Gardie-El Giro Hispánico
Gardie-El Giro Hispánico
Gardie-El Giro Hispánico
2016
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INDICE
Introducción
Las visiones de España de Manuel Ugarte: Entre una juventud déraciné y la memoria
Ricardo Rojas: Un peregrino indiano tras los archivos para la nación argentina…..pág.61
Algunas conclusiones…………………………………………………………………………………..……pág.150
2
Introducción
inmigratorio surgidas en la Argentina, dentro del ámbito estatal como civil. Alfredo
de 1880, se manifiesta con fuerza entre 1890 y 1910 y se prolonga, por lo menos,
del ´80 se desarrollan dentro del grupo que Josefina Ludmer (2011:29) califica en
caracterizó prácticamente todo el siglo XIX, empieza muy lentamente a ser revisada en
este período.
cultura española e intentó situarla –o lo que de ella pensó que era- como referente,
(2006:19)
3
órganos de representación diplomática y consular. La potenciación de lo
en Madrid, que contaron entre su personal con distinguidos escritores. Los argentinos
ocuparon, en este sentido, un lugar destacado con figuras como Héctor Florencio
Varela, quien desde 1882 fue cónsul en Madrid; Martín García Mérou, ministro
designado en 1884 y gran difusor de la obra de Juan Valera, Menéndez Pelayo, José
Descubrimiento de América junto con otros intelectuales como Rubén Darío, Ricardo
Palma y Juan Zorrilla de San Martín; el novelista Carlos María Ocantos, secretario de la
relaciones con España no solo para el caso argentino, sino también latinoamericano.
Además, es recién en esta década en la que las grandes figuras políticas como
4
Wilde, Viajes y observaciones publicado de 1892; la escritura autobiográfica de Miguel
Cané en Prosa Ligera, donde recuerda parte de su vivencia española como ministro
nacional de Rafael Obligado, las ficciones de Carlos María Ocantos, en las que se buscó
literatura española por Martín García Mérou así como su novela ambientada en el
densidad mayor y a nivel colectivo, luego del Desastre del `98, que aseguró un vínculo
Rubén Darío.
esta red cultural y, desde posicionamientos distintos, se ocupan de contar otra España.
hispanoamericano, muchos otros como las crónicas del propio Rubén Darío en España
5
La colonia hispanoamericana en París a comienzos del siglo XX.
Hacia finales del siglo XIX, París es el centro indiscutido de la geografía que la
Desde este imaginario hispanoamericano, entre fines del siglo XIX y comienzos
“patria intelectual, árbitro del gusto, del pensamiento y de la moda”- los jóvenes
Como señala Raymond Williams, París concentra, hacia finales del siglo XIX y
comienzos del XX, en tanto metrópoli, una serie de ventajas para los grupos y
movimientos de periferia:
que no imprimieron una marca dentro del campo literario francés como los grupos
sus relatos, crónicas y memorias. Este grupo inicial genera, como muy bien ha
señalado Margarita Merbilhaá, “una red cultural en tanto red de relaciones que
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En Literatura argentina y política. De los jacobinos porteños a la bohemia
anarquista, dentro de la tipología viajera, David Viñas clasifica este viaje como una
variable del viaje estético propio de la oligarquía liberal entre 1880-1890, en tanto
Colombi (2004) señala que el viaje de estos intelectuales hacia París sirvió para que,
una vez instalados, se asumieran como una nueva élite representativa del continente
modernidad. Para la autora, es aquí donde los escritores migrantes modificaron sus
Colombi (2008) califica esta experiencia como viaje de formación y asimilación, así
américaine en France au XX siècle: “Pour la première fois dans l'histoire des échanges
colonie littéraire établie á París qui présente, pour ainsi dire, un front unique, celui du
modernismo”.(1972:18)
El viaje modernista, a pesar de los esfuerzos por parte de este grupo inicial de
recepción internacional” señala: “en aquella primera salida de nuestras letras a la gran
arena internacional, Rubén Darío es el personaje estelar con quien empieza esta
ningún otro sitio tendría una recepción literaria como en Madrid y, al igual que muchos
cantos patrióticos y eternas odas a la agricultura de la zona tórrida” (2007: 23). Si bien
Darío durante su estancia en París reedita Prosas profanas y compone Cantos de vida y
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esperanza, allí jamás se publica un solo volumen con sus poesías en francés. Solo se
traduce algún que otro poema suelto que no suscita mayores reacciones ni
Rubén Darío reconoce con amargura en una nota en La Nación del 1 de agosto
La vida intelectual es difícil y áspera. Nuestros jóvenes de letras que sueñan con
París deben saber que la vorágine es inmensa. Se nos conoce apenas. La
literatura nueva de América ha llamado la atención de algunos círculos, como el
del Mercure de France, pero nadie sabe castellano, salvo rarísimas excepciones,
nos ignoran de la manera más absoluta […] Y ¿España? España no tiene mejor
suerte que nosotros. Aquí de España, ¡olé! Y se acabó. (cit. en Malosetti Costa:
2008: 373)
siglo. En este punto, los hispanoamericanos están hermanados con los españoles en el
intento por hacerse un lugar en el espacio francés. La idea vuelve con insistencia, en
“La caravana pasa”: “Vivimos en París; pero París no nos conoce en absoluto, como ya
lo he dicho otras veces. Algunos tenemos amigos entre las gentes de letras; pero
imaginería cultural del viajero escritor modernista de la vuelta de siglo: “España resulta
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respuestas: la decisión de escribir directamente en francés (Ugarte, Gómez Carrillo),
Garnier Hermanos, Editorial Viuda de Bouret, y Paul Ollendorff que tenían un mercado
hispanohablante garantizado.
que pueden leerse dentro de las columnas de la misma revista francesa Mercure de
France1.
desde la radical diferencia con los escritores españoles y por su aproximación con el
1
El ingreso en las páginas de la prestigiosa revista literaria Mercure de France representó para los
jóvenes escritores hispanoamericanos una gran oportunidad para difundir ampliamente la nueva
literatura. Su participación en estas páginas despertó gran interés en todo el mundo hispano-hablante y
ayudó a los literatos jóvenes a enfocar y precisar sus puntos de vista. Sin embargo, el efecto ejercido en
Francia parece haber pasado desapercibido. (Cfr. Ribbans, 1976)
11
l'existence: la litterature française contemporaine, par exemple, qui a atteint
cet état par d'autres causes que la nôtre (cit. en Ribbans, 1976: 384)
una u otra generación, es decir, entre viejos y jóvenes, y por sus adscripciones
escritor.
Del mismo modo, en la crónica de noviembre de 1903, vol. XLVII, número 167,
Manuel Ugarte se ocupa de la influencia francesa en la que traza una distinción, entre
2
En la nota editorial de El Nuevo Mercurio, Revista mensual editada en Barcelona y dirigida desde París
por el escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, entre enero y diciembre de 1907, declara que la
publicación busca estrechar lazos entre intelectuales de España y América para mitigar el
desconocimiento y superar los enconos, fijando la lengua como patria común de los escritores a un lado
y otro del Atlántico.
12
maîtres anciens; mais ils ont par contre l'avantage d' être .(cit. en Ribbans,
1976: 399)
Estas crónicas nos sirven para constatar ese giro incipiente -desde el propio
hispanoamericana en relación con la española en los primeros años del siglo XX.
circuito latinoamericano, donde existe una proyección colectiva que provee circuitos
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en virtud de su importancia como polo de religación extracontinental3- en esta primera
al que reconocemos como red cultural inédita que se activa con la presencia de los
hispanoamericanos en la península.
3
Zanetti define religación como “el continuo tramado de textos ,autores y lecturas que configuran el
proceso literario latinoamericano” (1994.531)
14
El giro hispánico en la narrativa de viajes a España
Si por un lado, Rubén Darío reconoce con amargura: “París no nos conoce en
absoluto”, será también él quien -desde París y en una carta a Antonio Palomero de
Después, deo volente, será España por siempre -con mis escapadas al resto de Europa”
del siglo XX y con la conformación de una red cultural inédita; cierta prosperidad en las
España como antesala de Europa y con ella, a una modernidad deseada (tal como se
Susana Zanetti (2008) en “El intelectual modernista como artista: Rubén Darío”,
Latina y España, desde la historia intelectual de Rubén Darío, quien asume el desafío
4
La Nación, por su objetivo internacionalista, resulta clave en la constitución de una alianza nueva entre
escritores españoles e hispanoamericanos y de hecho, resultó ser el gran periódico de los modernistas.
Sobre el papel de La Nación, Graciela Montaldo señala que desde 1877, resultó ser el diario más
moderno de América Latina en tanto había incorporado el servicio del telégrafo y dedicaba casi la mitad
de su espacio a anuncios publicitarios. “A partir de 1881, con un objetivo claramente internacionalista,
el diario tenía corresponsales en diferentes lugares del mundo, según los acontecimientos que se
tornaban mundialmente relevantes. Las ventas y la publicidad lo permitían: entre 1887-1890 vendía
35.000 ejemplares por día” (2013:17). En Montaldo, 2013:17.
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de lograr la incorporación de la literatura de Latinoamérica en el mercado mundial
moderno.
denomina Zanetti, con la cultura hispánica que la generación modernista había iniciado
hispanoamericanos en España, así como una nueva conciencia mundial acerca del
imperialismo.
proceso de “invención nacional” descripto por Fox (1997). Este proceso que tiene lugar
5
Inman Fox resume algunos elementos centrales del regeneracionismo español: “La historiografía
nacionalista durante la segunda mitad del siglo XX engendró la concepción de una cultura nacional
[…]Así entre las contribuciones más decisivas a la definición de una cultura nacional al servicio de la vida
política liberal, se encuentran, el pensamiento histórico krausista; los textos regeneracionistas de
Joaquín Costa, Rafael Altamira y otros, las ideas de Unamuno sobre la intrahistoria, el quijotismo y el
sentimiento trágico de la vida; la interpretación azoriana de la literatura, la sociedad y la geografía
españolas; los estudios sobre la épica de Menéndez Pidal y la escuela de filología fundada por él […] la
publicación de los “Clásicos castellanos”, la recuperación del arte de el Greco y Velázquez, la escuela de
paisajismo en la pintura y la obra de pintores como Zuloaga y Regoyos, y la obra del Centro de Estudios
Históricos.(1997:13)
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redimensionó este acercamiento y propició una nueva consciencia sobre el
6
Paul Groussac es un ejemplo claro de esta reconsideración de España por parte de los intelectuales en
virtud del avance del imperialismo norteamericano. En su conferencia en el Teatro de la Victoria, bajo el
patrocinio del Club Español de Buenos Aires, el 2 de mayo de 1898 y en beneficio de la subscripción
nacional española. Paula Bruno señala al respecto: “Como otros letrados, Groussac redimió en la
coyuntura de 1898 los valores hispánicos, que en la mayoría de sus escritos habían sido rechazados y
combatidos radicalmente. Ante el apremio de la guerra y el avance norteamericano, consideró los
valores de la “latinidad” de la antaño metrópoli imperial como recuperables ante el avance de una
fuerza que diseminaba la barbarie por el mundo”. (Bruno, 2012). Rubén Darío festejó esta conferencia:
“En nombre de Francia, Paul Groussac. Un reconfortante espectáculo el ver a ese hombre eminente y
solitario, salir de su gruta de libros, del aislamiento estudioso en que vive, para protestar también por la
injusticia y el material triunfo de la fuerza. [...] Los que habéis leído su última obra, concentrada,
metálica, maciza, en que juzga al yankee, su cultura adventicia, su civilización, sus instintos, sus
tendencias y su peligro, no os sorprenderíais al escucharle en esa hora en que habló después de oírse la
Marsellesa. Sí, Francia debía de estar de parte de España. La vibrante alondra gala no podía sino
maldecir el hacha que ataca una de las más ilustres cepas de la vena latina.” En Darío, Rubén, “El triunfo
de Calibán” publicado inicialmente en El Tiempo, el 20 de mayo de 1898.
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a vocabulario y prosodia de la literatura, se basa en especulaciones sobre las
propiedades de la lengua española y en la recuperación de tradiciones que se
consideraban inertes en las letras de la península. Rubén rescata el romancero,
la cuaderna vía mester de clerecía, los layes y dezires de los trovadores, el
barroco gongorino, los santos febriles y los febriles guerreros de la España
visionaria y heroica. (2000:37)
que nos interesan en este caso. Se enmarca entre ese “primer éxodo general” hacia
París (1942: 8), el fracaso en la metrópoli parisina por parte de “esa generación
malograda” (1942: 7), de la que nos habla Ugarte y esa llegada a España en “el regreso
nuevos.
desde las experiencias de viaje en íntima relación con la trayectoria personal de los
Pretendemos resituar dentro del corredor París-Madrid, este giro hispánico desde las
España así como una historia colectiva en la que confluyen espacios cruzados por los
este grupo inicial del círculo de Rubén Darío y la colonia en París, al que se acercan en
Enrique Larreta y Manuel Gálvez durante la primera década del siglo XX.
Sus relatos de viaje dan cuenta de una nueva mirada sobre España, claramente
diferente a la que presentan Alberdi o Sarmiento en sus Viajes durante primera mitad
del siglo XIX. España es ahora un espacio geográfico y simbólico que habilita nuevos
todo viajero y autor realiza un ir y venir entre la proximidad y la lejanía, para el viajero
viajeros.
considera Edward Said para pensar en el rol de los intelectuales en El mundo, el texto y
el crítico, son los indicados para analizar parte del giro hispánico a partir de la narrativa
viajera.
(2004: 39-41). La conciencia crítica descripta por Said en la tensión provocada entre la
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cultura a la que los intelectuales están ligados por filiación (nacionalidad, profesión) y
interesante que reúne trayectorias y posturas más conservadoras, como en los casos
de Manuel Gálvez y Enrique Larreta (no casualmente los más vapuleados por el Borges
Más allá de las diferencias importantísimas entre los registros de viaje, en todos
estos escritores argentinos, el relato de viaje por el territorio español mantiene una
distinción particular con aquello que los mismos viajeros argentinos registran dentro
del Gran Tour, es decir, por fuera de España, entre Francia, Italia o Inglaterra. España
es un punto de inflexión dentro del recorrido europeo y a partir del cual se establece -
que se intuye o reconoce como propio dentro del paisaje cultural español.
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viajes. Según Altamirano y Sarlo (1997) en el contexto del Centenario, el hispanismo es
cuarto de siglo XIX, a medida que España reconoce la independencia de las repúblicas
y entabla relaciones con ellas. Dice Matamoro: “unos españoles pobres e iletrados van
mayoría de origen español. Cabe recordar muchas de las referencias de Manuel Gálvez
otras razones que sostienen ese “regreso” a España, entre ellas: el sentimiento de
relatos de Manuel Ugarte y Ricardo Rojas, esta afirmación sobre el nuevo carácter
Por su parte, Teodosio Fernández (1995) en “El regreso del viajero modernista”,
señala que entre las continuas manifestaciones del conflicto entre americanismo y
interés que la que constituyó el reencuentro de los escritores con su tierra tras la
experiencia cosmopolita que el modernismo había significado. Entre los aspectos que
merece la atención dentro de ese “regreso”, casi siempre ignorado en sus dimensiones
retorno que muchos realizaron desde París hasta el solar natal. Y agrega que el
Aires, cuando al saber de la derrota española ante los Estados Unidos, dejó constancia
escrita -en el “El triunfo del Calibán”-de su protesta por la agresión del yanquee contra
22
siendo recuperada, descubre la mejor y menos consciente vía para expresar la
eso fue necesario que salieran del continente y vivieran en las presentas fuentes, París,
New York, Madrid. Todos los que tal hicieron descubrieron que eran distintos, que su
literatura singular de rasgos propios, así como la inauguración de una tradición cultural
siglo XX. Se trata de problemáticas que exceden este trabajo pero que -
23
El recorrido por estos textos busca responder a estas preguntas: ¿Cómo se
viaja? ¿En qué contexto europeo viaja? ¿En qué contexto español viaja? ¿Qué significa
España a comienzos de siglo en estas narrativas de viaje para este viajero argentino?
¿Qué privilegia la mirada? ¿Por qué escribe el viaje? ¿Qué lo motiva? ¿Qué textos
ficciones que esos viajes propiciaron en los contextos específicos en los que emergen.
Los planteos de los autores que forman parte del marco teórico-metodológico
nos permiten focalizar en las narrativas de estos viajes, analizar la mirada del viajero y
la pertenencia de los escritores seleccionados dentro del pasaje entre una cultura
propuestas por Ángel Rama (1994) en Las máscaras democráticas del modernismo-;
religadora (Zanetti,2008).
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Los escritores seleccionados para nuestra investigación comparten una
proximidad generacional - nacidos entre 1875 y 1882- y una relación más o menos
estrecha con Rubén Darío y el modernismo, ya desde fines del siglo XIX, que escriben
sus relatos o recuerdos sobre ese viaje a España en los primeros años del siglo XX. A su
vez, la experiencia viajera marca -aunque de distinto modo-la trayectoria de cada uno
de los escritores.
25
Bibliografía utilizada:
Altamirano Carlos y Beatriz Sarlo (1997). “La Argentina del Centenario: Campo
intelectual, vida literaria y temas ideológicos” en Ensayos argentinos. De Sarmiento a
la Vanguardia, Buenos Aires, Ariel.
Altamirano, Carlos (2008), Historia de los intelectuales en América Latina, Tomo I, La
ciudad letrada, de la conquista al modernismo, Myers, J. (editor), Buenos Aires, Katz
editores.
Bruno, Paula (2012) “Mamuts vs. hidalgos. Lecturas de Paul Groussac sobre Estados
Unidos y España en el fin-de-siglo” en Pensar el antiimperialismo: Ensayos de historia
intelectual latinoamericana, 1900-1930, Alexandra Pita González y Carlos Marichal
Salinas (coords) México, Colmex, Universidad de Colima.
Darío, Rubén (1995) “El triunfo del Calibán” en Obras completas, Tomo IV, Madrid,
Afrodisio Aguado.
26
Gramuglio, María Teresa (2013) Nacionalismo y cosmopolitismo en la literatura
argentina, Editorial Municipal de Rosario, Rosario.
Disponible en http://www.letraslibres.com/revista/convivio/nueva-narrativa-del-extremo-occidente
Ludmer, Josefina (2011) El cuerpo del delito, Buenos Aires, Eterna Cadencia.
Matamoro, Blas (2000) “América y España en el 98: miradas recíprocas” en Fuera del
olvido: Los escritores hispanoamericanos frente a 1898, Tomás Albadarejo (coord.),
Santander, Universidad de Cantabria.
Rama, Ángel (1994) Las máscaras democráticas del modernismo, Archivo, Montevideo,
Arca.
27
Terán, Oscar (1993) “El dispositivo hispanista” en Actas del III Congreso Argentino de
Hispanistas "España en América y América en España": Buenos Aires, Argentina, mayo
de 1992, Vol. 1, 1993, 129-137.
