Justicia para Crecer 2

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N 2 Abril-Junio 2006 Lima-Per

Contenido
La Remisin El Ministerio Pblico y la Justicia Juvenil por Adelaida Bolvar La Remisin por Atilio lvarez Discrecionalidad y Remisin por Edilberto Ruiz Recuperar o Marcar por Renate Winter La Remisin en sede Fiscal (el caso de Lima) por Azucena Solari Infografa Proyecto Piloto Justicia Juvenil Restaurativa Justicia Juvenil en Cifras Chaski Publicaciones - Eventos - Internet Justicia Juvenil en el Per ONU: Recomendaciones para la Justicia Juvenil en el Per Dilogo La pgina del lector Informacin Asociacin Internacional de Magistrados de la Juventud y la Familia por Willie McCarney Internacional Banlieues, o los suburbios de la ira por Carlos Landeo Cultural Los 400 golpes

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Fotografa: Sandro Mahler. El personaje de la foto es Carlito, un chico de El Agustino, gran acionado al ftbol e hincha de Alianza Lima. Como muchos adolescentes que viven en zonas deprimidas, Carlito tuvo problemas con la escuela, que abandon, y con los pleitos entre barras bravas. Luego de un tiempo de confusin, se haba reintegrado a la familia y a sus estudios, y tena una novia. Su camino fue cortado abruptamente el ao pasado cuando una golpiza a manos de una pandilla le quit la vida. Poco antes de esta desgracia, Sandro Mahler le tom esta y otras fotos que aparecen en esta edicin para documentar la vida de un chico que decide seguir el buen camino.

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N 2 Abril - Junio 2006 Revista sobre Justicia Juvenil Restaurativa publicada por Terre des hommes Lausanne y Encuentros Casa de la Juventud Comit Editorial Jean Schmitz, Carlos Landeo, Olga Salazar, Oscar Vsquez Bermejo Editor Carlos Landeo Colaboradores Adelaida Bolvar, Atilio lvarez, Edilberto Ruiz, Renate Winter, Azucena Solari, Willie McCarney Fotografa Sandro Mahler Diseo y diagramacin Romy Kanashiro, Omar Gavilano Domicilio Fulgencio Valdez 780 Brea, Lima Pasaje Hernando de Lavalle 143 Barranco, Lima Telfonos (51) (1) 433-8110 / (51) (1) 467-1735 Fax (51) (1) 424-9384 Correo-e [email protected] www.jjrperu.org Se autoriza la reproduccin del contenido citando la fuente. Hecho el depsito legal en la Biblioteca Nacional del Per N 2005-8523.

Esta publicacin forma parte de las acciones del Proyecto Piloto Justicia Juvenil Restaurativa ejecutado por Terre des hommes Lausanne y Encuentros, Casa de la Juventud, en convenio con el Poder Judicial, el Ministerio Pblico, la Academia de la Magistratura, el Ministerio de Justicia, la Defensora del Pueblo y las Municipalidades de El Agustino (Lima) y Jos Leonardo Ortiz (Chiclayo). Esta revista es una invitacin al dilogo. La opinin de nuestros lectores sobre los artculos publicados es valiosa. Escrbanos al correo: [email protected] En la prxima edicin abordaremos con amplitud el tema de la Mediacin. Sus aportes son bienvenidos. 2 Justicia para Crecer

Editorial

el compromiso de comparecer al da siguiente en el mdulo bsico de justicia de El Agustino. El equipo de nuestro proyecto, cumpliendo con el seguimiento del caso, elabor de inmediato un plan de intervencin en relacin con los tres adolescentes. As, con el debido permiso, tuvimos la oportunidad de presenciar la primera reunin de trabajo entre el menor de los adolescentes, de slo 14 aos, acompaado de su abuelita, a cargo de su custodia, y dos miembros de nuestro equipo, un abogado y una psicloga. En un clima de conanza, la abuelita y su nieto informaron sobre su situacin, asumiendo responsabilidad por lo sucedido. Rerieron que el adolescente no conoci a su padre y que su madre emigr al extranjero hace 5 aos, por lo cual la abuelita se encarga del menor con el apoyo de una ta. El chico abandon la escuela hace un ao y ocupa la mayor parte de su tiempo con sus amigos en la calle. Por su parte, los miembros del proyecto les explicaron el apoyo y la orientacin que el proyecto les podra brindar bajo el compromiso serio de ambos de cumplir cabalmente con el programa planteado en benecio del menor y con su activa participacin. Ahora, el abogado defensor piensa seriamente solicitar la remisin del caso a la Fiscal; en otras palabras, desea desjudicializar el caso. La remisin no signica libertad sin asistencia sino ms bien una seria orientacin al adolescente e inclusive a su familia. Con su consentimiento, el adolescente participar en programas y actividades socioeducativas bien denidos, que tomarn en cuenta sus problemas (consumo de alcohol, problemas de afectividad, personalidad violenta) y sus necesidades personales (educacin, salud, esparcimiento, formacin laboral), sin dejar de lado la forma en que deber resarcir el dao ocasionado a la agraviada, en conjunto con los otros dos adolescentes. Esta edicin de la revista trata en detalle de la remisin como medida alternativa a la privacin de la libertad. No obstante que se trata de una gura muy interesante tanto para el menor en conicto con la ley, su familia, la vctima y los operadores de justicia, todava es muy poco utilizada en nuestro medio. Esperamos as contribuir a ofrecer elementos que ayuden a entender mejor y apostar en adelante por tan importante institucin de la justicia juvenil contempornea.

na noche, hace un mes, tres adolescentes fueron aprehendidos por efectivos de las fuerzas del orden durante un operativo que puso n a un enfrentamiento violento entre dos pandillas juveniles en una zona urbano marginal donde se desarrolla el proyecto piloto de justicia juvenil restaurativa. Al llegar la polica, los chicos involucrados en la batalla se fugaron, cual humo, por los oscuros callejones del barrio. Segn la versin de los adolescentes detenidos, camino a la comisara fueron golpeados, insultados, inclusive amenazados de ser llevados directamente a Maranguita, el ms conocido centro de diagnstico y rehabilitacin para adolescentes en conicto con la ley penal. Una vecina del barrio, humilde ama de casa, result vctima de esta violenta pugna callejera que le dej la puerta de su casa daada, un espejo y un vidrio rotos y otros muebles estropeados.

La actuacin de una Fiscal de Familia celosa del cumplimiento de la ley y la oportuna intervencin del abogado defensor y una colaboradora comunitaria, miembros de nuestro proyecto de Justicia Juvenil Restaurativa, as como la intervencin de la seora perjudicada mostrando apertura hacia una solucin razonable --aunque explicablemente ofuscada por la escena de violencia en la que se vio envuelta--, permitieron evitar que el caso derivase en una denuncia judicial y un probable internamiento de los tres adolescentes en Maranguita. Luego de contactar con los padres o guardadores, la Fiscal acept entregarles a los muchachos con

Oscar Vsquez Bermejo Director Encuentros Casa de la Juventud

Jean Schmitz Delegado en el Per Terre des hommes Lausanne


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Dra. Adelaida Bolvar Fiscal de la Nacin de la Repblica del Per

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Cul es el rol del Ministerio Pblico en la estructuracin de un sistema efectivo y eficaz de justicia juvenil? El examen de esta cuestin a travs de la experiencia del Ministerio Pblico en el uso de la remisin, es el tema del artculo de la doctora Bolvar, cuya amable colaboracin agradecemos.
Especcamente, en materia penal, la convencin propone dos grandes reformas con respecto a los menores de edad: primero, la introduccin de las garantas penales, procesales y de ejecucin de las sanciones; segundo, la previsin de alternativas a la justicia penal, as como las sanciones y medidas no privativas de libertad como alternativa al encierro. Nuestro pas adecu su legislacin interna a estos nuevos postulados, constituyndose una justicia especializada y un cuerpo normativo tambin especial, plasmado en el vigente Cdigo de los Nios y Adolescentes de nuestro pas. En lo que respecta al uso de medidas alternativas a la justicia penal, se prev la institucin de la remisin, la cual es una forma de salida anticipada del proceso. La remisin se incorpora al derecho penal juvenil de los pases de tradicin romano germnica a travs de las Reglas Mnimas de las Naciones Unidas para la Administracin de la Justicia Juvenil, adoptadas en 1985. Consiste en la separacin del adolescente infractor del proceso judicial, con el objeto de eliminar los efectos negativos de dicho proceso, pudiendo declararse en cualquier etapa del proceso o incluso en la etapa de investigacin.

na simple mirada a nuestro entorno social nos hace comprobar que los derechos humanos de la infancia no son una realidad. Muchos nios viven en condiciones de supervivencia, hay una violencia creciente contra ellos, las tasas de participacin juvenil en ciertos ilcitos han aumentado drsticamente, transformndose en un tema de preocupacin mundial. Asimismo, existen alarmantes indicadores sobre pobreza, desnutricin, explotacin laboral, violencia familiar y social, irresponsabilidad paterna, baja escolaridad de la nia rural, embarazo adolescente, ignorancia respecto a la sexualidad, alto riesgo frente a las adicciones, entre otros. Es evidente pues que, si bien las normas reconocen el derecho del nio, la nia y el adolescente a igual dignidad y a su personalidad, la realidad nos muestra descarnadamente lo mucho que falta para conseguirlo en los hechos. Como respuesta a esta situacin, la Convencin de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Nio, propuso la constitucin de un sistema de justicia especializado, el cual considera las singularidades especcas que diferencian a los adolescentes de los mayores.
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No obstante, para que la remisin pueda cumplirse en los hechos, se requiere un conjunto de requisitos humanos y materiales mnimos, por ejemplo, el apoyo de profesionales que supervisen el comportamiento del adolescente una vez que ella ha sido otorgada. Con el objetivo anteriormente mencionado, el Ministerio Pblico ha suscrito el 18 de abril del 2005, el convenio marco de colaboracin con la fundacin Terre des hommes Lausanne y la asociacin Encuentros Casa de la Juventud, cuya nalidad es unir las capacidades institucionales en busca de mejorar la administracin de justicia penal juvenil y lograr el cumplimiento de los derechos humanos de los nios, nias y adolescentes peruanos. Una de las propuestas de este esfuerzo es contribuir a impulsar acciones orientadas a fortalecer la justicia juvenil restaurativa e involucrar a los operadores en la perspectiva de aplicar medidas alternativas a la privacin de la libertad a los adolescentes en conicto con la ley penal. Una de estas medidas es la remisin, institucin por la cual se faculta al scal a no comprender al adolescente en el proceso judicial, con el objetivo de eliminar los efectos negativos y estigmatizadores que su participacin en ste pueda generarle. Para ejercer esta facultad el scal tendr que vericar que el adolescente haya cumplido con la reparacin del dao y la asistencia al centro de orientacin respectivo. La ejecucin de este proyecto arroja ya algunos resultados que permiten visualizar los logros y los retos pendientes por superar, entre los cuales podemos mencionar los siguientes: - En los lugares donde se ejecutan los proyectos piloto se ha reducido el ndice de vulneracin de los derechos de los adolescentes detenidos en sede policial. - Se est impulsando el uso de la remisin; no obstante, es an muy escasa su aplicacin debido, fundamentalmente, a la presencia de una mentalidad tutelar y la falta de instituciones con programas especializados. - Existe demora en la resolucin de los casos que se investigan en el Ministerio Pblico, debido sobre todo a la carga laboral de los scales. - El Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES) no ha implementado programas para los menores sujetos a la remisin ni ha autorizado a instituciones para supervisar esos programas. Las Fiscalas de Familia tienen como reto la aplicacin de la remisin en sede scal, siempre que se respeten las garantas de un debido proceso en el cual no se vulneren los derechos de la vctima, y que los adolescentes puedan contribuir a su proceso de formacin educativa y ser reinsertados en la sociedad. Reconociendo que la situacin de los nios y adolescentes infractores de la ley penal es parte de un contexto mayor en el cual ellos se desenvuelven, el Ministerio Pblico aprob su Plan Estratgico de Infancia y Adolescencia para el periodo 2004-2010, considerando como uno de sus objetivos instituir un sistema de garantas para la proteccin de los derechos del nio, la nia y el adolescente. Como parte de este objetivo, se ha jado como meta la consolidacin en el ao 2010 de una justicia especializada para todos los nios, nias y adolescentes, que permita materializar el respeto a sus derechos. Finalmente, debemos sealar que slo una estrategia integral y esfuerzos interinstitucionales permitirn cumplir con el objetivo de brindar una justicia ms cercana a los principios que inspiran la doctrina de la proteccin integral.
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Dr. Atilio lvarez Defensor Pblico de Menores de la Repblica Argentina Partiendo de identificar las races de la remisin en la tradicin jurdica latinoamericana, y luego de analizar el encuentro de esta tradicin con el derecho internacional, el autor nos propone una visin renovada de la remisin a la luz del enfoque restaurativo.
minuciosamente los respectivos artculos que regulan la respuesta social ante los hechos calicados legalmente como delitos cometidos por personas menores de edad. Se trata, fundamentalmente, de la lectura del artculo 10, inciso 2 b) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, que obviamente fue fuente del artculo 5, inciso 5 del Pacto de San Jos de Costa Rica. Si nuestros legisladores hemisfricos hubieran adolecido del acomplejado criterio de copiar servilmente la fuente internacional, la transcripcin hubiera sido literal. Pero no fue as. Aquellos hombres, imbuidos del espritu humanista de nuestra Amrica, que alumbr la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre4 antes que la Declaracin Universal5, corrigieron aquellos conceptos que crean no del todo favorables a nuestros nios. Veamos una puntual comparacin:
Art. 10, inc. 2 b) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos Art. 5, inc. 5 del Pacto de San Jos de Costa Rica

