Deontologia Forense
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DEFINICION
La conciencia moral consciente en el conocimiento que tenemos o debemos tener las normas o
reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra conducta moral es o no es
valiosa. Existen dos posiciones fundamentales que explican la naturaleza de la conciencia moral: la
innatista y la empírica.
La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una capacidad propia de la
naturaleza del humana. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad para juzgar lo bueno y lo malo de
una conducta es un don divino, o, es un producto propio de la razón humana, la misma que
descubre a priori el sentido del bien y del mal.
Hoy en desuso, el término fue utilizado por los filósofos escolásticos para
defender que el ser humano, en general, está capacitado para reconocer el
bien (al que daban un valor absoluto) y distinguirlo del mal, de un modo
intuitivo (por naturaleza, pues), del mismo modo que está capacitado para
reconocer los primeros principios del razonamiento, como el principio de no
contradicción.
CARACTERISTICAS
• La conciencia es una exigencia autoimpuesta, planteada en base a una jerarquía objetiva de los valores
relevantes para nuestros actos. Ciertamente es justo actuar de manera correcta, pese a que no sea
popularmente aceptable.
• Manda o prohíbe en su proyección al futuro y remuerde o alaba cuando se refiere a acciones pasadas.
Actúa de manera categórica, aunque no es absoluta, porque si así fuese, entonces no acusaría y aprobaría
cada impulso o deseo.
• Es una aliada para quien quiere hacer el bien, pero sabe que puede equivocarse o engañarse. En cambio
para el malvado es una constante molestia (García-Huidobro,2016).
• Es una voz interior que da al hombre una luz sobre sus actos y le permite rectificar y, que enjuicia los actos
que son fruto de nuestra libertad.
• Es falible, se puede equivocar cuando no está bien formada.
• Confronta intereses y deseos. Lleva al hombre por encima de sí, permitiéndole preguntarse por lo bueno y
recto en sí mismo.
CONTENIDO DE LA CONCIENCIA MORAL
Las valoraciones de la conciencia moral se expresan en forma de juicios. Afirmamos o negamos que las cosas,
las acciones, las situaciones son buenas o malas. Estas cosas, acciones, etc. son los objetos de la valoración
moral, y el bien y el mal son las cualidades que les atribuimos. En principio, parece que los juicios morales son
iguales a cualquier otro tipo de juicios que atribuya cualidades a cosas o acciones. Gramaticalmente, las
frases "Fulano es bueno" y "mi coche es rojo" son equivalentes. Sin embargo, hay algo que las diferencia. El
significado de rojo es definible en términos físicos, pero el de bueno no parece serlo.
En los intentos de definición del bien y del mal, la moral se enfrenta a su mayor contradicción interna. Cada
cultura, cada pueblo, cada grupo social, cada familia, cada individuo tiene, de hecho, su propia interpretación
de lo que está bien o mal. Por otra parte, estas interpretaciones intentan ir más allá de los individuos o
grupos que las defienden, pretenden, de algún modo, ser universales, válidas para todo el mundo. Cuando
decimos que matar seres humanos es malo, estamos diciendo que aquellos pueblos y aquellas personas que
lo consideran bueno, justo o legítimo se equivocan. La moral de un caníbal o un defensor de la pena de
muerte se opone a la que se deriva del quinto mandamiento de los judíos y los cristianos -no matarás- o a la
que se expresa en el tercer artículo de la declaración de los Derechos Humanos de la ONU -todo individuo
tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
TIPOS DE CONCIENCIA
CONCIENCIA MORAL
El término “conciencia moral” puede ser en ciertos contextos redundante, ya que el ejercicio de la
conciencia suele ser un ejercicio de la moral, o sea, del discernimiento entre aquello que se considera
bueno, apropiado, acorde, y aquello que se considera malo, inapropiado o fuera de lugar.
La moral, sin embargo, cambia conforme al marco cultural en donde se encuentre, o sea, de una cultura
a otra, o de una época a otra en la misma cultura. Por ende, la conciencia moral es también cambiante,
y en general tiene que ver con la opinión pública, y con la noción de la ética: la responsabilidad hacia los
demás que detentamos cuando ejercemos un cargo, un oficio o una autoridad.
Así, la conciencia moral es la capacidad para juzgar las propias acciones de acuerdo al marco cultural al
que pertenecemos. Es justamente a este tipo de conciencia al que apelamos cuando percibimos que
nuestras acciones podrían resultar dañinas u ofensivas para otro, o cuando implican valores contrarios a
los que desearíamos ver reinar en el mundo, si tan solo dependiera de nosotros.
CONCIENCIA SOCIAL
Cuando usamos el término “conciencia social”, nos estamos refiriendo a
la capacidad o el interés que posee un individuo respecto a las
condiciones de vida de los demás miembros de su comunidad.
Dicho más simplemente, una persona con consciencia de clase sabe a qué estrato
socioeconómico pertenece, y por lo tanto sabe qué sectores se oponen al desarrollo y
mejoramiento de las condiciones de vida de su clase social, y qué sectores, por el
contrario, son favorables a su causa.
Este concepto tiene sentido dentro de la lógica de la “lucha de clases” propuesta por la
filosofía marxista como explicación al cambio histórico: las clases sociales competirían
entre sí por el control de los medios de producción, a medida que unos intentan explotar
a los otros para generar riquezas (“La explotación del hombre por el hombre”).
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE HACER CONCIENCIA DEL
SER?
La percepción que se tiene de lo que nos rodea y de como esta hace
sentir, pero debido al estrés, a la carga laboral, preocupaciones de
diferente índole, no se logra realmente vivir el momento. No se es
consciente de lo que se esta viviendo.
Esto permitirá identificar las emociones positivas de las negativas.
Esto evita cargas emocionales innecesarias, pero lo más importante es
que permite vivir el presente, sin restarle importancia al ahora,
ejemplo: pensar en situaciones que pueden pasar o que no sucedan,
es decir preocuparse por el futuro en él presente.