Padre Montaner
Padre Montaner
Padre Montaner
"''PADRE MONTANER"
DISCURSO DE
ORDEN
CORTESIA
DEL FONDO PARA EL DESARROLLO DEL
ESTADO NUEVA ESPARTA-FONDENE.-
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LA SOCIEDAD
AMIGOS DE LA BIBLIOTECA
PADRE MONTANEA
Se complace en agradecer al FONDO PARA EL DESARROLLO DEL ESTA•
DO NUEVA ESPARTA· FONDENE, la colaboración brindada para la publica
ción de este Discurso de nuestro Asesor BORRA GOMEZ, pronunciado con
motivo de la celebración de las BODAS DE ORO SACERDOTALES DEL PA•
DAE MONTANEA, el 22 de Octubre de 1978 en esta ciudad de Juangriego. El
Padre Montaner, como cariñosamente seguimos diciéndole, fué un verdadero
renovador del pensamiento pedagógico nacional. Nativo de esta Isla y ligado
íntimamente al pueblo de Juangriego, la celebración de sus bodas de oro sace-r�
dotales, constituyó para esta población, un acto de gran emotividad y reso
nancia, por lo que el Padre Montaner, significa y representa para esta comuni
dad, cuya preocupación e intensivo trabajo, están de manifi�sto en el presente
discurso, en donde la personalidad de este insigne educador se revela como
sacerdote y hombre, que rezaba y leía su breviario, enseñaba en las aulas y es
grimía la palabra para hablar por el pueblo cuando no podía hacerlo.
Y ahora, cuando ya es una realidad la BIBLIOTECA PADRE MONTANEA,
deseamos entregar la publicación de este discurso a las nuevas generaciones,
como expresión de afecto al recuerdo de un hombre, sacerdote eminente,
educador insigne, que tanta siembra de luz dejó en este pueblo y cuya brillante
labor fué ejemplo e inspiración para la juventud de aquel tiempo, en ésta, su
primera y últi,:na Parroquia de su vida.
Juangriego, 8 de agosto de 1981
EL CONCEJO MUNICIPAL
DEL DISTRITO MARCANO
DEL ESTADO NUEVA ESPARTA.
CONSIDERANDO
Que el 28 del presente mes se cumplen 50 años de haber sido ordenado Sacerdote el Pbro. Dr.
Manue_l Montaner Salazar quien ejerciera su apostolado en esta ciudad durante varios años.-
CONSIDERANDO
Que el Padre Montaner, por otra parte, durante su permanencia en Juangriego creó un imp<:>r·
tante movimiento cultural y promovió la creación de periódicos y centros educativos, entre los
cuales perdura el Grupo Escolar "Antonio Díaz", que en reconocimiento a su labor educativa, le
rinde en esta oportunidad merecido homenaje.
CONSIDERANDO
Que es deber de esta municipalidad, estimular la labor cultural realizada por los hombres que
como el Pbro. Manuel Montaner Sal azar han dedicado su vida a formar conciencia en la juventud
Venezola:ia.
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ACUERDA:
Art. 1111.• Asocia1'118 a loa acto, conmemorativos de lu Bodas de Oro Sacerdotales del Prtlo
Manuel Montaner S.lazar celebrados por el Grupo Escolar "Antonio Olaz" y eua
exalumnoa.
Art. 2111,• Crear la Biblioteca Pública "Pbro. Dr. Manuel Montaner Salazar" en esta ciudad
como merecido homenaje de reconocimiento y carlflo al distinguido sacerdote
cuya vida ha sido ejemplo de rectitud, honestidad y preocupación ciudadanas.
Dado, firmado, sellado y refrendado en el Salón de Sesiones del Concejo Municipal del Distrito
Marcano del Estado Nueva Esparta a loa dieciocho dlas del mes de Octubre de mil novecientos se
tenta y ocho.
Refrendado.
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Nació en l'ampatar, el 17 de junio de 1904. Realizó sus estudios primarios en la Escue-la Federal Fran
cisco Esteban Gómez de La Asunción. Sus estudios de Educación Media en el Seminario Metropolitano
de Caracas y los. Superiores de Teología y Derecho en la Universidad Gregoriana de Roma, graduándose
en ambas especialidades. Se ordenó Sacerdote el 28 de Octubre de 1.928. Revalidó su título de Ciencias
Eclesiásticas en la Universidad Central de Venezuela en el año de 1.938. Siguió estudios Profesionales
en el Instituto Pedagógico de Caracas, donde se graduó el año de 1.943 en la especialidad de Literatura,
Geog:rafia e Historia. Fué fundador del Colegio Juangriego en el año de 1.934, transformado luego en la
Escuela Federal Antonio Díaz, en el año de 1.936.