uando estudiamos el instituto jurdico de la remisin y su aplicacin en los nuevos ordenamientos jurdicos latinoamericanos en materia de niez y adolescencia, tendemos a considerarlo una gura novedosa, de reciente incorporacin a nuestro derecho y, por lo tanto, de paulatina aplicacin, a la espera de una aceptacin jurisprudencial progresiva en el marco dc un sistema legal que, bsicamente, no estara preparado para ello. Pero a poco que profundicemos en la rica historia del derecho de menores del continente americano, advertimos que, en realidad, la posibilidad de tratar los casos de transgresiones adolescentes con respuestas distintas a las de la ley y el proceso penales, no slo no es ajena a nuestras costumbres, sino que hemos sido pioneros en su formulacin. Muchos son los ejemplos de la poca en tal sentido. Ya en diciembre de 1954, por ejemplo, en el mensaje de elevacin de la que a nes de ese mes sera la Ley de Familia N 14394, el presidente de la Repblica Argentina sostena, rerindose a la derogacin de los artculos del Cdigo Penal que se ocupaban de los menores (hasta ese ao la incriminacin penal, por el cdigo de 1921, se admita a partir de los 14 aos): Extraer a los menores de diecisis aos del Derecho Penal es un postulado fundamental de la doctrina nacional.1 Quizs la diferencia del criterio latinoamericano con el dominante criterio anglosajn, de crudo retribucionismo penal en materia de niez, se expres del modo ms claro en las sutiles pero no menos evidentes diferencias de formulacin entre el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos2, forma operativa de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos de la ONU, votado junto con su similar de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales en diciembre de 1966, y su similar para la regin, la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, conocida como Pacto de San Jos de Costa Rica3, del 22 de noviembre de 1969. Ambos instrumentos tienen interesantes consideraciones en materia de niez, que emanan ya de la Declaracin Universal de los Derechos del Nio del 20 de noviembre de 1959, pero nos detendremos en comparar

Los menores procesados estarn separados de los adultos y debern ser llevados ante los tribunales de justicia con la mayor celeridad posible para su enjuiciamiento.

Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento.

Salta a la vista que tres han sido las correcciones que nuestra Amrica hizo al texto universal, y las tres son de particular importancia en nuestro tema: 1) no todos los menores deben ser procesados; 2) no basta un tribunal de justicia, sino que es necesario un tribunal especializado; 3) la nalidad de la intervencin estatal no es el enjuiciamiento, sino el tratamiento del joven. De estas tres formidables diferenciaciones, cada una de las cuales merecera un detenido anlisis, nace la doctrina comn latinoamericana en la materia.

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La remisin, o sea, la respuesta social ante la infraccin cometida por el adolescente, distinta del proceso penal y la aplicacin de pena, est por lo tanto avalada por las races mismas de esta doctrina constitucional del continente. Si analizamos las legislaciones del siglo XX en la regin, advertiremos que el espritu de remisin, o sea la falta de conanza en el proceso penal para prevenir y tratar las transgresiones graves en la conducta adolescente, se presenta por tres vas: a) La renuncia a incriminar penalmente a los nios por debajo de determinadas edades, catorce o diecisis aos, en general. b) La renuncia a incriminar penalmente a los adolescentes, aun de edades superiores, por delitos de menor cuanta.6 c) La posibilidad de remisin judicial, aun encontrando responsable al adolescente del hecho que se le imputa y as declarndolo en juicio oral.7 La falta de desarrollo, en aquellos tiempos, de la doctrina del llamado principio de oportunidad en materia de ejercicio de la accin pblica por el scal, la casi unnime vigencia de sistemas inquisitivos y la fuerza del modelo tutelarista, felizmente superado, impidi que estas ideas de remisin pudieran ser ejercidas en el mbito del Ministerio Pblico. Todo dependa de la ley para la generalidad de los casos, y del juez, para el caso concreto. Para poder concebir la remisin en sede scal fue necesario salir del modelo tutelar, que da absoluta primaca al juez, desdibuja al scal y anula la defensa, y avanzar en un sistema de naturaleza acusatoria, con mayor protagonismo del Ministerio Pblico. Hacia los aos ochenta, con el paulatino desarrollo de las doctrinas que propiciaban no tan solo la vigencia de todas las garantas procesales, sino la aplicacin de un derecho penal mnimo,

el tema de los delitos cometidos por adolescentes fue campo propicio para las innovaciones en materia de remisin, suspensin del proceso a prueba, y otras alternativas que originariamente nacieron en el derecho de menores y luego pasaron al de adultos.8 Fue entonces cuando, en 1985, desde los centros ms especializados de la Organizacin de las Naciones Unidas, se elaboraron las Reglas Mnimas para la Administracin de la Justicia de Menores, conocidas como reglas de Beijing.9 Ya se haba presentado un ao antes el texto en primera lectura de la Convencin sobre los Derechos del Nio (el llamado proyecto polaco), encomendado por la Asamblea General en 1979, de modo tal que las reglas antedichas deben ser consideradas un verdadero comentario y mtodo de aplicacin de los principios de la Convencin, pese a ser anteriores a aquellas. Las Reglas recogen el fructfero trabajo de los Congresos de la ONU para la Prevencin del Delito y el Tratamiento del Delincuente que, reunidos desde 1955 cada cinco aos, constituyen un hito en la criminologa universal.10 Las Reglas de Beijing, entonces, pueden con justicia ser consideradas el primer texto a escala universal que recoge las experiencias parciales de
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todo el siglo XX en cuanto a tratar de atender los problemas de conictos juveniles con la ley penal sin recurrir al proceso estricto. Como tal, su regla Undcima es la carta magna en el tema de la remisin, aun anterior a la Convencin de 1989, pues sta se basa en aquella. La existencia de comentarios a la regla XI, que tienen valor de texto autntico segn expresamente se seala, permite apreciar en toda su amplitud la importancia de este principio. Bajo el ttulo Remisin de casos establece la regla Undcima: 11.1.- Se examinar la posibilidad, cuando proceda, de ocuparse de los menores delincuentes sin recurrir a las autoridades competentes, mencionadas en la regla 14.l. infra, para que los juzguen ocialmente. 11.2.- La polica, el ministerio scal y otros organismos que se ocupen de los casos de delincuencia de menores estarn facultados para fallar dichos casos discrecionalmente, sin necesidad de vista ocial, con arreglo a los criterios establecidos al efecto en los respectivos sistemas jurdicos y tambin en armona con los principios contenidos en las presentes Reglas. 11.3.- Toda remisin que signique poner al menor a disposicin de las instituciones pertinentes de la comunidad o de otro tipo estar supeditada al consentimiento del menor o al de sus padres o su tutor: sin embargo, la decisin relativa a la remisin del caso se someter al examen de una autoridad competente, cuando as se solicite. 11.4.- Para facilitar la tramitacin discrecional de los casos de menores, se procurar facilitar a la comunidad programas de supervisin y orientacin temporales, restitucin y compensacin a las vctimas.

Y agrega ampliamente el Comentario: La remisin, que entraa la supresin del procedimiento ante la justicia penal y, con frecuencia, la reorientacin hacia servicios apoyados por la comunidad, se practica habitualmente en muchos sistemas jurdicos con carcter ocial y ocioso. Esta prctica sirve para mitigar los efectos negativos de la continuacin del procedimiento en la administracin de justicia de menores (por ejemplo, el estigma de la condena o la sentencia). En muchos casos, la no intervencin sera la mejor respuesta. Por ello, la remisin desde el comienzo y sin envo a servicios sustitutorios (sociales) puede constituir la respuesta ptima. As sucede especialmente cuando el delito no tiene un carcter grave y cuando la familia, la escuela u otras instituciones de control social ocioso han reaccionado ya en forma adecuada y constructiva o es probable que reaccionen de ese modo. Como se prev en la regla 11.2., la remisin puede utilizarse en cualquier momento del proceso de adopcin de decisiones por la polica11, el ministerio scal u otros rganos como los tribunales, juntas o consejos. La remisin pueden realizarla una, varias o todas las autoridades segn las reglas y normas de los respectivos sistemas y en consonancia con las presentes Reglas. No debe limitarse necesariamente a los casos menores, de modo que la remisin se convierta en un instrumento importante. La regla 11.3. pone de relieve el requisito primordial de asegurar el consentimiento del menor delincuente (o de sus padres o tutores) con respecto a las medidas de remisin recomendadas (la remisin que consiste en la prestacin de servicios a la comunidad sin dicho consentimiento, constituira una infraccin al convenio relativo a la abolicin del trabajo forzoso). No obstante, es necesario que la validez del consentimiento se pueda impugnar, ya que el menor algunas veces podra prestarlo por pura desesperacin. La regla subraya que se deben tomar precauciones para disminuir al mnimo la posibilidad de coercin e intimidacin en todos los niveles del proceso de remisin. Los menores no han de sentirse

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presionados (por ejemplo, a n de evitar la comparecencia ante el tribunal) ni deben ser presionados para lograr su consentimiento en los programas de remisin. Por ello, se aconseja que se tomen disposiciones para una evaluacin objetiva de la conveniencia de que intervenga una autoridad competente cuando as se solicite en las actuaciones relativas a menores delincuentes. (La autoridad competente puede ser distinta de la que se menciona en la regla 14). La regla 11.4. recomienda que se prevean opciones sustitutorias viables del procesamiento ante la justicia de menores en la forma de una remisin basada en la comunidad. Se recomiendan especialmente los programas que entraan la avenencia mediante la indemnizacin de la vctima y los que procuran evitar futuras transgresiones de la ley, gracias a la supervisin y orientacin temporales. Los antecedentes de fondo de los casos particulares determinarn el carcter adecuado de la remisin, an cuando se hayan cometido delitos ms graves (por ejemplo, el primer delito, el hecho que se haya cometido bajo la presin de los compaeros del menor, etc.) Como se ve, por su precisin y claridad, y por su importantsima autoridad doctrinaria, el impacto de esta norma tcnica fue crucial. Si bien en algunos mbitos ajenos o refractarios a la aplicacin del principio de oportunidad se recibi con reparos la posibilidad de remisin scal,12 y en otros se advirti la dicultad prctica de aplicarla en la realidad concreta en caso de aceptar remisiones policiales, los cdigos sancionados a partir de la vigencia de las Reglas de Beijing comenzaron a mencionar la remisin como una de las posibilidades de no apertura de proceso penal formal. As lo hace la moderna legislacin del Per. Tras las Reglas, poco tiempo falt para que la Asamblea General de la ONU aprobara en noviembre de 1989 la Convencin sobre los Derechos del Nio, cuyo artculo 40 se reere al instituto que nos interesa. All dice en el acpite tercero: 3.- Los Estados Partes tomarn todas las medidas apropiadas para promover el establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones especcos para los nios de quienes se alegue que han infringido las leyes penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber infringido esas leyes, y en particular: a) El establecimiento de una edad mnima antes de la cual se presumir que los nios no tienen capacidad para infringir las leyes penales; 13 b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopcin de medidas para tratar a esos nios sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que se respetarn plenamente los derechos humanos y las garantas legales. Esta condicin de apropiado y deseable se reere al bien o inters del adolescente, no al deseo de la sociedad o del Estado.

