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Módulo I PS CL

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DIPLOMADO EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

MÓDULO I: FUNDAMENTOS DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA:

 PANORAMA HISTÓRICO

Es apropiado realizar inicialmente una exploración desde el campo filosófico, debido a su


importancia dentro de la historia de la psicología misma, de este modo se pueden
encontrar las primeras referencias acerca de la reflexión filosófica sobre el ser humano,
así entran a jugar un papel importante pensadores de todas las épocas y lugares:
Avicena y Maimónides, Descartes, Spinoza, hasta llegar a Leibniz y Kant. Más tarde llega
Wundt conocido por ser el fundador de la psicología con su interés de estudio sobre los
contenidos conscientes de la mente humana escogiendo las sensaciones como
elementos o unidades básicas de la experiencia (Belloch, 2008).

Por otra parte, llegan otros autores que han contribuido a ordenar conceptualmente el
campo, (González, 2008) propone a Emil Kraepelin como el primer sistematizador de las
patologías mentales, que se encargó de estudiar experimentalmente los procesos
mentales de la fatiga que son esenciales en la psicología aplicada. De este modo dichas
contribuciones comenzaron a influenciar en el desarrollo de la clínica dentro de la
psicología y posibilitaron su desarrollo como otro tipo de campo de intervención. Llega
William James que será reconocido por las grandes contribuciones en la historia de la
psicología científica debido a su exitosa publicación de los Principios de Psicología en el
año de 1890 (Belloch, 2008).

Hacia 1895 nace el primer centro de medición psicológica en el South Kensington


Museum de Londres por Sir Francis Galton que ya comenzaba a interactuar con las
primeras pruebas psicológicas (Garcia, 2008). No ha de olvidarse a Alfred Binet, que con
su ‘Escala de Inteligencia’ hizo posible un estudio riguroso del enorme problema del
retraso mental (González, 2008).
Dentro del campo de la personalidad Cattel que es reconocido por la creación de la
prueba 16PF. Pavlov también influenció desde una perspectiva más de tipo experimental
acercándose a la neurosis. De este modo, poco a poco la psicología clínica tomaba
fuerza y fue así que llegó el nacimiento formal de la psicología clínica que conocemos
hoy, el cual se dio en la década de los noventa del siglo XIX.
(Garcia, 2008) Propone a Lightmer Witmer como el fundador de la psicología clínica,
quien con la creación de la primera revista sobre el mismo tema dio a conocer las
primeras investigaciones que se trabajaban en la disciplina, también dio vida al término
“medicina psicosomática” en 1918 en un contexto de tipo psicoanalítico, que introdujo la
perspectiva de los trastornos funcionales no explicados por las enfermedades somáticas
y atribuidos de este modo a conflictos psíquicos.

Por su lado (Piña, 2003), realiza otras observaciones acerca de Witmer, menciona como
este vincula la psicología médica, la psiquiatría y la tradición psicométrica de aquel
entonces para darle forma a lo que se conoce hoy en día como psicología clínica.
(Belloch, 2008) indica que la creación de esta “modalidad profesional” de la psicología fue
gracias a Witmer compartiendo esto con los demás autores, destaca también algunos de
sus aportes entre los cuales se encuentran su denominación y la mayoría de las
características distintivas de la misma, describe que Witmer habló por primera vez de la
psicología clínica como tal en su conferencia ante la American Psychological Association
(APA) en el año 1896, y se refirió a ella en los siguientes términos: “La Psicología Clínica
se deriva de los resultados obtenidos en el examen individualizado de muchos seres
humanos (….) la clínica psicológica es una institución pública abierta al servicio de la
sociedad, a la investigación propia, y a la formación de los estudiante”.

De acuerdo a lo planteado la psicología clínica es producto de muchos años de desarrollo


y evolución, en los cuales logró establecerse como un campo específico dentro del
ámbito de la psicología y producir una mayor credibilidad respecto a la cientificidad de la
misma. Las referencias que la consolidan son bastante sólidas y permitieron dar un gran
paso para generar el cambio psicológico que tanto se ha buscado en torno al cubrimiento
de las demandas que presenta el medio.

La psicología clínica es un campo en continua trasformación disciplinaria y profesional


que requiere de reflexión, actualización y renovación constante.
La psicología clínica, constituye un campo heterogéneo de teorías y procedimientos. Esta
heterogeneidad se presenta como una diversidad, que de acuerdo con Pérez (1998) “…
raya, incluso, en doctrinas y prácticas contradictorias”.
Se dice que el psicólogo clínico trabaja en la promoción de la salud mental y en la
intervención y rehabilitación de las personas con trastornos mentales y físicos. Esta rama
de la psicología surge de la tradición en las profesiones de ayuda para atender la
patología o anormalidad, el termino surge de la etimología griega klinós que significa
cama, en este sentido el clínico “...se inclina sobre el que yace en la cama”. La
orientación clínica se dirige a quien tiene problemas y trastornos, enfatizando en el caso
individual; pero sobrepasa el campo de la anormalidad y la patología, porque en muchos
casos los psicólogos clínicos manejan eventos normales, cotidianos o extraordinarios,
que de algún modo afectan a las personas en su desarrollo y bienestar.

Así, ante la opinión pública, existe la noción de que el psicólogo es, el profesional de
ayuda, quien coadyuva y facilita la intervención de personas con sufrimiento y angustia
por procesos de pérdida, en casos de decisión dilemática o ante los problemas de vida y
de pareja.

En el campo profesional, los psicólogos clínicos trabajan en la rehabilitación de personas


con accidentes vasculares cerebrales, con esquizofrenia y depresión, con adicciones,
autismo, educación especial y otros males y patologías; pero constantemente abordan
problemas de identidad en la adolescencia, duelos y procesos de pérdida, problemas
laborales, de pareja y de preparación para la muerte, eventos normales y esperados,
pero que afectan el bienestar de la persona.
A pesar de la historia de la psicología, afectada por escuelas doctrinarias de
pensamiento, con posturas dogmáticas excluyentes, cónclaves y otras vicisitudes. En los
albores del siglo XXI, las diversas tendencias comienzan a converger en dos aspectos
concretos: en el consenso de ciertas competencias profesionales especificas necesarias
para la práctica y en la aceptación más extendida de explicaciones biológicas para
muchos de los trastornos.

En la tradición psicológica, el campo clínico enfatiza la necesidad de visualizar al


individuo dentro de su historia, contexto, tareas del desarrollo y fortalezas y
vulnerabilidades, entre los muchos factores a considerar simultánea e integradamente.

Además, se exige cada día más del psicólogo clínico la capacidad de interactuar con
otros profesionales —de igual o mayor recelo profesional— en términos de equidad y
respeto mutuo, por lo cual la formación multidisciplinaria es indispensable, al igual que
una actitud de apertura, ecléctica y de autocrítica constante, así como la disposición para
el trabajo en equipo.

 DEFINICIÓN Y OBJETO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA

Para lograr contemplar una adecuada definición de lo que se conoce como psicología
clínica es necesario tener en cuenta que el término clínica es originario de la medicina y
que es referido al proceso mediante el cual se trata de minimizar o acabar con el
sufrimiento que producen las enfermedades físicas en los seres humanos, de ahí puede
deducirse su utilidad dentro de la psicología.

La psicología clínica es un área de especialización de la psicología, la cual se interesa en


la investigación y el tratamiento de la conducta anormal compartiendo el mismo interés
con la psiquiatría. Inicialmente fue llamada como clínica psicológica y que contaba con
una característica en particular estar cercana al servicio social, y que era útil para la
enseñanza y la investigación dedicada por completo al diagnóstico, tratamiento y estudio
de los desórdenes del comportamiento (Rey & Guerrero, 2012).
Otra posible definición la ofrece Resnick (1991 ya que define la psicología clínica como el
campo que abarca la "investigación, enseñanza y servicios relacionados con las
aplicaciones de principios, métodos y procedimientos para la comprensión, predicción y
alivio de la desadaptación, discapacidad e incomodidad intelectual, biológica, psicológica,
social y conductual, aplicados a una amplia gama de usuarios".

