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Comprensión de La Salud y La Enfermedad en Psicoterapia Humanista Existencial

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Comprensión de la salud y la enfermedad en las

psicoterapias humanista existencial

Diego Muñoz Cabrera – Residente Psiquiatría Adulto-Universidad de


Santiago de Chile.

Introducción:

En el siguiente trabajo se busca exponer los conceptos de salud y


enfermedad abordados desde la mirada de la psicoterapia humanista
existencial, la relación que existe entre las definiciones biomédicas actuales
de estos tópicos y conocer la mirada propuesta por los principales autores de
esta corriente con la finalidad de llegar a una comprensión más acabada de
sus posturas y como estas permiten entender la concepción de la salud-
enfermedad como un proceso dinámico.

Para poder dilucidar las principales diferencias es necesario realizar un análisis


de los de los términos salud y enfermedad desde cada enfoque en particular,
pasando por la comprensión de definiciones clásicas hasta los conceptos
actuales propuestos por organismos internaciones y que son las guías
actuales de quienes ejercemos como profesionales de la salud, cuya
formación radica en los conceptos de carácter biológico que imperan en las
ciencias médicas.

El concepto de salud acuñado desde la real academia española, desde su


etimología proviene del latín salus, salutis, entendida como el estado en que
el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones (Davini, Gellon De
Salluzi, Rossi 1968). Ahora bien, el concepto de salud definido por la OMS
refiere a un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Esta definición se
establece a partir de los años 50, cuando se constata que el bienestar humano
trasciendo solo físico y amplia este concepto a más componentes, como
aquellos relacionados con el medio biológico, ambiental, sociocultural, con un
estado fisiológico en equilibrio y que considera a la sociedad que nos rodea,
cualquier incumplimiento de algún componente, conlleva al desequilibrio y por
ende a la enfermedad, constatándose aquí una asociación entre un huésped
un agente y ambiente.

De acuerdo a lo anterior la salud, por ende, es un complejo proceso resultante,


en el que coinciden e interactúan activamente diferentes factores no solo
biológicos y que nos faculta la generación de condiciones que permitan el
desarrollo pleno de las capacidades y potencialidades propias de cada
persona haciendo énfasis en el ser humano como un ser individual y social.

Por otro lado, el concepto de enfermedad desde su origen etimológico proviene


del latín infirmĭtas, -ātis que proviene del adjetivo infirmus lo que significa falto
de solidez y salud. Según la OMS entonces, la enfermedad es definida como
una alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del
cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos
característicos, y cuya evolución es más o menos previsible.

Dentro de estas definiciones el concepto de salud mental es un término no


indiferente y cuya definición se ha concentrado en el área medicina en especial
la psiquiatría quien se ha ocupado de definirla, sin embargo su abordaje hasta
hace poco estaba reducido a los criterios médicos, relacionándola finalmente
con el concepto de enfermedad mental, llegando incluso a homologarlos.
Definiciones más actuales la considera como “estado de equilibrio y
adaptación y suficiente que permite interactuar con su medio de forma creativa,
propiciando su crecimiento y bienestar individual, y el de su ambiente social
cercano y lejano, buscando mejorar condiciones de la vida de la población
conforme a sus particularidades.

Considerando el desarrollo de un postulado desde el enfoque humanista


existencial es necesario conocer sus inicios, denominada también como la
tercera fuerza por su desarrollo posterior a las teorías psicoanalíticas y
conductistas, y que parten desde una ruptura y una fuerte crítica a las teorías
psicológicas imperantes al momento de su gestación como menciona Celis,
Kalawski y Sepúlveda en “La psicoterapia Humanista y transpersonal:
orígenes y conceptos fundamentales”. Se desarrolla en el marco de los años
60 en una sociedad cambiante, en donde nace también la necesidad de una
visión de la psicología que no destacara la importancia de la mente, el cuerpo,
si no que la importancia del ser humano como tal con sus experiencias propias
y dentro de esta búsqueda de idealismos y revolución, se pone al hombre al
centro destacando la importancia y la preocupación que se debe tener por
este. Smith la define como un movimiento pragmático orientado a promover
una psicología más interesada por los problemas humanos, que sea "una
ciencia del hombre y para el hombre" (B. Smith, 1969-)

