Bloque 5-Jesucristo Es El Camino

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Tema 37.0.

Introducción al Bloque temático V


JESÚS ES EL CAMINO
Tarea previa del/la catequista:

 Lectura de las páginas 210 al 214 del catecismo “Testigos del Señor”.
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Pág. 225. Jesucristo es el camino

Objetivos:
 Introducción al último bloque del Catecismo “Testigos del Señor”
 Conocer profundamente en qué consiste la vida cristiana y sus exigencias teniendo como modelo a
San Pablo.
 Profundizar en el sentido de los Mandamientos de Dios
 Hacer una síntesis vital de los principales contenidos y de los rasgos de la vida cristiana

1º. INTRODUCCIÓN AL BLOQUE V. REPASANDO


Catequistas, como en cursos anteriores, en este primer día de encuentro, además de saludar a los chicos les
hacemos comprender la importancia de este curso en el que se juegan el recibir el Sacramento de la Confirmación
o no, les introducimos en los contenidos del curso, que no son otra cosa sino una síntesis del vivir cristiano. Lo
que exige el estar bautizados. Ser cristiano no es solo estar bautizados e ir a las reuniones de catequesis, el
bautismo exige un comportamiento en la vida propio del sacramento recibido.
Y para comprender que nuestra vida de fe no es algo inventado recientemente por los curas y las monjas, ni por la
Iglesia de años anteriores. Tenemos que hacerles comprender de un modo definitivo que nosotros formamos
parte de toda una historia de la salvación; y detrás de nosotros vendrán otros que continuarán en ella. Ahora,
para comprender esto, vamos a dar un repaso por todo el temario que hemos visto en los tres cursos anteriores.
Ahora nos santiguamos y ponernos en la presencia del Señor. Comenzamos la catequesis de esta manera:
Les decimos con esta o semejantes palabras: Vamos a abrir el catecismo por las páginas 14-15. Recordad que el
hilo conductor de estos años de catequesis ha sido la Vigilia Pascual, la fiesta de las fiestas de todos los
cristianos. Con las páginas abiertas, preguntamos a los chicos…
 ¿Quién recuerda lo que celebramos en la Vigilia Pascual? ¿Cuándo se celebra? ¿Quién ha participado
alguna vez en esta celebración? ¿Qué se hace?
Es el momento de recordar, que la Vigilia pascual tiene cuatro partes: La luz, lo que veíamos en las páginas 14-
15. El signo visible de la Vigilia Pascual es el Cirio Pascual que luce los 50 días de la Pascua, en las celebraciones de
los bautismos y en los funerales de los difuntos…Porque el Señor es nuestra luz y nuestra salvación.
En las páginas 38-39 volvemos a la Vigilia Pascual y entramos en la segunda parte: La Palabra. En esta Noche
Santa se pueden leer hasta 5 lecturas en las que se reviven las maravillas que Dios ha realizado en favor de la
humanidad; y nos recuerdan la gran historia del amor de Dios, que siempre cumple sus promesas en favor de
todos. En este dibujo de la página 39 vemos a un lector de la Palabra leyendo y las personas, desde sus bancos,
están muy atentos.
Las lecturas de esta Noche Santa concluyen con la lectura del Evangelio que nos narra la resurrección del Señor.
Se lee con una gran alegría y solemnidad… se quema incienso, se canta el aleluya, y se proclama la Palabra de la
Vida. Lo vemos en las páginas 100-101.
 Y nosotros ¿Cuándo vamos a misa, estamos atentos a las lecturas? ¿Leemos alguna vez la Palabra de Dios
o los evangelios en casa? Dialogamos
Hace dos años tratamos la Vida de Jesús de Nazaret. ¿Lo recordáis? Y hacemos un repaso rápido por cada uno de
los temas, explicando brevemente…. Conocimos la infancia de Jesús (pág. 104-105)… durante dos temas
conocimos a la Virgen María como madre de Jesús y madre de Dios. Conocimos el nacimiento de Jesús y cómo
creció el Hijo de Dios, también estudiamos su bautismo (tema 20). Las obras que hizo en los años de su vida
pública… nos habló en parábolas e hizo milagros. El mensaje central de su vida era que el Reino de Dios estaba
en medio de nosotros (tema 21) Y así llegamos a conocer, en profundidad, la Pasión del Señor. Jesús de Nazaret
murió en la cruz para cumplir la voluntad de Dios que no es otra cosa que unir lo que Adán había roto con el
pecado, la relación entre Dios y el hombre. ¡Por la cruz del Señor estamos salvados!
 Vamos a hablar: ¿En este curso os ayudamos a conocer más profundamente a Jesús de Nazaret? ¿se ha
notado en algo en vuestras vidas? ¿Rezáis más? ¿Vais habitualmente a misa a celebrar la fiesta de su
resurrección? ¿os portáis mejor en casa y con los amigos? Dialogamos.
Cuando Jesús resucitó, nos prometió que no nos dejaría solos… que nos enviaría al Espíritu Santo. Y a través del
Espíritu nació la Iglesia. (Lo recordamos en la página 141). ¡Qué importante es conocer al Espíritu Santo! ¡¡ A la
Tercera Persona de la santísima Trinidad!!
Así nos introducimos en el curso pasado en el tercer año recordando la importancia de nuestro bautismo, y la
renovación de la fe que celebramos en la Vigilia Pascua. (Lo vemos en las páginas 146 y 147). Este día, en torno a
la Pila Bautismal renovamos la fe. Aquella que hemos recibido de nuestros padres y abuelos, y ellos a su vez de
sus antepasados. La fe es la que tenemos que cuidar y custodiar entre todos.
La parte del bautismo en la Vigila, nos introduce al conocimiento del Espíritu Santo y de la Iglesia. Estuvimos
hablando de lo que ocurrió sobre los apóstoles el día de Pentecostés (pag.151) dando lugar al nacimiento de la
Iglesia. Desde entonces, creemos que el Espíritu Santo se hace presente en nuestras vidas, en cada momento, en
cada acontecimiento, en cada persona. También, en el curso pasado, hablamos de que gracias al Bautismo
recibido, todos somos Pueblo de Dios que afirmamos nuestro creer en la Iglesia de Jesucristo. Y conocimos de
cerca a algunos personajes bíblicos como San Pedro (lo recordamos viendo las paginas 166-167). Pedro se puso al
frente de la Iglesia cuando Jesús ascendió al cielo. En los temas siguientes vimos como vivían los primeros
cristianos, y como alguno de ellos, como Felipe, lo dejaron todo por seguir a Cristo, ya resucitado.
Y por fin terminamos el curso hablando de los sacramentos, son 7 ¿verdad? ¿Quién los recuerda? Decíamos que
Cristo sale al encuentro de nosotros en cada sacramento que recibimos… y acabamos el curso hablando del
cielo, del infierno, de los ángeles, de los demonios, de todo aquellos que impiden desarrollar nuestra fe.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL BLOQUE V
2.1. EN TORNO DE LA IGLESIA Y LOS SACRAMENTOS
Una vez hecho el repaso del contenido de los tres últimos años, nos encontraremos con el contenido de este
cuarto año que los chicos van a conocer a lo largo del curso. Para ello, de nuevo, movemos las páginas del
catecismo de arriba y abajo. Este movimiento de hojas es pedagógico, y pretende que los chicos comprendan que
todo el catecismo es una unidad a la que vamos consultando según nos vaya haciendo falta. Y les invitamos a
abrirlo por la página 211.
Lo primero que reconocemos es el color. Hacemos con ellos un diálogo de lo que ven en la página y les
preguntamos que nos sugiere esa imagen que vemos al lado derecho, abrimos página 210. Dejamos que hablen.
Seguramente dirán, camino, andar, campo, rojo, fuego, llama, limpieza, vida, si no lo hacen los ayudamos
nosotros…. Luego continuamos diciendo: Que os parece si recordamos los colores centrales que nos han
acompañado hasta ahora. En las páginas 12-13, Naranja. Luz-Fuego / en las páginas 36-37, Verde: La creación, la
vida que nos trae la Palabra. Págs. 89-89: Lila, morado: el color de la conversión, de querer ser mejor. En la
página 144 el azul como color principal. El agua, la vida, el bautismo, la nueva vida…. Ahora, en esta página, en la
211 viene el color rojo como el principal, el color que nos acompañará en los rótulos de los temas, en los
anuncios, y sobre todo porque el rojo, como hemos dicho, es el color del Espíritu Santo. Su presencia es la que
nos hace creer y sentirnos todos como hermanos. Leemos el bocadillo de la página 210 con la leyenda bíblica que
nos habla de la vida del cristiano; si en verdad creemos en el Señor, y esperamos en Él, tenemos que vivir los
Mandamientos. Si los vivimos y los guardamos, como dice San Juan, se conocerá que somos hijos de Dios.
Después de haber contemplado la página y de lo que nos indica. Vamos a leer los contenidos de la cuarta parte.
Los encontramos en la página 211. Lo lee un niño. Y les hacemos comprender la importancia de esas preguntas,
son las que se hacen muchas personas y a las que nadie les contesta. Nosotros encontraremos muchas respuestas
durante este curso.
Y luego les aclaramos: Fijaos que temas tan profundos vamos a ver este año; ya empezáis a ser mayores, y en
vosotros han surgido nuevos acontecimientos que perturban vuestra conciencia. Estáis en la adolescencia y
entrando en la novedad de nuevas curiosidades. Vuestros cuerpos van creciendo, pero nosotros somos cristianos
que tenemos que dar un sentido a ese vivir, a ese crecer ¿verdad? Seguro que habéis oído hablar o habéis
conocidos a chicos y chicas que han fumado un porro, otros que juegan a ser mayores, otros que contestan y
hacen sufrir a sus padres, otros que buscan y miran en el móvil cosas que no harían delante de un mayor. Ahí,
se va configurando nuestro crecer, y no lo podemos hacer al margen de los creemos y que es bueno para el
hombre.
Este curso nos ayudarán a vivir como cristianos, veremos como el camino para ser plenamente feliz; es el
camino de las Bienaventuranzas; luego veremos cuatro elementos que son fundamentales en nuestra vida: la
libertad, la conciencia, la ley y el pecado. Y acabaremos el temario repasando uno a uno los Diez
Mandamientos y confrontando nuestra vida con lo que Dios nos pide.
Os invito a pasar la página a la 213 y mirad… nos volvemos a encontrar con la Vigilia Pascual. Ahora estamos en el
cuarto momento; el de la Comunión. Uno de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia es “comulgar por
Pascua de Resurrección”. Mucha gente comulga en esta noche Santa porque es la noche más grande de nuestra
fe. Es la noche de la resurrección y Cristo resucitado se hace presente en el pan que se nos da en comunión.
Aunque es una pena que pudiendo comulgar cada domingo, lo dejemos solo para una vez al año. Eso sí, recordad
para poder comulgar bien antes hay que estar confesando y en paz con Dios.
Vamos a leer ahora en la página 214, fijándonos en la importancia que tiene la noche de Pascua.
3º LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
 Terminamos nuestra catequesis de hoy leyendo la invitación que a todos los catequistas nos hace el Papa
Francisco, nos dice así (lo lee su catequista) “Transmitamos a los niños y adolescentes la belleza de recibir y
vivir la fe en la Iglesia y animémoslos a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia
física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia, en un constante cuerpo a cuerpo.
La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de si, de la pertenencia a la comunidad,
del servicio de la reconciliación con la carne de los otros” (Evangelii gaudium nº 80)
Y ahora hagamos estas peticiones
 Oremos por todos los catequistas de confirmación, para que sientan la presencia del Espíritu Santo en
su obrar catequético. Roguemos al Señor
 Por los chicos y chicas de catequesis para que abran el corazón a recibir conscientemente la presencia
del Señor en sus vidas. Roguemos al Señor.
 Por nuestros padres, para que nos ayuden en el crecer de nuestras vidas de fe. Roguemos al Señor
Tema 37.1. PABLO, ESCOGIDO PARA ANUNCIAR (1ª sesión)
Tarea previa del/la catequista:

 Lectura del tema 37 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 214-219
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 227-230

Objetivos:
 Conocer la figura del apóstol San Pablo
 Asimilar que el encuentro personal con Cristo es el encuentro clave para anunciarle.
 Conocer el significado del acontecimiento de Pentecostés y ubicar su celebración en el año litúrgico.
 Valorar el aliento del Espíritu Santo en nuestra oración.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA

Introducimos el tema del siguiente modo: Comenzamos esta nueva etapa catequética conociendo más cerca un
personaje histórico muy querido y conocido por todos. Es San Pablo. (Podemos entablar un pequeño coloquio
con los chicos para ver qué recuerdan de este gran apóstol de los gentiles). Dejamos que ellos hablen. De años
anteriores, o de misa, ¿Qué recordáis de San Pablo? Nosotros podemos intervenir para aclarar o rectificar.
Cuando se haya hablado suficiente les invitamos a abrir el catecismo por la página 214. Y contemplamos la
imagen…

Después les podemos aclarar con estas o semejantes palabras: Esta imagen corresponde a San Pablo es una
escultura que se encuentran en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Lo que vemos en su mano izquierda es un
pergamino, que representa el Evangelio que él se dedicó a predicar desde su peculiar encuentro con Cristo
resucitado. Pero como san Pablo es un personaje histórico muy importante para nuestra fe, lo vamos a conocer
bien. Si os fijáis en los ojos de la escultura ¿hacia dónde van dirigidos? Efectivamente hacia la Palabra que tiene
que predicar; y en su cara podemos ver su carácter duro, fuerte. No era un chichiribaila, era un auténtico hombre.
Un hombre hecho y derecho que se encuentra con Jesús y abandona su vida por Él. Cuando Pablo se queda ciego,
Ananías, a quien el Señor lo mandó para cuidarle, le dijo, lo que está escrito en el cuadro naranja... ¿Quién lo lee?

También nosotros debemos de ser testigos de los que hemos visto y oído en estos tres años especiales de
catequesis. ¿Habéis tenido la oportunidad de anunciar a Cristo en algún momento? ¿O de defenderle cuando se
meten con Él o con la Iglesia? (raramente algún chico contará su experiencia, seguramente porque no la han
tenido, es el momento de preguntarles que para qué están aquí si no son capaces de defender lo que creen?
¿Preguntarles que si van a seguir así no es mejor no recibir el Sacramento de la Confirmación, para no engañar a
nadie? Prepararnos para confirmarnos es prepararnos para ser testigos del Señor Resucitado. Terminamos
diciendo que San Pablo es quien nos provoca nuestra vivencia cristiana.)

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA

Una vez terminado el diálogo, seguimos leyendo la página 215. Donde nos cuenta la narración de lo que le
sucedió a San Pablo cuando se encontró con Jesús resucitado. Leemos toda la página.

Al terminar, les explicamos con nuestras palabras lo que hemos leído y después mantenemos un amplio diálogo
sobre ello.

Podemos decirles; lo que acabamos de oír fue lo que le sucedió a San Pablo, pasó de ser perseguidor de los
cristianos, e incluso estuvo presente en la muerte del diácono San Esteban. Era auténtico odio lo que sentía por los
cristianos, y se convirtió en un verdadero cristiano. Un día, de pronto, una luz cegadora le derribó del caballo
cuando iba de camino a Damasco, diciéndole: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”. Era Jesús resucitado el que se
le apareció a San Pablo.

Hemos leído que se quedó ciego, allí, unos seguidores de Jesús, unos cristianos de Damasco recogieron a Pablo, le
hablaban de Jesús, a quién él perseguía; y a los pocos días, el mismo, pedía ser bautizado. Ananías fue el
que le bautizó.
Desde aquel momento Pablo se convirtió, de perseguidor tenaz de los cristianos, en un apóstol,
defensor del Evangelio. A partir de aquel día comenzó a predicar el Evangelio, primero en las sinagogas
y luego por todo el Mediterráneo, viajando incansablemente. Incluso hizo el proyecto de venir a España.
En una carta que escribe a la Comunidad de Roma (en el año 56), les dice:

“Ahora, no teniendo ya campo de acción en estas regiones y deseando vivamente desde hace muchos
años ir donde vosotros, cuando me dirija a España espero veros al pasar [...] Así que una vez terminado
este asunto y entregado oficialmente el fruto de la colecta, partiré para España” (Ro. 15, 23-28).

Podemos mantener un dialogo grupal sobre la persona de Pablo, a quien ahora conocen bien. Les
podemos preguntar: ¿Qué os parece lo que le ocurrió a San Pablo? ¿Qué quiere decir el Señor con la
pasajera ceguera de Pablo? ¿Y sobre su intención e venir a España?

Seguimos aclarando con nuestras palabras: Pablo fue testigo de la Resurrección, porque el Resucitado se
le apareció y el encuentro con él le cambió radicalmente la vida. Ya no pudo dejar de anunciar lo que
había visto y oído, e incluso dar su vida por Jesús.

Para aclarar leemos lo que es una “sinagoga” en la columna de la página 215.

3º. LOS VIAJES DE SAN PABLO

Pasamos ahora a las páginas 218-219 para ver de modo ilustrado “los viajes de san Pablo”. Les
invitamos con estas palabras a que abran las páginas correspondientes para conocer los viajes que san
Pablo hizo para anunciar a Jesús Resucitado: Vamos conocer los cuatro viajes que hizo San Pablo por el
Mediterráneo, para recorrer algunos lugares como Galacia, Grecia, Éfeso… hacemos una lectura
detenida y lo comentamos en el mapa.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL

Para ser testigos del Señor, tenemos que estar llenos de Él, y para estar llenos de Él tenemos que pedir la fuerza
del Espíritu Santo, por eso terminamos nuestra catequesis rezando una oración al Espíritu Santo, la encontramos
en la página 310.
Tema 37.2. PABLO, ESCOGIDO PARA ANUNCIAR (2ª sesión)
Tarea previa del/la catequista:

 Lectura del tema 37 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 148-151
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 214-219

Objetivos:
 Conocer la figura del apóstol San Pablo
 Asimilar que el encuentro personal con Cristo es el encuentro clave para anunciarle.
 Conocer el significado del acontecimiento de Pentecostés y ubicar su celebración en el año litúrgico.
 Valorar el aliento del Espíritu Santo en nuestra oración.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA

Hoy vamos a comenzar la catequesis con un rato de oración meditativa, bien preparada, podemos poner unas
velas encendidas con una Biblia también abierta; alguna música tranquila con el móvil. Puede ser muy importante
hacer esta oración para que conozcan más profundamente la persona de San Pablo y sigan su camino
profundizando en la conversión, así como para mover el corazón y el deseo del grupo hacia el encuentro con
Cristo.

Podemos llevar este esquema. Sentamos a los chicos, creamos ambiente de oración e invitándolos a ello.
Encendemos las velas, ponemos la Biblia. Controlamos la respiración y les leemos la vocación de San Pablo que
recoge el Libro de los Hechos de los apóstoles 26,14-16, se trae todo preparado. Y como meditación se hace la
oración del apartado “Solo somos cristianos si nos encontramos con Cristo”. Todo lo leerá su catequista.
Dejamos tiempo para que respondan internamente a las preguntas. No durará la oración más de 15 minutos

Una vez terminada la oración, se recoge todo el material, les invitamos a sacar los catecismos, y entonces
revisamos el rato de oración que hemos tenido.

Después les invitamos a abrir el catecismo por la pagina 216. Antes de leer se lo introducimos con estas o
semejantes palabras: Cuando San Pablo sintió la llamada del Señor, su vida cambió radicalmente, y se convirtió en
testigo del Señor. San Pablo comprendió perfectamente que Dios cumple sus promesas; el anuncia que lo más
importante es que Jesús, el Mesías, prometido, y descendiente de Abrahán y David, es el Hijo de Dios que nos ha
salvado muriendo y resucitando por nosotros. Así se cumplieron todas las escrituras. Esto era el centro de su
mensaje

San Pablo llegó a escribir 13 cartas contando esto, el Misterio de la Muerte y Resurrección del Señor por nosotros.
Vamos a leer con más detalle todo esto en la columna de la página 216.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA

Como vemos la predicación principal de San Pablo, no es su propia vida, si es apóstol es para que anuncie a
Cristo muerto y resucitado, y para explicar que con este hecho las promesas de Dios ya se han cumplido. Y este
mensaje lo lleva san Pablo recorriendo países que no conocía, ni lenguas que hablaba, pero siempre encontraba
formas de llegar a los oyentes y decirles que el Señor los quería y que había entregado a su propio Hijo por ellos.
Cuando Pablo creaba pequeñas comunidades de cristianos en las ciudades, después cuidaba de ellas, y les
enviaba cartas una veces para animarlos, otras para corregirlos, otras para que se ayudarán unos a otros….

Lo leemos en la página 216 y nos damos cuenta de lo importante que fue la persona de San Pablo para la
expansión de la Iglesia.

 Diálogo: El desarrollo del tema nos dispone a lanzar algunas preguntas al grupo.

 Y vosotros ¿os sentís evangelizadores en vuestros ambientes?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿nos cuesta?
Hablamos sobre ello. Les animamos a ser evangelizadores como san Pablo lo fue.
 Vosotros sabéis que hay chicos y chicas de vuestra edad que han abandonado la fe, que no quieren
saber nada de esto. ¿Lo sabéis? Pues san Pablo se dirigía a estas personas principalmente, e iba a las
plazas y calles donde le vieran y también donde corriera el riesgo de poder ser rechazado. ¿Pensáis
que juntos podríamos hacer un proyecto evangelizador para estos jóvenes alejados de la fe? ¿”Cómo
podríamos montar nuestro viaje misionero particular”? ¿A quién nos dirigiríamos? ¿En que podría
consistir? ¿Cuándo lo podríamos hacer?

Mientras que lo pensamos, yo os voy a explicar una experiencia misionera de jóvenes que se hace en algunos
sitios; se llama “Centinelas de la noche”. Esto lo hace un grupo de jóvenes con sus sacerdotes, consiste en tener
las puertas de la iglesia abiertas por la noche, para que todas las personas que quieran dedicar un momento a la
oración, la meditación, el silencio y el diálogo con el Señor Sacramentado. En un momento, los jóvenes salen con
invitaciones a los bares, los pubs, las plazas y buscan a otros jóvenes para que vayan a visitar al Señor. En esta
invitación hay muchas sorpresas. Hoy, los verdaderos apóstoles entre los jóvenes son los mismos jóvenes que
invitan a encontrarse con el Señor.

Algo así podríamos hacer con los chicos y chicas que están alejados de la fe. ¿Qué es parece esta propuesta?
¿Tenéis otra propuesta que podemos hacer como hacer como testigos del Señor? (Podríamos quedar hoy en
alguna propuesta o bien que la traigan escrita en su Cuaderno de Vida para la próxima semana).

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL

Leemos la página 217, el apartado Orar con San Pablo. Al terminar podemos decirles estas palabras: Muchas
veces habéis escuchado de vuestros catequistas la importancia de la oración para la vida del cristiano, hemos
leído cómo San Pablo oraba dando gracias a Dios; pero lo más importante es que Dios nos ayuda a orar si nos
ponemos en sus manos. Podemos orar por la mañana por la noche, algunos minutos, si es posible cerca del
Sagrario. Para entrar en relación con Dios debemos poner nuestro tiempo a su disposición, no ir con prisa.