Así encontramos que ambas definiciones destacan características similares y que


exponen en gran parte el oficio del psicólogo clínico, que además del diagnóstico y el
tratamiento de los desórdenes comportamentales, también ejerce en su campo de acción
la administración, la enseñanza y la consultoría.

Para definir el objeto de la piscología clínica es necesario tener en cuenta que en relación
al terreno de la psicología clínica hablar de un modelo clínico implica una orientación
clínico – patológica, que tiene como mecanismo un tipo de intervención que opera
respecto al objeto que en este caso sería “eliminar” del repertorio de un individuo aquello
que se define como la sintomatología, o los comportamientos que le están causando
malestar psicológico (Piña, 2003). Lo que deja claro que el objeto de la psicología no es
muy lejano al de la medicina, ambas disciplinas tratan el sufrimiento, por un lado la
medicina lucha contra las enfermedades físicas, por el otro la psicología clínica lucha
contra las enfermedades o los trastornos mentales que pasan hacer el objeto de
intervención de la misma, de esa manera está el interés por conocer las causas de los
trastornos mentales y la búsqueda de procedimientos para su manejo convirtiéndose en
el eje del trabajo clínico dentro de la psicología.

 ANTECEDENTES Y REPRESENTANTES DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA

Bernstein reconoce tres momentos en la evolución histórica de la psicología como


ciencia.

 Primero:

Se inicia con Wunt y su psicología experimental (1879) James, Cattell, Galton, Binet.

Interés: En la observación y experimentación del funcionamiento de la mente de un


individuo.

Establece las diferencias individuales (observación, test)

 Segundo:

Primera Guerra Mundial (1914 – 1918)

Se hace evidentes los conflictos entre médico y psicólogos sobre sus roles y funciones.

En esta etapa parecen dos enfoques psicológicos:

- El conductismo (Watson)
- La Guestalt (Pearls)

Predomino en esta época la influencia del psicoanálisis de Freud, para explicar el origen
de la anormalidad del comportamiento. Se introducen los test proyectivos (Rorschach,
T.A.T., etc).

Interés: Evaluación y medición


 Tercero:

Segunda Guerra Mundial (1941 – 1945)

Necesidad de seleccionar personas idóneas para tareas militares.

Aparecen los caos de “neurosis de combate” (reacción depresiva, fobias, temores, etc.)

Interés: La psicoterapia. La actividad psicoterapéutica delimita más las funciones del


psicólogo y el Médico.

 LA PSICOLOGÍA CLÍNICA EN EL PERÚ

En el año 1940 – 50, se dictan los cursos de psicología médica en la curricula de


medicina de la UNMSM. se abordan y explican las alteraciones del funcionamiento
psicológico y personal, dictado por médicos psiquiatras como Honorio Delgado, Hermilio
Valdizán, Humberto Rotondo, Carlos Seguín y Manuel Zambrano entre otros.

Los primeros profesores que dictaron los cursos de psicología fueron médicos
psiquiatras, introduciéndose posteriormente los cursos de psiquiatría y sicopatología
siempre dictado por médicos.

En la década del 80 los psicólogos empiezan asumir el dictado de algunos cursos de la


curricula de psicología dejando presencia profesional en la formación de psicólogos.

En la década de los 90 se hace predominante la participación de los psicólogos tanto en


el diseño curricular de los cursos como en el dictado de los mismos. Incluso los cursos
como psicopatología o comportamiento anormal es diseñado y dictado por psicólogos
clínicos con experiencia y formación en el campo clínico especializado.
 ÁMBITO DE TRABAJO: FUNCIONES DEL PSICÓLOGO CLINICO:

- Evaluación y diagnóstico

Se explora las funciones psicológicas y de la personalidad en el ámbito normal y


patológico, para luego llegar al conocimiento da través de los resultados (organicidad
cerebral, competencia intelectual, procesos del pensamiento y estructura de la
personalidad).

- Psicoterapia

Se emplean métodos de intervención psicológica de diversos modelos y enfoques


(dinámico, conductual –cognitivo, humanista, etc), orientado a restituir la armonía y el
equilibrio de la Salud Mental y personal del individuo

- Prevención

Actividades psicológicas orientadas a disminuir la incidencia y prevalencia de nuevos


casos de enfermedades en Salud Mental (depresiones, fobias, alcoholismo, dependencia
a droga, pandillaje, etc.)

- Investigación

Elaborar y ejecutar proyectos de investigación en el área psicológica fomentando el


conocimiento a través de la explicación de situaciones o fenómenos psicológicos (tesis,
estudio de caso, programas, etc.)

- Docencia
Se ejerce la función de maestro a nivel de pre, post grado y doctorado enseñando la
psicología clínica a los estudiantes.

- Administración

Administrar establecimiento de Salud Mental (hospital, clínica, centros de salud)


asimismo a centro de estudios superiores (universidades, institutos superiores, etc.)
complementariamente se ejerce la administración en empresas en el área de gerencia de
recursos humanos de desarrollo y bienestar de personal.

- Consultaría

Participa en actividades de asesoría especializada en problemas de salud Mental en


diversas instituciones privadas o estatales que lo refieran.

 RETOS ACTUALES EN LA PSICOLOGÍA

Muchas de las técnicas que mejores resultados han demostrado en terapia no han nacido
este siglo. De hecho, es notoria la adaptación que la figura de los psicólogos y psicólogas
del siglo XXI está haciendo para poder ofrecer un servicio.

Desde el hecho de que las nuevas generaciones acudan a terapia con un objetivo
preventivo, hasta que muchas personas lleguen a una primera sesión con un
“diagnóstico made in Google”. Todo esto supone nuevos retos a los que los psicólogos
debemos adaptarnos.

Tanto el lenguaje, como los tiempos y las necesidades de los pacientes en la actualidad
han de combinarse con las técnicas más avaladas científicamente. Esto puede hacer que
la terapia mejore.

Sabemos que la psicología está preparada para los embates de cada cambio de siglo. Al
tratarse de una ciencia, consta de las herramientas necesarias para hacer frente a los
problemas emocionales y conductuales de los seres humanos.
Pero, ¿qué es aquello que hoy en día preocupa a las personas? ¿En qué se diferencia de
las inquietudes de antes? ¿Cómo podemos adaptar las técnicas antiguas al paciente
actual?

Para entender cómo es la figura del psicólogo del siglo XXI, debemos plantearnos cómo
son los y las pacientes del siglo XXI.

 ¿Cómo es el paciente del siglo XXI?

Simplificando algo que obviamente es mucho más complejo, podríamos dividir los tipos
de paciente en tres grandes grupos.

En primer lugar, aquellas personas que acuden a un profesional cuando están


experimentando mucho malestar o lo llevan padeciendo durante un período prolongado.
Por otra parte, las que toman pronto esta decisión, cuando el problema hace poco que ha
aparecido. Por último, hay quienes deciden venir a consulta de manera preventiva.

Los psicólogos y las psicólogas del siglo XXI nos estamos enfrentando, por primera vez,
a los dos últimos grupos de pacientes.

Antes, la psicología era un tema tabú. Quienes acudían a terapia lo hacían


prácticamente in extremis. Muchas veces incluso ocultándolo. Esto ya no es así. En
absoluto.

Hoy en día la psicología es un recurso que poca gente se avergüenza de utilizar y al que
acuden cada vez más personas. La intención: buscar soluciones a todo tipo de
problemas.

 Psicología preventiva: cómo los profesionales se adaptan a este tipo de


pacientes

Lo que más ha costado a la psicología de este siglo es adaptarse al trabajo preventivo.

Nos han formado para la intervención sobre lo patológico. Esto sabemos hacerlo muy
bien. Es cierto que cada vez hay más casos de ansiedad y aparecen nuevos miedos
relacionados con cosas que no existían o no eran tan significativas hace unos años. Sin
embargo, también aparecen muchos más casos en los que el objetivo es la prevención.