Viñas, David (1995) Literatura argentina y política, Buenos Aires, Literatura y Realidad
política, de los jacobinos porteños a la bohemia anarquista, Buenos Aires,
Sudamericana.
Viñas, David (1998) De Sarmiento a Dios. Viajeros argentinos a USA, Buenos Aires,
Sudamericana.
Zanetti, Susana (2008) “El intelectual modernista como artista: Rubén Darío” en Carlos
Altamirano (director), Historia de los intelectuales en América Latina I, Buenos Aires,
Katz.
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Las visiones de España de Manuel Ugarte: Entre una juventud déraciné y la memoria
de los escritores migrantes
es típica y atípica a la vez, por varias razones: como hijo de una familia adinerada y
vinculada a la oligarquía, entre los veinte y los cuarenta años, Ugarte no cumplió con
A los veinte años comenzó a frecuentar las tertulias del café Aues´s Keller y de
Luzio7 en Buenos Aires y construyó una amistad con Rubén Darío durante sus años en
la Argentina y otros escritores como Lugones, Rojas y Ghiraldo. En relación directa con
sus intereses y amistades, decidió viajar a París en 1897 con la intención de ejercer el
bulevar (1902), Una tarde de otoño. Pequeña sinfonía sentimental (1906), Paisajes
7
Ángel Rama recupera la importancia de los cafés como centros de reunión que propiciaban la
obtención de trabajos desde una fraternidad grupal, y aplicaba la ayuda solidaria además de constituirse
como verdaderos talleres de producción literaria, de mutuo trabajo crítico y de difusión de sus escritos.
Dice: “La funcionalidad del café fue plural y superó holgadamente las condiciones particulares del
cenáculo, pues más allá de las sabidas rivalidades literarias, estableció un vínculo entre diferentes
grupos gracias a los motivos que explicaban la presencia en el mismo local público de gente tan diversa;
eran jóvenes y de pocos recursos económicos, creían fervorosamente en el arte y la literatura, sobre
todo estaban en oposición, proponían una renovación que distaba de obtener el favor del
establecimiento cultural dominante” (1994:120)
8
Ugarte publica en 1906 en París esta Antología de prosistas y poetas jóvenes con el propósito de dar a
conocer la literatura sudamericana reciente de escritores jóvenes (de menos de 40 años) y con el fin de
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literatura Hispanoamericana: antología de prosistas y poetas (1906), Las nuevas
en paralelo con la militancia dentro del socialismo. Por ello, en Cabezas9, Rubén Darío
lo define como “un ferviente adorador de las musas y de las gracias” y a la vez, un
modernizada internacionalista”. Sin embargo, como aclara muy bien, Ugarte está en la
francesismo anterior, luego los inflexiona hacia el discurso regional de las naciones
prepara el Centenario.
momentos en la obra de Ugarte y sus derivas desde esa fuerte apuesta inicial que
darla a conocer a propios y ajenos y de contrariar la tradición que presta atención a los orígenes de
forma exagerada, sin ocuparse del momento actual. Esta empresa para la que Ugarte puso a disposición
de esa juventud del continente un editor y su casa propia, un libro abierto a la colaboración común en
virtud de la urgencia por reunir en un tomo el pensamiento y la obra de las nuevas generaciones. Dice
“Nuestra joven literatura casi tan desconocida en América como en Europa, estaba pidiendo un
colector”. La obra fue la primera en su tipo y se publicó en francés, Le jeune litterature hispano-
americaine, con traducción de Raymond Laurent. Más allá de este compromiso, Ugarte recibió fuertes
críticas por parte de José Enrique Rodó en la columna de La Nación “Una nueva antología americana” en
1907 y por Miguel de Unamuno,“La tradición literaria americana” en Letras hispanoamericanas de 1907.
9
Inicialmente Cabezas fue una columna de Revista Mundial Magazine (1911-1913) en la que presenta
siluetas de escritores y políticos. Algunas de ellas fueron reunidas en forma de libro bajo un título
homónimo.
10
Cabe aclarar que Rama plantea una distancia generacional de consideración entre Manuel Ugarte,
Rubén Darío y José Asunción Silva (los indiscutibles protagonistas de “la cultura modernizada
internacionalista”) que no es tal. Ugarte era 7 años menor que Rubén Darío (Cfr. 1994:47)
30
tiende hacia el modelo francés e internacionalista a un segundo estadio de regreso a
Igualmente cabe recuperar que Ugarte durante esa primera etapa también
vuelta temática hacia América” (2008:546). Ahora bien, como afirma Teodosio
Fernández, ese paso por España -en el camino de regreso a América (no
11
Es muy significativo que algunos de los Cuentos de la Pampa hayan sido escrito y publicados
inicialmente en francés (Contos de la Pampa, Garnier Hermanos, Paris) y traducidos al italiano (Racconti
della Pampa, Biblioteca Amena, Fratelli Treves, Milán) y luego, publicados en español como antología.
Esta antología de cuentos parecería responder a la demanda de exotismo que el campo europeo ejerció
sobre los escritores hispanoamericanos. En su prólogo, Ugarte afirma:“ Los panoramas, sensaciones y
asuntos que ofrece la vida de aquellas tierras, y son privativos de la región, bastan para caracterizar un
movimiento, sin renunciar a la renovación mundial que lo metamorfosea todo; pero sin saltar la valla del
idioma, sin olvidar las fuentes, sin alejarnos de lo que llamaremos, desde el punto de vista ético, nuestro
sistema solar ” (1920:6)
12
Miguel de Unamuno se refiere al prólogo que escribió para Paisajes Parisinos donde criticaba la
escritura /la voz de Ugarte como “una voz más de esta juventud inorientada mejor que desorientada,
occidentada” al propio autor como “un peregrino de la literatura que viene por su jornal de
gloria”(1901:V)
31
necesariamente físico) tiene enormes repercusiones para la literatura
argumenta Pascale Casanova (2001)- un viaje al presente, las crónicas de Ugarte por
demoradas en el tiempo.
manifiesto sobre las posibilidades del socialismo en España. En tanto crónica viajera se
del diálogo directo con algunos de sus referentes. Cabe aclarar que el paisajismo jamás
pesadilla nos vienen en gran parte de las lecturas Y las lecturas son a menudo
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espejismos de otras almas. Olvidemos los libros y volvamos a la vida” (1904:22). Volver
atender el “estar allí”: mirar, escuchar, establecer diálogos con sus habitantes. Aquí
aparecen las primeras voces españolas a las que el viajero les da ingreso desde el estilo
directo (una gran diferencia con otros relatos de viaje como el de Manuel Gálvez en El
solar de la raza).
relación indiscutible de filiación con lo visto y vivido, esa vinculación se equilibra con el
cualquier afectación. Quizás sea este aspecto el que presenta mayores cambios en
Escritores iberoamericanos del 900 cuando, décadas más tarde, repasa su estancia en
Madrid.
la que la relación se construye dentro del marco de elección crítica, razonada, elegida.
por las secuelas del “Desastre” y su conciencia crítica, que pareciera tener algunas
ventajas.
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Si bien la filiación pocas veces se cuela en el relato, cuando aparece, lo hace con
metáforas muy potentes. Ugarte, que viaja desde París, presenta el motivo de su
desde sus propios términos: espíritu expatriado, déraciné. Este “viajero expatriado”,
La premura y la impaciencia con que la curiosidad nos hace saltar de una ciudad
a otra[…] Un viaje es una vorágine que nos arrebata y nos muerde,
sometiéndonos al engranaje de sus mil solicitaciones inesperadas,
sacudiéndonos a cada instante con estremecimientos nuevos, borrando un
panorama con otro, matando una sensación para hacer nacer una idea, y
revolviendo en nuestro corazón todo lo que duerme y lo que flota, en esas
grandes manotadas de remos que da la distancia al transcurrir dentro de
nosotros. (1904:14)
viaje meramente turístico queda contrarrestada por la propia escritura del viaje. La
escritura permite detener esa vorágine de panoramas y perpetuar las sensaciones del
viajero.
13
En todos los casos las cursivas son nuestras
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El propio relato se encarga de marcar una distinción con respecto a otros
viajeros no latinos. Como ejemplo, aquellas turistas francesas con las que Ugarte
coincide en un hotel de Burgos y por las que se siente muy atraído (“jóvenes y
acariciador y mimoso que solo tienen las que están seguras de poder sonreír ante el
espejo”) pero de las que se desilusiona al escucharlas hablar sobre España. Ese diálogo
silencio, devorando la tristeza de oír hablar de España como un país oriental […] me
Las francesas representan aquel tipo de viajero turista que Todorov caracteriza
como “un visitante apresurado que prefiere los monumentos a los seres humanos”. La
rapidez del viaje es ya una razón de su preferencia por lo inanimado con respecto a lo
cualquier posibilidad de que se ponga en tela de juicio la propia identidad: “es menos
“hispanoamericano con espíritu expatriado”? El viajero dice que viaja para conocer y
que por ser un latino y no un inglés, su viaje resulta extravagante para los lugareños:
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Siguiendo a Todorov, el viajero exota es quien está fuera de los automatismos
compartir las costumbres de aquellos sitios que recorre, puede percibirlas con nitidez y
por las ciudades del interior, en Castilla. Los términos de la comparación son extremos
temporales y de vitalidad, más o menos explícitos, por ejemplo cuando lee Salamanca
que Todorov esboza como viajero hipotético, por no estar seguro de que sea
realmente distinto de otros viajeros (Cfr.1991: 396). Este planteamiento nos facilita
comprender esos otros modos de viajar por España en el caso de Ugarte, quien viaja
con el estado de la cultura francesa moderna, aunque sin caer en el típico discurso
orientalista europeo.
Como dijimos, más allá de esta certeza sobre “las simpatías de la sangre”, que
jamás será dejada de lado, Ugarte sostiene una descripción crítica de la idiosincrasia
36
fuera de circulación, el conservadurismo en el arte y la política, lo netamente castizo. Y
el porvenir como aquello que debe hacerse, lo abierto al contacto con lo internacional,
lee desde la misma dicotomía que otros viajeros como Larreta y Gálvez, aunque en su
caso los términos de esta polaridad reciben un valor inverso: el pasado es lo muerto
mientras que el porvenir está en la vitalidad de las ciudades puerto como Barcelona, A
Coruña, Bilbao.
Este viajero sudamericano anticipa: “el español tiene una gran debilidad: su
veneración por el pasado; una gran energía: su fidelidad al terruño; y un gran defecto:
La asociación que hallamos entre las ciudades y pueblos del interior en tanto
grandes museos se presenta en muchos relatos viajeros -tal como sucede en El solar
España, como en todas las regiones del mundo, hay dos mentalidades antagónicas: la
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que se inspira en el pasado y la que tiende al porvenir. La primera es mucho más fuerte
Rubén Darío enviado como corresponsal de La Nación dos años antes y que reunió
En esa resignación [la de Rosario, una empleada del hotel en el que se aloja en
Zumárraga], en esa pasividad conmovedora, me pareció ver el símbolo del
pueblo español hoy, que expoliado, herido, molestado por todos no atina más
que a cerrar los ojos y a dormir, como si un maleficio imposible le hubiese
arrancado la tendencia a la vida. (1904:33)
regiones, Ugarte adscribe –al igual que Rubén Darío-a las ciudades modernas y sus
puertos (San Sebastián, Barcelona) “por estar en su siglo”, en el presente, “en la hora
“España tiene muchas tradiciones, demasiado plomo en las alas” (1904: 81). La crítica
es concluyente: “¡Ay de aquel cuya voz desentone ; o tiene que emigrar a los grandes
centros donde solo se le puede combatir con medidas oficiales y públicas, o tiene que
14
Rubén Darío, enviado por el diario La Nación de Buenos Aires, recoge en estas crónicas los aspectos
de la vida española luego de la crisis de final de siglo, después de la derrota frente a los Estados Unidos
y la consiguiente pérdida de sus últimas colonias de ultramar. La atmósfera reinante en todas ellas es” la
de una exhalación de organismo descompuesto”, la caída colosal del gran imperio que fue España.
España Contemporánea, cuya primera edición apareció en París, Editorial Gamier Hnos., París en enero
de 1901, expone diversos aspectos de significación política, social, educativa, literaria y artística desde
un compromiso ético explícito:" No he de engañar a los españoles de América y a todos los que me
lean". La mirada del poeta recupera nuevamente sobre España en un libro de 1904, Tierras solares.
38
Con el fin de entrevistar a Miguel de Unamuno, a quien respeta y con quien ha
(1901)15, Ugarte visita Salamanca, esa “ciudad-museo”. Allí afirma: “Hay excursionistas
que solo conocen de las ciudades las fachadas de las casas. Nosotros queremos ver
algo más” y, como un semiólogo, recorre Salamanca para leer con mayor precisión ese
En vano un modesto librero llena su único escaparate con las obras de Zola,
Reclus, Kropotkine; en vano un obrero desconocido pega en algunos muros un
pequeño cuadrilátero de papel impreso en el que habla de fundar sindicatos
profesionales…Sus intentos se mueven en el vacío y sólo el que tiene recursos
para hacerse de tiempo en tiempo una excursión a Madrid16, puede decirse
nuestro contemporáneo. (1904:60)
Por ello dice sorprenderse de que “esa ciudad muerta” sea el lugar en el que
Unamuno despliega su obra: “En la ciudad más vetusta, vive uno de los hombres más
desempeño de los sindicatos- en este libro de viaje destina un capítulo para reflexionar
discordantes (como en este presente español). De la misma manera en que habría más
político-ideológica con las que se encuentra en esa España de los primeros años del
posturas que “chocan entre sí” y que “retrasan” –desde la metáfora de Ugarte- el
porvenir.
15
Ver nota al pie nº3
16
Madrid, la gran omisión en los relatos de Gálvez y Larreta-así como en muchos viajeros franceses-
representa como capital del Estado español un espacio expuesto al tráfico de la modernidad, más
cosmopolita y menos “orientalizable”.
39
La España del porvenir
tanto centro cultural de referencia, lo que equivale a decir que han entrado en la hora
internacional. Madrid hace más nítido el carácter intelectual de este itinerario. Una vez
que llega a esta capital concurre a teatros, recorre las calles y participa de las tertulias
presente. Como reporter, Ugarte confiesa: “Peregriné por todos los rincones del clásico
como José Canalejas, escritores y dramaturgos como Pérez Galdós, Juan Valera,
castizo “que comienza a darse cuenta que es imposible seguir encerrando los
tiempo que le añadimos nueva savia”(1904: 104)- Vicente Medina al que “le cabe la
Joaquín Dicenta, un escritor que ha sabido ser “para las muchedumbres, el amigo, el
17
A finales del siglo XIX y comienzos del XX estaban en pleno apogeo cerca de catorce cafés en Puerta
del Sol, Madrid. Sus locales eran lugares de moda y de reunión de artistas y escritores y evidencian
formas de sociabilidad literarias de la que participan los viajeros sudamericanos.
18
Valera es uno de los primeros que elogió a Rubén Darío por sus innovaciones en la lengua española. En
una carta a Menéndez Pelayo de 1882, le dice: “Veo en Rubén Darío lo primero que América da a
nuestras letras, donde, además de lo que nosotros dimos, hay un poco de allá. No es como Bello,
Heredia, Olmedo, etc. en quienes todo es nuestro, y aun lo imitado en Francia ha pasado por aquí, sino
que tiene bastante del indio sin buscarlo, sin afectarlo y además, no le diré imitado, sino sustituido e
incorporado, todo lo reciente de Francia“. Citado por Ángel Rama (1984:182).
40
En muchas de las entrevistas realizadas en Madrid anticipa, desde la reflexión
sobre los perfiles individuales, aquellas conclusiones sobre la España literaria que
previsión sobre el futuro. En ese balance, Ugarte reconoce a aquellos escritores que se
Galdós: “uno de los hombres avanzados de España, librepensador y demócrata […] uno
de los pocos que exteriorizan una tendencia universal en este país ensimismado”
temporal son una constante y están al servicio de calificación del mundo. Más allá de
las críticas que podemos plantear sobre la lógica de análisis dentro de La República
mundial de las Letras, Pascale Casanova señala algo evidentísimo para pensar la
Ugarte es muy consciente de que existe una hora mundial, un presente, y que
ese presente lo fija el campo intelectual francés. El viaje de los modernistas a París es
41
un desplazamiento geográfico y temporal, una especie de viaje al presente desde
regiones atrasadas.
para los propios artistas españoles: “Solo hay un país que hace las glorias dentro de sus
fronteras: Francia. Todos los demás aguardan a que el nombre le venga ya glorioso y
hecho del extranjero […] Rusiñol ha venido de Barcelona a Madrid por el camino de
pasado y aquella que tiende hacia el porvenir. En este capítulo, Ugarte insiste en lo
por un arte social. Visiones de España explicita que en ese porvenir deseado y aún por
afrontando el pasaje entre el concepto del “arte por el arte” (esa declaración de
42
libertad en el arte que fue imprescindible para los escritores hispanoamericanos
Por lo mismo, reivindica ese “tiempo nuevo” al que aspiran los grandes órganos
horizonte por el cual trabajan los poetas renovadores de la Revista Helios19 en Madrid.
Unamuno, y entre los muy jóvenes una legión brillante y animosa” (1904:131)
lenguas son como las religiones, viven de herejías”20, Ugarte interviene dentro de esta
19
Helios fue una revista literaria española dedicada a la promoción de la estética modernista de la que
se publicaron once números entre abril de 1903 y febrero de 1904. Su principal promotor fue el poeta
español Juan Ramón Jiménez, junto a un grupo del que formaban parte Agustín Querol, Gregorio
Martínez Sierra, Ramón Pérez de Ayala, Pedro González Blanco y Carlos Navarro Lamarca, todos
españoles excepto el último, argentino. Colaboraron en sus páginas Rubén Darío, Miguel de Unamuno,
Azorín, Juan Valera, Antonio Machado, Manuel Machado, Serafín Álvarez Quintero, Joaquín Álvarez
Quintero, Salvador Rueda, Manuel Ugarte y Rufino Blanco Fombona. La revista incluía tanto textos de
creación (en prosa y en verso) como críticas de obras literarias. Cfr. Fogelquist, (1955: 291-299).
20
Unamuno había reconocido en ese lapidario prólogo a Paisajes parisienses de Ugarte como único
valor, precisamente, la intención por renovar la lengua castellana:“[…] tiene alguna eficacia en el
aspecto lingüístico”, un trabajo con la lengua desde la inventiva de la frase y la concreción de un
lenguaje que parece traducido del francés: “desarticulado, cortante y frío como un cuchillo,
desmigajado, algo que rompe con la tradicional y castiza urdimbre del viejo castellano”. Unamuno
aprovecha el prólogo para reconocer en este punto como único un valor de la publicación de Paisajes
Parisinos, el que le permite reiterar una convicción acerca del cambio de la lengua como una exigencia
de la modernidad en términos culturales, algo compartido con muchos escritores hispanoamericanos
como Darío y Silva : “Hay que hacer del español la lengua hispano-americana, sobre el castellano, su
núcleo germinal, aunque sea menester para conseguirlo retorcer y desarticular el castellano; hay que
ensancharlo si ha de llenar los vastos dominios del pueblo que habla español”. Forjar un idioma sería la
tarea colectiva de todos los escritores hispanoamericanos. […] He aquí por qué me parece la presente
una obra de alguna eficacia en el respecto lingüístico. Revolucionar la lengua es la más honda revolución
que puede hacerse; sin ella la revolución en las ideas no es más que aparente” (1901: XVI).