Hoy chicos, hemos orado al principio con San Pablo; hemos oído su vocación y hemos conocido sus viajes y
también queremos hacer suyo nuestro proyecto misionero y por último nos ha enseñado a orar. No olvidemos
nunca a San Pablo y recordad que casi todo los domingos, en las segundas lecturas, leemos un trocitos de una de
las cartas de san Pablo a una de sus comunidades

Nos cogemos ahora de las manos y juntos oramos la oración que Cristo nos enseñó.
Tema 38.1. TENED LOS SENTIMIENTOS DE CRISTO JESÚS (1ª sesión)
Tarea previa del/la catequista:

 Lectura del tema 38 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 148-151
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 231-234

Objetivos:
 Reconocer que ser cristiano implica seguir a Jesús con una vida moral recta.
 Comprender el sentido del texto de las Bienaventuranzas.
 Conocer las normas que deben seguir siempre la conciencia.
 Descubrir y memorizar las virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Vamos a comenzar hoy la catequesis trabajando, en primer lugar, el título del tema. Si no comprendemos su
inicio, no podremos comprender su contenido. El tema 38 es muy elevado en contenido e incluso en
terminología; por esto, la persona que dirija hoy la reunión tiene que estar muy seguro de lo que va a afirmar y lo
tiene que transmitir haciéndolo con seguridad, no se puede interpretar el texto como uno quiera: hay que ser
fieles a la transmisión de la fe. Es difícil el tema pero es bellísimo.
Comenzamos invitando a los chicos a que abran su catecismo por las páginas 220-221, y comenzamos leyendo el
título: “Tened los sentimientos de Cristo de Jesús” y les preguntamos que les sugiere esta afirmación, que nos
querrá decir o a qué nos invita. Después de hablarlo en grupo, aclaramos con estas palabras: Mirad, esta hermosa
expresión la dijo san Pablo, al que hemos conocido durante estas semanas pasadas, y lo escribe en una carta
dirigida a unos amigos de Filipo, a los filipenses, el estaba preso por Cristo Jesús, seguramente en la cárcel de
Roma, y desde allí, saca tiempo para pensar más en los demás que en sí mismo y escribe una carta a los filipenses
para darles ánimos, sabéis que esta comunidad que él fundó está bien, está funcionando… por eso les indica una
invitación nueva “Tened los mismos sentimientos que Cristo Jesús”. ¡Es lo que os falta! ¡Vivir como el Señor
vivió!
Esta actitud de Pablo nos hace una llamada de atención a nosotros para que veamos que él, a pesar de vivir
momentos de dolor, de sufrimiento, y de tribulación (está en la cárcel), se acuerda de las necesidades de los
demás (en este caso de los filipenses). Y para nosotros es una invitación a preocuparnos más de los demás, de las
personas que están sufriendo a nuestro lado, de las que lo están pasando mal; quizás en nuestro propio ambiente
conocemos a personas que lo pasan mal… ¿conocéis a alguien? (Comenzamos un diálogo con los chicos).
¿Conocéis a alguien que lo esté pasando mal y a quien podemos echarle una mano? ¿Conocemos situaciones o
personas que, alguna parte del mundo, estén sufriendo? ¿Qué podemos hacer por ellos?
Una vez, mantenido el diálogo invitamos a contemplar la imagen de la página 220; y les preguntamos qué tiene
que ver esa imagen con el tema que estamos hablando. (Seguro que hablarán que ahí hay un fraile ayudando a
unas personas y que el tema que estamos hablando es el de estar pendiente del sufrimiento del que tenemos al
lado) Después de dialogar les explicamos que: Esta imagen fue un hecho real, ocurrió en Granada en el año 1549.
En Granada había un hospital para pobres, moribundos, personas sin ningún medio, y resulta que el hospital Real
de Granada salió ardiendo por completo; en aquella época las construcciones eran de madera y adobe, y
enseguida el hospital ardió como una antorcha; un hombre, un gran hombre que pasaba por allí, y se llamaba
Juan de Dios, se metió entre las llamas y empezó a sacar enfermos, tullidos, pobre gente que estaba sola…. Y no
sólo eso, después de sacarlos, los cuidaba el mismo, y pedía para darles de comer. Daos cuenta que era un
hospital de pobres. Tal fue su fama entre los granadinos, que mucha gente le ayudó y reconstruyó aquel hospital y
además, otros jóvenes que iban a ayudarle a limpiar heridas y a cambiar ropaje, se iban quedado con él. Y así poco
a poco, Juan de Dios fundó una comunidad de religiosos dedicados a los más pobres de Granada. Su fama se sigue
extendiendo por toda la tierra, y este cuadro que vemos en la página fue pintado por el pintor Manuel Gómez-
Moreno en 1880. Es decir, que casi 300 años después le siguen pintando recordando la gran obra que hizo San
Juan de Dios en Granada. Si hoy vais a esta ciudad, podéis entrar en el hospital de San Juan de Dios, sigue
existiendo en el mismo sitio, eso sí, mucho más mejorado y hoy atienden a personas especialmente con trastornos
psiquiátricos y que están abandonados. Su obra sigue latente entre nosotros.
Podemos tener un dialogo si la explicación anterior la sugiere. Después seguimos y aclaramos
El texto de la página 220 ¿Quién lo quiere leer? Este texto también es de San Pablo, en una carta que dirige a su
amigo Filemón, al que había puesto al frente de una de sus comunidades. San Pablo da gracias a Dios porque ha
escuchado que Filemón tiene mucho amor y mucha fe en el Señor Jesús. La fe y el amor en el Señor Jesús fue lo
que llevó a San Juan de Dios a hacer aquella labor; nosotros también estamos llamados a vivir esto, vivir en el
gran amor al Señor.
Aclaramos, si hay que aclarar algo, y profundizamos en la materia.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA
Se invita a que un chico lea el primer párrafo de la página 221. Después preguntamos qué han entendido.
Mantenemos un diálogo y aclaramos y explicamos con estas palabras:
Como habéis leído hemos hablado de la libertad. Todos somos libres. Y esa libertad nos viene de que somos
imágenes de Dios, somos inteligentes, libres, personas aptas para dirigirnos hacia la verdad, el bien, la belleza,
capaces de amar y con deseos de ser felices. ¿O no es así? Preguntamos. Todo nos viene de Dios. Si somos
inteligentes, es porque participamos de la inteligencia de Dios, si somos buenos es porque participamos de la
bondad de Dios, y si somos libres, es porque participamos de la libertad de Dios. Por, eso, porque somos
imágenes de Dios tenemos que amar la verdad, porque Dios es la Verdad, tenemos que amar el bien porque Dios
es todo bien y tenemos que buscar lo belleza, porque en Dios se reúne todo lo bello. Lo que vemos de bello, es
apenas una pequeñísima parte de la belleza de Dios…. Pensad en un amanecer, ¡lo bonito que es! Pues Dios es
impresionantemente más bello que ese amanecer; fijaos en la bondad de san Juan de Dios, pues Dios es
infinitamente más bueno que lo que hizo San Juan de Dios. Y somos imágenes de Dios, porque todas las personas
hemos sido creadas a imagen de Dios, y nuestra vocación de cristianos es responder cada día mejor con amor al
amor de Dios. Esta explicación, que es muy importante que la aprendáis, la vimos hace unos años en este mismo
catecismo, en el tema 8. Vamos recordarlo y leemos la página 57 y la columna referida “al alma humana”.
Hemos leído este apartado del tema 8 para que recuerden que el hombre es cuerpo y alma, y que hemos sido
creados a imagen de Dios; todo esto por pura gratuidad, porque Dios ha querido que fuera así y nos ha aceptado
como hijos suyos.
Intentamos que los chicos hayan asumido esta idea principal, que somos hijos de Dios, porque Dios ha querido,
nos ha creado a su imagen y semejanza y todo lo bueno y santo que hacemos es una pequeña participación de su
grandeza.
Damos un paso más. Dios nos ha hecho libres, y es lo más importante de la creación de Dios en nosotros. Dios
no quiere libres para que en todo lo que hagamos y vivamos seamos imagen pública de Él. Muchas veces los
cristianos decimos que una cosa es el creer y otra el vivir; pero no es verdad, nuestro vivir tiene que venir
determinado por nuestro creer. No podemos decir que somos creyentes si luego hacemos de nuestra vida lo que
queremos; si luego nos aprovechamos de las personas, o se explota al trabajador. Si somos cristianos se nos
tienen que notar en la vida ordinaria, normal. En vuestro centro de estudios ¿Qué diferencia hay entre un
cristiano y un no cristiano? Sin duda, ninguna, pero hay algo que se debe notar en mi ser cristiano. Aclaramos esta
explicación leyendo la columna de la página 221.
Seguimos diciendo con esta o semejantes palabras; En este camino de libertad y responsabilidad, el hombre es el
único responsable de sus actos; de su aceptación de Dios o no; de su vida cristiana o apartado de la vida de fe…
todos actuamos en libertad; todos hemos tenido la oportunidad de elegir entre dos caminos, entre dos actos,
entre dos compromisos… pero no siempre hacemos lo bueno y lo mejor. Lo acabamos de leer. “El hombre es
plenamente libre cuando elige lo que es bueno para sí mismo y para los demás, lo justo, lo verdadero, lo que
agrada a Dios”.
Seguimos profundizando en el tema y les decimos con estas palabras: En nuestro actuar, en las decisiones que
tomamos, tenemos la CONCIENCIA, que es la capacidad de reconocer la verdad y someterse a ella. Lo leemos
primero y después hablamos de ella. Lo leemos en el segundo párrafo de la página 221.
Una vez leído, aclaramos: Y podemos hacerlo preguntándoles… ¿Cómo definiríais vosotros la conciencia?.
Dejamos que hablen y explicamos:
La conciencia es esa voz interna, que sin oírla nos dice lo que está bien o lo que está mal de lo que hacemos;
como ha dicho el tema, es como una luz que ilumina nuestro corazón para que no hagamos lo que pensamos
hacer y que está mal, o bien esa conciencia nos lleva a seguir por ese camino del bien. La conciencia, cuando nos
dejamos guiar por ella, es nuestra verdadera consejera. Pero no la podemos manipular, y en cambio la debemos
educar con la Palabra de Dios y con la enseñanza de la Iglesia, algunas veces deberíamos asesorarnos y preguntar
a alguna persona mayor o algún sacerdote para que nuestra conciencia fuera recta. ¡Qué importante es tener
una conciencia recta y veraz!.
El mismo San Pablo le dijo a los Filipenses que “el amor brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de
una fe sincera”. ¿Qué pensáis? ¿Cómo tenemos nuestra conciencia? ¿la hacemos caso?. Dios está ahí, se nos
comunica por nuestra misma conciencia. Sí, es la voz de Dios.
Ahora leemos el tercer y cuarto párrafo para seguir hablando de la conciencia y las leyes. Después de leerlo
seguimos diciendo:
Efectivamente, Dios ha inscrito en nuestro corazón la inclinación hacia el bien, somos hijos de Él; el mal no sale
nunca de Dios, porque Dios no tiene nada de mal, Él es el mismo Amor. Y al crearnos nos inclinó para hacer todo
bien. Pero como somos de naturaleza pecadora, nos inclinamos al mal algunas veces.
En los tiempos de mi primera juventud, leyendo la Biblia, descubrí un texto de San Pablo que me hizo mucho bien.
Me ayudó a entender lo que me pasaba, porque yo tenía buenas intenciones… pero… malas obras.
Es de la Carta que San Pablo dirige a los Romanos. Dice textualmente:
“Porque sabemos que la Ley es espiritual, pero yo soy carnal, y estoy vendido como esclavo al pecado. Y ni siquiera
entiendo lo que hago, porque no hago lo que quiero sino lo que aborrezco. Pero si hago lo que no quiero, con eso
reconozco que la Ley es buena. Pero entonces, no soy yo quien hace eso, sino el pecado que reside en mí, porque
sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no
el realizarlo. Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero cuando hago lo que no quiero, no
soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí.
Entonces, y siempre, me impactó la cruda realidad con la cual es descrito el drama interior. Es en mi interior
dónde se produce el combate. Y se da en la desconexión humana entre la inteligencia (sé lo que tengo que hacer)
y la voluntad (hago el mal que no quiero). Es el interior dividido, la carne débil, la concupiscencia triunfante. Y
uno está, muchas veces de tal manera que parece que fuera solamente un mero espectador de lo que ocurre en
mi vida. Pues ahí está la conciencia, para controlar lo débil de nuestra naturaleza.
Pero como Dios nos conoce en esa debilidad, nos mandó sus leyes para que nosotros, junto a nuestra conciencia y
nuestra libertad, vivamos el camino del bien. Por eso entregó los “10 Mandamientos” a Moisés. El pueblo de
Israel era pecador, dejaba al Señor muy a menudo y hacía lo que quería, por eso Dios les enseñó el camino hacia
Él con los 10 Mandamientos que ya conocemos. Los Mandamientos nos sirven a nosotros para seguir al Señor y
analizar cómo vamos en nuestra vida.
Pero Jesús nos enseñó que los “10 Mandamientos” se pueden resumir en dos “Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y al prójimo como a uno mismo”. En estos 2 mandatos del
Señor no sólo se resumen los 10 mandamiento de Moisés, sino que esta es la Ley Nueva que todos debemos
vivir y buscar. El Evangelio es el camino de la Salvación, del bien, de lo bueno. Jesús es el Evangelio y vivir con
amor a Jesús es hacer lo mismo que el hacía. Sentir sus mismos sentimientos, caminar cerca de Él pidiendo el
Espíritu Santo y así se conocerá la verdadera alegría.
Terminamos de leer el quinto párrafo de la página 221. Y podemos comentar entre todos lo que hemos visto del
tema, todo lo que hemos hablado de la libertad, de ser Hijos de Dios, de la conciencia interna, de leyes que nos
llevan en camino de Dios…. ¿Cómo los vivimos nosotros?. Recordad los 10 Mandamientos y preguntarles si lo
viven de verdad.
3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
Para terminar abrimos el catecismo por la página 318 y rezamos la oración del Acto de Caridad.
Tema 38.2. TENED LOS SENTIMIENTOS DE CRISTO JESÚS (2ª sesión)
Tarea previa del/la catequista:

 Lectura del tema 38 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 148-151
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 231-234

Objetivos:
 Reconocer que ser cristiano implica seguir a Jesús con una vida moral recta.
 Comprender el sentido del texto de las bienaventuranzas.
 Conocer las normas que deben seguir siempre la conciencia.
 Descubrir y memorizar las virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Seguimos profundizando el tema que iniciamos la semana pasada. Podemos hacer un recordatorio a los chicos de
la primera parte del tema 38; de cómo estamos llamados a tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús y cómo
Dios nos creó haciéndonos hijos suyos, nos creó a su imagen… en esa creación nos dio el cuerpo y el alma, y en el
alma ha puesto la conciencia personal, donde Dios se nos revela como una luz, para que hagamos siempre el bien
y evitemos el mal. Como el Señor sabe que es un camino difícil, nos puso una norma para que ahí, en los Diez
Mandamientos, enfrentáramos nuestra vida y supiéramos cómo vamos caminando por el camino del Señor.

Después de recordarles la primera parte del tema entramos en la segunda parte que comienza con las VIRTUDES
TEOLOGALES. Invitamos a los chicos a leer el apartado “La fe, la esperanza, el amor, la más grande es el amor”.
Leemos y al terminar explicamos con nuestras palabras: Mirad chicos, para ser y vivir como Hijos de Dios,
necesitamos la asistencia del Espíritu Santo… ¡Cuánto hemos hablado en estos años del Espíritu Santo! Pues Él, es
el que nos posibilita el vivir como hijos de Dios; sin Él, no somos nada. Si pedimos al Espíritu Santo que nos ayude,
y se lo pedimos de verdad en la oración, Él nos transformará interiormente y nos dará las virtudes que nos
vinculan a Dios. Pero esto es solo posible si se lo pedimos al Espíritu Santo. Las virtudes que nos da son Fe,
Esperanza y Caridad. Por la Fe creemos en Dios y en su Iglesia, y en todo lo que nos ha revelado el Señor. Por la
Esperanza deseamos con firmeza la vida eterna donde viviremos con Él y mientras tanto lucharemos por un
mundo más justo; y la Caridad que nos hace que amemos a Dios sobre todas las cosas y a nuestros prójimos como
a nosotros mismos.

La Caridad es la más importante y es el vínculo o la relación entre las tres.

En el proceso catequético ahora se convierte en muy importante el testimonio de su catequista. Facilita que los
chicos tengan un modelo cercano como ejemplo de virtudes y como referencia para la formación de la
conciencia. Su catequista puede explicarles su propio recorrido de fe; lo que significa para su vida las virtudes de
la Fe, la Esperanza y la Caridad…. Puede hablar a los chicos de su relación con el Espíritu Santo que es el dador de
todo bien.

Después de dar su testimonio, el catequista les invita a memorizar las tres virtudes teologales y su sentido; es
bueno que ahora les preguntemos a ellos sobre las virtudes, su definición y su sentido. Hagamos énfasis en
hablarles que sólo es posible con la asistencia del Espíritu Santo.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Ahora seguimos adelante con el tema de las “Bienaventuranzas”.

Comenzamos invitando a los chicos a leer el apartado: “las Bienaventuranzas, la auténtica vida cristiana”. Una
vez leído les explicamos con nuestras palabras:

Seguramente nos ha extrañado alguna de las expresiones que acabamos de leer en las Bienaventuranzas, como el
llorar, el sufrir o el ser perseguido para ser feliz, es verdad. Pero desde que el hombre es hombre siempre ha
estado en la búsqueda constante de la felicidad, y todo lo hace girar en torno a ella, esta necesidad no ha
cambiado a través del tiempo, ya que desde siempre, en el mundo, el tener más riquezas y un mayor poder, ha
supuesto tener mayor bienestar y fama.
En contraste a este concepto, nos encontramos con que, la felicidad según Dios, es movida más bien por
sentimientos internos que se experimentan y causan bienaventuranza en la persona. Lo tienes que sentir
realmente en tu corazón.

Es por esta razón que Jesucristo pronuncia las Bienaventuranzas, desde el Monte de las Bienaventuranzas, un
lugar cerca del Mar de Galilea, ante sus discípulos y una gran cantidad de fieles, con el único fin de corregir los
pensamientos de lujuria y codicia que tenían, y enseñándoles que las personas más felices no son los más ricos y
poderosos, sino los más humildes, misericordiosos y los que aman al prójimo.

Cristo señala el camino de las Bienaventuranzas como el único camino para ser plenamente felices.

Junto con los mandamientos de la Ley de Dios, las Bienaventuranzas son la principal referencia de vida para los
cristianos. Es decir, cuanto más bienaventurados seamos, más cerca estamos de Dios; cuantos más
mandamientos cumplamos más unidos estaremos a Él.

Podemos mantener un diálogo con los chicos del grupo preguntándoles sobre si el dinero da la felicidad; si los
ricos son más felices que los pobres. Si no están de acuerdo con estas afirmaciones, preguntarles porque las dijo
el mismo Señor Jesús. Mantener el diálogo sabiendo que la verdadera felicidad está en vivir las Bienaventuranzas.

Y por último, si vamos repasando una a una todas las bienaventuranzas, nos daremos cuenta que cada una de
ellas describen el rostro de Jesús.

Podemos terminar diciendo con estas o semejantes palabras:

Entonces ¿Realmente podemos ser felices con las Bienaventuranzas? En la primera parte del Sermón del Monte,
Jesucristo se dedica a bendecir y señalar quienes son bienaventurados, en la segunda parte indica a aquellos que
son bienaventurados por sus acciones y por último qué gracias reciben aquellos que son bienaventurados.

Al final de cuentas, no se trata de ser bueno para ser feliz, se trata de ser feliz para ser bueno, y esto se consigue
cuando somos de corazón bondadoso, honestos, honrados, sufrimos el dolor del prójimo, reflejando en cada una
de nuestras acciones el amor a Dios, que es el ingrediente principal para encontrar el camino a la felicidad.

Por ello las bienaventuranzas no reemplazan a los 10 Mandamientos, sino que los lleva a su plenitud, porque
representan la voluntad de Dios para con nuestras vidas, y así conseguir el camino a la felicidad que es el camino
al cielo.

Todo esto que estamos hablando hoy, las Virtudes… las Bienaventuranzas…. son caminos que nos llevan a seguir a
Cristo. Sabemos que en muchas ocasiones las pasiones, los enfados, las envidias, las peleas nos llevan a
apartarnos del camino del Señor, para eso el mismo Dios puso la solución, el confesarnos. La confesión ya
sabemos que es el Sacramento que nos renueva y nos pone en camino.

Leemos ahora el apartado “Seguimos a Cristo con todo nuestro ser” que nos dice lo que acabamos de comentar.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Para terminar hoy, vamos a recordar cómo se hace un examen de conciencia para confesarse bien. Hemos visto
en el tema, que el Señor nos pide seguir su camino siguiendo sus leyes (los 10 Mandamientos) y su estilo de vida
(las Bienaventuranzas). Lo podemos leer en la página 188. Y terminamos rezando, en esta misma página, lo que
dijo San Agustín.
Tema 39.1. ESTÁIS SALVADOS POR PURA GRACIA (1ª sesión)
Tarea previa del/la catequista:

 Lectura del tema 39 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 224-227
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 235-238

Objetivos:
 Comprender el sentido cristiano de la expresión “pecado”.
 Distinguir entre pecados mortales y veniales.
 Reconocer los propios pecados y celebrar el Sacramento de la Penitencia.
 identificar los obstáculos que se presentan a nuestra oración.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


El tema 39 no se puede entender sin el contenido del 38. En el tema anterior tratábamos los fundamentos del
comportamiento moral del cristiano a través de cuatro elementos que son complementarios como: la libertad, la
conciencia, la norma o ley y el pecado. El tema 39 trataremos en profundidad el tema del pecado y el tema de la
gracia que nos da Dios para vencerlo. Por tanto hablemos sin tapujos de lo que es pecado y ofensa a Dios, pero
también de la gracia de Dios, de esa fuerza que se nos regala el día de nuestro bautismo y que la tenemos toda la
vida. Gracias a esta pura gracia estamos salvados; solo el pecado la enturbia y la pone en peligro.

Comenzamos el tema y abrimos el catecismo por la página 225. Invitamos a ver la imagen y les preguntamos, sin
haber iniciado el tema, ¿qué nos quiere decir esa imagen de agua? Seguro que hablaran de agua, de vida, de
frescor, limpieza, pureza. Podemos empezar de este modo:

Mirad chicos, esta imagen del catecismo nos dice muchas cosas que nos ayudarán a iluminar nuestro tema de
hoy; que os parece la fotografía, ¿que nos quiere decir? Dejamos hablar. Cuando hayan hablado, les lanzamos
otra pregunta, ¿para qué sirve el agua? (pueden decir… para beber, para limpiar, para curar, para regar, para que
germine el campo…). Nosotros apuntamos lo que han dicho y luego se lo repetimos añadiendo algún favor más
del agua y terminamos explicando bien lo que metafóricamente nos habla la lámina. Les decimos: “Toda esa
riqueza del agua que cae por la ladera de la montaña, la va llenado de vida a su paso. Fijaos la fuerza del color de
las plantas, ese verde intenso de la ladera y los árboles. Nos imaginamos, aunque no lo veamos, la vida que lleva
consigo el agua… los insectos, las pájaros, algún que otro mamífero y seguramente algún pez. Y es que el agua es
la vida, da vida, regenera la vida.

Para nosotros creyentes, creemos firmemente que la gracia de Dios nos inunda como el agua a la montaña. Igual
que esa agua cae a su peso sobre la montaña, Dios manda su gracia, a raudales sobre nosotros. Jesús nos ha
liberado del pecado, el principal mal que nos amenaza, y nos ha salvado entregándose por amor. Desde entonces,
el ser humano vive bajo la gracia; y entonces les preguntamos, ¿sabéis qué quiere decir la gracia de Dios? ¿Sabéis
de lo que estamos hablando? Dejamos que hablen, luego aclaramos.

