Cyrulnik, B. El Amor Que Nos Cura. Cap.4

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El amor que nos cura El altimo libro de Boris Cyruinik se lee como una historia de amor. En él .- Suenta emo el amar de la pareja puede devolver a la vida a quienes estin sarcados por profundas heridas a causa de antiguas experiencias trauma. ‘cas, a la vez que nos introduce en los secretos de la tzoria de la resilien. ~ cla: es decir, la capacidad autoterapéutica de las personas frente al sufri- .- Iiento psiquico o moral. Escrito con tna prosa profunda y deliciosa, esta ‘ueva obra del que quizas sea el més importante representante de dicha teo- "ig acercard a un amplio abanico de lectores la comprensién del milagro afectivo que trae consigo el amor en la pareja. ~ _ Nillos soldado de la guerra, supervivientes de deportaciones, guerras 0 ‘genocidios, victimas de accidentes, personas que conviven con la disca- pacidad, pero también el marginado social o simplemente aquellos que hhan padecido graves maltratos y humillaciones, encuentran Ia posibilidad ~ de redefinir el sentido del dolor por sus propios medios afectivos gracias al vineulo que supone‘el encuentro y el inicio de una relacién amorosa. ‘Cynulnik nos recuerda en esta obra el valor simbélico de la palabra, le ‘memoria y el tiempo en la construccién de la narracién y de la historia amo- ~ Tosa que han de dar sentido al dolor que guaréébamos, El amor, de entre todas las experiencias afectivas, sera fundacional para reconstruimos. ~ Asimismo, le mirada y la posicién de Cyrulnik como relator y testimonio de todas las historias de amar que nos son contadas nos llevan a la com- prensi6n del papel de la figura del otro, demostrando que es posible supe- ~ rarel trauma, Repleto de observaciones inéditas, culminaci6n del gran talento narrative de Cyrulnik, esta obra estimulante y generosa completa y supone un avan- ce con respecto a la reflexiGn realizada en libros anteriores acerca de las ‘experiencias de vinculo que se dan en la infancia o Ia adolescencia, Un libro ~ que aproximard la teoria de la resiliencia a las teorias sobre el amor: una ex. ~ Petiencia que nos une con el mundo y con Ia vida, con los demés y con nosotros mismos, con la historia y con lo real. i orasagr'sy0asy 400560 Boris Cyruinik El amor que nos cura ~ Boris Cyrulnik Seen Ge testitucion que trata de restablecer la situaci6n [.... ELre- ‘orno ala integridad es una esperanza ilusoria, ya que el acontecimien- “© Uaumatico ha diiediid registrado en la memoria, No obstante, es Osible utilizar el trauma en favor del yo paia provocar une disolucion “rogresiva de la tensiGn».® Este razonamie. vsicoanaliticos lo que dice | ia explicita que pro- Lalliberacion permi- ado por él acon. 1 oniferi® dinaimhiamoa sus potena de Retouracion dé la Tstoria, cuyo resuliado leva al sujeto a situarse co- 1 _Yagente de la historicidad; una transformacién de su relacién con las 2 nltas Sociales; ¥"tna lucha contra las diferentes fornane de poder que Se encuentran en el ofigén de las violencias |, Batrenatse fisicatnarite para adquisi Kc trabajar en la historia que canstituye maectia identidad, aprender a F re dian, imtismo en otros términos y militar contra los estereotipos die dicta 1a cultura en lo referente a los heridos, éste és, en resumen, él Cuuspromiso ético de la resiliencia, 38 Iv METAFISICA DEL AMOR ‘Ternura filial y amor roméntico as mujeres ni siquiera sabia que ya habie aprendido una forma de amar. Me parecian cambiadas, cuando era yo quien las percibia de fo.- i diferente. Ademas, era la primera vez que vein mujeres, Antes h bia visto chicas, sefioras o mamés..., pero no mujeres. Imbuido dee desaz6n que me producfa la nueva fiebre, Yo experimentaba la sensa- ci6n de hallarme ante un enigma, percibia wna especie de punzada a iniempe estimulante e inquietante, agradable e inehec um tanto de lorosa. Tenia que comprender la causa de esta nunet emocion, fen que utilizar mi ca del amor, Propiciar un encuentro amoroso,»! Dos palabras dificiles de pensar, el «encuentro» y el «amor». Es cu- tioso que nos sintamos orgullosos de esa dificultad. Sobre todo porque /enla actualidad hay un de culturas que discuten el val. yawn S08 atoroses. Un matrimonio conceiiade ss nos dicen, porque