Un psicólogo del siglo pasado rechazaría un caso donde no hay patología. Esto no ocurre
en el XXI: hoy se trata el problema trabajado y, además, la prevención.
Hay que tener en cuenta que prevenir no es intervenir. Prevenir es generar hipótesis
sobre diferentes posibles problemas y enseñar.

 Las nuevas tecnologías: reto y recurso para el psicólogo actual

Para la psicología, las nuevas tecnologías son a la par reto y recurso.

Es, por ejemplo, el caso de Internet, que se ha convertido en una herramienta al que
muchas personas acuden en un mal momento. Su intención es encontrar una explicación
a lo que les está ocurriendo.

Podríamos criticar este hecho, pero no deja de ser una conducta naturalmente humana.
“¿Por qué me pasa esto? ¿Le pasa a otras personas?

La búsqueda de respuestas a estas preguntas no es el verdadero problema.

El problema es la fuente de información. Es más, muchas veces, como psicólogos,


acabamos invirtiendo tiempo de terapia en desmentir lo que Internet ha respondido.

Por otra parte, es cierto que, cuando se usan correctamente, las redes sociales pueden
ser una buena herramienta para la población joven para relacionarse y socializar. Sin
embargo, la manera en la que afectan a este sector y a su autoestima y autoconcepto
también puede suponer un problema.

Otra de las labores del psicólogo es diferenciar ambas situaciones y evaluar si existen
problemas de adicción tecnológica.

Pero no todo son desventajas. ¿En qué nos ayudan a los psicólogos las nuevas
tecnologías? Nos permiten ponernos al alcance de más gente. Podemos llegar a tener
pacientes de cualquier lugar del mundo.

Se trata de una posibilidad que nos ha ayudado, sin ir más lejos, durante la pandemia.
Gracias a las nuevas tecnologías e Internet, hemos podido ofrecer terapia a personas
que la necesitaban por medio de videollamadas.

Además, en los últimos años ha aumentado el uso de la realidad virtual en terapia. Esta
es una herramienta que ha sido avalada científicamente para muchas y variadas
necesidades.

 La importancia del lenguaje inclusivo


Otro reto al que actualmente nos enfrentamos los psicólogos y psicólogas es al uso del
lenguaje inclusivo.

En nuestro caso, el lenguaje es la herramienta principal de trabajo. De la misma manera


que te acerca a las personas que acuden a terapia, puede alejarte de ellas si no lo
utilizas correctamente.

El lenguaje inclusivo implica ser consciente, no únicamente de lo que dices, también de


cómo lo dices. Esto supone un ejercicio mayor de concentración. Un ejercicio, sin duda,
necesario y que vale la pena. Ahora bien, puede resultar difícil a muchos profesionales.

Hablamos, en concreto, de la despatologización de aquello que hace pocos años era


considerado patológico.

Sin ir más lejos, e hilando con el tema del uso del lenguaje, podríamos hablar de la
identidad de género como algo que hace pocos años era considerado patológico y que
hoy en día no lo es. En el siglo XX se consideraba un problema a revertir, algo que
resolver. Hoy en día no es así y lo mismo ocurre con la orientación sexual.

Hoy en día los psicólogos acompañamos a la persona durante el proceso. Damos


herramientas para gestionar los problemas emocionales y situacionales que pueden
aparecer como consecuencia de este. Sin duda, un cambio sustancial en nuestro trabajo.

 Mirando hacia el futuro

La psicología ha demostrado poder adaptarse, ser flexible. Evolucionar para seguir al


servicio de quienes la necesitan. También lo demostramos quienes la aplicamos.

Probablemente el futuro nos depare muchos nuevos retos, pero lo importante es que
sigamos tratando de evolucionar para no quedarnos atrás.

 ÉTICA PROFESIONAL
No se puede soslayar la importancia de considerar los aspectos básicos y relevantes de
la ética profesional en la práctica de la psicología clínica.
El psicólogo clínico, al igual que otros profesionales de las ciencias de ayuda y de la
salud, debe regirse por los principios básicos de:
a) respeto por los derechos y la dignidad de las personas;
b) cuidado responsable para desempeñar su profesión;
c) integridad en las relaciones que el psicólogo establece con los demás para evitar
conflictos de interés, y;
d) responsabilidad hacia la sociedad.

Entre los problemas y dilemas éticos más frecuentes se encuentran los relacionados, en
primer lugar, con problemas de competencia profesional, por ejemplo, cuando se hacen
valoraciones psicológicas por personas no preparadas o interpretaciones erróneas de la
aplicación de pruebas o el uso inadecuado de éstas. Esto está relacionado con
acreditación, licencias profesionales y calidad de la formación profesional, aspectos de
gran variabilidad en las escuelas mexicanas.

En segundo lugar, los problemas concernientes con las relaciones duales con pacientes;
cuando éstos son familiares y pacientes o bien son estudiantes y pacientes; ambos
casos, por lo general están contraindicados en la práctica clínica. En este tenor, y con
menor frecuencia, los casos de relaciones amorosas o sexuales con los pacientes.
Un tercer aspecto para reflexionar son las quejas, cada vez más frecuentes, de cobros
excesivos por los servicios psicológicos, ofrecimientos de curas milagrosas o la
administración de terapias psicológicas para casos que no lo ameritan, por su grado o
naturaleza. Todos estos problemas pueden agruparse dentro del rubro: práctica
profesional fraudulenta.

Finalmente, otra área de conflicto ético es la del mantenimiento de la confidencialidad


inherente a la atención psicológica y el discernir cuando y qué se debe develar durante
un juicio legal o al informar sobre el estado de salud del paciente a los familiares de éste,
al momento en que así lo soliciten. En este aspecto, cabe resaltar la obligación del
psicólogo clínico de romper el acuerdo de confidencialidad cuando el paciente o alguna
otra persona están en riesgo de daño para él o para otros, y en este caso debe
capacitarse al profesional para proceder de las autoridades correspondientes en caso
necesario y para actuar como prueba de cargo o como perito en procesos judiciales en
los que existe daño como consecuencia de una enfermedad mental.

 Código ético

El propósito principal del código ético es garantizar la protección de los usuarios de los
servicios psicológicos y ofrecer apoyo al psicólogo, tanto en la toma de decisiones como
para educar a terceros que le soliciten acciones contrarias a los principios que rigen su
comportamiento.
García (2004) analiza y discute los principios y valores éticos que deben regir la conducta
profesional del psicólogo, en seguida se revisan algunos de los más relevantes.

Principios

Los principios se derivan del sentido común y de los principios básicos de convivencia
social y son guías que norman la solución de problemas que se presentan en las
relaciones del psicólogo con sus pacientes, con otros psicólogos y con el público en
general.
La siguiente lista no es exhaustiva, sin embargo, incluye algunos de los más relevantes
principios éticos universales que se deben considerar en la práctica clínica, ordenados
con una intención de prioridad.

1. Acatar las normas morales y legales. Por ejemplo, obtener el consentimiento


informado del paciente y explicar los principios de confidencialidad y las
limitaciones del tratamiento.
2. Respetar los derechos humanos, ser tolerantes con la diversidad cultural, las
preferencias sexuales, las diferentes posiciones políticas o ideológicas.
3. Determinar la finalización de una intervención dada la posibilidad de iatrogenia,
porque ya no es útil para el paciente o porque se ha convertido en una relación
dual o peligrosa para el bienestar del paciente.
4. Evitar el abuso en los cobros, bajo la premisa de que el daño patrimonial hacia el
paciente es por sí mismo una acción negativa y poco ética.
5. Acreditar las técnicas de evaluación psicológica utilizadas en la práctica y explicar
al paciente los procedimientos, así como las exigencias, riesgos y demandas
físicas e intelectuales de las mismas.
6. Cuidar la seriedad de las declaraciones públicas en medios escritos y electrónicos,
protegiendo primariamente la confidencialidad del paciente y tener cuidado de no
dañar la imagen de la profesión.
7. Cuidar el uso de animales de laboratorio en los procesos de experimentación,
procurando no causar daño o sufrimiento innecesario.

