Reglas de Interpretacion Biblica

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I.

REGLAS DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA


Primero sobre todo debemos entender que uno viene a la Biblia para entender y sacar de ella lo que Dios está
comunicando a nosotros. No venimos para imponer en ella nuestras interpretaciones, pensamientos, y conclusiones
preformadas, sino somos estudios en los pies de Dios. La caracteriza más importante para el intérprete es que sea un
buen estudiante. Esto quiere decir que aprende de Dios y la Biblia, por medio del Espíritu Santo viviendo y
guiándole espiritualmente, y no trata de imponer sus conceptos en sus enseñanzas y predicaciones.
Hay varios libros escritos sobre la Biblia que se tratan de asuntos como los años perdidos de Jesús, o el código
DaVinci, u otros. Se tratan de asuntos en que la Biblia es silente, como los años entre el nacimiento de Jesús y el
principio de su ministerio. Simplemente, la Biblia no especifica que pasó en estos años. Su proposición es de
imponer ideas no declaradas en la Biblia en un contexto para que la gente crea en ello.
1. OBSERVACIONES GENERALES EN ORDEN DE LENGUAJE BÍBLICO
La Biblia fue escrita en hebreo, arameo y griego; tres idiomas que tienen estructuras y modismos muy diferentes
de los nuestros. Considérese la distorsión en el mensaje ue pudiera resultar, por ejemplo, si fuéramos a traducir la
frase inglesa "I love to see old Glory paint the breeze" al español sin reconocer la presencia de los modismos "Old
Glory" y "paint the breeze". Traducida al pie de la letra diría: "Me encanta ver la Vieja Gloria pintar la brisa". Sin
embargo, una traducción con sentido sería: "Me gusta ver la bandera norteamericana tremolar al viento." "Old
Glory" se refiere a la bandera de los Estados Unidos, y "paint the breeze" quiere decir "ondular al toque de la brisa".
Lo mismo puede suceder al traducir frases como "endureció Dios el corazón de Faraón", que es un modismo hebreo
que significa en ese idioma algo distinto de lo comunicado por la traducción literal. Un cuarto bloqueo importante
es el abismo filosófico. Conceptos acerca de la vida, de las circunstancias, de la naturaleza del universo difieren
entre varias culturas. Para trasmitir un mensaje de forma válida de una cultura a otra, el traductor o lector debe estar
consciente de las semejanzas y los contrastes de las cosmovisiones. La hermenéutica es necesaria, entonces, debido
a los abismos cultural, histórico, lingüístico y filosófico que bloquean una comprensión espontánea y exacta de la
Palabra de Dios. Una interpretación a fondo de la Escritura exige el sólido conocimiento de las lenguas en que sus
libros fueron escritos, pues ninguna traducción puede expresar toda la plenitud de matices de los textos originales.
Los grandes exegetas bíblicos han de ser. Verdaderos lingüistas que dominen el hebreo, el arameo y el griego. Hay
un nivel inferior en el campo de la interpretación en el que no se precisa ser especialista en filología semítica o
clásica. Pero aun en planos más modestos es importante conocer algunas peculiaridades de los idiomas de la Biblia
que han de ser tomadas en cuenta en el momento de traducir o interpretar. Nos referiremos someramente a las más
importantes, sin llegar ni siquiera a un epítome 1 de las gramáticas hebrea o griega.
El hebreo
En esta lengua está escrito todo el Antiguo Testamento, con excepción de algunas porciones escritas en arameo
(Esd. 4:8-6:18; 7: 12-26' Jer. 10:11 y Dn. 2:4b-7:28). Pertenece el hebreo al grupo de lenguas semitas, más
concretamente a la rama cananea, lo que explica su estrecha relación con las lenguas y gramática, fenicia, moabita y
edomita. Se distingue por su plasticidad. El pensamiento hebreo no era abstracto, como el de los griegos, sino
concreto. Lo inmaterial a menudo se expresa por medio de lo material; el sentimiento, mediante la acción, y la
acción, mediante el instrumento. De ahí el uso frecuente de antropomorfismos. Estas expresiones y muchas otras
análogas no son meras metáforas, propias del lenguaje poético en cualquier literatura.
Para los israelitas tenian un significado más literal que para nosotros, ya que ellos no hacían una distinción
absoluta entre la naturaleza animada y la inanimada. El mundo natural constituye un todo del que el hombre forma
parte (mire Sal. 104:23 a la luz del contexto). En el pensamiento hebreo, el hombre se «naturaliza » y la naturaleza
se «personifica». Quizá ello explica que en hebreo no exista el artículo neutro. Por otro lado, la diferencia entre
prosa y poesía no es tan marcada como en otras lenguas, pero la prosa contiene muchas de las cualidades poéticas.
Esto debe ser tomado en consideración al interpretar textos del Antiguo Testamento; sobre todo en el momento de
decidir sobre la literalidad de un pasaje.
Las primeras particularidades que llaman la atención y que distinguen al hebreo de las lenguas indoeuropeas, es
que los textos escritos se leen de derecha a izquierda y del final hacia el principio y que todas sus letras son
consonantes. Esta última característica llegó a originar problemas en el transcurso del tíempo. En el periodo

1
epítome. (Del gr. ἐπιτομή). m. Resumen o compendio de una obra extensa, que expone lo más fundamental o preciso de la materia tratada
en ella. || 2. Ret. Figura que consiste, después de dichas muchas palabras, en repetir las primeras para mayor claridad.

1
intertestamentario el hebreo fue sustituido por el arameo como lengua del pueblo. Pese a ello, la pronunciación de
los textos sagrados era cuidadosamente preservada y transmitida de generación en generación en las sinagogas y
escuelas rabínicas, Llegó, sin embargo, el momento en que, a causa de serias discrepancias originadas en sectas del
judaísmo (la de los karaítas principalmente), se hizo apremiante la necesidad de fijar de modo definitivo la
pronunciación tradicional.Para conseguir tal propósito, los masoretas judíos introdujeron en sus textos signos que se
colocaban encima, dentro o debajo de las consonantes para indicar las vocales. No se sabe a ciencia cierta en qué
momento histórico se inició esta labor; pero es evidente que se desarrolló a partir del siglo VI d. de C. -siguiendo el
ejemplo de los gramáticos sirios- y se completó en el siglo VIII. Hubo tres sistemas de vocalización: el babilónico,
con signos supra-lineales; el palestinense, con signos predominantemente infra-lineales, y el tiberiense. El
generalmente usado en los textos impresos del Antiguo Testamento es el último, adoptado y minuciosamente
elaborado por los masoretas de la escuela de Tiberias. Era tan exacto que no sólo indicaba las vocales, sino también
su prolongación, su tono, su intensidad gutural…, lo que daba al sistema un valor superior al de las vocales
normales de muchas otras lenguas. Su rostro prevaleció en las escuelas y en las sinagogas, si bien no puede
asegurarse que correspondiera exactamente a la pronunciación del antiguo hebreo. Otra peculiaridad de esta lengua
es que, a pesar de que ya en sus primeras inscripciones las palabras aparecen separadas por un punto, tal separación
es más bien irregular en los manuscritos del Antiguo Testamento de fechas tempranas. Esa es la razón por la que
algunas versiones difieren a menudo en sus apreciaciones relativas a esa cuestión.
Asimismo carecía el hebreo de puntuación, lo que lógicamente también era motivo de numerosas dudas. Para
obviar esta dificultad, así como la debida a la irregularidad en la separación de las palabras, los masoretas
establecieron igualmente signos adecuados para la lectura correcta del texto.

