Temas Obligaciones 2
Temas Obligaciones 2
Temas Obligaciones 2
1. Concepto y clases:
Es un refuerzo del Derecho de Crédito, para mayor seguridad del acreedor. Una facultad o derecho,
que se añade al crédito, por lo que tiene carácter accesorio respecto a él. Muchas veces el artículo del
principio de universalidad 1911 CC, no es suficiente para garantizar el pago de una deuda al acreedor,
por ello se han creado diversas garantías.
Tipos de garantías:
Garantías reales:
Las que responde un bien en el cumplimiento de la obligación, como es en los casos de la prenda, la
hipoteca o la anticresis.
- La prenda es: Un derecho real accesorio de garantía que tiene como función accesoria el
asegurar al acreedor el cumplimiento y satisfacción de un crédito pignoraticio (empeñar),
mediante un poder especial que se confiere sobre la cosa pignorada. Bienes muebles.
- La hipoteca es: Un derecho real que grava bienes inmuebles, a fin de garantizar el pago de una
deuda u obligación. Es decir, que la hipoteca otorga al acreedor hipotecario el derecho a
perseguir el inmueble hipotecado para conseguir el pago de su crédito. Bienes inmuebles.
- La anticresis es: El derecho real de garantía que recae sobre cosas registrables
individualizadas, cuya posesión se entrega al acreedor o a un tercero designado por las partes,
a quien se autoriza a percibir los frutos para imputarlos a una deuda.
Garantías personales:
Las que responde una persona en el cumplimiento de la obligación, como es en los casos de la finanza
y la pena convencional o cláusula penal.
- La finanza es: La garantía de carácter personal que otorga un tercero en la relación jurídica
obligatoria, llamado "fiador", en la que se compromete a cumplir una obligación en lugar de
otro, llamado "fiado", ante el acreedor, en el caso de que éste no lo haga.
- La pena convencional o cláusula penal es: Una obligación accesoria, que agregan las partes a
una obligación principal, al objeto de asegurar el cumplimiento de ésta, y, en virtud del cual,
el deudor de dicha obligación se compromete a pagar una cantidad de dinero, si no la cumple
o la cumple de forma defectuosa o tardía. Arts. 1152 y ss CC.
o Accesoriedad → art. 1155 CC.
o Naturaleza jurídica → art. 1152 CC.
Funciones:
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Son supuestos dudosos las arras y el derecho de retención, porque, con ellas, se concede un derecho
de naturaleza personal al acreedor, pero no recaen sobre todo un patrimonio, sino sobre cosas
determinadas, aunque, generalmente, se suele considerar que se tratan de garantías personales.
¿Arras? → Es la suma de dinero u otra cosa que uno de los contratantes entregue al otro como
garantía de la celebración o ejecución de la venta o como prueba de su celebración. Puede añadirse
como cláusula del contrato principal o de manera independiente. Según la función económica que
cumplen hay tres tipos que son A) las penitenciales (para rescindir) o de retractación; B) las
confirmatorias (a cuenta) y C) penales (Para resarcir).
Las partes son libres para configurar las arras como estimen conveniente. A pesar del tenor del art.
1454 CC, si no consta la voluntad de las partes, deben reputarse simplemente confirmatorias (como
parte del precio): Solo cuando consta en el contrato de manera clara, evidente el carácter penitencial
se habrá de considerar así las arras, la que la jurisprudencia actual realiza una interpretación
correctora del precepto, entendiendo que tienen carácter excepcional y que ha de ser sometido a
interpretación restrictiva.
Pueden referirse a cualquier tipo de obligaciones, aunque son frecuente en la compraventa. El pacto
de arras es accesorios; la ineficacia del contrato principal acarrea la del pacto de arras, no a la inversa.
Derecho de retención → Es la facultad que tiene el acreedor de mantener la posesión de una cosa
durante un tiempo hasta que se cumpla algún tipo de obligación, la posibilidad de una cosa durante
un tiempo hasta que se cumpla algún tipo de obligación, la posibilidad que tiene el que posee la cosa
(NO propietario) de retenerla hasta que el dueño de la cosa le de lo que le debe. Se trata, por lo tanto,
de un derecho accesorio y excepcional, de modo que es necesaria la existencia de un incumplimiento
para su ejercicio.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Consecuencia:
El poseedor, no propietario, de la cosa puede retenerla hasta que se sacie la deuda. Derecho
a retener la cosa.
Extinción:
- Pago de la deuda.
- Entrena voluntaria de la cosa retenida.
- Desaparición o pérdida de la cosa, etc. (Culpa 1132, no 1185).
Las causas de extinción de las obligaciones vienen reguladas en los artículos 1156 al 1213 CC, el
primero de los cuales contiene una enumeración meramente ejemplificativa de las mismas.
Extinguir la obligación por decisión conjunta entre las partes. Poner fin a la obligación. Porque en
principio una de las partes no puede decidir por sí sola la extinción de la obligación. Consiste pues en
un negocio, por el que las partes, de común acuerdo, ponen fin a una relación obligatoria. Esto es un
nuevo contrato, que deberá cumplir los requisitos generales, necesarios para la validez del mismo.
2. Decisión unilateral
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- No haya otra forma de compensar el desequilibrio de las partes, más que la extinción del
contrato.
La cuestión es, si producida esa alteración sobrevenida de las circunstancias, cabe una modificación
o, en su caso, una extinción de la relación obligatoria, por esta causa. Este efecto se suele explicar con
la cláusula rebuc sic standibus, según la cual en los contratos de tracto sucesivo se entendería
implícitamente pactado que los efectos del mismo se mantuvieran, mientras las cosas continuasen,
tal y como estaban en el momento de la celebración.
a) La imposibilidad ha de ser objetiva, es decir, el efecto del liberatorio se produce cuando, sin
intervenir la voluntad del deudor y antes de construirse en mora, la prestación es imposible.
b) La referencia “sobrevenida”, que acompaña la imposibilidad, pone de relieve que la prestación
deviene imposible en un momento posterior a la constitución de la obligación.
c) La imposibilidad que afecta al normal cumplimiento de la obligación, tanto material como
jurídica.
Sujetos de pago:
Es necesario un requisito de capacidad, pues no todo el mundo es capaz de contraer o realizar un pago
(art. 1060 CC). Será necesario la libre disposición de la cosa y capacidad para enajenarla. Dicha
capacidad solo la poseerán los mayores de edad.
