El Adverbio en Espanol
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EL ADVERBIO EN ESPANOL -
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UNIVERSIDADE DA CORUÑA
SERVICIO DE PUBLICACIÓNS
MAYO 1997
ÍNDICE
PREÁMBULO 9
1.0. Introducción 11
5
69 4. EL ADVERBIO EN ESPAÑOL. INTENTO DE CARACTERIZACIÓN (11).
2.3. El adverbio en la gramática generativa
69 HACIA UNA CLASIFICACIÓN DE LOS ADVERBIOS 221
2.3.0. Introducción
2.3.1. Los primeros estudios 74
76 4.0. Introducción 221
2.3.2. La hipótesis transformacionalista
2.3.2.1. Primeros estudios 77
2.3.2.2. La hipótesis transformacionalista de base semántica 77 4.1. Clases de adverbios 230
2.3.2.3. La hipótesis transformacionalista de base sintáctica 81 4.1.0. Adverbios nominales y anominales 230
2.3.3. La hipótesis lexicalista 85 4.1.1. Los adverbios nominales. La oposición léxico/gramatical 232
4.1.1.1. Los adverbios de base lexemática. Los adverbios
terminados en -mente 232
3. EL ADVERBIO EN ESPAÑOL. INTENTO DE CARACTERIZACIÓN (1). 4.1.1.2. Adverbios gramaticales 239
LAS FUNCIONES DEL ADVERBIO (Y LAS FUNCIONES ADVERBIALES) 99
4.1.1.2.1. Los adverbios de orientación 240
4.1.1.2.1.1. Los adverbios de orientación presupositivos 253
3.0. Introducción 99
4.1.1.2.2. Los adverbios pronominales 266
3.1. Modificador del verbo 99 4.1.1.2.2.a) Los adverbios interrogativos (y exclamativos) 266
3.1.1. Complemento circunstancial, suplemento y complemento adverbial 103 4.1.1.2.2.b) Los adverbios relativos 274
3.1.2. Atributo, predicativo, circunstancial de modo 120 4.1.1.2.2.c) Adverbios deícticos 291
3.1.2.1. La noción de manera 133 a) Los deícticos espaciales 294
b) Los deícticos temporales 296
3.2. Modificador de adjetivos y de otros adverbios 150
c) Los deícticos modales 300
a) Construcciones del tipo mar adentro 158
4.1.1.2.2.d) Los cuantificadores 308
b) Construcciones del tipo tres días antes, una pizca banal 160
Los cuantificadores temporales 316
3.3. Modificador de substantivos 165 4.1.2. Los adverbios anominales 321
4.1.2.1. Adverbios ilativos 321
3.4. Modificador de frases exocéntricas 168 4.1 .2.2. Los modificadores universales. Los adverbios
de modalidad 327
3.5. Modificador clausal y oracional 173 4.1.2.3. Adverbios de polaridad e identificación 334
3.5.1. Adverbios de enunciación o elocutivos 184 Adverbios de polaridad (inclusión y exclusión) 337
3.5.2. Adverbios de ámbito o de punto de vista 185
Salvo, excepto, menos 353
3.5.3. Constricciones semánticas 187
3.5.3.1 Adverbios de manera 188
5. CONCLUSIONES: HACIA UNA DEFINICIÓN DE ADVERBIO 359
3.5.3.2 Adverbios locativos, de ámbito y aspectuales 197
3.5.3.3 Adverbios de modalidad 200
6. BIBLIOGRAFÍA 373
3.6. Función de conector o de enlace extraoracional 202
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6
El presente trabajo se basa en un corpus de casi diez mil fichas, cuya principal apor-
tación (6.375 registros) procede de las novelas de E. Mendoza, El laberinto de las aceitu-
nas (Barcelona, Seix Barral, 19888) y de J. L. Sampedro, La sonrisa etrusca (Madrid,
Alfaguara, 199232), que, a partir de ahora, serán citadas, respectivamente, como L. y S.
La generosa ayuda del Departamento de filología española, teoría de la literatura y lin-
güística general de la Universidad de Santiago, que ha puesto a nuestra disposición su
base de datos informatizada, nos ha facilitado considerablemente la tarea de localizar la
totalidad de las apariciones de adverbios en dichas obras. Ésta es la base de las estadísti-
cas que aparecen a lo largo de nuestro trabajo.
El corpus se completa con ejemplos, seleccionados por su interés, de las distintas
obras literarias y periódicos (con sus suplementos) que a continuación señalamos, prece-
didos de la abreviatura que los identificará en los sucesivos capítulos:
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la de la agilidad de un libro y liberarla de la estructura propia de una tesis tendrá que espe-
rar hasta mejor ocasión. No renunciamos, sin embargo, al empeño, en el que el adverbio
constituirá un capítulo, quizás el más importante, de un trabajo en el que se tengan en
cuenta todas las clases de palabras.
No puedo olvidar tampoco a todos aquellos que me han ayudado en la elaboración
de la obra que ahora se publica. Especialmente a Guillermo Rojo, al que tenemos por
maestro y amigo buena parte de los que en Galicia amamos las lenguas. A Carlos Carrete
debemos el rescate de una base de datos, ya dada por perdida, que el ordenador se nega-
ba a reconocer, y a la fundación Pedro Barrié de La Maza la concesión de una beca duran-
l. LAS PARTES DE LA ORACIÓN, CATEGORÍAS VERBALES Y CLASES DE
te el bienio 88-90 que nos permitió encarrilar' el trabajo. Tampoco podemos olvidar a los
PALABRAS.
compañeros de los departamentos de Filología española, teoría de la literatura y lingüís-
tica general de la Universidad de Santiago y de Filología española y latina de la
Universidad de La Coruña, en especial a quienes impartieron los cursos de tercer ciclo en
el mencionado bienio.
A quienes más me han apoyado durante estos años va dedicada la presente obra: a 1.0. INTRODUCCIÓN
Charo, Suso y Xácome.
Dentro de las tradicionalmente denominadas partes de la oración el adverbio ha sido
una de las clases que más resistencia ha opuesto a una sistematización clara. Como vere-
A Coruña, julio de 1996. mos más adelante (especialmente en el capítulo 2), el adverbio se ve situado en ocasiones,
junto con la conjunción y la preposición, dentro de las partes menores (partículas o pala-
bras invariables); en otros casos queda incluido entre las partes mayores, de base lexemáti-
ca, al lado del adjetivo, substantivo y verbo; ciertos autores lo consideran una subclase de
otro tipo de unidades (como "substantivo autónomo", "preposición intransitiva" o variante
del adjetivo) o bien ponen en duda la unidad de la categoría, separando, por ejemplo, los
adverbios formados sobre raíces adjetivas (en -mente, -mento -ly en las lenguas moder-
nas, en -ro¡; o -e en las clásicas) del resto de las partículas (donde quedarían integrados
otros tipos de adverbios), o desgajando de su tronco unidades que pasan a engrosar el de
las conjunciones, preposiciones, pronombres, u otras clases de palabras no consideradas
por la gramática tradicional.
En realidad, el carácter extraordinariamente heterogéneo del adverbio (de ahí la
denominación de náv&'/CT7]~ que ya le aplicaron los estoicos) es el causante de gran parte
de estos problemas que afectan tanto a su caracterización y clasificación como al estable-
cimiento de un inventario y unos límites coherentes. En este sentido, no es raro que nos
encontremos con muchos estudios, sobre todo tradicionales, en los que se aprecia una falta
de correspondencia entre el ámbito de la definición y el de su aplicación a un inventario
que excede con mucho los límites de dicho marco 1 •
Es por todo ello por lo que pretendemos poner un poco de orden en este complejo
mundo del adverbio. Pero antes de adentrarnos en tal labor es necesario que revisemos el
' Autores como Tesniere y Feuillet se indignan, no sin motivo, ante Ja tradicional inclusión de palabras como
fr. oui, non, soit, si, etc. entre los adverbios, cuando nunca pueden modificar a un verbo (Feuillet: 1981 , 21).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las panes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
fundamento mismo en que subyace el origen de todos estos problemas: la concepción, ración acerca de qué es un adverbio y la situación que le asignemos en ese entramado com-
metodología, procedimientos de descubrimiento y definición de las clases de palabras y el plejo de las clases de palabras.
valor de los distintos criterios utilizados para su sistematización.
En nuestra opinión, si no se aclaran primeramente estos puntos, todo intento de aden-
trarnos en el estudio de cualquier categoría (y especialmente en el de una tan heterogénea 1.1. LAS PARTES DE LA ORACIÓN
como el adverbio) está condenada al fracaso. De todos es bien conocido el principio
establecido por Saussure de que la lengua es un sistema de relaciones en el que el valor de , De la tríada mencionada más arriba fue la de parte de la oración (en griego µÉp17
cada unidad depende del de aquellas otras a las que se opone; su aplicación al campo de A.oyov, de donde en latín partes orationis) la primera denominación utilizada; concre-
las clases de palabras no es una excepción. Incluso dentro de la gramática tradicional sub- tamente, el término parece que se debe a Platón (R.H. Robins: 1981, 43).
yace inconscientemente este principio de caracterización negativa. En buena medida el El establecimiento de las partes de la oración y de las categorías gramaticales aso-
criterio utilizado para establecer la clase de los adverbios fue la imposibilidad de incluir c!adas a ellas quizás sea la principal aportación de la tradición clásica a la gramática ante-
cada uno de sus miembros dentro de las categorías mayores: lo que no es adjetivo, subs- nor al estructuralismo, tradición fundamentada en dos unidades básicas, la palabra y la
tantivo o verbo es adverbio. oración, mínima y máxima respectivamente. Lo que por µÉp17 A.óyov, se entendía fue
Por otra parte, se nos hace evidente que, según demos mayor o menor importancia a evolucionando, sin embargo, a medida que los conocimientos gramaticales iban en
tales o cuales criterios a la hora de establecer la sistematización de las clases de palabras, aumento, proceso que culmina en el sistema de ocho partes establecido por Dionisio de
los resultados serán muy diversos. Clasificar las unidades es, sin embargo, una de las labo- Tracia (1 a. C.).
res fundamentales de cualquier ciencia, sobre todo de las descriptivas, labor encaminada En esta época, el período alejandrino, el estudio lingüístico se inscribe dentro del
a lograr una mayor generalización y simplicidad en cualquier estudio. Así lo reconoce H. más amplio de la filología, del estudio y la fijación de los textos literarios antiguos, sobre
Pinkster (1972, 17): to?o de Homero, pero hasta ese momento (y aún en este momento y siempre) el acerca-
Word classification, such as the classification of adverbs, is a specific instance of this miento al lenguaje en la Antigüedad debe enmarcarse dentro del amplio campo de la filo-
general problem. The purposes of such a classification are to obtain a higher degree of sofía. Desde los inicios de los estudios lingüísticos en el siglo V a.C. por los filósofos
generalization in the description of the specific language the linguist is working on, to presocráticos hay que recalcar el fundamento filosófico de todo el pensamiento griego
make it more adequate since, while classifying, the linguist is forced to state explicity which acerca del lenguaje (Robins: 1986, 12-13), el cual, como dijimos, en mayor o menor me-
items are similar, and in what respects, which items are different, and what is the relation dida siempre estará presente.
between the various classes to which the items are assigned. The description becomes sim- , Por esta razón no es de extrañar que la primera división estructural de la oración
pler since identical or similar phenomena can be described together in one statement. (A.oyoc;)2 fuera hecha en términos lógicos, en los términos lógicos de sujeto y predicado:
Ahora bien, los problemas surgen cuando los criterios de clasificación no son adecua- Óvoµa Y pfíµa (en los diálogos El sofista y Cratilo de Platón). En tan temprana etapa
damente utilizados o cuando los términos resultantes son usados sin ser definidos pre- estos dos conceptos no referían tanto a clases de palabras cuanto a constituyentes de la
cisamente o sin ser situados incluso en una perspectiva diacrónica. Así, es un lugar común oración, de alú la denominación de µÉp17 A.óyov 'partes de la oración' (R.H. Robins:
1966, 7-8).
el afirmar que la gramática tradicional, más operativa y didáctica que científica, echó mano
de gran cantidad de unidades sin una previa definición adecuada (por ejemplo, y en lo que En opinión de este mismo lingüista (ibid.) resulta anacrónico, por tanto, traducir
ahora nos interesa, la palabra) y que en el establecimiento de las partes de la oraci6n mez- ovoµa por nombre y pfíµa por verbo. En tal sentido cabe señalar que, de acuerdo con la
cló de una manera indiscriminada los puntos de vista semánticos, morfológicos y sintácticos. fundamentación
. lógico-filosófica
, subyacente, como con frecuencia se señala, Platón
En relación a esos problemas suscitados por la falta de definición precisa de los con- mcluyó dentro de los p17µa-ra también a los adjetivo~ . Sólo más tarde, cuando el análisis
ceptos utilizados, quizás no sea el menor el de determinar qué entiende la tradición gramati- de la oración y la clasificación de las palabras que la constituían se hacen más detallados,
cal por clases de palabras. En las líneas anteriores hemos utilizado esta expresión, pero tam- el concepto de partes de la oración evoluciona hacia el de clases de palabras, labor de-
bién las de partes de la oración y categorías, términos hasta hoy empleados prácticamente bida a Aristóteles y, sobre todo, a los estoicos, si bien el término permanece dentro de la
como sinónimos que, en realidad, responden a concepciones distintas de la gramática, como terminología metalingüística griega y, a través del latín, pasará a formar parte de la tradi-
observaremos si nos paramos un momento en el estudio de su origen y evolución.
Por esta labor previa empezaremos, porque de lo que entendamos por partes de la
' Por otra parte definida en términos lógicos: "Plato was concerned with the structure of sentences as
oración, categorías léxicas o clases de palabras dependerá directamente nuestra conside- the vehicles of Iogical argument" (Robins: 1966, 6).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las panes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
ción gramatical de occidente (parties du discours, parts of speech) de acuerdo con un prin- puede formar predicado sin el verbo copulativo. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que
cipio bien establecido por la semántica diacrónica3• éste siempre es recuperable y reponible (lo que podría hacer dudar del carácter temporal del
Un análisis más detallado de los textos platónicos nos hace discrepar, sin embargo, adjetivo) y también que las rcÓXJEl~ del adjetivo en nada eran similares a las del resto de4 los
de las afirmaciones tajantes del ilustre lingüista británico. En realidad, creemos que en el prfµara sino que, por el contrario, coincidían en gran medida con las de los óv6µara •
pensamiento de Platón se da una cierta confusión entre lo que podemos denominar partes En segundo lugar, al diferenciar el caso nominativo y las rcwJéi~ 6vµaw~.
de la oración, constituyentes de la oración o funciones de sujeto y predicado, por una Aristóteles establecía una peligrosa distinción, por cuanto quedaba implícita la posibilidad
parte, y clases de palabras que se caracterizan por aparecer en una u otra posición, por de que hubiera óvóµara que no fuesen óvóµara (es decir, substantivos que no fuesen
otra. Ello no es de extrañar porque en una etapa tan temprana del pensamiento lingüístico sujetos), mostrándose claramente la no coincidencia de los conceptos de parte de la oración
no se disponía ni de una terminología adecuada (las palabras óvoµa y pfíµa significaban (sujeto) y de clase de palabras (nombre) confundidos bajo la misma etiqueta de óvóµara5.
respectivamente 'designación', 'nombre' y 'palabra', 'dicho', 'proverbio', Robins: 1966, En tercer lugar, por su ansia de exhaustividad, Aristóteles estableció una tercera
7; 1981, 38) ni de unos conceptos firmemente establecidos. parte de la oración, la de los <JVv&aµoi ('enlaces') en la que estaban integrados las con-
A nuestro juicio, en Platón ya está el germen de la falta de propiedad de la expresión junciones, pronombres y artículo. Pero, curiosamente, a los adverbios terminados en
µÉp17 A.ó¡vv, por cuanto, si en unos lugares ovoµa y pfíµa significan claramente 'suje- -~los incluyó en la clase nominal como rcáxJi~ 6vóµaw~. lo que ocasiona una nueva
to' y 'predicado' o 'tema' y 'rema', en otros, especialmente en El sofista 262B, al citar a distorsión: dichos adverbios equivalen a substantivos en caso oblicuo (por ejemplo, dati-
Mrov 'león', tA.a<po~ 'elefante' e Yrco~ 'caballo' como típicos óv6µara y a f3an(ci 'ca- vos de causa), no indican tiempo ni pueden funcionar como predicados, razones por las
mina', rpéxci 'corre' y K'a0CÚ&i 'duerme' como p¡jµara por excelencia, parece aludir que podríamos explicar su adscripción a la clase de los óvóµara, pero no es menos cierto
a clases de palabras especializadas en una y otra función respectivamente. Es decir, se tra- que, de ser considerados rcoai~. habían de ser rcóx;-i~ prfµaw~. pues se forman sobre
taría de clases de palabras establecidas de acuerdo con su capacidad de distribución sin- raíces adjetivas (8ÍK'aw~ > 8ÍK'aw.x;).
tagmática en la oración (criterio sintáctico). Observamos, por tanto, que Aristóteles supone un desarrollo con respecto a Platón.
En Aristóteles la confusión parece acentuarse. La primera dicotomía platónica fue desa- Aceptando la esencial dicotomía de éste, ovoµaJpf'fµa, su pretensión de exhaustividad le
rrollada en líneas más estrictamente morfológicas para acercarse a la actual de nombre y ver- lleva a establecer una nueva clase; las tres resultantes se describen y caracterizan con la
bo pero sin llegar a identificarse todavía de una manera plena con los conceptos actuales. ayuda de procedimientos morfológicos: la inflexión temporal. Pero la sistematización, tal
En lo que a nosotros nos interesa en estos momentos, dos son las innovaciones que como queda formulada en las obras del estagirita, no dejaba de plantear una serie de pro-
Aristóteles introdujo con respecto a Platón, de las cuales se derivarán una serie de proble- blemas que, en buena medida, habían de hacer evolucionar el desarrollo lingüístico pos-
mas que los estoicos tratarán de solucionar. terior, sobre todo de la mano de los estoicos.
En primer lugar, en Aristóteles hallamos el primer tratamiento explícito de la rele- Los filósofos estoicos, cuya actitud filosófica está en el origen de su interés por
vancia de las variaciones de forma en las palabras, origen de los posteriores paradigmas la gramática, dieron un gran avance a los estudios de descripción gramatical del grie-
(Robins: 1986, 23). Concretamente, utiliza la palabra rcñ.óai~ (literalmente 'caída' de go (Robins: 1966, 11 y ss.; 1981, 38 y ss.; 1986, 24 y ss.). El sistema aristotélico fue
donde el latín casus o flexión) para referirse a tales variaciones, que son observadas como desarrollado por ellos en dos direcciones: En primer lugar, se introdujeron definiciones
desvíos de una forma básica: del nominativo (rcáxJi~ óvµaw~) o del presente de indi- más precisas y categorías gramaticales adicionales de índole morfológica y, en menor
cativo (rcwi~ prfµaw~). Las formas comparativas y superlativas de los adjetivos, así medida, sintáctica, lo que dio origen, en segundo lugar, a un aumento de las clases
como los adverbios formados con el sufijo - co~ (ó{K'auo~ 'justamente') son también consi- gramaticales.
derados 17rmaci~.
Esta innovación crea evidentes problemas, como más arriba apuntamos. Aristóteles • Por ello en ocasiones los incluye también entre las mmaeic; ÓvÓµawc; (Vid. R. Serrano: 1990).
5 En opinión de R. Serrano (1990), la confusión se origina por el hecho de que en Aristóteles
utiliza la noción de r¡Ó>cn~ para diferenciar los óv6µara de los pf¡µara : estos se distin-
guen por su función de predicado y por su vinculación a una referencia temporal. La infle- ...los conceptos de 'óvoµa, pfíµa y n-rmmc; no resultan nítidamente unívocos, sino que se encuen-
tran tratados de fonna (relativamente) polisémica y desde diferentes puntos de vista (semántico,
xión del tiempo se toma, pues, como criterio de definición, lo que hace problemática la in- lógico, lingüístico) sin que sea explícito el punto de vista y la acepción que se adopta en cada oca-
clusión de los futuros adjetivos dentro de los pf¡µara. En principio, Aristóteles los siguió sión (id., 51).
manteniendo al lado de los verbos porque en griego, como en la mayoría de las lenguas Entre otros, R. Serrano identifica los siguientes valores para el ténnino 'óvoµa: (i) voz portadora de sig-
indoeuropeas, en los tiempos y modos no marcados (presente de indicativo) un adjetivo nificado y carente de indicación temporal (sustantivo, pronombre ... ), (ii) esa voz en nominativo, de ahí: (iii)
sujeto de la predicación del pfíµa, (iv) esa voz en abstracto, incluyendo sus n-rmaeic;. Serrano incluso cita
' Por la misma causa hablamos de palabras "tónicas" y "átonas'', "agudas" y "graves", a pesar de que algún texto (lnt. 16b 19-21, apud Serrano: id., 66) en el que designa a Ja unidad mínima de significado:
nuestro sistema de acentuación es muy diferente del griego clásico. "Pronunciados por sí mismos, los verbos son nombres [-ra prfµa-ra óv6µa-ra Éan] y significan algo".
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
Así, en el campo de la morfología, la introducción del término clÍn~ ('flexión') de éste pasará a los gramáticos latinos con las nurumas variaciones posibles para su
permitió restringir el antiguo de n-rwc~ al actual de 'caso', que se convirtió en el prin- adecuación al latín y, por mediación de éstos, llegará hasta la Edad Media y el
cipal elemento diferenciador: si de una parte distinguía a los óvóµa-ra (incluido el adje- Renacimiento (Robins: 1986, 33).
tivo, evidentemente) de los p1fµa-ra (ahora sí traducibles por 'nombre' y 'verbo') debi- La definición de las ocho clases resultantes nos permite establecer los principios
do a la ausencia de caso en los segundos, de otra parte permitió aislar de entre los avv- clasificadores de la gramática tradicional7 • Ellas nos muestran que los alejandrinos utili-
&aµoz (ahora 'conjunciones' y 'preposiciones') a los ap8pa ('artículo' y 'pronom- zaron criterios más variados que sus antecesores, de lo que resultaron definiciones y cla-
bre'), inflexionados por dicha categoría. ses más precisas. Son sobre todo criterios morfológicos (palabras variables y palabras
Aunque sus descubrimientos en el sistema verbal fueron fundamentales, los estoicos invariables, distintos tipos de flexión), semánticos (el nombre y el verbo se diferencian por
también avanzaron en el estudio del sistema ,psual diferenciando el caso recto (n-rWm.~ "representar a una persona o cosa" y "una actividad o proceso" respectivamente) y sin-
óp81]) y los casos oblicuos (n-rCÓ<J'cz~ nA-áyzai), construidos como extensión de los verbos tácticos (adverbio, preposición, aitículo) los más importantes.
activos transitivos. El reconocimiento de los casos oblicuos conlleva, como ya apuntamos en Con la salvedad de algún caso como Varrón o El Brocense, este sistema de ocho cla-
la primitiva versión de Aristóteles, la negación de la equivalencia 6voµa -sujeto, desde el ses apenas sufrirá modificaciones en el seno de la gramática tradicional, y las pocas que
momento en que un substantivo no sólo es sujeto (caso recto) sino que también puede ser se produzcan no harán variar el marco metodológico del que son resultado. Los gramáti-
parte del predicado (casos oblicuos). cos latinos, sobre todo Donato y Prisciano, se limitarán a traducir lo más exactamente
En una segunda etapa, contradiciendo los fundamentos morfológicos de la anterior y posible la terminología griega y sustituir el artículo, inexistente en latín, por la interjec-
dando preferencia a los criterios semánticos, de la clase de los óvÓµa-ra (ahora 'nombre pro- ción para mantener el número de ocho clases de palabras. Lo mismo sucede con las cate-
pio') se separa el nombre común (npoaeyopía), distinción de efímera existencia. Con todo, gorías gramaticales aplicables a dichas partes de la oración, en las que se basaban las
En un momento ulterior de aquí surge el adverbio: la sexta clase de palabras, desgajada de abundantes subclasificaciones de que se da cuenta en la TÉXVTJ 8•
los nombres comunes. Denominado en principio µeaÓTI?~ (término que incluía solamente a En conjunto, las clases que se delimitan con criterios morfólogicos quedan mejor
los advebios sufijados en - ro<;, y que aludía a su carácter intermedio entre las palabras nomi- caracterizadas que las apoyadas en rasgos sintácticos. Las definiciones de la preposición,
nales, con las que está asociado morfológicamente aunque carezca de caso, y el verbo, con de la conjunción y del adverbio no son demasiado adecuadas. A pesar de la variedad de
el que está sintácticamente vinculado), conforme se le fueron agregando otras palabras de funciones adverbiales (especialmente modificador de adjetivo) la gramática griega no
idéntica función, pronto pasarará a designamse náv&xr¡~. Posteriormente acabará impo- asignó a esta clase más función que la de modificador verbal.
niéndose el definitivo nombre de bríppryµa (de donde el adverbium latino). Las principales divergencias con respecto a las formulaciones posteriores son esca-
Llegados a este punto resulta evidente que la expresión µÉpTJ A-óyov se hace inade- sas, centrándose principalmente en dos puntos que nos ilustrarán algunas de las incohe-
cuada, pues las realidades a que alude no son ya claramente componentes sintácticos de la rencias del modelo:
oración sino clases de palabras, clases morfosintácticas de palabras. Por esta razón prefi- -El participio formaba una clase independiente de la del verbo por mantener flexión
rieron el término filosófico de cnozxEiov ('elemento') para referirse a cada una de ellas. de caso, de ahí el nombre de µewxrf, alusivo a su carácter intermedio entre el nombre y
Este término no triunfó a pesar de que la mayoría de las innovaciones de los estoicos sí
el verbo, lat. participium. Sin embargo, el infinitivo, por no recibir inflexión casual, no se
fueron aceptadas por los gramáticos posteriores, representados sobre todo por la Escuela
considera clase aparte, a pesar de sus evidentes peculiaridades en la lengua griega.
de Alejandría, en la que se señala a Dionisio de Tracia y a su TÉXVTJ ypaµµanlaf como
los puntos culminantes en la identificación de los µÉpr¡ A-óyov en el mundo clásico. 7
Nombre: parte de la oración con flexión que representa a una persona o cosa.
El carácter filológico (antes que filosófico) de la Escuela así como su adscripción a Verbo: parte de la oración sin flexión de caso, pero con flexión de tiempo, persona y número, y que sig- •
la perspectiva analogista (en oposición a los estoicos, anomalistas) permitió a los alejan- nifica una actividad o proceso realizado o experimentado.
drinos grandes progresos en los estudios morfológicos de la lengua griega, hasta el punto Participio: parte de la oración que participa de los rasgos del verbo y del nombre.
de que el sistema de ocho clases de palabras (nombre, verbo, participio (µEwxry) , artícu- Artículo: parte de las oración con flexión de caso y que se antepone o pospone a los nombres.
lo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción) formulado por Dionisio, y quizás esta- Pronombre: parte de la oración que se puede sustituir por un nombre y que lleva marca personal.
Preposición: parte de la oración que se coloca delante de otras palabras en composición y en sintaxis.
blecido por su maestro Aristarco, puede considerarse como definitivo en el marco de la Adverbio: parte de la oración sin flexión que se une al verbo y lo modifica.
gramática clásica: aceptado por el otro gran lingüista griego, Apolonio Díscolo6 , a través Conjunción: parte de la oración que sirve para mantener unido el discurso y ayuda a su interpretación
(Robins: 1981 , 44).
6
Este se sirvió de las mismas ocho clases de palabras, pero redefinió algunas incorporando una termino- 8
Son los napenÓµeva 'rasgos acompañantes', enumerados y definidos sin diferenciar demasiado ade-
logía filosófica en ellas. Así, el pronombre quedó definido, no como sustituto del nombre, como hizo Dioni- cuadamente flexión y derivación: gtnero, número y caso en el nombre; modo, voz, número, tiempo, persona
sio, sino además por poseer la característica de representar la sustancia (ovaÍa) sin cualidades, afirmación y conjugación en el verbo, y tipo (elóoc;) y forma <axfíµa). En el tipo cabía la diferencia primitivo/ derivado
repetida por Prisciano y fundamental en el pensamiento lingüístico medieval (Robins: 1981, 47). (entre éstos los comparativos y superlativos) ; en la forma, simple, compuesto y parasintético.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las panes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
-Pero, sin duda, la principal diferencia con respecto a la visión que acabaría siendo De manera especial la labor de las nuevas gramáticas se orientó hacia el descubri-
definitiva dentro de la gramática tradicional afecta a la clase de los adjetivos. Ya men- miento de las relaciones que la palabra-signo mantiene, de una parte, con la mente huma-
cionarnos la evolución de esta parte de la oración en los períodos anteriores al alejandri- na y, de otra, con la cosa que representa. Los modi significandi son los términos clave den-
no; en este punto Dionisia mantiene su inclusión dentro del óvoµa, si bien como subclase tro de tal sistema. Para ellos, cada parte de la oración se caracteriza porque representa la
diferenciada (de ahí las denominaciones de óvóµa-ca bdec-ca, nomina adiectiva y la realidad por medio de un determinado modo. La palabra, postulan ellos, no representa
actual de nombre adjetivo y nombre substantivo). La principal diferencia formal del adjeti- directamente la naturaleza de las cosas que significa, sino que la representa como existente
vo, el paradigma de formas comparativas y superlativas, carecía de validez para Dionisia de alguna manera particular (como substancia, cualidad, proceso ... ).
de Tracia como criterio diferenciador de clases de palbr~s, pues comparativos y superlati- Los nuevos procedimientos de descripción y la teoría subyacente pueden compararse
vos eran considerados derivados (clasificación por su El8oc;). con el modelo de Dionisia de Tracia. Si nos pararnos en algunas de las definiciones modís-
Dentro del marco de la gramática tradicional el adjetivo solo podía ser diferenciado ticas de las diferentes partes de la oración dadas por Thomas de Erfurt 10, principal repre-
por razones semánticas. El paso se dio en el seno de una gramática mucho más filosófica, sentante de la corriente, de la confrontación resulta evidente que todas las referencias for-
la de los modistae, en la Baja Edad Media, cuyo modelo, el de las categorías, será tratado males han sido sustituidas por las categorías semánticas que se les han atribuido. Las par-
más adelante9 • La escuela alejandrina, al contrario que esos sabios medievales, pretendía tes de la oración se han convertido en distintos modos de expresar las categorías aristoté-
hermanar a la gramática con los estudios literarios antes que con los filosóficos . Dionisia licas, de ahí que podamos sustituir la denominación de partes de la oración por la de cate-
no es una excepción y, sin embargo, la independencia respecto a la filosofía no se logró gorías léxicas o verbales 11 •
totalmente; la huella de Aristóteles es grande en él, como lo es en todo el pensamiento Con la llegada en el siglo XX de las corrientes científicas y formalistas (el estructu-
científico posterior. ralismo), estas consideraciones lógico-semánticas (por antilogicismo en Europa, por anti-
En este sentido, el método de Dionisia de Tracia se enmarca claramente dentro del mentalismo en América) fueron abandonadas en favor de otras basadas exclusivamente en
contexto científico aristotélico, dominado por el primer anhelo de lograr una definición la forma lingüística, hasta ser prácticamente desechadas del universo de la gramática. No
precisa de sus objetos mediante las referencias al género, diferencia específica, cualidades es difícil, por tanto, encontrar referencias en las que explícitamente se manifiesta que los
y accidentes. Así actúa Dionisia, tratando de distinguir cabalmente cada parte de la ora- conceptos de partes de la oración o categorías verbales se mantienen sólo por tradición,
ción de las demás. Incluso la terminología empleada es en muchas ocasiones claramente a la vez que se propugna su sustitución por el más adecuado de clases de palabras.
aristotélica: Ef8oc;, naprn:6µcva (accidentia), etc. Este proceso de logicización de la Por esta razón, por aparecer en un momento en el que la visión de las categorías ver-
gramática se acentuará en los autores posteriores. Baste comparar su definición del nom- bales tal como ha sido expuesta parecía patrimonio reservado a las gramáticas tradi-
bre con la que ofrecen Apolonio Díscolo o Prisciano: si para Dionisia de Tracia "repre- cionales más rancias 12 , merece especial atención una serie de artículos de E. Coseriu en los
sentaba a una persona o cosa", para aquéllos "indica una substancia o cualidad". que, como punto principal o de manera colateral, vuelve a defender la validez lingüística
del concepto de las categorías, encuadrándolas de una manera lúcida en el lugar que les
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
corresponde en el seno de una gramática general (Coseriu: 1957; 1973 y, sobre todo, 1972, -Como formas categoriales (FC), capaces de varios significados léxicos y uno solo gra-
cuya versión original inédita es de 1955). matical (banco).
Para Eugenio Coseriu las categorías verbales son categorías semánticas y no esque- -Como formas léxico-categoriales (FLC), a las que les corresponde un único significado
mas formales (morfológicos). Para demostrarlo empíricamente le basta observar que la léxico y categorial (blancura, andábamos).
misma categoría de adjetivo, por ejemplo, existe en latín, en español, en alemán o en Lo que se dice, pues, cuando se afirma que en inglés la misma palabra puede ser
inglés, mientras que los esquemas formales que la representan son distintos en cada una substantivo, adjetivo o verbo es que en esas lenguas las palabras abstractas (fuera del con-
de esas lenguas. texto y del hablar) se suelen establecer como formas léxicas. En cambio en las lenguas
Con esto no niega la necesidad de considerar los esquemas formales. Simplemente, románicas, que presentan una mayor cohesión entre el significado léxico y el significado
acentúa la conveniencia de distinguir el plandi de la teoría o definición de las categorías categorial, las palabras abstractas se suelen constituir más a menudo como formas cate-
del plano de la descripción de los esquemas qu~ las repre.sentan materi~ln: . Desd~ ,el goriales o formas léxico-categoriales. De ahí que en estas lenguas se puedan establecer:
plano de la teoría se tratará el qué es el substantivo, por ejemplo (su def1mc10n), cuest10n -Categorías idiomáticas: en tales lenguas las categorías reconocibles se suelen
que interesa a la "gramática general"; desde el plano de la descripción y con respecto a corresponder con una expresión formal determinada: "cantábamos" (verbo), "espesura"
una lengua determinada, no se puede decir qué es el substantivo, sino sólo si tiene o no (substantivo), "débilmente" (adverbio) . Tales esquemas, que permiten constituir clases,
tiene substantivos (u otra categoría) y, si los tiene, cómo es el esquema formal que les co- son los que Coseriu denomina categorías idiomáticas, que no son más que la expresión
rresponde (Coseriu: 1972, 51-53). . formal que adoptan las categorías verbales en ciertas lenguas.
Por otra parte, según Coseriu, las categorías no son clases de palabras abstractas, m -Categorías de la norma: la lengua no es para los hablantes un mero sistema fun-
siquiera son clases de palabras (el substantivo -o la subtan~ivd- .no es el conjut~ de cional, sino también un saber acerca de los materiales con que ese sistema se emplea tradi-
las palabras que son substantivos del mismo modo que la tnangular1dad no es el conjun- cionalmente por la comunidad. En un estado de lengua ciertos modos formales y ciertos
to de los triángulos), sino que son partes orationis, es decir, que se dan concretamente valores semánticos se reconocen como "usuales" o "normales". A éstos llama Coseriu
como modos de ser de las palabras en el discurso. De ahí que cuando se dice, por ejem- categorías de la norma, que son las que figuran en un diccionario: hombre aparecerá como
plo, que en inglés no se distinguen los nombres de los verbos porque una palabra ~ued substantivo, joven como adjetivo, etc. (id., 64-65 y 74- 75).
ser nombre o verbo según esté precedida por a, the o to (the fire/to fire) , lo que se dice es Ahora bien, ni las categorías de la norma ni las categorías idiomáticas tienen carác-
que en inglés los nombres se distinguen perfectamente de los verbos como palabras con- ter definitorio con respecto a las categorías verbales: las idiomáticas tienen solo un carác-
cretas, y que en la lengua inglesa existe un modo de ser nombre y otro de ser verbo, y que ter descriptivo con respecto a los modos de materialización de las categorías semánticas
la diferencia se revela inmediatamente al colocar las palabras en la oración ("partes ora- en tal o cual lengua. No nos dicen, por tanto, qué es una categoría, la del substantivo o la
tionis") (id., 55). del verbo, sino solo cómo son los substantivos o los verbos en una determinada lengua.
Aquí hay que introducir una nueva distinción entre dos tipos de significado: el sig- Las caracterizaciones morfológica y sintáctica son perfectamente legítimas y útiles, pero
nificado léxico y el significado categorial. El primero se refiere a la realidad organizada no definen. Para Coseriu no se es substantivo o verbo por obedecer a un determinado
por el lenguaje; el categorial, al modo de organizarla. El significado léxico corresponde a esquema formal sino, al contrario, una palabra manifiesta un determinado esquema formal
qué significa una palabra, el categorial al cómo. Las palabras dulce, dulzor, dulcemente Y porque es substantivo o verbo; del mismo modo, solo una expresión substantiva (nominal
endulzar tienen el mismo significado léxico; lo que las diferencia es el significado cate- 0 pronominal) puede ser sujeto, pero esto es un indicio, no una definición: no es que una
gorial. Este es el que debe tenerse en cuenta a la hora de establecer las categorías, no el
palabra sea substantivo porque es o pueda ser sujeto, al contrario: puede ser sujeto cuan-
significado léxico, que ha sido el considerado por buena parte de la gramática tradicional. do es substantivo y sólo cuando lo es.
El significado léxico se organiza en los campos semánticos, el categorial en las categorías Es decir, para Coseriu son siempre las categorías semánticas las que justifican los
(id., 55-56). esquemas y funciones y no viceversa. Lo que ocurre (y de ahí la necesidad de tales
Lo que ocurre, continúa Coseriu, es que las palabras abstractas pueden darse en una caracterizaciones) es que la gramática de una lengua no puede definir las categorías ver-
lengua: bales (hemos visto que esa es misión de la gramática general), sino solo comprobarlas y
-Como puras formas (F), capaces de remitir a varios significados léxicos y categoriales describirlas (id., 66-67).
(por ejemplo, amo 'quiero' y 'dueño' ). Por otra parte, las categorías de la norma tampoco nos indican qué es un substantivo,
-Como formas léxicas (FL), poseedoras de un único significado léxico y de varios cate- sino solo cuáles son aquellas palabras abstractas cuyo valor más frecuente es el de substa-
goriales ("la pesca/él pesca"). ntivo. Pero ya hemos visto que las categorías verbales no se refieren a palabras abstractas sino
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las panes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
que son categorías concretas del hablar, son "modos significativos de las palabras en la acti- pero dentro de unos determinados límites y según las finalidades que nos propongamos,
vidad lingüística concreta" (id., 78). Así, la norma nos dirá que hombre suele ser substantivo no entremezclados y confundidos sus ámbitos (como con frecuencia sucedía en la gramá-
y blanco adjetivo, pero en el discurso, en el hablar no es improbable que tales palabras pue- tica tradicional) 14 •
dan ser adjetivo y substantivo respectivamente (por ejemplo en los blancos llegaron a esta Frente a las categorías, las clases de palabras se establecen con respecto a una len-
tierra en el siglo XIX, esta tierra produce buenos blancos, etc.) (id., 74-75 y 78) 13 • gua determinada, con referencia a esquemas formales bien caracterizados (sean
En resumen, según Coseriu las categorías verbales son: sintagmáticos o paradigmáticos). Se constituyen, por tanto, con referencia a la lengua y en
-Modos significativos universales, que corresponden al significado categorial (al buena medida son estructuraciones convencionales que se pueden formar sobre la base de
cómo de la significación) y no se pueden definir con respecto a una lengua determinada. diversos criterios igualmente válidos.
Son, pues, categorías semánticas, universales del lenguaje. Las clasificaciones son operaciones prácticas y si se realizan con absoluta coheren-
-Partes orationis, es decir, no se identifican con palabras abstractas sino con pala- cia, solo pueden criticarse desde el punto de vista de su utilidad (id., 64),
bras emitidas en el hablar concreto. Son, pues, categorías del hablar que se comprueban
mientras que
en la actividad lingüística concreta, aunque se definan sin referencia necesaria a una len-
gua determinada. ... las categorías verbales son realidades del lenguaje, que existen independiente-
En una lengua determinada a estos modos significativos les corresponden determina- mente de nuestra decisión de deslindarlas y definirlas (Coseriu: 1957, 247),
dos esquemas formales y en la norma pueden comprobarse valores más frecuentes. Pero
la definición de las categorías sólo puede ser semántica. es decir, no se basan en convenciones del gramático.
Con todo no niega Coseriu la utilidad de estos valores y esquemas. Los tres enfoques Por otra parte, las categorías no coinciden con "clases de palabras" porque hay pala-
(semántico, morfológico y sintáctico) son todos legítimos y complementarios siempre, bras que no se corresponden con categorías (las "palabras instrumentales": artículo,
preposiciones, conjunciones, adverbios como sí, no, etc.) y que, por tanto, deben ser esta-
" La afirmación de Coseriu de que las categorías verbales son "partes de Ja oración", de que solo se blecidas sobre otras bases. Y, al contrario, las categorías no tienen por qué conesponderse
pueden comprobar en el hablar concreto, enlaza con una difícil cuestión de la gramática: la de la transposi-
ción. Si, como dice Coseriu (1972, nota 24), solo un sustantivo puede ser sujeto, enseguida se deduce que cual-
quier unidad que funcione como sujeto es sustantivo: 14
De la exposición anterior podemos deducir la defensa por parte de Coseriu de las ideas generales del
(i) Los que no estén conformes que Jo digan. logicismo de la gramática tradicional en su versión "lógico-no objetiva". Ello no es, sin embargo, del todo
(ii) Llegar con retraso me molesta. cierto. En este punto su posición es clara:
(iii) El que sea así no justifica tus palabras.