Los motivos que hacen vlida la remisin estn ya expuestos en el comentario de la regla XI de Beijing, y tienden tanto al inters superior del nio, como al inters social en no estigmatizar y conrmar en el delito a un joven que recin est formando su carcter. La fuerza con que el ejercicio de la accin penal determina la conducta posterior de los transgresores primerizos, es un fenmeno muy evidente. Pero tambin debe tenerse en cuenta, a tenor del mismo comentario, que toda forma de abordaje del conicto juvenil con la ley penal debe estar rodeada de garantas y defensa. Sin ellas, cualquier sistema aplasta al joven y le impone, ya las penas, ya las medidas socioeducativas, ya las alternativas, como verdaderos actos arbitrarios contra un indefenso, que las acepta callado. Es esta indefensin del nio lo que motiv el rechazo del sistema tutelar, que en s mismo era tambin una salida del derecho penal. No debe incurrirse en el error de repetir tal indefensin en el modelo restaurativo. Agrega luego la Convencin sobre los Derechos del Nio en el mismo artculo 40, numeral 4: Se dispondr de diversas medidas, tales como el cuidado, las rdenes de orientacin y supervisin, el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocacin en hogares de guarda, los programas de enseanza y formacin profesional, as como otras posibilidades alternativas a la internacin en instituciones, para asegurar que los nios sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que guarde proporcin tanto con sus circunstancias como con la infraccin. Como vemos, la Convencin realiza aqu una enumeracin no taxativa de las posibilidades de tratamiento de la infraccin juvenil. Todos esos recursos sociales y pedaggicos existieron con anterioridad a la Convencin misma, y aun con independencia de la remisin como gura jurdica y procesal. Tanto las rdenes de supervisin, como el asesoramiento o la libertad vigilada o la libertad asistida, tema del XIV Congreso Panamericano del Nio, en agosto de 1973 en Santiago de Chile, existan en nuestra prctica cotidiana. Tambin la colocacin en hogares de guarda y los programas de enseanza y formacin profesional, tal como enumera la Convencin.
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Cul es la novedad entonces? No estaremos predicando lo mismo de siempre bajo un distinto ropaje? No ser la remisin ms de lo mismo, y una resurreccin de los denostados criterios tutelaristas? No lo creo. El hecho de que formas de actuacin tengan antecedentes histricos, y que se desarrollen paso a paso en una constante mejora y confrontacin de resultados, no las excluye de ser utilizadas en el marco de un sistema distinto. No todo lo usado en el pasado es desdeable; salvo aquello que no ha sido bueno para los nios. Y lo realmente malo para los nios fue siempre la incriminacin precoz, la privacin de libertad y la confusin de sus transgresiones, por graves que sean, con el delito adulto. Al punto de darles la misma respuesta social y estatal. Esto es lo que congura el retribucionismo penal, hoy camuado en un neo-retribucionismo atenuado en casi todo nuestro continente. No por ms leve la sancin deja de ser sancin, ni por garantizado el proceso penal deja de ser tal.
1 Primer prrafo del mensaje del Presidente de la Nacin, Gral. Juan Domingo Pern, del 8 de diciembre de 1954, comentando el artculo 1 del proyecto de ley elevado al Congreso Nacional, y que haba sido elaborado en el Ministerio de Justicia por un grupo de juristas que diriga el Dr. Jorge Joaqun Llambas. 2 Resolucin 2200 de la Asamblea General de la ONU, del 16 de diciembre de 1966. Su artculo 10 dice: 1. Toda persona privada de libertad ser tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. 2. a) Los procesados estarn separados de los condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y sern sometidos a un tratamiento distinto, adecuado a su condicin de personas no condenadas; b) Los menores procesados estarn separados de los adultos y debern ser llevados ante los tribunales de justicia con la mayor celeridad posible para su enjuiciamiento. 3. El rgimen penitenciario consistir en un tratamiento cuya finalidad esencial ser la reforma y la readaptacin social de los penados. Los menores delincuentes estarn separados de los adultos y sern sometidos a un tratamiento adecuado a su edad y condicin jurdica. 3 Su artculo 5 dice: Derecho a la Integridad Personal. 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad fsica, psquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad ser tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. 3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente. 4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y sern sometidos a un tratamiento adecuado a su condicin de personas no condenadas. 5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento. 6. Las penas privativas de la libertad tendrn como finalidad esencial la reforma y la readaptacin social de los condenados. 4 Aprobada en la IX Conferencia Internacional Americana, en Bogot, Colombia, el 30 de abril de 1948. 5 Proclamada por resolucin de la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948. Sobre la influencia de la Declaracin Americana en la Universal cf. GLENDON, Mary Ann: El crisol olvidado: Influencia Latinoamericana en la Idea de los Derechos Humanos Universales, Boston, 2004; publicado, entre otros, en CRITERIO, mayo de 2004. 6 As, en la citada ley argentina N 14394, de diciembre de 1954, no eran punibles los actos de menores entre diecisis y dieciocho aos, cuando la pena prevista por el Cdigo Penal fuera menor de un ao, y en la actual legislacin, de dos aos.

El postulado tico sigue siendo, como proclamaba la primera cita de este artculo, alejar a los nios del derecho penal, que es una de las formas de alejarlos del delito. La gura de la remisin, incorporada y fundida ntimamente en el nuevo modelo de justicia restaurativa, se aleja diametralmente del retribucionismo penal y por lo tanto es una herramienta importantsima de accin y tambin de reexin y de formacin de conciencia. Quien remite un caso, ya sea scal o juez, no cree en el proceso penal y en la sancin mayor o menor, extensa o reducida como una solucin adecuada para el nio ni para la sociedad. Por lo tanto, y ms all de los esfuerzos y de los inconvenientes cotidianos, quien as obra se encuentra en buen camino: quiere instaurar en nuestras sociedades un espritu acorde al inters superior de los nios.
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7 Eso ocurre en los ordenamientos que contemplan la cesura, o distincin entre el juicio de responsabilidad y la aplicacin de sancin, sometida a la respuesta del joven tras un ao de tratamiento, al cabo del cual puede eximrselo de pena, si la respuesta fue favorable. 8 La vigencia de instituciones que apartaban al nio del proceso penal, no puede confundirse con los criterios ms o menos habituales de privacin de libertad sin proceso, que fue uno de los elementos que puso en crisis el modelo tutelarista. 9 Resolucin N 49/33 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 29 de noviembre de 1985 sobre la base del documento elaborado en la reunin preparatoria de Beijing, China, en mayo de 1984, y aprobado en el Sptimo Congreso de la ONU para la Prevencin del Delito y el Tratamiento del Delincuente, reunido en Milano, agosto-septiembre de 1985. 10 El Primer Congreso se realiz en 1955, en Ginebra; el Segundo en 1960, en Londres; el Tercero, en 1965 en Estocolmo; el Cuarto, en 1970 en Kioto; el Quinto, en 1975, en Ginebra. El Sexto Congreso, de 1980 en Caracas, encomend la confeccin de las Reglas; el Sptimo, de 1985 en Miln, las aprob; el Octavo, de 1990 en La Habana, aprob las Reglas de las Naciones Unidas para la Proteccin de los Menores Privados de Libertad y las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevencin de la Delincuencia Juvenil (Directrices de Riad); el Noveno, de 1995, en El Cairo, del cual el autor de este artculo fue elegido Relator General, profundiz los aspectos de prevencin de la delincuencia urbana; el Dcimo, de 2000, en Viena, y el Undcimo, de 2005 en Bangkok, trataron principalmente sobre delincuencia transnacional organizada. 11 En nuestra realidad latinoamericana, no hemos propiciado nunca la remisin en sede policial, porque puede dar sensacin de impunidad e incluso de corrupcin policial. Un largo camino de profesionalizacin y especializacin en problemas de juventud aguarda a nuestras fuerzas de polica antes de que pueda extenderse a ellas la facultad de reprimir o no el delito segn un principio de oportunidad, hoy en debate respecto de los fiscales. 12 As, en la Reunin Anual de Vaqueras, Crdoba, de la Asociacin Argentina de Magistrados y Funcionarios de la Justicia de Menores, de agosto de 1988, el comentario a cada una de las Reglas de Beijing incluy una mencin a la inaplicabilidad de la regla Dcimo Primera en el sistema argentino, por el principio de legalidad que rega la actuacin de los fiscales. 13 Esta norma de la Convencin debe ser leda en consonancia con la regla Cuarta de Beijing, que rechaza el establecimiento de edades de responsabilidad muy tempranas.

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Discrecionalidad y Remisin

La Remisin

Edilberto Ruiz Abogado del Proyecto Justicia Juvenil Restaurativa

Qu es la discrecionalidad y cmo se debe entender su aplicacin al ejercicio de la funcin pblica, particularmente de jueces y fiscales? Qu relacin hay entre discrecionalidad y remisin? Por qu resulta que abstenerse de ejercer la accin penal es tan importante como decidir ejercerla?
Por el contrario, la potestad discrecional concede un margen a la libertad de apreciacin de la autoridad, la cual hace una valoracin un tanto subjetiva al actuar en casos concretos. Ahora bien, el margen de libertad de que goza la administracin en el ejercicio de su potestad discrecional no es extralegal sino, por el contrario, permitido por la ley, de tal suerte que, como anota el tratadista Garca de Enterra1 , no hay discrecionalidad al margen de la ley sino justamente slo en virtud de ella y en la medida en que lo haya dispuesto. La discrecionalidad no constituye una potestad extralegal, sino ms bien el ejercicio de una potestad debidamente atribuida por el orden jurdico a favor de determinada funcin. La potestad discrecional es tal, slo cuando la norma legal lo determina de esa manera. En consecuencia la discrecionalidad no puede ser total sino parcial, pues debe observar determinados elementos que la ley seala.

oda sociedad humana necesita un orden determinado, producto de la observancia de normas jurdicas que organizan la vida en sociedad. El cumplimiento de ese ordenamiento jurdico por parte del Estado y de los ciudadanos es lo que conocemos como legalidad, principio jurdico que se opone a toda forma de arbitrariedad en contra de los ciudadanos.

Estado de Derecho y Principio de Legalidad


En un Estado de Derecho, la constitucin prevalece sobre todo el ordenamiento legal, existe una absoluta sujecin de los actos de gobernados y gobernantes a la ley y se busca el imperio del derecho. En este contexto no tienen lugar la arbitrariedad ni la anarqua. El Estado de Derecho supone la supremaca absoluta de la ley, que es lo opuesto al poder arbitrario, al gobierno que no tiene en cuenta la constitucin ni la ley. El Estado de Derecho se fundamenta en el principio de queson las leyes y no los hombres quienes gobiernan. Ningn rgano del Estado puede adoptar una decisin que no se conforme a una disposicin general anteriormente dictada, que no se encuentre en los lmites determinados por una ley material anterior. Se trata de un principio esencialmente protector del individuo.

La discrecionalidad administrativa
El ejercicio del poder pblico debe ser practicado conforme a los estrictos principios y normas derivadas del imperio de la Ley. No existe, por tanto, actividad pblica o funcionario que ejerza funciones con libertad irrestricta; el marco siempre lo establece la ley. Sin embargo, como las actividades que cumple la administracin pblica son mltiples y crecientes, la ley no siempre logra determinar los lmites precisos dentro de los cuales debe actuar la administracin en su quehacer cotidiano. Por ello el orden jurdico atribuye a la administracin dos tipos de potestades: las regladas y las discrecionales. La potestad reglada es aquella que se halla debidamente normada por el orden jurdico; en consecuencia, la misma ley determina la autoridad que debe actuar, el momento y la forma como ha de proceder. No cabe que la autoridad aplique una valoracin subjetiva.
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Por otra parte, la discrecionalidad no representa un concepto opuesto a lo reglado pues, aunque en principio parezca contradictorio, toda potestad discrecional debe atenerse a ciertos elementos esenciales para que se considere como tal: la existencia misma de la potestad, su ejercicio dentro de una determinada extensin, la competencia de un rgano determinado y la nalidad, pues toda potestad pblica tiene por objeto conseguir nalidades de bien comn. La discrecionalidad no es sinnimo de arbitrariedad, sino el ejercicio de una potestad legal que hace posible a la administracin una estimacin subjetiva que le permite arribar a diferentes soluciones, pero siempre con respeto hacia los elementos reglados presentes en la potestad. Y sobre todo entendiendo que la solucin adoptada debe necesariamente cumplir la nalidad considerada por la ley, y en todo caso la nalidad pblica, la utilidad o el inters general. Por el contrario, la arbitrariedad se caracteriza por patentizar el capricho de quien ostenta el poder. La arbitrariedad no constituye una potestad reconocida por el derecho sino, ms bien, una denicin que se halla fuera del derecho o, como se seala, una manifestacin de poder social ajena al derecho. El elemento que permite diferenciar entre la potestad discrecional y la arbitrariedad es la motivacin, ya que en cualquier acto discrecional la autoridad est obligada a expresar los motivos de su decisin, cosa que no ocurre con la arbitrariedad pues resulta absurdo exigir una motivacin a quien acta al margen de la ley. (discrecionalidad por defecto o vaco de la ley); y el art. 5, que los scales ejerzan sus atribuciones segn su propio criterio y en la forma que estimen ms arreglada a los nes de su institucin (discrecionalidad regulada por la ley). En tal sentido, la titularidad de la accin penal pblica atribuida exclusivamente al Ministerio Pblico en el art. 159, inc. 5, de la Constitucin, aparte de excluir de su ejercicio a cualquier otra institucin del Estado, no hace necesariamente de tal titularidad una atribucin de aplicacin obligatoria en todos los casos. La discrecionalidad en el ejercicio de la accin penal se establece en el art. 12 de la Ley Orgnica, segn el cual el Ministerio Pblico puede abstenerse de formalizar denuncia penal si no la estima procedente. Por otro lado, el art. 2 (actualmente en vigencia) del Cdigo Procesal Penal, contempla el principio de oportunidad conforme al cual el Ministerio Pblico puede abstenerse de ejercitar la accin penal en los casos sealados en ese artculo. Este es un caso tpico de discrecionalidad regulada por la ley y no de discrecionalidad por defecto o vaco de la ley.

