo no puedes orar igual que en la iglesia,
donde son muchos los reunidos, donde el grito de todos se eleva a Dios como desde un
solo corazón. Hay en ella algo más: la unión de los espíritus, la armonía de las almas, el
vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes».

La obligación del domingo


- El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: “El domingo y las
demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la misa”. “Cumple
el precepto de participar en la misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un
rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde”. Los que
deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.
- La participación en la celebración común de la Eucaristía dominical es un testimonio de
pertenencia y de fideli dad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión
en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la
salvación.
- “Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en
la celebración eucarís tica, se recomienda vivamente que los fieles participen en la
liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado
conforme a lo prescrito por el obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un
tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias”
Día de gracia y de descanso
- Así como Dios “cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho” (Gn 2, 2), así
también la vida humana si gue un ritmo de trabajo y descanso. La institución del día del
Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz suficiente que
les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (cf GS 67, 3).
- Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de
entregarse a trabajos o activida des que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia

51
del día del Señor, la práctica de las obras de misericor dia, el descanso necesario del
espíritu y del cuerpo (cf CIC can. 1247). Las necesidades familiares o una gran utilidad
social constituyen excusas legítimas respecto al precepto del descanso dominical. Los
fieles deben cui dar de que legítimas excusas no introduzcan hábitos perjudiciales a la
religión, a la vida de familia y a la salud.
- Los cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo y
los cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es un tiempo de
reflexión, de silencio, de cultura y de medita ción, que favorecen el crecimiento de la vida
interior y cristiana.
- Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada cristiano
debe evitar imponer sin ne cesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor.
Cuando las costumbres (deportes, restaurantes, etc.) y los compromisos sociales
(servicios públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la
responsabilidad de dedicar un tiempo suficiente al descanso.
- En el respeto de la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos deben
esforzarse por obtener el reconocimiento de los domingos y días de fiesta de la Iglesia
como días festivos legales.

BOLILLA 11
EL CUARTO MANDAMIENTO
Ordena: Honrar y respetar a nuestros padres, y a todos aquellos a quienes Dios ha
investido autoridad para nuestro bien.

Honrarás a tu padre y a tu madre. La familia en el plan de Dios.La familia y la sociedad.


Derechos y deberes de los miem bros de la familia (padres a hijos y viceversa). La familia
y el Reino de Dios
COMPENDIO (nn 455 a 465).

¿Cuál es la naturaleza de la familia en el plan de Dios?


En el plan de Dios, un hombre y una mujer, unidos en matrimonio, forman, por sí mismos
y con sus hijos, una familia. Dios ha instituido la familia y la ha dotado de una constitución
fundamental. Entre los miembros de una misma familia se establecen las relaciones
personales y responsabilidades primarias. En Cristo la familia se convierte en la Iglesia
doméstica, porque es una comunidad de fe, de esperanza y de amor.

¿Qué lugar ocupa la familia en la sociedad?


La familia es la célula original de la sociedad humana, y precede a cualquier
reconocimiento por parte de la autori dad pública. Los ppios y valores familiares
constituyen el fundamento de la vida social. La vida de familia es una inicia ción a la vida
de la sociedad.

¿Qué deberes tiene la sociedad en relación con la familia?


La sociedad tiene el deber de sostener y consolidar el matrimonio y la familia, en
constante el respeto del ppio de subsidiaridad. Los poderes públicos deben respetar,
proteger y favorecer la verdadera naturaleza del matrimonio y de la familia, la moral
pública, los DD de los padres, y el bienestar doméstico.

¿Cuáles son los deberes de los hijos hacia los padres?


Los hijos deben a sus padres respeto, reconocimiento, docilidad y obediencia,
contribuyendo así, junto a las bue nas relaciones entre hermanos y hermanas, al
crecimiento de la armonía y de la santidad de toda la vida familiar. En caso de que los

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padres se encuentren en situación de pobreza, de enfermedad, de soledad o de
ancianidad, los hijos adultos de ben prestarles ayuda moral y material.

¿Cuáles son los deberes de los padres hacia los hijos?


Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos y los primeros
anunciadores de la fe.
Tienen el deber de amar y de respetar a sus hijos como personas y como hijos de Dios, y
proveer, en cuanto sea posible, a sus necesidades materiales y espirituales, eligiendo
para ellos una escuela adecuada, y ayudándoles con pruden tes consejos en la elección
de la profesión y del estado de vida. En especial, tienen la misión de educarlos en la fe
cristiana.

¿Cómo educan los padres a sus hijos en la fe cristiana?


Los padres educan a sus hijos en la fe cristiana principalmente con el ejemplo, la
oración, la catequesis familiar y la participación en la vida de la Iglesia.

¿Son un bien absoluto los vínculos familiares? (LA FAMILIA Y EL REINO DE DIOS)
Los vínculos familiares, aunque sean importantes, no son absolutos, porque la primera
vocación del cristiano es seguir a Jesús, amándolo. Los padres deben favorecer
gozosamente el seguimiento de Jesús por parte de sus hijos en todo estado de vida, tmb
en la vida consagrada y en el ministerio sacerdotal.

BOLILLA 12
EL CUARTO MANDAMIENTO EN EL ÁMBITO SOCIAL

1. Las autoridades en la sociedad civil. Deberes de las autoridades civiles. Deberes de


los ciudadanos. La comunidad polí tica y la Iglesia.

LAS AUTORIDADES EN LA SOCIEDAD CIVIL


Son quienes han recibido de Dios una autoridad en la sociedad, y por ello han de ser
honrados. En este Mandamiento se determina tanto los deberes de quienes ejercen la
autoridad como lo de quienes están sometidos a ella.

DEBERES DE LAS AUTORIDADES CIVILES


En los distintos ámbitos de la sociedad civil, la autoridad se ejerce siempre como un
servicio, respetando los DDFF del hombre, una justa jerarquía de valores, las leyes, la
justicia distributiva y el ppio de subsidiaridad. Cada cual, en el ejercicio de la autoridad,
debe buscar el interés de la comunidad antes que el propio, y debe inspirar sus
decisiones en la verdad sobre Dios, sobre el hombre y sobre el mundo.

DEBERES DE LOS CIUDADANOS


Quienes están sometidos a las autoridades deben considerarlas como representantes de
Dios, ofreciéndoles una colaboración leal para el buen fnamiento de la vida pública y
social. Esto exige el amor y el servicio de la patria, el dere cho y el deber del voto, el
pago de los impuestos, la defensa del país y el derecho a una crítica constructiva.

¿Cuándo el ciudadano no debe obedecer a la autoridad civil? El ciudadano no debe en


conciencia obedecer cuando las prescripciones de la autoridad civil se opongan a las
exigencias del orden moral: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

LA COMUNIDAD POLÍTICA Y LA IGLESIA


La mayoría de las sociedades han configurado sus instituciones conforme a una cierta
preeminencia del hombre sobre las cosas.

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La Iglesia que se diferencia de la comunidad política es signo y salvaguardia del carácter
trascendente de la per sona humana, así como también respeta y promueve la libertad y
la responsabilidad jurídica de los ciudadanos.

La Iglesia tiene que emitir un juicio moral incluso sobre cosas que afectan el orden
político cuando lo exijan los DDFF de la persona o la salvación de las almas, aplicando
todos y sólo aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según
la diversidad de tiempos y condiciones.

2. La doctrina social de la Iglesia. La actividad económica y la justicia social. Justicia y


solidaridad entre las naciones. LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
La Doctrina Social de la Iglesia, como desarrollo orgánico de la verdad del Evangelio
acerca de la dignidad de la persona humana y sus dimensiones sociales, contiene ppios
de reflexión, formula criterios de juicio y ofrece normas y orientaciones para la acción.

LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Y LA JUSTICIA SOCIAL


La Iglesia interviene emitiendo un juicio moral en materia económica y social, cuando lo
exigen los DDFF de la persona, el BC o la salvación de las almas.
La vida social y económica ha de ejercerse según los propios métodos, en el ámbito del
orden moral, al servicio del hombre en su integridad y de toda la comunidad humana, en
el respeto a la justicia social. La vida social y económica debe tener al hombre como
autor, centro y fin.