(iv) Mañana pasará y no te acordarás ya del asunto. El error logicista es el de colocar las categorías verbales en la "lengua" haciéndolas correspon-
der a clases fijas de palabras. El error antilogicista es el de creer que esto invalida de algún modo
En estos cuatro enunciados nos encontraremos, pues, con los sustantivos que hemos subrayado. Como
la realidad de las categorías como funciones semánticas del hablar (Coseriu: 1957, 237).
tales unidades normalmente no pertenecen a esa categoría (sustantivos de la norma), es frecuente afirmar que
dichas secuencias se han "sustantivado". Oponemos, de esta manera, "sustantivos de Ja lengua" o "del siste- Es decir:
ma" (en realidad de "la norma" si seguimos a Coseriu) a "sustantivos del discurso". La gramática tradicional colocaba las categorías en la lengua (langue) abstracta, por ejemplo,
Por esta vía llegaremos a identificar categoría o parte de la oración conjunción sintáctica. Para evitar atribuyendo determinados significados categoriales a determinadas "formas" y pretendiendo que
que esta falsa identificación alcance también a las clases de palabras, autores como Lisardo Rubio (1966, 58- a la misma forma correspondía siempre el mismo significado... Es lo que ocurre cuando se pre-
59), tomando, entre otros, ejemplos como "Uir facundus et pacis artibus" ('hombre elocuente y con dotes (de tende atribuir a una forma como blanco valor categorial de adjetivo no en tales o cuales emple-
mando en tiempos) de paz', Tácito, Hist 1, 8), proponen una diferenciación entre "partes de Ja oración" (cuyo os, sino "en la lengua española", o cuando se afirma que, si en un determinado empleo blanco es
fundamento es sintáctico) y las "clases de palabras" (fundamentadas en otros criterios). Concluye L. Rubio: sustantivo, esto sería de algún modo "contrario a la lógica" (id., 242).
En consecuencia, debiera reservarse el nombre de 'partes de la oración' a los miembros que fun- Por tanto, para Coseriu es un grave error
cionalmente integran la frase, y llamar 'clases de palabras' a lo que tradicionalmente se llama el de concebir y tratar de definir las categorías verbales como "clases" léxicas, como conjuntos
'partes de la oración' (id., 59). a los que pertenecerían "naturalmente" tales y tales palabras del diccionario de una lengua
En el caso anterior facundus y artibus desempeñarían Ja misma función (serían equivalentes como (Coseriu: 1972, 52-53).
"partes de la oración") pero como "clases de palabras" una sería adjetivo y Ja otra sustantivo. Para el ilustre lingüista rumano el error es además triple:
Es justo señalar aquí que esta diferenciación entre "clases de palabras" y "partes de la oración" cuenta
con el antecedente temprano del lingüista francés Cl. Buffier (1709) (Vid. Swiggers: 1986, 55-6). En la misma porque las categorías verbales no son "clases de palabras", porque las clases que se pueden
línea, G. Rojo y T. Jiménez Juliá (1989, 22), siguiendo Jos postulados de Ja gramática funcional, se han esfor- constituir sobre la base de las categorías no son clases "léxicas"; y porque las categorías no pue-
zado en diferenciar los conceptos de clase de unidad y función. den definirse en el plano de "la lengua" (id., 53).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de Ja oración, categorías verbales y clases de Palabras
necesariamente con palabras, por lo que una cl~sugt entera o una frase pueden ser catego- 1. Para Coseriu "la cópula (que, desde el punto de vista semántico, debería correspon-
rialmente un substantivo (id., 54): griego 'tO 'tÍ '11v dvm, español: "el perder la paciencia", der a una categoría autónoma) se incluye entre los verbos por razones morfológicas" (id.,
"Me despidió con un no me molestes", Ciudad Real, ciervo volante, "un no sé qué'', etc. 77). No creemos que la cópula "se incluya entre los verbos"; la cópula es un verbo en cas-
Hasta aquí el resumen de la propuesta de Coseriu. Su indudable interés no ha evita- tellano. El propio Coseriu reconoce (Coseriu: 1957, 245) que una lengua puede no tener
do, sin embargo, que los intentos de aplicación a una lengua concreta hayan ofrecido fru- adjetivos: la realidad que nosotros concebimos como "cualidad" en esa lengua se puede con-
tos distantes de los apetecidos 15 • El propio Coseriu no es muy partidario de utilizar el prin- cebir como "proceso"; lo mismo ocurre con la cópula, nosotros la concebimos como "pro-
cipio de las categorías como criterio clasificador de las palabras, si bien no pone reparos ceso": de lo contrario habría que aceptar que los verbos semiatributivos son simultánea-
cuando su empleo se restringe a los límites de las palabras categoremáticas (1973, §2.3.). mente verbo y cópula («Juan salió contento de casa»), lo cual el propio Coseriu niega explí-
En nuestra opinión, las precauciones en este ¡junto deben acentuarse al máximo. Su utili- citamente: hablar de formas nominales del verbo equivale a hablar de cuadrados triangula-
zación como única o, incluso, principal pauta clasificadora de las palabras en muchas res. Si se hace la división sobre el mismo criterio también el verbo y la cópula habían de ser
ocasiones puede originar efectos distorsionadores (en las clasificaciones, como operaciones categorías incompatibles. Es más, la cópula en castellano no carece de significado (¿léxico?)
prácticas que son, interesa antes que nada la utilidad). Las categorías pertenecen al len- como cualquier verbo ("Juan está/ es/ parece alegre"). En castellano, por tanto, las catego-
guaje antes que a las lenguas y, por tanto, las clases morfofuncionales, categorías idiomá- rías de cópula y verbo se corresponden con la clase de palabras que denominamos verbo.
ticas o, si lo preferimos, las clases de palabras de cada lengua no tienen por qué adecuar- 2. El infinitivo es para Coseriu un nombre que se forma sobre «semantemas conoci-
se necesariamente a las categorías verbales entendidas como modos significativos. De dos como "típicamente (aunque no exclusivamente) verbales"» (Coseriu: 1972, 72). Es
darse esa circunstancia, el gramático que describe una lengua particular debe optar posible que sea así en otras lenguas, pero en castellano, salvo substantivación, es un verbo:
decididamente, en nuestra opinión, por la formalización lingüística de esa lengua en detri- funcionalmente, como palabra concreta, no puede ser concebido de otra manera que como
mento de las categorías universales del hablar porque, como dice Coseriu (1972, 64): «la un verbo. Compárense las siguientes construcciones:
'lengua' no comprende ninguna palabra real, sino sólo esquemas funcionales». (1) El dulce lamentar de dos pastores.
Varios ejemplos del español nos pondrán de manifiesto las dificultades con que nos (2) El lamentarse dulcemente dos pastores.
encontraríamos si tomáramos como fundamento de nuestra clasificación de las palabras el
de las categorías verbales: El lamentar de (1) sí es substantivo. Está substantivado, como lo demuestra su fun-
ción de núcleo de frase substantiva (modificado por un adjetivo y por una frase precedida
de la preposición de) y su valor morfológico de palabra de género masculino. Mor-
'~El trabajo de Coseriu ha servido como punto de partida para el de José G. Moreno de Alba (1988). fofuncionalmente en nada se diferencia de lamento, que lo puede sustituir paradigmática-
En él queda proclamada la existencia categorial del adverbio de la siguiente manera (id., 35):
rnente (sólo en el significado hay una·pequeña diferencia de matiz: lamentar no equivale
...propongo la existencia de una categoría verbal cuya peculiaridad semántica consiste en a 'lamento' (resultado) sino más bien a 'acción de lamentarse'). Por el contrario, lamen-
significar cualidades o caracterizaciones de los procesos y de las cualidades, es decir, caracte- tar en (2) se construye con un complemento circunstancial (donde teníamos un adjetivo
rizaciones de verbos y adjetivos (considerados, evidentemente, como categorías verbales o ahora tenemos un adverbio), tiene sujeto, se ve incrementado por un pronombre enclítico;
semánticas).
dentro de la cláusula de la que es constituyente en nada se diferencia de cualquier verbo
El artículo, la principal aportación de la lingüística hispánica en defensa del carácter categorial del en forma personal. Considerarlo substantivo sería poco económico: supondría crear auto-
adverbio, nos reafirma en las conclusiones arriba apuntadas en contra de la validez de dicho criterio en la defi- máticamente una gran cantidad de palabras nuevas (entradas) que, además, curiosamente
nición de las clases de palabras. En opinión de Moreno de Alba han de ser consideradas adverbios catego- se relacionarían de inmediato con verbos de idéntico lexema, presentando, por tanto, la
riales secuencias como las siguientes, señaladas en cursiva: "lo hice de acuerdo con las reglas'', "lo hice como
lo ordenaste", "él juega lento", etc., pues caracterizan a un verbo. Nótese, sin embargo, que esta última uni- variación regular propia de la flexión. Pero, lo que es más importante, sería distor-
dad no cumple la característica definidora de los adverbios-palabra (id., 57): la "carencia de flexión y sionador por cuanto como palabra concreta, parte de la oración, su función es siempre la
concordancia" (cfr.: ella juega lenta/bien). En realidad, lo que unifica a estas unidades es el desempeñar deter- de predicado (salvo substantivación, como vimos) al igual que los verbos 16•
minadas funciones modificadoras del verbo (C. CIRC., C. PVO.). Desde el punto de vista interno, sin embar-
go, como clases de unidades, son muy diferentes: de acuerdo con las reglas es una frase preposicional; como
lo ordenaste, una cláusula; lento, un adjetivo. Este problema, apuntado en la nota 13 y con el que nos volvere- 16
Sin considerar las perífrasis del tipo "suele lamentarse" donde es imposible considerar sustantivo al infinitivo.
mos a encontrar constantemente a lo largo del presente trabajo, es el causante de un gran número de confu- Ahora bien, es cierto que las cláusulas cuyo predicado es un infinitivo pueden desempeñar cualquier
siones que han dificultado la definición del adverbio-unidad lingüística. Es necesario diferenciar claramente función nominal. ¿Cómo explicar esta aparente contradicción? Desde luego, no atendiendo al criterio de las
los conceptos de función (ligado al de categoría) y de clase: El lunes es una frase nominal tanto si ejerce el categorías. La explicación adecuada, nos parece, es considerar al infinitivo (y al gerundio y participio), miem-
oficio de C. CIRC. (Juan llegó el lunes) como el de sujeto (llegó el lunes después del martes). bros del paradigma verbal, como entidades bifuncionales (a la manera de los relativos e interrogativos): den
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
3. En tercer lugar, hay que tener en cuenta que el criterio categorial sólo es aplicable dables. Para ello, claro está, es neserario que con anterioridad se dejen sentados unos prin-
a un número limitado de palabras por lo que siempre ha de ser completado con otros de cipios mínimos en que fundamentar su estudio 11 •
diversa índole. De esta limitación de alcance se pueden derivar efectos no deseados: así, En primer lugar, el examen de las palabras desde la perspectiva que ahora vamos
por ejemplo, cabe señalar que clases de palabras tradicionalmente identificadas, como el a abordar, frente al de las categorías, nos encauza por el lecho más ajustado de las
adverbio, habrían de dividirse en varios grupos independientes si tomáramos a las catego- gramáticas particulares, entendidas como la descripción de los esquemas formales de
rías como principal criterio clasificador, ya que unidades como dulcemente, lejos, etc. son cada lengua; basta con comparar las caracterizaciones de diferentes sistemas lingüísti-
de naturaleza categoremática, en tanto que otras, como sí, quizás, también, etc., no seco- cos, sobre todo si nos movemos en el ámbito de lenguas pertenecientes a familias tipo-
rresponden con ninguna categoría. La descripción gramatical del español puede hacer lógicamente muy distantes, para comprobar la certeza de lo dicho. Es sabido que en
aconsejable, sin embargo, la inclusión de tod~ ellas en una misma clase, como de hecho chino adjetivo y verbo no se diferencian, que en finlandés la negación es un verbo
han procedido la gramática tradicional y la mayoría de las gramáticas estructuralistas y (Hjelmslev: 1943, 78). A pesar de que es afirmación frecuente que las clases de pala-
generativistas. De este punto nos ocuparemos en el resto del trabajo y a él remitimos.
bras nombre y verbo aparecen en todas las lenguas, tampoco faltan estudios que mues-
De esta manera podemos concluir que el substantivo 1 (categoría verbal) se puede
tran la existencia de algunas (como el nootka y el kwakiutl) en las que tal distinción no
diferenciar del substantivo 2 (categoría idiomática), del substantivo 3 (categoría de la
se establece. Con ciertas restricciones, se puede decir que esas lenguas carecen de cla-
norma) y del substantivo 4 (clase de palabras): son cuatro concepciones distintas. El subs-
tantivo 1 (la categoría de substantivo) existe en latín, español e inglés, pero su esquema ses de palabras (Robins: 1964, 287; Lyons: 1977, 378-379): la misma palabra puede ser
formal (substantivo 2) es distinto en cada lengua de las citadas. Como convencional, el sujeto o predicado en distintas construcciones. En términos de Coseriu podríamos decir
substantivo 4 es establecido de acuerdo con diferentes principios y, por tanto, no tiene por que las categorías de substantivo y verbo (manifestadas como "partes de la oración" en
qué coincidir entre las distintas lenguas ni con la categoría semántica. Es más, como cla- sujeto y predicado) no se materializan en las clases de palabras o "categorías de la
ses de palabras podemos establecer distintos tipos de substantivo 4 no coincidentes entre norma" de substantivo y verbo.
sí (desde el punto de vista morfológico podríamos incluir en la misma clase a adjetivos y
substantivos, desde el punto de vista funcional algunos pronombres serían substantivos 17
Por ello no podemos compartir el pesimismo de autores como J. Feuillet:
pero no los adjetivos, etc.). Finalmente, un substantivo de la norma no ha de adecuarse
De nouvelles tentatives de classijication voient constamment le jour, chacune croyant apporter
necesariamente a los demás tipos establecidos (el substantivo impermeable habría de ads- la solution idéale. Or celle demiere est un mythe, car on n 'arrivera jamais a une formule satis-
cribirse a la categoría idiomática de los adjetivos por su terminación sufija!, el indefinido faisante. En effet, c'est l'analyse meme en "parties du discours" qui doit etre remise en cause, car
cada habría de pertenecer a la clase idiomática de las palabras invariables, etc.). elle prete au mot des propriétés qui appartiennent a d'autres unités (Feuillet: 1983, 23).
Por todo lo dicho y aceptando el valor y las precisiones que Coseriu hizo a propósi- El punto de partida de posturas como esta suele ser la de la negación del fundamento mismo de la pala-
to de las categorías verbales, debemos concluir que éstas no nos resuelven el problema que bra como entidad lingüística diferenciable tanto de las unidades inferiores (monemas), como de las superiores
desde el principio estamos soslayando: hacer una clasificación coherente y exhaustiva de (sintagmas). Esta postura, defendida con alúnco por el estructuralismo martinetiano, se fundamenta con fre-
cuencia en postulados funcionales:
los tipos (especies), subclases, que se pueden establecer en el seno de la unidad palabra.
Trataremos, por tanto, de enfocar la cuestión desde la última de las perspectivas . .. l'analyse en parties du discours présente une autre faiblesse: prisionniere du mot, elle doit trai-
ter différemment les relateurs autonomes (prépositions, conjonctions) et les morphemes suffixés
mencionadas al principio de este capítulo: las clases de palabras. (désinences casuelles par exemple), alors que les renseignements grammaticaux peuvent etre les
memes (id., 49).
1.3. LAS CLASES DE PALABRAS Idénticas afirmaciones podemos leer, en Jo que se refiere a la filología española, en Mª Á. Álvarez
Martínez. Para esta autora, la utilización del concepto de palabra es un
Frente a las consideraciones que hemos destacado en el estudio de las partes de la factor que genera confusiones que conducen a considerar el artículo como una parte de la ora-
oración y de las categorías léxicas o verbales, el planteamiento formulado desde la ción, mientras que el género neutro -o no se concibe como tal; de forma similar, gracias a la
perspectiva de las clases de palabras ofrece (o puede ofrecer) resultados mucho más apre- concepción de la palabra como unidad lingüística, se sostiene, por ejemplo, que la preposición
con (transpositora a adverbio a principio de grupo sintagmático) es una parte de la oración,
mientras que -ando (igualmente transpositor a adverbio) no (Álvarez Martínez: 1986, 144).
tro de Ja cláusula que introducen funcionan como predicados, pero también son capaces de habilitar La crítica debe ser tenida en cuenta para evitar distorsiones como la subyacente bajo la etiqueta partes
(función REL., concepto no coincidente con el de transposición) a la cláusula entera de la que son núcleo de de la oración. No anula, sin embargo, que la noción de palabra (y, consecuentemente, de clases de palabras)
manera que pueda desempeñar oficios para los que, de otra manera, estaría imposibilitada (en este sentido sea útil. No es este el lugar para que nos detengamos en la discusión del, por otro lado muy debatido, estatu-
equivalen, pues, a la conjunciones subordinantes: que, si, etc.): to lingüístico de dicha unidad. Nuestro trabajo se fundamenta, evidentemente, en el reconocimiento de la pala-
(i) Prometió *(que) vendría. bra como una de las entidades fundamentales de las lenguas. Es, sin embargo, una unidad caracterizada por la
(ii) Prometió venir. heterogeneidad; de alú, precisamente, la importancia de una clasificación adecuada en su seno.
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Las panes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
Si las clases de palabras sólo se pueden asentar a partir de una gramática parti- La finalidad que orienta la clasificación que aquí pretendemos realizar es el
cular, es lógico deducir que su sistematización variará considerablemente de acuerdo establecimiento de clases morfofuncionales de palabras (o mejor, clases gramaticales de
con el marco teórico en el que se fundamente dicha gramática (gramáticas tradicio- palabras), es decir, clases en las que se tienen en cuenta las dos divisiones tradicionales
nales, gramáticas estructurales o gramáticas generativas, y repetimos gramáticas en de la Gramática, la morfología y la sintaxis, entendiendo la última como correlato en el
plural porque incluso dentro de cada corriente existen considerables diferencias). Así, plano de la expresión de un significado gramatical (G. Rojo: 1979). Por todo ello, no pode-
por ejemplo, frente a las gramáticas tradicionales y estructurales, aquellas otras que mos dejar de lado los criterios morfológicos, sintácticos y semánticos.
postulan una dicotomía estructura profunda/ estructura superficial nos ofrecerán una De esta manera nos vamos a encontrar con la necesidad de usar distintas pautas a la
clasificación de las palabras mucho más reducida, en reducción proporcional al grado hora de establecer nuestra clasificación. La utilización de varias características o rasgos
de abstracción (de alejamiento de la estructuta superficial) que se sea capaz de asumir. definidores originará, como dijimos, la existencia de distintas jerarquías de clases o uni-
Por ello, mientras que en los primeros modelos chomskianos se respetaban (sin defi- dades. Es este un fenómeno, por otra parte, que se da en todos los niveles de análisis lin-
nir) las clases tradicionales y en las derivaciones más recientes (x-barra, rección y güístico, empezando por los inferiores: así en el fonológico hay que reconocer el funcio-
lig(lmiento) sólo se admiten confluencias parciales: adverbio y preposición, adverbio namiento de distintos sistemas en el nivel superior (vocales y consonantes) y de múltiples
y adjetivo (véase más abajo §2.3.), en las tendencias integradas en lo que se ha veni- subsistemas en los inferiores (líquidos/ no líquidos, orales/ nasales, etc.) hasta llegar a las
do denominando Semántica generativa, por el contrario, verbos, adjetivos, substa- oposiciones mínimas. Todos esos niveles nos darán clases de fonemas de extensión e in-
ntivos (y también adverbios) se llegaron a agrupar en una misma categoría, a la que E. tensión proporcionalmente inversas.
Bach ha dado el nombre de contentivo (M. Galmiche: 1980, 285-293) 18 • Desde esta El análisis, en realidad, incluso en este estado tan elemental, es más complicado de
postura las diferentes clases de palabras serían manifestaciones superficiales de la lo que las líneas de más arriba hacen suponer: al lado de los fonemas, por ejemplo, exis-
misma categoría. te otro tipo de unidades (no de clases), los archifonemas. Es más, siguiendo a Coseriu
Desechar el concepto de estructura profunda (y la abstracción que supone) no impli- (1981, 24 7 y ss.), se podría establecer todavía un tercer tipo de unidades, las sub unida-
ca, sin embargo, negar la existencia de distintas "abstracciones" (en el sentido de jerar- des (en este caso los subfonemas, por así decir) 19 • Lo mismo nos ocurre cuando consi-
quizaciones) en la fijación de las clases de palabras. Llegamos así a un punto que debe pre- deramos las clases de palabras, con la diferencia de que ahora vamos a encontrar con
ceder a cualquier intento de clasificación, sea del tipo que fuere, aquél en el que se deben sistemas más complejos: así, por ejemplo, la nominal es una clase de palabra tan cierta
asentar los principios generales de clasificación, la validez de los criterios utilizados, la como la del verbo, pero en su seno podemos establecer, basándonos en el significado de
jerarquización de dichos criterios, etc. (Pinkster: 1972, cap. 2; De Groot: 1948). la raíz, una clasificación ulterior entre la clase propiamente nominal (nombre) y la pro-
Toda clasificación obedece a un principio o finalidad general de simplificación: el nominal (pronombre). A su vez, dentro de cada una de ellas se puede realizar una
estudio o descripción de cualquier clase de elementos es más simple desde el momento en subclasificación en substantivo, adjetivo, adverbio (nombre) o en pronombre personal,
que una cantidad considerable de unidades se puede agrupar en un número limitado de relativo, determinantes, etc. (pronombre); y cada una de estas clases, de nuevo, puede
subclases de comportamiento o características idénticos. dar origen a otras subclasificaciones de índole inferior en diverso grado: nombre propio/
Tales subclases se han de establecer de acuerdo con ciertos criterios, cuya validez y
rendimiento en buena medida son relativos por cuanto obedecen a una finalidad particu-
lar: dado un conjunto de palabras, los criterios que se han de manejar dependerán en 19
!NI, /mi, /ni, /r/, /f/, /el y /e/ son unidades propias del sistema fonológico del gallego, pero pertene-
mayor o menor grado de si pretendemos hacer un estudio (finalidad) fonológico, morfo- cientes a niveles distintos: fN/ es un arhifonema, resultado de la neutralización de los fonemas /mi y /ni (deje-
mos fuera la nasal palatal); /r/ y /f/ son subdistinciones del fonema /r/, tal como /e/ y /e/ lo son del fonema /e/
lógico, semántico, sintáctico, etc. de una lengua. Si adoptamos la primera perspectiva, el en gallego e italiano.
acento se nos ofrecerá como un rasgo de máxima importancia: mediante él, dividiremos archifonemas: fN/
las palabras en acentuadas y no acentuadas. Este mismo criterio, aunque válido, nos lrrJi;¡
fonemas: /r/ /e/
deparará escasos resultados en un estudio morfológico o sintáctico (por más que las pre-
posiciones suelen ser átonas y los adverbios tónicos ... ). "subfonemas":
El hecho de que pertenezcan a niveles distintos no impide, sin embargo, que en las condiciones ade-
cuadas todas puedan coexistir en una misma secuencia (por ejemplo en la transcripción fonológica -no foné-
1• El proceso de reducción se inicia ya dentro del marco chomskiano (así en Lyons: 1966). Este mismo
tica- de la palabra gallega /peNdurarÉi/, donde concurren fonemas, archifonemas y subunidades fónicas de las
autor (Lyons: 1968, 339 y ss.) llega a identificar adjetivo=verbo y adverbio=adjetivo. La conclusión siguien- indicadas más arriba). Igualmente, en sintaxis los argumentos de un predicado pueden ser un sustantivo, una
te sería adverbio=verbo (?). Un resumen y crítica del tratamiento que reciben estas cuestiones en la GGT se frase nominal, una cláusula, etc. En fonología, el concepto de subdistinción no suele ser utilizado. En cambio,
puede ver en González Calvo (1982, 62-63). en niveles superiores del lenguaje su utilidad nos parece manifiesta.
28 29
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de la oracíón, categorías verbales y clases de Palabras
nombre común (en realidad, substantivo propio/substantivo común); este último se siéramos ser rigurosos en el seno de la gramática tradicional, podría darse el caso de que
puede dividir en [± contable], [±animado], etc. 20 • una palabra determinada perteneciera simultáneamente a varias clases contrapuestas. Ello
Admitido que clase nominal, nombre, pronombre, substantivo, adjetivo, adverbio, sucede, por ejemplo, con los adverbios relativos (que han de ser adverbios y pronombres:
determinante, artículo, etc. son clases de palabras, se hace difícil soslayar la tarea de fijar lí- donde, como, cuanto, cuando), a los que habría que agregar gran cantidad de adverbios
mites entre archiunidades, unidades y subunidades o, si lo preferimos, entre supraclases, cla- deíc.ti~s (aquí, a~o:, hoy~ etc): si d~se el punto de vista semántico son pronombres (por
ses y subclases. Como en tantas ocasiones, los casos extremos son fáciles de determinar: su s1gmficad~ de1ctico o, s1 lo preferimos, por su significado no léxico y categoremático),
todos admitiríamos que la clase nominal, el nombre y el pronombre constituyen supraclases, desde el funcional son adverbios. La conclusión es que adverbio y pronombre se estable-
que los nombres comunes y propios, así como los substantivos contables son subclases (en cen a partir de distintos criterios y, por tanto, no se pueden oponer como clases de pa-
este caso hablamos de subcategorización, y observamos que cuando la unidad considerada labras, al menos dentro del marco de la gramática tradicional.
es la palabra existen varios grados de subdistinción); igualmente, verbo transitivo, verbo La correlación existente entre los distintos criterios utilizados es una cuestión muy
intransitivo y verbo copulativo son subdistinciones dentro de la clase verbo; pero si preten- discutida. Mientras unos lingüistas la defienden en alto grado, otros la rechazan explíci-
demos hacer lo mismo entre los pronombres, la decisión es más ardua: aceptando que pro- tamente. En una postura intermedia y realista se sitúa Lyons:
nombre sea una supraclase, ¿en dónde situamos el límite entre unidad y subunidad? ¿En el No es raro... que tienda a haber un grado más o menos alto de correlación entre las par-
superior de determinante o en los inferiores de artículo, posesivo, demostrativo, etc.? tes del discurso que son producto de una definición morfosintáctica o morfológica y las par-
Estas cuestiones no son banales puesto que, como veremos en el capítulo quinto, tes del discurso definidas con arreglo a otros criterios (Lyons: 1977, 373).
establecer los límites de lo que es adverbio, subclase de adverbio o no es adverbio depen- Añade, sin embargo, que "se trata con todo de un hecho empíricamente verifi-
de en gran medida de decisiones de este tipo, que en dicho lugar trataremos de dilucidar. cable" (ibid.) .
Otros problemas con los que nos encontramos a la hora de realizar una clasificación
coherente de las palabras conciernen a la existencia de rasgos redundantes y de casillas Llegamos así a una cuestión que ha dado origen a amplios debates en el seno de la
vacías. La existencia de rasgos redundantes conlleva dificultades que merecen una aten- lingüística: habida cuenta de la existencia de distintos criterios, se nos plantea el proble-
ción especial: nos referimos a las correlaciones existentes entre los distintos criterios. Las ma de decidir cuál es el más adecuado para la tarea de clasificar cualquier tipo de unidad,
preposiciones se diferencian de los adverbios por desempeñar funciones distintas; se dife- en este caso palabras (De Groot: 1948, 433-445).
rencian también por el carácter átono dé las primeras (al menos de las preposiciones "pro- En realidad, el problema presenta varias derivaciones porque nos podemos cuestio-
pias") frente al tónico de las segundas. En este caso no es difícil determinar cuál es el nar, en primer lugar, si debemos tomar en consideración únicamente un criterio clasifica-
rasgo redundante y cuál es el pertinente. Lo mismo sucede con la oposición nombre/ ~º (sea f~nológic, morfológico, sintáctico o semántico) o bien, por el contrario, si es
pronombre, que, al rasgo pertinente mencionado en líneas anteriores, añade el de [±géne- hc1to acudir a todos estos aspectos del lenguaje en aras de una más completa clasificación.
ro neutro], de índole morfológica. En otras ocasiones, sin embargo, la discriminación es Evidentemente, la primera postura dará como resultado una serie de clases más homogé-
más ardua. El adjetivo se distingue funcionalmente del substantivo, también desde el neas que la segunda, pero no por ello las clases derivadas de esta segunda han de ser
punto de vista semántico (significado categorial) ambas clases de palabras se diferencian, menos "reales". En segundo lugar, una vez que se ha optado por una u otra perspectiva,
¿cuál de los dos rasgos es el pertinente y por qué? De darse una correspondencia exacta todavía nos quedará dilucidar la jerarquía conforme a la cual tales criterios se han de uti-
entre ambos criterios el problema sería menor. Las dificultades graves surgen cuando tal lizar ~D Groot: 19~8, 467-489). ~s claro. que, ~i adoptamos la perspectiva de aceptación
correspondencia no se presenta, caso frecuente en el ámbito de la gramática tradicional, de cntenos heterogeneos, esta sera una disyuntiva con la que toparemos desde el primer
donde además se daba la agravante de la mezcla indiscriminada de criterios21 • Así, si qui- momento; pero si optamos por la primera de las vías, la de tomar en consideración
únic~et un tipo de ~riteos, tampoco nos podremos librar de enfrentarnos con este tipo
20
Como en el caso de los fonemas, en el de las clases de palabras también se da la coexistencia, en un de dec1s1ones. Es precisamente por esta razón por la que varían tanto muchas clasifica-
detenninado nivel, de unidades de jerarquización diversa. Así, en la secuencia Pedro no encontró erratas en ciones fundamentadas en el mismo criterio organizador. Así, por ejemplo, sin salirnos de
la nueva edición, sin salirnos de las clases con que hemos ejemplificado hasta ahora, podríamos hacer una la pauta funcional, hay un enorme abismo entre las cuatro categorías de la gramática fun-
división primera nominal/ verbal que opusiera Pedro, erratas, la, nueva, edición a regaló. Si quisiéramos
seguir precisando más el análisis contrapondríamos, por ejemplo, nombre/ verbo (Pedro, erratas, nueva, edi-
ción frente a regaló) y si aún pretendiéramos acotar más enfrentaríamos sustantivo a verbo (Pedro, erratas, palabras como la 'preposición ', la 'conjunción', el 'anículo', etc. no pueden equipararse a las cla-
edición vs. regaló). Regaló, verbo, puede oponerse tanto a sustantivo como a nombre o a clase nominal por- ses como 'sustantivo ', 'adjetivo ', 'verbo'; y los pronombres no constituyen una clase de palabras
que a partir del nivel nominal/ verbal en su seno no se establece ninguna distinción ulterior, a no ser en el lími- en el mismo sentido que los sustantivos, adjetivos, etc., puesto que pueden ser ellos mismos
te inferior de la subcategorización. sustantivos, adjetivos, adverbios.. . En realidad, las palabras morfemáticas se oponen como clases
21
Clases de palabras como 'sustantivo', 'adjetivo', 'adverbio', 'artículo', 'preposición', 'conjun- de palabras a las otras dos clases (palabras lexemáticas y categoremáticas); y las categor(as ver-
ción', 'pronombre', etc. aparecen a menudo unas al lado de las otras, como si se tratara de una bales (sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio) corresponden a una distinción que se entrecruza con
clasificación única y realizada con los mismos criterios en cada caso. Pero, en rigor, las clases de la distinción entre palabras lexemáticas y categoremáticas (Coseriu: 1973, 134).
30 31
Las partes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
cional que defiende Mª Á. Álvarez Martínez (1986) y las ocho de Ana Mª Barrenechea tamaño, lo que no podemos hacer es incluir un triángulo rojo entre los cuadrados por la
(1969), pasando por las siete de Andrés Bello (1847, §34)22 • En ninguna de estas tres clasi- razón de que todos los cuadrados sean de ese color. Nada podríamos objetar, sin embargo,
ficaciones se menciona al pronombre23 y, sin embargo, sin salimos de una argumentación si la clasificación se realizara entre figuras rojas y figuras azules. Del mismo modo no
meramente funcional, la clase de los pronombres se puede independizar del substantivo y podemos clasificar a los reptiles entre los peces por el hecho de que cubran su cuerpo con
del adjetivo: bastará con que no solamente tomemos como criterio las funciones clausales escamas, ni podemos oponer pronombre a adverbio (salvo con finalidad docente) cuando
(o, si lo preferimos, las "funciones primarias" de Martinet), y añadamos aquellas otras fun- uno queda individualizado por características semánticas ("significado esencialmente
ciones sintácticas que se desarrollan por encima o por deb~jo -en este caso- de la cláusula: ocasional") y el otro por rasgos funcionales ("modificador de adjetivos, verbos y otros
así, dentro de la frase, los pronombres no pueden ser NUCLEO de MODIFICADORES adverbios"): ¿qué hacemos con aquí y hoy?
adjetivos en las mismas condiciones que los nombres comunes (niño buenol*tú bueno) ni Las páginas dedicadas más arriba a las partes de la oración nos pueden servir de
admite determinantes en la frase nominal (*el aquel que buscas), al contrario que los nom- ejemplo de la manera en que la gramática tradicional clasificaba las palabras. La gramáti-
bres comunes (el niño que buscas) y los propios (el Juan que buscas). ca tradicional entremezcló en distinto grado criterios morfológicos, sintácticos y semánti-
La misma necesidad de jerarquización se nos presentará si, por ejemplo, nos funda- cos, y con diferente resultado, como recuerda Pinkster (1972, 21):
mentamos en las características morfológicas de las palabras. No bastará, si queremos Syntactic analysis was not the strongest aspect of ancient grammatical theory. It is not
precisar el análisis, con utilizar el rasgo[± variable], sino que debemos añadir sucesivas surprising, therefore, that the traditional definitions of inflectional categories such as noun
precisiones ([± conjugable], [± declinable], [± género], [± género neutro], etc.) para and verb are much more useful than those of invariables such as adverbs and conjunctions.
completar nuestra clasificación.
En estos casos, cuando los rasgos clasificadores pertenecen al mismo tipo general de Si, por tanto, pretendemos realizar un catálogo riguroso de las clases de palabras, no
criterio, la jerarquización de los mismos no ofrece demasiadas complicaciones. No ocurre debemos olvidar ninguna de estas críticas dirigidas contra la gramática tradicional, pero
lo mismo cuando se tienen en cuenta características distintivas de naturaleza heterogénea. tampoco debemos ignorar que toda clasificación es arbitraria en cierta medida; no es posi-
Aquí es donde, en verdad, se nos plantean con mayor virulencia los problemas de deter- ble una catalogación de las clases de palabras, ni siquiera de las clases gramaticales de
minación de rasgos pertinentes, no pertinentes y rasgos redundantes, los de falta de palabras, sino varías, todas lícitas siempre y cuando se atengan a principios coherentes en
correspondencia entre uno u otro tipo de criterios y, en fin, toda la serie de dificultades que su inventariado. La diferencia entre unas y otras no estribará en que den lugar a clases más
mencionamos en las líneas anteriores. o menos reales, sino a clases más o menos útiles o más o menos adecuadas a la finalidad
En principio, sin embargo, no parece que haya ninguna objeción importante que que mueve la investigador.
impida utilizar en una clasificación criterios de índole diversa, cumplida la condición pre- Evidentemente, un principio adecuado parece ser el de partir de criterios muy gene-
via de ser coherentes en su aplicación. Cualquier ejemplo que traigamos a colación (del rales (por ejemplo, variable/ invariable o léxico/ gramatical) para concluir con los rasgos
mundo botánico, zoológico, etc.: los animales se clasifican por su modo de reproducción más específicos: los primeros nos darán clases de archiunidades, los segundos de unida-
(ovíparos/ vivíparos), esqueleto (vertebrados/ invertebrados), sangre (fría/ caliente), etc .) des y subunídades. Serán necesidades de conveniencia metodológica las que favorezcan
nos muestra no solo la posibilidad sino la conveniencia, e incluso la necesidad, de utilizar
partir de este rasgo o de aquél. Así, si situáramos en la cabeza de nuestro cuadro la dis-
varios criterios a la hora de realizar una clasificación que pretendamos completa (De
Groot: 1948, 498-499, punto 10; Roca Pons: 1975, 201; González Calvo: 1982, 69 y 74). tinción variable/ invariable como hace la gramática tradicional ("Adverbio es la parte
Las principales objeciones que a este tipo de procedimiento se le han hecho, si las invariable de la oración ... ") en seguida nos surgirían problemas a la hora de continuar la
analizamos con detalle, obedecen más bien a los defectos con que han sido llevadas a cabo clasificación: estableceríamos una clase "real", ciertamente, la de las palabras invariables,
las caracterizaciones realizadas por la gramática tradicional. Utilizar distintos criterios no pero resultaría tan heterogénea que su utilidad sería prácticamente nula, al tiempo que nos
supone mezclarlos 24 • Si clasificamos varias figuras geométricas de distinto color, forma y veríamos obligados a efectuar una escisión no deseable entre clases de palabras
íntimamente unidas entre sí. En el ejemplo que nos ocupa, configurarían esta clase la
interjección, el adverbio, la preposición y la conjunción. De ellos, la interjección es, evi-
22 Respectivamente: verbo, sustantivo, adjetivo, adverbio; a los que Barrenechea añade: coordinantes,
dentemente, invariable, pero este rasgo es redundante en ella; más que la invariabilidad,
subordinantes, relacionantes y verboides; Bello: verbo, sustantivo, adjetivo, adverbio, preposición, conjunción
lo que la diferencia de las otras partes variables -y también de las invariables- es una
e interjección.
característica funcional. Así, pues, la interjección, si pretendemos una clasificación más
23
Dice Bello:
... tomar el lugar y hacer el oficio del nombre, y esto no accidenta/mente, sino por su naturaleza y adecuada, debe figurar aparte, tanto de las variables como del resto de las invariables .
por la constitución del lenguaje, ¿no es serlo verdaderamente? (1847, Nota IV al capítulo XIII). Igualmente, de las palabras que nos quedan en este último grupo, el adverbio (al menos
24 Vid. González Calvo (1982, 63-64). Sin embargo, Coseriu defiende en cierta medida la clasificación cierto tipo de adverbios, la mayoría de ellos), frente a la preposición y a la conjunción,
tradicional, fundamentándose en un principio de utilidad didáctica.
33
32
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
Las partes de la oración, categorfas verbales y clases de Palabras
manifiesta un fuerte carácter nominal que recomienda mantenerlo unido al nombre hasta A pesar de estar definida de otra manera, esta clase viene a equivaler a la de aque-
llegar a un nivel inferior en el inventariado. llas palabras que constituyen sintagmas en el sentido con que utilizan este término otras
En realidad, y en esto coincide un número considerable de lingüistas, los rasgos mor- escuelas funcionalistas:
fológicos suelen ser de menor importancia que los funcionales y, además, con frecuencia
resultan redundantes (como recuerda Coseriu, un verbo no lo es por poseer tales morfe- la pane del texto m(nima que puede combinarse con curva de entonación cuando se
mas, sino que posee tales morfemas "para ser verbo, y porque se piensa con significado usa y no cuando se menciona (Mª Á. Álvarez Martfnez: 1986, 145).
verbal", Coseriu: 1972, 70), lo que no impide que sean muy útiles a la hora de identificar Esta segunda perspectiva nos orienta hacia qué tipo de palabras son sintagmáticas:
o descubrir las distintas clases25 • Por dicha razón, como señalan Pinkster (1972, 21) o aquéllas que aceptan la definición bloomfieldiana de "forma rrúnima libre". Solamente las
Coseriu (1972, 67, nota 24) las palabras nequtzm y frugi, que deberían figurar entre las preposiciones y las conjunciones no son formas libres rrúnimas 28, aunque, como formas no
partículas por ser indeclinables, se clasifican entre los adjetivos en latín. marcadas, en alguna ocasión pueden constituir sintagma:
Las caracterizaciones de índole semántica están hoy en día desprestigiadas. No fal-
(6) A: -Encontré lo que buscaba.
tan, sin embargo, lingüistas que tratan de revalorizar este enfoque. Así procede Lyons en
B: -¿Y?
sus conocidos manuales y en un artículo anterior (Lyons: 1966) y Coseriu ofrece una inte-
resante clasificación de las palabras (o más bien archiunidades) fundamentada en sus dis- [±Enunciativo]: Consideramos enunciativas a aquellas palabras que por sí solas pue-
tintos tipos de significados (Coseriu: 1973, 133): palabras lexemáticas, categoremáticas (o den constituir enunciado en el sentido que Guillermo Rojo asigna a este término (G. Rojo:
"pronombres") y morfemáticas (o "instrumentales")26 • 1 1978, § 1.5.). Todas las palabras sintagmáticas pueden ser enunciativas (pues ello se deri-
Tomando como punto de partida todas las consideraciones que más arriba hemos va de su carácter de "formas libres rrúnimas"), pero este rasgo nos permite diferenciar a
apuntado, vamos a intentar hacer una clasificación de las palabras en español27 , paso nece- aquellas palabras que siempre constituyen enunciado por sí solas (o son núcleo de
sario para diseñar el marco general en el que se ha de situar el adverbio. Antes de nada, enunciado): las interjecciones (¡Ay!, ¡Ay de mí!), término caracterizado de la oposición,
sin embargo, será necesario que precisemos el valor de algunos de los rasgos distintivos por tanto, de aquellas otras unidades que sólo ocasionalmente pueden constituir enuncia-
que nos parecen de mayor utilidad: do, es decir, términos no marcados: el resto de las palabras sintagmáticas.
[±Sintagmático]: entendemos por palabra sintagmática aquélla que por sí sola puede l [±Nominal]. Es esta una distinción fundamental que diferencia a aquellas unidades
desempeñar la función de núcleo de un sintagma (en el nivel sintáctico: una sílaba tam- que pueden actuar como argumentos verbales (substantivos, adjetivos, adverbios, etc.) de
bién es un sintagma) o, en caso de elisión, ser su único constituyente aunque no sea el todas las demás (preposiciones, conjunciones, verbos, etc.). Una caracterización resumida
núcleo, por ejemplo: y adecuada de la oposición nominal/ verbal se puede encontrar en Mª Ángeles Álvarez
(1986, 146-7) y, con anterioridad, en L. Hjelsrnlev (1928, 320), para el cual el rasgo carac-
(3) Trae zapatos (nuevos) terizador de las unidades nominales es el morfema de caso (Vid. más abajo n. 34 de nues-
(4) Me compró zapatos negros; marrones no hab(a tro capítulo 2).