El vocabulario del hebreo bíblico se distingue por su limitación, que contrasta con la riqueza de términos de las
lenguas europeas.
Es particularmente notable la escasez de adverbios, adjetivos y nombres abstractos, deficiencias que se suplen
mediante frases preposicionales y verbos auxiliares, por la aposición de genitivos descriptivos y por medio de otros
recursos gramaticales. La gramática hebrea no se ajusta a la estructura de las lenguas greco-latinas. Es la propia del
tipo semítico. Las palabras pertenecen a tres clases de categorías: nombres, que indican realidades concretas o
abstractas; verbos, que expresan acción, y partículas, que señalan los diversos tipos de relación entre nombres y
verbos.
Los nombres, que incluyen los adjetivos y los pronombres, sólo tienen masculino y femenino. Todos los objetos,
incluidos los inanimados, aparecen como dotados de vida. Los montes, los ríos y los mares, por ser representativos
de majestad y fuerza, son masculinos, y en no pocos textos, personificados. Los nombres de ciudades, tierras o
localidades, considerados como madres de sus habitantes, son femeninos. El plural hebreo a menudo expresa, más
que una idea de pluralidad de individuos, la de plenitud, superabundancia o majestad. La primera palabra del Salmo
1 es un nombre en plural. Literalmente habría de traducirse «las bienaventuranzas del hombre », con lo que se quiere
exaltar la suprema dicha del hombre que «no anda en consejo de malos...», La palabra «vida» en el Antiguo
Testamento está frecuentemente en plural, como en Gn. 2:7. «Sopló en su nariz soplo de vidas» De igual modo, en
el versículo 9 hallamos «árbol de vidas».
Esta forma de plural tiene una modalidad especial en lo que se ha denominado plural de excelencia,
especialmente aplicado al nombre de Dios (Elohim).
El verbo se caracteriza por su raíz triliteral en todos los casos. En su conjugación se distinguen no sólo número y
persona, como en español, sino también género. No puede hablarse propiamente de tiempos, sino más bien de
estados del sujeto y de lo completo e incompleto de la acción. La idea de pasado, presente o futuro no es inherente a
las formas de conjugación. En todo caso, tal idea debe deducirse del contexto. Eso explica la diversidad observada
en las versiones del Antiguo Testamento, sobre todo en la traducción de los textos poéticos. Así, mientras en la
versión de Reina Valera se ha traducido «Jehová es mi pastor, nada me faltará» (Sal. 23:1), en otras se ha optado por
el presente: «Nada me falta..
Observación análoga puede hacerse en cuanto al primer versículo del Sal. 1, en el que el verbo ha tomado en las
diversas traducciones las formas de «anduvo» o «anda». Esta última forma, en presente, parece más coherente con el
versículo que sigue. Este modo de usar los tiempos del verbo posiblemente es exponente de toda una concepción
filosófica del tiempo. «Cualquiera que fuese su posición o punto de vista --observa. M. S. Terry-, el orador o escritor
parece haber contemplado todas las cosas como si tuviese una relación subjetiva con el objeto de su observación.
2
El tiempo para él era una serie de momentos (abrir y cerrar de ojos) de carácter continuo. El pasado se introducía
siempre en el futuro y el futuro se perdía en el pasado.» Este modo de comprender y expresar los hechos es
sumamente valioso para captar la perspectiva gloriosa de las obras de Dios a lo largo de la historia. «La forma de
pretérito perfecto -añade Terry- se usa también al hablar de cosas que han de realizarse de modo cierto en el futuro.
En tales casos, el acontecimiento futuro se concibe como algo ya consumado; se ha convertido en una conclusión
anticipada y un propósito de Dios asegurado. Así, por ejemplo, en el texto hebreo de Gn. 17:20 se lee: «En cuanto a
Ismael, también te he oído y he aquí que le he bendecido y le he hecho fructificar y le he multiplicado mucho en
gran manera. Todo esto había de realizarse en el futuro, pero aquí es presentado como algo ya concluido.
Estaba determinado en el propósito divino, y desde un punto de vista ideal el futuro era visto como algo que ya
había acontecido.. Las partículas o partes invariables de la oración gramatical, por su riqueza de matices, tienen gran
Importancia en el hebreo y deben tomarse en consideración.