Pago por tercero: normas a seguir en el caso que un tercero distinto del deudor pague. Art. 1158 y
1159 CC. Este no podrá realizarlas si son de carácter personalísimo art. 1161 CC.
De igual modo el tercero luego dispondrá de medios para recuperar lo pagado. Por un lado, la acción
de reembolso contra el deudor; por otro lado, la posibilidad de subrogarse en la posición del acreedor,
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lo que significaría que pasa a ocupar la posición originaria de este frente al deudor. Beneficiándose de
las garantías, reales o personales, que tuvieran a su favor.
Es evidente que al tercero le interesa el beneficio adicional que resulta de la subrogación, consiste en
la subsistencia de las garantías de la deuda, pero ello va a depender del conocimiento que el deudor
tenga del pago realizado por el tercero y de la actitud que haya tenido hacia el mismo. Tres situaciones:
Normalmente el pago se le deberá hacer al acreedor según el art. 1162 CC. Pero este también se le
pondrá realizar a un tercero tenor al art. 1163 CC cumpliendo los requisitos establecidos, en cuanto
se hubiese establecido en utilidad del acreedor. En el caso que se realice a una persona incapaz de
administrar sus bienes, este será admitido también.
El pago hecho de buena fe al que estuviese en posesión de un crédito liberará al deudor. Así lo
transmite el art. 1164 CC. Es un sujeto que el acreedor no ha autorizado para recibirlo en su nombre,
quien externamente reviste la apariencia del acreedor.
Se aplica en relación con el pago por parte de los bancos de cheques falsificados, llegándose a sostener
que, si la falsificación era tan perfecta que no era detectable por una persona de normal diligencia,
había que entender que el banco había pagado de buena fe al acreedor aparente, donde el banco
queda liberado de responsabilidad. Sin embargo, en la actualidad sí que le supone una responsabilidad
objetiva a cargo del banco, el cual responde por el mero hecho del pago de un cheque falso.
Aquellos que hay que cumplir para que sea un pago pleno. Identidad, integridad e indivisibilidad.
1. Identidad → se debe pagar lo que se debe. Art. 1166 CC: “El deudor de un acosa no puede
obligar a su acreedor a que reciba otra cosa diferente a la debida, aun cuando fuera de igual
o mayor valor que la debida". Art. 1167 y 1170 CC.
2. Integridad → Art, 1157 CC, no sé entenderá pagada la deuda si no cuando completamente se
haya pagado por completo la cosa o hecha la prestación.
3. Indivisibilidad → Art. 1169 CC: A menos que el contrato expresamente lo autorice, no podrá
compelerse al acreedor a recibir parcialmente las prestaciones en que consista la obligación,
sin embargo, cuando la deuda, tuviere una parte liquida y otra ilíquida, podrá exigir el
acreedor y hacer el deudor el pago de la primera sin esperar a que se liquide la primera.
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El medio normal de la prueba del pago es el recibo expedido y firmado por el acreedor. El CC no
impone al acreedor la obligación de entregarlo, pero se deduce del principio general de buena fe (arts.
7.1 y 1258 CC). Existen otros medios de prueba. A tenor del artículo 1110 CC el recibo será un medio
de prueba del pago realizado.
Los gastos del pago, art. 1168 CC: “Los gastos extrajudiciales que ocasione el pago serán de cuenta del
deudor. Respecto de los judiciales, decidirá el Tribunal con arreglo a la Ley de Enjuiciamiento Civil”.
Imputación de pagos: arts. 1171 al 1174 CC. Este se producirá cuando un individuo tiene a favor de
otros varios pagos de la misma especie. Presupone, pues, que una persona tiene varias deudas de la
misma especie a favor de un mismo acreedor, lo que determina la necesidad de precisar a cuál de esas
deudas debe aplicarse el pago realizado. Existen tres clases de imputación:
La imputación hecha por el deudor. A tenor del art. 1172 CC. A través de una declaración de
cuál va a extinguirse primero, o a donde va ese pago.
La imputación convencional. Por común acuerdo cuando el acreedor aceptare un recibo en
que se hiciese la aplicación del pago. Art. 1172.2 CC.
La imputación legal. Con carácter subsidiario, es decir, para el caso de que el deudor no haya
hecho la imputación o la misma no se haya convenido, el artículo 1174 CC, prevé que se
estimara satisfecha la deuda más onerosa al deudor entre las que están vencidas. Si estas
fueran de igual naturaleza y gravamen, el pago imputara a todas a prorrata.
Es un medio que tiene el deudor para liberarse de una obligación de dar, cuando el acreedor, sin razón,
se niega a recibir la prestación debida. En tal caso, según resulta el artículo 1176 CC, el deudor podrá
librarse de responsabilidad mediante dicho ofrecimiento, seguido de la consignación de la cosa debida
ante la autoridad judicial, la cual deberá ser previamente anunciada a las personas interesadas en el
cumplimiento de la obligación. Artículo 1177 CC, a quienes, además, deberá ser notificada, una vez
hecha. Art. 1178 CC. Los gastos de la consignación en caso de que hubiere por ser cosa física irán a
cuenta del acreedor.
La extinción de la obligación presupone la consignación, por lo que, para lograr dicho efecto, no basta
el mero ofrecimiento del pago, el cual, sin embargo, evita que el deudor constituya un estado de mora
o incurra en incumplimiento o caducidades.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
2. La dación en pago:
Es un negocio, por el cual el deudor y el acreedor pactan que el primero entregará al segundo una
cosa distinta a la debida y que, mediante dicha entrega, en virtud de la cual se transmite la propiedad
del bien, quedará extinguida la obligación.
Según se deduce del art. 1166 CC, la donación en pago no puede ser impuesta por el deudor, sino que
tiene que ser aceptada por el acreedor.
Entendemos que se dice que es un pago, pro-soluto, que extingue la obligación la entrega del nuevo
objeto más o menos de lo que se debía. El deudor deberá ser dueño del nuevo objeto de la deuda.
El art. 1175 CC, dice que el deudor puede ceder sus bienes a los acreedores en pago de sus deudas.
No debe confundirse con la dación en pago, ya que ésta implica la entrega de una cosa distinta a la
debida, que produce los efectos propios del pago, es decir, la extinción de la obligación, sino que, a
través de ella, el deudor entrega la posesión (que no la propiedad) de sus bienes a los acreedores para
que los vendan y con su importe paguen sus créditos.
