Material Sensorial 0 3 Aos
Material Sensorial 0 3 Aos
Material Sensorial 0 3 Aos
años)
Manipulación y experimentación
Berta Vila, Cristina Cardo
Material sensorial (0 - 3
años)
Manipulación y experimentación
Colección Biblioteca de Infantil
Serie Didáctica / Diseño y desarrollo curricular
Directores de la colección: Vicenç Arnaiz y Cristina Elorza
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óptico, de grabación o bien de fotocopia, sin la autorización escrita de los titulares del copyright.
Agradecemos a todos los niños y niñas lo que nos
han enseñado a partir de sus juegos.
También a todos aquellos que siendo conscientes
o sin saberlo nos han ayudado en nuestro
aprendizaje como maestras.
A Teresa Buscart, por el prólogo.
A Jose, Joan Carles, Arnau, Oriol, Eulàlia y Biel.
Índice
Prólogo
Introducción
3. Nos implicamos...
… en el aula
… con los niños y niñas
… con las familias
4. Observamos y reflexionamos
Acerca de las acciones
¿Qué observamos?
¿Cómo observamos?
¿Cuándo observamos?
Acerca de nuestra propia práctica
5. Materiales de exploración
Materiales naturales. ¿Por qué los utilizamos?
6. Propuesta de actividades
1. Del huerto y del jardín
Estampar con pimientos
Fresas y cerezas
Bonitos boniatos
Desgranar habas y guisantes
¿Qué hacemos con las granadas?
Calabazas: las reinas del otoño
Vainas de alubias
Aprovechando recursos: panochas de maíz y piñas de magnolia
¡Qué olor a primavera!
2. ¡Nos ensuciamos!
Chocolate a la taza…, ¡qué placer!
Flanes de gelatina
Barro y arena («pastitas» y «barbotina»)
Pastas y masas
Pasta al dente
4. Papus-tat
Nos escondemos (ropas y cajas)
Túnel oscuro
Descubrimos y jugamos con las sombras
Sombras de colores
Espectáculo de luz mágica
Linternas
5. ¿Todo suena?
Las cajitas de música
Pisar pasta
Cacerolas y cucharones en movimiento
Descubrimos los papeles
Cajas de latón, ¡qué emoción!
¡Atención, hacemos audición!
Referencias bibliográficas
Bibliografía
Prólogo
Teresa Buscart Corominas Cuestiones fundamentales. Como se
concibe a un niño.
La educación en la escuela infantil ha evolucionado notablemente, sobre todo
en la etapa que atiende niños menores de tres años. Actualmente se concibe al
niño como un sujeto que está en formación desde el nacimiento y, por lo
tanto, la calidad del ambiente educativo debe ser prioritaria.
En el marco de mejorar la calidad del ambiente educativo y de mejorar
estrategias en la educación de la primera infancia, nace este libro, que nos
aporta a los profesionales de la educación infantil una muestra sobre la
utilización de los elementos que nos ofrece el medio sociocultural. Su interés
radica en dos cuestiones fundamentales; por un lado, la importancia del
desarrollo de las aptitudes sensorio-motrices de los niños de la primera
infancia; por otro, la riqueza sensorial que nos ofrece el medio natural al
incluirlo en la acción educativa.
Este libro refleja parte del trabajo de unas maestras preocupadas por
ofrecer al niño un contexto educativo que le permita desarrollar al máximo su
sistema sensorial. Es una selección entre las múltiples actividades que se
pueden realizar en la escuela infantil para favorecer su capacidad de
aprendizaje y su conocimiento sobre el entorno próximo. El esfuerzo para
sistematizar sus propuestas, y sus reflexiones sobre la manera de introducir
las propuestas sensoriales en la clase y sobre las dificultades que cualquier
innovación educativa plantea, constituyen una aportación valiosa a la acción
pedagógica de la escuela infantil.
La divulgación de su experiencia forma parte del entusiasmo para
aumentar la calidad de la educación en la primera infancia y compartir estos
recursos educativos con otros maestros experimentados, a la vez que pueden
servir de complemento para la formación de los futuros profesionales.
Sin embargo, existe la preocupación de las autoras de que el libro se
utilice como recetario, centrándose excesivamente en las actividades. Así
pues, es necesario hacer hincapié en que la finalidad de cada actividad está
centrada más en cómo se realiza ésta que en la actividad misma. Es
imprescindible incluir estas experiencias en la vida cotidiana de la escuela,
descubrir los elementos naturales durante las actividades rutinarias o durante
el juego libre de los niños.
Es deseable que los maestros puedan utilizar las oportunidades que la vida
en la escuela infantil les ofrece espontáneamente para facilitar a los niños la
comprensión del mundo natural y aumentar, a la vez, el dominio de los
materiales utilizando las actividades específicas que se proponen. Así, la
observación diaria de la acción de la educadora, por ejemplo, al preparar un
ramo de flores para adornar la mesa o al mostrar interés por no derramar
innecesariamente el agua, forma parte del aprendizaje del uso social de los
elementos naturales, de las actitudes y de los valores que están presentes en
su utilización por los humanos. Toda actividad pedagógica debe contemplar
la realidad de los niños y niñas, su contexto sociocultural, y debe acrecentar
su motivación a fin de conocerlo mejor.
Finalmente, sólo cabe animar a los maestros y educadores para que se
atrevan a investigar con sus propios recursos en la misma dirección que nos
proponen las autoras. Al inicio vivirán su labor diaria con cierta
incertidumbre, pero seguro que descubrirán con entusiasmo que las
posibilidades de utilización de los elementos naturales son múltiples y darán
otra dimensión a su acción pedagógica.
Introducción
Este libro nace en una escuela infantil municipal de apenas diez años de vida
ubicada en un entorno rural. Como suele pasar en esta etapa, igual que en
otras, pocas veces dedicamos el tiempo a escribir detalladamente lo que
llevamos a la práctica en nuestras aulas. Hacemos algunas programaciones,
reflexionamos sobre las propuestas de actividades, elaboramos material, etc.,
pero no llegamos a dejar constancia escrita sobre la investigación y el trabajo
diario.
Conscientes de ese reto, durante estos años hemos ido introduciendo en
nuestras aulas nuevas maneras de trabajar, nuevos materiales, y nuevas
propuestas de gran creatividad. A partir de la observación de los niños y
niñas en las situaciones más cotidianas, tanto familiares como escolares
(comer, jugar en el recreo, tender, cocinar, ir a comprar, hacer salidas a los
alrededores de la escuela, etc.), hemos constatado que la vida diaria puede
ofrecer grandes oportunidades de juego. Nos hemos dado cuenta de que
puede ser divertido y que los pequeños disfrutan manipulando y explorando
con materiales usuales y que cualquiera puede tener a su alcance. Por
ejemplo, ¿cuántas veces hemos podido ver a un bebé jugando con el rollo de
papel higiénico o haciendo añicos el periódico de los domingos? Cualquiera
de estas situaciones nos es válida para llevar a cabo en nuestras aulas.
Los adultos prevén pintar en un lugar expresamente preparado. Los niños y niñas pintan a gusto
incluso en el polvo o con una esponja húmeda sobre la mesa mientras limpian. (Ritscher, 2003)
MANIPULAR Y EXPERIMENTAR
un momento u otro de su crecimiento, es más, probablemente en muchos
momentos de su vida, evolutiva y cognitivamente hablando, hará uso de estos
procedimientos aunque en grado muy distinto, dependiendo del momento
madurativo en que se encuentre.
A partir de la observación de lo que hay y sucede a su alrededor, niñas y niños son capaces, con
nuestra ayuda, de obtener e incorporar un gran caudal de información, formular hipótesis,
establecer relaciones, comprender y generalizar. Y pueden hacerlo gracias a la interacción con
los objetos, elementos del entorno y, evidentemente, a su relación con otros pequeños y adultos.
Para poder hacerlo necesitan disponer de ciertas condiciones: espacios adecuados donde poder
observar, experimentar, analizar y clasificar; y una actitud receptiva y motivadora, abierta,
flexible y al mismo tiempo rigurosa por parte del maestro, que emprende con seriedad y rigor
todas y cada una de las experiencias. (Jubete y Majem, 1992)
… jugando
JUGAR---- Kishimoto, Winicott
Antes de exponer la importancia del juego para los pequeños, tendríamos que
hacer una revisión de los conceptos jugar y juego.
Según Kishimoto (en Martí Sala, 1989), jugar es la acción que el niño
hace cuando concreta las reglas del juego, al sumergirse en la acción lúdica;
es el hecho lúdico en acción. En el diccionario se define como el
entretenimiento de los niños, haciendo ejercicios más o menos
reglamentados, imitando lo que ven en los adultos.
El juego, para Winicott (en Martí Sala, 1989), es una forma fundamental
de vida, una experiencia creativa que contribuye al desarrollo gracias a una
comunicación consigo mismo y con los otros. Para este autor, lo que
caracteriza el juego es que se desarrolla en un área intermedia entre el mundo
psíquico interno (el mundo de las sensaciones, emociones, deseos e
imágenes) y el mundo exterior. El niño utiliza objetos y circunstancias del
mundo exterior para ponerlos al servicio de su imaginario.
El juego ayuda al desarrollo y crecimiento de los niños. Es la mejor
manera de aprender y conocer. A través del juego, explora y conoce su
entorno, las personas y objetos que tiene a su alrededor; le ayuda a construir
su propio yo, y aprende a relacionarse con los demás.
Pero no hace falta saber mucha teoría para darnos cuenta de la
importancia que tiene el juego en la vida de los pequeños. Jugar no es un acto
inconsciente. Cuando un niño juega, está sumido en una gran concentración y
todo su cuerpo está implicado, ya sea porque está manipulando objetos, ya
sea porque, cuando juega, siente un gran placer y a su cuerpo llegan multitud
de sensaciones corporales. EL JUEGO AYUDA....
Diferentes psicólogos, pedagogos y maestros han considerado el juego
muy importante para el desarrollo global de los niños y las niñas más
pequeños. Por una parte, se cree que el niño juega para irse aproximando al
mundo de los adultos. Los niños imitan o simbolizan lo que ven en los
adultos más cercanos a ellos y van incorporando nuevos comportamientos,
papeles y habilidades en sus actitudes. Pero, por otra parte, se cree que el
niño recurre al juego precisamente para escapar del mundo de los adultos,
para crear su mundo de fantasía e imaginación. Las dos posturas pueden ser
válidas, pueden darse simultáneamente. Hay momentos en que los niños
juegan y simbolizan la realidad de los adultos y momentos en que necesitan
huir y crear sus propios mundos.
Creemos conveniente que los niños jueguen, y tanto en casa como en la
escuela tenemos que potenciar el juego. Los niños pasan gran número de
horas al día jugando, exceptuando el tiempo que dedican para satisfacer sus
necesidades (comer, dormir, higiene personal, etc.). Muchos de los niños que
asisten a la escuela pasan en ella la mayor parte de la jornada, por eso
debemos tener en cuenta que para ellos es muy importante jugar, con el juego
desgastan energía. Pero también necesitan descansar y «cargar pilas». Por
este motivo, conviene combinar actividades de juego con actividades de
descanso que satisfagan las necesidades de los bebés. Además, cuando un
bebé tiene hambre, sueño o está cansado no tiene ganas de jugar o, si lo hace,
no le saca todo el jugo. No es posible aprender en estas condiciones de la
experiencia de jugar.
