Clase 5 Mecanizacion Agricola
Clase 5 Mecanizacion Agricola
Clase 5 Mecanizacion Agricola
OBJETIVOS
Horizonte C: Material original, menos afectado por los agentes físicos, químicos y
biológicos. Es el horizonte menos fértil.
c) Compactación.
La compactación es un problema que ocurre en aquellos suelos cuya estructura es
propensa a la destrucción por efectos de labranza y/o la acción del agua (lluvia o riego).
Un cierto grado de compactación puede ser beneficioso, pero cuando éste es excesivo,
puede dar como resultado efectos perjudiciales para los suelos y para el crecimiento de las
plantas cultivadas. Al reducirse la porosidad de ellos dificulta el movimiento de raíces,
gases y agua.
La compactación del suelo es la resultante de la gravedad, lluvia y tráfico. De ellas, sólo la
última puede ser regulada por el hombre y su acción es «más severa» cuando la materia
orgánica es escasa, puesto que el humus actúa como cementante para dar estabilidad a
los agregados del suelo. Como no es posible suspender el movimiento de equipos
agrícolas sobre el terreno, deben emplearse métodos que tiendan a reducir la cantidad de
labores que se realizan en éstos.
Los efectos de la compactación aumentan con el tráfico de la maquinaria y más aún si el
suelo se encuentra suelto al momento de iniciarse las labores. También se incrementa
este efecto, cuando el suelo ha sido trabajado con un contenido de humedad intermedia
(suelo friable), punto en que presenta su máxima facilidad de mullimiento pero, también, su
más alta susceptibilidad a la compactación.
El peso de la maquinaria agrícola y la velocidad de trabajo, junto a la vibración de la
unidad motriz, favorecen la compactación general del suelo, especialmente donde se han
ejecutado prácticas que deterioran su estructura. Al emplearse un tractor pesado en los
trabajos de labranza, cada «pasada» ocasiona dos huellas en franjas de medio metro cada
una, aproximadamente.
Con las labores posteriores a partir de la cuarta pasada, se supone, que el terreno queda
totalmente cubierto de huellas. Se ha demostrado que la primera pasada de un tractor
sobre un suelo recién arado, compacta diez veces más que una segunda o posterior
pasada.
Por lo tanto, es conveniente «hacer coincidir» las huellas de las pasadas posteriores para
no generalizar el daño y a la vez disminuir al mínimo las labores. Es recomendable que el
peso del tractor e implementos gravite lo menos posible sobre el terreno, usando
neumáticos anchos con presiones bajas, sobre todo cuando se trabaja en suelos
húmedos. El uso reiterado del arado de discos y/o vertederas a una misma profundidad, va
compactando año a año el fondo del surco y formando una capa dura de 3 a 4 centímetros
de espesor, conocida comúnmente como «pie de arado». Esta compactación limita la
penetración de raíces, disminuye la velocidad de movimiento del agua y aire en el perfil del
suelo y ocasiona en consecuencia, problemas de drenaje y erosión.
Otra situación que requiere especial tratamiento de labranza de subsuelo, se presenta en
las praderas permanentes sometidas a pastoreo directo. La compactación producida por el
pisoteo de los animales es aún más severa que la generada por el tráfico de maquinaria,
puesto que el peso es distribuido en una menor superficie de contacto con el suelo. Esto
es particularmente importante en el cultivo de papa que en general se usa como cabecera
de rotación, después de pradera.
Las posibilidades de compactación son mayores en suelos de textura arcillosa y en
aquellos que poseen un bajo contenido de materia orgánica. El sobrelaboreo que deja el
suelo finamente mullido (especialmente con rastras de discos) favorece la compactación,
por lo que debe evitarse.
d) Materia orgánica.
La materia orgánica aumenta la agregación y mejora la estructura de los suelos. Se ha
demostrado que la práctica continua de labranza destruye la agregación y deteriora la
estructura de éste, reduciendo paralelamente su contenido de materia orgánica. La
incorporación de materia orgánica en la «capa arable» del suelo mediante la aradura de
los rastrojos de cultivos y/o empastadas naturales o artificiales degradadas favorece la
estructura del suelo y reduce los efectos negativos de la compactación. Lo mismo ocurre
con el uso del estiércol y el encalado. Para que la materia orgánica se descomponga
rápidamente el rastrojo debe desmenuzarse en trozos pequeños y permitir que ellos se
sequen en la superficie antes de ser enterrados. También es recomendable, para acelerar
este proceso, agregar aproximadamente 80 a 100 kg. de nitrógeno por hectárea, para
favorecer la actividad bacteriana.
e) Humedad del suelo.