El concepto 'GRACIA' viene del griego “charis” y tiene que ver con “regalo”, o “dádiva” o “algo recibido no
merecido”. En una palabra, gracia, sería eso un “don”. Nosotros estamos acostumbramos dar regalos a quienes
queremos y se lo merecen, pero este regalo, esta dádiva, este don que Dios nos regala, es un regalo muy especial,
se trata de la salvación es un "regalo / don divino" del cual nadie es merecedor y por eso es Gracia. Si las
personas merecieran la salvación esta ya no sería una gracia, un regalo, o un don sino un salario, o pago por un
trabajo o por algo.

Pero para nosotros no es así, Dios, por la ofrenda en la Cruz de su Hijo, nos regaló la salvación. Como dice San
Pablo, “antes no estábamos salvados, ahora por Cristo resucitado, lo estamos” Por tanto, el hombre que camina
por el mundo, por el pueblo, por la calle debe saber que está salvado por pura gracia. No lo merecíamos,
nosotros habíamos roto la relación con Dios, hace siglos y siglos, fue el hombre quien tomó la iniciativa de no
querer nada de Dios; pero Dios nos buscó y salió a nuestro encuentro, no quería que sus hijos, nosotros, que
somos inteligentes, libres y aptos para dirigirnos hacia la verdad, el bien y la belleza, el amor y el ser felices, no
podíamos seguir viviendo bajo el peso de la muerte y el final de nuestra vida fuera el quedar enterrado en el
cementerio. El pecado ganó el corazón del hombre y se lo llevó al abismo de la muerte. Por eso Dios, que nos
quiere muchísimo, porque somos hijos suyos creados a su imagen, no nos podía dejar en el misterio de la muerte
y el pecado; y para solucionar esta ruptura mandó a su Único Hijo, a Jesucristo, que después de anunciar el
Reino entregó su vida en la cruz, como un malhechor. Pero Dios Padre, con el Espíritu Santo, le resucitó al
tercer día, y con su resurrección, lo que estaba separado se volvió a encontrar. Jesús venciendo a la muerte, y
resucitando a la vida, nos abrió el camino para que nosotros, después de morir sigamos viviendo junto a Él, en su
presencia. Esto que es inmerecido por parte del hombre se llama GRACIA, REGALO, DON…. Dios nos ha salvado
de la muerte eterna dándonos la vida para siempre junto a Él. Decidme si es un regalo impensable lo que Dios ha
hecho con nosotros. Pensar esto es emocionarse. Somos lo que somos por pura gracia.

Esta parte del tema es importantísimo que lo entienda bien el grupo, que reconozcan que todo es Gracia; que lo
que somos es gracias a un regalo de Dios que nos quiere como hijos porque estamos creados a su imagen y
semejanza.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Damos un paso adelante en el tema, y ahora, sabiéndonos amados por Dios, sintiéndonos hijos creados a su
imagen, tenemos que reconocer que no siempre respondemos a la gracia de Dios. Hay veces que el pecado atenta
nuestra libertad; y en muchas ocasiones pecamos, cortando el chorro de Gracia que nos sobreabunda. Es decir, el
pecado, hace que el rio que baña a la montaña, se seque, y nosotros vivamos cada día sin la Gracia de Dios,
caminando a ciegas sin ver y sin vivir nada de lo que nos pide. La mejor imagen del pecado, es imaginarnos el
paisaje de la página 225 sin agua y todo seco y mustio. Vamos a incidir en la idea del pecado como ruptura con la
Gracia de Dios. Es delicado el tema, pero esto es lo que hay. Esta es la verdad de la Iglesia. Podemos seguir el
tema así:

Terminamos el análisis de la lámina de la página 225, leyendo el recuadro de San Pablo a los romanos que nos
viene a resumir lo que hemos estado hablando hasta ahora y nos introduce en otro nuevo tema.

Efectivamente la Gracia es un regalo de Dios que podemos olvidar e incluso perder. Dios nos ofrece la salvación
pero nosotros vivimos libres lo hacemos como si esto no nos importara o no le hacemos caso. Eso mismo le
ocurrió al pueblo de Israel cuando estuvo andando por el desierto buscando la tierra prometida; en aquel
momento, aunque sabían que Dios estaba con ellos, hubo momentos de desesperación, de abandono, de
búsqueda a otros dioses de barro, de hacer un toro de bronce porque creían que Dios los había olvidado. Por eso,
Dios le dio a Moisés los Diez Mandamientos, como una ley o norma para que los israelitas no perdieran su
relación con Dios ni con el prójimo…. Más tarde Jesús, sin abolir la ley antigua, trae una nueva Ley
fundamentada en el amor a Dios y al prójimo. Con vivir los Mandamientos de Dios cada día no se gana la
salvación, eso es lo que hay que vivir, pero nuestra salvación solo es por la Gracia de Dios… cuando vamos
creciendo en la fe, y en la relación con Dios se va renovando la Gracia en nosotros, nos anima y nos da fuerza para
seguir en ese camino. Por tanto, nuestra vida estará siempre en manos de Dios. Mientras tanto nosotros
debemos de intentar vivir el Sacramento del amor y los Mandamientos, y agradar a Dios en lo que hacemos y
vivimos, y lo demás nos vendrá por su gracia y amor.

Para resumir todo lo que hemos explicado hasta ahora leemos los tres primeros párrafos de la página 224. Todo
lo que lean ahora está ya explicado. Al terminar de leer, preguntamos si hay dudas. Aclaramos y seguimos dando
otro paso adelante en el tema.

Explicamos con estas o semejantes palabras:

Bueno chicos ahora vamos a hablar del pecado. ¿Quién quiere decir que es pecar? ¿Quién ha pecado alguna vez?
¿Cómo nos quedamos después de pecar? ¿No nos quedamos con una fuerte carga de culpa interior? Después de
contestar a estas preguntas les aclaramos; mirad, al mismo tiempo que sentimos la Gracia y el amor de Dios,
sentimos la experiencia del mal (rechazo del amor de Dios) dentro y fuera de nosotros mismos. San Pablo, que
como hemos conocido llevó una vida muy parecida a la nuestra, y recogiendo su propia experiencia, nos dice que
tenemos una inclinación natural hacia el mal que se llama pecado original. Aunque con el Bautismo se nos borra
este pecado que hemos heredado de nuestros antepasados, como la persona va creciendo esta tendencia del
mal, como algo que sale de nuestro interior, nos sigue acechando. El pecado de Adán y Eva, es decir, de los
primeros hombres, ha dejado en nosotros una huella, una herida que nos hace frágiles, y que se renueva con
nuestros pecados personales.

Los santos, cuantos más santos han sido más cuenta se dan del pecado que abunda en su corazón. Eso le pasó a
Santa Teresa, a San Francisco de Asís, y al mismo San Pedro que reconoció su propio pecado como san Pablo. San
Pablo en su carta a los romanos dice: “No hago lo bueno que deseo, sino que obro lo malo que no deseo”. ¿Os
pasa a vosotros esto algunas veces?
Leemos los tres últimos párrafos de la página 224: Si hubiera alguna duda se aclara o si no seguimos con esta
explicación.

Pero también hoy debemos preguntarnos… ¿quién nos alienta a pecar, quien nos invita a hacer lo que no
queremos hacer, quien nos seduce para hacer el mal? Las personas somos muy frágiles y débiles por nuestra
tendencia natural al mal, pero es el diablo quien nos propone pecar, quien nos seduce, no somos nosotros, es el
mal quien nos tienta una y otra vez para separarnos de Dios. El demonio es siempre un ser misterioso, pero real;
la tradición dice que es un ángel caído, con inteligencia, que celoso de amor que Dios tenía a los hombres, quiso
ser igual a Dios para que otros le siguieran a él… por eso, el demonio, el diablo o Satanás, quiere separarnos de
Dios y lo primero que hace con nosotros es quitarnos la conciencia de pecado, y hacernos creer que el pecado no
existe, e intentar alejarnos poco a poco de Dios. La Iglesia piensa, sin duda, que donde más fuerte está
enganchado el pecado hoy es en la juventud, que vive buscándose así misma y cuidando su propio cuerpo hasta
el extremo y olvida a la familia, a la Iglesia, a todo lo que ha sido su infancia y no se da cuenta de que lo que está
perdiendo realmente es la Gracia de Dios, su amor y una futura salvación en la eternidad.

Lo leemos en la columna de la página 224 y luego hablamos lo que queráis sobre ello.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Para terminar hoy, os invito a que recemos la oración del yo confieso, reconozcamos nuestros pecados, y en el
Cuaderno de Vida, durante la semana, escribid vuestro examen de conciencia, pensáis en vuestros pecados y los
escribís. Nadie los va leer, pero los traemos la semana que viene. Ahora terminamos rezando la oración que está
en la página 307.
Tema 39.2. ESTÁIS SALVADOS POR PURA GRACIA (2ªsesión)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 39 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 224-227
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 235-238

Objetivos:
 Comprender el sentido cristiano de la expresión “pecado”.
 Distinguir entre pecados mortales y veniales.
 Reconocer los propios pecados y celebrar el Sacramento de la Penitencia.
 identificar los obstáculos que se presentan a nuestra oración.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Continuamos trabajando el tema sobre el pecado y la Gracia que iniciamos la semana pasada, hoy empezaremos
sacando el examen de conciencia que han hecho los chicos en su casa; si no lo hubieran hecho, se deja unos
minutos para que en su cuaderno de vida lo hagan. Será fundamental para nuestra catequesis de hoy. Es
conveniente, comenzar la catequesis repasando lo dicho y visto la semana pasada. Lo podemos hacer de esta
manera.

Les decimos: Hola chicos, la semana pasada estuvimos hablando mucho tiempo del pecado, y cómo el pecado
anula la Gracia que el Señor nos regala. Vimos también que el diablo es el que nos tienta en cada momento con la
única finalidad de alejarnos de Dios. Es tremendo ver cómo vamos caminando sin darnos cuenta de que nos
vamos alejando, poco a poco, del Señor mientas que el diablo y la tentación va ocupando su lugar. Vamos a
recordar cómo empezó toda esta historia de ruptura y dolor que metafóricamente nos lo cuenta la Biblia con la
imagen de Adán y Eva, lo leemos en el tema 9 y en la página 60: “Dios nos ama a pesar del pecado”. Lo leemos
sin más, al terminar les hacemos caer en la cuenta que Adán y Eva perdieron inmediatamente, para sí y para toda
la Humanidad después, la gracia de la santidad y de la justicia originales. Les decimos: Al principio del todo, el
hombre vivía en perfecta armonía con Dios y con todo lo creado. Era una armonía perfecta. Pero aquello se
rompió por el pecado, no por la serpiente que dice la Biblia, la serpiente es la expresión metafórica del diablo que
viene sin hacer ruido y te muerde donde puede y desde entonces el hombre es frágil, tentado, cae en el mal que
no quiere hacer, y deja lo bueno que quiere hacer. Tenemos que incidir en esta idea de que el pecado deja
secuela en la persona y además un pecado desata otro y va afectando a más personas. Por ejemplo, en el tema
del aborto, una chica decide abortar, en primer lugar el pecado grave es su decisión de acabar con una vida; en
segundo lugar hay otro pecado cuando esa vida termina en una bolsa ¿qué culpa tiene esa persona de terminar
en la basura? Tercer pecado el médico colaborador en el aborto, cuarto pecado las relaciones de esa chica se
endurece consigo mismo y con los demás. Es decir, que un pecado, por insignificante que sea puede crear una
cadena de pecados que afectan a unos y a otros. O por ejemplo, cuando un chico llega a su casa malhumorado,
crea mal ambiente en casa, se sienta a la mesa y no come; el padre le dice que coma, el chico tira el plato, la
hermana pequeña se pone a llorar, los vecinos de arriba escuchan, ellos también terminan discutiendo. Al final el
chico se va, da un portazo a la puerta y ahí se queda la comida, la madre llorando, el padre comiendo nervioso y la
hermana mirando a un lado y a otro y haciendo pucheros. Sí, eso es pecar, y eso es provocar mucho dolor
alrededor y hacer que el mal se vaya agrandando. Así es el pecar. Después de dialogar sobre todo esto pasamos al
punto siguiente.

Antes de leer les explicamos con estas o semejantes palabras el contenido: Respecto a lo que hablamos la semana
pasada, hay que quitar de nuestra cabeza el concepto infantil de que el diablo va por ahí disfrazado de rojo, con
unos cuernos, con un rabo por detrás y con figura humana. No es así, ya lo dijimos la semana pasada, el diablo es
un ser espiritual, sensible, caído del cielo que quiere anular a Dios y para ello, quiere separarnos de Él. Por eso,
más que ver al diablo, vemos las consecuencias de su obrar. Sabemos que el diablo ha estado ahí cuando se
maltrata a una mujer, cuando se aborta a un niño y se tira a la basura, cuando dejamos que se mueran miles de
personas en el mar y no ponemos solución, cuando vemos a una juventud embotada en su cuerpo y alejada de
Dios…. Y otras muchas cosas donde el mal se hace visible como en las guerras, en las violencias…. el demonio se
hace también realidad placentera diciéndonos que eso nos traerá placer, poder, dinero, reconocimiento… pero
todo esto nos hace esclavos, si, si, esclavos del mal.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA
Porque la realidad del pecado es muy diversa, vamos a conocer ahora las clases de pecados que podemos
cometer. Lo leemos en la página 226 “Convertíos y Creed en la Buena Noticia” (Para aclarar términos nos vamos
a apoyar en la referencia de las preguntas a las que mandan el texto).

Leemos el primer párrafo del texto de la página 226. Y lo acabamos leyendo la pregunta 2 en la página 281 que
se refiera al término de la Gracia, que vimos la semana pasada.

Luego seguimos leyendo todo el texto relativo a los pecados mortales y veniales, lo hacemos con esta pequeña
presentación, decimos con estas o semejantes palabras: A estas alturas del tema debemos saber ya que “pecar es
una ofensa a Dios, a quien desobedecemos en vez de responder a su amor”. Pero hay varios tipos de pecados en
nuestro obrar, lo leemos ahora en catecismo. Lo Leemos todo, si explicar nada. Cuando se ha terminado de leer,
aclaramos con la lectura de las preguntas en la página 295 las preguntas números 120 a la 124.

Debe quedar todo bien explicado con el tema y con las aclaraciones de las preguntas, si es así no incidamos más
en el tema; saben ya lo que es pecar, las consecuencias del pecado, los tipos del pecados, y cuales son mortales o
veniales.

Ahora es el momento de sacar el examen de conciencia que han escrito. Los chicos con lo que ya han aprendido
lo comparan con sus pecados escritos. Se pueden analizar según los Mandamientos de Dios a los que se oponen.
Por ejemplo sin ponen; “no voy a misa”, esto es un pecado que afecta al tercer Mandamiento, “Santificarás las
fiestas”, y vemos que aquellos pecados que ofenden gravemente a Dios son los que recogen los Mandamiento de
la Ley de Dios. Por tanto ese es un pecado grave. O bien pueden decir “que ha reñido con sus hermanos”, miramos
la lista que pone el tema del catecismo y vemos que eso es de materia venial; porque la riña vino
deliberadamente, sin querer, por tanto, ese pecado no rompe la amistad de Dios, pero eso sí, si una vez, y otra y
otra, y si estoy siempre riñendo y molestando a unos y a otros, eso se convierte ya en pecado grave. Se lo
explicamos bien y hacen su actividad.

Después de hacer el análisis de su examen de conciencia, lo vemos ahora desde el lado positivo. Porque somos
hijos de Dios y estamos creados a su imagen y semejanza; no podemos quedarnos en el pecado, Dios sale a
nuestro encuentro para volvernos a bañar con su Gracia y seguir caminando en su presencia. Lo iniciamos así:

Una vez comprobado el examen de conciencia, y teniendo conciencia clara de que pecamos y que pecamos
mucho, es el momento de hablar de la Gracia del perdón. Dios está atento y preparado siempre para
perdonarnos; por eso hemos leído en el texto, que cuando pecamos, debemos ser conscientes de que Dios está
dispuesto a perdonarnos siempre que le pidamos perdón en el sacramento, con un sacerdote. Lo más grande en
la debilidad del hombre, es que tenemos a un Dios Padre que sale a nuestro encuentro para perdonarnos y
darnos fuerza.

Muchas veces, cuando nos ayudan en las confesiones con un examen de conciencia escrito, no le hacemos caso,
pero deberíamos hacer lo hemos hecho hoy: repasar bien nuestros pecados; y si alguno os sentís con ganas de ir
el próximo domingo a misa y confesaros. Pues muy bien. Quizás este tema, nos ha ayudado a sentir la necesidad
del ir más veces a recibir el perdón, a renovar la Gracia, y a seguir caminando.

Sabed, que todos, nosotros e incluso los sacerdotes, estamos todos los días en una batalla constante, entre hacer
lo que no queremos y dejar de hacer lo que queremos; y si caemos, ahí tenemos el sacramento para
reconciliarnos y recibir la Gracia del perdón.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Terminamos este tema hablando de las batallas contra el mal. Lo introducimos con estas palabras: ¿Sabéis que es
una gran ayuda para evitar la tentación? La oración. La oración muchas veces nos ayuda en el combate contra el
mal, que hace todo lo posible para separarnos de Dios. Muchas veces en la oración, aparece el mal queriéndonos
separar de lo que estamos haciendo. Aunque esto fuera así no hay que dejar de rezar; la oración es una gran
ayuda contra el mal. Leemos la página 227 que nos explica la importancia de la oración. Y en la columna de al
lado, que habla de la Iglesia que necesita de purificación.

Y para terminar, meditamos en silencio, la oración de San Cirilo, ”Reconoce el mal que han hecho….”. Y
terminamos la catequesis. A partir de la próxima semana iremos repasando, uno a uno, todos los Mandamientos.
Tema 40: YA NO ERES ESCLAVO, SINO HIJO (1er al 3er Mandamiento)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 40 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 228-231
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 239-242
Objetivos:
 Conocer el sentido y significado de los tres primeros mandamientos
 Saber que las celebraciones litúrgicas nos ponen en comunicación con nuestro Padre Dios, de quien
somos hijos muy amados.
 Propiciar la oración de alabanza y de acción de gracias

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Con los catecismos cerrados podemos empezar manteniendo un diálogo con el grupo.

Podemos preguntarles sobre el sentido de la vida… ¿Creéis que el hombre puede ser totalmente feliz? ¿Puede el
hombre solo alcanzar la plenitud de la felicidad? A estas preguntas la respuesta es siempre no, el hombre sí que
puede pasar por momentos de felicidad, pero es sólo un reflejo de la felicidad verdadera. Además el hombre, en
su existencia está mediatizado por el mal, es decir, por la enfermedad, la muerte, el sufrimiento… y por eso la
felicidad plena no llegamos a alcanzarla nunca, solo que hay ocasiones que nos aproximamos a ella.

Una vez terminado el diálogo invitamos al grupo a abrir el catecismo por la pagina 228, es la imagen del tema. La
observamos y les preguntamos si la identifican con algún evangelio. Si dicen que no, podemos explicarlo nosotros
con estas palabras: ¿No os acordáis de esa historia que nos dijo Jesús sobre el hijo pródigo? Contó Jesús que un
padre tenía dos hijos, uno de ellos le pidió su parte de herencia porque se quería ir a vivir por otros mundos, lejos
de su casa. El padre, que era muy bueno, le dio al chico su parte de herencia; este cogiéndolo se marchó a tierras
lejanas... Aunque le dio mucho dinero le duró poco, porque se lo gastó en fiestas, bebidas... En unas semanas ya
no tenía nada. Buscó trabajo, y lo encontró, sí, pero cuidando una piara de cerdos. Apenas le daba la paga para
vivir y no podía ni siquiera comer… entonces tuvo que alimentarse con la comida de los cerdos. Pero una noche,
llorando, se puso a pensar, ¡no puedo seguir así! Volveré a la casa de mi padre y le pediré perdón.

Él no sabía, que desde que se fue de casa, su padre salía todos los días a buscar a su hijo, más aún, por las noches
se levantaba y miraba por la ventana para ver si lo veía a los lejos. Así una noche y otra.

Por fin, un día, el hijo perdido volvió a su casa, y su padre que lo vio de lejos fue corriendo hacia él. Se
encontraron. Se abrazaron. Se llenaron de besos y el hijo le dijo… “Perdóname padre, porque he pecado contra el
cielo y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo, pero al menos, trátame como a uno de tus trabajadores”.

El padre no lo dejaba hablar, lo abrazaba y lo besaba. Y esto es lo que vemos en la imagen del catecismo. Pero
había otro hijo, el que se quedó en casa, estaba celoso, se enfadó porque el hijo que se había gastado el dinero
había vuelto a casa. Y le echaba en cara a su padre, que recibiera así a su hijo. Pero el padre, mirándolo con
cariño, le dijo: “pero hijo, si sabes que todo lo mío es tuyo también “. Entonces el padre, mandando matar un
novillo, celebró una gran fiesta por el hijo que había regresado. Nos fijamos ahora en la lámina. Mirad las manos
del padre como abrazan suavemente al hijo. Vemos como el hijo viene sucio, descalzo, vestido con harapos, y al
lado vemos a los trabajadores con ropa limpia, con unas sandalias preparadas para el hijo que volvía. Y vemos
también al hijo celoso con un anillo entre sus dedos y preguntando ¿para quién es este anillo? Esta escena
expresa el regreso del hijo a la casa del padre.

Dejamos que los chicos hagan sus comentarios sobre la lámina o el texto comentado.

Luego aclaramos el diálogo con estas o semejantes palabras: Lo importante del texto es ese padre tan bueno que
es Dios. Nosotros somos como el hijo que se fue de casa, buscamos peligros donde gastar el dinero, y creemos
que eso es vivir a “tope”… y cuando queremos damos cuenta, entonces estamos en el vacío… hacemos sufrir a
nuestros padres, nuestra vida no tiene sentido, quizás bebes y fumas lo que no debieras. Es cuando damos un
parón y nos damos cuenta de lo mal que estamos lejos de la Casa del Padre. No podemos ser felices estando lejos
de Dios. Estad seguros, ahora que estáis en la adolescencia que os bulle, que os estáis alejando de Dios y de su
Iglesia, y estáis en la intemperie, a expensas del mejor postor, es el momento de dar un parón y pensar en vuestra
vida. ¿A dónde la enfocas? ¿Qué felicidad buscas?.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA
En una ocasión preguntaron a Jesús unos fariseos que cual era para él, el mandamiento más importante y Jesús
contesto: “Amarás, al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este,
Mandamiento es el principal y el primero”. Y a este Dios a quien Jesús le pide que lo amemos con todo nuestro
corazón, no es otro que el Padre misericordioso cuya bondad y misericordia no tienen límites. El que hemos
visto en la parábola del hijo pródigo. Cuando estamos alejados de Él, sale a nuestro encuentro, nos espera a lo
lejos, y desea que estemos unidos a él. Y este es el Dios real, que nos ama profundamente, por eso dice San Pablo
que nosotros “ya no somos esclavos, sino hijos”. Que es el título del tema. Es decir, somos hijos que vuelven a la
casa y no esclavos. Dios nos quiere como a hijos. A ti y a mí. A todos. Lo más impresionante que nos ha pasado es
que Dios nos ame de esa manera tan exclusiva y especial.

Después de esta reflexión invitamos a los chicos a leer el recuadro “El decálogo guía el camino de los cristianos”.
Cuando terminan de leer, se lo explicamos con estas palabras: Los Diez Mandamientos son una guía en el camino
de los cristianos, El decálogo, presenta los Mandamientos desde dos miradas distintas, los tres primeros
mandamientos en clara referencia al amor a Dios y los otros siete en relación al prójimo. Cuando el pueblo
elegido, Israel, se aleja de Dios, como el hijo pródigo, y construye imágenes de oro para adorar, dudan de Dios, lo
abandonan; pero Dios a través de Moisés, da al pueblo pecador, y a cada uno de nosotros en particular, otra
posibilidad una ley que es el camino de una vida liberadora de la esclavitud del pecado. Los mandamientos lejos
de ser una orden que esclaviza, son unos mandatos que dan vida, que llevan a la libertad plena. No hay otro
camino que amar a Dios y al prójimo.