El juego va unido al proceso madurativo de los niños. A medida que van
creciendo y se van desarrollando, su juego también cambia y evoluciona. Al
inicio de su vida, las actividades de un bebé son limitadas, pero igual de
importantes. Dedica gran parte de su tiempo a dormir y comer, pero cuando
está despierto todo su mundo se abre a los sentimientos, a percibir a través de
los sentidos. Explora e identifica sonidos, luces, sus extremidades. Predomina
el juego sensoriomotor de carácter manipulativo y exploratorio.
Según va creciendo, el juego va ocupando la mayor parte de la vida del
bebé. Cuando ya tiene la capacidad de caminar, sus exploraciones y los
dominios de sus acciones se ampliarán. En sus juegos tendrá que ir
asumiendo reglas y tendrá que coordinar sus acciones con las de sus
compañeros; entrará en un juego más de interacción, cooperativo y de
relaciones. Más tarde, incorporará el lenguaje en sus juegos y podrá
comunicarse y expresar todas sus experiencias.
Según Bruner (1984), el juego es más rico si se hace en compañía y no en
solitario. Y sobre todo en los pequeños, es mucho más rico y prolongado
cuando se hace en parejas que cuando se juega solo o en grupos muy amplios.
Las experiencias de juego, en los primeros años de vida, serán positivas
siempre y cuando se tengan en cuenta unos determinados aspectos: tener unos
espacios adecuados y bien distribuidos que posibiliten la actividad lúdica;
que los pequeños puedan interactuar con los materiales que les ofrezcamos;
EXPERIENCIAS DE JUEGO POSITIVAS SIEMPRE Y CUANDO....
que puedan establecer relaciones con los demás y, además, que puedan tener
siempre a la educadora localizable, atenta a cualquier demanda, asegurando
un ambiente estable y proporcionando seguridad e información en el
momento en que así lo precisen.
Los materiales que ofrecemos a los niños no son el aspecto más
importante, para ellos el juguete o material no es más que una oportunidad
para desarrollar una actividad lúdica. Muchas veces, los adultos nos
preocupamos o nos empeñamos en buscar objetos únicos con los que nuestros
niños puedan jugar, y nuestras esperanzas de que les gusten se ven frustradas
cuando les vemos jugando con el papel y la cinta con los que venían
envueltos. A menudo, podemos ver a los pequeños jugando con los
materiales más sencillos, los que encuentran. Por eso, en este libro hemos
querido destacar un gran número de actividades lúdicas que se pueden
realizar en las aulas de las escuelas infantiles con materiales muy naturales y
que están al alcance de todos. Todas las actividades que presentamos tienen
como finalidad la acción lúdica, en la que los niños pueden madurar y crecer
a partir de la interacción con los materiales y con los demás niños con los que
se relacionan. FINALIDAD DE LAS ACTIVIDADES DEL LIBRO
La capacidad de juego es inmensa y son capaces de transformar cualquier
objeto en un juguete o, por ejemplo, crear situaciones de juego con una
simple pinza de tender la ropa, una cuchara, etc., ya que en sus juegos pueden
transformarlas en un avión, en un tren, o pueden servirles como palanca para
lanzar otros objetos, etc. Lo importante no es el juguete en sí, sino lo que el
niño puede hacer o crear con él. Por eso, creemos que los materiales y objetos
que ofrecemos tienen una gran importancia en el desarrollo de la capacidad
de imaginar, crear, relacionar, inventar… En definitiva, son objetos abiertos a
todo, al juego principalmente.
Considerando que los niños pasan gran parte del tiempo jugando, las
maestras deberíamos tener en cuenta que es necesario incorporar el juego
como un recurso didáctico. Le tendríamos que dar una intención, unos
objetivos definidos y valorar la importancia que tiene en el desarrollo y el
aprendizaje infantiles.
El tiempo de juego tiene que servir a los educadores para observar a los
niños y niñas, ver sus necesidades de juego para ofrecerles el material más
adecuado e intervenir cuando haga falta, no de una manera excesiva,
estimulando y reconduciendo posibles caminos que sea necesario seguir.
Hasta los cuatro, cinco años el niño pasa la mayor parte del tiempo jugando. Nadie negará que
sus juegos son siempre una oportunidad para realizar experiencias cognitivas, afectivas y
sociales. El niño, jugando, aprende sin darse cuenta. (Martí Sala, 1989)
El juego no es sólo juego infantil. Jugar, para el niño y para el adulto, es una manera de utilizar
la mente y, aún mejor, una actitud sobre cómo utilizar la mente. Es un marco en el cual poner a
prueba las cosas, un invernadero en el cual poder combinar pensamiento, lenguaje y fantasía.
(Bruner, 2003)
1. Las definiciones están extraídas del Diccionari de la Llengua Catalana. Barcelona. Enciclopedia
Catalana/Ed. 62, 1995.
2
El despertar de los sentidos
Desarrollo sensorial
Cuando te despiertas por la mañana, ¿sientes el calor de la cama?, ¿apagas el
despertador?, ¿ves la luz del sol que entra por la ventana?, ¿oyes los sonidos
de casa y percibes los olores del desayuno? Todas estas sensaciones ponen en
juego tus sentidos.
Las personas y los animales tenemos cinco sentidos: la vista, el oído, el
olfato, el gusto y el tacto. Los ojos, las orejas, la nariz, la lengua, los dedos y
la piel siempre trabajan recogiendo información del mundo que nos rodea,
incluso cuando dormimos envían señales sensitivas al cerebro. El sistema
nervioso, a la vez que coordina los movimientos, recibe y responde a los
mensajes que llegan del exterior.
Para poder entender mejor cómo nos llegan las sensaciones a través de
nuestros sentidos, hemos creído oportuno buscar algunas definiciones2:
⧫ Sensación: En el lenguaje filosófico, el término sensación designa generalmente la impresión
que nos es dada por medio de los sentidos.
En el lenguaje científico, para Wilhem Wundt (1832-1920: Grundzüge der physiologische
Psychologie, 1874), las sensaciones son estados de conciencia producidos por la acción de
fenómenos exteriores que actúan sobre los órganos sensoriales.
Acción de sentir. Impresión causada en el sujeto mediante los sentidos.
⧫ Sensitivo: Relativo o perteneciente a los sentidos o las sensaciones.
⧫ Sensorial: Relativo o perteneciente al sensorio o a los órganos de los sentidos. 2. Aparato
sensorial. Conjunto de estructuras encargadas de la recepción, la transmisión y la integración de
las sensaciones (táctiles, visuales, auditivas, etc.). Contiene los receptores nerviosos, los nervios
sensitivos aferentes y la corteza cerebral, donde el estímulo que se percibe es convertido en
sensación.
⧫ Percepción: Acto por medio del cual un sujeto conoce la información transmitida por los
mensajes sensoriales consecutivos a una excitación cuyo origen está tanto en nuestro entorno
como en nuestro propio organismo. Como un momento del proceso cognoscitivo intermedio
entre la pura sensación y la aprehensión propiamente intelectual.
La vista, el olfato, el tacto, el oído y el gusto, son los cinco sentidos con
los que podemos conocer el mundo que nos rodea. Son los que nos ayudan a
distinguir entre el placer y el dolor. Tomando como punto de partida las
definiciones anteriores, es obvio que las situaciones placenteras son las más
satisfactorias para poner en marcha el mecanismo de aprendizaje y
conocimiento. Por el contrario, cuando se siente dolor o malestar, nuestra
mente está centrada en otros intereses.
Así, desde la escuela infantil tenemos que satisfacer las necesidades de los
niños y niñas para que cuando estén satisfechos puedan estar abiertos a
situaciones de juego y relaciones sociales y, en definitiva, crecer física y
emocionalmente.
Desde el momento en que nacemos empezamos a utilizar los sentidos. Son
el medio para adaptarnos y conocer nuestro entorno. A partir de esta premisa,
creemos que hace falta cuidarlos y estimularlos.
Durante las distintas etapas de la gestación, cada sentido se va
desarrollando a medida que el feto va creciendo. Así, podemos decir que ya a
los cinco meses de embarazo el feto puede llegar a oír. No obstante, es a
partir del nacimiento cuando los sentidos toman vital importancia, porque son
el medio para recibir mensajes del mundo que nos rodea y, a la vez, nos dan
información sobre nosotros mismos, sobre lo que vemos, lo que escuchamos,
sentimos y tocamos, etc.
Por ejemplo, cómo nos sentimos ante algo suave o agradable o, por el
contrario, ante algo áspero, frío, etc.; si hay algún peligro cerca; si la comida
está en buenas condiciones y, además, si las otras personas o animales son
agradables y sienten afecto por nosotros, etc. Mediante estos
descubrimientos, los bebés irán adquiriendo conocimiento y aprenderán a dar
respuesta mediante el movimiento, el lenguaje, las emociones y el
pensamiento. Una vez hemos despertado los caminos para conocer, los
sentidos siempre están alerta y disponibles, así el bebé los puede hacer servir
cuando y como quiera.
Hace muchos años que la educación de la primera infancia asume el hecho de que los niños
adquieren conocimientos a través de los sentidos. Piaget demuestra que esta creencia es correcta
sólo parcialmente, por dos razones. Primero, la adquisición del conocimiento físico no depende
solamente de los sentidos del niño, sino también de la interpretación que él haga de la
información sensorial mediante su estructura lógico-matemática. La información sensorial se
obtiene solamente cuando el niño toca un objeto. El niño adquiere el conocimiento físico por la
La vista
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.
(Poesia. Antonio Machado)
Chica de porcelana
eres tan frágil que te encerraste
bajo una campana
que suena dulce y es de cristal
(Chica de porcelana. Pau Riba)
Uno de los sentidos que más desarrolla el feto es el oído. Desde las primeras
semanas de gestación, su oído es excelente y funciona perfectamente. Dentro
del útero está acostumbrado a oír el latido del corazón de la madre, así como
los ruidos que hace el organismo materno (los pulmones, el aparato digestivo,
etc.) e incluso su voz, que le tranquiliza y que será capaz de reconocer cuando
haya nacido.
Hacia la semana veintidós de gestación el feto responderá al sonido, el
ritmo y la melodía. La madre puede cantarle y hablarle, porque el feto ya oye.
Tras el nacimiento, probablemente se tranquilizará al oír las mismas
canciones, que lo relajarán, y se sentirá a salvo y seguro al oír las voces de
sus padres. Un feto de veintiséis semanas escucha frecuencias de sonido que
nosotros no percibimos, y se moverá más como respuesta a las frecuencias
altas, más que a las bajas. También moverá el cuerpo a ritmo de la
conversación de la madre; a partir de este mes, empezará a responder a golpes
de tambor mediante saltos arriba y abajo.
El recién nacido ya se encuentra en condiciones de percibir los estímulos
sonoros y reacciona efectivamente a ellos. Desde el punto de vista anatómico,
el oído está completamente desarrollado, y sólo el encontrarse el conducto
auditivo externo lleno de descamaciones cutáneas y vérnix caseosa hace
dificultosa la llegada de los estímulos hasta la caja del tímpano.
