Calidad de Vida
Calidad de Vida
Calidad de Vida
PRESENTADO POR:
JIMMY YOSEPH GERVASSY QUEA
ESTEFFANI RENI VERA QUISPE
ANALI CRIS CCORI LLERENA
JEFFERSON DARIEL PEREZ MOROCOLLA
SEMESTRE: 2022 – I
QUILLABAMBA – CUSCO
2022
CALIDAD
DE VIDA
FACTORES DE LA CALIDAD DE VIDA
Las condiciones culturales ejercidas sobre un individuo o grupo no
se pueden dejar de lado.
2
SEGURIDAD FÍSICA Y PERSONAL. De cara a las
condiciones de vida, trabajo, etc.
DERECHOS BÁSICOS. Protección (o desamparo) de
parte de las instituciones del Estado, etc.
ENTORNO Y MEDIO AMBIENTE. Condiciones
geográficas de vida, entorno inmediato de desarrollo
vital, etc.
MOVILIDAD SOCIAL
Los primeros estudios de
movilidad social fueron
realizados en la década
de los cincuenta en
Estados Unidos por
Pitirim Sorokin.
Posteriormente otros
autores como Lipset y
Bendix ampliaron la utilidad del concepto como elemento de
análisis comparativo al estudiar las semejanzas y diferencias entre
lo que sucedía en Estados Unidos y Europa.13 La movilidad social
llegó a América Latina en los años sesenta como un mecanismo
para entender el efecto de la industrialización sobre el orden social
general, pero también del que se estructuraba en las compañías
que promovían a sus empleados.14 Para la década de los ochenta
la escuela cefalina empezó a perder validez y comenzó a ser
reemplazada por la economía neoclásica; así, la movilidad social
como instrumento de estudio del orden de las sociedades perdió
vigencia, ya que el énfasis de los estudios sociales se “focalizó” en
el análisis de la pobreza y de los pobres e indigentes. El nuevo
enfoque de la focalización para reducir la pobreza hizo que los
estudios sociales perdieran al conjunto de la sociedad como centro
de estudio, al tiempo que las políticas públicas hicieron énfasis en
que los programas y el gasto social deberían concentrarse sólo en
los más vulnerables. Sin embargo, recientemente se han vuelto a
3
desarrollar estudios de movilidad social que proponen un enfoque
4
más comprensivo que los estudios sobre pobreza, pues analizan la
dinámica de lo que sucede en el conjunto de la sociedad y no sólo
en los más pobres, revisan si los grupos que componen a la
sociedad se desplazan
horizontalmente, hacia
arriba o hacia abajo y
finamente toman una
perspectiva de largo plazo
por medio de la
comparación del nivel de
vida de una generación
respecto de la anterior,
con lo cual los efectos coyunturales de factores como las crisis
económicas, ambientales o humanitarias sobre las con diciones de
vida no impiden observar con claridad las tendencias de largo
plazo. La movilidad social como marco permite analizar la
composición social y las relaciones entre los grupos que la
constituyen no solamente desde el punto de vista de condiciones
objetivas de vida, sino también del sistema de representaciones,
valores y expectativas asociados con el lugar esperado de cada uno
de los estratos. En este escrito ésta se definirá en función de los
cambios intergeneracionales en el acceso a los servicios públicos
domiciliarios.