Lo que extingue la obligación no la cesión del pago en sí misma, sino el pago que se realice con el
precio de venta de los bienes cedidos. Por ello, si el precio de venta obtenido es menor que la cantidad
debida, el deudor no queda totalmente liberado de la deuda, sino, tan solo, como precisa el art. 1175
CC, por el importe de los bienes vendidos, de manera que sigue obligado a pagar la parte de la deuda
no satisfecha. En cambio, si el precio es mayor debe restituirse el remante al deudor. El pago es pro-
solvendo, no extingue la obligación con la cesión.
Diferencias:
Se regula en los artículos 1187 al 1191 CC: Por condonación de la deuda se ha de entender aquella
declaración del acreedor, a través de la cual este exterioriza su voluntad de extinguir, total o
parcialmente, su derecho de crédito, sin recibir, a cambio, contraprestación. (Perdona la deuda).
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A tenor con el artículo 1187. 1 CC., esta puede ser expresa o tacita, estando sometida, en ambos casos,
a los preceptos que rigen las donaciones inoficiosas. La condonación expresa deberá, además,
ajustarse a las formas de la donación.
El art. 1190 CC. La condonación de la deuda principal extingue las obligaciones accesorias, pero, en
cambio, la condonación de estas no extingue la principal.
Art. 1191 CC. Si hay una obligación principal garantizada con una prenda, con la extinción de esta, la
prenda será devuelta al deudor.
Es un mecanismo de extinción de las obligaciones, que operará "cuando dos personas, por derecho
propio, sean recíprocamente acreedoras y deudoras la una de la otra”. Art. 1195 CC.
Su finalidad es evitar los dobles pagos, aunque, como resulta lógico, la compensación se produce en
atención a la cuantía de los respectivos créditos, tal y como resulta de art. 1202 CC.
La compensación, por tanto, podrá ser total o parcial. Además de legal, judicial y la convencional.
Judicial: art.
Voluntaria: la acuerdan las partes, aunque no se de alguno de los requisitos del art. 1196 CC.
1. Concepto y tipología
Propio → No se realiza ni se va a realizar en ningún modo la prestación debida. Se podrá producir por:
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material de la obligación cuando el deudor incurre en mora (porque realiza tardíamente la prestación),
incumple definitivamente, la prestación (incumplimiento definitivo) o la ejecuta defectuosamente
(cumplimiento defectuoso).
La mora es un retraso cualificado en la ejecución de la prestación debida por el deudor, siempre que
éste sea todavía posible y que, si se ejecuta tardíamente, aún satisfaga objetivamente el interés del
acreedor.
El mero retraso en el cumplimiento no constituye por sí mora, sino que, se exige la concurrencia de
otros requisitos, que resulta del art. 1100 CC.
Requisitos:
Efectos:
Según el art. 1101 CC, el deudor viene obligado a indemnizar los daños y perjuicios que la
mora haya ocasionado al acreedor.
Riesgo por caso fortuito: se produce la llamada perpetuatio obligationis, esto es, el deudor
responderá de la pérdida de la cosa que se halle en su poder, aunque ésta tenga lugar por
caso fortuito. (Arts. 1096.3 y 1182 CC), transformándose su deber de prestación en la
obligación de indemnizar los daños causados (por la no ejecución), lo que absorberá los
intereses moratorios.
Obligaciones recíprocas o sinalagmáticas: en virtud del art. 1182 CC: “En las obligaciones
recíprocas, ninguno de los obligados incurre en mora si el otro no cumple o no se allana a
cumplir debidamente lo que le incumbe”. Desde que uno de los obligados, empieza la mora
para el otro.
Luego, para las obligaciones recíproca, en las que cada una de las partes asume simultáneamente la
condición de deudor y acreedor de la otra, existiendo una interdependencia de las obligaciones, la
mora se somete a un régimen especial.
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Por incurrir en mora el acreedor, este no requiere recibir la cosa objeto de la acción. La mora
del deudor se compensa.
Cuando se cumple la obligación.
Cuando el interés del acreedor queda definitivamente insatisfecho, porque, tras el vencimiento de la
obligación, la prestación debida ha devenido imposible o porque, siendo posible, ya que no le es de
utilidad.
Por la voluntad del deudor de realizar el pago de manera tardía, pero el acreedor ya no le interesa
recibir la obligación de manera tardía. Aún siendo posible el cumplimiento de la obligación, el deudor
no cumple, y al acreedor no le satisface.
El artículo 1183 CC, presume iuris tantum la culpa del deudor, cuando la cosa perece o se destruye en
su poder.
El artículo 1184 CC, prevé también la liberación del deudor en las obligaciones de hacer "cuando la
prestación resultare legal o físicamente imposible". Ha de ser de carácter objetivo, es decir, debe
impedir el cumplimiento de la prestación a cualquier persona, y no sólo al deudor, aunque, si las
condiciones personales de éste fueron tenidas en cuenta en el momento de contratar (lo que sucederá
en las obligaciones de hacer de carácter personalísimo), la imposibilidad relativa, que afecte,
exclusivamente, a la persona del deudor, extinguirá también la obligación, siempre que tenga lugar
por una causa que ni le sea imputable.
3. Voluntad rebelde al cumplimiento: cuando el deudor manifiesta, expresa o tácitamente, su
voluntad de no cumplir, que supone el incumplimiento definitivo.
Cumplimiento defectuoso:
1. Defecto de la prestación: la prestación es defectuosa cuando, aun habiéndose ejecutado, no
se ajusta el programa obligacional, en cuyo caso se habla de “cumplimiento inexacto o
defectuoso”.
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El cumplimiento ya no satisface al acreedor → por tener defectos tan graves que le hacen
totalmente inhábil para el uso previsto. En tal caso, tratándose de obligaciones sinalagmáticas,
el acreedor puede resolver el contrato por incumplimiento.
El defecto no es grave o importante (obligación recíproca) → se podrá oponerse la excepto
non rite adimpleti contractus, que permite paralizar la pretensión del cumplimiento del otro
contratante hasta que ratifique o corrija la prestación defectuosa.
Habrá que averiguar en el caso concreto la relevancia que para el interés del acreedor tiene la
observancia de estos deberes accesorios a los efectos de concluir si hay, o no, incumplimiento.