El proceso de maduración se inicia en el nacimiento. El niño reacciona a los ruidos desde el
primer día, si bien su reacción puede ser atribuida a las sensaciones vibratorias del aire más que
a la percepción auditiva.
Según Kasatkine y Piaget, el niño, entre 3-4 meses, se concentra cuando siente un sonido y gira la
cabeza hacia la dirección de donde proviene; la cual cosa nos indica que comienza la
localización auditiva en el espacio.
A los cinco meses distingue la voz de sus familiares. Progresivamente se va consolidando la
distinción de las personas por la voz.
Entre los 2-3 años, el niño es capaz de reconocer una canción, de distinguir el sonido de algunos
animales y de reproducir melodías. (Balaguer y otros, 1980)
El tacto
Si el mundo como representación táctil penetra en la conciencia por tu mano,
también corresponde a la mano una preeminencia absoluta
en el dominio del mundo real y en el mundo representado de los cuerpos.
(El mundo de las sensaciones táctiles. David Katz)
Los bebés, desde muy temprana edad, son capaces de coger objetos y
ponérselos en la boca, sin mirarlos; para ellos es su primera fuente de placer,
aprenden a conocer los objetos chupándolos. Es importante que les dejemos
ponerse cosas en la boca, ya que a partir de ahí irán conociendo su entorno y
sabrán distinguir cualidades agradables o desagradables de los objetos. No es
bueno que lleven puesto todo el día el chupete, porque con él no pueden
descubrir ni expresarse con chillidos o sonidos guturales.
En la escuela infantil el sentido del tacto es, quizás, el que más se tiene en
cuenta a la hora de realizar actividades, ya sea porque tenemos muchos más
recursos o porque muchas de las tareas de manipulación y experimentación
trabajan el sentido del tacto.
Los niños tienen una gran predisposición a tocar, aunque a veces nos
podemos encontrar con alguno al que, en un principio, le cueste un poco tocar
y manipular con algún tipo de material, sobre todo con aquellos que ensucian
(gelatina, espuma de afeitar, fango, etc.). Tenemos que respetar su decisión,
pero seguro que cuando observe a sus compañeros se decidirá a actuar él
también, aunque esto puede suceder en una segunda o tercera sesión.
Básicamente, cuando queremos trabajar el sentido del tacto lo hacemos
con las manos, pero en alguna ocasión cuando hemos tenido los recursos
adecuados para realizarlo (espacio, personal, tiempo, etc.), los pequeños
también han podido percibir con todo su cuerpo.
El gusto
Nací con la boca abierta… entrando a este mundo jugoso
de duraznos y limones y sol maduro […]
Nací en alguna parte entre el cerebro y la granada
saboreando las texturas deliciosas
de cabello, manos, ojos, […]
(Afrodita. Isabel Allende)
Está demostrado que hacia el final del embarazo las papilas gustativas del
feto están desarrolladas y le permiten distinguir el sabor de las diferentes
sustancias que tome la madre y que pasan al líquido amniótico a través de la
placenta. El feto con veintidós semanas ya puede distinguir lo dulce de lo
amargo.
El lactante reacciona a diversos sabores, aunque necesita estímulos más
intensos que el adolescente. Los sabores que aprecia con más facilidad son el
dulce y el ácido. Sólo algunos lactantes reaccionan ante el salado y el
amargo. Pero lo que sí se observa en los lactantes es la reacción ante
alimentos de distinto sabor, sobre todo cuando se han creado reflejos
condicionados. Aun cuando el lactante sea capaz de distinguir de manera
diferente distintos sabores, la manera de aceptarlos no es la misma que la de
un adulto. Así, no es infrecuente que el lactante acepte hasta bastante
avanzado el primer año e incluso el segundo sabores amargos que rechaza el
adulto, como el del aceite de hígado de bacalao o el del aceite de ricino.
En el recién nacido y el lactante, los receptores gustativos están más repartidos, en extensión, que
en los adultos. En general (según Kasatkine) las sustancias amargas, las saladas y las ácidas
provocan reacciones negativas, muecas, cerrar los ojos, retirar la lengua, náuseas, vómitos; las
sustancias dulces provocan respuesta positiva, con movimientos de succión. (Balaguer y otros,
1980)
A partir del tercero o cuarto mes los bebés son capaces de ponerse un
objeto en la boca y empiezan a desarrollar la coordinación óculo-manual, por
lo que podemos decir que van ejercitando el sentido del gusto, la vista y el
tacto. Desde la escuela infantil creemos oportuno ofrecer una amplia variedad
de actividades, materiales y propuestas.
Observando el entorno más próximo a los niños, tanto en casa como en la
propia escuela, tenemos la tendencia a ofrecer materiales de plástico que no
producen ninguna sensación desde el punto de vista gustativo. Es importante,
ya en las primeras edades, que los niños puedan tener contacto con otros tipos
de materiales (madera, metal, vidrio, tela…) para que a través del gusto
puedan conocer las cualidades de los diversos objetos y estimular el sentido
del gusto. Es interesante ofrecer diversas posibilidades y despertar en los
pequeños el interés en probar y descubrir nuevos sabores.
El gusto está presente a lo largo de nuestras vidas en muchas situaciones,
y es a partir de este sentido que podemos encontrar un gran placer con la
cocina y la alimentación, pilar fundamental para nuestra salud. Además,
vivimos en una cultura mediterránea que, por tradición, establece muchos
encuentros familiares y sociales alrededor de una mesa, con todo lo que ello
implica.
En la escuela procuramos trabajar todos los gustos (dulce, salado, ácido y
amargo) dejando de lado el picante, ya que no nos parece adecuado para la
edad de los niños. Nos hemos recreado mucho más en el dulce, por el placer
que sienten cuando comen algún alimento de este tipo, lo que les implica y
les motiva a querer probarlo más, y repetir el juego.
El olfato
Tus renuevos son paraíso de granadas, con frutos suaves, de flores de alheña
y nardos; nardos y azafrán, caña aromática canela, con todos los árboles
de incienso; mirra y áloe, con todas las principales especias aromáticas.
(Afrodita. Isabel Allende)
3. Información extraída de Plaza Montero (1976), Mehler y Dupoux (1994) y Osterrieth (1984).
3
Nos implicamos…
… en el aula
Entre aprender y enseñar, […] nosotros damos prioridad al primero;
el objetivo de la enseñanza es ofrecer condiciones para aprender.
(Malaguzzi, 2001)
No es novedad decir que el maestro tiene que ser al aula lo que un director a
una orquesta. Éste dirige para que todos vayan a acorde, pero realmente son
los músicos quienes hacen sonar los instrumentos, y con tanto acierto que el
resultado es buena música.
La maestra o el maestro tiene que saber en qué estadio evolutivo están
«sus músicos», poner imaginación y creatividad en las propuestas de juego
(recordemos que el juego es trabajo), saber motivar, ser modelo de actitud y
comportamiento, en resumen, hacer la «gestión».
Además, es imprescindible que existan lazos afectivos con los niños y
niñas, que la maestra sienta placer con su trabajo, que disfrute viendo cómo
aprenden los pequeños, que tenga sentimiento de empatía hacia ellos. En
estas primeras edades los sentimientos de empatía producen un bienestar, una
tranquilidad emocional indispensable para el crecimiento de la personalidad y
el desarrollo evolutivo. En definitiva, que haga sentir a sus pequeños que son
queridos y respetados.
Los adultos usan las verjas para mantener controlados a los niños dentro de un cierto territorio.
Los niños las utilizan para establecer contactos con el mundo exterior. (Ritscher, 2003)
[…] Dentro de este planteamiento el maestro no es un repartidor de conocimientos. Sino un
auténtico coordinador de situaciones que se dan dentro del marco escolar y fuera de él. El
espacio vivido es la mejor fuente de reflexión aprendizaje. Es una nueva manera de hacer escuela,
que mayores y pequeños encontremos el placer de la sorpresa: el arte de la investigación.
(Bassols y otros, 1990)
En la escuela, pues, el juego explorativo no puede ser reducido a un ejercicio de trabajar con las
manos sobre diversos materiales, ni que sea en situaciones motivadoras. El enseñante tiene que
saber que la exploración responde a una necesidad cognitiva y, por eso, tiene que buscar
explicitarlo a través de palabras y sugerencias comprensibles, encaminando las observaciones de
manera que se desarrollen las capacidades de imaginación más incluyentes. (Arcá y otros, 1990)
⧫ Le gusta o no manipular materiales con texturas diferentes (agua, gelatina, espuma,
mijo…). Disfruta, se resigna o se niega a tocarlos.
⧫ Le molestan o se recrea con las actividades que ensucian.
⧫ Explora las propiedades del material (llena, vacía, transvasa, embotella, envasa, traslada,
cambia…).
⧫ Explora sus propias capacidades físicas (psicomotricidad gruesa y fina, ritmo, tonicidad).
⧫ Realiza actividades de exploración simples o complejas (apila, agrupa, arrastra, hace
trenes, filas, etc.).
⧫ Manipula y experimenta. Entiende qué está haciendo y pone intencionalidad en el juego.
⧫ Observa a los demás e imita, o bien tiene iniciativa para crear.
⧫ Respeta a los demás y sabe esperar su turno.
⧫ Solicita lo que desea a partir de gestos, sonidos, sollozos o palabras.
⧫ Respeta o descuida el material.
⧫ Interacciona con los compañeros o juega solo.
⧫ Verbaliza sus acciones mientras dura el juego.
¿Cómo observamos?
La forma ideal de poder realizar las actividades haciendo una buena
observación sería con dos maestras en el aula, para que una pueda estar
pendiente de los niños y la otra pueda recoger los datos, por escrito o en
imágenes. Si eso no es posible, tenemos que buscar otras alternativas. Todos
los datos que podemos obtener a partir de la observación directa se pueden
sistematizar a través de cuadrículas, pautas de observación y anotaciones en
la libreta, mientras los niños y niñas realizan las actividades o, normalmente,
cuando ya hemos acabado.
Otras formas de observación son la fotografía y la filmación. La fotografía
sirve para analizar la situación, ya que podemos observar detalles que durante
las actividades se nos pueden pasar por alto. Un ejemplo de ello lo tenemos el
día que jugamos con harina. Ese día repartimos el material equitativamente,
como tantas otras veces, y durante el desarrollo de la actividad no hubo
ningún problema, todos jugaban con atención. Cuando revisamos las
imágenes nos dimos cuenta de que una niña, Paula, estaba experimentando
con dos tapas y no con la cuchara que habíamos dado; entonces fuimos
conscientes de la necesidad que tenía ella en aquel momento. A partir de aquí
pudimos conocer un poco más el momento en que se encontraba Paula y
también plantearnos cómo modificar el reparto del material, de manera que
cada criatura pueda escoger los utensilios que más le convengan.
En cuanto a la filmación, cabe destacar que el vídeo nos permite percibir
el ambiente general de la clase, darnos cuenta del movimiento de los niños,
del ruido que puede haber, de los juguetes que molestan, etc.