La sintaxis es comparativamente simple. El orden normal en las frases es el siguiente: predicado, sujeto,
complemento y palabras especificativas, Puede, sin embargo variar la colocación de sujeto y predicado, poniéndose
en primer lugar el que deba tener mayor énfasis. Las frases son generalmente simples y breves, y aun las frases
compuestas resultan claras. No existen periodos largos estructurados mediante una construcción complicada. Un
buen ejemplo es el capítulo 1 de Génesis. Dejando a un lado las dificultades que en otros aspectos pueda entrañar
este texto, su estructura gramatical no puede ser más simple.
Teniendo en cuenta los rasgos distintivos del hebreo, es evidente que esta lengua constituía el medio más
adecuado para comunicar de modo sencillo los grandes hechos de Dios y su mensaje registrados en el Antiguo
Testamento.
El griego
Como es bien sabido, el griego del Nuevo Testamento no es el de la literatura clásica, sino el koiné o dialecto
común, hablado desde los tiempos de Alejandro Magno (siglo IV a. de C.) hasta los de Justiniano (siglo VI d. de C.)
aproximadamente. Era la lengua del pueblo y se usaba en todo el mundo mediterráneo. Aunque seguían hablándose
las lenguas vernáculas en las diferentes regiones, el koiné era el único medio de comunicación entre todas ellas;
venía a ser como un puente entre las diferentes islas lingüísticas.
Desprovisto de las sutilezas y convencionalismos literarios del griego clásico, el koiné era una lengua viva,
vigorosa, con el sabor de la vida cotidiana. Se distingue por un estilo claro, natural, realista, a menudo vehemente,
que facilita la identificación del oyente o lector con lo que se dice. Por tal motivo suele usarse el presente histórico
en las narraciones, el superlativo con preferencia al comparativo y el lenguaje directo más que el indirecto. Los
elementos enfáticos abundan. Así puede observarse que a menudo se usan pronombres como sujetos de verbos que
no los necesitan. Hace uso de pocas conjunciones. La más frecuente es kai (y); pero ésta abunda, lo que hace que las
cláusulas coordinadas excedan con mucho a las subordinadas. En este aspecto se asemeja al hebreo. Todo ello hace
del koiné un idioma de fácil comprensión.
Por eso tiene aplicación también a esta lengua lo que dijimos respecto al hebreo. De modo providencial se
convertía en vehículo sumamente apropiado para hacer llegar al mundo con claridad el mensaje del Evangelio.
En el koiné del Nuevo Testamento conviene, sin embargo, tener en cuenta el substrato hebraico-aramea-cristiano
que contiene. Hay en el texto neo-testamentario palabras hebreas o arameas que se han transcrito literalmente al
griego. Por ejemplo, abba, padre (Mr. 14:36; Ro.8:15); hosanna, salva ahora (Jn. 12:13); sfkera, bebida alcohólica
(Le. 1:15); Satán (2 Ca. 12:7)…
En otros casos, términos griegos expresan conceptos hebreos, lo que debe tenerse muy presente en el momento
de traducir o interpretar ciertos pasajes. Puede servimos de orientación el vocablo rema. Los escritores griegos lo
habían usado para significar «palabra» o expresión oral. Pero en la Septuaginta se emplea para traducir el término
hebreo dabar, que tenía un doble significado: palabra y asunto o acontecimiento: este último es el que predomina.
En este sentido se usa en Le. 2:15: «Veamos esto que (to-rematouto ha sucedido.» Algunas formas de expresión
también son derivadas del hebreo: «buscar la vida» de alguien (Mt. 2:20; Ro. 11:3); «aceptar la persona», en el
sentido de mostrar parcialidad (Le. 20:21; Gá, 2:6) o «poner en el corazón» (Le, 1:66; 21:14; Hch. 5:4). Asimismo
siguen la pauta hebrea algunas formas de construcción gramatical. Especial mención merece también el hecho de
que no pocas palabras griegas reciben en el Nuevo Testamento un nuevo significado.
Así parakaleó, que originalmente significaba «llamar» o «convocar», en el Nuevo
Testamento expresa también las ideas de suplicar, consolar, alentar, fortalecer.
3
La palabra eiréné, como expresión de estado opuesto al de guerra, es elevada por la vía del concepto hebreo
(bienestar en su sentido más amplio) hasta las alturas del bienestar supremo alcanzado en la nueva relación que el
hombre puede tener con Dios por la obra mediadora de Cristo y mediante la.fe. Como hizo notar F. Bleek, «habría
sido imposible dar expresión a todos los conceptos e ideas cristianas del Nuevo Testamento si los escritores se
hubiesen limitado estrictamente a usar las palabras y frases comunes entre los griegos con los significados que
normalmente tenían. Estas ideas cristianas eran totalmente desconocidas para los griegos, por lo que no habían
formado frases adecuadas que pudieran darles expresión»," Este hecho hace necesario que el intérprete del Nuevo
Testamento esté en condiciones de conocer no sólo el significado original o corriente del léxico griego, sino también
los nuevos matices adquiridos por muchas palabras como herencia del pensamiento hebreo y por imperativo de los
nuevos conceptos surgidos con el cristianismo.
Lo expuesto sobre la importancia del dominio de las lenguas originales tiene especial aplicación a los
especialistas en exégesis. Evidentemente son muchos los estudiantes, pastores y predicadores ocupados en la
exposición de la Escritura que nunca llegan a alcanzar tal conocimiento. Pero no por eso deben renunciar al trabajo
necesario para aproximarse tanto como les sea posible al texto original y a las peculiaridades lingüísticas que
inciden en la determinación de su significado. En la actualidad existen diccionaríos, concordancias" y comentarios
exegéticos que, usados con discernimiento, pueden ayudar a conseguir resultados muy satisfactorios.
2. REGLA FUNDAMENTAL DE LA INTERPRETACIÓN BÍBLICA
La regla fundamental dice que la Escritura es explicada por la Escritura, es decir, que la Biblia es su propio
intérprete. Podemos notar este principio en 2Pedro 1:21 y 2Tim. 3:16-17.
La Biblia se interpreta a sí misma y que lo que es oscuro en un pasaje puede ser iluminado por otro. A ninguna
declaración única ni a ningún pasaje oscuro de un libro se puede permitir hacer a un lado una doctrina que se halla
claramente establecida por varios pasajes. Los textos obscuros han de interpretarse a la luz de los claros, sencillos y
positivos. Dice Fairbairn: "La fe según la cual se determina el sentido de un pasaje especial, debe ser tal que
descanse sobre el amplio significado de alguna de las más explícitas declaraciones de las Escrituras, acerca del
significado de las cuales no puede caber duda razonable en una mente libre de prejuicios. Y cuando, para fijar
principios generales de fe debamos elegir entre dos pasajes, siempre deberemos conceder mayor peso a aquellos en
los cuales no se mencionen meramente de una manera accidental los asuntos relacionados con ella, sino que se los
trate y discuta formalmente; pues en tales casos no nos es dado dudar de que el punto acerca del cual buscamos una
declaración autorizante, estuvo claramente, ante los ojos del escritor". Es evidente que ninguna doctrina que se
apoya en un solo pasaje de las Escrituras puede pertenecer a doctrinas fundamentales reconocidas en la analogía de
la fe. Mas no ha de inferirse de esto que ninguna declaración específica de las Escrituras sea autorizante a menos
que esté apoyada por otros pasajes paralelos. A menos que esté claramente contradicha o excluida por la analogía de
la fe, o por alguna otra declaración igualmente explícita, una declaración positiva de la Palabra de Dios es suficiente
para establecer un hecho o doctrina. De aquí se sigue que la analogía de la fe, como principio de interpretación, es,
necesariamente, limitada en su aplicación. Es útil para sacar a luz la importancia y prominencia relativas de dife-
rentes doctrinas y para preservar contra exposiciones de los sagrados oráculos viciadas por parcialidades. Exhibe la
unidad interna y la armonía de toda la Revelación divina. Encarece la importancia de consecuencia en la in-
terpretación, pero no puede gobernar al intérprete en la exposición de aquellas partes de l-a Biblia que se hallan sin
paralelo real y a las que ningunas otras partes se le oponen. Porque del progreso de las doctrinas en la Biblia es
dable inferir con justicia que aquí y acullá puedan haberse dado revelaciones aisladas de verdad divina en pasajes en
los que el contexto no dió ocasión para mayores desarrollos o elaboración.