A continuación se lee el contenido de la página 229. Se hace una lectura compresiva del texto. Después se lo
explicamos con estas o semejantes palabras: Si os habéis dando cuenta, lo que hemos leído comienza con la
narración de la escena de las tentaciones, un texto muy conocido donde Jesús, como hijo de Dios, es también
tentado por el diablo. Le ofrece la gloria, el poder, la riqueza… pero Jesús contesta que “solo al Señor tu Dios,
adorarás”.

Cuantas veces descubrimos en nuestro corazón la tentación de adorar y servir a otros dioses olvidándonos del
Dios verdadero; muchas veces preferimos otras cosas a estar con el Señor, preferimos ir al dios del fútbol
dejando la misa el domingo, o preferimos quedarnos tranquilitos en casa antes de vivir el compromiso con el
Señor de la vida. Creedme, que reconociendo y repasando los Mandamientos de Dios veremos que son caminos
para poder vencer la tentación.

Los tres primeros mandamientos nos recuerdan que no hay Dios fuera de él y que le debemos amar sobre todas
las cosas. Su nombre es santo, por eso no podemos andar diciendo barbaridades con el nombre de Dios, esas
expresiones que tanto daño nos hace a los creyentes. Y especialmente es importante el tercer mandamiento
donde se nos recuerda que es especialmente importante el ir a misa los domingos, pues en la celebración de la
Eucaristía nos alimenta la fe y nos estimula y enseña a vivir el amor. Por eso, hemos leído que el hombre que ama
a Dios busca momentos personales o de comunidad, para alabarlo y darle gracias.

Pasamos a la página 230. Y leemos ¿Quiénes incumplen los tres primeros mandamientos? Se lee y al terminar la
lectura, pedimos a los chicos que repasen su vida cristiana con esas afirmaciones que hemos leído. Que lo hagan
en secreto. Luego podemos preguntarles, si hay muchas que le pillen, eso quiere decir, que no están cerca de
Dios, al contrario, que tienen pocas, es que está cerca. Y los que están tan lejos, ¿para qué confirmar la fe?
Dejamos que hablen

Terminando ya el tema, vamos a dar un repaso a los diez Mandamientos y lo que significan para nuestra vida. Lo
leemos en la página 230. Después de leer, se los recogemos con estas palabras: Pues ya hemos visto como recibió
el pueblo de Israel los diez Mandamientos, los acogió con agradecimiento porque este era el camino que el Señor
quería para ellos, como lo quiere para nosotros hoy.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


En un marco oracional terminamos la catequesis hoy, invitamos a los chicos a que miren la imagen del
montañero, y les decimos que: Al igual que ese montañero, está dispuesto a superar las dificultades y a
mantenerse fiel al camino proyectado, también nosotros estamos invitados a superar las dificultades de las
tentaciones y seguir el camino hacia el Señor. (Su catequista lee, en ese marco de oración, el apartado Padre, en
la página 231), Y también lee la oración de San Agustín.
Tema 41. OBEDECED A VUESTROS PADRES EN EL SEÑOR (4º mandamiento)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 41 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 232-235
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 243-246

Objetivos:
 Conocer el sentido y significado del cuarto mandamiento de la Ley de Dios
 Agradecer el don de la familia, un bien personal y social
 Aprender a vivir una adecuada relación de hijos-padre, ciudadanos-estado.
 Hacer experiencia de orar en familia y por la familia.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Antes de comenzar el tema es conveniente recordar que a esta edad los chicos quieren a sus padres pero también
necesitan ser queridos por ellos. Con frecuencia viven en una tensión que les hace oscilar entre la autonomía y la
dependencia. Por un lado, aspiran a ser mayores y a ser considerados como tales. Por otro lado, sienten también
la necesidad de ser protegido y apoyados Tomemos el tema muy en serio, porque este, es uno de los principales
problemas de la familia hoy.

Empezamos la catequesis abriendo el catecismo por la página 233. Les preguntamos que les sugiere esa tierna
imagen. Seguro que hablaran de madres, niños, protección, niñez, amor…. Después les preguntamos que si ellos
tienen o recuerdan algún momento de sus vidas donde se exprese lo que la imagen nos quiere decir. Después de
dejarles hablar ahondamos en el tema con estas palabras o semejantes palabras: Para mí, esta imagen representa
ternura, confianza, el niño tiene cogido el dedo de su madre, mientras que su padre acaricia la mano de su esposa.
Sin duda, esta imagen recuerda esa experiencia del recién nacido que expresa su agradecimiento por el don de la
vida recibido de sus padres, y por el amor constante que él desea y que ellos le deben proporcionar. Seguro que
todos tenemos muchos recuerdos de nuestra niñez y de otras etapas de nuestra vida en la que nuestros padres
eran todo para nosotros. ¿Queréis contar alguna experiencia donde vuestros padres han sido fundamentales para
solucionarla?

Seguimos trabajando esta idea: Pero ahora hemos crecido, estamos en plena adolescencia, y seguro que hay
elementos que distorsionan nuestra vivencia del hogar, en la familia. ¿A que sí? ¿Qué os sienta mal y que hacen
vuestros padres? ¿Os prohíben algo? ¿Os censuran?, y ¿cómo respondéis vosotros? Dejamos que hablen. Y
concluimos diciendo: Hay veces que, con nuestra actitud, no posibilitamos un ambiente familiar bueno. Nuestros
padres quieren lo mejor para nosotros, pero no lo aceptamos; y esto no está bien.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Invitamos al grupo a que lea el texto de la página 233. Lo leemos despacito y parando las veces que sea necesario.
Al terminar les explicamos con estas o semejantes palabras: En el principio del texto, se presenta a la familia,
como un don de Dios, un regalo del cielo; pero la sociedad que vivimos parece haber perdido esta referencia, este
valor esencial para la persona y la sociedad. Basta repasar ciertos programas de la tele y de las revistas y vemos
por todos los sitios parejas de famosos que se han separado; uniones de parejas de matrimonios separados que
llevan hijos de los dos lados; también hemos visto los vientres de alquiler que tanto daño hacen a la persona y al
concepto de familia. Cientos de ancianos esperando un espacio en una residencia porque en su casa no caben. El
valor esencial de la familia pasa por momentos difíciles.

Todos somos responsables de contribuir que nuestra vida de familia sea agradable. Tenemos en cada hogar
obligaciones y deberes para ser felices, porque en ningún lugar se vive mejor que en la familia y en ningún sitio se
reconoce nuestros derechos mejor que en la familia. Nunca penséis que los amigos pueden ocupar el papel de los
padres, es un error. Seguro que a vuestra edad los amigos influyen decisivamente en vuestro crecimiento y en
vuestra vida… pero nunca pueden los amigas y amigos reemplazar la figura de los padres. Cuando esto ocurre se
produce los malentendidos y los problemas en casa. Y cuando se da esto, nunca podemos faltar al respeto a
nuestros padres, ni contestarles de cualquier manera, ni hacerles gestos feos. La familia es importantísima para
todos nosotros.

De hecho, la importancia y la centralidad de la familia, en orden a la persona y a la sociedad, está


repetidamente señalada en la Biblia. Aquí la familia es considerada, en el designio del Creador, como el lugar
primero de la humanización de la personas. En la familia se aprende a respetarnos unos a otros; los hijos
aprenden las primeras y más decisivas lecciones de sabiduría practica a las que van unidas las virtudes. Hasta el
mismo Jesús nació y vivió en una familia concreta aceptando todas las características propias y dio, así una
altísima dignidad a la institución matrimonial. Y por último en la familia se aprende a conocer el amor y la
fidelidad del Señor.

Los adultos sabemos que vivir la verdad de la familia no esclaviza, sino que libera. También sabemos, que el
testimonio de unos padres que se aman con un amor único y exclusivo genera en casa un ambiente de paz, de
unidad, de bienestar que hace que los hijos crezcan en la confianza de Dios, a esperanzas en medio de las
dificultades y en el amor hacia todos. Pero es muy importante, que vosotros, los que sois hijos, sepáis que
también tenéis obligaciones frente a vuestros padres, y sois responsables de suscitar y mantener en casa un
ambiente agradable, una colaboración permanente y un espíritu de diálogo.

En este momento, si no hay aportación por parte del grupo, les invitamos a leer la columna “La familia en la
Iglesia” en la página 233. Ahí vemos la importancia que la familia tiene para la sociedad y para la Iglesia.

Les decimos: Ahora damos un paso adelante y, como familia, también nos sentimos parte de la sociedad. La
familia tiene un fuerte vínculo con la sociedad, por ejemplo, tenemos vecinos, vamos al instituto, hacemos
actividades varias, paseamos por la calle… nuestra vida personal y social está en relación con otros, por tanto nos
sentimos parte de nuestra sociedad. En ella nos movemos y existimos. Pero una comunidad está sólidamente
fundada cuando ha conseguido la promoción integral de cada una de las personas y busca el bien común. Pero
hay veces que la sociedad no cumple esto; no todas las familias están plenamente integradas socialmente, no
todas las familias tienen un trabajo fijo y una situación segura… aunque esto fuera así, no obstante seguimos
siendo parte de una sociedad. Y hay ocasiones en que no estamos obligados en conciencia a seguir las
prescripciones de las autoridades civiles, no siempre, estamos de acuerdo con lo que la sociedad a través de sus
políticos nos quieren imponer, y en conciencia, nos podemos oponer a ello. La libertad de conciencia está
recogida por nuestra Constitución y es parte fundamental en la Biblia. Y ahora os invito a leer el apartado “El
respeto de la autoridad legítima y el amor a la patria”. En la página 234.

En una ocasión preguntaron a Jesús unos fariseos que cual era para él, el mandamiento más importante y Jesús
contesto: “Amarás, al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este,
Mandamiento es el principal y el primero”. Y a este Dios a quien Jesús le pide que lo amemos con todo nuestro
corazón, no es otro que el Padre misericordioso cuya bondad y misericordia no tienen límites. El que hemos
visto en la parábola del hijo prodigo. Cuando estamos alejados de Él, sale a nuestro encuentro, nos espera a lo
lejos, y desea que estemos unidos a él. Y este es el Dios real, que nos ama profundamente, por eso dice San Pablo
que nosotros “ya no somos esclavos, sino hijos”. Que es el título del tema. Es decir, somos hijos que vuelven a la
casa y no esclavos que portan las ropas. Dios nos quiere como a hijos. A ti y a mí. A todos. Lo más impresionante
que nos ha pasado es que Dios nos ame de esa manera tan exclusiva y especial.

Ahora tenemos que ver, quienes actúan o actuamos en contra el cuarto mandamiento, lo leemos en la página
234. Se lee y al terminar la lectura, pedimos a los chicos que vuelvan a repasar su vida cristiana con esas
afirmaciones que hemos leído. Que lo hagan en secreto. Luego podemos preguntarles, como la semana pasada, si
hay algún punto que ellos hagan mal, y eso quiere decir, que hay que cambiar y, por bien de la familia, habrá que
hacer muchos esfuerzos.

Hoy hemos estamos hablando que en la familia recibimos todo lo bueno que tenemos, no solo el alimento y el
vestido. También los valores que nos hacen personas, los signos que nos hacen participes de una sociedad en la
que tenemos que colaborar; también en la familia damos los primeros pasos en la fe, es en la familia donde
aprendemos a llamar a Dios Padre, y es en esa experiencia de la propia familia en la que se educa nuestro creer.
Lo leemos en la página 235

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


En un marco oracional terminamos la catequesis de hoy, invitamos a los chicos a que recen por sus familias;
dejamos un momento de silencio, los motivamos con palabras sensibles de agradecimientos a Dios por sus
familias, por el padre y la madre que Dios nos ha dado y por los hermanos. Al final, cogidos de las manos rezamos
a Dios, nuestro Padre, con la oración que Jesús nos enseñó.
Tema 42. DIOS DA LA VIDA (5º mandamiento)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 42 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 236-240
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 247-250

Objetivos:
 Conocer el sentido y el significado del don de la vida
 Valorar la propia vida y la del otro como un don
 Agradecer el don de la vida en la oración
 Realizar acciones concretas que fomenten el agradecimiento por el don de de la vida

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Hoy comenzamos narrando a los chicos algo ya conocido, por eso se lo tenemos que contar, que narrar de tal
manera que captemos su atención, porque en esta narración y en otra segunda se fundamentará la catequesis de
hoy. Aquí os propongo una forma sencilla de narrar, del libro del Génesis, la creación del hombre,
Invitamos a abrir el catecismo por la página 237, lo dejamos ahí, que los chicos la observen y mientras nosotros
les explicamos con estas o semejantes palabras, primero captamos su atención: Hace mucho, mucho tiempo,
cuando el hombre no tenía un pensamiento desarrollado como el nuestro, también se preguntaba sobre un ser
superior y sobre la vida después de la muerte. Para dar contestación, un escritor de hace más de 4000 A.J. nos
cuenta que el mundo se hizo en siete días, que al principio todo era un caos informe, pero Dios, que es el
principio de las cosas y que ya estaba allí, separó las aguas de arriba de la aguas de abajo. De las aguas de abajo
hizo emerger la tierra y de la parte de arriba colgó las lumbreras (sol, lunas, estrellas…) que alegrarían el cielo; de
la tierra hizo nacer la vida en las plantas y en los animales. El sexto día, Dios creó al hombre a su imagen y
semejanza. Tomó el barro, lo modeló, le dio la forma de hombre y le sopló. Al soplarle la figura tomó vida y
reconoció a Dios como su padre. A este primer hombre, Dios le mandó que pusiera nombre a los animales, al
terminar, llegó entristecido ante Dios. Dios le preguntó, ¿Qué te pasa? “Mira, Señor”, contestó Adán, “puse
nombre a los animales y vi que todos tenían pareja, y que yo no la tenía”. Entonces Dios durmió a Adán y de su
costado sacó un trozo de carne, lo modeló, le sopló, y aquella figura recobró vida: la llamó Eva. Adán al verla, dijo
muy contento, “¡esta sí que es carne de mi carne!”. Entonces Dios les dio un lugar, el Paraíso, para que vivieran
felices.
Esta hermosa historia no nos quiere dar una clase de ciencias, ni una explicación lógica del nacimiento del
hombre, sólo es una experiencia de fe, de aquel hombre que hace 4000 años, explicaba de este modo, a su modo
de entender, el origen de la Humanidad. La imagen del tema, como podéis ver, nos recuerda aquel momento tan
mágico en el que Dios modela al hombre. De esta narración que os he contado hay dos verdades de fe que
tenemos que creer, una, que todo procede de Dios, que él es el creador de todo; nadie, nadie, nunca, ha dado
respuesta a lo que provocó aquella explosión inicial de donde milenio tras milenio se fue haciendo todo el sistema
universal y no solo nuestro sistema solar. Todo salió de la mano de Dios, que respetó el movimiento natural de la
vida. Y segundo, nosotros somos obra de Dios, Dios nos da la vida, y luego volveremos a Dios. Por tanto, si la vida
es un don que hemos recibido de Dios tenemos el derecho y el deber de custodiarla, de cuidarla. Dejamos que
los chicos se expresen, o aclaramos o mantenemos un diálogo y damos un paso más, adelante.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA
Continuamos contándoles otra historia bíblica, que como la anterior responde a un modo de pensar pre-
científico, es la historia de Caín y Abel. Todo esto lo hacemos para que los chicos comprendan definitivamente
que Dios exige que se considere la vida del hombre como sagrada e inviolable. Llamamos la atención del grupo y
y contamos con estas palabras o semejantes: Adán y Eva pecaron comiendo del árbol del “bien y del mal”. El mal
ya se había metido en sus vidas, y eso se vio en su descendencia. Tuvieron dos hijos a los que llamaron Caín y
Abel. Caín se dedicaba al cultivo del campo, mientras que Abel se dedicaba a cuidar ovejas. Mientras que Caín
abandonaba el campo y no daba los frutos esperados; Abel cuidaba y mimaba a las ovejas que engordaban mucho
y daban buena leche. Cuando llegaban las Fiestas de las Ofrendas, todos los vecinos ofrecían a Dios lo mejor de
sus productos, aquel año Caín llevo una cesta de verduras empobrecidas, en cambio Abel llevó un buen cordero
para ofrecer. Y Dios alabó el trabajo de Abel y pero no dijo nada a Caín. Entonces Caín se llenó de celos y envidia,
invitó a su hermano a dar un paseo, cogió una quijada de un borrico, como nos dice la Biblia, y con ella dio un
golpe fuerte en la cabeza a Abel... y lo mató. Cuando Dios bajo a pasear con los hombres, como hacia muchas
tardes, echó de menos a Abel y le preguntó a su hermano. “Caín, Caín ¿dónde está tu hermano? Respondió Caín.
“no lo sé, Señor”. Y por segunda vez le preguntó ¿Caín, donde está tu hermanos? Y él respondió. “No lo sé,
Señor”… Por una tercera vez se lo preguntó pero Caín respondió lo mismo, el Señor le dijo:” ¿Pero, qué has hecho
Caín?, ¡La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra” (Cf Gen 4, 9-10) .
Dejamos un momento de silencio de asunción de lo dicho, aclaramos y si no es necesario seguimos.
Fijamos que os he contado dos historias de una misma familia, de aquellos primeros hombres que se llamaron
Adán y Eva y de sus hijos Caín y Abel. ¡Qué importancia tiene la familia para las personas! De hecho, está
repetidamente señalada en la Biblia. La familia es considerada, en el designio del Dios, como el lugar primario de
la humanización de la personas. En la familia se aprende a conocer el amor, se aprende a respetarnos unos a
otros; se aprenden las primeras y más decisivas lecciones de sabiduría, aprendemos a ser personas y en muchas
ocasiones es donde descubrimos al Señor por primera vez. Hasta el mismo Jesús nació y vivió en una familia
concreta aceptando todas las características propias y dio, así una altísima dignidad a la institución matrimonial.
Los adultos sabemos que vivir la verdad de la familia no esclaviza, sino que libera. También sabemos, que el
testimonio de unos padres que se aman con un amor único y exclusivo genera en casa un ambiente de paz, de
unidad, de bienestar que hace que los hijos crezcan en la confianza de Dios, con esperanzas en medio de las
dificultades y en el amor hacia todos. Pero es muy importante, que vosotros, los hijos, sepáis que también
tenéis obligaciones frente a vuestros padres, y sois responsables de suscitar y mantener en casa un ambiente
agradable, una colaboración permanente y un espíritu de diálogo.
Pero Dios no es indiferente a que yo exista o deje de existir, tampoco al hecho de que el otro exista o deje de
existir. Para nuestro Dios cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles. Por eso Dios sigue llorando por sus
hijos, y cuando una patera se hunde en el Mediterráneo, Dios nos pregunta ¿Dónde está tu hermano?; y cuando
un hombre mata a su mujer... el Señor, clama diciendo, “La sangre de tu hermana me está gritando desde el suelo
del piso”… Dios sigue gritando, Dios sigue sufriendo,… Dejamos un momento y escuchamos los comentarios de los
chicos.
A continuación leemos la página 236, donde se nos habla del quinto mandamiento y del valor de la vida. Al
terminar les explicamos y se lo resumimos con estas o semejantes palabras.
Hemos empezado leyendo un texto de la Biblia, del Génesis, en ella se nos ha recordado algo muy importante, y
es que para nuestro Dios cada uno de nosotros es único e irrepetible. Ninguna persona tiene a otra persona
semejante… más aún, nuestra huella digital es distinta de uno y de otros, y de todos los habitantes de la Tierra.
Eso quiere decir, que somos tan importantes a los ojos de Dios que nos hace únicos e irrepetibles. Si esto es así,
¿Quién puede calcular el valor de la vida? ¿Quién puede decir que una vida humana es válida o digna de ser
vivida y quien dice que no? ¿Quiénes somos nosotros para cortar la vida de un no nacido, o acortar la vida de
una persona con enfermedad? Si somos irrepetibles, joya preciosa a los ojos de Dios… ¿quién nos nombra
jueces de la vida?. Dejamos que hablen si lo ven necesario.
Después seguimos diciendo: Estamos es una sociedad donde algunas veces se habla y se actúa en clave de
muerte. Está muy infiltrada una mentalidad cultural donde una persona se cree con derecho a decidir sobre la
vida de otra persona, de ahí, el grave problema que vivimos con el aborto y, actualmente se está hablando
también de la eutanasia. Una y otra atentan contra la vida querida por Dios.
A continuación cambiamos de tema, y hablamos de la pena de muerte. Lo introducimos del siguiente modo:
Nosotros, como cristianos, tenemos que estar en contra de cualquier violencia, física o moral, y tenemos que
trabajar un mundo nuevo donde se valore la vida. Existen actualmente en el mundo sesenta países que
mantienen la pena de muerte en su legislación y la aplican. La iglesia siempre conserva la esperanza de que las
personas cambien y de que una sociedad humana pueda encontrar alternativas de defenderse antes de condenar
a muerte a otro. Lo leemos en la columna ¿Por qué la Iglesia se opone a la pena de muerte? Página 238.
Ahora en la página 238 leemos ¿Quiénes actúan contra el quinto mandamiento de Dios? Se lee y al terminar la
lectura, pedimos a los chicos que vuelvan a repasar sus vidas cristianas con las afirmaciones que hemos leído. Que
lo hagan en secreto como días pasados. Luego podemos preguntarles si hemos descubierto algo nuevo en estas
propuestas.
3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
Terminamos leyendo el apartado “A ti confiamos la causa de la vida” en la página 239 y terminamos rezando
todo el grupo la oración a la Virgen que le dirigió San Juan Pablo II
Tema 43.1. VIVID EN EL AMOR, 6º y 9º mandamiento (1ª sesión)

Tarea previa del/la catequista:


 Lectura del tema 43del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 240-243
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 251-254

Objetivos:
- Conocer el sentido y el significado de la sexualidad como vocación al amor.
- Descubrir que la gracia de Dios nos ayuda a vivir nuestra vocación al amor
- Reconocer los actos que se van en contra de nuestra vocación al amor.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Con el tema de hoy, seguro que vamos a tener ruido, sonrisas vergonzosas, timidez y muchas preguntas… el tema
hace un recorrido por toda la vivencia sexual del adolescente, y nos pone las pautas para contestar como
contesta la Iglesia. Catequistas, tened muy en cuenta que no podemos hablar de lo que pensamos cada uno de
nosotros sobre este tema, o quizás coincida plenamente con lo que dice la Iglesia como Madre, pero en un caso o
en otro, nosotros somos apóstoles evangelizadores de la Iglesia y tenemos que ser voz de lo que ella nos dice.

En esta etapa comienza, por lo general, el despertar sexual, que se manifiesta en cambios del propio cuerpo,
sentimientos y pulsiones novedosos y de difícil control, atracción hacia otras personas… Estas manifestaciones
están muy diferenciadas en tiempos y ritmo de crecimiento, la maduración biológica y psíquica, el entorno
familiar y social, entre los chicos y las chicas. Por eso tenemos que tratar el tema en positivo y siempre desde la
mirada amorosa de Dios. Vamos a empezarlo.

Invitamos a abrir el catecismo por la página 240, lo dejamos ahí; dejamos que la observen y después les
preguntamos qué mensaje quiere darnos la imagen. Dejamos un tiempo. Recogemos lo que digan y después
nosotros aclaramos diciendo con estas o semejantes palabras: Efectivamente, la imagen nos sugiere una mirada
limpia entre un chico y una chica, son adolescentes como vosotros. Vemos en el rostro de la chica la sonrisilla
nerviosa, los ojos brillantes y la mirada profunda. En el chico podemos ver que también la mira, y que también
está sonriendo. Quizás esa misma experiencia, la estáis viviendo vosotros ¿o no? ¿Habéis estado enamorados
alguna vez? ¿Qué habéis sentido en esa etapa o momento? Dejamos que hablen y se comuniquen en el grupo.

