PEC HModerna 1920 PEC 3 Balmis Salvany MLV Nota 10

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PEC 3 Expedición Balmis-Salvany X.

La llegada de la viruela a Europa, presumiblemente en el Siglo VI procedente de los países de Medio


Oriente, crea estragos en la población europea durante siglos. Se calcula que la mortalidad relativa de la
viruela rondaba entre un 10% y un 40% según la virulencia de cada epidemia.

Con la conquista de Las Américas la viruela también se traslada a esas tierras, provocando especialmente
la muerte de la población indígena que no tenía ningún tipo de protección inmunológica contra esta
enfermedad.

A principios del siglo XVIII se empieza con lo que se llama la inmunización por virolización. Se trata de una
técnica médica importada desde Turquía, que consiste en inocular en personas sanas costras secas de la
viruela. Esta técnica generalmente provocaba una enfermedad menos severa, no obstante, convertía a
los inoculados en agentes contagiosos, y de vez en cuando también se producían algunas muertes.

No es hasta 1768 que un médico observa por primera vez como una persona infectada de la variante
vacuna de la viruela parecía ser inmune a la variante humana, pero no sería hasta los estudios de Edward
Jenner de 1774 que quedaría constatada esa relación inmunológica.

Las primeras vacunaciones “jennerianas” en España se hacen en Puigcerdá (Catalunya) el año 1800 y poco
a poco se va extendiendo por el resto de la península. En esta época un médico militar alicantino llamado
Francisco Javier de Balmis, traduce el tratado de vacunación de Moreau de la Sarthe. Por último y Debido
a los continuos azotes de la viruela en América, en 1802 los territorios de ultramar piden insistentemente
que se les haga llegar la vacuna desde la metrópolis. Ante esta situación y la insistencia de algunos médicos
de la corte, Carlos IV decide crear la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.

Para entender el concepto filantrópico, hay que pensar en la situación de la época. En Europa se ha
instalado la Ilustración (despotismo ilustrado en España), con él, el antiguo régimen se tambalea, y
predomina un nuevo concepto poblacional en donde el número de habitantes se convierten en lo que
proporciona riqueza a los estados. Ante esta situación, el estado se convierte en una figura paternalista e
intenta incrementar los índices poblacionales. Dentro de este contexto se gesta la expedición, la cual, con
cargo a la Real Hacienda y, por petición del Rey, a través de los propios Virreinatos, se deberá financiar
esta expedición para el bien público, lo cual, no siempre fue tan sencillo.

Debido a su obra, Balmis es considerado como la mejor opción para encabezar la expedición. El primer
reto es encontrar la forma de trasladar la vacuna. En años anteriores se intenta enviar la vacuna en frascos
de cristal, pero la vacuna no logra llegar en buen estado. Esta razón empuja a Balmis a buscar niños de
familias necesitadas para así crear una cadena de contagio y mantener la vacuna activa. Las familias
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desconfían y el apego se muestra como otro factor limitante por lo que se descarta esta opción y deciden
buscar a los niños entre diferentes Inclusas (orfanatos u hospicios). Balmis usa seis niños del Hospicio de
los Desamparados de Madrid para llevar la vacuna de la capital a La Coruña, puerto de donde, el 30 de
Noviembre de 1803 zarpará el navío María Pita que los llevará a América. En Galicia se buscan al resto de
niños para la travesía, siendo cinco los niños procedentes del Real Hospital de Santiago y trece de la Casa
de Expósitos de La Coruña, junto a su rectora, Isabel Zandal Gómez(1), que será la encargada de sus
cuidados y bienestar.

Junto a Balmis también zarpará el médico José Salvany y Lleopart como subdirector de la expedición y
cinco personas más con las funciones de enfermeros y practicantes.

Llegan a Costa Rica el 6 de enero de 1804. La recepción es fría y distante ya que hacía unos meses que el
Médico Francisco Oller había empezado a vacunar con unas muestras provenientes de la colonia británica
de Santo Tomás. Para Balmis, el médico local no había actuado de forma eficaz para propagar la vacuna y
la había desvirtuado, además, se gestó un conflicto con el gobernador de la isla que le puso pegas para
poder conseguir los niños necesarios para hacer la siguiente etapa a la Capitanía General de Venezuela.

La expedición arriba a Venezuela el 20 de mayo de forma accidentada. A diferencia que su anterior


destino, son recibidos como auténticos héroes. Las autoridades los acogen, preparan celebraciones,
recepciones, etc. En una de esas recepciones, uno de los principales ilustrados de las Américas de la época,
Andrés Bello, futuro rector de la Universidad de Chile, conocerá las personas de la expedición y como
tributo a la gesta, crea una obra llamada Oda a la Vacuna.

Debido a los bastos territorios y la gran incidencia de la enfermedad, Balmis decide dividir el grupo en dos,
uno lo encabeza él por las tierras de Nueva España (Cuba, México y Filipinas), mientas que la otra
expedición es dirigida por el Dr. Salvany y parte hacia la américa meridional de los virreinatos de Nueva
Granada, Perú y Río de la Plata.

La expedición del sur se divide y reagrupa en diversas ocasiones. Las condiciones del viaje son
extremadamente duras y su recepción varía según le lugar. Hay sitios que los reciben con alegría, en otros
lugares sufren manifestaciones en su contra, incluso se encuentran con la desagradable sorpresa de que
en Lima se está comerciando con la vacuna. El periplo del viaje mina la quebradiza salud de Salvany que
muere en Cochabamba en 1810.