43
hispanoamericanos, cuya cultura es exclusivamente francesa, fueron los primeros en
española algunos otros renovadores de la lengua literaria, entre ellos, Salvador Rueda,
este mismo diario madrileño. En la introducción del apartado y sin demoras, advierte
estimación profunda que tiene por su padre el hijo emancipado” y que por removerse
fraternizar” (1904:149)
21
La proximidad con Rueda y un prólogo que Ugarte le dedicó al poeta español le provocaron cierta
enemistad pasajera con Rubén Darío, tal como lo refiere el mismo Ugarte en Escritores iberoamericanos
de 1900. La rivalidad entre Salvador Rueda y Rubén Darío se desencadenó con la agresión de Rueda en
la Revista Poesia (de Marinetti) donde se autodeclaró ser el renovador de la poesía española: “Bajo mi
pluma ha brotado una nueva prosodia española y un nuevo colorido español, y se ríe a grandes
carcajadas la gente de gran afinación, de esas idioteces de «Monsieur Mallarmé» paseadas por América
por sus imitadores (impersonales y automáticos) como se pasean por los viajantes de joyería falsa los
diamantes americanos, que aquí llamamos gráficamente diamantes de culo de vaso”. Salvador Rueda,
Contestación a la encuesta sobre el verso libre en Revista Poesia, Rassegna Internazionale, II, nº 3-5,
apr.-giu. 1906, págs. 51-52.
44
descargaba una serie de preguntas que los libros americanos parecían no querer ni
poder responder:
Más allá de rescatar a Rubén Darío y Leopoldo Lugones por sus trabajos
París, quien más allá de sostener un criterio internacional en las letras, aconseja a los
22
Valery Larbaud aconseja a los escritores hispanoamericanos radicados en París: “Yo les diría de buen
grado que, en efecto, es deseable frecuentar lo más distinguido de París y esa elite es sobre todo la de
las letras, sin duda alguna. Pero ya que ellos también piensan un poco en su público, no les pedimos
poemas del Barrio Latino ni notas que dejen comprender que han sido escritas en la terraza de un café a
la moda del bulevar. Exigimos de ellos las visiones de villas tropicales, blancas y voluptuosas ciudades de
las Antillas, villas de conventos en el corazón de los Andes negros, las verdegueantes perspectivas de
avenidas acariciadas por ráfagas de aire tibio de México y Buenos Aires; la vida de estancieros y
gauchos, una bella silueta de vaquero de las provincias fronterizas de la República Argentina y, por lo
tanto, el espectáculo de la naturaleza, la nota exótica, la tristeza, la melancolía y asimismo el tedio que
se desprende de ciertos paisajes andinos”. A partir de esta cita, Gustavo Guerrero señala : “Para 1907,
no era otro, efectivamente, el horizonte de expectativas que ya existía para la literatura latinoamericana
en París. Cuando se hojean los álbumes de florilegios poéticos que algunos de nuestros compatriotas
hacían editar por aquellos años en la capital francesa se puede entender mejor la irritación apenas
disimulada de estas palabras de Larbaud. Pero lo cierto es que ni la obra de Darío ni la de casi ninguno
de los modernistas podían corresponder entonces al exótico deseo que en ellas se expresa. Mucho más
complejo que el simple relato emancipatorio que suele hacerse de él, el proceso de internacionalización
de nuestra literatura parece haber sido así un fenómeno de variadas geometrías que no se reduce a la
sola conquista de una “autonomía estética” y sí pone en juego los apetitos, los clichés, las fantasías y los
prejuicios de un exotismo”. Y agrega que la práctica extraterritorial de la ficción actual latinoamericana
no hubiera sido posible sin el reconocimiento y el peso específico que el Boom supo en el exterior
45
Ugarte contesta a Maeztu en este mismo diario, a propósito de la influencia
único.
artístico está en los asuntos o en las formas? Ugarte no sin ironía señala que “en
Maeztu:
comienzos de siglo que fascinó a Rubén Darío y a otros hispanoamericanos. Dice: “No
aunque “lejos de realizarse sobre la base de un horizonte inédito, plural y abierto, se produce dentro de
una configuración simbólica que incorpora, modulándolo, el viejo horizonte exótico”. En “La encrucijada
de la recepción internacional“ Disponible en:
http://www.letraslibres.com/revista/convivio/nueva-narrativa-del-extremo-occidente
46
es verdad que el vapor, la electricidad, las fábricas, el intercambio y la fiebre
siente la vida intensa, una comunidad de la cual hay que aprender: “Nosotros decimos
Aquí le ofrecen la tribuna del Ateneo Barcelonés para dar una conferencia
punto, el “alma nacional española” definida por Ugarte es amplia y diversa. Y la “vida”
de ese “alma” circula cerca de los puertos y las playas. Es en estas ciudades- puerto,
Son almas modernas, hombres que vibran al unísono de los demás. No hablan con
recuerdos, sino con ideas actuales. Tienen la fuerza y la reflexión. Y así como en una
docena de puertos, (Barcelona, Valencia, Bilbao, A Coruña, Almería, Cartagena,
Málaga, etc.) está reconcentrado el vigor de una nación, en una docena de nombres
como Acebal, Baroja, Benavente, Blasco Ibañez, Bueno, Cristóbal de Castro, Dicenta,
Maeztu, Martínez Ruiz, Unamuno y Valle Inclán, viene prisionero el porvenir. Son como
ventanas abiertas que tiene el alma nacional sobre la plenitud de la vida, como
puertos intelectuales por donde recibe el país el oro moral del extranjero y por donde
da a conocer al mundo su mejor savia. (1904:188)
47
Visiones de España se cierra con una especie de manifiesto socialista dirigido al
futuro: “En España se acumula una fuerza para el porvenir. Todo consiste en saber
dirigirla hacia grandes móviles altos y universales. Veamos por encima de las patrias”
(1904:190)
intimidad de una generación por Prensa Española, nos reencontramos con un escritor
sudamericano interesado por asumir -casi cuatro décadas más tarde- el rol de
recuperación de las biografías de sus protagonistas, así como narrar la historia de ese
“núcleo con eje intelectual entre París y Madrid”. Para Ugarte este “movimiento de
germinación auténtica” puede compararse con la formación del grupo español del `98
esas coincidencias de base no fueron explicitadas por ese joven viajero. Es a partir de
estas crónicas de 1904 que Rubione afirma que Manuel Ugarte y -a diferencia de
Gálvez y Rojas- fue “un viajero muy crítico para con España”. (2006:31).El
23
Gálvez en EL solar de la raza sostiene esta misma afiliación con los regeneracionistas del ´98 español
para su generación, los nacidos después de 1880, la generación posterior a la de Ugarte.
48
reconocimiento de esos “entronques esenciales” es posterior y se quedan explicitados
propio Ugarte y su viaje a Europa en el capítulo II “París” y capítulo III “Madrid” y otra
lineamientos así como las condiciones de posibilidad y los condicionamientos con los
califica como una suerte de “expatriación”. Si bien cada uno de los capítulos dedicados
experiencia europea.
“grupo inicial” en términos de aquello que Todorov reconoce como el viajero exiliado
En el siglo XX, los escritores siguen el ejemplo de Descartes, optan por el exilio a
menudo para producir su obra: Joyce y Beckett se fueron a Irlanda, Rilke no
puede escribir más que fuera de Alemania; García Márquez y Günther Grass
escriben en París esa novelas nacionales que son Cien años de soledad y El
Tambor. (1991:393)
49
París funciona -como señala Maíz (2006)- como una “metrópoli cultural
conforme a los objetos culturales reales e imaginarios que reúne, como depósito
experimentar la relación no solo con España sino con la propia realidad americana.
asimilación cultural a los espacios y las prácticas de la vida parisina, Ugarte rectifica lo
24
En las últimas dos décadas del siglo XIX, el viaje a Europa para los sudamericanos ha dejado de ser
privilegio de una minoría. Frente a la relativa democratización del viaje, los viajeros intelectuales
responden construyendo una figura de sí mismos en continuo contrapunto con esos otros que ahora
también viajan, esos otros sin apellido y sin lustre: los rastacueros .El término rastaquouère así como su
sinónimo meteque o meteco, remite al representante de esa “barbarie sudamericana” que a fines del
siglo XIX viaja a Europa alentado por la disponibilidad de una fortuna y por la promoción de –en palabras
de Jorge Schwartz-un nuevo ismo: el turismo. García Mérou dedica una crónica en Perfiles y miniaturas
de 1889,”Rastaquouére”, en virtud de que la prensa local había transcripto fragmentos de una nota de
Figaro en la que se pintaba la fisonomía del rastaquouére o “del americano parisiensado, que viaja a la
capital del placer, sus lustrosos billetes de mil francos, a cambio de algunas sensaciones pasageras y
superficiales” (1889:17)
50
ambiente nuevo, con la impresión confusa de que merecíamos más de lo que
ese ambiente nos otorgaba. Y lo éramos a los ojos de los demás, porque, sin
advertirlo, hablábamos fuerte, exagerábamos las propinas, empujábamos a los
transeúntes, reíamos a destiempo, cuidábamos demasiado el traje, porque
carecíamos, en los gestos, en los pensamientos y en las palabras, de medida,
porque obrábamos, en suma, como primitivos, frente a una civilización
milenaria que había limado los ángulos salientes para dar en todo la nota
precisa y cabal. (1946:25)
una vez arribados, se identifican con un protocolo común en el que se comparte una
generales .(1981:33)
análisis sobre los movimientos de vanguardia en París entre 1890 y 1920- conformados
por buena parte de inmigrantes que llegan a París provenientes de regiones nacionales
25
Ugarte señala la incapacidad de Rubén Darío de vincularse realmente con los referentes intelectuales
y literarios del campo francés y los salones parisinos a diferencia de Enrique Gómez Carrillo quien fue
uno de los pocos que -a su juicio- se “enquistó en el bulevar”.
51
periféricas y pequeñas culturas nacionales-desconoce la presencia del modernismo
con el imperialismo. El viaje a París es el viaje hacia una “capital cultural” que posibilitó
insalvables: las desventajas tanto en relación con el capital simbólico como en las
Ugarte aclara:
La razón del éxodo general -digo general, dado que entre los intelectuales de
esa generación muy pocos permanecieron en América-, no hay que buscarla,
como se insinúa, en una desatinada admiración por la literatura exótica. En el
peor de los casos la “predilección novelera” pudo ser alimentada sin salir de la
ciudad natal. Sobre todo en aquellos años en que el libro y el espíritu cruzaban
tan fácilmente los mares. La verdad es que esa juventud no se sentía atraída por
26
Delmira Agustini y Alfonsina Storni nunca viajaron a Europa. Aun así, Ugarte le dedica un capítulo a
cada una de estas escritoras por considerarlas espiritualmente parte del grupo inicial.
52
un nuevo medio. Se evadía del medio en que se ahogaba.27 Si acechaba los
barcos desde el puerto, es porque carecía de oxígeno en su propia tierra.
(1943:12)
extranjería de sus miembros, el interés por lograr una legitimación literaria y por el
manejo de una lengua materna común que, en París, es sentida como “lengua menor”
(propia de una “cultura menor” desde una mirada eurocéntrica tan evidente en las
idioma original ha sido el español. Sobre esta aspiración de acceder a la letra de molde
problemática28:
27
Ese “ahogo” del medio del que se busca escapar es la misma imagen que encontramos en el joven
Ugarte viajando por la región de Castilla en 1903.
28
Como señala Gustavo Guerrero (2007), Rubén Darío publicó en París a penas algunos pocos poemas
sueltos que no tuvieron repercusión alguna. Solo después de su muerte se recogen y traducen por
iniciativa del cuentista y poeta peruano Ventura García Calderón parte de su obra en Pages Choisies,
París, Librairie Félix Alcan.
Disponible en https://archive.org/stream/pageschoisies00daro#page/n7/mode/2up
53
Sin embargo el gesto del grupo marca la necesidad por sobreponerse a la
literaria.
Esta vivencia de exclusión de París es en gran medida la que motiva el giro hacia
España, donde los “indianos”, tal como eran denominados por esa época, pudieron
construir una red intelectual fecunda más allá de las políticas de los Estados.
Ricardo Rojas- en relación con la construcción de esta red intelectual amplia que
de ella que se generan contactos y amistades que dan lugar, entre otras cosas, a
estos primeros años del siglo XX, con el nucleamiento indiscutible de Rubén Darío y
29
Para Pascale Casanova en La república mundial de las Letras (2001), Darío no triunfa en Francia por
razones estrictamente literarias. Sostiene que los cambios introducidos por Darío como referente del
modernismo en el espacio literario latinoamericano pertenecen más al ámbito de la aceleración
temporal que al de la innovación literaria, es decir que la obra de Darío constituye más bien una
actualización o adaptación de la moda que a una revolución. Según su análisis, Darío introduce en
regiones hasta entonces alejadas del meridiano de Greenwich, acontecimientos literarios que ya han
tenido lugar en el centro y por ello no puede ser consagrado por París como un innovador sino como un
“cosmopolita excéntrico” que, en todo caso, colabora en la unificación del espacio literario imponiendo
posiciones autónomas, a través del modelo de la modernidad parisina. La afirmación de Casanova da
cuenta de la incomprensión de la literatura de Darío y del movimiento cuando se trata de pensar más
allá del campo francés como centro absoluto.
54
En el planteo de Alfredo Rubione (2006) el giro hispanista se fundamenta desde
una mirada institucionalista y estatal. Entre las varias razones que explican el giro hacia
el ´80, la guerra por Cuba en 1898, la actitud del general Roca y Juárez Celman
Los vínculos cada vez más crecientes entre intelectuales, políticos y periodistas
argentinos con sus correspondientes españoles, tal como lo muestran los
abundantes viajes de estudio, conferencias y libros testimoniales. Esa relación
deviene institucional desde comienzos de siglo en la enseñanza media y
universitaria. España al dejar de ser la madre de la barbarie americana para ser
considerada rectora en muchos dominios de la ciencia y la cultura. (2006:38)
Sin embargo consideramos que esos vínculos -cada vez más crecientes entre
desde la noción de redes culturales, definidas por Maíz y Fernández Bravo en tanto
entre sus participantes y mediadas por una distancia-que son paralelas o externas a las
55
La existencia de esos vínculos intelectuales que pareciera conformarse en París
-no como grupo cultural sino como red - se fortalece en Madrid y en contactos con
otras ciudades de América Latina, más allá de las políticas internacionales de los países
circulación de las propias producciones. Solo como ejemplo, frente a la guardia civil
que inspecciona sus maletas desconfiando del contrabando, Ugarte declara llevar una
amigos de España”. (1904:31) Gálvez también recuerda que ingresa desde París a
que fortalecen esa red cultural: “En Madrid no tardé en hacer amistad con el grupo
que surgía, la nueva generación que se levantaba sobre las tierras de Emilia Bazán,
escritores” (1943:51)
56
emoción de todas las horas y todos los pensamientos. Hasta añadiría que, más
que la quiero, la siento. (1943:44)
por defender las supervivencias del espíritu ibérico en América. En este Ugarte ya
Sin la raíz que nos dio nacimiento a la patria nueva, todo se derrumba. Sin el
punto de arranque en el pasado, sin el respaldo en los siglos, carece de
consistencia la construcción. Lo único que nos puede defender del
cosmopolitismo es la recia osamenta española, que sostiene y concentra la
nueva vitalidad. (1943:45)
Y más adelante:
Ugarte recuerda esa red de vínculos estrechos en los que veía el porvenir en el
grupo que surgía: “Madrid era un hervidero de escritores”. Y retoma aquella polémica
57
había afirmado que “en conjunto, somos un tanto déracinés, no nos domina la aflicción
Santos Chocano, Rubén Darío, Enrique Gómez Carrillo, José Ingenieros, Leopoldo
Lugones, Amado Nervo, Belisario Roldán, Florencio Sánchez, Alfonsina Storni, José
Vargas Vila, en el último capítulo titulado “El destino de una generación” Ugarte hace
un balance en el que se conjuga el gesto épico con el tono trágico y que convalidan
quizás, aquel nuevo título en su reedición en Madrid en 1951 por Prensa Española: La
dramática intimidad de una generación30: “Todos los escritores de que he hablado […]
Incómodos para los demás, los del grupo tuvieron el terrible defecto de escribir
y de pensar con veinte o cincuenta años de anticipación. No se perdona al
poeta la comunicación astral que le permite adelantarse a lo que piensa la
mayoría. (1943:246)
ideología continental; una humanización del arte con un sentido más social; el
30
Esta reedición en Madrid bajo este nuevo título La dramática intimidad de una generación apareció
unos meses antes de la muerte de Manuel Ugarte ocurrida en Niza a fines de 1951.
58
convicción acerca de una esencia americana y la renovación dentro del idioma, en un
A modo de cierre Ugarte remarca que esta obra está destinada a plantear,
iberoamericano. En ese drama31, este grupo que pensó en “generación” fue capaz de
descubrir, al instalarse entre Madrid y París, que la producción de cada uno, más allá
de ser una orquesta exótica, se enlazaba en una sola literatura y a una nacionalidad
Grande.
31
Su propio drama personal lo refiere Alberto Hidalgo en un artículo que Ugarte incluye como nota al
pie en este capítulo. Con violenta sinceridad dice Hidalgo: “Corrido por los vendavales, Manuel Ugarte
volvió hace unos tres años de Europa […] Por todas partes halló indiferencia, egoísmo, olvido. La lucha
por el pan se hizo brava y desigual y acaso pensó matarse. Mas argentino de veras, calculando que un
suicidio más en el sector de las letras podría estimarse como una venganza nacional, prefirió abandonar
la patria. En Viña del Mar se ha alquilado una casa como un torreón, sobre una roca y en ella vive como
un proscripto”(1943:251)”
59
Bibliografía utilizada:
Darío, Rubén (1929) Cabezas, Obras completas de Rubén Darío, tomo XXI, Madrid,
Imprenta de Galo Sáez.
García Mérou, Martín (1889) Perfiles y Miniaturas, Buenos Aires, Imprenta de Pablo E.
Coni e Hijos.
http://www.letraslibres.com/revista/convivio/nueva-narrativa-del-extremo-occidente
Rama, Ángel (1994) Las máscaras democráticas del modernismo, Archivo Ángel Rama,
Montevideo, Arca.