3. PRIMERA REGLA: TOMAR LAS PALABRAS EN SU SENTIDO USUAL Y ORDINARIO


El lenguaje es cambiante, se va transformando a lo largo de la historia. Y no me refiero sólo al significado de las
palabras sino a la formación de expresiones, lugares comunes y frases hechas. No todas las expresiones son literales:
el desarrollo del lenguaje ha generado expresiones figuradas, que no pueden ser tomadas literalmente. Cuando
leemos en la Biblia “este es mi cuerpo”, no se expresa literalmente que el pan sea el cuerpo de Cristo.
Así vemos cómo la hermenéutica también se aplica a la literatura. Cuando se quiere leer por ejemplo Don Quijote de
la Mancha, las palabras y las frases empleadas se han de analizar en su contexto histórico, no en el nuestro. Hay que
reconocer que en cualquier idioma una misma palabra puede tener más de un significado.
Se puede demostrar esto por medio de la comparación entre la palabra “coche” con su equivalente inglés:
4
“coach”. Entre los varios significados de la palabra española, “coche” puede significar un taxi, un carro de mano
para carga, y en el Estado de Chiapas, México, un puerco. La palabra inglesa “coach” puede significar una
diligencia, un cochecito para niños, un carro de ferrocarril, o el instructor de un equipo atlético. Por esto, no será
correcto en todo caso traducir la palabra “coche” usando la palabra “coach” en inglés. Sin embargo, las dos palabras
tienen algo en común: la idea de un carro. Por esto, las palabras usadas en alguna traducción de la Biblia en
cualquier idioma, no representan necesariamente el sentido exacto de las palabras del texto original. Tampoco
siempre incluyen todo lo que las palabras del texto bíblico significaban en el idioma original. Algunas personas han
dicho que sin un conocimiento amplio de los idiomas bíblicos, nadie debe considerarse intérprete de la Biblia.
Aunque esta afirmación es claramente una exageración, encierra una verdad importante: que es preciso entender
el significado de las palabras originales. Para el estudiante que nunca tuvo la oportunidad de estudiar el griego o el
hebreo, hay libros de consulta para ayudarles. Libros sobre la gramática de estos idiomas, y el vocabulario del texto
bíblico, existen en las mejores bibliotecas bíblicas o teológicas, así como en varias librerías evangélicas. Para ver
una lista de libros sobre estos temas, véase al final de este libro: “Libros Recomendados para la Biblioteca del
Intérprete”.
Como ejemplo de una traducción inadecuada en la antigua versión de Reina y Valera, veamos primero Romanos
10:9. Allí la palabra “confesar” traduce la palabra griega homologeo.
Está compuesta de dos elementos: homo, mismo, y logeo, hablar. Justamente la palabra original significa admitir,
decir la misma cosa, o estar de acuerdo. Sin embargo, es difícil sacar esta idea de la traducción: “Que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor…”
Este versículo no quiere decir confesar pecados al Señor, sino hacer confesión con la boca de que uno está de
acuerdo con Dios acerca de Jesús; o que dice de él lo mismo que Dios dice. Cuando el intérprete haya captado el
sentido verdadero del texto, lo podrá explicar con provecho a su auditorio. La Versión Revisada y la Popular han
mejorado la traducción. Dice esta última: “Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor… serás salvo.” 2

A. DE ACUERDO AL CONTEXTO CULTURAL Y EL TIEMPO


Miremos por ejemplo las distintas maneras de entender la palabra “carne”. Otras versiones de la Biblia nos
pueden ayudar con algunos de estos textos. Anote el significado de “carne” en cada uno de estos textos:
a) Gén. 6:12
Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la
tierra. Gen 6:12
 “Tierra” no significa literalmente que Dios miró el polvo o el suelo, sino que miró a la humanidad.
 Cuando dice “toda carne”, se refiere a los hombres (seres humanos), no se refiere a los animales que, aunque
son de carne, no entran ene sta expresión.
 “Camino” se refiere a la conducta de las personas, a su vida y actuar, no literalmente a una ruta transitable.
Estamos hablando de un lenguaje simbólico. En algunos casos son hebraísmos: expresiones propias y
exclusivas del pueblo judío.

b) Sal. 78:27 y 39 (dos sentidos) f) Jn. 3:6


c) Mt. 26:41 g) Rom. 8:5
d) Jn. 6:63 (La VP le puede ayudar) h) Fil. 3:3
e) Jn. 1:14 i) 1 Co. 6:16

Ahora que hemos hecho este trabajo, sería bueno ver lo que un diccionario bíblico dice sobre “carne”.
Modismos: Es bueno saber si una palabra o frase es un modismo, es decir una expresión idiomática. Una buena
Biblia de estudio a veces explica estos. Por ejemplo, cuando los hebreos querían incluir la totalidad de una cosa,
mencionaron los extremos. Vemos esto en Rom. 8:38-39, donde “ni lo profundo ni lo alto” incluye todo lo que hay
entre lo profundo y lo alto, es decir, ni nada nos podrá separar del amor de Dios.
La misma idea se encuentra en las expresiones “alfa y omega”, “el primero y el postrero”, El principio y el fin”, y
“el primero y el último” (Apoc. 8, Isa. 44:6; Apoc. 21:6; 22:13). Otro ejemplo de un modismo se encuentra en Lucas

2
de la Fuente, T. (1985). Claves de interpretación biblica - edición actualizada : De la Fuente, Tomás (41). El Paso, Texas: Casa Bautista de
Publicaciones.
5
13:32. Jesús dice: “He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra”.
La Biblia de Estudio NVI explica esto diciendo: “hoy y mañana. En el uso semítico, esta frase podría referirse a un
período de tiempo indefinido pero limitado.” Es decir, no debemos interpretar esto literalmente. Es una manera de
hablar, un modismo.
A veces los hebreos usaron ciertos números en forma simbólica. Por ejemplo, el número tres a veces significaba
algunos o varios. A veces el número cuatro significaba calidad de completo o perfección Un ejemplo más de una
expresión idiomático, una que se encuentra en muchas veces en el A.T., es donde alguien dice, el día que… A veces
esta expresión quiere decir ciertamente, como en Gén. 2:17 (NVI) donde Dios dice, “El día que de él comas,
ciertamente morirás”. Otros ejemplos de este uso se encuentran en 1 Reyes 2:37 y Ex. 10:28.
En resumen, notamos como una sola palabra puede tener varios significados distintos, según el contexto. Esto
ocurre en cualquier idioma, incluso los idiomas hebreo y griego de la Biblia.

B. DE ACUERDO A LA ETIMOLOGÍA DE LAS PALABRAS


Miremos la palabra “cielo” (una sola palabra en griego, ouranos). Se notan los distintos usos de esta palabra:
a) En forma cosmológica y visible: El universo entero se llama “el cielo y la tierra” (Gén. 1:1; Mt. 5:18). “El
cielo” es lugar de las estrellas (Mt. 24:29), y donde vuelan las aves (Mt. 6:26).
b) Como sinónimo para Dios: En Lc. 15:18, 21 el hijo pródigo dice: “Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti”. En el evangelio de Mateo encontramos la expresión “reino del cielo”.
Un pasaje paralelo en Mar. 1:15 dice “reino de Dios”. Mateo se dirigió a los hebreos que querían evitar usar el
nombre de Dios y comúnmente substituyeron la palabra “cielo”.
c) El lugar donde habita Dios: En Mt. 6:9 Cristo nos enseña a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos...” En
Mt. 6:19-20 dice que debemos juntar nuestros tesoros “en el cielo”. En Jn. 3:13 Cristo dice: “Nadie subió al cielo,
sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre…” Los ángeles vienen del cielo (Mt. 28:2). Se llaman “las
huestes celestiales” (Lc. 2:13). Esperamos a Cristo “de los cielos” (1 Tes. 1:10). Debemos juntar nuestros tesoros
“en el cielo” (Mt. 6:19-20).
Miremos la palabra “fe”. Anote los distintos usos de esta misma palabra:
a) Mr. 11:22
b) Rom. 14:23 (La NVI nos ayuda aquí).
c) Judas 20
d) Hch. 17:31 (Otras versiones nos ayudan con esto).
C. EL USO DE LAS PALABRAS SINÓNIMAS.
Miremos la palabra “mundo”. Es la traducción de varias palabras en griego, incluso cosmos, aion y oikumene.
Se nota que a veces la misma palabra en español es una palabra distinta en el idioma original. Anote las distintas
maneras de entender esta palabra “mundo”:
a) Jn. 3:16 (cosmos en griego)
b) 1 Jn. 2:15 (cosmos)
c) 1 Tim. 6:17 (aion en griego) (Algunas versiones dicen “mundo” y otras dicen “siglo” u otra palabra)
d) Mt. 24:14 (oikumene en griego)
e) 2 Tim. 4:10 (aion)
f) Mr. 16:15 (cosmos)
Busque ahora la palabra “mundo” en un diccionario bíblico. ¿Existen más significados de esta palabra?
4. SEGUNDA REGLA: TOMAR LAS PALABRAS EN EL SENTIDO QUE INDICAN EL CONJUNTO DE LA
FRASE
Se deben tomar las frases o las palabras en su contexto, es decir, se debe considerar el sentido que indica el
conjunto de palabras que las rodean.
A. SIGNIFICADO FIJO EN CONEXIÓN CON EL PASAJE EN QUE OCURRE
Gracia: En su sentido estricto significa “favor inmerecido”. Más concretamente, la gracias es el favor que Dios
nos hace y que no merecemos.
6
Efe 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
 En este caso gracia es favor inmerecido.
Hec 14:3 Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba
testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.