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Profesor i:lc Literatura, Latín y Raíces Grieps en el Liceo Francisco Antonio Rísquez y de Aplicación
en los años 1.936 y t.939 respectivamente. Profesor de Peda,oaíae Historia, Latín y RaicesGrie¡¡as en el
Instituto San José de Tarbes. Profeson!n el Colegio Católico Venezolano; en la Escuela Técnica lndus•
trial, en los Liceos Andrés Bello y Fennín Toro de Caracas.
Profesor y Director del Instituto Peda,ótJico de Cáracu. Profesor de la Facultad de Humanidades en
la Historia de las Ideas �agógicas de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela
y en la Cátedra Didáctica y Método de Investigación en lá Escuela Militar de Venezuela. Tiene en su
haber varias publicaciones y fué Presidente del Coleaio de Profesores de Venezuela.
E n él imperaron cantidad de ideas en lo referente a la educación. Sostuvo que la Escuela debe adaptar·
se al medio. Ser funcionales de acuerdo con ese medio y su metodoloefa a1Tancar de las necesidades del
medio ambiente, donde el mae!ltro sea auía y se eduque al educando de manera que los acontecimientos
no sean fin, sino medios para la formación de la personalidad.
"Yo estoy allí, donde existan hombres que crean y que no crean
y frente a ellos he querido expresar mi mensaje, encerrado en
este vestido de luto, no para difundir la tristeza, sino para
sacar a la luz la verdad. Que ellos vean que mis palabras no·
son mentiras, que no busco el aplauso, ni la vanidad, sino el
único objetivo es, ser mensajero de luz".
Montaner murió en Caracas el 22 de diciembre de J .978, a los dos meses aproximadamente de la cele•
bración de sus BODAS D� ORO SACERDOTALES.- La Biblioteca que lleva su nombre en JU&l\lrieg,o,
para este pueblo, como dice Borra Gómez en su discurso, es el mejor monumento a su persona.
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Señoras y Señores:
LA PRIMERA Y ULTIMA
l>ARROQUIA DE SU VIDA.-
Así comienza entre nosotros, el Padre Montaner su carrera eclesiástica. Asi co
mienzan los hechos que conducen a insertar en las profundidades del afecto de esta
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comunidad, aprecio y reconocimiento por una labor educativa, cuyas raíces pene
tran en las capas más profundas de la juventud de aquel entonces, provocando el
alumbramiento de los valores del alma y su adecuada vivencia en el hombre en cier
nes, frente a realidades sociales de un mundo que empezaba a sentir el impacto de
los nuevos tiempos.
El domingo 29 en la mañana de aquel agosto de 1931, con el señor Obispo llega a
Juangriego y en medio de la celebración de la Santa Misa, se hace cargo de esta Pa
rroquia: la primera y última de su vida, como nos dijera en una emocionada �arta.
EN EL JUANGRIEGO
DE AQUEL TIEMPO
¡A cuarenta y siete años de distancia de aquel domingo de 1.931, sentirnos como
afloran los recuerdos y como surgen las voces de ese ayer!
Inmersos en su función reminiscente, volvamos un momento al Juangriego de
aquel tiempo, que en más de una ocasión había causado inconvenient:ls a la Curia.
¿Por rebeldía? ¿Por terca oposición de líderes influyentes contrarios a la religión e
ideas confesionales? No lo creo. A través de los años y por deducciones extraídas
de los acontecimíentos, .concluyó en que los factores aislantes que contribuyeron a
esas alteraciones que señalaban al pueblo como díscolo y reacio, fueron la falta de
comunicación y de ese espíritu de sana tolerancia, que por el camino de la diserta
ción o del diálogo cuerdo y prudente, se llega a la comprensión y al entendimiento
que reconcilian intereses que son recíprocos, pero que en la pugna se pierde el tiem
µo, enfatizando en lo que nos espera y no en lo que realmente nos une.
Existen buenos recuerdos de eminentes sacerdotes que llegaron a ganarse la sim
patía de sus feligreses. Siempre se ha hecho buena remembranza del Padre Fray
Nicolás de Igualada, franciscano que por siete años (1.846-1 .853) estuvo al frente de
la Parroquia. El Padre Igualada fué quien inició los cimientos del Templo Parro
quial, invirtiendo en ello con ejemplo.y abnegación cuanto adquiría en el desempe
ño de su ministerio. Del Pbro. Antonio Valery, quien secundado por los vecinos
continuó la fábrica y concluyó la Iglesia que fué experimentando mejoras con el
tiempo. Del padre Pibemat (Monseñor Pibemat) de gratísima recordación por sus
virtudes y elocuencia. Del Padre Benitez (Monseñor Benítez) quien no obstante su
corta permanencia en la Parroqui�, se granjeó y llevó los mejores afectos. Del Padre
Tomás Marquez (Monseñor Márquez) preocupado y diligente por su Iglesia y su Pa
rroquia y de tantos otros cuyos nombres escapan a la memoria, que dejaron una
huella de aprecio y simpatía.
