Características de La Redacción

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Características de la redacción

Reproducido con fines docentes


con autorización de la autora: Licda. Marta Lidia Marroquín

Redactar bien es construir la frase con exactitud,


originalidad, concisión y claridad.

Martín Vivaldi
Un texto debe tener las siguientes características:
 Claridad
 Corrección
 Propiedad
 Coherencia

Desde luego, la claridad es esencial. Un texto debe ser entendido sin mayores dificultades por el
lector a quien va dirigido, en función del nivel de preparación del destinatario, del propósito que el
texto persigue y de la índole de la materia de que se trata. Se debe evitar el uso de palabras
rebuscadas, pero será necesario usar los términos técnicos propios de una ciencia o técnica.
La corrección consiste en utilizar el idioma de acuerdo con sus normas. Estas reglas forman la
denominada Gramática de usos o Gramática normativa. En el caso del español, la mayoría de reglas
provienen de las Academias de la Lengua, pero también de otras instituciones y de personas
individuales de gran prestigio idiomático.
La propiedad consiste en que las palabras que usamos expresen cabalmente el significado que
queremos transmitir. En este sentido, lo más aconsejable es atenerse a lo preceptuado por el
Diccionario de la Lengua Española, avalado por las 22 Academias de la Lengua, pero, asimismo, habrá
que recurrir a diccionarios de dudas sobre el uso del idioma y a diccionarios propios de la ciencia,
arte, técnica o disciplina a que pertenece lo que estamos redactando.
El texto debe poseer una armazón que tenga sentido, coherencia, en función de los objetivos que se
persiguen y de la materia o asunto de que se trate.
Para ello, es necesario organizar las partes del plan de redacción; en este aspecto, es posible aplicar
los diversos recursos con que cuenta la lógica, pero esencialmente, la organización dependerá de la
naturaleza o índole del texto. Por ello, conviene recordar las seis técnicas básicas de la redacción:
 Descripción
 Narración
 Exposición
 Argumentación
 Diálogo
 Resumen
Estas técnicas no se dan puras, sino que, de ordinario, se combinan una con otras de acuerdo con la
“forma” o naturaleza del texto. Las formas más comunes son las siguientes: artículo, comentario,
crónica, ensayo, tratado, manual, compendio, monografía, examen, informe, conferencia o
disertación, discurso, carta.

Acerca de las técnicas mencionadas


 Descripción: consiste en pintar con palabras, en caracterizar, en decir cómo es algo o alguien.
Debe ser fiel, completa y concisa.
 Narración: consiste en decir cómo sucedió algo, en contar, en relatar. Sus características
principales: debe ser dinámica, atractiva, concreta.
 Exposición: consiste en desarrollar una idea o un conjunto de ideas, con el objetivo básico de
informar, opinar, criticar, comentar, definir, explicar, interpretar. Debe ser objetiva y exacta.
 Argumentación: se distingue de la exposición porque tiene, como objetivo básico, demostrar,
comprobar y convencer. Además de ser objetiva y exacta, debe aportar pruebas convincentes
de lo que afirma o niega.
 Diálogo: consiste en reproducir por escrito la conversación, la entrevista, el interrogatorio.
Debe ser natural, ágil, significativo.
 Resumen: consiste en reducir a lo esencial el contenido de un texto, una conferencia,
etcétera, utilizando el mínimo de palabras. Debe ser coherente, muy breve, preciso.

Sugerencias para redactar con acierto

No existen recetas para redactar. Sin embargo, sí es posible brindar unas sugerencias o
recomendaciones, teniendo en cuenta dos factores. El primero, que la redacción es un acto
individual, en el cual intervienen los rasgos de la personalidad. El segundo, que estas sugerencias
deben adecuarse a la técnica y a la forma del documento que se redacta. Estas sugerencias son ajenas
a la creación literaria. Ella constituye un acto estético, una obra de arte, y en estas páginas interesa la
redacción como una realidad en la cual se busca que el código, es decir, el idioma, sirva como medio
apto para transmitir con claridad el mensaje.
He aquí las principales recomendaciones.

1. Utilice oraciones y párrafos cortos


No existe una norma que limite el número de palabras que debe incluir una oración; solo se
sugiere que esta no sea extensa, porque se dificulta la comprensión de lo que enuncia y se
descuida la sintaxis, es decir, el orden de sus elementos.
Tampoco se trata de escribir con estilo de telegrama (quizá los participantes más jóvenes no
conocieron los telegramas). Una oración es corta si tiene menos de quince palabras y es
extensa, si tiene más de treinta.
La redacción correcta combina oraciones cortas y de mediana extensión (veinticinco palabras
como promedio).
Se aconseja desarrollar una sola idea en cada oración; casi siempre es posible partir una
oración extensa en varias cortas o de mediana extensión.
Ejemplo de oración extensa:

Ejemplo de oración extensa:


En muchas ocasiones las instituciones que se dedican a la educación requieren los servicios del
profesor o un cuerpo técnico para establecer los cursos y contenidos, es decir, los aprendizajes
curriculares necesarios de determinado grupo de personas que los requiere por lo que es común
entregar una lista de temas, el nombre del curso, lo que da pauta de que la persona que está
estructurando el currículo, lo interprete de acuerdo a sus intereses y experiencias o del grupo que
se lo encargó, lo que afecta la pertinencia y coherencia de esta estructura.
(93 palabras)

Este ejemplo ilustra lo que causa en el lector una oración demasiado extensa; en ella, con
facilidad se distinguen tres ideas, que pudieron desarrollarse en una oración distinta.
El periodista Daniel Samper afirma acerca de las oraciones extensas: ...más que oraciones son
emboscadas.