Finalmente, las producciones de los niños y niñas, que pueden ser dibujos
o murales, son útiles para analizar los errores en la técnica. Por ejemplo, si el
papel era el adecuado, si la textura era la idónea, etc.
¿Cuándo observamos?
Observamos durante todo el proceso y al finalizar el juego o actividad.
Cuando hablamos de los procesos nos referimos a los pasos que realiza el
niño para alcanzar los aprendizajes. Estos pasos son:
1. Observar (¿qué es esto?).
2. Experimentar (¿qué puedo hacer con?, ¿qué pasa cuando…?).
3. Clasificar (esto es como…).
4. Hacer hipótesis (qué pasa si…).
[…] En cambio, a muchos niños de esta edad se les dan diariamente los mismos juguetes. La
persistencia de un mismo material no puede estimular al niño a mantener su interés, ni tampoco
satisfacer la viva e incansable curiosidad que tiene por el mundo que le rodea, del cual, cada vez
es más consciente. (Goldschmied, 2000)
6
Propuesta de actividades
Justificación
Aprovechar las formas que la naturaleza ofrece es una buena manera de
aprender a observar. Estampando podemos establecer relaciones entre los
objetos y las imágenes. También nos permite hacer abstracción del objeto
real, no desde el punto de vista cognitivo, sino para crear imágenes estéticas
bastante elaboradas que de otra forma los niños y niñas de estas edades sería
imposible que pudieran realizar.
Material
⧫ Pintura témpera de diferentes colores.
⧫ Pimientos de distintos colores, formas y medidas.
⧫ Bandejas.
⧫ Papel.
⧫ Batas.
Organización y funcionamiento
Después de mirar la forma de los pimientos por fuera, los abrimos
horizontalmente para darnos cuenta de la forma que tienen. Podemos probar
si tiñen el papel y, cuando ya no dejen huella, los podemos mojar en pintura
que previamente habremos puesto en bandejas.
Se trata de imprimir en el soporte con el perfil del pimiento para descubrir
el dibujo de flor que dejan en el papel.
Antes de hacer esta actividad, es importante haber jugado con los tubos de
cera de limpiar zapatos, con esponjas, etc., ya que la primera intención de los
niños y niñas es mojar en la pintura y frotar para llenar todo el espacio de
color.
Esta actividad se puede llevar a cabo con los «sombreros» de las bellotas;
con naranjas, calabacines, mandarinas, limones, manzanas, patatas…, en
definitiva, toda clase de frutas y verduras, para ser conscientes de los
diferentes dibujos que dejan.
Fresas y cerezas
Justificación
Material
⧫ Paneras con fresas o cerezas.
⧫ Papel secante.
⧫ Prensa.
Organización y funcionamiento
Bonitos boniatos
Justificación
El trabajo previo es parecido al de las calabazas y podemos tener los boniatos
en clase como recurso, para cargar camiones, llenar cajas, etc. Además, es un
fruto habitual de nuestro clima y muy típico en ciertos momentos del año.
Durante el otoño, casi en todas las escuelas se habla de él, pero pocas
veces pasados los días, durante el invierno, nos acordamos de que podemos
aprovechar más este recurso.
Material
⧫ Boniatos.
⧫ Papel blanco grande para forrar las mesas.
⧫ Batas.
⧫ Azúcar.
⧫ Tenedores.
Organización y funcionamiento
Ante todo, recomendamos forrar las mesas y poner las batas a los niños.
Podemos presentar algunos boniatos crudos, enteros con piel o a rodajas, y
otros también enteros y con piel, pero hervidos o asados. Unos fríos y los
otros calientes, respectivamente, de forma que los niños y niñas tengan que
descubrir qué está pasando, dónde está la diferencia, qué ha ocurrido para que
sufran este cambio, y sean capaces de darse cuenta de que unos se pueden
pelar con los dedos y los otros no. Después, podemos añadir azúcar,
mezclarlo y chafarlo para poderlos probar y jugar con el puré.
Finalmente, lavaremos las manos y con el papel resultante podemos hacer
otro cuadro para la clase.
Justificación
Los motivos que han desembocado en esta actividad son varios. En primer
lugar, la necesidad de buscar nuevas experiencias, la variedad de sensaciones,
el descubrimiento de un elemento de su entorno y, finalmente, el trabajo de
motricidad fina que se realiza.
Un aspecto que hay que realzar es el más lúdico. Para los pequeños es un
juego, no lo ven como un trabajo, sino que disfrutan con la sorpresa de abrir
unas vainas y no saber cuántos pequeños frutos encontrarán.
Material
⧫ Cestos de habas o guisantes con vaina.
⧫ Vasos transparentes.
⧫ Cestas vacías.
Organización y funcionamiento
Se han puesto en la mesa los cestos de habas previamente marcadas con un
cuchillo de arriba a abajo para facilitar a los más pequeños el trabajo de
abrirlas.
Cada cual, sentado alrededor de la mesa, tiene un vaso transparente (o más
de uno si lo pide). Empezamos a desgranar y cuando la actividad va
terminando en otro espacio del aula tenemos un cuenco mayor y unas cestas
para recoger lo que hemos hecho entre todos, las habas, las vainas ya vacías y
los vasos.
Es muy interesante seguir trabajando y jugando con lo que hemos
obtenido, secándolas, poniendo algunas en la cocinita, descubriendo el sonido
de las secas y el silencio de las tiernas… cortando vainas con tijeras…
¿Qué hacemos con las granadas?
Justificación
Las granadas son frutos muy útiles para disfrutar en clase. Pueden ejercer
distintas funciones, todas ellas igual de educativas.
Son ricas en estímulos y posibilidades porque sirven para el rincón de
observación, para la tienda o cocina en el juego simbólico.
Son interesantes sobre todo en las primeras edades, ya que tienen la piel
de distintas tonalidades de color, degradaciones de tono en una misma pieza,
es dura, resistente y lisa; rueda bien y aunque pesa los niños la pueden
transportar cómodamente algunas veces con una mano y otras con las dos (lo
que implica un conocimiento de las capacidades propias, aplicación de la
fuerza apropiada, destreza, etc.).
Una vez nos decidimos a abrirlas, tienen un rojo intenso con un ligero
toque transparente y brillante al mismo tiempo. Con estas características, es
una fruta que nos ofrece múltiples posibilidades. Desde el punto de vista
visual es muy sugestiva y, además, al explotar las granas dejan mancha y, por
lo tanto, trazo. Desde un punto de vista más táctil, son húmedas y frías, y sus
semillas muy distintas a todo lo que habitualmente tocamos. También su
sabor y textura dentro de la boca son muy interesantes. Es importante, pues,
el conocimiento del fruto en sí mismo, las sensaciones que aporta y la
motricidad fina.
Material
⧫ Una cesta con unas cuantas granadas.
⧫ Papel blanco grande (para forrar las mesas).
⧫ Platos y/o bandejas.
⧫ Herramientas (palos, cucharas, rodillos de pintor, matasuegras, etc.).
⧫ Contenedores pequeños transparentes (vasos, tubos, botes, recortes de manguera…).
⧫ Blísters de cajas de galletas o bombones.
⧫ Bolsas de basura.
Organización y funcionamiento
Justificación
Son un recurso inmejorable para las clases de los más pequeños, sobre todo
por sus características físicas (diferentes tamaños, formas, colores, texturas,
pesos, volúmenes, etc.).
Las actividades que podemos hacer con ellas son de psicomotricidad, de
experimentación, de matemáticas, de descubrimiento, de expresión plástica,
etc.
Material
⧫ Calabazas de jardín (de decoración) tiernas y secas.
⧫ Calabazas comestibles.
⧫ Cestas.
Organización y funcionamiento
Podemos poner en algún espacio del aula una cesta con calabazas de distintas
medidas, y paneras y cestos también de distintas medidas para que los niños y
niñas puedan buscar la que mejor encaja en cada cual.
Son ideales para disfrutar viendo cómo las trajinan de arriba abajo del
aula. Y también porque ofrecen muchas posibilidades de desarrollo motriz:
como punto de apoyo de los más pequeños, que se empiezan a levantar, para
sentarse los medianos y para subirse encima, de rodillas o de pie, los
mayores.
Cuando se empiezan a estropear, o a alguna se le hace una brecha,
podemos aprovechar la ocasión para abrirla, olerla, mirar cómo es por dentro,
tocarla (al que le apetezca) y, finalmente, arrancar las semillas.
Las podemos poner a secar para hacer móviles o instrumentos, murales de
transparencias, collares… y también podemos hacer puré para jugar, etc. Allá
cada cual con su imaginación y su capacidad ecológica para reciclar los
productos de clase.
Vainas de alubias
Justificación
Material
⧫ Vainas de alubias.
⧫ Caja grande de cartón o un cesto grande.
⧫ Cestas o cajas pequeñas (opcional).
⧫ Algunos botes pequeños de cristal transparente con tapa (como los de mermelada).
Organización y funcionamiento
Presentamos todas las vainas en una caja y son los mismos niños y niñas
quienes marcan el ritmo de la acción. Vaciarlas; llenar las cestas pequeñas, en
el caso de que las hayamos puesto; pisarlas para hacerlas crujir… y casi
seguro que alguno descubre algunas alubias que siempre quedan en medio.
Las judías que encontramos, dentro de un bote de cristal suenan al guardarlas.
Se trata, básicamente, de actuar en un espacio grande y libre de
obstáculos, donde nos podemos cubrir partes del cuerpo, esconder, etc.
Aprovechando recursos: panochas de maíz y piñas
de magnolia
Justificación
Estas dos propuestas responden a las ganas que a menudo nos demuestran los
niños y niñas de pellizcar objetos pequeños. Son muchas las veces que los
vemos recogiendo piedrecillas en el patio, por ejemplo. En otras situaciones,
buscan algún agujero para llenarlo, como poner tapones a las botellas o tirar
monedas a una hucha. A partir de la observación de estos pequeños juegos,
aprovechamos recursos naturales para que puedan realizar estas acciones,
pero añadiendo la riqueza de los materiales naturales.
Material
⧫ Panochas de maíz.
⧫ Vasos y botellas transparentes.
⧫ Mesa y sillas.
⧫ Trenza de rafia.
⧫ Piñas de magnolia.
⧫ Botes de cristal para especias.
Organización y funcionamiento
Justificación
Hemos hablado de la importancia de la naturaleza. Así pues, era de esperar
alguna actividad con flores y plantas.
Es fundamental tener un espacio exterior rico en elementos naturales
(tierra, plantas, árboles, flores, piedras, etc.). En algunas escuelas, sobre todo
las que se encuentran en cascos urbanos, esto puede ser una dificultad, pero
no por eso debemos renunciar a disfrutar de algo tan hermoso e importante
para nosotros. Siempre existe la opción de poner jardineras y macetas con
arbustos (si el espacio es grande) y con plantas aromáticas, ya que viven
perfectamente en ellas, duran todo el año (incluso con temperaturas bajo
cero) y florecen en primavera.
No obstante, si no puede utilizarse este recurso, es posible comprar plantas
aromáticas o ramilletes ya secos en las floristerías.