Pero asi como resalta el agrado por aquellos que supieron comprender su misión
sacerdotal, evangélica, de mentores espirituales de la comunidad, despunta el
sentimiento acerbo por aquellos que no supieron o nada hicieron por alcanzar entre
sus feligreses esa corriente grata que nos deja el buen recuerdo.
No es del caso mencionarlos, pero si recordar la profunda sabiduría del sabio
chino Lao Tse cuando dice -''La razón por la cual los nos y los mares reciben el ho
menaje de los torrentes de la montañ�, es que se mantienen por debajo de ellos. Así
son capaces de reinar sobre todos los torrentes. De igual modo, el sabio que·desea
estar por encima de los hombres, se coloca debajo de ellos; el que quiere estar de
lante de ellos se coloca detrás. De tal manera, aunque su lugar sea por encima de los
hombres, éstos no sentirán su peso; y aunque su lugar sea delante de ellos, no lo
tomarán como insulto".
- Ser buen oyente y permitir que el prójimo salve su prestigio, es la fórmula de la
comprensión y del entendimiento aue se condensa en la frase de Lincoln: "Una
gota de miel caza más moscas que uñ galón ele hiel".
Pueblo y gobernante, sacerdote y grey, constituyen esos binomios de intereses
recíprocos que en el campo social, como en el humano, vive de asimilaciones cons
tantes. Relación reflexiva y recíproca de causa efecto, que bien dirigida puede al
canzar en la vida social y política; esa ecuación pacífica de gobierno regular, donde
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la autoridad y el respeto no son valores antagónicos, sino los términos de esos bino
mios que mutuamente se complementan para la convivencia armónica en base a la
comprensión y justo entendimiento.
Para aquellos días del arribo del Padre Montaner, era entonces el pueblo apaci
ble,· monótono. Lo sentíamos discurrir tranquilo, sosegado, alterado a veces por
uno que otro acontecimiento de tipo social o político, que pronto se esfumaba, para
dejar de nuevo esa impresión de tiempo detenido.
Toda la actividad giraba alrededor del Mercado, la Plaza Arismendi, la Iglesia, la
Consignación de César Pacheco, la Calle de La Aurora, abejar del ·comercio, la
Casilla de Leocadio, Diario Hablado del Pueblo, que entre robles centenarios fué
centro de reunión para diálogos y chistes . . . Y, el mar, que lo refundía todo. Fuente
de vida de la economía del pueblo. Camino abierto donde muchos se arriesgaban a1
garete, porque en la rosa de los vientos de su aventura, la brújula marcaba cualquier
norte.
Y para los jóvenes y adolescentes: La Salina, campo deportivo del pueblo. Se He
naba del ruido de las papeletas, cuando los Voladores se elevaban a1 comenzar el
viento fuerte, gris, salobre y polvoriento de cuaresma; o cuando las mareas de octu•
bre la colmaban, eran también bajo el dulce brillo de la tarde, al poblarse de mucha
chos con sus botecitos de "tacarigua" y su fleje de lastre, navegando en un mundo
de emociones que nos iluminaban el rostro de fantásticos viajes e increíbles sueños.
O en las contiendas deportivas del beisbol, bajo el tórrido sol que enceguecía y que
en muchas ocasiones terminaban en peleas y agarres.
Y el mar.- El mar de nuevo.- Siempre el mar con su magnética influencia, era el
retozo de mejor sabor en el apacible transcurrir del día. Imposible evadirse de su
masiva influencia, llena de inmensidad impresionante y de movilidad continua, que
más tarde aprendimos a sentir con la nostalgia de los tiempos buenos, en el hermoso
poema A UN AÑO DE TU LUZ, de nuestro gran bardo nacional Andrés Eloy Blan•
co, cuando en emocionada reminiscencia a Margarita, canta en aquellos tercetos:
DORMIR ALLI, BAJO TU CANTINELA,
SOÑAR DOMINGO DE COLOR DE PLAYA,
EN LA SEMANA DE COLOR DE ESCUELA.
¡�A ESCUELA!.• Existía una eara varones, Federal Nº. 19 y otra para hembras Nº.