conserva las estructuras familiares, rodea de allego "mite los valores del grupo. Ustedes, namorada, dan preponderancia a 1, El encueritro no es una palabra trivial. Al contrario, es un aconteci- miento, casi un hecho traumatico, ya que necesita de una interpenetra- cién. Cuando nos encontramos nos desviamos, ya que de lo contrario wo hacemos més que cruzamos o evitamos. Un amar consiste en dos ‘pessonas que asocian sus deseos en el acto sexual ¥ que conjugan sus Glos afectivos en Ta vida cotidiana. Este wana déseado provece oe iste trata deseado provoca que os expandamos, que salgamos de nosotros mismos, que nos unarcos a otro... ¥ que corramos el riesgo de que la interpenetracién. produzca detrota porque el enamorado (0 la enamorada) concede al otro el dere cho # entrar en su cuerpo y-en su alma. De este modo, la combinack cle los deseos y de las formas de amar concede al amadlo el ‘poder de di- latar al enamorado...., o de desgazrarlo, ipara desligarse de ella! «El primer amor exige una zenuncia wna “de, Sobediencia” a los objetos parentales edipicos»,? que permits lanwarse EXPOS de otto objeto que, por su parte, acepte el papel de compatere Sexual. Se trata de dos procesos de naturalezas diferentes, ya que el vinculo se impregna de forma insidiosa en el transcurso de Ine interac, clones cotidianas, mientras que el amor se apodera de la conciencia pa ™ convertirla en un acontecimiento intenso y desconcertante, Ssociadas,y son sin embargo incompatibles, ya que no podemos amar ‘nuestra made como amamos a nuestra mujer! Fodemos resolver este problema sefialando que los comportamien- tos de texnura de las parejas jgvenes indiucen a la sexualider, micning ue las parejas establecidas no la buscan de forma sistemitica, La ta ded a ttctura un vinculo afectivo que puede disociarse de la sexuali. Gad porque constituye un aprendizaje inscrit ia impli establecido en el curso ce las interacciones $6 acatician la mejilla, se acurrucan el uno junto al ot70, e dew la se 20: 8¢ hablan con «palabras de bebér, se dan nombres de amon se he, sen ofrendias de alimento y después, en ocasiones, los gestos derrapan, "2 cambian de significado, sincronizan los cuerpos y los encaininan hacia una actividad sexual. Este mismo encadenamiento seria impensable con nuestra madre. Tan elevado es el sentimiento de hozror que esto Provocaria que resulta incluso insoportable representarse semejante escena. El amor sucede en el filo de la navaja: dada la extremada cerca- nia entre la ternura y el deseo, a las que s6lo Separa un gesto, la menor vibracién del cuerpo y de la palabra puede hacernos pasar del éxtasis a la pesadilla. Los trabajos sobre el vinculo nos permiten comprender hoy que se aprende a amar mucho antes de la edad del sexo. Las observaciones etoldgicas nos ayudan a analizar cémo se preparan dos cuerpos para este encuentro. Por tiltimo, se plantea el problema de las consecuencias de una intimidad que puede constituir el punto final de un encuento 0 acarrear, por el cpntrario, la modificaciGn del tejido del vinculo. Cémo vivir juntos después del acto amoroso? ;Cémo asociar dfa a dia esas dos necesidades opuestas del amor roméntico y de la ternura filial, de! deseo que nos atrebata y del vinculo que nos teje? La crisis amorosa Hoy sabemos que los estilos afectivos pueden esquematizarse en vine culos seguros, ambivalentes, de evitacién y desorganizados.> Gracias al método etol6gico podemos observar las sefiales corporales que sin- cronizan el encuentro, la forma én que se conjugan los estilos afectivos, Esa conjugacién se produce pese al riesgo de que los estilos evolucio- nen en una direccién capaz de desgarrar unos vinculos anteriormente bien tejidos, y también se verifica cuando, por el contrario, su evolu- cion los orienta en otra que recosa los desgarros afectivos de la infan- cia. Parece légico convertir el primer amor en un acontecimiento fun damental de la existencia, ya que a través de él pasamos de una forma de amar ligada a la seguridad maternal a otra forma en la que la ape- tencia sexual nos invita aun encuentro que nos socializa. Como ocurre en toda metamorfosis, estas dos formas de amar se hallan en oposicién yal mismo tiempo constituyen un continuo: una madre no es un pa- dre, pero