En estas actividades es importante poder ver una coherencia, un progreso
de lo que estamos haciendo y, además, que los niños y niñas puedan ser
conscientes de los cambios que están sufriendo las plantas. Sería muy
interesante que vieran el proceso de transformación.
Material
⧫ Variedad de plantas, sobre todo aromáticas: tomillo, romero, espliego, verbena, menta,
hierbabuena, manzanilla, perejil, hisopo, ruda, laurel, melisa, salvia, orégano, hinojo, etc.
⧫ Variedad de flores: milenrama, siempreviva, clavel, malva, crisantemos, pensamientos, etc.
⧫ Tijeras.
⧫ Hebras de rafia.
⧫ Secadero o espacio ventilado para secar las flores o las plantas (puede ser un hilo colgado en la
misma clase).
Organización y funcionamiento
Se trata de salir al patio a recoger flores o plantas aromáticas en general.
Miramos, olemos y recolectamos las que más nos gustan, nos interesan o
están en su mejor momento. Con ellas podemos hacer ramos de decoración,
coronas; podemos llenar bolsitas de ropa que servirán para aromatizar;
preparar colonia de lavanda, etc.
La mayoría también se pueden prensar para elaborar un herbario, hacer
transparencias, manualidades, etc.
En definitiva, son un recurso interesante que podemos utilizar como nos
parezca más útil.
2. ¡Nos ensuciamos!
Es evidente que con este título tenemos que dar ciertas explicaciones.
Nos hemos fijado como objetivos disfrutar del placer de tocar texturas
agradables sin límite de acción; aprender a percibir sensaciones; descubrir
materiales y sus propiedades; expresar mediante la acción sobre el material el
estado emocional del momento, actuando con total libertad y, por último,
sentir placer jugando.
De entrada, los adultos solemos dar por supuesto que los niños se
ensucian y que disfrutan haciéndolo (incluso hay quien cree que lo hacen
adrede). De hecho, sabemos que los pequeños disfrutan jugando,
independientemente de si el juego ensucia o no.
Sabemos también que algunas texturas despiertan especialmente su
curiosidad e interés.
Y, finalmente, sabemos que para descubrir hay que manipular y
experimentar.
Por todo ello se han buscado propuestas que puedan satisfacer, al menos,
alguno de estos objetivos.
Las actividades de las que hablaremos a continuación deben llevarse a
cabo durante todo el curso, excepto en el período de adaptación. Es
importante aprovechar, siempre que sea posible, lo que el interés y los
propios descubrimientos del niño o de la niña pidan.
Si, por ejemplo, durante el otoño estamos continuamente jugando y
manipulando calabazas y boniatos, los probamos, los hacemos rodar, están en
la cocinita, etc., es perfectamente coherente que busquemos una
transformación y presentemos los purés. Por el contrario, si estamos
recogiendo flores en el patio durante la primavera, también tiene un sentido
especial saber si pintan o no.
En algunos casos, las propuestas no evolucionan a partir de una idea
concreta y son una actividad manipulativa presentada para el simple (y al
mismo tiempo tan complejo) placer de experimentar.
Durante una etapa de su vida, que corresponde a la primera infancia, los
niños y niñas tienen la necesidad de explorar. El ansia de descubrir está
presente en todos los aspectos que los rodean y muchas veces se traduce en
manipular materiales de su entorno en momentos que los adultos
consideramos poco oportunos o adecuados. Un ejemplo puede ser en el
momento de la comida.
A un bebé de ocho meses le están dando un yogur y cae una gota encima
de la mesa. Él, con el dedo índice y mucho cuidado, esperando la reacción del
adulto, toca la gota e intenta desplazarla. Después, si la expresión del adulto
es de permisividad, el niño pone la palma de la mano encima de la mancha de
yogur e intenta extenderla toda.
Con este gesto nos está diciendo montones de cosas. Una de ellas es una
demanda clara de la necesidad de tocar. Como educadoras tenemos dos
opciones, contarle que eso no se debe hacer, limpiarle las manos y dar el
tema por concluido, o bien, proponer un juego alternativo. Este juego
consiste en darle algún material de textura pastosa donde él pueda satisfacer
la curiosidad que tiene despierta en ese momento. Tomando como válida la
segunda opción, satisfacemos su necesidad y, por lo tanto, le estamos
ayudando a descubrir. Así, no tendrá que tocar la comida, porque la
necesidad y la curiosidad por tocar algo húmedo y pastoso ya está cubierta.
Una duda que puede surgir entre las familias e incluso por parte de los
profesionales es si los niños chapucean más con la comida si han jugado con
alimentos. La respuesta después de múltiples experiencias es que no.
Es importante añadir que las actividades lúdicas y las comidas están
presentadas de forma distinta. En las primeras, ponemos bata, normalmente
forramos la mesa con papel, no solemos dar menesteres de cocina, sólo nos
lavamos después de jugar, etc. En las segundas, nos lavamos las manos antes
y después de comer, nos ponemos baberos, mantel en la mesa, cantamos
rutinariamente la canción de las cocineras, etc. Por lo tanto, los niños y niñas
son perfectamente capaces de distinguir entre las dos situaciones (juego y
comida) y no chapucean más durante la comida por haber jugado con
alimentos.
Aquí incluimos todos los trabajos relacionados con materiales tipo puré
(véase las actividades «Calabazas: las reinas del otoño» o «Bonitos
boniatos»). En general, son propuestas muy parecidas en las que podemos
cambiar la materia primera para ofrecer variedad de colores y sabores, pero el
trabajo es muy similar.
Podemos llevarlos a cabo con cualquier puré: de patata (si nos interesa, lo
podemos teñir con colorantes vegetales alimentarios), calabacín o remolacha,
salsa de tomate, nata, yogur, crema catalana (natillas), flan, pasta de sal
(harina y sal en la misma proporción y agua), etc. Muchos de los materiales
expuestos en la actividad «Los tarros de la abuela» mezclados con agua
pueden servir para hacer purés. Las propuestas pueden ser infinitas.
Justificación
Los motivos para llevar a la práctica esta actividad son diversos, pero hay
uno que destaca muy por encima de los demás, y es el placer que supone
jugar con chocolate y comerlo. No podemos perder de vista el sentido más
lúdico de la escuela infantil y por ese motivo pensamos que ésta puede ser
una buena actividad.
El chocolate a la taza es caliente, aromático, suave al tacto y dulce, cuatro
aspectos muy interesantes.
Material
⧫ Papel blanco grande.
⧫ Ropa de color claro (opcional)
⧫ Pequeños utensilios (rodillos pequeños de pintor, pinceles, cucharas, palos de helado, mangas
pasteleras, etc.).
⧫ Bandejas o cuencos.
⧫ Bañera o barreño.
⧫ Batas.
Organización y funcionamiento
Esta propuesta se puede llevar a cabo de distintas formas. La primera es
poniendo la bata a los niños y, después de haber forrado una mesa con el
papel blanco, ofrecerles unos chorritos de chocolate en forma de dibujos o
una buena cantidad para que puedan dibujar, pasarlo por entre los dedos,
pintar con los rodillos, etc.
Otra fórmula es dejar desnudos a los pequeños (sólo en pañal) y preparar
un espacio de la clase libre de juguetes, muebles o todo lo que sea un estorbo;
poner papel y ropa en el suelo y las paredes, y dejarlos actuar libremente
después de ofrecer cuencos de chocolate caliente. Es interesante que en este
espacio pueda haber espejo. Si optamos por esta forma, se debe tener en
cuenta que es importante trabajar con sólo un grupo reducido de niños (5 o
6). Mientras, los demás pueden hacer otra actividad que no requiera tanto
control por parte del adulto.
En estas dos actividades no ofreceremos los complementos (palos,
rodillos, cucharas, etc.) hasta que hayamos visto la reacción de los niños y
niñas ante el chocolate, ya que nos interesa que actúen libremente, sintiendo
con todo el cuerpo.
Recomendamos registrar la actividad en fotografías o vídeo.
Flanes de gelatina
Justificación
El objetivo de esta actividad es poder experimentar y disfrutar con un
material húmedo y viscoso, de colores muy brillantes, vivos y alegres.
Además, tiene sabores dulces.
Material
⧫ Gelatina en polvo de preparación rápida: fresa, limón, naranja, piña, kiwi y frambuesa.
⧫ Conchas de mejillones.
⧫ Conchas.
⧫ Palos de polo.
Organización y funcionamiento
El día anterior se tiene que preparar la gelatina y guardarla en la nevera. Es
importante pensar cómo vamos a presentarla, en flanes individuales, uno para
cada cual de cada color, colores alternos…
Los niños, sentados alrededor de la mesa, pueden tener o no los útiles para
jugar. La maestra presenta la gelatina y los niños y niñas suelen reaccionar
con alegría y mucha curiosidad. La sorpresa viene en el momento de tocarla,
porque es muy distinta a los tactos habituales.
Al principio, algunos niños se muestran reticentes y necesitan las conchas
para hacer el primer contacto. Pero al cabo de un rato la empiezan a tocar con
las manos y cuando tienen más confianza en el material y lo conocen,
muchos lo prueban.
Barro y arena («pastitas» y «barbotina»)
Justificación
Material
⧫ Arena del patio con agua.
⧫ Barro escolar disuelto en agua (barbotina).
⧫ Plásticos para cubrir las mesas.
⧫ Bañera y toallas.
⧫ Bañador y chanclas.
⧫ Cubos, palas, embudos, cribas, moldes, vasos… de plástico resistente.
⧫ Batas.
Organización y funcionamiento
Podemos llevar a cabo esta actividad con todo el grupo. Después de haber
forrado las mesas y de habernos puesto las batas (o desnudarnos), jugamos
directamente con el barro disuelto en agua. Sin ningún utensilio, directamente
con las manos. Ellos empiezan a pegar la mesa con las palmas de las manos,
a salpicar, dar palmas, hacer dibujos con los dedos, etc. Esta actividad
ensucia mucho y puede ser incómoda si el barro se les seca en las manos. Por
lo tanto, tenemos que dar poca cantidad y ofrecer agua para que se vayan
mojando.
El juego con la arena del patio y agua es mejor ponerlo en práctica a final
de curso, cuando el tiempo acompaña, ya que nos ponemos todos en bañador
y chanclas y disfrutamos con libertad del juego exterior. Es importante que
los niños y niñas disfruten y que puedan tener agua en cantidad, para mojarse,
bañarse, etc.
Durante el invierno, es muy interesante salir a pisar charcos, seguir
caminos de agua después de llover o coger caracoles, pero se necesita tener
más material en la escuela (botas de agua e impermeable) y la colaboración
de padres y madres para aportar el material y también su comprensión. Todas
las escuelas se lo pueden permitir, hace falta creer en su importancia,
organizarse y aprovechar el día de lluvia o el siguiente.
Otra actividad que niños y niñas hacen casi a diario es jugar con la tierra
en el patio. Palas, cubos, camiones y excavadoras, piedras, palos y hojas son
el mejor «material escolar» de que disponemos.
Pastas y masas
Justificación
Amasar pan o base de pizza a todos nos gusta. Produce especial placer a
adultos y niños. Nuestra propuesta es llevar esta actividad al terreno del juego
y sustituir el trabajo con plastilina por materiales mucho más ricos en
cualidades físicas.