Rubione, Alfredo (2006) “Retorno a España” en La crisis de las formas. Historia crítica
de la literatura argentina dirigida por Noé Jitrik, vol. 5, Buenos Aires, Emecé.
Todorov, Tzvetan (1991) Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana,
traducción de Martí Mur Ubasart, México, Siglo XXI editores.
Ugarte, Manuel (1999) Epistolario de Manuel Ugarte, Buenos Aires, Archivo General de
la Nación.
61
Ricardo Rojas: Un peregrino indiano tras los archivos para la nación argentina
Santiago del Estero donde su padre, Absalón Rojas, miembro del Partido Autonomista
Nacional (PAN) fue gobernador. Tras la muerte del padre en 1893 y una difícil situación
económica, la familia terminó por trasladarse a Buenos Aires en 1899. Allí Rojas inició
Nación. En 1903 publicó un primer libro de poesía La victoria del hombre y se sumó al
grupo de la revista Ideas, fundada ese año por Manuel Gálvez y José María Olivera, con
Como sostiene Ángel Rama, Ricardo Rojas junto con Manuel Gálvez participan
regional.
En 1907 viajó por primera vez a Europa. Este viaje definió buena parte de su obra
cargo en 1913- y del Instituto de Literatura Argentina, así como la creación del Instituto
62
de Filología y Literaturas Hispánicas en 1923. Como docente e investigador, Rojas
Estado encabezado por el general Uriburu, Ricardo Rojas se sumó a la Unión Cívica
cargos a los que renunció por su oposición con el primer peronismo. Murió en Buenos
primer viaje a Europa, no solo por la importancia que tuvo para su propia trayectoria,
sino también por su protagonismo dentro de lo que pensamos como “giro hispánico”
de las motivaciones de las obras anteriores y posteriores a ese viaje, como la gestación
de proyectos culturales e instituciones que Rojas asumió en relación directa con ese
63
ajenas que se suceden a lo largo de estas tres décadas, las que separan el viaje efectivo
de su registro narrativo.
En principio, Ricardo Rojas viaja a Europa con las expectativas propias del viaje
embargo - a diferencia de los demás viajeros de este corpus- Rojas viaja designado en
(1909) indica que durante la presidencia de Figueroa Alcorta, y a través del Ministerio
mediados de 1907 y por el término del año que dura su viaje, Rojas no se limita solo a
pretexto de Rojas para conseguir una larga licencia laboral que le permitiría realizar su
Sin embargo, creemos que ese viaje fue fecundo en términos de escritura y
obra podemos corroborar fácilmente aquello que él mismo confiesa en las primeras
64
(1908) hasta mi Cervantes (1935). El sentido con que hoy veo lo español es el
mismo de entonces, porque es el que hasta allá me llevó. (1938:8)
de esta experiencia viajera, algunas de sus primeras obras: El alma española (1908a),
Francia e Inglaterra; Cosmópolis (1908c), una serie de crónicas que el autor define
como “propaganda cívica y estética realizada en Buenos Aires”, escrita en Buenos Aires
y publicada en París como cierre de viaje en 1908 así como el propio informe oficial
que conocemos como La restauración nacionalista (1909). Tres décadas más tarde, en
fortalece las certezas sobre una herencia cultural innegable, que debe ser muy
A diferencia de los demás viajeros argentinos, Rojas viaja para acceder a los
32
La dedicatoria de El alma española es elocuente: “A la memoria de los primeros conquistadores y a los
nuevos escritores de España. En esta obra, Rojas reúne la notas críticas publicadas entre 1901 y 1903 en
La Nación, Revista Ideas y otras, sobre la obra de escritores españoles: Nuñez de Arce, Blasco Ibáñez,
Pompeyo Gener, Pérez Galdós, Pio Baroja, Echegaray, Rueda y Dicenta. Significativamente incluye aquel
artículo “La obra de Rubén Darío” que escribió para el Mercure de France unos meses antes. En sus
líneas finales, que coincide con el final del libro, reconoce en Darío un punto de unidad espiritual de esta
raza:” Yo afirmo que la obra de este poeta ha contribuido enormemente a la cohesión de la
intelectualidad americana y al acercamiento de España y sus antiguas colonias, hoy convertidas en
florecientes Repúblicas. Él ha dado lugar a que por primera vez se reconociese la existencia de una
ciudadanía intelectual común a todos los hijos de Hispanoamérica, por la tradición del alma castellana y
el vínculo del idioma. Nicaragua lo ha parido; la República Argentina lo ha revelado; España lo adopta.
No las inermes fórmulas diplomáticas ni inocuas sociedades de confraternidad, sino sucesos como este,
han de reconstruir, pues, para tiempos futuros, la unidad espiritual de esta raza, que aún reserva nuevas
sorpresas a la historia”.(1907:233) Su inclusión en este grupo de escritores españoles debería leerse
como la explicitación de una convicción acerca de cómo pensar el modernismo hispanoamericano y de
una postura precisa acerca del lugar de la literatura de América en relación con la española.
65
nacionalista, cabe aclarar que existen diferencias enormes entre sus experiencias
cómo y para qué viaja. Resulta significativo que busque distanciarse del “complejo de
del 900 como “éxodo generacional”. Dice Rojas: “No voy, pues, al descubrimiento ni a
de la condición del artista joven sudamericano y del tópico del exilio hacia Paris como
un éxodo anhelado y contrapuesto con ese otro viaje, el de las multitudes indigentes
¿Por qué miraban hacia el mar esos hombres, si desde el mar, tantos hombres
extraños venían a las riberas que ellos abandonaban?¿Qué ley de
compensación humana llevaba entre los continentes a estos solitarios excelsos
y traía esas indigentes multitudes?¿Por qué los unos rumoreaban de júbilo ante
los puertos de esa metrópoli, como ante una tierra de resurrección y de
victoria, y los otros, siendo hombres también, huían de ella, asfixiados por el
vacío, y como nostálgicos de otros países que no conocieron jamás? (1908c:8)33
33
Dice Rojas: “Yo los encontré cierto día allá, junto a los murallones de los diques. El grupo era
pintoresco y reducido. Insomnios, angustias, quimeras, habían hecho palidecer sus frentes y
ensombrecido sus miradas. La brisa de la tarde jugaba con corbatas y melenas. Cuál de ojos azules, era
escultor, y en vano fue que su pulgar divino hubiese comunicado a las masas plásticas el gesto y la
animación incontrastables de su infinita vida espiritual. Tal ágil y pálido, era poeta y está demás decir
que no siendo hacendado ni doctor, el pueblo de Cosmópolis, le había lapidado con su reír compasivo .Y
este, y aquel, y otros…Todos miraban hacia el mar. El Plata, oceánico de grandeza, se esfumaba hacia el
horizonte oriental, con el advenimiento de la noche próxima. El sol reverberaba hacia el ocaso e
incendiaba su fondo de oro y púrpura, idealizando el panorama de la ciudad que los proscribía”
(1908c:8)
66
Más allá de comprender los motivos del éxodo juvenil de artistas, Rojas es muy
escritor que asume una responsabilidad por definir los destinos de la nación.
67
Gramuglio señala que los escritores, con gran frecuencia, construyen en sus textos34
figuras de escritor y que estas figuras suelen condensar imágenes que son
sociedad. (Cfr.1992:38)
posición acerca del exilio de los jóvenes escritores hispanoamericanos hacia Europa:
indisoluble que Rojas sostiene desde su propio cuerpo como un valor adicional: “la
dignidad que se esconde bajo esta tez morena y esta crencha lacia”, y vuelve a
¿Ir un poeta americano a Europa? ¿Y para qué?.. [...] “¿El poeta Rojas en
Europa…? ¿Qué va a hacer? ¿Por qué exponerse a qué las grisetas del
34
Gramuglio se refiere a textos en el sentido más amplio del término, en el que se incluye desde la
autobiografía, prólogos, poemas, una ficción narrativa, ensayos sobre otro escritor e, incluso, reportajes.
(Cfr. 1992:37)
35
Las cursivas en todos los casos son nuestras.
68
boulevard lo miren de hito en hito, sin sospechar que bajo el color oliva de su
rostro, hierve el aceite de una lámpara de oro, y que bajo esas fibras de carbón
adusto al peine, yacen en huecas de indio las cristalizaciones del sol más
linajudo de la tierra? (1908b:7)
por su tierra, con la marca de la estirpe americana inscripta en su propio cuerpo, está
llama “un forjador del ideal” y de amigos como el colombiano Edgardo Talero quien
aconseja a la República cómo debe tratar a poetas “bien raizables”37 como Rojas:
“la necesidad, entre los peligros de la vida cosmopolita y mercantil que vivimos, de
fortalecer el alma colectiva con savia de nuestro suelo y de nuestra historia, afirmando
36
En El país de la selva (1907), publicado en Paris, Rojas se interesa por contar la fundación de Santiago
del Estero, sus características territoriales y la vida de sus habitantes con una apuesta fuerte en la
recopilación de su material folklórico.
37
En la columna que le dedica a Ricardo Rojas, en Cabezas, Rubén Darío subraya exactamente este
carácter raizal incluyendo esta misma cita de Talero. En pocas líneas, Darío caracteriza al hombre y al
escritor: “Consagrado al culto patrio, en lucha porque se mantenga el principio nacionalista a través de
las invasiones que el mundo todo envía a la proficua tierra argentina. Su americanismo y su patriotismo
tienen puntos de contacto con los del gran cubano Martí [...]Él trabaja en lo que llama evangelización
idealista” (1929:67-68)
38
Pensamos especialmente en artículos como “Cosmópolis”, “El patriotismo”, “Las nacionalidades”,
“Nuestro flok-lore” y “El Patriotismo”
69
Su viaje por España corrobora esta misión auto-designada de conocer y
haber terminado.
La tradición anti-hispánica del siglo XIX hasta el `80 es entendida por Rojas
como desvío. En total coincidencia con Unamuno, resume su posicionamiento en este
ensayo escrito después del viaje, Blasón de Plata (1910):
70
Cabe aclarar que el intercambio entre Ricardo Rojas y otros escritores e
intelectuales españoles como Unamuno y Maeztu sirve para constatar que antes del
Darío), Rojas cuenta con contactos dentro de la red intelectual que comienza a
que los escritores hispanoamericanos del 900 sentíamos como una especie de
es para todos nosotros una segunda patria” (1938:208). Algo que sin dudas nos remite
ocuparse de su generación.
El patriótico apremio
Recordemos que cuando Rojas llega a Buenos Aires a fines del siglo XIX,
experimenta ese choque cultural entre su lugar de procedencia, una provincia del
interior y esa Buenos Aires a la que califica como “cosmopolita, informe, enorme”,
dice responder a esa la necesidad de salvaguardar el “alma colectiva” entre los peligros
71
Dalmaroni interpreta este Informe dentro de una alianza con el Estado39 en la
común” es la línea directriz en toda la obra de Rojas quien –en sus palabras- responde
Desde la advertencia Rojas dice presentar este Informe como una herramienta
importante para un plan de contingencia frente a lo que interpreta como una crisis
moral:40
39
Quizás convenga relativizar o atenuar esta noción de “alianza” que supone un poder de intervención
exagerado para el caso puntual de Rojas en este Informe, al menos desde lo que el autor refiere en el
epílogo de la segunda edición de La restauración nacionalista en 1922. Rojas comenta allí la suerte de
esta publicación dentro del Estado: “Sobre la apasionada sinceridad de mi doctrina nacionalista, no
necesito defenderme; el resto de mi obra revela en qué fuentes morales se ha nutrido mi predicación.
Pero en cuanto a La restauración nacionalista, que nació de un viaje a Europa y fue en su origen un
informe oficial, deseo contar toda su historia. Yo era funcionario del Ministerio de Instrucción Pública
cuando realicé mi viaje a Europa; el Gobierno me dio licencia para el viaje, pero sin goce de sueldo; no
cobré un solo centavo de honorarios por mi trabajo; y ni siquiera fue puesto en venta mi libro. Cobrar
honorarios del Estado, aún por trabajos oficiales que no se hacían, era la tradición de nuestro país, sin
embargo; y para mayor contraste nos hallábamos en vísperas del Centenario cuando los millones corrían
de mano en mano, a nombre del más desinteresado patriotismo. Diré todavía más: la iniciativa de mi
comisión no fue del Gobierno, sino mía, y la pedí porque siendo yo entonces un autor novel, buscaba
una ocasión de resonancia para decir mis verdades [...]Confesaré, finalmente, que mi informe
manuscrito no fue leído por nadie en la Casa de Gobierno; el ministro de entonces lo guardó en un cajón
de su escritorio; y acaso allí hubiera quedado, a no ser mi súplica de que me lo devolviera, y me
permitiese imprimirlo en los talleres de la Penitenciaría Nacional, para que los maestros pudiesen
conocerlo. Así se hizo, y durante varias semanas trabajé a la par de los presos, que me tomaron gran
simpatía, consiguiendo de sus manos un volumen estampado con amor y con elegancia” (2010: 312)
40
Rojas señala en La Restauración nacionalista: “La crisis moral de la sociedad argentina, hemos visto,
sólo podrá remediarse por medio de la educación (…) Cuidemos sin embargo, que nuestro afán
moralizante no se convierta en fanatismo dogmático y nuestro nacionalismo en regresión a la bota de
72
El actual momento nos aconseja, con patriótico apremio, el adoptar un ideal
semejante, para que sea nuestra escuela el hogar de la ciudadanía, donde se
fundan y armonicen los elementos cosmopolitas que constituyen la nación. Este
ideal, por su parte, justifica de sobra el título de mi libro, pues un ansia de
restauración nacionalista inspira todo su esfuerzo, y ese ideal esclarece, como el
día una selva, la profusión de sus páginas.(1909:46)
de Ricardo Rojas con las bases del programa ideológico –de los regeneracionistas
potro, hostilidad a lo extranjero o simple patriotería litúrgica. No preconiza el autor de este libro una
restauración de las costumbres gauchas que el progreso suprime por necesidades políticas y
económicas, sino la restauración del espíritu indígena que la civilización debe salvar en todos los países
por razones estéticas y religiosas.
No puede proclamar tampoco, en regresión absurda, la hostilidad a lo extranjero, quien tiene por la
cultura de Europa una vehemente admiración. Esta manera de nacionalismo quiere, por el contrario,
tanto como lo querían Alberdi o Sarmiento, campeones aquí del cosmopolitismo, que vengan sus
capitales, sus hombres y sus ideas. Pero quiere que una hábil política económica radique en el país el
mayor beneficio de esos capitales. Quiere que el hijo del inmigrante sea profundamente argentino, por
el discernimiento cívico que le dé nuestra educación; que razone su patriotismo; que haga fecundo para
la nación el instinto y orgullo criollos con que ya lo diferenciara de sus padres la poderosa influencia
territorial.
Quiere que el espíritu argentino continúe recibiendo ideas europeas, pero que las asimile y convierta en
sustancia propia, como lo hace el britano glotón con la dulce carne de las ovejas pampeanas. Quiere que
cuando se planteen conflictos entre un interés económico argentino y un interés extranjero, estemos
por el interés argentino. Quiere que el hijo del italiano no sea un italiano, ni el hijo del inglés un inglés, ni
el del francés un francés: a todos los desea profundamente argentinos. Quiere que el patriotismo y el
sentimiento nacional dejen de consistir en el culto de los héroes militares y de la bandera, para consistir
en todo esfuerzo generosa y conscientemente realizado en favor del territorio, del idioma, de la
tradición o de la hegemonía futura del país. Quiere que la educación nacionalista sea el hogar de esa
concepción, y que prepare a la juventud para las más nobles funciones de la ciudadanía. Quiere que la
ciudadanía llegue a constituir por sí sola una aristocracia moral.(2010:221-222)
73
postulados fueron refutados por Roberto Giusti41 en una reseña de la Revista
Nosotros, en 1910.
Diamante y de Hierro y Ruta de Italia. Su tránsito por España no tiene aquí ningún
registro.
ha confesado viajar por Europa con la obsesión por su país. En su itinerario, las
llegada a París en momentos de la gran crisis política del Mediodía: “La cuestión,
41
Roberto Giusti es uno de los que polemiza expresamente con Rojas y su programa de síntesis
nacionalista en una nota bibliográfica en Revista Nosotros, año IV, de febrero de 1910. Las objeciones
centrales apuntan a revalorizar el cosmopolitismo no como peligro sino como una cualidad esencial del
perfil argentino. Además, adhiere a la adopción de la tradición humanístico-democrática universal más
que a la reivindicación del indio o el gaucho. Señala, por ello: “Si nuestra historia está todavía por
hacerse, la cuestión del programa cultural es tarea exclusivamente de futuro y en este la inmigración
contribuye un elemento clave [...] Nuestra historia se hará sobre la enorme masa de extranjeros que
plasmará aquí la nueva nacionalidad, la cual, es de esperarlo, se inspirará en esos ideales de justicia,
fraternidad e igualdad económica que hoy sueñan los menos” (Citado en Altamirano y Sarlo, 1997: 198).
