Introducción - Pantaleón

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 15

Entre la Carta y el Formulario

Política y Técnica en el Desarrollo Social

Jorge Pantaleón

Centro
de Antropología
Social Serie Etnográfica

© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.


Foto de tapa : gentileza de Rodrigo Castro.

1ra edición, abril de 2004, Editorial Antropofagia.

Pantaleon, Jorge
Entre la carta y el formulario : política y técnica en el desarrollo social
- 1a ed. - Buenos Aires : Antropofagia, 2005.
120 p. ; 21x13 cm.
ISBN 987-21387-8-8

1. Antropología Social I. Título


CDD 306.

Queda hecho el depósito que marca la ley 11 723.

No se permite la reproducción parcial o total de este libro ni su almacena-


miento ni transmisión por cualquier medio sin el permiso de los editores.
© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.
Serie Etnográfica
La colección “Serie Etnográfica” busca promover y difundir la investigación
etnográfica, con especial atención en la sociedad y la cultura argentina y lati-
noamericana. En los volúmenes que la componen se busca poner en diálogo
a las teorías académicas sobre temas tales como la cultura, la política, la fami-
lia, la economía o la religión, con las formas a través de las cuales las perso-
nas que son objeto de los análisis conciben y practican esos dominios de su
vida colectiva. Para ello, los autores se han valido de una experiencia de in-
vestigación singular: la etnografía, caracterizada por una presencia prolonga-
da en los lugares de investigación, relaciones personalizadas, observación
participante, conversaciones casuales y entrevistas en profundidad. A eso se
suma un sano ‘eclecticismo metodológico’ que permite poner en relación
datos provenientes de la etnografía, con fuentes documentales de carácter
histórico, informaciones de índole cualitativa, con datos cuantitativos, ha-
ciendo de los libros que componen esta colección ejemplos de la mejor tra-
dición en la investigación social.

Directores:
Federico Neiburg: Univ Fed de Río de Janeiro (UFRJ)- Consejo Nacional
de Investigaciones (CNPQ)
Rosana Guber: Centro de Antropologia Social-IDES/CONICET

© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.


Índice
Prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Sonia Álvarez Leguizamón
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Capítulo Primero:
Localizando al desarrollo social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Orígenes de papel (el desarrollo social se decreta). . . . . . . . . . . 22
Los nombres apropiados de los problemas
y las soluciones (el desarrollo social se subdivide) . . . . . . . . . . . 24
Cuadro con nombre de programas y tipo de atención
que proveen. SDSP. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Representación espacial y lógica burocrática
(el desarrollo social gana un lugar) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Entradas y salidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Galerías y pasillos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Oficinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Salas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Agentes y cargos (el desarrollo social jerarquiza) . . . . . . . . . . . 32
Capítulo Segundo:
Las cosas del pedir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Subir y entregar la carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Saber esperar, saber certificar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Capítulo Tercero:
Los atributos de la novedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
La cientifización del desarrollo social . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
La academización: el desarrollo social se enseña . . . . . . . . . . . 54
Completar el formulario: las categorías que se enseñan, se aplican . . 59
Capítulo Cuarto:
Soluciones ritualizadas: las ceremonias de entrega . . . . . . . . . 67
Encuentro y apoteosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Cuatro escenas de lo social. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Escena Uno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Escena Dos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Escena Tres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Escena Cuatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Conclusiones .© .del. texto
. . de. los. autores.
. . . .© de
. .la edición:
. . . Editorial
. . . .Antropofagia.
. . . . . . . . . 89
7
Anexo 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Anexo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Los organigramas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Anexo 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
La posgraduación en políticas y gerencia social . . . . . . . . . . . . 98
Anexo 4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105

© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

8
Jorge Pantaleón

Prólogo
L a carta y el formulario no son metáforas para antropologizar el desarro-
llo social. Son instrumentos que expresan la materialización de las trans-
formaciones que tienen lugar, en un espacio específico, entre demandantes y
oferentes. Jorge Pantaleón aborda el surgimiento reciente del desarrollo so-
cial a partir de un estudio de caso en Salta, una ciudad del norte argentino. Su
mirada, su abordaje metodológico y su relato develan la forma y la espesura
en que se instituye esta forma particular de manifestación, producción y
reproducción de lo social.
La manera como Jorge ha interpelado al desarrollo social permite desna-
turalizarlo. En un lenguaje simple, pero al mismo tiempo denso y complejo,
Jorge va desatando los delgados filamentos que unen las clasificaciones, ca-
tegorías nativas y “estilos” que develan las complejas tramas de configura-
ciones, jerarquías y procesos que construyen y normalizan un orden de pro-
blemas, a los que corresponden nombres y soluciones legítimas. Se hace
evidente, a lo largo del texto y del análisis de ciertas fuentes que elige, el ca-
rácter social y construido del campo de lo social. Su trabajo logra, sin duda,
desincrustar lo social de las valoraciones que lo piensan bajo la lógica de
Estado o bajo la construcción de la relación necesidades/demandas.
En sí misma la etnografía es muy creativa. Utiliza una estrategia metodo-
lógica muy interesante apelando a un abanico amplio de fuentes. Desde la
clásica morfología social del análisis del vínculo entre espacio y clasifica-
ciones sociales, a cartas de pedidos de quienes “se presentan como necesi-
tados”, decretos gubernamentales, cuadros jerárquicos, afiches publicita-
rios, ceremonias instituyentes del desarrollo social, entrevistas, etc.
El texto muestra el entramado de las “cosas sociales que suceden en
nombre de lo social” con un estilo muy fluido. Su relato sigue y acompaña el
camino de la elección metodológica. Comienza con un primer momento, el
de la invención del desarrollo social, a partir del análisis de un decreto guber-
namental que pretende marcar un límite entre algo que se considera antiguo y
algo que nace como nuevo. Aquí, y a través de las voces de los agentes que in-
tervienen, devela la manera en que estos cambios se hacen cuerpo porque
existen nociones y valoraciones nativas que los promueven.
A partir de un abordaje clásico de la morfología social, y en base a entre-
vistas, muestra los vínculos entre espacio social, clasificaciones sociales, je-
rarquías, procesos de especialización y luchas por nominar problemas y so-
luciones legítimas producidas con el advenimiento del desarrollo social. La
elección del análisis de dichos vínculos, en el edificio en que funciona la Se-
cretaria de Desarrollo Social, devela las ligazones existentes entre represen-
taciones, clasifica ciones y su manifestación en el espacio. La política se
© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

9
Prólogo

muestra no como una acción gubernamental dirigida a fines o valores, sino


como vínculo o estilos particulares en que ciertos saberes se especializan, así
como un espacio social particular de proximidad entre demandantes y ofe-
rentes. Sin embargo, su morfología social no reifica los textos, las prácticas o
los espacios que utiliza, tampoco los hace hablar por sí solos como si fueran
independientes de los sujetos que los significan y los instituyen.
En un denso tejido de significados el autor construye una antropología
social de nosotros mismos con una meticulosa vigilancia epistemológica.
Continuamente desbroza las categorías nativas de algo que resulta tan coti-
diano a los profesionales de lo social. Logra llenar de significados y develar,
con un estilo muy particular y accesible para legos y especialistas, aquello que
resulta fácil decir pero difícil de probar: La construcción de los “problemas
sociales” y las relaciones jerárquicas y de poder que a ellas vienen anudadas.
El trabajo de producción de lo social se muestra de diversas maneras,
pero existe un hilo conductor que rastrea las sendas que atraviesan los pro-
blemas. Este camino arranca desde el inicio de su existencia oficial en el es-
pacio gubernamental, finalizando en rituales que exceden los límites del es-
pacio institucional oficial. Desde las diversas maneras en que los
demandantes se presentan en el espacio gubernamental para comunicar sus
“necesidades”, presencia física en organismos gubernamentales, solicitudes
por medio de instrumentos como la carta y el formulario, hasta la demostra-
ción, también oficial y ritualizada de sus soluciones en el barrio. Estos ca-
minos le permiten distinguir dos principios de distinción creadora de grupos
para la reproducción social: Los que piden en nombre de la “necesidad” y los
que “dan” en nombre del Estado. Estos agentes se colocan en diversos posi-
cionamientos, relaciones de interdependencia y poder, visualizados e inter-
pretados en dos estilos: Politizados y tecnificados, fuertemente vinculados entre
sí y en tensión. Entre los estilos últimos se destacan las maneras “nuevas” de
legitimación del desarrollo social, a través de procesos de especialización y
capacitación. La especialización se expresa tanto en lo que el autor llama la
“academización de lo social”, por su vínculo con la oferta universitaria y de
posgrado, como con la legitimación de un nuevo administrador del desa-
rrollo social: El gerente social. Este cambio viene de la mano del reemplazo de
la oralidad y la carta a la objetivación de la demanda por medio del formulario.
En su última sección, el libro nos acerca ricas descripciones de tres cere-
monias y ritualizaciones de “entrega” en barrios donde se pone en evidencia
la arbitrariedad de las divisiones que se generan en el desarrollo social, así
como la forma en que éstas dramatizan un tipo de vínculo particular. Por un
lado, en la proximidad del acto ritual se unen demandantes y oferentes en un
discurso de mutuas concesiones y, por otro, se marca y se reproduce la
distancia social que los separa.
© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