22. Sólo se podía optar hasta el Cuarto grado. El Colegio Federal de La Asunción, el
único existente en el Estado para el Bachillerato, lucía lejano, inasequible, infre
cuente. Vecinos pudientes años atrás habían logrado traer de Caracas al maestro
Escalante para la Escuela Particular que ellos crearon con la finalidad de atender a
la educación de sus hijos, imposibilitados de continuar estudios en la localidad,
donde las Escuelas existentes, sólo atendían los primeros grados de la Educación
Primaria.• Esta Escuela solamente duró un año y las condiciones en este aspecto
continuaron precarias y limitadas.
Y en ese cuadro de los días sin prisa, carentes de Escuela, de ocio prolongado y
noches de inanición y aburrimiento, rompen esa uniformidad común y corriente, las
Películas de fin de semana en el Cine de los Bor; o las obras que algunas veces pre
sentaban aficionados locales; o las Veladas con bailes y sainetes de "amantes del
Arte de Talía' ', como se decía en los Programas; o las Funciones de figuras nacio
nales del Drama y la Comedia, que para entonces con sus Compañías, discurrían
por el país, montando de pueblo en pueblo su Teatro; o el Circo, que a veces apare•
cía con sus desconcertantes sonidos, olores y colores; contribuía también a desper
tar la monotonía del pueblo que admiraba los escalofriantes ejercicios y la gracia y
simpatía de payasos y artistas.
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Y las quemas de Judas con sus Testamentos punzantes que exaltaban los ánimos y
creaban disgustos. Y los cantos de Velorio, contrapunteo de puro sabor criollo,
donde el pueblo gustando de su tradición ríe con el sentimiento que se sabe propio.
Y las corrías de ramos y piñatas, PaJos Encebaos y las Diversiones de Diciembre,
eran también escape para el espíritu festivo del pueblo que buscaba entretenerse.
Repiques de campanas y cohetes en los días de guardar y Fiestas del patrono
San Juan Evangelista, ponían también esa nota de atracción y entusiasmo por bus
car cauces donde matar el tiempo.
Y en el suspenso, rigiendo el lento transcurrir del día, las campanas de la Iglesia,
marcando las horas que servían al pueblo para medir el tiempo y ajustarlo a los que
hacer�s de la faena diaria.
Y siempre el sol, el mar y la rutina propicia para vegetar en la confonnidad sin an
sias de progreso, pero que en la playé! sacuden los Barcos que zarpan con hombres y
familias en busca de nuevos horizontes. ¡ Exodo de la tierra sin recursos! Que senti
mos en la emoción del hermoso poema de nuestro gran poeta del mar, Francisco
Lárez Granado, UMBRAL DE AUSENCIA, cuando dice:
Es triste dejar la tierra,
la tierra donde nacimos,
cuando se nos queda en el_.)•
sembrado-todo el cariño.-
Por ser tan pobre la tierra
es preciso abandonarla,
aunque se nos quede en ella,
sembrada por siempre el alma.-
La tiMTa querida y buena,
la tierra, que soy yo mismo,
porque su pena, es mi pena
y es la pena de mis hijos.-
y en la política.- Imperaba solamente el "Alas pues" de los andinos. Era la voz
de la montaña que dominaba y mandaba en todo el territorio de la República.- Gó
mez era el Caudillo Unico, Héroe de Diciembre y Rehabilitador de Venezuela. - •'El
que no gobierna con su gente se suicida, les había dicho a los suyos, por eso perdió ·
Don Cipriano y acuérdense, que andino es andino y el resto es el resto.-
Este era el cuadro.- Este el panorama de aquellos días en que se cargaba a Juan
griego la cuenta de revolucionario, parajustificar el olvido del Gobierno por los pro
blemas del pueblo. Pero donde resaltaba también la acción progresista de sus veci
nos pudientes, como fueron la construcción del Puente de Las Piedras, la Pavimen
tación de la calle Aurora y el Mercado Público.
Días para el esfuerzo propio y la ayuda mutua, de consternación y de resenti
miento, cuando se analizaban las causas del decaímiento del poblado para inculpar
a cierto funcionario público a quien se le atribuía el traslado de la Aduana de Juan
griego a otro pueblo del Estado. pero que investigaciones posteriores desmintieron
la especie y lo exoneraron de aquella ignominia.
Panorama y cuadro de un mundo pequeño, en el cual jóvenes y viejos, sentían bu
llir, como en un prisma de variadas facetas, la rara combinación de la inconformi
dad con el sosiego, la alegría con el hastío y el tiempo perdido con los sueños, en un
afán de inquietud por romper el cerco y partir en pos de la aventura.