4
política y que tiene su base en las relaciones entre las personas que
lo habitan” (MSDS, 2002:14). Es en los territorios sociales donde
las necesidades humanas tienen una configuración concreta, sus
relaciones y aspectos particulares dentro de un espacio, población
y problemáticas definidas, y donde tienen expresión los
determinantes finales de la calidad de vida, como por ejemplo las
opciones productivas que brinda la ciudad, acceso a servicios
públicos, participación, seguridad, entre otras. El concepto de
calidad de vida
urbana, al igual que
el concepto de
calidad de vida, ha
sido definido desde
dos corrientes, una
objetiva y otra
subjetiva. El primer
grupo de autores se
adhiere a una visión en donde indagan en el ambiente externo a
las personas toda una gama de bienes y servicios que,
potencialmente, deben estar a disposición de los individuos para la
satisfacción de sus necesidades materiales e inmateriales. El
segundo grupo defiende una postura cualitativa, no mensurable y
subjetiva. Enfatizan el ambiente interno de las personas,
culminando en aspectos exclusivamente perceptivos de contento
o descontento ante diferentes dimensiones de la vida, en general,
y de aquellos bienes y servicios, en particular. Esta situación va a
plantear entonces dos extremos en la definición de calidad de vida,
aunque no los únicos (Leva,2005:14). 17 Considerando el carácter
multidimensional del concepto de calidad de vida urbana (CVU), el
mismo puede construirse como una adaptación entre las
características de la situación de la realidad y las expectativas, es
decir, las capacidades y las necesidades del individuo y, cómo las
percibe él mismo y el grupo social. Así pues para analizar la calidad
de vida de los habitantes de una ciudad determinada, es vital el
establecimiento de un estándar colectivo, que sólo es vigente en
5
un momento y contexto
6
específico (Hernández,
2003:19). Tal como ha
sido reiterado en párrafos
anteriores, el foco de este
trabajo se concentra en la
dimensión subjetiva de la
CVU, con un énfasis en la
percepción por parte de
los individuos de las fortalezas, debilidades, oportunidades y
amenazas de las ciudades objeto de análisis, en lo que atañe a las
dimensiones ambiental, social y económica. La calidad de vida
urbana, depende en efecto de las capacidades de los individuos
para su realización dentro del medio, pero también de las
condiciones presentes en el mismo que posibiliten sus actividades
y potencien sus capacidades. Buena parte de los satisfactores
requeridos para cubrir las necesidades individuales se obtienen de
la producción generada en las unidades domésticas, considerando
que al interior de los hogares existen sistemas de roles que
permiten la provisión y distribución de bienes para el consumo
individual y familiar. Asimismo, en un nivel superior, el medio
urbano a través de los sistemas de gobierno local y el desarrollo de
las fuerzas productivas de naturaleza privada, presentan una serie
de oportunidades
para el desarrollo de
las personas en los
diferentes ámbitos
(laboral, social,
cultural, etc). La
siguiente cita de
Sergio Puente resulta
esclarecedora en este particular: Dos instancias podrían postularse
como determinantes de una gradación diferencial de la calidad de
6
vida urbana: la instancia
de la unidad familiar, cuya
capacidad de inserción en
el consumo de los
satisfactores
mercantilizados,
indispensables, para
asegurar su reproducción
simple, (alimento,
vivienda, vestido, etc.) dependen del nivel de ingreso, esta
instancia podríamos calificarla como calidad de vida intrafamiliar:
la instancia del espacio y de los satisfactores urbanos socializados,
cuya calidad material, aunque dependiente igualmente del nivel de
ingreso, está determinada por la acción de los distintos agentes
sociales que participan en la lógica de producción y estructuración
del espacio urbano, destacando la importancia de la política
urbana del Estado (Puente, 1988: 22). Dentro del análisis de la
calidad de vida urbana, los hogares operan como una especie de
bisagra que articula la percepción individual sobre las condiciones
que ofrece el medio urbano, sus capacidades y posibilidad de
realización; reconociendo que “en las familias recae 18 la
responsabilidad de satisfacer necesidades que la acción pública no
es capaz de cubrir. Al mismo tiempo, éstas ejercen una serie de
demandas en sus miembros que los marcan en su participación en
otras colectividades”
(López B., 1994:3).
Con la intención de
precisar aún más en
el concepto de CVU,
Fernández y Guzmán
(2000) apuntan que
la misma se asocia a
la existencia de unas
condiciones óptimas que se conjugan y determinan sensaciones de
confort biológico y psicosocial dentro del espacio donde el hombre
7
habita y actúa, las mismas en el ámbito de la ciudad están
8
íntimamente vinculadas a un determinado grado de satisfacción
con los servicios y la percepción del espacio habitable como sano,
seguro y grato visualmente. En resumen, la calidad de vida urbana
se refiere a las condiciones presentes en una ciudad que garantizan
el confort biológico y psicológico de sus residentes, así como, el
soporte funcional para el desarrollo de los individuos en la
producción y reproducción de la vida. Un medio ambiente sano,
junto con oportunidades institucionales para el desarrollo de
actividades económicas, políticas, sociales y culturales, así como
con los medios adecuados para la realización de las mismas y la
disponibilidad de espacios para la interacción social, son en
términos generales, el soporte para una vida digna y saludable en
cualquier ciudad.