10
Jorge Pantaleón

Esta antropología del desarrollo social realizada en la ciudad natal de


Jorge es un texto imperdible. No sólo por ser un tema de interés y actualidad
que permite entender el advenimiento del desarrollo social y su instituciona-
lización, más allá del contexto local del estudio de caso. Sobre todo porque
se trata de un trabajo de excelente factura que combina abordajes clásicos de
la antropología social con una mirada teórica y metodológica renovada que
muestra, a cada momento, un esfuerzo continuo por superar un enfoque
substancialista o positivista de los denominados problemas sociales. Se posi-
ciona, además, desde un lugar teórico y metodológico que valora y pone
atención a la producción social de los agentes que participan en el campo de
lo social como su objeto de interés fundamental, más allá de la fuerza de im-
posición de las intervenciones estatales. La rigurosidad y profundidad del
trabajo realizado se expresa en un estilo muy ameno que nos reencuentra
con la posibilidad de hacer de la antropología de nosotros mismos, investiga-
ciones y textos que tienen la particularidad de descentrarnos y alentarnos a
transgredir el sentido común y, al mismo tiempo, a antropologizar lo
cotidiano.

Sonia Álvarez Leguizamón

© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

11
Agradecimientos
U na de las cuestiones que la investigación que sustenta este libro me llevó
a considerar con atención es el cuidado con que algunas personas agra-
decen por las ayudas y beneficios recibidos. En comparación, infelizmente,
la expresión de mi gratitud se limita al modesto contorno de estas palabras,
que en su brevedad quedan en proporción inversa a los afectuosos apoyos
de los que fui congratulado.
La edición de este trabajo fue posible gracias a la convocatoria de los co-
legas que conformaron esta Serie Etnográfica, coordinados por Rosana
Guber y Federico Neiburg. La investigación que se presenta es la tesis de
maestría elaborada en el marco del Programa de Pós-Graduação em Antro-
pologia Social, Museu Nacional, de la Universidade Federal do Rio de Ja-
neiro, entre 1997 y 1999, financiado por el Conselho Nacional de Desenvol-
vimento Científico e Tecnológico (CNPq) al que deseo reconocer mi
gratitud. Agradezco especialmente a Federico Neiburg, quien ofició en
aquella oportunidad de orientador, por su inagotable energía, motivación y
compenetración generosamente compartida y, sobre todo, por la cálida
amistad que me brindó, presente a lo largo de mi formación profesional.
Asimismo, los profesores José Sergio Leite Lopes y Antonio Carlos de
Souza Lima, aportaron una atenta lectura y observaciones más que perti-
nentes a la disertación en calidad de jurados de tesis. Agradezco también a
quienes acercaron su “apoyo logístico” en el otro lado de la frontera, mu-
chos ellos, entre los cuales destacaré a mis amigos Marcelo Ibarra, Javier
Yudi y María Ángela Aguilar, ya que me dieron la posibilidad de dialogar
fructíferamente sobre las ideas y avances a los que este trabajo fue dando
lugar. Nobleza obliga recordar, todos los nombrados quedan exentos de
culpa y cargo y responsabilidad por las afirmaciones que he hecho en libro.
Por su parte, he querido que Sonia Álvarez redactase la presentación de este
libro como un modesto reconocimiento a los años de amistad, de enseñanza
y al lúcido y extenso conocimiento de los temas que aquí toco. Como era de
esperar, accedió con la generosidad, motivación y la energía que la caracte-
riza. Un párrafo especial para los que se volvieron parte de mis observa-
ciones: Quedo sinceramente agradecido al personal de la Secretaría de De-
sarrollo Social de Salta que en muchas ocasiones me facilitaron la tarea de
convertirlos en objeto de estudio, –algo que no deja de ser incómodo para
nadie–, haciéndome disponible una valiosa información y haciéndome partí-
cipe de la vida cotidiana de una institución. Otra mención merece Rodrigo
“Patón” Castro, quien me proporcionó la foto de tapa con la gentileza que
abriga su amistad.
© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

