Qué Es Ser Un Mitómano

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¿Qué es ser un mitómano?

La mitomanía es un trastorno psicológico por el que la persona está constantemente


diciendo mentiras sobre todo lo relacionado con su vida para obtener la atención
deseada. A través de la mentira puede sentir que es admirado o que consigue la
atención de las personas que quiere. Así descrito, puede parecer que todas las
personas pueden tener cierto grado de mitomanía, ya que todos nosotros en algunos
momentos hemos modificado una historia para hacerla más emocionante.

La diferencia más importante con un mitómano, es que éste usa la mentira


constantemente en su día a día. De hecho, se la ha llegado a tratar como un tipo de
adicción, estas personas han incorporado la mentira a su vida, como un mecanismo
más de afrontamiento. Para estas personas no supone un problema, ya que es parte de
su vida y de su forma de relacionarse. El problema lo sufren las personas que se
relacionan con ellos. Son éstas personas las que más sufren porque saben que el
mentiroso compulsivo está mintiendo y la consecuencia es que dejan de confiar en
la persona o no cuentan con ella para nada importante ya que saben que no pueden
confiar en esa persona.

8 claves para identificar a un mitómano


A continuación os indicamos 8 claves que pueden ayudarte a identificar a una persona
con mitomanía. De tal manera, que puedas poner en marcha tus recursos para poder
afrontar esa situación.

1. Narcisismo

Suelen ser personas que constantemente alardean de sí mismos. Si te están contando


algún suceso, ellos siempre quedarán o como héroes o como víctimas, nunca se van a
hacer ellos mismos responsables de lo que haya podido pasar en esa situación.

Este narcisismo sólo es una fachada para tapar todas sus inseguridades, es un personaje
que los mitómanos cogen ya que les hace sentirse más seguros. Desde este personaje
construyen esas historias tan atractivas que cuando los conocen suelen parecer
personas muy interesantes.

2. Baja autoestima

El hábito de mentir es una técnica de afrontamiento para encubrir una visión negativa de
ellos mismos. Es por esto, que estas personas usan la mentira para conseguir
admiración, atención y halagos del resto.

Lo que se esconde detrás de todas esas mentiras, es una persona con una o varias
heridas emocionales que no ha podido o sabido manejar. Generalmente la mitomanía es
un síntoma englobado dentro de una psicopatología, como puede ser trastorno límite de
personalidad, o algún tipo de adicción.
3. Grandilocuencia

Esta es una característica que puedes identificar fácilmente, una persona con mitomanía,
todo lo que cuenta es interesante. El tipo de discurso que desarrolla es muy
emocionante y exagerado, para generar en el otro el nivel de expectación y
admiración que estas personas buscan.

El problema de esto es que como cuentan tantos detalles e historias, es fácil que tengan
inconsistencias en el discurso y que a la persona que se lo está contando no le cuadre.

4. Recurrencia

Una de las principales características de personas con mitomanía, es que la mentira


no es algo puntual para conseguir algo. Sino que la mentira es su forma de relacionarse
con el mundo.

Constantemente en su diálogo usan la mentira para relacionarse. Por lo que te puede


servir de ayuda, si conoces a alguien al que le has pillado varias veces en una mentira,
sabes que puedes estar ante un mitómano.

Cuando te vas dando cuenta de ello, lo más probable es que tu relación cambie con
esta persona, y se dé cuenta de que pasa algo. Aquí es donde viene el sufrimiento
tanto del mentiroso compulsivo como de la persona a la que no para de mentir.

5. Falta de objetivo

La principal diferencia que te puede ayudar a distinguir a un mitómano de una persona


mentirosa, es que esta última, miente para conseguir o evitar algo. El mitómano por el
contrario, miente no para conseguir algo de los demás sino porque es su forma de
relación. Siente la necesidad de mentir para poder relacionarse con las otras personas.

Además el mitómano a diferencia de una persona mentirosa, se cree sus propias


mentiras, tiene construido todo un mundo de fantasía, que probablemente es lo que le
hubiera gustado que sucediera, en lugar de lo que sucedió.

6. Fantasía

En relación a esto que hablaba en el punto anterior, el mitómano es como si se hubiera


quedado en una etapa del desarrollo infantil. En la infancia creamos nuestro mundo
de fantasía y esto es normal, imaginamos e inventamos cosas para aprender y
desarrollarnos. La persona con mitomanía le sucede esto mismo, prefiere quedarse
en el mundo que ha creado de mentiras, en lugar de aceptar su propia realidad. Es
por esto que mencionaba antes que la mitomanía suele ser consecuencia de un trastorno
más general.

Por ello es importante, que las personas que están alrededor de la persona con
mitomanía, no la culpen de sus mentiras, porque lo que hay detrás de ello es un dolor
emocional muy grande que no pueden sostener, y la forma que han encontrado ha sido
la mentira.
¿Qué es un mentiroso compulsivo?
Todos hemos dicho alguna vez de alguien… “cómo miente, seguro que es un mentiroso
compulsivo”. Sin embargo, ¿cuál es la diferencia entre una persona que miente y un
mentiroso compulsivo? ¿Todas las personas que mienten padecen de trastorno de
pseudología fantástica (es decir, mentira compulsiva)? ¿En qué punto radica la
diferencia? ¿Qué rasgos suelen tener en común este tipo de personas?