 Aquí gracia es evangelio. Mat 10:8


Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
 Y aquí gracia significa sin costo, gratis.
Carne: Usualmente se refiere a una persona. Efe 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes.
 Es decir, nuestra lucha no es contra
personas.
Eze 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
 Aquí la carne se interpreta como tener
un corazón sensible, tierno, con la vida de Dios. Gal 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
 En este caso carne se refiere a la
maldad del hombre.
2Co 10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
 Carne aquí signfiica humanidad,
proceder con base en nuestros métodos
1Ti 3:16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne,
 Sería absurdo interpretar aquí carne como maldad. Decir que Dios fue manifestado en carne significa que
fue hecho hombre
B. ANÁLISIS DE LAS PALABRAS QUE ESTÁN DESPUÉS Y DESCRIBIR SU CONTEXTO
Revisemos por ejemplo la palabra Fe:
En su sentido estricto es confiar en Dios.
Pero cuando se dice que los notarios “dan fe”, no implica que tengan fe en Dios, sino que “dan testimonio fiel de un
acontecimiento”. El acto de dar fe significa atestiguar con autoridad y con verdad.
Hec 17:31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien
designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
 Aquí fe signfiica testimonio. Dios
mismo les dio testimonio a todos al levantar a Jesús de los muertos.
 Quiero aprovechar para señalar que el
texto no habla de salvación para todos. La Biblia no enseña que todos se salvarán como algunos predican, sino de
dar testimonio a todos, aunque algunos no creerán.
Hec 6:7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén;
también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
 Fe como doctrina
Gal 1.23 Solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo
asolaba.
 En este caso, “fe” se refiere a la
doctrina, el evangelio.
Salvación: La interpretación más usual de la palabra salvación nos conduce a ligarla con el pecado: salvación del
pecado. Pero en algunos textos significa simplemente no sufrir un mal.
Hec 7:25 Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo
habían entendido así.
 La versión antigua decía “salvación”,
pero en realidad habla de “libertad”
Rom 13:11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca
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de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
 Aquí salvación se refiere a la segunda
venida de Cristo
Heb 2.1-4 / Heb 2:3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?
 Aquí salvación es el mensaje, lo vemos
en todo el contexto: “siendo anunciada”. Todo el capítulo uno y el capítulo dos habla del mensaje que Dios nos da,
no de la salvación del pecado.

