3.4. Felipe II
3.4. Felipe II
3.4. Felipe II
Felipe II, duque de Milán desde 1540, inició su largo reinado con las
abdicaciones de su padre en 1554 cuando le cedió Nápoles y Sicilia, 1555
cuando heredó los Países Bajos y 1556 cuando recibió la corona hispánica.
Carlos V hizo todo lo posible para que Felipe II fuese elegido emperador, pero
la negativa de los príncipes alemanes por ser extranjero y católico, y la propia
negativa de su familia lo impidió.
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En 1543 Felipe II contraía matrimonio con María Manuela de Portugal
(esto le permitía a su padre tener las espaldas cubiertas) con la cual
engendraría en 1545 a su hijo don Carlos. María Manuela fallecería poco
después a causa del parto. Volvería a casarse en 1554 con su tía María Tudor
(por entonces reina de Inglaterra) por imposición paterna, ya que esto permitía
aislar a Francia. Esta fallecía en 1558. Se intentó que Felipe II contrajese
matrimonio de nuevo con Isabel I Tudor, pero no se llegó a hacer.
La peor carga que Felipe II heredó de su padre fue, sin duda, el empeño
de la hacienda por la deuda acumulada durante décadas de incesante actividad
bélica para mantener el Imperio. Al subir al trono, la situación era catastrófica.
En abril de 1557 el rey decretó la suspensión de pagos.
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En mayo de 1561 se establecía la capitalidad en Madrid.
Otro de los problemas internos a los que tuvo que hacer frente Felipe II
fue al levantamiento de los moriscos granadinos. Con estos, que mantenían
relaciones con los berberiscos norteafricanos proporcionándoles armas y
facilitando sus razzias, se había fracasado en su cristianización y asimilación.
En 1566 (tras finalizar el Concilio de Trento que redefinía la ortodoxia católica)
el inquisidor general Diego Espinosa y Felipe II prepararon un edicto con
medidas asimilatorias que provocaron la revuelta de 1568, que tomó cuerpo en
las Alpujarras y se extendió a la costa. Los moriscos en relación con los
berberiscos del norte de África y basándose en una guerra de guerrillas, fueron
sofocados por don Juan de Austria en enero de 1570. El 1 de noviembre se
estableció un decreto por el que se distribuyó a los moriscos granadinos por
Extremadura, La Mancha y Castillas la Vieja, y confiando la cristianización a los
obispos locales.
Los Países Bajos fueron otro gran foco de lucha entre católicos y
calvinistas. Ni Carlos V ni Felipe II pese a sus edictos (placards) pudieron
frenar el reclutamiento de prosélitos por parte de los calvinistas. Felipe II, que
nunca comprendió la psicología de estos terrenos, dejó el gobierno a Margarita
de Parma y como consejero al cardenal Granvela que desde el principio
tuvieron en frente a la más alta aristocracia: condes de Horn y Egmont y
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Guillermo de Orange. En 1561 los jefes de la nobleza, el príncipe de Orange y
el conde Egmont, solicitaron a Margarita la destitución de Granvela. Esta le
hizo llegar a Felipe II la noticia de la oposición frontal al cardenal. Mientras el
príncipe de Éboli era partidario a su destitución, el duque de Alba no. En 1564
Granvela era destituido. En 1565 el conde de Egmont visitó España, pero no
sacó nada de Felipe II. La situación empezó a agravarse en 1566 cuando se
les unió la baja nobleza, exigiendo la abolición de la Inquisición, los edictos de
religión y la convocatoria de los Estados Generales. El saqueo de iglesias y
monasterios por parte de los gueux (mendigos) provocó la reacción de Felipe II
que ordenó al duque de Alba a que dirigiese una acción militar que acabó con
los condes de Horn y Egmont e introdujo nuevos impuestos sobre la propiedad
y las transacciones para pagar las tropas. En 1572 se volvieron a iniciar los
levantamientos. El duque de Alba fue sustituido a finales de 1573 por
Requesens.
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Francia al calvinismo, mientras que éstos se vieron apoyados por Inglaterra y
ciertos príncipes alemanes. El conflicto, por tanto, adquirió tintes
internacionales. Se inició un proceso de ocho guerras civiles (1562-1589). Tras
largas hostilidades, se produjo una tregua con la Paz de San Germain (1570).
La fragilidad de estos acuerdos se manifestó cuando Catalina y su hijo
ordenaron la matanza de la Noche de San Bartolomé (22 agosto de 1572)
donde fueron asesinados unos 3.000 hugonotes en París.
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Goleta. Este fracaso, junto con los acontecimientos de los Países Bajos y la
falta de dinero, llevó a Felipe II a firmar la paz con los turcos en 1578.
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uno de sus adversarios. Como las negociaciones en Boulogne con los
británicos fracasaron, firmó con Francia la Paz de Vervins (1598).