LA PRESENCIA DE
ESTE CURA NUEVO.-
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..... Y en aquel domingo de agosto, el anuncio y las campanas de la Iglesia, eón
la .expectativa que despertaba siempre la llegada del Obispo, se apoderaron del
pueblo: -TENEMOS CURA NUEVO; se comentó desde un extremo a otro, pero
había cierta
incertidumbre en el modo indicativo en que llegaba la noticia. Rumorábase que el
nombramiento era interino y diversas opiniones emitíanse, con relación a la Parro
quia, las intenciones del Obispo y aquel curita de 27 años. Sin embargo, aquel cura
pareció distinto. Producía y provocaba confianza. Tenía un lenguaje nuevo. La
Iglesia como era de entender, estaba en el primer plano de su condición sacerdotal,
pero también afloraba en su ánimo, honda preocupación por aquella juventud ca.
rente de Escuela, de orientación para entender su importancia en la comunidad y en
la forja de su destino
. . Un grupo de jóvenes lo rodeamos. Su palabra nos atraía. Es que la palabra es ·
imán cuando revierte en acción. Cuando e1 dicho es hecho y no hay trecho de lo di
cho al hecho. . Y esa paJabra y ese dicho sin trecho, que hoy evocamos como
testimonio de la razón de este grato y sincero homenaje, que hoy rendimos con
efusión fraterna y solidaria a este cura de siempre, que ha sido el Padre Montaner, es
porque ella nos ayudó a descubrir, que así como eramos producto del medio, la
sociedad era también un producto humano e individual, racional, civil y político,
que por vía de la educación podíamos transformar en una comunidad verdadera, en
cuanto a comprensión, comunión de intereses, respeto al derecho ajeno y a la
justicia social. Cuando patrocinó la creación de la Juventud Católica, pensamos que
se trataba de una Cofradía más y no de una acción tendente a compenetramos de la
función que a la Iglesia correspondía en un mundo que no entendíamos entonces,
conformado por una injusta estructura social, donde las minorías priviiegiadas
impedían el proceso de liberación y de justicia. Y en esa acción de ir formando
criterio y crear conciencia íntima y absoluta •certi-dumbre de nuestra
individualidad, asocia la idea de. la creación de un órgano periodístico, EL FARO,
con imprenta propia que el mismo financia, para que aprendieramos a pensar y a
escribir, porque solamente el trabajo en el aprendizaje y la constancia en el
esfuerzo del ocio dirigido, son los caminos más amplios y seguros para el logro y
dominio del conocimiento.
.Pero en estas solas tareas no queda ese imperativo de la orientación en el quehacer.
Juzga que también el Teatro es un factor educativo capaz de estimular inquietudes
y procurar medios para afianzar el comportamiento, la buena dicción, los modales y
los gestos. Asi surge la COMPAÑIA VOLADORA, que también alzó sus alas en
ese cielo abierto de ilusiones y estímulos., que exaltaban la imaginación de este
cura, soñador y esperanzado en el advenimiento de un mundo mejor..
· En la Acción Católica, sus charlas y conferencias, metidas en el mundo de
la objetividad van desde los problemas sociales, económicos, políticos, y hasta ese
mundo de la educación sexual, tan controvertido por los malos ojos conque se le
miraba entonces, pero que en la realidad cont,·ibuye, si se le trata con el tino
conveniente, para no caer en los extremos, a lograr el dominio de una información
exacta que ayude a comprender la naturaleza del sexo con el propósito de lograr un
criterio sano y claro de sus cuestiones y problemas.
· Para estimular en los jóvenes iniciativas de trabajo reproductivo, les crea
una pequeña fábrica de hacer sobres, tinta �e imprenta y un alambique de medianas
proporciones para elaborar perfumes. Agua de olor, como decían los muchachos.
· Los descalabros financieros no amilanan. Está presto a continuar siempre y
con tesón, acción que justifiquen su terco empeño de ir forjando conciencias y
creando estímulos. Es necesario sentar las bases de la estabilidad del Sacerdote en
la Parro-
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quia. La existencia de la Iglesia solamente no facilita ese propósito. Se declara en
campaña y entusiasma a toda la feligresía para terminar la Casa Parroquial, que des
de muchos años latía en el ánimo de todos como simple iniciativa. Y la termina con
tra viento y marea. resistiendo dificultades y penurias. En ello pone todo su empeño
e invierte con abnegación los proventos que lograba en el desempeño de su ministe
rio, con el mismo desinterés, noble intención y pasión ejemplar, que en el siglo
pasado se vió en el Padre Igualada, para la construcción de la Iglesia en el pueblo.
Pero aquí tampoco se frenan sus inquietudes progresistas, signadas por una gran
tranquilidad y un esfuerzo apasionado. No existe en Juangriego un Plantel Educati
vo donde atender a los grados superiores de la Escuela Primaria y el Padre Monta
ner, crea el Colegio Parfcular Juangriego, para remediar esa ingente y perentoria
necesidad.