( 5) ¿ Vendrás hoy? -Sí. Finalmente, debemos precisar que utilizaremos, en la medida de lo posible, un análi-
sis binario semejante al de la fonología jakobsoniana, cuyos fundamentos creemos que se
pueden hacer extensivos al ámbito de la gramática con las debidas precauciones 29 •
El primer intento clasificador (figura 1) partirá del mismo rasgo primario que la gra-
25
Habría que diferenciar los estadios de descubrimiento y definición como dos procesos netamente dis-
tintos.
mática tradicional: la característica [±variable]:
26
Que mejor habríamos de clasificar en categoremáticas vs. no categoremáticas (o instrumentales) y las
primeras, a su vez, en lexemáticas y no lexemáticas, por cuanto lexemático y categoremático no se oponen
(por ejemplo, tristeza). Véase Coseriu (1973, § 2.2.).
27
Con frecuencia no apuraremos el análisis hasta sus últimas consecuencias. En primer lugar porque, al
tener como centro de nuestro estudio al adverbio, detenernos en esas precisiones nos alejaría considerable- t
mente de nuestro objetivo fundamental (así, por ejemplo, procederemos con la clase preposición/conjunción, 28
que no descomponemos y quizás pudiera dar lugar a tres distintas clases de palabras); en segundo lugar, por- Aceptamos, por tanto, que el artículo es un alomorfo del pronombre personal de 3• persona.
29
que en esas caracterizaciones últimas poco se puede avanzar (por ello no daremos el rasgo diferenciador del De igual manera procede De Groot en su clasificación de las palabras en chino literario, latín y danés
sustantivo y adjetivo. Todo está dicho ya: tanto morfológica como semántica y sintácticamente se oponen el (1948, 466). Evidentemente, aprovechar las ventajas que ofrece el binarismo (sobre todo Ja exhaustividad) no
adjetivo y el sustantivo, dándose, por consiguiente, un alto grado de redundancia en su diferenciación). implica que todas las oposiciones se hayan de considerar privativas o bimembres.
34 35
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
1 1 1 1 1 1
Prep. Adv. Adv. Adv. en Interj. Verbo Pron. Pron. Susc. Adj. (figura 2)
Conj . anominal pronm. -meme sust. determ.
(figura 1) Para superar las deficiencias observadas en el primer modelo utilizado, es posible
establecer una serie de opciones alternativas, que ofrecerán resultados diversos (con
A este tipo de estructuración se le pueden hacer las objeciones que anteriormente diferencias no siempre de detalle). En todas ellas partiremos de las oposiciones [±sin-
apuntamos para el análisis tradicional fundamentado en el mismo principio clasificador tagmático] y [±enunciativo], que consideramos fundamentales por cuanto desgajan al
básico (la variabilidad): el tratamiento que reciben la interjección y el adverbio, que se ve equivalente a los a'Úv&aµoi aristotélicos y a la interjección del resto de las palabras, las
desligado de las demás palabras nominales, aunque ofrece la ventaja de que el adverbio propiamente "partes de la oración".
(ADVERBIO) y los adverbios aparecen agrupados en un mismo tronco. Como veremos a
lo largo de esta obra, una de las principales tareas con la que se va a enfrentar el que pre- Un segundo intento dará como resultado el siguiente diagrama (figura 3):
tenda adentrarse en el estudio del adverbio es la de determinar si nos hallamos ante una
CLASES DE PALABRAS
clase unitaria, en cuyo seno se puede establecer, evidentemente, una subcategorización
1
paralela a la de los demás tipos de palabras "mayores" o si, por el contrario, existen varias - sintagmáticas + sintagmáticas
clases de palabras distintas que la gramática tradicional no es capaz de diferenciar conve- - enunciativas + enunciativas
nientemente. El diagrama que la primera clasificación nos ofrece nos lleva a aceptar la pri- . léxicas + léxicas
mera postura, siquiera sea tomando al adverbio como una supraclase de palabras (cual el - nominales + nominales - nominales + no minales
pronombre y el nombre).
- variables +variables - variables +variables
La sistematización que hemos considerado nos permite hablar, como vemos, de tres
clases de adverbios. Sin embargo, todavía podemos apurar más el análisis, aunque ello Prep./ Adv. Adv.
1
Pron.
1
Pron. Verbo
1
Adv.
1
Adj.
1 1
Sus t. Interj.
suponga adelantarnos a lo que en el capítulo cuarto tendrá su justo lugar. No deja de tener Conj. anominal pronom. determ. sust. (· mente)
sentido, así, que nos planteemos ahora si la oposición [±léxico] no se adapta mejor a una
pauta trimembre que a la bimembre hasta aquí asignada. En efecto, esta distinción, que se
corresponde en gran medida con la de inventario abierto/ cerrado30, ofrece, entre los extre- (figura 3)
mos, casos cuya integración en uno u otro grupo sería discutible: nos referimos a adver-
bios como lejos, cerca, pronto, tarde, temprano, siempre, incluso hoy, ayer, mañana, etc., Esta segunda clasificación nos muestra un estrecho paralelismo entre los nombres y
que caracterizaremos con los rasgos [+léxico] y [+gramatical], desdoblando la oposición31 , los pronombres (substantivo/ adjetivo/ adverbio vs. pronombre substantivo/ pronombre
con lo que tendríamos:
36 37
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de la oración, categorías verbales y clases de Palabras
determinante/ pronombre adverbial o adverbio pronominal). De ella surgen tres clases de pio, ha sido retomado por Ana Mª Barrenechea (1969, 25-26), a nuestro entender con buen
adverbios (o cuatro si desdoblamos la oposición [±léxico]), agrupables de varias maneras: sentido, si bien no estarnos del todo de acuerdo con su caracterización33 •
dos nominales32, de ellos uno léxico y el otro gramatical, frente a un tercero no nominal, Muchas otras clasificaciones se podrían hacer de acuerdo con la mayor o menor rele-
o bien, como hemos procedido más arriba, uno léxico y dos gramaticales, de los cuales vancia que le otorguemos a cada rasgo distintivo, elevándolo entre las ramas del stemma.
uno es nominal y el otro no. De ambas maneras se puede ordenar la siguiente matriz de Vamos a concluir este capítulo con una nueva clasificación posible que nos permitirá
rasgos: apuntar otra línea de estudio referente al adverbio. Dejaremos de lado las palabras no sin-
tagmáticas y la interjección:
Léxico Nominal - enunciativas
De entre ellos, los adverbios anominales (quizás, acaso, incluso, también, no, etc.), Adverbio verbo Pronombre Pronombre Substantivo Adjetivo
anominal substantivo determinante
que en gran medida coinciden con los "nocionales" de Alarcos (1978, 223), son claramen-
te diferentes de los otros dos grupos, los nominales. La clasificación que estamos comen-
tando ahora aparentemente presenta a aquéllos como correlatos gramaticales del verbo, lo (figura 6)
cual, evidentemente, no es cierto. Para evitar esta falsa correspondencia podemos intentar
La categoría del adverbio, al menos la de los adverbios nominales, ha desaparecido
dar mayor relevancia a una serie de rasgos del verbo ([±variable]) o, incluso, desdoblar la
como clase de palabras. En esta concepción el adverbio nominal aparece en la subcate-
oposición [±nominal] en [±nominal]/[±verbal], todo ello a fin de diferenciar claramente al
gorización del substantivo y del pronombre substantivo ("substantivo autónomo", fosili-
verbo de los adverbios anominales. Ocurre, sin embargo, que conforme ampliamos el
zado en la función de complemento circunstancial como característica propia) o del adje-
número de rasgos pertinentes aumenta paralelamente el número de clases posibles y de tivo (De Groot: 1948, 479-480; Lyons: 1966, 219).
casillas vacías. En el presente caso, la sucesión de los rasgos anteriormente desdoblados
originaría, entre otras, la siguiente posibilidad: ***
En las páginas anteriores hemos comprobado que son factibles diversas clasifica-
- enunciativas
ciones de las palabras de acuerdo con una serie de características o "rasgos distintivos"
- verbal +verbal que, en líneas generales, hemos mantenido constantes (dándoles el mayor rendimiento
- nominal +nominal - nominal +nominal funcional posible) para demostrar que las divergencias que existen entre unas y otras gra-
máticas ni siquiera necesitan fundamentarse en la utilización de criterios distintos. Basta
1
1
Adverbio Nombre, pronombre. Verbo Infinitivo. gerundio combinarlos de distinta manera.
anonimal adverbios nominales participio En segundo lugar, hemos observado que el adverbio puede admitir una consideración
(figura 5) diversa de acuerdo con la jerarquización de criterios que se adopte (formando una única
clase, dividido en dos o más). En particular, pudimos establecer tres grupos adverbiales
la cual daría lugar al establecimiento de las formas nominales del verbo como una clase tomando como dominantes los rasgos [±nominal] y [±léxico] (o cuatro si desdoblamos
léxica, subcategorizable en tres miembros paralelos a los de substantivo, adjetivo y adver- esta última oposición).
bio. Este desgajamiento que, como vimos, la gramática tradicional aceptó para el partici-
En opinión de A. Mª Barrenechea,
33
32
Considerarlos nombres y pronombres depende de dónde situemos dichas etiquetas: debajo de [+nomi- Los "verboides" son palabras de doble función simultánea: 1) Función propia de sustantivo,
nal], con lo que el nombre y el pronombre estarían integrados por tres clases de palabras: sustantivo, adjetivo, adjetivo o adverbio y 2) régimen verbal (id., 26).
adverbio y pronombre sustantivo, determinante y pronombre adverbial, respectivamente, o bien debajo de Como recordaremos, nos parece más plausible la caracterización de estas unidades como verbos con
[+variable] con lo que, aun siendo palabra nominal, el adverbio no pertenecería propiamente al nombre ni al capacidad transpositora de la cláusula que introducen (no como sustantivos, adjetivos o adverbios de régimen
pronombre. verbal).
38 39
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Las partes de Ja oración, categorías verbales y clases de Palabras
De la misma manera, las demás clases de palabras también pueden agruparse de Gran cantidad de problemas se resolverían de esta manera, pero no todos. Ahora el
diferentes formas. Para resolver estas dificultades sería posible adoptar una sistematiza- orden de los rasgos no importa demasiado. Se nos siguen presentando, sin embargo, las
ción de tipo componencial que nos ofreciera una matriz de rasgos como la del cuadro opciones, que hay que justificar, de por qué seleccionamos un rasgo y no otro, de si des-
siguiente (figura 7), tomado de la fonología binarista. Con ello cada unidad vendría doblamos el rasgo [±nominal] y por qué, de si añadimos el rasgo [±transpositor] ...
determinada por un haz de rasgos distintivos que la opondría una a una a las demás uni- Obsérvese, además, que el cuadro anterior ha sido confeccionado de modo apriorístico:
dades del sistema. han sido señalados los rasgos correspondientes a las clases de palabras que ya habíamos
sintagmática + + + + + + +
determinado con anterioridad. En realidad, lo razonable hubiera sido partir de los rasgos
enunciativa (-) + - para llegar a las clases. Si hubiéramos procedido así, sin embargo, nos hubiéramos
léxica (-) (±) + + - +
encontrado con la sorpresa de que la mayoría de las casillas resultantes habrían quedado
nominal
variable
(-)
(-)
(-)
(-) + --· + + +
+
+
+ vacías. Cada nuevo rasgo multiplica por dos las casillas preexistentes, de manera que con
Prep. Interj. Verbo Adv. Adv. Adv. Nombre Pron. los cinco rasgos arriba utilizados se formarían treinta y dos clases de palabras, y todavía
conj. anominal (-mente) pronom.
no habríamos diferenciado al substantivo del adjetivo. Si añadiéramos el rasgo [±verbal]
(figura 7) aparecerían sesenta y cuatro casillas, de las cuales solamente cubriríamos una más (la de
las formas nominales del verbo). Lo mismo ocurriría si incluyéramos la característica
Aplicando los principios del análisis fonológico concluiríamos que nombre y verbo [±transpositor], con la agravante de que llegaríamos a ciento veintiocho casillas para una
se oponen directamente por cuanto todos sus rasgos distintivos son idénticos salvo uno docena escasa de clases de palabras. Todo ello ocasiona el determinismo del gramático,
([±nominal]), el pronombre se opone al pronombre adverbial por el rasgo [±variable], pro- que selecciona, con mayor o menor acierto según época u escuela, aquellos rasgos que le
nombre y verbo no se oponen ya que tienen más de un rasgo distintivo diferente (las pala- parecen más caracterizadores de una unidad.
bras nominales se oponen en bloque a las verbales), etc. 34 • Lo que ocurre, a decir verdad, es que incluso en un sistema matricial como el apun-
tado en la figura 7, también los rasgos han de aparecer jerarquizados (piénsese en el
}4 Incluso se podrían establecer haces correlativos: sustantivo/ adjetivo/ adverbio= pronombre sustanti-
sistema fonológico), de manera que una unidad no se opone a todas las demás, ni siquie-
vo/ determinante/ pronombre adverbial= infinitivo/ participio/ gerundio. ra a las más próximas, sino a una sola. Esta pareja se opondrá en bloque a otra unidad y
Esta manera de proceder (propia del funcionalismo) es de uso frecuente en la GGT a partir de Chomsky así sucesivamente. Por ello, los rasgos pertinentes no se combinan todos con todos dando
(1970). La visión parcial de éste, pues sólo se aplicaba a las categorías de nombre (N), verbo (V) y adjetivo lugar a la infinidad de posibilidades que del párrafo anterior se desprende, sino que
(A) de acuerdo con el desdoblamiento de los rasgos [±N] y [±V], dejaba una casilla vacía que ha sido ocupa-
da en desarrollos posteriores por la preposición (P) y, a veces, también por el adverbio (véase más adelante muchos de ellos solo se aplican a una pareja o a un número limitado de unidades. El con-
§2.3.3.). cepto de dominancia (A. Veiga Arias: 1984) entre los rasgos distintivos es el que esta-
En Jackendoff (1977, §3.2) el sistema se aumenta hasta aislar diez categorías, agrupables en cuatro blece estas jerarquizaciones en los estudios fonológicos de acuerdo con unos criterios
mayores de acuerdo con su comportamiento ante una matriz de cuatro rasgos jerarquizados: [±Subj], [±Obj], objetivos (progresión en las neutralizaciones) que también en sintaxis convendría justifi-
[±Comp] (según admitan o no sujeto, complemento directo o algún otro tipo de complemento) y [±Det] (deter-
minante): car. Con ello el análisis componencial vendría a coincidir con el que realizamos en for-
Subj Obj Comp Det
ma jerarquizada.
Cualquiera que sea el modo de representación que adoptemos, este tipo de justifi-
Verbo + + +
Modal + +
cación de las clases de palabras ofrece unas indudables ventajas sobre otros tipos de
definiciones. Como cada unidad viene definida por una serie de rasgos, se podrá encua-
+
Preposición
Partículas +
+ drar en una serie de clases caracterizadas en bloque por la posesión de dicha marca dis-
tintiva. Así, la /mi pertenece a la clase de las consonantes, de las nasales, de las bilabia-
Nombre + + les, de las sonoras, etc. En el primer caso se agrupará con el resto de las consonantes fren-
Artículo + +
Cuantificador + te a las vocales, en el segundo con el resto de las nasales en oposición a las orales, etc. De
la misma manera, un adverbio en -mente pertenece a las clases sintagmática, no enuncia-
Adjetivo +
Gradativo +
tiva, léxica, nominal, no variable. El rasgo [+léxico] lo opone a los adverbios pronomi-
Ad verbio nales, por ejemplo, y así podríamos proceder con el resto de las unidades.
(Obsérvese que el adverbio es el miembro no marcado por excelencia). Desde este punto de vista, la clase de los adverbios quedaría configurada por los
rasgos [+sintagmático] y [-variable]. Si observamos todos los esquemas establecidos en
40 41
EL ADVERBIO EN ESPAÑ OL
este capítulo, en todos aparecen estos como los rasgos que comparten todos los adver-
bios. En los capítulos sucesivos trataremos de determinar si sobre esta base se puede
constituir una verdadera clase morfofuncional o si, dado el carácter meramente formal
del rasgo [±variable]35 , no sería preferible integrar dentro del adverbio exclusivamente a
las unidades [+sintagmáticas] y [+nominales], englobándolo, junto con el substantivo y
el adjetivo, dentro de la archiunidad nombre (y su paralelo, el pronombre). Como conse-
cuencia, los adverbios anominales habrían de constituir una nueva clase aparte.
2. EL ADVERBIO EN LA TRADICIÓN GRAMATICAL.
2.1.1. Submodificativo
Así, por ejemplo, la definición citada más arriba, que culmina en la teoría de los
rangos (Bello y Jespersen), será retomada por L. Hjelmslev, Karcevskij y, más reciente-
mente, por otros autores funcionalistas (P. Carbonero, Vera Luján) o de la
35
De la misma manera, todos los fonemas son obligatoriamente sonoros o sordos y, sin embargo, éste
parece no ser un rasgo distintivo en nuestra lengua (Vid. Alejandro Veiga: 1985, 271-282). ' García Tejera: 1984, passim.
42 43
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
psicosistemática (Guillaume, Moignet). Incluso habrá autores tradicionales que vayan 2.1.2. Paralelismo adjetivo-adverbio
más allá ampliando el carácter modificador del adverbio a las preposiciones (Miguel Una constante en la tradición gramatical desde Prisciano es la asimilación del adver-
Iglesias y Diego) o a las demás partes del discurso, salvo la conjunción (Salvá), e inclu- bio al adjetivo4 • El adverbio es considerado como una especie de adjetivo verbal5.
so a la oración entera (Lenz). 2 El fundamento de dicha equiparación se encuentra en los paralelismos que las gra-
Como veremos más adelante(§ 2.2.2.2.), es cierto que la consideración del adver- máticas repiten insistentemente comparando parejas del tipo de las siguientes: comida
bio como palabra de rango terciario supone una superación de deficiencias de la defini- buena/comer bien, muchos paseos/paseamos mucho, etc. (R.A.E.: 1931, §166b).
ción tradicional (aunque no de todas, al menos tal como ha sido manejada por la mayo- En algunos casos extremos puede llegarse a la plena identificación entre ambas cla-
ría de los autores), pero no es menos cierto que, en última instancia, decir que el adver- ses. Así sucede en la 13ª edición de la G.R.A.E. (1874), la primera en que se reconoce la
bio modifica al adjetivo, al verbo o a otro advérbio es equivalente a decir que es una pala- ampliación del carácter modificador más allá de los límites del verbo:
bra de rango terciario. En vista de tantas analogías, no andan desacertados los gramáticos que consideran
Hemos mencionado en otras partes de este trabajo que en buena medida la gramáti- el adverbio como una forma del adjetivo, ó como un adjetivo especial é indeclinable,
ca tradicional es más operativa que teórica. Este carácter se manifiesta con toda su evi- destinado á calificar los verbos y los participios, á la manera que los adjetivos califican
dencia en el adverbio. Así, por ejemplo, partiendo de la definición tradicional es práctica- á los substantivos (R.A.E., 1874, 158; apud García Tejera: 1984. 194).
mente imposible llegar al corpus de adverbios que los diccionarios nos ofrecen como com-
plemento de las gramáticas. Parece como si los gramáticos tradicionales supieran clara- Evidentemente, esta postura está emparentada con una consideración restrictiva del
mente qué es un adverbio, cómo descubrirlo e identificarlo, pero se muestran incapaces de adverbio a la función de modificador verbal:
dar una definición más adecuada. (2) substantivo _.. adjetivo
R----
En efecto, la definición tradicional es terriblemente ambigua. En primer lugar no verbo ,.. adverbio
especifica claramente si para que una palabra sea considerada adverbio ha de poder Pudiera parecer que en cuanto ampliáramos el alcance modificador del adverbio a
modificar tanto a verbos como a adjetivos y adverbios (disyunción inclusiva) o basta otras clases de palabras
con que pueda modificar a alguna de esas tres categorías (disyunción excluyente). Si
(3) substantivo ......_ __ adjetivo
optamos por la primera opción el número de unidades que cumplirían las tres condicio-
nes sería mínimo (quedaría reducido prácticamente a los cuantificadores y modificado- • .
veio------ adverb10
res universales). No serían adverbios, por ejemplo, lejos, que difícilmente modifica a un
adjetivo; pronto, incapaz igualmente de modificar a un adjetivo o a otro adverbio ni dicho paralelismo habría de ser matizado. No ocurre tal cosa, sin embargo. La respuesta
aquellas unidades que, como evidentemente, afortunadamente o ciertamente jamás de la gramática tradicional se reduce a la ampliación del carácter modificador (adjetivo)
modifican directamente a un verbo porque se han especializado en la función de modi- del adverbio "a toda palabra que tenga un sentido calificativo o atributivo" (R.A.E.:
ficador clausal: 1931, §166b).
Una consecuencia natural de todo ello se manifiesta en que las principales
(1a) *Lo demostró evidentemente
clasificaciones del adverbio en el ámbito de la gramática tradicional (y también de algu-
(1b) Lo demostró, evidentemente.
Si, por el contrario, optamos por la segunda postura, los límites entre lo que es o no
es adverbio quedan muy diluidos: cualquier substantivo o pronombre puede modificar a 4
Dice Nebrija, que sigue muy de cerca las definiciones de los gramáticos latinos:
un verbo (pues las funciones de complemento directo, indirecto y circunstancial son de ! llama se adverbio, por que común mente se junta e arrima al verbo, para determinar algu-
modificación verbal3). La principal diferencia entre dichas clases de palabras sería de na qualidad en él, assí como el nombre adjectivo determina alguna cualidad en el nombre subs-
índole exclusivamente formal, material ("parte invariable de la oración ...") y ya hemos tantivo (cit. apud García Tejera: 1984,186).
hablado de la relativa importancia de tal criterio. s Prisciano sitúa el origen de esta relación en los estoicos (Pinkster: 1972, 37). El propio Pinkster indi-
ca que
In the Roman theory it can be found as early as Varro L. 8, 12, within a different framework
originating from Aristotle (. .. ). He observes that within the category of no un and verb we candis-
2
Vid. más abajo §2.l.3; Salvá (1830, §10.2.1.), Lenz (1935, §§140 y 147). tingish primary and secondary members, homo and doctus, scribit and docte (. ..), respectively
3
Véase, por ejemplo, Gili Gaya (1961, §50). (ibidem).
44 45
El adverbio en la tradición gramatical
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
nos autores estructuralistas) se fundamentan en las del adjetivo: como éste, los adverbios la misma categoría (Juan llamó a María desde Londres, la llamada a María, la llamada
pueden ser calificativos y determinativos. desde Londres; se presentó aquí, su presencia aquf). Finalmente, en otros casos se produ-
Pero no sólo la gramática tradicional acepta esta equiparación. Como enseguida ce un cambio de categoría: Él llamó recientemente, su reciente llamada.
veremos, importantes autores de la gramática estructural y de la G.G.T. (esto último no es Dentro de los límites señalados aquí arriba, el mencionado paralelismo se puede
extraño habida cuenta de que en su seno, siguiendo el ejemplo temprano del propio mantener, pero se explica mejor dentro de un marco más amplio, que tenga en cuenta las
Chomsky, se revalorizó gran parte del bagaje de la tradición gramatical) mantienen ese demás clases de palabras (teoría de los rangos).
paralelismo, incluso llegando a las últimas consecuencias de la integración de adjetivo y
adverbio en una única clase de palabras.
Sin necesidad de llegar a estas posturas-'extremas, no se puede negar un cierto paren- 2.1.3. Adverbio y frase preposicional.
tesco entre ambas clases de palabras (limitado, claro está, a ciertos adverbios). La vincu- Una tercera línea de investigación, si bien no tan extendida y antigua como la anterior,
lación entre la estructura de la cláusula (determinada por el verbo) y la de la frase subs- es la que liga al adverbio (sobre todo -pero no exclusivamente- los terminados en -mente)
tantiva es más complicada de lo que nos muestra el simple esquema (2). con frases preposicionales. García Tejera señala el origen de esta corriente en Condillac, del
Una construcción como la siguiente que reproduce el siguiente fragmento (García Tejera: 1984, 195):
...el adverbio es una expresión abreviada equivalente a un nombre precedido de una
(4) Juan caminó ayer/esta tarde penosamente por entre las rocas. preposición... : cuerdamente que significa con cordura, más que significa en mayor
cantidad.
nos presenta un PREDICADO -caminó- modificado por cuatro actantes de distinta natu- Esta corriente de pensamiento tuvo bastante difusión en el siglo XIX entre los gra-
raleza (substantivos, adverbios, frases preposicionales, frases nominales). En la corres- máticos de la lengua castellana, de manera que, por ejemplo, José Gómez Hermosilla
pondiente construcción nominal, en algunas ocasiones, dados ciertos requisitos6 , los ad- incluye al adverbio "entre las palabras que significan simples relaciones" (García Tejera:
verbios encuentran correlato en adjetivos (la caminata penosa). Pero en otros casos nos 1984, 198 y ss.), adelantándose a posturas recientes como la de A. López García (1977,
hallarnos ante frases preposicionales (la caminata de ayer) o incluso se mantiene el mismo 140-141), y afirma que:
adverbio7 • •
En muchas lenguas se omiten las preposiciones en ciertos casos y van como embe-
Las frases substantivas formadas por substantivos deverbales pueden, como vemos,
bidas en la palabra que enuncia el 2º término, la cual entonces se llama adverbio por-
mantener los mismos argumentos que el verbo correspondiente: éstos, en unos casos reci- que generalmente se coloca cerca del verbo. Así, en esta frase castellana "amar con
ben una marca nominal, de (el sujeto siempre, el complemento directo y complemento ternura" la preposición está explícita, pero en esta otra "amar tiernamente" está como
circunstancial en ocasiones: Juan compró pescado ayer, la compra de Juan, la compra de incluida en la última palabra, la cual equivale á la expresión "con mente tierna" (apud
pescado, la compra de ayer), pero en otros casos se mantiene la misma marca funcional y García Tejera, id., 199).
47
46
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
Tales adverbios [en -mente] se han de considerar como oraciones compendiadas y De todos es sabido que uno de los fundamentos de la sintaxis tradicional es la equipa-
reducidas a su menor expresión, por no ser menester circunloquios para que sea cabal- ración de las formas no personales del verbo con las categorías nominales mayores (infiniti-
mente comprendido el pensamiento de quien habla o escribe'º. vo-substantivo, participio-adjetivo, gerundio-adverbio). La similitud es innegable, pero tam-
bién aquí como en los casos anteriores deben tenerse en cuenta las suficientes precisiones.
La mayoría de los gramáticos tradicionales que hemos mencionado identifica adver-
Más que de una equiparación gerundio-adverbio se debe hablar de una vinculación
bio y frase preposicional (compendiada) pero, con todo, mantiene clara la distinción entre entre algunos adverbios (sobre todo de modo y tiempo) con los gerundios:
adverbio y preposición. En palabras del obispo Arbolí: Así, en las siguientes cláusulas citadas por S. Gili Gaya, los gerundios (mejor, las
[El adverbio] es una palabra que expresa relacion juntamente con su término. En lo cláusulas introducidas por gerundio) desempeñan las mismas funciones que los adverbios
cual se diferencia de la preposicion, pud esta expresa la relacion con independencia del que hemos añadido entre paréntesis:
término relacionado: mas en el adverbio no sucede asi. El adverbio es una voz compues- (5) Habla gritando (alto/ despacio/frenéticamente).
ta, una forma elíptica que equivale á la relacion mas su régimen ó complemento (apud (6) Habiendo entrado el director (entonces) se pusieron todos a trabajar.
García Tejera: 1984, 200-201).
En el capítulo anterior ya apuntamos la explicación que nos parece más pertinente
Un paso más en la misma línea nos lleva, sin embargo, a la equiparación del adver- para justificar estas semejanzas. Según nuestra visión, las formas no personales de los ver-
bio con la preposición. Ésta, apuntada en autores del último período de la gramática tra- bos han de ser entendidas como unidades bifuncionales, al igual que los relativos. Su
dicional (preestructurales) como O. Jespersen, continuada por autores estructurales como doble función no estriba, sin embargo, en que sean simultáneamente substantivos, adjeti-
Hjelrnslev (en este punto seguidor casi literal de aquél), adquiere gran desarrollo a partir vo o adverbios más verbos'2, lo cual es imposible si esta clasificación se establece sobre
de los 70 en las últimas derivaciones de la G.G.T. bases equipolentes. Su bifuncionalidad radica en que (salvo metábasis) son verbos (y por
tanto desempeñan la función de PREDICADOS) y, además habilitadores (función de
RELACIONANTES, la cual no coincide exactamente con la de transpositores del funcio-
2.1.4. Adverbio y gerundio nalismo ni con la de complementadores de la G.G.T.).
Dice S. Gili Gaya (1961, §146): De esta manera, las dos funciones que en
La función más general del gerundio es la de modificar al verbo como un adverbio (7a) Prometió que vendría en verano.
de modo: contestó llorando, viene volando, pasa corriendo, habla gritando. En estas (8) Habla como suele hacer cuando se enfada.
frases, llorando, volando, corriendo y gritando expresan maneras de producirse la se resuelven en dos clases de palabras diferentes, conjunción-adverbio relativo y verbo
acción verbal a que se refieren11•
personal, en
(7b) Prometió venir en verano.
'º Con anterioridad -aptdo. l 7lc- "llegó EFECTIVAMENTE a mis manos tu carta" viene a equivaler a
(5) Habla gritando
"lo mismo que llegó con efecto, la recibí como tú deseabas, llegó como fué tu propósito que llegase".
confluyen en una sola unidad léxica, el infinitivo o el gerundio:
11
El Esbow (§3.16.7a) copia casi literalmente el párrafo, alguno de cuyos ejemplos se remonta a V.
Salvá (1830): (8a) (5b)
cláus. cláus.
Obsérvese, por fin, que el gerundio ejerce en muchos casos los oficios de adverbio, como
Paseaba galopando; No le hables gritando (ibid., §16.17). PRED. e.e. PRED. e.e.
Por otra parte, descendiendo al origen de esta identificación, Carisio recuerda que Plinio el Viejo con- 1 1 1
v. cláus. v. nus.
sideraba que las formas de gerundio como dicendo, legendo, dicendi , legendi (ablativos y genitivos respectiva-
mente) eran adverbios de manera (Pinkster: 1972, 42). La misma consideración tuvo el supino por parte de
REL. e.e. PRED. e.e. REL. PRED.
algunos autores (ibid.). L,--------J 1 1 L-,---J
Más recientemente, Kuryl'owicz (1964, 31) señala también que adv. re!. v. cláus. v.
The gerund is conceived as an adverb in so far as it represents a subordinare clause denoting 1 1 1 1
the circumstance of the action (time, cause, aim, etc.) (apud Pinkster: 1972, 42). Habla como suele hacer cuando... Habla gritando
Para Pinkster tales observaciones, que él rechaza, provienen de una confusión entre función y catego-
ría. La crítica nos parece acertada. 12
Como piensa A. Mª Barrenechea (1963).
48 49
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
Ahora bien, infinitivo, gerundio y participio son subclases distintas. Esta distinción del tipo de restablecido, en forma, etc. (y exclusivamente los adverbios del tipo de bien,
no sólo obedece al valor aspectual propio de cada forma sino también a la diferente habi- excelentemente, etc.) '4 •
litación que le otorga su carácter relacionante. El infinitivo, gerundio y participio habili-
tan a una cláusula para desempeñar funciones parcialmente distintas.
Lo hasta aquí expuesto no es incompatible con la visión tradicional: bastaría añadir 2.2. EL ADVERBIO EN LA GRAMÁTICA ESTRUCTURAL
que infinitivo, participio y gerundio permiten que una cláusula, en su totalidad, funcione
La mayor parte de las aproximaciones estructurales al adverbio toma como punto de
respectivamente como substantivo, adjetivo o adverbio. La equiparación, sin embargo, no partida su vinculación formal o semántica con palabras pertenecientes a otras categorías
es tan simple. Como buena parte de la gramática funcional ha demostrado y remarcado 13 , (adjetivos, pronombres, nombres, etc.). En líneas generales, de acuerdo con la interpreta-
no existe una vinculación directa y biunívo¿a entre función y categoría. Las cláusulas ción que se dé a tales parentescos, los estudios inscritos en esta corriente se pueden agru-
introducidas por gerundio pueden desempeñar determinadas funciones: algunas coinciden par en dos posturas claramente diferenciadas:
con las propias de los adverbios (o mejor alguna clase de adverbios), pero otras no. Las 2.2.1. Los adverbios son variantes de dichas categorías. En consecuencia no han de
gramáticas tradicionales dan clara cuenta de estas funciones pero, dado que se parte de que ser tratados propiamente como una clase de palabras sino como una pseudocategoría.
la función primaria del adverbio es la de modificador verbal y dado que (dentro de deter- 2.2.2. Los adverbios están relacionados con los adjetivos, pronombres, etc. pero no
minadas restricciones temporales y aspectuales) las cláusulas de gerundio desempeñan pueden ser considerados variantes suyas.
con mucha frecuencia tal función, la equiparación ya está servida.
Hay, por tanto, funciones que pueden desempeñar adverbios y cláusulas de gerundio
(y también otras clases de palabras), pero, igualmente, hay funciones características del 2.2.1. Los adverbios como variantes de otras categorías.
gerundio que el adverbio rechaza (y viceversa). Así, por ejemplo, para la función de com-
Según la primera postura los adverbios son variantes flexivas de otras unidades;
plemento predicativo del C. D. en una cadena como la siguiente:
según la segunda son palabras derivadas. Aunque ésta es la visión predominante en la gra-
corriendo mática estructural, no faltan ejemplos antiguos que se decantan por aquélla. Las discusio-
sano nes sobre las ventajas de la opción flexiva sobre la derivativa se han centrado sobre todo
(9) Pronto te veré bien en las relaciones entre adjetivos y adverbios. Dentro de esta línea de análisis hay todavía
abogado varias versiones, que agruparemos en dos principales:
*alegremente/ *elegantemente/ *sanamente... l. Adverbios y adjetivos son formas del mismo lexema 15 adjetivo.
formando parte de la misma clase paradigmática que las cláusulas de gerundio, aparecen La segunda precisa más el tipo de vinculación:
substantivos y adjetivos. También adverbios de modo, pero solamente un grupo muy limi- 2. Todas las clases de adverbios (sean adjetivos, pronominales, etc.) son formas
tado (véase §3.2.1.) que se adjetiviza con facilidad (bien equivale a sano). Pero no se casuales de dichas palabras.
puede afirmar que los adverbios de modo, como clase, puedan alternar en contextos como
éstos con las cláusulas introducidas por gerundio. De ahí la ambigüedad de
(10) Lo veo perfectamente,
1
•En § 3.1.2. analizaremos con mayor detalle las relaciones entre los complementos circunstanciales de
determinada por la función del adverbio en -mente: si es complemento circunstancial d~
modo y los predicativos.
modo ha de ser interpretado como 'sin distorsión de la imagen' y puede ser sustituido por
'' Para esta utilización del término lexema veáse, por ejemplo, Lyons (1968, 204):
otros adverbios o frases preposicionales del tipo de claramente, nítidamente, sin dificul-
Desde el momento en que muchos lingüistas emplean ahora el témino «palabra» para aludir
tad, etc. Por el contrario, si se trata de un complemento predicativo tendrá el significado a unidades fonológicas u ortográficas (. .. ) o a las unidades gramaticales que representan (. .. ),
de 'sano' u otro equivalente y podrá ser sustituido por adjetivos y frases preposicionales nosotros introduciremos otro término, el de lexema, para indicar las unidades más «abstractas»
que aparecen bajo diversas «formas» flexiona/es en función de las reglas sintácticas concer-
nientes a la generación de oraciones. Los lexemas los distinguiremos notacionalmente de las pala-
13 Véase, por ejemplo, G. Rojo y T. Jiménez Juliá (1989), defendiendo una línea que arranca de la tag- bras mediante letras capitales. Así, la palabra ortográfica cut representa tres «formas» flexiona-
/es distintas (es decir, tres palabras gramaticales distintas) del lexema CUT.
mémica.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
No necesita mayor comentario. El hecho de que la misma raíz se utilice para adjeti- En cuanto a la terminación adverbial de dichas variantes discute Bos si se trata de un
vos y adverbios unido a la posibilidad de recibir ambas clases de palabras morfemas de paramoifema (unidad formal sin valor semántico "mais qui rend le mot susceptible d'une
grado es razón suficiente para que se las pueda agrupar en una sola: el adjetivo. certaine fonction syntaxique" (id., 120), es decir, una unidad meramente concordante) o
La gradación ocupa un lugar importante en la argumentación de De Groot y más aún de un morfema flexivo (con valor semántico constante 19). La investigación demuestra que
en algún estudio posterior fundamentado en sus ideas. Nos referimos a Gijsbertha. F. Bos esta segunda solución es la verdadera:
(1967). C' est qu 'il a la fonction sémantique constante: a la maniere indiquée par la racine
G. F. Bos distingue cuatro tipos dentro de los tradicionalmente llamados adverbios de l'adjectif, qui est en effet en rapport avec l'aspect sémantique grammatical des adjec-
(id., 115): tifs de qualité graduable, parce que la qualité d'un 'proces' est la maniere dont ce
·f
proces s'accomplit (id., 122).
a) Adverbios formados regularmente sobre la misma raíz que los adjetivos por medio
de las desinencias -e e -(i)ter. La consideración de los adverbios (sean los nominales o solamente los de modo)
b) Adverbios formados sobre la misma raíz que adjetivos pero con otras termina- como forma flexiva del adjetivo presenta, sin embargo, una serie de problemas que hacen
ciones o de manera irregular (tipo bene). difícil su viabilidad, en el seno de una gramática estructural al menos.
c) Adverbios pronominales como hic, ibi, illic. En primer lugar, estos estudios vinculan al adverbio exclusivamente con el verbo,
d) Un gran número de adverbios formados de otras maneras. olvidando otras funciones quizás más propiamente adverbiales. Si incluimos éstas, nos
Para G. F. Bos (id., 118-9) el grupo c) forma parte, de acuerdo con su concepción de vamos a encontrar con casos en los que se nos hace imposible explicar la aparición del
clases de palabras 17 , de la más amplia clase de las palabras deícticas (significado catego- adverbio dentro de este marco. En él construcciones como la siguiente serían agramati-
rial de la raíz). El grupo d) probablemente se haya de descomponer "en un certain nombre cales:
de nos parties du discours" (id., 119). ( 11) Solamente María quedó medio convencida.
El grupo que le interesa a esta autora es el formado por a) y algunos adverbios de b) ( 12) Empezaron el trabajo únicamente Juan y Pedro.
de idéntico comportamiento. Estos adverbios comparten con ciertos adjetivos el aspecto por cuanto su fundamento radica en la distribución complementaria de las variantes adje-
semántico de una raíz común y también la característica de admitir los grados de compara- tiva y adverbial: con verbos y adjetivos se esperaría la segunda:
ción. La conclusión es que los llamados adverbios de modo
(13) María quedó solamente medio convencida.
ne forment pas de partie du discours a part, dite 'adverbe'. Ils appartiennent a la (14) Juan y Pedro únicamente empezaron el trabajo.
partie du discours dite 'adjectif', ces adjectifs ayant comme caractéristique pour l'em-
ploi adverbial une terminaison propre (id., 120). Con substantivos la primera:
(15) *Sola María quedó satisfecha.
Tal clase de palabras, en concreto, es una subcategoría de la más general del adjeti-
(16) *Únicos Juan y Pedro empezaron el trabajo.
vo, cuyo aspecto semántico común se puede definir en términos de cualidad graduable de
cualquier tipo 18 : Pero es que, además, en ocasiones adverbios y adjetivos pueden aparecer en el
Avec altus, asper, etc. on nomme alors la qualité graduable d'une chose (aspect mismo contexto en posiciones propias de oposición funcional, como lo demuestra el cam-
sémantique catégorial des substantifs); avec alte, aspere, etc., la qualité graduable d'un bio de significado establecido por la concurrencia de una u otra unidad: es el caso de los
proces (aspect sémantique catégorial du verbe), c.-a-d. la maniere dont ce proces adverbios que denominamos modificadores universales. Estos también pueden modificar
s'accomplit (id., 119-120). a un substantivo con lo que se produce la consiguiente oposición: cfr.
1
• Literalmente:
11
La misma que mantiene De Groot:
Une partie du discours comme catégorie grammaticale est définie comme un ensemble de Par morpheme flexionnel nous entendons un aspect de forme qui a une fonction sémantique
mots ayant en commun un aspect sémantique de la racine et des caractéristiques comme «correla- constante qui est en rapport avec un aspect sémantique commun d'une catégorie grammaticale
donnée. C'est done une caractéristique de cette catégorie grammaticale que les racines de celle-
ta» de cet aspect sémantique (id., 119).
ci peuvent erre combinées avec le morpheme flexionnel en question; en général on exprime cela
"Frente a la otra subcategoría formada por los adjetivos no graduables, por ej ., ligneus, hestemus, etc. en disant que taus les membres de cette catégorie ont ce morpheme flexionnel; p. e. chaque verbe
a un imperfait (id., 120).
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(17a) Únicamente María vive aquí. Groot cree. En segundo lugar, lo que es más grave, muchos adverbios que se comportan
( l 7b) La única María, vive aquí. como los terminados en -mente no tienen base adjetiva de la cual poder ser considerados
(18a) Tenemos exclusivamente modelos de lujo. variante. En tercer lugar, muchas veces entre un adjetivo y la forma adverbial correspon-
( l 8b) Tenemos exclusivos modelos de lujo20• diente existe un cambio de significado, lo cual es un fenómeno frecuente en la derivación
Finalmente, también es posible encontrar casos en que adverbios y adjetivos no están en pero raro en la flexión (Pinkster: 1972, 70): lat. sanus-sane, esp. práctico-prácticamente,
distribución complementaria sino más bien libre: ejemplos del tipo de material-materialmente, seguro-seguramente, justo-justamente, preciso-precisamente. Lo
mismo podemos decir a propósito de otras muchas irregularidades de distinto carácter que
(19) El niño dormía tranquilo/plácidamente.
se comprueban en la relación adjetivo-adverbio: grande/grandemente pero pequeño/*pe-
(20) Lo encontré desanimado/estupendamente.