13
El afecto de los nuevos y viejos amigos fue más que un incentivo para se-
guir este camino. La “familia” creada en mi estadía en Brasil con Laura
Masson y Hernán Gómez, mis hermanos de aventura, ocupó mucho en mí.
Simultáneamente, de la familia que tiene los años de mi vida, a mis viejos,
Margarita y Kiko, y hermanos Darío y Delia les debo la atención y el incondi-
cionado cariño que nunca dejan de entregar. Y como desde hace tiempo ya,
Tatiana me dio ese acompañamiento tierno e infaltable que convirtió los
momentos difíciles en escasos, y los felices en incontables.
Con todos ellos, y con muchos otros que sé que serán indulgentes por ha-
berlos omitido en esta página, se delinearon las posibilidades para que este
libro haya salido a la luz.

© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

14
Introducción
E l siguiente texto se basa en una investigación sobre los modos en que la
pobreza es tratada y recreada en una institución estatal en un momento
de transformación. La inquietud provocada por la modificación del nombre
de esa institución fue, de alguna manera, el puntapié para la escritura del tex-
to. En 1996 el Ministerio de Bienestar Social de la Provincia de Salta se con-
vierte en la Secretaría de Desarrollo Social1. Las diversas facetas que se
fueron descubriendo como consecuencia de esa renominación guiaron la
continuidad del análisis, mostrando hasta qué punto una palabra instaurada,
el desarrollo social, es un producto social, resultado del trabajo de una
constelación considerable de personas.
Al contrario de lo que sugiere la aparición frenética de textos sobre polí-
ticas sociales en los últimos tiempos en Argentina, este trabajo no habla del de-
sarrollo social y, en última instancia, de lo social como algo sustancial, algo
que preexista a la labor de sus hacedores. Esta descripción tampoco lleva im-
plícita la preocupación básica de quienes actúan en lo social: la (mejor) solu-
ción de los problemas sociales. El rédito de una aproximación, que no posea
tales pretensiones, es tomar una distancia que permita dar cuenta de la plura-
lidad de conductas concretas (algunas veces en convergencia, otras veces en
conflicto) entre individuos que se encuentran en un espacio y un tiempo esti-
pulado, unos para ser visualizados como portadores de problemas sociales y
otros como portadores de soluciones. Aquel escenario de transformación
institucional revela que los problemas (como la pobreza) y sus soluciones
(como el desarrollo social) no son unívocos ni naturales. En los seis años que
separan la realización de la investigación de su edición no se modificó la di-
námica que aquí se presenta a propósito de la reproducción y tratamiento de
la producción de la pobreza en Argentina, menos aún en la región noroeste,
donde continúan con una dramática vigencia.
El tema de análisis que se había seleccionado se prefiguraba de modo
candente, de acuerdo al estado de la situación político-económica que se