Los valores éticos

El valor se refiere a las creencias personales que nos impulsan a la acción, a cierto tipo
de conducta con base en lo que consideramos bueno y malo. Los valores propuestos
para una práctica adecuada son:

1. Actuar con la convicción de que se está haciendo lo mejor para el paciente y que se
antepone su bienestar y mejoría al prestigio, logro o lucimiento profesional.
2. Cuidar la confidencialidad de la información en la práctica profesional bajo la
convicción de evitar daños al paciente.
En este sentido el principio hipocrático de “primero no daño” sí se debe aplicar.
3. Actuar bajo los principios de honestidad, justicia, respeto y responsabilidad; en fin, bajo
la guía de los principios éticos universales.

Lozano et al. (2003) argumentan que la enseñanza de los valores morales se sustenta en
la ausencia de modelos morales absolutos, por lo cual se precisan criterios morales
propios y razonados. Por ejemplo, todos hemos tenido la experiencia de que nuestros
valores sean cuestionados y criticados por otras personas y en otros contextos distintos a
los nuestros, a la vez que hemos sido críticos con otras escalas axiológicas. Esa
experiencia nos ha hecho ser conscientes de que debemos cuestionar, fundamentar y
defender con argumentos nuestros propios valores.
Los nuevos avances en biotecnología, robótica, medicina y neurociencias, nos sitúan en
situaciones nuevas a las que debemos responder con el desarrollo coherente de los
valores morales que hacen la vida digna.
Por lo anterior, la educación en valores debe ser inherente a la enseñanza de los
contenidos o habilidades que se pretenden desarrollar en un psicólogo clínico.

ANEXO

COLEGIO DE PSICÓLOGOS DEL PERÚ CONSEJO DIRECTIVO


REGIONAL DE LIMA

CÓDIGO DE ÉTICA PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO PERUANO

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Los Psicólogos Peruanos:
Respetan la dignidad del ser humano y se comprometen a preservar y proteger los
derechos humanos.
Buscan aumentar el conocimiento del comportamiento humano y la comprensión que
poseen los individuos sobre ellos mismos y sobre otros, con miras a contribuir al
bienestar de la humanidad.
Cuidan la privacidad e integridad de aquellos que requieren sus servicios y de los que
aceptan participar en proyectos de investigación psicológica.
Hacen uso de sus capacidades sólo para propósitos que sean consistentes con estos
valores y no permiten, con conocimiento de causa, su uso erróneo o impropio.
Son conscientes de la responsabilidad inherente al ejercicio profesional con seres
humanos y, por lo tanto, aceptan los deberes de ser competentes y objetivos en la
aplicación de sus conocimientos científicos, así como de ejercer el máximo cuidado por
los intereses de sus clientes, de sus colegas y de la sociedad en general.
El Código de Ética Profesional del Psicólogo Peruano contiene las consideraciones
morales que deben ser acatadas y cumplidas durante el ejercicio de su profesión.

ÍNDICE

TÍTULO I - Responsabilidad
TÍTULO II - Competencia
TÍTULO III - Normas legales y morales
TÍTULO IV - Confidencialidad
TÍTULO V - Declaraciones públicas
TÍTULO VI - Bienestar del cliente
TÍTULO VII - Utilización de técnicas de diagnóstico
TÍTULO VIII - El informe psicológico
TÍTULO IX - Relaciones profesionales
TÍTULO X - Relaciones con instituciones
TÍTULO XI - Actividades de investigación
TITULO XII - Propiedad intelectual
TÍTULO XIII - Nombramientos, promociones y concursos
TÍTULO XIV - Honorarios
TÍTULO XV - Horarios
TÍTULO XVI - Elecciones
TÍTULO XVII - Obligaciones pecuniarias
TÍTULO XVIII - Ausentismo
TÍTULO XIX - Ejercicio profesional
TÍTULO I RESPONSABILIDAD

ARTÍCULO 1º: Como profesional, el psicólogo reconoce la responsabilidad


social implicada en su trabajo, ya que puede afectar íntimamente a la vida
de otros; por ello, se mantiene alerta frente a situaciones o presiones
personales, sociales, institucionales, económicas o políticas, que puedan
conducirlo a un abuso de su prestigio o influencia.
ARTÍCULO 2º: Como científico, el psicólogo dirige investigaciones allí donde
su juicio le indica que son necesarias y planifica toda investigación de
manera que la posibilidad de error en sus resultados sea mínima,
proporciona amplia información sobre las limitaciones de los datos e
hipótesis, especialmente cuando éstos pueden perjudicar a su trabajo sin
destacar jamás -sin explicación- datos que puedan tergiversar la
interpretación de los resultados y evita cualquier clase de vínculos que
interfieran con su objetividad.
ARTÍCULO 3º: Como profesor, el psicólogo reconoce su obligación primaria
de ayudar a otros a adquirir conocimientos y destrezas y a mantener
elevados niveles académicos y profesionales. Su docencia de distingue por la
más seria objetividad y calidad académica, evitando sobrevalorar la
profesión, reconociendo las limitaciones de las técnicas que utiliza,
dosificando su difusión para evitar que su uso sea aplicado por personas no
idóneas.
ARTÍCULO 4º: Como psicoterapeuta, el psicólogo reconoce que, en su
actividad, debe buscar el desarrollo psicológico del cliente.
ARTÍCULO 5º: Como funcionario en una organización, el psicólogo tiene la
responsabilidad de permanecer alerta y no aceptar presiones que puedan
distorsionar sus informes, e impedir el uso inapropiado de los mismos.
ARTÍCULO 6º: Como docente de práctica profesional, el psicólogo
proporciona supervisión adecuada y oportuna a internos y
estudiantes.

TÍTULO II COMPETENCIA

ARTÍCULO 7º: Los psicólogos comparten la responsabilidad de mantener


normas elevadas de competencia profesional, en resguardo del interés público
y de la profesión como un todo.
ARTÍCULO 8º: Los psicólogos rechazan la práctica de la psicología por
personas ajenas a la profesión, denunciándolas ante la autoridad
competente. Ayudan al público a identificar a los psicólogos que pueden 17

brindar servicios profesionales confiables.


Cuando un psicólogo o persona que se identifica a sí misma como tal, viola
normas éticas, los psicólogos tratan de rectificar la situación y; cuando no
es posible lograrlo, plantean el caso ante el Colegio de Psicólogos del Perú.
ARTÍCULO 9º: El psicólogo reconoce los límites de su competencia y
alcances de sus técnicas, y no ofrece servicios ni utiliza métodos que no
cumplen las normas profesionales establecidas en cada campo particular.
Asimismo, ayuda a su cliente a obtener apoyo profesional en los aspectos
que caen fuera de los límites de su propia competencia.
ARTÍCULO 10º: El psicólogo evita cualquier actividad en la que sus
problemas personales puedan menguar sus servicios profesionales o
dañar a un cliente y, si ya está comprometido en tal actividad, busca
asistencia profesional competente.
ARTÍCULO 11º: El psicólogo reconoce las diferencias individuales
referidas a edad, sexo, posición socio económica y nivel cultural y, donde
es necesario, obtiene ejercitación, experiencia y consejo que aseguren un
servicio o investigación competentes relacionados con dichos individuos.
ARTÍCULO 12º: El psicólogo debe estar constantemente actualizado tanto
profesional como científicamente en relación con los servicios que presta.
Reconoce la necesidad de educación continua y se mantiene alerta a nuevos
descubrimientos científicos y cambios sociales.
ARTÍCULO 13º: Como docente, el psicólogo prepara el material didáctico en
forma cuidadosa, de manera que los conocimientos que imparta sean
correctos, actualizados y científicos, informa sobre los avances de
investigación en puntos aún no resueltos, alienta a sus colaboradores y
alumnos para que contribuyan a procurar soluciones.
Asimismo, se considera como miembro de un equipo científico en el que
deben primar el respeto y la lealtad mutuos, de manera que cumpla en forma
eficaz con los propósitos de la enseñanza e investigación.
ARTÍCULO 14º: El psicólogo sólo presenta como evidencia de su
calificación profesional aquellos títulos reconocidos por el Colegio de
Psicólogos del Perú.