Cuando termine el diálogo, les invitamos a leer el título del tema. Lo hacen, y al terminar les decimos: Como ya
sabéis, hoy vamos hablar de adolescencia, sexualidad, amor, vida… todo esto que a vosotros os interesa tanto,
vamos a intentar dejarlo hoy solucionado.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Tratar este tema es pensar en primer lugar que Dios nos hizo como personas sexuadas, somos hombre y mujer,
distintos pero complementarios. Pero lo importante es que estamos hechos a los ojos de Dios y la sexualidad es
una parte de esa relación, es un don de Dios positivo y hermoso que nos capacita para el amor auténtico. La
sexualidad y el amor están íntimamente relacionados; la Iglesia, experta en la persona, nos descubre como la
sexualidad nos va madurando, por la gracia de Dios, para el amor. Por tanto, antes, de entrar en materia, decir
claramente que la sexualidad es un camino querido por Dios para que a través del propio cuerpo, el matrimonio
sea feliz, busquen su bien y además estén abiertos a un amor fecundo. Por tanto, las relaciones íntimas de las
parejas tienen una doble finalidad, el bien de los esposos y concepción de los hijos. Así es como la Iglesia lo
entiende, y nosotros debemos aceptarlos como hijos creados a imagen de Dios. (Ahora invitamos a leer los tres
primeros párrafos de la página 241). Cuando terminen de leer se aclara alguna duda y se sigue explicando con
estas o semejantes palabras.

Pero mirad chicos, lo que hemos leído nos muestra cómo la vocación al amor, que radica gozosamente en el alma
de cada uno, se manifiesta a través cuerpo y del corazón.

Nuestro cuerpo es sagrado y lo que hagamos con él repercute mucho en nuestra mente psicológica… y la marca. Y
la verdad está en saber defender nuestra identidad de hombre y mujer que se reconoce así por Dios, y más aún,
se considera sagrado porque es hijo de Dios. El cuerpo, nuestro cuerpo está para la complementariedad y como
dijo el Papa Francisco “nuestro cuerpo es para el amor, y no para el placer”.
Hace unas semanas, en un curso de afectividad y sexualidad para adolescentes con un experto en la materia, hizo
un trabajo con chicos por un lado y las chicas por otro. A todos se le preguntó lo mismo: Decir sinónimos de
sexualidad. Mientras los chicos decían cosas como placer, gusto, chicas…. Las chicas por su parte respondían;
Amor, hijos, vida…. Y ésta es la diferencia psicológica que a vuestra edad tenéis chicos y chicas. Conceptos
distintos de las relaciones, conceptos distintos del amor, conceptos distintos de la complementariedad de la
pareja. Los chicos andáis por un nivel y las chicas por otro. También esto lo debemos de saber, y respetarnos
mucho.

Hoy vivimos en una cultura dominante, que con frecuencia, nos incapacita para responder a la grandeza del amor
de Dios. En esta cultura dominante muchos de los adolescentes tienen el primer contacto con la sexualidad a
partir de la pornografía sea en el móvil o el ordenador, y la pornografía como película que es, no tiene, nada,
nada, nada que ver con la sexualidad entendida a los ojos de Dios. Antes os dije que lo que hagamos con nuestro
cuerpo repercute en nuestra mente, sin duda, y si lo primero que hemos aprendido de este tema ha sido por las
películas porno… mal vamos. Creemos que eso que vemos es el amor, y soñamos que así serán nuestras
relaciones sexuales cuando seas mayor y tengas pareja, pero es una barbaridad querer imitar esta realidad, esto
ni es amor, ni es nada… es solo cine donde en la mayoría de los casos las actrices o actores son esclavos sexuales.
Y es muy triste. Lo malo es que este error ocurre en muchas, muchas ocasiones. A todos estos excesos de los que
nos habla la cultura dominante, podemos también hablar de otros elementos como los actos impuros de manera
descontrolada, la duda sobre la identidad de género; la forma de vestir para provocar y excitar en muchos casos.
Esto es un mal que afecta profundamente a la persona y a las futuras relaciones estables. Por eso, chicos y chicas,
hay que cuidarse, hay que quererse y hay que mirarse con los ojos de Dios. (Leemos el resto de la página 241).

Terminamos hablando sobre la últimas preguntas que surjan de la realidad sexual en nuestra cultura, lo que tiene
de bueno y malo; lo que nos libera y nos esclaviza, y terminamos recordando lo que nos dice San Pablo, que
“nosotros no estamos creados para nuestro cuerpo” sino para el “Espíritu”. Les anunciamos que la semana
próxima hablaremos de la sexualidad desde la perspectiva cristiana.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Terminamos rezando la Salve a la Virgen pidiéndole que ella custodie nuestros cuerpos.
Tema 43.2. VIVID EN EL AMOR, 6º y 9º mandamiento (2ª sesión)

Tarea previa del/la catequista:


 Lectura del tema 43 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 240-243
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 251-254

Objetivos:
 Conocer el sentido y el significado de la sexualidad como vocación al amor.
 Descubrir que la gracia de Dios nos ayuda a vivir nuestra vocación al amor
 Reconocer los actos que se van en contra de nuestra vocación al amor.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


La semana pasada estuvimos hablando de la sexualidad en su amplio sentido humano. Somos personas sexuadas
y estamos llamados a buscar el bien en la pareja y a procrear y traer hijos, regalos del cielo para la Humanidad.
Recordad que estuvimos hablando del desmadre de hoy, de la perdida de virginidad a edades muy jóvenes, y de
muchas otras cosas. Preguntamos si lo recuerdan. Lo traemos a la memoria brevemente, y seguimos.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Aclaramos las dudas del tema pasado, y ahora les hablamos sobre la castidad, con estas o semejantes palabras:
Hay algunas personas que viven, y quieren vivir la castidad. ¿Sabéis lo que significa castidad? Es la renuncia y el
dominio de sí mismo para que no vivamos “enganchados” al placer vacío y egoísta del sexo. Es necesario hacer
esfuerzo de castidad si queremos alcanzar la verdadera libertad y llegar a la madurez en el amor. Algunas
personas como los sacerdotes o las religiosas viven toda su vida en castidad. Con la gracia de Dios y pidiéndolo
constantemente es posible. El catecismo nos ha subrayado que para llegar vivir el amor auténtico hay un camino
que recorrer, donde son necesarios poner esfuerzos y mirada limpia. (Leemos la columna de la página 241 y
aclaramos el tema de la castidad) Al terminar, les aclaramos una palabra que ha salido en la última frase
“PUDOR”, y que es muy importante que ellos lo entiendan y lo vivan. Primero les preguntamos si saben definir
qué significa “pudor”.

Dejamos hablar y luego explicamos: El pudor es la vergüenza de exhibir parte del propio cuerpo desnudo o de
tratar temas relacionados con la sexualidad. Es también como un sentimiento que mueve a ocultar o evitar hablar
con otras personas sobre ciertos sentimientos, pensamientos o actos que se consideran íntimos. El pudor tiene
que formar parte de nuestra propia identidad, tenemos que respetarnos; todos hemos visto a chicas que apenas
llevan ropa en verano, que se colocan “piercing” en el ombligo o en otros lugares; hay veces que, sobre todo las
chicas, visten de maneras muy provocativas provocando la mirada de los chicos y el comentario. Y hay muchos
chicos que cuidan excesivamente del cuerpo y los músculos como si todo dependiera de ello, y en este tema
entran también los tatuajes que marcan de por vida nuestro cuerpo y tantos y tantos detalles que marcan y
determinan nuestro futuro. (Dejamos que hablen).

Seguimos con este interesante tema leyendo el apartado “llamados a crecer en el camino del amor”, en la
página 242. Cuando terminamos, nosotros aclaramos el texto de San Pablo con estas palabras; San Pablo nos dice
que la sexualidad es una importante dimensión del hombre, cuyo cuerpo es para el Señor, y a través del cual se
realiza como persona. El cristiano no se pertenece así mismo, es miembro de Cristo y templo de su Espíritu; por
tanto, nuestro cuerpo, debe ser tratado con dignidad y respeto. Este camino exige aprender el dominio de la
mente y del cuerpo para alcanzar en el futuro la madurez del amor en el matrimonio. La iglesia nos enseña que la
vocación a la libertad y la madurez sexual son alcanzables y posibles, contamos con la ayuda y la gracia de Dios.

Todos somos conscientes que en el ambiente actual; como hemos hablando antes, hay una tendencia y una
saturación de contenidos sexuales en muchos medios de comunicación y a través de las nuevas tecnologías, y que
vosotros tenéis fácil acceso a ello. Pero ya sabéis que la sexualidad es un camino que hay que andar, en este
camino, tenemos que dominar nuestra mente y nuestro cuerpo para que no seamos esclavos de nuestro propio
yo; tenemos que cuidarnos como hijos de Dios, vivir el don del celibato y la virginidad, hasta que de verdad se
encuentre una pareja en la que el amor sea profundo y con la que piensa vivir la plenitud del amor en el
matrimonio. Los malos hábitos crean dependencias y esto es lo que tenemos que evitar. Y si al final somos débiles
y caemos en alguna tentación sexual… ya sabemos que el Señor está dispuesto a perdonarnos con el sacramento
de la confesión. No tengamos vergüenza de hablar de ello y pedir ayuda para no caer en la esclavitud del sexo.
Nosotros somos más que nuestro sexo y no podemos estar atados a él.

Para clarificar quienes incumplen estos mandamientos, lo leemos, en la página 242 (después de leer podemos
aclarar todo lo que necesitemos; ojo, hay una referencia clara a las relaciones homosexuales. Si preguntaran
sobre el tema, tendremos que decir lo que pasa, que la Iglesia acoge, no condena, y ayuda al chico o la chica que
es homosexual. La Iglesia nunca los ha condenado. Lo que esta norma dice es que la persona homosexual cuando
tiene relaciones con otra persona del mismo sexo, está cometiendo el mismo pecado que cuando los chicos y
chicas heterosexuales tienen relaciones antes del matrimonio o fuera del matrimonio. Lo que la Iglesia nos está
enseñando es el amor verdadero a los otros, es querer sinceramente, que mi cuerpo no sea utilizado como un
objeto… es respetarse como personas. Lejos de poner trabas, el Iglesia es maestra de amor)

Ahora para explicar cómo la Iglesia tiene potestad para hablar sobre este tema, lo leemos en la página 242, en la
columna de la izquierda. Al terminar aclaramos si es necesario.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Terminamos introduciendo la oración de esta sesión de catequesis. Y les podemos hablar así: Durante toda la
sesión hemos hablado que vivimos en un ambiente social muy difícil para vuestras edades, y en esta lucha contra
el sensualismo y una vivencia sexual equivocada no podemos caminar solos, tenemos que apoyarnos en Jesús que
entregó su vida y su Sagrado Corazón al Padre por nosotros; tenemos que pedir muchas veces a la Virgen, porque
Ella es Pura e Inmaculada, que nos ayude a vivir la sexualidad como expresión de amor.

Leemos “Hemos de apoyarnos en Cristo” (Página 243). Lo hacemos en ambiente de oración y silencio.

Después de rezar el texto, su catequista le lee el último apartado para decir al grupo que el valor de pureza en la
sexualidad viene desde el siglo II donde nos encontramos un escrito anónimo de ese siglo. Lo leemos y así termina
la sesión.
Tema 44.1. NO PONGÁIS LA CONFIANZA EN LAS RIQUEZAS, 7º y 10º mandamientos
(1ª sesión)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 44 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 244-247
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 255-258

Objetivos:
 Conocer el valor de los bienes materiales y el respeto a los ajenos
 Valorar el trabajo responsable, la generosidad y el compartir.
 Iniciar en la alabanza a la obra del creador y en la confianza filial.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Introducimos este nuevo tema con estas o semejantes palabras, y lo hacemos sin sacar el catecismo de la
mochila: Al igual que la semana pasada hablábamos de un aspecto muy importante para el desarrollo de la
persona que es la sexualidad y la afectividad, hoy vamos hablar de otro aspecto muy importante para nuestra
formación personal y de fe. El título del tema que vamos a ver ya no los dice: “No pongáis vuestra confianza en
las riquezas”. Para empezar podemos mantener un pequeño diálogo sobre el tema con el grupo. Les podemos
preguntar: ¿Creéis que el dinero hace feliz al hombre? ¿Es el dinero el único camino que puede llevar a la plenitud
del hombre? Dejamos que hablen, seguramente alguno dirá que sí, otros dirán que no es importante pero que
ayuda a ser feliz, otros dirán que es muy importante el dinero para vivir. Todo lo dicho es verdad y es mentira a la
vez. Se lo podemos aclarar con la siguiente explicación: efectivamente el dinero puede ayudar al hombre a
realizarse como persona y en familia, pero el dinero está al servicio del hombre, pero no el hombre al servicio del
dinero. Hay muchas personas que trabajan a destajo sin descansar sábados ni domingos, sin tener apenas
relaciones con la familia.... y claro todo esto tiene un precio. Y lo sabemos. También sabemos que hay otras
muchas personas que por conseguir mucho dinero fácilmente son capaces de secuestrar, asesinar, hacer trata de
blancas, engañar, robar, arruinar a otras personas con tal de tener mucho dinero. El deseo de dinero, lleva a pisar,
hundir, a otras personas y dejarlas aniquiladas para siempre… No tiene sentido vivir siendo esclavo del dinero.
¿Qué os parece? Dialogamos

Después les invitamos a sacar el catecismo y a que lo abran por la página 244. Seguimos diciéndoles: Vamos
hablar de todo esto en el tema 44. Seguramente este cuadro no lo conocéis, pero viene muy a pelo para tratar el
tema del que estamos hablando. ¿Alguien conoce el cuadro? Bueno pues su autor es Caravaggio, un gran pintor
italiano del siglo XVII; pintaba obras para poder comer, las hacía por encargo y un señor rico le encargó tres
cuadros sobre la vida de San Mateo. Este que vemos es uno de ellos, dedicado a la vocación de San Mateo.

¿Hay algún elemento que os llame la atención? ¿Y alguna persona especial? Dejamos que hablen y después se lo
aclaramos con estas o semejantes palabras:

Mirad el cuadro que aparece en el catecismo, como veis tiene dos partes: una superior y otra en la inferior. En la
superior solamente hay una ventana con poca luz pero que sitúa la escena puertas adentro de la habitación. Todo
está oscuro, a media luz, hay una mesa, una gran mesa rodeada de hombres. El Evangelio nos dice que San Mateo
era recaudador de impuestos. Era un trabajo que le hacía ponerse al servicio del poder romano. Recaudaba
dinero de los impuestos para dárselo a los romanos. Por eso en la mesa vemos monedas, un tintero, una pluma,
un libro donde se hacían las anotaciones. De pronto, y es la otra escena, por la puerta entran Jesús y san Pedro,
mirad un gran detalle, con ellos llega la luz a aquella estancia. El rayo de luz no procede de la ventana, la trae
Jesús (Jesús está al final y señalando con el dedo, como Dios en la creación, a una persona), a su lado está San
Pedro dialogando con Jesús y también señalando a aquella persona. De derecha a izquierda, la mirada de Cristo
apunta solo al rostro de Mateo. Espacio de libertad, y espacio de gracia. Fijaos todo lo que nos puede decir un
cuadro. Mateo fue capaz de dejar todas sus ganancias y llenarse solo de Jesús. Cristo trae la luz verdadera a este
espacio oscuro de los recaudadores de impuestos.

Si no fijamos en el rostro de Mateo, está expresando algo así como arrebato, seducción, afecto hacia aquel que lo
llama. Ya no es el recaudador, sino el llamado. La llamada nos descubre a nosotros mismos, por eso san Mateo se
señala así mismo como diciendo ¿pero... soy yo? ¿Soy yo? Solo hay una manera de pasar ante Jesús y no verlo:
ocultarse.
Si nos fijamos en los hombres que están sentados en la mesa, vemos que uno se tapa la cara, no es casual que
uno de los compañeros de Mateo lleve gafas, casi como si lo hubiese cegado el dinero, otro mira para abajo, un
joven mira extrañado con la mirada perdida, pero Jesús mira a quien todo lo tiene medido y controlado, como es
un contable. Mirada de conmoción que levanta, cura, genera esperanza…

Esta pintura refleja así la colisión entre dos mundos: el poder de la fe inmortal y el ambiente mundano del
recaudador, que se inclina sobre su dinero, ignorando a Jesús.

Dejamos reposar la reflexión que hemos hecho y dejamos que los chicos hablen.

2º. PROFUNDACIÓN EN EL TEMA


Seguimos con el tema, y ahora ya con el catecismo abierto podemos introducir al grupo diciendo con estas o
semejantes palabras. Como podéis imaginar, el tema de hoy nos cuestiona cómo es nuestra relación con el dinero
y con los bienes. Si gastamos demasiado o no, si valoramos lo que tenemos y si sabemos dar gracias a Dios por
ello. Hay que conocer cuál es el auténtico valor del dinero y los bienes de la creación. Hace un momento hemos
hablado de los que significa el dinero para el hombre de hoy, pero nosotros desde la fe, tenemos que poner todo
en orden.

Somos hijos de una cultura que no nos educa en el compartir ni en consolarnos con lo que tenemos; cada día
queremos más, y vivimos atados al dinero, a la moda y a muchas cosas, de todo esto hablaremos después. Ahora
abrimos el catecismo por la página 245 (leemos los dos primeros párrafos de la página) donde se nos invita a vivir
nuestra vida no solo buscando la felicidad en el tener y en el disfrutar de las cosas, sino en recibirlas como un
regalo de Dios y saber compartirlas con los demás. Jesús es el único que puede librarnos de la atadura del
dinero, como a Mateo, y nos invita a tener una confianza plena en Dios. Después de leer hablamos sobre ello.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Entramos ya en el momento de la oración. En el Padre Nuestro Jesús nos enseña orar como hijos de Dios
poniendo en esa confianza en sus manos. Lo importante es tener la mirada de Jesús: para él lo que vale no son las
cosas, sino las personas. Por eso ahora, cuando recemos la oración del Padre Nuestro, digamos con el corazón,
esa frase: “Danos cada día nuestro pan...” Rezamos con fe.
Tema 44.2. NO PONGÁIS LA CONFIANZA EN LAS RIQUEZAS, 7º y 10º mandamientos
(2ª sesión)

Tarea previa del/la catequista:


 Lectura del tema 44 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 244-247
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 255-258

Objetivos:
 Conocer el valor de los bienes materiales y el respeto a los ajenos
 Valorar el trabajo responsable, la generosidad y el compartir.
 Iniciar en la alabanza a la obra del creador y en la confianza filial.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Podemos comenzar teniendo un diálogo que provocamos con estas o semejantes palabras: seguro que vosotros
tenéis una paga semanal, cada uno recibirá algo según lo que sus padres puedan, otros trabajan para tener un
poquito más de dinero, pero al fin y al cabo vosotros, como adolescentes queréis tener ya una autonomía, queréis
hacer un uso mayor de las cosas, avanzar en vuestra libertad y hay veces que el dinero que os dan en casa no es
suficiente y es entonces cuando cogemos caminos equivocados haciendo pequeños hurtos en casa o en algún
comercio, haciendo gamberrismo como signo de protesta o de llamar la atención. Otras veces no somos sinceros
con nosotros mismos y no estudiamos lo que tenemos que estudiar, y copiamos en los exámenes, o sacamos
malas notas....y no colaboramos en casa. ¿Es así vuestra vida de adolescentes? ¿Dependéis de una paga semanal?
¿Os enfadáis mucho con vuestros padres?: Dialogamos
Y luego seguimos diciendo: Pero Jesús nos enseña un camino y un modo nuevo de pensar y de vivir en la vida
cotidiana: las personas somos mucho más importantes que las cosas; y la felicidad no la da el dinero si no la
generosidad, el saber compartir y aprendiendo a conformarse con lo que tenemos.
2º. PROFUNDACIÓN EN EL TEMA:
Después de la aclaración, seguimos leyendo en la página 245 (donde nos quedamos la semana pasada) y
aclaramos lo que significan el séptimo y el décimo mandamiento de la ley De Dios.
Como hemos leído, el 7º mandamiento nos abre el horizonte de la justicia y la generosidad para descubrir el valor
de las cosas, el derecho a poseerlas, el respeto a los bienes de los demás y sobre todo el respeto a la creación que
es el bien máximo de todos, no robar, es reconocer el derecho del otro de poseer lo que se ha ganado
honradamente. En el 10º mandamiento se nos invita a curar nuestros deseos sobre todo el de la avaricia y la
envidia y también nos educa en el respeto a los bienes ajenos. Muchas veces somos tentados, pero solo desde la
fe en Dios podemos vivir libre y generosamente.
A lo largo de este tema hemos hablado varias veces de respetar los bienes de los otros… los bienes…. ¿sabéis que
son los bienes? (Leemos el apartado LOS BIENES DE LA CREACIÓN, de la página 246)
Lo introducimos con estas o semejantes palabras: A la Iglesia le preocupa mucho la situación del hombre de hoy
cuando se pone en duda su dignidad… una y otra vez el papa Francisco está denunciando esta situación inhumana
que se vive en ciertos países; situaciones como la explotación laboral, las migraciones, la destrucción del planeta.
La iglesia siempre ha afirmado que Dios destinó la tierra y cuánto en Ella se contiene para uso de todos los
hombres y pueblos. Por eso el gran drama del hambre en el mundo es totalmente injusto y no lo quiere Dios. Lo
leemos en la página 246 y después la columna “LA POBREZA Y EL DESARROLLO ¿SON EVITABLES?”.
Si hubiera algo que aclarar lo hacemos al terminar. Después, invitamos a analizar nuestras vidas repasando como
estamos en el 7º y el 10º mandamiento. Leemos ¿QUIENES INCUMPLEN ESTOS MANDAMIENTOS?
Lo decimos con estas palabras: Ahora nos toca hacer un pequeño examen de conciencia sobre este tema, leemos
el cuadro de la página 246 y cada uno contesta en su interior.
3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
Terminamos leyendo la oración de san Basilio, que nos resume todo lo que hemos hablado en este tema y nos
recuerda que no podemos ser esclavos del dinero.
Tema 45.1. GOZA CON LA VERDAD, 8º mandamiento (1ª sesión)

Tarea previa del/la catequista:


 Lectura del tema 45 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 248-251
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 259-262

Objetivos:
 Descubrir la belleza de la verdad con nosotros, consigo mismo, con Dios.
 Incorporar actitudes básicas para revivir la verdad frente a la mentira y la maledicencia.
 Reconocer la oración y el esfuerzo como medios para ser testigos de la verdad.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Empezamos nuestra sesión de hoy saludando de esta o parecida manera al grupo e iniciando el contenido del
tema, les decimos: Queridos chicos y chicas, hoy vamos a hablar de un tema muy complicado y difícil pero muy
necesario y urgente: es el tema de decir siempre la verdad. La sinceridad es un elemento fundamental para las
relaciones mutuas, la amistad e incluso el amor. ¡Vivir en la verdad!... qué bien suena. (Sin abrir el catecismo
proponemos tratar este tema en el grupo). Podemos lanzar estas preguntas:

 ¿Por qué es tan importante vivir la verdad en las relaciones humanas?