JUSTICIA Y SOLIDARIDAD ENTRE LAS NACIONES


En el plano internacional la desigualdad de los recursos y de los medios económicos es
tal que crea entre las nacio nes un verdadero abismo. Por un lado están los que poseen y
desarrollan los medios de crecimiento, y por otro, los que acumulan deudas.
Es necesaria la solidaridad entre las naciones cuyas políticas son ya interdependientes.
Las naciones ricas tienen una responsabilidad moral grave sobre aquellas naciones que
no pueden por sí mismas asegurar los medios de su desarrollo, o han sido impedidos por
trágicos acontecimientos históricos. Es una obligación de justicia si el bienestar de las
naciones ricas procede de recursos que no han sido pagados con justicia.
La ayuda directa constituye una rta. apropiada a necesidades inmediatas, extraordinarias,
causadas por ejemplo por catástrofes naturales. Es preciso tmb reformar las instituciones
económicas y financieras internacionales para que pro muevan y potencien relaciones
equitativas con los países menos desarrollados.
La base de todo desarrollo completo de la sociedad humana requiere que se acreciente
el sentido de Dios y el co nocimiento de sí mismo.
Se rechazan las ideologías asociadas, en los tiempos modernos, al consumismo u otras
formas ateas y totalitarias del socialismo. Así como también, se rechaza la práctica del
capitalismo, el individualismo y la primacía absoluta de las leyes del mercado sobre el
trabajo humano.

BOLILLA 13
EL QUINTO MANDAMIENTO

EL QUINTO MANDAMIENTO I:
1. El respeto de la vida humana. 2. Lectura y aplicación de la encíclica Evangelium
Vitae. Las amenazas actuales a la vida humana. La anticultura de la vida. Las
causas de esta cultura y sus consecuencias Ofen sas contra la vida: Peleas,
venganza, guerra, legítima defensa, pena de muerte, aborto.

54
EL RESPETO DE LA VIDA HUMANA
La vida humana ha de ser respetada porque es sagrada. Desde el comienzo supone la
acción creadora de Dios y permanece para siempre en una relación especial con el
Creador, su único fin. A nadie le es lícito destruir directa mente a un ser inocente, porque
es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador.

LAS AMENAZAS ACTUALES DE LA VIDA HUMANA (Evangelium Vitae)


Toda amenaza a la dignidad y a la vida del hombre repercute en el corazón mismo de la
Iglesia, afecta al núcleo de su fe en la encarnación redentora del Hijo de Dios, la
compromete en su misión de anunciar el Evange lio de la vida por todo el mundo y a
cada criatura.
Hoy este anuncio es particularmente urgente ante la impresionante multiplicación y
agudización de las amenazas a la vida de las personas y de los pueblos, especialmente
cuando ésta es débil e indefensa. A las tradi cionales y dolorosas plagas del hambre, las
enfermedades endémicas, la violencia y las guerras, se añaden otras, con nuevas
facetas y dimensiones inquietantes.
Todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los genocidios,
el aborto, la euta nasia y el mismo suicidio voluntario; todo lo que viola la integridad de la
persona humana, como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales, incluso los
intentos de coacción psicológica; todo lo que ofende a la dignidad
humana, como las condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos arbitrarios,
las deportaciones, la es clavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; también
las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros
instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables; todas estas cosas y otras
semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana,
deshonran
más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente
contrarios al honor debido al Creador.
Por desgracia, este alarmante panorama, en vez de disminuir, se va más bien
agrandando. Con las nue vas perspectivas abiertas por el progreso científico y
tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dig nidad del ser humano, a la
vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los
atentados contra la vida ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios
sectores de la opinión pú blica justifican algunos atentados contra la vida en nombre de
los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la
impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practi carlos
con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias.
En la actualidad, todo esto provoca un cambio profundo en el modo de entender la vida y
las relaciones entre los hombres. El hecho de que las legislaciones de muchos países,
alejándose tal vez de los mismos princi pios fundamentales de sus Constituciones, hayan
consentido no penar o incluso reconocer la plena legitimidad de estas prácticas contra la
vida es, al mismo tiempo, un síntoma preocupante y causa no marginal de un grave dete
rioro moral. Opciones, antes consideradas unánimemente como delictivas y rechazadas
por el común sentido mo ral, llegan a ser poco a poco socialmente respetables. La misma
medicina, que por su vocación está ordenada a la defensa y cuidado de la vida humana,
se presta cada vez más en algunos de sus sectores a realizar estos ac tos contra la
persona, deformando así su rostro, contradiciéndose a sí misma y degradando la
dignidad de quie nes la ejercen. En este contexto cultural y legal, incluso los graves
problemas demográficos, sociales y familiares, que pesan sobre numerosos pueblos del
mundo y exigen una atención responsable y activa por parte de las co munidades

55
nacionales y de las internacionales, se encuentran expuestos a soluciones falsas e
ilusorias, en con traste con la verdad y el bien de las personas y de las naciones.
El resultado al que se llega es dramático: si es muy grave y preocupante el fenómeno de
la eliminación de tantas vidas humanas incipientes o próximas a su ocaso, no menos
grave e inquietante es el hecho de que a la conciencia misma, casi oscurecida por
condicionamientos tan grandes, le cueste cada vez más percibir la distin ción entre el
bien y el mal en lo referente al valor fundamental mismo de la vida humana.

LA ANTICULTURA DE LA VIDA. CAUSAS Y CONSECUENCIAS


Causas:
• No se da lugar a la comunión entre las personas, ni cuando en ellas hay una entrega
sincera de sí misma. • Los contravalores ocupan espacios cautivos emergentes de
aislamientos, soledades y egoísmos. • Eventos que atentan contra:
✓ La dignidad humana: condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos
arbitrarios, las de portaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas;
✓ La integridad humana: las mutilaciones, las torturas corpóreas y mentales, los
intentos de coac ción psicológica;
✓ La vida humana: los homicidios, los genocidios, el aborto, la eutanasia, el suicidio
voluntario. • Eje de la verdad no se encuentra en su centro, sino que hay una pérdida de
su verdadero significado y su búsqueda carece de sentido contando ésta con el aval
estatal para llevar a cabo acciones agresivas.

Consecuencias:
• Destrucción tanto de la persona como de la familia, por ende, de la sociedad también. •
Crisis moral y cultural de las instituciones que genera incredulidad y un vacío existencial
teñido de angustia y aislamiento.
• da lugar a efectuar conductas agresivas que perturban su socialización y la convivencia
social. • Relativismo: se niega la existencia de verdades objetivas que están en la base
de un orden moral natural. • Desequilibrio preocupante en la tasa de natalidad
respectivamente, y a la consiguiente elaboración de pro gramas de desarrollo social.

EL QUINTO MANDAMIENTO II:


1. El respeto de la dignidad de las personas
EL RESPETO DEL ALMA DEL PRÓJIMO: EL ESCÁNDALO
ESCÁNDALO: actitud o comportamiento que induce a otro a hacer el mal.
- Quien escandaliza atenta contra la virtud y el derecho, puede ocasionar a su hermano la
muerte espiritual. - El escándalo adquiere gravedad particular según la autoridad de
quienes lo causan o la debilidad de quienes lo padecen.
- El escándalo es grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por fn, están
obligados a enseñar y educar a otros.
- El escándalo puede ser provocado por la ley o por las instituciones, por la moda o por la
opinión. - El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastre a hacer el
mal se hace culpable del escán dalo y responsable del mal que directa o indirectamente
ha favorecido.

EL RESPETO DE LA SALUD
- Hay que cuidar de la vida y de la salud física teniendo en cuenta las necesidades de los
demás y el BC, ya que son bienes preciosos confiados por Dios.
- El cuidado de la salud requiere de la ayuda de la sociedad para lograr las condiciones
de existencia que permi ten crecer y llegar a la madurez: alimento, vestido, vivienda,
cuidados de la salud, enseñanza básica, empleo y asistencia social.
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- La virtud de la templanza lleva a evitar todo tipo de excesos. Ejemplo: embriaguez.
Quienes por embriaguez po nen en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en
las carreteras, en el mar o en el aire, se hacen gra vemente culpables.
- La producción clandestina y tráfico de drogas son prácticas escandalosas; constituyen
una cooperación directa, porque incitan a ellas, a prácticas gravemente contrarias a la ley
moral.