TÍTULO III
NORMAS LEGALES Y MORALES

ARTÍCULO 15º: Como profesional, el psicólogo se mantiene informado de


las disposiciones legales y vigentes referentes a su práctica profesional. Se
preocupa por la modificación de las leyes que puedan perjudicar al interés
público o a la profesión, y se ocupa de promover una legislación que
favorezca a ambos.
ARTÍCULO 16º: El psicólogo, como ciudadano, debe respetar las 18
normas éticas y jurídicas de la comunidad social en la que se
desenvuelve.
ARTÍCULO 17º: Como psicoterapeuta, el psicólogo deberá formarse de
manera idónea para lograr que su actividad como tal se realice en
condiciones óptimas, en beneficio del cliente.
ARTÍCULO 18º: Como funcionario, el psicólogo no aprueba prácticas
inhumanas o discriminatorias en función de raza, edad, sexo, religión o
ideología, para efectos de contratación, promoción o adiestramiento.
ARTÍCULO 19º: Como investigador, el psicólogo se mantiene informado de la
reglamentación existente sobre la conducción de investigaciones con sujetos
humanos y animales.

TÍTULO IV CONFIDENCIALIDAD

ARTÍCULO 20º: El psicólogo está obligado a salvaguardar la información


acerca de un individuo o grupo, que fuera obtenida en el curso de su
práctica, enseñanza o investigación.
ARTÍCULO 21º: La información recibida en ejercicio de la profesión se revela
sólo después de las más cuidadosas deliberaciones, y cuando hay un peligro
claro e inminente para un individuo o la sociedad, y únicamente a
profesionales adecuados o a las autoridades públicas competentes.
ARTÍCULO 22º: La información obtenida en relaciones de tipo clínico o
consultivo, o los datos de tipo evaluativo referentes a niños, estudiantes,
empleados u otros individuos, se discuten sólo con fines profesionales y con
personas claramente relacionadas con el caso. Los informes verbales y
escritos deberán presentar únicamente datos relacionados con los propósitos
de la evaluación, realizando todos los esfuerzos necesarios para evitar la
indebida invasión del fuero íntimo de las personas.
ARTÍCULO 23º: Una comunicación profesional se muestra a quien le
concierne sólo con autorización expresa de quien la originó, y de las
personas involucradas. El psicólogo se hace responsable de informar al
cliente los límites del secreto.
ARTÍCULO 24º: El psicólogo mantiene el secreto profesional en la
preservación y ordenamiento final de los informes confidenciales.
ARTÍCULO 25º: Los materiales clínicos u otros materiales de casos se
pueden usar en la enseñanza y en publicaciones, pero sin revelar la
identidad de las personas involucradas.
ARTÍCULO 26º: Sólo después de haber obtenido permiso explícito se publica
la identidad de los sujetos de investigación. Cuando los datos se publican sin
permiso de identificación, el psicólogo asume la responsabilidad de
salvaguardar adecuadamente sus fuentes.

19
TÍTULO V
DECLARACIONES PÚBLICAS

ARTÍCULO 27º: Una actitud científica y el debido respeto por los límites del
conocimiento actual caracterizan todas las declaraciones de los psicólogos
que, directa o indirectamente, brindan información al público, evitando la
exageración, el sensacionalismo, la superficialidad u otras formas de
informaciones equivocadas.
ARTÍCULO 28º: El psicólogo se atiene a normas profesionales antes que
comerciales al prestar y ofrecer sus servicios profesionales. Los anuncios de
práctica individual privada se limitan a una simple enunciación del nombre,
grado o títulos pertinentes más altos, número de matrícula, certificados de
especialización, dirección, teléfono, horas de atención y una breve aclaración
de los tipos de servicios que ofrece. Los anuncios de las instituciones pueden
enumerar los nombres de los miembros del personal, con sus calificaciones.
Concuerdan en los demás aspectos con las mismas normas de los anuncios
individuales, asegurándose de evidenciar la verdadera índole de la
organización.
ARTÍCULO 29º: Los psicólogos o las instituciones pertinentes que anuncien
servicios profesionales no clínicos, pueden utilizar folletos que describan los
servicios prestados, pero siempre que no sean evaluativos. Pueden enviarlos
a profesionales, escuelas, firmas comerciales, instituciones gubernamentales
u otras organizaciones similares.

ARTÍCULO 30º: Es inaceptable que en un folleto se expongan "testimonios de


usuarios satisfechos". No puede aceptarse el ofrecimiento de un juicio libre
sobre los servicios que presta el psicólogo, si sirve para tergiversar en
cualquier sentido la índole o eficacia de los mismos. Las pretensiones de que
un psicólogo tiene habilidades únicas o medios excepcionales, que no están
al alcance de otros de la profesión, pueden hacerse sólo si la especial eficacia
de estas habilidades o medios únicos han sido demostrados con pruebas
científicamente aceptables.
ARTÍCULO 31º: El psicólogo no debe permitir que un cliente tenga ideas
exageradas acerca de la eficacia de los servicios que presta.
Las afirmaciones hechas ante los clientes, en este sentido, no deben ir
más allá de lo que el psicólogo estaría dispuesto a someter al análisis
profesional.
ARTÍCULO 32º: Al anunciar sus servicios profesionales, el psicólogo no
20
se relaciona con organizaciones cuyo auspicio esté falsamente implicado.
ARTÍCULO 33º: Al promover dinámicas de grupo o grupos de encuentro, el
psicólogo indicará claramente el propósito y la naturaleza de las
experiencias a brindarse, especificando en forma apropiada el nivel
educativo, de adiestramiento, y de experiencia en que se dan tales
prácticas.
ARTÍCULO 34º: El psicólogo que se dedique a la venta de material
psicológico deberá presentar sus anuncios de manera profesional y
científica. La publicidad sobre los mismos deberá ser objetiva y descriptiva y
no meramente emocional y persuasiva.
ARTÍCULO 35º: Las personas naturales o jurídicas que se dediquen a la
fabricación, publicación y venta de material psicológico deberán obtener un
permiso o certificación del Colegio.
ARTÍCULO 36º: Cuando se da información acerca de procedimientos
y técnicas psicológicas, debe cuidarse de indicar que deben ser
empleados únicamente por personas competentes para ello.
ARTÍCULO 37º: Como profesor, el psicólogo impartirá información suficiente
sobre el curso que enseñe, particularmente en relación con la materia por
tratar y los criterios de evaluación respectivos. Los anuncios que realice sobre
talleres, seminarios y otros programas afines deberán especificar a qué nivel
están dirigidos, así como los requisitos exigidos, los objetivos educacionales y
la naturaleza del material por cubrir; e igualmente los niveles educativos y de
capacitación, y la experiencia de los psicólogos que presentan el programa,
incluyendo los costos para el alumno.
ARTÍCULO 38º: Los anuncios públicos que soliciten sujetos de
investigación deben especificar claramente el tipo de servicios, los costos
y otras obligaciones que deben ser asumidas por los participantes de
dicha investigación.
ARTÍCULO 39º: El psicólogo que se comprometa en actividades de radio
o televisión no participa como tal en avisos comerciales que recomienden
la adquisición o uso de un producto.
ARTÍCULO 40º: El psicólogo debe cuidar que su nombre sólo aparezca en
actos públicos y en todo medio de difusi8ón hablado o escrito con el
máximo respeto por su calidad profesional, por su propio prestigio y el de
su profesión.
ARTÍCULO 41º: El psicólogo que hace publicaciones relacionadas con su
profesión utilizando un pseudónimo, debe comunicar su identidad al
Colegios de Psicólogos del Perú.