En Retablo español, notamos el cambio a la hora de pensar ese cosmopolitismo que en La restauración
nacionalista estaba vinculado solo con la amenaza. En “Meditación argentina frente a Toledo”, dice:
“¡Cuántas gentes extrañas vinieron hasta aquí, unas tras otras! Guerrearon por subsistir y perecieron:
todas fueron fundidas como los metales en un crisol; de todas ellas se formó la nación española, con su
alma característica ¡Cuánta esperanza da esto a nuestra Argentina, tierra de inmigraciones, y qué
lección para los venidos de afuera que aspiran mantener sus formas de origen. También en nuestra
tierra americana el paisaje se convertirá en historia y la historia sedimentará una cultura nueva sobre
nuestro paisaje!“ (1938:42)
74
revelar el progreso de las ideas libertarias” (1908b:13). El conflicto con los productores
vitivinícolas provincianos que se han instalado en plena metrópoli para llevar adelante
sus reclamos le permite observar aquello que quizá los franceses no advierten y que el
cosmopolita París con las provincias en “la patria francesa”-dice Rojas-: “Es el ideal que
cosmopolitismo no haya cegado las fuentes nativas”. Tal como ese Buenos Aires del
que ha partido siempre en tensión con el interior argentino en el que ha nacido, Rojas
lee en pleno París como “de la campaña y de la provincia, tan ridiculizada en sus
cambio rotundo en este viaje europeo e inaugura otra forma de viajar que, incluso,
suspenso. Su tránsito por España no tiene aquí ningún registro porque el viaje se
75
desvía y asume otros objetivos: documentarse, entrevistarse con los referentes
Como dijimos, antes del viaje, Rojas establece en sus primeras notas críticas
sobre la literatura española contemporánea que escribió entre 1901 y 1904, y reúne
en El alma española42, así como en sus intercambios con intelectuales españoles como
maduro del Retablo español. En este relato de viaje intenta recuperar en detalle
Guerra Civil española, remarca: “mi andanza no fue la de un simple turista y viví la vida
española con plenitud. Tal experiencia fue decisiva para mí. Yo no fui en España
42
El alma española no se trata de una compilación de notas elogiosas de las publicaciones literarias de
la España de comienzos de siglo. Rojas se ocupa críticamente más allá de la procedencia de estas
novedades entre las que presenta, por ejemplo, Trompetas de órgano de Salvador Rueda y en la que
asume una suerte de justicia literaria en la que visibilizan algunas tensiones dentro de la “hermandad
iberoamericana” de la que ya empieza a hablarse. La amonestación se relaciona con las afirmaciones de
Rueda en su artículo sobre el Verso libre publicado en la Revista Poesía de Marinetti. Rojas le recrimina
su desconocimiento de la poesía y del momento renovador de la poesía castellana: “Rueda es patriota,
ortodoxo y dogmático[...]No era dado al señor Rueda desconocer impunemente cuánto la reforma
rítmica debe a los escritores hispanoamericanos [...]no necesitaba del ritonelo egotista, ni del desprecio
olímpico a los franceses, ni de esa injuria a sus hermanos del Nuevo Mundo, para que aplaudieron sus
méritos” (1907: 175)
76
El contexto es clave para entender la decisión de escribir sobre ese viaje con
de algunos hombres a los que Rojas conoció durante su itinerario, como Ramiro de
Pero también, la presencia misma de los exiliados que, entre 1936 y 1939,
Editores, Nova y Botella al Mar y escritores como Ramón Gómez de la Serna, Alejandro
Casona, Rafael Alberti, Francisco Ayala, Eduardo Blanco Amor, María Teresa León.
hecho, Schwarzstein (1997) expone que con el estallido de la Guerra Civil española,
77
que quisieran emigrar a la Argentina, en particular los refugiados, tanto judíos como
frente a una Guerra Civil que lo aflige porque: “nacen de un viejo amor, hoy dolido”, y
con el que se pretende llevar a los lectores a la reflexión: “No arrojo un leño más a la
escrita desde una mirada retrospectiva, con la que Rojas interroga su propia
trayectoria como intelectual desde un “ahora” (1938) y desde su lugar dentro del
campo intelectual, mira lo que sucedió antes, en ese viaje de iniciación (1907). La
mirada retrospectiva del autor sobre sí mismo parecería atenuar las diferencias
como si Rojas siempre hubiese sido el que es ahora, es decir, quien escribe este nuevo
78
El Retablo y los símbolos de la España Histórica
punto de mira es, desde luego, el de un americano; ello explica la novedad de ciertos
español: “mis días en España son los únicos de mi existencia en que dejé de escribir
[...] todo el tiempo fue escaso para estudiar, andar, hablar y oír hablar” (1946:75).
Residí en España durante varios meses del año 1908 y estas páginas son la
crónica de aquellos días inolvidables. Debí escribirlas entonces para La Nación,
pero la realidad española logró apoderarse de mí, y el tiempo me faltó para
cumplir allá estos deberes, como antes los cumpliese desde otros lados.
(1938: 7).
amigos con los que comparte la fraternidad intelectual en el café El Gato Negro dice:
Bien sabían ellos que yo no había ido a España para tramitar elogios ni para
ostentar vanidades. Habíame llevado una necesidad de conocimiento y una
apetencia de amor […] “Estos y otros amigos españoles percibiéronlo
rápidamente, desde los primeros días. La sinceridad de mi acento, la índole de
mis curiosidades, el tono de mis juicios y alguna cosa de orden espiritual que yo
mismo no sabria definir, crearon una cálida intimidad con aquellos hermanos, a
cuya reunión llamaba la cofradía de mis iberos locos. (1936: 207)
79
Como señalamos antes, es en España donde el viaje europeo se singulariza
frontera. A partir de aquí, se define como “un peregrino indiano en busca de la sinfonía
directamente relacionado con la tierra (1938:35) tal como se presenta en Madrid ante
España no pertenece, hacia principios de siglo XX, al Gran Tour. Rojas recuerda
cruzaban hacia la punta más extrema de Europa, hacia la península ibérica porque -
según se lo explica una “elegante dama porteña”:- “España es país muy atrasado y
43
Meteco es el término que designaba al extranjero en la antigua Grecia, un extranjero que se establecía
en Atenas y que no gozaba de los derechos de ciudadanía. En el uso que presenta durante el siglo XIX en
el espacio francés se vuelve –en algunos casos-un término peyorativo que no tuvo en su origen y
comienza a asimilarse con el término rastaquouère que desde un comienzo tuvo una connotación
despectiva.
44
Rojas dice: “Los antropólogos miden los huesos de las razas muertas. Yo estudio el espíritu de los
pueblos que no quieren morir. El español es uno de esos pueblos, según creo. Y he tenido urgencia de
visitar el Museo Arqueológico para ver allí a los íberos de hace tres mil años y captar lo que, de ellos,
sobrevive en los íberos actuales” (1938:32)
80
nada hay que ver allá” (1936:338) o bien aquel argentino universitario y clubman que
acababa de llegar a Madrid desde París: “hombre inteligente y culto, habíase formado
entre 1880 y 1900, respirando los prejuicios antiespañoles dejados por Sarmiento en
britanizados” (1938:32).
viajero sudamericano –al igual que lo hace Ugarte- aconseja entrar a España por la
frontera francesa y no así por sus puertos ya que: “así se torna más brusco el contraste
racional y ordenada” (1938:11) e insiste sobre alejarse del error grave de querer
interpretar a España como una nación europea: “ni europea, ni africana, España es una
España -el mismo consejo de Ugarte cuando decide cerrar los libros-sobre todo los
libros de autores franceses que se ocupan del mundo español para mirar con sus
propios ojos la vida española. Dice Rojas: “El viajero sudamericano debe olvidar las
hostil a la anécdota oficial, tiene otras verdades que decirnos” (1938:13). Y agrega:
81
“convendrá asimismo no adoptar por guía libros de literatos europeos, y menos aún si
Rojas dice que: “No es fácil entender España […] Los sudamericanos
Sebastián: “Yo espero rectificar algún día los errores de visión de Sarmiento”
45
Rubén Darío en “España de fuera” crónica publicada en La Nación, 6 de diciembre de 1909, sostiene
una opinión similar acerca de la “construcción del color local español” por parte de autores franceses así
también como por los propios artistas españoles que explotan en París, como si se tratase de una
mercancía exótica, la “españolada”. Reproducido en Montaldo, 2013: 140-145.
82
escritores españoles a los que conoció en ese viaje y que luego tuvieron un
Dice Rojas: “Otra vez en Madrid, púseme a buscar la figura de lo español […] El
mapa me pareció un esquema inanimado. Quise algo más, y busqué los símbolos del
arte” (1938:191). Para ello, necesita ocuparse de las telas de Velázquez, Murillo, Goya
y el Greco porque “ellos me dieron los símbolos plásticos de lo español, tan viviente
como yo los buscaba” (1938:193) En esas pinturas halla los símbolos vivientes de lo
español.
ideas. El arte es el espacio que aglutina aquellos símbolos a través de los cuales, un
que realizan una vida en común a través de la cooperación orgánica. Esta es la génesis
46
En El alma española (1908a), Rojas sostiene muy tempranamente -al igual que Ugarte- que la
renovación de la literatura española vendrá de sus provincias: “Entre el Ebro, el Duero, los Pirineos y el
Atlántico está la reserva del país. Puede decirse que allí se despierta un pueblo nuevo. Barcelona es ya
una de las grandes ciudades productivas. En esa región ha avanzado la organización de las clases
proletarias, llamadas a realizar una de las más grandes renovaciones históricas. De entre los grupos
catalán, vasco y gallego, están saliendo los escritores más prestigiosos: Ramiro de Maeztu,
Grandmontagne, Pio Baroja, Unamuno, Valle Inclán, Gener, van predicando en lengua de Castilla
novísimas formas de filosofía, de religión, de arte, de política, de literatura. El genio agreste y fecundo
de las provincias, irradiado al resto del país, es lo que deberá regenerarla” (1908a:84).
47
En Retablo español, Rojas asocia el alma nacional, esa “persona social”, con el español castellano: ”De
la austera meseta castellana nacen las inspiraciones heroicas o místicas que han dado unidad política a
España y sus más universales expresiones estéticas al espíritu nacional”(1938:173) Ya en 1908, en El
alma española, Rojas considera que si bien España es diversa, análoga a “una sinfonía” de culturas como
la gallega, catalana, andaluza, reconoce- en coincidencia con los regeneracionistas españoles- que la
cultura castellana se esparció sobre ellas “su tinte gris sobre las otras, asimilándolas por influencia de la
centralización monárquica, de la tradición religiosa y de la comunidad espiritual del idioma” (1908:VIII)
83
del “espíritu público”, de “la conciencia pública”. Y es “esa persona social” la que da el
Altamira.
Sarmiento, moviliza a Rojas hacia los archivos con los cuales poder organizar–a partir
de España y junto con el pasado indígena americano- los archivos para una historia
nacional integral.
Como planteamos antes, Rojas reconstruye ese viaje español tras los archivos,
desde el lugar de un arconte “de segundo grado” para la nación argentina. Pensamos
la noción de arconte de Jacques Derrida, con una distinción “de segundo grado”, en
virtud de que se trata de “un indiano” que recorre España tras los archivos españoles
que ese archivo por crearse es necesario y urgente para “fortalecer el alma colectiva”
nacional. Un archivo que solo puede conformarse en relación con lo hispánico y con el
84
Frente a esos archivos, Rojas se coloca en tanto mediador que se ha auto-
archivo propio –en construcción-de una cultura pública aún sin organizar y para una
Es preciso, sin embargo, detenernos en esta afirmación sobre ese lugar del
“arconte de la nación” que asume Rojas en esta errancia por España durante 1908.
Este indiano joven, o como él mismo se define antes de viajar: “un autodidacta
desde hace tiempo reintegrado en mi condición de alumno libre a las cátedras libres
de la Vida” (1924:286) es decir, un autodidacta que -sin embargo- viaja con cartas de
muchos contactos clave dentro de una red intelectual evidente que posibilita ese plan
a modo de piezas que puedan completar una mirada íntegra de América- se encuentra
tiende a coordinar en un solo corpus, en un sistema o una sincronía en la que todos los
documentos españoles? Rojas contesta a esta pregunta: “Mis estudios los estaba
85
eminentes: Unamuno, Giner de los Ríos, director de la Institución Libre de Enseñanza 48
de traducción.
llega a Madrid, tiene suma urgencia por conocer el Museo Arqueológico. Allí lo
figuras ibéricas donde encuentra “el misterio telúrico de un genuis loci ” (1938:30) con
el que relaciona la idea de un tipo espiritual perdurable identificado con la tierra más
nacionalista). Y allí, en ese Museo, también está América: “Hay allí, antigüedades
americanas algunas tan singulares como las joyas de oro de Quimbaya, y el famoso
Códice Maya o Cortesiano, del que poseo un facsímil, y algunos vasos incaicos, de
Revolucionario y tradicional. (1994:15) Rojas parece tener plena consciencia sobre este
nación.
48
Fox señala que la creación de la Institución Libre de Enseñanza para la primera y segunda enseñanza
(a partir de la creación y gestión de profesores separados de sus cargos por el Real Decreto que suprimía
la libertad de cátedra en las Universidades) aseguró un círculo de enseñanza y convivencia laicisista,
democrática y cientificista. Cfr. Fox, 1997:32. Sería interesante repasar el programa educacional que
apostó por la invención de la cultura castellana-céntrica con la propuesta global de La Restauración
nacionalista de Ricardo Rojas.
86
Frente a la desprolijidad con que la nación argentina ha entrado en la
tener muy claro que la cuestión del archivo no es una cuestión de pasado sino de
La América archivada
de Sevilla es como el ombligo de América, testimonio del cordón por donde se nutrió la
ciudad una ciudad metrópoli indiana. Esta es la Sevilla que yo vengo a buscar”
87
nacionalista, libro que voy preparando durante mi viaje y que publicaré al volver a mi
país” (1938:116)
Su viaje a Cádiz se relaciona directamente con visitar los Archivos del Oratorio
una enorme bibliografía lo lleva a plantear una suerte de revisionismo histórico. Para
Rojas- en virtud de los documentos que consulta- el espíritu de la Asamblea del año
Revolución francesa sino con la Constitución de 1812, declarada por las Cortes de
Cádiz.
(1938:154). Esta afirmación vale tanto para esa España histórica de su viaje como para
49
Rojas antes del Retablo Español ya se ha dedicado a la figura de San Martín en El Santo de la Espada
(1933)
88
entiende en La Restauración nacionalista - al enfatizar en el aspecto simbólico de la
España y la tensión preexistente entre Castilla y los dialectos peninsulares. Sin negar la
en Castilla que ha logrado reunirlas. Por ello, señala que la solución ante las
con intereses comunes en la que coexistan las lenguas locales con una lengua oficial
compartida.
89
propia historia de América así como la historia de la lengua en su origen como lengua
romance:
Pelayo- Menéndez Pidal- con quien gestiona años más tarde- la creación del Instituto
aquella escuela de Madrid, no por prurito hispanizante, sino por conciencia científica y
por necesidad de cooperación de todos los que hablamos castellano cuando queremos
1917, Rojas afirma: “nosotros escribimos en una lengua de trasplante, que España
90
¿En qué nos parecemos?
Como vimos, Rojas accede a los archivos que registran el pasado americano
pero también pretende leer en ese viaje “la figura visible de lo español en ese vértigo
estas dos perspectivas, la del espacio y la del tiempo, abríanse ante mi espíritu, como
para una revelación: rásgabanse los velos y aparecían las buscadas claves” (1938:82).
“revelaciones” de los puntos de conexión cultural entre América y España se hallan por
todas partes para quien sepa interpretarlas: “La analogía sudamericana, que ya
percibió Sarmiento en trance análogo, vuelve obsesora a mi mente, con todo lo que el
ser mismo. La presencia ante el paisaje español produce la necesidad en estos viajeros
50
Fombona señala que las crónicas de Darío en España presentan, desde los primeros textos de sus
impresiones a bordo en ruta a España, gestos de aproximación a lo español como algo “natural” que
corresponde al “alma” iberoamericana. “Como a todo viajero hispanoamericano en viaje a España, la
presencia de lo español le hace construir en su texto un espacio que prefigura lo español en términos de
lo familiar [...] la travesía a España se plantea como un regreso, un viaje que lo retorna al lugar del
origen” (2005:187).Por su parte, Teodosio Fernández señala: “tras el 98, con la ayuda de Darío y de
Rodó, España adquiría una significación renovada al dar a la antigua metrópoli un lugar preciso en
aquella visión del mundo contemporáneo en que se enfrentaban el espíritu y la materia, lo latino y lo
anglosajón, y donde los intelectuales de Hispanoamérica encontraban una función precisa que
desempeñar, en relación con los valores relativos a la ciencia, el progreso y la democracia”(2000:26)
91
de recuperar un pasado, una genealogía que los vincule a lo que presencian”.
“una raíz que liga, atrae e incluso amenaza al viajero de la vuelta de siglo” (2005:178).
En el caso de Rojas, el viaje permite confirmar la certeza acerca de esa raíz común con
excursión por España y el viaje por el resto de Europa recuperado en Cartas de Europa
(1908b).
Hay una extensa e importante bibliografía acerca del modo en que los
conquistadores y los viajeros imperiales en general contrastaban lo nuevo con
lo conocido para volverlo familiar para sus hipotéticos o ambicionados lectores.
No será el caso de los apuntes de viaje de estos jóvenes escritores argentinos
en Europa. No porque, como veremos, no termine imponiéndose lo familiar
como punto de comparación privilegiado, sino porque cambia su función: ya no
se trata de lo familiar como apoyatura de la percepción y del conocimiento para
hacerle ver a un eventual lector argentino la exótica particularidad de la
campiña francesa, sino de utilizarlo como última reserva de lo más personal
para calmar la sensación de extrañamiento y descolocación que acompaña todo
viaje52, una vez oxidada la efervescencia y la excitación de lo nuevo.(La Gare de
Montpanase-inédito)
51
Prieto, Martín (2016) La Gare de Montparnasse en la historia de la literatura argentina, ensayo
inédito. Rosario, Universidad Nacional de Rosario.
52
Las cursivas son nuestras.
92
cuatro rutas que encontramos en Cartas de Europa (1908b): París, Riberas de Bretaña,
pregunta que Rojas registró en una de las libretas de viaje: “¿En qué nos
parecemos?”53.
desde una mirada retrospectiva y con tres décadas de distancia- la experiencia viajera
sedentario, evocan el ambiente del antigua Buenos Aires. Cádiz es también ciudad
53
Se trata de libretas de viaje a Europa inéditas que pueden consultarse en el Archivo de la Casa Museo
Ricardo Rojas.
93
Desde estas comparaciones, con la revelación de esos puntos de conexión
es posible releer también el origen de Eurindia (1924). Rojas comenta que esa noción
nombre de un mito creado por Europa y las Indias […].Eurindia es el nombre de este
Para concluir, Rojas señala que su viaje a Europa tuvo dos propósitos
personalísimos: “estudiar España, para buscar las claves de nuestro origen y conocer
“estudiar España” significó internarse en sus archivos oficiales sobre América, conocer
94
heredada. Sin ser depositario ni responsable de su reunión, Rojas accedió a ellos y
En este caso, Rojas utiliza los archivos oficiales españoles sobre América para
llevar adelante la gestación de los propios archivos nacionales, una definición precisa
intervenciones.
A partir de los procesos internos del fenómeno cultural europeo que ha podido
conocer, Rojas dice replantear una nueva teoría, con otros métodos y fines desde una
civilización europea. En esta teoría España tiene un lugar de privilegio: “mi Historia de
intentos más fuertes de construcción del imaginario nacional. En este imaginario, una
de las claves está dada por la recuperación de lo español: “en el equilibrio de todas
95
las fuerzas progenitoras, dentro de la emoción territorial” (1954: 94) que comienza
El Retablo español se cierra con una afirmación que nos sirve para leer buena
Así lo comprendí desde 1901, cuando empecé a escribir los ensayos que luego
formaron el volumen de Alma española, y después mi Cervantes; y ahora este
Retablo, coronamiento de una larga campaña de siete lustros, en la cátedra, en
el periodismo y en el libro, para divulgar en la Argentina el conocimiento de
España, único medio de simpatía fecunda y de cooperación cultural. Yo
felizmente, nunca padecí de esas preocupaciones antiespañolas que eran tan
generales entre los sudamericanos del 900. Durante la apasionada
peregrinación que acababa de realizar, habíame propuesto conocer y entender.
Bien sabía, ya entonces, que la verdad así buscada necesitábala para mi destino
y el de mi propia gente, a este lado del mar. (1938:343)
96
Bibliografía utilizada
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Dalmaroni, Miguel (2006) Una república de las letras. Lugones, Rojas, Payró. Escritores
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Todorov, Tzvetan (1991) Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana,
traducción de Martí Mur Ubasart, México, Siglo XXI editores.