Todas las personas, a lo largo de nuestra etapa vital, hemos dicho alguna mentira. Ésta
se utiliza con una función, ya sea obtener un beneficio (“he estudiado todo el día,
ahora puedo salir”), evitar una consecuencia negativa (“estoy enfermo, no puedo ir a
trabajar“), las llamadas mentiras piadosas para evitar, en cierta medida, dañar a alguien
(“no eres tú, soy yo”) u ofrecer una imagen positiva (“estaba a punto de llamarte”), así
como evitar conflictos: “tienes razón”. Éstas son algunas de las razones por las que la
gente utiliza la mentira como una manera de relacionarse en la vida cotidiana.

Es importante aclarar que una persona que miente no padece por ello un trastorno, por
lo tanto, ¿en qué punto podemos considerarlo como tal?

La mitomanía (también llamada pseudología fantástica o mentira compulsiva) fue


descrita por primera vez por Dupré (1900) como una tendencia patológica a inventarse
episodios de su propia vida, tratándose de una entidad clínica específica, aunque
actualmente es considerada como un síndrome o conjunto de síntomas más que un
trastorno en sí mismo.

Las personas que padecen mitomanía o mentira compulsiva son aquellas que sin una
causa específica inventan hechos o narraciones fantaseadas a causa de una necesidad
afectiva. Estas personas se valen de la mentira en situaciones cotidianas en las que no es
necesario hacerlo, y no como fin para conseguir ningún objetivo o cambio, a diferencia
de una mentira simple. En múltiples circunstancias pueden contar historias o aventuras
en cierto modo probables y cercanas a la realidad. También acostumbran a mezclar
detalles falsos y hechos reales en su narración, por lo que en muchas ocasiones resulta
complicado dudar acerca de la veracidad de sus relatos, y pueden finalmente no ser
capaces de distinguir entre sus fantasías y la realidad.

Con el tiempo aprenden a creérselas, dándoles una categoría social de realidad,


perdiendo el dominio de sus propias mentiras. Cuando se les confronta acerca de ellas,
la persona tiende a generar nuevas fantasías. No pueden dejar de mentir, volviéndose
adictas a ello, ya que utilizan este medio como forma de comunicación y para
relacionarse con los demás.

Algunos de los ejemplos más famosos son: Enric Marco, que afirmó ser víctima del
régimen nazi, llegando a estar años en un campo de concentración, dedicando su vida a
dar diversas conferencias a lo largo del mundo relatando su experiencia. También Alicia
Esteve, que afirmaba estar presente en el atentado del 11 de Septiembre, llegando a
representar a una asociación de víctimas de los atentados de las torres gemelas.  En
ambos casos se descubrió que mentían.

¿Por qué mienten estas personas?


Las motivaciones varían en función de cada persona y las experiencias que ha vivido;
sin embargo, sí existen ciertos rasgos que suelen ser comunes, como una falta de
aceptación de su propia realidad, siendo personas con una baja autoestima, utilizando la
mentira como un modo de huir de ella, sustituyéndola por una ficción más deseable para
esa persona. En los casos expuestos anteriormente, utilizan la mentira como un medio
para construir una nueva identidad.

Por lo general, la mentira compulsiva es común en alguno de los siguientes cuadros


clínicos:

 Personalidad histriónica: aquellas personas que sienten la necesidad de ser el centro


de atención, con cambios rápidos a nivel emocional, que utilizan la teatralización y
expresión exagerada de las emociones. Normalmente, en sus relatos son protagonistas
(héroes o víctimas) en temas relacionados con la sexualidad.
 Personalidad antisocial: personas impulsivas, con presencia de irritabilidad o
agresividad y con ausencia de remordimiento e incumplimiento por las normas
sociales. En sus fantasías, los relatos tendrían como objetivo la justificación de su
propia conducta u ocultación de un delito.
 Síndrome de Munchausen por poderes: en el que el individuo inventa o induce
síntomas; tanto a sí mismo como a los demás, obteniendo así un rol de enfermo o
incluso llegando a provocar enfermedades reales en otros.
 Personalidad límite: relaciones personales inestables, inestabilidad del yo,
impulsividad y con presencia crónica de sensación de vacío. Suelen utilizar la mentira
para aumentar su autoestima e idealización.
 Personalidad narcisista: personas caracterizadas por ideas de grandeza, necesidad
constante de admiración, falta de autoestima y déficit empático. Las fantasías tienen
como base éxito ilimitado, amor idealizado, brillantez o belleza irreal.

Por tanto, ni alguien que dice muchas mentiras padece un trastorno ni tiene por qué
tratarse de una persona mentirosa compulsiva. Todos hemos empleado la mentira en
alguna ocasión, con el objetivo de obtener un beneficio. Sin embargo, los mentirosos
compulsivos no pueden evitar hacer de la mentira su modo de interacción con la
realidad, sin ninguna expectativa de beneficio personal o ganancia asociada, como
ocurriría con la simple mentira.

En la mayoría de estos casos, estas personas no solicitan voluntariamente apoyo


psicológico; o si lo hacen, es por otros motivos.

REFERENCIAS

 Casas, R. y Zamarro, M. (1990). La mitomanía en la clínica actual. A propósito de un


caso clínico. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 10 (34), 345-353.
 Oliveros, S. (2017). Mitomanía o pseudología fantástica, la vida en un mundo paralelo.
Recuperado de: https://www.grupodoctoroliveros.com/mitomania-o-pseudologia-
fantastica-la-vida-en-un-mundo-paralelo.
 Dithrich, C. W. (1991). Pseudologia fantastica, dissociation, and potential space, in
child treatment. International journal of psycho-analysis, 72, 657-667.
 Dike, C.C, Baranoski, M. y Griffith, E.E. (2005). Pathological lying revised. Journal of the
American Academy of Psychiatry and the Law Online. 33(3), 342-349.

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