Mapa Conceptual
Mapa Conceptual
Mapa Conceptual
LIBRO I
En el primer capítulo se relata que en un inicio el hombre nace libre; sin embargo,
no lo es, ya que éste está condenado por la sociedad o por sí mismo. En el
segundo capítulo se menciona la importancia de la familia como primer modelo de
sociedad, en esta se puede apreciar varios roles. Por ejemplo, la imagen del padre
es la del jefe y los hijos son el pueblo. Asimismo, se resalta que cada rol está en un
escalón, por ejemplo, el padre es el superior y los hijos los inferiores. Esto está
basado en el pensamiento de Aristóteles que menciona que los hombres no son
naturalmente iguales. En el capítulo tres mencionan al más fuerte, mencionan su
fuerza y su poder. Empero, recalcan que éste no siempre va a poder todo,
solamente si convierte esa fuerza que tiene en derecho y por lo tanto las normas en
obligación. En el cuarto capítulo se menciona la esclavitud. Comparan cuando
alguien cede su libertad a cambio de seguir con vida con el seguimiento de las
pautas del rey. Para esto es importante aclarar que el derecho de la esclavitud es
nulo. En el quinto capítulo se ahonda en que el pueblo debería estudiar para poder
elegir bien. Sin embargo, sabemos que esto no es así, sino que la minoría debe
sujetarse a la elección de la mayoría. En el sexto capítulo relatan el Pacto Social,
asimismo mencionan la importancia del que pueblo una sus fuerzas para proteger
sus derechos y sus bienes. En el séptimo capítulo hablan de la formación de un
grupo de personas con el fin de un bien común. En este caso, el líder es un
soberano, el cual hará leyes y verificará que estas se cumplan. El octavo capítulo
menciona que al tener un contrato social, el hombre pierde su libertad natural,
empero adquiere la libertad civil y de las propiedades que posee. Y en el último
capítulo del libro se relata el dominio que tienen las personas sobre sus
propiedades.
Libro II
En este libro Rousseau nos versa sobre la soberanía, la voluntad general, la legislación y la
ley, así como una definición de lo que él considera la igualdad.
Para él la soberanía es inajenable, solo la voluntad general puede dirigir las fuerzas del
Estado según el fin de su institución, que es el bien común; pues si la oposición de los
intereses particulares ha hecho necesario el establecimiento de las sociedades, la
conformidad de estos mismos intereses le ha hecho posible. Lo que hay de común entre
estos diferentes intereses es lo que forma el vínculo social; y si no hubiese algún punto en
el que todos los intereses estuviesen conformes, ninguna sociedad podría existir: luego la
sociedad debe ser gobernada únicamente conforme a este interés común, pues la voluntad
particular se inclina por su naturaleza a los privilegios, y la voluntad general a la igualdad. Y
por la misma razón que la soberanía no se puede enajenar, tampoco se puede dividir; pues
o la voluntad es general, o no lo es: o es la voluntad de todo el pueblo, o tan solo la de una
parte.
Ahora Rousseau plantea si esta voluntad general puede errar, él considera que el pueblo
quiere indefectiblemente su bien, pero no siempre lo comprende: “jamás se corrompe al
pueblo, pero a menudo se le engaña y solo entonces parece querer lo malo”. Conviene
entonces que para obtener la expresión de la voluntad general, que no haya ninguna
sociedad parcial en el Estado, y que cada ciudadano opine según lo que solo él piensa. Y
así como la naturaleza da a cada hombre un poder absoluto sobre todos sus miembros, así
también el pacto social da al cuerpo político un poder absoluto sobre todos los suyos; y a
este mismo poder, dirigido por la voluntad general, se le da el nombre de soberanía. El
pacto social establece entre los ciudadanos tal igualdad, que todos se obligan bajo unas
mismas condiciones y deben disfrutar de unos mismos derechos.
¿Qué cosa es, pues con propiedad un acto de soberanía?, es una convención del cuerpo
con cada uno de sus miembros; convención legítima, porque tiene por base el contrato
social; equitativa, porque es común a todos; útil, porque solo tiene por objeto el bien
general, y sólida, porque tiene las garantías de la fuerza pública y del supremo poder.
En cuanto a la ley, Rousseau dice que en el estado civil todos los derechos están
determinados por la ley, y que la materia sobre la que se determina la ley debe ser general
como la voluntad que delibera. Además, considera que cualquier acción que se dirija a un
objeto individual no pertenece al poder legislativo.
Sobre el legislador, él lo define como aquel que debe quitar al hombre sus propias fuerzas
para darle otras que le sean ajenas, y de las cuales no pueda hacer uso sin el auxilio de los
demás. Cuanto más muertas y anonadadas están las fuerzas naturales, tanto mayores y
más duraderas son las adquiridas, y tanto más sólida y perfecta es la institución; de modo
que si cada ciudadano no es nada, sino ayudado de los demás, y si la fuerza adquirida por
el todo es igual o superior a la suma de las fuerzas naturales de todos los individuos, se
puede decir que la legislación se halla en el más alto grado de perfección posible.
Y si buscamos en qué consiste, precisamente, el mayor de todos los bienes, que debe ser
el objetivo de todo sistema de legislación, encontraremos que se reduce a estos dos objetos
principales, la libertad y la igualdad: la libertad, porque toda sujeción particular es otra
tanta fuerza quitada al cuerpo del Estado: la igualdad, porque sin ella no puede haber
libertad. La igualdad consiste en que el poder esté siempre exento de toda violencia y se
ejerza solo en virtud del rango y de las leyes; y en cuanto a la riqueza, que ningún
ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, y ninguno tan pobre que se vea
precisado a venderse: lo que supone moderación de bienes y de crédito por parte de los
grandes, y por la de los débiles moderación de avaricia y de codicia.
Rousseau también recomienda dividir las leyes para ordenar el todo, y dar la mejor forma
posible a la causa pública. En primer lugar, las leyes políticas o fundamentales; la segunda,
las leyes civiles; la tercera, las leyes criminales y el cuarto sería los usos de las costumbres
y de la opinión.
LIBRO III