Material
⧫ Podemos utilizar el elemento que queramos en cada sesión. A continuación ofrecemos diversas
alternativas. Sería interesante que a lo largo del curso los niños y niñas pudieran disfrutar de
más de una. Si lo creemos necesario, podemos teñir alguna con colorantes vegetales
alimentarios.
⧫ Agua (la cantidad dependerá de la consistencia que queramos obtener).
⧫ Pasta de papel, de sal (se hace mezclando harina blanca y sal en las mismas proporciones, y
agua al gusto), de madera, etc.
⧫ Masa de pan o de pizza.
⧫ Mazapán.
⧫ Pasta de dientes.
⧫ Batas.
⧫ Utensilios variados.
Organización y funcionamiento
Material
⧫ Papel de colores para forrar las mesas.
⧫ Pasta de cualquier forma, blanca o de colores, hervida al punto, no demasiado cocida (al dente).
⧫ Cuencos.
Organización y funcionamiento
Se trata, como casi siempre, de ofrecer la pasta en la mesa para que puedan
tocar, probar, apretar, prensar, pellizcar, etc. Se puede jugar libremente o
podemos hacer formas y líneas con ceras blancas encima del papel y que los
niños que quieran las puedan utilizar como espacios que hay que rellenar,
caminos que hay que seguir, reseguir, etc.
Material
⧫ Jabón líquido (gel de baño o lavavajillas) y agua.
Organización y funcionamiento
Justificación
Con esta propuesta pretendemos ofrecer a los niños un material con unas
características diferentes a todos los otros, ya que les enriquece la percepción
táctil y, además, pueden disfrutar de nuevas sensaciones y utilizar las manos
como instrumento de transformación de la realidad y la creación.
Material
⧫ Botes de espuma de afeitar.
⧫ Plástico.
Organización y funcionamiento
Se cubren las mesas con plástico para que a la hora de recoger sea más
práctico.
Se pone delante de cada niño un montón de espuma y se les deja que
empiecen a jugar libremente. Se puede dar el caso de que en las primeras
sesiones algunos pequeños se muestren reacios a tocar la espuma. Tenemos
que dejarles que vayan cogiendo confianza; seguro que a medida que vayan
observando a sus compañeros cómo juegan y se divierten, ellos también irán
entrando en la dinámica del juego.
Empezamos a recoger la actividad cuando los niños pierden las ganas y la
emoción por este juego. Se van lavando las manos en la pica llena de agua y
disfrutan mucho salpicando.
Cubitos de colores
Justificación
Los cubitos son un recurso muy bueno y muy sencillo para descubrir la
sensación de frío a través de las manos. Además, nos permite trabajar las
rutinas de lavarnos las manos y secárnoslas, y descubrir el trazo que podemos
dejar.
Material
⧫ Agua como elemento principal.
⧫ Cubiteras.
⧫ Colorante alimentario.
⧫ Congelador.
⧫ Recipientes.
⧫ Papel secante o de acuarela.
Organización y funcionamiento
Una vez tenemos los cubitos, es interesante que los niños dispongan por
parejas de un recipiente con cubitos de colores. También es importante que se
arremanguen los jerséis para no mojárselos.
Los niños y niñas van probando y hacen correr por el papel los cubitos de
colores. Al cabo de un rato, se dan cuenta de que los cubitos se están
fundiendo y que van dejando rastro de colores en el papel, ¡pintan!
La clase funciona prácticamente sola y descubren muchas propiedades al
mismo tiempo: la temperatura, el color, la «mancha» o trazo, etc. Finalmente,
a medida que el papel está muy mojado o los niños empiezan a estar
cansados, lo retiramos. Nos lavamos las manos con agua calentita para
descubrir y conocer el gran contraste frío-caliente.
Al principio, algunos niños se hacen el remolón, ya que los cubitos están
fríos, pero poco a poco entran en el juego y disfrutan, sólo necesitan su
tiempo.
Para dar más juego a la actividad, se podrían añadir cubitos de agua sola,
pero a nosotros nos interesaba que tuvieran color para poder dejar resultados,
además de trabajar la temperatura. Para presentar el trabajo a los niños y
hacerlo más atractivo a la vista, reseguimos todas las manchas de colorante
con rotuladores de colores y el resultado fue mucho más estético.
Dependiendo de la edad de los niños, les podemos pedir que empiecen a
arremangarse, lavarse y secarse solos, y así también los implicamos en el
trabajo de las rutinas cotidianas.
Otra actividad que podemos introducir para descubrir la temperatura del
agua es hacer inhalaciones con vapores de agua. Y si, además, en el agua
ponemos eucalipto, también podremos oler su agradable fragancia.
Juegos de agua
Justificación
Independientemente de la edad, jugar con agua atrae a todos los niños y
niñas. Algo de mágico ha de tener este elemento natural que provoca tantas
sensaciones. Las propuestas son muchas y variadas (llenar, vaciar, objetos
que flotan, otros que se hunden, que se disuelven…).
Todas estas actividades, además de provocar placer, facilitan el dominio y
la coordinación de gestos muy precisos (llenar, vaciar, tapar, destapar,
enroscar, desenroscar, escurrir…).
Material
⧫ Botellas de plástico, grandes y pequeñas.
⧫ Mangueras o tubos de metacrilato.
⧫ Vaselina líquida.
⧫ Tintes de colores.
⧫ Pequeños objetos que floten o que se sumerjan.
Organización y funcionamiento
Con el material descrito anteriormente se pueden organizar infinidad de
juegos de agua combinando los diferentes elementos líquidos (agua, vaselina,
aceite, etc.) y objetos diferentes (piedras, perlas y bolas de colores, purpurina,
globos explotados o poco inflados, pequeños muñecos, etc.).
Si son los niños los que construyen sus propios juegos de agua, pueden
realizarlos según sus gustos y sus preferencias. Siempre hemos de tener en
cuenta que los juegos de agua deben estar bien cerrados o los tapones
pegados, para que los pequeños no puedan ingerir el líquido que contienen.
Este tipo de material es un buen recurso para tener siempre en el aula o
para utilizarlo en algún momento oportuno.
Burbujas de colores
Justificación
Material
⧫ Una caña larga.
⧫ Un recipiente de plástico (por ejemplo, una bandeja de verduras).
⧫ Pintura.
⧫ Papel básico.
⧫ Una solución de agua y jabón.
Organización y funcionamiento
Con esta actividad pretendemos que los pequeños puedan disfrutar mirando
y, a la vez, experimenten con el arte y la ciencia de hacer pompas de jabón.
Material
Para hacer unas buenas pompas de jabón hay una fórmula que funciona muy
bien:
⧫ Dos vasos de agua (medio litro).
⧫ Doce cucharadas soperas de jabón concentrado (100 ml).
⧫ Una cucharadita de café, de azúcar.
⧫ Doce cucharadas soperas de glicerina (100 ml).
Además necesitaremos:
⧫ Un recipiente profundo de diámetro grande, mejor si es transparente.
⧫ Material diverso para experimentar: tubos, embudos, pajitas, alambres envueltos con gasas, etc.
⧫ Una fregona, si experimentamos en el interior.
Si no conseguimos que la mezcla nos quede bien para realizar las pompas
de jabón, podemos adquirirla a buen precio en algunas jugueterías.
Organización y funcionamiento
Juegos en la piscina
Esta actividad se ha llevado a cabo de diversas formas. Desde los más
clásicos juegos con cubos de agua y piscinas pequeñas en el patio de la
escuela, hasta unas salidas a la piscina de agua caliente de un balneario del
pueblo. Así pues, ésta es la actividad que explicaremos a continuación.
Justificación
Dar la oportunidad de jugar con agua pero de una forma distinta, ya que
además de todo lo que ofrece el juego con agua en el patio, también
interviene el trato directo con el niño. Este contacto físico nos ofrece la
posibilidad de poder observar la psicomotricidad y las características
personales en referencia al movimiento. Tenemos, además, la oportunidad de
hacer intercambios verbales y afectivos.
Por otra parte, los pequeños pueden disfrutar de los estímulos que
proporciona el agua cuando entra en contacto con la piel y la musculatura,
hacer ejercicios motores y empezar a conocer su cuerpo en un medio
diferente, sus posibilidades y un nuevo contacto con las maestras de la
escuela.
Material
Los materiales utilizados fuera del agua son:
⧫ Piscinas pequeñas y duchas de manguera fija.
⧫ Pelotas de diversos tipos.
⧫ Embudos, botes, contenedores, cubos, regadoras, botijos, jeringuillas, muñecos de espuma,
esponjas, circuitos de agua, coches, globos, etc.
Los materiales utilizados dentro del agua son los mismos que los de fuera,
pero además:
⧫ Churros de espuma, colchoneta perforada, colchoneta gruesa, tubo cilíndrico, burbujas y chorros
de agua.
Organización y funcionamiento
4. Papus-tat
Éste es un gran tema que nos podemos plantear trabajar ya en la escuela
infantil.
Muchos niños pueden tener una percepción negativa de las cosas negras o
de la oscuridad. A veces, entrar en una habitación sin luz les da cierto respeto
y piden que algún adulto les acompañe. En muchas ocasiones, somos los
propios adultos los que hemos transmitido esta percepción negativa de la
oscuridad a los niños, ya sea por nuestros propios temores, ya sea por alguna
experiencia negativa. Por eso, si desde la escuela infantil podemos facilitar
experiencias positivas relacionadas con la oscuridad, los niños irán perdiendo
ese temor y disfrutarán experimentando en la oscuridad, aprendiendo a
convivir con ella.
Una buena manera de empezar estas actividades es con el juego del
papustat (juego de taparnos y destaparnos), que se inicia ya desde muy
pequeños y con el que un bebé es capaz de aprender que las cosas no
desaparecen para siempre cuando él no puede llegar a verlas, sino que pueden
desaparecer y volver a aparecer en cuestión de segundos (consúltese la
actividad «Nos escondemos»).
Con este juego estamos dejando elegir a cada niño la posibilidad de
quedarse o no a oscuras. Es posible que los niños que tengan más miedo
prefieran primero observar a sus compañeros y no se decidan a participar
hasta tener más confianza, hecho que podría darse en la segunda o tercera
sesión. Hemos de dejar que cada uno vaya a su ritmo.
Todas estas actividades tienen como elemento principal la luz, que es el
medio en el cual estamos inmersos ya desde el mismo momento de nacer.
Podríamos citar muchas situaciones de la vida cotidiana en las cuales
interviene la luz: la que entra por una ventana, un día nublado, la luz de una
vela, la de la mesita de noche, etc.
En nuestro entorno tenemos muchos recursos para trabajar con la luz y
poder manipular y experimentar con ella; podemos crear transparencias,
sombras, jugar con linternas, con luz negra, etc. A continuación explicamos
algunas actividades que se pueden llevar a cabo para trabajar la luz en la
escuela infantil. Con pocos recursos materiales y muchas ganas de trabajar se
pueden conseguir grandes situaciones en las que los niños disfruten y tengan
experiencias positivas que les ayuden a superar sus miedos a la oscuridad y a
convivir con ella.
