Clase 5 Mecanizacion Agricola

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CLASE 5

MAQUINARIA PARA LA PREPARACION DE TIERRAS

OBJETIVOS

La preparación del suelo antes de la siembra debería tener los


siguientes objetivos: crear una estructura del suelo favorable para que la
emergencia de las plántulas sea rápida y uniforme y permita a las plantas
jóvenes tener un rápido acceso a los recursos vitales de los nutrientes, el agua
y la aireación.
Estas prácticas buscan brindar una cama para las semillas con un suelo
mullido, aireado y enriquecido con la incorporación de la materia orgánica
disponible, de tal forma que favorezca la germinación de la semilla, el
arraigamiento de la planta, la retención de agua, la actividad microbiológica y
los cambios químicos que se produzcan en la temporada. Por otra parte, se
busca disminuir o destruir la población de malezas y plagas perjudiciales para
el cultivo.

ARADO DE TIPO VERTEDERA


PREPARACION PRIMARIA Y COMPLEMENTARIA
La «preparación de suelos» es la manipulación física que se aplica con la intención de
modificar aquellas características que afectan la brotación de las semillas y posteriores
etapas de crecimiento del cultivo. Estas características determinan las relaciones planta-
suelo-agua-aire, que afectarán el desarrollo de las plantas.
Factores previos a considerar en el laboreo que inciden en el consumo de
combustible
Para la elección del tipo de laboreo del suelo es necesario partir del objetivo prioritario
perseguido con la labor a realizar y del conocimiento del cultivo a introducir, teniendo
en consideración siempre el tipo de suelo (textura y profundidad), su estructura y su
estado en el momento de realizar la labor (residuos, grado de humedad, grado de
apelmazamiento).
Los objetivos perseguidos con el laboreo siempre tienen una priorización que la propia
experiencia del agricultor sobre sus tierras va estableciendo:
• Crear una buena estructura y porosidad del suelo capaz de almacenar el agua en climas
secos o de garantizar una correcta oxigenación y por supuesto facilitar la germinación
de las semillas y permitir un correcto crecimiento de las raíces.
• Incorporar residuos de los cultivos anteriores.
• Descompactar y favorecer el drenaje cuando se han realizado pases sobre suelo blando
o con máquinas pesadas.
• Desmenuzado grosero o simple rotura de las costras en superficie.

En el conocimiento del cultivo que se va a sembrar y sus requerimientos específicos,


algunos aspectos son más significativos y por tanto relevantes en relación al laboreo:
• El sistema radicular y en relación a ello la profundidad de suelo explorado, que
conlleva la elección de la profundidad del laboreo.
• El tamaño de la semilla, que determina la necesidad de una estructura fina o más
grosera en superficie.
• El vigor de implantación de cada especie que obliga a un esmero especial en
determinadas especies más delicadas.
• El que se trate de un cultivo de otoño, invierno o primavera.
El tipo de suelo es muy diferente según las zonas y por supuesto las regiones, pero con
el fin de plantear las distintas opciones de laboreo, se suelen agrupar en tres tipos, de
mayor a menor resistencia al laboreo:
1 Suelo Fuerte: suelo con alto contenido en arcilla (> 20% de arcilla).
2 Suelo Medio: contenido medio en arcilla y limo (10-20% de arcilla).
3 Suelo Ligero: contenido alto en arena y limo (menos de 10% de arcilla)
La estructura, el estado de humedad y el apelmazamiento del suelo determinan de una
manera decisiva las labores que se pueden o deben realizar.
La profundidad del laboreo, la anchura de trabajo y la velocidad de avance son tres
variables interdependientes fundamentales en el manejo apropiado del laboreo que
previamente hemos elegido. Los tractores y aperos disponibles condicionan finalmente
la realización de una labor de calidad con el menor coste horario y económico posibles.
En resumen, en la elección del laboreo se ha de tener en cuenta:
• El objetivo prioritario a conseguir con el laboreo
• el cultivo que se va a instalar
• el tipo de suelo y su estructura, estado de humedad (tempero) y apelmazamiento
• la profundidad y anchura de trabajo
• la velocidad del tractor y por lo tanto el tiempo a emplear
• el coste y la rentabilidad de cada labor