EL RESPETO DE LA PERSONA Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA


- Los experimentos científicos, médicos o psicológicos, en personas o grupos humanos,
pueden contribuir a la curación de los enfermos y al progreso de la salud pública.
- Las investigaciones o experimentos en el ser humano no pueden legitimar actos que en
sí mismos son contra rios a la dignidad de las personas y a la ley moral.
- La experimentación en el ser humano es moralmente legítima si están al servicio del
bien integral de la persona y de la sociedad, sin riesgos desproporcionados para la vida y
la integridad física y psíquica de los sujetos, opor tunamente informados y contando con
su consentimiento.
- Ejemplo: TRANSPLANTE DE ÓRGANOS: el trasplante de órganos no es moralmente
aceptable si el donante o sus representantes no han dado consentimiento consciente. El
trasplante de órganos es conforme a la ley moral y puede ser meritorio si los peligros y
riesgos físicos o psíquicos sobrevenidos al donante son proporcionados al bien que se
busca en el destinatario.

EL RESPETO DE LA INTEGRIDAD CORPORAL


- El TERRORISMO, que amenaza, hiere y mata sin discriminación es gravemente
contrario a la justicia y a la cari dad.
- La TORTURA, que usa de violencia física o moral, para arrancar confesiones, para
castigar a los culpables, inti midar a los que se oponen, satisfacer el odio, es contraria al
respeto de la persona y de la dignidad humana. - Exceptuados los casos de
prescripciones médicas de orden estrictamente terapéutico, tanto las amputaciones,
mutilaciones o esterilización directamente voluntarias de personas inocentes, que no son
contrarias a la ley mo ral.

EL RESPETO A LOS MUERTOS


- A los moribundos se han de prestar todas las atenciones necesarias para ayudarles a
vivir sus últimos momen tos en la dignidad y en la paz. Deben ser ayudados por la
oración de sus parientes.
- Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto u caridad en la fe y la
esperanza de la resurrección. Enterrar a los muertos es una obra de misericordia
corporal, que honra a los hijos de Dios, templos del ES. - La autopsia de los cadáveres es
moralmente admisible cuando hay razones de orden legal o de investigación científica. El
don gratuito de órganos después de la muerte es legítimo y debe ser meritorio. - La
Iglesia permite la incineración (reducir el cuerpo a cenizas) cuando con ella no se
cuestiona la fe en la resu rrección del cuerpo.

2. La defensa de la paz
LA PAZ: El respeto y el desarrollo de la vida humana exigen la paz.
-La PAZ no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas
adversas. La PAZ no puede alcanzarse en la tierra, sin la salvaguardia de los bienes de
las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de
las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. -PAZ: es la
tranquilidad del orden.

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es obra de la justicia.
es efecto de la caridad.
- La paz terrenal es imagen y fruto de la paz de Cristo.
- Los que renuncian a la acción violenta y sangrienta y recurren para la defensa de los
DD del hombre a medios que están al alcance de los más débiles, dan testimonio de
caridad evangélica, siempre que esto se haga sin lesionar los DD y OO de los otros
hombres y de las sociedades.

EVITAR LA GUERRA
- El 5to Mandamiento al condenar la destrucción voluntaria de la vida humana, todo
ciudadano y gobernante es tán obligados a empezarse en evitar las guerras.
- Mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y
provista de la fuerza corres pondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo
pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el dere cho a la legítima defensa.

Condiciones de la LEGÍTIMA DEFENSA:


1) Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea
duradero, grave y cierto.
2) Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado
impracticables o ineficaces. 3) Que se reúnan las condiciones serias de éxito.
4) Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal
que se pretende elimi nar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a la
prudencia extrema en la apreciación de esta condición.

- Las apreciaciones de estas condiciones de legitimidad moral pertenece al juicio


prudente de quienes están a cargo del BC.
- La Iglesia y la razón humana declaran la validez permanente de la ley moral durante los
conflictos armados. La ley moral exige que todos sean tratados con humanidad los no
combatientes, los soldados heridos y los prisio neros.
- Se debe hacer todo lo razonablemente posible para evitar la guerra. En particular es
necesario evitar la acumu lación y el comercio de armas no debidamente reglamentadas
por los poderes legítimos; las injusticias, sobre todo económicas y sociales; las
discriminaciones étnicas o religiosas; la envidia, la desconfianza, el orgullo y el espíritu de
la venganza.

BOLILLA 14
EL SEXTO MANDAMIENTO
EL SIGNIFICADO DEL PRINCIPIO DE INSEPARABILIDAD Y EL “OBJETO” DEL
ACTO CONYUGAL

a) Antropología de la unidad corporal-espiritual y la persona humana


- La inseparabilidad es un principio. Por lo tanto no se demuestra sino que se “muestra”.
Hay que entender a la persona humana.
- La persona que actúa es consciente de esta realidad. Los actos de mi cuerpo son “mis
actos”. (Es más, sin cuerpo no podríamos actuar).
- Para San Agustín “El cuerpo es la cárcel del alma”, esto no es así. Mis actos me
pertenecen salvo que se trate de actos reflejos, ej: pensamos porque tenemos
inteligencia racional apoyada en un cuerpo. El ser humano es estar unidos cuerpo y
alma. El alma da vida al cuerpo y esto es evidente.

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Antropología metafísica:
Los seres humanos son seres vivos dotados de sentidos (mamíferos) con un alma capaz
de conocimiento intelec tivo: ser vivo dotado de razón.
Unidad esencial de cuerpo y alma:
El cuerpo es sujeto de actos espirituales. Ej: estudiar es un acto intelectual. Hay un único
ser subsistente que es cuerpo y espíritu.
Todos los actos son de la substancia:
Los que podrían ser puramente espirituales o los puramente corporales. Esta substancia
es lo que llamamos persona humana.
Sin el cuerpo no puedo manifestar mi poder. PODER ES VIDA. La substancia es cuerpo y
espíritu. Es el sujeto de todas nuestras virtualidades y potencialidades. Soy yo el sujeto
de mis acciones. “Yo y mi cuerpo”. La persona humana es sujeto de todas las acciones
puramente espirituales o corporales.
El problema es la integración de cuerpo y alma. Notamos que nos cuesta (estudio,
descanso, comida, amistad, etc.). Se propone llegar a la integración del cuerpo en el
amor espiritual: surge de la voluntad libre y la racionalidad para la entrega de uno mismo
a otro. Hay que meter racionalidad a favor del cuerpo, del sujeto en tero. La meta es
integrar cuerpo y alma por el amor. El amor no es solo espiritual, es del sujeto (el cuerpo
tam bién). Si uno lo piensa bien, lo mejor de uno lo quiere para darlo a alguien más. El
amor humano (por la constitu ción de la naturaleza humana) no es sólo un fenómeno
espiritual sino también corporal. El lenguaje del cuerpo – hablado por el amor- pertenece
al espíritu. El cuerpo, por lo tanto, es sujeto del amor: nunca objeto o “medio”. Santo
Tomás decía “Anima mea non est ego“. El cuerpo es sujeto del amor, como el alma.
El alma cuando se separa no es persona, es alma separada y volverá a ser persona con
la resurrección del cuerpo. Esto se nota en que los distintos tipos de amor tiene
coincidencia con las manifestaciones de ese amor. La integración entre el alma y el
cuerpo es el AMOR. Hay que integrar todo en el amor.¿En qué se nota el amor? En que
uno cede en beneficio de la otra persona.No hay amor espiritual y el cuerpo es medio. El
cuerpo es sujeto del amor.
b) La unidad esencial de procreación y amor
Habiendo visto que la corporalidad humana forma parte de la subjetividad de la persona
que actúa, tenemos que dejar en claro algunas cosas:
1) La propagación de la especie humana no tiene lugar mediante actos espirituales, sino
mediante actos de procreación corporales.
2) Este acto de procreación no puede ser entendido al margen de la dimensión espiritual
del alma. O sea, el acto humano de procreación es esencialmente también un acto
espiritual.
De no ser así, existiría dentro de la persona un principio de desintegración de su unidad
corporal-espiritual. El amor debe integrar todas nuestras acciones; en el amor se crece y
es nuestro interés. La expresión del amor espi ritual en el “lenguaje del cuerpo” está
ligada a las condiciones del cuerpo mismo. En todo acto de procreación coactúan el
cuerpo y el alma en referencia recíproca: son principios del acto de procreación mismo
que cooperan entre sí. En el caso del hombre, entonces, los actos sexuales son más que
meros actos de cópula sexual que lle van a la procreación. Antes bien, los actos sexuales
del hombre son esencialmente actos recíprocos de entrega de sí, por libertad, de dos
personas que se aman. Por otro lado, los actos de amor conyugal, son siempre actos de
“este cuerpo”. Y eso significa que tienen significado procreativo (condiciones del cuerpo).