Es uno de los factores que tiene mayor incidencia en las labores de preparación de suelo,
tanto en la aradura como en los rastrajes. La humedad hace que el suelo presente mayor o
menor resistencia a la penetración de los implementos, también le confiere características
de plasticidad que le permiten adherirse a los implementos de labranza, dificultando su
acción. En suelos muy húmedos se afecta la tracción al aumentar el patinaje y aumentar
los requerimientos de potencia, debido a la gran resistencia que ofrece al desplazamiento
del arado.
Un suelo con poco contenido de humedad es duro. A medida que la humedad aumenta,
éste se ablanda y se disgrega con facilidad. La consistencia friable representa la condición
óptima de humedad para realizar la labranza del mismo. Esta condición se reconoce en la
práctica al tomar suelo en la mano y conseguir que éste se disgregue fácilmente al ser
presionado, sin dejar restos adheridos a ella. Un suelo muy húmedo, forma una pelota al
«ser amasado» y ensucia la mano con la arcilla húmeda que se pega. Un suelo demasiado
seco, forma terrones durísimos que son muy difíciles de disgregar.
Cuando el contenido de humedad aumenta en forma excesiva, el suelo se vuelve plástico,
adhesivo y muy difícil de disgregar, siendo inútil la acción de los rastrajes. Lo anterior
guarda estrecha relación con el tipo de suelo. Suelos arenosos no presentan estos
problemas, pero en la medida que aumenta el contenido de arcilla es importante
considerar trabajar el suelo en condiciones friables, por ser éste muy difícil de manejar.
Los suelos arcillosos exigen gran dedicación, porque pierden rápidamente la humedad en
primavera, siendo difíciles de mullir.
De lo anterior se desprende que el mullimiento del suelo está íntimamente ligado al
contenido de humedad de éste y, que por lo tanto, la oportunidad de realizar la labor es
más importante que el número de veces. Una labor efectuada en el momento adecuado,
puede tener un efecto definitivo en la obtención del grado de mullimiento deseado. Sin
embargo, no se debe olvidar que el momento en que el suelo es más fácil de compactar,
coincide con la condición friable de éste, por lo que es recomendable evitar el tráfico
excesivo a fin de no llegar a un exceso de compactación.
ARADURA CONVENCIONAL Y LABRANZAS ESPECIALES
ARADO DE DISCOS
ARADO DE VERTEDERA
LABRANZAS ESPECIALES
Labranza de conservación
Este sistema involucra la labranza reducida y la siembra directa, con los cuales
se pretende transformar el modelo convencional en sistemas sostenibles que
utilicen la capacidad de producción del suelo a través del uso racional de
insumos.
Los pilares básicos para los sistemas de labranza de conservación son:
operación de maquinaria especializada, rotación de cultivos, uso de coberturas
o rastrojos, manejo integrado de plagas y malezas.
Esta consta de un cincel que rotura y afloja el suelo en la línea de siembra, una
segunda sección que distribuye y coloca la semilla en la profundidad deseada y
una última que ubica el abono en las cantidades requeridas. Posteriormente se
efectúa la tapada con un conjunto de llantas tapadoras, que pretende mejorar el
contacto de la semilla con el suelo.
Este sistema de labranza inicia con el manejo de las coberturas o los rastrojos,
mediante el uso de un implemento de corte o la aplicación de desecantes de
contacto o sistémicos.
Otro factor por considerar son las propiedades estructurales del suelo como
densidad aparente y el espacio poroso, indicadores importantes al momento de
decidir la preparación del suelo, pues las labores de preparación deben conducir
a la recuperación de estas propiedades.
Esto debido a que los suelos que han sido sobrepastoreados o sometidos a
laboreo intenso sufren un proceso de compactación, principalmente en las
capas superiores, presentando una disminución en el tamaño de los poros que
hacen deficiente la aireación y movimiento del agua en el suelo.