Una vez constatando el incumplimiento material de la obligación surgirá la responsabilidad del deudor
por los daños causados, siempre que el incumplimiento lo sea imputable, bien por concurrir dolo o
culpa (criterios subjetivos de responsabilidad), bien por haberse ocasionado daños derivados de aquel
incumplimiento, pero sin entrar a la valoración de su conducta o esfuerzo (criterio objetivo).
En cuanto a los criterios que permiten imputar al deudor las consecuencias dañosas del
incumplimiento tienen en cuenta una valoración de su comportamiento o de su esfuerzo se habla de
responsabilidad subjetiva, que se fundamenta en la culpa o el dolo del deudor.
En cambio, en aquellos supuestos en que se imputa al deudor la responsabilidad sin entrar a valorar
su culpa o en los que su culpa se presupone, existe una responsabilidad objetiva (en el primer caso) u
objetivada (en el segundo, en que se invierte la carga de la prueba al presumirse la culpa del deudor).
Forma objetiva → el caso fortuito es el que se produce dentro del ámbito del control del deudor, y la
fuerza mayor fuera de dicho ámbito.
Forma subjetiva → el caso fortuito deriva de un acontecimiento imprevisto que podía haberse
evitado, y la fuerza mayor no.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Conforme al artículo 1105 CC: “Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, y de los en
que así lo declare la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido
preverse, o que, previstos, fueran inevitables”.
Requisitos:
Para apreciar la existencia de caso fortuito o fuerza mayor deberá valorarse también la conducta del
deudor, que ha de haber empleado la diligencia exigible, para prever y, en su caso, impedir la
producción del evento dañoso y sus consecuencias.
Para que el caso fortuito o la fuerza mayor exoneren de responsabilidad al deudor, éste no deberá
estar en mora, ni haberse obligado a entregar la misma cosa a dos o más personas.
Se produce cuando por culpa del acreedor, el deudor no puede cumplir con la obligación.
El CC, no regula con carácter general esta conducta, pero la completa en diversos preceptos.
Puede suceder que la insatisfacción del crédito provenga, total o parcialmente, de la conducta de un
tercero, ajeno a la relación obligatoria entre acreedor y deudor.
Dos situaciones:
- Si el tercero quien, con su comportamiento, ha ocasionad la lesión en el derecho de crédito,
su intervención podrá ser considerada como caso fortuito o fuerza mayor (si era imprevisible
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Por voluntad del deudor: el deudor responde por el incumplimiento. Culpa o dolo.
Culpa → Acción u omisión voluntaria pero sin malicia que impide el cumplimiento normal de una
obligación.
Art. 1101 CC: Está obligado el deudor a indemnizar los daños causados el deudor que incumpla (o
cumpla inexactamente) la obligación incurriendo en dolo, negligencia o morosidad. La culpa o
negligencia es uno de los criterios que permite imputar responsabilidad al deudor incumplidor.
El art. 1104 CC establece: “La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella
diligencia que exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas,
del tiempo y del lugar.
Cuando la prestación tiene carácter cualificado, el modelo de diligencia cambia por el del buen
profesional, entendiendo como modelo de comportamiento exigible a un profesional medio de la
clase de asuntos de que se trate. Art. 1104.1 CC.
El art. 1103 CC: permite al juez moderarla la responsabilidad por culpa “según los casos". Interpretado
en el sentido de que el juez puede moderar la cuantía indemnizatoria, pero no a sustituir o rebajar el
modelo de diligencia exigible art. 1103 CC: permite al juez moderarla la responsabilidad por culpa
“según los casos". Interpretado en el sentido de que el juez puede moderar la cuantía indemnizatoria,
pero no a sustituir o rebajar el modelo de diligencia exigible según el art 1104 CC.
En virtud del art. 1183 CC: la culpa del deudor se presume, una vez acaecido el incumplimiento de la
prestación, por lo que será éste quien para exonerarse de responsabilidad deberá demostrar que el
incumplimiento no es imputable. (Por concurrir caso fortuito o fuerza mayor) // Esta regla, NO lo es
para las obligaciones negativas y para las obligaciones de medios o de actividad, en las que incumbe
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
al acreedor la carga de la prueba de la negligencia o falta de diligencia del deudor. Art. 1183 CC. Ej: la
del abogado que pierde un pleito o la del médico que no cura a un paciente.
Art. 1102 CC: “La responsabilidad procedente del dolo es exigible en todas las obligaciones. La
renuncia de la acción para hacerla efectiva es nula”.
El art. 1102 CC es norma imperativa, y prevé la nulidad de todo pacto exonere de responsabilidad por
dolo.
El dolo justifica un rato más desfavorable para el deudor que el que recibe quien es meramente
culpable o negligente, ya que el ámbito de la indemnización se extiende hasta comprender "todos los
daños que conocidamente se deriven de la falta de cumplimiento”. (art. 1107.2 CC).
Responsabilidad objetiva:
Implica que el deudor responde pese a la falta de dolo o culpa. De haber una conexión entre el
incumplimiento dañoso y el deudor. Sólo la concurrencia de fuerza mayor o caso fortuito rompe la
relación de causalidad entre los daños y la conducta del deudor, le exoneran de responsabilidad.
Art. 1255 CC: “Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por
conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público”. Estos pactos
pueden ser aquellos que exoneren de responsabilidad al deudor, pactos que agraven su
responsabilidad o que la limite.
El primer límite de las cláusulas en caso de culpa o negligencia del deudor, se consideran lícitas
siempre que no infrinjan los límites de la autonomía privada. Art. 1255 CC. (Siempre que no vulneren
la ley, la moral o el orden público).
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Serán nulas, por abusivas, las cláusulas no negociadas individualmente, insertas en los contratos con
consumidores, art. 86 TRLGDCU.
Las reglas legales de responsabilidad constituyen un mínimo que puede ser reforzado mediante pactos
de agravación de responsabilidad con contenido y alcance diverso.
Así, pueden consistir en afirmar la responsabilidad del deudor en casos en que conforme a la norma
no existiría (ej: se responde aun concurriendo caso fortuito), o en prever una cuantía indemnizatoria
fija, aun siendo superior al daño ocasionado.
Las cláusulas limitadas de responsabilidad pueden tener un variado contenido. Así, pueden restringir
los supuestos en que conforme a la ley el deudor responde, minorando la diligencia exigible (ej: no
respondiendo en caso de culpa leve), o fijar de antemano la cuantía indemnizatoria, aun sabiendo el
daño real sea superior.