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De la copula sexual se obtiene un placer; hay otros amores que son muy buenos pero
que no llevan a eso, es distinto. El amor conyugal es un tipo de amor que lleva a
expresarse de ese modo. Además ese placer más intenso lo colocó Dios en el sexo para
la procreación. Ese placer se puede obtener de diferentes maneras. No es el placer el
que debe guiar, sino el amor. No hay derecho al hijo, es un don, un regalo.
Los significados del amor conyugal
a) La procreación humana tiene su lugar en el contexto de una comunidad de personas
(recíproca entrega de sí=amor espiritual), y no en el contexto de la guía de las pulsiones
mediante el instinto. (“tengo ganas de sexo”, eso no es humano, falta el amor espiritual,
es pobre para nosotros). La “función” que en los animales corresponde al instinto está
asignada en el hombre al “amor espiritual”. Una procreación arrancada de este concepto
no sería “humana”.
b) La unión amorosa corporal entre hombre y mujer, es, en virtud de su naturaleza
específica, servicio a la trans misión de la vida humana. (Hay otras formas de amor entre
personas de distinto sexo). La atracción amorosa en tre hombre y mujer que surge de la
pulsión sexual está especificada –como tipo de amor- por la tendencia sexual. No
podemos querer conyugalmente sin el cuerpo: es nuestra naturaleza. Tendencia sexual
marcada por el amor espiritual, no por el instinto.
¿Qué significa “conexión inseparable” de los dos significados?
Significa que entre los dos significados existe una relación inclusiva recíproca que es
constitutiva para cada uno de ellos (“unión amorosa” y “procreación”).
Cada uno de los dos aspectos reciben su plena inteligibilidad o identidad como fenómeno
humano, precisamente del otro. La separación de los dos aspectos implicaría que su
esencia sería modificada. La conexión misma cons tituye el sentido específicamente
humano de cada uno de los dos significados. Para el amor deben ser pares, cada uno de
los dos es un don para el otro. La separación de los 2 aspectos implicaría que su esencia
sea modifi cada, sería instrumentalización.
¿Se puede bastardear el amor conyugal? Sí, y la amistad, y la beneficencia, y la
profesión, etc.
El amor espiritual + la procreación influye en nuestra felicidad. Una cosa es el amor y otra
es su sustituto, el pla cer.
Si no soy señor de mí mismo, no me puedo “dar”; y eso cuesta.
La cuestión de la anticoncepción
La cuestión de la anticoncepción no gira de ningún modo en torno a la “procreación”
misma sino, más bien, en torno a la defensa de la sexualidad humana como expresión
real de amor conyugal, personal. El principio for mula precisamente la razón
(antropológica) de cómo es que no se puede separar un significado del otro sin des truir
el conjunto total. ¿Se puede bastardear el amor conyugal?..., sí, y la amistad, y la
beneficencia, y la profesión, etc. Si la sexualidad no es humana, es pobre, menos que los
animales. Nuestros instintos no son seguros.
I. Hombre y mujer los creó: El proyecto original, la vocación del amor y las heridas
del pecado. La SEXUALIDAD abraza todos los aspectos de la persona humana, en la
unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la
capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer
vínculos de comunión con otro.
Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La
diferencia y la complemen tariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los
60
bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida fa miliar.
Creando al hombre “varón y mujer”, Dios da la dignidad personal de igual modo al
hombre y a la mujer, porque los dos fueron creados a imagen y semejanza de un Dios
personal.
Cada uno de los dos sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta,
imagen del poder y de la ter nura de Dios. La unión del hombre y de la mujer en el
matrimonio es una manera de imitar en la carne la generosi dad y la fecundidad del
Creador: “El hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una
sola carne”. De esta unión proceden todas las generaciones humanas.
Jesús vino a restaurar esto. En el Sermón de la Montaña interpreta de manera rigurosa el
plan de Dios: «Habéis oído que se dijo: “no cometerás adulterio”. Pues yo os digo: “Todo
el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”. El
hombre no debe separar lo que Dios ha unido.

II. La vocación a la castidad: La integridad de la persona y la totalidad del don.


CASTIDAD: es la positiva integración de la sexualidad de la persona. La sexualidad es
verdaderamente humana cuando está integrada de manera justa en la relación de
persona a persona. La castidad es una virtud moral, un don de Dios, una gracia y un fruto
del Espíritu.
La virtud de la castidad supone la adquisición del dominio de sí mismo, como expresión
de libertad hu mana destinada al don de uno mismo. Para este fin, es necesaria una
integral y permanente educación, que se realiza en etapas graduales de crecimiento.

LA INTEGRIDAD DE LA PERSONA
Una persona es íntegra cuando a través de sus conductas y comportamientos virtuosos
mantiene la uni dad en todas sus dimensiones: biológica, psicológica, social, espiritual.
Para ello debe ejercer el autodominio a través de conductas libres y voluntarias
dominando sus pasiones e instin tos.
Esto lo hace digno, ya que liberado de sus ataduras hacia lo sensible, sus acciones
tienden al bien. Para lograr este cometido el hombre tiene que poner todos los medios
que estén a su alcance en fn del cumplimiento de los mandamientos cristianos para lo
cual deberá ejercer la templanza y la fortaleza.
El AUTODOMINIO es un ejercicio permanente que el hombre deberá practicar a lo largo
de su vida y refor zar este esfuerzo en las etapas de la infancia y adolescencia donde se
forma la personalidad. Las imperfecciones y el pecado acompañan al hombre en su
proceso de crecimiento y es éste que, viviendo o asumiendo actos libres, voluntarios y
responsables, las contrarresta construyendo así la propia biografía conforme a los
designios de Dios.
Esta tarea es personal e implica un esfuerzo cultural, ya que el perfeccionamiento
humano y el crecimiento de la sociedad se retroalimentan, es decir, el respeto por los DD
y dignidad humana a través de una educación en valores.

LA TOTALIDAD DEL DON DE SÍ


La caridad es la forma de todas las virtudes ya que implica la amistad, la fidelidad, el
amor al prójimo y el amor a Dios.

LOS DIVERSOS REGÍMENES DE LA CASTIDAD


Todo bautizado es llamado a la castidad, es decir, estamos llamados a vivir en Dios. La
castidad debe calificar a las personas según los diferentes estados de vida: a unas, en la
virginidad o en el celibato consagrado, manera eminente de dedicarse más fácilmente a
Dios solo con corazón indiviso; a otras, de la manera que determina para ellas la ley

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moral, según sean casadas o célibe. Las personas casadas son llamadas a vivir la
castidad conyugal; las otras practican la castidad en la continencia.
Los novios están llamados a vivir la castidad en la continencia. En esta prueba han de
ver un descubri miento del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y de la
esperanza de recibirse el uno y el otro de Dios. Reservarán para el tiempo del matrimonio
las manifestaciones de ternura específicas del amor conyugal. Deben ayudarse
mutuamente a crecer en la castidad.