Independencia y discrecionalidad jurisdiccional


La independencia del rgano judicial tiene su expresin ms acabada, en el plano funcional, en el ejercicio estricto de la potestad jurisdiccional y en el respeto a la libre determinacin del juez. Esa independencia comienza a formularse como una zona de reserva de los jueces y tribunales en el ejercicio de la funcin de juzgar; la pretensin de Montesquieu al disear la doctrina de la divisin de poderes se orienta en ese sentido. La independencia judicial, originariamente desarrollada en referencia al ejercicio de la funcin jurisdiccional, tambin abarca la independencia de criterio del magistrado. Esa independencia de criterio en las resoluciones judiciales constituye el ejercicio de la facultad discrecional que en la prctica judicial se presenta de dos formas: cuando hay un vaco o deciencia legal, y cuando la ley da la posibilidad de elegir entre varias alternativas para aplicarse a un mismo caso. El primer caso se podra denominar discrecionalidad por vaco o deciencia de la ley; el segundo, discrecionalidad regulada por la ley.

Discrecionalidad y remisin fiscal


En la misma lnea interpretativa planteada con respecto a la titularidad de la accin penal, podemos decir que en el caso de adolescentes infractores de la ley penal, el art. 204 del Cdigo de los Nios y Adolescentes, otorga facultad discrecional al scal para escoger, segn su criterio, entre tres opciones: solicitar la apertura de proceso, disponer la remisin u ordenar el archivamiento. En los dos ltimos casos el scal se abstiene de ejercitar la accin penal haciendo uso de la discrecionalidad que le concede la ley. Por ello el scal, cuando concede la remisin debidamente motivada, no incurre en ningn acto arbitrario; simplemente decide segn su criterio en aplicacin de la facultad para concederla de que est provisto en el marco de la discrecionalidad claramente regulada por la ley.
1 GARCA DE ENTERRA, Eduardo y FERNNDEZ TOMS, Ramn: Curso de Derecho Administrativo I. Editorial Civitas SA, Madrid, 1994.

Independencia y discrecionalidad en el Ministerio Pblico


Por mandato constitucional, el Ministerio Pblico es independiente en el ejercicio de sus funciones. El artculo 158 de la Constitucin Poltica declara su autonoma, regulada asimismo por el artculo 1 de su Ley Orgnica (Decreto Legislativo N 52). Esta independencia o autonoma permite tambin, como en el caso de los jueces, que los scales gocen de discrecionalidad en el ejercicio de sus atribuciones; por ello, el art. 4 de su Ley Orgnica permite, en los casos de deciencia de la ley, que el Ministerio Pblico se atenga a los principios generales del Derecho

Bibliografa - GARCA DE ENTERRA, Eduardo y FERNNDEZ TOMS, Ramn: Curso de Derecho Administrativo I. Editorial Civitas S.A., Madrid, 1994. - VIRGOLINI, Julio y SILVESTRONI, Mariano: Unas sentencias discretas. Sobre la discrecionalidad judicial y el Estado de Derecho. En: Revista de Derecho Penal, 2000, Argentina. - Constitucin Poltica del Per. - Ley Orgnica del Ministerio Pblico (Decreto Legislativo N 52).

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Renate Winter Magistrada internacional

No matar gorriones con caones: con esta frase la autora sintetiza las ventajas educativas, judiciales y hasta econmicas de la remisin para enfrentar las infracciones cometidas por adolescentes y evitar empujarlos hacia la delincuencia.
que hacer algo para evitar la sobrepoblacin y de este modo hacer posible el tratamiento y la reinsercin. Por otro lado, queda totalmente claro (cualquier pedagogo o padre bien informado se lo dir) que se debe tomar una accin inmediata contra el comportamiento inadecuado, anormal y delictivo, si es posible justo desde el comienzo, para evitar que el adolescente infractor contine en la direccin equivocada. Incluso un nio pequeo buscar su aprobacin o desaprobacin, y podra continuar actuando de la misma manera, si usted no desaprueba lo que est haciendo! Por lo tanto, se necesita una respuesta rpida incluso para infracciones menores y as evitar otros ms graves. Pero, debe ser esta respuesta una transferencia del joven al sistema de justicia formal? No necesariamente! En cambio, podra ser mucho mejor alejar de la estigmatizacin al joven que entr en conicto con la ley (pero incluso ms importante, que entr en conicto con otra persona) y hacer que comprenda el dao que provoc. Esto bien podra tener otras consecuencias: una reaccin comprensible y por lo tanto aceptable para el joven, por un lado, y por otro, una herramienta exible adaptada a las necesidades del joven en el sistema de justicia con costos mucho ms bajos.

a ltima edicin de nuestra revista se centr en uno de los ms importantes logros en el rea de la justicia juvenil: el modelo restaurativo para tratar con los adolescentes infractores, sus vctimas y la sociedad, todos los cuales conviven y tratan de hacer un esfuerzo para encontrar la mejor solucin a una situacin difcil para todas las partes involucradas. Continuando con esta poltica; concretamente, para encontrar la mejor solucin posible a una situacin completamente desagradable, no deberamos ante todo concentrarnos en cmo evitar llegar a una situacin semejante? En la mayora de pases, y los pases de Latinoamrica no son la excepcin, los centros correccionales, crceles de menores, instituciones cerradas, etc., estn sobrepoblados. Los jvenes que, en primer lugar, no deberan estar ah porque no han cometido infracciones graves, pasan demasiado tiempo detenidos en dichos lugares (muchas veces con el pretexto de que no se cuenta con otras respuestas penales), y su gran nmero no permite proporcionar una ayuda eciente y sensible para ellos en cuanto a programas educativos, atencin de salud y capacitacin vocacional, todo lo que en principio, y de acuerdo con los trminos de la ley, constituye la razn por la que se enva a los nios a esos lugares. Por lo tanto, se tiene

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Un grupo de jvenes de 16 aos estrope los techos de una vivienda contigua cubiertos por planchas de calamina en su huda de la fuerza del orden, que los sorprendi en una esta bebiendo licor sin el conocimiento de sus padres. Si se les hace reparar el techo y colocar nuevamente las planchas de calamina, no entenderan rpidamente el valor de ellas, la cantidad de trabajo necesario y el esfuerzo que demanda colocarlas? No sera esto ms efectivo que castigar, estigmatizar y etiquetar a un joven como un infractor bueno para nada? Sin mencionar la oportunidad del joven de aprender un ocio al hacer la reparacin Si un chico de 17 aos ha ocasionado una lesin, realmente es siempre necesario que se lleve a cabo un juicio? No sera posible, tambin, que este chico aprenda mejor las consecuencias de su accionar ayudando a pacientes que sufrieron la misma lesin o ayudando a enfermeras en los hospitales? Un taxista se estaciona en una avenida para sacar duplicado de la llave de su vehculo; en ese momento un adolescente le rompe la luna y le sustrae la radio; realmente es el juez quien debe decirle en un juicio a ese muchacho que el dao al vehculo y el robo no afectan tanto al dueo del annimo taxi, sino al conductor que lo alquila, pues ser l quien tendr que pagar por el bien daado y por el objeto robado, pues la responsabilidad se traslada a los conductores de los vehculos? No sera mejor que el propio taxista le contara la historia? Como la antigua tradicin romana indicaba siglos atrs, praetor non curat minima: un juez no debera encargarse de minucias. Incluso va en inters de la justicia misma no matar gorriones con caones; de este modo se ahorra tiempo y dinero. Los mecanismos de remisin se han desarrollado e implementado del mismo modo en pases con derecho civil como en aquellos del common

law (derecho consuetudinario), y fueron un xito en todos los lugares en que se llevaron a la prctica. La colaboracin necesaria de asistentes sociales, psiclogos, mediadores, la administracin pblica, scales y jueces de menores especializados permite respuestas rpidas y exibles para infracciones menores y medianas, ya que el tiempo y la exibilidad son de suma importancia para el manejo de los jvenes. Si despus de haber cometido una infracin, un joven es arrestado, mantenido en custodia por algn tiempo, y si el juicio se lleva a cabo meses despus de haberse cometido la infraccin, el joven habr cambiado en el nterin para mejor o para peor, ya no recordar correctamente, no comprender por qu se le impuso el castigo tanto tiempo despus. Si, en cambio, la respuesta se produce inmediata y proporcionalmente, el entendimiento y la aceptacin evitarn la reincidencia. Ningn joven es igual a otro; ninguno tiene los mismos problemas que otro. No todas las situaciones pueden regularse por la ley. Se debe tener a disposicin una amplia variedad de respuestas para hacer frente a los diversos problemas de los adolescentes infractores, ya que los problemas son siempre la razn de la conducta delictiva. Los sistemas de remisin optan por respuestas exibles y rpidas de especialistas que colaboran tratando con jvenes. Un caso comprobado por la polica puede ser transferido al scal de menores, al juez de menores o al juez investigador, dependiendo del sistema, y despus de la vericacin de las condiciones legales, ser retransferido a una institucin social apropiada de asistencia al menor para proporcionar as una respuesta adecuada (mediacin, trabajo comunitario, tratamiento, supervisin vocacional/educativa, etc.), as como tambin un plan de implementacin individual para el menor elaborado con su aporte. Cules son las condiciones legales para conceder la remisin en lugar de la continuacin del proceso? La comisin de una infraccin menor o de mediana gravedad por parte de un joven penalmente responsable, que no constituya una amenaza para la sociedad (es decir un peligro real, no un fastidio), que no sea una reincidencia repetida (slo si no incluye automticamente una segunda infraccin), que no haya causado daos graves. El scal/juez a cargo establecer el marco temporal para la implementacin del plan si est de acuerdo con l, teniendo en cuenta las recomendaciones de los expertos o de los asistentes sociales

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involucrados que adems monitorearn los resultados. Por lo general, el asistente social que acompaa el caso preparar un informe y lo presentar a la respectiva autoridad judicial, que tendr que aprobarlo. Cuando se d la aprobacin (la mayora de veces se dar, ya que los asistentes sociales estn muy involucrados y conocen bien su trabajo), el caso se cerrar y nunca llegar a juicio. Si el plan no se cumple y el joven no tiene la culpa de esto (no hay tratamiento posible, la vctima no da su consentimiento para aceptar las disculpas y la reparacin, el joven cay enfermo durante el marco temporal acordado, etc.), se establecer e implementar otro plan. Si, por otro lado, el joven incumple deliberadamente con el compromiso adquirido, el juicio se llevar a cabo y la justicia formal tendr que hacerse cargo. Alexander, como muchos otros jvenes, ha hurtado en forma repetida a los taxistas del sector de El Agustino. Despus de una evaluacin del caso por un asistente social (solicitada por el scal), Alexander se comprometi, primero, a asistir a una sesin conducida por un polica y un taxista que trabaja en el paradero, para discutir con un grupo de jvenes las consecuencias del hurto; luego, prometi ayudar a limpiar los taxis del paradero de El Agustino durante cuatro nes de semana consecutivos. El administrador de la agencia de taxis estuvo de acuerdo y de igual modo el scal. Alexander cumpli su promesa. El asistente social, en contacto con el, con su familia y con el administrador de la agencia de taxis, envi al scal el informe rmado por Alexander, el administrador de los taxis y por l mismo. El scal le hizo una amonestacin y se cerr el caso. Alexander aprendi la leccin. No volvi a cometer una infraccin. Daniel acudi a la vivienda de otro adolescente para reclamarle por supuestas indelidades con su enamorada, producindose un

altercado en el cual le golpe en la nariz, lesionndolo. Reconocida su falta, Daniel acept brindar ayuda en los trabajos universitarios del agraviado, que no poda asistir a clases a consecuencia de la lesin; asimismo estuvo de acuerdo con visitar a pacientes del hospital vctimas de violencia y emplear su tiempo libre con ellos durante dos meses. Cumplido el perodo sealado, Daniel continu sus visitas a los pacientes como voluntario. Habra aprendido mejor su leccin en un tribunal o bajo arresto? Hubiera sido ms fcil que acepte y comprenda, y que no se vuelva reincidente despus de la condena, si no hubiera podido acceder a la escuela o a un empleo debido a su estigma? Sus compaeros de clase hubieran estado ms felices si regresaba de un tribunal o de un penal, que de un hospital? La remisin puede proporcionar ayuda pedaggica para los jvenes que estn en conicto con la ley. Puede resolver conictos subyacentes mejor que la justicia formal. Puede responder tambin a las necesidades de las vctimas. Puede reinsertar al joven a la sociedad sin ponerle un estigma. Puede disminuir la carga procesal de los jueces y scales. Puede prevenir el congestionamiento de las instituciones de encierro. Puede ahorrar tiempo y dinero. Y ha demostrado ser til en el desarrollo positivo de los jvenes que estn en los inicios de una carrera delictiva indeseada. Entonces, por qu no utilizar este mtodo tan antiguo, y ahora tan nuevo, cuantas veces sea posible?
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Proyecto Piloto

Justicia Juvenil en Cifras


Datos del Proyecto Piloto
Entre marzo y diciembre del 2005, se han atendido 125 casos de adolescentes en conflicto con la ley, 82 de ellos en el distrito de El Agustino (Lima) y 43 en el distrito de Jos Leonardo Ortiz (Chiclayo). La mayora de ellos tiene entre 15 y 17 aos de edad (84%); casi el 90% son varones. El problema personal ms frecuente de estos adolescentes es el consumo de drogas (61%).