Una vez verificado el incumplimiento del deudor, el acreedor dispone de una serie de acciones o
remedios mediante los cuales pretende satisfacer el interés frustrado por aquél. Estos remedios son:
a) La acción de cumplimiento forzoso.
b) La resolución del contrato por incumplimiento (para los contratos con obligaciones
sinalagmáticas o recíprocas).
c) La indemnización de daños y perjuicios.
Su fundamento legal se encuentra en los arts. 1096, 1098 y 1099 CC y arts. 571 y ss. LEC.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Consiste en el embargo o traba de bienes del deudor en la medida necesaria para responder
de la cantidad por la que haya despachado la ejecución.
Otra fase, ulterior, de realización forzosa o venta de los bienes, a través de subasta judicial,
para con lo obtenido, satisfacer el crédito del acreedor.
Antes de proceder al embargo, en determinados casos, hay que requerir de pago al deudor,
de manera que sólo si no paga en dicho momento, el tribunal procede al embargo de sus
bienes.
2. Prestaciones de dar no dinerarias: Habrá que distinguir, teniendo en cuenta su objeto los
siguientes supuestos:
a) Entrega de una cosa mueble específica y determinada (art. 701 LEC). Se le concede al deudor
un plazo para que la entregue; sino lo hace, se pone al acreedor en posesión de la cosa debida,
empleando para ello los apremios que sean necesarios, pudiendo, autorizar el juez, la entrada
en lugares cerrados, y auxiliándose de la fuerza pública, si fuere preciso.
Si la entrega de la cosa no fuera posible, el juez ordenará que se sustituya por una justa
compensación pecuniaria, que se establecerá conforme a los arts. 712 y ss. LEC.
b) Entrega de cosas genéricas o indeterminadas que pueden ser adquiridas en los mercados (art.
702 LEC). El acreedor puede pedir que se le ponga en posesión de las cosas o se le faculte para
que las adquiera, a costa del deudor, ordenando, al mismo tiempo, el embargo de los bienes
suficientes para pagar la adquisición.
c) Entrega de un bien inmueble (art. 703 LEC). En primer lugar, el Secretario judicial ordenará de
inmediato que se procede según el contenido del título ejecutivo (ej: la sentencia que prevé
la entrega o transmisión del inmueble en determinado plazo), para lo que se procederá al
lanzamiento de los ocupantes.
En ambos casos, hay que partir de la regla de que en las obligaciones de hacer el deudor no puede ser
compelido a cumplir forzosa y personalmente la prestación.
El tribunal, requerirá al deudor para que haga lo prometido, dentro de un plazo que fijará según la
naturaleza del hacer y las circunstancias concurrentes. (Art. 705 LEC).
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
del deudor o por reclamar el resarcimiento por los daños y perjuicios causados. En el primer
caso, existe un cumplimiento forzoso de forma específico o in natura (ya que se obtiene lo
previsto en el programa prestacional, si bien ejecutado por un tercero), mientras que, en el
segundo caso, existe un cumplimiento forzoso por equivalente (pecuniario). Tanto si elige un
caso, como el otro, el acreedor puede solicitar una indemnización de daños y perjuicios
derivados del incumplimiento.
No obstante, cuando el título ejecutivo contenga una disposición expresa para el caso de
incumplimiento del deudor, se estará a lo dispuesto en él, sin que el acreedor pueda optar
entre la realización por tercero o el resarcimiento (art. 706.1.II LEC).
La obligación de indemnizar los daños y perjuicios tiene siempre carácter pecuniario. Se trata de una
deuda de valor, esto es, la cuantía de la indemnización constituirá el equivalente económico en el
momento del resarcimiento del perjuicio sufrido en su día por el acreedor.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Una vez constatado el incumplimiento de la obligación es necesario resolver dos cuestiones relativas
a la responsabilidad del deudor:
1. Qué pérdidas o perjuicios pueden ser alegados por el acreedor como daños indemnizables, a
lo que responde el art. 1106 CC.
2. Cuáles entre todos los perjuicios sufridos por el acreedor, y que están relacionados
causalmente con el incumplimiento del deudor, han de ser puestos a su cargo, porque existe
un criterio que permite imputar dichos daños a su conducta. El art. 1107 CC, se ocupa de esta
última cuestión, delimitar la extensión de la obligación de indemnizar.
El plazo para reclamar los daños y perjuicios es el general de quince años para las acciones personales
que no tengan señalado plazo especial de prescripción. Art. 1964 CC.
1º Resolución del contrato por incumplimiento: En los contratos en que surjan obligaciones recíprocas
a cargo de ambas partes, el acreedor, conforme al art. 1124 CC, puede optar, ante el incumplimiento
del deudor, entre exigir el cumplimiento o poder fin a la relación contractual.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
4. En el caso de retraso en el incumplimiento por causa imputable al deudor, hay que tener en
cuenta que el mero retraso en el cumplimiento, cuando la prestación continúa siendo útil al
acreedor, no es causa de resolución. En cambio, si faculta para resolver el retraso, cuando el
incumplimiento tardío determina una frustración del fin práctico perseguido por el negocio.
5. El art. 1124 CC, también resulta aplicable a los supuestos de imposibilidad sobrevenida
fortuita de la prestación.
e) El previo cumplimiento del acreedor. La acción resolutoria corresponde a quien cumplió lo
que le incumbía y sufre el incumplimiento de la otra parte, por lo que no tiene derecho a pedir
la resolución el contratante que, a su vez, incumple sus obligaciones.
Resulta preferible la segunda línea, porque es más consecuente con el carácter de facultad que el art.
1124 CC, atribuye a la resolución por incumplimiento.
C) Efectos:
1. Liberatorio → Declara la resolución, los contratantes dejan de estar obligados a ejecutar las
prestaciones pactadas y que todavía no habían ejecutado; los contratantes quedan liberados
de sus obligaciones.
2. Restitutorias → Como consecuencia de la resolución, las partes vienen obligadas a restituirse
las prestaciones que recibieron en virtud del contrato. Esta eficacia no se produce en todo
caso, en el supuesto en que ninguna de las partes haya ejecutados la prestación que conforme
al contrato le correspondía. Es el caso en que existiendo incumplimiento por parte de uno de
los contratantes el otro aún no ha cumplido porque no ha vencido su obligación y resuelve.
La resolución no sólo determina la mutua restitución de las prestaciones, sino también el
resarcimiento de los daños sufridos por el contratante no incumplidor.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Acciones y facultades para asegurar la solvencia patrimonial del deudor: art. 1111 CC.