ARADO DE REJAS REVERSIBLE
Función principal
Laboreo primario con volteo del suelo formando un canal que permite la
aireación y la circulación del agua de lluvia hasta las capas profundas.
Incorporación de los restos de cosecha para su descomposición en
condiciones anaerobias.
Descripción general
Formado por uno o más cuerpos, cada uno de los cuales realiza el corte y el
volteo de una banda de suelo cuya sección es rectangular, con anchura igual
a la de corte y altura a la profundidad de intervención.
Cada cuerpo dispone de reja, que se encarga de realizar el corte horizontal y
vertedera que realiza el volteo de la banda de suelo cortado. La cuchilla, que
puede faltar, ayuda al corte vertical de la banda de suelo. Como elemento
adicional se puede utilizar la raedera, o raseta, que corta una banda
superficial de suelo que queda depositada en el fondo del surco.
La profundidad de intervención del arado debe de estar comprendida entre el
60 y el 80% de la anchura de corte de la reja. Esta anchura se mide
perpendicularmente a la dirección de avance.
El ángulo medio de la vertedera, junto con la velocidad de avance, indica el
grado de pulverización del suelo.
Tipologías
Decir que tampoco es el tipo de arado apropiado para suelos que están
sueltos, pues solo se consigue el desplazamiento lateral del suelo.
La preparación del arado no sólo se realiza para que haga una labor pro
lija, sino que también es necesaria para que después pueda realizarse
una correcta regulación del conjunto tractor-arado y para que el arado sea
lo más "liviano" posible al tiro.
Se deberá 'tensar una cuerda desde un extremo al otro del arado y recorrer
todo el filo de las rejas y los puntos de unión reja-vertedera para verificar
que estén correctamente en línea; es decir, todas en el mismo plano.
Se deberá medir con un metro, si todas las rejas están a la misma distancia,
no s6lo entre ellas sino también con respecto al bastidor. Esta medida
se deberá tomar en "punta" y en "cola" de reja.
Se deberá proceder de igual manera que con las rejas midiendo tanto
en el "pecho" como en la "oreja" de las vertederas, la distancia
existente entre ellas y también la existente con respecto al bastidor.
Debe tenerse en cuenta que tanto en rejas como en vertederas, por más
que estén equidistantes, la tolerancia, tanto en alineación como en las
distancias, es de aproximadamente 1 cm. Si éste valor fuese superado,
hay que proceder a su corrección.
APERTURA DE LA AMELGA.
REGULACION DE PROFUNDIDAD.
Las cuchillas no sólo deben estar bien reguladas, sino que deben estar
filosas y poseer un gran porcentaje de su diámetro original.
Independientemente de las condiciones particulares que se presenten,
en suelos normales las cuchillas deben trabajar superficialmente. No
deben cortar más allá de la mitad de la profundidad de labor para lograr un
correcto ángulo de corte. Si la cuchilla está muy enterrada, en vez de rodar
tiende 'a "pechar", aumentando el esfuerzo de tracción. El eje de la
cuchilla debe ir ubicado aproximadamente en la vertical que pasa por la
punta de la reja, o sea a la misma "altura", para permitir que la gleba ini
cie su elevación en forma suave. En sentido transversal a la dirección de
marcha, la cuchilla deberá colocarse en forma tal que corte a 1 cm. hacia el
rastrojo a partir del borde de la vertedera. El frente o "pecho" de la vertedera
no deberá realizar el trabajo de la cuchilla, ya que arrancaría en vez de
cortar, aumentando el esfuerzo de tracción.
Debe verificarse no sólo que todas las cuchillas sean iguales y
posean el mismo diámetro, sino que también estén alineadas,
equidistantes y con la misma regulación. Caso contrario crearán
esfuerzos desiguales que tenderán a desestabilizar el arado.
ANCHO DE CORTE
Profundidad de trabajo:
Este depende del tipo de suelo a trabajar para implementar los a j u s t e s
p a r a l o g ra r l a p e n e t r a c i ó n d e l i m p l e m e n t o e n e l s u e l o , l o g ra n d o
p o c a inclinación entre los discos y poco ancho de corte, dejando que el
último disco funcione ligeramente más profundo que los demás discos,
para lograr una mejor penetración.