Características del suelo que afectan el crecimiento de las plantas


a) Estructura del suelo. 
Es el ordenamiento de las partículas del suelo, entendiéndose como tales, no sólo los
elementos mecánicos individuales como arena, limo y arcilla, sino también los agregados
que se han formado en fracciones más pequeñas por acción mecánica. La productividad
de un suelo, depende en gran medida de su estructura, por lo tanto, el primer objetivo de
todas las operaciones primarias de labranza es modificarla para obtener una porosidad
que permita una buena circulación del gas y aire en el suelo, facilitando el crecimiento y
penetración de las raíces.
b) Aireación del suelo. 
Es importante para decidir la fineza de la labranza. Los cultivos sólo pueden desarrollarse
en forma vigorosa en un ambiente de buena aireación, vale decir, donde la concentración
de anhídrido carbónico alrededor de sus raíces es baja y la del oxígeno es alta. Por lo
tanto, las velocidades de transferencia de anhídrido carbónico desde la zona de raíces a la
atmósfera, como oxígeno desde la atmósfera a la zona radicular, son propiedades del
suelo de importancia fundamental para el cultivo.
Al aumentar el volumen de poros con la aradura se mejoran las condiciones de movimiento
de aire en el suelo, originando un descenso en el contenido de anhídrido carbónico. Sin
embargo, labranzas excesivas o mal efectuadas destruyen la agregación y aumentan la
densidad del suelo, reduciendo la porosidad, alterando así la infiltración del agua y la
aireación de éste.
En un corte vertical de un suelo se observa que a distintas profundidades existen capas de
distinta apariencia, denominadas horizontes y su conjunto conforman el perfil del suelo.

Horizonte A: Más oscuro, mejor estructura, buen contenido de poros.

Horizonte B: Subsuelo, acumulación de sustancias solubles y materias coloidales, de


menor fertilidad que el horizonte A.

Horizonte C: Material original, menos afectado por los agentes físicos, químicos y
biológicos. Es el horizonte menos fértil.