Acción subrogatoria.
Acción paulina o revocatoria.
Art. 1911 CC: Del cumplimiento de sus obligaciones responde el deudor con todos sus bienes
presentes y futuros.
Medidas de defensa del crédito: art. 1111 CC. → Prevenir la insolvencia del deudor.
Acción subrogatoria.
Acción paulina o revocatoria.
Otras: art. 403, 1001, 1512 y 1937 CC.
Es una acción de impugnación de los actos que ha realizado el deudor en fraude de su derecho. Art.
1111 in fine CC. Es un poder que el ordenamiento jurídico concede a los acreedores para impugnar los
actos que el deudor realice en fraude de su derecho. Mantiene vivo el patrimonio del deudor para que
los acreedores puedan cobrar.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
A) La existencia del crédito → El acreedor legitimado para ejercitar la acción paulina deberá
demostrar la preexistencia del derecho de crédito respecto del acto impugnado. Sin embargo,
no es necesario que el crédito esté vencido y sea exigible cuando el deudor celebra el acto
fraudulento, que lo coloca en situación de insolvencia, y que se impugna a través de la acción
paulina.
B) La conducta fraudulenta del deudor:
i) Los actos impugnables → En relación con la conducta del deudor, éste ha de consistir en la
relación de actos o negocio jurídico que produzcan la salida de bienes o recursos de su
patrimonio. Son impugnables las enajenaciones, también otros actos de disposición o
gravamen que produzcan una disminución del valor del patrimonio del deudor y, de la
garantía del acreedor.
ii) El fraude → Requisito subjetivo de la acción paulina es que el acto realizado por el deudor sea
fraudulento, esto es, el deudor debe haber actuado con el propósito de sustraer sus bienes a
la acción del acreedor, en connivencia o con el conocimiento del tercero. El art. 1297 CC; Prevé
dos presunciones de fraude: iuris et de iure (no admite prueba en contrario), se presume el
fraude en los contratos en virtud de los cuales el deudor enajenare bienes a título gratuito; e
iuris tantum (admite prueba en contrario), se presume el fraude en las enajenaciones a título
oneroso, hechas por aquellas personas contra las cuales se hubiese pronunciado ante
sentencia condenatoria en cualquier instancia o expedido mandamiento de embargo de
bienes.
C) El prejuicio al acreedor: La insolvencia del deudor → Se exige que la conducta del deudor
produzca como resultado la insolvencia del deudor. Luego, el acto de enajenación o
disposición o el pago realizado por el deudor ha tenido que ocasionar un perjuicio al acreedor,
que consiste en la lesión o frustración de su derecho de crédito, al colocarse el deudor en
situación de insolvencia patrimonial, impidiéndole hacer frente a sus obligaciones.
No es necesario que la insolvencia del deudor sea total, es suficiente con que ocurra una
minoración patrimonial provocada que impida al acreedor cobrar la integridad de su crédito
o que el reintegro le resulte sumamente dificultoso, causándole un real y efectivo daño.
La acción de nulidad y la acción paulina con presupuestos y con secuencias distintas. La acción
de nulidad por simulación pretende la impugnación de la validez de un negocio por ausencia
o defecto en sus elementos esenciales, mientras que la acción paulina persigue la ineficacia
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
relativa -sólo frente al acreedor accionante- y limitada -sólo en cuanto perjudique su derecho
de crédito- de un negocio válidamente celebrado.
Mientras que la acción de nulidad puede ejercitarla cualquiera que tenga interés legítimo, la
legitimación activa de la acción paulina está reservada al acreedor perjudicado por el negocio
fraudulente.
La acción paulina tiene un plazo de caducidad de cuatro años, mientras que la nulidad es
imprescriptible.
La subsidiariedad de la acción paulina justifica que sólo pueda prosperar si no lo hace la acción
de nulidad por simulación (por faltar la prueba de alguno de sus requisitos), cuando se hayan
acumulado ambas (con carácter principal la de nulidad y subsidiariamente la paulina).
Es una acción individual, por lo que están legitimados activamente los acreedores, cuya finalidad
última es, mediante la rescisión de los actos perjudiciales realizados por el deudor concursado,
recomponer la masa activa del concurso. Para las que ser reconoce legitimación activa a la
administración concursal y no a los acreedores individualmente, al tratarse de acciones colectivas.
Legitimados pasivamente está el deudor que ha realizado el acto de disposición fraudulento, así como
las personas (adquirientes y subadquirientes de los bienes) que hayan celebrado con él el negocio
fraudulento, si fue gratuito, o siendo oneroso si han sido conocedores o cómplices del fraude.
La acción paulina, como hemos visto ante, tiene un plazo de caducidad para su ejercicio de cuatro
años desde la realización del acto fraudulento.
El efecto fundamental es, la ineficacia relativa y limitada del acto o negocio fraudulento. La ineficacia
del negocio es relativa porque sólo beneficia al acreedor que ha ejercitado la acción pauliana,
manteniendo sus efectos para el resto, y es limitada o parcial, porque sólo se declara la ineficacia del
negocio en la medida cuantitativa necesaria para reparar el perjuicio ocasionado al crédito del que es
titular el acreedor.
Los efectos pueden extenderse a los terceros que intervinieron en el acto declarado ineficaz. Así, el
adquiriente a título gratuito (donatario) siempre quedará afectado por la rescisión del negocio, con
independencia de su buena o mala fe, de si conocía o no el carácter fraudulento del negocio. Deberá
devolver las cosas objeto de contrato con sus frutos y, si la restitución es imposible, una
indemnización.
Respecto del adquiriente a título oneroso, si fue cómplice del deudor (tercero de mala fe), deberá no
sólo devolver la cosa, sino también los frutos percibidos o los que hubiera podido percibir. Si no
pudiera devolverla por ser imposible, deberá indemnizar al acreedor.
4. Acción subrogatoria
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Es una facultad concedida a los acreedores para ejercitar acciones y derechos del deudor con el fin de
provocar el ingreso de bienes en el patrimonio del deudor para cobrar lo que se les debe. El acreedor,
mediante la acción subrogatoria, puede ejercitar todos los derechos y acciones, de naturaleza real o
personal, del deudor, excepto los “que sean inherentes a su persona”.
Mediante el ejercicio de la acción subrogatoria no se trata de reaccionar frente a actos con los que
voluntariamente el deudor se empobrece o disminuye su patrimonio, impidiendo así a los acreedores
la satisfacción de sus créditos, sino ante la mera inactividad del deudor que provoca que deje de
ingresar bienes o derechos que le permitiría saldar sus deudas.