A diferencia de este tipo de equipos, aquellos equipos de labranza que presentan tres
ruedas delimitando un plano de apoyo sobre el suelo, tienen diferentes efectos sobre
las fuerzas que se originan en el plano vertical. En los sistemas de tracción libre o de
arrastre con tres ruedas, las fuerzas en el plano vertical sobre el equipo son soportadas
por las ruedas propias del equipo. La succión que ejercen los órganos de trabajo del
suelo no es soportada por el tractor, independientemente de la forma cómo se realiza
el enganche. Por lo contrario, la misma determina (la altura de la barra de tiro del
tractor y la altura del enganche en el clavijero vertical) tanto la magnitud de las fuerzas
que soportan las ruedas como su distribución entre las ruedas del equipo.
Figura 9. Enganche de un arado de reja y vertedera en vista lateral.
Rv: resultante de las fuerzas del suelo sobre los órganos de trabajo.
Debe tenerse en cuenta que la barra de enganche que une el equipo al tractor tiene
posibilidades de regulación de la misma a diferentes alturas sobre el clavijero vertical, muchas
veces ubicado contra la estructura de soporte principal del equipo (bastidor).
La colocación de la barra de tiro alta en el tractor (mayor altura de la boca de enganche del
tractor) y baja en el equipo favorecerá una pendiente de la barra de tiro del equipo que incide
sobre la generación de una fuerza vertical V a nivel de la barra de tiro del tractor que
incrementa el peso adherente del tractor y modifica la transferencia anterior posterior de
peso.
Comúnmente, en los equipos más antiguos, la barra de tiro del arado se vincula a la barra
transversal y esta última es la que se desplaza sobre el clavijero vertical para alcanzar un
enganche más bajo o más alto de la barra de enganche en su conjunto.
Si se analiza la figura 9, a diferencia de lo que ocurre en equipos con un solo eje de ruedas,
inicialmente deben considerarse el peso del equipo y la resultante de las fuerzas que actúan
sobre los cuerpos de arado.
Para poder realizar esto, se desplaza la fuerza Rv por su recta de acción hasta encontrar la
recta de acción de W, generando el punto B, siendo AB la fuerza que actúa sobre el equipo. La
posición de la barra de tiro del tractor y la altura del enganche en este tipo de equipos
determina la línea de tracción.
Por lo tanto, la resultante AB debe trasladarse según su recta de acción hasta encontrar la
línea de tracción. De allí surge el punto de aplicación y la magnitud de la fuerza de soporte del
suelo.
En la figura 9, el esquema superior representa un enganche correcto, en el cual al ser más bajo
el enganche en el equipo que en el tractor el soporte del suelo es menor y se desplaza hacia
atrás, repartiendo uniformemente la responsabilidad entre las ruedas y mejorando la
capacidad de dirección de la rueda de cola.
Tal como fue dicho anteriormente, al tirar el equipo desde abajo al tractor el mismo se afirma
y mejora su capacidad de tracción, por el aumento del peso adherente del tractor, por el
aumento de la componente vertical V a nivel de la barra de tiro del tractor.
Trabajo del arado con carga de pie sobre la cabeza del arado.
El operador aplica una fuerza con el peso del cuerpo sobre el arado que
tiende a levantarse por el efecto de la fuerza de tiro de los animales y la
reacción del suelo (Figura 9). En este caso la fuerza de reacción del suelo ha
alcanzado niveles superiores y no puede ser compensada con la carga
ejercida por la mano del boyero, también busca alcanzar la profundidad
máxima de trabajo. De igual forma que el caso 2, el operador ejerce una
carga con la mano sobre la parte superior de la mancera, aunque en este
caso solo busca equilibrar su posición encima del arado y mantener la
dirección del mismo.
ACCESORIOS.
Como elementos accesorios se distinguen:
- Rueda guía, situada al final del arado y que se apoya en la pared y solera del
surco.
- Ruedas reguladoras de profundidad, para arados arrastrados.
- Elementos de seguridad. - Dispositivos de regulación.