Adopción en Matrimonio Del Mismo Sexo
Adopción en Matrimonio Del Mismo Sexo
Adopción en Matrimonio Del Mismo Sexo
HISTORIA (ANTECEDENTES)
Por primera vez en la historia de México una pareja homosexual ha obtenido
autorización para adoptar a un hijo. El Sistema para el Desarrollo Integral de la
Familia (DIF) informó de que un matrimonio de lesbianas procedente de la Ciudad
de México había cumplido con todos los requisitos necesarios y había recibido el
permiso.
En diciembre de 2009 la Ciudad de México legalizó el matrimonio entre personas
del mismo sexo. Fue la primera urbe de América Latina que lo hizo. La respectiva
reforma entró en vigor en marzo de 2010. A partir de entonces, se han celebrado
más de 1.000 bodas homosexuales.
En agosto de 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratificó el derecho a
adoptar para las parejas del mismo género. La decisión tuvo una amplia
resonancia social. Según mostró la Encuesta Nacional sobre Discriminación del
año pasado, un 70% de los mexicanos está en contra de este tipo de adopciones.
El anuncio del DIF volvió a desatar el debate. En la red aparecieron comentarios
del tipo: "Cuando violen a esos niños no anden chillando" ('alberto'), "Si bien por
ellas!, el problema vendrá cuando el niño(a) se pregunte cuál de las dos es su
papá!" ('KyZinthya') o "Pero van a ser molestados por sus compañeros, ¿no?"
('reyes23').
Por otra parte, hay una gran parte de cibernautas que opinan que es mucho mejor
tener una familia que vagabundear por las calles: "Muy bien el que, después de
hacer los estudios socioeconómicos y encuestas psicológicas a las parejas
solicitantes, se pueda dar la opción de una mejor vida a los pequeños. ¡Bien por
México!" ('Alexander') o "Dentro de unos años, esto se convertirá en lo más normal
de mundo. Hace 50 quién hubiera pensado que las mujeres adquirirían los mismos
derechos que los hombres" ('jonathankalad').
EVOLUCIÓN
Existen 2 tipos de adopción para parejas homparentales, una de ellas es, padres
gays y madres lesbianas que tuvieron a su hijo biológico en una relación
heterosexual anterior y luego declararon su homosexualidad y crearon una nueva
familia con otra pareja. Otro tipo de estructura familiar incluye a los padres buscar
la necesidad de adoptar a un hijo.
Las investigaciones acerca de estos casos se centran principalmente en hijos que
nacieron producto de una inseminación artificial en lesbianas o en aquellos criados
por un padre o madre que estuvo casado y que ahora es homosexual.
Los estudios de investigación, con frecuencia llevados a cabo por individuos u
organizaciones con intereses específicos en el resultado, son contradictorios. Los
estudios relacionados con grupos religiosos y políticamente conservadores
muestran efectos negativos en los hijos de padres del mismo sexo, y se alega que
los estudios a favor de esta paternidad están influenciados por aquellos que son
parejas del mismo sexo o que apoyan los derechos de los homosexuales y las
lesbianas.
Las posturas entre los que apoyan la adopción y los que muestran su rechazo
sugieren varios temas, por ejemplo grupos pro-adopción argumentan que no
existe relación entre la orientación sexual de la pareja y la crianza,los detractores
alegan que existe entre parejas homosexuales un aumento en casos de
depresión, abuso de drogas, promiscuidad y suicidio, además de que la ausencia
de un rol masculino o femenino durante el desarrollo del niño podría causar
problemas. El grupo religioso Catholic Answers en su reporte de 2004 mencionó
que las parejas homosexuales tuvieron tasas de abuso mayores que un
matrimonio heterosexual. Los que apoyan la adopción homoparental citan
argumentos como el derecho humano a un niño de tener una familia que cuide de
él y proveer buenas condiciones para el buen desarrollo de los hijos; por otro lado,
citan que las parejas homosexuales crearán comportamientos no buscados en sus
hijos,causar abuso familiar, argumentos religiosos y violación del derecho de los
niños.
Desde el punto de vista científico:
Existe una amplia evidencia que muestra que los menores criados por
progenitores del mismo sexo se desenvuelven igual de bien que aquellos criados
por progenitores de distinto sexo. Más de 25 años de investigación documentan
que no existe relación entre la orientación sexual de los progenitores y cualquier
medida de adaptación emocional, psicológica y conductual del menor. Estos datos
han demostrado que no existe riesgo para los menores como resultado de crecer
en una familia con uno o más progenitores homosexuales.