Los efectos:
El acreedor, además, no ostenta ninguna preferencia para la satisfacción de su crédito por el hecho
de haber ejercitado la acción subrogatoria, por lo que podría suceder que, si hay acreedores
preferentes, no cobrara con el obtenido mediante el ejercicio de tal acción.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
A tenor con el art. 1911 CC: “Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus
bienes, presentes y futuros”. Por lo tanto, el patrimonio del deudor sirve de garantía a sus acreedores,
ya que, si éstos no obtiene el pago voluntario de sus créditos, podrán dirigirse contra los bienes del
deudor, pedir enajenación forzosa y aplicar el importe obtenido a la satisfacción de la deuda.
El principio, todos los acreedores tienen la misma condición, por lo que, si los bienes del deudor son
insuficientes para pagar sus deudas, todos ellos deberán sufrir, por igual, los efectos de su insolvencia.
La regla de igualdad entre los acreedores deja de aplicarse, cuando la ley califica a un determinado
crédito como privilegio, en cuyo caso, su titular tendrá derecho a cobrarlo con preferencia a los demás
acreedores.
Los créditos privilegiados gozan de un tarto especial, al no quedar sometidos q la regla general de igual
condición de todos los acreedores.
El art. 1921 CC, establece que los créditos se clasificarán, para su graduación y pago, por el orden y en
los términos que a continuación analizaremos, salvo en los procedimientos concursales, que se regirán
por las normas específicas de la Ley Concursal.
De los arts. 1922 y ss. CC, podemos observar que el privilegio puede ser:
Art. 1923 CC: Privilegios especiales sobre inmuebles y derechos reales del deudor.
Art. 1924 CC: Privilegios generales. Cuando haya varios créditos con privilegio general, a tenor del art.
1929 CC, los mismos se pagarán por el orden establecido en el art. 1924 CC y los que sean preferentes
por fechas, “por el orden de éstas y los que la tuviesen común, a prorrata".
Prelación de créditos:
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
Por cuanto concierne a la relación de créditos o criterio de ordenación, cuando concurren varios
créditos privilegiados sobre bienes determinados, debemos acudir a los arts. 1926 y ss. CC.
a) Créditos con privilegio especial mobiliarios: el art. 1926 CC, excluye a todos los demás hasta
donde alcance el valor del mueble, objeto de los créditos privilegiados mobiliarios, el crédito
pignoraticio (empeñado / en prenda) excluye a todos los demás.
b) Créditos con privilegio especial inmobiliarios: El art. 1927 CC, establece reglas similares. Estos
créditos excluyen a todos los demás por su importe hasta donde alcance el valor del inmueble
o derechos reales sobre el que recaiga el crédito.
Cuando concurren varios privilegios inmobiliarios, se prefieren los créditos a favor del Estado y de las
aseguradoras.
El art. 1928 CC, completa las normas anteriores, disponiendo que, cuando se satisfagan los créditos
privilegiados y quede remanente, este se acumulará a los bienes libres y, en caso contrario, de que los
créditos especialmente privilegiados no se puedan pagar en su totalidad con la realización de los
bienes a los que están afectos, la parte no cobrada tendrá la consideración de crédito con privilegio
general.
Concurso de acreedores:
Existe un doble sistema de clasificación y graduación de créditos; uno para el caso de concurso, que
se rige por la Ley 22/2003, de 9 de julio, (Ley Concursal), y otro para el resto de situaciones de
concurrencia de créditos que se resuelve por los arts. 1921 y ss. CC.
La apertura del concurso depende, de la existencia de insolvencia, de que el deudor no pueda cumplir
regularmente con sus obligaciones (art. 2 LC) y podrán ser declarados en concurso, tanto personas
físicas como jurídicas (art. 1.1 LC).
El concurso podrá ser declarado a instancia del propio deudor, el llamado concurso voluntario, o a
iniciativa de los acreedores, el llamado concurso forzoso.
Solicitado el concurso por el deudor o por los acreedores, el Juez de lo Mercantil, examinará la
concurrencia de los requisitos exigidos y, dictará auto en el que estimará o desestimará el concurso,
auto que será susceptible de recurso ante Audiencia Provincial (art. 20 LC).
La declaración de concurso afecta a la facultad de disposición del deudor sobre sus bienes, ya que
implica la suspensión de su poder de disposición y administración sobre ellos (art. 40 LC).
La suspensión supone la pérdida efectiva del poder de disposición, que desde la declaración de
concurso es ejercido por los administradores concursales.
La intervención, por el contrario, no significa la pérdida del poder de disposición, el deudor lo
mantiene, pero lo ejercita bajo la supervisión del administrador concursal.
Según el art. 163 LC, el concurso se calificará de fortuito o culpable. Culpa cuando se dan los siguientes
supuestos de hecho:
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
c) Cuando el deudor se hubiera alzado con la totalidad o parte de sus bienes en perjuicio de sus
acreedores o hubiera realizado cualquier acto que retase, dificulte o impida la eficacia de un
embargo en cualquier clase de ejecución iniciada o de previsible iniciación.
d) Cuando durante los dos años anteriores a la fecha de la declaración de concurso hubieran
salido fraudulentamente del patrimonio del deudor bienes o derechos.
e) Cuando el deudor una vez declarado la situación de concurso, hubiese realizado cualquier acto
jurídico dirigido a simular una situación patrimonial ficticia.
Cuando ocurre una de estas situaciones se establece una presunción iuris et de iure de culpabilidad
(no admite prueba en contrario).
Si se da el Convenio → Podrá ser formulada por el deudor o por los acreedores. La citada propuesta,
deberá ser aprobada por, al menos, la mitad del pasivo ordinario del concurso (art. 124 LC). Si el
deudor incumpliera con el convenio aprobado, el art. 140 LC, establece que cualquier acreedor
afectado podrá solicitar la declaración de incumplimiento.
Si se da la liquidación → Podrá ser pedida por el deudor cuando conozca la imposibilidad de cumplir
los pagos comprometidos y las obligaciones contraídas en el convenio, o cuando la aprobación del
convenio se haya visto frustrada (art. 143 LC). Se seguirá el siguiente orden:
1. Se pagarán los créditos privilegiados. Aquellos con garantías reales. Art. 90 LC.
2. Se pagarán los créditos con privilegio general del art. 91 LC, que se pagarán con cargo a los
bienes no afectados a privilegio especial.
