Eval. 2 - B
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Eval. 2 - B
A. ¡Respeta la diversidad!
D. www.somosdiversos.cl
A. A diversos amigos.
(Lugar de la acción: La Sección Objetos Perdidos de una gran tienda. Oficina corriente y
poco acogedora. Una mañana de primavera. Aparecen en escena Luisa Gray, secretaria
de la oficina, y el Profesor. Ella está buscando algo. Suena el teléfono.)
LUISA—. Aló, Rosas y Cía., Sección Objetos Perdidos. No, señor, equivocado. Llame al
822. (Cuelga el fono y se dirige al cliente.) ¿Es este el libro que viene a buscar, señor?
PROFESOR—. Sí, señorita. EI mismo. ¿Tuvo tiempo de leerlo?
LUISA—. Sí, y me pareció mucho mejor que Lo que el Viento se Llevó. ¡Tan triste!
(Pausa.) Pero no comprendo, señor, por qué sale a hacer sus compras con libros si todas
las semanas los pierde.
PROFESOR—. Me molesta andar con las manos vacías... Y como sé que en realidad no
los pierdo...
LUISA—. Tiene suerte que esta sección sea tan eficiente.
PROFESOR—. Eso sí, no me puedo quejar. Nunca he venido a reclamar un libro que se
me haya perdido en la tienda, sin encontrarlo.
LUISA—. De todos modos sería mejor que tuviera más cuidado.
PROFESOR—. Mi memoria anda cada día peor. Bueno. Muchas gracias. Hasta la
próxima semana. (Sale.)
LUISA—. Hasta luego. (El cliente sale. LUISA toma un ramo de flores que hay sobre la
mesa. Le saca el papel y lo coloca en un florero. Después va hacia la ventana y la abre.
Un vals muy suave se deja oír. Hay un momento de ensueño. Luego suena el teléfono.
LUISA vuelve a la realidad y atiende.) Sí, señora, Rosas y Cía., Sección Objetos
Perdidos. Si lo perdió en cualquiera de los pisos de nuestra tienda, seguramente estará
aquí. Siempre a sus órdenes, señora. […]
(LUISA mira las flores y suspira. Luego se sienta a su máquina y escribe muy
concentrada. Después de un momento, como buscando algo, entra muy silenciosamente
la VIEJECITA).
Viejecita—. Buenos días ... (Como LUISA no oye, se acerca a ella y la toca ligeramente.)
¡Buenos días!
LUISA—. (Sobresaltada.) ¡Oh!...
VIEJEClTA—. Perdón, la asusté ...
LUISA—. No la oí entrar, señora. ¿Qué se Ie ofrece?
VIEJEClTA—. ¿Es aquí donde se reclama todo lo que se pierde?
LUISA—. Sí, señora.
VIEJEClTA—. A veces no alcanzo a leer los letreros en las puertas y me equivoco ...
LUISA—. ¿Viene a buscar algo?
VIEJEClTA—. (Simplemente.) Un recuerdo.
LUISA—. Descríbamelo. Si lo perdió en cualquiera de las secciones de nuestra tienda,
tiene que estar aquí.
VIEJEClTA—. No... no lo perdí en la tienda.
LUISA—. (Algo sorprendida.) Entonces, no hay ninguna seguridad de encontrarlo;
descríbamelo de todos modos...
VIEJECITA—. Es... que lo perdí hace años...
LUISA—. ¡Años!
VIEJEClTA—. Y ... no sé cómo es ...
LUISA—. ¡Señora!. …
VIEJECITA—. Si supiera cómo es, o dónde lo perdí, no vendría a pedirle ayuda a usted,
¿verdad?
LUISA—. ¿Algún recuerdo de familia? ¿Algún objeto?
VIEJEClTA—. No, señorita. Simplemente un recuerdo. Un recuerdo perdido en mi
juventud.
LUISA—. Perdón, señora. Creo que no la comprendo...
VIEJECITA—. Cuando se llega a mi edad, lo único que cuenta son los recuerdos. Yo
tengo algunos, pero sé que el mejor, el más bello se me perdió un día. Voló de mi
memoria como un pájaro y no he vuelto a encontrarlo.(Pausa.)
LUISA—. Señora ... yo creo que usted está en un error. Aquí nosotros no...
VIEJEClTA—. No me diga que no tienen recuerdos. La gente los pierde tan a menudo…
LUISA—. No ... Aquí no tenemos recuerdos ... Por lo demás ...
VIEJECITA—. (Interrumpiéndola.) Antes que se me olvide, permítame. (Abre su bolso.
Saca una tarjeta y se la pasa. LUISA la lee y se sorprende.)
LUISA: Un momento, señora. Voy a buscar al jefe. Tome asiento.
A. El título de un libro.
B. El nombre de la tienda.
D. La identificación de la secretaria.
7. Según el texto, ¿con qué frecuencia va el profesor a la Sección de objetos perdidos?
A. A la tienda.
B. A Rosas y Cía.
A. Al jefe.
B. A Luisa.
C. Al profesor.
D. A la viejecita.
10. ¿A quién se refiere la palabra destacada: “…no vendría a pedirle ayuda a usted”?
A. Al jefe.
B. A Luisa.
C. Al profesor.
D. A la viejecita.
11. ¿Por qué se menciona “Lo que el viento se llevó”?
12. En el texto, ¿qué significa la expresión destacada: “tiene suerte que esta sección sea
tan eficiente”?
A. Que es amable.
C. Que es impaciente.
A. Un libro.
B. Una tarjeta.
C. Un recuerdo.
D. Un objeto perdido.
15. ¿Por qué Luisa va a buscar al jefe?