c) Compactación. 
La compactación es un problema que ocurre en aquellos suelos cuya estructura es
propensa a la destrucción por efectos de labranza y/o la acción del agua (lluvia o riego).
Un cierto grado de compactación puede ser beneficioso, pero cuando éste es excesivo,
puede dar como resultado efectos perjudiciales para los suelos y para el crecimiento de las
plantas cultivadas. Al reducirse la porosidad de ellos dificulta el movimiento de raíces,
gases y agua.
La compactación del suelo es la resultante de la gravedad, lluvia y tráfico. De ellas, sólo la
última puede ser regulada por el hombre y su acción es «más severa» cuando la materia
orgánica es escasa, puesto que el humus actúa como cementante para dar estabilidad a
los agregados del suelo. Como no es posible suspender el movimiento de equipos
agrícolas sobre el terreno, deben emplearse métodos que tiendan a reducir la cantidad de
labores que se realizan en éstos.
Los efectos de la compactación aumentan con el tráfico de la maquinaria y más aún si el
suelo se encuentra suelto al momento de iniciarse las labores. También se incrementa
este efecto, cuando el suelo ha sido trabajado con un contenido de humedad intermedia
(suelo friable), punto en que presenta su máxima facilidad de mullimiento pero, también, su
más alta susceptibilidad a la compactación.
El peso de la maquinaria agrícola y la velocidad de trabajo, junto a la vibración de la
unidad motriz, favorecen la compactación general del suelo, especialmente donde se han
ejecutado prácticas que deterioran su estructura. Al emplearse un tractor pesado en los
trabajos de labranza, cada «pasada» ocasiona dos huellas en franjas de medio metro cada
una, aproximadamente.
Con las labores posteriores a partir de la cuarta pasada, se supone, que el terreno queda
totalmente cubierto de huellas. Se ha demostrado que la primera pasada de un tractor
sobre un suelo recién arado, compacta diez veces más que una segunda o posterior
pasada.
Por lo tanto, es conveniente «hacer coincidir» las huellas de las pasadas posteriores para
no generalizar el daño y a la vez disminuir al mínimo las labores. Es recomendable que el
peso del tractor e implementos gravite lo menos posible sobre el terreno, usando
neumáticos anchos con presiones bajas, sobre todo cuando se trabaja en suelos
húmedos. El uso reiterado del arado de discos y/o vertederas a una misma profundidad, va
compactando año a año el fondo del surco y formando una capa dura de 3 a 4 centímetros
de espesor, conocida comúnmente como «pie de arado». Esta compactación limita la
penetración de raíces, disminuye la velocidad de movimiento del agua y aire en el perfil del
suelo y ocasiona en consecuencia, problemas de drenaje y erosión.
Otra situación que requiere especial tratamiento de labranza de subsuelo, se presenta en
las praderas permanentes sometidas a pastoreo directo. La compactación producida por el
pisoteo de los animales es aún más severa que la generada por el tráfico de maquinaria,
puesto que el peso es distribuido en una menor superficie de contacto con el suelo. Esto
es particularmente importante en el cultivo de papa que en general se usa como cabecera
de rotación, después de pradera.
Las posibilidades de compactación son mayores en suelos de textura arcillosa y en
aquellos que poseen un bajo contenido de materia orgánica. El sobrelaboreo que deja el
suelo finamente mullido (especialmente con rastras de discos) favorece la compactación,
por lo que debe evitarse.
d) Materia orgánica. 
La materia orgánica aumenta la agregación y mejora la estructura de los suelos. Se ha
demostrado que la práctica continua de labranza destruye la agregación y deteriora la
estructura de éste, reduciendo paralelamente su contenido de materia orgánica. La
incorporación de materia orgánica en la «capa arable» del suelo mediante la aradura de
los rastrojos de cultivos y/o empastadas naturales o artificiales degradadas favorece la
estructura del suelo y reduce los efectos negativos de la compactación. Lo mismo ocurre
con el uso del estiércol y el encalado. Para que la materia orgánica se descomponga
rápidamente el rastrojo debe desmenuzarse en trozos pequeños y permitir que ellos se
sequen en la superficie antes de ser enterrados. También es recomendable, para acelerar
este proceso, agregar aproximadamente 80 a 100 kg. de nitrógeno por hectárea, para
favorecer la actividad bacteriana.
e) Humedad del suelo. 
Es uno de los factores que tiene mayor incidencia en las labores de preparación de suelo,
tanto en la aradura como en los rastrajes. La humedad hace que el suelo presente mayor o
menor resistencia a la penetración de los implementos, también le confiere características
de plasticidad que le permiten adherirse a los implementos de labranza, dificultando su
acción. En suelos muy húmedos se afecta la tracción al aumentar el patinaje y aumentar
los requerimientos de potencia, debido a la gran resistencia que ofrece al desplazamiento
del arado.
Un suelo con poco contenido de humedad es duro. A medida que la humedad aumenta,
éste se ablanda y se disgrega con facilidad. La consistencia friable representa la condición
óptima de humedad para realizar la labranza del mismo. Esta condición se reconoce en la
práctica al tomar suelo en la mano y conseguir que éste se disgregue fácilmente al ser
presionado, sin dejar restos adheridos a ella. Un suelo muy húmedo, forma una pelota al
«ser amasado» y ensucia la mano con la arcilla húmeda que se pega. Un suelo demasiado
seco, forma terrones durísimos que son muy difíciles de disgregar.
Cuando el contenido de humedad aumenta en forma excesiva, el suelo se vuelve plástico,
adhesivo y muy difícil de disgregar, siendo inútil la acción de los rastrajes. Lo anterior
guarda estrecha relación con el tipo de suelo. Suelos arenosos no presentan estos
problemas, pero en la medida que aumenta el contenido de arcilla es importante
considerar trabajar el suelo en condiciones friables, por ser éste muy difícil de manejar.
Los suelos arcillosos exigen gran dedicación, porque pierden rápidamente la humedad en
primavera, siendo difíciles de mullir.
De lo anterior se desprende que el mullimiento del suelo está íntimamente ligado al
contenido de humedad de éste y, que por lo tanto, la oportunidad de realizar la labor es
más importante que el número de veces. Una labor efectuada en el momento adecuado,
puede tener un efecto definitivo en la obtención del grado de mullimiento deseado. Sin
embargo, no se debe olvidar que el momento en que el suelo es más fácil de compactar,
coincide con la condición friable de éste, por lo que es recomendable evitar el tráfico
excesivo a fin de no llegar a un exceso de compactación.
ARADURA CONVENCIONAL Y LABRANZAS ESPECIALES
ARADO DE DISCOS

ARADO DE VERTEDERA
LABRANZAS ESPECIALES

Labranza de conservación

Se refiere al sistema de labranza en el cual por lo menos 30 % de la superficie


del suelo debe quedar cubierta de residuos de plantas después de la siembra,
con el fin de controlar la erosión.  

Este sistema involucra la labranza reducida y la siembra directa, con los cuales
se pretende transformar el modelo convencional en sistemas sostenibles que
utilicen la capacidad de producción del suelo a través del uso racional de
insumos.
Los pilares básicos para los sistemas de labranza de conservación son:
operación de maquinaria especializada, rotación de cultivos, uso de coberturas
o rastrojos, manejo integrado de plagas y malezas.

Labranza mínima o reducida

Consiste en reducir las labores de preparación del suelo para la siembra de un


cultivo o pastura. Es de tipo correctivo e involucra el uso de implementos para
una labranza vertical, que incorpora parte de los residuos del cultivo anterior,
dejando al menos un 30 % en la parte superficial.

En este sistema de preparación, entre 1 y 3 labores son adecuadas para la


preparación del suelo, mientras que los implementos más usados son los arados
de cincel rígidos, los cinceles vibratorios y las combinaciones de estos con un
pase de implemento de disco.