 ¿Habéis tenido alguna experiencia negativa por la falta de sinceridad en el grupo, con los amigos, en la
familia?
 ¿Seguro que vosotros mismos, alguna vez habéis mentido para salir de un aprieto, o para no dar un
disgusto?
 Hay que gente que afirma que solo hay “mentiras piadosas”. ¿Pero hay “mentiras piadosas” o son
“mentiras” sin más?
 Y con los móviles ¿Nunca habéis mentido? No habéis entrado en comunicación con personas que no eran
quienes pensabais...

 Mantenemos un diálogo entre todos, que sin duda puede ser tormentosa, pero con sus respuestas podemos
encontrar las soluciones.

Apoyo para el diálogo:

 “Dejados de mentiras, hable cada uno con verdad a su prójimo, que somos hermanos unos de otros”. Esto
dice San Pablo en su carta a los Efesios. Los cristianos debemos vivir y decir siempre la verdad, por la
importancia en las relaciones de unos con otros, tienen que priorizar el ser transparente y sincero.
 La mentira no solo rompe nuestra relación auténtica con nosotros mismos, también nos impide crecer
como personas auténticas.
 Es un peligro vivir diciendo palabras o haciendo cosas contrarias a lo que pienso y siento de verdad.
 Muchas veces, por quedar bien, mentimos y traicionamos a la verdad.
 La sinceridad es el camino de la verdad, y es a lo que profundamente debemos aspirar. Esto lleva consigo
una lucha constante con esa máscara que podemos poner en la relación con los demás incluso ante
nosotros mismos. Cuando mentimos no nos mostramos como somos, sino según la representación que
queremos dar de nosotros y el papel que tenemos que hacer ante los demás.
 La humildad de la persona implica el conocerse asimismo y quererse como uno es. Cuando uno se acepta
y se vive como es, no necesita mentir. La mentira es un “sub refugio” del no aceptarse como uno es.
 Hay que amar la belleza de la verdad frente a la mentira y el fingimiento.

Después de hablar ampliamente sobre el tema de la mentira-la verdad, aclaramos este diálogo leyendo los dos
primeros párrafos de la página 248 del catecismo.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Cuando terminemos de leer seguimos nuestra explicación con esta o semejantes palabras: según la psicología
cuando llegamos a la adolescencia nos sustraemos a la familia y entramos en otra relación con un grupo de
compañeros, de amigos; este cambio de relaciones nos puede llevar a falsear nuestra comunicación con los
mayores y adoptar frente a los amigos opiniones y posturas que no son verdad. Produciendo así un doble
comportamiento, uno como el chico de casa y otro, como el chico con los amigos. Seguro que esto, más o menos,
os pasa a vosotros. Que nos portamos en casa de una manera y con los amigos de otra. Entonces ¿Podemos decir
que hay dos personas en una? Si con los amigos somos cariñosos, alegres y lo pasamos bien... y en luego en casa
somos gritones y contestones, y hacemos sufrir a los padres… Entonces ¿Qué pasa? ¿Cómo somos realmente?

¿Cómo el chico de la pandilla o como el chico de la familia? Tenemos que saber que en uno de los dos supuestos
estamos haciendo un papel, por tanto, cuando esto ocurre estoy mintiéndome a mí mismo.

Éste paso es muy delicado pero tenemos que hablarlo en medio de vuestra vida adolescente. La verdad tiene que
ser el ideal que hay que alcanzar primero porque es lo mejor para nosotros, segundo porque es el mismo Señor
quien nos pide que seamos siempre sinceros, que no usemos la mentira para defendernos, que nunca vendamos
a los demás con críticas y comentarios. Amar la verdad es identificarnos con los valores auténticos del Evangelio.
Dejamos que puedan contar alguna experiencia más y aclarar si se necesitan algunas explicaciones adicionales.

Seguimos diciéndoles que los mandamientos de Dios también nos hablan de la verdad y del pecado de la mentira.
Les invitamos a leerlo en la página 248. (Cuando hayamos terminado de leerlo les aclaramos la cita de Santiago).
Les decimos. Os habéis dado cuenta de lo que Santiago ha dicho en el texto que hemos leído: “una chispa
insignificante puede incendiar todo un bosque. También la lengua de fuego.” Santiago con la imagen de fuego nos
habla gráficamente de como la mentira contamina a una persona entera. Y no sólo a la persona misma, si no que
la mentira va creciendo en otras personas Y así puede crear un daño muy grande e irreparable. Un ejemplo para
que lo entendáis: si una persona dice un bulo sobre otra; y esa persona que ha recibido la información se lo dice a
un grupo y en este grupo hacen correr la información por aquí y por allí. ¿Qué pasa? Que la lengua de fuego ha
provocado un incendio. Y esto pasa muchas veces y en muchas ocasiones. Volvemos a repetir lo que estamos
diciendo lo largo del tema, el cristiano está llamado buscar la verdad y a seguirla y a ser fiel asimismo y a Dios; y
en Jesucristo, camino, verdad y vida, encontraremos la verdad completa y rechazaremos todo error. Somos
discípulos auténticos siguiendo a Jesús y conociendo su verdad, porque la verdad nos hace libres

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Vamos a terminar ya este tema rezando un poquito para que seamos de verdad más sinceros, para que hablemos
en la verdad, para que no hagamos sufrir a nadie: En la página 251 el Señor nos hace la promesa de enviarnos a
su Espíritu Santo: el don del Espíritu, el Espíritu de la verdad nos guiará hacia la verdad que alcanza su plenitud en
el amor. Lo leemos en actitud de querer cambiar. Cuando se haya leído el apartado, terminamos invocando al
Espíritu Santo para que nos haga amigos de la verdad. Lo encontramos en la página 310.
Tema 45.2. GOZA CON LA VERDAD, 8º mandamiento (2ª sesión)

Tarea previa del/la catequista:


 Lectura del tema 45 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 248-251
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 259-262

Objetivos:
 Descubrir la belleza de la verdad con nosotros, consigo mismo, con Dios.
 Incorporar actitudes básicas para revivir la verdad frente a la mentira y la maledicencia.
 Reconocer la oración y el esfuerzo como medios para ser testigos de la verdad.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


La semana pasada estuvimos hablando de la verdad y la mentira. No solo de las “mentirijillas” que nos decimos
sin importancia alguna vez; si no de esas mentiras que denigran a la persona, que hacen sufrir a otros…. Incluso
recordad que nuestra vida, en muchas ocasiones es una mentira, cuando no nos proyectamos como realmente
somos. ¡Si supierais cuánto daño hace el mentir!
Pero el problema es que estamos viviendo en una cultura de la mentira… en la televisión, en la prensa, en los
WhatsApp, en muchos medios y en muchos momentos nos están mintiendo. De esto vamos a hablar hoy.
Invitamos a sacar el catecismo y lo abrimos por la pagina 249 y miramos la imagen del tema.
Les preguntamos qué vemos. Y qué tiene que ver esa imagen con lo que estamos hablando. Dejamos hablar.
Luego intervenimos diciendo: ciertamente esta imagen nos recuerda que la verdad es necesaria e imprescindible
en los medios de comunicación. Estamos hartos de que nos manipulen las noticias, que nos engañen con la
comunicación. Pues también San Pablo se dirige a los medios y les invita a que se dejen de mentiras, y que hable
cada uno con la verdad de su prójimo, que somos miembros unos de otros.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA
Y a continuación, invitamos a los chicos a pasar a la página 250 donde leemos el apartado:” La verdad en los
medios de comunicación social”. Cuando terminemos de leer, aclaramos diciendo con estas o semejantes
palabras: que hoy día los medios de comunicación están al servicio del partido político que los subvenciona
económicamente, manipulan las noticias para hacer valer su verdad, y a su vez hundir a otras formas de pensar.
Según veamos las noticias en un canal o en otro, podemos ver que la misma noticia se comenta de distinta forma;
y lo mismo ocurre con la prensa o con la radio. Lo que la Iglesia pide y exige, viendo la gran influencia de la
comunicación en la actualidad y como afecta a la opinión pública, que se nos informe siempre en la verdad.
Después de hablar de la verdad en vuestra vida, de la verdad en vuestras relaciones, y de la verdad tan necesaria
en los medios de comunicación social, ahora vamos a tratar un tema muy delicado el de la comunicación Virtual.
Lo hacemos con estas palabras: Esta frase de que «nadie nace sabiendo», es verdad, pero va perdiendo
intensidad en el mundo de las nuevas tecnologías. En esta era digitalizada, a los niños y adolescentes se los
consideran como «nativos digitales», ya que, desde el primer día de vuestras vidas, vivís pegados a los teléfonos
móviles, tablets y ordenadores. El problema surge cuando crecéis y nadie os dice cómo funciona «ese mundo», y
nadie os dice lo que está bien o mal. Muchos padres se preocupan por las horas que pasáis “digitalizados”, pero lo
realmente importante es lo que hacéis durante ese período. Tenéis que saber que las situaciones de “ciber acoso”
comienzan a los 10 años, normalmente con personas que mienten sobre su edad o su físico. Muchos alumnos
bajan sus notas por el tiempo que les ha robado el móvil y las relaciones de amistad se resienten.
Debéis de daros cuenta de las ricas posibilidades que ofrece la comunicación Virtual pero también de los graves
peligros de su mal uso: tenéis que saber hacer un uso prudente de las nuevas tecnologías y de las redes sociales.
Nunca las nuevas tecnologías pueden anular el valor de relaciones humanas. Lo leemos en la columna de la
página 250. “La comunicación, ¿virtual o real? Después de hablar sobre el tema, repasamos y vemos quienes
incumplen este mandamiento. Lo leemos en la página 250.
3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
Vamos a terminar ya este tema rezando un poquito para que seamos de verdad más sinceros, para que hablemos
en la verdad, para que no hagamos sufrir a nadie: En la página 251 el Señor nos hace la promesa de enviarnos a
su Espíritu Santo: el don del Espíritu, el Espíritu de la verdad nos guiará hacia la verdad que alcanza su plenitud en
el amor. Lo leemos en actitud de querer cambiar. Cuando se haya leído el apartado, terminamos invocando al
Espíritu Santo para que nos haga amigos de la verdad. Lo encontramos en la página 310.
Tema 46.1. ¿CÓMO PIENSA UN CRISTIANO? (1ª sesión)
(San Agustín de Hipona)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 46 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 254-257
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 263-266

Objetivos:
 Conocer el proceso de conversión de San Agustín de Hipona y su pensamiento cristiano
 Descubrir la relación que existe entre fe y razón para alcanzar la sabiduría.
 Vivir buscando la verdad en Jesucristo, que da un sentido pleno a la vida.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


AVISO: Hay que tener en cuenta al dar esta sesión de catequesis, que los chicos de esta edad es cuando empiezan
a cuestionarse las verdades que les han enseñado en la familia, parroquia o escuela, y que comienzan a ser
críticos con todo lo que se les trata de transmitir. Su apertura a los demás, especialmente amigos, al mundo
científico y a la introducción al pensamiento lógico-abstracto en sus vidas les lleva a buscar más razones y
respuestas a sus preguntas existenciales y transcendentes. Es pues, un buen momento para asentar las grandes
verdades que les sirvan como base para que construyan su pensamiento, muchas veces disperso y confuso a esta
edad.
Invitamos a abrir el catecismo por la página 254. Una vez tranquilizados, comenzamos introduciendo el tema con
esta aportación que puede y debe buscar que surja un diálogo profundo en el grupo, se lo decimos con estas o
semejantes palabras:
Mirad chicos, han pasado muchos años desde que yo iba a catequesis y fijaos, entonces nos decían “Dios creó el
mundo en seis días y al séptimo descansó’. De esta manera tan escueta, y sin profundizar en el fondo de la
cuestión, muchas generaciones hemos aprendido cómo tuvo lugar la Creación. La realidad es que, desde el origen
del Universo hasta la aparición del hombre, transcurrieron miles de millones de años y no seis días, como es
fácilmente justificable en la actualidad a partir de los avances de la física y la biología. En los principios del siglo
XXI, y apoyándonos en la ciencia, la historia y la arqueología, es posible explicar los primeros capítulos del
Génesis alejándonos del lenguaje alegórico de la Biblia y dando respuestas científicas a los acontecimientos que
se narran en el primero de los libros sagrados, haciendo que pasajes bíblicos dejen de ser mitos para convertirse
en hechos históricos a la luz de la razón. Poco a poco, algunas cosas de las que habla la Biblia, la ciencia de los
últimos tiempos nos las ha explicado perfectamente, pero lejos de apartarnos de Dios, nos ha enraizado más en
él. Como dijo el gran científico Werner Heisenberg, uno de los creadores de la mecánica cuántica y premio Nobel
de Física: ‘El primer sorbo de la copa de la ciencia te vuelve ateo, pero en el final del vaso, Dios te está esperando’.
Seguro que vosotros, en esta edad que tenéis, estáis empezando a tener algunas dudas y preguntas sobre la
existencia, la vida y la muerte. Sobre Dios y las realidades creadas, sobre lo que viene y va, sube y baja. Eso es
normal, todos hemos pasado por etapas difíciles en la vida y en la fe. Pero, estas dudas no nos las pueden crear
los comentarios que otros nos hagan, o lo que nos expliquen en clase de física o de filosofía… sea lo que sea, que
sea siempre por nosotros mismos, por nuestro crecimiento, para que así después de haber buscado lleguemos a
una conclusión. Dejamos un ratito de diálogo en el grupo intentado adivinar si los chicos empiezan a pasar por un
momento de crisis de fe, que solución ponen a esa dificultad…
Al terminar la explicación les pedimos que observen la imagen de la página 255. Al terminar podemos terminar
con esta explicación: Es la Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, en Madrid, las pinturas están referidas a
momentos bíblicos; es una maravilla de frescos y trabajos en madera. Esta imagen nos recuerda que la Iglesia
siempre ha mantenido una especial preocupación por la cultura. Basta con ver nuestro templo parroquial,
¡cuánto arte hay en él!, y es que la cultura ha sido siempre un campo privilegiado de presencia y compromiso
cristiano. También por la cultura y las artes podemos llegar a Dios o descubrirle. En las pinturas, en la música, en
el canto… Dios, ese Dios que para algunos es desconocido, se hace presente.
Como resumen de toda esta primera parte que hemos trabajado puede servir este texto; como dice San Pedro en
su escrito que tenemos en la página 254, los cristianos debemos dar razón de nuestra esperanza, o dicho de otra
manera, debemos saber que nuestro creer es razonable. A Dios podemos llegar por muchos caminos, por la
ciencia como dijimos al principio, por la cultura y el arte como hemos visto ahora. A Dios se le puede conocer y
amar profundamente
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA:
Ahora les invitamos, de la mano de San Agustín, a ver como un cristiano puede y debe plantearse su fe desde la
razón. Creer por creer no puede ser. Hay que dar razones de nuestro creer. San Agustín que es un apasionado
buscador de la verdad, no encontró esas razones hasta que Dios entró en su vida y él en la vida de Dios. Vamos a
leer y a conocer la vida de San Agustín en la página 255. Leemos
Cuando terminamos de leer, les preguntamos que les ha aparecido la vida de San Agustín. Qué les ha llamado más
la atención. Nota: En su libro de las “Confesiones” San Agustín dice: “Nos hiciste Señor para Ti, y nuestro corazón
está inquieto hasta que descanse en Ti”. En el texto que hemos leído resalta, por un lado, la influencia de su
madre, Santa Mónica, en la formación de su hijo Agustín y del obispo San Ambrosio, y por otro, el proceso de su
camino de conversión. Tener en cuenta estos dos puntos.
Luego les explicamos con nuestras palabras: San Ambrosio, que aparece en el texto que hemos leído, fue un gran
teólogo y pensador, ayudó mucho a San Agustín para que encontrara a Dios en su vida, no lo hizo de pronto,
pasaron varios años hasta que San Agustín creyera en Dios. San Ambrosio fue muy importante en la vida de
Agustín. Es uno de los personajes reconocidos con el sobrenombre de Padres de la Iglesia. (Aclaramos: en los
primeros siglos del cristianismo, desaparecidos ya los apóstoles y aquellos que vivieron con los apóstoles,
comenzaba la Iglesia una nueva andadura sin la presencia de aquellos que conocieron y vivieron con Jesús; por
eso, en los primeros momentos del cristianismo los Padres de la Iglesia son muy importantes porque
solucionaron y encaminaron ciertos conflictos). Lo leemos en la columna de la página 255.
Después de leer el apartado ¿Quiénes son los Padres de la Iglesia? Continuamos con estas o semejantes palabras:
Y después de este paréntesis para hablar de San Ambrosio, volvemos a San Agustín que nos está ayudando a
buscar razones de nuestra fe. A propósito, ¿alguien ha leído “El Principito”? es un libro de Saint-Exupery… el
Principito dice una frase que nos puede ayudar a comprender lo que ahora vamos a leer; nos dice que hay que
aprender a mirar con los ojos del corazón y no sólo con los del cuerpo. Mirar con los ojos del corazón es descubrir
a Dios en las realidades cotidianas, en lo que nos rodea, en lo que existe. San Agustín aprendió a mirar con el
corazón, en lo profundo de su ser; aprendió a ver a Dios muy dentro de él. Vamos a leer ahora el apartado ¿Qué
nos dice San Agustín a nosotros? En la página 256. Leemos y preguntamos… ¿Qué dice San Agustín a los hombres
de ciencia? ¿y a los dirigentes de las naciones? Y por último a vosotros chicos, a los jóvenes ¿qué cuatro bienes os
recuerda que tenéis que vivir? Hablamos en grupo sobre esto último.
Y para terminar les decimos: en el tema de hoy, donde estamos buscando cómo dar razones de nuestra fe, hemos
hablado de tres santos: San Agustín, Santa Mónica, su madre, y San Ambrosio el obispo amigo. Pero ¿quiénes son
los santos? ¿Quiénes creéis vosotros que son los santos? Después de hablar en grupo se lee la columna de “Los
Santos” en la página 256, al terminar cerramos el tema diciendo: ¿habéis visto como los santos nos enseñan a
creer con todo el corazón, con toda la mente y con toda el alma? Para llegar a Dios hay que intimar con él; hay
que hablarle desde el corazón. Esto es lo que piensa un cristiano, es lo que pensaba San Agustín, que Dios está
entre nosotros, dentro de cada uno y nos da guiños a través de los acontecimientos del mundo.
3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
Acabamos la sesión haciendo un ratito de oración que recoja todo lo que hemos dialogado e interiorizado hoy; le
pedimos a san Agustín que nos ayude a encontrar lo que ya él vivió. (Si es posible se reparte copia de esta oración
de San Agustín):
TARDE TE AMÉ
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Y ves que Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba;
Y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que Tú creaste.
Tú estabas conmigo más yo no lo estaba contigo.
Retenían me lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti, no serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por Ti;
gusté de Ti, y siento hambre y sed;
me tocaste, y me abrasé en tu paz.
Tema 46.2. ¿CÓMO PIENSA UN CRISTIANO? (2ª sesión)
(San Agustín de Hipona)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 46 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 254-257
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 263-266

Objetivos:
 Conocer el proceso de conversión de San Agustín de Hipona y su pensamiento cristiano
 Descubrir la relación que existe entre fe y razón para alcanzar la sabiduría.
 Vivir buscando la verdad en Jesucristo, que da un sentido pleno a la vida.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


AVISO: Continuamos con esta segunda parte del tema 46 e intentando ayudar a los chicos a saber dar razones de
su fe. La semana pasada vimos a San Agustín, como buscó los caminos de la verdad; solo la encontró cuando
descubrió a Dios en su vida. No hay otro camino. En esta semana vamos a dar un paso más… en esta edad los
chicos empiezan a abandonar su asistencia a misa, su oración personal, su relación con el hecho religioso y con
ello su relación con la Iglesia. Por eso, en una primera parte nos vamos a detener en este apartado para aclararle
todas las dudas que puedan tener sobre nuestra Madre, la Iglesia. En un segundo momento hablaremos de que
Dios nos está buscando y sale a nuestro encuentro y nos uniremos a Santo Tomás de Aquino pidiéndole a Dios
fortaleza de fe para buscarle. Este tema comienza y termina. No tiene relación con el siguiente.
Después de saludar al grupo, les recordamos lo hablado la semana pasada para poder dar un paso más
profundizando sobre la Iglesia. Empezamos hablando con estas o semejantes palabras:
¿Quién recuerda de lo que hablamos la semana pasada? Dejamos hablar. Completamos diciendo Hablamos de
San Agustín, cómo estando lejos de Dios buscó la verdad por caminos varios y no la encontró. Su madre, santa
Mónica, una mujer creyente y profunda, oraba a Dios con insistencia para que su hijo le conociera. Además su
madre le animaba y le invitaba a orar con ella. También conocimos a un santo amigo, a San Ambrosio, que le
ayudó a entrar en el misterio de Dios. Así con la ayuda de una y de otro descubrió a Dios, no en las ciencias que
estudiaba, sino dentro si, muy dentro de él, en su corazón. Descubrió que Dios siempre estuvo ahí esperando a
que le reconociese y le amase. Y al final, ya sabéis, un gran santo para todos los tiempos. San Agustín nos ayudó a
pensar cómo debe pensar un cristiano: Que Dios siempre está ahí. Pero Dios, que no se está quieto, también nos
hace guiños, se acerca a nosotros, lo hace a través de la razón y de la ciencia, del arte y de los acontecimientos
ordinarios. Dios siempre nos está buscando.
Os invito ahora a que hagamos un momento de silencio y reflexión. La Iglesia está siempre a nuestro lado, camina
con nosotros, no nos abandona jamás. Los acontecimientos personales y familiares, demuestran que la Iglesia, y
en ella el Señor, está siempre a nuestro lado, camina con nosotros, no nos abandona jamás. Si pensamos en
nuestras vidas, ¿en qué momentos la Iglesia ha estado fiel a nuestro lado? (Dejamos que los chicos piensen;
nosotros podemos ayudarles diciéndoles en ¡nuestro Bautismo!. En ese momento importantísimo de nuestra
historia, la Iglesia se hizo presente regalándonos el ser hijos de Dios por el Bautismo, perdonándonos el pecado
original y haciéndonos miembros vivos de la Iglesia,… además del Bautismo ¿en qué otros momentos la Iglesia ha
estado cerca de nosotros o de nuestras familias? AVISO: Podemos recordarles también cuando hicieron su
primera comunión, cuando confirmó la fe algún familiar. ¿Quién no ha ido a alguna boda? ¿O quién no ha
participado en entierros? En los momentos más importantes de nuestra vida, la Iglesia está presente.
Después de poner en común esta reflexión seguimos profundizando en el tema de la Iglesia, con estas o
semejantes palabras: Al igual que hay momentos, como los que hemos hablado, en los que la Iglesia ha formado
parte de nuestra vida, también a lo largo de nuestra vida ha habido personas que nos han ayudado a ser
cristianos… ¿Qué personas os ha transmitido la fe y os han ayudado a vivir como cristianos? (Nota; seguro que
hablarán de sus padres, o de sus abuelas principalmente, tendremos que hacerles mención, si no lo hacen ellos,
de sus profesores de Religión y de todas las catequistas que han tenido a lo largo de sus años de catequesis, son
una parte importante en sus vidas que no pueden olvidar…).
Terminamos este momento con la actividad siguiente: Con estos dos datos que hemos reflexionado pedir a los
chicos que hagan una narración en la que pongan por escrito a las personas y esos momentos de los que hemos
hablado hasta ahora. Recordar que todo esto es hacer un pequeño homenaje a esas personas a las que debemos
nuestra fe.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA:
Una vez escrita su narración, pueden leerla en grupo o no, según su catequista vea conveniente. Sea como sea,
seguimos con el tema y ahora les hacemos analizar su referencia eclesial. Comenzamos con estas o semejantes
palabras:
Mientras que somos niños e incluso cuando entramos en la primera adolescencia, seguimos estando cerca de la
Iglesia porque venimos a catequesis, recibimos clases de religión en la escuela o en el instituto y vamos a misa los
domingos. Cuando crecemos, sobre todo, cuando llegamos a la juventud, y sin haber tenido ningún problema con
la Iglesia, la abandonamos. Apenas la visitamos. Esto lo podéis ver en vosotros mismos o en vuestros hermanos.
Ahora vamos a preguntarnos ¿Por qué creéis que pasa esto? ¿Será porque creemos que ir a la Iglesia es una
pérdida de tiempo? Dejamos que hablen. Luego aclaramos con estas o semejantes palabras:
No se puede separar a Cristo de la Iglesia, o a la Iglesia de Cristo. No podemos decir Cristo si, Iglesia no. Y hay
muchos jóvenes que así lo afirman… y así lo viven. Pero eso no puede ser así. Nada hay más absurdo que separar
a la Iglesia de Cristo. Entre Cristo y la Iglesia no hay ninguna división ni contraposición.
La Iglesia está fundada sobre los Apóstoles, elegidos directamente por Cristo. Ellos son así el signo más evidente
de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y la misión de su Iglesia, la garantía de que entre Cristo y la Iglesia
no existe ninguna contraposición. Recordáis aquel momento en el que Jesús subió al monte y llamó a los que él
quiso; y vinieron junto a él. Como instituyó a los Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con
poder de expulsar los demonios. (cfr. Mt 10,1-4). Por medio de los Apóstoles, nos remontamos entonces hasta
Jesús mismo que quiso fundar en ellos, el nacimiento de la Iglesia. Se tendría una falsificación de la realidad y de
la misión de Cristo mismo, se tendría un Jesús de fantasía si renunciamos a la Iglesia. No podemos tener a Jesús
prescindiendo de la realidad que él ha creado y en la cual se comunica. Entre el Hijo de Dios encarnado y su Iglesia
existe una profunda, inseparable y misteriosa continuidad, en virtud de la cual, Cristo está presente hoy en su
pueblo.
Por eso la misa se celebra en comunidad, recitamos el Credo en comunidad, recibimos los sacramentos en
comunidad… la búsqueda de verdad y la fe no se puede hacer en solitario, sino con comunión con la Iglesia.
Ahora leemos en la página 256, el apartado “CREEMOS Y PENSAMOS CON LA IGLESIA”. Al terminar, podemos
preguntarles, como andan ellos con la Iglesia en este momento. Y con cual actitud van a ella (lo que es lo mismo,
cuando vienen a catequesis vienen con la actitud de descubrir la verdad de nuestra fe para dar razones de ella; o
venimos con la intención de pasar el tiempo hasta que llegue el momento de recibir el sacramento… y cuando
vamos a misa, ¿vamos con la intención de celebrar la fe, o a pasar un buen rato con los amigos hablando y
riendo?).
Una vez terminado este diálogo damos un último paso en el tema. Se lo explicamos con estas palabras:
¿Recordáis qué era San Anselmo dentro de la Iglesia? La respuesta es Padre de la Iglesia. Después de aclarar
decimos: al igual que San Anselmo era padre de la Iglesia, también ha habido otros santos que están agrupados
por su aportación a la ciencia y la fe, son los Santos Teólogos, es decir santos que han estudiado mucha teología,
la ciencia de Dios, para conocer la verdad. Estos santos usaron la razón para llegar a la verdad de fe. Y también
hay otro grupo que lo forman los Doctores de la Iglesia; los doctores son personas que enseñaron la verdad de la
fe, corrigieron errores que la sociedad estaba equivocando, aportaron más y mejor conocimientos sobre la
verdad. De los doctores entresacamos a uno que nació en nuestra tierra, era manchego, de un pueblo de Ciudad
Real, de Almodóvar del Campo., era san Juan de Ávila, el patrono de los sacerdotes.
Terminada la explicación leemos la columna de la página 257. Una vez terminado, podemos aclarar alguna de las
posibles dudas que hayan surgido con el tema. Y recordad una vez más que la fe y la razón conviven, se ayudan,
se completan y no se desdicen, por tanto hay que dar siempre razón de nuestra fe.
3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL
Terminamos nuestro tema y nuestra catequesis con un momento de oración. Hoy sería bueno crear un ambiente
propio de oración. La introducimos con la primera parte del apartado DIOS, QUIERO CONOCERTE, y juntos todos
rezan la oración de San Anselmo y su catequista termina orando la oración de santo Tomás que está recogido en
el recuadro último de esta misma página.
Tema 47.1. ¿CÓMO VIVE UN CRISTIANO? (1ª sesión)
(San Benito de Nursia)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 48 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 267-270
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 258-261