Su surgimiento marcado por acontecimientos políticos y culturales que


afectaron principalmente a la sociedad norteamericana, el termino de dos
guerras, el crecimiento económico exponencial y la nueva cultura de bienestar
social , permite experimentar una revolución de las costumbres y aspiraciones.
El hombre y su relación con el cuerpo, sometido por años a represiones
sexuales , se rebela libre de tabúes y en búsqueda de nuevas sensaciones y
deseos, sin discriminaciones sexuales y raciales. Estos cambios y una
apertura nueva hacían optimismo y la esperanza fue incluso interpretada por
lideres de carácter conservador como la Iglesia católica en representación del
Papa Juan XXIII, lo que llamo el signo de los tiempos”.

La psicología humanista nace finalmente como un fruto del pensamiento


filosófico, ante el quiebre de una psicología que resultaba limitada para la
época, una revolución del pensamiento con nuevos conceptos que
procedentes de la fenomenología de Edmund Hussler y por el existencialismo
de Kierkegard y Nietzche.

Hay que destacar también que el trabajo que hace la psicología humanista-
existencial y sus terapeutas se enfoca en un tratamiento el cual está dirigido
no solo a solucionar problemas y ahondar en la biografía de la persona, si no
que, a la realización de la plena humanidad de cada individuo
independientemente de sus limitaciones o sus logros.

La motivación para abarcar este tema radica principalmente en la importancia


del comprender una concepción de salud y enfermedad desde un enfoque
distinto, al que se imparte en programas académicos , ligados a una
concepción en el modelo médico-paciente, que se caracteriza por una relación
vertical de desventaja, con una postura que impide la participación activa del
paciente, lo que conlleva a un proceso de mayor dependencia al tratante y
menos intervención en el proceso de recuperación y especialmente en la
prevención y autocuidado. Este proceso no solo niega la oportunidad a quien
hace las partes de paciente, si no que tampoco permite al profesional tener
una experiencia de intercambio con quien se encuentra al frente.

El analizar otras perspectivas permite apreciar y concebir al otro como un ente


activo, con un contexto y una visión, participante y no solo como ser autoritario
que recibe al ente enfermo, el comprender la enfermedad y la salud no como
polos opuestos o en una relación de positivo o negativo, sino que más bien
desde una concepción de un equilibrio, de buscar la plenitud y lo que necesita
cada persona en particular.

Cuando enfermamos y buscamos ayuda, un alivio para nuestro padecer,


llevamos también una carga emocional. El enfermar sorprende a quien padece
la enfermedad y la consecuencia de esto es la búsqueda de una solución. Aquí
es donde la medicina actual olvida una función, que quien busca de nosotros
no puede ser una cosa, un número de habitación o una enfermedad, debemos
ser capaces de enfocar nuestra visión a una mirada mas integradora
Marco Teórico:

Para entender de qué forma se relacionan los conceptos entre sí en


función de la psicología humanista existencial, debemos revisar los conceptos
claves de los cuales se sostiene la teoría para luego desarrollar la correlación.

Tópicos Relevantes:

Psicología humanista existencial:

Como fue introducido anteriormente, a partir del ambiente de cambios


y revolución en donde se fue desarrollando esta teoría, las propuestas se
basan en un concepto diferente del hombre. El postulado humanista afirma
que dentro de cada persona está contenida la sabiduría necesaria para
alcanzar un estado de salud óptimo; que todo ser humano tiene dentro de sí,
la capacidad de saber lo que necesita para activar y realizar su potencial. Es
lo que Rogers llamó Valoración organísmica, el cual es el primer concepto que
será desarrollado (Kalawski, A; Sepúlveda, P; & Celis, A. 1996)

La valoración organísmica es una capacidad que tiene el organismo, la


totalidad del ser humano: mente, cuerpo, emociones, espíritu, como un todo,
en donde también se valora cada experiencia como enriquecedora o no
enriquecedora para sí, en ese momento en particular. A partir de este concepto
se rompe la herencia del modelo médico que regía hasta ese momento, en
donde se daba una relación terapeuta-paciente, en donde el terapeuta cumple
un rol de compañeros dentro del proceso y no como un desencadenante de
problemas. Dentro de este concepto también está la sabiduría organísmica
que es el proceso en el cual el ser encuentra un potencial o sabiduría interna
que le permite alcanzar una calidad de vida más creativa, saludable y amorosa.
Este concepto permite comprender una noción de salud diferente, más abierta
y centrada en el ser y sus capacidades para lograrlo.