Jugar a papus-tat es una actividad que los niños y niñas inician desde muy
temprano. Aproximadamente a los ocho meses un bebé es capaz de darse
cuenta de la presencia o ausencia del adulto que le acompaña. Por eso,
cuando estamos fuera de su campo visual, normalmente, se asusta y se
acongoja pensando que le hemos dejado solo.
Para superar este miedo, podemos ayudar al bebé jugando al papus-tat.
Con este sencillo juego, esconder objetos o escondernos nosotros mismos y
luego descubrirlos, le haremos comprender que las cosas no desaparecen para
siempre, sino que lo hacen momentáneamente.
Es un juego que suele alargarse bastante tiempo, sobre todo si coincide
con etapas de adaptación escolar o, simplemente, por la diversión del juego.
Más tarde, pasa a ser el juego de esconderse ellos mismos.
Gracias a la cultura popular muchas abuelas y madres juegan con sus hijos
al papus-tat. La escuela infantil puede aprovechar esta tradición y, al mismo
tiempo, ayudar a conservar un juego de siempre. Además, tiene un
componente de descubrimiento del cuerpo y de la propia identidad.
Material
⧫ Cajas de cartón de diferentes medidas.
⧫ Ropas de colores.
Organización y funcionamiento
Justificación
A los niños y niñas les encanta meterse en cualquier rincón (debajo de las
mesas, entre los muebles, detrás de las cortinas…). Con una simple caja
podemos crear un mundo mágico para ellos. Con esta propuesta pretendemos
que, al mismo tiempo que juegan, se esconden y pasan a través del túnel,
descubran las múltiples sorpresas que pueden encontrar en su interior.
Material
⧫ Cajas grandes de cartón.
⧫ Pegatinas fluorescentes.
⧫ Papel de celofán.
Organización y funcionamiento
Justificación
La sombra es un concepto abstracto que los niños no asimilan hasta que no
pueden relacionar la palabra con el efecto óptico, aunque alguna vez hemos
podido ver a un niño jugando con su propia sombra e intentando cogerla, sin
relacionar éste la palabra «sombra» con la proyección que ve en el suelo o en
la pared.
En un principio, puede que no obtengamos los resultados esperados, ya
que hay que tener paciencia y no tener nunca prisa. Hay que dejar que los
niños hagan sus propios descubrimientos y que cada uno vaya a su ritmo.
Este trabajo de sombras se puede alargar todo el curso, si se quiere y se
tienen ganas.
También creemos que para trabajar las sombras no se necesitan muchos
recursos materiales y podemos muy bien aprovechar la luz solar, un
proyector de diapositivas, linternas, etc.
Material
⧫ Sábanas.
⧫ Proyector de diapositivas.
⧫ Velas.
⧫ Cartulina (sombras chinas).
⧫ Linternas.
Organización y funcionamiento
Sombras de colores
Justificación
Podemos observar las sombras de diferentes siluetas proyectadas en el suelo
aprovechando la luz del sol que nos entra por las ventanas de la clase.
Es una actividad con un gran atractivo visual, porque las sombras que
proyectan son de colores.
Material
⧫ Papel de celofán de colores.
⧫ Cartulina.
⧫ Tijeras.
⧫ Un día de sol.
Organización y funcionamiento
Se trata de hacer perfiles de cartulina que nos parezcan divertidos y que los
niños puedan reconocer sus formas. Luego pegamos un trozo de celofán de
colores (como si fuera un marco de ventana) y ya están listos para pegar en
los cristales de la clase.
Es una actividad difícil de temporalizar, porque se tienen que aprovechar
las horas de sol y, según la orientación que tenga cada clase, puede ocurrir
que la mejor hora sea a mediodía, con lo cual los niños no podrán disfrutar
intensamente de la actividad, ya que entonces están en casa o en la escuela
durmiendo.
Cuando las siluetas se proyectan en el suelo, las paredes, los muebles, etc.,
intentamos cogerlas, pisarlas, observar las formas de cada una, tocarlas…
Justificación
La idea de experimentar con la luz ultraviolada (luz lila) nos ha abierto el
camino hacia una dimensión mágica, todo parece de ensueño cuando la sala
queda iluminada con esta mágica luz.
Material
⧫ Fluorescente de luz ultraviolada.
⧫ Ropa blanca y otros objetos que puedan brillar.
Organización y funcionamiento
Para crear un ambiente más acogedor y mágico, podemos ambientar la sala
con ropas colgadas como si fueran nubes y poner una música de fondo con
sonidos de la naturaleza o de relajación.
Unos días antes, pedimos a los niños que ese día vengan vestidos con
ropas blancas. No hace falta que sea todo el vestuario blanco, pero sí alguna
prenda.
En la clase les preparamos con gran expectación e interés para lo que van
a descubrir. Vamos a la sala y primero les dejamos libres para que se
ambienten y descubran este mágico entorno. El color de fondo de la sala es
lila y transforma nuestros vestidos y también nuestro color de piel. Más tarde
podemos introducir nuevos elementos, como servilletas de papel, rollos de
papel higiénico, etc., y cambiar el tipo de música para que nos invite a bailar
y disfrutar del momento.
Linternas
Justificación
¡La gran cantidad de juegos y experiencias que podemos hacer con una
simple linterna!
Material
⧫ Linternas.
⧫ Material diverso según las experiencias que queramos provocar en los pequeños: papeles
translúcidos u opacos (celofán, botellas con material en su interior, cartulinas con algún agujero
por el que pueda pasar la luz, etc.).
Organización y funcionamiento
En un principio podemos hacer una sesión en la propia aula, para que los
niños y niñas se vayan acostumbrando a la poca claridad en un espacio ya
conocido por ellos y vayan perdiendo, si es que lo tienen, el temor a la
oscuridad. En la próxima sesión, la actividad ya la realizaremos en una sala
preparada previamente para experimentar con la luz.
Cuando le damos una linterna a un niño, lo primero en lo que se entretiene
es en encenderla y apagarla. Luego comienza a explorar con ese objeto tan
fascinante para él: enfoca los objetos y materiales que conoce, la cara de sus
compañeros, hace muecas enfocándose el rostro, mueve la luz muy deprisa,
el círculo de luz se agranda o empequeñece… las manos o las mejillas se nos
vuelven rojas vistas a través de la luz directa… Puede incluso llegar a
descubrir, sin que la maestra intervenga, que cuando enfocamos un objeto
con la luz de una linterna aparece su sombra.
En otra sesión posterior podemos ofrecer a los niños y niñas material para
que ellos hagan sus propias experiencias y descubrimientos.
5. ¿Todo suena?
Toda nuestra vida está llena de sonidos y ruidos (sonidos de casa, de la calle,
de los objetos, de nuestro propio cuerpo…) pero, en general, como los
tenemos tan asimilados y son tan cotidianos, no les prestamos atención.
¡Qué placer es llegar a casa y desconectar después de todo un día de
trabajo y ruidos que nuestro cerebro va procesando sin que nos demos
cuenta! Sólo bastan cinco minutos tumbados en el sofá, sin escuchar ni un
solo ruido, o mejor aún, escuchando música, ¿a quién no le gusta una buena
sesión de relajación?
Si queremos que los niños desarrollen su personalidad de una manera
global y se formen en todos sus aspectos, tenemos que incluir en su
educación la música. En las escuelas infantiles ya se hacen muchas
actividades relacionadas con la música (canciones, danzas, algún poema,
etc.), pero aquí se queda todo. Tenemos que ejercitar el sentido del oído, y
educarlo para darnos cuenta de que todo nuestro entorno es sonoro. Con la
música ejercitamos la memoria, la expresión gestual, corporal y oral. Saber
interpretar imágenes y símbolos diferentes nos permite reconocer melodías,
instrumentos, compositores y, sobre todo, nos transmite gozo, placer y toda
clase de sentimientos. Para poder transmitir todos estos aspectos a los niños y
niñas es necesario que nosotras también queramos la música y la disfrutemos.
Los pequeños ya tienen un potencial musical desde su nacimiento, pero
hay que estimularlo, proporcionándoles vivencias y experiencias. Cuando son
bebés, tienen su primer contacto con la música cuando sus padres les cantan,
les hacen juegos de falda, etc. Más adelante conocen y aprenden canciones,
instrumentos y melodías, y también son capaces de escuchar con mucha
atención una audición corta.
Si los pequeños disponen de material sonoro, pueden tener sus primeros
contactos con el mundo musical y disfrutar con sus progresos. En nuestras
aulas, cuando nos proponemos trabajar más a fondo la música, preparamos un
rincón donde los elementos sonoros y musicales tomen protagonismo: trenza
con elementos sonoros diversos para tocar, instrumentos, fotos de
compositores que vamos conociendo, partituras con la canción y dibujo de lo
que representan, etc. Las familias pueden participar aportando material, y si
alguien sabe tocar un instrumento, viene un día a la escuela, nos lo presenta y
nos hace un pequeño concierto.
Con las actividades musicales pretendemos que los niños se sumerjan en
el mundo musical y aprendan a discriminar los ruidos de la musicalidad, y
también que aprecien el silencio. En definitiva, que aprendan a querer y
disfrutar la música.
Justificación
Este material es muy simple y sencillo de elaborar. Sirve para trabajar y
aprender muchas de las canciones correspondientes a las edades de los niños,
e incluso se trabajan los conceptos matemáticos de relación y asociación,
además de ejercitar la memoria, aspectos muy importantes.
Material
⧫ Cajitas de diferentes formas y tamaños.
⧫ Objetos pequeños para poner en el interior de las cajitas.
⧫ Una cesta grande.
Organización y funcionamiento
Este material ya se presenta cuando empieza el curso escolar. Consiste en una
gran cesta de mimbre que contiene todas las cajitas, y cada una de éstas tiene
en su interior un objeto relacionado con una canción, conocida o no por los
pequeños. Por ejemplo, una cajita con unas llaves nos servirá para cantar
Dónde están las llaves; una con un lobo, para Cinco lobitos, y así podemos
enseñar y aprender infinidad de canciones.
En cualquier momento del día, nos podemos sentar todos juntos y
empezamos a presentar las cajitas. Primero escogemos una y escuchamos si
hace o no ruido, luego la abrimos muy despacio y mostramos el objeto que
contiene. Cuando los niños lo han visto, pueden ya relacionar el objeto con la
canción y empezamos a cantar la que corresponda. De esta manera vamos
mostrando cinco o seis cajitas, o incluso más, según lo motivados que estén
los pequeños.
Esta actividad les gusta mucho y piden que la repitamos un día tras otro,
para ellos son las «cajitas de las sorpresas», porque cada caja contiene un
pequeño objeto que para ellos es una sorpresa.
A medida que la vamos repitiendo, los niños son capaces de relacionar
cada caja con el objeto que contiene, ejercitan su memoria y lo recuerdan de
las veces anteriores. Más adelante, cuando ya tienen un buen repertorio de
canciones aprendidas, pueden ser ellos mismos los que salgan delante de todo
el grupo y elijan la cajita que quieren, con esto están escogiendo la canción
que quieren cantar. A veces, algún niño o niña se siente cohibido y no quiere
cantar delante de todo el grupo, tenemos que respetarle y ayudarle con la
canción, ya irá perdiendo su timidez a medida que vaya cogiendo más
confianza.