5. TERCERA REGLA: TOMAR LAS PALABRAS EN EL SENTIDO QUE INDICA EL CONTEXTO:


CONTEXTO: La palabra contexto está compuesta de dos palabras latinas: cum (junto a) y textum (tejido; por
extensión, contextura, trama). Aplicado a documentos escritos, expresa la conexión de pensamiento que existe entre
sus diferentes partes para hacer de ella un todo coherente. El valor de contexto es obvio: sin él no hay correcta
interpretación. El contexto liga, entreteje, une a dos o más pasajes bíblicos de igual valor espiritual y literario.
EXTENSIÓN DEL CONTEXTO: Hay dos tipos de contextos. El contexto remoto y el contexto inmediato. El
primero en un sentido amplísimo, está constituido por la totalidad de la escritura. Pero de ese contexto debe pasarse
sucesivamente a otros cada vez más reducidos: Antiguo o Nuevo Testamento, serán contextos más limitados el
Pentateuco, los libros históricos, los poéticos, los Sapienciales o los proféticos, y dentro de cada grupo, cada uno de
los libros que lo forman. De un modo análogo el contexto del Nuevo Testamento se reduce mediante la clasificación
en evangelios, Hechos de los Apóstoles, epístolas y Apocalipsis.
Después se delimitará la sección del libro en la que se encuentra el texto y se determinará el contenido esencial
de la misma. Y así se proseguirá la reducción hasta llegar al contexto más próximo al pasaje cuya exégesis se quiere
efectuar. En el tránsito de contextos más amplios a otros más reducidos, conviene descubrir y tomar en
consideración el propósito del autor.
TIPOS DE CONTEXTO: La conexión entre el texto y su contexto inmediato puede ser: (1) Lógica, cuando las
ideas del texto aparecen engarzadas en la línea de pensamiento de toda la sección; (2) Histórica, cuando existe una
relación de determinados hechos o acontecimientos (por ejemplo la conversación de Jesús con el ciego de
nacimiento (Jn.9:35-38) y el contexto de su curación y testimonio (9:1-34)); (3) Teológica, si el contenido del texto
forma parte de un argumento doctrinal.
En el examen del contexto deben tenerse en cuenta los paréntesis, digresiones y los cambios bruscos de un tema a
otro. En cualquiera de estos casos, el hilo del pensamiento del autor parece romperse para introducir una línea nueva
de reflexión. El intérprete habrá de tener el debido discernimiento para advertir que el verdadero contexto no lo
constituyen los versículos que anteceden o siguen inmediatamente al texto objeto de exégesis, sino en unas porción
anterior o posterior de los mismos (por ejemplo, el contexto de 2.Cor.5:11 al 6:13 es 2.Cor.7:2-16. En la sección del
6:14 al 7:1 ocurre un cambio brusco de tema)
PASAJES PARALELOS: No siempre el contexto aporta luz para la mejor comprensión de un texto.
Puede suceder que este se encuentre aislado, sin conexión con lo que ele antecede o le sigue. Es lo que vemos en
la mayor parte de los textos de proverbios, pues con la excepción de algunas secciones cuyo contenido gira en torno
a temas concretos (las malas compañías 1:10-19; la vida de piedad, 3:1-12; la sabiduría, 3:13-4:27; 8:1-9:18; las
exhortaciones contra la impureza, 5:1-23;6:20-7:27; la amonestación del rey, 31:1-29; y el elogio de la mujer
virtuosa, 31:10-31), el resto del libro está compuesto de máximas y sentencias discontinuas. Algo análogo acontece
con determinadas porciones de Eclesiastés y del Cantar de los Cantares. En el resto de las Escrituras, aunque con
menos frecuencia, también hallamos pasajes inconexos. En tales casos es inútil trabajar en el contexto. La ayuda
hemos de buscarla en los pasajes paralelos, es decir aquellos que en otros lugares de la Biblia se refieren al mismo
hecho histórico, a la misma enseñanza, exhortación o tema semejante. En estos pasajes paralelos generalmente
hallamos ayuda no solo para entender mejor el texto que tratamos de interpretar, sino también para obtener una
perspectiva más amplia tanto de su significado como de sus aplicaciones. Como por ejemplo “aborrecer” en Lucas
14:26 equivale a “amar menos” en Mateo 10:10-37, con la consecuencia lógica de que si la familia es hostil a Cristo
(véase el contexto de Mt.10:34-39),
LEY DEL CONTEXTO
El contexto pude ser alguna porción bíblica que está relacionada con el contenido del texto bíblico que es motivo de
interpretación, y que en consecuencia contribuye a una clara comprensión de su enseñanza. El contexto puede ser:
1.- El contexto inmediato.- Este está integrado por los versículos que están antes y después del texto que se
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estudia.
2.- El contexto remoto o más distante.- Está integrado por todas las porciones bíblicas más remotas en relación
con el texto que se interpreta. Tiene los siguientes matices:
(a)Todo el libro donde se encuentra la porción motivo de interpretación.
(b) Todos los libros o epístolas escritos por el mismo autor del texto.
(c) Toda la Biblia en general.
3.-El contexto bíblico histórico.- En muchas oportunidades conocer el entorno histórico, es decir, las costumbres
y condiciones de la época bíblica arroja más luz sobre el texto objeto de nuestra interpretación.
Ejemplos prácticos del contexto inmediato.
1.-Juan 14:18. ¿A qué se refiere Cristo cuando dice: Yo vendré a vosotros?
Contexto inmediato: Juan 14: 15-17; Juan 14: 19-26. Por la lectura del contexto inmediato concluimos que Jesús
se está refiriendo a su venida en la persona del Espíritu Santo para morar en el corazón del creyente.
2.-Juan 20:8. ¿Qué fue lo que creyó el discípulo cuando fue al sepulcro donde Jesús fue puesto?
Contexto inmediato: Juan 20:1-7; 20:9-10. Por la lectura del contexto concluimos que lo que creyó el discípulo fue
que el cuerpo de Jesús había sido robado.
3.- 1 Tes. 5:2. ¿Para quienes será la venida del Señor como ladrón en la noche?
Contexto inmediato: 1 Tesalonicenses 4:13-5:1; 5:3-5. Por el contexto inmediato nos damos cuenta que la venida
del Señor será como ladrón en la noche para los impíos, pues para estos vendrá destrucción repentina, no así para los
creyentes que son hijos de luz y del día.
4.-Hebreos 12:1. ¿Cuál es la grande nube de testigos que tenemos a nuestro derredor?
Contexto inmediato: Hebreos 11 (todo el capitulo). La grande nube de testigos está integrada por los héroes de la fe
a que hace referencia el capítulo 11.
5.-Génesis 35:2. ¿Fueron idólatras los hijos de Jacob?
Contexto inmediato: Génesis 34: 17-31. No, sino que ellos habían venido robando los ídolos entre las otras cosas.
(No fueron idólatras pero sí ladrones).
6.-1Corintios 15:19. ¿Puede ser el cristiano digno de lástima?
Contexto inmediato 1 de Corintios 15:13-20, No somos dignos de lástima porque Cristo sí resucitó.
7.-Filipenses 2:12 ¿El cristiano tiene la salvación por sus propios esfuerzos?
Contexto inmediato: Filipenses 2:13-15. No, es Dios el que hace la obra en el cristiano.
8.-1 Corintios 2:9 ¿Cuándo conoceremos esas cosas nunca antes vistas ni oídas?
Contexto inmediato: 1 Corintios 2:6-10. Ahora por medio del Espíritu Santo nos han sido reveladas.
9.- Josué 24:15 ¿Se refiere éste versículo a que tenemos que escoger entre el mundo y Dios?
Contexto inmediato: Josué 24:14-16. Se trata de escoger entre Dios Jehová y los dioses falsos.
Ejemplos prácticos del contexto remoto