Otro concepto central es el de la consciencia, del cual se desprenden


diferentes acepciones. La primera es la “conciencia moral” que es la que nos
habla cuando la persona hace cosas indebidas. Otra acepción de tipo
fisiológica es en relación a niveles de activación en la corteza cerebral, la que
nos permite pasar de estados de coma a estar de alerta o alarma. Una tercera
acepción es la de “tener consciencia de” que se trata sobre darse cuenta de lo
que sucede dentro de la persona y a su alrededor, en conclusión, la que nos
permite ser conscientes de lo que está vivenciando o percibiendo. La
consciencia nos permite pensar la enfermedad y la salud, desde lo que se
percibe y vivencia, nos permite también comprender cómo afecta a cada
persona el malestar, y como desde ese vivenciar se puede elegir tomar
diferentes opciones para alcanzar un punto en donde sentirse sano.

Un tercer concepto que es importante destacar para lograr una discusión


adecuada es el de Responsabilidad, al cual alude a que independientemente
de nuestro condicionamiento, de situaciones externas, personas o eventos
externos, se está constantemente eligiendo y tomando decisiones en la forma
de actuar o reaccionar a esas realidades externas (Kalawski, A; Sepúlveda, P;
& Celis, A. 1996). Hay que destacar la importancia de este concepto, ya que,
lo que se propone aquí es que la persona tiene cierto grado de control en lo
que le sucede, lo que le permite hacerse responsable y tener opciones para
elegir en diferentes situaciones. Llevar esta responsabilidad a la práctica, le va
permitir a este ser, encontrar un equilibrio entre sentirse pleno, sano asociado
a un concepto de salud y también dejar de ser víctima de las cosas que
suceden, asociando este malestar al concepto de estar enfermo.

Salud, enfermedad y Psicoterapia existencialista:

Es necesario hablar de salud y enfermedad como estados dinámicos en


los cuales el ser humano fluctúa en todo momento. Esta visión pendular integra
la participación que ocupa la persona en la consecución de su bienestar. Así,
la salud involucra un estado de armonía dentro del cual la persona ha podido
autoafirmarse aceptando las limitantes del medio, pero, de forma simultánea,
siendo creativo frente a las mismas. Se entiende lo anterior como el despliegue
espontáneo del potencial personal para el desarrollo del ser, entonces, el
estado de salud involucra tener en cuenta el contexto en el cual la persona se
está desarrollando. Siguiendo esta misma línea, el estado de enfermedad se
establece a partir de la desviación por parte de la persona de desplegar
apropiadamente sus capacidades (Marks, Murray, Evans, Willig, Woodall y
Sykes, 2008; De castro, García y González, 2017). Las definiciones ofrecidas
permiten entender que el estado de salud y enfermedad son formas
particulares de existir y relacionarse con el mundo. (González, Ricardo. 2021)

Desde aquí se puede pensar el concepto de salud y enfermedad desde una


perspectiva de psicoterapia humanista existencial. desde el concepto de
responsabilidad, por ejemplo, según la psicoterapeuta Alyce Green en el texto
“La psicoterapia Humanista”, propone que, a partir de las responsabilidades
de nuestros actos, de cierta forma nos da libertad de elegir por ejemplo retener
un pensamiento o una emoción en lugar de otra. Lo que nos conducen a una
enfermedad psicosomática, lo cual va más por la línea de retener
pensamientos o actitudes ansiosas, llenas de iras frustración y desesperanza.
Por lo que el elegir poder estar de buen humor, amar y reírse, nos entrega un
estado de bienestar que está ligado al concepto de salud. Por lo que a partir
de nuestras propias elecciones nos podemos ir desplazando entre la salud o
enfermedad.