Los cinceles rígidos se utilizan para corregir la compactación encontrada a


profundidades mayores de 25 cm, reemplazando el efecto de los arados de
disco. Para compactaciones superficiales, en los primeros 20 cm, se recomienda
el uso de cinceles vibratorios que reemplaza la acción de las rastras.

Con esto se logran las condiciones adecuadas para el desarrollo de raíces a


mayor profundidad, además mejora el drenaje en suelos que tienen problemas
de encharcamiento ocasionando desarrollo deficiente o desaparición de los
pastos cultivados.

Después de la labranza vertical debe hacerse un pase de rastra para uniformizar


el terreno y destruir terrones grandes y, por último, hacer un pase de pulidor,
para dejar el suelo en condiciones adecuadas para la siembra.
Labranza cero o siembra directa

Se define como un sistema de producción que involucra la rotación de cultivos,


el uso de coberturas y/o abonos verdes y la no labranza del suelo. Permite la
siembra del cultivo sin ninguna labor de preparación, pero requiere suelos sin
limitantes físicos, químicos y biológicos, además de una sembradora
especializada.

Esta consta de un cincel que rotura y afloja el suelo en la línea de siembra, una
segunda sección que distribuye y coloca la semilla en la profundidad deseada y
una última que ubica el abono en las cantidades requeridas. Posteriormente se
efectúa la tapada con un conjunto de llantas tapadoras, que pretende mejorar el
contacto de la semilla con el suelo.

Existen varias tipos de sembradoras:


a) de surco, para el caso de maíz, sorgo, soya;
b) de densos, utilizadas para arroz, pastos;
c) unas mixtas, que combinan simultáneamente la siembra de cultivos de surcos
y denso, como en el caso de los sistemas arroz-pastos y maíz-pastos.

Este sistema de labranza inicia con el manejo de las coberturas o los rastrojos,
mediante el uso de un implemento de corte o la aplicación de desecantes de
contacto o sistémicos.
 
Otro factor por considerar son las propiedades estructurales del suelo como
densidad aparente y el espacio poroso, indicadores importantes al momento de
decidir la preparación del suelo, pues las labores de preparación deben conducir
a la recuperación de estas propiedades.

Esto debido a que los suelos que han sido sobrepastoreados o sometidos a
laboreo intenso sufren un proceso de compactación, principalmente en las
capas superiores, presentando una disminución en el tamaño de los poros que
hacen deficiente la aireación y movimiento del agua en el suelo.
ARADO DE REJAS REVERSIBLE

ARADO DE REJAS SIMPLE

Función principal

 Laboreo primario con volteo del suelo formando un canal que permite la
aireación y la circulación del agua de lluvia hasta las capas profundas.
 Incorporación de los restos de cosecha para su descomposición en
condiciones anaerobias.
Descripción general

 Formado por uno o más cuerpos, cada uno de los cuales realiza el corte y el
volteo de una banda de suelo cuya sección es rectangular, con anchura igual
a la de corte y altura a la profundidad de intervención.
 Cada cuerpo dispone de reja, que se encarga de realizar el corte horizontal y
vertedera que realiza el volteo de la banda de suelo cortado. La cuchilla, que
puede faltar, ayuda al corte vertical de la banda de suelo. Como elemento
adicional se puede utilizar la raedera, o raseta, que corta una banda
superficial de suelo que queda depositada en el fondo del surco.
 La profundidad de intervención del arado debe de estar comprendida entre el
60 y el 80% de la anchura de corte de la reja. Esta anchura se mide
perpendicularmente a la dirección de avance.
 El ángulo medio de la vertedera, junto con la velocidad de avance, indica el
grado de pulverización del suelo.

Tipologías

 De 1 a 12 cuerpos (normalmente 2 a 5); Rejas: anchura de corte 30 a 50 cm


(12 a 20 pulgadas); tipos: lisa, pico de pato y formón.
 Vertedera: cilíndrica, helicoidal, universal y listonada (romboidal y cuadrada).
 Masa: arados reversibles 250 a 350 kg/cuerpo; arados fijos 100 a 250
kg/cuerpo. Distancia entre cuerpos: 90 – 105 cm (pesados): 85 – 100 cm
(ligeros). Despeje del bastidor: 60 a 75 cm
 Elementos auxiliares: seguridad (tornillo fusible, semiautomático, non stop).
 Reversibilidad: mecánica e hidráulica.
 Enganche: suspendido (hasta 3 – 4 cuerpos); semi-suspendido o arrastrado
(más de 4 cuerpos).