1.- Números 25:2. ¿Cuál fue la causa por la que Israel comió y se inclinó entre los dioses de Moab?
Contexto remoto: Números 31:16; Apocalipsis 2:14. El contexto distante señala que fue el profeta Balaam el que
aconsejó al rey Balac que incite a los israelitas a fornicar con las hijas de Moab e inclinarse ante sus dioses paganos.
2.-Génesis 18:20-25. ¿Por qué Abrahán intercedió únicamente por Sodoma y no por las otras ciudades de la
llanura?
Contexto remoto: Génesis 13:12; 14:12; 2 Pedro 2:6-7 El contexto distante señala que en Sodoma vivía Lot,
sobrino de Abrahán, entonces esta era la razón por la que Abraham intercedió sólo por esa ciudad.
3.- Juan 21:15. ¿Por qué el Señor dijo a Pedro: Me amas más que éstos?
Contexto remoto: Mateo 26: 30-35; Marcos 14: 66-71. Por este contexto conocemos que Pedro había negado en
forma cobarde a su Maestro Jesús, a pesar de haber dicho en presencia de sus compañeros que lo amaba más que todos
ellos al decir que estaba listo hasta morir por su Señor, y que nunca se iba a escandalizar de Él. Entonces, Jesús tiene
razón para preguntarle a Pedro: )¿Me amas más que éstos?
4.-Juan 7: 23 ¿Cuál fue el hombre que Jesús sanó completamente en el día de reposo?
Contexto remoto: Juan 5: 5-9. La lectura de este contexto señala que él fue el paralítico del estanque de Bethesda.
5.- Jueces 5:8. ¿Por qué el pueblo de Dios no tenía armas?
Contexto remoto: Jueces 3:16, 31. La respuesta es 1 Samuel 13: 19-22. Porque los filisteos se lo habían prohibido.
6.- Mateo 27:37. ¿Qué decía el letrero sobre la cruz del Señor? Aparentemente los evangelistas no están de
acuerdo en esto.
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Contexto remoto: Cada uno de los evangelistas escribió de acuerdo a su propio énfasis y estilo.
Mateo 27: 37 ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS
Marcos 15: 26 EL REY DE LOS JUDÍOS
Lucas 23: 38 ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS
Juan 19: 19 JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS
Al considerar en conjunto cada relato tenemos la solución.
Respuesta: ESTE ES JESÚS NAZARENO EL REY DE LOS JUDÍOS
7.- Lucas 8: 26-26 --> Lucas 8: 26-28. ¿Cuántos endemoniados eran?
Contexto remoto: Mateo 8:28. Eran dos endemoniados.
8.- 2 Reyes 21:1-18. ¿Se condenó Manasés?
Contexto remoto: 2 Crónicas 33:9-13. Se salvó, porque se arrepintió.
9.- Romanos 9:13 ¿Por qué Dios amo a Jacob y Aborreció a Esaú?
Contexto remoto: Génesis 25: 19-26 Debido a la Presciencia de Dios.
10.-2 Samuel 1: 8-16 ¿Cómo murió Saúl?
Contexto Remoto: 1Cró. 10:1-6. Hay que tomar en cuenta dos aspectos:
a.- El énfasis en la frase: "así murió Saúl" 1Cró. 10:6-13, 1Sam. 31:6
b.- Una nota histórica: originalmente 1 y 2 de Samuel constituían un solo rollo por lo tanto la narración de la
muerte de Saúl quedaba junto a las declaraciones del Amalecita; Esto hacía resaltar la mentira del último.
11.-Mateo 10:18. ¿Constituye Pedro el fundamento de la iglesia como pretenden los romanistas?
a.- La interpretación que usa la institución católica romana (la dogmática) en el primer concilio Vaticano en el año
1870 diciendo que se refería a Pedro quien sería el primer papa.
b.- Una segunda interpretación de San Juan Crisóstomo, dijo sobre la fe de la confesión de Pedro, que la roca era la
palabra de Pedro.
c.- San Agustín da una tercera interpretación diciendo que la roca era Cristo.
Contexto remoto: Mateo 21:42-44; 1 Pedro 2:4,8; Efesios 2:20; 1 Corintios 3:10,11. El fundamento o roca de la
iglesia es Cristo.
Irregularidades contextuales
En el examen del contexto deben tenerse en cuenta los paréntesis, las digresiones y los cambios bruscos de un
tema a otro. En cualquiera de estos casos, el hilo del pensamiento del autor parece romperse para introducir una
línea nueva de reflexión.
La segunda carta a los Corintios abunda en este tipo de irregularidades. Tomemos como ejemplo 2 Co. 3:18.
Observamos que el contexto inmediato anterior (vs. 15-17) es un paréntesis. El contexto real se encuentra en el
versículo 14, y en todo el pasaje relativo a la gloria del ministerio apostólico (3:1 y ss.).
Como ilustración de ruptura en el desarrollo de un tema podemos citar 2 Ca. 6:14-7:1. El asunto introducido en
esta porción es completamente ajeno a los pasajes que la preceden y siguen. Si prescindimos de ella, se restablece la
coherencia y la unidad de pensamiento entre 6:13 y 7:2. Por consiguiente, si hubiéramos de interpretar 7:2, no nos
entretendríamos buscando luz y ayuda en un contexto inmediato (6:14-7:1) que en realidad no lo es; nos
remontaríamos al pasaje anterior del capítulo 6 (vs, 1-13).
Una última observación sobre el contexto. La actual división de nuestras versiones de la Biblia en capítulos y
versículos es arbitraria.
No existía división de ninguna clase en los antiguos manuscritos.
La Vulgata Latina fue la primera versión dividida en capítulos, obra del cardenal Hugo en el siglo XIII, aunque
tal división es atribuida también al arzobispo de Canterbury, Langton, en el año 1227. Posteriormente el Antiguo
Testamento hebreo fue fraccionado de modo análogo por Mardoqueo Nathan en 1495; y el Nuevo Testamento, en
1551, por Robert Stephens, quién colocó la numeración de los versículos en el margen del texto.
El modo en que se han fijado capítulos y versículos dista mucho de ser perfecto. A menudo las divisiones son
deplorables, pues fraccionan indebidamente porciones que habrían de aparecer como un todo, con lo que se
oscurece su significado. Podríamos citar innumerables ejemplos de división desdichada. Baste la mención de dos
ejemplos. El texto de Isaías sobre el Siervo doliente no empieza en 53:1, sino en 52:13. Los primeros cinco
versículos de Jeremías 3 deberían formar parte del capítulo anterior; mucho más lógico habría sido dar comienzo al
capítulo 3 con el versículo 6, donde se inicia la comunicación de un nuevo mensaje de parte de Dios.
No menos desafortunados son a veces los lugares en que se colocan los epígrafes que encabezan párrafos o
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secciones en muchas versiones modernas. El defecto es semejante al señalado respecto a la división en capítulos y
versículos, dejando aparte lo correcto o incorrecto de sus enunciados y el abuso que a veces se hace en la inserción
de esos títulos.
La versión española de Reina Valera 1960 es bastante aceptable en lo que concierne a esta cuestión. Pese a ello,
no siempre es recomendable. En 1 Co. 2, por ejemplo, ¿hay necesidad de introducir dos epígrafes (Proclamando a
Cristo crucificado», vs. 1-5, y «La revelación por el Espíritu de Dios», vs. 6-16)? ¿No se induce de este modo a
quebrar la unidad de todo el capítulo, cuyo pensamiento central es «la sabiduría de Dios» dada a conocer por su
Espíritu? «Cristo crucificado» es una de las expresiones más maravillosas de la Biblia; pero en el texto que
consideramos ¿ocupa un lugar tan relevante que justifique un epígrafe sobre un pasaje en el que la idea clave es
otra?
Sirva lo consignado para precaver a quien interpreta un pasaje de la Escritura contra los pobres servicios que
pueden prestarle ayudas arbitrarias en la determinación del contexto. Es el propio intérprete quien debe realizar ese
trabajo con su capacidad analítica y su discernimiento.