Pisar pasta
Justificación
A través de un alimento muy conocido por los niños, como es la pasta,
intentamos que den cuenta del ruido que puede producir cuando la pisamos
(cruda).
Material
⧫ Pasta de diferentes tipos (macarrones, espagueti, caracoles, etc.) y muchas ganas de saltar y
mover los pies.
Organización y funcionamiento
Esta actividad no comporta ninguna dificultad a la hora de organizarla,
simplemente se necesita un espacio lo bastante amplio para que niños y niñas
puedan esparcir gran cantidad de pasta y puedan saltar sin molestarse los
unos a los otros a la hora de moverse. Podemos preparar la actividad como
una sorpresa o que sean ellos mismos los que esparzan la pasta.
Los pequeños, realizando este ejercicio de psicomotricidad de saltar sobre
la pasta cruda, pueden escuchar cómo se rompe y se va troceando debajo de
sus pies; este ruido no lo produce cuando les servimos la pasta cocida a la
hora de comer (es como normalmente más la conocen). Si los niños aún no
saben saltar, pueden caminar encima de ella y también produce sonido.
Seguramente encontraremos algunos pequeños que lo primero que hagan
es ponerse los macarrones en la boca y comérselos, les tenemos que dejar
experimentar y explorar la pasta de la manera que quieran, más tarde
conduciremos la actividad hacia los objetivos que nos habíamos marcado.
Justificación
La idea de este juego nació de la necesidad que tienen los niños y las niñas en
algún momento determinado de hacer ruido y desahogarse.
Material
Organización y funcionamiento
Observando a los niños cualquier día de clase nos hemos podido dar cuenta
de que a la gran mayoría de ellos les encanta hacer ruido y dar golpes encima
de las mesas, en los muebles, etc. con otros objetos, como si tocaran el
tambor. Muchas veces lo hacen a la hora de comer, cuando tienen los
cubiertos en la mano y esperan la comida, sólo hace falta que empiece uno
para que los otros se sumen a su juego.
Podemos empezar esta actividad lúdica dejando a los niños que se
desahoguen y hagan mucho ruido con el material; más tarde podemos
proponer diversas actividades para sacarle más provecho educativo al simple
hecho de tocar las cacerolas. Podemos proponer seguir un ritmo, cantar
alguna canción muy conocida tocando las cacerolas, danzar por la clase con
ritmo, despacio o rápido según el sonido que emita la cacerola, etc.
Descubrimos los papeles
Justificación
Material
⧫ Papel de todo tipo: de seda, celofán, higiénico, de aluminio, de lija, de periódico, pinocho,
vegetal, de cocina, bolsas de papel, etc.
Organización y funcionamiento
Hace falta adecuar un espacio, dejándolo libre de juguetes y muebles con los
que los pequeños se pueden distraer con más facilidad. La sala tendría que ser
amplia para que hubiera el espacio suficiente para moverse.
Antes de que lleguen los niños, ponemos cuatro o cinco focos con todo
tipo de papeles dispuestos de forma atractiva a la vista. Por ejemplo, algunos
pueden estar doblados, otros dentro de bolsas de papel con asas, los más
grandes planos en el suelo, otros enrollados, como el papel higiénico o el de
cocina (los presentamos tal y como son), y así hasta construir todos los focos.
Después, y en calma, van entrando los niños y niñas.
A medida que van jugando y explorando con los papeles van
descubriendo sus peculiaridades. Esta actividad es muy rica y nos da a
conocer la gran cantidad de propiedades y características que pueden tener
los papeles. Los hay semitransparentes, arrugados, finos, rugosos, que no
hacen casi ruido, que suenan como imitando el viento, etc. Los colores de los
papeles aún hacen más atractiva la actividad, pero lo que realmente funciona
y da juego a la propuesta es la gran cantidad de diferentes tipos de papeles
que hay, ya que cuando esta misma actividad la hemos llevado a cabo con un
solo tipo de papel (papel higiénico, de periódico, etc.) pierde su encanto y los
niños no se sienten tan motivados, abandonan antes el juego.
Es muy interesante observar la infinidad de juegos que realizan los
pequeños con simples papeles: se tapan, miran a través de ellos, los rompen,
los arrugan, desenrollan el papel de cocina, les encanta vaciar y llenar las
bolsas, etc. Hace falta que en la sala reine prioritariamente el silencio, ya que,
si no es así, no se podrá apreciar el sonido de cada papel cuando se pisa, se
arruga, se mueve en el aire, etc.
Cajas de latón, ¡qué emoción!
Justificación
Material
⧫ Cajas o botes de lata con tapa.
⧫ Conchas, piedras, llaves, porexpan, etc.
Organización y funcionamiento
Justificación
Transmitir a los pequeños el gusto y el placer por la música ya desde muy
pequeños, con pequeñas audiciones musicales.
Materiales
⧫ Audiciones cortas o pequeños fragmentos de obras musicales.
⧫ Discos compactos (la audición es de más calidad).
⧫ Muñecos u otros objetos.
Organización y funcionamiento
En la clase de los bebés, los lactantes, ya podemos empezar a hacer alguna
pequeña audición en los ratos en que ellos se encuentren tranquilos y
receptivos. Tienen que ser muy cortas, entre un minuto y dos, y para hacerlas
más amenas las podemos acompañar con algún muñeco u objeto que
represente el pequeño fragmento musical.
En las otras aulas, hacemos audiciones un poco más largas pero, si
podemos, las acompañamos con algún soporte visual que las haga más
placenteras. Con los niños de dos años, la audición que hayamos elegido nos
servirá para dar a conocer a su compositor, los instrumentos que utilizan los
intérpretes, etc.
No hemos de pretender que los pequeños escuchen muchas audiciones
diferentes, tenemos que seleccionar dos o tres e irlas repitiendo a lo largo del
curso para que las vayan interiorizando.
Para transmitir ese gusto por las audiciones, a la hora de escogerlas nos
tienen que gustar a nosotras también y nos tienen que despertar sentimientos
de placer con su audición.
Algunas de las audiciones que proponemos son:
⧫ Dimitri Kabalevski: ¿Quién tiene razón? Seis piezas, Op. 88. (0’59”)
⧫ Saint-Säens: «Los canguros». El carnaval de los animales. (0’55”)
⧫ Vivaldi: Las cuatro estaciones. (Un solo fragmento.)
⧫ Mozart: La flauta mágica. (2’49”)
⧫ Txaikovski: El cascanueces. (1’11”)
Legumbres
Justificación
Los verbos que más a menudo ponen en práctica en estas edades son: llenar,
trasvasar, embutir, rellenar, encajar, cargar, comprimir, atiborrar… y estos
otros: vaciar, desocupar, ahuecar, derramar, rebosar, verter, volcar…
Son, en general, actividades que despiertan un gran interés. Los niños y
niñas disfrutan y, además, mantienen la atención y la concentración durante
un tiempo considerablemente largo por voluntad propia. Así pues, son
propuestas muy enriquecedoras en el ambiente escolar y nos interesa
potenciarlas.
Material
Lo hay de dos tipos:
1. Elementos para ser contenidos: legumbres secas (habas, alubias,
garbanzos, lentejas); arroz (blanco, integral y largo); pasta
(macarrones, espagueti, estrellas, espirales…, blanca y de colores);
sal (gorda y fina); sémola de trigo y de arroz; cus-cus; tapioca;
harina blanca, maicena (harina de maíz); pan rallado (se puede hacer
con los niños con un mortero); papilla de cereales; alpiste; serrín de
madera y de corcho… Y todo lo que se os ocurra (incluso especias).
2. Los contenedores y utensilios: platos, vasos, botes, cacharros de
cocinita, cubiertos, menaje de cocina variado, cubiteras, moldes,
papeles de bombones, blísters de cajas de galletas, coladores,
molinillos, hueveras, tubos, recortes de manguera, escurridores,
espumadera, matasuegras, cucharones, botellas, etc. Todo ello en
distintas medidas (todas ellas manejables para las manos de los
pequeños) y en materiales nobles (metal, madera, cristal o
metacrilato…) y, si es inevitable, en plástico.
Organización y funcionamiento
Hay que ofrecer el producto que hayamos escogido con un tipo de material
concreto. Se pueden hacer infinidad de combinaciones y se trata, desde luego,
de presentar el juego de una manera atractiva, variando a lo largo del curso
los utensilios y los materiales. De las diferentes formas de presentar el juego
que hayamos concebido, habrá que ofrecer la que mejor se ajuste a lo que en
cada momento necesitemos.
Harina
Justificación
Es una de las propuestas más espectaculares, en el sentido de que durante el
juego y después, en las fotos, podemos apreciar caras, expresiones o gestos
que difícilmente podríamos ver en otro tipo de juego.
El juego con harina se puede llevar a cabo a cualquier edad (incluso con
los niños lactantes) y es importante repetirla más de una vez, ya que en cada
sesión ellos descubren nuevas sensaciones, retos y posibilidades propias y del
material.
El tacto de la harina blanca es suave, agradable y, excepto en el caso de
alergias, se puede extender encima de la piel para sentir una agradable
sensación. Desde el punto de vista táctil, también se pueden hacer dibujos,
formas con moldes, apretarla, esparcirla, etc.
La manera de presentar el juego puede ser vestidos, sentados en la mesa,
en el suelo con grandes barreños (aquí, vestidos o en pañales, para disfrutar
con todo el cuerpo y rebozarse, si a uno le apetece).
Material
⧫ Harina blanca en cantidad.
⧫ Barreños o bañeras de bebé.
⧫ Papel azul marino.
⧫ Utensilios variados: vasos, conchas, trozos de manguera, tapas de mermelada, tapones,
cucharillas, palos, moldes, etc.
Organización y funcionamiento
Se trata de ofrecer diversas veces durante el curso la posibilidad de jugar con
la harina. Si puede ser, presentándola cada vez con utensilios distintos y, al
menos una sesión, desnudos. Si queremos, podemos poner un papel azul
marino en el suelo para que los dibujos que hagamos resalten más.
Pieles de mandarina
Justificación
Material
⧫ Mandarinas.
⧫ Morteros con sus respectivas mazas.
⧫ Bandejas hondas.
⧫ Pieles de naranja y mandarina seca en forma de pequeños cuencos.
⧫ Rodajas secas de cítricos.
Organización y funcionamiento
Justificación
Podemos pensar que los aromas, sobre todo el del café, son algo próximo a
los niños y niñas, y por lo tanto podemos aprovechar esta intensidad en el
olor para disfrutar en clase.
Material
⧫ Té (para hacer en infusión).
⧫ Café molido, en grano e infusión.
⧫ Pinceles.
⧫ Papel acuarela.
⧫ Batas.
Organización y funcionamiento
Cereales y barquillos
Justificación
La gran variedad de cereales que nos ofrece el mercado es un recurso que hay
que aprovechar. Sabores distintos, formas y colores múltiples, texturas
parecidas pero con matices… Además, el dulce olor de los barquillos los hace
especialmente atractivos.
Material
⧫ Cereales.
⧫ Barquillos.
⧫ Vasos transparentes.
Organización y funcionamiento