98
Enrique Larreta: régisseur de lo hispano
En 1900 se casó con Josefina Anchorena, hija de Nicolás Anchorena, con quien
viajó a Europa ese mismo año. En España, y durante el recorrido por las “Fundaciones
paisaje medieval: “me pareció que el sagrado turbión se llevaba tras de sí todo mi
lienzos y tablas! Me estaba reservada una empresa de mayor ambición” (1939: 53).
Larreta señala en Tiempos Iluminados54, - serie de apuntes para sus memorias futuras -
54
Se trata de una conferencia que Enrique Larreta brindó en el Jockey Club de Buenos Aires, en mayo
de 1939. El evento fue organizado por amigos que le solicitaron extractos de sus futuras memorias. Esta
99
recupera indirectamente parte de estos viajes decisivos en el proceso de
documentación y elaboración del plan de su novela que quedó gestado entre 1902 y
1903.
partidos de Juárez, Azul y Tandil donde surgirá en 1922 la estancia “Acelain” (en
recuerdo del lugar homónimo de Guipúzcoa del actual país vasco de donde proceden
los Larreta).
Los primeros días de enero de 1904, durante una temporada en esta estancia
de Azul, comenzó a escribir La gloria de don Ramiro. Una vida en tiempos de Felipe II,
del siglo XVI y cuyo plan y desarrollo están íntimamente relacionados con sus travesías
El exceso de trabajo acabó por ocasionarme una grave excitación nerviosa. El ala
de la demencia me rozaba las sienes. Escribía ya en completa alucinación […] Un
neurólogo me prescribió como urgente remedio un viaje a Europa. La triaca del
argentino en aquellos felices tiempos. (1939:83)
Legación argentina de París, bajo el nombramiento del presidente Roque Sáenz Peña,
cargo que ocupó hasta 1916. Durante estos años de residencia permanente en Europa,
Larreta hizo innumerables viajes a España y reunió una colección de arte del
disertación fue publicada en forma de libro dos meses más tarde bajo el nombre de Tiempos Iluminados.
La publicación final excede los límites de una conferencia y gracias a ello, encontramos parte de sus
memorias de viaje.
100
Renacimiento y el Barroco español en la que reunió mobiliario, armas, pinturas,
género fue el que eligió para muchas de sus futuras publicaciones: La que buscaba don
Juan (1923), El linyera (1932), Santa María del Buen Aire (1935), Pasión de Roma
En 1921 volvió a París y allí adquirió valiosas antigüedades del arte español55
aspecto muy relevante, ya que está directamente relacionado con el hecho de poner
El regreso a la narrativa se dio mucho después con Zogoibi (1926), una novela
Society of America. En 1933 recibió la Gran Cruz de Isabel, la Católica, concedida por la
República Española.
En 1941 fue propuesto por España para el premio Nobel y en 1948, el gobierno
español le otorgó el premio Miguel de Cervantes por su ensayo A orillas del Ebro. Más
55
Las transacciones legales e ilegales que conformaron todo un mercado mundial de arte hacia la
segunda mitad del siglo XIX y la segunda guerra mundial y del que participaron compradores
particulares, grandes coleccionistas y hasta agentes de museos estadounidenses son actualmente
consideradas parte del “Expolio del patrimonio español”
56
La estancia Acelain fue construida con el diseño del arquitecto Martín Noel por encargo de Larreta,
entre 1922 y 1924. El estilo arquitectónico de la casa principal recupera el Renacimiento español y la
época de Felipe II. Larreta eligió para construir Acelain los campos pedregosos y la cúspide de un cerro.
Sus jardines, de cientos de hectáreas, albergan terrazas escalonadas con acequias, una laguna, pinos,
cipreses, araucarias y otras especies. El parque culmina en la punta del cerro, con el caserón hispano-
árabe.
101
tarde, fue distinguido como miembro Correspondiente de la Real Academia de España;
se explica, por un lado, a partir de la relación indirecta con la experiencia del grupo de
escritores hispanoamericanos que viajaron a París, durante la primera década del siglo
XX. Larreta no participó de la llamada “colonia” en París y sus contactos fueron más
bien débiles por su propia carrera diplomática y el entorno que se creó antes y
gestión literaria vinculada con el modernismo y la filiación con lo hispánico que asumió
en términos de gestión cultural colaboran, desde otro lugar, con la explicitación del
fenómeno que pensamos en tanto giro hispánico en las primeras décadas del siglo XX.
casa familiar57 en el barrio de Belgrano (ciudad de Buenos Aires), así como la estancia
Acelain.
entre Francia y España. A partir de su figura podemos reconocer las formas disímiles
57
La casa fue reformada bajo su propia inspiración que implicó el rediseño de la fachada, un salón que
reproduce la sala de un Palacio del Siglo de Oro español y un jardín andaluz. Desde 1962, esta mansión
se convirtió en el Museo de Arte español.
102
migrante, así como la resignificación del legado español dentro del contexto
logró un éxito rotundo con su primera novela. La omisión quizás pueda explicarse por
grupo inicial58 y por lo tanto, no sea posible adscribirlo al espíritu que alentó a esta
generación viajera que, en palabras de Ugarte: “se evadía del medio en que se
ahogaba” (1942:15).
Larreta parece responder a otro “espíritu”, más cercano a aquel que David
Viñas describe como “el gentleman escritor del ´80”, literato ocasional, con apellido
Centenario. (Cfr. Viñas: 1975: 101). Por ello, no es indiferente cómo Larreta registra el
Como en tantos otros casos durante el siglo XIX, el ingreso al Poder, marcó el
en el poder político. A la inversa, Lucio Mansilla, quien fue desplazado del poder por
58
No obstante, Sylvia Molloy (1972) asume a Enrique Larreta como parte de aquellos escritores que
conformaron una colonia estable en París. Por su parte, Beatriz Colombi (2008) lo considera en tanto un
visitante ocasional de esta colonia.
103
Sarmiento, encontró en esa especie de exilio entre los ranqueles, las condiciones de
reivindicar un nexo filial con el mundo español, dentro del clima del Centenario y en
relación directa con la búsqueda de las propias raíces nacionales, así como también en
una trayectoria de peso dentro de la literatura nacional, una literatura que si bien no
había logrado una autonomía relativa y, cuyos centros de validación eran externos
(Francia), sí reunía una serie de escritores y obras que ya sugerían un canon futuro.
editorial sobre todo en España, así como cierta legitimidad en París a partir de la
59
Sería prácticamente imposible enumerar a los detractores de la poesía modernista tanto dentro de los
límites de Francia como en territorio español durante las primeras décadas del siglo XX. Para ellos
pueden ser de gran utilidad la consulta de las encuestas publicadas por Gómez Carrillo sobre el
modernismo en Madrid Cómico de 1900 y la enquête sostenida durante varios números de la Revista El
Nuevo Mercurio de París de 1907 ) al igual que La guerra literaria (1898-1914) de Manuel Machado.
104
traducción al francés y por propia iniciativa de Remy de Gourmont, en el Mercure de
France en 1910.
nos conoce en absoluto”, Gómez Carrillo, Alfonso Reyes y Enrique Larreta se presentan
cultural parisino. Por pertenecer a una “esfera oficial”, sus relaciones personales
ese triunfo repentino de la novela argentina de ambiente histórico español que fue
festejada por Benavente, Gómez de Baquero, Pérez de Ayala, Acebal, los diarios y las
Si hace veinte años un argentino escribe una novela, no sería jamás la que acabo
de leer. Para que La gloria de don Ramiro se haya pensado y trazado, ha sido
indispensable que un cierto concepto de España se borre y surja otro más reflexivo
y más sentido, más histórico y romántico a la vez. (2003: 193).
105
El renombre de Larreta como escritor provino especialmente de su
consagración española, y por ello supondrá cierta conflictividad dentro del campo
literatura nacional que posibilite, entre otras cosas “aquilatar el éxito diverso de Stella
conflictiva. Indirecta, no solo porque el tema se ubica en la España del siglo XVI de
Felipe II para luego enlazarse con la propia realidad americana (Perú) en virtud del
recepción de su novela entre sus compatriotas no contó con una aprobación cierta:
106
Larreta como un “notorio autor y gran señor diplomático”, quien “sin descuidar sus
tareas oficiales cultiva en su vagares las letras y las artes”. Darío toma partido frente a
El señor Larreta, que es joven, que tiene la felicidad en su noble hogar, en su alto
puesto, en su salud excelente, en su renombre universal, posee, junto con su gran
talento, una crecida fortuna. Ello es imperdonable. El homo sapiens, que es el lupus
hobbesiano, se eriza ante semejante anomalía, protesta y se indigna”(1929:73)
desde su erudición literaria sobre la calidad flaubertiana de esta prosa (una calificación
que será retomado por otros críticos), apelando al reconocimiento que el propio
Enrique Larreta en el orden de una literatura nueva. Por un lado, lo clasifica dentro de
calidad flaubertiana y con ella, la influencia francesa en el estilo cuidado de una novela
también vinculada con la temática americana. Por otro lado, al ocuparse de la figura
del escritor, la diplomacia se antepone a los “vagares” por las letras y las artes.
107
la prensa francesa parecen confirmar esta acogida en el propio centro intelectual
la novela: “La Gloire de Don Ramire est un roman espagnol: c´est surtout un très Beau
livre de Rémy de Gourmont”61. Este comentario final que enfureció a Larreta, nos sirve
60
Paul Adam concluye esta nota indicando el contexto inmediato de la novela de Larreta:“A l´heure où la
République Argentine célèbre le centenaire de l'effort qui rompit les liens unissant les libéraux de
l'Amérique latine aux absolutistes espagnoles, un de ses meilleurs esprits eut raison d'évoquer l'âme
exaltée par une sorted'émulation intérieure entre deux atavismes, l'âme, au total, double et forte de la
génération victorieuse sur les deux mondes avec Charles Quint et François Pizarre, Philipe ll et Juan de
Garay Lors des anniversaires, il sied de rendre visite aux tombeaux des ancêtres, de contempler leurs
effigies et de toucher leurs armes. Le passé conseille l'avenir utiliment”. En Le Figaro (n° 204) del
23/07/1910, 1era plana, 2da columna.
Disponible en http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k288909q/f1.zoom.r=enrique%20larreta.langFR.
61
En Les Annales politiques et littéraires: revuepopulaireparaissant le dimanche, N° 1411, 07/10 /1910,
Sección “Revue de Livres- littératureétrangère”, página 30, 2da columna. Disponible en:
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k57255401/f6.item.r=literatture%20estrangere.langES.zoom
108
personales y acceso a los grandes salones - dentro del campo literario francés. Larreta
con el clima del nacionalismo cultural y del aluvión inmigratorio que rodea al
libro y una lengua nacional. En todos ellos, el vínculo cultural con España es siempre
109
Hacia dentro de la ficción, en el propio argumento de la novela, la filiación
propuesta por Larreta, es elocuente. La novela, que se sitúa en Ávila y que se recrea el
ambiente de la época con sus conflictos, tradiciones y desafíos, narra el origen mestizo
de Ramiro. Hijo de un moro y de una dama cristiana, duda entre entregarse a la vida
conflicto con una atracción vehemente por el mundo musulmán. Ramiro, luego de una
encuentro con una iniciada dominica le permite recapacitar y redimirse. Tras purgar
sus pecados, muere en el Convento del Rosario, y la futura Santa Rosa de Lima señala
aquí su “gloria”.
americano había resguardado parte del “alma nacional” española sobre la que
Por otra parte, como indican Benítez y Ciancio (2006) y, más allá de todas las
filológica del castellano del Siglo de Oro. No solo debe ser leída como una apuesta
110
Desde su novela, Larreta ejerce una vinculación sentida como necesaria y
urgente entre España y la América hispana, tanto desde su tema global como en la
En el caso de esta novela de Larreta, si bien la mirada sobre una España remota
elabora una teoría afectiva de los orígenes culturales, no deja de ser, a la vez, un
En general para los viajeros de esta época, el ingreso a España se hacía desde
dice: “Ante todo, como una salutación de mi sangre en el umbral de Castilla, deseaba
111
mejor que mi intelecto lo que significaba toda aquella resurrección de sombras, todo
reseñados con precisión. Aun así, son los viajes los que definen un plan de escritura:
mis petacas el plan completo de esa novela. Lo acababa de trazar en Saint Blasien, en
Nos interesa pensar los pasajes dedicados a los viajes en Tiempos iluminados
de la subjetividad en los relatos de viaje del ´80”. Allí señala que el “yo” que viaja
organiza en su relato una lógica de lo sensible: “Mira, observa, su ojo es una cámara
“yo” que se construye Enrique Larreta dentro de Tiempos Iluminados, España significa
paisaje inconfundible en Europa es, acaso, el de Castilla. Los demás, aún los de Italia,
aun el de Inglaterra, suelen ser semejantes a los de otros países […] Castilla es Castilla”
(1939:78)
112
La filiación que se establece con España es explícita a lo largo de sus
las tertulias del Conde de Valencia en Madrid, se vinculó estrechamente con Maurice
comentarle sobre los artículos referidos a La gloria de Don Ramiro que ha remitido a La
Nación63. Allí comenta algo significativo para pensar el carácter filial que el propio
Unamuno reconoce en esta ficción: “Conozco Ávila, que tan bien y tan hondamente ha
sabido usted ver. En esos artículos verá usted todo lo mucho bueno que pienso de su
obra con la que ha penetrado tan adentro de nuestra alma española y de nuestro siglo
y el siglo XVI, señalada por Unamuno, detecta la filiación que motivó la enorme
investigación previa, así como los cinco años de una meticulosa escritura.
el que la novela triunfa. Inman Fox, en La invención de España, sostiene que el espíritu
XIX. En ellos, cobró fuerza la idea del dominio de Castilla en la formación de la nación
62
Enrique Larreta viajó a Europa en 1900 de luna de miel y por casi un año, con estancias prolongadas
especialmente en Italia y España. En 1907 regresó. a Europa y entre 1910 y 1916 residió en París como
Ministro Plenipotenciario en París. Volvió a viajar a Europa en 1921, 1929, 1931 y 1948.
63
Los dos artículos de Unamuno fueron: “La Gloria de Don Ramiro”, La Nación, Buenos Aires, 15 de abril
de 1909; y “Ávila de los Caballeros”, La Nación, Buenos Aires, 20 de abril de 1909.
113
orientación atlántica más prometedora que la expansión mediterránea; su
contra el musulmán; el apogeo del español como lengua directamente asociada con la
difusión del castellano; el hecho de que Castilla haya dado el tono a cuatro
acelera hacia fines de siglo XIX a raíz del fracaso de la Restauración, y la necesidad
debate llamado “el problema de España” y del que participaron muchos escritores e
En las memorias de Larreta, la definición del mundo español queda definido por
generación del ´98. Uno de ellos es la metonimia, que opera al plantear la región de
Castilla (Ávila, Toledo, Segovia) como signo que representa a todo el país; una
Gálvez.
114
Tamborenea apunta este aspecto crucial en todos los relatos que pretendemos
analizar:
Entre los relatos que lee y escucha Larreta se encuentran las discursividades de
las ciencias sociales españolas de fin de siglo en pleno proceso de invención nacional. A
veces en el pasaje entre el “ver” y el “mirar”64 ingresa cierto orientalismo, es decir, ese
como código estético y que sirve para narrar. Orientalismo que proviene generalmente
de la mirada de viajeros franceses que escribieron sobre España y fueron leídos por
nuestros viajeros.
encuentro en Toledo que da comienzo a una amistad de por vida, la propia obra de
64
En “Exotismo” César Aira plantea que los persas inventados por Montesquieu, Rica y Usbec en Cartas
Persas, pueden ver Europa como nadie la ha visto antes, como no pueden verla los europeos: “Su
condición de extranjeros les permite a los persas pasar del “ ver” y “mirar” (1993:73)
65
Cfr. Bécarud, Jean, “Las Españas de Maurice Barrès” en Bulletin d’Histoire Contemporaine de l’Espagne
Maison Méditerranéenne des Sciences de l’Homme, Université de Provence N°32-36, décembre 2000-
décembre 2003, p. 179-198.
Disponible en http://bhce.univ-provence.fr/docannexe.html?id=107. Última consulta: enero 2016.
115
Volupté et de la Mort y El Greco o el secreto de Toledo-, la preferencia por Castilla -en
Dice Larreta: “Volví después muchas veces a Ávila, desde Madrid; y fui también
desde allí, a Toledo, con mucha frecuencia. En mi última visita a esta ciudad
denomine “revelador de bervederes” (1939: 61). Las mejores páginas de ese escritor
francés son, para Larreta, las perspectivas inéditas que, al modo de terrazas o
Barrès dentro de ese paisaje toledano: “era de ver el aspecto musulmán que tomaba
aquel lorenés por las callejas de la ciudad convertida” (1939:61); “pareciera que
de este francés capaz de confundirse con un nativo toledano. Barrès podría pensarse
dentro de aquel tipo de viajero que Todorov define como éxota, es decir, aquel viajero
percibe en las crónicas europeas sobre España: todas parecen decir que España no es
Europa. Entre esas crónicas se encuentran las de Maurice Barrès-una voz más que
autorizada tanto por Enrique Larreta como por Manuel Gálvez. El escritor francés viaja
a España en 1892, 1893, luego en 1902 con largas estancias en suelo español. A partir
España de su época.
116
En su capítulo “En España” abril-mayo 1892” de Sangre, voluptuosidad y
recurso para romper la atonía. No conozco otro país donde la vida tenga tanto sabor
[…] Es un África: ella infunde en el alma una especie de furor tan súbito como un
mezcla, expulsadas poco a poco de los demás países […] es la punta extrema de
Europa, frente a la anchurosa América” (s/f: 165). Algunas regiones de España son un
narcótico para el viajero francés. España es el Oriente: “Por tres veces he acudido a
respiré el Oriente” (1914: 105). España es “un país africano” (1914: 107), connotado
con “la plenitud sensual” (1914:117) y la delicia de los cuerpos: “No es en los museos
de Sevilla o de Madrid donde se encuentra la última palabra del placer autóctono […]
Las verdaderas delicias están donde las redondas caderas españolas, las maneras
Como todo viajero, Barrès viaja también con sus lecturas. Una de ellas es Viaje
a España (1841) de Teófilo Gautier, un relato de viaje conocido por nuestros viajeros
117
invenciblemente melancólico aparece en el fondo de todos nuestros placeres
de España-tienen a la vez algo de convento y de prisión, de fortaleza y hasta un
poco de harén” (1914:154)
español, tiene como trasfondo aquello que ya comentamos en tanto “la invención de
España”. En Larreta, la relación con Barrès es estrecha: “De vuelta a París, estrechamos
un vínculo66, que fue, para mí, poderoso estímulo de pasión literaria” (1939:66). La
recuerda su vivencia errante por la España interna, ancestral y católica. De algún modo
es inevitable recordar aquella ironía de Borges acerca del culto del color local como un
culto europeo reciente que los nacionalistas deberían rechazar por foráneo.