Y a esta altura, bien cabe preguntar ¿Qué no hizo el Padre Mont(\neren Juangrie
go? Porque cuando estalla el movimiento popular que procura las reivindicaciones
de sus derechos a la muerte del Dictador Juan Vicente Gómez, el Padre Montaner
asume su función de leader indiscutible en aquellos turbulentos y agitados días!. Y
con la voluntad de estar siempre en acción con nuevos estímulos y proyectos, vuel
ca su imaginación, con su tranquilidad característica, pero vehemente y constante
empeño por el quehacer, en la idea de lograr que se funde en Juangriego un Inter
diario: EL VOCERO INSULAR.- :ii'ué una hazaña. Sólo él podía realizarla, pero im
posible de sostener desde el punto de vista económico, aun cuando constituyó sin
duda alguna, un gran esfuerzo por mantener un órgano peridístico, con una posición
y línea editorial constructiva, de gran impacto en aquellos días de pasión y violencia
que siguieron a la muerte de Juan Vicente Gómez.
SE LE OBLIGA A
ABANDONAR LA PARROQUIA
DE JUANGRIEGO.
Su patriótica y decidida actitud en defensa de los derechos del pueblo, sus encendi
dos discursos en las jornadas que siguieron a la muerte del Dictador y su apasionada
disposición en favor de las justas reivindicaciones que se aspiraban para la causa po
pular, lo ubicaron en posición inamistosa, ante el grupo gobernante que respondía a la
calma y cordura esgrimida por López Contreras, quien pugnaba por sustituir al régi
men gomecista y se barajaba con habilidad e inteligencia en médio de los grupos de
presión, que en el escenario político de la República, actuaban �erca y empeñosamente
por lograr sus aspiraciones en aquel tiempo de desconcierto y sedición. Esta actitud del
Padre Montaner, trajo como consecuencia, que a solicitud del Gobierno Regional, la
Curia lo obligase a abandonar la Parroquia de Juangriego y por ende la Isla, para en
claustrarlo a título de correctivo y penitencia, en el apacible y conventual ambiente de
la Casa Parroquial de Altagracia en Caracas.
Para ese momento ejercía ftmciones docentes en la Escuela Graduada '' ANTONIO
DIAZ" que junto con la Escuela "ELVIRA DE GARCIA ROJAS", se habían inaugu
rado el cuatro de mayo de 1.935, cinco meses después de la muerte del Dictador, gra
cias a la infatigable actividad del Padre Montaner y a su decidida y empeñosa cons
tancia.
Con la creación de estas Escuelas, se sustituía la Escuela Particular que él había fun�
dado con grandes sacrificios, dificil de sostener en aquel entonces, sin los recursos eeo
nómicos necesarios y que sólo el tesón y el esfuerzo de Montaner hicieron posible.
EL SACERDOTE
Y EL HOMBRE
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Duros tuvieron que ser aquellos días para el sacerdote y el hombre. Sólo una con
vicción profunda, sentida con fervor y absoluto convencimiento, revestida de esa
tranquilidad con la cual siempre supo soportar sus dificultades, creo que fueron las
mejores armas del Padre Montaner para afrontar con entereza los rigores de aquella
injusta disposición, que sólo atendía a las conveniencias y presiones de la época.
La tranquilidad es una virtud que genera placidez en el espíritu, para querer lo
que se dice y se hace. Para sentir mejor lo que se piensa y para comunicar seguridad,
fé y entusiasmo en la obra que se proyecta o en el trabajo que vamos a efectuar. Y
para afincar también esas convicciones que forman al individuo en esta milagrosa
maravilla que se llama 1,mndo, de esencias y modos, donde el espíritu humano pue
de conseguir la sabiduría que le es dado alcanzar y conocer a Dios, sin desconocer al
hombre y escribír en su alma el regocijo, de quien conociendo el principio y la
\ forma, adquiere conciencia del hombre y de Dios.
Asi he entendido siempre al Padre Montaner. Labrado hacia fuera, es allí en don
de reside su sostenida popularidad; pero asimismo, aferrado hacia dentro en sus
convicciones, mantiene con entereza esa vocación que lo llevó al sacerdocio.
"El que quiere salvar su vida, la perderá" ,-dice el Evangelio, pero no dice el que
quiere salvar su alma, el alma inmortal, o que creemos y queremos que lo sea.
"Un alma humana vale por todo el Universo", dijo alguien en cierta ocasión. Un
alma humana, pero no una vida. Sin embargo, a medida que se cree menos en el
alma, es decir en su inmortalidad consciente, personal y concreta, se exagera más el
valor de la pobre vida pasajera, que los objetivistas pretenden aprovechar sin consi
deraciones de otra índole, pero que en el campo de los sentimientos teleológicos, el
concepto se transforma y adquiere noción de finalidad y de propósito, que afirman
en el hombre su conciencia y mantienen la continuidad de su persona y la fe en esa
inmortalidad, para seguir siendo el mismo como esfuerzo que persevera en el ser y
que no debe morir.