LAS OFENSAS A LA CASTIDAD


• LUJURIA: es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es
moralmente des ordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades
de procreación y de unión. • MASTURBACIÓN: es la excitación voluntaria de los órganos
genitales a fin de obtener un placer venéreo. Tanto el Magisterio de la Iglesia como el
sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que la masturbación es un
acto intrínseca y gravemente desordenado.
• FORNICACIÓN es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio.
Es gravemente con traria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana,
naturalmente ordenada al bien de los es posos, así como a la generación y educación de
los hijos. Además, es un escándalo grave cuando hay de por medio corrupción de
menores.
• PORNOGRAFÍA: consiste en sacar de la intimidad de los protagonistas actos sexuales,
reales o simula dos, para exhibirlos ante terceras personas de manera deliberada.
Ofende la castidad porque desnatura liza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente
a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada
uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ga nancia ilícita.
Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las
autorida des civiles deben impedir la producción y la distribución de material pornográfico.
• PROSTITUCIÓN: atenta contra la dignidad de la persona que se prostituye, puesto que
queda reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que paga peca gravemente
contra sí mismo: quebranta la castidad a la que lo comprometió su bautismo y mancha su
cuerpo. La prostitución constituye una lacra social. Ha bitualmente afecta a las mujeres,
pero también a los hombres, los niños y los adolescentes
• VIOLACIÓN: es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona.
Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el derecho de
cada uno al respeto, a la libertad, a la inte gridad física y moral. Produce un daño grave
que puede marcar a la víctima para toda la vida. Es siempre un acto intrínsecamente
malo. Más grave todavía es la violación cometida por parte de los padres (cf. in
cesto) o de educadores con los niños que les están confiados.

CASTIDAD Y HOMOSEXUALIDAD
La HOMOSEXUALIDAD designa las relaciones entre hombres o mujeres que
experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo
sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen
psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura
que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que “los
actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”.
Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de
una verdadera comple mentariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en
ningún caso.
Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales
profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para

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la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas
personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a
unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificulta des que pueden encontrar a causa de su
condición.
Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio
de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad
desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pue den y deben acercarse gradual
y resueltamente a la perfección cristiana.

III. El amor de los esposos: Las ofensas a la dignidad del matrimonio.


La sexualidad está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer. En el
matrimonio, la intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de
comunión espiritual.

El acto sexual no sólo implica un acto físico o corporal, sino que implica la entrega
psíquica y espiritual entre cada uno de los esposos, y este acto está destinado a la
procreación.

El acto sexual implica la reciproca donación de los esposos siendo fuente de felicidad.

A través de la unión de los esposos se realiza en el doble fin matrimonial:


1) transmisión de vida.
2) el bien de los esposos, es decir, la ayuda y el respeto mutuo, la fidelidad, etc.

LA FIDELIDAD CONYUGAL
El matrimonio constituye una “íntima comunidad de vida y amor conyugal”, fundada por el
Creador y provista por leyes propias, que se establece con la alianza matrimonial a partir
del consentimiento personal irrevocable de los esposos, es decir, en la entrega mutua en
donde ya no son dos, sino que son una sola carne.

A través del sacramento del Matrimonio, los esposos se prometen fidelidad, que es la
misma fidelidad que tiene Dios para con su Iglesia.

LA FECUNDIAD DEL MATRIMONIO


La fecundidad es un don y uno de los fines del matrimonio, y el hijo no se añade al amor
de los esposos sino que es fruto de ese amor. Por eso los esposos están llamados a dar
vida y a educar a los hijos.
La regulación de la natalidad debe ser justificada por los esposos y no por un mero
egoísmo, sino que el ejercicio de la paternidad debe ser generosa y responsable.
Además de los aspectos esenciales - unitivo y procreador - del matrimonio, el acto
conyugal tiene tmb conserva el sentido del amor mutuo y verdadero, y su ordenación a la
paternidad.
Los métodos de regulación de nacimiento y la continencia periódica están sujetos a los
criterios objetivos de la moralidad. Es decir, estos métodos respetan la corporalidad de
los esposos y el afecto.
Por el contrario todo aquello que se proponga evitar la procreación de forma arbitraria no
es aceptado. El Estado es responsable del bienestar de los ciudadanos y puede
intervenir objetiva y respetuosamente para orientar la demografía de la población, pero
no puede regular métodos anticonceptivos contrarios a la moral.

EL DON DEL HIJO


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Un hijo es un don y para la Iglesia las familias numerosas son signo de bendición divina y
de generosidad de los padres.
Las investigaciones que tratan de reducir la esterilidad humana deben alentarse siempre
que se pongan al servicio de la persona, de sus DD inalienables, según el plan de Dios.
Esto significa que las técnicas que provocan la intervención de una persona extraña a los
conyugues (donación de espera, ovulo, o préstamo de útero) son deshonestas y
condenadas.
Ya que estas técnicas de inseminación y fecundación artificiales heterólogas lesionan el
derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocido por él y unidos en
matrimonio.
Hay otras técnicas artificiales homólogas que son menos perjudiciales pero tmb
moralmente rechazadas, ya que disocian el acto sexual del acto procreador.
El niño no es un derecho, sino que es un don de vida, ya que el hijo no es considerado
como un objeto de propie dad. El niño tiene derecho a ser respetado desde su
concepción.
La paternidad no se agota con la esterilidad física, sino que la Iglesia promueve la
fecundidad espiritual a través de la adopción de niños abandonados, u otorgando
servicios en beneficio del prójimo.

LAS OFENSAS DE LA DIGNIDAD DEL MATRIMONIO


El ADULTERIO: es la infidelidad conyugal cometida por uno de los esposos al establecer
una relación sexual con un 3ro aunque sea de manera temporal. Incluso el deseo del
adulterio es condenado por la Iglesia. Es una injusticia y el esposo/ la esposa que lo
comete falta a los compromisos maritales dañando la alianza matrimonial, y rompe el
derecho del otro conyugue atentando contra la institución matrimonial, y afectando el bien
de los hijos que ne cesita de la unión estable de los padres.

El divorcio
La Iglesia considera al matrimonio indisoluble, ya que solamente la muerte puede separar
a los esposos. La separación de los esposos con permanencia de vínculo matrimonial
puede ser legítima en algunos casos según lo con templa el Derecho Canónico.

El DIVORCIO es una ofensa grave a la ley natural porque rompe el contrato aceptado
libremente de los esposos de vivir juntos hasta la muerte.
Si el divorciado vuelve a contraer matrimonio es aún más grave la falta, ya que el que se
vuelve a casar por la ley civil, se encuentra en situación de adulterio público y
permanente.
El divorcio, por su carácter inmoral, trae consecuencias a la familia y a la sociedad: para
el cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los
padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso,
que hace de él una verdadera plaga social.
Si uno de los cónyuges es víctima inocente del divorcio dictado conforme a la ley civil, no
contradice el precepto moral (es decir, no está en falta).

Otras ofensas a la dignidad del matrimonio


• POLIGAMIA: es cuando el hombre tiene dos mujeres o más. No se ajusta a la ley moral,
y obliga en justicia al po lígamo a cumplir los deberes contraídos respecto de sus
antiguas mujeres e hijos.
• INCESTO: es la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está
prohibido el matrimonio, corrom piendo las relaciones familiares y representando una

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regresión a la animalidad.
Se puede considerar incesto a los abusos sexuales cometidos por adulto a niños o
adolescentes confiados a su guarda.

• UNIÓN LIBRE: es cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica y pública
a una unión que implica la intimidad sexual.
Entre estas uniones libres se encuentran: *concubinato: rechazo del matrimonio o
incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo. Son contrarios a la ley moral,
porque el acto sexual debe tener lugar sólo en el matri monio, y además, destruye la idea
de familia y ofenden la dignidad del matrimonio. Debilitan el sentido de fideli dad.
• UNIÓN A PRUEBA: es cuando existe la intención de casarse, tampoco son aceptadas,
ya que el amor exige un don total y definitivo entre las personas.

La unión carnal es moralmente legítima cuando es dentro de la vida conyugal.

Tips del caso visto en clase:

• La sexualidad hace a la identidad; incluso en este sentido, no es lo mismo la sexualidad


del hombre y de la mujer. • Frente a la homosexualidad, usar la razón. Ley natural.
• La castidad es la intrusión de la razón en la pulsión sexual.

¿Por qué es serio el 6º mandamiento?: Porque el cuerpo es sujeto de actos espirituales.