EL ACCESO A SERVICIOS PÚBLICOS MEJORA LA CALIDAD
DE VIDA
El acceso a los servicios
públicos domiciliarios es
uno de los indicadores
objetivos más útiles para
medir la calidad de vida de
los hogares y las
disparidades entre unos y
otros. Vale la pena anotar
que el índice de calidad de vida (ICV), una de las herramientas más
utilizadas para medir la calidad de vida, tiene en cuenta como
determinante el acceso de los hogares a los servicios de
eliminación de excretas (alcantarillado), abastecimiento de agua
(acueducto), recolección de basuras (aseo) y el combustible con el
que se cocina (electricidad o gas natural domiciliario). Como puede
verse, se excluye el servicio telefónico, lo que puede deberse a su
bajo impacto sobre otras variables como la salud o la educación, a
8
diferencia del importante
impacto que tienen sobre
éstas servicios como el
acceso a la electricidad o al
agua potable. El notable
incremento del acceso a los
servicios públicos
domiciliarios por parte de
los hogares en Bogotá
genera mejoras en el nivel de calidad de vida general. De hecho,
cuando una persona migra del campo o de ciudades con menores
coberturas de los servicios públicos, a Bogotá, gana en términos de
calidad de vida, lo que se evidencia no sólo en el acceso en sí, sino
además en las externalidades que genera. Esto se debe, por
ejemplo, a que cuando un hogar se ha establecido en una región
en la que no hay sistemas de acueducto utiliza a sus hijos para que
transporten el agua desde la fuente más cercana hasta el hogar. En
cambio, si la vivienda dispone de dicho servicio, se libera el tiempo
que los menores utilizaban antes para acarrear el agua, y éste
puede ser destinado a más horas de educación o recreación. Otro
ejemplo que refuerza este punto muestra que los hogares carentes
de energía eléctrica o de gas natural domiciliario, que cocinan sus
alimentos con carbón
natural fabricado por
ellos mismos, no sólo son
más propensos a
enfermedades
respiratorias, sino que
generan impactos
negativos en el
ecosistema en el que
viven, debido a la deforestación. Asimismo, cuando una ciudad
cuenta con sistemas de alcantarillado, reduce la probabilidad de
que haya epidemias por cuenta de que los posibles focos de
infección son alejados de la población. Si bien en el artículo se
9
asume la definición de calidad de vida objetiva, a nivel de las
10
percepciones y las representaciones, los hogares más pobres no
relacionan contar con servicios públicos domiciliarios con mejoras
de la calidad de vida; sino con mayores gastos para la familia
Dicha metodología mostró que para los estratos inferiores no
resulta clara la relación entre tener agua potable en el hogar y las
mejoras de la salud, aunque reconocen que al acceder al servicio
las familias reducen el tiempo de obtención de la misma, con lo
que aumenta la facilidad para la consecución del líquido. De esta
forma los miembros del hogar pueden emplear el tiempo sobrante
en actividades
relacionadas con la
escuela o en la
obtención de
nuevos ingresos
para la familia.