Resolver la eterna lucha entre la carne y el espíritu, la inteligencia y el corazón, la
bestia y el angel, ha constituído esa trágica batalla del hombre por salvarse y que no
es otra cosa que la batalla por la conciencia. Esa conflicto humano, trascendente,
universal, que magistralmente San Pablo expone cuando dice: -"Bien sabemos que
la Ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido para ser esclavo del pecado.- No
entiendo lo que hago. No hago el bien que amo, sino el mal que aborrezco; más, por
lo mismo que hago lo que no amo, reconozco la ley como buena".
En todo esto puede haber contradicciones. Ello es natural, como que sólo vivi
m�s de contradicciones y por ellas, en este valle de perpetua lucha. Quien no re-
cuerda las palabras del Evangelio: -"Señor, creo; ayuda a mi incredulidad".
Los místicos han glosado y ponderado de mil modos el "Conocete a ti mismo y
aun más el "Conozcame señor a mi y conocerte he a ti" de San Agustín. ¿Escepti
cismo? No; en realidad, si tomamos esta palabra en su sentido etimológico y filosó
fico en cuanto a su significado de investigación, por oposición al que aspira y cree
haber hallado. Buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad, es la eterna lucha
p�r lo inconocible, por el ideal de pertección, en el que lo inasequible está como tér
mmo Y meta de nuestro esfuerzo que sólo puede alcanzarse por la gracia según los
teólogos. Pelea que como sacerdote ha tenido que haber librado el Padre Montaner
con la constancia de los que luchan por la verdad y ponen su vida en la lucha misma,
más que en la victoria. Invocando con respeto y con amor el nombre de Cristo, seha
encontrado como hombre por la vía cordial del Evangelio, en ese conflicto humano
Y trasc_endente esfuerzo, pot adquirir plena conciencia de si mismo. Por eso, en los
dos miniterios que le ha too�do ejercer, como sacerdote y maestro, no ha cultivado
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una cara para unos y otra para otros: "Siempre se nos ha presentado de cuerpo en
tero, iluminado de entereza, con definida vocación de roble".
Maestro ha sido el Padre Montaner, como todo sacerdote verdadero. Y como buen
educador, ha sabido conservar esa serie de condiciones especiales, que no todo el
mundo posee, para ejercer la educación.
El ha sabido introducirse en el alma de sus educandos, para ponerse en su lugar y
crear el seritido de la cómunidad educativa, fomentando el espíritu crítico, la emo
ción y el interés por el dominio del conocimiento, buscando lograr las metas que la
educación persigue, con esa influencia constructiva, que en la formación del edu
cando se trasmite en el acto educativo, debidamente entendido y sabiamente aplica
do.
Su palabra la hemos sentido como revelación. Metáfora y figura en la inquietud
espiritual que ella ha despertado y en la inspiración que en muchas oportunidades
ha brindado. La palabra es al hombre y ella viene del espíritu.
"En el principio fue el verbo, dice el Cuarto Evangelio, llamado de San Juan. Y es
que todo hombre deja a la tierra unos huesos y al alma un nombre, que no existirá
históricamente, si se ha quedado en la letra sin vivir en la palabra.
Y es a esa Palabra del Padre Montaner, a la que evocarnos hoy, en la ocasión de
este grato y sincero homenaje que le rendimos con efusión fraterna y solidaria, par
que ella abrió senderos de luz, orientación y estímulo a la.juventud de este pueblo y
de esta Escuela.
Han transcurrido muchos años. El sabio tiempo ha profundizado conceptos y
rectificado convicciones. El mundo entero, cristiano y no cristiano, se haya conmo
vido por los grandes acontecimientos que están estremeciendo a la humanidad en la
proximidad del fui de este milenio. Tanto en la Iglesia Católica Romana, como en la
Ortodoxa y los Protestantes, al igual que en el Judaísmo, el Islam, el Budismo y el
Hinduísmo, se están manifestando el ímpacto de los nuevos tiempos. Los pueblos
emergentes del Tercer Mundo y las clases asalariadas ascendentes en los propios
medios industriales, influyen sobre Iglesias, Sinagogas, Mezquitas y Pagodas y la
voz esencialmente inmutable del espíritu que los guía, adquiere nuevas expresiones
y nuevos acentos, por efecto de las realidades materiales cambiantes que en estos
momentos de excepcional importancia vive el mundo.
