El Hambre

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El hambre, la pobreza, sus cifras y sus causas, son

incompatibles con la dignidad de la persona

1.400 millones de personas sufren pobreza extrema


y 820 desnutrición crónica

 En el mundo, 1.400 millones de personas sufren


pobreza extrema y 820 millones desnutrición
crónica.
 Una de cada nueve personas no puede acceder de
manera regular a una alimentación adecuada y
suficiente.
 En 2018 Manos Unidas aprobó 564 nuevos
proyectos por un valor de 35.903.339 € en 54
países de África, Asia y América para luchar
contra el hambre y la erradicación de la pobreza.
Madrid, 14/10/2019. - Según el último informe de la FAO
(SOFI 2018), se calcula que en el mundo 1.400 millones de
personas sufren pobreza extrema y unos 820 millones
desnutrición crónica frente a los 811 millones del año
anterior.  Esta cifra se ha visto incrementada por tercer
año consecutivo. Esto significa que una de cada nueve
personas no puede acceder de manera regular a una
alimentación adecuada y suficiente.

“El aumento del número de seres humanos víctimas de la


pobreza y del hambre, debe llevarnos a redoblar nuestro
compromiso por un mundo más justo en el que todos
tengamos una vida digna”, asegura Fidele Podga,
Coordinador de Estudios y Documentación de Manos
Unidas. “Manos Unidas lleva 60 años luchando y
contribuyendo para mejorar las condiciones de vida de
millones de personas en muchos rincones del mundo. Y
trabajamos para erradicar el hambre en un mundo que,
paradójicamente, produce alimentos para dar de comer a
casi el doble de la población mundial”, continúa Podga.

La mercantilización de los alimentos, la insostenibilidad


social y medioambiental de la producción a gran escala
como modelo de producción agrícola y la pérdida y
desperdicio de los alimentos son 3 de las principales
causas directas de esta tragedia y a las que Manos Unidas
ha dedicado su trabajo todos estos años.
“El derecho a la alimentación es un derecho y no un negocio.
El resto de derechos fundamentales giran en torno a él y
no puede dividirse ni abordarse de forma aislada”, afirma
Waldo Fernández, del departamento de Estudios de Manos
Unidas. “No se trata sólo de producir de una manera
sostenible, debemos reforzar las capacidades de la
sociedad para defender frente a sus gobiernos este
derecho, que es lo que da fuerza y músculo a todo el
entramado que denominamos Derecho a la Alimentación”,
asevera Fernández.

CONCIENCIA POLÍTICA Y SOCIAL

“El hambre y la pobreza son dos conceptos íntimamente


relacionados que se retroalimentan y erradicarlos es una
cuestión de voluntad, de compromiso y de
sensibilización; de invertir en agricultura y de reformar
las reglas del juego del comercio internacional”,
afirma Marco Gordillo, Coordinador de Campañas de
Manos Unidas.

Por ello, Manos Unidas apela a la responsabilidad de los


gobiernos para que ejecuten programas de lucha contra el
hambre y la pobreza y hace un llamamiento a la sociedad
para que cambie sus estilos de vida y ejerza así una sana
presión sobre los que tienen el poder político, económico y
social.
“El papel de la sociedad civil es crucial para garantizar
que todo el mundo pueda comer. Alimentarse no es un
privilegio de la gente rica ni es una caridad que hacemos a
la gente pobre. Cuando decimos que es un derecho
inherente al ser humano por el hecho de existir, estamos
diciendo que los Estados tienen la obligación de hacer
cumplir este derecho y que el papel de los ciudadanos es
muy importante porque tienen el derecho y la obligación
de exigir a sus gobiernos que creen las condiciones
adecuadas para que todo el mundo pueda comer. Y para
ello, se necesita una sociedad civil muy consciente y
empoderada”, finaliza Gordillo.

Manos Unidas a través de los proyectos de desarrollo que


lleva a cabo junto a sus socios locales, promueve iniciativas
para luchar contra la pérdida y desperdicio de alimentos y
sus consecuencias éticas, económicas y de contaminación; y
fomenta un consumo responsable y una vida más solidaria y
sostenible promoviendo un cambio de hábitos de compra y
consumo que permitan combatir el hambre y la pobreza.

En 2018, la Organización aprobó 564 nuevos proyectos por


un valor de 35.903.339 € en 54 países de África, Asia
y América, para luchar contra el hambre y la
erradicación de la pobreza, de los que se beneficiaron
directamente casi un millón y medio de personas.

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