El sexo constituye un tipo de amor. ¿Qué tiene de relación con la persona y la
personalidad?: La identidad.
¿Es meramente físico o fisiológico? NO. La psicología (entre razón y cuerpo). Las
mujeres son psicológicamente mujeres, y los hombres, psicológicamente hombres.

Gen: “Dios creó al hombre, mujer y varón los creó”.

BOLILLA 15
EL SÉPTIMO MANDAMIENTO

El séptimo Mandamiento declara el destino y distribución universal de los bienes; el


derecho a la propiedad privada; el respeto a la personas, a sus bienes y a la integridad
de su creación.

La iglesia también encuentra en este mandamiento el fundamento de su doctrina social,


que comprende la recta gestión en la actividad económica y en la vida social y política; el
derecho y el deber del trabajo humano; la justicia y la solidari dad entre las naciones y el
amor a los pobres.

I. El destino universal y la propiedad privada de los bienes

Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano.


La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las
personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las
necesidades de los que están a su cargo.

Existe PROPIEDAD PRIVADA cuando se ha adquirido o recibido de modo justo, y


prevalezca el destino universal de los bienes, para satisfacer las necesidades

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fundamentales de todos los hombres.
La finalidad de la PROPIEDAD PRIVADA es garantizar la libertad y la dignidad de cada
persona, ayudándole a satisfacer las necesidades fundamentales propias, las de aquellos
sobre los que tiene responsabilidad, y también la de otros que viven en necesidad.
La autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en fn del BC el ejercicio del
derecho de propiedad. II. El respeto de las personas y sus bienes
En materia económica el respeto de la dignidad humana exige la práctica de:
1) TEMPLANZA: para moderar el apego a los bienes de este mundo.
2) JUSTICIA: para preservar los DD del prójimo y darle lo que le es debido.
3) SOLIDARIDAD

EL RESPETO DE LOS BIENES AJENOS


El séptimo Mandamiento prohíbe el ROBO, es decir, la usurpación del bien ajeno contra
la voluntad razonable de su dueño.
También prohíbe cometer fraudes fiscales o comerciales y ocasionar voluntariamente un
daño a las propiedades privadas o públicas, así como también, la usura, la corrupción, el
abuso privado de bienes sociales, los trabajos culpable mente mal realizados y el
despilfarro.

Las PROMESAS deben ser cumplidas y los CONTRATOS rigurosamente observados en


la medida en que el compromiso es adquirido es moralmente justo. Todo contrato debe
ser hecho y ejecutado de buena fe.
Los contratos están sometidos a la justicia conmutativa, que regula los intercambios entre
las personas en el respeto exacto de sus DD. La justicia conmutativa obliga
estrictamente; exige la salvaguardia de los DD de propiedad, el pago de las deudas y el
cumplimiento de las OO libremente contraídas. Sin justicia conmutativa no es posible
ninguna otra forma de justicia. En virtud de la justicia conmutativa, la reparación de la
injusticia cometida exige la restitución del bien robado a su propietario.

EL RESPETO DE LA INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN

Se exige el respeto de la integridad de la creación, es decir, la de los animales,


minerales, plantas, seres inanimados.

El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser
separado del respeto a las exigen cias morales.

El hombre debe tratar a los animales, criaturas de Dios, con benevolencia, evitando tanto
el desmedido amor hacia ellos, como su utilización indiscriminada, sobre todo en
experimentos científicos, efectuados al margen de los límites ra zonables y con inútiles
sufrimientos para los animales mismos.

III. El amor de los pobres

El amor a los pobres se inspira en el Evangelio de las bienaventuranzas y en el ejemplo


de Jesús en su constante atención a los pobres.

El amor a los pobres se realiza mediante la lucha contra la pobreza material, y también
contra las numerosas formas de pobreza cultural, moral y religiosa. Las obras de
misericordia espirituales y corporales, así como las numerosas institucio nes benéficas a
lo largo de los siglos, son un testimonio concreto del amor preferencial por los pobres que
caracteriza a los discípulos de Jesús.

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OBRAS DE MISERICORDIA: acciones caritativas mediante las cuales socorremos a
nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales.
• OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES: instruir, aconsejar, consolar, confrontar,
perdonar, sufrir con pa ciencia.

• OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES: dar de comer al hambriento, dar techo a


quien no lo tiene, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos, dar limosna
a los pobres.

Lectura y aplicación actual del magisterio y la doctrina social de la iglesia:


Centessimus annus y Caritas in Veritate, puntos claves y esenciales continuidad y
actualidad. (preguntar)

BOLILLA 16
EL OCTAVO MANDAMIENTO

I. Vivir en la verdad

Toda persona está llamada a la sinceridad y a la veracidad en el hacer y en el hablar.


Cada uno tiene el deber de buscar la verdad y adherirse a ella, ordenando la propia vida
según las exigencias de la verdad. Quien le sigue a Jesús vive en el Es píritu de la
verdad, y rechaza la doblez, la simulación y la hipocresía.
II. Dar testimonio de la verdad

El cristiano debe dar testimonio de la verdad evangélica en todos los campos de su


actividad pública y privada; incluso con el sacrificio, si es necesario, de la propia vida.
El martirio es el testimonio supremo de la verdad de la fe.

III. Las ofensas a la verdad

• FALSO TESTIMONIO, PERJUICIO, MENTIRA: su gravedad se mide según la


naturaleza de la verdad que de forma, de las circunstancias, de las intenciones del
mentiroso y de los daños ocasionados a las víctimas.

• JUICIO TEMERARIO, MALEDICENCIA, DIFAMACIÓN CALUMNIA: perjudican o


destruyen la buena repu tación y el honor, a los que tiene derecho toda persona.

• HALAGO, ADULACIÓN, COMPLACENCIA: sobre todo si están orientados a pecar


gravemente o para lograr ventajas ilícitas.

IV. El respeto de la verdad: Se exige el respeto a la verdad, acompañado de la discreción


de la caridad: en la comunicación y en la información, que deben valorar el bien personal
y común, la defensa de la vida privada y el peligro del escándalo; en la reserva de los
secretos profesionales, que han de ser siempre graduados, salvo en casos excepcionales
y por motivos graves y proporcionales. También se requiere el respeto a las confidencias
hechas bajo la exigencia de secreto.

V. El uso de los medios de comunicación social

Dentro de la sociedad moderna, los medios de comunicación social desempeñan un


papel importante en la infor mación, la promoción cultural y la formación.

La información a través de los medios de comunicación social debe estar al servicio del
BC, y debe ser siempre veraz en su contenido e íntegra, salvando la justicia y la caridad.
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Debe también expresarse de manera honesta y conve niente, respetando
escrupulosamente las leyes morales, los legítimos DD y la dignidad de las personas.

VI. Verdad, belleza y arte sacro: La verdad es bella por sí misma. Supone el esplendor de
la belleza espiritual. Existen, más allá de la palabra, numerosas formas de expresión de
la verdad, en particular en las obras de arte. Son fruto de un talento de donado por Dios y
del esfuerzo del hombre. El ARTE SACRO, para ser bello y verdadero, debe evocar y
glorificar el Misterio de Dios manifestado en Cristo, y llevar a la adoración y al amor de
Dios Creador y Salvador, excelsa Belleza de Verdad y Amor.

Trabajo práctico 6:
Encíclica Veritatis Splendor,Cap II: La verdad , la libertad , la conciencia y la ley ¿ Cómo
interactúan?. Falsas antinomías y contradicciones.