La expedición de Balmis siguió un derrotero de contratiempos, en parte por el carácter arisco, exigente y
prepotente de nuestro personaje (según varios historiadores). En Cuba, el médico Tomás Romay, ya
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estaba vacunando a la población gracias a la vacuna proveniente de Costa Rica. Debido a esta situación, a
Balmis le cuesta encontrar niños para llevar la vacuna a México, esto hace que se costeé cuatro esclavos
como portadores del virus.

En México se encuentra con un paisaje similar, hay sitios en donde las vacunaciones ya habían empezado,
además, la animadversión entre el Virrey Iturrygaray, los médicos de Nueva España y Balmis no facilitan
las cosas. No obstante, en su viaje por las provincias del norte será bien acogido por los locales. En México
también deja en manos de las autoridades a los niños de la expedición que le habían acompañado hasta
ese momento (2).

Terminado su labor en territorio mejicano, consigue, con dificultades, embarcar la expedición con 26 niños
nuevos en la nave Magallaes el 8 de febrero de 1805 rumbo a Filipinas. La travesía es dura, las condiciones
deplorables y, además, el coste del viaje es elevado, pero consiguen llegar a Manila cinco semanas más
tarde. Allí se hará cargo el Ayuntamiento con cierto desaire, no obstante, las congregaciones religiosas si
se implican entusiasmadamente.

Finalizado su periplo en las Filipinas, Balmis decide volver a España usando la ruta comercial portuguesa
de Macao por tal de evitar pisar tierra del virreinato de Nueva España. Gracias a la Real Compañía de
Filipinas, establecida en Macao, tiene un buen recibimiento y promueve una amplia campaña de
vacunación. Intenta hacer la misma gesta en Cantón, pero la reticencia de las autoridades chinas hace que
la iniciativa fracase. Sin ningún otro objetivo salvo el de llegar a la península, se embarca en el Bom Jesus
de Alem. Debido al largo viaje, sabe que hará escala en la Isla de Santa Helena en donde también convence
al gobernador para vacunar a todos los niños de la isla(3). Balmis llega la península y es atendido en
audiencia real el 7 de septiembre de 1806.

Los niños de Manila, volvieron con sus familias de Nueva España acompañados de los otros miembros de
la expedición. Ninguno de los miembros pudo volver a la península debido a la situación bélica. La
turbulenta situación política lleva a Carlos IV a abdicar dos años más tarde. La invasión napoleónica llevará
a Balmis a ver todos sus bienes requisados, incluyendo su diario de viaje. Además, los movimientos
independentistas de las colonias aprovecharán la situación en la metrópoli para independizarse dejando
prácticamente en el olvido la primera expedición sanitaria global de la historia.

En los tres trabajos hemos podido observar tres circunnavegaciones en tres épocas distintas. En el de
Magallanes, podemos ver el inicio de aquel imperio del que se decía que nunca se ponía el sol, el final de
la Edad Media, el Renacimiento y el comienzo del comercio global. Con Cavendish vemos el asentamiento
de los territorios españoles bajo el reinado de Felipe II, así como las luchas estratégicas, comerciales y
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religiosas entre las distintas potencias. Por último, con la expedición de Balmis y Salvany vemos la primera
gran misión humanitaria, pero también, vemos la decadencia del imperio, cuyos territorios, debido a los
influjos de la Ilustración, la Revolución Francesa y la americana, se irían independizando en los años
siguientes aprovechando la inestabilidad en la metrópolis. A todo ello, podemos apreciar las dificultades
y las vicisitudes que pasan nuestros personajes en sus viajes, viajes que apenas envidian a aquellas
epopeyas homéricas de la Grecia clásica, pero que, sin duda, forjaron el futuro del mundo y lo conducirán
hacia la era industrial, al colonialismo moderno y a la globalización post colonial.

Notas:

(1)
Isabel Zandal Gómez es uno de los seis nombres que usa Balmis para referirse a ella. En el diario Balmis
habla bien de ella, pero escribe que Isabel adopta a un niño de la expedición llamado Benito Vélez,
cosa que, según Antonio López Mariño, en realidad es su hijo ilegítimo. Cabría añadir que Isabel es
considerada la primera enfermera en una misión internacional de la historia. Al final nuestra
protagonista se afinca en Puebla de los Ángeles, donde la última referencia que se tiene de ella es una
carta fechada en 1811 quejándose a las autoridades que su hijo no recibe la pensión de tres reales
que debía percibir por ser uno de los niños vacuníferos.

(2)
Poco se sabe del destino de los niños que salieron de A Coruña con la expedición. Algunos terminaron
en familias adoptivas, otros cursaron estudios en escuelas religiosas, mientras que los restantes
fueron acogidos en los hospicios de Nueva España, pero a partir de aquí se les pierde la pista.

(3)
Hay una anécdota interesante que le sucede a Balmis mientras se entrevista con Robert Patton, el
gobernador de la Isla de Santa Helena: Se le hace a Balmis la entrega de un paquete sellado que el
gobernador recibió hacía años. Al abrirlo, se encuentra con una linfa de vaca y una carta de Jenner
con instrucciones para aplicar la vacuna de la viruela. Desconozco que sucedería con el contenido del
paquete.
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Bibliografía:

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Webgrafía:

Bicentenario de Balmis: https://balmis.org/

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