TÍTULO VI
BIENESTAR DEL CLIENTE
21

ARTÍCULO 42º: El psicólogo reconoce su posición de prestigio frente a sus


clientes, y por ello evita hacer mal uso de la confianza depositada en él.
ARTÍCULO 43º: Normalmente, el psicólogo no entra en relación
profesional con miembros de su propia familia, amigos íntimos,
colaboradores cercanos u otros, cuyo bienestar podría verse afectado por
una relación de este tipo.
ARTÍCULO 44º: El psicólogo informa con anticipación a su futuro cliente
acerca de los usos, quehaceres y circunstancias importantes de la relación
potencial entre ambos, ya que podrían influir en la decisión del cliente antes
de entrar en esa relación. Dichos usos, quehaceres y circunstancias
importantes incluyen el registro con grabadora de una entrevista, el empleo
del material de la entrevista con fines de capacitación y la observación de una
entrevista por otras personas.
ARTÍCULO 45º: Cuando el cliente no está capacitado para evaluar una
situación, se informa a la persona responsable del cliente, acerca de las
circunstancias que pueden influir sobre la relación.
ARTÍCULO 46º: El psicólogo que pide a un individuo que revele información
personal en el curso de entrevistas, tests o evaluaciones, o que permite que
se le revele tal información, lo hace sólo después de estar seguro de que la
persona responsable tiene total conocimiento de los propósitos de la
entrevista, el test o la evaluación y de las maneras en que puede utilizarse la
información.
ARTÍCULO 47º: El psicólogo trata de terminar una relación clínica o
consultiva cuando está suficientemente en claro que el cliente no se beneficia
con la misma.
ARTÍCULO 48º: Cuando hay un conflicto entre profesionales, el psicólogo se
preocupa primordialmente por el bienestar de todo cliente involucrado y, sólo
secundariamente, por los intereses de su propio grupo profesional.
ARTÍCULO 49º: En las organizaciones laborales, en la educación y en otras
situaciones en las que pueden surgir conflictos de intereses entre diversas
partes, tales como empresarios y trabajadores o entre el cliente y el
empleador del psicólogo, éste define la índole y dirección de sus
responsabilidades e informa al respecto a todos los interesados.
ARTÍCULO 50º: En los casos en que deben remitir a un paciente, la
responsabilidad del psicólogo continúa hasta que el otro profesional, o sea,
el recibiente, asume la responsabilidad, o hasta que la relación con el
psicólogo que hiciera la remisión termine por mutuo acuerdo.
En los casos en que el cliente rechaza la remisión, el psicólogo evalúa
cuidadosamente el posible daño para el cliente, para sí mismo y para su
profesión que se pueden derivar si la relación continúa.
ARTÍCULO 51º: Debe asegurarse un ambiente apropiado para la labor
profesional, a fin de proteger tanto al cliente como al psicólogo contra daños
reales o atribuibles, que puedan originar censuras a la profesión. 22
TÍTULO VII
UTILIZACIÓN DE TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO

ARTÍCULO 52º: El cliente tiene el derecho de recibir y el psicólogo el deber


de explicar la naturaleza y propósito de la evaluación psicológica, y de dar
los resultados de ésta en un lenguaje que el cliente pueda comprender, a
menos que exista una excepción explícita previamente acordada, como es el
caso de ambientes escolares y empresariales.
ARTÍCULO 53º: El psicólogo debe demostrar que la validez de los
programas y procedimientos usados para la interpretación de pruebas
psicológicas (tests) se basa en evidencia apropiada.
ARTÍCULO 54º: El psicólogo que tiene la responsabilidad de tomar
decisiones sobre individuos, basándose en resultados de pruebas
psicológicas (tests) tiene una adecuada comprensión de los problemas de
medición, validez y confiabilidad.
ARTÍCULO 55º: El uso y la elaboración de pruebas psicológicas (tests),
exámenes, diagnósticos e informes psicológicos es privativo del psicólogo y
no de otro profesional. ARTÍCULO 56º: Al informar sobre los resultados, el
psicólogo debe indicar cualquier reserva relacionada con la validez o
confiabilidad que resulte de la evaluación o de la inadecuación de las normas
de la evaluación para la persona evaluada.
ARTÍCULO 57º: El psicólogo se asegura de que los resultados de la
evaluación y su interpretación no sean mal usados por terceros.
ARTÍCULO 58º: El psicólogo acepta la responsabilidad de remover, del
archivo del cliente, información sobre puntajes que estén obsoletos a fin de
que no sea utilizada en desmedro de la persona evaluada.
ARTÍCULO 59º: Los puntajes, así como los materiales de evaluación, se
ofrecen sólo a las personas calificadas para interpretarlos y usarlos
adecuadamente.
ARTÍCULO 60º: Los resultados de la evaluación u otros datos de apreciación
utilizados para evaluar o clasificar se comunican a los empleadores, parientes
u otras personas apropiadas, de tal manera que se eviten las malas
interpretaciones o su uso inadecuado. La comunicación sobre el resultado de
una evaluación debe darse, de preferencia, en forma de interpretación de
dicho resultado, y no en forma de puntajes. ARTÍCULO 61º: El psicólogo es
responsable del control de las pruebas psicológicas (tests) y otros
procedimientos utilizados con fines de instrucción, cuando su valor pueda ser
dañado por revelarse al público general sus contenidos específicos o los
principios subyacentes.
ARTÍCULO 62º: Los ítems de muestra, construidos para que se 23
asemejen a determinados tests, pueden reproducirse en artículos de
divulgación, pero los tests computables y los ítems reales no se
reproducen, excepto en publicaciones profesionales.
ARTÍCULO 63º: Las pruebas psicológicas y otros medios de evaluación, cuyo
valor depende, en parte, del desconocimiento del sujeto, no se reproducen ni
describen en publicaciones populares de modo que puedan anular las
técnicas. El acceso a estos medios deberá limitarse a personas con intereses
profesionales que salvaguarden su uso.
ARTÍCULO 64º: Las pruebas psicológicas se ofrecen para su publicación
comercial únicamente a los editores que las presentan en forma profesional
y que las distribuyen sólo a usuarios idóneos.
ARTÍCULO 65º: Un manual sobre un test, un libro técnico u otro informe
adecuado sobre el mismo, describe el método de construcción y
estandarización del test y sintetiza los estudios de validación. En el manual se
especifica las poblaciones para las que ha sido formulado el test y los
propósitos en que puede ser útil. También se fijan claramente las limitaciones
así como su posible validez, cuando las investigaciones escasean o son
incompletas. En particular, el manual previene acerca de posibles
interpretaciones sin respaldo suficiente, e indica el nivel de los conocimientos
requeridos para una interpretación correcta del test y sus resultados.

TÍTULO VIII
EL INFORME PSICOLÓGICO

ARTÍCULO 66º: El informe psicológico debe tomar en cuenta y


responder específicamente al motivo por el cual se llevó a cabo.
ARTÍCULO 67º: El informe psicológico debe ser redactado de
acuerdo con los principios vigentes aceptados por la comunidad
psicológica. Será firmado por el psicólogo que lo elaboró quien
incluirá también el número de su matrícula de colegiación.
ARTÍCULO 68º: Los informes laborales y las recomendaciones basadas en
datos de la información psicológica, no deben recargarse con análisis
detallados de rasgos de personalidad, tales como los que se podrían
elaborar sólo después de entrevistas intensivas con el sujeto. Tampoco
darán recomendaciones específicas respecto al empleo o colocación del
sujeto, ya que el psicólogo no debe interferir labores que competen a la
administración empresarial, señaladamente en el caso de los métodos de
reclutamiento.