LA VERDAD, LA LIBERTAD, LA CONCIENCIA Y LA LEY


a) LIBERTAD Y LEY:

- Veritatis Splendor: La ley de Dios garantiza y promueve la libertad del hombre. Esta
concepción se ve abogada por aquellas doctrinas que atribuyen a cada individuo o a los
grupos sociales la facultad de decidir sobre el bien y el mal: la libertad humana podría
“crear los valores” y gozaría de una primacía sobre la verdad.
- La relación de libertad y ley se requieren mutuamente. La ley es una ayuda para que el
sujeto conozca lo que ha de ha cer y se afiance en el bien que le indica la norma.
- La ley moral no es una limitación de la libertad, sino que indica al sujeto el camino que
ha de seguir para hacer un uso inteligente y lúcido de ella.

b) CONCIENCIA Y LEY:
- Veritatis Splendor: algunos autores, queriendo poner de relieve el carácter “creativo” de
la conciencia, ya no llaman a sus actos con el nombre de “juicios”, sino con el de
“decisiones”.
- Conciencia y ley han de integrarse armónicamente. La conciencia necesita de la ley
para decidir rectamente. La con ciencia no crea las categorías de bien y de mal, sino que
las constata; es decir, que descubre en la ley lo que es bueno y malo, y seguidamente
hace un juicio de valor de los actos que realiza. La conciencia sigue a la ley moral e
cuanto es “norma universal y objetiva de moralidad”.
- El ser humano debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia, y la ley es la
que ayuda al hombre a emitir ese juicio cierto sobre lo que ha de hacer y debe omitir si
quiere llevar una conducta digna de la persona humana. c) CONCIENCIA Y VERDAD:
Para tener una conciencia recta, el hombre debe buscar la verdad y debe juzgar según
esta misma verdad. La con ciencia como juicio puede errar. Pero este error puede ser
fruto de una ignorancia invencible, es decir, de una ignorancia de la que el hombre no es
consciente y de la que no puede salir por sí mismo. La dignidad de la conciencia deriva
siempre de la verdad: en el caso de la conciencia recta, se trata de la verdad objetiva
acogida por el hombre; en el de la conciencia
errónea se trata de la verdad subjetiva. La recta conciencia tiene que ser objeto de una
continua conversión a la verdad y al bien.

FALSAS ANTINOMIAS Y CONTRADICCIONES

BOLILLA 17
EL NOVENO MANDAMIENTO

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- El noveno Mandamiento exige vencer la concupiscencia carnal en los pensamientos y
en los deseos. La lucha contra esta concupiscencia supone la purificación del corazón y
la práctica de la virtud de la templanza. - El noveno Mandamiento prohíbe consentir
pensamientos y deseos relativos a las acciones prohibidas en el 6to Manda miento.

I. La purificación del corazón

El bautizado, con la gracia de Dios y luchando contra los deseos desordenados, alcanza
la pureza del corazón me diante la virtud y el don de la castidad (la castidad permite amar
con un corazón recto e indiviso), la pureza de intención (consiste en buscar el fin
verdadero del hombre), la pureza de la mirada exterior e interior, la disciplina de los
sentimien tos y de la imaginación, y con la oración.

II. El combate por la pureza

La pureza exige:
• El PUDOR: preserva el la intimidad de la persona. Expresa la delicadeza de la castidad
y regula las miradas y gus tos, en conformidad con la dignidad de las personas y con la
relación que existe entre ellas.
• Una PURIFICACIÓN DEL CLIMA SOCIAL: obligando a los medios de comunicación
social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción.
La pureza del corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que
favorecen el exhibicionismo y los sueños indecorosos.
• La PERMISIVIDAD DE LAS COSTUMBRES: se basa en una concepción errónea de la
libertad humana. Conviene pedir a los responsables de la educación que impartan a la
Juventud una enseñanza respetuosa de la ver dad, de las cualidades del corazón y de la
dignidad moral y espiritual del hombre.

Carta a las familias, Juan Pablo II: puntos centrales de una verdadera civilización del
amor.

La civilización es la humanización del mundo al prevalecer relaciones humanas más


virtuosas y valiosas conforme a los designios de Dios.

Se pueden distinguir dos clases de civilizaciones:


1) CIVILIZACIÓN DEL AMOR:
La civilización del amor “se basa en la revelación de Dios, que <<es amor>>, como dice
Juan (Jn 4, 8. 16)” y está íntimamente relacionada con el amor que “<<ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que ha sido dado>>” (Rm 5, 5).
La familia es el centro de la civilización del amor y en ella encuentra su razón de ser. La
familia cumple la función de fin y medio de esta civilización al ser el primer camino de la
Iglesia que tiene como fin llevar al hombre al encuentro con el Padre.

En una verdadera civilización del amor prima el personalismo y deja de lado el


individualismo, reflejo del egoísmo y del egocentrismo. Para ello, hace falta la entrega
sincera que consiste en la capacidad de dar y de entrega, que permite al hombre
alcanzar su plenitud.

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2) ANTICIVILIZACIÓN:
La anticivilización surge cuando en la familia no se da lugar a la comunión entre las
personas, ni cuando en ellas hay una entrega sincera de sí misma. Los contra valores
ocupan espacios cautivos emergentes de aislamientos, soledades y egoísmos.
Para que la familia no caiga en la anticivilización, es decir, no esté amenazada por el
desarraigo cultural, hay nece sidad de Cristo.
La anticivilización lleva a la destrucción tanto de la persona como de la familia y por ende,
de la sociedad también. La anticivilización es consecuencia de la crisis de valores claves
en la civilización de amor – el amor, la libertad, la entrega sincera, el respeto por el ser
persona, los derechos humanos, la responsabilidad y tantos otros que hacen a la dig
nidad humana.
Es fruto de la sociedad contemporánea en donde predomina la ciencia, la tecnología y el
utilitarismo como fin en sí mismo y no como medio al servicio de la humanidad. Cuando la
técnica prevalece sobre la ética desconoce los desig nios de Dios sobre la vida y nos
lleva a una racionalidad técnico-científica improcedente. Es decir, es una sociedad relati
vista y consumista donde lo importante es el tener y no el ser, basada en la producción,
en el disfrute de sus productos y en el hedonismo donde el sufrimiento no tendría cabida
por no ser aceptado como parte de la vida; y, asimismo, la sexua lidad pierde su sentido
unitivo y pro creativo al ser despersonalizado por reducir al cuerpo a pura materialidad.
BOLILLA 18
EL DÉCIMO MANDAMIENTO

I. El desorden de la concupiscencia

Los deseos que surgen del apetito sensible que son buenos en sí mismos, con frecuencia
no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es
nuestro y pertenece, o es debido a otra persona.

El décimo Mandamiento prohíbe la AVARICIA y el deseo de una apropiación inmoderada


de los bienes terrenos. Prohíbe el deseo desordenado nacido de la pasión inmoderada
de las riquezas y de su poder.
Prohíbe el deseo de cometer una injusticia mediante la cual se dañaría al prójimo en sus
bienes temporales. No se quebranta este mandamiento deseando obtener cosas que
pertenecen al prójimo siempre que sea por medios justos. El décimo Mandamiento exige
que se destierre del corazón humano la ENVIDIA.
ENVIDIA: es un pecado capital. Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del
prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida. Cuando
desea al prójimo un mal grave es un pecado mortal.
Representa una de las formas de la tristeza y, por tanto, un rechazo de la caridad; el
bautizado debe luchar contra ella me diante la benevolencia. Procede con frecuencia del
orgullo, el bautizado debe esforzarse por vivir en la humildad. II. Los deseos del Espíritu

Los deseos del ES sacian el corazón del hombre. La economía de la Ley y de la Gracia
aparta al corazón de los hombres de la codicia y de la envidia. El Dios de las promesas
puso desde el comienzo al hombre en guardia contra la seducción de lo que, desde
entonces, aparece como “bueno para comer y, apetecible a la vista y excelente para
lograr la sabiduría”. La jus ticia de Dios se ha manifestado, por la fe en Jesucristo, justicia
para todos lo que creen.

III. La pobreza del corazón: Jesús exige a sus discípulos que le antepongan a Él respecto
a todo y a todos. El desprendi miento de las riquezas – según el espíritu de la pobreza

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evangélica – y el abandono a la providencia de Dios, que nos libera de la preocupación
por el mañana, nos preparan por la bienaventuranza de los pobres del espíritu, porque de
ellos es el Reino de los Cielos.

IV. Quiero ver a Dios: El mayor deseo del hombre es ver a Dios. Éste es el grito de todo
su ser: “Quiero ver a Dios”. El hombre, en efecto, realiza su verdadera y plena felicidad
en la visión y en la bienaventuranza de Aquel que lo ha creado por amor, y lo atrae hacia
sí en su infinito amor.

