El Diácono
El Diácono
El Diácono
Requisitos:
Anuncios
Funciones Específicas:
Llegar por lo menos 30 minutos antes del culto, para abrir el templo y revisar que todo esté listo
para el servicio.
Si por alguna razón la limpieza no fue hecha, los diáconos debieran hacer arreglos para que la Casa
de Dios esté limpia y bien ordenada.
Vigilarán que los sanitarios estén limpios y habilitados (con papel, jabón y toallas).
Cuidarán que el templo sea confortable para los asistentes- Que haya buena ventilación en el
templo, abriendo ventanas y prendiendo los ventiladores o sistema de refrigeración, o prendiendo
los calentadores o calefacción.
Guardar en la oficina pastoral toda cosa que haya sido olvidada, para entregar a quien la reclame.
Funciones Periódicas:
Funciones Eventuales:
Los Diáconos
La obra del diaconado se describe en el Nuevo Testamento, donde se emplea el término griego
diakonos, del cual deriva la palabra «diácono». Este vocablo griego es traducido como: «servidor»,
«ministro», «asistente»; y entre los cristianos adquirió el significado especializado que ahora se le
atribuye a «diácono». Los hombres que llegaron a ser conocidos como los siete diáconos de la
iglesia apostólica fueron elegidos y ordenados para servir en los asuntos prácticos de la iglesia (ver
Hech. 6: 1-8). Los requisitos que debían cumplir, ligeramente menos exigentes que los de los
ancianos, son enumerados en 1 Timoteo 3: 8-13.
La junta de diáconos.
Cuando en una iglesia exista un número suficiente de diáconos, se constituirá una junta de
diáconos, con el director de diáconos como presidente y con otro diácono como secretario. Esta
junta es la encargada de la distribución de responsabilidades y de la coordinación de sus
aportaciones al bienestar de la congregación. Esta junta servirá también para capacitar e instruir
en sus deberes a los nuevos diáconos.
Los diáconos tienen que ser ordenados. Quien sea elegido diácono por primera vez no podrá
desempeñar sus funciones hasta que no haya recibido la ordenación de un pastor ordenado que
tenga sus credenciales en vigor emitidas por la asociación.
El sagrado rito de la ordenación tiene que caracterizarse por la sencillez y debe realizarse en
presencia de la iglesia. El pastor puede presentar un breve resumen de la función bíblica del
diaconado, de las cualidades requeridas para el servicio y de las principales funciones que los
diáconos están autorizados a realizar. Tras presentar una breve exhortación a la fidelidad en el
servicio, el pastor, asistido por un anciano cuando ello sea aconsejable, ordena al diácono
mediante la oración y la imposición de manos (ver manual de iglesia p. 27).
Si el diácono ha mantenido su comunión con la iglesia, una vez que ya ha sido ordenado, no es
necesario ordenarlo nuevamente, aunque haya venido trasladado de otra iglesia. Si al terminar el
año eclesiástico la iglesia desea que continúe sirviendo como diácono, deberá reelegirlo a fin de
que pueda continuar oficiando como diácono.
Un diácono no está autorizado a presidir la Cena del Señor, ni bautismos, ni una reunión
administrativa, ni puede ser oficiante de una ceremonia matrimonial, y tampoco puede oficiar en
la admisión o el traslado de miembros.
Si una iglesia no dispone de alguien autorizado para cumplir esas funciones, el director de la iglesia
tiene que solicitar el consejo y la asistencia de la asociación.
Deberes del diácono.
La obra de los diáconos abarca una amplia gama de servicios en favor de la iglesia, como:
1. Colaborar en los servicios y las reuniones. Los diáconos son generalmente los responsables de
dar la bienvenida a los miembros y a los visitantes, y de ayudar, cuando sea preciso, a que todos
los asistentes encuentren asiento. También cooperan con el pastor y los ancianos con el fin de que
las reuniones llevadas a cabo en la iglesia se desarrollen sin contratiempos.
2. Visitar a los miembros. En muchas iglesias, la visitación se organiza agrupando a los miembros
por zonas y asignando una a cada diácono, con el objetivo de que cada hogar sea visitado al menos
una vez al trimestre.
3. Colaborar en los servicios bautismales. Los diáconos se ocupan de los preparativos necesarios
para la ceremonia bautismal (ver manual de iglesia p. 39).