Condiciones de utilización y prestaciones

 Se recomienda utilizarlo con el suelo en estado deformable (humedad de


tempero) a velocidades entre 3.5 y 7.5 km/h.
 El esfuerzo de tracción por sección de área trabajada varía entre 40 y 80 kg-
fuerza/dm2. La eficiencia en parcela se mantiene entre 0.65 y 0.85.
 El consumo de combustible en el tractor se debe de mantener por debajo de
0.8 a 1.0 L/ha por cada centímetro de profundidad de trabajo.
RESUMEN
Arados de vertederas
Este tipo de arado es el apero agrícola ideal para levantar la tierra de forma
regular y voltear los residuos de vegetación existentes en la superficie,
consiguiendo una mejor integración y descomposición de los mismos.

El arado de vertederas no modifica el nivel del suelo de cultivo, haciendo de


este un sistema apropiado para cultivos de regadío

Estas son las partes características del arado de vertederas:

1. Estructura o bastidor. Podríamos decir que se trata del esqueleto del apero,


pues en el van sujetas todas aquellas partes que trabajan directamente la tierra.
2. Cuchilla. Su finalidad es cortar el terreno de forma vertical dando forma al
surco. Las cuchillas pueden tener forma curva o recta.
3. Raedera. Su cometido es cortar y voltear la capa superficial vegetal para dejarlo
en el fondo del surco realizado, con la técnica se reduce la aparición de maleza.
4. Vertedera. Se encarga de elevar y voltear girando la tierra, haciéndolo de una
forma muy regular y ordenada.
5. Talón. Sirve para contrarrestar las fuerzas de resistencia del terreno.
6. Rejas. Corta y separa la tierra y comienza la tarea de elevación, apenas
desmenuza nada el terreno. Existen diversos tipos de rejas dependiendo de los
terrenos a trabajar: 

 Rejas de corte completo. Para trabajos en alta velocidad, apropiadas para


suelos con bastantes raíces.
 Rejas de corte angosto. Necesita menor fuerza de tiro del tractor, para suelos
con pocas raíces.
 Rejas de alta succión. Para suelos más exigentes en dureza rocas y abrasivos.
 Rejas con endurecimiento superficial. Idóneas para suelos que son más
abrasivos como los arenosos, evitando el desgaste prematuro.
 Rejas de extra reforzados. Para los casos más exigentes como puede ser
suelos muy rocosos.
 Rejas gumbo. Especiales para suelos con más arcilla

Tipos de cuerpo en el arado de vertedera


El cuerpo del arado o unidad de rotura están compuestos por cuchilla, raedera,
reja y vertedera. La composición del cuerpo de arado ira en función del suelo
que se vaya a labrar con el arado de vertedera.

Distintas unidades de rotura:

 Cuerpo de uso general. La curva de la vertedera no es muy pronunciada por lo


que es válida para muchos tipos de terrenos, pudiendo trabajar a mayor
velocidad.
 Cuerpo de alta velocidad. Con una curva más suavizada y un volteo menos
regular, pudiendo alcanzar los 11 km/h
 Cuerpo de rastrojo. La vertedera es más curva con más altura y cortas, se
consigue un volteo más perfecto para la descomposición del rastrojo. Trabaja a
menor velocidad, sobre 5 km/h.
 Cuerpo de rejilla. Son ideales para suelos con relativa humedad, suelos
blandos y arcillosos. La superficie de contacto de la vertedera se reduce
aproximadamente al 50 %.
 Cuerpo helicoidal. Uso adecuado para suelos compactos con buen porcentaje
de arcilla. La vertedera del cuerpo es curva y alargada, apenas modifica el
suelo, simplemente lo voltea.
 Cuerpos de semiprofundidad y profundidad. Provistos de vertederas con
más altura para permitir trabajar a más profundidad.

El arado de vertederas es apropiado para la aceleración de la descomposición


de rastrojos, reduciendo la multiplicación de nuevas malezas en el suelo.

Decir que tampoco es el tipo de arado apropiado para suelos que están
sueltos, pues solo se consigue el desplazamiento lateral del suelo.

De la misma forma tampoco se recomienda en suelos con numerosos


obstáculos como raíces y rocas.

La configuración y regulación de los arados de vertederas es bastante flexibles,


adaptándose a gran número de suelos diferentes, pudiéndose regular en
profundidad, longitudinal y transversal.

Mantenimiento del arado de vertederas


1. Limpieza del implemento o apero agrícola.
2. Engrasar las partes mecanizadas de ejes y posibles rodamientos.
3. Reapretar las tuercas, las vibraciones suelen aflojarlas.
4. Mirar los pernos de los cuerpos.
5. Mirar roturas, grietas y otros desgastes producidos por la labor de aradura.
6. Reparar las fisuras y posibles roturas del arado de vertederas.
7. No conveniente el demasiado desgaste de la reja.
8. Resguardar los aperos agrícolas de los agentes del clima.
9. Conveniente lijar y pintar todo el arado para prolongar la vida del mismo.