3. Se pagarán los créditos ordinarios, los que no se encuentran clasificados ni como privilegiados
ni como subordinados.
4. Se pagarán los créditos subordinados, aquellos créditos que por ej: son comunicados
tardíamente, los créditos por intereses, por multas.
1. Novación
El mismo CC, después de situar a la novación como causa de extinción de la obligación, la describe y
regula también como modificativa de la obligación.
El art. 1203 CC; establece que las obligaciones pueden “modificarse” de la siguiente manera:
1) Variando su objeto o sus condiciones principales: novación objetiva.
2) Sustituyendo la persona del deudor: novación subjetiva, por cambio de deudor.
3) Subrogando a un tercero en los derechos del acreedor: novación subjetiva, por cambio de
acreedor.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
En este tema, nos referimos a la novación modificativa, de carácter subjetivo, por cambio de acreedor
o deudor, y por cesión de contrato.
La cesión de créditos consiste en un negocio jurídico que se efectúa entre el titular del crédito
(cedente) con un tercero (cesionario) y, en virtud del cual, éste se convierte en titular del crédito
cedido.
El cesionario adquiere la titularidad del crédito, con el mismo contenido que tenía el acreedor cedente,
permaneciendo incólume la relación obligatoria y contando con las mismas garantías y derechos
accesorios inherentes al crédito originario (art. 1528 CC).
La cesión de créditos puede hacerse válidamente sin conocimiento previo del deudor e, incluso, contra
su voluntad, pero, una vez notificada a éste, vendrá obligado a realizar el pago al nuevo acreedor. Por
el contrario, como dispone el art. 1527 CC: “El deudor que antes de tener conocimiento de la cesión
satisfaga al acreedor quedará libre de la obligación”.
Como regla general, un crédito es transmisible, a no ser que las partes hubiesen acordado lo contrario
(art.1112 CC), se trate de derechos personalísimos, o su titular sea una persona que tenga especial
relación con el cedente o ejerza ciertas funciones públicas en relación con el crédito de que se trate.
Entre la relación entre el cedente y el cesionario, hay que diferenciar, si la cesión se ha realizado a
título gratuito u oneroso:
Por el contrario, el cedente de mala fe, responderá del pago de todos los gastos y de los daños
y perjuicios, incluido, los que resulten de la imposibilidad de cobrar el crédito cedido por
insolvencia del deudor.
Subrogar supone suceder a otra persona en su posición jurídica, transfiriendo al subrogado el crédito
con los derechos a él anexos, ya contra el deudor, ya contra los terceros. Art. 1212 CC. La obligación,
por tanto, subiste con los mismo derechos y garantías que aseguran su cumplimiento. Ej: fianza,
hipoteca.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
una situación antecedente, en la que un tercero ha realizado un desembolso patrimonial a favor del
acreedor.
La subrogación pude ser legal y convencional, teniendo lugar, esta última, por acuerdo entre el
acreedor originario y el subrogado, aunque, cabe también una subrogación convencional por voluntad
del deudor, en los términos expresados en el art. 1211 CC.
a) “Cuando un acreedor pague a otro acreedor preferente”. Ej: un acreedor ordinario paga a un
acreedor hipotecario.
b) “Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o tácita
del deudor".
c) “Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación". Ej: un fiador, un
deudor solidario.
Efectos:
1. Subrogación total: art. 1212 CC.
2. Subrogación parcial: art. 1213 CC. El acreedor a quien se hubiere hecho un pago parcial puede
ejercitar su derecho por el resto con preferencia al que se hubiere subrogado en su lugar en
virtud de pago parcial del mismo crédito.
Consiste en sustituir a la persona del deudor, sin extinguir la primitiva obligación, por lo que, en
principio, es un caso de novación modificativa.
Dicha sustitución se lleva a cabo a través de un contrato atípico, admitido por doctrina y
jurisprudencia, mediante el cual el nuevo deudor, asume la deuda existen en lugar del primitivo
deudor (que queda, liberador), lo que se debe pactar de forma clara e inequívoca.
La sustitución ha de ser probada por el acreedor (art. 1205 CC), aprobación que puede ser anterior,
coetánea o posterior al contrato de asunción de deuda.
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2º Derecho Teoría de las Obligaciones María Núñez Herrero
La asunción de deuda provoca la liberación del primitivo deudor, de tal forma que el art. 1206 CC
señala: “La insolvencia del nuevo deudor, que hubiese sido aceptado por el acreedor, no hará revivir
la acción de éste contra el deudor primitivo”.
Las obligaciones accesorias que hayan sido comprometidas por terceros (fiador) subsisten, si éstos
prestan su contenido al cambio de deudor, o, si no habiéndolo prestado, resultan provechosas para
los terceros.
Es un acuerdo entre el acreedor y un tercero (nuevo deudor), donde el nuevo deudor asume la
posición del deudor primitivo, que, en consecuencia, queda liberado, sin que, para ello, se requiera su
consentimiento, pudiendo, incluso, realizarse sin su conocimiento (art. 1205 CC).
Tiene como finalidad facilitar el pago de deudas, llevándose a cabo a través de un convenio entre el
deudor (delegante) y una tercera persona (delegado), que hará efectiva la deuda. En este caso, el
delegante da una orden o invitación de pago al delegado, el cual ejecutará dicha orden o mandato.
La novación puede tener lugar, también, cuando se transmite, en bloque, la totalidad de las relaciones
jurídicas derivadas de un contrato.
Consiste en transmitir a un tercero la íntegra posición jurídica que en él ocupa una de las partes, de
manera que el cesionario adquiere los derechos que ostentaba el cedente en la relación contractual
como si hubiese sido el contratante inicial.
Su esencia es la sustitución de uno de los sujetos del contrato y la permanencia objetiva de la relación
contractual. Ej: se cede o traspasa, el arrendamiento de un local.
El CC, no tiene una regulación de esta figura, aunque las leyes especiales, sí, en caso concretos como:
Cesión de arrendamiento.
Cesión de los contratos de obra en la legislación administrativa.
Cesión de los contratos de trabajo.
Cesión de la cualidad de socio en la LSA.
La cesión del contrato exige el concurso de tres voluntades contractuales (cedente, cesionario y
cedido); y ha de llevarse a cabo en la misma forma prescrita para el contrato cedido.
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