TÍTULO IX
RELACIONES PROFESIONALES
24
ARTÍCULO 69º: El psicólogo no ofrece sus servicios profesionales a una
persona que recibe atención psicológica de otro profesional, excepto por
acuerdo con su colega o cuando haya terminado la relación del cliente con
el otro profesional.
ARTÍCULO 70º: Los psicólogos que trabajan juntos o asociados deben
informar al cliente acerca de dicha vinculación. En igual forma deberán
actuar los psicólogos que trabajan como empleados de otros psicólogos.
ARTÍCULO 71º: El psicólogo tiene una clara comprensión de las áreas que
competen a profesionales afines. La ausencia de relaciones formales con
otros profesionales no lo releva de la responsabilidad de obtener la asistencia
complementaria o alternativa requerida por sus clientes.
ARTÍCULO 72º: El psicólogo reconoce las tradiciones y prácticas de
otros grupos profesionales y coopera ampliamente con los miembros
de dichos grupos.
ARTÍCULO 73º: El psicólogo que emplea o supervisa a otros colegas o a
internos de psicología, acepta la obligación de contribuir a su desarrollo
profesional, proveyendo condiciones de trabajo adecuado, consultas, y
oportunidades de adquirir experiencias.
ARTÍCULO 74º: Cuando un psicólogo se ve imposibilitado por razones
ajenas a su voluntad, de atender a sus clientes privados y su condición
económica es difícil, es deber moral de sus colegas y amigos
reemplazarle en la atención a esos clientes y entregarle los honorarios
recibidos.
ARTÍCULO 75º: Cuando un psicólogo abandona a su clientela por
motivos no profesionales ni de fuerza mayor, los colegas que reciban a
los pacientes que los soliciten podrán atenderlos por tiempo indefinido,
sin que exista obligación de reenviarlos al consultorio del primero.
ARTÍCULO 76º: Los psicólogos se deben respeto mutuo, evitando las
expresiones o críticas que puedan herir la reputación moral o científica de
cada uno. Dichas expresiones o críticas, en último término, perjudican al
buen nombre de la profesión.

TÍTULO X
RELACIÓN CON INSTITUCIONES

ARTÍCULO 77º: Toda asociación psicológica, en cuyo Estatuto o Reglamento


existan disposiciones sobre el comportamiento ético de los asociados, deberá
enviar el texto de éstas al Consejo Directivo Nacional correspondiente, para
que determinen si están en concordancia con la Ley, Estatuto, Reglamento y
Código de Ética del Colegio. El Consejo formulará las observaciones y la 25
institución deberá conformar su Reglamento en consecuencia.
ARTÍCULO 78º: Toda institución que confronte un problema interno de ética
para el cual requiera una opinión autorizada, podrá presentarlo a la
consideración del Consejos Directivos Nacional en calidad de consulta.

TÍTULO XI
ACTIVIDADES DE INVESTIGACIÓN

ARTÍCULO 79º: Al diseñar una investigación, el profesional asume la


responsabilidad de realizar una evaluación cuidadosa de su aceptabilidad
ética. En la medida en que esta evaluación sugiera un compromiso con
algunos de los principios éticos, el investigador tiene obligación de buscar
consejo ético y de salvaguardar los derechos humanos de los participantes.
ARTÍCULO 80º: La responsabilidad por el establecimiento y mantenimiento
de prácticas éticas en la investigación descansa siempre en el investigador
mismo. Esta responsabilidad abarca el tratamiento dado por los
colaboradores, asistentes, estudiantes y empleados todos los cuales asumen
iguales responsabilidades paralelas. ARTÍCULO 81º: El investigador debe
informar al participar, de todas las características de la investigación que
puedan influir en su decisión de participar y de explicar otros aspectos de la
investigación sobre los que pregunte el participante. El no revelar aquello que
es pertinente añade peso a la responsabilidad del investigador, pues tiene
obligación de proteger el bienestar y dignidad del participante.

ARTÍCULO 82º: La apertura y honestidad son características esenciales de


la relación entre el investigador y el sujeto de investigación,
Cuando los requerimientos metodológicos de un estudio exigen retener
información, el investigador debe asegurarse de que el participante
comprenda los motivos para este acto y tener justificaciones suficientes para
los procedimientos empleados.
ARTÍCULO 83º: El investigador debe respetar la libertad del individuo para
declinar su participación, o para que se retire de la investigación. La
obligación de proteger esta libertad presupone constante vigilancia,
señaladamente cuando el investigador está en una posición de prestigio
sobre el participante como sucede por ejemplo, cuando este último es un
estudiante, cliente, empleado o quienquiera que esté en una relación
interpersonal con el investigador.
ARTÍCULO 84º: Una investigación éticamente aceptable comienza con el
establecimiento de un acuerdo claro y justo entre el investigador y el
participante. Se especificarán con claridad las responsabilidades de cada
uno. El investigador tiene la obligación de honrar todas las promesas y
compromisos comprendidos en el acuerdo. ARTÍCULO 85º: Después de
recoger los datos, el investigador proporciona al participante la información 26
sobre la naturaleza del estudio, a fin de aclarar cualquier malentendido que
pueda haber surgido. En los casos en que los valores científicos o humanos
justifican retener información, el investigador adquiere una especial
responsabilidad de evitar consecuencias perjudiciales para el participante.
ARTÍCULO 86º: El investigador considera seriamente la posibilidad de
que se produzcan efectos negativos posteriores y los elude o elimina tan
pronto como se lo permita el plan del experimento.
ARTÍCULO 87º: La información obtenida sobre los participantes de una
investigación durante el curso de la misma es confidencial, a menos que
haya habido un acuerdo contrario previo. Cuando exista la posibilidad de
que terceros tengan acceso a dicha información, esta posibilidad, así como
las medidas para proteger la confidencialidad, deben ser explicadas a los
participantes como parte del proceso para obtener el consentimiento de
estos últimos.

TÍTULO XII
PROPIEDAD INTELECTUAL

ARTÍCULO 88º: El psicólogo tiene derecho de propiedad intelectual


sobre todo documento que elabore sobre la base de sus
conocimientos profesionales.
ARTÍCULO 89º: Los materiales que prepara un psicólogo como parte de
su trabajo regular bajo la dirección específica de su organización, son
propiedad de la misma, pero el psicólogo tiene el derecho de propiedad
intelectual.
ARTÍCULO 90º: Los trabajos científicos presentados en congresos,
jornadas, simposios, conservatorios, etc. o los publicados en revistas
científicas y profesionales son propiedad intelectual del autor.
ARTÍCULO 91º: El material que resulte incidentalmente de la actividad
patrocinada por cualquier institución, y por la cual el psicólogo asume
responsabilidad individual, es publicado con deslinde de toda responsabilidad
por parte de la institución que lo patrocina.
ARTÍCULO 92º: El derecho de propiedad intelectual de trabajos de
investigación en equipo pertenece, en primer lugar, al psicólogo que ha
programado la labor y trabajado activamente en su desarrollo; por ello, su
nombre irá en primer lugar; y en segundo, tercer, etc. lugar a los coautores en
orden decreciente de grado de colaboración.
ARTÍCULO 93º: Todo psicólogo está obligado a comunicar y discutir sus
experiencias, el producto de su investigación y, en general, su producción
científica, dentro del ámbito de las instituciones correspondientes a su campo
de acción, y de solicitar la publicación de sus trabajos en revistas de su
especialidad profesional. Toda discrepancia debe ser discutida en estos
ámbitos, evitando que su difusión al público pueda provocar errores de 27

interpretación, confusión de ideas o desconfianza.


ARTÍCULO 94º: La difusión al público de hechos científicos debidamente
sancionados, debe ser cuidadosa, de tal manera, que no pueda ser
interpretada como un deseo de exhibicionismo personal y sólo se transmitirá
al público por intermedio de las instituciones psicológicas.
ARTÍCULO 95º: Las contribuciones menores de carácter profesional y no
profesional, a un trabajo de investigación en equipo, son reconocidas como
pie de página o en una declaración introductoria. Los reconocimientos del
material publicado y no publicado que hayan tenido influencia directa en la
investigación o publicación se harán mediante citas específicas.
ARTÍCULO 96º: Un psicólogo que recopila el material de otros para su
publicación debe incluir el nombre del grupo originador, si lo hubiere, y con su
propio nombre como editor. Todos los contribuyentes deben ser también
reconocidos y mencionados.