tampoco es exactamente una mujer. Mi mujer me aporta se- guridad, y por ¢s0 me vinculo a ella, pero ademés ella desea que yo la desee. Toda una constelacién de fuerzas converge para propiciar este 93 SMe que adquiera relieve. El tiempo pierde 2s referen \cias y la identi- dad no se construye, 4 la inversa, wn excess de estrés modifica la pe Pia anatomia del cerebro. Cuando ena misma medida, el ex- s 08 circuitos de la emocion y dela mnemo. a, Paraliza también la vida psiquica. Como el Aluja y el reflujo de las Gdn, goo 10s latidos del corazén y los movimienvoe la respira Ge la vida y proporciona la sensacion de explica por qué estamos obligados, fisio. Ha, incluso en el caso de que hayan sido ditty : i cegesbndo por nests conolalo sprog ea RS, enforizante que se encuentra en gran di nl, elembarazo, la lactancia o el amancio opioides, pequefias moléculas de la Porefecto de una discusién agradabl. cho de escuchar misica? Eneeste sentido, la cr es biolégicos, emocional familia de la morfina, aumentan ¢, un vecindario afectuoso o elhe- Sensible tan intenso que resulta posible aprehender al otto e incor. - tarlo a la propia memoria, aunque corriendo el riesgo de un desgar > traumatic. Sin embargo, el enamorado no es capaz de percibir torlo 1o Gel otto, no percibe més que lo que el otro muestra, y la parte ala que su infancia le ha hecho sensible, Esta es la razén de que al deci 1 amante: «No pienso més que en ella», no haga més que hablar de pismo, ya que su mundo intimo esta saturado de la imagen que él ~= hace de ella. Declaracién preverbal de amor de los vinculos que habfan establecido con sus padres, y después ¢ 1 su primer amoz En general, estos jévenes, que habfan tenido una on- togénesis afectiva dificil, mejoraron al conocer su primer amor. A pesar de las dificultades, aprendieron a amar con mayor dicha y ligereza. Ls sefiales que daban de poser un vinculo seguro aumentaron clarame te. Descubrieron el placer de conversar, de confiar en el otro, de aceptar Ja influencia del amado, de concebir proyectos, de contarse mutua- mente el pasado y de inventar unos cuantos rituales de pareja capa. 5 de tejerla intimmidad.” La ocasi6n amorosa es una curva maravillosa y peligrosa, ya quem Pequefio nuimero de personas con vinculo seguro y un niimero alo mayor de personas con vinculo inseguro se rompen la crisma al neg. ~ ciarla. Sin embargo, los que consiguen tomarla bien salen mejorad 5 dela experiencia. Sufrir por el sufrimiento de los que uno ama Quienes rodean al enamorado le acompafian en esta curva. Esto equi- vale a decir que el desarrollo, al igual que el acontecimiento traumatic , implican ala familia tanto como al individuo En el atentado produ do en las lineas del RER* de Port-Royal (el 3 de diciembre de 1996), a1- gunas de las personas presentes no salieron de la experiencia con un trauma psiquico; fue su cOnyuge quien padecié un importante sind me postraumdtico.® Ya se habia sefialado este fendmeno en el transcv so de la guerra de Vietnam, donde se constat6 que el gemelo que habia entrado en combate sufria mas que el gemelo que sf habia partice Pado en él. Del mismo modo, en Beirut, los soldados:de la OTAN pac cfan mas alteraciones que los combatientes. Y algunos nifios de depc tados viven la deportacién de forma ain mas dura que sus padres. Por consiguiente, no es el acontecimiento traumatico lo que se transmite y «Réseau Express Régional», o red de trenes de cercantas de la petiferia de wn nile urbano importasste. (N. del 7) altera a la persona préxima, es su representaci6n. Cuando el herido tie- ne un entorno bien constituido, a veces supera el trauma mejor que la Persona prOxima, a la que consideramos protegida y por ello abando- names al horror de lo que imagina. Ahora bien, para suftir or la idea que nos hacemos del sufrimiento de aquellos a quienes amamos es pre iso porte excesivamente en su lugar De ome enter t6n del sefior Ellaprimero, ‘no logra sentir ue si ha hecho todo lo posible para que sla see ree {har Iss teas de Anna Freud y Tos métodos etolégicos de René Spitz, y tras observar y seguir alos dad. Incluso los huérfanos, tnilias serenas, se vieron mas protegidos que los ninos que ce edar en sus familias traumatizadas.