Ofrecemos a los lectores informacin estadstica acerca del primer ao de labor del proyecto piloto Justicia Juvenil Restaurativa, desarrollado por Encuentros Casa de la Juventud y Terre des hommes Lausanne, en los distritos de El Agustino (Lima) y Jos Leonardo Ortiz (Chiclayo).

El Equipo de Defensa Inmediata (EDI) ha intervenido cada vez que el operador de justicia le ha comunicado el caso de un adolescente detenido en una comisara. Como resultado de ello se ha logrado brindar defensa efectiva y oportuna al adolescente mediante la proteccin de sus derechos en sede policial (82%), la comunicacin a sus familias sobre su situacin jurdica (67%), la facilitacin de documentos que contribuyan a su identificacin (54%) y la asesora legal (89%). Lo significativo es que a travs de este modelo de intervencin, se ha evitado el internamiento preventivo y la judicializacin de muchos casos.

El tipo de infraccin ms frecuente es el delito contra el patrimonio (49%).

Los psiclogos y trabajadores sociales del Equipo de Defensa Inmediata (EDI) y del Equipo de Acompaamiento Educativo (EACE) han participado activamente en la evaluacin y orientacin psicosocial de los adolescentes (86%) as como en la elaboracin de propuestas de intervencin socioeducativa en medio abierto (26%). Son acciones de gran importancia en el proceso de defensa, toma de decisiones del operador de justicia y recuperacin del adolescente. Permiten promover desde un inicio actitudes responsables ante la ley y el dao ocasionado, identificando problemas que es necesario atender e intereses que pueden promoverse para apoyar la insercin social, aportando informacin relevante para argumentar a favor de la voluntad y capacidad de cambio del adolescente ante los operadores de justicia, logrando en la mayora de casos que se tome en consideracin tal informacin. Durante el 2005, el Equipo de Defensa Inmediata (EDI) solicit ante los Fiscales y Jueces un total de 24 remisiones, de las cuales se aprobaron 7 (de ellas, 6 remisiones fiscales y 1 remisin judicial). Tres solicitudes fueron denegadas. Las dems estn pendientes de respuesta. Esto significa un incremento sensible respecto al nmero de remisiones aprobadas en los aos anteriores al proyecto.

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Chaski

La Conducta Antisocial de los Jvenes Autores: Michael Rutter, Henri Giller, Ann Hagel 640 p., Cambrigde University Press, Madrid, 2000. La urgencia de responder a la creciente participacin de los jvenes en la criminalidad no se condice con la dbil produccin de conocimientos en nuestra realidad. Frente a esta ausencia, generalmente recurrimos a investigaciones realizadas en otras realidades. La Conducta Antisocial de los Jvenes, libro publicado en el 2000 por la Universidad de Cambridge, tiene una virtud invalorable: da continuidad a un estudio muy amplio realizado en el Reino Unido sobre la delincuencia juvenil en 1983. En cierta medida, este nuevo estudio actualiza y nos presenta los avances de los ltimos 20 aos sobre enfoques e investigaciones empricas realizados para comprender el fenmeno pero tambin estableciendo una serie de lineamientos para la prevencin.

XVII Congreso Mundial de Jueces y Magistrados de la Juventud y de la Familia Belfast, del 27 de agosto al 1 de setiembre del 2006 http://www.youthandfamily2006.com/spanish/index.htm Web que informa sobre el congreso cuatrienal organizado por la IAYFJM. El tema central del Congreso es La Justicia Correcta. Se consideran cuestiones relacionadas con la administracin de justicia en la medida en que afecta a las principales influencias ejercidas sobre los nios y los jvenes, es decir, la justicia para la juventud, la familia, la comunidad y la sociedad, en el contexto de un conjunto de temas que reflejan los derechos englobados en la Convencin de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Nio y en otros instrumentos internacionales. En la web se puede hallar amplia informacin sobre cmo participar en el congreso y se ofrece la posibilidad de hacer la inscripcin en lnea. OIJJ Observatorio Internacional de Justicia Juvenil http://www.oijj.org Portal web para facilitar la informacin, la comunicacin, el debate, el anlisis y la generacin de propuestas en los distintos mbitos de la justicia juvenil en el mundo o, lo que es lo mismo, sobre los menores y jvenes en dificultad social, con problemas de conducta y como consecuencia en conflicto con la ley. El portal permite acceder a una impresionante cantidad y variedad de documentos de toda procedencia y su base de datos tambin admite bsquedas por pas. Nios del Per GIN Grupo de Iniciativa Nacional por los Derechos del Nio http://www.gin.org.pe Esta web, iniciada en enero de este ao, ya ofrece informacin de gran inters sobre la situacin de la niez peruana, sus condiciones de vida, sus problemas y el respeto a sus derechos. Particularmente tiles son las secciones de documentos y opinin, donde pueden hallarse textos muy esclarecedores sobre los problemas de la infancia en nuestro pas y alternativas para resolverlos. Asimismo se ofrece una muestra de lo que se propone ser un ambicioso archivo de normas legales en lnea. Esta web es mantenida por el GIN, una coalicin de 35 ONGs que trabajan con y por la infancia.

Juvenile Justice Panel Website http://www.juvenilejusticepanel.org Muy pronto estar en el ciberespacio la web oficial del Panel de Justicia Juvenil, organismo formado por agencias de las Naciones Unidas y ONGs internacionales para coordinar entre las organizaciones comprometidas con la reforma de la justicia juvenil en el mundo. El objetivo es poner a disposicin de los interesados, a travs de internet, la informacin ms completa y los instrumentos para mejorar la prctica de la justicia juvenil a nivel internacional. La web se propone dar apoyo a todos los operadores de los sistemas de justicia juvenil y a quienes trabajan con nios y adolescentes en conflicto con la ley, incluyendo a jueces, legisladores, representantes del gobierno, fiscales, abogados defensores, policas, trabajadores sociales, trabajadores comunitarios, profesionales que laboran con nios y adolescentes, personal de los centros de detencin, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicacin y acadmicos, ofreciendo a todos la oportunidad de compartir informacin en tiempo real por encima de las fronteras.

Justicia Juvenil Restaurativa

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La Remisin

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Dra. Azucena Solari Fiscal Provincial de Familia de Lima

onforme lo establece la Constitucin Poltica del Per, la persona y su dignidad son el n supremo de la sociedad y del Estado, por eso es ineludible obligacin de estos proteger especialmente al nio, al adolescente, a la madre y al anciano en situacin de abandono. Esta disposicin debe orientarnos para desarrollar una justicia penal juvenil que aplique ampliamente medidas como la remisin, que permitan a un adolescente en etapa de formacin ser orientado y recibir un desarrollo integral. La remisin se dene como la separacin del adolescente del proceso judicial con el objeto de eliminar los efectos negativos de su participacin en la comisin de un hecho infractor. Est regulada en los artculos 223 a 228 del Cdigo de los Nios y Adolescentes de nuestro pas. Puede ser concedida en sede scal o judicial y tiene por objeto brindar medidas alternativas para evitar la aplicacin de una medida socioeducativa y separar al adolescente de un proceso judicial.

- La carencia de orientacin sobre las reparaciones y los compromisos que asumen los adolescentes presuntos infractores. - En las denuncias que no registran gravedad y en las cuales pudiera ser aplicada la remisin, la familia no brinda el soporte necesario ni siquiera para acompaar en las citaciones efectuadas por la Fiscala con la debida insistencia, actitud omisiva y perturbatoria que puede provocar el ejercicio de la atribucin de formalizar la denuncia respectiva. - La ausencia de los padres o responsables del adolescente en las diligencias efectuadas en las comisaras en investigaciones que pudieran signicar procesos judiciales bajo comparecencia, determina que los adolescentes se vean sometidos a un proceso tutelar con lo cual se retorna al sistema de la situacin irregular y se vulneran los derechos del adolescente, promoviendo su institucionalizacin. - Las remisiones concedidas registran informes de inasistencia a los programas del servicio de orientacin al adolescente, lo que perjudica la intencin del operador de justicia sobre su vigencia.

La aplicacin de esta medida contribuye a la desjudicializacin y debe ser considerada como una expresin de justicia alternativa. Por ello resulta importante destacar, de acuerdo a la estadstica disponible, que las Fiscalas estn aplicando la remisin en infracciones contra la vida el cuerpo y la salud, contra el patrimonio o en las faltas contra la persona. Los Fiscales, como operadores de la justicia, han adoptado diversas alternativas, entre ellas, la remisin y archivo, si es que no se tipica o no se acredita la comisin del hecho infractor, y para ello, conforme sostiene Dworkin, puede valorarse que: Un Fiscal puede encontrar razones adecuadas para no insistir en los cargos si el infractor a la ley es joven, o inexperto, o es el nico sostn de una familia, o se arrepiente, o si acusa a sus cmplices.

Aplicacin
A continuacin, algunos datos estadsticos sobre las remisiones otorgadas durante el ao 2005. A modo de ilustracin, mencionaremos que en el Mdulo de Justicia de El Agustino se concedieron 9 remisiones en el transcurso del 2005, probablemente a efecto del proyecto piloto de Justicia Juvenil Restaurativa iniciado en esta zona desde marzo del 2005, mientras que durante los 5 aos anteriores al proyecto, solo 8 remisiones haban sido registradas. La incidencia corresponde a las siguientes infracciones en 19 Fiscalas de Familia de Lima, realizadas durante al ao 2005:

Limitaciones
Las limitaciones observadas para la aplicacin de la remisin en sede Fiscal se pueden atribuir a factores como: - La falta de difusin de la norma en la etapa policial, en la cual se ha intervenido a los presuntos adolescentes infractores en situacin de agrancia. Ante la ausencia de gravedad, se les debera informar sobre los benecios de la institucin, as como de la necesidad de reparacin del dao y de la asistencia a un programa de orientacin.

Infraccin contra la vida, el cuerpo y la salud Infraccin contra el patrimonio Trfico ilcito de drogas Faltas Total

34 30 1 2 67

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La Remisin

Cmo se aplica la remisin en nuestro medio? Todo indica que la aplicacin de esta institucin en el Per todava est en una fase inicial. El artculo seala obstculos a superar y plantea propuestas para intensificar el uso de la remisin por parte de las fiscalas de familia. Denuncias ingresadas a las Fiscalas Provinciales de Familia de Lima por infracciones de adolescentes a la ley penal
Ao 2005 Fuente: Gerencia de Planificacin, Racionalizacin y Estadstica del Ministerio Pblico
Fiscala 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 16 17 18 19 20 M.B.J.3 El Agustino F.D.4 1 Santa Anita F.D. 2 Santa Anita
4

Denuncias 83 64 117 182 75 89 51 131 127 44 115 43 119 93 151 28 123 69 168 345 153 156

En 1 Investigacin Formalizadas 1 2 18 19 0 0 0 0 14 1 15 0 3 4 5 4 5 11 2 0 0 8 57 45 109 106 33 60 39 36 53 26 41 27 71 39 34 8 95 30 120 128 134 124

Remisin 0 5 4 14 3 0 0 6 18 0 3 0 0 0 10 0 0 0 4 6 0 0

Otras 5 6 2 1 0 14 12 34 2 8 1 4 2 0 33 6 0 1 16 72 3 4

Archivo 11 6 6 29 2 15 0 47 34 4 23 5 31 12 8 5 20 16 20 25 16 17

Derivadas2 9 0 22 13 38 0 0 7 5 2 8 7 12 15 33 5 3 0 4 5 0 0

1. Casos denunciados al juez. 2. A otras fiscalas por tema de competencia. 3. Mdulo Bsico de Justicia. 4. Fiscala Descentralizada.

Propuestas
- Incluir en el protocolo de adolescente infractor del Ministerio Pblico, que es entregado en todas las dependencias policiales, la institucin de la remisin y sus requisitos tales como la aceptacin y el compromiso del adolescente, tratndose de propiciar el resarcimiento del dao a la vctima, as como el apoyo de los familiares en el proceso y su asistencia al servicio a cargo del adolescente, como forma de contribuir al desarrollo de su personalidad. - Implementacin del equipo multidisciplinario en las Fiscalas de Familia, que permita evaluar el entorno social y familiar del adolescente sometido a investigacin.
Si usted desea comentar sobre este artculo, escrbanos a [email protected]

- Coordinar con las autoridades municipales o con las organizaciones de base de la jurisdiccin para que pueda aplicarse la remisin y, en forma similar a la legislacin brasilea, aplicarse otras medidas que incluyan la responsabilidad de los padres, como las de orientacin y tratamiento de alcohlicos o frmacodependientes, y el compromiso de asistencia escolar. - Que el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), como autoridad central y de acuerdo al artculo 206 del Cdigo de los Nios y los Adolescentes, autorice a las Defensoras Municipales la actuacin de programas de orientacin para aquellos adolescentes a quienes se les concede la remisin.
Referencia DWORKIN, Ronald: Los derechos en serio. Editorial Ariel 1995, Espaa, pg. 305.
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Justicia Juvenil en el Per

El Comit de Derechos del Nio, organismo de las Naciones Unidas constituido para observar el cumplimiento de la Convencin sobre los Derechos del Nio por parte de todos los estados signatarios, formul recientemente su evaluacin con respecto a la situacin de la niez en el Per, de la cual reproducimos a continuacin la parte correspondiente a la Administracin de Justicia Juvenil.