1 La provincia de Salta contaba en 1991 con una población 886.153 habitantes, según el cen-
so nacional de ese mismo año, cifra que ascendió a 1.079.051 según el censo siguiente de
2001. El 78,3% de la población se localiza en áreas urbanas. Esa distribución demográfica
aglutinada en unas pocas ciudades se hace más que patente en la capital. La densidad de la
provincia es de 5,6 hab./km2, mientras que en Salta capital es de 215 hab./km2, represen-
tando la población capitalina un 43 % del total provincial. En Salta Capital se concentran las
oficinas de la administración del Estado provincial, una de las cuales es la institución que
estudiamos. En el momento de la investigación el nivel de desocupación tocaba a un 20 %
de la población activa y la principal fuente de ocupación era (y es) justamente la administra-
ción estatal, la cual, sin embargo, comienza a contraerse considerablemente desde 1995.
Sobre la aplicación de las políticas de reducción de la administración pública en Salta ver
Maidana (2002).© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.
15
Entre la Carta y el Formulario

presentaba tanto a nivel local como nacional. Como es sabido, desde los ini-
cios de la década de 1990, con la aplicación de las llamadas políticas neolibe-
rales, en Argentina se producía un cambio inédito en las funciones que le to-
caba desempeñar al Estado, especialmente en lo atinente a las políticas
económicas y sociales. El abandono del llamado “Estado de Bienestar” era
un estandarte hondeado con orgullo y una propuesta defendida y puesta en
práctica con vehemencia por las autoridades gubernamentales de la nación y
de la provincia. Al momento de realizar esta investigación, una mirada dis-
tanciada y a la vez que tomase en cuenta seriamente los distintos puntos de
vista de los agentes sociales involucrados en los fenómenos que se des-
criben, era no sólo una condición metodológica y teórica de principio, sino
también una vía imprescindible para dar cuenta de las claves de un cambio
que se producía a un ritmo vertiginoso.
Examinar el universo del desarrollo social no ha dejado de ser una tarea
contra el sentido común –en principio, el propio–, que motivó el interés por
la descripción. La existencia en el acervo del sentido común de problemas
sociales, como la pobreza y las necesidades básicas, es uno de los fenómenos
que, inadmisibles desde las voces de los organismos estatales e internacio-
nales, paradójicamente se admiten y administran sólo a condición de ser pro-
blemas. Condición que, incuestionada, ha moralizado ese espacio referido a
lo social. De esta manera, el desarrollo social se reproduce y transforma por
la presencia de una gama de agentes sociales que, con posibilidades desi-
guales, establecen relaciones de intercambio material y simbólico. El esce-
nario no deja de ser privilegiado: En una región donde la pobreza es, paradó-
jicamente, una de las “riquezas” más dramáticamente extendida, hablar y
mediar en nombre de ella es un objetivo central para quienes viven en y de
esa pobreza, ya sea como donadores o receptores de recursos.
Preguntarse, entonces, por las prácticas sociales que acontecen en
nombre del desarrollo social es una de las cuestiones que moviliza la escri-
tura de los capítulos que siguen, cuyo derrotero intenta dar cuenta de las dis-
tintas instancias en las que estas prácticas acontecen en sus múltiples va-
riantes.
La entrada a la Secretaría de Desarrollo Social de Salta permite mostrar
cómo el desarrollo social es, en primera instancia, un espacio físico delimi-
tado: Un edificio2. Por esto mismo, tanto las modificaciones y permanencias
en los usos sociales del espacio, como la convivencia entre ellos, están refe-
ridas a las posiciones que ocupan quienes pugnan políticamente en la instala-

2 Compartimos así lo que Elías (1995) retrata de la sociedad de corte, en principio, las eviden-
cias palpables que son parte imprescindible de la vida social de los agrupamientos huma-
nos. Así, este autor percibe que “O que se entende por ‘corte’do antigo regime é, em
primeiro lugar, a casa de habitação dos reis de França, de suas famílias, de todas as pessoas
que, de per©todel texto
o de londege,losdela
autores.
fazem© de
parlate”.
edición: Editorial Antropofagia.