(21) •
El hoy/actual primer ministro.
queñamente, cristiano/cristianamente pero musulmánl*musulmanamente , etc .
Por otra parte, como hemos apuntado más arriba, el partir fundamentalmente del cri-
nos muestran que las dos clases de unidades pueden aparecer desempeñando la misma terio semántico en el establecimiento de las clases de palabras nos lleva, algunas veces, a
función: en (19) y (20), aunque aparentemente entran en juego dos funciones distintas (C. conclusiones contradictorias con los datos que la morfología y la sintaxis nos ofrecen. De
PVO. y C. CIRC.), el adjetivo y el adverbio ocupan la misma casilla funcional (digamos nuevo la explicación de De Groot no nos puede satisfacer. Es más, según algunos autores
archifunción) como lo demuestra su incompatibilidad han notado, si partimos del significado categorial de la raíz no tiene sentido llamar a los
(19a) *El niño dormía tranquilo plácidamente. adverbios variantes de los adjetivos. Se debería hablar mejor de "adverbial and adjectival
(20a) *Lo encontré desanimado estupendamente. forms of one lexeme which is inflected in accordance whit adverbial and adnominal cons-
truccions" (Pinkster: 1972, 70). Coseriu ha demostrado en varios lugares (véase, por ej.,:
Si tanto adverbios como adjetivos pueden compartir los mismos contextos la base 1972, §3.3.2.) que las raíces frecuentemente no son categoremáticas. La raíz oscur-, por
argumental se nos desmorona. ejemplo, no es adjetiva ni substantiva ni verbal ni adverbial (oscuro, oscuridad, oscure-
El origen del problema radica en que se crean unas clases de palabras fundamentadas cer, oscuramente). Son las palabras correspondientes las que se pueden llamar categoria-
principalmente en el criterio formal. Se tienen en cuenta sobre todo (o únicamente, según les21 . Si la base de nuestro análisis de las clases de palabras es el significado radical (como
los autores) aquellos adverbios formados sobre raíces comunes con adjetivos, olvidando piensa De Groot) todas las unidades que conforman dichas series han de ser consideradas
que funcionalmente dicha clase no presenta un comportamiento homogéneo. Como vere- variantes de la misma palabra "precategorial" (así procede, por ejemplo, con tres, tertius,
mos en los capítulos siguientes, muchos adverbios formados de esta manera se comportan ter, etc., como más arriba vimos 22). De la misma manera, no es lógico que Bos considere
como lo hacen otros de base no adjetiva (solamente y únicamente son buenos ejemplos). a los substantivos formados sobre la misma base que los adjetivos de cualidad graduable
Hay, además, adverbios de modo no formados sobre raíces adjetivas (piénsese en lat. clam (del tipo de dulcedo, audacia.facilitas, etc) como "une sous-catégorie des substantifs avec
o saepe y sus sinónimos occulte y frequenter). Por el contrario, muchos adjetivos. incluso l'aspect sémantique sous-catégorial qualité graduable" (id., 122).
graduables (lat. parvus, magnus, esp. pequeño, los adjetivos de color) no admiten la ter- Si nos fundamentamos en el aspecto semántico de la raíz, tanto los adverbios como
minación en -mente (o sus equivalentes en otras lenguas) . La explicación que da De Groot dichos substantivos habían de ser considerados variantes del adjetivo correspondiente
de este último fenómeno no es convincente (para él se trata de un número pequeño de (según su Visión) o del lexema (según la precisión hecha más arriba). En este sentido, nos
casos, resultado de las peculiaridades de ciertas raíces particulares o, incluso, se puede tra- parece más coherente la postura de aquellos miembros de la G.G.T que consideran que las
tar de un fenómeno accidental: id, 480).
Si queremos mantener una clara distinción entre formas flexivas y formas derivadas
todo apunta a que los adverbios aquí analizados derivan de adjetivos. Hemos visto más " Y no nos podemos fijar en la base de la familia derivativa porque ésta es accidental. Así sinónimos
arriba (nota 19) como Bos consideraba que un rasgo para identificar a los morfemas fle- categoriales arrancan indiferentemente de distintas clases de palabras (falso> falsedad, verdad> verdadero),
xivos de una categoría era "que tous les membres de cette catégorie ont ce morpheme fle- cfr. Coseriu (1977, 138).
xionnel; p. e. chaque verbe a un imperfait". Esto no se cumple de ninguna manera en los " Incoherencia que no es exclusiva de estos autores. En todas las gramáticas se habla de relativos,
casos que aquí nos interesan. Como demuestra Moignet (1963, 175 y 184-194) son demostrativos, numerales (clases de palabras establecidas sobre el significado radical) al lado de adjetivos,
muchos los adjetivos que no admiten terminación en -ment, muchos más de los que De adverbios, etc. establecidos sobre un mayor número de criterios. El resultado es que en muchas ocasiones se
habla de adverbios relativos, pronombres demo strativos y adjetivos demostrativos, etc. Evidentemente, el
significado radical es más útil en las palabras de inventario cerrado (como criterio organizador) que en las
'º No entran aquí casos como "el propio interesado/ el propiamente interesado", pues en el primer ejem- de inventario abierto. En el capítulo final de este trabajo trataremos de situar en su justo lugar este criterio
plo la forma interesado es un sustantivo mientras que en el segundo es un participio. clasificador.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
distintas clases de palabras proceden de transformaciones de una misma unidad profunda. La propuesta hjelmsleviana es enteramente antieconómica. Es cierto que hay palabras
Un lexema determinado se transformará en adjetivo, substantivo, verbo, etc. según la fun- que presentan una flexión casual defectiva, pero su número es necesariamente escaso (la fle-
ción que en el nivel sintáctico desempeñe. xión tiende a la regularidad). Si se admite la formulación de Hjelmslev el número de los sis-
temas particulares aberrantes o defectivos se multiplica enormemente (hecho que el propio
2.2.1.2. Los adverbios como formas casuales Hjelmslev reconoce: id., 137) y se llena de propuestas, como dice Pinkster, ad hoc. La mayor
parte de las terminaciones que L. Hjelmslev considera casuales en griego, por ejemplo - cr0€,
La consideración del adverbio como una forma casual (el caso adverbial) tiene algún se aplican a tan escaso número de raíces que resulta mucho más adecuado considerarlas mor-
antecedente entre los antiguos (Crisipo) y entre los gramáticos historicistas del XIX femas derivativos (y no demasiado productivos). En este sentido, muchas de las objeciones
(Bopp, Wüllner, Hartung), pero en realidad es ~ en la obra de Louis Hjelmslev (1935) donde que hemos planteado en el apartado anterior a la opción flexiva se pueden mantener aquí.
por primera vez se desarrolla esta idea, dotándola del bagaje teórico necesario. De esta Por otra parte, las formas adverbiales mantienen un comportamiento sintagmático
manera, se convirtió en el precedente de posteriores estudios (en España, Alarcos: 1951). muy diferente al de las verdaderas formas casuales. Este hecho es difícilmente explicable
Su punto de partida lo constituye una serie de partículas del latín y del griego, de dentro del marco que ahora comentamos. Desde el punto de vista de la lingüística general
valor locativo, la mayoría pronominales, normalmente consideradas adverbios: la propuesta de Hjelmslev es defendible. Ciertamente, podemos imaginar una lengua sin
adverbios (o con clases de palabras no plenamente coincidentes con nuestros adverbios).
Qué nos impediría ver en hinc hic huc, ülinc illic illuc, istínc istic istuc, formas de
Es posible también encontrar lenguas en las que los equivalentes de nuestros adverbios
casos, que se presentan en estado aislado en algunas declinaciones especiales, pero que
sean formas casuales23 • En las lenguas más conocidas en nuestra tradición gramatical no
en casi todas se confunden con otros casos? (Hjelmslev: 1935, 34).
son raros los casos que tienen valores coincidentes con los de los adverbios (dativo en
Pero posteriormente extiende sus conclusiones a los demás adverbios de las lenguas griego; ablativo y acusativo en latín). Ahora bien, si comparamos un ablativo de valor
clásicas: modal o temporal con un adverbio de modo o tiempo, o un acusativo de dirección con un
En puer celeriter currit existe una relación, indicada por el morfema casual de cele- adverbio adlativo, en seguida se observa que manifiestan un comportamiento sintagmáti-
riter, entre los semantemas curr- y celer- (id., 136), co en gran medida discordante. Ambas parejas pueden desempeñar las mismas funciones
semánticas (lugar, modo, tiempo) y sintácticas (complemento circunstancial y adverbial)
y de "las lenguas modernas de la Europa occidental" (id., 308). pero, mientras la categoría de caso es concomitante con la de género y número (un sub-
Su postura supone, evidentemente, romper con la concepción tradicional de no stantivo es masculino, femenino o neutro; está en singular o plural; en nominativo o acu-
"reconocer casos sino allí donde se expresan materialmente mediante desinencias" (id., sativo, etc.) el adverbio rechaza toda vinculación con estas categorías. Por otra parte, cual-
41). Para Hjelmslev, por el contrario, quier forma casual puede recibir la incidencia de un adjetivo o determinante en concor-
Todo hecho lingüístico es un hecho de valor y sólo puede ser definido por su valor. dancia con dichas categorías (incluso los ablativos mencionados: pace tua dixerim 'dicho
Un hecho lingüístico se define por el lugar que ocupa en el sistema, lugar que le es asig- sea con tu consentimiento', bello proximo 'en la última guerra'), el adverbio no24• Creemos
nado por el valor(. .. ). El carácter particular de la expresión carece siempre de impor-
tancia para la definición lingüística(. .. ).
Por otra parte, aunque la expresión carezca de importancia para la definición de los
23
Hjelmslev (id., 308-311) en la segunda parte de su obra nos ofrece el ejemplo de la lengua chechén
hechos lingüísticos, los hechos diferenciales de la expresión son indispensables cuando (caucásica). Ésta presenta un caso adverbial, que designa el modo y la comparación (de-Xa 'como un padre,
se trata de reconocer lo que pertenece o no a la lengua (ibid.). a la manera de un padre, paternalmente'). Este hecho, sin embargo, no niega ni siquiera la existencia de adver-
bios en dicha lengua pues, según Hjelmslev, sus desinencias ordinarias son -Xa en el sustantivo, -si en el adje-
El razonamiento es impecable (es el fundamento del principio de funcionalidad. Vid. tivo y-sen el adverbio (subrayado nuestro).
E. Coseriu: 1981) y con él concordamos totalmente. Ahora bien, en lo que no podemos 24
Es más, en cuanto un sustantivo se adverbializa (aeterno, secreto) pierde dichas posibilidades. Un ejem-
estar de acuerdo es en la aplicación en concreto a la categoría de los casos. En ello plo clásico de difícil delimitación de lo que es caso o adverbio es el de los restos del locativo. Si para Prisciano
coincidimos con Pinkster (1972, 67): son usos adverbiales de nombres, para Donato son adverbios y no nombres como algunos "imprudentes" los lla-
The question is whether we gain anything by doing so. For example, we might say man (Pinkster: 1972, 41). Aceptar que dichos restos son un caso supone admitir queRomae, por ej., mantiene las
that huc ('hither') is an allative case form of the pronominal lexeme HIC ('this'), com- características de un sustantivo (ser nombre propio, femenino, singular, capaz de recibir modificadores adjetivos
parable with Romam ('to Rome' -in certain constructions). This allative case could be del tipo de pulchrae Romae 'en la hennosa Roma'). Ahora bien, el que tales requisitos no se cumplan no implica
said to have been merged with the accusative case elsewhere (e. g. Romam). However, automáticamente que estemos ante un adverbio: es típico de las frases hechas y otras formas fosilizadas el recha-
the profit of this argument is small. The proposal is entirely ad hoc. zar todo tipo de incrementación (piénsese por ejemplo en el esp. en atención a, *en mucha atenci6n a ...).
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1(
que este es un dato importante en contra del carácter flexivo de los adverbios. Una de las Normalmente, la independencia del adverbio frente a las demás partes de la oración
características sintácticas esenciales del substantivo no se les aplica. se fundamenta en términos funcionales (acompañados a veces de otros morfológicos).
Es posible contraargumentar diciendo que el tradicionalmente llamado adverbio es Junto al substantivo, el adjetivo o el verbo, el adverbio manifiesta un comportamiento sin-
un caso del adjetivo y del pronombre, no del substantivo, de ahí la diferencia de comporta- táctico característico y propio que nos permite definirlo como clase de palabras. Dichos
miento. En apoyo se aduciría incluso que la mayoría de los adverbios se forman sobre rasgos varían según los autores, pero se pueden agrupar en dos enfoques principales:
bases adjetivas. Todo ello no viene, sin embargo, más que a confirmar la inviabilidad de 1. El adverbio es una unidad sintácticamente autónoma.
la propuesta. En efecto, la terminación adverbial se añade a los adjetivos, por tanto los 2. El adverbio es una palabra de rango terciario.
adverbios habrían de ser considerados casos del adjetivo (pues los morfemas flexivos no
hacen cambiar la categoría de la base, al conttario que muchos derivativos), pero, como 2.2.2.1. El adverbio como unidad autónoma.
las de género y número, la categoría del caso en los adjetivos es una categoría meramen-
te concordante, copiada del substantivo. En la declinación del substantivo latino, sin Es en A. Martinet (por ejemplo: 1974, 137-139) donde podemos encontrar el mode-
embargo, no existe ningún "caso adverbial". lo más puro de esta visión del adverbio. Como es sabido, según Martinet hay tres modos
Por tanto, hay una serie de objeciones de tipo particular que inducen a desechar la de caracterizar las relaciones de un monema: es posible imaginar una lengua en la que toda
hipótesis. Queda todavía un escollo de índole más general. Para mantener su propuesta, la información contenida en ayer había fiesta en el pueblo se exprese mediante tres úni-
Hjemlslev debe dar una definición muy vaga del valor de la categoría: los casos indican una cos monemas de colocación indiferente:
relación entre semantemas, es decir, una relación sintagmática. Ahora bien, según nuestro Uno de ellos denotaría por sí mismo no sólo la noción de "fiesta", sino la existen-
parecer, dicha extensión del valor casual es excesiva. El caso es un procedimiento formal cia efectiva de una fiesta; otro que designara no sólo un pueblo, sino un pueblo como el
para indicar las relaciones sintagmáticas junto con otros (el orden de los constituyentes, las lugar en el que se produce un acontecimiento; un tercer monema, equivalente exacto de
preposiciones, afijos derivativos, etc.25). Todas las lenguas se fundamentan en las relacio- ayer, que expresara el día que precede a aquel en que se transmite no como tal día, sino
nes sintagmáticas pero no todas poseen la categoría del caso. Llegados a este punto no tiene como el período en el que se coloca el acontecimiento (id., 137).
sentido defender el carácter casual del adverbio y negárselo a la distinta vinculación entre Como observamos, los dos primeros monemas en castellano se encuentran disocia-
las clases de palabras. El semantema dulc- si entra en relación con otros semantemas no dos en las series había fiesta, de una parte, y en el pueblo, de otra. Sólo el último encuen-
sólo podrá admitir la variación en dulcemente sino también en dulce, dulzura, endulzar, etc. tra equivalente en el monema único ayer,
De esta manera, de nuevo parece más coherente la postura generativa de considerar que las que por sí mismo establece una relación definida entre el día que precede y el
clases de palabras surgen como transformaciones de unidades más abstractas. Desde el acontecimiento que se relata; ayer combina en cierto modo el sentido de "en" y el de
punto de vista funcional, rechazada la oposición estructura profunda-estructura superficial, "el día que precede a éste" (id., 137-138).
lo más adecuado es distinguir, por una parte, funciones y, por otra, clases de unidades.
A tales elementos A. Martinet los denomina monemas autónomos y los define como
aquéllos
2.2.2. El adverbio como clase de palabras independiente. que implican no sólo referencia a un elemento de experiencia, sino también una rela-
ción definida con los otros elementos de la experiencia que se comunica (id., 138).
Habida cuenta del número de problemas que se derivan de la concepción flexiva del
adverbio, parecen más satisfactorias aquellas opiniones que ven en el adverbio una clase de Con todo ello A. Martinet alude al hecho de que los adverbios se especializan en una
palabras cuya vinculación formal con adjetivos o pronombres, de existir, es de tipo derivati- determinada función semántica y sintáctica26 • Un substantivo, acompañado de deter-
vo. Esta opción, sin embargo, debe dar cuenta todavía de ulteriores dificultades (si el ad- minados índices funcionales de ser necesario, puede desempeñar las funciones sintácticas
verbio es una clase de palabras hay que determinar su definición y cuál es su alcance). de sujeto, complemento directo, indirecto, circunstancial, etc. y las semánticas de agente,
paciente, causante, beneficiario, fuerza, locativo, etc. (no vinculadas biunívocamente con
aquéllas). Los adverbios, por el contrario, no admiten tal juego: lentamente sólo puede
25
Así, por ejemplo, en latín la relación entre los semantemas pocul- 'copa' y aur- 'oro' (en términos desempeñar la función de C. CIRCUNSTANCIALMANERA (si utilizamos la re-
nuestros, una relación sintágmatica: modificación) puede ser indicada por el caso genitivo (poculum auri), por
una frase preposicional (poculum ex aura) o mediante la utilización de un adjetivo, acompañado de manera
redundante por la anteposición, (aureum poculum). Esto no quiere decir, evidentemente, que en todas las oca- El fundamento de la existencia de esta clase de monemas es -para el ilustre lingüista francés- la eco-
26
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
presentación gráfica de S. Dik: 1978), ayer la de C. CIRCUNSTANCIAL LOCATIVO TEM- En segundo lugar, dentro de esta corriente (con la excepción de Martinet) se sue-
PORAL• etc. len despreciar las funciones de modificador de adjetivo u otro adverbio, bien sea por-
Por esta vía, evidentemente, enlazamos con aquellas definiciones del adverbio que que no caracterizan a toda la clase (A. Mª Barrenechea), bien porque prevalecen las
acentúan el carácter de unidad que puede desempeñar la función de complemento funciones clausales sobre las demás (Alarcos 27 ) . Esta postura no parece, sin embargo,
circunstancial sin preposición (Barrenechea: 1963, 21-22; Alarcos: 1969, 220, 253; Álva- plenamente satisfactoria. Dichas funciones son tan características del adverbio como la
rez Martínez: 1986, 158). anterior (a pesar de que en tales casos el elemento modificador no actúa en calidad de
Si se mantiene el término "adverbio" como designación de una clase funcional de unidad autónoma) , como ponen de relieve los autores que estudiaremos en el apartado
unidades, sólo podrá aplicarse a aquéllas que cumplan estas condiciones: ser signos siguiente.
mínimos y cumplir sin la adjunción de (~dices funcionales la función que hemos llama- En la misma línea de argumentación cabe citar otros contextos en los que el adver-
do de aditamento (Alarcos: 1969, 220). bio no es necesariamente un elemento autónomo. En ocasiones puede combinarse con los
que Martinet denomina monemas funcionales: desde ayer, desde aquí, esperaremos a
La función de complemento circunstancial no deja, sin embargo, de plantear proble-
mañana, etc. En tales casos se comporta como una unidad dependiente (desde marzo,
mas. Si la clase de los adverbios se ha establecido como un cajón de sastre, la función de
desde casa, esperaremos a enero). Es éste un fenómeno que conviene tener en cuenta.
complemento circunstancial ha corrido la misma suerte. Dejando fuera a los suplementos,
Podemos concluir, por tanto, que la consideración del adverbio como monema
en su seno se han incluido -en terminología anglosajona- complementos (constituyentes
autónomo o signo mínimo que puede desempeñar la función de aditamento es una apor-
nucleares), adjuntos (elementos marginales) y disjuntos (unidades periféricas), lo que
tación valiosa en la caracterización del adverbio. Ahora bien, tenerlo en cuenta no ha de
nosotros denominaremos complementos adverbiales, circunstanciales y modificadores
suponer olvidar otras funciones tradicionalmente asignadas al adverbio ni evita tareas
clausales, respectivamente (remitimos al capítulo 3).
como la de precisar de antemano qué es lo que se ha de entender exactamente por
Por ello es necesaria una revisión que adecue la propuesta al nuevo marco, ya que,
aditamento28 y la de delimitar con claridad el alcance de la categoría. Así, Alarcos
si se establece esta triple distinción, nos podemos preguntar si la clase de palabras denomi-
(1969) o A. Martinet (1974), con menor precisión, se verán obligados a relegar fuera de
nada adverbio deberá poder cumplir estas tres funciones sin necesidad de índice funcional
la clase a ciertas palabras tradicionalmente consideradas adverbios (como los relativos
alguno o le bastará con cumplir únicamente una, pues, dentro de la clase tradicional del
y otros).
adverbio, hay unidades que sólo pueden ser modificadores clausales -nunca comple-
En definitiva, si se acepta esta postura, el inventario de los adverbios se vería consi-
mentos circunstanciales o adverbiales- y, por el contrario, unidades que nunca pueden
derablemente restringido. Como veremos en el capítulo final, dicha reducción no parece
desempeñar aquella función:
justificable.
(22a) *Lentamente, Juan no entró en clase (mod. claus.).
(22b) Lentamente Juan no entró en clase (compl. circ.).
(23a) Posiblemente, Juan no entró en clase (mod. claus.). 2.2.2.2. El adverbio como ''término terciario".
(23b) *Juan no [entró posiblemente] en casa (compl. circ.).
Aunque estrictamente ésta no es una aportación exclusiva de la gramática estructu-
ral, pues cuenta con el antecedente temprano de A. Bello (1847: capítulo Il, nota I) y el de
O. Jespersen (1924, capítulo VII) y con continuación en la tradición lógica de las llama-
Los m o nemas a u t 6 nomos(. .. ) no son únicamente temporales; pronto, por ejemplo,
es del mismo tipo, pues no denota simplemente la rapidez, sino la rapidez con que se desarrolla el
proceso en cuestión. Estas unidades, que entran en la clase tradicional de los adverbios, no son, sin
27
Una de las causas de que Alarcos clasifique las formas del artículo entre los morfemas es la siguien-
embargo, muy numerosas nunca. Sólo son económicas cuando aparecen con gran frecuencia, con te: no pueden "desempeñar papel alguno en el nivel de la oración" (1978, 168). Si secuencias como
más frecuencia que la expresión del elemento de experiencia aislado: pronto es más frecuente que (i) *La llegó tarde (La niña llegó tarde)
prontitud; ayer es más frecuente que esa noción misma desprovista de carácter adverbial, es decir,
de su referencia a un hecho determinado, hasta tal punto más frecuente que, para expresar esto últi- no son gramaticales, tampoco lo es:
mo, hay que recurrir a una designación tan compleja como "el día que precede a éste" (id., 139). (ii) *Es un collar bastante (Es un collar bastante valioso).
Afirmaciones semejantes se encuentran en la gramática tradicional, como recordaremos. La lengua, sin embar-
,. Alarcos (1969), por ejemplo, considera que las funciones ejercidas por no, quizás, s(, etc. son pro-
go, ofrece un procedimiento derivativo para ampliar grandemente el número de dichas unidades sin ningún
piamente de aditamento. Si se les niega tal carácter, como parece evidente, dichas unidades habrían de ser eli-
coste memorístico (el sufijo -mente).
minadas del inventario de adverbios, a no ser que se acudiera a otro criterio definidor.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
das "gramáticas categóricas" (originadas en Lesniewski y Ajdukiewicz en la década de los El substantivo es la palabra dominante; todas las otras concurren a explicarlo y
treinta), e, incluso, se encuentran derivaciones de ella en la gramática generativa, desarro- determinarlo.
llamos este concepto en el apartado correspondiente a la gramática estructural porque es El adjetivo y el verbo son signos de segundo orden; ambos modifican inmediata-
mente al substantivo.
una constante en la aproximación que las distintas corrientes realizan al estudio del adver-
El adverbio es un signo de orden inferior; modifica modificaciones.
bio (Hjelmslev: 1928, Karcevskij: 1936, Moignet: 1963, Carbonero: 1978, etc.)29 •
En líneas generales, la visión que ofrecen todos estos autores apenas ha variado con Si comparamos estas definiciones con las del Hjelmslev anterior a la glosemática,
respecto a la que Bello resume en su nota I: observaremos que son prácticamente idénticas en su totalidad:
1) Es substantivo un semantema que posee ordinariamente función de término pri-
·~
mario.
29
Moignet trata de explicar la clasificación en rangos en el marco de la psicosistemática guillaumiana: 2) Es adjetivo un semantema que posee ordinariamente función de término secunda-
si el adjetivo está confinado al universo-espacio (U 1) y el verbo al universo-tiempo (U2 ), el ámbito del adver- rio.
bio es el U 3 , integración de los dos anteriores: 3) Es adverbio un semantema que posee ordinariamente función de término tercia-
Créer l'incidence du second degré, c'est étendre un vocable, l'adjectif. par nature confiné rio (L. Hjelmslev: 1928, 310)3°.
a l'univers-espace comme le substantif, a un plan dans lequel la discrimination basiale de l'u- Este rasgo funcional, unido a la capacidad morfológica de combinarse con la cate-
nivers-espace et de l'univers-temps s'abolit, c'est-a-dire dans lequel l'univers-espace de l'ad-
jectif est capable d'intégrer l'univers-temps dont le verbe est la traduction linguistique
goría del caso (entre los morfemas casuales incluye el inglés -ly, francés -ment, etc.),
(Moignet: 1963, 182). determina la que podemos considerar caracterización definitiva del adverbio en esta pri-
mera etapa hjelmsleviana. Son adverbios
La deuda contraída con la clasificación de las palabras predicativas establecida por Guillaume Ciertos semantemas cuya función ordinaria es la de términos terciarios, y que se
es innegable (id., 183): combinan invariablemente con un solo morfema, sea cero, sea un morfema positivo, que
siempre puede ser considerado como un morfema de caso (id., 321 ).
Como la teoría de los tres rangos es sobradamente conocida no entraremos en deta-
univers-espace uni vers-temps
lles de su aplicación. A nuestro entender es la aproximación más válida, de entre las
SUBSTANTIF INFINITIF examinadas, para adentrarnos en el complejo mundo del adverbio. Con todo, tal como ha
sido aplicada ofrece una serie de insuficiencias que han menguado en gran parte su vali-
ADJECTIF PARTICIPE VERBE PERSONNEL
dez. Es evidente que el intentar unificar funciones dispares en una única función supone
ADVERBE un gran avance, pero no a cambio de incongruencias.
El propio Jespersen (1924) las comete cuando en unas ocasiones indica que el subs-
tantivo en función de complemento directo es término primario:
Carbonero, por su parte, trata de enmarcar a las tres categorías mediante un sistema de oposiciones binarias Hay que hacer la obse111ación de que the dog es una palabra primaria no sólo cuando
(P. Carbonero: 1978, 183): es sujeto, como en the dog barks, sino también cuando es complemento de un verbo, como
en I see the dogo de una preposición, he runs after the dog (0. Jespersen: 1924, 102).
mientras que en otras ha de reconocer que:
incidencias sintácticas
los casos oblicuos son procedimientos para convertir a un substantivo, que en nomi-
nativo es una palabra primaria, en una palabra secundaria (adjunto) o terciaria, pero
sobre sí mismo sobre otros sigue siendo substantivo en todos los casos (id., 116).
(rango 1°): +
1 sobre rango 1º sobre otros 'ºEl concepto que Hjelmslev tiene del adverbio en esta obra es, por otra parte, más amplio del que nor-
SUSTANTIVO (rango 2º): - (rango 3º): 0
malmente se le asigna, pues incluye en él a las preposiciones y conjunciones en calidad de "adverbios transi-
1 1
ADJETIVO Y ADVERBIO tivos" (id., 306).
VERBO
64 65
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
En la primera cita el substantivo complemento es considerado como una palabra pri- complemento será necesariamente término terciario (pues modifica a un verbo). De ahí la
maria, en la segunda como una palabra secundaria (adjunto). No es posible compaginar contradicción que señalamos a propósito de las dos citas de Jespersen: en unos casos uti-
una con otra. liza la expresión "palabra primaria" con el valor de 'substantivo' (primera cita, página
En nuestra opinión, la causa de las mencionadas incongruencias está en el propio 102), mientras que en otros asigna a dicha expresión su verdadero valor funcional (así en
punto de partida: la supremacía del substantivo como unidad básica, superioridad que es j la página 116). En tercer lugar y derivado de lo anterior, la equiparación entre clases de
antes filosófica que lingüística31 • En realidad, se parte de la tan frecuente confusión entre
funciones y unidades: el sujeto es el núcleo de la oración, el substantivo desempeña la fun-
" palabras y rangos es sólo parcialmente coincidente, como en forma bien explícita recono-
cen O. Jespersen y, a su zaga, L. Hjelmslev33 • Ello supone que no es un criterio totalmen-
ción de sujeto por excelencia, luego el substantivo es la palabra de rango primero. te fiable para utilizarlo en solitario en la identificación de las clases de palabras.
La argumentación falla, sin embargo, en varios puntos de su desarrollo. En primer A nuestro modo de ver, muchos de estos problemas se resuelven estableciendo la
lugar, es indemostrable que el sujeto sea el núcleo de la cláusula. La lingüística moderna principal dicotomía entre el verbo y las demás clases categoremáticas, distinción que hace
se inclina decididamente por considerar núcleo al verbo, con argumentos que parecen Hjelmslev, pero sin sacarle todo el provecho posible34 • El verbo, en cuanto que desempe-
convincentes 32 • En segundo lugar, cuando hablamos de "términos", "categorías", "rangos", ña la función de predicado, es el elemento central de la cláusula. Cada verbo se puede
"orden" nos referimos a funciones, no a clases de palabras: por tanto, el substantivo suje- comparar con un casillero con un número determinado de celdillas (según algunos auto-
to (dado que el sujeto se concibe como núcleo) será término primario, pero el substantivo res un máximo de tres) que los nombres ocupan, en ocasiones acompañados de índices
funcionales.
31 Bello hace sinómimos los ténninos de SUJETO y SUPUESTO, equiparación que remonta a la de los Por tanto, en realidad, la oposición en rangos no es válida en idéntica medida para el
escoláticos entre suppositum y appositum. En la misma línea, todavía dentro de la gramática tradicional, se verbo (que es el único miembro de su paradigma) que para las otras tres clases de palabra.
considera que el sustantivo indica objetos: los objetos preexisten a sus acciones y cualidades. La marca de la
concordancia incide en la misma línea (el verbo concuerda con el sujeto, no éste con aquél). En tercer lugar,
apoya la idea un paralelismo en nuestra opinión falso (véase la nota siguiente): ... existe sin lugar a dudas cierto grado de correspondencia entre las tres partes del habla y las
Si comparamos la combinación a furiously barking dog (a dog barking furiously) (. .. ) con tres categorías que hemos establecido aquí. Podríamos incluso definir a los substantivos como las
the dog barks furiously (. .. ), es evidente que en la segunda se da la misma subordinación que en palabras que habitualmente figuran como palabras primarias, a los adjetivos como... Pero la
la primera (Jespersen: 1924, 102). correspondencia dista de estar completa, como resultará evidente con el siguiente examen: ambas
cosas, clases de palabras y categorías, se mueven en dos esferas realmente diferentes (Jespersen:
32 Se suele citar a Tesniere (1959) como punto de partida de esta postura que seguirán también la gra-
1924, 103).
mática de valencias y la semántica generativa. Hay, sin embargo, antecedentes. J. Kurytowicz (1948, 40) de-
En el final del capítulo insiste en la misma idea, remarcada tipográficamente:
fiende la primacía del predicado:
la correspondencia es solamente parcial, no completa. La clasificación en ''partes de la ora-
L'opinion linguistique courante a com;u d'une maniere correcte la différence entre le groupe
ción" y la clasificación en "categorías" representan ángulos diferentes desde los que se puede
(la rose rouge) et la proposition (la rose est rouge). Le groupe (la rose rouge) se forme pour le
considerar la misma palabra o forma, en primer lugar tal como es en sí misma y en segundo
substantifrose. Dans le second cas, au contraire, la proposition n 'existe ou n 'est formée que pour
lugar tal como es en combinación con otras palabras (id., 116).
le prédicat (etre rouge) et non pas pour le sujet (rose).
Hjelmslev repite ideas semejantes (1928, 136).
Opinión contraria a la de Jespersen, como vemos. La prueba de que el análisis de Kuryí'owicz es más adecua- 34
sólo hay una de nuestras cinco categorías [sustantivos, adjetivos, pronombres, verbos, adverbios) que
do radica en que una cláusula puede estar constituida exclusivamente por un verbo:
En réduisant la proposition a son membre constitutif on obtient le cas limitrophe de proposi-
• no es susceptible de morfemas casuales, a saber, la categoría del verbo. Podemos establecer las definiciones
siguientes:
tions impersonnelles (type latin pluit, ninguit, oportet, etc.). Les propositions impersonnelles sont
done des propositions au point de vue fonctionnel et formel ( ibid. ). 1) Es nombre un semantema susceptible de morfemas de caso.
2) Es verbo un semantema no susceptible de morfemas de caso (Hjelmslev: 1928, 320).
En un artículo posterior (Kuryí'owicz: 1949, 11-12) insiste en las mismas ideas. Ahí compara al predi-
cado y al sujeto, respectivamente, con las vocales y las consonantes con respecto a la sílaba: el predicado es En las páginas siguientes (id., 320-332) cita más características compartidas por sustantivos, adjetivos,
el miembro constitutivo o central, el sujeto es complementario o marginal. adverbios y pronombres.
En la tradición generativista también hay autores que defienden la nuclearidad del nudo V, sobre todo Es sabido que, a partir de L. Tesniére (1959), esta especial posición del verbo ha cobrado renovado
vigor. Por ello, entre los funcionalistas se ha retomado la esencial dicotonúa hjelmsleviana entre nombre y
en la convención X-barra (véase, por ejemplo, Radford: 1981, 100).
verbo (Álvarez Mártínez: 1986; J. A. Martínez: 1990; 1994c, § 1.3.1).
66 67
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición grámatical
Sólo entre éstas tiene sentido la triple repartición, tal como indicamos en el siguiente puede modificar a... "). Evidentemente, cuadros como éstos dejan sin resolver todavía la
esquema35 : cuestión con la que nos hemos encontrado reiteradamente en las propuestas anteriores: no
todos los adverbios manifiestan un comportamiento homogéneo, no todos los adverbios
substantivo adjetivo adverbio pueden modificar a todos los elementos situados a su izquierda. De nuevo remitimos al
l.º 2.º 3.º capítulo final para tratar de dar una explicación coherente de estos hechos.
Este cuadro nos permite explicar los ejemplos clásicos del tipo de [noticias 1
[[desgraciadamente 3] malas2]]. Ocurre, sin embargo, que casi todas las unidades terciarias 2.3.0. Introducción.
pueden además desempeñar la función de modificador del verbo como C. CIRC. (o C.
A pesar de alguna queja tópica como la. de R. Jackendoff acerca del escaso interés
ADVERBIAL) -sin preposición- y algunas, incluso, pueden incidir sobre substantivos y
suscitado por el adverbio entre los gramáticos generativistas (Jackendoff: 1972, 47;
unidades superiores (frases, cláusulas enteras ... ). Esta vinculación entre unas y otras fun-
M~rdup: 1976, 7), es lo cierto que se produce ahora un avance considerable en el estudio
ciones, que no parece casual, debe ser justificada (en las páginas finales intentaremos
del mismo tanto cualitativamente (abordando por primera vez cuestiones que los movi-
hacerlo). Dentro del marco de los rangos dicha explicación no es posible, al menos si se
mientos anteriores apenas habían tratado) como cuantitativamente (en el marco de una
acepta tal como ha sido su desarrollo en la visión clásica.
escuela caracterizada por la constante renovación entre polémicas y controversias). En
este sentido cabe señalar que en múltiples ocasiones el adverbio fue utilizado como arma
Aceptada esta ampliación de funciones, un cuadro como el siguiente da cuenta de
manera más adecuada de las vinculaciones entre estas clases de palabras. En él se intenta
expresar que una unidad sólo puede modificar a aquéllas que se encuentran a su izquier- En primer lugar habría que demostrar que los sustantivos y posesivos modifican en verdad a los adver-
da y sólo puede ser modificada por las que aparecen situadas a su derecha: un substantivo bios: en el primer caso (a), muchos autores se inclinan por una interdependencia, algunos incluso hablan de
nunca puede modificar a un adjetivo ni a un adverbio, ni un adjetivo a un adverbio, pero posposiciones: el adverbio se habría convertido en una especie de preposición pospuesta (véase un tratamien-
un adverbio puede modificar a un adjetivo, un substantivo o un verbo. to más detallado en§ 3.2.).
El segundo caso (b) es más compHcado, pero tampoco parece estemos ante un adverbio modificado por
un sustantivo sino más bien por una frase nominal necesariamente cuantificada (aunque sólo sea por el mor-
fema de plural), cfr.: un día antes, tres días después, días antes. Se trata, por tanto, de frases que funcionan
como un cuantificador complejo en relación paradigmática con verdaderos adverbios modificadores de adver-
1 verbo 1 substantivo adjetivo adverbio bios (mucho antes ...). Hay que tener en cuenta, además, que los adverbios modificados son los más claramente
nominales (remitimos de nuevo para su estudio a § 3.2.).
En el caso c), limitado según la R.A.E (1973, § 3.10.11.d) a "las hablas populares de algunas regiones"
(aunque reconece su mayor difusión en Hispanoamérica), nos hallamos de nuevo ante adverbios nominales,
(figura 2) muchos formados sobre substantivos. En tales costrucciones, la forma posesiva propiamente no actúa como
tal (no es posible *mi delante, *de tu encima), sino que ocupa la plaza argumental que generan los adverbios
Tales afirmaciones se cumplen, sin embargo, más rigurosamente en su sentido nega- de orientación (delante de la puerta/de mí, después de la tarde/de ti). Como prueba de ello se puede señalar
tivo ("un adverbio no puede ser modificado por...")36 que en el positivo ("todo adverbio la variación que se produce en la concordancia (encima mío/mía), en ocasiones determinada por el argumen-
to (delante suya, cuando el punto de referencia es una mujer, es decir, delante de ella). Recuérdese que en cas-
tellano el posesivo concuerda con su núcleo nominal (el libro de ella alterna con el libro suyo, pero no con *el
" Vid. también J. A. Martínez 1990, § 3.1. libro suya). La misma justificación (es decir "la equivalencia referencial del posesivo con el sustantivo per-
36
La únicas posibles excepciones a este principio lo constituyen tres tipos de construcciones: a) río arri- sonal precedido de la preposición de") encuentra E. Alarcos en su gramática académica (1994, § 131) para
ba, mar adentro, etc., b) unos días antes, cinco meses después, unos metros delante , etc., c) delante mío, enci- estos usos, que no siempre considera recomendables. Alarcos (ibid.) incluso documenta en Vargas Llosa la
ma tuya, etc. Son todos ejemplos de controvertido anáHsis y, en general, poco productivos o semifijados. frase en su delante (Más abajo, en § 4.1.1.2.l , volveremos a analizar esta construcción).
68 69
El adverbio en la tradición gramatical
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
arrojadiza en defensa de los distintos modelos defendidos por las continuas escisiones que Además de estas críticas surgidas de quien supuso un hito en el estudio del adverbio
se fueron sucediendo en el seno de la escuela, especialmente entre los semánticos genera- dentro de la G.G.T., desde nuestra perspectiva funcional podemos mencionar otros impe-
tivistas y los partidarios de la teoría estándar en una u otra de sus revisiones (Lakoff: 1967, dimentos de índole general que han incidido de manera negativa en el tratamiento gene-
1968, 1971, etc., McCawley: 1968, de una parte; Chomsky: 1968, Jackendoff: 1972, rativo de esta y otras categorías:
M~rdup: 1976, de otra). En primer lugar cabe señalar la confusión entre conceptos que conviene mantener
Este interés no ha evitado que la G.G.T. haya tenido que enfrentarse con grandes difi- nítidamente diferenciados: categoría y función. En la G.G.T., desde su origen, las funcio-
cultades en el estudio del adverbio. El propio R. Jackendoff ha señalado algunas lacras que nes sintácticas han sido consideradas conceptos derivados y, por tanto, apenas se les ha
han condicionado este relativo fracaso. En primer lugar, el esttidio del adverbio se ha resis- prestado atención. Por dicho motivo, salvo raras excepciones38 , bajo la etiqueta de adver-
tido a un acercamiento reduccionista como el propugnado por muchos miembros de la bial o adverb, más que a una clase de palabras se alude a un conjunto heterogéneo de pala-
escuela (confiados excesivamente en el poder de las transformaciones como vehículo ade- bras, frases preposicionales e, incluso, cláusulas caracterizadas por desempeñar en un
cuado para dar cuenta de las diferencias entre categorías). El adverbio es una categoría momento determinado una función considerada como típicamente adverbial. Por tanto,
cuanto afirman del adverbio en buena medida se refiere a funciones marginales de distin-
demasiado heterogénea para aceptar dicho enfoque:
to tipo, no a la clase de palabras adverbial.