Sandro Mahler

a Convencin Internacional sobre los Derechos del Nio es la norma universal que establece los principios y criterios que los Estados deben aplicar para asegurar la proteccin, el bienestar y el desarrollo de los nios y nias de todo el mundo. La Convencin, vigente desde 1990, fue resultado de debates prolongados que permitieron madurar una posicin consensual, representativa de lo que la humanidad quiere para la infancia, por eso casi todos los pases del mundo la han suscrito y raticado libremente. El Per est entre ellos.

permanente es el Comit de Derechos del Nio de la ONU. Cada cinco aos, los Estados tienen la obligacin de presentar ante el Comit un informe detallado sobre sus respectivos avances en la aplicacin de la Convencin. El Comit estudia los informes de los Estados y formula sus propias consideraciones, preocupaciones y recomendaciones para la mejor aplicacin de la Convencin por parte de cada estado. Recientemente el Comit de Derechos del Nio de la ONU ha emitido su informe respecto a la aplicacin de la Convencin y la situacin de la niez en el Per. Un captulo de ese informe se reere especialmente a la situacin de la Administracin de Justicia Juvenil en nuestro pas, exponiendo los principales motivos de preocupacin y las recomendaciones de ese organismo internacional para mejorar este aspecto de la justicia relacionado con el tratamiento a los adolescentes en problemas con la ley. La importancia de estas recomendaciones del Comit est fuera de toda duda: ellas sealan las debilidades de que adolecemos pero sobre todo nos sugieren con claridad los objetivos mnimos que debemos alcanzar como estado para estructurar una justicia juvenil acorde con el espritu y los objetivos de la Convencin.

El compromiso adquirido por los Estados al suscribir un tratado internacional como la Convencin los obliga no slo ante los nios y nias sino ante la comunidad internacional. La Convencin quiere que el bienestar de la niez no conozca fronteras. Partiendo de diversas realidades, con ventajas, dicultades, condiciones y oportunidades distintas, los Estados se han comprometido solemnemente a hacer todos los esfuerzos necesarios para avanzar en forma sostenida hacia la aplicacin plena de la Convencin y la ms completa realizacin de sus objetivos. Para apoyar este esfuerzo, la Convencin cre un organismo tcnico cuya funcin es la de examinar los progresos realizados en el cumplimiento de las obligaciones contradas por los Estados Partes. Ese organismo

22 Justicia para Crecer

Justicia Juvenil en el Per

Ofrecemos a continuacin el texto de las recomendaciones del Comit de Derechos del Nio de la ONU sobre la situacin de la Administracin de Justicia Juvenil en el Per. La presente traduccin castellana del texto original en ingls ha sido hecha por la revista; por lo tanto, no es una traduccin ocial.

ONU Comit de Derechos del Nio Per: Examen del informe presentado por el Estado parte segn el art. 44 de la Convencin Administracin de la justicia juvenil
71. Si bien el Comit1 observa algunos avances en la mejora del sistema de justicia juvenil en el pas, incluyendo el hecho de que el Cdigo de los Nios y Adolescentes ha llevado a la legislacin peruana, en trminos generales, a cumplir con la Convencin sobre los Derechos del Nio, expresa su preocupacin con respecto a: a) la falta de tribunales o jueces especializados en justicia juvenil para las personas menores de 18 aos en el interior del pas; b) el uso limitado de la remisin en el sistema de justicia juvenil; c) las malas condiciones de la detencin, incluyendo la falta de programas de recuperacin y reintegracin social para nios. 72. El Comit recomienda que el Estado parte contine y fortalezca sus esfuerzos para que la administracin de justicia juvenil pueda aplicarse de plena conformidad con la Convencin, en particular, los artculos 37, 40 y 39, y con otros estndares de las Naciones Unidas en el campo de la justicia juvenil, incluyendo las Reglas Mnimas de las Naciones Unidas para la Administracin de Justicia Juvenil (las Reglas de Beijing), las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevencin de la Delincuencia Juvenil (Directrices de Riyad), las Reglas de las Naciones Unidas para la Proteccin de los Jvenes Privados de su Libertad y las Directrices de Viena sobre el Nio en el Sistema de Justicia Penal; y las recomendaciones hechas por el Comit durante el da de discusin general sobre la justicia juvenil (CRC/C/46, 203-238). En este sentido, el Comit recomienda que el Estado parte: a) establezca tribunales de justicia juvenil con personal apropiadamente capacitado en todo el pas;

b) establezca un sistema funcional de medidas socioeducativas y se asegure de que la privacin de la libertad se utilice nicamente como medida de ltimo recurso y durante el periodo ms breve que proceda; c) mejore las condiciones de detencin de las personas menores de 18 aos, principalmente, cumpliendo con los estndares internacionales en cuanto a rea, ventilacin, aire fresco, luz natural y articial, alimentacin adecuada, agua potable y condiciones higinicas; d)establezca un sistema independiente, enfocado en los nios y accesible para la recepcin y procesamiento de las denuncias hechas por nios y para la investigacin, enjuiciamiento y castigo de cualquier caso de maltrato cometido; e) se asegure de que los nios privados de su libertad se mantengan en contacto regularmente con sus familias mientras estn en el sistema de justicia juvenil, principalmente informando a los padres cuando sus hijos son detenidos; f ) proporcionen al personal penitenciario capacitacin sobre los derechos y necesidades especiales de los nios; g) solicite asistencia tcnica en el rea de justicia juvenil y capacitacin para la polica a diferentes organizaciones, entre otras, la OACDH2, UNICEF3 y UNODC4.
1 2 3 4 Comit de Derechos del Nio de la ONU. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Oficina de las Naciones Unidas para el Control de Drogas y la Prevencin del Delito.

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Cartas

DESDE COLOMBIA Fue muy grato leer la revista. En hora buena han producido ustedes este canal de informacin, por cierto muy pertinente y necesario. Adems, hace un tratamiento serio de la problemtica, pero tambin ameno, recogiendo distintos puntos de vista y mbitos. Muchos xitos en esta gran tarea y, de todo corazn, deseo larga vida a esta posibilidad de comunicar e informar sobre la problemtica de los adolescentes que entran en conflicto con la ley penal, y ojal que en el futuro pueda ser un medio del conjunto de los pases andinos y, por que no, de Latinoamrica. Alba Simbaqueba Coordinadora de Justicia Juvenil Defensa del Nio Internacional (DNI-Colombia) <[email protected]> DESDE LIMA Pero qu buena publicacin! Una mixtura provechosa de textos reveladores con una edicin exquisita. La justicia restaurativa ha logrado construir, con esta revista, un faro conceptual para nuestras autoridades y operadores de justicia. Hay que rejuvenecer las ideas; la frescura con que las presentan invita a pensar en una justicia diferente. Hans Gutirrez, psiclogo [email protected] Muchas felicitaciones por el excelente trabajo y la brecha que abre. Gino Costa Abogado, ex ministro del Interior <[email protected]> DESDE HUARAL Quien suscribe es trabajadora social del Poder Judicial en la Corte de Huaura, sede de Huaral. Asist a la charla de capacitacin que dieron en el mes de enero en la Corte de Lima. Solicito a su prestigiosa organizacion se me brinde mayor informacin sobre el Proyecto Piloto que estn ejecutando en el distrito de El Agustino, puesto que estoy realizando un estudio para proyectar el mejoramiento de los servicios y a la vez ayudar a los menores infractores de esta localidad. Gracias por la ayuda, me va servir de mucho. Ynes Medrano Vargas Asistenta social <[email protected]>

DESDE AYACUCHO En Ayacucho estamos interesados en impulsar estrategias interinstitucionales no privativas de la libertad de los adolescentes infractores de la ley penal en un marco de justicia juvenil reparativa. Su revista especializada ejercer, seguramente, un efecto de sensibilizacin e informacin a los probables operadores locales. Carlos Centurin y Agero Consultor en Proteccin de Derechos del Nio y del Adolescente - UNICEF Ayacucho <[email protected]> * Agradecemos los generosos saludos y felicitaciones de nuestros lectores. Ellos nos animan a seguir adelante con esta experiencia editorial de dilogo e intercambio para contribuir a mejorar el sistema de administracin de justicia juvenil. MODERNIDAD E INDIFERENCIA Las sociedades modernas sufren un proceso de animalizacin e insensibilizacin. Solemos sentir enfado y lstima por un nio harapiento implorando una pequea moneda o al ser perseguidos por un perro famlico y sarnoso que, al rascarse, nos echa sus pulgas y caros. Sin embargo, sus destinos sern diferentes; el perro (ser indefenso) muy pronto quedar en medio de la pista al ser atropellado por una combi o morir inane y vctima de mltiples enfermedades al pie de un basural; el rapaz, en cambio, puede convertirse en un adolescente violento y destructivo dominado por sus profundas y variadas frustraciones y, ms tarde, ya mayor, en un individuo ansioso y despiadado. Los excelentes artculos de la revista Justicia para Crecer nos hacen reflexionar sobre los roles de la niez y la juventud. La mayora de publicaciones jurdicas que tratan de los delitos e infracciones abordan el tema desde el mbito penal, analizando sus diversas etapas y las penas correspondientes. Estas revistas a menudo postulan como solucin a un problema que, como hemos visto, es multidisciplinario, penas severas y absurdas. Justicia para Crecer nos invita a que los llamados adultos humanicemos nuestra conducta e instauremos el dilogo y la conciliacin como una forma renovadora de entendernos con nuestros jvenes semejantes. Germn de la Cruz Polo Abogado <[email protected]>

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Cartas

En esta seccin publicamos las cartas que los lectores envan a nuestra redaccin, sea para comentar los artculos de la revista, alcanzarnos nueva informacin, compartir sus experiencias de trabajo o exponer su propia opinin. Los matices y la discrepancia son bienvenidos. Justicia para Crecer quiere ser una rica experiencia de dilogo; los lectores tienen la palabra. Esperamos sus cartas en nuestra direccin electrnica: [email protected]
* Una consecuencia indeseable de la modernidad es el predominio de un individualismo estrecho, entendido como la preservacin de los intereses particulares prescindiendo del bien comn. Las polticas de mano dura suelen ser una proyeccin de este individualismo mal concebido; de hecho, responden a un impulso primario de retribucin y sancin carente de proyeccin positiva sobre la convivencia social a mediano y largo plazo. La justicia no es fruto de la proliferacin de sanciones sino del consenso sobre ciertos valores de convivencia. El trabajo socioeducativo con nios y adolescentes con problemas de conducta se proyecta hacia este objetivo. JUSTICIA COMUNAL Y JUSTICIA RESTAURATIVA Le la revista, muy interesante, bonita, con buena informacin. Hay una reflexin que s quisiera compartir con ustedes, sabios doctores del derecho: se han dado cuenta de que cuando se habla de los antecedentes de esta teora de la justicia restauradora, se habla de Canad, Nueva Zelanda y otros sitios? Pues yo les digo que se anda buscando muy lejos, porque en el Per esa forma de justicia es totalmente actual y actuante y se practica en todas las zonas rurales donde hay comunidades campesinas. La justicia comunal tiene las mismas caractersticas que se describen en este modelo de justicia importado del norte desarrollado. En el Per la poblacin rural aplica cotidianamente este modo de justicia y lo hace desde hace siglos, al parecer. Sera interesante ver este asunto por ese lado, porque hay cosas que el proyecto puede aprender de ac no ms, de la experiencia de los campesinos peruanos. Y, ojo, los mismos peros que se pueden aplicar a algunas caractersticas de la justicia comunal se pudieran trasladar al modelo propuesto en el proyecto de Tierra de hombres y la Casa Encuentros. Es cuestin de revisar. Jos Carlos Agero Solrzano Estudiante de Historia, UNMSM <[email protected]> * Su observacin es vlida y pertinente. La tendencia a aplicar algo de afuera, a pesar de que ya lo tenemos, es frecuente en nuestras sociedades, an ms con el proceso de globalizacin; sin embargo, esto no debe ser pretexto para ignorar o desvalorizar lo nuestro. Al contrario, debemos estimar y explotar las valiosas y extendidas experiencias a las que usted se refiere; y es cierto que, en cuanto a prcticas de resolucin de conflictos en zonas campesinas, hay mucho por rescatar, compartir y promover. Un ejemplo: los jueces de paz estn volviendo a tener un rol importante, inclusive en zonas urbanas, buscando la restitucin del dao ocasionado y promoviendo la paz en la comunidad. EL PODER Y LA NIEZ, RELACIN MALHADADA Todos sabemos que la desigualdad, la exclusin, la escasez o la indiferencia han construido un triste escenario en el cual los nios y adolescentes son el sector ms desamparado. Los medios de comunicacin amarillos tienden a escandalizar bajo el fcil expediente de alarmarse por la inseguridad ciudadana, debida, a su entender, a la proliferacin de las pandillas, a las que presentan como autntico caldo de cultivo de futuros delincuentes violentos. Pues bien, con semejante propaganda estigmatizadora, no resulta extrao que las soluciones propuestas para afrontar el problema de los jvenes descarriados no tengan nada de democrticas, o siquiera compasivas, y s mucho de autoritarias. Muchos polticos, urgidos de votos, se han percatado de que hacer llamados a la mano dura y al firme restablecimiento del principio de autoridad da rditos electorales, aunque ello represente un riesgo inminente de incendiar el pas. Ante tal situacin, que no es privativa del Per pues en el pas ms estable de la subregin, Chile, acaba de aprobarse una Ley Penal Juvenil que prev encierros de hasta 10 aos, cabe preguntarse cmo actuar para que los proyectos autoritarios no sofoquen el sincero empeo restauracionista. Al terminar de leer el primer nmero de la revista no puedo menos que felicitar a todos los promotores y articulistas que le han dado el formato y contenido esperado e innovador. Desde la cartula, que refleja que en nuestro Per el poder y los menores siempre han mantenido una malhadada relacin, pasando por los cuadros estadsticos y aportes crticos, toda la revista evidencia conocimiento y calidad. Mario Rodrguez Hurtado Abogado y docente universitario <[email protected]> * Cunto tiempo necesitamos para darnos cuenta de que la denominada mano dura no resuelve problemas; al contrario, suele agudizarlos, alimentando un crculo vicioso y crnico de violencia. Es tiempo de apostar por alternativas ms eficaces que la privacin de libertad, la cual slo debe ser usada como medida de ltimo recurso en el caso de los adolescentes. El desafo es cambiar la mentalidad autoritaria y retributiva, promoviendo alternativas reales inspiradas en un enfoque humanista, socioeducativo, integral y participativo.