6. QUINTA REGLA: CONSULTAR LOS PASAJES PARALELOS


A. DEFINICIÓN
PASAJES PARALELOS
No siempre el contexto aporta luz para la mejor comprensión de un texto. Puede suceder que éste se encuentre
aislado, sin conexión con lo que le antecede o le sigue. Es lo que vemos en la mayor parte de los textos de
Proverbios, pues con la excepción de algunas secciones cuyo contenido gira en torno a temas concretos (las malas
compañías, 1:10-19; la Vida de piedad, 3:1-12; la sabiduría, 3:13-4:27; 8:1-9:18; las exhortaciones contra la
impureza, 5:1-23; 6:20-7:27; la amonestación al rey, 31:2-9; y el elogio de la mujer virtuosa, 31:10-31), el resto del
libro está compuesto de máximas y sentencias discontinuas. Algo análogo acontece con determinadas porciones de
Eclesiastés y del Cantar de los Cantares. En el resto de las Escrituras, aunque con menos frecuencia, también
hallamos pasajes inconexos. En tales casos, es inútil trabajar en el contexto. La ayuda hemos de buscarla en los
pasajes paralelos, es decir aquellos que en otros lugares de la Biblia se refieren al mismo hecho histórico, a la misma
doctrina o a una enseñanza, exhortación o tema semejante. En estos pasajes paralelos generalmente hallamos ayuda
no sólo para entender mejor el texto que tratamos de interpretar, sino también para obtener una perspectiva más
amplia tanto de su significado como de sus aplicaciones.
Sírvanos de ilustración el texto de Lucas 14:26, que ya comentamos al ocupamos del uso de modismos. Entonces
vimos el significado del verbo «aborrecer» a la luz del usus loquendi. Pero el pasaje de Mt. 10:37 deja
perfectamente clara la cuestión: «el que ama padre o madre más que a mí no es digno de mí». Así, pues, «aborrecer»
en el texto de Lucas equivale a amar menos, con la consecuencia lógica de que si la familia es hostil a Cristo (véase
el contexto de Mt. 10:34-39), el discípulo de Jesús ha de optar por la lealtad a su Maestro, aun si en casos extremos
ello significa la ruptura de la comunión familiar.
Los paralelos pueden ser verbales y conceptuales. Son verbales cuando en ellos se encuentra la misma palabra o
frase que en el texto con un sentido idóneo o semejante. De no ser así, el paralelo es aparente, no real, y en vez de
sernos de orientación, más bien puede confundimos. Si estudiamos, por ejemplo, el texto de Ef. 2:8: (e Por gracia
sois salvos, por medio de la fe»), en el análisis semántico de la palabra «fe» sería un mal paralelo Jud. 3, donde
leemos de la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez por todas. Obviamente, el significado de la «fe» es
diferente en ambos pasajes. En el primero, se refiere a la confianza del creyente en Cristo que le une a Él de modo
vital para la salvación; en el segundo, indica el cuerpo de verdades reveladas y contenidas en el Evangelio. En
cambio, un ejemplo aceptable de paralelo verbal, con conexión de semejanza, podríamos establecerlo entre el
mencionado texto de Jud. 3 y Ef. 4:5, 13. Una penetración paciente y minuciosa en este tipo de paralelos suele ser
remuneradora, pues ensancha los horizontes de un texto y lo completa. Cuando leemos en Ef. 3:6 acerca del
«misterio » revelado por el Espíritu, «que los gentiles son coherederos... y copartícipes de la promesa en Cristo
Jesús», podemos preguntarnos:
¿Para quién es la promesa? ¿Cual es el contenido de esta? Un estudio cuidadoso de los paralelos nos lleva a
Abraham, a quien primeramente fue hecha la promesa, y a su «simiente» (Rom. 4: 13; Gál. 3:29). Los judíos eran
descendientes de Abraham, por consiguiente, para ellos era la promesa (Rom. 9:4). Los gentiles, excluidos de la
«ciudadanía de Israel», eran «ajenos a los pactos de la promesa» (Ef. 2: 12). Pero el Evangelio revela que son
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«descendientes » de Abraham todos los que creen como él (Rom. 4:16).
Esta realidad es magistralmente aclarada y demostrada cuando se descubre que la «simiente» por excelencia, de
Abraham es Cristo (Gál. 3:16). Así que en Cristo -y sólo en El- judíos y gentiles constituyen los auténticos
descendientes del patriarca, herederos de la promesa (Gál. 3:29). En cuanto a la sustancia de ésta, los paralelos nos
hablan de «herencia» (Gál. 3:18), de «justicia» y de «vida» (Gál. 3:21; Rom. 4:17), de «Espíritu» (Gál. 3:14; Ef.
1:13), de ser hechos «hijos» (Rom. 9:8; Gál. 4:22 y ss.). En resumen, la promesa incluye todas las bendiciones que
Dios nos otorga en Cristo.
Los paralelos conceptuales existen donde hay correlación de hechos o de ideas, a pesar de que éstos se expresen
con diferentes palabras. Este tipo de paralelismo lo podemos ver en He 2 y Fil. 2:2; en ambos, el tema es la
humillación de Cristo. O en Rom. 3:24-26 y Heb. 9:11-10:14, cuyo contenido esencial es la redención por la muerte
expiatoria de Cristo.
En el estudio de paralelos es aconsejable seguir un orden:
1. Buscarlos primeramente en el mismo libro, si los hay, o en los escritos del mismo autor. Si, por ejemplo, nos
ocupamos de un texto de Pablo sobre la fe, recurriremos a los paralelos que pueden hallarse en sus cartas antes de
pasar a otros en la epístola a los Hebreos o en la de Santiago, donde el enfoque conceptual puede ser diferente.
2. Dar prioridad a los que aparezc.an en Libros o secciones que tratan de iguales temas o de cuestiones afines.
Así tendrán preferencia los paralelos de los evangelios cuando se trate de .un texto de cualquiera de ellos; los de
Romanos cuando se estudien textos de Gálatas; los de Efesios si se interpreta un pasaje de Colosenses, y los de 2
Pedro, o algunos capítulos de las cartas pastorales en el caso de una porción de la epístola de Judas.
3. De modo parecido se establecerá un grado de prelación en cuanto a los paralelos que se hallen en libros o
pasajes de un mismo 'género literario. Para un texto narrativo, normalmente serán preferibles paralelos de otras
narraciones: para una porción poética, los que se hallen en los Salmos; para una de carácter profético o escatológico,
los correspondientes en libros de este tipo; para porciones doctrinales, los de las grandes exposiciones de ese
carácter contenidas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Sin embargo, el orden apuntado no ha de ser
absoluto, y menos aún exclusivo. El texto que se halla en una narración puede tener hermosos paralelos en la
literatura de carácter poético y viceversa.
Recuérdese la conexión luminosa entre algunos salmos y los hechos históricos que los inspiraron. Y la relación
entre lo doctrinal, lo profético, lo escatológico y lo hortatorio puede ser tan estrecha que cualquier delimitación
resulte mero artificio. Por ello, podrán encontrarse paralelos correctos en textos de los más diversos géneros. Con
todo, el orden señalado no debe subestimarse, pues responde a una realidad lógica.
La comparación de paralelos es especialmente útil en el caso de hechos que se narran en dos o más libros de la
Biblia o en diferentes pasajes del mismo libro. En el Antiguo Testamento los hallamos en el Pentateuco: no pocos
relatos de Éxodo y Números reaparecen en Deuteronomio. Los libros de Crónicas refieren acontecimientos
registrados en los de Samuel y Reyes. En el Nuevo Testamento abunda el paralelismo de este tipo en los evangelios,
especialmente en los sinópticos. La conversión de Saulo aparece tres veces en los Hechos de los Apóstoles (caps.
9:1-19; 22:6-11; 26: 12-18) y los datos biográficos sobre Pablo contenidos en el mismo libro son complementados
por las notas autobiográficas que aparecen en algunas de sus cartas. En el caso de las narraciones de los evangelios,
una «armonía» de los mismos resulta valiosa, pues de modo claro presenta en sendas columnas los textos de Mateo,
Marcos, Lucas y Juan. Aunque generalmente el cotejo de paralelos contribuye a iluminar un texto o a resolver los
problemas que la interpretación de éste puede plantear, a veces en la comparación surgen problemas nuevos, ya que
se observan discrepancias que, al menos de momento, más bien son causa de perplejidad. Estas dificultades no son
en muchos casos difíciles de resolver si se tiene en cuenta la naturaleza de los textos bíblicos, en especial de las
narraciones. Ninguno de los autores pretende ser exhaustivo. Aun tratándose de testigos oculares, cada uno escoge
unos detalles y omite otros. El cuadro que presenta suele ser parcial. A menudo lo que uno omite es incluido en el
testimonio de otro. Y cada uno destaca lo que más le ha llamado la atención o lo que considera más adecuado al
propósito narrativo, sin excesiva preocupación por la rigurosidad en la mención de todos los personajes que
intervienen en un acontecimiento, en la consignación de todas sus palabras o en la escrupulosa anotación de todos
los pormenores. Los diversos relatos sobre la resurrección de Jesús son una ilustración de lo que decimos.
En la mayoría de los casos es factible «armonizar» las discrepancias ahondando en la investigación hasta el punto
de poder Formular conjeturas perfectamente plausibles. Cuando no se hallen soluciones satisfactorias, se observará
que el problema .en ningún caso afecta lo más mínimo a lo esencial de los pasajes comparados. Superadas las
diferencias o aparentes discordancias, los paralelos seguirán enriqueciendo el estudio del texto.
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