But adverbs have been maltreated beyond the cal! of duty. Most studies en generative En segundo lugar, los gramáticos generativistas con mucha frecuencia no distinguen
grammar do not even concede to them the right to be a part of speech. Before the en la misma medida que los funcionalistas las nociones de ambigüedad e indeterminación.
introduction of the semantic component and the lexicon, this tendency could be justified. Hay una fuerte tendencia entre ellos -sobre todo entre los partidarios de la semántica gene-
At that time it was thought necessary to state co-occurrence restrictions at the syntactic rativa, pero no exclusivamente- a conceder valor lingüístico a distinciones que la lengua
level. To make co-ocurrence restrictions maximally general, it was important to reduce
no realiza39 , a distinciones que pertenecen más bien al ámbito de lo extralingüístico o subs-
the number of deep grammatical relations in which a category took part, and to reduce
tancial. De ahí la necesidad de asignar estructuras distintas para dar cuenta de valores que
cases of similar co-occurrence relations to identical grammatical relations. Adjectives
-desde un punto de vista funcionalista, al menos- la lengua no categoriza como invarian-
submit fairly docilely to this reductionist treatment... Adverbs are more unruly, since the
tes diferenciadas. Así, por ejemplo, ante una serie como la siguiente:
constructions they occur in are less homogeneous, and since their paraphrase relations
are much more widely varied. H.ence they were neglected in favor of more tractable (24) Juan rellenó el impreso cuidadosamente/ torpemente/ lentamente/ correctamente,
constructions (Jackendoff: 1972, 46).
una consideración relativamente extendida dentro de la G.G.T. se inclina por asignar
En segundo lugar -como también señala Jackendoff en la misma obra-, en el acerca- estructuras profundas diferentes a cada una de las secuencias, no ofreciendo más prueba
miento al adverbio no se ha avanzado a la par que en otros dominios gramaticales. Así, en defensa de ello que su correspondencia con distintas paráfrasis.
por ejemplo, en el uso de rasgos (Feature-based SyntwY), corriente en la G.G.T. desde Desde una perspecitva funcionalista, por el contrario, todos los adverbios presentes
Aspectos (1965). Con anterioridad a dicha fecha, la falta de un mecanismo de rasgos forzó en (24) mantendrían una relación paradigmática de exclusión (entendida a la manera de
a los primeros gramáticos generativistas a subdividir las categorías mayores en multitud Coseriu: 1981, 165 y ss.), lo cual asegura que desempeñan idéntica función sintáctica en
de subclases mediante reglas de la base (phrase structure rules). En tal teoría lo natural es ese contexto determinado:
dividir al adverbio en adverbios de manera, tiempo, lugar, grado, etc. Sin embargo, mien-
tras que a partir de la mencionada fecha la subdivisión de las categorías se ha expresado 38 Que nosotros sepamos, los únicos autores generativistas que han intentado distinguir ambos enfoques
mediante una matriz de rasgos sintácticos y semánticos, las diferentes clases de adverbios son O. M~rdup (1976) y J. D. McCawley (1988):
se siguieron tratando como enteramente distintas en la base. In this paper I have taken pains to avoid the common tendency among linguistics to confound
El resultado de estos dos hechos, concluye Jackendoff, ha sido the notion 'adverb ' (a part of speech) with the more general notion of 'adverbial expression'
the ready acceptance of quite different underlying structures for similar adverbials, (which includes expressions of any category when used 'adverbially ') (McCawley: id., 583).
along with the implicit claim that adverb is only a suiface structure notion with no rele- Más consciente del problema es M~rdup, quizás por su procedencia europea:
vance to "deep" syntax orto semantics (id., 47). ll y a facilement confusion entre classes lexicales et fonctions dans la phrase. Ici, il s 'agit
plutot de fonctions que de classes lexicales. Cela veut dire que, quand nous parlons d'un adver-
be de phrase, il faut entendre par la un adverbe qui peut remplir la fonction d' adverbial de phra-
se (1976, 9-10).
37
Para la creciente utilización de este mecanismo en la GGT véase R. Jackendoff (1977, §3.2.) y A.
Radford (1981, 109 y ss). 39
Véase a este respecto la crítica de S. C. Dik (1968, 252-257) y H. Weydt (1972 y 1973).
70 71
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
(24a) *Juan relleñó el impreso [ lentamente correctamente res, otorga un protagonismo cada vez mayor a la estructura superficial a la hora de inter-
1 cuidadosamente correctamente pretar las oraciones.
1 lentamente torpemente40 • b) Hipótesis transformacionalista vs. hipótesis lexicalista. Esta segunda controversia
Las diferencias que se puedan producir comparando las distintas posibilidades de alude al distinto tratamiento que reciben las categorías léxicas en una gramática generativa
(24) se explican dentro del marco del funcionalismo asignando un valor unitario a la cons- y transformacional. Según la primera de las hipótesis, en la estructura profunda sólo apare-
trucción, valor que no es incompatible con la existencia de distintas acepciones contex- cen las categorías básicas (oración, frase nominal, verbo... ); de éstas derivarán trans-
tuales (Coseriu: 1981). formacionalmente el resto de las categorías. Contra esta manera de proceder, a partir de 1967
El resultado de esta manera de actuar de la G.G.T. se manifiesta en la falta de una N. Chomsky introdujo la hipótesis lexicalista, en la que se inscriben ya sus trabajos de
visión de conjunto de la categoría así como en unas clasificaciones poco adecuadas, fun- (1968) y (1970). En estos artículos intenta limitar el poder de las transformaciones aumen-
damentadas en la semántica y escasamente exhaustivas41 • Es corriente, por ejemplo, clasi- tando la complejidad y el número de categorías de la base. En compensación, las relaciones
ficar al adverbio willingly ('prudentemente') como 'orientado hacia el sujeto'. Este rasgo entre distintas categorías, manifestadas antes por medio de mecanismos transformacionales,
no define, sin embargo, a una clase de adverbios sino más bien a una función semántica se señalan ahora en el lexicón mediante reglas de redundancia así como mediante reglas que
que pueden desempeñar los adverbios y otras unidades (de nuevo la confusión de funcio- se aplican a varias categorías (las reglas transcategoriales o cross-categorial rules).
nes y clases). Willingly o prudentemente pueden desempeñar dicha función, como se apre- Del entrecruzamiento de ambas hipótesis surgen cuatro posibilidades de acerca-
cia en (25a), pero también pueden ejercer otras, como la de manera (25b): miento a los hechos gramaticales, como muestra el siguiente cuadro:
(25a) Juan, prudentemente, no contestó todas las preguntas.
(25b) Juan no contestó todas las preguntas prudentemente.
SEMÁNTICA SEMÁNTICA
Como hemos afirmado con anterioridad, el tratamiento del adverbio varía mucho INTERPRETATIVA GENERATIVA
entre unas y otras corrientes de la G.G.T. Hemos dicho también que, con frecuencia, se ha
utilizado esta categoría como argumento importante en defensa de una u otra corriente. En HIPÓTESIS
líneas generales se puede mantener que el tratamiento que se le ha otorgado depende espe- TRANSFORMACIONALISTA A B
cialmente del desarrollo de dos de las polémicas surgidas en el ámbito de la escuela:
a) El status asignado a la semántica. De aquí parte la distinción entre la semántica HIPÓTESIS
LEXICALISTA c D
generativa (y aquellas corrientes relacionadas), de un lado, para las cuales la estructura
profunda de las oraciones es de base semántica y, de otro lado, la semántica interpretati-
va, que, con creciente intensidad desde la teoría estándar extendida y revisiones posterio-
figura 3
En su aplicación concreta, sin embargo, cabe señalar que, de las cuatro posturas posi-
40
Fijémonos en que ??Juan rellenó el impreso con lentitud correctamente/ con cuidado correctamen- bles, no todas ellas han tenido el mismo desarrollo. En concreto, los partidarios de man-
te, etc. son también agramaticales. Ello nos da certeza de que Ja agramaticalidad de (24a) no obedece a la tener una base sintáctica se inclinan en su mayoría por la visión lexicalista -casilla C- (con
sucesión inmediata de dos adverbios tenninados en -mente, la cual plantea problemas de aceptabilidad o de algunas excepciones: casilla A), en tanto que los seguidores de la semántica generativa se
estilo antes que de agramaticalidad (Vreme llega actualmente a 'Zagreb clandestinamente y se reparte por sus- decantan decididamente por la hipótesis transformacionalista (casilla B ), hasta el punto
cripción: EP., 17-1-93, 5). Por otra parte, sería difícil justificar la coordinación de tales adverbios si se parte que la casilla D se puede considerar vacía42•
de estructuras profundas radicalmente distintas (rellenó el impreso lenta y torpemente). Como en el caso de la gramática estructural, trataremos de agrupar los distintos estu-
•• Con todo, a partir de los años 80 la tendencia se invierte. Una de las pocas excepciones previas es O. dios generativos de acuerdo con la propuesta defendida, intentando seguir en la medida de
M~rdup , en quien se entrecruzan Ja metodología generativista y Ja léxico-grarnátical de M. Gross: lo posible la sucesión cronológica de los trabajos para no perder el orden natural en la
Pour mieux connaftre les classes auxquelles ces solutions devraient s'appliquer, nous avons argumentación y contraargumentación.
procédé a une classification des adverbes et essayé de dresser des inventaires aussi complets que
possible. Ce n 'est pas un procédé habituel en grammaire transformationnelle, mais nous pensons
qu'il n'est pas possible de juger de l'intérét des propositions qui nous intéressent sans connaftre • Con todo hay que remarcar, como hace Jackendoff (1977, 6), la independencia teórica de los dos ejes
2
72 73
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
¡
El interés suscitado por el adverbio en las obras iniciales de la G.G.T. fue escaso. N.
Chomsky en Estructuras sintácticas (1957) apenas le dedica un párrafo. Nada dice del be Predicado
grupo más importante de adverbios, los de manera, que habrán de esperar a Katz y Postal
(1964) para entrar en el escenario generativista. (ID) FV ---.. { (FN) (Frase - Prep)(Frase - Prep)(Manera)
Como resultado de ello, N. Chornsky presta mayor atención al adverbio en su segun- V Adj
da obra, Aspectos de una teoría de la sintaxis (1965). En concreto, incide en el hecho S'
"bien sabido" de que en las construcciones Verbo-Frase Preposicional se pueden distinguir (like) Nominal - Predicado
varios grados de cohesión (1965, 97). De esta manera, señala corno en la secuencia (51),
que reproducirnos corno (26): Dirección
}
(26) he decided on the boat on the train Duración
(IV) Fr.a se - Prep _.. Lugar
(equivalente aproximado del español por el camino se decantó por el barco) { Frecuencia
.. .la segunda Frase Preposicional en (51) es simplemente un Adverbial de Lugar, etc.
que, como un Adverbial de Tiempo, no tiene ninguna conexión con el Verbo, sino que
modifica la Frase Verbal entera o quizá la oración entera. De hecho, puede ser faculta- En consecuencia, indica Chornsky, los verbos son subcategorizados con respecto a
tivamente prepuesta a la oración, aunque la primera Frase Preposicional de (51), que las frases preposicionales introducidas por (52III) pero no con respecto a las introducidas
está íntimamente ligada al Verbo, no puede, es decir, la oración on the train, he decided por (52II), es decir, los adverbiales de lugar y tiempo, asociados a la frase predicativa ente-
no es ambigua. (Chomsky: 1965, 98). ra. Los verbos pueden ser subcategorizados con respecto a los complementos verbales,
Concluye, pues, Chornsky que los adverbiales de lugar y tiempo pueden aparecer pero no con respecto a los complementos de la frase predicativa. Corno ejemplos de los
libremente con diferentes tipos de frase verbal en tanto que otras frases preposicionales primeros cita (1965, 99):
(así corno adverbios) aparecen bastante más ligados al verbo. Ello le lleva a modificar (27) dash-into the room (V-Dirección) ('irrumpir en la habitación).
ligeramente varias reglas de la base, que queda configurada de la siguiente manera: last-for three hours (V-Duración) ('durar tres horas').
remain-in England (V-Lugar) ('permanecer en Inglaterra').
En otras palabras, en las primeras páginas dedicadas a los "adverbiales" en Aspectos,
Chomsky se centra en la delimitación de lo que en el marco estructural unos años antes
Tesniere había denominado actantes y circunstantes. Con posterioridad, los sucesivos
estudios enmarcados en la ortodoxia chomskiana continuarán esta línea de trabajo
ampliando el número de nudos en que se puede insertar un adverbio.
Antes de continuar, querernos detenernos en este punto de la argumentación
1t is perhaps important to emphasize the logical independence of the Extended
chomskiana para señalar algunos problemas que surgen en el marco de la teoría están-
Standard Theory and the Lexicalist Hypothesis, since these positions have been iden-
dar (y que, en consecuencia, arrastrarán buena parte de sus seguidores) con respecto al
tified by and large with the same individuals and since both have been set in opposition
tratamiento que se da al adverbio. Es sabido que la G.G.T. de orientación ortodoxa es
to Generative Semantics. There is no a priori reason why the existence of surface struc-
una gramática de constituyentes. En la base solamente se insertan nudos categoriales del
ture semantic interpretation has any connection with the choice of a lexical or
tipo de frase nominal, nombre, verbo, frase preposicional, en tanto que las funciones
transformational source far derived nominals. One could well imagine a lexicalist ver-
sion of the Standard Theory or a transformationalist version of the Extended Standard
sintácticas se eluden por considerarse que se derivan automáticamente de la posición
Theory. In practice, however, the two hypotheses tum out to supplement each other. que ocupan dichos constituyentes. Sin embargo, en el caso de los adverbiales Chomsky
debe recurrir a nociones semánticas (que nos recuerdan a los tradicionales conceptos
Las razones de tal emparejamiento, que son de tipo metodológico y empírico, se pueden ver en la cita- sintáctico-semánticos de circunstancial de lugar, de tiempo, etc.) tales como Locativo,
da obra de Jackendoff, adonde remitimos (§1.3.). Temporal, y hace alternar los conceptos de frase preposicional (constitutivo) y Manera
74 75
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
(semántico). La cuestión de si estos términos refieren a nociones semánticas o sintácti- 2.3.2.1. Primeros estudios.
cas no queda clara en la obra, pero, sea como fuere, es una demostración clara de la
necesidad de recurrir a nociones funcionales en el acercamiento a esta clase de palabras. Kuroda (1968) enlaza con las paráfrasis propuestas por Katz y Postal (1964), limita-
De ahí la justificación del empleo de los términos citados. Obsérvese, sin embargo, que das a los adverbios de manera, pero distingue tres casos diferentes en relación con las
Chomsky no lleva a sus últimas consecuencias la sustitución de términos constitutivos siguientes correlaciones:
por otros semántico-funcionales: en realidad las posiciones ocupadas por frases prepo- a) John disappeared elegantly-John disappeared in an elegant manner.
sicionales en (52) pueden ser rellenadas igualmente por un adverbio (basta con sustituir b) *John disappeared unbelievably-John disappeared in an unbelievable manner-
en (27) dichas frases por un adverbio del tipo de aquí, mucho, etc.: duró mucho, per- Unbelievably, John disappeared.
manece allí). El resultado de todo ello será;' como vimos, que bajo la etiqueta de ad- c) John disappeared happily-* ?John disappeared in a happy manner-John was
verb(ial), no se aludirá en realidad a una clase de palabras sino a un conjunto de funcio- happy (John disappeared).
nes vagamente delimitadas•3 • Después de sopesar varias soluciones, concluye que las estructuras profundas corres-
pondientes a la serie a)-c) serían, respectivamente:
a) The mdnner (John disappeared in sorne manner) was elegant.
2.3.2. La hipótesis transformacionalista.
b) That John disappeared in the manner (John disappeared in sorne manner) is
En el fragor especulativo y transformacionalista de mediados de los años sesenta, la unbelievable.
voz de Chomsky quedó un poco apagada ante posturas más atrevidas (gramática de los c) John was happy (John disappeared).
casos, semántica generativa ... ). El resultado, en lo que respecta al adverbio, es un predo- En resumen, según la propuesta de Kuroda, los adverbiós procederían de distintos
minio general en la época, tanto entre los lingüistas que no pierden la filiación chomskiana tipos de estructuras profundas en las que siempre aparece un adjetivo subyacente.
como, evidentemente, entre los defensores de posturas heterodoxas, de la hipótesis trans-
formacionalista (Kuroda: 1968, Lakoff: 1968 y siguientes trabajos, McCawley: 1968,
Nilsen: 1972, Schreiber: 1972, Huang: 1976, etc.). 2.3.2.2. La hipótesis transformacionalista de base semántica (B).
No es nuestro propósito detenernos en el análisis de cada uno de los trabajos produ-
cidos en esta época, lo que nos apartaría demasiado de nuestro camino. Los presupuestos, Un poco anterior en su versión original (1965) aunque publicada con posterioridad
en líneas generales, son idénticos entre los distintos autores (los adverbios se derivan (Lakoff: 1970) es la tesis doctoral de G. Lakoff. En ella postula estructuras profundas
transformacionalmente de adjetivos de la estructura profunda, ésta se determina mediante semejantes a las defendidas por Kuroda, si bien se muestra más persistente en su análisis,
paráfrasis de las construcciones adverbiales) y, por otra parte, el tiempo ha hecho enveje- que mantendrá hasta los años setenta a través de numerosos trabajos en los que estudiará
cer rápidamente muchas de las propuestas. Por todo ello nos detendremos solamente en diversos aspectos del adverbio y de los adverbiales en general, tanto desde la perspectiva
aquellas que consideramos más características. lógica como desde la lingüística (perspectivas difíciles de diferenciar en sus escritos), en
prolongadas polémicas con Chomsky, Jackendoff o lógicos como Stalnaker, Parsons, etc.
Al igual que postulaba Kuroda, para Lakoff los adverbios de manera derivan de pre-
dicados más altos, de modo que la oración (28a) tendría como estructura de origen (28b):
43
Una cuestión en la que Chomsky se fija especialmente es en la estrecha vinculación que se da entre (28a) John hangs from trees recklessly ('J. se cuelga de los árboles temeraria-
los adverbios de manera y la transformación pasiva. En este sentido, se da cuenta de que los adverbiales de mente').
manera inciden en la subcategorización del verbo. La mayoría de los verbos aceptan generalmente adverbiales (28b) John is reckless in hanging from tress.
de manera pero hay algunos que los rehúsan y además, curiosamente, son los mismos que rechazan la trans- Lakoff cree (como repite en: 1970a, 341-42) que
formación pasiva, lo que origina que Chomsky haga depender esta transformación de la presencia de aquel
.. .la forma lógica de una oración tal como «Sam sliced the bagel carelessly [S.
constituyente. cortó (en rebanadas) la rosquilla descuidadamente]» tendrá que ser la misma que la
Es cierto que esa correlación se produce como reacción parcialmente concomitante ante los distintos de «Sam was careless in slicing the bagel [S. estuvo descuidado al cortar (e. r.) la ros-
estados de cosas. La disparidad es, sin embargo, demasiado profunda como para hacer depender la trans- quilla]»: esto es, «careless» sería un predicado diádico que pondría en relación un
formación pasiva de la posibilidad de aceptar o no un adverbio de manera (retomaremos este punto en individuo con un acto realizado por él, cosa que podría representarse esquemática-
§3.1.2. l.). mente como sigue.
76 77
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
o Katz y Postal entre los sentidos factivo y de manera en los derivados deverbales), en tanto
que (28a) sólo permite la interpretación (28b"). Para Chomsky esta última sólo se podría
V SN SN
explicar admitiendo la inclusión de un adverbio de modo en la estructura profunda con lo
1 1 1
careless X o que se vendría abajo la hipótesis de Lakoff. Chomsky, sin embargo, admite que ese
"adverbial de modo" podría ser algo semej ante a in reckless way, dando en cierta medida
V SN SN
cabida a la solución de Kuroda.
1 1 1
slice X y Habrá que esperar a Jackendoff (1972) para encontrar los argumentos más podero-
sos en contra de la hipótesis transformacionalista así como la solución más adecuada en el
Considerando que el sujeto gramatical subyacente de un predicado atómico hay marco de la lingüística chomskiana.
que definirlo como "el primer argumento de ese predicado atómico" (1970a, 342), Jackendoff (id., 51 y ss) muestra como el número y la variedad de fuentes (paráfra-
observa Lakoff que los predicados del mismo tipo que careless están sometidos a la sis) aumenta considerablemente en cuanto se incrementa la cantidad de adverbios que se
siguiente restricción: manejan: easily, frankly , assuredly, formerly, doubly, readily, etc. exigirían estructuras
El sujeto subyacente de «careless» tiene que ser una aparición de la misma varia- profundas distintas con la consiguiente pérdida de simplicidad de la gramática. Por esta
ble que el sujeto subyacente del predicado de actividad que se encuentre en la oración vía intenta proseguir la labor de la semántica generativa S.-F. Huang: vía imposible por-
inscrustada. que, co~ él mismo reconoce, en muchos casos (1976, 46, 60, 61, etc.) no puede explicar
(. .. )
la derivación que se necesita para llegar hasta la estructura superficial.
En la derivación transformatoria de las oraciones dotadas del adverbio «care-
En segundo lugar, y ello es grave, muchas de las transformaciones propuestas desde
lessly», la aparición superior de la variable se elide, y «careless» desciende a la cláu-
sula inferior, a la vez que se le añade «-ly»; llamaremos a este proceso «descenso del
la semántica generativa han de ser transformaciones ad hoc, válidas exclusivamente para
adverbio» (ibídem.). un número muy limitado de unidades léxicas, lo cual supone de nuevo una mayor com-
plejidad para la gramática.
Más arriesgado es todavía el análisis que propone para lo que Lakoff llama "adver- Es más, en múltiples ocasiones falla la simetría entre las construcciones adverbiales
bios de instrumento" (Lakoff: 1967). En sus obras posteriores el máximo representante de y sus correspondientes paráfrasis adjetivas. En esta línea insiste también M!llrdrup (1976,
la semántica generativa inicia un viraje hacia el tratamiento del adverbio desde una pers- 38 y ss).
pectiva lógica. Por estos años prolifera este tipo de estudios. A partir de la obra de R. La hipótesis transformacionalista es capaz de dar cuenta de un caso (aquel en que
Montague, English as a Formal Language (1970), en la que se pretende el desarrollo de coinciden adverbio y paráfrasis), pero todas las demás posibilidades han de ser considera-
una teoría semiótica de las lenguas naturales, se sucede un creciente interés por el estudio
das excepciones44 •
de los problemas que supone el tratamiento del adverbio en la lógica (muchas veces en
estrecha vinculación con los lingüistas de la G.G.T.): R. Bartsch (1972), Parsons (1972),
Thomason y Stalnaker (1973), Cresswell (1985), etc. 44
Piénsese, por ejemplo, en los que M!iirdup llama adverbes de phrase ('modificadores clausales'):
La reacción contra el enfoque transformacionalista no se hizo esperar por parte de los a) Puede existir Ja paráfrasis y no el adverbio correspondiente:
lingüistas de filiación chomskiana (Chomsky: 1968, Jackendoff: 1972, Weydt: 1973; la Es importante/admisible que.../ *Importantemente/admisiblemente, ...
obra de O. M!llrdrup: 1976, Une analyse non-transformationnelle des adverbes en -ment, b) Puede existir el adverbio pero no ser sinónimo de Ja paráfrasis correspondiente:
está por completo dedicada a rebatir las supuestas ventajas de dicha hipótesis), con argu- Seguramente/ciertamente . ../ Es seguro/cierto... que...
mentos en gran medida coincidentes. N. Chomsky (1968) ataca la viabilidad de las pro- c) Puede suceder que haya adjetivo pero el adverbio correspondiente no pueda funcionar como modificador
puestas que habían formulado McCawley (1968: sobre respectivamente) y Lakoff (1967: clausal:
sobre los adverbios de instrumento). En este mismo artículo también crítica Chomsky, Es útil/dudoso/bueno que. ../ *Útilmente/dudosamente/buenamente, ...
aunque con menos detenimiento (nota 17, pág. 298), el análisis de los adverbios de modo d) Puede, en fin, ocurrir que exista el adverbio "de phrase" pero no Ja correspondiente paráfrasis :
presentado por Lakoff (1965). Para Chomsky la derivación de (28a) a partir de (28b) pre- Aparentemente, .../ *Es aparente que...
senta serias dificultades, pues no cabe duda de que (28b) es ambigua y tiene aproximada- Hay además numerosas pruebas de carácter sintáctico y semántico, señaladas por M!iirdup (1976, 46-
mente los sentidos (28b') 'Juan es un temerario por colgarse de los árboles' y (28b") 'Juan 91) y por Jackendoff (1972, 84 y ss.), que muestran diferencias sistemáticas en el comportamiento de los
es un temerario por la forma en que se cuelga de los árboles' (distinción ya establecida por adverbios y las paráfrasis adjetivas. Así, por ejemplo, los adverbios oracionales -al contrario que sus paráfra-
78 79
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
Finalmente, el postulado de que con la hipótesis transformacionalista la categoría Resumiendo, el tratar transformacionalmente los adverbios crea más problemas de
adverbio sería eliminada de la base, con la consiguiente simplificación, también es nega- los que resuelve: hay que contar con un gran número de transformaciones, muchas de ellas
do por Jackendoff: siempre queda un resto de adverbios que no es factible derivar a partir propias de unos cuantos adverbios o de uno solo (piénsese en respectivamente), ello sin
de un adjetivo (mere/y, utterly, virtually, etc.). Por otra parte, hay ocasiones en que es el lograr eliminar el nudo adverbio de la base. Por otra parte, se pierde una intuición impor-
adjetivo el que debe ser derivado a partir de un adverbio. Es esta una cuestión de extre- tante: entre esa marabunta de estructuras profundas y transformaciones diferentes se obvia
mada importancia. Vimos como Kuroda en ocasiones hacía proceder al adverbio en -ly de la explicación de por qué se dan tan grandes similitudes en el comportamiento superficial
una estructura con un adjetivo subyacente, pero en otras, operaba a la inversa, es decir, la de los adverbios, lo que favorece la unicidad de la clase (Jackendoff: 1972, 54). Además,
frase con adjetivo (en algunas derivaciones de lo que denominamos caso c) se formaba en este tratamiento, las transformaciones se escapan del control del lingüista: son capaces
transformacionalmente a partir del adverbio (una de las grandes deficiencias de su obra de hacer todo. Entre el repertorio tradicional de transformaciones no se conocía nada
por cuanto no puede justificar esta contradicción). semejante; con anterioridad eran frecuentes las transformaciones de subida pero inexis-
El problema del emparejamiento adjetivo-adverbio ya fue tratado, como recordare- tentes las de bajada y menos destruyendo toda una cláusula. Es decir, no se simplifica la
mos, por la gramática tradicional y estructural y a él volveremos en§ 3.1.2. En este últi- base y se complica extraordinariamente el componente transformacional.
mo lugar veremos que l. Bosque señala como en la secuencia La única ventaja visible de esta postura es la de dar cuenta de la similitud de concu-
(29) Arantxa... la sorprendente ganadora del Roland Garros rrencias y restricciones selectivas entre adverbios y adjetivos. La hipótesis lexicalista tam-
bién puede dar razón, evidentemente, de dichas semejanzas. La manera en que lo hace, sin
no se nos indica que la ganadora tuviera entre sus cualidades la de ser sorprendente embargo, nos aproxima a otra postura defendida por algunos autores (Lyons: 1968, Radford:
sino más bien que había ganado sorprendentemente. Esta observación ya había llama- 1988) también transformacionalista, que igualmente hace derivar a los adverbios de los adje-
do la atención de algunos lingüistas y lógicos (vid. § 3.1.2., nota 24), pero lo cierto es tivos, pero mediante unos procedimientos más plausibles que los de la semántica generativa.
que ésta, que es una conclusión natural de la hipótesis transformacionalista, demuestra
la complejidad de tal propuesta. Según ella, los substantivos deverbales se forman por
transformación de oraciones nucleares45 : la sorprendente victoria de Arantxa derivaría 2.3.2.3. La hipótesis transformacionalista de base sintáctica (A).
de Arantxa venció sorprendentemente (después de la consiguiente reducción de la cláu-
sula de relativo de donde surgen los adjetivos). Es decir, en la propuesta transforma- Chomsky (1970, véase también Jackendoff: 1972, 60) desarrolló un juego de reglas
cionalista los adjetivos -al menos los modificadores de substantivos deverbales- proce- de la base para dar cuenta del hecho de que nombres y verbos tienen en gran medida idén-
den de adverbios. Pero, a su vez, dichos adverbios proceden de adjetivos por cuanto tica estructura de complementos. Piénsese en ejemplos como
ganó sorprendentemente procedería de ganó de una manera sorprendente. Por tanto, (30a) El leer rápido de Juan
del adjetivo sorprendente («ganó de manera sorprendente») procede el adverbio (30b) El leer rápidamente Juan.
sorprendentemente («ganó sorprendentemente») y de éste, de nuevo, el adjetivo sor-
Una gramática que derivara los adjetivos de cláusulas de relativo y los adverbios de
prendente («sorprendente ganadora»): es evidente que la gramática no gana en absolu-
cláusulas elevadas no podría expresar fácilmente el paralelismo mencionado. La solución
to en sencillez.
la encuentra Chomsky en el análisis en rasgos mediante reglas que sustituyan a
(i) N' (Adj.)-N-Complement
sis- no pueden ser focalizados, ni pueden aparecer en interrogaciones ni ser negados, complementados o coor- (ii) V'(= VP) (Adv.)-V-Complement
dinados. Compárese la distinta gramaticalidad de los siguientes ejemplos de Jackendoff:
por otras semejantes a la siguiente46 :
(i) *Did Frank probably beat all his opponents?
(ii) Is it probable that Frank beat all his opponents?
Desde el punto de vista semántico, M0rdrup demuestra que los adverbios y las paráfrasis adjetivas ni •• Donde X representa a un conjunto de rasgos sintácticos comunes a nombres y a verbos y el rasgo
tienen el mismo valor significativo ni pragmático (id., 86-91). Por tanto, su representación semántica ha de ser [±Verbo] distingue a los nombres de los verbos. Y es el conjunto de rasgos sintácticos comunes a adjetivos y
distinta. Como la semántica generativa no admite que las transformaciones puedan cambiar el significado de adverbios, diferenciados por el rasgo [±Adverbio]. La notación a se utiliza de manera paralela a como se
las secuencias, la posibilidad de asignarles idéntica estructura profunda debe quedar excluida incluso dentro emplea en la fonología: significa que si [+Verbo] es elegido en una aplicación particular de la regla,
de esa tendencia. [+Adverbio] debe ser escogido también y lo mismo para [-Verbo] y [-Adverbio]. Véase Chomsky (1970, n.
"Propuesta que Chomsky defiende en (1965) pero rechaza en (1970). 31) y Jackendoff (1972, 60).
80 81
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
expusimos ciertos reparos a esta manera de proceder. No las aduciremos ahora porque los
(iii) ([ Y ] ) - X - Complement propios defensores de la hipótesis lexicalista realizarán la correspondiente crítica interna.
a.Adv Recordemos, en primer lugar, todas las pruebas aducidas en contra de la visión de la
semántica generativa: las discordancias en el emparejamiento adjetivo-adverbio apoyan
una vinculación de tipo derivativo, con las irregularidades propias de este tipo de proce-
Uno de los fundamentos de la teoría X-barra se asienta en el deseo de mostrar las dimiento (añádanse además otras desviaciones de tipo semántico que apuntan claramente
similitudes en la estructura de complementos y especificadores que acompañan a las cate- hacia este tipo de vinculación47 ).
gorías principales. El caso de los adverbios y adjetivos utilizados como complementos es El criterio de las posiciones, por otra parte, no se puede sobrevalorar en este punto.
característico y, como ya hemos visto, no pasó desapercibido a los gramáticos tradiciona- Lo característico de las distintas clases de palabras es la capacidad de poder aparecer en
les y estructuralistas. Radford (1988, 138 y ss.) muestra de nuevo dichas semejanzas: diferentes contextos gramaticales, piénsese, por ejemplo, en verbos y substantivos: tam-
a) La relación morfológica (derivación mediante los sufijos -ly, -mente, etc.). bién ellos están en distribución sistemáticamente complementaria, con las mismas irregu-
Relación, por otra parte, productiva en el sentido de que si se crea un adjetivo nuevo, laridades que se señalaron más arriba y, sin embargo, salvo entre los semánticos generati-
automáticamente se puede utilizar el correspondiente adverbio. Además, si el adverbio no vistas más exagerados nadie defenderá que se trate de la misma clase de palabras.
termina en -ly suele adoptar la forma del adjetivo (ingl. hard,fast; esp. claro, bajo). Hay, por último, una discrepancia entre adjetivos y adverbios que no se puede expli-
b) Igualmente admiten el mismo tipo de premodificadores (ingl. very, rather, quite, car mediante el concepto de variación contextual. Contrariamente a lo que afirma Radford,
esp. muy lejano: muy lejos) . los adverbios se diferencian de los adjetivos porque admiten complementos con mucha
c) Y de complementos: dificultad (en realidad los ejemplos del tipo de paralelamente a, independientemente de,
(31) Her decision was independent of mine (esp. 'independiente de mí'). juntamente con, etc. son escasísimos, conforman la excepción antes que la norma de la
(32) She decided independently of me (esp. 'independientemente de mí'). categoría). Lo normal es que un adverbio esté incapacitado para admitir complementación
(Jackendoff: 1977, §2.3 48):
De hecho, la única diferencia entre las dos clases (apuntada por Lyons: 1968, §7.6.5.
( 34a) Temeroso de la revuelta, el rey...
y Radford: 1988, 139) radica en su distribución: Los adjetivos modifican nominales mien-
( 34b) *Temerosamente de la revuelta, el rey...
tras que los adverbios correspondientes se usan para modificar constituyentes adjetivos,
( 35a) Es evidente para mí que.. .
adverbiales, preposicionales y verbales, es decir los no nominales, como se observa en los
(35b) *Evidentemente para mí, .. .
siguientes ejemplos propuestos por Radford (ibid.):
(33) (a) There is a real crisis (A modifying N) Por tanto, en la teoría transformacional todas las transformaciones que crean
(b) He is really nice (ADV modifying A) adverbios, sea en el marco de la semántica generativa, sea en el que ahora estarnos tra-
(e) He walks really slowly (ADV modifying ADV) tando, deben ver restringida su aplicación a aquellos adjetivos que carezcan de comple-
(d) He is really down (ADV modifying P) mentos (entre otras restricciones de alcance más o menos general -como la negación-,
(e) He must really squirm (ADV modifying V) muchas ad hoc). Esta restricción, sin embargo, es fácilmente justificable bajo los presu-
puestos de la hipótesis lexicalista: las reglas de rescritura de la base (the phrase struc-
Todo ello nos demuestra que los adverbios y adjetivos están sistemáticamente en dis- trure rules) no generan complementos en las frases adverbiales.
tribución complementaria y, por tanto, de acuerdo con la tradición fonológica y morfoló- Por otra parte, el reconocimiento de supercategorías no anula la existencia de cate-
gica, debemos concluir que son variantes posicionales o combinatorias de una misma uni-
gorías inferiores ni, por supuesto, es necesariamente un mecanismo más económico:
dad. Podemos predecir cuál de las unidades aparecerá en un contexto dado de acuerdo con simplemente traslada de lugar la distinción, ya que ésta debe seguir manteniéndose en
el principio distribucional apuntado. la estructura superficial. Por tanto, si decimos que en la estructura profunda adverbios y
Por todo ello, conluye Radford (id., 141), los adjetivos y los adverbios deben ser tra-
tados corno diferentes miembros de la misma supercategoría, que prefiere llamar advecti-
vo (Advective) mejor que Adjerbo (Adjerb). 47
Vid. M!'Jrdrup: 1976, 127 y ss.: los adjetivos tienen una riqueza de significados muy superior a la de
El razonamiento es correcto pero parece discutible que sea útil su aplicación a esta los correspondientes adverbios derivados (más restringidos o especializados en una o unas pocas acepciones).
pareja de unidades. Como sabemos, esta postura había sido defendida ya por la gramática Los cambios de significado que se producen en ocasiones ya no hace falta mencionarlos (Vid. § 2.2.1.1.).
tradicional y estructural (con argumentos casi idénticos). En el lugar oportuno(§ 2.2.1.1.) Todas estas "anomalías" son características de la derivación.
•s Remitimos al §4.1.1.1. donde tratamos más detenidamente dicha cuestión.
82 83
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
adjetivos pertenecen a una misma categoría, todavía debemos asignar un rasgo Dejando de lado el emparejamiento adverbio-preposición so. centrémonos ahora en la
[±Adverbio], que distingue a los adverbios de los adjetivos de estructura superficial, y vinculación que nos venía ocupando, la establecida entre el adjetivo y el adverbio. El
que debe aplicarse en todas las reglas en que adjetivos y adverbios difieren. En conse- esquema anterior obligaba a asignar a éste los mismos rasgos que a aquél, es decir, [+V,
cuencia, sólo hemos sustituido el nombre tradicional de adverbio por el de [+Adverbio], +N] pero, si éstos están justificados para el adjetivo (agrupado desde las gramáticas más
magra ganancia. antiguas con una u otra categoría), en absoluto son válidos para el adverbio, de ahí la pos-
A pesar de todo ello, es lo cierto que una gramática debe dar cuenta de las relati- tura totalmente contraria de considerarlos preposiciones intransitivas [-V, -N].
vamente numerosas semejanzas existentes entre adverbios y adjetivos. La hipótesis Para dar justificación de las semejanza entre adverbios y adjetivos debemos recurrir
lexicalista lo logra -y en muestra opinión de una forma más adecuada. Aunque sea ade- a distintos rasgos clasificadores. Es lo que hace Jackendoff (1977, §3.2.), que utiliza los
lantándonos un poco a lo que desarrollaremos ·é n el apartado siguiente, queremos apun- de [±Sujeto, ±Objeto, ±Complemento, ±Determinante]. En su consideración, Adjetivos,
tar aquí de qué manera: gracias a la determinación de las categorías léxicas mediante Gradativos y Adverbios se agrupan en una misma subclase [-Sujeto, -Objeto], quedando
rasgos (Feature-based Syntax) y las generalizaciones transcategoriales (cross-category diferenciados los últimos con respecto a los dos primeros precisamente por su incapaci-
generalizations). En el capítulo 1, siguiendo el modelo de la fonología, nos hemos apro- dad para recibir complementación (véase más arriba§ 1.3., n. 34).
vechado también nosotros de este proceder49 • Lo importante es que un análisis basado en rasgos, tal como Jackendoff lo entiende,
En el marco de la sintaxis generativa, este modo de operar se inició de la mano de no anula la existencia de clases. El adjetivo y el adverbio son dos clases mayores diferen-
N. Chomsky (1970) y, a partir de entonces, adquiere un considerable desarrollo en los tes -a pesar de sus semejanzas-, generadas como tales en la estructura profunda. De la
trabajos inspirados en esa fuente, hasta el punto de ser uno de los pilares básicos de la teo- misma manera, en fonología la existencia de rasgos fónicos no determina el abandono del
ría X-barra. fonema como unidad lingüística (por más que también se haya intentado en la G.G.T.). Por
Junto a la convención X-barra, la gramática incluye un conjunto de rasgos distinti- otra parte, el análisis en rasgos permite dar cuenta fácilmente de generalizaciones trans-
vos sintácticos que definen a las categorías léxicas posibles en las lenguas naturales. categoriales, pues éstas se justifican por su vinculación a rasgos o conjuntos de rasgos
En la visión inicial de Chomsky sólo se toman en consideración las unidades léxicas antes que a categorías (véase Radford: 1981, 109 y ss.).
mayores, verbo, nombre y adjetivo, definidos por los rasgos [±V] y [±N], dando origen al
esquema siguiente:
2.3.3. La hipótesis lexicalista.
En las líneas anteriores hemos avanzado algunos de los principios esbozados por la
hipótesis lexicalista. En concreto, ahí señalamos como la vinculación entre adjetivos y
adverbios se puede justificar mediante reglas transcategoriales (frecuentemente fundamen-
tadas en el análisis en rasgos distintivos). No bastan éstas, sin embargo, para dar cuenta de
la extraordinaria complejidad de las relaciones establecidas entre las dos mencionadas cla-
que casi todos sus seguidores han tomado como base, completando la casilla vacía [-V,
-N] bien con una innombrada supercategoría ("todo lo demás (i. e. lo que no es ni N, ni ses de palabras, sometidas en múltiples ocasiones, como hemos visto, a la arbitrariedad
A , ni V)" (C. P. Otero en su Introducción a la edición española de Chomsky: 1957, págs. antes que a la regularidad. En el modelo que ahora estamos manejando es el lexicón el com-
ponente encargado de dar cuenta de todas estas regularidades y -sobre todo- anomalías.
1-li), bien con la preposición (Chomsky: 1981, Radford: 1981, 109; Hemanz y Brucart:
1987, 33). Según la hipótesis lexicalista, los adverbios se generan directamente en la base, en la
En un esquema como éste, donde no caben más de cuatro categorías mayores, el adver- misma cláusula en que aparecen en la superficie. Con ello se consigue simplificar gran-
bio ha de ser agrupado con los adjetivos o con las preposiciones si no se divide entre ambas
(Hemanz y Brucart: 1987, 33-35). Ninguna de las tres posturas nos parece satisfactoria.
so En este tipo de convención verbos, sustantivos, adjetivos y preposiciones forman las categorías mayo-
res y, por tanto, constituyen el núcleo de sus respectivas expansiones (frases). La preposición es, pues, núcleo
•• El análisis en rasgos distintivos es una de las principales aportaciones del estructuralismo (véase de la frase preposicional. La consecuencia natural de todo ello es la inclusión de toda la categoría adverbial
Coseriu: 1981 , cap. VIII) y constituye, sin duda, una de las grandes deudas contraídas por la G.G.T. para con en el seno de la preposición. Sin embargo, que sepamos, tal postura no se ha llegado a desarrollar de manera
el estructuralismo europeo. No en vano N. Chomsky fue discípulo de R. Jakobson, por el cual en repetidas tan tajante como en Jespersen y Hjelmslev. La confluencia afecta solamente a algunos adverbios, los situados
ocasiones manifestó su consideración. a medio camino entre las dos clases.
84 85
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
demente el componente sintáctico de la gramática: si bien en la estructura profünda apa- l. Adverbios que pueden aparecer en las tres posiciones, aunque con cambio de
recen más categorías que en la hipótesis transformacionalista, en contrapartida se limita significado según aparezcan en la inicial o final (la auxiliar es ambigua).
grandemente el poder de las transformaciones, al tiempo que las restricciones selectivas 2. Adverbios que pueden aparecer en los tres lugares sin cambio perceptible de sig
se definen no como condiciones de buena formación en la estructura profunda sino en la nificado.
interpretación semántica. Todo ello permite mantener una separación nítida entre la sin- 3. Susceptibles de figurar en posición inicial y auxiliar.
taxis y la semántica. 4. Adverbios de colocación auxiliar y final.