Además, para los
tres primeros
estratos, nuevas
condiciones de las viviendas urbanas como el acceso a los servicios
públicos domiciliarios dentro de las viviendas, se asocia primero
con el costo que debe pagarse por dicho acceso, y sólo en un
segundo plano con los beneficios que el acceso representa en
términos de mejoras en la calidad de vida. En los tres estratos
superiores de la ciudad el acceso a los servicios públicos
domiciliarios se da por descontado; por lo tanto, no se reconoce
como una ganancia en términos de bienestar. En contraposición,
para estos estratos, las mejoras de la calidad de vida están
asociadas a factores como la relación con el espacio verde y con la
seguridad del área cercana a la residencia. Este resultado
demuestra que los bogotanos, al menos de los estratos más altos,
evidencian movilidad social ascendente frente a la generación
anterior, para quienes, en algunos casos, el acceso a los servicios
10
públicos fue una victoria. Sin embargo, los costos de los servicios
públicos domiciliarios resultan onerosos, incluso para algunos
habitantes de los estratos
más altos. Vale la pena
destacar que esta es una
de las razones que los
habitantes de los estratos
más altos aducían para
cambiar de lugar de
residencia. El hecho de los altos costos de los servicios públicos
como una realidad para los habitantes de todos los estratos, era
una de las hipótesis secundarias de la investigación, pero ésta no
sólo se comprobó mediante el uso de las historias de vida, sino que
además resultó coherente con los resultados encontrados por el
Centro de Investigación para el Desarrollo CID de la Universidad
Nacional y Planeación Distrital.Dicha hipótesis dio lugar a que se
indagara por los mecanismos que utilizan los diferentes estratos
para reducir los costos de las facturas de los servicios públicos. Un
resultado común a todos los estratos fue la reducción del
consumo, independiente del servicio por el que se indagara,
incluso el uso de la telefonía celular. Paradójicamente, la varianza
más alta en esta respuesta no se encuentra entre los estratos más
bajos y el más alto, sino entre el 5 y el 6. Esto puede deberse a que
la diferencia marginal
del costo de los servicios
públicos es más alto
entre el estrato 4, que
no recibe ni paga
subsidios y el 5;
mientras que la
diferencia del subsidio
que tiene que pagar de
más el estrato 6 frente al 5, no tiene un efecto relevante sobre el
aumento del costo de la tarifa. Cuando se indagó si como estrategia
de reducción del costo de las facturas de los servicios públicos los
11
hogares dejarían de utilizar estos servicios, se obtuvo que dicha vía
12
sólo resulta factible para los cuatro estratos más bajos. En tanto
que frente a la alternativa de dejar que la empresa proveedora
corte la oferta del servicio al hogar, sólo los hogares de los dos
estratos más bajos estarían dispuestos a asumir dicha
consecuencia, aun ante la perspectiva de tener que pagar la
penalización que implican los costos de reconexión. Lo que implica
lo anterior, es que hoy no es tanto el acceso a los servicios públicos
lo que preocupa a los hogares, sino cómo mantener el acceso,
producto del alto costo de la provisión. Este problema se agrava
aún más para los estratos más pobres por cuanto la política actual
propugna por la reducción del porcentaje de los subsidios
cruzados, que incluso llevarían a la eliminación de los mismos para
el estrato 3. Al mismo tiempo, varios estudios indican que, como
porcentaje del ingreso, para los más pobres las facturas de los
servicios públicos domiciliarios son cada vez más onerosas.40 Sin
embargo, este desalentador resultado muestra un elemento
adicional: que en el lapso de una generación la ciudad logró
aumentar la cobertura de manera significativa, al punto de que
ésta ya no es el problema asociado a los servicios. Este cambio
general para la ciudad, que se puede ver desde casi todos los
servicios, puede leerse también como movilidad social estructural.
CALIDAD DE VIDA, SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS Y
MOVILIDAD SOCIAL
El presente artículo es uno de
los productos de la
investigación “El efecto de la
política de estratificación
sobre la movilidad social”, por
lo que se enmarca dentro de la
perspectiva de la movilidad
social. Este cuerpo teórico
propone que existen factores que logran generar cambios en toda una
12
sociedad en un lapso determinado, así como evidenciar
transformaciones internas que haya tenido dicha sociedad. La movilidad
social no sólo se restringe a mostrar qué le ha sucedido al grupo de
hogares más pobre, o si las políticas compensatorias de una sociedad han
sido efectivas o no, sino que permite estudiar los cambios acaecidos a un
grupo social, en el curso de dos generaciones.41 La teoría de la movilidad
social presupone la existencia de clases o grupos, que se mueven
relativamente unos frente a los otros, en función de variaciones de sus
niveles bienes (como el ingreso), o servicios (como el acceso a la