Sin embargo, la novela logra contrapesar cierto exotismo, con aquella especie
Carramolino, un político y jurista español que se ocupó de describir Ávila: “casa por
casa, iglesia por iglesia, convento por convento” (1939:61). Se trata de fuentes que
incluso le posibilitaron saber “más” o “mejor” que el escritor francés: “Barrès ignoraba
66
En Tiempos Iluminados, Larreta homenajea a Barrès con una semblanza final en la que lo describe
desde su rol como presidente de la Liga de Patriotas durante la Gran Guerra:
“Un exaltador. Ese fue el verdadero papel de Barrès en la política y en las letras. Victoria sobre todas las
tendencias obscuras y bajas del ser, culto del yo, como el verdadero camino de perfección, defensa de la
nacionalidad por la acción de las altas fuerzas morales; la piedad de los muertos, el sacrificio, el honor,
el ideal. Claro está que, en aquellos años de bienandanza, su actitud resultaba un tanto insólita y, para
algunos, majadera […] Cuando se produjo, por fin, la gran agresión: Obscurecimiento de France
[Anatole]. Encumbramiento de Barrès” (1939:184)
118
que Ávila, con hallarse situada tan arriba, había tendido, hacia la parte del Sur, muy
y los pocos que aparecen lo hacen para “iluminar” aspectos de su propia vida política,
Según Inman Fox (1997) hacia fines de siglo XIX, entre las contribuciones más
vía hacia “lo esencial, su carácter, su relación con la mentalidad de los que lo
habitan”(1997: 172) tal como lo sostuvo la generación del ´98 español y, finalmente, la
Ignacio Zuloaga es el pintor vasco que realizó aquel famoso retrato del escritor
argentino en París, en 1912 y “por propio deseo”. Zuloaga fue un pintor polémico en
tanto se interesó por hacer ver la “España esencial” desde la ideología del ’98, quien
supo sacar, según Unamuno: “las entrañas eternas de Castilla”. (Cfr. Fox, 1997: 168).
119
entendida como un “rescate” de las raíces hispanas a partir de las formas y los
relaciona con la pregunta acerca de qué lengua literaria le corresponde a esta nueva
nación.
de Don Ramiro permite evidenciar una cuestión lingüístico -literaria como centro de
en la Argentina.
literaria propia. Por ello puede ser útil detenerse en tres referentes críticos que se
Nación, son solo una muestra del trabajo de acercamiento intelectual entre España y
120
América67 que el autor propició en virtud de su interés por “las cosas de América”. En
uno de esos artículos se ocupa de polemizar con el libro de Leguizamón “De cepa
criolla” para corregir su tesis sobre el criollismo: “cuanto más leo a los escritores
americanos que critican el criollismo, más me convenzo de que en ese criollismo entra
lo español andaluz, extremeño y castellano casi por todo, y casi por nada lo guaraní,
A fin de sostener esta tesis, señala una tendencia en los escritores de comienzo
He citado a Rojas, he de decir que este interesantísimo escritor, con Lugones, con
Larreta-el autor de La gloria de Don Ramiro-admirabilísima pintura de la España de
Felipe II, y con otros, al marcar una tendencia hacia el casticismo castellano, no
solo no renuncian a lo castizo criollo, sino que lo realzan y ahondan. Es que las
raíces de uno y otro son comunes y no hay nada de eso de lo “diametralmente”
diverso. Si Leguizamón viajara por los pueblos y lugares de España, y sobre todo de
Andalucía y Extremadura, se convencería de ello. (1943:43)
lengua y estilo:
Así logra en realidad un lenguaje y un estilo que, siendo del siglo XX, es también
del siglo XVI, un lenguaje y un estilo que ni son arcaicos o arqueológicos, ni son
modernistas o, si se quiere, modernos. Porque tan falsa es la modernidad buscada,
consciente, de escuela, como el arcaísmo buscado también. Y hay algo en la
lengua, como en lo demás, algo que puede llamarse, siquiera relativamente
eterno; algo que refleja el principio de continuidad de ella, lo más íntimo vital de
su organismo.(1943:177)
67
En “Sobre la argentinidad” señala: “Es fácil que alguno de mis lectores criollos, sobre todo alguno de
los que están tocados de la ´ironía canalla´ de que Rojas nos habla, imaginándose que estoy
macaneando, me interrumpa por lo bajo, diciéndome Pero ¿y a usted quién le da vela en este
entierro…Aquí podría yo, en propia apología presentar los memoriales que me acreditan como uno de
los pocos, de los poquísimos europeos que se han interesado por el conocimiento de las cosas de
América {…} Tiene mucha razón Rojas cuando acusa a los europeos de poca curiosidad cosmopolita, y
cuando, no sin cierto dejo de modestia, se queja de que por acá, por Europa, haya gentes que pasan por
cultas, que apenas si saben hacia dónde cae Buenos Aires” en Unamuno, Miguel de (1943)Temas
argentinos, Buenos Aires, Institución cultural española, p.64.
121
Reconocemos en la oposición “moderno-eterno” aquel reclamo constante de
escriben desde París, con un repertorio de temas afines a “la moda del bulevar”
continuidad con el legado hispano68. Lo que reconoce y festeja en Larreta es ese estilo
Jorge Luis Borges será el encargado de hostigar, cada vez que sea posible, la
“Mis únicos dos vicios: leer la Enciclopedia Británica y no leer a Enrique Larreta” o
también: “Yo no bebo, no fumo, no escucho la radio, no me drogo, como poco. Yo diría
que mis únicos vicios son El Quijote, La divina comedia y no incurrir en la lectura de
idioma de los argentinos y del lugar del escritor en relación con esa lengua literaria que
68
Más allá de ser reconocidísimo, cabe recordar que Rubén Darío-al igual que otros escritores- ya se
había manifestado en Prosas Profanas con ironía acerca de qué tradición/es sostiene/n su literatura
modernista y que formarían indirectamente parte de ese manifiesto nunca escrito:” El abuelo español
de barba blanca me señala una serie de retratos ilustres: «Este, me dice, es el gran don Miguel de
Cervantes Saavedra, genio de manco; este es Lope de Vega,' este Garcilaso, este Quintana». Yo le
pregunto por el noble Gradan, por Teresa la Santa, por el bravo Góngora y el más fuerte de todos, don
Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamo: Shakespeare! Dante / Hugo... (Y en mi interior:
Verlaine...) Luego, al despedirme: —«Abuelo, preciso es decíroslo: mi esposa es de mi tierra; mi querida,
de París». Las discusiones con Unamuno serán una constante hasta la muerte de Darío.
122
Lengua: “Dos influencias antagónicas entre sí contra un habla argentina. Una es la de
quienes imaginan que esa lengua ya está prefigurada en el arrabalero de los sainetes;
asumiendo los dialectos en tanto divergencias peligrosas. Borges sentencia allí que:
“En resumen, el problema verbal (que es el literario también) es de tal suerte que
idioma […] el deber de cada uno es dar con su voz. El de los escritores más que nadie”
(1968: 13-30).
intervenciones de Borges tanto en los más cercanos debates sobre las políticas
Borges presenta los argumentos para desestimar el problema del escritor argentino y
interrogación fuera de lugar. En alusión velada a Enrique Larreta, aclara que el hecho
de que “algunos ilustres escritores argentinos escriban como españoles es menos una
“ilustre” que proviene de su propio origen social, “lo español” como “herencia” e
123
identidad en relación con principios biológicos y, a la vez, como parte de un patrimonio
Alonso que “La invitación llega al Instituto” y es aceptada tanto por Raimundo Lida,
Barrenechea así como por él mismo. Este estudio nos interesa porque existe ya una
69
César Aira señala en “Exotismo” que una vez creadas durante el siglo XIX las nacionalidades se
fetichizan como mercaderías y que esa podría ser la fórmula definitiva del exotismo: la fetichización de
la nacionalidad. Esas mercaderías “se exhiben en un mercado global cuyas técnicas de promoción y
venta, cuyo «marketing» tiene por nombre: exotismo. En Aira, César (1993)”Exotismo” en Boletín/3 del
Grupo de Estudios de Teoría Literatura, Rosario.
70
Cfr:http://www.filo.uba.ar/contenidos/investigacion/institutos/filoylihisp/historia.html
124
De este modo se pone en marcha la investigación en la Facultad de Filosofía y
Letras, bajo la impronta de la Filología española, disciplina consolidada por
Menéndez Pidal y sus discípulos en el Centro de Estudios Históricos de Madrid y
asentada en la íntima unidad de la lengua, la literatura, la cultura y la historia.
Durante los primeros años se sucedieron directores españoles por períodos
breves, hasta que en 1927 las autoridades contrataron por cuatro años a Amado
Alonso, un filólogo español que había trabajado en el mencionado Centro. Su
permanencia en nuestro país se prolongó por diecinueve años. [en línea]
que caracteriza el estilo de La Gloria de Don Ramiro entre dos coordenadas: las
novela histórica hecha con la prosa modernista […] Larreta tomó las mismas fuentes
que Darío, los escritores franceses del siglo XIX: románticos, parnasianos,
modernistas, por así decirlo, han desandado un siglo para cultivar diversas zonas de
71
El Centro de Estudios Históricos tuvo entre sus funciones precisas como: investigar las fuentes,
elaborar ediciones críticas de documentos inéditos; organizar misiones científicas , ejecutar
excavaciones y exploraciones para el estudio de monumentos, recuperar o recolectar los documentos
que den cuenta de los dialectos y el folclore; iniciar en métodos de investigación a alumnos ; comunicar
y brindar apoyo a estudiosos de la historia en el extranjero y dentro de España, formar una biblioteca
para los estudios históricos y establecer relaciones con centros científicos análogos extranjeros. El
Centro buscaba el entendimiento del pasado español, del patrimonio de la cultura propia formada por
la lengua, la literatura, el arte y la historia. Menéndez Pidal y el Centro de Estudios Históricos son
elementos imprescindibles para entender la “invención de la cultura nacional española” (Cfr. Fox
1997:100).
125
explotación artística, que nuestros escritores del siglo XIX se habían dejado atrás”.
(1942:304).
En este mismo sentido Alonso llega al punto polémico que quizás justifique
Hay un nuevo peso en el arte combinatorio de Larreta que, más que extenderse en
el sentido del modernismo, lo contraría. Pues el estilo modernista, tan ecléctico
como voraz en la adopción de procedimientos literarios nuevos, justificaba su
inclusión en la tradición francesa del siglo XIX por la voluntad de arrinconar de una
vez el estilo demasiado tradicionalista de entonces (incluyendo su sintaxis), y
Larreta ha añadido como última yuxtaposición, la convivencia o alternancia del
estilo combinatorio nuevo con el período tradicionalista que los demás quisieron
rechazar.(1942:305)
Dice-en coincidencia con Unamuno- que este se explica por la materia narrada y que si
bien se utiliza una sintaxis arcaizante para contar aquello que los personajes hacen
(con el uso de gerundio o participio que anticipa una circunstancia y luego un pretérito
que fija la acción principal), la sintaxis se moderniza a la hora de describir lo que estos
oraciones nominales: “blancor de golilas y cabrilleo de joyas sobre los trajes retintos”.
126
Para finalizar, Alonso reconoce en la prosa de Larreta una voluntad de
estética que propicia una perspectiva nueva sobre el legado cultural español.
127
Bibliografía utilizada:
Rosario.
Alonso, Amado (1942) Ensayo sobre la novela histórica. El Modernismo en «La gloria
Benítez, Hebert y Gerardo Ciancio (2006) “La prosa modernista” en HCLA, La crisis de
Borges, Jorge Luis (2011) “El escritor argentino y la tradición” en Discusión, Buenos
Aires, Sudamericana.
Borges, Jorge Luis y José Clemente (1968) “El idioma de los argentinos” en El lenguaje
Darío, Rubén (1929) Cabezas. Obras completas de Rubén Darío, tomo XXI, Madrid,
Disponible en http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc0k434
Darío, Rubén (1999) “Palabras Liminares” de Prosas Profanas y otros poemas [1896] en
128
Fox, Inman (1997) La invención de España. Nacionalismo liberal e identidad nacional,
Madrid, Cátedra.
Gutiérrez Viñuales, Rodrigo (2003) “Diálogos entre arte y literatura, a propósito de los
Rojas, Ricardo (1957) Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Editorial
Kraft.
Todorov, Tzvetan (1991) Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana,
Chile.
española.
Universidad de Salamanca,
129
Manuel Gálvez y un viaje espiritual a las raíces españolas.
sus viajes por Europa, fue inspector de Educación Secundaria y Normal y comenzó una
sobre la vida literaria argentina de los primeros sesenta años del siglo XX.
Hacia fines del siglo XIX, Joaquín V. González, Enrique Larreta, Manuel Ugarte,
Ricardo Rojas, son algunos de los intelectuales que vieron en España, en su historia
heterogeneidad de la inmigración.
como civil” (2006:24). Este giro hispanista emerge hacia la década del `80 y se
manifiesta con fuerza entre 1890 y 1910 y se prolonga, por los menos hasta la década
130
mera exaltación de la raza o de lo filial. Nos interesa recuperar a Manuel Gálvez en sus
raza (1913). Ambas publicaciones están relacionadas directamente con los viajes que
Gálvez realizó a Europa –especialmente por España-en la primera década del siglo XX.
hispánico que alentaron no solo estas dos obras sino que dieron lugar a un uso (en su
argentino. Gálvez fue partícipe de ese “dispositivo hispanista” del que nos habla Oscar
Doctor, se ajusta al tipo de viaje intelectual característico de una clase social que
instaló en París y desde allí cruzó hacia España para recorrerla durante el mes de mayo
de 1906.
con la que se pensó el viaje en la década del ´80 y que Tamborenea caracteriza así:
131
“viajar es querer apropiarse, se quiere poseer Europa para ser con los europeos
propietarios del saber, del arte, de la historia, de los destinos del país y del mundo al
Quiroga como en El Solar de la raza, el paso por España, el “estar allí”, significó para
Gálvez, la revelación de una fuerza filial, una fuerza biológica y desconocida hasta ese
Por fuera del “instinto”, Gálvez -al igual que Larreta- había estudiado
París o Italia. Acaso más que Italia, porque antes de emprender mi viaje a Europa la
había estudiado bastante y la conocía por mis lecturas de los escritores españoles”
72
En todos los casos, las cursivas son nuestras.
132
España me apasionaba desde años atrás. La había estudiado. El arte español,
sobre todo, me era conocido. En mi viaje de 1906 había contemplado, con
sacudidora emoción, los cuadros de El Greco, de Zurbarán, de Valdés Leal y de
Morales; me habían deslumbrado y llevado de sueños de catedrales de Burgos
de Toledo y de Sevilla; y habían tocado mi corazón con violencia las tallas del
Montañés, de Salcillo, de Gregorio Hernández y de otros escultores en madera
(2002:357)
acercarse a los escritores y editores españoles del círculo de Emilia Bazán y Ramón del
Valle Inclán (uno de sus ídolos en ese momento) Antonio de Hoyos y Vinet y a la
Bunge en 1910, que implicó una estancia muy prolongada en Europa, nos demuestra
otro tipo de viaje. Aquel que David Viñas piensa como una variante del viaje estético
133
Una variante que se agrega a esa catarsis heroica es la purificación del ámbito
consagrado del viaje estético, París, a través del pasaje por España: lo que
tradicionalmente, dentro de la hispanofobia liberal de 1810 a 1840 era
desprecio, o desdén entre los señores del 80, después de 1892, al sumarse a la
influencia de Darío y a su prestigio en España, al antiyanquismo idealista de la
guerra de Cuba, en los hijos se convierte en redescubrimiento y apelación
espiritualistas: una «salutación de la sangre» en Larreta, propuesta idealista en
El solar de la raza de Gálvez, «evangelio de belleza» para el Rojas de Cartas de
Europa (2005:56)
Sin embargo, este segundo viaje de Gálvez podría pensarse más que como
variante del viaje estético “purificado”, como un viaje de apropiación plena donde
señala que todo viajero se apropia de los lugares de distintas formas y en distintos
(el viaje obligado a París desde la segunda mitad del siglo XIX y hasta la segunda mitad
del siglo XX, dan cuenta de esta búsqueda entre los intelectuales hispanoamericanos) o
bien, descubrir lugares desconocidos que es otro modo de fundarlos. Gálvez parece
conexión espiritual entre las raíces españolas y las argentinas. España se resignifica en
París sobre la cuestión obrera. En Madrid, visitó a Roque Sáenz Peña, ministro
134
plenipotenciario y a Carlos María Ocantos, secretario de la legación y concurrió a las
tres etapas y entre dos viajes a Europa, en los cuales tomó contacto con el debate
sobre “el problema español”, en pleno clima del Centenario de la Argentina y con
antes. Gálvez se apropia de ese pasado como si fuese el primero en verlo (no existen
demoras, terminó por publicarlo por su cuenta en la revista Nosotros en 1913 con un
73
El capítulo “Mientras el novelista hace planes” (1910-1914) en El mundo de los seres ficticios
desarrolla el éxito en la difusión de este libro y sus repercusiones críticas tanto en España como en la
Argentina, p.355 -370.
135
españolas. En ellas, ha podido reconocer el alma de la raza y los restos de una antigua
grandeza espiritual.
idioma, la literatura y el arte español para luego, en un futuro, guiarlos hacia el propio
El Solar de la raza se presenta como respuesta ante una urgencia: “la patria
argentina […] reclama la espiritualización para atenuar el torpe materialismo que hoy
nos agravia y avergüenza” (1930: 13). Frente a Esta convicción, cobra fuerza dentro de
ese pequeño grupo que han iniciado –dice Gálvez-: una “obra de evangelización
todo un amor serio y humano hacia la raza y hacia la Patria” (2001:200). En este
momento del Diario se introduce una nota del autor que aclara: “esta palabra,
ideales que esta sustenta, ha sido obra del escritor Don Ricardo Rojas” (2001:200).
dedicatoria que funciona como una prescripción generalizada para todos los
argentinos:
136
vida espiritual; la España profunda y maravillosa; la España que es para
nosotros, los argentinos, la casa solariega y blasonada que debemos amar.