En consecuencia, el adverbio es considerado como una categoría sintáctica que se 5. Aquellos que sólo pueden aparecer en posición final.
inserta en las reglas de la base y, por tanto, ha de aparecer en el lexicón con unas entradas 6. En posición sólo auxiliar.
propias independientes de los adjetivos correspondientes, de existir. M!?)rdrup (1976, 192 Ahora bien, esta clasificación no puede satisfacer ni siquiera en una lengua como el
y ss.), siguiendo los pasos de Jackendoff, desarrolla esta idea mediante entradas como las inglés. Imaginemos un adverbio que aparezca en posición auxiliar: cinco clases de adver-
siguientes: bios pueden concurrir en ese lugar. Nos será imposible predecirle una interpretación
semántica. Ello le lleva a lo que él denomina un "refinado" de las reglas de proyección: se
/suntuosamente/ /suntuoso/ puede predecir mejor la interpretación de los adverbios atendiendo no a la posición super-
+Adv. +Adj. ficial que ocupa sino al nudo al que el adverbio está ligado: la oración, la frase verbal, etc.
RASGOS RASGOS SINTÁCT. El rasgo [+transportable], que Jackendoff toma de Keyser51, permite a cualquier constitu-
SINTÁCTICOS. REPR. SEMÁNT. yente marcado positivamente ocupar cualquier posición en un árbol sintagmático siempre
REPRESENTACIÓN y cuando siga manteniendo las mismas relaciones con sus ramas "hermanas". Un adver-
SEMÁNTICA. bio dependiente de la oración podrá ocupar, por tanto, las posiciones inicial (37i), auxiliar
(37ii) y final (37iii) (id., 73-74):
En fichas como éstas es fácil dar cuenta de las características idiosincrásicas de cada
unidad, al tiempo que mediante reglas de redundancia se pueden justificar las semejanzas (37i)
que tienen mayor alcance, como la siguiente (Radford: 1981, 132-3): s
Adv NP VP
(36) [AX]-> [ADv [AX] -ly] 1 1
Semantics (roughly):'in an X manner' evidently John V NP
1 1
ate the beans
A lo largo de este capítulo hemos hecho continuamente referencia a la obra de
Jackendoff. Aunque su tesis doctoral de 1969 (refundida y ampliada con otros artículos en (37ii)
1972) tiene un alcance muy general (se plantea el problema de cómo integrar el compo- s
nente semántico en una gramática transformacional), dedica todo un capítulo al adverbio
NP Adv VP
(cap. 3, 47-105), el cual puede considerarse clave en la aportación generativa al estudio de
1 1
esta categoría. John evidently V NP
Rechazada la hipótesis transformacionalista, Jackendoff se plantea la necesidad de 1 1
dar cuenta mediante otros procedimientos de la diversidad de valores adverbiales. En prin- ate the beans
cipio, le parece que los adverbios se pueden clasificar de una manera más coherente par-
tiendo de sus posibilidades distribucionales (id., 49 y ss.) antes que de sus características
" La cuestión de la movilidad de los adverbios se ha justificado de diferentes maneras dentro de la
semánticas. El orden rígido de la colocación de los adverbios en inglés favorece esta
G.G.T. (Vid. A. l. Ojea: 1974, 397): el enfoque clásico, aquí visto, todavía defendido por Nakajima (1986); el
posibilidad, más limitada en otras lenguas de mayor libertad con respecto a la colocación
de Pollock (1989), según el cual existe una sola posición para cada clase de adverbio, siendo el movimiento
de los constituyentes.
del verbo el responsable de las distintas localizaciones. A. l. Ojea defiende una propuesta tercera según la cual
Establece así seis clases de adverbios según su capacidad para aparecer en la posi-
los adverbios no se mueven sino que pueden ocupar distintas posiciones dentro de la estructura sintagmática
ción inicial, auxiliar o final:
inicial, condicionados por diferentes restricciones (véase más adelante la nota 56).
86 87
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
(37iii) Ahora bien, estas dos reglas no bastan para dar cuenta de todas las apariciones adver-
s biales. En concreto, nota Jackendoff que hay una serie de adverbios, normalmente no ter-
minados en -ly (hard, be/ore, early, down, alone ... ), que aparecen siempre en posición
NP VP Adv
1
final . Para estos, siguiendo una idea de Klima, sugiere la posibilidad de considerarlos
1
Jobo V NP evidently como preposiciones intransitivas generadas por la base en las mismas posiciones que las
1 1 frases preposicionales normales, por las que pueden ser sustituidos con frecuencia. Con
ate the beans
éstas, con las que suelen estar vinculadas morfológicamente, comparten también la posi-
bilidad de admitir término, lo que ilustra con ejemplos como los siguientes:
En tanto que un adverbio modificador de la frase verbal (de manera, por ejemplo) sólo (38) Johnny ran home/ into the house/ downstairsl down the stairs.
podrá aparecer en posición auxiliar (37iv) o final (37v) (id., 74-75 52): (39) Tommy didn't do amusing things like that alone/ by himself/ before/ before
(37iv) his tenth birthday! long! for many years.
s Klirna señala que la regla de la base que genera las frases verbales y nominales contie-
NP VP nen una NP (frase nominal) opcional tras el núcleo. Ampliando dicha posibilidad a las frases
1 preposicionales, se puede dar cuenta, sin un coste extra, de las preposiciones intransitivas:
Jobo Adv V NP
3. PP --.. P-(NP)
1 1 1
completely ate the beans
Jackendoff acepta el procedimiento. No le queda claro, sin embargo, por qué unida-
(37v)
des como hard o fast deben figurar en esta categoría53 •
s El segundo grupo de adverbios que quedan fuera de las reglas de base indicadas son
ciertos adverbios en -ly que ocupan, igual que los anteriores, inevitablemente la posición
NP Adv final. Discutidas varias posibilidades (asimilarlos a las preposiciones intransitivas, mover-
1
John V NP Adv
los transformacionalmente de la posición auxiliar), le parece lo más adecuado ampliar la
1 1 1
base permitiendo que dichos adverbios sean generados postverbalmente, pues, frente a la
ate the beans completely totalidad de los adverbios vistos hasta el momento, éstos son los subcategorizados estricta-
mente por el verbo. Es decir, 2 ha de ser sustituida por
La ambigüedad de los adverbios que aparecen en posición auxiliar se puede justifi-
car de esta manera fácilmente: es un caso típico de ambigüedad estructural. En (37ii) el
Adv. }
adverbio depende del nudo S, en (37iv) de VP. 2'. VP~(Adv.)-N ( *)
Desde el punto de vista sintáctico, todos estos hechos se pueden explicar mediante {
PP.
dos reglas, aplicables respectivamente a los adverbios oracionales y a los modificadores
de predicados: En resumen, para dar cuenta de las tres posiciones nos basta con las dos reglas men-
Adv.} cionadas que generan en la base a los adverbios oracionales (1) y a los adverbios modifi-
l. S NP-Aux-VP- ( ~p *)
{
2. VP (Adv.)-V-(NP) ' Es evidente que dichas palabras (y otras como alone o long) deben quedar bien diferenciadas de las
3
verdaderas preposiciones intransitivas (down, before, along). En este punto el inglés, como el griego clásico,
mantiene restos de la situación del antiguo indoeuropeo: las preposiciones proceden en su mayoóa de adver-
' La fuerte ligazón entre el verbo y el complemento directo hace que en inglés no sea posible interca-
2
bios que, en casos como los presentes, adquieren los nuevos empleos sin abandonar los antiguos. Son, por
lar adverbios entre ambos constituyentes, bloqueando *John ate complete/y the beans (no sucede lo mismo en tanto, adverbios que han ampliado sus posibilidades paradigmáticas. Considerarlas preposiciones intransitivas
castellano: Juan comió rápidamente sus judías). Por otra parte, simplificamos algo la exposición de es, desde nuestro punto de vista, tan licito como clasificarlos entre los adverbios transitivos. No vamos a entrar
Jackendoff: cuando entran en juego varios auxiliares se producen ciertos fenómenos que afectan en esta cuestión. Lo importante es señalar su comportamiento caracteóstico. En todo caso, en castellano no
exclusivamente a la gramática del inglés. existen adverbios-preposiciones que se comporten de igual manera.
88 89
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
cadores del predicado y subcategorizados (2' ), junto con la regla 3. ~ar las p_re?~icons c) La tercera estructura semántica está integrada por paráfrasis de manera, grado y
intransitivas. Mediante transformaciones y el rasgo [+transportabilidad] se Justifican las tiempo. En ellas debe añadirse una frase preposicional a la oración, la cual se incrusta
posiciones que pueden ocupar. . . entonces corno una cláusula de relativo en el sujeto de la principal, una copulativa que
Ahora bien, todavía sigue en pie el problema de cómo evitar que todos los adverb10s contiene un adjetivo:
en -ly puedan ocupar las tres posiciones.
Los apartados 3.7 y 3.8 los dedica precisamente a demostrar que se pueden est~bl • (45) The manner in which Dave speaks is eloquent/ The times at which Bob
walks... are infrequent.
cer clases distribucionales basadas en la semántica. Es decir, bastará con conocer el sigm- (esp. La manera en que Juan habla es elocuente, correspondiente a Juan
ficado del adverbio para predecir en que posiciones podrá aparecer. habla elocuentemente).
La hipótesis lexicalista postula la necesidad de mantener una separación nítida entre
La semejanza de significado entre estas últimas secuencias (45) y sus correspon-
semántica y sintaxis. Aquélla se manifiesta mediante reglas de proyección que se pueden
dientes versiones con adverbio no es debida a la identidad formal de las estructuras pro-
aplicar en distintos lugares del ciclo derivativo (no sólo en la estructura pr?~unda corno
fundas , evidentemente, sino a que las frases preposicionales y adverbios encajan de idén-
pretendía la teoría estándar). Para el establecimiento de las reglas de proyecc10n a que ~an
tica manera en sus respectivas interpretaciones semánticas mediante una misma regla de
lugar los adverbios, Jackendoff recurre a las paráfrasis adjetivas: corno los tr~nsfoai proyección. En ella los mencionados adverbios se incorporan como un añadido o especi-
nalistas. La diferencia estriba en que para Jackendoff los adverbios no se denvan smtacti-
ficación adicional de la función verbal correspondiente, sin cambiar el número o la mane-
carnente de los adjetivos: simplemente hay coincidencia en la interpretación semántica.
ra de incorporación de los argumentos subcategorizados estrictamente. En esquema, su
Según Jackendoff, las estructuras semánticas de las oraciones que contienen adver-
representación semántica es:
bios (no subcategorizados) se pueden agrupar en los siguientes tipos mayores (1972, 69-
73): (46)
a) Paráfrasis en que aparece una oración embebida corno un complemento de una
cláusula copulativa que contenga un adjetivo y, o bien no hay otro argumento en la cláu-
sula principal o bien aparece una frase nominal referida al hablante (sentido neutro Y
orientado al hablante respectivamente). Las paráfrasis difieren entre
Así puede explicar Jackendoff la identidad de significado producida entre break
(40) It is evident (to me) that.. ./ lt is certain (*to me) that.../ l am happy that ... violently y smash. El rasgo de violencia en el primer caso se añade a break mediante (46),
(esp. Es evidente (para mí) que... que se corresponde con Evidentemente,. .. ). en el segundo caso aparece incorporado ya en la entrada léxica.
Aunque las estructuras sintácticas varían, la semántica puede ser representada por d) El cuarto grupo, formado por merely y adverbios similares, con posterioridad, en
(41) ADJ (f (FN1,. .., FN") §6.5, será incluido en el apartado de las unidades asociadas a la focalización.
(42) ADJ (HABLANTE, f (FN1,. .. FN")) Establecidas, de una parte, las estructuras sintácticas y, de otra, las representaciones
semánticas, el componente semántico de la gramática debe poner en relación unas con las
Se trata de predicados de una plaza en que se predica un adjetivo de una oración y otras. Ésta es la tarea de las reglas de proyección. En el lexicón los adverbios deben ser
posiblemente del hablante. marcados con respecto a las estructuras semánticas en las cuales puede entrar: ciertamen-
b) El segundo tipo mayor de interpretación tiene una paráfrasis en la que la oración te debe ser predicado sobre una oración; prudentemente se predicará sobre una oración y
está embebida corno un complemento de otra superior que contiene un adjetivo. Además una FN (normalmente el sujeto); rígidamente será apropiado para modificar funciones ...
una de las frases nominales de la oración originaria, normalmente el sujeto superficial, Cada una de estas estructuras semánticas lleva asociada una regla de proyección. La regla
debe aparecer en la principal. Por ello las denomina orientadas al sujeto. Le corresponden apropiada para ciertamente (Jackendoff la denomina PHABLANTE• PH) incrusta la estruc-
paráfrasis corno las siguientes: tura funcional de la oración como un argumento simple del adverbio; la de prudentemente
(43) John was careful to .. .llt was clumsy of John to.. ./ John was clumsy in... (PsuJETO• Ps) incrusta la estructura funcional como un argumento del adverbio y al suje-
(esp. Juan fue prudente al... y su correspondiente Juan, prudentemente,. .. ). to de la oración como el argumento FN 1; la proyección apropiada para rígidamente,
Para éstas, las estructuras semánticas correspondientes presentan un predicado de frecuentemente y prudentemente (cuando es modificador del predicado), PMANERA (PM),
sitúa al adverbio como un marcador adicional de la función.
dos plazas:
Puesto que las reglas de proyección asignan una interpretación semántica a una ora-
(44) ADJ (FN1, f(FN1,. . .,FN"))
ción sobre la base de su estructura sintáctica, las mismas deben incluir una descripción
90 91
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
estructural que indique a qué árboles se aplica: PH y Ps se aplican a adverbios generados Jackendoff les asigna no es del todo adecuado. Según éste, el adverbio de manera es un
en O, PM a los generados por FV. Si un adverbio se incrusta en una posición inadecuada, argumento añadido al verbo que no modifica en nada ni el número ni la clase de los argu-
el resultado será anómalo. Por ejemplo, si ciertamente se utiliza como un adverbio de mentos que aquél exige. Esto no es cierto:
manera En primer lugar, el adverbio de manera puede subcategorizar al sujeto y al objeto
(47) Juan contestó la pregunta ciertamente (... ) exigiéndole un determinado carácter semántico (Juanl*la roca le aplastó cobarde-
mente, Juan siguió lealmente aljefe/*la senda).
la construcción quedará bloqueada porque dicho adverbio contiene una variable que debe Pero es que, además(. ..) el modificador verbal rige el número de argumentos que el
ser ocupada por la estructura funcional de la oración. Se produce así, la interpretación verbo puede incorporar. Un adverbio como ambiciosamente exige dos argumentos
CONTESTAR " (sujeto y objeto) de forma obligatoria; de ahí que tengamos Juan cogió ambiciosamen-
te el paquete pero no *Juan se agachó ambiciosamente, *Juan ríe ambiciosamente,
(JUAN, LA PREGUNTA) etc. (A. López: 1976, 125-126).
CIERTAMENTE (O)
Finalmente, algo que llama la atención en los estudios generativos anteriores a
mal formada por cuanto la variable O queda sin ocupar. De la misma manera, mediados de los setenta es el escaso interés suscitado por las unidades intermedias de la
sintaxis. Los adverbios que hemos visto hasta ahora dependían siempre de los nudos FV
(48) Prudentemente, llovió toda la noche.
y O. Concentradas las fuerzas en el estudio de la estructura oracional, quedaron fuera de
resultará agramatical por la ausencia de un nombre que cubra la posición del argumento toda consideración aquellas unidades y funciones no ligadas directamente a dicho nudo.
FN 1 de (44). Una parte importante del estudio adverbial, el dedicado a los modificadores de adjetivos
Hasta aquí el núcleo del trabajo de Jackendoff, cuyos puntos principales se pueden y otros adverbios sufrió directamente este olvido.
resumir en: Este proceso se invirtió a partir del desarrollo del modelo X-barra, centrado precisa-
-El adverbio es una categoría de unidades insertas en la estructura profunda, inde- mente en poner de manifiesto las semejanzas que existen en la estructura de los
pendiente de los adjetivos. complementos de las categorías mayores (la oración, el verbo, el nombre, el adjetivo, el
-El adverbio es una categoría de géneración múltiple, es decir, se genera en distintos adverbio). El propio J ackendoff participó activamente en el desarrollo de este nuevo enfo-
lugares de la estructura profunda. que (Jackendoff: 1977). Aunque hay discrepancias en el número de expansiones que
-Según el lugar en que se generen, se le deberán asignar distintas interpretaciones puede recibir una unidad (en el número de barras que se pueden sobreponer a X)54 , un
semánticas. esquema como el siguiente (en el que X representa a cualquiera de las categorías léxicas)
Estas son las líneas generales que mantendrán los trabajos posteriores dentro de la puede considerarse una generalización suficientemente significativa del comportamiento
corriente sintacticista, dedicados sobre todo a concretar puntos que en Jackendoff quedan semejante de las mencionadas unidades:
insuficientemente tratados.
El capítulo de Jackendoff dejaba todavía muchas cuestiones en el aire o poco perfi-
ladas. Las clases distribucionales que establece son caóticas (piénsese, por ejemplo, que
en la clase Y aparecen adverbios tan diferentes como hard, more, less, before, early,fast,
X
home, slow, terribly, lengthwise, etc.). Mll)rdrup (1976) intentará completar la clasificación
teniendo en cuenta un mayor número de características. El estudio funcional también pre-
senta deficiencias. Los adverbios oracionales ofrecen la suficiente variedad como para no Espec x X
caber en las dos subclases de sentido neutro y orientado al hablante establecidas por él
(Huang: 1976; Mll)rdrup: 1976). Por otra parte, la distinción entre éstos últimos y los orien- X Comple x
tados hacia el sujeto queda sin delimitar completamente, pues ambos son tratados conjun-
tamente por Jackendoff bajo el nudo O y, sin embargo, manifiestan un comportamiento
sintáctico claramente diferente (M0rdrup: 1976). Por lo que se refiere a los adverbios de·
manera, S. C. Dik (1975) profundizará en el estudio de sus restricciones selectivas. En este " Véase Radford (1981, 101). Por necesidades tipográficas, cuando sea necesario, reproduciremos las
punto además, A. López (1976, 125-6 y 1977, 157-8) demuestra que el tratamiento que barras mediante apóstrofos (X' , X", X"') siguiendo la convención utilizada por R. Jackendoff (1977).
92 93
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
Aceptando esta convención (y sustituyendo la variable X por O o V), es fácil situar en la cual cada sintagma domina a los situados a su derecha. Aceptada esta estructura, se
en el nivel de representación adecuado todos los adverbios manejados hasta el momento. defiende la hipótesis de que existen adverbios asociados a cada una de estas categorias
Así, si aunamos las aportaciones de Jackendoff (1977, 64-83) y Mª T. Espinal (1985, 15), léxicas y funcionales 56 •
se podrá distinguir entre: Habrá así adverbios en el sintagma verbal, adverbios oracionales y, con respecto a
a) Complementos de V' , es decir, complementos subcategorizados de verbos tales las categorías funcionales, adverbios en SAsp (aspecto), en ST (tiempo), Adverbios moda-
como encontrarse, sentirse, (com)portarse, estar o vestir. Se trata de argumentos verbales. les y adverbios en S1: (polaridad). A su vez, los adverbios en el SV y los oracionales
b) Complementos de V". Los complementos de X" son los modificadores restricti- podrán ser predicados monádicos (aquí, cerca, bien, lógicamente, absurdamente, tarde,
vos. Por ello entran aquí las frases, adverbios y cláusulas adverbiales de manera, medio, antes, etc., en SV; fu.ndamentalmente, esencialmente, claramente, consecuentemente ...
tiempo, instrumento, etc. Son complementos ~o subcategorizados del verbo pero que for- entre los oracionales) o diádicos, que se corresponden, respectivamente, con los que
man parte del predicado. Jackendoff denominaba orientados al sujeto (deliberadamente, voluntariamente, pacien-
c) Complementos de la oración. Se trata de aquellos modificadores oracionales que temente... ) y al hablante (francamente, sinceramente, honestamente... ). En SAsp figuran
mantienen relación semántica particular con algún elemento de O". Son los adverbios ora- adverbios como siempre, ya, todavía, frecuentemente, etc. Evidentemente, obviamente,
cionales dominados por O (pensemos en los orientados al sujeto). quizás... son adverbios modales, y también, tampoco, prácticamente, apenas figuran entre
d) Adjuntos de la oración. Son los modificadores oracionales que, a diferencia de los los adverbios de polaridad.
l
anteriores, actúan sobre toda la proposición sin mantener relación semántica particular con Como comprobaremos en el capítulo siguiente, esta línea de trabajo coincide en líne-
algún constituyente de O". Son los adverbios oracionales dominados por O' (por ejemplo, as generales con la que, desde los supuestos de la gramática funcional, defiende S. C. Dik
los modales). (1989). Por otra parte, queda claro que en las últimas décadas de la G.G.T. se produce un
e) Disjuntos de la oración. Constituyentes externos sintáctica y semánticamente con profundo cambio de perspectiva con respecto a los estudios de los años 60-70: admitida la
respecto a O. Carecen de relación estructural o funcional con respecto a O o a cualquier
existencia de las clases del adjetivo y adverbio, no interesa tanto estudiar de dónde proce-
miembro de O" . Son los adverbios oracionales disjuntos dominados por O" (por ejemplo,
den cuanto analizar las estructuras en que pueden aparecer, lo que, desde nuestro punto de
los parentéticos y los orientados al hablante).
f) Conectores lingüísticos. Unidades que establecen un vínculo nexual entre la vista constitutivo-funcional, viene a corresponde con el estudio de la larga lista de fun-
secuencia que acompañan y alguna otra unidad del contexto. Incluye aquí Mª T. Espinal ciones que el adverbio está capacitado para desempeñar. Este será el objeto al que dedi-
los adverbios y locuciones similares a esp. sin embargo, bien, por supuesto, así pues, etc. quemos nuestro siguiente capítulo.
g) Complementos de A" o Adv", es decir, premodificadores del adjetivo y del
adverbio del tipo de esp. completamente/realmente/parcialmente corrupto/bien.
* * *
h) Complementos de P" , es decir, de las frases preposicionales: completely up the
tree, partly into the room, esp. más hacia arriba.
Lo que más claramente diferencia la manera de proceder de la teoría X-barra res- A lo largo de las páginas de este capítulo hemos podido observar cómo el avance de
pecto al generativismo anterior es el detalle en las descripciones de la estructura de los la lingüística -al igual que el del resto de las ciencias- se puede representar en forma espi-
complementos de las categorías mayores. Ello lleva a una aproximación de la estructura ral. Los viejos temas, los viejos presupuestos vuelven siempre a ser retomados por las
profunda a la superficial. Esta misma línea se continúa posteriormente en el marco del
generaciones más jóvenes, pero no para volver al mismo punto, lo cual anularía todo pro-
Modelo de los Principios y los Parámetros. Recientemente ha aparecido en español un
greso. El avance no es circular, cada vez que se alcanza de nuevo la línea del cenit el astro
estudio del adverbio enfocado desde este marco (Ana l. Ojea: 1994), lo que nos permitirá
ilustrar el cambio de orientación que tal modelo implica.
Una de las características de dicho modelo se centra en el reconocimiento de catego-
rías funcionales por oposición a las tradicionales léxicas (FN, FY, adjetivo ... ). En este sen-
56
Los adverbios se conciben como predicados secundarios que se generan típicamente en posiciones de
tido, señala A. Ojea, se puede partir de la siguiente estructura oracional para el español: adjunción (id., 397), salvo los modales, que son operadores capaces de inducir el modo oracional (id., 411).
Por otra parte, con respecto a la cuestión de la movilidad de los adverbios defiende la propuesta de que:
(49) [SConcS(N) [SConcS(V) [SL [SModo [ST ([SAux) [SAsp [SV. .. 55
los distintos adverbios no se mueven, sino que pueden ocupar más de una posición en la
estructura sintagmática inicial, pero estas opciones están rígidamente condicionadas por a) la
" Donde SConcS equivale a sintagma de concordancia entre el verbo y el sujeto (desdoblada por pose- organización de los constituyentes léxicos y funcionales en español (. ..), b) la posición inicial del
er ragos nominales y verbales en SConcS(N) y SConcS(V)); SL equivale a sintagma de polaridad; SModo, a sujeto dentro del SV y las propiedades del movimiento de éste y del núcleo verbal y c) la catego-
ría o categorías que un adverbio puede modificar, es decir, sus requisitos léxicos (ibid.).
sintagma modo; ST, a sintagma tiempo; SAux, a sintagma auxiliar; SAsp, a sintagma aspecto.
94 95
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en la tradición gramatical
se ha alejado un poco más del punto en el que inició la órbita. Los conocimientos adqui- de reducir el alcance de la categoría a series de comportamiento más homogéneo y no se
ridos se han convertido en fuerza centrífuga cada vez más poderosa. nos olvida que en los apartados correspondientes tuvimos que reconocer que los rasgos
De esta manera no nos pudo extrañar que posturas y opiniones o intuiciones, a unificadores señalados con mayor frecuencia no dejaban de encontrarse con dificultades
veces rancias a veces vigorosas, de la gramática tradicional, adquirieran nuevo auge y en la tarea de abarcar a tan heterogénea categoría.
desarrollo entre los autores de la gramática estructural y generativa. Las cuestiones
acerca de si el adverbio había de ser considerado como una clase de palabras o como
mera variante de otras clases (sobre todo el adjetivo y la preposición) son paradig-
máticas en este punto.
Otro aspecto que hemos podido constatar en las páginas precedentes de este capí-
tulo es el de que, a pesar de la diversidad de método, de filosofía de la ciencia subya-
cente, de objetivos que mueven a las distintas corrientes lingüísticas, los hechos del len-
guaje son idénticos para todos, lo que los lleva en muchas ocasiones a transitar por el
mismo trayecto, aunque sea paralelamente, sin encontrarse. Pudimos comprobar, por
tanto, como las soluciones que nos parecían más adecuadas dentro de los tres marcos en
que dividimos nuestro capítulo eran en gran medida coincidentes y compatibles. Así,
por ejemplo, en la polémica acerca de si convenía considerar al adverbio como una
variante flexiva de otra categoría o como una forma vinculada de manera derivativa con
aquélla, en los tres modelos se acababa reconociendo como preferible la segunda
opción, mucho más económica. Su aceptación, sin embargo, no siempre conlleva la sufi-
ciente coherencia (recordemos, por ejemplo, que Jackendoff desvincula con nitidez
adverbios y adjetivos, al tiempo que dedica precisas páginas a demostrar la inviabilidad
de generar a aquéllos a partir de éstos: sin embargo, a la hora de asignarles una inter-
pretación semántica a las estructuras adverbiales no siente ningún reparo en partir jus-
tamente de adjetivos).
En la misma línea de evolución coherente hemos visto también que los desarrollos
internos de cada escuela han sido en gran medida coincidentes: todas las escuelas han
partido de la natural y evidente vinculación del adjetivo con el verbo y han sido reti-
centes a tomar en consideración nuevas funciones adverbiales (pensemos por ejemplo
en la G.R.A.E. o en la G.G.T., que hasta el surgimiento de la teoría X-barra apenas se
dio cuenta de la existencia de la modificación del adjetivo, del adverbio o de otras uni-
dades inferiores a la cláusula). Pero, superada esta reticencia inicial, los resultados obte-
nidos son en gran parte concomitantes: así lo demuestra la gran semejanza existente
entre los conceptos tradicional y estructural de submodificativo y término terciario y los
resultados aportados por la convención x-barra acerca de la estructura de la frase, como
arriba apuntamos.
Conceptos como éstos son de gran ayuda cuando se pretende defender la unidad de
la categoría adverbial. En este sentido es conveniente recordar que la mayoría de los estu-
dios que en este capítulo hemos manejado defienden esa unicidad al tiempo que aceptan
en líneas generales el inventario que la tradición gramatical ha consagrado como propia-
mente adverbial.
No obstante, en la bibliografía sobre el adverbio no escasean los autores que tratan
96 97
3. EL ADVERBIO EN ESPAÑOL. INTENTO DE CARACTERIZACIÓN (I). LAS
FUNCIONES DEL ADVERBIO (Y LAS FUNCIONES ADVERBIALES).
3.0 INTRODUCCIÓN.
Casi todos los autores, sean de una u otra corriente, coinciden en resaltar la función
de modificador del verbo como el empleo más característico del adverbio. La estadística
realizada por P. Domínguez (1970, 296) indica que ésta es con mucho la función predo-
99
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
TOTAL 3598 100 1625 100 5223 100 Figura lbis: Las funciones del adverbio.
Figura 1: Estadística general. Tradicionalmente, por modificador del verbo se entiende la función de complemento
circunstancial en sus variadas manifestaciones semánticas de lugar (1), tiempo (2), modo
(3), cantidad (4), afirmación, negación, duda (5), etc.3
1
En orden decreciente Je siguen las de modificador de oración (8.3%) y de otro adverbio (2.5%). Pese
a que estas cifras deben manejarse con cuidado, pues P. Domínguez no da cuenta de todas las funciones adver-
(1) Los libros quedaron arriba.
biales, son elocuentes en lo que se refiere a la primacía de Ja función modificadora de un verbo. Nuestro cor-
(2) Antes o después todos cedían.
pus de trabajo, considerablemente más extenso que el de P. Domínguez, corrobora esta preeminencia: el
( 3) El niño descendió apresuradamente las escaleras.
58.95% de las apariciones adverbiales corresponden a modificadores del verbo (concretamente, el 61.16% en
(4) Apenas recordaba a la muchacha.
Laberinto y el 57.94% en Sonrisa). Para estas cifras hemos eliminado la distorsión que representa el adverbio (5) Quedó ciertamente impresionado por su actitud.
no, pues él solo representa el 41 % de todas las apariciones. Si se le incluyera, el porcentaje aumentaría consi-
derablemente (en Laberinto, por ejemplo, subiría al 69.81 %). Las clasificaciones semánticas plantean, sin embargo, grandes problemas cuando se
2
Así proceden, por ejemplo, César Hernández (1974, 54-55) y P. Carbonero (1978, 183-84), para los aplican a las unidades sintácticas, y más en una metodología como la tradicional en la que
cuales verbo o sintagma verbal implica oración y, por tanto: no siempre ha estado muy clara la diferencia entre funciones semánticas y sintácticas. En
... a partir de una función primera de adyacente de verbo, se extiende a modificador de nexus una secuencia como la siguiente:
y en una segunda ampliación de funciones llega a mediatizador o enmarcador de toda la oración;
de ésta a la función de equivalente oracional no hay más que un paso en el coloquio, ya que exis-
3 El signo etc. figura al fin de todas las listas tradicionales. Como señala A. Chervel: «Le probleme
ten [sic] una serie de unidades supuestas, comunes en el código de emisor y receptor, que no nece-
sitan explicarse más que una sola vez. Todas éstas son, pues, funciones de la misma serie (C. majeur des circonstanciels était, et est encore, l'impossibilité d'en arreter une liste exhaustive» (citado apud
Hernández: 1978, 54). Gosselin: 1990, 37).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en espanol. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(6) Su hijo lo miró y demoró brevemente la respuesta 3.1.1. Complemento circunstancial, suplemento y complemento adverbial.
el adverbio brevemente podría ser considerado C. CIRC. tanto de tiempo como de canti- Por dicho motivo, la función de complemento circunstancial, ha sido delimitada y
dad (en realidad indica una cantidad de tiempo). precisada desde una perspectiva puramente sintáctica. Son ya clásicos los estudios de
Desde una perspectiva semántica clasifica S.-F. Huang (1976, 13-31) los adverbios y, Alarcos (1968) y G. Rojo (1985) en los que van desgajando de su seno las funciones de
dejando de lado los locativos (temporales o espaciales), establece el siguiente número de suplemento (nuclear, regido, no conmutable por adverbio sino por un pronombre precedi-
valores semánticos incluibles dentro de lo que la gramática tradicional denomina C. CIRC.: do de preposición, no eliminable sin alteración de la estructura básica, sin libertad posi-
a) de estados mentales (indican el estado mental de alguno de los participantes en la cional) y de complemento adverbial (nuclear, no regido, conmutable por adverbio), que-
acción): Metió el coche cuidadosamente. en el garaje. dando reservado el término de complemento circunstancial, aditamento (Alarcos) o saté-
b) de manera (caracterizan la acción indicada por el verbo): Juan anda lite (G. Rojo) para aquellos complementos de carácter marginal conmutables por adver-
dificultosamente. bio, suprimibles sin alteración de la estructura básica, de gran libertad posicional, etc.
c) evaluativos (expresan una evaluación de la participación del actor en el evento): Como observamos, el papel del adverbio es valioso a la hora de arrebatar estas par-
Escapó astutamente del campo de concentración. celas funcionales del antiguo tronco común. No creemos, sin embargo, que haya de ser
d) de resultado (describen aspectos del resultado de un evento): Deletreó la palabra considerado decisivo. En efecto, son necesarios sólo dos rasgos para justificar adecua-
correctamente. damente las tres funciones. A partir de esa suma, los demás han de resultar forzosamente
e) gradativos (sirven para indicar una gradación o la reacción del hablante ante tal redundantes:
gradación): Creció mucho/sorprendentemente.
f) "performativos" (indican la relación del hablante con el acto de habla; suelen equi-
valer a un 'hablando_ _ ' o a algún predicado abstracto equivalente): Honestamente,
no sé qué decirte. nuclear regido
g) de punto de vista (indican la perspectiva desde la que se enfoca el acto de habla,
aditamiento, - -
pueden ser sustituidos por un 'desde el punto de vista_ _ '): Personalmente, no satélite
encuentro justificación en su actitud.
h) conjuntivos (enlazan con algo previamente mencionado, con respecto a lo cual suplemento + +
establecen un paralelismo, una contradicción, una consecuencia, etc.): ... Paralelamente régimen
se desarrolló el comercio del cobre. c. adverbial + -
i) "epistémico!>"' (sugieren como ha de ser entendida la totalidad de lo enunciado
dentro de un contexto más amplio de verosimilitud, probabilidad, etc.): Indudablemente,
han estado aquí.
j) de actitud (expresan una evaluación externa del evento realizada por el hablante. Cuadro 2
Su incidencia es parecida a la del grupo anterior, pero nos dan una evaluación moral o
emotiva antes que lógica): Desgraciadamente, está enfermo.
Ése es el problema de Alarcos (1968). Aditamento y suplemento sólo se pueden dife-
El distinto comportamiento de estas clases semánticas hace que Huang las agrupe en
renciar por un rasgo distintivo. En cuanto entran en juego otros (Alarcos maneja bastan-
series de estructuras profundas diferentes. Evidentemente, desde una perspectiva funcio-
tes: además de los vistos, el desempeñar las mismas funciones semánticas que el imple-
nal no basta con que estas unidades tengan un significado diferente para asignarles una
mento, el ser incompatible con éste) es posible ampliar considerablemente la clasificación
estructura (en este caso función) diferenciada. Por ejemplo, casos como los cinco prime-
por cuanto siempre surgirá algún complemento que satisfaga algunos y otros no. Surgen
ros creemos que corresponden a la misma función sintáctica.
así, por ejemplo, los aditamentos solidarios de H. Martínez (1986), los aditamentos inter-
Los reparos puestos a que se parta de los valores semánticos en un estudio funcional
medios de Mª Á. Álvarez Martínez (1987), marginales, no regidos, no conmutables por
no nos puede llevar, sin embargo, a la postura contraria de incluir todos los tipos arriba
adverbio. Y el propio Alarcos (1986; 1990; et alii: 1982) -vistas las críticas de 1. Bosque
mencionados dentro del tradicional complemento circunstancial. Antes al contrario, los
(1983) y G. Rojo (1985)- se vio obligado a ampliar su lista para dar cuenta de todos aque-
modernos estudios han demostrado que la tradicional función de complemento circuns-
llos casos que se escapaban de su oposición binaria: los suplementos indirectos (del tipo
tancial es, en realidad, un conglomerado de distintas funciones.
"Llena el vaso de agua'', compatibles con un implemento), los suplementos inherentes
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
("Reside en Vigo'', conmutables por adverbios) y aditamentos atributivos (''Las niñas lle- (7) Separar la paja del grano.
garon cansadas"). (8) Confandir el sol con la Luna.
Ahora bien, no creemos que por este camino de multiplicar indefinidamente las fun- Los suplementos inherentes en realidad no son suplementos, pues no se da el requi-
ciones o subfunciones (seis rasgos permiten establecer sesenta y cuatro funciones distin- sito de la rección. Los aditamentos atributivos, en fin, serán analizados en el apartado
tas) se avance en la solución del problema. Por dicha razón en el cuadro 2 hemos consi- siguiente (§3.1.2.).
derado que solamente dos rasgos son pertinentes ("nuclearidad", "rección") para determi- Por otra parte, los distintos criterios manejados para diferenciar todas las funcio-
nar las funciones básicas (el primero desgaja a todos los complementos periféricos, el nes señaladas son de un carácter muy heterogéneo, de una validez relativa o, en algunos
segundo es el rasgo distintivo que caracteriza al suplemento o régimen). casos, nula5 • Fijémonos en el caso de la conmutación por adverbio. Como arriba dijimos,
Como García Turza (1991, 30, 40), consi'deramos que una función sintáctica es "una ésta no debe ser tenida en cuenta a la hora de diferenciar el aditamento del complemento
invariante lingüística de carácter abstracto" (o, más concretamente, una "forma de signi- adverbial y suplemento, pues las tres funciones pueden ser desempeñadas por dicha
ficante" siguiendo a G. Rojo: 1979). Como tal invariante, se puede realizar en los textos a clase de palabras (precedida o no de preposición), como se puede observar en los
través de variantes de índole no funcional. Sin embargo, en el plano abstracto del sistema siguientes ejemplos:
sólo las invariantes han de ser tenidas en cuenta. En palabras de G. Rojo (1979, 142): a) C. adverbial (adverbio nuclear, precedido o no de preposición):
Si 'sujeto' es un elemento perteneciente a la forma del significante, es evidente que (9) (a) Vengo desde allí.
nos encontramos ante una unidad abstracta, tan abstracta por lo menos como los fone- (b) Lo coloqué alü.
mas, que solo se manifiesta a través de los procedimientos empleados para hacer paten- (c) Me trató correctamente.
te esa fanción, con los que, por supuesto, no se identifica. La concordancia es señal o
marca de, por ejemplo, lafanción 'sujeto', pero no es lo mismo que ella. b) Aditamento (adverbio marginal, precedido o no de preposición):
(10) (a) Desde entonces no sé de él.
En nuestra opinión esto es lo que ha sucedido con todas esas funciones establecidas más
(b) Aquí perdí el bolígrafo.
allá del trío complemento circunstancial-complemento adverbial-régimen establecido en el (c) Colocó correctamente la carga.
cuadro 2. Se han confundido las realizaciones sustanciales con las invariantes formales.
Imaginémonos por un momento que procediéramos con las demás funciones sintác- c) Suplemento (adverbio nuclear, precedido necesariamente de preposición):
ticas de la misma manera. Habría que identificar, en calidad de funciones distintas, un (11) (a) Olvidémonos de hoy.
sujeto no concordante con el verbo (gerundio e infinitivo) distinto del concordante: en tal (b) Disponemos de hoy y mañana para acabar el trabajo.
sentido, no se puede, por cierto, tildar de incongruente a Alarcos si nos atenemos a su (c) Pensemos en mañana6•
adyacente temático (Alarcos: 1972). Pero habría igualmente que tomar en consideración
un implemento inherente ("*Juan ablandó"), un complemento (en el sentido alarquiano)
' Véase, por ejemplo, Matthews (1981, cap. 6), Somers (1984), G. Rojo (1985), Hernanz-Brucart (1987,
indirecto4 ; cabría diferenciar entre un implemento pasivizable y un implemento no pasi-
232 y ss.), García Turza (1991), González-Veleiro (199 1), etc.
vizable y así sucesivamente hasta llegar a una casuística incompatible con una sintaxis
' El inventario de adverbios que pueden ser término de un suplemento se amplía grandemente si se
estructural.
incluyen aquí casos como (i) Proceder de Francia/de allí, (ii) Surgir de la oscuridad/de ahí, (iii) Sacar de un
El enfoque estructural -funcional-, por el contrario, considerará solamente las inva-
cajón/de allí (ejemplos todos de G. Rojo: 1985, 186).
riantes caracterizadas por un valor unitario y tratará de justificar, de ser necesario, toda esa
La permanencia de la preposición -dice G. Rojo, ibid.- indica que se trata de un suplemento
casuística o de relegarla al campo de la substancia. Así, por ejemplo, los suplementos indi-
(y no de un aditamento) que, por el significado léxico del verbo, tiene una función semántica como
rectos se explican a partir del hecho bien conocido por la gramática de valencias de que origen, locativo o algo semejante.
una función sintáctica puede aparecer en distintos esquemas valenciales. El implemento y
el suplemento son incompatibles en un esquema biactancial, es evidente, pero no en uno Con mayor razón, en una versión posterior (Rojo: 1990, 166-7), incluyó estos ejemplos dentro del com-
triactancial: plemento adverbial. En estos casos no creemos que se pueda hablar de rección de la preposición. Estos verbos
exigen que uno de sus argumentos exprese la función semántica de origen y resulta obvio que, dado el reduci-
do inventario de preposiciones españolas, sólo dos de ellas, de y desde (no sinónimas), pueden introducir dicho
'Es decir -en términos tradicionales- un complemento indirecto indirecto en oposición a un complemento
tipo de complementos. Si, por el contrario, quisiéramos dar cuenta del destino, el paradigma nos ofrecería las
indirecto directo: cfr. Juan la besó, Juan k besó los cabellos (donde la aparición del complemento indirecto
opciones a, hacia, hasta, para, contra. Y, como ambas posibilidades no son incompatibles, tendremos:
presupone la del directo) vs. Le duele la cabeza, [&pegó por la espalda (complemento indirecto directo).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. I ntento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
El hecho de que muchos complementos adverbiales y aditamentos no puedan ser sus- (12) De ayer te habrás de arrepentir mañana (Quevedo).
tituidos por adverbios deja de ser, por tanto, un factor decisivo para el establecimiento de ( 13) Disponemos de hoy y mañana para acabar el trabajo1•
una nueva subfunción (el "aditamento intermedio") . Esta circunstancia se explica mejor Más discusiones ha suscitado todavía el carácter adverbial de la función de adita-
por el carácter defectivo de nuestro sistema adverbial, que carece de miembros de signifi- mento. En este caso J. A. Martínez (1981-82; 1994c, cap. III) y Mª Á. Álvarez Martínez
cado causal, de compañía, instrumento, etc. (1986) coinciden en defender dicho carácter. Nos parece arriesgado, sin embargo, decan-
Una cuestión a la que los gramáticos funcionalistas de orientación alarquiana han tarse de una manera tan decidida en esa dirección. Es cierto que el adverbio es la única
prestado mucho interés es la del carácter adverbial de determinadas funciones. Centré- palabra que puede desempeñar aisladamente la función de aditamento, pero ello no nos
monos aquí en el suplemento y el aditamei¡ito. debe hacer olvidar que hay aditamentos no sustituibles, como hemos visto, por adverbios,
Dichos gramáticos se han planteado con frecuencia si la función de suplemento es ni que existe una gran cantidad de frases de valor temporal, frecuentemente nominales,
categorialmente neutra, es decir, si puede ser desempeñada por cualquier palabra nominal, que pueden desempeñar el mismo oficio sin necesidad de preposición8 :
sea adjetivo, substantivo o adverbio. Alarcos ya vimos que rechazaba la posibilidad de que
los adverbios pudieran ocupar esa posición. Más recint~, José Antonio Martínez
(1981-82, 496) parece aceptar su carácter neutro, pero Mª A. Alvarez Martínez (1986) le 7
Un caso curioso es el siguiente ejemplo, en el cual un adverbio en -mente parece ocupar la casilla fun-
contraargumenta: cional de un suplemento introducido por la preposición con:
Es posible(... ) decir hablan de ayer-.. de ayer es de lo que hablan, y de ayer es (i) A ninguno de los narcos veintañeros de ahora se les (sic) ocurrirá... contribuir
de cuando hablan, pero un cesto no hace ciento (1986, 159). económicamente(= 'con dinero' ) a la reparación de la iglesia del pueblo (EP, 10-
1-93, 16).
