Dialnet ElDesapegoAntropologico 4862448

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

· homenaje a claude lévi-strauss · 2010 · issn 0120-3045

El des-apego antropológico
Fabián Sanabria Sánchez

Ciudad Universitaria de Bogotá, 4 de noviembre de 2009

E
n días pasados, un titular de prensa llamó poderosamente mi
atención: “Discurso del presidente de los Estados Unidos divi-
de a la nación americana”. Consulté algunas páginas de diarios
nacionales e internacionales para ver qué había dicho el presiden-
te Barack Obama, de modo que según la prensa había dividido a su
nación. ¿A quiénes y en qué contexto se dirigió? Se iniciaba el año es-
colar y habló a los niños de su país desde una escuela. ¿Qué les dijo?:
que estudiaran, que no abandonaran las clases, que las valoraran, que
aprendieran a construir un proyecto de vida, que no se entregaran en
cuerpo y alma al ciberespacio. ¿Y por qué tanto alboroto? En realidad
fue un escándalo republicano. Los críticos dijeron que el presidente es-
taba manipulando a los niños, que los estaba alienando…
Ese hecho me hizo pensar en dos momentos muy significativos
de la vida y obra de Claude Lévi-Strauss. El primero de ellos, en 1950,
cuando introdujo Sociología y antropología, de Marcel Mauss. El segun-
do, en 1975, cuando concluyendo su seminario anual en el Colegio de
Francia sobre la identidad —no porque ese tema estuviera de moda, sino
justamente porque él quería contestar el Prêt à penser de la época— su-
brayaba lo ridículo que le parecía el titular “crisis de identidad”, puesto
que esa noción no es más que una especie de foco virtual al que nos es
indispensable referirnos para explicitar un cierto número de cosas, sin
que ella tenga una existencia real. Añadía Lévi-Strauss que tocaba ir
más allá, constatando que su existencia es una construcción puramente
teórica: la de un límite al que en realidad no corresponde ninguna ex-
periencia. Con ese mismo espíritu aceptó participar ese mismo año en
una mesa redonda, en el teatro del Odeón de París, sobre el tema de “la
escuela y el niño creador”.
Ahora bien, en 1950, cuando introdujo la obra de Marcel Mauss,
Lévi-Strauss escribía: “Aquel que llamamos sano de espíritu es en
realidad quien se aliena, ya que consiente en existir en un mundo de-

Universidad Nacional de Colombia · Bogotá [ 197 ]


fabian sanabria sánchez · El des-apego antropológico

finible solamente en la relación con un otro” (1960: xx)1. Y en el 75,


momento del cual les he hablado, tras concluir su seminario sobre la
identidad, se sentía horrorizado con los participantes que manifes-
taban que el aprendizaje del niño era una empresa inútil y a la vez
un atentado contra la libertad, como si los recursos intelectuales y los
esfuerzos espontáneos de todo menor de edad fueran suficientes, ex-
cluyendo cualquier coacción y dejándole a la escuela la única función
de no obstaculizar el “libre desarrollo de la personalidad”. A la época,
Lévi-Strauss recordaba ciertos hechos morales y psicológicos olvi-
dados por los educadores y denunciaba lo absurdo de una sociedad
deseosa de convertir a todos sus niños en “creadores”. Subrayaba ade-
más que el mismo tema del coloquio era un error y reflejaba una de las
aberraciones de las sociedades contemporáneas. Años más tarde, en
La mirada lejana (1983), “porque somos nosotros mismos, convertidos
en consumidores desenfrenados, quienes cada vez mostramos menos
capacidad para crear [...] angustiados por nuestras carencias, estamos
a la espera del hombre creador y, como no lo vemos por ningún lado,
nos dirigimos en nuestra desesperación hacia los niños”.
¡Quién lo creyera!, ¿el autor de La mirada lejana defendiendo la
alienación? Todo lo contrario. Justamente esbozaba una lúcida reflexión
a propósito de la sociabilidad, reflexión que solo se logra con la distancia,
ese ámbito que suele ser un imperativo para el etnólogo: separarse de su
propia cultura para aproximarse a la del otro (lejano y cercano), sabien-
do que ese ejercicio, por controlado que sea, resulta siempre incompleto.
Porque así adquiramos buena parte de los modos de sentir, pensar y
actuar del otro, al menos nuestro acento nos delata. Empero, esa mira-
da lejana exige dos nuevos movimientos: una vez que se está donde el
otro y se aprende rigurosamente algo de él, hay que alejarse nuevamen-
te, separarse, regresar. Y en esa nueva separación y acercamiento a la
propia cultura, ¡qué inquietante extranjería, qué extrañamiento!, hemos
vuelto y no somos los mismos. Es entonces cuando la etnología pronun-
cia a su modo aquello que el poeta desesperado por reinventar el amor
proclamó: “Je suis un autre”. O si se quiere, conjugando mejor el tercer
humanismo esbozado por el autor de La pensée sauvage en Antropología

1 Lévi-Strauss, C. (1960 [1950]). Introduction a l’œuvre de M. Mauss. En M. Mauss,


Sociologie et anthropologie. Paris: Presses universitaires de France.

[ 198 ] Departamento de Antropología · Facultad de Ciencias Humanas


· homenaje a claude lévi-strauss · 2010 · issn 0120-3045

estructural ii: “Yo soy otro”. Porque ya han pasado el Renacimiento y la


época de los grandes exploradores de los siglos xviii y xix, por eso Lévi-
Strauss justamente dibuja ese otro humanismo, el humanismo del otro
hombre tan caro a Emmanuel Lévinas.
Finalmente, por escandaloso que parezca, hemos ingresado al
“tiempo de las tribus”, al tiempo de ese otro lejano y cercano gracias
a la etnología. Estamos en el tiempo de ese otro que es el único capaz
de enseñarnos algo más sobre nosotros. Y ese principio, paradójica-
mente des-integrador de nuestra identidad, resulta integrador de la
alteridad y es válido para cualquier etnólogo: europeo, asiático o ame-
rindio. Mirada lejana que nosotros aquí pluralizamos y, más allá de
mostrarnos la contradicción de una distancia, es separación y proxi-
midad (alejarse y acercarse para ver mejor), quizás para comprender
o para testimoniar (sin dejar de inventar), como lo señala Antoine
Compagnon en su último curso del Colegio de Francia. Por eso este
oficio no es más que una profunda invitación al desapego, al desape-
go de sí para darle cabida al otro, al desapego identitario para abrirle
compuertas a la alteridad; ya no un planteamiento espiritual como el
de los primeros franciscanos, sino un programa de investigación que
se renueva: “Omnia habentes Nihil possidentes”.
Hoy y siempre, vamos a recordar la importancia de la obra de
Claude Lévi-Strauss en las Ciencias Sociales y Humanas. Toda una
corriente que sigue fluyendo y, felizmente, nos desborda en plural.
Desbordamientos que también le da cabida a derivaciones poéticas:
Vanamente tu imagen llega a mi encuentro
Y no me alcanza donde estoy sino el reflejo
Tú volviéndote hacia mí no sabrías encontrar
En el muro de mi mirada sino tu sombra soñada
Soy ese desdichado comparable a los espejos
Que pueden reflejar pero no ver
Como ellos mi ojo está vacío y como ellos habitado
De tu ausencia donde nace mi ceguera.
louis aragón, Contre-Chant (1963)

fabián sanabria sánchez


Decano · Facultad de Ciencias Humanas
Universidad Nacional de Colombia

Universidad Nacional de Colombia · Bogotá [ 199 ]

También podría gustarte