Objetivos:
 Conocer la vida de San Benito de Nursia como ejemplo de vida Cristiana.
 Distinguir lo esencial de la vida cristiana: el amor a Dios y al prójimo
 Apreciar la celebración de la misa del domingo como el principal alimento de la vida cristiana.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Comenzamos la catequesis recordando lo que vimos en catequesis las semanas anteriores con estas o
semejantes palabras: Recordáis que las semanas pasadas estuvimos hablando sobre lo que debe pensar un
cristiano en su vida. Lo hicimos a través de la mano y la vida de San Agustín de Hipona que nos recordó que Dios
es verdad, que Dios está ahí, que quiere conocernos y nos busca y que nosotros debemos responder a esa
llamada y fiarnos de su presencia real. Un cristiano piensa que Dios es lo más grande de su vida.

En este nuevo tema vamos a ver cómo debe vivir un cristiano. Porque ser y llamarse cristiano no es solo saber
santiguarse; ser cristiano es llevar un estilo de vida, es vivir conforme tu fe te indica. Y lo vamos a saber a través
de la vida y modelo de otro santo, seguro que no es muy conocido por vosotros, es San Benito de Nursia.

Vamos a abrir ahora el catecismo por la página 258. Dejamos que la abran y dialogamos con el grupo con estas
preguntas: ¿Vemos una imagen con paisaje precioso? ¿Verdad? ¿Que vemos aquí? (dejamos que hablen).
Después añadimos con estas palabras: Aquí vemos unas alpacas de paja para que coma el ganado. Una arboleda
que expresa la vida y el agua que por allí corre. Vemos también al fondo una gran montaña y encima una especie
de castillo o monasterio. Toda la imagen expresa una paz impresionante. Podemos imaginar el canto de los
pájaros; el sonido del agua, el olor de la hierba fresca... pues toda esta imagen está en relación con San Benito.

Este paisaje es de Montecasino, en Italia, donde San Benito hizo su primera fundación de monjes. De hecho, lo
que vemos atrás es la abadía de Montecasino. La abadía se encuentra sobre una colina rocosa a unos 130
kilómetros de Roma. Ahí está el principio de la orden benedictina y además aquí nació un nuevo estilo de vida
para los hombres dedicados únicamente al silencio, al trabajo y la oración. Vivían en comunidad y se ayudaban
unos a otros. Para poner en marcha este estilo de vida escribió su famosa Regla (la Regla de San Benito), en la que
destaca su frase “ora et labora” (reza y trabaja). En la imagen que estamos viendo nos recuerda el trabajo en el
campo, aquel trabajo que aquellos monjes hacían y enseñaban, a la vez que rezaban. Por tanto esta imagen la
podemos titular “Ora et labora”.

¿Quién quiere leer el cuadro que viene en color rojo? Dejamos que lean y después explicamos con estas palabras:
estas palabras las escribió San Pablo dirigida a los colosenses, indicándoles algunas características de cómo tiene
que ser el comportamiento cristiano: tener una compasión entrañable, que salga del corazón, bondad, humildad,
mansedumbre (humildad), paciencia y por encima de todo esto, lo más importante es el amor.

Por tanto con la primera página del tema, con su imagen y con su texto ya tenemos una idea de cómo debe vivir
un cristiano: trabajando dignamente, orando y no dejando nunca la oración. Viviendo así, mirando con corazón
compasivo al otro siendo humildes, buenos y pacientes. Así debe ser nuestro vivir como cristianos. Y si nos parece
difícil, debéis saber que ha habido muchos hombres y mujeres que lo han conseguido, que ha conseguido hacer
de su vida un santuario de Dios; uno de ellos es San Benito, a quien vamos a conocer hoy.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Continuamos hablando con estas palabras: Antes de empezar a leer, es importante que sepáis que San Benito fue
nombrado Patrono de toda Europa; ¿sabéis porqué?, porque en aquel siglo donde él vivió, en el siglo VI la vida
era terrible; unos pocos señores tenían todas las tierras de pueblos y ciudades y los demás, si querían sobrevivir
debían servir a sus señores por un poco de comida y mucho maltrato, incluso la iglesia estaba más cerca de los
señores que de los pobres.
Aquella época se conoce con el nombre de la Alta Edad Media es el período muy importante para la historia de
Europa, hacía poco que había caído el Imperio romano en Occidente era el año 476. (San Benito nació en el año
480). Este periodo supuso un tiempo nuevo, sin romanos pero con señores y reyes que querían cambiar el modo
de vivir de la futura Europa y así, con cambios y avances llegaron hasta, aproximadamente el año 1000. Estos 5
siglos se llama Alta Edad Media. Y san Benito con su iniciativa colaboró en crear una época de resurgimiento
económico y cultural del continente. ¿No sabéis cómo? Mirad, a través de su Regla empezaron a formarse y
adquirir cultura muchos hombres y con ellos empezó a cambiar la cultura y con ello la civilización europea. Solo
en las abadías y monasterios se aprendía a leer, y así, poco a poco, con la lectura y la oración el hombre se fue
culturizando, y al culturizarse se iba haciendo más sensible y con su sensibilidad hacia bellísimas obras de arte y
edificios e iba surgiendo un mayor amor a Dios y más preocupación por los más pobres. Además con su Regla
también enseñó a buscar a Dios, pero en el silencio. Fijaos bien en este misterio tan importante; Dios elige a un
hombre cualquiera, a san Benito, le habla en el corazón para cambiar el modo de pensar y de vivir de toda una
época en Europa. Gracias a lo que San Benito fundó vino detrás un auge económico y cultural en toda Europa. ¿Es
o no es importante San Benito para nuestra historia y nuestra Fe?

Pues ahora vamos a leer los tres primeros párrafos de la página 259. Lo leemos y al terminar se aclaran las dudas.

Seguimos introduciendo la segunda parte de la página con estas o semejantes palabras: El estilo de San Benito fue
seguido por jóvenes de aquella época; así poco a poco los benedictinos fueron extendiéndose por toda Europa y
por el mundo entero con un estilo de vida que seguía la Regla de San Benito, que no era otra cosa que la de
buscar a Dios y el deseo de parecerse y configurarse cada vez más a Jesucristo. Vamos a leer ahora lo que falta

Terminamos diciendo: De hecho, hoy en España hay 4 monasterios donde viven hombres que siguen a San Benito
en su estilo de vida; están en Barcelona, Leyre, Silos y el Valle de los Caídos en Madrid. Es decir, que aquella
historia que empezó en el siglo VI sigue estando en medio de nosotros después de 15 siglos.

Una vez leído y explicado lo de los monjes les invitamos a leer unos párrafos de la Regla de San Benito; lo
tenemos en la columna de la página 259: “Un sincero amor fraterno”. Lo leemos despacio y luego preguntamos
qué les parece este estilo de vida.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Invitamos a la oración final con estas palabras: Vamos a concluir nuestra reunión rezando. Es muy importante lo
que hoy hemos conocido y a quien hemos conocido. Pues vamos a terminar rezando una oración que escribió
otro santo, ahora del siglo XVI, un español, San Ignacio de Loyola. Lo rezamos con el mismo sentimiento que él lo
escribió:

Toma Señor y recibe toda mi libertad....


Tema 47.2. ¿CÓMO VIVE UN CRISTIANO? (2ª sesión)
(San Benito de Nursia)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 48 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 267-270
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 258-261

Objetivos:
 Conocer la vida de San Benito de Nursia como ejemplo de vida Cristiana.
 Distinguir lo esencial de la vida cristiana: el amor a Dios y al prójimo
 Apreciar la celebración de la misa del domingo como el principal alimento de la vida cristiana.

Empezamos la reunión de hoy volviendo a recordar la vida del Santo que nos acompaña estas semanas. Lo que
hacemos con nuestras palabras Estamos hablando de San Benito aquel hombre bueno que fundó la orden
benedictina hoy extendida por todo el mundo, su trayectoria está marcada por la búsqueda sincera de Dios y por
el deseo de parecerse y configurarse cada vez más a Cristo, esencial para todo cristiano.

Fue muy importante la Regla que fundó San Benito, en ella invitaba a sus monjes a vivir una actitud de sincero
amor con los hermanos y a no anteponer nada, nada a Cristo. ¿Recordáis todo esto verdad?

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


A continuación invitamos a abrir el catecismo por la página 260. Introducimos el apartado con estas palabras o
semejantes: Vamos a leer ahora unos párrafos que nos explican en qué consiste vivir como cristianos. Vamos a
leer este apartado que como podéis ver tiene dos partes una que nos dice que ocurre cuando seguimos a Jesús y
otro segundo apartado que nos cuenta qué nos enseña a vivir como cristianos. Lo leemos y ahora lo comentamos
después.

Dejamos un tiempo para que se lea bien el apartado. Lo comentamos en grupo y al terminar, ampliamos el
contenido diciendo con estas o semejantes palabras: no sé si os habéis dado cuenta de que ser cristianos de
verdad consiste en ser “otro Cristo “. Es verdad que esto sólo se puede conseguir con la ayuda que da el Espíritu
Santo cuando se la pide. A lo largo de estos años hemos hablado muchas veces del Espíritu Santo, pues ya sabéis
que cuando le pedimos fuerza para lograr algo, como el ser cada día mejor, el viene en nuestra ayuda. Para ser
cristianos de verdad hay que pedir la ayuda al Espíritu.

Ahora, como resumen de lo hablado leemos el apartado ¿Cuándo seguimos a Jesús? (que lo lean del texto y le
recalcamos las ideas principales) y después trabajamos la siguiente parte ¿Cómo aprendemos a vivir como
cristianos? (lo leemos y volvemos a recalcar las ideas principales). Podemos terminar este apartado preguntando
al grupo y manteniendo un diálogo abierto con ellos. ¿Y cómo andáis vosotros en todo esto? ¿En verdad actuáis
como Cristo en el día a día... en casa, con los amigos, en la escuela…? ¿En qué se nota? ¿Después de 4 años de
catequesis de confirmación no se debería vivir ya plenamente como seguidor del Señor? ¿Creéis que todo este
tiempo ha sido baldío, es decir, perdido?-.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Damos un paso más en el tema, y ahora, después de mantener este diálogo, invitamos a la lectura del siguiente
apartado: “Ser otro Cristo” es vivir en santidad” lo introducimos con estas o semejantes: Ya vimos lo que era ser
santo. Pues todos, mayores, padres, hermanos, amigos... todos estamos llamados a vivir la santidad, es decir, vivir
como Cristo nos enseña y nos pide.

Después de leer el apartado anterior y de comentarlo, si fuera necesario, introducimos el siguiente apartado
“Todos estamos llamados a la santidad“. El papa Benedicto XVI nos pone las pautas de cómo ser de verdad
cristianos que caminan en santidad. Lo leemos.

Después de leerlo seguimos profundizando en el tema con estas palabras: El mandamiento principal que nos dejó
Jesús, y por eso en novedoso, es que “amáramos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros
mismos” aquel mandato tan revolucionario fue pasando de generación en generación, de cristiano a cristiano por
todos los tiempos. Fijaos ya, en la primitiva Iglesia de San Pedro y los apóstoles eligieron a un grupo de personas
para que se encargaran de los pobres, especialmente, en aquel momento, de las viudas. Eso quiere decir que la
Iglesia se funda teniendo su mirada, especialmente en los pobres. Desde entonces hasta ahora, la Iglesia siempre
ha estado cerca de los que sufren y de los que lo pasan mal. Hoy lo hacen, especialmente a través de sus
instituciones caritativas que vosotros seguros que conocéis y con las que habéis colaborado en alguna ocasión,
Cáritas, Manos Unidas, Domund, Infancia Misionera, Clero Nativo (estas tres últimas son pontificias) es decir que
sostiene a misioneros de todo el mundo. Lo leemos en la columna de la página 260: “Las instituciones caritativas
de la Iglesia”. Una vez leído este apartado podemos preguntar al grupo si han colaborado en alguna ocasión con
estas instituciones de caritativas. Por ejemplo en la campaña de Navidad de Cáritas, o con Manos Unidas en la
Campaña contra el hambre. Mantenemos un diálogo sobre estas acciones de amor fraterno recordando
colaboraciones y acciones.

Terminado el diálogo, iniciamos el último apartado del tema con esta introducción: Como hemos visto en el tema,
el amor es el “estilo” de Dios y debe ser el estilo de los creyentes. A este estilo San Pablo lo llama “el camino
más excelente“, el más importante. Solo desde aquí podemos entender la vida de los consagrados y consagradas,
sacerdotes, religiosos, religiosas, misioneros que se entregan a los demás por Dios durante toda su vida y a los
contemplativos y contemplativas que son aquellas personas que desde la vida monástica y el silencio entregan su
vida a Dios en la oración con su “ora et labora”. Vamos a leerlo en la página 261 “El amor no pasa nunca”.
Podemos terminar dialogando con el grupo si nunca han pensado entregar su vida a Dios; ser sacerdotes,
misioneros, religiosos o religiosas y vivir esa vocación que el Señor da para entregarse, en su nombre, a todos los
hombres.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Invitamos a la oración final con estas palabras: Como la semana pasada vamos a volver a rezar la oración de San
Ignacio de Loyola, nos sirve para terminar nuestra catequesis y ofrecerle al Señor nuestra vida, escribió esta
preciosa oración que hoy nos sirve a nosotros para terminar el tema y la catequesis. (Página 261)
Tema 48.1. ¿CÓMO ACTÚA UN CRISTIANO? (1ª sesión)
(San Juan de Dios)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 48 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 262-265
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 271-274

Objetivos:
 Descubrir la caridad y la Misericordia como fruto y síntesis de la vida Cristiana.
 Vivir las obras de Misericordia
 Orar por los más necesitados y para que crezca la sensibilidad hacía ellos.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Comenzamos la sesión de hoy recordando el contenido con el que terminamos la semana pasada, lo hacemos con
estas o semejantes palabras: Recordad chicos que estas semanas pasadas hemos estado hablando de San Benito.
¿Os a acordáis? Era ese monje contemplativo que fundó la orden benedictina con el lema “ora et labora” y con su
“Regla” de vida cambió el pensamiento toda una época. También vimos cómo el fundamento principal que debe
vivir un cristiano es “amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser y al prójimo como a ti
mismo” y vimos más de cerca algunas de las instituciones caritativas de la Iglesia como Cáritas, Manos Unidas...
que se dedican a ayudar a los demás en nombre de Dios; pues hoy vamos a seguir hablando de todo esto, vamos
a seguir descubriendo como la caridad y la misericordia son fruto y síntesis de la vida cristiana, y lo vamos a ver
de la mano de otro gran santo San Juan de Dios.

Damos un paso adelante e invitamos a abrir el catecismo por la página 263. Después preguntamos ¿Qué vemos
en esta imagen? Nos fijamos bien. (Dejamos un tiempo para que los chicos observen). Después les preguntamos
si esa imagen les recuerda algún pasaje del Evangelio. Dejamos que hablen. Si es necesario nosotros les aclaramos
que es la historia del Buen Samaritano. La escuchamos para recordarla (Lc 10, 25-37).

Al terminar la lectura les preguntamos si saben quién es un samaritano; después aclaramos con nuestras propias
palabras este contenido: el samaritano era una persona nacida en Samaria; este pueblo era un sitio de paso y de
muy mala fama. Allí había lo que puede haber en todas las carreteras o cruces de paso. Además los samaritanos
tenían una fe propia sin referencia con los judíos. Eran muy libertinos y los judíos no podían ni verlos. Tenían muy
mala fama.

Pero para que veáis como era Jesús nos pone como modelo de caridad a un samaritano, ¿Qué extraño verdad?
algo pretendía con ello. Seguro que ni los malos eran tan malos ni los buenos tan buenos. Ahora fijaos bien en la
cara del Samaritano, mirad que paz transmite, una paz profunda. Y en esos ojos emocionados, tristes por lo que
estaba viendo. ¿Y qué está haciendo? ¿Lo veis? Curando a aquel hombre que unos ladrones le habían robado
todo y que lo habían dejado medio desnudo y lleno de heridas. Fijaos también en la ternura de sus manos, como
con una mano le levanta suavemente la cabeza y con la otra le limpia las heridas. Y como al moribundo le dejaron
medio desnudo, el samaritano le envuelve en una tela y es con la punta de esta tela con la que le limpia la cara. El
Evangelio resalta que el samaritano venía montado en un caballo y lo vemos perfectamente, cómo está tranquilo
y comiendo la hierba, no sabía que luego sería el transporte para aquel malherido.

Y de lejos podemos ver a aquel levita (servidor del Templo) que volviendo la cabeza no quiso saber nada de aquel
hombre. No aparece el sacerdote del que habla en Evangelio, un sacerdote judío que llegaba tarde al templo y
pasa corriendo, de hecho vemos algo de su libro en el margen derecho. Sea como sea, Jesús nos contó que solo
un samaritano; un hombre de mala fama y costumbres, es el que tiene un corazón misericordioso capaz de
ayudar aquel herido. Y además os habéis dado cuenta cómo acaba el Evangelio, si, viendo el samaritano lo mal
que estaba aquel hombre, lo cargó en su caballo y lo llevó a una pensión, donde lo dejó descansando y encima,
con el dinero que llevaba, pagó los gastos de aquel hombre que ni siquiera conocía. Es impresionante esta historia
¿verdad?.

La frase que leemos aquí es clara “cada vez que lo hicisteis con unos de estos, mis hermanos más pequeños,
conmigo lo hicisteis” esto lo dice el Señor. Solamente para que lo sepáis, este cuadro es de un pintor que se llama
Pelegri Claver i Roquer y lo pintó en 1838. El cuadro se conserva en la Real Academia Catalana de Bellas Artes de
San Jorge de Barcelona.
2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA
Seguimos diciendo a los chicos con otras o semejantes palabras: en este tema nos va a acompañar, como hemos
dicho ya, otro santo que se llama Juan de Dios. Su vida es impresionante, y además es muy importante saber que
San Juan de Dios tuvo una experiencia de Dios especial cuando oyó hablar a San Juan de Ávila, que como sabéis,
nació en un pueblo de Ciudad Real llamado Almodóvar del Campo. Fijaos como es Dios que permite que dos
santos se conozcan. Vamos ahora a leer su historia en la página 262. Una vez leído lo comentamos en grupo.

Después aclaramos con estas palabras: sin las obras de Misericordia, la vida de cualquier cristiano carece de algo
esencial. Todos debemos tener claro esto. Que sin obras de caridad y misericordia en nuestra vida cristiana,
nuestra fe está muerta. Porque una fe sin obras es una fe muerta.

Ya vimos la semana pasada todo lo que hacía Iglesia, pero este tema se refiere a nosotros, a cada uno de
nosotros. ¿Alguna vez hemos hecho algo por los más desfavorecidos? En alguna campaña, con alguna persona...
Mantenemos un diálogo con el grupo.

Terminamos aportando nosotros esta idea: estamos viviendo en una cultura individualista que nos encierra en
nosotros mismos; da la sensación de que no nos preocupan los problemas de los demás. Solo pensamos en
pasarlo bien. Y esto no puede ser así. Seguramente muy cerca de vosotros vive alguien con la luz cortada porque
no puede pagarla; o quizás al lado de alguno hay una familia que duerme con colchones en el suelo. ¿O
compañeros del instituto que no tienen para cambiarse la ropa? ¿Qué hacemos nosotros? ¿Podemos hacer algo?
(se sugiere que nazca en ellos el fruto de la Caridad, por ejemplo se les puede informar diciéndoles que ellos
pueden ayudar directamente con algo, o bien pueden denunciar esa situación a los servicios sociales o a Cáritas.
Preocuparnos por ellos como sea. Mantenemos el diálogo.