(1930: 11)
Y en un texto muy posterior, El mundo de los seres ficticios, Gálvez insiste: “Yo
conquistadores” (2002:357)
espiritual y biológica con ese “solar” clave de patria argentina, sino que contribuye a
distinguir y alejar aquello que dentro de esta nación en gestación, resulta foráneo,
desvinculado, extranjero.
lugar común”. España resulta así el espacio que contiene los valores culturales y
espirituales para los argentinos. Sin embargo, Gálvez no se demora en aclarar que no
se trata de toda España, innegablemente diversa, sino que el solar radica en la España
castiza:
en relación con el recorrido del escritor. En el caso de Gálvez, el orden responde a las
cuatro regiones donde reúne los pueblos y ciudades visitadas: “España castiza” (con
137
preponderancia frente al resto y a la que le dedica seis capítulos), “España latina”,
quedó fuera de sus viajes y no es recuperada de forma alguna. Otra gran omisión se da
estuvo, pero que no parece convenir ni al plan de las ideas ni al tono que pretende
plantearse sobre “el solar”74. De cada pueblo o ciudad se recupera un aspecto que
sirve para sustentar una afirmación sobre la identidad española que indirectamente
“Parecerá que este carácter nacionalista mal puede tenerlo páginas que tratan de
cosas españolas […] es que nosotros, a pesar de las aparentes diferencias, somos en el
fondo españoles” (1930:19). Más de una vez se explicita la finalidad misma de esta
publicación: “Lo que en concreto pretende este libro es producir el contagio espiritual
de mis sensaciones de aquellas ciudades españolas donde aún vive el alma de la raza y
74
Madrid pareciera ser omitida en tanto significa para los pueblos de la región de Castilla lo que Buenos
Aires al Interior de la Argentina: “Madrid, como ciudad, ejerció poca o ninguna influencia en mi
sensibilidad y en mi cultura. No me gustó, salvo el Museo del Prado” (200:264)
138
búsqueda del “alma española” y el papel de Castilla en la unificación de España son
desviado en el que hablan dos voces: el autor (Gabriel Quiroga-alter ego) y el editor
solar de la raza encontramos algo similar ya que si bien, en apariencia se trata del
típico relato de viaje (que en este caso fusiona dos desplazamientos y en dos tiempos
en primera persona. Ese relato deviene en ensayo de ideas autorizado por el “haber
Los europeos no comprenden a España, salvo los artistas; y aun entre ellos, son
pocos los que llegan a penetrarla profundamente. Los franceses buscan en San
Sebastián y Barcelona las escenas pintorescas que solo se encuentran en ciertas
ciudades […] Los escritores franceses suelen componer novelitas impagables
con amores a la reja, chulas, saetas, ambiente de torería y cuyas escenas
ocurren en Barcelona, en Salamanca o en Fuenterrabia. (1930:39)
139
los pueblos viriles o profundos” (1930:71). Para ello, se respalda con la historiografía
política liberal, junto con Joaquín Costa y los intelectuales del pensamiento histórico
50).
Buenos Aires (Cfr. Gramuglio 2013: 137). En El Solar de la raza no solo reaparecen
estas mismas dicotomías, sino que se suman otras relacionadas con la experiencia
(cosmopolita-francés).
Las dicotomías están respaldadas por los grandes referentes de Gálvez. Entre
ellos, Maurice Barrès por obras como el El Greco o el secreto de Toledo y La colina
75
Tzetan Todorov en Nosotros y los otros (1991) califica la figura de Maurice Barrès como un discípulo
tendencioso de Renan y Taine. Y recupera la definición de nación propuesta por Barrès quien sabe que
las razas ya no existen y que Francia es una nación: “Una nación es la posesión común de un antiguo
cementerio y la voluntad de continuar haciendo valer esa herencia indivisa”. Por ello, lo que importa
para una nación son la tierra y los muertos”. Por otra parte, el intelectual y político francés sostiene que
la naturaleza es más fuerte que la cultura, y que por ello no puede cambiarse de nacionalidad por gusto
o por propia voluntad: “Aun cuando me hiciese nacionalizar chino y me apegase escrupulosamente a las
prescripciones de la legalidad china, yo no cesaría de elaborar ideas francesas y de asociarlas al francés”
Cfr. Todorov: p.264-269.
140
Toledo, Barrès describió su viaje a través de su experiencia estética con el Greco76.
Esta es la manera en la que el propio Gálvez construye un paisaje de cada una de las
ciudades de España visitadas, desde la clave del arte, en un recorte de aquella España-
trascendentales, desde sus hitos artísticos. Lee el “arte hecho piedra”: catedrales,
Castilla está influenciada por las representaciones pictóricas que ha conocido antes de
viajar. Por ello, Ignacio Zuloaga está muy presente en las reflexiones del viajero a la
hora de describir paisajes: “No hay nada tan impresionante como los pueblos en toda
la vastedad del paisaje castellano. Se ven, desde lejos, recortados sobre el horizonte,
España mística, y en sus cuadros de formas feas palpita una gran belleza interior […] El
76
Gálvez en su estancia en Toledo dialoga, parafrasea y elogia la obra de Barrès sobre El Greco. En
paralelo, cuando Gálvez se ocupa de Ávila, en tanto ciudad mística y de caballería, se detiene en la
escritora inglesa Gabriela Cunnighane Grabam sin hacer ninguna referencia a La Gloria de Don Ramiro
de Enrique Larreta.
141
Los paisajes se construyen además, desde el tono religioso77 que refuerza esta
evangelización, agua milagrosa, misión, mística, fe, santidad, vida espiritual, etc.
Por otro lado, Gálvez lee el mundo social desde el concepto de milie 78 o co-
hombre, de tal modo que si se quiere comprender lo eterno de la raza hay que
penetrar en el espíritu del paisaje castellano. Él nos explica las cualidades esenciales
del alma castellana” (1930:75). Las voces79 de sus pobladores prácticamente no tienen
cabida en el relato del viajero, son contemplados como parte del paisaje, a diferencia
de los que hallamos en Manuel Ugarte y Ricardo Rojas. Y otra vez, es el arte el que
ayuda a “mirar”: “En ninguna expresión de la vida castellana se nota una relación tan
lógica con el medio físico como en el arte y en la literatura” (1930:75). Desde esta
literatura realista: El Greco, Zurbarán y Zuloaga, Pérez Galdós, una valoración que
77
Gálvez recuerda: “El suceso de mi retorno a la fe católica había ocurrido entre marzo o abril de 1907,
cuatro meses antes de la publicación de El enigma interior” en Amigos y maestros de mi juventud, p.300
78
Cfr. Canguilhem, Georges (1965) “Le vivant et son milieu” en La connaissance de la vie, Vrin, París,
129 - 197.
79
Una de las pocas voces que se recuperan excepcionalmente en El Solar de la raza es a través de un
breve diálogo con un anciano en Sigüenza: “Un viejo repetía a cada instante, con acento fatalista: ¡Esto
no pué ser! Si seguimos así dentro de poco tendremos que comernos unos a otros. Yo les hablé de mi
país sin tratar de humillarlos ni de exagerar nuestras riquezas. El pobre hombre me contestó que él no
podía porque era viejo. Por lo demás, casi todos los hombres se habían marchado a Buenos Aires ¡Ya no
quedaban en Sigüenza: sino los frailes y las mujeres!” (1930:125)
142
convicciones. Desde las primeras páginas, el ensayista viajero aclara: “nosotros, a pesar
que también es España, pese a quien pesare, y mucho más España que lo que los
Gramuglio señala las clásicas metáforas médicas propias del pensamiento social
raíz castellana como el pozo de agua milagrosa que la inmunice contra las pestes.
1908 donde Gabriel Quiroga apunta: “La salvación de la República Argentina está en la
guerra contra el Brasil. La guerra haría que los pueblos se conociesen,, reuniría a los
Brasil lo que mi patriotismo reclama como única terapéutica […] Es más bien su
guerras ni desastres sino que advierte sobre una zona de conflictividad o guerra
siempre al punto de ser declarada contra los enemigos de España, por lo tanto
Quedan aún enemigos de España, sobre todo entre los normalistas, los
patrioteros, los anticlericales, los mulatos y los hijos de italiano. El odio del
143
mulato hacia España, es el odio del negro al blanco. Los anticlericales ven en
España, como he dicho, un país de frailes y fanáticos, y los italianos y sus hijos
un país rival del suyo en el predominio en la Argentina. (1930:53)
la existencia de una “comunidad espiritual” que une a los argentinos con los españoles
(1930: 41). Los elementos de esa identidad española son los medios para la sanación
Más allá de reconocer una diversidad constitutiva del pueblo español afirma,
sin ambigüedades, que “la castiza Castilla” es la zona de enclave de aquellos modelos y
valores para una regeneración nacional. Las raíces españolas son reivindicadas -en
Cataluña. Así, por ejemplo, la dominación musulmana no había influido “casi para
Los que sentimos el alma de la raza, los que la hemos visto vagar en las
callejuelas de las ciudades castellanas, miramos como cosas exóticas los
arabescos de la Alhambra, los jardines del Generalife, todos aquellos encantos
que nos muestran un pueblo sensual y afeminado. La España castiza, aunque
vieja y ruinosa, la llevamos dentro; la España africana está muy lejos de
nosotros. (1930: 181)
La cita anterior sirve para reflexionar sobre los modos de leer. Gálvez lee
tierra española de la misma manera que lee el interior de su propio país: desde la
terruño castizo español (viril y profundo) como ese interior en la Argentina, todavía
144
incontaminado, ajeno a la gran ciudad, apartado del materialismo y la extranjería, un
aquella raza, fuerte, noble y profunda, en otro clima y en otro suelo, -los de nuestra
coincide con la propia experiencia viajera de Gálvez, quien conoció España entre 1905
y 1906 y luego, entre 1907 a 1909; recorrió frecuentemente las provincias del norte del
por cierto que me produjeron la más honda impresión imaginable. En ellas me sentí
una praxis orientada a promover un proyecto nacionalista sostenido por los valores
miseria yo quiero a estas tierras castellanas con el mayor de los cariños, después de
aquel que tengo por mi patria. […] Tal como esperaríamos de cualquier vinculación
amigo, solo me resta invitarte a que ames a nuestra patria del único modo que
80
Esta tesis en la que Argentina es la solución de continuidad de aquellas raíces castellanas tuvo
opositores. Uno de ellos, Hurtado y Arias publicó un artículo en La Nación donde rechazaba aquella
representación de una España extenuada y en desaparición y calificaba a El solar de la raza como un
“brillante alegato a favor de todas las reacciones” (Gálvez,2002:363)
145
debemos amarla: siendo buenos, generosos, y nobles […] venerando a Dios, venerando
decir, lo que no puede hacerse precisamente con palabras ni con símbolos. He contado
donde el propio escritor actúa como una especie de médium-más que mediador-es
decir, como aquel capaz de descifrar lo profundo, algo que nos recuerda aquella
Finalmente, Gálvez expone una promesa hacia el futuro cercano: “Ahora que
conoces el alma española, espera que algún día yo te dé mi visión del alma argentina
[…] pero antes de presentar la raza. Era preciso conocer el solar” (1930: 263)
para el restablecimiento del carácter argentino: “[…] aquel se limita a cantar la poesía
81
En la sexta lectura de Lugones en el Teatro Odeón, “el Linaje de Hércules” en la crónica de La Nación,
dice: "Felicitóme por haber sido el agente de una íntima comunicación nacional entre la poesía del
pueblo y la mente culta de la clase superior; que así es como se forma el espíritu de la patria. A la
epopeya con su genuino sabor y su calidad excelente; al auditorio con su sensibilidad, benévola, sin
duda; pero también sutil hasta ser temible, corresponde la belleza del espectáculo. Mi palabra no fue
sino la abeja cosechera que llevó el mensaje de la flor silvestre a la noble rosa del jardín. Rosa con
espinas, sin duda, como lo son las mejores; pero también rica de miel hasta llenarme con ella el alma. Y
como en mi específica sobriedad, apenas necesito una gota - dos gotas, pues por ventura no he de
pensar sólo en mí, teniendo dueña mi colmena - quede el resto para las mariposas, que fueron, en el
caso, blancas manos de mujer, cuyo aplauso exteriorizaba con gallarda intrepidez la palpitación de los
corazones. Esta unanimidad del sentimiento nacional así revelado, constituye mi verdadera satisfacción”
(1991:188). En el caso de El Payador de Lugones, como señala Oscar Terán: “La poesía acumula un
cuádruple privilegio: es expresión particular de la vida heroica de las razas; descubre la relación de
belleza que constituye la armonía de las cosas; realiza una función general del arte, que es la
espiritualización de la materia; y por fin, detecta el sentido oculto del pasado que la historia ha
obnubilado. Naturalmente el entramado de estas afirmaciones colocan en el centro de la patria la
misión del poeta”(1993:38)
146
de nuestros campos, otros adoptan como materia exclusiva de sus escritos, ambientes
(1930:17)
definida en 1903 con la publicación de Ideas así como en la obra de Ricardo Rojas:
Gálvez asume como saludable que la literatura se vuelva nacional. Con ello,
hace propio parte del reclamo continuo de Miguel de Unamuno82 hacia los escritores
escritores actuales, sobre todo entre los nacionalistas, hay una seria corriente de
simpatía hacia España, como hacia la América Española” (1930:40). Esta mención a los
escritores actuales entre los que se incluye, como generadores de nuevos vínculos con
España, conlleva una omisión grave dado que desde fines de siglo XIX, había
comenzado a gestarse una red cultural trasatlántica, entre escritores vinculados con el
82
Este reclamo se expresa continuamente en el epistolario unamuniano. A modo de ejemplo, en la carta
a Rubén Darío del 16 de abril de 1899, dice Unamuno:” No es solo literatura gauchesca lo que yo
quisiera que nos viniese de América […] Me gustaría ver pintados los afanes del estanciero, la labor de
colonización, la fiebre del negocio, etc. Lo que no me parece genuino, y sí de una afectación pegadiza,
son cosas como las de las novelas de Ryles. Menos aún me gustan las de Carrillo” en Miguel de
Unamuno (1996: 58).
147
modernismo, claramente alejada de cuestiones nacionalistas y orientada hacia esa
Esa red cultural, que implicó una serie de intercambios estrechos y sostenidos
raza fue precisamente, la que aseguró una nueva plataforma de intercambios entre
usufructuó.
148
Bibliografía utilizada
Gálvez, Manuel (1930) El solar de la raza, Buenos Aires, Librería y Editorial “La
Facultad”.
Gálvez, Manuel (2001) El Diario de Gabriel Quiroga, Buenos Aires, Taurus.
Giusti, Roberto F. “La restauración nacionalista” en Revista Nosotros, año IV, tomo V,
1910, Buenos Aires.
Rubione, Alfredo (2006) “Retorno a España” en La crisis de las formas. Historia crítica
de la literatura argentina dirigida por Noé Jitrik, vol. 5, Buenos Aires, Emecé.
Terán, Oscar (1992) “El dispositivo hispanista” en Luis Martínez Cuitiño y Élida Lois
(Eds.), III Congreso Argentino de Hispanistas España en América y América en España,
Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Filología y Literaturas
Hispánicas Dr. Amado Alonso, tomo I.
Terán, Oscar. “El Payador de Lugones o la mente que mueve las moles” en Punto de
vista. XVI, Nº 47, diciembre de 1993.
Todorov, Tzetan (1991) Nosotros y los otros, México, Siglo XXI editores.
149
Unamuno, Miguel de (1996) Epistolario americano, Salamanca, Ediciones Universidad
de Salamanca.
150
Algunas Conclusiones
parte de la vida letrada de fines de siglo XIX y comienzos del XX en América Latina.
Como advierte Zanetti (1994), “las sensaciones de viaje” o “los recuerdos de viaje”
religadora.
crónicas, nos posibilita no solo reconstruir parte de ese giro hacia España sino también
y España que da base a muchos otros intercambios a lo largo del siglo XX.
El giro hispánico se explica –como señalamos- por varios factores. Por un lado,
prensa periódica.
española sobre su herencia cultural, luego de la guerra por Cuba. Una nueva
Pensemos en Manuel Ugarte, Enrique Rodó e incluso, Paul Groussac y en palabras más
151
que elocuentes a la hora de fijar un posicionamiento en “El triunfo de Calibán” de
Rubén Darío:
motivó un itinerario nuevo dentro del tradicional viaje intelectual por Europa: el viaje
políticas sobre lengua. Los relatos y memorias de viaje de Ricardo Rojas, Manuel
Gálvez, Manuel Ugarte, la ficción de La gloria de Don Ramiro de Larreta son parte de
esas intervenciones.
152
Como vimos en cada capítulo, la “reconsideración” de España tiene sus
Sin embargo, en todos los casos, evidenciamos la rectificación de esa tradición anti-
ideológico estimable, esto no significa decir España haya sido asumida en tanto
“Migrancia, memoria y modernidad”83, Abril Trigo señala que los escritores migrantes
lugar a fenómenos nuevos dentro del desarrollo de literaturas nacionales desde esa
el caso de los hispanoamericanos, no solo intervinieron dentro del espacio francés con
83
Trigo, Abril. (2000) “Migrancia, Memoria y Modernidad”, en Mabel Moraña (editora) Nuevas
Perspectivas desde/sobre América Latina. El desafío de los estudios culturales. Providencia, Santiago.
84
Casanova explica esta “marginalidad” desde una lógica no muy diferente de los detractores del
modernismo hispanoamericano: “los cambios introducidos por Darío y Brandes en sus respectivos
espacios nacional y lingüístico-cultural pertenecen más al ámbito de la aceleración temporal que al de la
innovación literaria. Constituyen más bien actualizaciones o adaptaciones de la moda que revoluciones
(…).Por ello no pueden ser consagrados en París como innovadores, es decir, creadores capaces de
volver a poner los relojes en hora, pero contribuyen poderosamente a unificar el espacio literario
imponiendo posiciones autónomas, a través del modelo de la modernidad parisina […] Estos
cosmopolitas “excéntricos” participan en la producción del valor literario dentro de la “banca universal”
de cambios e intercambios”. (1999:137)
153
también como agentes modernizadores muy activos hacia dentro de sus propias
literaturas americanas así como en el interior del campo literario español. Nuestros
viajeros o bien son participes directos de esta acción modernizadora (Ugarte) o bien,
poetas de España” (Juan Ramón Jiménez, los hermanos Machado, Benavente, etc.)85
España de comienzos de siglo XX, sobre los elementos que entran en juego en esa
relación con ella desde el lugar de la filiación o la afiliación. Nos interesó, además, leer
esas “visiones de España” a partir de los diálogos que los textos mantienen con otros
cada autor.
85
Casanova recupera parte de una entrevista en la que Borges afirma: “Viene Darío y ya se renueva
todo. Y se renueva en América, y luego llega a España e inspira a grandes poetas como los Machado y
como Ramón Jiménez para solo limitarnos a dos. Sin dudas hay más”. En Jorge Luis Borges/Osvaldo
Ferrari (2005) En Diálogo I, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, pág.90.
154
Nos preguntamos sobre el posible influjo así como su resistencia frente al
señalar, en algunos casos, una conexión indisoluble o bien una distancia superadora
exaltación de la tradición hispánica y los valores del espíritu para la formación del
espíritu nacional recorre los textos de Ricardo Rojas y Manuel Gálvez definidos por
Viñas como “hidalgos pobres de las provincias que hacen valer su abolengo y su
parentesco”. Por su parte, la mirada sobre España en Manuel Ugarte es singular ya que
América Latina.
155
156