Una golondrina no hace verano, evidentemente. Por eso conviene explicar por qué
en secuencias como hablaban de ayer, ...de arriba, ...de aquí, o pensaban en mañana En realidad se trata de un adverbio de ámbito (o punto de vista, véase §3.5.) por lo que la casilla del
(ejemplos todos de la misma autora) no es posible sustituir ninguno de esos adverbios por suplemento sigue vacía:
otros como *hablaban de próximamente/ extraordinariamente/ incluso/ además, etc. Más (i') ..contribuir económicamente con sus ilícitas ganancias a...
adelante veremos que solamente un grupo muy reducido de adverbios, los que más clara- Dado este paso de funcionar como suplemento, ya no sorprende que los adverbios pronominales pue-
mente manifiestan un valor nominal, pueden desempeñar la función de suplemento: dan desempeñar también el oficio de objeto (ii)-(vii), normalmente directo (ii)-(vi), o de sujeto (viii):
(ii) Emplearemos hoy y mañana en acabar este trabajo.
(iv) Procede de lo general a lo particular (iii) Dedicaremos hoy y mañana a desarrollar el tema.
(v) Procede desde lo general hasta lo particular, (iv) Esperaremos a mañana.
(v) La huelga afectará a mañana.
en donde se comprueba que de y desde no mantienen un vínculo de rección sino que están en oposición para- (vi) Miré a donde me indicaban.
digmática. (vii) Sin embargo, nadie que no pertenezca a allí puede cruzar la puerta sola y sin amu
Sucede, además, que el español carece de adverbios ablativos (esta es la causa de que en los anteriores leto (EPP, 11 -2-90, 5).
ejemplos, (i)-(iü), la preposición deba mantenerse). Los valores adlativo y locativo, en cambio, pueden ser (viii) Hoy puede ser un gran día.
expresados mediante abundantes adverbios, de ahí que se produzcan emparejamientos como los siguientes: Que estarnos claramente ante verdaderos objetos y sujetos, y no ante complementos circunstanciales, lo
(vi) Quédate en casa/ahí. corrobora la exclusión paradigmática de otra posibles unidades dispuestas a ocupar esa casilla funcional:
(vii) Ven a casa/aquí. (v') La huelga afectará a Juan *a mañana/ hasta mañana.
Pero estos ejemplos no nos demuestran que la relación de las preposiciones en y a con respecto a que- (vi') Miré a Juan *a donde me indicaban/ en donde me indicaban.
darse y venir sea diferente de la que se da entre de y proceder. Lo único que nos indican, como apuntamos, 'Estudiadas en detalle por J. A. Martínez (1981-82, 504 y ss; y en 1994c, 128 y ss.), Alonso Megido
es que el sistema de nuestros adverbios es defectivo. (1981 -82), Femández Lagunilla (1983) e I. Bosque (1989, 207-208) para el español. Para el inglés existe un
En todos estos ejemplos, en definitiva, se ha producido una elección dentro del paradigma de las pre- estudio interesante de McCawley (1988) donde examina los pros y contras de las dos propuestas con que la
posiciones, si bien, en algunas ocasiones, dado el valor semántico requerido, sólo una de las unidades podía gramática generativa enfoca dichas frases, la que considera la existencia de un rasgo [+F] que permite asig-
ser seleccionada. En el caso de la rección preposicional, sin embargo, ni siquiera se produce está mínima posi- narles caso oblicuo a ciertos sustantivos (propuesta de R. Larson) y la que sostiene la existencia de frases pre-
bilidad de elección; el empleo de tal o cual unidad está determinado históricamente, es -en la terminología de posicionales con preposición ~ .
Coseriu- un hecho de norma (Vid. Porto Dapena: 1987, 638-39).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en espanol. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(14) Iba por el establecimiento mañana y tarde y procuraba abstraerse en las trata de grupos exocéntricos (función de interdependencia) en los que la categoría resul-
cuestiones del negocio (H. 227). tante (en este caso la adverbial) no es la de ninguna de las partes componentes (una adje-
(15) Una noche, la vieja no le dejó pasar de la puerta (H. 208). tiva y otra substantiva).
(16) El jueves llovió todo el día. Es esta una postura arriesgada, al menos desde la perspectiva desde la que se enfo-
(17) Nuestro concursante volverá el próximo programa (de un concurso televi ca el presente trabajo. El funcionalismo en el que nos basamos rechaza la transposición
sivo; calco de "el próximo día"). como mecanismo general de organización lingüística (lo cual no supone negar que se
(18) Lo adivinó la tarde que se encontró con él en el escenario del Bretón (H.
den metábasis más o menos esporádicas). Por ello nos parece más adecuada la postura
225)9.
prudente de S. Gutiérrez Ordóñez (1985, 80 y ss). Para este lingüista, ante sustitucio-
Por otra parte, considerar el aditamentq función adverbial conlleva graves impli-
nes del tipo de
caciones por cuanto supone que todo elemento que desempeñe dicho oficio ha de estar
previamente transpuesto a la categoría de adverbio, sea mediante una preposición, una -trabaja en casa -> trabaja allí.
-trabaja sin chaqueta -> trabaja así
conjunción subordinante del tipo del si condicional, mientras (que) temporal, como
-trabaja durante las vacaciones -> trabaja entonces
causal y condicional, etc. (J. A. Martínez: 1981-82, 497), sea mediante su pertenencia
a un grupo sintagmático (J. A. Martínez: 1994c, § 3.4.3.1.): esa noche, otro día, la ter- La solución fácil consiste en afirmar que el aditamento es una función adverbial y
cera vez ... que siempre que un substantivo precedido de preposición funcione como aditamento la
En estos grupos, según J. A. Martínez (ibid.), el adjetivo no se subordina al substan- preposición ejerce una labor trasposistora a categoría adverbial(. .. ). Pero no se puede
tivo, sino que es solidario con él para poder realizar la función de aditamento. Es decir, se nunca olvidar que la función aditamento es muy compleja (ibid.).
A continuación cita el hecho, ya mencionado, de que muchos aditamentos no se pue-
• Obsérvese que este empleo también se ha extendido al relativo que (cfr. La tarde (en) que llegué al
den sustituir por adverbios y el no menos importante de que muchos adverbios llevan
Café Gijón), si bien las normas académicas en principio no se muestran favorables a esta práctica:
preposición como locativos temporales o espaciales:
Cuando el relativo que sea complemento circunstancial, debe construirse con la preposición -Viene de Madrid -> Viene de allí
correspondiente a la índole del complemento; v. gr. (. ..) Se pasaron quince días EN QUE no la
vimos (Quijote,/, 40) (R.A.E.: 1931, §353 a). Como en tales casos la preposición no puede ser transpositora a adverbio (pues allí ya lo
es categorialmente), concluye Gutiérrez Ordóñez que "o bien Madrid es un adverbio o
Con todo, nota la gramática académica que ya en nuestros clásicos (sobre todo en Cervantes) era fre-
bien allí es un substantivo" (id., nota 117) 10•
cuente callar esta preposición si era la misma del antecedente: Vino a dar EN el más extraño PENSAMIENTO
La incongruencia surge, a nuestro modo de ver, del valor demasiado lato que se da
QUE jamás dio loco en el mundo (Quijote, I, 1) (ibid.) Y, más adelante (§353 c), permite usar
al concepto de transposición en algunas corrientes funcionalistas, hecho que obedece a la
el que sin preposición y con valor de complemento circunstancial cuando se refiere a un ante-
excesiva confianza otorgada a la solidaridad entre categorías y funciones. Veamos un
cedente que expresa circunstancias de tiempo o lugar; v. gr.: hace TRES AÑOS QUE no /,o veo; o
sea, durante /,os cuales no /,o veo. EN EL SITIO QUE fué fundada Numancia no quedan más ejemplo claro de esa inadecuación: La función de complemento indirecto (o complemen-
que ruinas (BELLO, Gramática), por el sitio en que, etc. to en la te;rninología alarquiana) suele considerarse función substantiva (así piensa, por
ejemplo, Alvarez Martínez: 1986, 151). Ahora bien, ningún substantivo, sin la ayuda de
Nótese de paso, que uno de los ejemplos elegidos por las autoridades académicas es discutible (hace
la preposición a puede ejercer dicho empleo. Este mismo hecho lleva a afirmar a J. A.
tres años que no lo veo), pues difícilmente podemos admitir la presencia ahí de un que relativo con preposi-
Martínez (1981-82, 497) que la mencionada es una función
ción optativa (* hace tres años en/desde que no lo veo). Por el contrario, dicha partícula parece una conjunción
(como lo demuestra el hecho de que se pueda separar de su hipotético antecedente: Tres años hace que no lo
veo). A nuestro entender, lo que se produce es un fenómeno de variación actancial determinado por la natu-
'º Véase la crítica a esta disyunción en J. A. Martínez (1994c, 123 nota 155). La gramática funcional
raleza del complemento de origen: hace tres años de eso/ de tu viaje vs. hace tres años (*de) que no lo veo
de orientación alarquiana justifica este fenómeno señalando que las preposiciones pueden desempeñar, ade-
encontrarían su paralelo en dudo de ti/ dudo que llueva, etc.
más de la función transpositora, la de índice léxico (de allí/hacia ali() y funcional (la preposición a del
El mismo ejemplo se repite en el Esbozo (§3.20.6. c), donde se censura con mayor rigor la práctica:
complemento e implemento. J. A. Martínez: id., § 3.3.2.). En nuestra opinión, por el contrario, estas son las
En el habla coloquial popular abundan los casos de este uso en frases que el habla culta evita
verdaderas funciones de la preposición y no aquélla: En viene de allf/de Madrid, el verbo exige o permite la
y los gramáticos censuran como vulgarismos.
presencia de un complemento que indique el origen pero nada dice acerca de su naturaleza gramatical.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
"sin categoría", pues aunque requiere unidades substantivas o substantivadas, ni otros casos, que la lengua dispone de varios mecanismos para expresar los mismos conte-
siquiera los substantivos podrían contraerla sin la ayuda de la preposición a. Pero, si nidos: en unos casos analíticos, en otros sintéticos. No hay nada, sin embargo, que deter-
ésta es transpositor; ¿a qué categoría transpondría? 11 mine la prioridad de unos sobre los otros.
La incongruencia salta enseguida a la vista. Si el complemento es una función subs- Fuera de la tradición hispánica, el cajón de sastre circunstancial también ha sido aco-
tantiva porque el término de la preposición a es siempre un substantivo o secuencia tado, delimitado, con el objetivo de precisar sus justos límites. La manera de enfocar el
substantivada, lo mismo debería suceder con el aditamento, en muchas ocasiones forma- problema se ha centrado en el desarrollo de sucesivas precisiones al concepto de nuclea-
do por idéntica estructura. ridad. Siguiendo esta línea investigadora, en nuestra argumentación anterior (cuadro 2)
No se puede concluir, pues, que la de aditamento sea una "función adverbial", pues, concedimos especial importancia a dicho rasgo. En realidad, la nuclearidad no es una
aunque es verdad que el adverbio es (prácticartiente) la única palabra que por sí sola puede característica del mismo tipo que las restantes señaladas por Alarcos para distinguir entre
desempeñar dicha función (aspecto en el que ya insistía A. Mª Barrenechea: 1963), no es suplemento y aditamento, no es una prueba accidental sino una característica intrínseca.
menos cierto que el adverbio puede desempeñar otras muchas funciones ni que la función El que un complemento determinado sea central o nuclear es lo que determina sus mayo-
de complemento circunstancial puede ser desempeñada por muchos otros tipos de unida- res o menores posibilidades de supresión, su mayor o menor libertad posicional, etc.
des. Es éste, por otra parte, un fenómeno general en todos los niveles de análisis lingüís- La distinción entre complementos centrales y marginales, básica hoy en las más
tico12. Por dicha causa, otras corrientes funcionalistas se esfuerzan en acentuar la falta de variadas corrientes lingüísticas, arranca de L. Tesniere (1959) y su oposición -no muy pre-
correspondencia entre clase y función. El caso de la vinculación aditamento-adverbio es cisa en realidad'4 - entre actantes y circunstantes. La oposición, perfeccionada, fue retoma-
en este punto muy ilustrativa. Es indudable que existe cierta especialización del adverbio da por los diccionarios y las gramáticas de valencias (véase Somers: 1984), por la gramá-
para el ejercicio de tal función, pero ello no conlleva que todas las unidades que desem- tica generativa y por la funcional. Así, Longacre (en 1964) distingue entre núcleo y peri-
peñen dicho oficio estén automáticamente adverbializadas. Permítasenos una compara- feria de la cláusula, Chomsky (1965) diferencia entre complementos de la frase predicati-
ción: imaginemos un hipotético pueblo formado por doce tribus en el que la clase sacer- va y de la frase verbal (subcategorizados éstos por el verbo), en distinto grado de "cohe-
dotal fuera seleccionada siempre de entre los miembros de la tribu x. En este caso cobra- sión"; Halliday (1970), entre participantes y circunstanciales; Lyons (1968) y Quirk et alii
ría sentido decir que la función sacerdotal es propia de la tribu x. Consideremos ahora la (1972), siguiendo la tradición anglosajona, entre complementos y adjuntos; Dik (1978),
posibilidad de que ciertos individuos de otras tribus, debido a sus méritos, pudiesen acce- entre argumentos y satélites, etc.
der a la distinción sacerdotal. ¿Concluiríamos que dichos personajes se convierten en La distinción entre complementos nucleares y marginales es básica y esencial, pues
miembros de la tribu x o que, siendo miembros de sus respectivas tribus, han sido habili- desde el punto de vista teórico separa de una manera clara y precisa los complementos
tados, capacitados, para ejercer esa función? Aquí radica, a nuestro parecer, la diferencia pertenecientes a la valencia de un verbo (si seguimos la terminología de Tesniere y de la
entre los conceptos de transposición y de habilitación (llamémosla relacionante, relativa gramática de valencias) o subcategorizados por él (terminología generativa) de todos
o complementizadora a falta de término más adecuado)'3. Ocurre en éste, como en muchos aquéllos que mantienen una vinculación menos estrecha con el predicado. Con todo, desde
el punto de vista práctico, su aplicación a los casos concretos ha suscitado una serie de
" En la versión posterior (1994c, 115) defiende, sin embargo, el carácter substantivo de esta función.
problemas, cuyo intento de solución ha permitido precisar más la noción de nuclearidad.
12
En algunos casos la correspondencia unidad-función es grande: vocal-núcleo de sílaba, lexema-raíz,
verbo-predicado. Lo normal, sin embargo, es que la vinculación sea mucho más laxa. Pero incluso en los casos plural: dos horas, meses), una coordinación (día y noche =padre e hijo), incluso frases preposicionales del
anteriores está claro que la correspondencia no en biunívoca: las vocales no son necesariamente núcleo de síla- tipo de de_ a_ (de lunes a viernes= de pared a pared), etc. Esta noche y dos horas son, sin embargo, expre-
ba (en los diptongos, por ejemplo; hay lenguas donde también las consonantes liquidas pueden ser núcleo silá- siones de distinta naturaleza semántica: uno es locativo, el otro cuantificador. Por ello son compatibles: Esta
bico), hay raíces no lexemáticas (en las palabras gramaticales: est-o-s, l-a-s), etc. noche, la conferencia duró dos horas. Es justamente este carácter cuantificador de dos horas y expresiones
13
Lo cual no nos libra de tener que determinar cuáles son esos méritos. Limitándonos a unidades tem- semejantes el que explica su aparición en otros contextos igualmente considerados típicamente adverbiales:
porales tales como (14)-(18), distintos autores de la G .G .T. (l. Bosque: 1989, 200; A. Ojea: 1994, 411 ) han dos horas antes, unos metros detrás, etc. Por consiguiente, desde nuestra perspectiva, no se trata tanto de jus-
señalado que los lugares o momentos son "entidades definidas" o " expresiones referenciales". Nada obsta, por tificar por qué dos horas no debería ser aditamento sino por qué sí lo puede ser: porque indica cantidad (lo
tanto, para que los sustantivos puedan aparecer en dicha función, siempre y cuando estén determinados, requi- cual no supone, evidentemente que sean adverbios de cantidad) y es una cantidad de tiempo lo que deben
sito necesario para que sean referenciales. Por ello no debe extrañar que puedan concurrir en estos contextos expresar los modificadores de durar o los antepuestos al adverbio antes.
todas aquellas unidades actualizadas por cualquiera de los medios de que nuestra lengua dispone para tal fin 14
Tesniere, entre otras insuficiencias, limita el concepto de actante al sujeto, complemento directo y
(Vid., por ejemplo, R. Lapesa: 1974): mediante un determinante (esta noche) , un cuantificador (incluido el complemento indirecto, dejando fuera a los suplementos y complementos adverbiales, claramente actanciales.
110 111
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. intento de caracterización (! ). Las fu nciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Nos referimos, sobre todo, a la existencia de una serie de complementos difíciles de posteriores de su artículo aumenta el número de posibilidades al subdividir la clase hasta
enmarcar, pues se comportan de una manera compleja ante las distintas pruebas creadas ahora homogénea de los complementos valenciales en "integrales" (nunca elidibles: ingl.
por los lingüistas para encuadrar en una u otra clase a los modificadores verbales. Figuran pave the way, cast. prestar atención, es decir, construcciones fijadas), "obligatorios" y
aquí, por ejemplo, los tradicionales complementos circunstanciales de instrumento, "optativos", y al añadir el grupo de los extraperiféricos, más externos aún que los adjun-
compañía, modo, etc., que, si, por una parte, no parecen estar tan ligados al verbo como tos. El resultado es la siguiente "Scale of valency binding" (id., 524):
los complementos actanciales, por otra, su desvinculación no es tan acusada como la de
los locativos espaciales o temporales. Por dicho motivo, los distintos autores dudaron a la integral complements
hora de adscribirlos al grupo de los complementos nucleares (así procede, por ejemplo, 1
Chomsky -1965, 98 y ss.- con los de manera, al considerar que su incompatibilidad con obligatory complements
los verbos "medios" o "estativos" avalaba su pertenencia a la subcategorización verbal) o 1
al de los marginales (por ejemplo, Lyons: 1977, Dile: 1978, §3.1.). optional complements
Estas dificualtades llevaron a algunos autores a considerar que la oposición nucle- 1
ar/marginal no se explica convenientemente mediante una oposición bimembre. De esta middles
manera, Matthews (1981, 136-141) propone un esquema en el que caben tres tipos de ele- 1
mentos (1981, 140): adjuncts
1
extraperipherals
non-peripheral La G.G.T. a partir de la teoría x-barra dispone de un mecanismo eficaz para dar
1 cuenta de una manera fácil de toda esta variedad de complementación. Sin embargo, entre
1 1 las obras que consultamos no hemos encontrado una visión homogénea en el enfoque de
(1) (2) (3) estas cuestiones, como tampoco hay acuerdo en la determinación del número máximo de
complements non-complements peripheral expansiones que puede recibir una unidad. Dejando de lado los modificadores oracionales,
algunos autores (R. Jackendoff: 1977, Mª Espinal: 1985) continúan la línea chomskiana
diferenciando solamente entre complementos subcategorizados por el verbo (complemen-
Esta línea de investigación fue continuada por otros autores que la llevaron por tos de V', la antigua frase verbal) y adjuntos de V" (la anterior frase predicativa). El
derroteros más complejos, llegándose en algunos casos a afirmar que la oposición, antes siguiente nivel abarca ya a los complementos de oración (Espinal: 1985, 15). Otros, como
que privativa, es gradual (lo cual en la práctica equivaldría a dejarla casi sin valor). Hemanz y Brucart (1987, 278 y ss.) amplían el número de complementos tomados en con-
Así, procede Somers (1984). Si en un primer momento acepta la tripartición de sideración sin encontrar pruebas definitivas que favorezcan una explicación jerarquizado-
Matthews, mínima -pero adecuadamente- alterada al considerar que las clases (2) y (3) ra, en la cual todos los complementos no subcategorizados se estructuran en capas de
deben ser agrupadas lógicamente juntas como elementos no valenciales 15 , en las páginas mayor a menor marginalidad dentro del SV (= V"), con lo que se mantendrían los dos
niveles antes mencionados, o bien que, por el contrario, hagan preferible una justificación
15 Con lo que tendremos (1984, 523) elementos en tres niveles, modificadores de V' , de SV y de O, en los que se incluirían respecti-
vamente los complementos subcategorizados, los no subcategorizados y los más periféri-
La nueva clase así surgida [2] es denominada por Somers middle terms, en alusión a su carácter inter-
medio. En la misma línea, J. Cervoni (1986, 88) propone una tripartición entre "verdaderos circunstancia-
valency - bound non-valency-bound
les'', "complementos necesarios" y una categoría intermedia, los "pseudo-circunstanciales" . Sin embargo, a
1 pesar de que la opción tricotómica mejora a la dicotómica, observa ciertas dificultades que le llevan a distin-
(1) (2) (3)
guir, dentro de los "verdaderos circunstanciales" entre «ceux qui portent sur l'énoncé et ceux qui concernent
complements non-complements peripherals
l'énonciation» (ibid.). Por tanto, en realidad, su propuesta apunta hacia la existencia de cuatro niveles
diferentes, en lo que coincide con la de S. Dik, que ahora comentaremos.
112 113
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
cos (locativos espaciales y temporales), sin por ello renunciar a la jerarquización en estra- Todo ello puede ser representado como sigue (id., 183):
tos en cada uno de esos niveles (a veces con problemas como ocurre cuando hay más de
un modificador de O: id., 276 y ss.).
De todas las formulaciones que hemos estudiado, la de la gramática funcional tal 1t2 e,: [[[m pred (arg) "] (cr1) "] (cri) '] (e,)
como viene desarrollada en S. Dik (1989) es la que nos parece más adecuada y completa.
S. Dik (id., cap. 3) parte del hecho de que todo texto puede ser dividido en dos clases de nuclear
1
constituyentes, clausales y extraclausales. Así, por ejemplo, en
core
.
Well, John, I believe that your time is up . 1
extended
el constituyente well (iniciador) y John (vocativo) son extraclausales, en tanto que I belie-
ve that your time is up es la cláusula principal y that your time is up la cláusula subor- Dik, en resumen, acepta la tripartición de los términos pero la dota de un marco teó-
dinada. rico y de una justificación metodológica más adecuada y coherente (porque es aplicable
A su vez, cada cláusula es descrita en téri.ninos de una estructura subyacente, que es todavía a niveles superiores, hasta el nivel 4, como veremos en el apartado siguiente, y
una estructura abstracta y compleja en la cual se deben distinguir varios niveles o estratos porque pone de manifiesto la complementariedad de los procedimientos léxicos y
(capas) de diferente organización formal y semántica: gramaticales en la estructuración de una cláusula) 16 • Por otra parte, mantiene nítida la dife-
rencia entre argumentos y satélites, como en líneas generales hacen los autores que más
CLÁUSULA----------- 'acto de habla' arriba hemos comentado. La nuclearidad sigue siendo un rasgo necesario. Es en el nivel
PROPOSICIÓN------- 'hecho posible' de los elementos marginales donde cabe establecer ulteriores precisiones:
PREDICACIÓN------- 'estado de cosas'
Arguments are those terms which are required by sorne predicate in arder to form a
PREDICADO---------- 'propiedad/relación' , aplicado a
complete nuclear predication. They are essential to the integrity of te SoA [State of
TÉRMINOS------------ 'entidades'
Affairs] designated by the predicate frame ... Satellites are not in this sense required by
the predicate; they give optionalfurther information pertaining to additionalfeatures of
Cuando a un predicado se le aplica un número apropiado de términos apropiados se the SoA (Leve! 1), the location of the SoA (Leve! 2), the speaker's attitude towards or
produce una predicación, la cual designa un 'estado de cosas' (state of affairs), definido evaluation of the propositional content (Leve! 3), or the character of the speech act
como "the conception of something that can be the case in sorne world" (id., 46): (Leve/ 4) (id., 72).
(19) dar (Juan) (el libro) (al bibliotecario)
Ahora bien, dentro de cada uno de dichos estratos todavía se puede establecer una * * *
serie de niveles que surgen de la sucesiva superposición de operadores (entidades grama-
ticales) y satélites (unidades léxicas). Así, una predicación consta necesariamente de un La conclusión de todo lo visto en el presente apartado se puede resumir en los
predicado y, opcionalmente, de uno o varios términos subcategorizados (argumentos): es siguientes puntos, que consideramos básicos:
la predicación nuclear. A su vez, tal predicación puede ser especificada posteriormente l.- La tradicional función de complemento circunstancial es, en realidad, un auténti-
por operadores y satélites del predicado, operantes ambos en el nivel 1 (m y m, respecti- co cajón de sastre definible más bien en ténninos negativos que positivos: es complemento
vamente). Éstos contribuyen a la posterior definición de la estructura interna del estado de
cosas (el aspecto entre los operadores, los complementos de manera, instrumento, compa- 16
Aunque fundamentado en presupuestos distintos, parecido es el análisis que ofrece V. Báez (1994).
ñía, etc. entre los satélites). El resultado de todas estas expansiones será denominado por Como su ámbito alcanza hasta niveles superiores, será analizado en § 3.5. (nota 75) con mayor detalle. En lo
Dik predicación medular ('core'). Estas predicaciones todavía pueden ser especificadas que aquí nos interesa, V. Báez establece, a partir del acto de habla concreto, por sucesivas abstracciones: el
por otro tipo de unidades, los operadores de predicación (1tz) y los satélites del nivel 2 (m), esquema oracional (próximo -pero no idéntico- a la predicación nuclear de Dik) y, en niveles superiores, el
los cuales representan los medios mediante los cuales un estado de cosas puede ser loca- suceso final performado (equivalente al nivel core) y el segundo perfomativo de suceso (nivel extended).
lizado en las coordenadas espacial, temporal y cognitiva (quedando su estructura interna Por su parte, las últimas derivaciones de la G.G.T. apuntan en esta misma línea al señalar distintos nive-
intacta). Incluye aquí Dik la categoría verbal del tiempo (operador) y los satélites locati- les de sintagmas de diferente dominio: sintagma verbal, de aspecto, de tiempo, de modo (modalidad), de pola-
vos. Tenemos así la predicación extendida o expandida. ridad, de concordancia (Véase A. Ojea: 1994).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
circunstancial todo aquello que no es sujeto, complemento directo, indirecto ... , todo aque- hacerlo, de larga tradición, permite diferenciar fácilmente los argumentos de los satélites
llo que no se ajusta a la definición de alguna de las funciones previamente establecidas. en los verbos con alguna carga activa (en los demás se puede proceder a sustituciones con
2.- De su seno cabe apartar, en primer lugar, una serie de complementos de carácter proformas del tipo de "le pasa eso", "le sucede lo mismo", etc.)1 8 • Las dos clases desaté-
nuclear, pertenecientes a la valencia o subcategorización del verbo, a los cuales podemos lites son más difíciles de discriminar. Con todo, además de las evidentes diferencias
denominar suplementos y complementos adverbiales, de acuerdo con la marca [±rección]. semánticas (Dik: 1989, 192: «"dancing wildly" is another, more specified kind of activity
En particular, nos conviene observar que, aunque la mayoría de los complementos adver- than just "dancing"»), podemos señalar algunos rasgos que nos parecen importantes:
biales se corresponden con funciones semánticas locativas, de dirección, procedencia, etc., Partiendo de la anterior afirmación de S. Dik, se ha sostenido que los satélites internos (cri)
también es cierto que existe un número de verbos, no muy elevado, que subcategoriza con facilidad se pueden integrar en el significado de un predicado simple (pegar con el
complementos con valor de modo: vestir, pdrtarse, comportarse, actuar, obrar, tratar, pie-patear, matar alevosamente-asesinar) lo cual es impensable de los locativos 19 ; por el
etc. En este sentido, es importante señalar que el carácter nuclear o periférico de un tér- contrario, los satélites externos (crz) pueden con facilidad ser extraídos fuera de la cláusu-
mino no viene dado por su valor semántico (aún cuando hay una fuerte vinculación entre la, lo cual no ocurre con los internos, al menos en las mismas condiciones, como se com-
determinadas funciones semánticas y sintácticas (S. Dik: id., 192 y ss.)) sino que es cada prueba si entra en juego la negación (en § 3.5. prestaremos mayor atención a estos
verbo en particular el que realiza dicha asignación. hechos):
3.- En segundo lugar, conviene identificar una serie de complementos, llámense mar- (20) Ayer, María no fue a la escuela.
ginales o periféricos, no pertenecientes a la valencia verbal. Éstos son los que propiamente (21) *Lentamente, María no fue a la escuela.
se pueden denominar complementos circunstanciales, aditamentos o satélites. (22) Juan, después, no supo resolver el problema.
4.- Dichos complementos circunstanciales no constituyen una clase homogénea. (23) *Juan, correctamente, no supo resolver el problema.
Algunos de ellos modifican características internas de la predicación, otros la encuadran
Por otra parte, es necesario reconocer que en cada uno de esos niveles de margi-
atendiendo a sus coordenadas externas.
nalidad pueden aparecer varios satélites, incluso de la misma clase semántica. Fijémonos,
5.-Desde el punto de vista práctico es posible diferenciar estos tres tipos de términos
por ejemplo, en los locativos. En una secuencia como la siguiente:
mediante una serie de pruebas de diversa índole y valor17 • La sustitución por la proforma
(24) En verano, salgo del trabajo a las cinco de la tarde,
17
Remitimos a la bibliografía de la nota 5 para una visión más detallada de las distintas pruebas y tests ambos complementos circunstaciales son marginales como lo demuestra su compatibili-
creados para tal fin: la libre adición o supresión de los elementos marginales, distintas conmutaciones, prue- dad con la proforma hacerlo (en verano, lo hago a las cinco de la tarde). El primero, sin
bas de extracción, clases de las restricciones, libertad de colocación en la cláusula, coordinación, el carácter embargo, lo es más que el segundo (sin por ello ser un satélite del nivel 3, pues puede caer
latente o implicado de ciertas unidades, etc. En general, la mayoría son útiles pero no definitivas, ya que se bajo el alcance de la negación: No salgo del trabajo a las cinco de la tarde en verano (lo
enfrentan con dificultades en su aplicación. Así, por ejemplo, la prueba de la supresión es unidireccional: todo hago en invierno). Por tanto tendremos
complemento no elidible es nuclear pero no todos los elidibles son marginales (Rojo: 1985); el criterio de la (25) {[En verano]2[salgo del trabajo {a las cinco de la tarde]2]].
libre adición tampoco es absoluto (hay cláusulas que rechazan un locativo o temporal: *El lunes el autor de
Lo mismo sucede con
La Celestina es F. de Rojas). Lo mismo sucede con el distinto tipo de restricciones que determinan la apari-
ción de estas unidades: los argumentos vienen condicionados por rasgos del predicado (del verbo), los satéli-
tes por la predicación nuclear entera (los adverbios de manera y de instrumento, finalidad, etc. sólo son
Desgraciadamente esta implicación o latencia se da también en los satélites superiores:
compatibles con un estado de cosas controlado), pero no se debe olvidar que el principal responsable de la pre-
(iv) Pedro quitó la tapa del jarro. El lugar donde lo hizo/El momento que aprovechó para
dicación es el propio predicado ni que muchos satélites no admiten estas restricciones. Los satélites de los
hacerlo no fue el más apropiado.
niveles 1 y 2 también se han diferenciado de acuerdo con la posibilidad de que ciertos satélites del nivel 1
estén implicados ya en la predicación nuclear (Dik: 1975; 1978; 1989, 194), de ahí la agramaticalidad de (i)-
1
•Según dicha prueba, los complementos que no reproduce anafóricamente la profonna hacerlo son
(ii) y la aceptabilidad de (iii) marginales y aquéllos que obligatoriamente están integrados en ella son nucleares, como se comprueba en
(i) *Pedro quitó la tapa del jarro de una manera. La manera en que lo hizo no fue muy Juan acude a la oficina diariamente desde hace muchos años y sus sustituciones: -*No, lo hace al taller; -No,
ortodoxa. lo hace semanalmente; -No, lo hace desde hace poco tiempo (lo hace equivale, pues, a acude a la oficina).
(ii) *¿ Pedro quitó la tapa de una manera o no lo hizo asf? " En casos como golpear en la cara (abofetear), en las nalgas (azotar), etc. es discutible que tales loca-
( iii) Pedro quitó la tapa del jarro. La manera en que lo hizo... tivos sean satélites externos (véase la nota siguiente).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(26) Juan pinta muy bien(0'1) sobre lienza( m) en su estudio(m)2º. (27) cláusula
En tales casos, creemos (como T. Jiménez Juliá: 1987, 314) que dichos comple-
NÚC. e.e.
mentos circunstanciales deben situarse en distintos niveles jerárquicos. Es decir, que a (26) 1 1
le correspondería la siguiente representación arbórea: cláusula fprep.
NÚC. e.e.
1 1
cláusula fprep.
NÚC. e.e.
1 1
cláusula fadv.
6
SUJ. PRED.
1 1
sust. v.
1 1
Juan pinta muy bien sobre lienzo en su estudio
NÚCLEO
PREDICACIÓN MEDULAR
PREDICACIÓN EXTENDIDA
'º La adscripción de estos complementos locativos a los niveles 1 ó 2 es complicada. Pero de acuerdo
6.- La existencia de tal variedad de complementos no afecta decisivamente al funcio-
con las características señaladas por Dik para uno y otro nivel parece claro que a las cinco de la tarde perte-
namiento del adverbio. Se puede seguir manteniendo que una de las funciones principales
nece al nivel 2 (se puede extraer de la cláusula con facilidad: A las cinco de la tarde, salgo del trabajo) en
del adverbio es la de modificar a un verbo. Ahora bien, dicha función en realidad no existe
tanto que sobre lienzo se asemeja más a los satélites, (no es un verdadero locativo, vamos a denominarlo loca-
(podemos decir que es una suprafunción) sino que se manifiesta en una serie de funciones
tivo interno) . Con todo, las sustituciones Lo hace muy bien sobre lienzo y Lo hace muy bien al aire libre,
de diverso tipo. Lo característico de todas ellas, lo unificador, (y esto es importante, y de ahí
demuestran el carácter periférico de los tres complementos de (26). No se deben confundir, pues, estos casos
que la visión tradicional no sea totalmente incoherente) es que todas se pueden realizar en
de dos o más complementos circunstanciales con combinaciones del tipo complemento adverbial-comple-
los textos mediante adverbios (precedidos de ser necesario por una preposición). Así, pues,
mento circunstancial, muy frecuentes. En este sentido, un hijo de quien esto escribe, de dos años y pocos
el adverbio no pierde su carácter esencial de modificador del verbo. Todo lo contrario, dicho
meses, a la pregunta -¿Dónde te lastimaste? respondía indefectiblemente: -Aquí (llevándonos a una puerta o
carácter queda reforzado en esta visión más precisa de la complementación circunstancial.
a una mesa), -en el caballito, o algo similar. Es evidente que su contestación era la adecuada aun cuando noso-
Para finalizar este apartado debemos hacer hincapié en que, además de los com-
tros esperaríamos mejor que señalara la cabeza u otra parte del cuerpo, pues doler, hacerse daño, lastimarse,
plementos hasta aquí tratados (todos ellos correlatos de funciones semánticas circunstan-
etc. parece que exigen antes un lugar interno (una parte del cuerpo, representada sintácticamente por un suje-
ciales), existen otros tipos de modificadores verbales, de índole gramatical y no circuns-
to o un complemento adverbial) que un lugar externo. Lo mismo sucede con
tancial, y, por tanto, tampoco clasificables entre los términos verbales (no son argumentos
(i) Guardé las joyas dentro de una caia en mi casa.
ni satélites), de cuyo estudio más detallado nos ocuparemos en los capítulos sucesivos.
(ii) Lo escondí tras unos matorrales en el bosque.
(iii) Se rascaba en la pierna detrás de una cortina. Nos referimos a casos como:
(iv) Pedro encontró un duro en el bolsillo cerca de la tienda. (28) Juan ni siquiera/incluso llamó.
(29) Antes de conocerle sólo pensaba en aprobar los exámenes (S. 108).
(En todos estos casos el primero de los complementos subrayados es un complemento adverbial y el segundo,
(30) El viejo también sonríe (S. 215).
un circunstancial. Cfr. para los últimos ejemplos: (iii') Juan hizo lo mismo *en la cabeza/detrás de la puerta,
(31) El viejo tampoco puede hablar (S. 282).
(iv') A Juan le sucedió lo mismo *en el monedero/cerca de su casa. Recordemos que la sustitución por pro-
(32) ¡Aquí el que no corre vuela! (L. 38).
formas como hacerlo, suceder, etc. permite diferenciar los complementos nucleares de los periféricos).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (! ). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
3.1.2. Atributo, predicativo, circunstancial de modo. §6.5.) que con mucha frecuencia cierto tipo de adjetivos (los valorativos) "no designan
realmente una propiedad de un individuo, sino más bien de la acción que nos sirve para
Entre las funciones que Mª Á. Álvarez considera categorialmente neutras figuran las denominarlo" (id. , 137), como sucede en
de atributivo (o predicativo) y atributo. No es fácil, sin embargo, determinar en muchas
(37) Arantxa Sánchez Vicario, la sorprendente ganadora de Roland Garros.
ocasiones si estamos ante un atributo, ante un predicativo o ante un complemento cir-
cunstancial de modo (o de otro tipo). Ignacio Bosque, que dedica cierta atención a este (como recuerda Bosque en secuencias como la presente no se nos dice que entre las cua-
punto (1989, 139-142), observa como en ocasiones podemos sustituir un adjetivo por un lidades de la tenista figure la de ser sorprendente sino que lo que se pretende indicar es
adverbio de manera: que la tenista ganó sorprendentemente el torneo).
(33)
(34)
Juan es insoportable.
Juan es así.
• La explicación de estos hechos debe buscarse, desde el punto de vista semántico, en
el común carácter predicativo de los adjetivos y de ciertos adverbios (los de "modo") y,
desde el punto de vista sintáctico, en el emparejamiento adjetivo substantivo y adverbio
y como es normal contestar con adjetivos y participios a preguntas formuladas por
verbo que ya había señalado la gramática tradicional y corroboran las modernas gramáti-
adverbios :
cas estructurales, generativas y categoriales 22 • Es cierto que vencedora, tanto como vencer,
( 35) ¿Cómo estás? implica una acción, pero la primera es categorizada como un substantivo en nuestra len-
(36) -Cansado/ -Contento.
gua, al igual que victoria. Por ello, tanto victoria como vencedora designan entidades,
Fenómeno que es -dice Bosque (1989, 139)- "tan común como difícil de explicar" y no entidades ciertamente de distinta clase (Lyons: 1977, § 11.3); el adjetivo lo único que hace
carente de importancia ya que es modificar semántica y sintácticamente esas entidades-substantivos. Evidentemente, la
El que algunos adverbios puedan funcionar como predicados de individuos no deja modificación de una entidad de primer orden (vencedora) no puede ser equivalente a la
de ser un hecho sorprendente, porque parece que con ello perdemos una de las que se realiza sobre una de segundo orden (victoria). De alú la observación de Bosque23 :
características que más claramente opone los adjetivos a los adverbios (ibid.). mientras que de una victoria se dice que es sorprendente, sin que ello implique ninguna
ambigüedad, cuando dicho adjetivo se aplica a una entidad de primer orden nos podemos
La explicación que da dicho autor de tales peculiaridades es de tipo nocional:
Lo que estos comportamientos muestran es el hecho de que la lengua concibe las
propiedades de los individuos como "modos de ser" o de presentarse éstos, es decir, las 22
E s de destacar que en algunos casos esa recategorización no se produce, de manera que al lado del
"cualidades" de los objetos vienen a ser conceptualizadas como las formas en que se esperado
muestran o en que aparecen (ibid.).