Promover el desarrollo del ser humano constituye por primera vez una meta
de la psicoterapia, autores como Abraham Maslow y Anthony Sutich, quienes
propusieron las bases teóricas de los postulados de la psicología humanista,
expresan que lo más característico de ella es la búsqueda y la activación del
potencial que en el ser humano existe, más allá del estar libre de la
enfermedad. Hasta el surgimiento de este movimiento el psicoanálisis había
generado sus bases en torno a la anormalidad psicológica, es decir en la
enfermedad. Y esa es la diferencia más importante y que destaca la tercera
fuerza, ya que por primera vez la ciencia de la conducta basa sus
observaciones y desarrolla un modelo para definir al hombre sano, aquel que
vive con su verdadero potencial, lo que es precisamente la meta de este
enfoque.

Siguiendo la línea de la terapia existencialista humanista, la esencia de la


Terapia Centrada en la Persona es una postura filosófica de respeto a la
capacidad e independencia del ser humano, es un rechazo hacia todo aquello
que coarta la independencia del sujeto como ser libre. Ningún ser humano
puede ser etiquetado, cada persona está determinada por las experiencias que
ha tenido o que ha rechazado, por lo tanto, es único, no puede entrar dentro
de un diagnóstico reduccionista o clasificatorio. De acuerdo con este nuevo
modo de hacer psicoterapia, el ser humano siempre va a elegir la dirección de
su libertad y va a seleccionar para él mismo los caminos constructivos (Rosso
& Lebl, 2006).

De esta forma, el enfoque existencial prefiere atender al ser humano a partir


de la condición humana y no desde una perspectiva en que se conciba al
hombre a partir de una naturaleza predeterminada que lo restrinja, tanto en el
ámbito de la comprensión de su experiencia como en el ámbito de su creación
como ser en el mundo. Esta visión como se ha ido desarrollando a lo largo del
trabajo repercute directamente en la concepción de la salud, la enfermedad y
la psicoterapia. En consecuencia, se concibe la enfermedad no como un
resultado de problemas con el entorno inmediato, por ejemplo, sino más bien
se considera inadecuada esta adaptación forzosa al medio y las
consecuencias que pueda tener. O sea, la enfermedad es la forma de actuar
y las consecuencias de esta decisión. Estas consecuencias están relacionadas
a confrontar condiciones de muerte, ansiedad como también libertad y
responsabilidad. Muchas veces la responsabilidad de tomar ciertas decisiones
lleva a recurrir a mecanismo evitativos por ejemplo, en donde le permite al ser
humano ocultarse detrás de sistemas de control emocional que lleva
finalmente a la enfermedad (Rosso & Lebl, 2006).

Dentro de este proceso entonces, la enfermedad es el resultado de no


confrontarse a los supuestos que están enraizados en el ser humano. La
consecuencia de este proceso es el no desarrollo de las potenciales
particulares del individuo, que como hemos mencionado anteriormente nos
lleva al camino de la salud y la plenitud. Cuando el individuo no desarrolla su
potencial, debe recurrir a medios evasivos, que compensen de alguna forma
el vacío creado. Así es como se puede observar en la sociedad, los trastornos
de personalidad, individuos compulsivos, la falta de sentido vital, dificultades
para reconocer el propio deseo, entre otros. Visto desde esta manera la
concepción de salud y enfermedad, no se pueden entender por separado, ya
que, para entender una se desarrolla la otra transformándose en una dualidad
complementaria.

Por otro lado, la salud correspondería más bien al estado en que el hombre se
apropia de sus decisiones y se responsabiliza por encontrarse en este mundo
en este momento, dejando así un poco de lado la suposición de que a medida
que dicho hombre vaya teniendo más conocimiento e intuición sobre sí mismo,
ira también tomando decisiones correctas. Se entiende entonces que cuando
la persona logra vivenciarse como alguien que crea su propia experiencia,
puede comenzar a tomar las decisiones de su propia historia, para lograr
finalmente liberarse de la dependencia de los mecanismos defensivos, que
impedían lograr desarrollar el máximo potencial y mirarse a sí mismo (De
Castro, 1999).

