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Reflexiones Pastorales

LA BIBLIA Y EL SENTIDO USUAL Y ORDINARIO DEL TEXTO

victorcontreras2014 victorcontreras2014

hace 7 años

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LA BIBLIA Y EL SENTIDO USUAL Y ORDINARIO DEL TEXTO

Todo aquel que ama la Biblia y la estudia debe tener bien presente que es necesario averiguar y
determinar cuál es el sentido usual y ordinario del texto. Después de la regla fundamental, de que la
Biblia se interpreta a sí misma, es decir, que si usted está estudiando un pasaje bíblico y no lo entiende,
en otro lugar aparecerá la aclaración, esta sería la siguiente regla importante.

¿A qué me refiero con sentido usual y ordinario? ¡Lo que significaba para el autor de dicho texto, y las
personas primarias para las que escribió! Si usted lee un texto de la Biblia, sin profundizar en lo que lee,
tendrá la tendencia a entender el texto bíblico de acuerdo a lo que significan para nosotros en este
tiempo las palabras leídas.

Lo primero a hacer, pues, con un texto es leerlo y releerlo, tomando sus palabras y frases en el sentido
usual y ordinario. Averiguar y determinar cuál sea este sentido usual y ordinario, debe constituir, por
tanto, el primer cuidado en la interpretación o recta comprensión de las Escrituras.

Es muy importante señalar que no se debe ignorar o violar esta regla, ya que se le puede dar el sentido
mismo del capricho humano a la Escritura. Pero téngase muy presente que el sentido usual y ordinario
no equivale siempre al sentido literal. Como se sabe, cada idioma tiene sus modos propios y peculiares
de expresión, tan singulares, que si se traducen al pie de la letra se pierde o se destruye completamente
el sentido real y verdadero.

Ejemplo: En Génesis 6:12, leemos: “Toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.” Tomando
aquí las voces “carne” y “camino” en sentido literal, se pierde por completo el significado el texto. Pero
tomándola en su sentido ordinario, al usarse como figuras, es decir, “carne” en sentido de persona y
“camino” en sentido de costumbres, modo de proceder o religión, ya no sólo tiene significado, sino un
significado terminante, diciéndonos que toda persona había corrompido sus costumbres.

Otro ejemplo interesante es Lucas 14:26 que sugiere la idea de que Jesús ordena a sus seguidores a
odiar a sus padres y familiares cercanos. “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y
mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”.En el
pasaje de Lucas el término aborrecer no es como define un diccionario: “Detestar enormemente algo o
alguien”; el significado correcto del término “aborrecer” nos lo da Mateo 10:37: “El que ama a padre o
madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí”. Así
que, “aborrecer” significa amar menos a mamá, papá o cualquier persona menos que Él.

Esto es un hebraísmo o forma de hablar de los hebreos, o como alguien escribió:”Hebraísmos son frases
muy peculiares del idioma hebreo cuyo significado no se entenderían si se tradujesen palabra por
palabra a otro idioma”; entenderlo nos librará de muchos errores cuando estemos leyendo o estudiando
el amado libro.

Lamentablemente, en la actualidad no se estimula el estudio de la Biblia para conocer más a Dios, y su


voluntad; hoy lo que se promueven son palabras de hombres, de verdaderos manipuladores, que no
admiten que se contradiga sus erróneas enseñanzas, ya que ellos son portadores de “nuevas
revelaciones de parte de Dios”; aunque esas nuevas revelaciones “dios” se las ha revelado a través de
libros de autoayuda, de la sicología, del ocultismo, etc, y no al través de la Biblia. Estas nuevas
enseñanzas o no aparecen en la Biblia, o contradicen la Biblia, o aparecen en la Biblia de otra manera.

El famoso predicador David Wilkerson nos previno sobre los peligros de este “nuevo evangelio”:

“Hay un viento de maldad… soplando en la casa de Dios, engañando a multitudes del pueblo escogido
de Dios… Es una imitación escritural del libro de Napoleón Hill, “Think and Grow Rich” (Piense y
Enriquézcase). Este pervertido evangelio intenta hacer dioses de la gente. Les dice: “Tu destino está en
el poder de tu mente. Todo lo que puedas concebir es tuyo. Pronúncialo para darle el ser. Créalo
mediante una actitud mental positiva. El éxito, la felicidad, la perfecta salud son totalmente tuyos, si tan
sólo empleas tu mente creativamente. Sepamos de una vez por todas: Dios no abdicará Su soberanía al
poder de nuestras mentes, sea negativo o positivo. Debemos buscar sólo la mente de Cristo, y su mente
no es materialista; no está centrada en el triunfo o en la riqueza. La mente de Cristo está centrada sólo
en la gloria de Dios y en la obediencia a Su palabra. Ninguna otra enseñanza ignora tanto la Cruz y la
corrupción de la mente humana. Deja a un lado la maldad de nuestra arruinada naturaleza adámica, y
aparta la mirada del cristiano del evangelio de Cristo de redención eterna, y la centra en riquezas
terrenas.

Santos de Dios, ¡huid de esto…!” Muchos enseñan que cuando el creyente ejerce el pensamiento
positivo, al cual llaman “fe”, él puede influir aun en las leyes divinas y forzar a Dios a actuar en su favor.
Sus lemas son: “Menciónalo y reclámalo”, “Dilo y recíbelo”.

David Wilkerson ya está en la presencia del Señor, pero agradecemos profundamente estos
maravillosos concejos: Huyamos de estas falsas enseñanzas; apartémonos de estos falsos apóstoles, y
tomemos muy en cuenta dos pasajes bíblicos, dos avisos en el camino que nos pueden ayudar a
entender la naturaleza de ese nuevo movimiento apostólico y ser cautos frente a su manifestación. El
primero está en Gálatas 1:6-9; el segundo en Apocalipsis 2:2.

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