La chica de Acacollo era una mujer con apariencia de nube que vivía en lo alto de la montaña y bajaba todas las noches al pueblo, encantando a los hombres y chicos jóvenes; aquellos que no creían en ella terminaban muriendo o enloqueciendo, y una noche descendió para descansar en el primer piso de un taller, asustando a los dueños que no se atrevieron a molestarla por miedo a morir.
La chica de Acacollo era una mujer con apariencia de nube que vivía en lo alto de la montaña y bajaba todas las noches al pueblo, encantando a los hombres y chicos jóvenes; aquellos que no creían en ella terminaban muriendo o enloqueciendo, y una noche descendió para descansar en el primer piso de un taller, asustando a los dueños que no se atrevieron a molestarla por miedo a morir.
La chica de Acacollo era una mujer con apariencia de nube que vivía en lo alto de la montaña y bajaba todas las noches al pueblo, encantando a los hombres y chicos jóvenes; aquellos que no creían en ella terminaban muriendo o enloqueciendo, y una noche descendió para descansar en el primer piso de un taller, asustando a los dueños que no se atrevieron a molestarla por miedo a morir.
La chica de Acacollo era una mujer con apariencia de nube que vivía en lo alto de la montaña y bajaba todas las noches al pueblo, encantando a los hombres y chicos jóvenes; aquellos que no creían en ella terminaban muriendo o enloqueciendo, y una noche descendió para descansar en el primer piso de un taller, asustando a los dueños que no se atrevieron a molestarla por miedo a morir.