El autor May propone una visión respecto de la salud y la enfermedad que


atañen directamente a la psicoterapia, y es que propone que forzar y pretender
adaptar al individuo a un tipo de cura, mientras más se siga pretendiendo que
es ese el camino a la cura se estará contribuyendo a un falso proceso curativo
que tiene como trasfondo la masificación de los individuos y la renuncia del
propio ser. En este caso, menciona el autor que la psicoterapia puede ser
atendida como sinónimo de aceptación del no ser, al promover la evasión del
compromiso y la responsabilidad, todo lo contrario, como se ha mencionado
para encontrar el máximo potencial (De Castro, 1999).

Finalmente May, propone la psicoterapia existencial como un modo de


comprender antes que explicar la existencia humana, y el mayor obstáculo
para lograrlo esto es darle a la técnica una excesiva importancia. “La teoría
existencialista sostiene que la técnica sigue a la comprensión y no al contrario.
La tarea sustancial y la responsabilidad del terapeuta consisten en comprender
al paciente como un ser en el mundo. Todos los problemas técnicos están
subordinados a esa comprensión”. (De Castro, 1999).

En consecuencia, la tarea del psicoterapeuta no es tratar de curar al paciente,


ni tampoco ajustarlo al medio, sino ayudarlo a que experimente su existencia
como real. Cualquier cambio en sus síntomas o su curación es consecuencia
de este hecho, ya que es de esta forma como la persona puede desarrollar su
poder personar y crear sus propios significados, los cuales apuntan a
desarrollar sus posibilidades de ser (De Castro, 1999). Para poder lograrlo el
terapeuta no se puede refugiar en la técnica y esto no quiere decir desecharla,
sino más bien abrirse a la experiencia del otro y ubicarla desde un nivel más
comprensivo para la persona que lo está viviendo.

Es importante para el hombre, mirar su interior y retornar a las cosas mínimas,


para poder reconstruirse, de esta manera puede auto comprenderse, El
hombre es un ser espiritual que se inicia con la realización moral, se desarrolla
cuando trasciende y se consolidad con obras concretas, este espíritu se sirve
de un cuerpo para lograr sus proyectos. El ser humano está en una constante
actualización y tiene una tendencia innata hacia los niveles superiores de salud
y realización, esto está en su naturaleza intrínseca que incluye el sobrevivir y
desarrollarse, satisfacer sus necesidades, a trascender y a autorrealizarse, a
integrarse con el fin de mantener un orden interno, concepto que curiosamente
se cruza con la biología en la homeóstasis interna, logrando así establecer
conexiones entre lo propuesto en teoría y los limites puestos por la ciencia.
(Rivero , 2014)

Gestalt Salud y Enfermedad

La etimología de la palabra Gestalt es de origen alemán, “Guestalt”. No


tiene una traducción exacta al castellano, pero podría entenderse como
“conformación”, “forma”, “figura” o “configuración”, que se aproximan al
concepto original de Guestalt, sin llegar a ser exacto (Perls, 1995).

Esta terapia está centrada en el paradigma de acción que se basa en la


necesidad de crecimiento, maduración y bienestar a través del “darse cuenta”,
este proceso es, según Perl, la manera que tenemos los seres humanos de
entrar en contacto con el mundo en la manera que este tenga un sentido para
nosotros, y no altere el orden. Mantenemos un equilibrio con el mundo que nos
permite vivir y relacionarnos con él, es decir la necesidad de cambio implica
una alteración en nuestro organismo que no rompa integralmente con nuestras
ya establecidas géstales. (Ramirez, 2021)
La Gestalt está en la naturaleza, su movimiento es permanente, toda
insatisfacción abre inmediatamente una Gestalt que desafiará al individuo para
un nuevo paso hacia al crecimiento. Para lograr un estado de salud, el
individuo debe mirarse hacia adentro y debe superar la función de las
expectativas ajenas, y apostar por su propia experiencia la persona puede
apartarse de este prejuicio de ser normal, igual a los demás o conforme a los
demás. ( Rivero, 2014)