16
Jorge Pantaleón

ción edilicia, subdividida en tantas oficinas como lo permita el estado de


lucha por el reconocimiento oficial.
El desarrollo social es también un conjunto de agentes interesados en lo
social que se especializa y se entiende autorizado para la atención de los pro-
blemas sociales, imponiéndose por medio de la certificación estatal. Como
dijimos, las transformaciones de la administración estatal pueden ser muy
bien retratadas desde la visión de quienes habitan físicamente un espacio bu-
rocrático día a día: por ejemplo, del “pequeño” gran drama cotidiano de
cualquier empleado que se ve vulnerable ante el periódico (y cada vez más
frecuente) riesgo de quedar fuera del espacio en una oficina (léase inmediata-
mente trabajo), o del aprendizaje diario de los demandantes de los lugares
con más o menos “sacralidad”, es decir, las oficinas donde sus peticiones
podrán ser atendidas.
Este estudio se detiene en la observación de los modos típicos de catego-
rización e intervención entre los administradores oficiales y quienes buscan
ser beneficiarios de las soluciones que se corresponden a los problemas so-
ciales. Ya que el cambio y la creación reciente del desarrollo social preescribe
modos de tratamiento “nuevos” y “antiguos”, el texto se organiza en torno a
esa división, evidenciando las vinculaciones que sostienen tales calificativos.
Como cualquier otra agrupación social que se basa en jerarquías, la reclasifi-
cación del desarrollo social genera procesos de dominación.
¿Cómo sucede la asunción del desarrollo social? ¿En qué instrumentos se
visualiza? ¿En base a qué situaciones previas se inscribe? Esas son otras de
las tantas cuestiones que guían la escritura. A lo largo del trabajo se fue com-
probando una sospecha inicial: La necesidad de comprender el cambio en su
contexto. Las transformaciones se producen porque existen nociones na-
tivas de “cambio” con valores asociados a lo “nuevo”, “moderno”, “ra-
cional”, y sus concomitantes antagónicos como lo “viejo”, “tradicional” e
“irracional”3. De este modo, se impone una visión de la realidad a partir de
argumentos de autoridad que condicionan a las personas y sus prácticas.
Esto ha llevado a atender los usos de las categorías que, consideradas abso-
lutos explicativos por las voluntades comprometidas en lo social, no dejan
de ser manipuladas y accionadas de acuerdo a la capacidad y posición en el
espacio de dominación que van asumiendo esas voluntades.
Uno de los términos no unívocos en la observación etnográfica fue el de
“política”. Esta palabra recurrente en el ámbito del desarrollo social, puede

3 El discurso y la noción de “desarrollismo”, que tiene vigencia en Latinoamérica desde la


mitad de la década de 1950, es deconstruido como régimen de verdad en el sólido estudio
de A. Escobar (1995) –del mismo modo que Said lo hace con el discurso del orientalismo y
Dirks y Thomas con el de colonialismo, citando ejercicios analíticos semejantes. La dificul-
tad de encontrar estudios distanciados sobre las representaciones y discursos sobre el desa-
rrollo y una de sus variantes, el desarrollo social, evidencia el grado de naturalización que
contienen estas©nodel
ciotexto
nes.de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.
17
Entre la Carta y el Formulario

designar tanto una acusación (“hacer política clientelista”) como atributos


considerados positivos (“política social”). Por lo tanto, en el análisis de la
morfología del desarrollo social se presentan las posibilidades de apropia-
ción de los términos de lo social, como el mencionado.
Las clasificaciones que hablan de lo social fueron internacionalizándose,
cobrando presencia los organismos de financiación, en tanto monopoliza-
dores de estas clasificaciones. Sin embargo, la investigación realizada hasta el
momento vislumbra que el fenómeno de la internacionalización no lleva a
suponer una explicación en un simple proceso de imposición. La expansión
de categorías nuevas, como las que se mencionan a lo largo de los capítulos,
no impide que sean desplegadas lógicas diferentes a las planificadas por la in-
telligentsia de lo social, desde diversos grupos que van haciéndose parte
interesada, generando configuraciones particulares.
La elección del tipo de abordaje para este estudio, la descripción etnográ-
fica, se acompaña, pues, a la mencionada postura analítica que suspende,
momentáneamente, explicaciones evolucionistas, difusionistas y coherciti-
vistas. Las primeras tienden a dar por sentada las sucesivas transformaciones
de la “cuestión social” sin ahondar en cómo esos cambios suceden para los
agentes intervinientes. Las segundas explicaciones depositan su confianza
en la expansión de las políticas sociales a nivel nacional e internacional como
un argumento sostenible en sí mismo. Por último, las cohercitivistas des-
tacan la imposición vertical de los modos de intervención estatal, dejando de
lado el trabajo de producción de todos los agentes envueltos en ese universo.
Las tres aparecen como tentación más o menos usual en libros y manuales
de la historia y la problemática de lo social4.
A la vez, el abordaje ensayado en esta disertación se corresponde con la
utilización de materiales diversos para el análisis. Estos incluyen cartas de
pedidos de quienes se presentan como necesitados, decretos gubernamen-
tales, cuadros jerárquicos, folletos, planos, fotografías, ceremonias de inau-
guración de obras, cuadros estadísticos, programas de estudio, entrevistas,
mapas, informes y conferencias de especialistas. Este material se presenta
distribuido según las atenciones particularizadas de cada uno de los cuatro
capítulos que componen el cuerpo de este libro.