educación o el
reconocimiento de la
minoría a la que se
pertenece). En Bog otá, la
población está dividida en
seis estratos, motivada por
la Ley 142 de 1994. Vale la
pena aclarar que el objetivo
de esta ley no era subdividir
a los bogotanos, pues las sociedades están naturalmente divididas entre,
por ejemplo, ricos y pobres, u hombres y mujeres. La particularidad de la
Ley 142 de 1994 era que proponía aprovechar esa división natural para
que a través de un sistema de subsidios cruzados los más ricos ayudaran
a financiar el acceso a los servicios públicos de los más pobres de la
ciudad, y así fuera posible llevar a la práctica el espíritu de la solidaridad,
en el campo de los servicios públicos domiciliarios, según se enuncia en
la Constitución Política de 1991. Entonces, en la década comprendida
entre 1993 y 2003, la sociedad bogotana, organizada artificialmente por
la Ley 142 de 1994 en seis estratos, mejoró su calidad de vida, entre otros
factores, gracias al aumento del acceso a los servicios públicos
domiciliarios. Esto indicaría que hubo movilidad social estructural
ascendente en Bogotá, pues todos los residentes de la ciudad se
beneficiaron del aumento de la cobertura. Sin embargo, es necesario
destacar que tal aumento también genera una serie de externalidades o
resultados positivos no necesariamente previstos, que a su vez impactan
positivamente otras dimensiones de la calidad de vida. Por ejemplo, el
aumento del número de kilómetros de cañerías y de hogares conectados
a ellos mejoraría la salubridad y con ello ayudaría a prevenir afecciones
como la enfermedad diarreica aguda y mejoraría la salud general de la
13
comunidad. A su vez, la existencia de redes de alcantarillado promovería
14
en las administraciones locales la construcción de plantas de tratamiento
de las mismas antes de su
vertimiento en los ríos, con lo
que se garantizaría la
protección del medio
ambiente para las
generaciones futuras. De
igual manera, más kilómetros
de conductos de agua potable
y más hogares con acceso a ellos reducirán la frecuencia de
enfermedades relacionadas con la ingesta de agua no tratada y por
consiguiente del costo que curar a un miembro tiene para una familia.
Además, la existencia de redes de acueducto le devolverá a las personas
encargadas de la recolección del agua en ríos o carrotanques, un tiempo
que podrá ser utilizado en más horas diarias de educación. Pero, además
de ello, producto del modelo de provisión de servicios públicos y de la
existencia de una política de subsidios cruzados, que se basa en la política
de estratificación social, la sociedad bogotana mejoró las condiciones de
calidad de vida de sus ciudadanos más pobres, lo que implica que hubo
movilidad social relativa ascendente para los más pobres, sin que ello
implicara caídas para los más ricos. La gran conclusión a la que se llega es
a que el incremento de la cobertura de servicios públicos en Bogotá
mejoró las condiciones de calidad de vida de los más pobres, con lo que
se logró mejoras en los niveles de equidad de la ciudad, que también
puede leerse como movilidad social relativa. Este resultado se
complementa, además, con que el aumento de dicha cobertura tiene
externalidades positivas para todos, por lo que se puede hablar de
movilidad social estructural. Pero, además de lo anterior, dicha movilidad
fue motivada, artificialmente, por la lógica constitucional de la
solidaridad, de modo que este resultado también indica resultados
positivos en la construcción del entramado social de la ciudad.
Según este fundamento, a mayor explotación de los recursos ambientales, menor será la
calidad de vida para los habitantes de dicha región o población evaluada.
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¿PARA QUÉ SE MIDE? 16
16
1. Factores económicos: el ingreso del país y el de los
habitantes; la empleabilidad y la vivienda.
2. Factores sociales: como condiciones de paz o guerra,
servicios, políticas públicas y seguridad.
3. Factores culturales: que incluyen educación, espacios de
recreación y tiempo libre.
4. Factores ambientales: recursos naturales y calidad del aire.
5. Factores de salud: atención médica, estado físico y
emocional, y esperanza de vida de las personas.
17
5. Relaciones sociales e interpersonales: depende de la
18
relación con tu familia, amigos, compañeros o con el
entorno en donde vives. También, establece si tus derechos
en la sociedad son respetados, si las políticas se amoldan a
lo que conoces como justo, entre otros.
6. Entorno saludable y seguro: se centra en el medio ambiente
y el lugar donde vives y convives.
7. Situación económica: se
fija según tus ingresos y
tu capital, tomando en
cuenta si son suficientes
para satisfacer las
necesidades básicas de
alimentación, vestuario,
cuidado personal, recreación, vivienda, servicios públicos,
estudio.
Cuida tu salud:
PLANIFICA A FUTURO:
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