Si el contacto con la naturaleza implicase una ruptura radical de la concepción


de nuestro organismo, nadie querría cambiar y decidiríamos por ello vivir en
un desequilibrio que, aunque no nos diese la salud, nos daría el bienestar. Por
tanto, la autorregulación, aunque en muchas ocasiones implica una sensación
de malestar o inconformidad en el organismo, lleva a la salud, y al bienestar
vital (Rivero 2014)

La terapia Gestalt considera que el grado de salud o enfermedad del individuo


se rige por el grado de contacto consigo mismo, con el otro, la naturaleza y el
campo espiritual. Por ello, la persona que menos resistencias a la hora de
formar gestales presente, más en contacto se encontrará consigo misma. El
hombre, por tanto, en la medida que vaya satisfaciendo sus necesidades, se
vaya desarrollando en el mundo con las potencialidades con las que nace,
vaya desarrollando una relación adecuada con el ambiente y actualice la
imagen de sí mismo en plena conciencia, más saludable será (Hernán, 2004).

Conclusión:

El objetivo de esta teoría es impedir patologizar la diversidad que es


característica a los seres humanos. He aquí también la relevancia de
preguntarse la importancia de comprender la salud y la enfermedad desde este
enfoque, ya que, no se habla ni de enfermedad ni de salud como tal o como
en otras teorías, si no que más bien se habla de encontrar el equilibrio para
lograr, sacar y desarrollar el máximo potencial, dejando afuera los estigmas
relacionados a patologizar cada característica, biografía y entorno de un ser.

El enfoque que plantean los distintos autores en los cuales está basada la
psicoterapia humanista- existencial sobre esta concepción salud-enfermedad
permite ampliar nuestro propio concepto y nos da el paso a ir a futuro
mejorando y desarrollando en el ambiente terapéutico más participativo, en
donde el rol del tratante es más bien de acompañante, más que de creador de
la situación. El ir relacionando conceptos tan importantes como los
presentados, transformo en un proceso enriquecedor y también darle
diferentes perspectivas el que hacer del terapeuta y el espacio
psicoterapéutico.

A modo de conclusión considero relevante establecer como se relacionan


conceptos que se presentan como contrapuestos, cuando realmente funcionan
en una dualidad, ya que, es imposible separar uno del otro. También la
aplicación de estos al ámbito terapéutico permitió desarrollarlos desde un lado
que es atingente, sobre todo para la actualidad, donde la salud mental está en
un escenario más grande, de donde permite entender también diferentes
perspectivas para proponerlas en distintos contextos de la vida en general.

El enfoque humanista tiene fundamentalmente de una observación holística


del ser humano, esta visión integral donde no existe separación alguna entre
el cuerpo y la mente, donde nos queda de manifiesta una interacción
permanente entre el soma y la psique, y que esta separación que se ha
mantenido a lo largo del pensamiento occidental, nos impide una comprensión
más dinámica e interactiva del ser humano.

Cada individuo es único, irrepetible e histórica, lo que le da una posición


privilegiada y significativa a su ser en el mundo, ya que lo hace responsable
de sus decisiones y de su proyecto personal, encaminado todo ello a la
realización propia, a tomar el camino de sus procesos patológicos y finalmente
al compromiso con su existencia.
Referencias:

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PSICOLOGÍA HUMANISTA-EXISTENCIAL. Ajayu Órgano de Difusión
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http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-
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https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/psicologia/article/view/2419/945
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3. González, Ricardo (2021). Comprensión de la salud y enfermedad desde un
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Profesional en Psicología. XXVIII Jornadas de Investigación. XVII Encuentro
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2021 (Tesi Grado Psicologia. Universidad Pontificia Comillas
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en el mundo de la psicoterapia a medio siglo de existencia. Ajayu, 12(2),
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10. Rosso, Maria Angélica; Lebl, Blanca TERAPIA HUMANISTA
EXISTENCIAL FENOMENOLÓGICA: ESTUDIO DE CASO Ajayu.
Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología de la
Universidad Católica Boliviana "San Pablo", vol. 4, núm. 1, 2006, pp. 90-117
Universidad Católica Boliviana San Pablo La Paz, Bolivia

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