® Es el ee dela familie, aisistema mrlias el que sufte o se defiende, el que supera dl Eauma om ICO “or canto de sfesgo de padecs® con Tura sauere, WNW Paieja de cada dos se separa durante el ane siguiente, teagrupados entre ellos 0 recogidos por fa- ; ue solicite la separacién di ‘cényrge, que no fuvo nada que ver con Lagresin soon e Sandra era guardaespaldas. Le gustab: miento perfecto, era famosa por su pi ~espués de haber escoltado a un: aba peleatse y, con un entrena- recision con la pistola. Una noche, ‘a persona importante, decide volver a Ja aleanza y la viola junto a la salida de “n garaje. Dominada fisicament Z eee aoa a de provocar, Sandra ama a su madre. Esta acude y se sume inediatamente en la misma depresién que aqueja a le hija. Las dos rujeres atin padecen por esta causa, Odette se marcha a hacer un cfucero con su marido, Con motivo de wha escala én un puertecito de la costa turea, Odette se pasea sola por alle, Dos hombres la agatran y la Violan entec risotadas, Ella corre a refugiarse en los brazos de su marido, quien, sin decir una palabra, va ala comisaria y después a buscar a los agresores. El barco reemprende lanavegacisn. Fl marido, anormalmente silencioso, demuestra con sus comportamientos que sigue atento a su mujer herida. Unos meses des- pués, su tristeza ha desaparecido. La imagen de Sandra se habfa visto atin mas gravemente desgarra- da por el hecho de que no habfa podido resistirse ni desenfundar: «No_ soy mas que una mujer, repetia, cuando, antes de la agresi6n, demos- “Gabatin difcaltad seen capaz de desempefiar su profesién. Odette, humillada, moralmente herida, pensé al regresar al barco: «Mi marido no querré a una mujer manchada». Y sin embargo, descu- brid a un hombre decidido, que comparti6 su desasosiego, y que des- pués la arropé con sus comportamientos afectuosos. La agresi6n habfa sido grave para las dos mujeres, pero evolucion6 de forma diferente en funci6n del entorno. El desgarro hizo que Ia fa- inilia de Sandra se hundiese, mientras que el marido de Odette I gr remendar una parte de ese desgarro, En ambas situaciones, las familias se vieron obligadas al cambio. Pero si el sistema familiar de Sandra se ‘Teplegé en su sufrimiento, el de Odette se abrié, confirmando asila fia- bilidad de la pareja que se propuso combatir la adversidad. Comprender no es curar Dado que la familia puede modificar el sufrimiento de uno de sus. miembros, la cultura también puede darle unos sentidos muy distin- do un papel, como en Siberia, hay pocos traumas psiquicos. Lo real es muy duro, es causa de experiencias crucles, pero tan pronto como hay ‘Felntegra por Medio de rituales magicos. EI objetivo es controlar la ad- Nersidad a través de cAnticos, danzas, maquillajes y fdrmullas que es- ‘pantan a los malos espiritus y permiten que el erido retome posesion, cle su mundo intimo, conmocionado por él accidente, El trauma ha ‘Exist en el plano real como herd, Scasiones guavs grave, pero no se ha dadoal taurna cl dempe TunSeNIG pass tae ee eh Ge lt magulladura ha sido inmediatamente vendada por el entorno ¢ infe- grada en el mito cult 113 Puesto que éstas se ganan la vida por si mismas. Y las mujeres asur 1 menos su papel de argamasa famili lar, dado que ya no aceptan sacrifi- hos que se encontraban en dificultades 8 restauradores saca turales evitan un gran miimero de traumas reales, Pero, en caso de dev sen mesas con ali- Bracia, nos impiden dominar sus consecuencias psiquicas yaqueh 1 ‘auipos de rescate pudieran descansar suprimido el efecto chaman. comer gratuitamente antes de r (alla. El mote me “Baoan otto efecto secundario'de la expansion de las persona- lidades en la decoloracién de las figuras parentales. El trabajo asalari..- dle, que constituye un progreso técnico incontestable, Proporciona u gran comodidad alos hombres y una gran libertad Se constata que los hombres se rea jan mejor en las empresas privadias y que las mujeres se socializan in Joven as estructuras salariales estables, como las de la medicina eeteal intimo © las de las instituciones pitblicas.» Esto equivale a deci: que, en casy fos RY Ta ansiosos como aho- de trauma, el sistema salatial, que proporciona seguridad yadorme, ‘0, excepto Si adimitimos que co a Jos hombres, protegera mejor alas mujeres, y que el Estado, ‘Ladmnitimos que com-, P que pe "ogreso que No edja pagar un pre- ficipa en esta emancipacién, modifica y confiere un tinte sexual alo que la tecnologia no nos permitia 1 tutores de resiliencia. 