Dice el visionario Jesuíta Teilhard de Chardin, en uno de sus libros, que la reli
gión tradicional lleva el hombre hacia arriba, a lo metafisico, alejándolo de la tierra
y del deber de transformarla. En cambio las nuevas corrientes sociales, lo llevan ha
cia adelante, hacia la promoción del progreso y la renovación del mundo terrenal.
Teilhard de Chardin admite que el ru_mbo correcto sería de 45 grados a la vez hacia
arriba y adelante; hacia Dios, a través de la lucha por transformar y liberar al mun
do.
Asocio estas circunstancias con lo que para muchos de nosotros ha significado el
Padre Montaner. Respetando las proporciones de los escenarios y la magnitud de
· los problemas, él ha sabido conjugar su condición de sacerdote c,,on su actitud hu
mana, para entender problemas sociales y comunitarios, por esa vía del entendí•
miento, flexible y no dogmático.
Al traer estas ligeras referencias, ligadas a realidades terrestres que siguen acen
tuándose, de tal manera, que es imposible escapar a sus presiones, deseo fijar esta-s
ideas en el mensaje de esa inquietud espiritual que despertara en nosotros la Palabra
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del Padre Montaner; Sacerdote campechano y moderno, antes y ahora, a cuya luz
hemos sentido gigantesca la presencia de Dios y también la del hombre, con sus
diversas dimensiones en esta lucha desconcertante que hoy conmueven los esta
mentos sociales de la humanidad en el presente•siglo y que parece cobrar fresco sen
tido de profundo símbolo, con la elección del nuevo Papa, a cuyo alrededor se han
tejido los más variados comentarios, para la reanudación de ese Gran Diálogo, ini
ciado por Juan XXIII y pueda verse algún día la versión Teilhardian de este mundo,
en el que según los entendidos, no es el hombre el que está en crisis. Está en crisis el
hombre acogotado por el imperio de un sistema que felizmente también está en cri
sis.
EL MEJOR MONUMENTO
A SU PERSONA.•
Cuando hoy nos congregamos en este recinto, prolongación de aquella primera
Escuela ANTONIO DIAZ, tan íntimamente ligada a nuestra formación, sentimos
que todo nuestro ser se estremece ante la fresca resonancia de los recuerdos de
entonces, tan ligados al Padre Montaner, cuya BODAS DE ORO SACERDOTALES
nos han permitido dejar constancia de estos testimonios de reconocimiento a sus
méritos, de aprecio a su inteligencia y de respeto a su Palabra, que hoy quedará para
siempre sembrada en este pueblo con el Acuerdo del Iluste Concejo Municipal que
crea la BIBLIOTECA PADRE MONTA.NER y Que suscribe José Asunción Hernán
dez, quien también formó parte de ese alumnado que se levantó a la luz de las claras
y sanas enseñanzas del Padre Montaner, quien estará aquí, no ya como el Cura Inte
rino, sino como el Cura de siempre, sacerdote y maestro, sembrado en ese Acuer
do, porque la BIBLIOTECA PADRE MONTANER, es sin duda alguna, el mejor
monumento a su persona en este pueblo, que sabemos también está sembrado en su
corazón como el más puro y emocionado afecto.
Aspiramos que esa Biblioteca tenga sentido real y moderno, aque así como el
golpe de la piedra que en el agua dormida genera esas ondas concéntricas que se
expanden armoniosas, esta Biblioteca, sea motivo para generar también en esta co
lectividad ondas de luz, atracción y estímulos a nuestra juventud, buscando alcan
zar esa profesión universal que es el hombre, entendido como el troquel donde se
forma la integridad de la condición humana y los altos valores del espíritu.
Que el Altísimo guíe e ilumine a los hombres que tengan a su cargo la noble fun
ción que corresponde ejercer y cumplir esa Biblioteca en el seno de esta comuni
dad, como recuerdo perentorio de un hombre que ha pasado a formar parte de la tra
dición y de la historia de este pueblo.
EL PENSAMIENTO
MAS QUE LA PALABRA.-
Padre Montaner, he tratado de ofrecer en estas palabras, y no sé si lo he logrado,
el testimonio de mi afecto por usted, el reconocimiento a su labor cumplida en este
pueblo, a la inspiración y estímulo que sus lecciones nos brindaron y el sincero res
peto a su condición de hombre y sacerdote.
Y ahora que me hundo en el profundo oceáno de estos sentimientos ¿Qué más
puedo decir? Todo lo que diga resultaría pálido ante lo que siento en estos instantes,
por ello no deseo continuar y tennino recogiendo mi emoción en la hermosa senten
cia que proclamaron los antiguos: ''El silencio es el medio más eficaz para alabar a
Dios. La Sabiduría madura en el silencio y nos enseña, que la vida es más que el len
guaje y que el pensamiento, más que la palabra".
Señores ... . .. . . . ... .