Luego explicamos con nuestras palabras. Tradicionalmente la Iglesia puso un camino para explicar cómo un
cristiano puede vivir su compromiso con los pobres. Son las Obras de Misericordia, ¿habéis oído hablar de ellas?
Luego seguimos diciéndoles que las obras de misericordia no agotan el amor ni la búsqueda de la justicia pero
forman parte esencial del mensaje cristiano que hemos de vivir, y es bueno que las conozcamos. Según la
tradición se dividen en corporales (necesidades físicas de las personas) y espirituales (otras necesidades que
necesitan las personas). Leemos las obras de misericordia en la columna de la página 262.

Al terminar podemos hacer una evaluación de misericordia; podemos preguntar cuántas obras han hecho a lo
largo de su vida en mucha o alguna ocasión.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Y para terminar, lo hacemos teniendo presente a los más necesitados, por ellos rezamos el acto de Caridad que
tenemos en la página 318 del catecismo.
Tema 48.2. ¿CÓMO ACTÚA UN CRISTIANO? (2ª sesión)
(San Juan de Dios)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 48 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 262-265
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 271-274

Objetivos:
 Descubrir la caridad y la Misericordia como fruto y síntesis de la vida Cristiana.
 Vivir las obras de Misericordia
 Orar por los más necesitados y para que crezca la sensibilidad hacía ellos.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Comenzamos la sesión catequética hablando al grupo con estas o semejantes palabras para recordarles el
contenido que vimos la sesión anterior: La semana pasada estuvimos hablando sobre la vida del cristiano; cómo
debe sentir su existencia de fe. Nos acompañó San Juan de Dios, testigo de ese amor que todo cristiano debe
vivir; también, la semana pasada vimos y analizamos la imagen del buen samaritano, la historia que nos contó
Jesús. A través de todo esto vimos como la idea central que tuvimos que guardar es que el corazón del creyente
tiene que estar siempre abierto al sufrimiento del hombre. La tradición de la Iglesia nos colocó en un camino
especial para que pudiéramos ver cuáles son las obras de misericordia qué podemos realizar a nuestro
alrededor… obras como visitar a un enfermo a dar un buen consejo al que lo necesita. Los cristianos con todas
estas cosas estamos llamados a hacer un mundo mejor donde reine la justicia y la paz. Si no lo hacemos nosotros,
¿quién lo va hacer?

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Vamos a leer ahora el apartado “la Iglesia de poner en práctica el amor” en la página 264. Antes de leerlo os
explico que este texto lo escribió el Papa Benedicto en su primer escrito, era una encíclica dedicada a la caridad.
En este escrito el papa invita a los cristianos corrientes, es decir, a los que nos sacerdotes ni religiosos, a que
manifiesten la misericordia en sus tareas cotidianas. También el Papa dice que la Parroquia debe ser una escuela
de misericordia donde se enseñe el ejercicio real y concreto de las obras de misericordias. Lo leemos en este
apartado y si se ve conveniente se habla en el grupo.

Una vez leído podemos invitar a los adolescentes a que se acerquen a los pobres e incluso aprendan de ellos. Se
les invita con estas palabras: Mirad, os voy a contar una historia que a mí me hizo pensar mucho. El otro día había
un pobre pidiendo en la puerta de la Iglesia; era de aspecto joven pero con una barba poblada y descuidada. Le
pregunté cómo se llamaba; él me contestó: José. Lo hice para llamarlo por su nombre; los pobres muy pocas
veces lo escuchan. Estuvimos hablando un rato, me dijo que llevaba durmiendo en la calle 6 años. Era hijo único
de un matrimonio trabajador de Marbella. Vivían en un piso alquilado. De pronto su padre cayó enfermo; muy
enfermo y muere a los pocos días. Su madre, que no acepta esa situación cae en una profunda depresión. Y de
pronto, él se ve viviendo solo en un piso que no puede pagar. Sin trabajar y sin ninguna ayuda porque su padre no
estuvo nunca dado de alta en su trabajo. De la noche a la mañana estaba durmiendo en la calle con una mochila
vieja de su infancia que encontró en casa. Tenía 36 años. Me contó que sus verdaderos amigos los encontró en la
calle; con los que duerme para protegerse de los gamberros. Dicen que beben vino porque es lo único que les
quita el frío y les encoge el estómago para no sentir hambre y es barato. José dijo que nunca había bebido y ahora
solo lo hacía cuando llegaba la noche y no tenía nada que comer. Le corté, preguntándole por su madre. Y el me
dijo que estaba ingresada en un psiquiátrico atendida por servicios sociales. Después acompañe a José al centro
de Cáritas y allí, después de gestionarle unos papeles le dieron un vale para que cenara caliente en un restaurante
y otro para dormir en la pensión. Por lo menos, esa noche la higiene, el comer y el dormir, estaba solucionado.
Aquella conversación con José me pareció tan rica que ya, desde entonces, no he vuelto a ver con malos ojos a
una persona “sin techo”, y desde aquel día en que José me dió aquella lección de vida, siempre que veo un
transeúnte, al menos le saludo y le pregunto cómo se llama.

Dejamos que comenten la historia anterior. Después les invitamos a leer “los pobres nos pueden enseñar muchas
cosas hermosas”. Les explicamos que este texto que vamos a leer es parte del discurso de la Madre Teresa de
Calcuta que dijo cuando recibió el premio Nobel de La Paz.
Tanto la historia (que es cierta) y el texto de Madre de Teresa pretende que los adolescentes vean con otros ojos
a los pobres. Después de hablar de todo este tema recordamos a los chicos que los pobres siempre han existido
pero la Iglesia siempre ha estado cerca de ellos, de hecho muchas personas que hoy son santos es porque han
servido preferencialmente a los pobres. Los conocemos leyendo en la columna de la página 264. Aclaramos si
hubiera alguna duda.

A continuación en la misma línea de lo explicado hasta ahora vamos a ver otro modelo de ayuda a los pobres, es
otro santo; es san Vicente de Paúl quien. con la ayuda de Santa Luisa de Marillac, impulsó la atención no solo
material a los pobres, también se preocuparon de su vida espiritual; se preocupaban de hablarles del amor de
Dios, de la cruz de Cristo, de la Virgen. Ellos vivieron a finales del siglo XVI y principios del XVII. Como vemos por
el título del apartado “Nuestros Señores y Maestros” se subraya que Cristo también se identificó con los más
pobres. Lo leemos en el apartado en la página 265.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Y para terminar, lo hacemos teniendo presente a los más necesitados, hacemos la misma oración de la semana
pasada, por ellos rezamos el acto de Caridad que tenemos en la página 318 del catecismo.
Tema 49: ¿COMO REZA UN CRISTIANO?
(Santa Teresa de Jesús)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 49 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 266-269
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 275-278

Objetivos:
 Conocer la vida de Santa Teresa de Jesús y su camino de oración
 Experimentar el encuentro con Dios en la oración
 Aprender a vivir en la presencia de Dios

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Comenzamos la sesión catequética introduciendo el tema del que vamos a hablar y del que tantas veces hemos
catequizado transversalmente en estos cuatro años de catequesis. Si tantas veces hemos incidido en la
importancia de la oración es por su importancia en la vida del cristiano. No podemos ser ni estar en la fe sino
hacemos de nuestra vida oración. Así, con esta idea comenzamos la catequesis con estas o semejantes palabras.
Chicos vamos abrir el catecismo por la página 266. ¿Qué nos sugiere esta imagen que vemos? (dejamos que
hablen). Luego comentamos: Es un chico rezando, en actitud de oración. Por cierto, ¿Cuántas veces hemos
hablado de la importancia de la oración en catequesis? Muchas ¿verdad? Y de las experiencias de oración que
hemos tenido, y los momentos en los que hemos querido enseñaros a entrar en contacto, en trato personal con
el Señor. ¿Y cómo vais en el tema de la oración? ¿Rezáis? ¿Cuándo lo hacéis? (mantenemos un diálogo).

Seguimos contándoles con estas palabras: Mirad, en una ocasión Jesús iba andando con sus apóstoles, tuvo
hambre, y viendo una higuera se acercó, pero cuando llegó, no tenía higos y dijo: “Que nunca jamás brote fruto
de ti”. Inmediatamente la higuera se secó y los discípulos, sobrecogidos, se preguntaron: ¿Cómo es que la higuera
ha quedado seca de repente? Jesús aprovecha su pregunta para invitarles a tener confianza en la oración y les
dice, lo que pone ahí en la imagen, “todo lo que pidáis orando con fe, lo recibiréis”. Es decir, Jesús insiste en que
toda oración, cuando lo pedimos con fe, llega a Dios. Ninguna oración se pierde. Por eso, cuando rezamos
debemos de ser conscientes de que Dios está ahí, a nuestro lado, escuchándonos, por eso nos dice Jesús, “todo lo
que pidáis con fe, lo recibiréis”.

A continuación invitamos a leer la página 267 y lo introducimos con estas palabras o parecidas: Vamos a leer
ahora la historia de una gran mujer de ayer y hoy, nacida en el siglo XVI, que se llama Santa Teresa de Jesús. Al
terminar de leerlo (es fácil de comprender), debemos insistir cómo define la Santa qué es la oración, se lo
aclaramos diciendo: Oración es “Tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con que quien
sabemos que nos ama”. Fijaos que definición más clara hace Santa Teresa de la oración. Ahora insistimos en tres
palabras: “amistad” (Jesús es amigo, es el verdadero amigo a quien podemos contar todo lo que nos pasa con la
confianza de que no se lo dirá a nadie, en quien podemos confiar). También podemos insistir en “muchas veces”
porque cuando se quiere a alguien se le busca ¿verdad?; lo mismo pasa con Jesús, Él es nuestro amigo que está
pendiente de nosotros durante todo el día esperando que le digamos algo. Por eso, la oración no se puede
resumir a un rato al acostarme o en el colegio, ni cuando estoy preocupado por un examen. A un amigo se le
cuenta cuando uno está mal, cuando le ha pasado algo que no se quería, cuando se desea algo de todo corazón…
en ese momento, díselo a Jesús, díselo como a un amigo. Porque es “quien sabemos que nos ama”, y entonces le
contamos lo que nos pasa porque sabemos que nos ama, y que nos ama con un amor inimaginable. Esto es orar,
así nos lo define Santa Teresa.

La definición que hace Santa Teresa sobre la oración, nos da la clave de cómo reza un cristiano, “tratando de
amistad“. Lo encontramos en la columna “Él es amigo verdadero” y con las mismas palabras con las que ella
escribía. Lo leemos

Aclaramos si hay alguna duda sobre lo leído y así, con estas o semejantes palabras, cerramos el apartado
dedicado a Santa Teresa: ¿Sabéis que Santa Teresa es doctora de la Iglesia?: Si, fue nombrada doctora por la
sabiduría que le concedió el Espíritu Santo y que no se guardó para sí, sino que la entregó por medio de sus
muchos escritos y a través de los distintos monasterios que fundó, donde sus hijas, las carmelitas, han custodiado
la riqueza espiritual que santa Teresa les legó. Sobre todo, y lo hemos leído antes, tuvo mucha importancia el
concepto que ella acuñó de ver nuestra alma como un castillo interior al que se accede a través del conocimiento
personal y de la oración, pero que ha de ir pasando de una morada a otra, cada vez entrando más adentro, hasta
llegar al más profundo centro donde queda solamente Dios y el alma. Esto quiere decir, que orar no es fácil, es
sobre todo un proceso de acercamiento a Dios, ir de morada a morada, o paso a paso, una primera etapa con
oraciones vocales como el Padrenuestro y el Avemaría; para luego pasar a otra morada donde debemos buscar a
Dios en la realidad que nos envuelve y le hablemos y esperemos su respuesta; para pasar más tarde a otra
morada donde vayamos intimando más con Dios, y más y más; hasta que conseguir que solamente se encuentren
el alma y Dios. Esto es el culmen de la oración. Esta fue la gran novedad de Santa Teresa, aportar al hombre la
posibilidad del encuentro personal con Dios.

La oración es esencial en toda vida cristiana, es el encuentro personal con el Dios de la ternura y de la
misericordia, es lo que lo llena todo de sentido, de lo contrario, existe el riesgo de reducir la vida cristiana a un
mero acto social reducido a la relación con algún sacramento, algo meramente accidental, ritualista. Algo que
podemos reducir a unos días concretos del año, en Navidad y Semana Santa, si esto es así, la fe se convierte a algo
vano, sin espíritu, vacío. El hombre necesita a Dios para vivir con sentido. Y el momento privilegiado de la relación
con Dios es la oración. Hablamos sobre todo esto, aclaramos los que tengamos que aclarar, y nos vamos al
apartado siguiente, en la página 268.

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Lo introducimos con estas o semejantes palabras: Ahora vamos a profundizar un poquito más en el tema de la
oración personal. Hay poco que añadir a los que ya hemos dicho en estos años; pero es suficiente con recordar
que la oración es un arte que hemos de ir aprendiendo. Como en todas las cosas hay personas que tienen más
facilidad que otras para orar. En cualquier caso ningún cristiano puede sentirse excluido de practicarlo, es la
esencia de la fe; lo hemos visto en Jesús, el Hijo de Dios, que se retiraba para orar En él tenemos el modelo, él
nos enseña a llamar a Dios Padre.

También es bueno recordar que hay factores externos que no facilitan la oración, (mucho ruido, muchas
actividades, mucha pereza…) pero nada nos puede impedir mantener esta experiencia de encuentro constante
con Dios: nos sabemos y vivimos en sus manos, todo nos viene de Él, todo es para nuestro bien; sabemos, por
otro lado, que Él siempre nos escucha, es el amigo fiel, el Padre providente, el hermano que acompaña. Invitamos
a leer el apartado ¿Cómo ora el cristiano? Cada chico o chica lee un párrafo y lo aclaramos si hay dudas.

Una vez terminado el apartado, leemos la columna de esta página 268: “Los santos nos enseñan a orar”. Lo
introducimos con estas palabras: Estamos viendo que la oración es esencial para la vida cristiana, también lo fue
para todos los santos y ellos son modelos de oración para nosotros. En la columna de la página 268 se nos
presenta un testimonio de los primeros tiempos del cristianismo; pero no solo entonces, también nos podemos
también enriquecer con la experiencia de muchos hombres y mujeres a lo largo de estos veinte siglos de la Iglesia;
hombres y mujeres a los que la oración les ha dado sentido a sus vidas. Aclaramos si hubiera algo que aclarar y
terminamos la catequesis con la oración final, que directamente introducimos con estas palabras.

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


“Señor, ayúdanos a permanecer en tu amor”. Ojalá que este tema nos haya ayudado a sentir la necesidad de la
oración en nuestras vidas. Sobran ya todas las palabras, esto es cuestión de voluntad; querer o no querer tener a
Jesús como amigo; confiarle todo lo que nos pase, contar con él para nuestros proyectos…. ¡Es tan importante la
oración! Ahora vamos a escuchar esta oración del Papa Benedicto XVI que reza por los jóvenes, pues que esta
lectura nos sirva de oración al terminar nuestra catequesis de hoy. Lo lee su catequista. Pág. 269 del catecismo.
Tema 50. SED SIEMPRE TESTIGOS DEL SEÑOR
(San Francisco Javier)
Tarea previa del/la catequista:
 Lectura del tema 50 del catecismo “Testigos del Señor”: Pág. 270-273
 Lectura de la Guía básica del catecismo: Págs. 279-282

Objetivos:
 Conocer el sentido y alcance de la misión de la Iglesia
 Identificar el sentido misionero de la vida cristiana desde las actitudes del Evangelio.
 Ejercitarse en el testimonio y en el anuncio del Evangelio
 Valorar la vocación misionera gracias al ejemplo de Francisco Javier.

1º. INTRODUCCIÓN AL TEMA


Aquí, con este tema termina el proceso de formación de nuestros adolescentes. Han sido cuatro años, semana
tras semana, de vivencia de fe. Durante estos cuatro años, hemos hecho un recorrido por toda la historia de la
Salvación desde el principio de todo, con aquellos temas de la Creación, hasta estos últimos temas en lo que
hemos conocido la vida de hombres y mujeres que, en la santidad de vida, son modelos para nuestro vivir de
creyentes. Los chicos han debido elaborar en su mente, y sobre todo en su corazón, una síntesis de fe que les
anime a ser testigos del Señor. El catecismo “Testigos del Señor” busca, precisamente, esta síntesis de fe que es
clave para el creer. Así, con esta idea comenzamos la catequesis con estas o semejantes palabras. Vamos abrir el
catecismo por la página 270. Como veis es el último tema del catecismo “Testigos del Señor”. Pero lejos de ser un
punto y final en vuestras vidas, ahora empieza un nuevo proceso que comenzará con el Sacramento de la
Confirmación. Os queda poquito para ello, pero también es verdad que tenemos que dar razones de nuestra fe. Si
os preguntaran, ¿Por qué os queréis confirmar? ¿Qué diríais? (se deja un tiempo para que hable el grupo). ¿Pero
de verdad creéis que estáis preparados para recibir este Sacramento? (dejamos que hablen). ¿Cómo ha sido
vuestra asistencia a catequesis, vuestra participación en las reuniones, o vuestra asistencia dominical a misa?
(contestan también).

Cambiando de tema, ¿qué os sugiere la imagen de la página 270? (dejamos que hablen). Luego añadimos con
estas palabras: Esta imagen corresponde a un grupo de chicos que se preparan para la Confirmación, como
vosotros, están en un encuentro. Vemos en estos adolescentes la alegría del Evangelio en sus rostros, esa misma
alegría es la que debéis tener vosotros en este fin del proceso de formación. ¿O no estáis contestos de todo lo
que habéis vivido y conocido durante estos años?... Ahora vamos a leer el texto bíblico, de esta página ¿Quién lo
lee? Después explicamos con estas o semejantes palabras: Pues mirad, esta frase bíblica es el mandato misionero
del Señor a los Apóstoles, a los que, antes de su Ascensión, los envía como testigos de su Resurrección.

Nadie puede explicar, qué les ocurrió a los apóstoles, cuando, llenos de miedo, se escondieron; cuando, como San
Pedro, fueron capaz de negar a Jesús, o como los hermanos Zebedeos querían el poder y la vanagloria… pues
aquellos hombres que contemplaron el rostro crucificado de Jesús, luego lo vieron ya resucitado, y aquella
experiencia de la resurrección fue la fuente de la que, en ellos, surgió su pasión por dar a conocer a Jesucristo a
todos los hombres. Esa experiencia cambió la vida de los apóstoles, pero a los largo de los siglos, también Cristo
Resucitado ha cambiado la vida de millones de personas en todo el mundo. Hoy, este ardor misionero de
extender la fe en Jesucristo, nos urge a darlo a conocer a todos los hombres, empezando por lo que tenemos más
cerca, con los de casa y con los amigos. Ahora quisiera haceros una pregunta: ¿tenéis compañeros en clase que
estén alejados de la fe? ¿Y profesores? ¿Y en casa, hay alguien alejado? Dejamos que contesten los chicos, y
después preguntamos ¿Qué podemos hacer? Dejamos que ellos hablen en este momento. Al terminar de hablar
les decimos con esta o semejantes palabras: es posible que en el momento de tener que dar razones de nuestra
fe que aparezcan miedos, este es el peligro de dejarse llevar por el ambiente que nos rodea y pensar más en el
qué dirán que en lo que realmente creo. Pero en vosotros, que vais a recibir la Confirmación, ha de prevalecer
siempre la alegría de ser cristiano y contarlo a los demás sin miedo y sin vergüenza.

Así terminamos este apartado que ha tenido como finalidad la revisión de estos años de catequesis. Ahora
damos un paso más, y ponemos un modelo a esta vida de seguimiento, es la de un joven que se llama Francisco
Javier. Se lo introducimos así: Ahora vamos a conocer la figura ejemplar de un gran evangelizador, san Francisco
Javier, un joven que descubrió su vocación con 19 años y su ardor misionero hizo que fuera a China para llevar el
mensaje salvador de Jesucristo. Creía firmemente que todos los hombres del mundo debían conocer a Jesús,
camino de salvación. Lo leemos en la página 271 (lo pueden leer entre varios chicos del grupo, es fácil de
entender). Al terminar, aclaramos alguna duda si la hubiere; y pasamos a la columna siguiente, con estas
palabras: Del legado de gran misionero se nos ofrece este bellísimo escrito de una carta de San Francisco Javier a
otro Santo de la época, a San Ignacio de Loyola, en esta carta Francisco Javier se retrata así mismo comparándose
con la ignorancia y pobreza de aquellos niños. (Recuadro que encontramos en la página 271)

2º. PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA


Seguimos avanzando en el tema que lo introducimos con estas o semejantes palabras: Después de leer la
impresionante historia de San Francisco Javier nos toca a nosotros oír la propuesta del Señor. Sí, antes de que
llegue el día de la Confirmación, debemos tener en cuenta que la Confirmación es el Sacramento del testigo;
quien lo recibe no puede quedarse en casa con los brazos cruzados jugando con el móvil. No, primero por el
Bautismo y Confirmado con el sacramento, el cristiano debe ser ante todo misionero; misionero que anuncia a
Jesucristo, misionero que vive el estilo del resucitado, misionero que abre su Fe a la oración. No podemos ser
testigos del Señor si no hacemos de nuestra vida un modelo de lo que creemos. Vamos a leer el apartado de la
página 272 “Anunciar el Evangelio por toda la tierra”. El apóstol Felipe, en el domingo de Ramos escuchó esta
petición: “Queremos ver a Jesús”. Hoy hay mucha gente que quiere ver a Jesús, personas de aquí y de allí, que
buscan a Jesús y no hay quien les hable de él. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad. Leemos el texto. Al terminar añadimos con estas palabras: Como Francisco Javier fue
por todos los rincones del mundo, hoy también hay misioneros que abandonando todo por amor a Jesucristo lo
anuncian con gozo, con la palabra y las obras; de hecho, los misioneros están cerca de los pobres, de los
enfermos, de los niños abandonados, de los que sufren opresión. Sus obras manifiestan sus palabras.

Pero los testigos tienen que ser auténticos; no podemos vivir la fe con dobleces ni mediocridad, con subidas y
bajadas. Quien quiera ser testigo del Señor, tiene que hacerlo vida, en su vida. Debe vivirlo y hacerlo vivir. El
Papa Pablo VI, definía al testigo auténtico así: “debe ser coherente con el Evangelio, caminar en una vida sencilla y
orante, ser humilde y obediente, y que tenga desapego y renuncia, y se entregue al bien de todos, en especial a
los más necesitados. Lo leemos en el recuadro de la página 273. Dejamos un espacio para que los chicos
comenten el texto, y contesten si son verdaderamente creyentes, si viven la fe de verdad….

3º. LA ORACIÓN Y EL COMPROMISO FINAL


Y acabamos creando ambiente de oración. Podemos decirles con estas o semejantes palabras: Como sabemos
que nos falta mucho para vivir como cristiano de verdad, tendremos que hacer un esfuerzo para ser cada día
mejores personas y sobre todo, mejores cristianos. El papa Francisco, de un modo claro y conciso nos invita a vivir
de verdad como hijos de Dios para que seamos testigos auténticos y coherentes. Pues así, en este clima de
oración, leemos el apartado “comprometámonos como hijos de Dios”. Una vez leído les invitamos a que juntos
recemos la oración de San Policarpo y nos comprometemos a ser testigos del Señor una vez que hayamos
recibido el Sacramento de la Confirmación.

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