La revista abrevia y resume las cartas respetuosamente.


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Informacin

Sandro Mahler

Dr. Willie McCarney Presidente IAYFJM

a Asociacin Internacional de Jueces y Magistrados de la Juventud y de la Familia (IAYFJM1) es una ONG internacional con status consultivo en las Naciones Unidas y en el Consejo Europeo. Fue fundada en 1928 y registrada en Bruselas, Blgica. Representa los esfuerzos a nivel mundial para ocuparse de la proteccin de la juventud y la familia as como de la conducta infractoria e inadaptada de los jvenes. Sus miembros son personas provenientes de asociaciones nacionales y personas comprometidas de todas partes del mundo, que ejercen funciones como jueces de juzgados de menores y de familia, o funciones dentro de servicios profesionales directamente ligados a la justicia o a la proteccin de la juventud y de la familia. El objetivo de la Asociacin es: a) Promover la administracin de justicia y el mantenimiento del imperio de la ley, particularmente en lo que se reere a los nios y sus familias; b) Promover la proteccin de los derechos de los nios; c) Fomentar el conocimiento de las leyes y prcticas que afectan a los nios y a sus familias en varios pases del mundo; d)Promover internacionalmente el desarrollo del derecho en lo que respecta a los nios y sus familias; e) Mejorar el conocimiento y el desarrollo del derecho internacional y el derecho comparado, particularmente en los aspectos que afectan a los nios y a sus familias; f ) Promover internacionalmente la uniformidad en estas reas del derecho; g) Promover el conocimiento y la buena voluntad entre todos aquellos que proporcionan servicios profesionales directamente ligados a la justicia o a la proteccin de la juventud y la familia; h) Asistir a las organizaciones regionales, internacionales y otras organizaciones que comparten todos o algunos de los objetivos mencionados y cooperar con ellas. El papel principal de la IAYFJM es apoyar a los jueces y magistrados en la aplicacin del imperio de la ley, a la luz de los convenios internacionales y las leyes estatales locales.

La labor de la Asociacin
Trabajando para lograr sus objetivos, por muchos aos la Asociacin: - Ha tenido participacin activa tanto en las Naciones Unidas como en el Consejo Europeo, brindando expertos para asesorar en la redaccin de los convenios internacionales relacionados con los derechos de nios y jvenes; - Ha trabajado de cerca con el PNUD, UNICEF y con diversas ONGs; - Ha ayudado a organizar y ha contribuido con seminarios en diversas partes del mundo abarcando diversos temas que incluyen: adopcin; trabajo infantil; nios soldados; violencia domstica; legislacin familiar; reunin de grupos familiares; acogimiento; justicia juvenil; mediacin; crimen organizado y explotacin infantil; explotacin sexual; deporte y explotacin infantil; la Convencin sobre los Derechos del Nio; trco; condena juvenil. - Ha celebrado Congresos Internacionales cuatrienales. Ya desde 1911 nuestros antepasados identicaron los aspectos comunes de los problemas que enfrentaban los jueces y magistrados, independientemente del pas del que provenan. Hoy aquello es incluso ms evidente. Los criminales internacionales se mueven libremente de pas en pas. El desplazamiento de personas como resultado de la guerra o el hambre hace que los problemas de un pas rpidamente uyan por las fronteras al interior de los pases vecinos. El trco y la explotacin sexual de mujeres y nios, la adopcin y colocacin internacional; los bebs probeta con donantes en un pas, madre biolgica en un segundo pas y padres en un tercer pas; la ingeniera gentica; la clonacin: ninguno de estos fenmenos est limitado por las fronteras. De una cosa podemos estar seguros: los problemas que enfrenta un juez por primera vez (sea muerte, fraude o delitos de drogas, o un beb probeta que exige conocer a sus padres naturales) los enfrentarn y tratarn, casi inevitablemente, sus colegas en otros pases. No es necesario reinventar la rueda. Podemos aprender de los dems.

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Asociacin Internacional de Magistrados

Qu es la Asociacin Internacional de Magistrados de la Juventud y de la Familia?


La Asociacin Internacional de Magistrados de la Juventud y de la Familia (IAYFJM)1 celebra su XVII Congreso Mundial del 27 de agosto al 1 de setiembre del 2006 en la ciudad de Belfast (Irlanda del Norte). El artculo explica los objetivos y el itinerario recorrido por este importante organismo. Informacin detallada sobre la institucin se puede encontrar en http:// www.judgesandmagistrates.org/corp.htm. Informacin sobre el congreso de Belfast, en http://www.youthandfamily2006.com/ spanish/index.htm

Luego de la Guerra Fra, nuestro trabajo empez a expandirse, particularmente en democracias nuevas en desarrollo de Europa del este y de Rusia. Ms tarde nos involucramos en los Balcanes, particularmente en Kosovo. Nuestra experiencia es requerida en frica, particularmente en los pases de habla francesa, aunque tambin en Sudfrica, y ms recientemente en Malawi. En Asia nuestros expertos participaron o estn participando en Afganistn, Bangladesh, Butn, India, Myanmar, Nepal, Pakistn, Filipinas y Vietnam. Hemos recibido pedidos de apoyo de Sudamrica, por ejemplo, de Argentina, Colombia, Per, Guatemala y Uruguay.

Creacin de conciencia
Debemos recalcar que la IAYFJM representa los esfuerzos judiciales a nivel mundial para ocuparse de la proteccin de la juventud y de la familia. Nuestra razn de ser es la administracin de la justicia. Un nuevo orden mundial debe tener a la justicia como cimiento. Es posible que seamos un pequeo pin en una rueda muy grande; pero en el propsito de promover la administracin de justicia y el mantenimiento del imperio de la ley que interesa a los nios y a sus familias, tenemos que desempear un papel asegurando que la justicia se imparta para todos. Desde esta perspectiva creemos que nuestras aspiraciones son parte de un panorama ms amplio. Adems, creemos que no es slo moralmente correcto ayudar a llevar la justicia a todos. Es de nuestro mutuo inters, debido a la correlacin entre justicia y terrorismo. La causa de apoyar a jueces y magistrados para aplicar el imperio de la ley es noble. No es una misin fcil. Podemos triunfar si trabajamos juntos. Debemos triunfar. Garantizando la justicia para todos obtendremos algo de orgullo y dignidad para nosotros mismos.
1 En ingls: International Association of Youth and Family Judges and Magistrates (IAYFJM)

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Sandro Mahler
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Internacional

Carlos Landeo Ponce


a ella y reconoci en parte la necesidad de atender con urgencia los problemas que agobian la vida de la gente y en particular de los jvenes en los suburbios empobrecidos y degradados, anunciando un plan de accin para las zonas urbanas sensibles. Posteriormente el presidente Jacques Chirac hablara de la necesidad de hacer frente a los disturbios con rmeza y justicia. No obstante, el nuevo discurso lleg muy tarde para impedir que la ola de violencia, siguiendo el impulso desarrollado en los das anteriores, alcanzara su nivel ms alto en las noches del 6 y 7 de noviembre, en las cuales, fuera de muchos otros daos, se destruyeron 1.290 y 1.408 vehculos respectivamente, extendindose los desrdenes a muchas otras ciudades como Dijon, Niza o Cannes, y a los departamentos de Bouches-du-Rhne, Cote-dOr y Seine-Maritime, entre otros. El sindicato policial lleg a pedir entonces la intervencin del ejrcito ante lo que calicaba como una guerra civil. El da 7, el alcalde de Raincy tom la iniciativa de decretar el toque de queda para los menores de 15 aos de edad. Al da siguiente, el presidente Chirac declar el estado de emergencia luego de una reunin con su gabinete as como la reactivacin de una ley dada en 1955, durante la guerra de Argelia, autorizando a las autoridades locales a imponer el toque de queda cuando lo estimasen necesario. Inmediatamente despus de entrar en vigencia el estado de emergencia, se declar el toque de queda para los menores de 16 aos en las ciudades de Orlans y Amiens. El 9 de noviembre, el ministro Sarkozy anunci la expulsin inmediata de los extranjeros involucrados en los desrdenes. Comenz entonces una prolongada curva descendente de la violencia cuyos ecos llegaran hasta nes de noviembre. Aun as, entre 400 y 600 coches fueron destruidos cada da entre el 9 y el 12 de noviembre, y solo el da 17 el nmero de vehculos incendiados fue apenas inferior a 100. En este periodo la extensin geogrca de las manifestaciones violentas alcanz su apogeo afectando a muchas otras ciudades, incluyendo Lyon, Estrasburgo, Burdeos, Lille y Toulouse. A partir del 7 de noviembre, Bruselas, capital de la vecina Blgica, y otras ciudades de ese pas, presenciaron diversas manifestaciones y actos violentos similares en forma y contenido a los que conmovan los suburbios franceses. Decenas de personas resultaron heridas a lo largo de estas semanas, entre manifestantes, policas y ciudadanos no involucrados en los hechos. Algunas personas perdieron la vida. La polica efectu cientos de detenciones.

l 27 de octubre del 2005, Bouna Traor, de 15 aos, y Ziad Benna, de 17, adolescentes de Clichy-sous-Bois, suburbio de la extensa periferia o banlieue de Pars, fueron hallados sin vida, electrocutados, en una subestacin de servicio elctrico donde se haban refugiado, al parecer, huyendo de una batida policial. Un tercer adolescente que los acompaaba, Muhttin Altun, de 17 aos, sobrevivi gravemente herido. La polica seal, das despus, que no perseguan precisamente a los muchachos fallecidos. Pero los grupos de jvenes que protestaban esa noche en el suburbio slo eran la primera chispa de una rfaga de clera, espontnea y nihilista, que durante tres semanas ardera y se extendera por la banlieue de la capital y de muchas otras ciudades francesas y an de Blgica, poniendo en evidencia las peligrosas suras creadas por la marginacin socioeconmica y cultural en el seno de una sociedad altamente desarrollada.