0s cuerpos eran los principales ins. t. Hace ya tres décadas que la transformacién. de los vinculos dela p. fe lo real, y para esa funcion resulta. ja y de los roles parentales ha cambiado por completo la estructur *s hombres producian la materia so. fam Har en la que se desarrollan nuestros hijos. Su mundo sensor, al bajar a la mina, y las mujeres, Ss ritmos coticianos, la energta psiquica que invierten en ellos sre pa- ‘ampos y en las fébrieas, perpetaban dres, no son ya los mismos. Hace cincuenta afios, una iahs venia .. Inge &l mundo a los soldados, los obre, ‘mundo Para sostener 1a vida familiar, y un nifo, en tuna sodedad Prncesas del futuro. Hoy, los que saben day eee gi sistema de pensiones, estaba abocado a convertiree en aps dan ordenes al mundo, y esta victoris, tiene co- béculo de la vejez» de sus padres. Ya no se concibe alos bebés on estos \cia 1a creacién de una hn esta cultura con su vientre, al 70s, los campesinos o las Srdenes a las ma + mo consecuen nC tumanidadl virtual cuya e. Sérminos, la filiacién se ha visto metamorfoseada, El nine ya 70 esc. Giatace encuentia extremadamanne me eae vita ee is fa: En la Edad Media se vi~ Gescendiente de sus padres, al contratio, es mas bien él seucane den 1,2 6n un IRINA de representaciones ‘que nos permitia s mn e i 7 2 ‘oportar mejor cl hogar, quien marea el ritmo de los dias, de los paseos, dé lnc ‘vacacic {amuuerte de los nifios o las frecuentes ‘namnbrunas. Hoy, gracias a mice. , |, Res y-de los cambios de domicilio. La creciente inestabilidad de lav mejor esas realidades, pero los ple cana uruchuras familiares crea unos sistemas de vinculacién smilie hi den P ~ Rombresno pueden presentar ya la often, desu trabajo alas mujeres, 4 ple que a veces son benéficos para el nifo, ya que pueden permitirh, m4 1G) \ ‘suit de un padre tirdnico o afectado por una alteraci6n psfquica, pero | que también pueden colocar a su alrededor a algunos adultos cuyo vinculo fugaz con el nifio no le permita adquirir un afecto sereno. Bi Porvenir de esta forma de amar no esté garantizado. Los grupos ociales, las familias 0 los individuos que piensan que la aventura de la Dessona es ua valor prioritario defenderdn estos estilos afectivos. Pero duienes se sientan angustiados por la aventura de la autonomia deseu. vrirn las virtudes de los matrimoni ios concertados «a la moderna», en 28 due los adultos proponen a los jévenes un pequefo abanico de op- viones posibles. De este modo, Podrén conocer a algunos preten- clientes escogidos en el seno de un grupo religioso, social oracicl, a fn 4¢ que cl sentimiento de pertenencia se mantenga. El vinculo entre las fon de nts be vera reforzado por el respeto a los mayores, la acepta. sin de sus valores y la ayuda afectiva y material que los j6venes ha. ordn de recibir a cambio, a orientacién hacia uma w otra de estas dos estrategias sociales so- re la pareja se realizard en virtud del contexto. Cuando la aventiies no ‘; auttonomia se hace dificil, la pertenencia a un grupo adquiere um ma- ia.a seguir y el conjunto de parejas sexuales ~awre las que conviene realizar la elecciGn, Sin embargo, cuando el con Ato social mejora, cuando el trabajo se consigue con facilidad. la vi. jjendla resulta accesible y la moral es tolerante, el peso parental se con. Vierte en un obstaculo para la procura de la expansién del joven, Esta varadoja no es una o ion, ya que hemos aprendido que el afec _Parenlal cOnstituye la base de seguridad que da al joven lnfaceze, ({aente para salir del capullo familiar Ei tin coiitexto social acomaa do, él conflicto 8é conVierte en ina esperanza liberadora.® En una ~rsiedad dificil, uno se somete con dicha al grupo familiar y encuentra ‘fugio en ella, ya que nos brinda seguridad y constituye wa tutor que ps Bula. Sin embargo, en una tivilizacién tolerante, la familia, que da al joven fuerzas suficientes para volar se transforma en un fact, que oeereea aa Su marcha sino aparece una comunidad acogedota que dé relevo a la familia. Vv HEREDAR EL INFIERNO

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