4 Hacen uso de aquellas explicaciones con desigual frecuencia: Alayón, N. (1989); Barbeito,
A., Lo Vuolo, R. (1992); Bustelo, E. y Minujin, A. (1991); Grassi, E., Hintze, S. y Neufeld,
M. R. (1994); Isuani, E. y Tenti Fanfani, E. (1989); Lo Vuolo, R. y Barbeito, A. (1993);
Lumi, S., Golbert, L. y Tenti Fanfani, E. (1992); Minujin, A. (1993); Tenti Fanfani, E.
(1991); Tenti Fanfani, E., Isuani, E., La Serna, C. y Carrizo, C. (1996); Golbert, L. y Tenti
Fanfani, E. (1994), Kliksberg, B. (1989,1994). Esta lista de los autores preocupados por lo
social en Argentina no es exhaustiva y sólo traza ejemplos de las argumentaciones tipifica-
das. Vale la pena aclarar que la mayor parte de los trabajos nombrados son estudios serios, a
pesar de que aquí sean observados como parte creadora de lo social, es decir, parte del
mundo nati©vo delso
texto
bre de
el los
queautores.
indaga© de la edición: Editorial Antropofagia.
mos.
18
Jorge Pantaleón

El primer capítulo examina la creación decretada del desarrollo social,


traza el mapa social general de la institución, analizando los usos sociales del
espacio en base a taxonomías de agentes que se organizan jerárquicamente.
El segundo capítulo describe uno de los tratamientos de los problemas
sociales que vincula a los funcionarios estatales y a los considerados como
necesitados de un modo que pasa a ser juzgado como “antiguo” por los
grupos que ingresaron a la institución con el “desarrollo social”.
El tercer capítulo cuenta con una idéntica operación descriptiva de los
que se consideran “nuevos” modos: titulaciones, academización, media-
ciones promovidas por organizaciones no gubernamentales, y otras formas
de conceptualizar lo social. Estos nuevos modos, habitus en el sentido de
Elias, se instalan enseñando los instrumentos y el perfil de los agentes que
los detentan, que los hacen distinguibles de los más “antiguos”.
Finalmente, el cuarto capítulo explora sobre las ceremonias oficiales de
entregas de recursos, ya fuera de la institución, en que se ritualiza la contra-
parte de los problemas sociales, es decir las soluciones. La exhibición de la
proximidad entre las personas dedicadas a las políticas sociales es exhibida
en tanto eje de estas ceremonias.
Parte del material recogido ha sido colocado en forma de anexos, dado el
espacio estipulado y las condiciones mismas de elaboración de la investiga-
ción.
Lo que se presenta en estas páginas acoge un conjunto de avances en un
campo que juega con un doble carácter: relativamente inexplorado desde
una óptica reflexiva y superexplotado por las disciplinas especializadas de lo
social. La antropología ha puesto sus intereses en ambas perspectivas,
aunque en una proporción bastante asimétrica a favor de la segunda forma.
Esta duplicidad y proporcionalidad es también uno de los móviles para se-
guir ahondando sobre estos primeros resultados.
Resta en estas palabras introductorias indicar una consideración respecto
al título de este libro. La carta y el formulario no son metáforas, sino instru-
mentos efectivos y usuales que representan dos modos de entender los pro-
blemas sociales. Esos modos se contraponen tantas veces como se hacen
ambiguos en la vida cotidiana de quienes participan del desarrollo social.

© del texto de los autores. © de la edición: Editorial Antropofagia.

19

También podría gustarte