TÍTULO XIII
NOMBRAMIENTOS, PROMOCIONES Y CONCURSOS

ARTÍCULO 97º: La ley confía al Colegio de Psicólogos del Perú el estudio y


la formulación de normas y procedimientos legales relacionados con los
concursos, nombramientos y designaciones de carácter psicológico, a fin de
que dichas normas y procedimientos se ajusten a las disposiciones del
presente Código.
ARTÍCULO 98º: Será motivo de investigación y sanción el hecho de que una
persona no apta para el ejercicio legal de la profesión pueda obtener un
nombramiento a través de esos procedimientos.
ARTÍCULO 99º: Es deber de todas las instituciones, oficiales o privadas,
cubrir sus plazas por estricto concurso, sujetos a las disposiciones legales
vigentes en el momento.
ARTÍCULO 100º: Todos los psicólogos matriculados en el Colegio tienen
los mismos derechos y deberes. Constituye grave falta contra la ética y la
libertad de trabajo, restringir el derecho de concursar por intereses de grupo
o individuo.
ARTÍCULO 101º: Los documentos presentados por el psicólogo en los
concursos deben ser auténticos. Cualquier adulteración u omisión será
denunciado al Consejo Directivo Regional y, de ser necesario, elevada al
Consejo Directivo Nacional para la aplicación de sanciones.
ARTÍCULO 102º: Constituye actos reñidos con la ética profesional, tratar de
obtener ventajas en concursos para cargos por medios ilícitos, tales como las
recomendaciones de orden político o social, la presión por autoridades,
instituciones o personas, la usurpación de pruebas o cualquier acto delictuoso
para conocer previamente el cuestionario, etc.. 28

ARTÍCULO 103º: Son condiciones imperativas de todos los miembros del


jurado: la observancia de estricta imparcialidad, el cumplimiento fiel del
Reglamento y la adopción de todas las precauciones necesarias para
garantizar igualdad en el trato a todos los concursantes.
ARTÍCULO 104º: Si algún concursante considera vulnerados sus derechos
por vicios procesales u otras causas que impliquen nulidad, puede solicitar en
el término de los próximos ocho días hábiles, la revisión comparada de su
documentación con la de sus competidores. Sin embargo, el abuso de este
derecho constituye un atentado contra la ética y podrá ser causal de sanción.

TÍTULO XIV HONORARIOS

ARTÍCULO 105º: En el ejercicio profesional libre, el psicólogo fijará el monto


de sus honorarios, teniendo en cuenta su derecho a recibir una
compensación que contribuya equitativamente a su mantenimiento decoroso,
a su permanente y progresiva capacitación científica y al sostenimiento de su
hogar.
ARTÍCULO 106º: Los honorarios ostensiblemente exagerados con fines de
lucro, así como los indiscriminadamente reducidos, con propósitos de
captación de clientela o de competencia de tipo comercial, son antagónicos
con la honestidad, el sentido humano de la profesión, y la eficiencia del
trabajo psicológico.
ARTÍCULO 107º: Al fijar honorarios profesionales, el psicólogo considera
cuidadosamente tanto la capacidad del cliente para afrontar el gravamen
financiero como los honorarios fijados por otros profesionales que realizan
trabajos comparables. El psicólogo está dispuesto a destinar una parte de
sus servicios a trabajos por los cuales reciba escasa o ninguna retribución
financiera.
ARTÍCULO 108º: El psicólogo no da ni recibe ninguna comisión o
descuento, ni otra forma de remuneración, por la remisión de clientes
necesitados de servicios profesionales.
ARTÍCULO 109º: El psicólogo no utiliza su relación con sus clientes para
promover, en su beneficio personal o en el de una institución, acciones
comerciales de ningún tipo.

TÍTULO XV HORARIOS

ARTÍCULO 110º: El psicólogo de libre ejercicio debe fijar a voluntad el


horario de atención a sus clientes, respetándolo en consideración a
ellos.

29
TÍTULO XVI ELECCIONES
ARTÍCULO 111º: Fórmula normal, dentro de la naturaleza del Colegio, es la
de que los electores buscan y presentan un candidato y que éste acepta el
compromiso de honor y responsabilidad que se le ofrece. La fórmula
contraria, esto es, que el candidato se ofrezca y busque el compromiso de los
electores, es contraria a las normas éticas.

ARTÍCULO 112º: Consecuentemente, todo tipo de propaganda o publicidad


dirigida por los propios candidatos para exhibir sus méritos, en la forma que
es usual en las organizaciones políticas, no está de acuerdo con las normas
éticas del gremio.

TÍTULO XVII
OBLIGACIONES PECUNIARIAS

ARTÍCULO 113º: El pago de las obligaciones pecuniarias que el Colegio


establezca constituye obligación legal y moral para los colegiados. El
incumplimiento de ésto será motivo de proceso disciplinario a nivel del
Consejo Directivo Regional respectivo. Al efecto, se tendrán en cuenta las
circunstancias especiales de cada caso. Las resoluciones serán
comunicadas al Consejo Directivo Nacional para efecto de la anotación en
los antecedentes.

TÍTULO XVIII AUSENTISMO

ARTÍCULO 114º:
a) El ausentismo injustificado a las sesiones de los organismos del Colegio
de Psicólogos del Perú, así como el incumplimiento de las comisiones o
encargos dados por acuerdo de los organismos directivos del Colegio, son
calificables de negligencia.
b) La ausencia injustificada a cuatro sesiones o reuniones será
considerada como abandono de cargo y el causante quedará separado
de dicho cargo.
ARTÍCULO 115º: En caso de existir un impedimento justificado para asistir a
las sesiones o cumplir una comisión o encargo del Colegio, el designado
deberá excusarse oportunamente por escrito.

TITULO XIX
EJERCICIO PROFESIONAL

30
ARTÍCULO 116º: Además de las condiciones generales que establecen las
leyes para el ejercicio de la profesión de Psicólogo, existe el mandato
expreso del Decreto Ley Nº 23019 coordinado con el Decreto Supremo Nº
018-80-PM que exige el requisito de la colegiación para desarrollar cualquier
actividad profesional en el campo clínico, educativo, social, laboral, docente,
de investigación y toda otra que requiera la posesión del título de psicólogo.
ARTÍCULO 117º: La presentación de documentación incompleta o
adulterada, así como el empleo de recursos irregulares para obtener el título
profesional, o la revalidación de un título extranjero, constituye grave falta
contra la ética profesional, sin perjuicio a la investigación y sanciones penales
que correspondan por ejercicio ilegal de la profesión.
ARTÍCULO 118º: Además del comportamiento ético dentro de la actividad
profesional, el psicólogo tiene el deber de conducirse en igual forma en todos
los actos de su vida. ARTÍCULO 119º: Los organismos del Colegio no
aceptarán ni tramitarán acción por hechos que se refieran exclusivamente a
la vida privada del psicólogo, salvo en los casos en que, por circunstancias
extraordinarias, estos hechos hayan interesado a la
opinión pública, causando agravio a la sociedad y, en consecuencia,
lesionado el honor y prestigio de la profesión.
ARTÍCULO 120º: Constituye grave infracción del Código de Ética Profesional
y será sancionado conforme a las correspondientes disposiciones del
Reglamento Interno y el Estatuto del Colegio de Psicólogos del Perú, sin
perjuicio de las sanciones penales por ejercicio ilegal de la profesión:
a) Quienes ostenten un título de psicólogo expedido por una universidad
extranjera, toda vez que no esté revalidado por una universidad peruana
que tenga Facultad o Escuela de Psicología o no se haya registrado en la
forma establecida para los títulos provenientes de países con quienes
existen tratados específicos de intercambio profesional;
b) Todo psicólogo con título legal, pero no matriculado en el Colegio de
Psicólogos del Perú;
c) Toda persona que ejerza funciones o actividades de psicólogo sin
tener el título correspondiente, aunque posea títulos o grados de otra
profesión;
d) Toda persona que, sin tener título alguno, ejerza funciones o
actividades de psicólogo.

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