La noche del 29 de octubre, cientos de jvenes que vestan camisetas con el lema Muertos por nada, efectuaron una protesta silenciosa en el suburbio, pero esto fue algo excepcional. Para entonces, los enfrentamientos entre la polica antidisturbios y los numerosos grupos de jvenes que se coordinaban entre s por telfono celular o internet, se generalizaban y se extendan a nuevos barrios de la regin parisina de Seine-Saint-Denis, con una secuela impresionante de destruccin sin precedentes en el pas. Los manifestantes asaltaron e incendiaron ocinas y locales pblicos, algunas comisaras, comercios, innumerables instalaciones de servicio comunal, incluso contenedores de desechos, pero sobre todo vehculos. Casi inmediatamente estos se convirtieron en el termmetro de la violencia con que se desarrollaban los acontecimientos en los suburbios: 15 autos quemados en la primera noche de protestas, una treintena al da siguiente, 60 coches la noche del primero de noviembre. Slo entonces el premier Dominique de Villepin se decidi a recibir a los padres de los adolescentes fallecidos, prometindoles investigar las circunstancias de su muerte. Con el envo de cientos de agentes antidisturbios al suburbio, la polica anunci ese mismo da que tena la situacin controlada. No obstante, al da siguiente la violencia se extendi a las regiones de Seine-et-Marne, Val-dOise y Hauts-de-Seine, cubriendo la inabarcable banlieue del gran Pars y multiplicando exponencialmente los daos, registrndose 315 vehculos quemados en la noche del 2 de noviembre, 400 en la noche del 4 y 750 en la noche siguiente. Para entonces el fuego tambin haba sido atizado por el estilo confrontacional del ministro del interior, Nicols Sarkozy, que calic a los manifestantes de racaille, es decir, escoria, chusma. El gobierno comprendi que se enfrentaba a una situacin que exiga extremo cuidado y prudencia; en consecuencia, ajust su discurso

La banlieue o la desesperanza
La muerte de los adolescentes en la subestacin elctrica desencaden tensiones existentes desde hace mucho tiempo en los suburbios. Muchos manifestantes reivindicaban sus actos de violencia como una reaccin de

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Internacional

A fines del ao 2005, Francia fue sacudida por una oleada de violencia juvenil y adolescente sin precedentes, testimonio de una grave crisis social incubada por la marginacin en una sociedad prspera.
frustracin ante el desempleo, el abandono y el acoso policial, y proclamaban estar hartos de vivir en guetos. Un gran nmero de los manifestantes eran jvenes y adolescentes franceses hijos de inmigrantes islmicos de origen norafricano, llegados en la poca del gran crecimiento industrial. Esta particularidad permite a algunos subrayar el supuesto carcter tnico-religioso de los disturbios y entenderlos, incluso, como parte de una pretendida guerra global o choque de civilizaciones entre Occidente y el mundo islmico, obviando la realidad concreta de la vida en los suburbios marginados de los benecios del bienestar y la ciudadana. Y es que la vida suburbana en las grandes ciudades industriales, especialmente en la banlieue de Pars, es de una aridez y agobio sin medida. El desempleo promedio en Francia es de 9.6%, pero el desempleo juvenil (menores de 25 aos) se eleva al 23%, o sea uno de cada cuatro. En la banlieue, no obstante, hay barrios donde el desempleo afecta al 50% de la fuerza laboral, con lo cual la desmoralizacin se generaliza. A menudo las familias se componen de padres desempleados e hijos que han abandonado la escuela. Hace muchos aos, el presidente Chirac reconoci como la causa ms grave de la violencia urbana el desarrollo de una situacin de desempleo de larga duracin (le dveloppement dun chmage de longue dure). Sin embargo, muy poco ha hecho el gobierno para contrarrestar esta situacin. El problema de la irregularidad escolar de los adolescentes de los suburbios es un tpico sin solucin. Se calcula en cerca de 60 mil el nmero de jvenes de los suburbios que terminan la escuela secundaria cada ao sin calicacin ni diploma alguno que les permita ganarse la vida. Muchos se alejan de la escuela sin haberla terminado. Un docente arma: No es exagerado decir que no hay nada para los muchachos en la banlieue. Andar por las calles la noche entera los integra a la vida de las bandas, con los peligros que conlleva sobre todo para los ms jvenes, y la proximidad a la violencia y eventualmente la pequea delincuencia. Por otro lado, la escuela no es atractiva ni estimulante; la escuela de los suburbios es una escuela de segunda clase que reproduce el fracaso y la marginalidad. La violencia en las escuelas de los suburbios es un problema cada vez ms grave. En el ao 2005 se registraron ms de 80 mil hechos violentos en las escuelas de Francia; de ellos, 12 mil fueron actos de agresin por parte de los estudiantes en agravio de sus maestros. Las asociaciones sindicales de maestros consideran este problema como grave e inminente y actualmente estn tomando medidas de fuerza para que las autoridades restablezcan el orden. Se arma que la mayor parte de las agresiones se registran en el departamento de Seine-Saint-Denis, cuna de los disturbios del ao 2005. En el vecino departamento de Hauts-de-Seine, al este de Pars, el ministro Sarkozy acaba de declarar, a principios de marzo del 2006, estar dispuesto a poner policas en las escuelas en uniforme o de paisano, as como detectores de metales. Sarkozy atribuye la tensa situacin en las escuelas a que hay menos respeto, en general. Otro problema muy grave es la degradacin de la vivienda. La estrechez y el carcter impersonal de los grandes complejos de vivienda obrera donde hoy se hacinan como en una colmena los pobres, los inmigrantes y sus hijos, sobre todo los grandes edicios de apartamentos baratos denominados HLM (habitations loyer modr), determinan una psima calidad de vida y han sido reconocidos hace mucho como un crisol de la violencia. Los programas de reforma urbana han sido muy limitados y no han podido alterar para mejor la conguracin esencialmente inhumana de esas ciudadelas de la destruccin que forman la banlieue. Pero el problema fundamental de los suburbios no es uno que pueda ser resuelto aisladamente por la arquitectura, la pedagoga o los programas laborales: es un problema social complejo, el de la marginalidad, tanto ms complicado cuanto que se ha incubado en varias dcadas de indiferencia. Los jvenes que incendiaban vehculos pero tambin instalaciones al servicio de sus propios vecindarios, forman una generacin relativamente educada, con expectativas, a la cual se le han cerrado los caminos de la integracin y que, por tanto, odia la vida que vive. Saben que en muchos casos, por su herencia islmica, puede ocurrir que ni siquiera los consideren connacionales a pesar de tener la ciudadana francesa por nacimiento. Pero est muy claro que la marginacin no es un problema exclusivo de los hijos de los inmigrantes. El cine francs muchas veces ha dado cuenta del drama de la marginacin entre los jvenes, sobre todo entre los que no terminan la escuela y carecen de formacin laboral. Particularmente dura e intensa es la visin que de esta realidad da una pelcula como La vida soada de los ngeles (La vie rve des anges, del director Erick Zonca), sobre la peripecia vital de dos muchachas obreras de Lille, sin formacin laboral suciente, condenadas al trabajo precario y mal remunerado. Son las rprobas del sistema, las que no aprovecharon su oportunidad si es que alguna vez la tuvieron. Una de ellas ser aplastada en la lucha darwiniana por la supervivencia, la otra saldr a ote, por el momento, sin saber que ha de ser de ella despus. Un clima de tensin impera hoy sobre la aparente calma de la banlieue y mucha gente se pregunta cundo se producir el siguiente estallido social. Cabe esperar de la sociedad francesa una aproximacin a este problema que sea solidaria con los marginados, por el bien de ella misma y por la realizacin de la vieja utopa de una sociedad de ciudadanos libres e iguales en dignidad y oportunidades con que Francia conmovi al mundo hace ya dos siglos.
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Cultural

No slo de normas y manuales vive el especialista, sino de toda manifestacin humana creativa, que es la cultura. Sin ella, ningn conocimiento puede adquirir perspectiva y vuelo. En esta edicin, ofrecemos reseas de dos pelculas y una novela que abordan el problema de los chicos en problemas con la ley desde perspectivas que ponen a prueba nuestra capacidad de cuestionar un orden basado en la exclusin y la violencia.

Ciudad de Dios

CINE
El Hijo
Olivier es un monitor de formacin profesional en un centro de reinsercin social. Un da la directora del centro le pide que acepte como alumno a Francis, un joven deseoso por saber todo sobre la madera. Olivier lo rechaza con el pretexto de que ya tiene demasiados chicos con l. El joven nalmente acaba entrando en el taller de soldadura. Quin es ese chico llamado Francis? Olivier se neg a aceptarle en su taller de carpintera. Entonces, por qu le sigue por los pasillos del centro de formacin, por la calle, en el edicio donde vive? Qu le interesa de l? Por qu parece tenerle tanto miedo?
Ttulo original: Le fils. Direccin: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne. Actuacin: Olivier Gourmet, Morgan Marinne, Isabella Soupart, Nassim Hassani. Duracin: 103 minutos. Produccin: Blgica-Francia, 2002. Idioma: Francs. Premios: Mencin Especial del Jurado y Mejor Actor (Olivier Gourmet) en el Festival de Cannes, 2002.

Ciudad de Dios es un barrio de Ro de Janeiro que en los aos 80 se convirti en un lugar muy peligroso. El film narra las historias de muchos personajes cuyas vidas se cruzan, pero todo se ve por los ojos de uno de ellos: Busca-P, un chico pobre que no puede o no quiere ser un delincuente pero es lo sucientemente despierto como para no contentarse con trabajos manuales mal pagados. El ha crecido en un ambiente muy violento. Las probabilidades estn en su contra. Pero BuscaP pronto se da cuenta de que puede ver la realidad de modo muy diferente a los dems, y que tiene una sensibilidad de artista para la fotografa. A travs del punto de vista de Busca-P podemos entender el complejo entramado de un mundo aparentemente condenado a una violencia incesante.
Ttulo original: Cidade de Deus. Direccin: Fernando Meirelles, Ktia Lund. Actuacin: Alexandre Rodrigues, Leandro Firmino, Phellipe Haagensen, Douglas Silva, Alice Braga. Duracin: 130 minutos. Produccin: Brasil, Francia, Estados Unidos 2002. Idioma: Portugus. Premios: 4 nominaciones al Oscar 2004 (mejor director, mejor fotografa, mejor edicin, mejor guin). Otros 48 premios y 21 nominaciones obtenidos en diferentes festivales.

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Cultural

alguna fechora sin importancia o, simplemente, se consideraba que mostraban tendencias asociales.

LITERATURA
Arrancad las semillas, fusilad a los nios Kenzaburo O

Los bombardeos se intensicaron, y al hacerse evidente que se acercaba el n, se pidi a los familiares de los internos que pasaran por el reformatorio a recogerlos, pero la mayora de ellos no quisieron saber nada de sus molestos y perversos parientes. As pues, los responsables de la institucin, obsesionados por cumplir con su deber hasta el nal y no dejar escapar a sus presas, planearon la evacuacin en masa de los chicos que no haban sido reclamados. Quince das antes de la fecha jada para llevar a cabo la evacuacin se enviaron las ltimas cartas pidiendo a los allegados de los chicos que pasaran a recogerlos, y todos estbamos muy excitados ante la posibilidad de que nos sacaran de all. Al cabo de una semana, se present en el reformatorio mi padre, que era quien me haba denunciado, con botas militares y gorra de trabajador, acompaado de mi hermano, y sent una gran alegra. Sin embargo, la realidad era que, al no haber encontrado refugio adecuado para su hijo menor, se le haba ocurrido aprovechar la evacuacin para incluirlo en ella. La pena y la decepcin que me invadieron fueron tremendas. No obstante, despus de marcharse mi padre, mi hermano menor y yo nos abrazamos calurosamente. Durante los dos o tres primeros das que pas en el reformatorio, vestido ya con nuestro uniforme verde, mi hermano se sinti intimidado por hallarse entre tantos delincuentes juveniles, pero tambin estaba fuera de s de alegra y fascinacin. Pronto empez a intimar con todos y a pedirles, con los ojos brillantes de emocin, que le contaran sus fechoras, y por la noche, antes de dormirse bajo la misma manta que yo, me explicaba durante largo rato, en voz baja y entrecortada por la emocin, las atroces experiencias que le haban contado. Y cuando se hubo aprendido de memoria el brillante y sangriento historial de los compaeros, sinti la necesidad, para no ser menos, de inventarse sus propias maldades imaginarias. A veces vena corriendo hasta m y me contaba, ruborizado, fantsticos delitos: que le haba saltado un ojo a la chica de un amigo con su pistola de juguete, por ejemplo. As pues, mi hermano menor se senta como pez en el agua en el reformatorio. En aquellos tiempos de muerte, de locura, pareca que slo los nios ramos capaces de establecer estrechos lazos de solidaridad. Pasadas las dos semanas de espera, y superada la decepcin porque nadie hubiera acudido a buscarnos, los chicos que quedbamos en el reformatorio iniciamos llenos de orgullo un viaje que nos iba a deparar constantes humillaciones.

Kenzaburo O, escritor y ensayista japons, naci en 1935. A los 23 aos, escribi esta novela extraordinaria acerca de un grupo de adolescentes de un reformatorio que en la fase nal de la guerra mundial son evacuados a una remota aldea de montaa bajo la custodia de los campesinos, que luego huyen abandonndolos a su suerte al declararse el peligro de una epidemia. Aislados y enfrentados al reto de sobrevivir, los chicos se ven obligados a intentar el aprendizaje de la vida y asumir responsabilidades de manera intuitiva. No obstante, das despus regresan los campesinos, y con ellos, la ley. Kenzaburo O recibi el premio Nobel de Literatura en 1994. Reproducimos un fragmento de la novela. Eran tiempos de muerte. Igual que un prolongado diluvio, la guerra descargaba su locura colectiva, que tras invadir el cielo, los bosques y las calles, haba penetrado en las personas para inundar hasta los ms recnditos recovecos de sus sentimientos. Un aviador rubio, cuyo cuerpo bien asentado ante los mandos se distingua perfectamente a travs de los cristales de la carlinga, descendi repentinamente del cielo y ametrall el patio situado entre los viejos edicios de ladrillo de nuestro reformatorio, y un buen da, cuando nos disponamos a salir por el portn en doble la, para dedicarnos a nuestras tareas matutinas, vimos junto a l, apoyado en la siniestra alambrada de espino que circundaba nuestra prisin, el cadver de una mujer muerta de inanicin, que se desplom a los pies del celador jefe, que abra la marcha. Casi todas las noches, y a veces en pleno da, los incendios causados por los bombardeos iluminaban la ciudad o la llenaban de sucio y espantoso humo. En aquella poca en que los adultos enloquecidos se rebelaban en las calles, se daba la paradoja de que haba verdadera obsesin por encerrar a quienes todava tenan la piel suave, o apenas les despuntaba un poco de vello en la entrepierna, porque haban cometido

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