REGULACIÓN DEL ARADO DE REJA Y VERTEDERA


PREPARACION DEL
ARADO

La preparación del arado no sólo se realiza para que haga una labor pro
lija, sino que también es necesaria para que después pueda realizarse
una correcta regulación del conjunto tractor-arado y para que el arado sea
lo más "liviano" posible al tiro.

El orden que proponemos es el siguiente:

CONTROL DE LA ALINEACION DE LAS REJAS.

Se deberá 'tensar una cuerda desde un extremo al otro del arado y recorrer
todo el filo de las rejas y los puntos de unión reja-vertedera para verificar
que estén correctamente en línea; es decir, todas en el mismo plano.

CONTROL DE LA ALINEACION DE LAS VERTEDERAS

Se deberá proceder de igual manera que con las rejas, recorriendo


con la cuerda el perímetro externo de las vertederas para controlar si están
correctamente alineadas.

CONTROL DE EQUIDISTANCIAS ENTRE LAS REJAS.

Se deberá medir con un metro, si todas las rejas están a la misma distancia,
no s6lo entre ellas sino también con respecto al bastidor. Esta medida
se deberá tomar en "punta" y en "cola" de reja.

CONTROL DE EQUIDISTANCIAS ENTRE LAS VERTEDERAS.

Se deberá proceder de igual manera que con las rejas midiendo tanto
en el "pecho" como en la "oreja" de las vertederas, la distancia
existente entre ellas y también la existente con respecto al bastidor.

Debe tenerse en cuenta que tanto en rejas como en vertederas, por más
que estén equidistantes, la tolerancia, tanto en alineación como en las
distancias, es de aproximadamente 1 cm. Si éste valor fuese superado,
hay que proceder a su corrección.

CONTROL DEL FILO DE LAS REJAS.


Es sumamente importante para disminuir el esfuerzo de tracción de un
arado, que las rejas estén bien afiladas. Es conveniente insistir en ese
punto, ya que por no perder tiempo en cambiarlas luego se pierde
muchísimo dinero en gasoil, tiempo y desgaste de neumáticos.

VERIFICACION DE LA FORMA ORIGINAL DE LAS REJAS.

Las rejas deberán tener la punta apuntando hacia abajo y hacia el


rastrojo.
Una reja que por picado o cementado perdió su forma original, no sólo no
trabajara adecuadamente, sino que producirá una marcha inestable en el
arado, ya que como éste permanentemente trata de equilibrarse, se
producen paredes y fondos de surco dIsparejos.

Si la punta de la reja no tiene esa orientación hacia abajo que se conoce


con el nombre de "succión vertical" y hacia el rastrojo, "succión
horizontal", es imposible hacer una correcta regulación del arado. Por lo
tanto las costaneras ó talones, irán permanentemente "taconeando" el fondo
y la pared del surco, aumentando el esfuerzo de tracción y por ende el
patinamiento.

APERTURA DE LA AMELGA.

Una vez controlado y engrasado el arado, se deberá abrir una


amelga, tratando que quede el surco lo más parejo posible y de la
profundidad que se desea trabajar. Tratar de regular un arado con
un surco disparejo donde existen variaciones en la profundidad,
demanda el doble de esfuerzo y de tiempo porque el arado esta
continuamente desnivelándose.

REGULACION DE PROFUNDIDAD.

La profundidad de trabajo depende de una serie de factores, entre los


que podríamos mencionar:
- tipo de labor que se quiere realizar,
- estado del suelo,
- profundidad del horizonte arable, etc.

REGULACIÓN DEL ANCHO DE CORTE DE LA PRIMER REJA.

Esta deberá cortar el ancho que le corresponde. No deberá arrancar


ni superponer. Si la primer reja no corta lo que le corresponde, el equipo no
trabajará "centrado" y habrá sido inútil la regulación de la trocha y la
verificación del arado. Se deberá quitar la gleba que tapa la primer reja con
una pala y ver como está cortando.
En caso de que sea incorrecto, se deberá desplazar la barra del tiro del
arado hacia izquierda o derecha, según arranque o superponga. Es
conveniente realizar esta verificación varias veces ya que de pues de
cada regulación el arado se "acomodó", por lo que luego de insistir recién se
logra el objetivo.

NIVELACIÓN DEL ARADO CON VISTA POSTERIOR.

Esta regulación, si bien sumamente conocida no deja de tener


gran importancia. Si el arado está caído del lado del: surco, cortan más
profundo las rejas derechas y esto no sólo dejará una mala labor, sino
que también desequilibrará el tiro debido a que requerirá mayor
esfuerzo el la do derecho. Esto producirá derivas tanto en el arado
como en el tractor. Lo mismo ocurrirá si está caído del lado del
rastrojo. Conviene verificar luego de cada intento de regulación
permitiendo que el arado se "acomode". No por sencillas las regulaciones
dejan de tener importancia.