4. Colaborar en el servicio de comunión. En la ceremonia del lavamiento de los pies, los diáconos y
las diaconisas facilitan todo lo necesario: toallas, palanganas (jofainas o lebrillos), agua y baldes.
Después del servicio, se ocupan de que los recipientes y las toallas sean lavados y debidamente
guardados. Después de la Cena del Señor, los diáconos y las diaconisas han de ejercer mucho
cuidado en cuanto al destino dado a cualquier resto del pan o el vino que haya sobrado, que
deberá ser desechado con el debido respeto.
5. Atender a los enfermos, a los pobres y a los necesitados. Los diáconos y las diaconisas tienen la
misión de atender a los enfermos, a los pobres y a los necesitados, y han de mantener a la iglesia
informada de sus necesidades y recabar el auxilio de los miembros. El dinero necesario provendrá
del fondo de pobres y necesitados de la iglesia local. El tesorero, por acuerdo de la junta directiva,
entregará a los diáconos, o a las diaconisas, los recursos que se requieran para los casos de
necesidad.
Las Diaconisas
Las diaconisas estaban incluidas entre los dirigentes regulares de la iglesia cristiana primitiva. «Os
recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea. Recibidla
en el Señor, como es digno de los santos, y ayudadla en cualquier cosa en que necesite de
vosotros, porque ella ha ayudado a muchos y a mí mismo» (Rom. 16: 1-2).
Las diaconisas tienen que ser elegidas tomando en cuenta su consagración y otras cualidades que
las capaciten para desempeñar las funciones correspondientes.
La Asociación Ministerial del campo local, en coordinación con los departamentos, promueve el
entrenamiento y la capacitación de las diaconisas. Sin embargo, el pastor, junto con sus ancianos,
es el principal responsable de la capacitación de las diaconisas (ver nota 3, manual de iglesia p.
184).
La junta de diaconisas.
Cuando una iglesia elija varias diaconisas, debe constituirse una junta de diaconisas, con la
directora de diaconisas como presidenta y otra diaconisa como secretaria. Esta junta tiene
autoridad para asignar funciones a cada una de las diaconisas, y coopera estrechamente con la
junta de diáconos, especialmente en la tarea de dar la bienvenida a los miembros y los visitantes, y
en la visitación de los hogares (ver manual de iglesia pp. 70-72). Esta junta servirá también para
capacitar e instruir en sus deberes a las nuevas diaconisas.
Las diaconisas no están auto rizadas a presidir ninguna de las ordenanzas de la iglesia, ni las
reuniones administrativas, ni pueden ser oficiantes de una ceremonia matrimonial, y tampoco
pueden oficiar en la admisión o el traslado de miembros.
Si una iglesia no dispone de alguien autorizado para cumplir con las funciones anteriores, el
director de la iglesia tiene que solicitar el consejo y la asistencia de la asociación.
Las diaconisas sirven a la iglesia dentro de una amplia gama de importantes actividades,
incluyendo:
1. Saludar y visitar a los visitantes y a los miembros. En muchas iglesias, las diaconisas colaboran
en el saludo a los visitantes y a los miembros en las reuniones y en la visitación de sus hogares
cuando ellos no pueden asistir a los cultos.
2. Colaborar en las ceremonias bautismales. Las diaconisas atienden a las damas que se van a
bautizar, antes y después de la ceremonia. También
3. Colaborar en el servicio de comunión. Las diaconisas y los diáconos disponen todo lo necesario
para este servicio y se ocupan de que, una vez terminado, todo quede ordenado (ver manual de
iglesia pp. 123, 124).
Antes de que comience el servicio de comunión, las diaconisas preparan la mesa de la comunión,
incluyendo la preparación del pan y el vino, poniendo la mesa del rito, echando el vino, colocando
los platos con los panes sin levadura y cubriendo la mesa con el mantel previsto para ese fin.
Las diaconisas colaboran en la ceremonia del lavamiento de los pies, auxiliando de manera
especial a las damas visitantes y a los nuevos miembros de iglesia.
4. Atender a los enfermos y a los necesitados. Las diaconisas ayudan a los diáconos en el cuidado
de los enfermos, los pobres y los necesitados (ver manual de iglesia p. 72).
5. Cuidar y mantener las propiedades de la iglesia. En las congregaciones donde el cuidado y
mantenimiento de las propiedades de la iglesia no hayan sido asignados a una comisión de bienes
inmuebles, los diáconos y las diaconisas asumirán dichas responsabilidades (ver nota 4, manual de
iglesia p. 184).