2. Ordene y coordine las palabras entre sí de tal manera que no den lugar a confusiones
Con esto se pretende, sobre todo, evitar las anfibologías, es decir, aquellos enunciados que se
prestan a dos o más interpretaciones, y que no reflejan con exactitud lo que el autor quiso
decir. Para evitar este tipo de errores se recomienda el uso de oraciones y párrafos cortos,
acompañado de una “regla de oro”: colocar los modificadores cerca de la palabra a la cual
modifican.
Veamos un caso de anfibología tomado de un informe administrativo:

El jefe dijo que él había dado la orden para salir a su debido tiempo.

El jefe dijo que a su debido tiempo él había dado la orden para salir.

Este ejemplo, tomado de Martín Vivaldi, muestra con claridad la recomendación respecto a
los modificadores. Se aprecia cómo el significado de la oración cambia radicalmente con el
traslado del fragmento modificado “a su debido tiempo”. La primera versión expresa que la
orden se refería a la hora de salida. La segunda versión expresa que la orden de salir fue dada
oportunamente.
Ejemplo de anfibología escrita por un docente de la Universidad de San Carlos de Guatemala:

También se encarga de satisfacer las necesidades del trabajador de conocimiento.

Al leer el texto completo en el que apareció esta oración se comprobó que, en realidad, el
autor quiso expresar lo siguiente:

También se encarga de satisfacer las necesidades de conocimiento del trabajador.


El primero de estos enunciados se refiere a las necesidades de alguien que trabaja el
conocimiento; y el segundo, a lo que el trabajador necesita conocer.

Para aplicar esta recomendación es preciso recordar la estructura lógica de la oración, para
distinguir cuál es el núcleo, los modificadores y los nexos.

El orden lineal o lógico es aconsejable porque favorece la claridad de lo que se quiere


exponer, sobre todo cuando las ideas que se pretende comunicar presentan alto grado
de complejidad, de ahí que se sugiera en un principio elaborar las oraciones según este
orden:

Sujeto  verbo  complemento directo  complemento indirecto 


complemento circunstancial

3. Elimine las repeticiones, rechace lo superfluo, descarte las palabras inútiles o vacías
En este sentido figura el error denominado “pleonasmo”, que consiste en añadir una o varias
palabras cuyo significado está presente en una palabra ya enunciada. Por ejemplo: reanudar
de nuevo, abajo suscrito, protagonista principal, hijo varón, lapso de tiempo, pero sin
embargo, puño cerrado, prever con antelación, repetir de nuevo, volver a reiterar, rodeado
por todas partes, base fundamental, réplica exacta...

Otro aspecto de la repetición es el de ciertos vocablos que se emplean para expresar


cualquier asunto y de esa manera le restan calidad a la redacción y la tornan imprecisa.
Específicamente los verbos: ser, tener, hacer, poder, poner, haber, decir; así como las
palabras: cosa, algo, también, problema, aquí...

4. Sea breve
Condense el mensaje en el menor número posible de palabras. Evite circunloquios, como
este:
Todo esto nos lleva a nosotros, como profesores universitarios, a ser creativos y estar
actualizados sobre nuevas metodologías de enseñanza, en la cuales podamos incorporar esas
tecnologías que el mismo estudiante utiliza y poder de una forma eficaz llevar a buen éxito el
proceso enseñanza-aprendizaje.

Por supuesto que el ejemplo anterior ofrece otras inconsistencias, como la expresión buen
éxito, ¿es que puede haber éxito malo?

5. Evite los adornos


El uso excesivo de adjetivos, más que enriquecer al texto, le resta valor, por ejemplo:

Todos hemos leído o escuchado sobre fabulosos autores de libros geniales, maravillosas obras
literarias con alta influencia en el desarrollo histórico de la humanidad, que pueden cambiar
incluso la manera de pensar, actuar y vivir de una persona. Desde mi propia experiencia puedo
decir que encontré el mayor tesoro y se expresa en las cuatro letras mágicas que han
inundado mi vida de amor: Dios.
6. Use el lenguaje positivo
Es decir, prefiera afirmar en vez de negar

Forma negativa Forma afirmativa


La situación no permite… La situación impide…
No se recibe papelería que no esté Solo se recibe papelería completa.
completa.
Los estudiantes no deben llegar tarde a la Los estudiantes deben llegar con
práctica. puntualidad a la práctica.

7. Use correctamente los signos de puntuación


El lenguaje escrito requiere del uso correcto de estos signos; no hacerlo tiene implicaciones en la
interpretación y comprensión del texto, como se observa en el poema Tres bellas, del autor
Mariano Vallejo, que encontrará en esta dirección:
http://www.slideshare.net/mauromj/las-tres-bellas

Además, en este sitio comparto información acerca del uso de los signos de puntuación:
http://martalidiamr.wordpress.com/

Bibliografía
 Academia de la lengua española. 2005. Diccionario panhispánico de dudas. Madrid,
Santillana. 848 p.
 Alvizúrez Palma, Francisco. 2006. Manual de comunicación lingüística. Guatemala,
Editorial Universitaria.
 Vivaldi, Martín. 1973. Curso de redacción: del pensamiento a la palabra. Madrid,
Paraninfo. 494 p.
MLM

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