Cuanto a la primera posición, i. e., el riesgo de que el menor pueda sufrir una mala
influencia, con una posibilidad mayor de venir a tornarse un homosexual, no existe
ninguna base científica en tal afirmación. Es un argumento totalmente
heterosexista, puesto que no se habla cuando el menor convive con
heterosexuales, del riesgo de venir a tornarse un heterosexual. La hetero o la
homosexualidad es, básicamente, una cuestión de orientación sexual, no
importando en una degradación de la especie, en una inmoralidad, o cualquier otra
situación que pueda configurar una disminución de la persona, una situación
jurídica o socialmente punible, de inferioridad, o que implique una perniciosidad o
algo maléfico. Además, recientes estudios han demostrado que los hijos de padres
homosexuales no presentan una probabilidad mayor de hacerse homosexuales
que los hijos de padres heterosexuales,[2] lo que quiere decir que en los dos
casos existe la misma posibilidad de que los hijos adopten una conducta
heterosexual, conforme el patrón social impuesto, y con al menos una ventaja, ya
que los hijos de homosexuales pueden desarrollar una tolerancia mayor con la
homosexualidad. Mientras que la exacta causa de la orientación sexual no es
conocida, hay un consenso científico que la orientación sexual no está controlada
por la sociedad o por los padres, y que ella se forma en una edad temprana, aun
antes de la adolescencia, por razones desconocidas. No hay por lo tanto una
relación de causalidad entre el ser homosexual y el contacto con otros
homosexuales. Tal colocación es totalmente discriminativa y segregacionista.
Por último, nada hay, que compruebe que la orientación sexual homosexual de los
padres de un menor podría resultar en una dificultad de adaptación e inserción de
este en la sociedad, provocada, principalmente por una supuesta inestabilidad de
las parejas homosexuales. En primer lugar se debe observar que, conforme
referido en el párrafo anterior, no se puede afirmar que el simple hecho de ser
criado por una persona o por una pareja homosexual el niño pueda presentar
problemas de adaptación social, puesto que no hay evidencias de diferencias
significativas en el ambiente familiar homosexual y heterosexual. También ya se
afirmó que la orientación sexual del niño se desarrolla de forma independiente de
la orientación sexual de sus padres. Estudios comprueban que las parejas
homosexuales pueden perfectamente formar unidades familiares tan estables,
fieles y que contribuyen con la comunidad como cualquier familia heterosexual,
[7] además de enfrentar problemas de segregación y discriminación que los
heterosexuales no suelen enfrentar, lo que puede llevar a una falta de estabilidad
de la pareja en determinados momentos, pero nada que se pueda decir que sea
distinto de lo que puede también pasar con parejas heterosexuales que tienen
también altos y bajos.
Como se puede notar, estos no pueden ser motivos que justifiquen un tratamiento
distinto a homosexuales o a parejas homosexuales, al tratar de la adopción,
puesto que, una vez más, no hay fundamento científico de certeza de que la
convivencia en familia con homosexuales llevaría a la homosexualidad del niño.
Muchos menores viven hoy con padres o hermanos, o algún otro pariente
homosexual, y adoptan una orientación heterosexual. Por otro lado, muchos
menores viven durante toda la vida en un ambiente familiar típico heterosexual y
acaban por adoptar una orientación homosexual.
* Los niños y niñas hijos de gays y lesbianas deben tener los mismos derechos
que los de las parejas heterosexuales. En la actualidad, el miembro de la pareja
homosexual que no figura como adoptante no tiene vínculo hereditario ni puede
hacerse cargo del niño en caso de fallecimiento del adoptante.
México.- En los últimos tres años el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral
de la Familia (SNDIF) ha recibido sólo siete solicitudes de parejas del mismo sexo
para adoptar a un menor, mientras que el DIF de la Ciudad de México registra
ocho. El primero aún mantiene en curso las solicitudes, en tanto que el DIF local
concretó todas.
“Si los profesionales en trabajo social y sicología se dan cuenta que estas
personas presentan patologías y que hay riesgos, no van a poder contar con el
certificado de idoneidad. Si cumplen con todo ello, tendrán derecho al certificado y
en su momento, la asignación de niños en adopción.
Explicó que las siete solicitudes que ha recibido el SNDIF corresponden a sus
cinco centros asistenciales y expuso que el DIF de la Ciudad ha recibido ocho
solicitudes, las cuales están concluidas; además en Coahuila hay siete, cuatro
terminadas, y en Morelos dos en espera de ser atendidas.
El funcionario del SNDIF refirió que estudios realizados por asociaciones como la
Academia Americana de Pediatría y la Asociación Americana de Psicoanálisis
indican que no existen diferencias significativas en el desarrollo de niños criados
por parejas del mismo sexo y de los de padres heterosexuales.
Becerra Andrade comentó que entre un 40% y 50% de las personas que asisten al
curso de inducción desisten de la idea de adoptar. Entre 2015 y 2016 se tienen
registradas a 360 personas para tomar este curso.
Una vez que la adopción se concretó hay un seguimiento post adoptivo, el cual en
la mayoría de los estados es de dos visitas cada seis meses durante dos años,
pero en el SNDIF debe ser de por lo menos tres años, periodo que se podría
ampliar. En el caso de las parejas del mismo sexo se les prepara a los niños y se
aborda la temática de acuerdo con su edad.
“Tenemos que orientar a los niños, prepararlos, en el caso del DIF Nacional aún
no se han hecho las asignaciones”, dijo.
Comentó que el bajo número de solicitudes de adopción por parte de parejas del
mismo sexo obedece a causas multifactoriales, aunque una de ellas podría ser el
desconocimiento o o porque no hay interés:
“Pudiera ser la falta de conocimiento de que el derecho les asiste y eso desmotiva
a muchas personas para poder acercarse a un DIF estatal o nacional para solicitar
la adopción, y tal vez en otro sentido simplemente no tiene la intención de
adoptar”.