Chañarcillo
Antonio Acevedo
17. ¿Qué se deduce del siguiente fragmento: “¡No sabía yo que la bondá era tan güena!”?
A. (Se abraza).
B. (Nuevos abrazos).
A. Se enamoró.
B. Ya no será matón.
C. No volverá al pique.
A. El matón herido.
B. El hombre enamorado.
Carolina
Isidora Aguirre
Acto Único
Una sala de espera. Un banco. Luz de día. Música de introducción alegre, (ejecutada por
un organillo callejero), que se mezcla con el ritmo de un tren que se detiene. Entra
Fernando, el estudiante. Trae una caja de violín y maletín, se sienta en el banco. Luego
entra Carlos, precedido por el portaequipaje que trae las maletas.
CARLOS.— (Al portaequipaje, dando propina) Gracias, déjelas ahí. ¿Cuánto falta para
nuestro tren?
PORTA EQUIPAJE.— ¿El expreso a Santiago?
CARLOS.— No, hombre: vengo de Santiago. El tren local.
PORTA EQUIPAJE.— Unos... treinta minutos. Si no llega con atraso... (Sale)
Entra Carolina, cargando paquetes y, distraída sigue de largo. Va a salir por el otro
extremo, él la llama.
CARLOS.— ¡Carolina! (Ella se detiene). ¿Dónde vas, mujer? (Le ayuda a dejar los
paquetes en el banco). Sabiendo que teníamos que hacer un trasbordo, ¿cómo se te
ocurre traer tantos paquetes?
CAROLINA.— Sí, Carlos.
CARLOS.— ¡Una caja de sombreros! ¿Vas a usar sombrero en el campo?
CAROLINA.— Sí, Carlos...
CARLOS.— (Mira dentro de la caja) Un, dos tres, cuatro, cinco... ¡Cinco sombreros! Si es
para protegerte del sol ¿no te parecen demasiados?
CAROLINA.— Sí, Carlos.
CARLOS.— Cinco paquetes... Oye ¿no eran seis?
CAROLINA.— Sí, Carlos.
CARLOS.— ¡Pierdes uno y te quedas tan tranquila!
CAROLINA.— (Sentándose) Sí, Carlos.
CARLOS.— ¿En qué quedamos? ¿Eran cinco, o seis?
CAROLINA.— Cinco, Carlos, cinco.
CARLOS.— (Se sienta y abre el periódico: Imitándola) "Sí, Carlos, No, Carlos..." Oye...
en el tren venía leyendo un par de avisos, muy sugerentes. Aquí, (Lee) "Compro
refrigerador en buen estado, tratar", etc. Y este otro: "Vendo Chevrolet, 4 puertas, poco
uso, con facilidades...". Fíjate en el detalle: el refrigerador lo pagan al contado, podemos
dar el pie para el auto. Sé que el refrigerador es indispensable, pero tenemos el chico que
nos dio tu mamá, mientras podamos comprar uno mejor. En fin, tú dirás... (La mira, ella
sigue distraída) ¡Carolina!
CAROLINA.— ¿Sí, Carlos?
CARLOS.— Oye ¿qué te pasa?
CAROLINA.— ¿A mí? Nada. ¿Por qué?
CARLOS.— Hace como media hora que contestas: "sí, Carlos", sin tener idea de lo que
dices.
CAROLINA.— Sé perfectamente lo que digo... Digo: "sí, Carlos".
CARLOS.— Bueno, ¿qué opinas?
CAROLINA.— ¿Sobre qué, por ejemplo?
CARLOS.— ¡Sobre estos avisos "por ejemplo"!
CAROLINA.— Tienes razón: trae demasiados avisos... Deberían dedicar más espacio a la
literatura.
CARLOS.— ¡Más espacio a la literatura... !
CAROLINA.— Siempre lo has dicho. ¿Por qué tratas de confundirme?
CARLOS.— ¡No trato de confundirte! ¡Solo te hago notar que contestas sin tener la
menor idea de sobre qué te estoy hablando!
CAROLINA.— Entonces, dime de qué se trata y no te sulfures.
CARLOS.— De vender nuestro refrigerador y...
CAROLINA.— (Cortando) ¿Estás loco? ¡No se puede vivir sin refrigerador!
CARLOS.— Déjame terminar: venderlo para comprar un auto...
CAROLINA.— ¿Lo dices en serio? ¡No vas a comparar el precio de un auto con el de un
refrigerador!
CARLOS.— ¿Podrías leer estos avisos? (Rabioso, tira el diario). ¡Al diablo! Lo que me
interesa, ahora, es saber en qué estabas pensando.
CAROLINA.— Pero Carlos, ¿por qué siempre tienes que tirar todo al suelo? (Recoge el
diario)
CARLOS.— No cambies el tema.
CAROLINA.— No cambio el tema, lindo: recojo el diario. Te alteras cuando viajas en tren.
CARLOS.— (Imitando su voz suave). No son los viajes en tren, querida...
CAROLINA.— ¿Por qué ese tono de marido controlado?
CARLOS.— ¿Dime de una vez en qué estabas pensando?
CAROLINA.— ¿Yo?
CARLOS.— Sí. Tú.
CAROLINA.— ¿Cómo quieres que sepa en qué estaba pensando? En nada. Estaba
pensando... en nada.
A. Al campo.
B. A Santiago.
C. A realizar un trasbordo.
A. La compra de un automóvil.
B. La organización de un viaje.
A. Para viajar.
A. A la casa.
B. Al campo.
D. A la estación de trenes.
A. A la Empleada.
B. A la Señora.
C. A la abuela.
D. A la niñita.