BOLILLA 19
LA ORACION EN LA VIDA CRISTIANA

ORACIÓN: es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito
de agradecimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la
alegría.

I. La revelación de la oración: La revelación de la oración en el AT. La oración es


plenamente revelada y realizada en Je sús. La oración en el tiempo de la Iglesia

LA REVELACIÓN DE LA ORACIÓN
Existe una vocación universal a la oración, porque Dios, por medio de la creación, llama a
todo ser desde la nada; e incluso después de la caída, el hombre sigue siendo capaz de
reconocer a su Creador, conservando el deseo de Aquel que le ha llamado a la
existencia. Todas las religiones y, de modo particular, toda la historia de la salvación, dan
testimonio de este deseo de Dios por parte del hombre; pero es Dios quien 1ro e
incesantemente atrae a todos al encuentro misterioso de la oración.

LA REVELACIÓN DE LA ORACIÓN EN EL Antiguo Testamento


¿En qué sentido Abraham es un modelo de oración?
Abraham es un modelo de oración porque camina en la presencia de Dios, le escucha y
obedece. Su oración es un combate de la fe porque, aún en los momentos de prueba, él
continúa creyendo que Dios es fiel.
Aún más, después de recibir en su propia tienda la visita del Señor que le confía sus
designios, Abraham se atreve a inter ceder con audaz confianza por los pecadores.

¿Cómo oraba Moisés?: La oración de Moisés es modelo de la oración contemplativa:


Dios que llama a Moisés desde la zarza ardiente, conversa frecuente y largamente con él
“”cara a cara, como habla un hombre con su amigo”. De esta inti midad con Dios, Moisés
saca la fuerza para interceder con tenacidad a favor del pueblo; su oración prefigura así
la interce sión del único mediador, Cristo Jesús.

¿Qué relaciones tienen en el AT el templo y el rey con la oración?: A la sombra de la


morada de Dios se desarrolla la ora ción del Pueblo de Dios bajo la guía de sus pastores.
Entre ellos, David es el rey “según el corazón de Dios”, el pastor que ora por su pueblo.
Su oración es un modelo para la oración del pueblo, puesto que es adhesión a la
promesa divina, y con fianza plena de amor, en Aquél que es el solo Rey y Señor.
¿Qué papel desempeña la oración en la misión de los profetas?: Los profetas sacan de la
oración luz y fuerza para exhortar al pueblo a la fe y a la conversión del corazón: entran
en una gran intimidad con Dios e interceden por los hermanos, a quienes anuncian
cuanto han visto y oído del Señor.

¿Cuál es la importancia de los Salmos en la oración?: Los Salmos son el vértice de la

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oración en el AT: la Palabra de Dios se convierte en oración del hombre.
Indisociablemente individual y comunitaria, esta oración, inspirada en el ES, canta las
maravillas de Dios en la creación y en la historia de la salvación.
Cristo ha orado con los Salmos y los ha llevado a su cumplimiento. Por esto, siguen
siendo un elemento esencial y perma nente de la oración de la Iglesia, que se adaptan a
los hombres de toda condición y tiempo.

LA ORACIÓN ES PLENAMENTE REVELADA Y REALIZADA POR JESÚS


¿De quién aprendió Jesús a orar?: Conforme a su corazón de hombre, Jesús aprendió a
orar de su madre y de la tradición judía. Pero su oración brota de una fuente más secreta,
puesta que es el Hijo de Dios que, en su humanidad santa, dirige a su Padre la oración
filial perfecta.

¿Cuándo oraba Jesús?: El Evangelio muestra frecuentemente a Jesús en su oración. Lo


vemos retirarse en soledad, con pre ferencia durante la noche; ora antes de los
momentos decisivos de su misión o de la misión de sus apóstoles. De hecho toda la vida
de Jesús es oración, pues está en constante comunión de amor con el Padre.

¿Cómo oró Jesús en su pasión?: La oración de Jesús durante su agonía en el huerto de


Getsemaní y sus últimas palabras en la cruz revelan la profundidad de su oración filial:
Jesús lleva a cumplimiento el designio amoroso del Padre, y toma sobre sí todas las
angustias de la humanidad, todas las súplicas e intercesiones de la historia de la
salvación; las presenta al Padre, quien las acoge y escucha, más allá de toda esperanza,
resucitándolo de entre los muertos.

¿Cómo nos enseña Jesús a orar?: Jesús nos enseña a orar no sólo con la oración del
Padre Nuestro, sino también cuando Él mismo ora. Así, además del contenido, nos
enseña las disposiciones requeridas por una verdadera oración: la pureza del corazón,
que busca el Reino y perdona a los enemigos; la confianza audaz y filial, que va más allá
de lo que sentimos y comprendemos; la vigilancia, que protege al discípulo de la
tentación.

¿Por qué es eficaz nuestra oración?: Nuestra oración es eficaz porque está unida
mediante la fe a la oración de Jesús. En Él la oración cristiana se convierte en comunión
de amor con el Padre; podemos presentar nuestras peticiones a Dios y ser escuchados.

¿Cómo obraba la Virgen María?: La oración de María se caracteriza por su fe y por la


ofrenda generosa de todo su ser a Dios. La Madre de Jesús es también la Nueva Eva, la
“Madre de los vivientes”: Ella ruega a Jesús, su Hijo, por las necesida des de los
hombres.

¿Existe en el Evangelio una oración de María?: Además de la intercesión de María en


Caná de Galilea, el Evangelio nos entrega el Magnificant, que es el cántico de la Madre
de Dios y el de la Iglesia, la acción de gracias gozosa, que sube desde el corazón de los
pobres porque su esperanza se realiza en el cumplimiento de las promesas divinas.

LA ORACIÓN EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA


¿Cómo oraba la 1ra comunidad cristiana de Jerusalén?
Acudían asiduamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del
pan y a las oraciones.

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¿Cómo interviene el ES en la oración de la Iglesia?
El ES, Maestro interior de la oración cristiana, educa a la Iglesia en la vida de oración, y
le hace entrar cada vez con mayor profundidad en la contemplación y en la unión con el
insondable misterio de Cristo. Las formas de oración, tal como las revelan los escritos
apostólicos y canónicos, siguen siendo normativas para la oración cristiana.

¿Cuáles son las formas esenciales de la oración cristiana?


Son la bendición y la adoración, la oración de petición y de intercesión, la acción de
gracias y la alabanza. La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de la oración.

¿Qué es la bendición?
BENDICIÓN: es la rta agradecida del hombre a los dones de Dios: nosotros bendecimos
al Todopoderoso, quien primera mente nos bendice y colma con sus dones.

¿Cómo se puede definir la adoración?


ADORACIÓN: es la prosternación del hombre, que se reconoce criatura ante su Creador
3 veces santo.

II. La bendición y la adoración: La oración de petición. La oración de intercesión. La


oración de acción de gracias. La ora ción de alabanza

LA ORACIÓN DE PETICIÓN
¿Cuáles son las diversas formas de oración de petición?
La oración de petición puede adoptar diversas formas: petición de perdón o también
suplica humilde y confiada por todas nuestras necesidades espirituales y materiales; pero
la 1ra realidad que debemos desear es la llegada del Reino de Dios.

LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN
¿En qué consiste la intercesión?
INTERCESIÓN: consiste en pedir un favor a otro.
Esta oración nos une y conforma con la oración de Jesús, que intercede ante el Padre
por todos los hombres, en particular por los pecadores.
La INTERCESIÓN debe extenderse también a los enemigos.

LA ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS


¿Cuándo se da gracias a Dios?
La Iglesia da gracias a Dios incesantemente, sobre todo cuando celebra la Eucaristía, en
la cual Cristo hace partícipe a la Iglesia de su acción de gracias al Padre. Todo
acontecimiento se convierte para el cristiano en motivo de acción de gracias.

LA ORACIÓN DE ALABANZA
¿Qué es la oración de alabanza?
ALABANZA: es la forma de oración que, de manera más directa, reconoce que Dios es
Dios; es totalmente desinteresada: canta a Dios por sí mismo y le da gloria por lo que Él
es.

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