NIVELACION DEL ARADO CON VISTA LATERAL.

Esta regulación nos va a permitir disminuir el esfuerzo de tracción


requerido por el arado. Debe actuarse sobre la rueda de "cola", hasta
lograr que todas las costaneras ó talones estén separados
aproximadamente 1 cm. del fondo del surco.
Si las costaneras van raspando el fondo del surco, quiere decir que el arado
no se va apoyando sobre la rueda de "cola", sino que va apoyándose en los
cuerpos. Es decir que en vez de ir rodando sobre la rueda, va frotando con
sus costaneras. Esto requiere lógicamente, mucho mayor esfuerzo de
tracción que si rodara.
Por lo tanto esta regulación tiene como objetivo transformar un esfuerzo por
frotamiento en uno de rodadura, para "alivianar"
el tiro del arado. Es imposible conseguir esta regulación si las rejas no
tienen "succión vertical".

REGULACIÓN DEL CRUCE DE LA RUEDA DE COLA.

La rueda de cola puede o no estar inclinada con respecto a la


vertical, pero además de esta inclinación, en muchos arados es
posible regular el cruce de la rueda de cola con respecto a la dirección
de avance. Lo que se pretende es que la rueda "mire" hacia la tierra arada,
cuando el equipo se encuentra trabajando.
Si la rueda posee este cruce, empujará la cola del arado hacia la tierra
arada y habremos conseguido otro objetivo importantísimo: separar las
costaneras de la pared del surco. Nuevamente evitamos el frotamiento
de las costaneras que demanda mayor esfuerzo de tracción y
favorecemos la rodadura de la rueda de cola.
Esto implica que logramos nuevamente alivianar el tiro. Es imposible
lograr esta regulación si las rejas no poseen "succión horizontal".

REGULACIÓN DE LAS CUCHILLAS.

Las cuchillas no sólo deben estar bien reguladas, sino que deben estar
filosas y poseer un gran porcentaje de su diámetro original.
Independientemente de las condiciones particulares que se presenten,
en suelos normales las cuchillas deben trabajar superficialmente. No
deben cortar más allá de la mitad de la profundidad de labor para lograr un
correcto ángulo de corte. Si la cuchilla está muy enterrada, en vez de rodar
tiende 'a "pechar", aumentando el esfuerzo de tracción. El eje de la
cuchilla debe ir ubicado aproximadamente en la vertical que pasa por la
punta de la reja, o sea a la misma "altura", para permitir que la gleba ini
cie su elevación en forma suave. En sentido transversal a la dirección de
marcha, la cuchilla deberá colocarse en forma tal que corte a 1 cm. hacia el
rastrojo a partir del borde de la vertedera. El frente o "pecho" de la vertedera
no deberá realizar el trabajo de la cuchilla, ya que arrancaría en vez de
cortar, aumentando el esfuerzo de tracción.
Debe verificarse no sólo que todas las cuchillas sean iguales y
posean el mismo diámetro, sino que también estén alineadas,
equidistantes y con la misma regulación. Caso contrario crearán
esfuerzos desiguales que tenderán a desestabilizar el arado.

LIMPIEZA DE LAS PARTES ACTIVAS DEL ARADO.

Se deberá proceder a una limpieza escrupulosa de las partes activas del


arado, rejas, vertederas y cuchillas, para que la tierra frote sobre una,
superficie pulimentada, con facilidad y poca demanda de fuerza.
Conjunto de reja y vertedera. 1 Reja, 2 Frente de la vertedera,
3 Ala de la vertedera, 4 Pared del surco, 5 Ancho de trabajo.

ANCHO DE CORTE

Ancho de corte o ancho de trabajo de un arado: consiste en el corte que realiza el


arado en el suelo al desplazarse y variar de acuerdo al número de cuerpos que posea.

En los suelos duros se debe utilizar un ancho


de corte reducido.
El tamaño de la reja es el que marca el ancho del corte y volteo en los arados
de vertedera.

El arado y laboreo recomendable es no superar el 80% del ancho de la banda


de tierra cortada. Así mismo, se recomienda que la profundidad de trabajo se
mantenga entre el 60 y 80% de la anchura de la reja utilizada en el arado de
vertedera.

Profundidad de trabajo:
Este depende del tipo de suelo a trabajar para implementar los a j u s t e s
p a r a l o g ra r l a p e n e t r a c i ó n d e l i m p l e m e n t o e n e l s u e l o , l o g ra n d o
p o c a inclinación entre los discos y poco ancho de corte, dejando que el
último disco funcione ligeramente más profundo que los demás discos,
para lograr una mejor penetración.

CENTRO DE POTENCIA, ENGANCHE Y RESISTENCIA

A diferencia de este tipo de equipos, aquellos equipos de labranza que presentan tres
ruedas delimitando un plano de apoyo sobre el suelo, tienen diferentes efectos sobre
las fuerzas que se originan en el plano vertical. En los sistemas de tracción libre o de
arrastre con tres ruedas, las fuerzas en el plano vertical sobre el equipo son soportadas
por las ruedas propias del equipo. La succión que ejercen los órganos de trabajo del
suelo no es soportada por el tractor, independientemente de la forma cómo se realiza
el enganche. Por lo contrario, la misma determina (la altura de la barra de tiro del
tractor y la altura del enganche en el clavijero vertical) tanto la magnitud de las fuerzas
que soportan las ruedas como su distribución entre las ruedas del equipo.
Figura 9. Enganche de un arado de reja y vertedera en vista lateral.

W: peso del arado.

Rv: resultante de las fuerzas del suelo sobre los órganos de trabajo.

AB. Resultante de las fuerzas W y Rv.

G: centro de resistencia del equipo.

Pv: Esfuerzo que debe realizar el tractor.

Qv: fuerza de soporte del suelo al equipo.

Debe tenerse en cuenta que la barra de enganche que une el equipo al tractor tiene
posibilidades de regulación de la misma a diferentes alturas sobre el clavijero vertical, muchas
veces ubicado contra la estructura de soporte principal del equipo (bastidor).

La colocación de la barra de tiro alta en el tractor (mayor altura de la boca de enganche del
tractor) y baja en el equipo favorecerá una pendiente de la barra de tiro del equipo que incide
sobre la generación de una fuerza vertical V a nivel de la barra de tiro del tractor que
incrementa el peso adherente del tractor y modifica la transferencia anterior posterior de
peso.

Comúnmente, en los equipos más antiguos, la barra de tiro del arado se vincula a la barra
transversal y esta última es la que se desplaza sobre el clavijero vertical para alcanzar un
enganche más bajo o más alto de la barra de enganche en su conjunto.

Si se analiza la figura 9, a diferencia de lo que ocurre en equipos con un solo eje de ruedas,
inicialmente deben considerarse el peso del equipo y la resultante de las fuerzas que actúan
sobre los cuerpos de arado.

La fuerza Rv se aplica sobre el centro de resistencia del cuerpo central en un equipo de


número impar de cuerpos o entre medio de los cuerpos centrales en un equipo de número par
de cuerpos. Dicha fuerza debe componerse con el peso del equipo W, cuya ubicación depende
del diseño del arado y no coincide necesariamente con el centro del equipo.

Para poder realizar esto, se desplaza la fuerza Rv por su recta de acción hasta encontrar la
recta de acción de W, generando el punto B, siendo AB la fuerza que actúa sobre el equipo. La
posición de la barra de tiro del tractor y la altura del enganche en este tipo de equipos
determina la línea de tracción.

Por lo tanto, la resultante AB debe trasladarse según su recta de acción hasta encontrar la
línea de tracción. De allí surge el punto de aplicación y la magnitud de la fuerza de soporte del
suelo.

En la figura 9, el esquema superior representa un enganche correcto, en el cual al ser más bajo
el enganche en el equipo que en el tractor el soporte del suelo es menor y se desplaza hacia
atrás, repartiendo uniformemente la responsabilidad entre las ruedas y mejorando la
capacidad de dirección de la rueda de cola.
Tal como fue dicho anteriormente, al tirar el equipo desde abajo al tractor el mismo se afirma
y mejora su capacidad de tracción, por el aumento del peso adherente del tractor, por el
aumento de la componente vertical V a nivel de la barra de tiro del tractor.

ARADO DE REJAS DE TIRO ANIMAL

Trabajo del arado con carga de pie sobre la cabeza del arado. 

El operador aplica una fuerza con el peso del cuerpo sobre el arado que
tiende a levantarse por el efecto de la fuerza de tiro de los animales y la
reacción del suelo (Figura 9). En este caso la fuerza de reacción del suelo ha
alcanzado niveles superiores y no puede ser compensada con la carga
ejercida por la mano del boyero, también busca alcanzar la profundidad
máxima de trabajo. De igual forma que el caso 2, el operador ejerce una
carga con la mano sobre la parte superior de la mancera, aunque en este
caso solo busca equilibrar su posición encima del arado y mantener la
dirección del mismo.

ARADURA CON USO DE TRACTOR

ARADO DE REJAS REVERSIBLE


ARADO DE REJAS REVERSIBLE DE 3 CUERPOS

ACCESORIOS.
Como elementos accesorios se distinguen:
- Rueda guía, situada al final del arado y que se apoya en la pared y solera del
surco.
- Ruedas reguladoras de profundidad, para arados arrastrados.
- Elementos de seguridad. - Dispositivos de regulación.

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