(i) el actual presidente de la nación,
Explicación parecida a la que desde la óptica de la gramática generativa da S.-F.
nos encontramos con:
Huang (1975, 18):
(ii) el {hoy/ ?actualmente} presidente de la nación,
The principie of economy of language dictates that natural language tolera/e expres-
sions which are usable to concurrently characterize the quality or the state of mind of en los que se mantiene el complemento categorialmente propio de la modificación verbal ("el que { actualmen-
the Agent in respect to his action in general and also to appraise the action which bears te/hoy} preside la nación"). Son, con todo, casos aislados, reducidos a un número escaso de adverbios y toda-
witness to that quality or state of mind. This explanation seems to be nicely in keeping vía no aceptados por todos los hablantes (véase para estos adverbios§ 3.3.).
with the familiar dictum that people are often judged by their actions. 23
Ya los lógicos habían observado estos hechos. Así, por ejemplo, Reinchenbach, en 1947 (completan-
No creemos, sin embargo, que la diferencia fundamental entre adjetivos y adverbios do a Leibnitz), señala que en Royce Hall is a red building, red y building son dos formas independientes, la
sea la de predicarse de individuos o acciones. Hemos visto más arriba que, entre los valo- primera no es un modificador de la segunda, y de ahí la paráfrasis Royce Hall is a building and Royce Hall is
res semánticos que Huang asignaba a los adverbios, los había que se referían a los indivi- red. Sin embargo, en John is a slow driver tal paráfrasis no es posible. En este caso slow es modificador de
duos tanto como a las acciones (así los de estados mentales, algunos performativos como driver: la correspondencia es John always drives slowly (véase A. López: 1976, 157). Observaciones idénti-
honestamente, etc.)21 • Por otra parte, el propio Bosque reconoce en otro apartado (1989, cas se dan en E. Bach ["Nouns and Noun Phrases", 1968], y en Z . Vendler [Adjectives and Nominalizations,
1968] (A. López: 1976, 142). La diferencia obedece, en última instancia, a la que los lógicos establecen entre
21
Para los distintos valores de los complementos de manera véase Nilsson-Ehle (1941), Jackendoff interpretaciones de dicto y de re (Allwood et alii: 1981, 127 y ss). Una frase como El autor de La Celestina
(1972, cap. 3), S.-F. Huang (1976, 13-31), Dik (1975 y 1989, 196-97), M~rdup (1976, cap. Il). puede ser utilizada como circunloquio para referirnos a F. de Rojas (por ejemplo, El autor de La Celestina
120 121
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
encontrar con la interpretación aludida por Bosque, referida a una acción implicada, pero nes de 'cualidad de acción' y 'cualidad de individuo' sino que más bien son los límites
nada hay que nos impida asignarle una interpretación más acorde con su carácter de enti- entre determinadas funciones sintácticas los que se borran. Para avanzar en esta línea es
dad de primer orden, es decir, necesario partir de un inventario, no muy detallado por otra parte, de verbos capaces de
(38) 'Arantxa es sorprendente, es capaz de vencer contra todo pronóstico'. construirse con un predicativo:
En primer lugar es necesario diferenciar, como hemos hecho en el apartado anterior,
Con todo, estas explicaciones nos parecen demasiado nocionales. Es cierto que
entre verbos que subcategorizan un complemento predicativo (predicativo nuclear) y
muchas veces las cualidades de las personas y las de sus acciones son difíciles de dife-
aquellos en los cuales el predicativo es un complemento externo. En el primer caso nos
renciar (como declaran los viejos gramáticos latinos prudens horno prudenter agit)24 y sólo
encontramos con
personajes como uno de los principales narradores de Ciudadano Kane son capaces de
establecer precisiones como la siguiente: 1) Verbos copulativos: ser, estar, parecer.
( 39) No es que fuera brutal sino que hacía cosas brutales. 2) Verbos pseudocopulativos (como los denominan Blecua y Alcina: 1975, 898): hallar(se),
Para justificar estos fenómenos es preferible una explicación más inmanente, de encontrar(se), permanecer, mantenerse, andar, continuar, seguir, quedar, volver(se), poner(se),
carácter exclusivamente sintáctico. A nuestro parecer, lo que se confunde no son las nocio- resultar, salir, caer, venir, etc.
Estos verbos admiten también las posibilidades combinatorias de los verbos predi-
cativos. En realidad en muchos casos hay que considerar que estamos ante dos verbos
nació en La Puebla de Montalbán, modalidad de re) o como descripción de una persona desconocida (EL
autor de La Celestina es un gran escritor, en el sentido de: 'El autor de La Celestina, sea quien sea', lec-
distintos (homonimia), con un acusado cambio de significado según estemos ante un
verbo seudocopulativo (Juan cae simpático a todos) o ante uno predicativo (Juan cayó
tura de dicto). Esta es la base de las ambigüedades que afectan a sustantivos y frases de este tipo (sustanti-
torpemente)2 s, si bien la línea divisoria es lábil y en ocasiones el cambio de significado
vos, frecuentemente deverbales, que significan oficios, profesiones, actividades, etc.). A pesar de que la
tan débil que se convierte en tarea ardua juzgar si se puede hablar de un empleo seudo-
interpretación de dicto es más natural, lo cierto es que en todos estos casos se produce una ambigüedad que
copulativo.
sólo el contexto o la situación pueden resolver. Este joven es un escritor ambicioso en principio es sinóni-
mo de 'escribe con ambición', pero no es imposible la interpretación 'este joven es escritor y es una perso-
3) Un último grupo está formado por verbos del tipo de considerar, imaginar, supo-
na ambiciosa' (por ejemplo en Se casó con un escritor ambicioso, que sólo la aceptó por s u dinero). Lo
ner, etc. 26
mismo sucede con un cirujano habilidoso, un médico prestigioso, un futbolista inteligente, un profesor
En todos estos casos, la función de atributo-predicativo puede ser desempeñada por
divertido, etc. Por supuesto, el carácter semántico del adjetivo es el que permite esta ambigüedad: en casos
variados tipos de unidades (sobre todo adjetivos, gerundios, frases preposicionales), por
como un cirujano rubio, un médico avaro, un futbolista cojo, etc. sólo es posible la interpretación de re. La
adverbios raramente:
ambigüedad sólo se produce con aquellos adjetivos que se pueden aplicar tanto a acciones como a indivi-
duos (ia): (40) ... han dejado que las empresas y sectores en los que estaba KIO ... hayan
quedado sin un patrón y sin amparo para afrontar su futuro (El País, 6-
(i) Juan es un corredor inteligente/guapo.
(ia) Juan es un corredor y es inteligente/ corre inteligentemente. 12-92, 12)
(ib) Juan es un corredor y es guapo/ *corre guapo.
• Obsérvese que en Juan cortó el salchichón concienzudamente nos encontramos con una equiva-
2
25
lencia 'Juan fue concienzudo al cortar el salchichón' (de ahí el empeño generativista en hacer derivar los De ahí ambigüedades del tipo de
adverbios de adjetivos). Pero no se debe olvidar la paráfrasis 'Juan actuó concienzudamente al cortar el sal- (i) El tanque continúa implacable (S. 249).
chichón'. Semánticamente, pues, es difícil separar nuestras cualidades de las de nuestras acciones por más (ii) El niño salió alegre.
que los lógicos o los gramáticos que manejan sus conceptos puedan diferenciarlas con facilidad (M~rdup: (iii) Juan cayó mal.
1976, 137): (iv) ¿Voy bien para la fiesta?
(i) Il existe une maniere x, telle que la proposition "Marie a observé les garfons de maniere 26
Este grupo, a diferencia de los anteriores, subcategoriza proposiciones {Ojea López: 1990), de ahí la
x" est vraie. correlación
(ii) Il existe una qualité x, telle que la proposition "Marie possede La qualité x en observant (ia) Te considero inteligente.
les garfons" est vraie. (ib) Considero que eres inteligente.
122 123
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(en este caso las frases en cursiva pueden ser sustituidas por adjetivos-participios -despro- (54) ... [el traje] me sentaba francamente bien (L. 123).
tegidas y desamparadas- o por gerundios -aguardando tiempos mejores). (55) ... uno de los pocos santos que le caen bien al viejo (S. 35).
Por lo que respecta al adverbio, la posibilidad de aparecer en tales contextos está (56) Puede que ... no le siente bien el humo al niño (S. 44).
limitada a un número muy reducido de unidades: (57) ¿Qué tal esos exámenes? ¿Salieron bien? (S. 148).
(58) ... de olfato andan muy mal su nuera y la asistenta (S. 43).
En el caso del verbo ser únicamente los siguientes adverbios son capaces de apare-
(59) No tiene perdón y acabará mal (S. 147).
cer en dicha posición: así, como-cómo, tarde, temprano, pronto:
(60) ...te ha caído mal esa cena (S. 161 ).
(61) La encuentra mejor, pero no es aún su rozagante Hortensia (S. 243).
(41) ¿Cómo es la casa? (62) Luego resulta peor (S. 186).
(42) La casa es así. • (63) No se extrañó de hallar abierta la puerta, como yo en mi turbación la
(43) La soledad me ha vuelto un poco errático. Antes no era así (L. 84). había dejado (L.177).
(44) -¡Cuánto daría por que supieras cómo fui yo en estos lances! (S. 335). (64) Había ... unos guantes de material rígido; no como se ponen las prendas de
(45) Es muy tarde yaparaAnunziata (S. 157). mala calidad después de dos o tres lavadas, sino rígido de origen (L. 246-7.).
(46) Ha de ser pronto (S. 291). (65) Mira cómo han dejado mi casa... (L. 149).
(47) Era temprano aún y la calle estaba desierta (L. 165). (66) ¿No ve cómo puso al niño, la manta, la sillita? [Un coche los ha salpicado]
(S. 129).
Parecer, por su parte, acepta los mismos que ser (salvo cómo) además de bien, mal
(67) ¿Cómo se encuentra? (S. 227).
y sus comparativos:
(48) Los últimos transportaban. ..1-Un ataúd. O así me lo pareció (L. 222). Pero la lista se puede ampliar con algunas unidades más (en realidad sustitutos de
(49) No me parecía bien andar en cueros en presencia de la Emilia (L. 177). bien, del que son casi sinónimos):
( 68) ¿Cómo está tu padre?
Con estar (y muchos verbos pseudocopulativos) el número de posibilidades es -Está así/ bien/ mal/ estupendamente! magníficamente/ espléndidamente!
escasamente mayor: los más frecuentes son así21, como-cómo, bien, mal y sus compa- maravillosamente! peifectamente/ tan lindamente/ *tristemente/ *pensati-
vamente/ *animadamente/ *orgullosamente...
rativos:
Estos ejemplos nos muestran que, más que ante una posibilidad del adverbio como
(50) Pero estos niños, nada: así resultan luego de mayores estos milaneses (S. 91). categoría, estamos ante una extensión funcional, ante la práctica adjetivación de ciertos
(51) Levanta la bata hasta descubrir la rodilla desnuda. "Así iban aquellas
adverbios tales como así, bien, mal, cómo, peculiaridad que más adelante habremos de
mozas de Roccasera" (S. 104).
considerar.
(52) El restaurante le iba bastante bien, aunque notaba la crisis, como todo el
Otros tipos de construcciones en las que aparece un locativo espacial o temporal del
mundo (L. 107).
-A mí un socialismo tipo europeo ya me viene bien -nos dijo al despedirse
tipo de cerca, lejos, arriba, antes, mañana etc.:
(53)
(L. 107)
(69) La boda fue mucho después (S. 162).
(70) Eso era antes; cuando yo servía de niñera (S. 36).
27 Obsérvese que así y como-cómo pueden aparecer con todos estos verbos e incluso con otros cuyo pre-
(71) ¿Es aquí? (S. 22).
(72) Los institutos clínicos están cerca (S. 324).
dicativo no admite sustitución por otra clase de adverbios: llamar, denominar, etc.:
(73) La cabeza estaba dentro (S. 240).
(i) Ese actor ¿cómo se llamaba? (L. 49). (74) ... la televisión está allí, en aquella repisa (L. 208).
(ii) De todos los amores que conozco, el amor cívico es el que prefiero, y así lo llamo porque no (75) Ha de estar siempre encima de su cama (S. 307).
dispongo de otro adjetivo que sintetice lo fraterno, lo admirativo, lo solidario (EPS., 27-9-92, 6). (76) Amalfi ya está fuera del golfo (S. 154).
(iii) ... me metí en el dormitorio para velar el sueño de mi querida hija, si así me permiten (77) Milán queda lejos (S. 15)
denominarla (L. 175). (78) El bar. .. que acabamos de dejar atrás (L. 76).
124 125
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio e n español. Intento de caracterización ( I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(79) Tenía el morro dentro, pero las patas fuera (S. 240). del que afirma que parece "como una refundición de dos primitivas oraciones: llevaba los
(80) Es como tener encima a los carabineros (S. 131 ). zapatos+los zapatos estaban rotos" (1968, 121).
(81) Dio un bofetón al chino que tenía más cerca (L. 101). El problema que se nos plantea aquí es el de la diferenciación con respecto a los
complementos circunstanciales de manera, de los que en principio se hallan muy próxi-
mos. Baste comparar los siguientes casos:
nos plantean el problema de determinar si el adverbio realiza la función de atributo/pre-
dicativo o la de complemento adverbial. En realidad, el problema radica en la conside-
ración que tengamos del verbo, en si lo consideramos verbo copulativo o si, por el con- (87a) Los músicos llegaron tarde.
trario, le asignamos el valor pleno de un verbo predicativo28 • Ello no afectará, sin embar- (87b) Los músicos llegaron retrasados.
(87c) Los músicos llegaron con retraso.
go, a la clasificación de este tipo de adverbios, pues son precisamente los que de una
(88a) Los espectadores aplaudieron frenéticamente.
manera más clara manifiestan un carácter nominal los que pueden desempeñar ambos
(88b) Los espectadores aplaudieron frenéticos .
oficios29 • (88c) Los espectadores aplaudieron con frenesí.
Algunos de estos adverbios (así, como y los locativos espaciales) son también los (89a) Me lo entregó muy orgullosamente.
únicos que aparecen en combinación con los predicativos del grupo 3), pertenecientes (89b) Me lo entregó muy orgulloso.
a lo que últimamente se denominan cláusulas reducidas (véase, por ej., A. I. Ojea: (89c) Me lo entregó con mucho orgullo.
1990):
La postura general entre los gramáticos concuerda en afirmar que en el primer ejem-
(82) ¿Cómo/ Dónde me imaginas? plo de cada serie estamos ante un complemento circunstancial (de manera), en el segundo
(83) Te imagino así/ lejos/ allí/ en casa. ante un predicativo y, en el tercero, la adscripción resulta dificultosa. En los dos primeros
(84) Quiero ese cuadro más arriba. casos hemos tomado como criterio de justificación la clase de la unidad que desempeña la
(85) Aristófanes representaba a Sócrates encima de una nube. función objeto de estudio: un adverbio y un adjetivo respectivamente. Pero en el tercer
caso se plantea el problema de que una frase preposicional puede pertenecer a la misma
Al lado de estos predicativos-atributos subcategorizados, hay otra clase de predi- clase paradigmática que un adjetivo o un adverbio. De otra parte, y esto es importante, la
cativos, no nucleares, que pueden aparecer con la mayoría de los verbos predicativos. El asignación de diferentes funciones sintácticas nunca se puede fundamentar en el tipo de
rasgo más característico de estas construcciones -en ello coinciden todas las escuelas- unidad que desempeña dicha función pues, de una parte, unidades y funciones son con-
(Alarcos: 1968, 121; R.A.E.: 1973, §3.3. 5.; Hernanz y Brucart: 1987, 225) es la pre- ceptos de naturaleza distinta y sólo ocasionalmente correlativos (una función, la mayoría,
sencia de una doble predicación o predicación secundaria. Es conocido el ejemplo de puede ser desempeñada por varias clases de unidades, una clase puede desempeñar
Alarcos: muchas funciones) y, de otra, las funciones han de establecerse como invariantes gracias
al tipo especial de relación que establezca la parte con el todo (en este caso los términos
(86) Llevaba rotos los zapatos con respecto a la cláusula). La relación es lo decisivo, no la clase de unidad que aparezca
en esa posición30 • Por ello se pueden coordinar unidades distintas (basta con que ejerzan
el mismo oficio):
21
Para estos valores no copulativos de los verbos ser y estar véase A. Escobedo (1990). Por otra parte,
está claro que la frontera entre los valores copulativo y predicativo de estos verbos no es nítida y puede darse (90) Se acostó tarde y sintiendo por dentro una inconcreta saciedad de sí
algún caso de difícil adscripción, de ahí las vacilaciones en la sustitución por lo. mismo (H. 227).
29
Igualmente, dichos adverbios pueden oficiar de predicativos-modificadores en frases preposicionales
como las siguientes, en las cuales también es posible Ja conmutación por adjetivos:
(i) No te lo puedo decir [con tu hermano delante/al lado].
30
Nadie dudará de que en
(ii) Eran como nosotros, sólo que [con más ropa encima] y mejores armas (S. 315) (i) Juan aconsejó devolver el crédito/ la devolucwn del crédito,
(iii) Lo imagino [con muchos árboles detrás]. (ii) Juan es médico/rubio,
(iv) Lo pinté [con tres estrellas debajo]
(v) Dejé la hucha [sin un duro dentro]. la unidades subrayadas desempeñan la misma función sintáctica a pesar de su pertenencia a distintas clases.
126 127
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. lntento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones ad verbiales).
(91) Su núcleo duro progresivamente se autolegitima con el mero uso del poder (96a) Esperé unos minutos hasta que, de pronto, percibí claramente la voz incon
interno, tomando decisiones autónomamente, vale decir, sin consulta pre fundible de Lola Flores (L. 241).
via al resto de los miembros de la organización (EP, 3-1-93, 13). (96b) ... hasta que percibí clara la voz de ...
(92) .. .le dijo pausadamente y recalcando las palabras (P 38).
La existencia de parejas opositivas como éstas nos demostraría inequívocamente que
El rasgo funcional caracterizador se hallaría precisamente en la doble predicación. El nos hallamos ante dos funciones diferenciadas (principio de funcionalidad).
complemento circunstancial modifica exclusivamente al verbo, el predicativo además A nuestro parecer, sin embargo, el anterior aserto se derivaría de una aplicación no
actúa sobre el sujeto (o complemento directo): totalmente adecuada de dicho principio. En nuestra opinión, son las relaciones paradig-
máticas las que han de determinar el alcance de los distintos inventarios lingüísticos. La
Le caractere proprement »advert al» de l 'adverbe implique un fait essentiel et
lista de las funciones sintácticas no es una excepción y, por tanto, establecer su paradigma
évident, sur le príncipe duque[ nous n 'avons pas jusqu 'ici expressément insisté: c 'est
-que, como tal, ha de ser propio de cada lengua- exige, como en los demás casos, proce-
que, quand il se rapporte au sujet de la proposition, l'adverbe ne lefait que par l'i n-
t e r m é d i a i r e d u v e r b e. Autrement dit, il qualifie le sujet seulement e n
der por exclusiones. Las relaciones paradigmáticas son relaciones de exclusión, una uni-
tant qu'exec utant l'a c tion ou se trou v ant dans l' é tat qu' dad mantiene relación paradigmática con todas aquellas cuya presencia excluye de mane-
in d i q u e le v e r b e : il n 'a ríen a voir avec les qualités, la maniere d' etre du sujet ra inmediata (Coseriu: 1981, 169).
en dehors de cette action ou de cet état (Nilsson-Ehle: 1941, 88). Alarcos (1969) señala que Llegó temprano y Llegó el sábado son construcciones
ambiguas, ya que en ellas temprano y el sábado
Si decimos, p. ej.: El niño duerme tranquilo, el adjetivo enuncia una cualidad o esta- son sintagmas que cumplen la función de aditamento sin ningún indicio explícito de
do del sujeto, pero significa conjuntamente una modificación adverbial del verbo, como si tal función; en otros entornos, pueden ser adjetivo y nombre respectivamente (id., 225).
dijéramos que duerme con tranquilidad o tranquilamente (R.A.E.: 1973, §3.3.5.).
Ahora bien -y centrémonos en su función de aditamento-, el sábado y temprano, en
El adverbio, pues, en todos estos casos, aunque semánticamente pueda reflejar el realidad, cumplen oficios diferentes, como lo demuestra el hecho de que no se excluyan
estado de ánimo, las intenciones u otras particularidades de los individuos (recuérdese mutuamente:
la clasificación de S.-F. Huang; de ahí también las denominaciones de adverbios orien-
tados hacia el sujeto, hacia el hablante, o adverbios de sujeto-manera), sintácticamen- (97) Llegó temprano el sábado,
te incide únicamente sobre el verbo. Con ello quedaría negada la posibilidad de que los
adverbios pudieran ser complementos predicativos. Cuando esa incidencia semántica Además, el sábado es compatible con contento (un adjetivo en función de predicativo)
sobre el sujeto o complemento directo adquiere relevancia sintáctica (manifestada por la
(98) Llegó contento el sábado
concordancia) estamos ante un complemento predicativo. Desde el punto de vista
semántico pueden ser prácticamente sinónimas dos cláusulas con complemento circuns-
lo cual no ocurre con temprano, a juzgar por el carácter anómalo de
tancial (y no sólo de modo) o predicativo, como muestran los ejemplos (87)-(89), pero
sintácticamente no lo son. (99) *Llegó contento temprano.
Es con los verbos activos, como indica Bosque (1989, 141), con los que mejor se
puede apreciar la diferente predicación que realizan unos y otros complementos. En casos Es decir, con respecto al predicado anterior, contento y temprano ocupan la misma
como éstos se observa claramente la diferencia que existe entre ambas funciones. casilla funcional (slot) . Si una de estas unidades aparece, la otra automáticamente queda
Compárense, por ej.: excluida. Nada de eso ocurre con respecto a el sábado.
El funcionalismo posee un instrumento valioso para dar cuenta de fenómenos seme-
(93a) El agua salía buena.
jantes al anterior: el de neutralización31 • Bastaría con señalar que las funciones de
(93b) El agua salía bien.
(94a) María lo pidió cariñoso (por ejemplo, un perro).
complemento predicativo y de complemento circunstancial de manera se neutralizan en
(94b) María lo pidió cariñosamente.
(95a) Lo veo difícil.
(95b) Lo veo difícilmente.
31
Para la aplicación del principio de neutralización a la sintaxis véase B. Rodríguez Díaz (1990) y, sobre
todo, T. Jiménez Juliá (1991).
128 129
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
ciertos contextos (en estos casos el contexto viene determinado por el predicado), por Es decir, hay algunos contextos que sólo permiten la complementación por un adver-
ejemplo en concurrencia con llegar. bio o por un adjetivo: el hablante no tiene elección entre ambas posibilidades:
El concepto de neutralización es, en efecto, muy útil en sintaxis. Con todo, no esta-
rnos totalmente convencidos de que aquí se pueda aplicar. Si extendemos el número de (101 ) Estos discos suenan horriblemente/ *horribles.
contextos que entran en consideración, observaremos que la incompatibilidad no se da en (102) Estas novelas se leen fácilmente/ *fáciles.
determinados casos particulares, sino que es general. Es decir, lo que sucede no es que la (103) Los abogados me convencieron perspicazmente/ *perspicaces14•
oposición entre predicativo y complemento circunstancial de modo desaparezca en algu-
nas ocasiones. Los hechos nos indican que ambas funciones en todos los casos (luego Lo normal es, sin embargo, que adverbio y adjetivo estén en distribución libre
haremos alguna salvedad: nota 33) son incompatibles. La única conclusión aceptable, por (104) ¡Si les vieras discutir luego muy serios (seriamente), en ese italiano de la
tanto, es la de que nos hallamos no ante dos funciones sino ante dos variantes de la misma radio! (S. 243).
función (así puede cobrar cierto sentido el término aditamento atributivo de Alarcos et (105) ¿Por qué me mira tan serio (seriamente)? (S. 32).
alii: 198232). (106) Al girar silenciosas (silenciosamente) ... (S. 67).
Lo que hasta aquí hemos denominado complemento circunstancial de modo y predi- (107) Se retira muy digna la mujer (S. 52).
cativo son, en consecuencia, variantes de una única función sintáctica. Variantes contex- (108) La nueva Alemania vive agitada, nerviosa.
tuales en algunos casos (distribución complementaria), variantes libres en otras ocasiones, (109) Las palabras han sonado llanamente (llanas) (S. 288).
pero siempre excluyentes 33 • Obsérvese la alternancia de adjetivos y adverbios en el (110) La escasa luz cae directamente (directa) sobre sus manos (S.80).
siguiente ejemplo: (111) Jamás tomó una papilla más dócilmente (dócil) (S. 106).
(112) El viejo cuenta alegremente su última treta (S. 330).
(100) Habla despacio (. .. ), se acaricia la barba de tres días plácidamente y son- (113) Y así concluye apaciblemente la última sesión del curso (S. 314).
ríe muy parsimonioso (EPS., 3-1-93, 39). (114) El niño descendió apresuradamente las escaleras (H. 198).
32
En sintagmas como Las niñas llegaron cansadas, Los jóvenes se encontraban molestos las En el primer caso, (101)-(103), no hay posibilidad, evidentemente, de coordinar
características propias de atributo de las unidades subrayadas impiden que éstas puedan ser consideradas adi- adjetivo-adverbio (*Los abogados me convencieron perspicazmente y zalameros); en el
tamentos propios, a pesar de Ja conmuntación por el adverbio así; de ahí el término de aditamento atributivo. segundo, (104)-(114), nada hay que lo impida (salvo las compatibilidades semánticas), lo
En realidad, la conmutación por así no indica nada (así es un sustituto tanto de adverbios como de adjetivos). cual corrobora nuestra argumentación:
Lo que sí muestra el ejemplo de AJarcos es que aditamentos y atributivos confluyen en un punto. La causa de
esa confluencia creemos que queda justificada en nuestra argumentación. (115) ¡Si les vieras discutir luego muy serios y atolondradamente... !
33 Solamente son compatibles cuando pertenecen a distinta jerarquía: uno nuclear y otro marginal, uno
(116) ¿Por qué me mira tan serio y tan insistentemente ?
clausal y otro periférico (estamos, por tanto, ante funciones distintas, como indica T. Jiménez Juliá: 1991 , 7). (117) Al girar silenciosas y pausadamente...
Así, tenemos:
(i) Calientes saben mejor. El verbo se ha convertido en un pseudocopulativo, delante en un circunstancial.
(ii) Prudentemente, el hombre calló pensativo. Parecida reestructuración se produce con los predicativos del tipo 3) y con los que acompañan a cier-
(iii) El hombre, prudente, calló pensativamente.
tas frases preposicionales. En estos casos, por tanto, el adverbio no desempeña Ja función de predicativo:
(iv) El perro, insaciable, nos va a dejar arruinados.
(v) Juan me llamó tonto insistentemente. (viii) Te imagino [contento] [lejos de aquí].
(ix) Aristófanes representaba a Sócrates {loco] [encima de una nube].
En
(x) No te Lo puede decir con tu hermano [enfermo] [delante] (en La lectura no especi-
(vi) Y si se me hubiera puesto delante en La montaña (S. 280)
ficativa de enfermo, es decir, 'estando delante enfermo tu hermano').
delante ocupa la posición del argumento nuclear y en la montaña la de periférico (cfr.: *... y si lo hubiera hecho 34
Los adjetivos que pueden aparecer en estos contextos deben, por tanto, estar adverbializados: Estos discos
detrás vs . ...y si lo hubiera hecho en la plaza). Si introducimos un predicativo ha de producirse un cambio total suenan horrible (*horribles) , ejemplo de Hemanz-Brucart (1987, 227), Estos libros se leen fácil (*fáciles),
en la estructura de Ja cláusula: ejemplo de Egea (1979, 5). En Hispanoamérica este procedimiento de adverbialización es más frecuente que
(vii)Y si se me hubiera puesto chulo delante en la montaña. en España.
130 131
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(118) Las palabras han sonado llanamente y claras/?claras y llanamente. la diferencia estriba en que el adjetivo actúa como predicativo del complemento directo,
(119) Se vuelve hacia el viejo solícito y cariñosamente. lo cual no puede hacer el adverbio, que en (94b) incide nocionalmente sobre el sujeto y en
(120) La escasa luz cae directamente pero débil sobre sus manos. (95b) sobre toda la cláusula. En cambio, nos encontraremos con variantes libres si
confrontamos un predicativo del sujeto, que es el correlato adecuado:
Es cierto que entre las construcciones con adjetivo y las formadas con adverbio hay
un ligero cambio de significado, el cual en ocasiones es más acusado, como sucede en (94clb) María lo pidió cariñosa/ cariñosamente,
(93)-(96). Ello no supone una objeción fuerte a nuestra propuesta. El hecho de que ambas
clases de palabras desempeñen la misma función no implica que las cláusulas correspon- posibilidad vedada a (95) por cuanto el adjetivo difícil (salvo en empleos metonímicos: es
dientes hayan de ser sinónimas: adjetivo y adverbio son clases de unidades distintas y, por una persona difícil, i. e., 'de trato difícil') no se puede aplicar a seres animados.
tanto, la conmutación de una por otra no puede resultar indiferente (lo mismo sucede si En todo caso, lo importante es resaltar que, si bien, las tradicionales funciones de
sustituimos un substantivo por un adjetivo en función de atributo). El cambio de signifi- complemento circunstancial de manera y predicativo han de ser consideradas variantes de
cado es el esperable al sustituir una clase por otra, no una función por otra: de ahí que se una única función, cuyo valor unitario es la expresión de la "adscripción temporal"36
prefiera el adjetivo para la indicación de las cualidades de las entidades (el agua salía (Rodríguez Espiñeira: 1991, 266), lo cierto es que ello no anula el carácter independiente
buena, el jarro cayó roto) y el adverbio para la de los procesos (el agua salía bien, el jarro del adverbio con respecto al adjetivo. Antes al contrario, la existencia de numerosas pare-
cayó bruscamente35 ). jas opositivas muestra como cada una de esas dos categorías añade un valor propio a la
construcción.
En otros casos la mayor diferenciación semántica obedece a otras razones: en la
oposición
(94alb) María lo pidió cariñoso/cariñosamente 3.1 .2.1. La noción de manera.
(95alb) Lo veo difícil/difícilmente
A pesar de que las funciones semánticas que un adverbio modificador del verbo
Esta es la causa de muchas distribuciones complementarias: aunque el verbo admita complementacio-
35 puede desempeñar son variadas, la de complemento de manera es sin duda la que mayor
nes con adjetivos o adverbios, el carácter semántico de la calificación, hacia el sujeto o hacia el proceso, deter- atención ha recibido por parte de los lingüistas. Esto se debe a que es la función más típi-
mina la exclusión de una de las dos posibilidades. Cfr.: ca de los adverbios terminados en -mente.
(i) El viejo aprovechó para darle clandestinamentel*clandestino un trozo de ... (S. 71). Hemos visto un poco más arriba que tales complementos circunstanciales pertenecen
(ii) Se le anticipa constantementel*constante a lo largo de la charla (S. 153). al nivel 1 de los satélites, es decir, al conjunto de elementos periféricos más próximos al
(iii) Las pone cuidadosamente enfila (S. 299). predicado. Por ello son complementos que inciden y participan en la subcategorización
(iv) La chica... ha iniciado eflcavnente el arreglo de la habitación (S. 103). verbal, aspecto en el que insisten especialmente R. Jackendoff (1972), A. López García
(v) Mientras en la pantalla del televisor una chica se ganaba arduamente su jom al (L. (1976, 1977) y S. Dile (1978, 48-49; 1989, 192). Si, como dice Dile (1989, 192),
202).
(vi) Fue gradualmente relajando su tensa fisonomía (L. 69). "dancing wildly" is another, more specifi.ed kind of activity thanjust "dancing"
(vii) Acabamos de cenar op(paramente (L 112).
En todos estos ejemplos los adverbios pueden ser conmutados por adjetivos del tipo de alegre, conten-
habrá de concluirse que las restricciones selectivas del predicado básico "dancing" serán
to, silencioso, etc. referidos a cualidades de los sujetos, pero no por los correspondientes a sus bases, que refie-
diferentes de las del predicado derivado (ambos son términos de Dile: 1978, 34) "dancing
ren a cualidades vinculadas a acciones preferentemente (una persona es constante, cuidadosa o eficaz por sus
wildly", lo cual es cierto según demuestra López García (1977, 157-58, 166 y ss.) con
obras), o exclusivamente (arduo , gradual ni siquiera se pueden aplicar a personas). ejemplos como los siguientes:
Los siguientes ejemplos ilustran de manera clara este distinto tipo de calificación:
(viii) ...escrito enamoradamente y no s6lo con erudición (S. 41).
(ix) ...se arreglafemeninamente el pelo (S. 109)
36 Para el concepto de "valor unitario" véase Coseriu (1981). Por otra parte, con respecto a la "adscrip-
ción temporal" obsérvese que, por ejemplo, en declaró desdeñosamente (S. 338) -o declaró desdeñosa- la cua-
La interpretación de manera alude directamente al resultado del proceso. La variante predicativa, en cambio, lidad sólo es aplicable con respecto al acto de declarar; no se nos indica que el agente tenga como caracte-
no afecta necesariamente a dicho resultado: un científico puede escribir un ensayo enamorado sin que ello se
rística permanente el ser desdeñoso (recuérdese la cita anterior de Nilsson-Ehle: 1941 , 88).
manifieste visiblemente en su obra.
132 133
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funcione s del adverbio (y las funciones adverbiales).
(137) Juan siguió servilmente a su tío/*el letrero. ce a razones de ámbito más general. Observa S. Dik que más que ante un fenómeno de
(138) *La lluvia/el criado le lavó lealmente las heridas37• subcategorización verbal (propia de cada verbo) estamos ante un ejemplo de subcatego-
rización determinada por el estado de cosas mismo (1973, 102-03; 1989, 193, 196). Dik,
N. Chomsky (1965) se percató tempranamente de la importancia de este fenómeno. desde 1973 (con alguna ampliación en 1989) establece la existencia de cuatro estados
En concreto, se fija sobre todo en la estrecha vinculación que se da entre los adverbios de ce cosas básicos, formados a partir de la combinación de los rasgos [±control] y
manera y la transformación pasiva. Los verbos admiten generalmente adverbiales de
.[±dinamismo]:
manera pero hay algunos -indica Chomsky siguiendo una observación de Lees- que los
rechazan y además, curiosamente, son los mismos que rechazan la transformación pasiva. Estados de cosas
Son los verbos que Lees llama middle Verbs y otros, pseudotransitivos: resemble, have,
cost, weigh, marry (lo mismo sucede, en líneas generales, con sus correspondientes sinóni- [ - dinámico] [ + dinámico]
mos españoles parecer, tener, costar, pesar... ). (Situación) (Acontecimiento)
De todo ello deduce Chomsky (1965, 101) que el adverbial de modo ha de tener entre
sus realizaciones un elemento comodín que indique que la transformación pasiva se puede [ - con] [+con] [ - con] [ +con]
aplicar. Estado Posición Proceso Acción
Las cuestiones suscitadas por la vinculación entre adverbios de manera y pasiva y,
en general, entre adverbio de manera y verbo son muy complejas. El propio Chomsky Partiendo de este esquema, observa Dik (1973, 102-103, etc.) que los adverbios sola-
reconoce que es mente son compatibles con estados de cosas dinámicos y controlados, es decir:
evidente que la expresión "toman Adverbiales de manera libremente" requiere bas- -Algunos adverbios son compatibles con situaciones meramente controladas o diná-
tante más análisis y clarificación (id., 203, nota 28). micas (posiciones, procesos y acciones), por ejemplo parsimoniosamente, silencio-
En concreto la relación manera-pasiva no parece ser del tipo causa-efecto, como samente, impetuosamente, nítidamente:
Chomsky pretende. Es cierto que esa correlación se da (hasta cierto punto), pero obede-
(139) El niño estaba recostado silenciosamente en el regazo de su madre (posición).
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Evidentemente, las restricciones pueden ir más allá de las genéricas sobre el carácter [±animado] del (140) La máquina empezó a moverse silenciosamente (proceso).
sujeto o complemento directo. Tal es el caso de las relaciones que Coseriu (1977 , 182-83) denomina solidari- (141) Juan trabaja silenciosamente (acción).
dades: glotonamente, opíparamente, vorazmente, por ejemplo, salvo reinterpretación (Dik: 1989, 79) sólo (142) *La máquina estaba estropeada silenciosamente (estado).
pueden aplicarse a verbos de comida:
(i) Acabamos de cenar opíparamente (L. 112). -Otros exigen necesariamente situaciones controladas (acciones y posiciones), como
(ii) ...disfrutando golosamente( ... ) de una tarta a su gusto (S. 180). cómodamente, cariñosamente, cortésmente, cuidadosamente, empeñosamente, sigilosa-
(iii) Bebe golosamente (S. 234).
mente, astutamente, arriesgadamente, mansamente, etc.
(iv) ...fue devorado glotonamente (S. 71).
Por otra parte, las restricciones no afectan sólo a la calidad de los términos sino también a su número. (143) El niño estaba recostado cómodamente en el regazo de su madre (posición).
Habrá, así, adverbios triargumentales, biargumentales, etc. (144) La máquina empezó a moverse cómodamente (proceso).
... nerviosamente es monoargumental porque sólo se refiere al sujeto (. ..) y de ahí que pueda (145) Juan trabaja cómodamente (acción) .
prescindir del objeto (Juan anda nerviosamente); críticamente es biargumental porque afecta (146) *La máquina estaba estropeada cómodamente (estado).
tanto a x -el que critica- como a y -lo criticado- y de ahí que no permita esquemas monarios
(*Juan anda crúicamente) (López García: 1977, 164-65).
-O dinámicas (acontecimientos): paulatinamente, rítmicamente, espaciadamente,
Otros adverbios como mutuamente, respectivamente, simultáneamente, ordenadamente en alguno de progresivamente, etc.
sus empleos, etc. implican la presencia de una pluralidad, serie o estructura coordinativa:
(v) Se oían voces...que se preguntaban mutuamente que cuál era el número de los bomberos
(L. 204). (147) *El niño estaba recostado rítmicamente en el regazo de su madre (posición).
(vi) *Se oía una voz que se preguntaba mutuamente ... ( 148) La máquina empezó a moverse rítmicamente (proceso).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización(!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(149) Juan trabaja rftmicamente (acción). En palabras del propio Dik (1989, 194):
(150) *La máquina estaba estropeada rítmicamente (estado).
Once we have specified sorne Action, we may go on talking about the manner in
-Un cuarto grupo exige situaciones simultáneamente controladas y dinámicas (accio- which the Action was performed withoutfirst specifying that it was performed in a man-
nes): concienzudamente, cuidadosamente, etc. ner. We could say that the manner is implied or "hidden" in the Action. This could be
accounted for by the following rule:
(151) *El niño estaba recostado concienzudamente en el regazo de su madre.
(152) *La máquina empezó a moverse concienzudamente. (32) Given a nuclear predication with the features [+con} and/or [ +dyn}, add a slot
(153) Juan trabaja concienzudamente. (X;)Manner· this Manner slot will not be expressed, unless it is further filled
( 154) *La máquina estaba estropeada concienzudamente. with sorne more specific information.
-Finalmente -señala Dik- no hay ningún adverbio compatible con los estados (situa- Vistas así las cosas, parece que es posible explicar de una forma más precisa la evi-
ciones simultáneamente no dinámicas y no controladas), como demuestra la contra- dente vinculación que existe entre las restricciones en la uso de la pasiva y de los com-
posición de plementos de manera. Se trata de una incompatibilidad en gran medida coincidente (pero
no idéntica) ante el fenómeno de la subcategorización: En concreto, los estados no se pue-
(155) Juan contestó la pregunta brillantemente. den dar de una manera determinada ((161), (165)). La pasiva, por su parte, sufre una res-
(156) *Juan supo la respuesta brillantemente38• tricción próxima: en toda construcción de este tipo debe aparecer, implícita o explícita, la
actuación de un agente o fuerza exterior. Por ello los estados tampoco aceptan la
De esta manera Dik llega a la conclusión de que en todas las situaciones (excep- transformación pasiva ((163), (167)):
tuados los estados) el constituyente manera está implícito. Es decir, los estados de cosas ( 161) *Juan supo la lección nerviosamente.
dinámicos y los controlados necesariamente se desarrollan de una manera específica (que (162) Juan recitó la lección nerviosamente.
no necesariamente se ha de expresar). Esto explica (Dik: 1973, 117 y ss.; 1989: 194) la (163) *La lección fue sabida por Juan.
agramaticalidad de (164) La lección fue recitada por Juan.
(165) *Juan pesa sesenta kilos concienzudamente.
(157) *Pedro quitó la tapa del tarro de una manera. ( 166) Juan pesa las patatas concienzudamente.
(158) *Pedro quitó la tapa del tarro pero no de una manera. (167) *Sesenta kilos son pesados por Juan.
(159) *¿Pedro quitó la tapa del tarro de una manera o no? ( 168) Las patatas son pesadas por Juan.
Por el contrario, los estados de cosas que con mayor facilidad aceptan el consti-
y la gramaticalidad del artículo determinado en:
tuyente de manera y la pasivación son las acciones. Pero remarquemos que la restricción
no es biunívoca: rechazan la concurrencia de adverbios de manera los estados de cosas si-
(160) Pedro quitó la tapa del jarro. La manera en que lo hizo fue cuidadosa39• multáneamente no controlados y no dinámicos, en tanto que la pasiva queda excluida de
los estados de cosas exclusivamente no controlados (o no sometidos a una fuerza exterior).
En consecuencia los estados de cosas [-controlados, +dinámicos] aceptarán adverbios de
38
Los verbos estativos tampoco admiten complementos predicativos (Leonetti-Escandell: 1991, 433): manera pero no pasiva:
(i) *Mª adora la música de Mozart entusiasmada.
(169a) Juan fue recobrando paulatinamente un nuevo vigor.
(ii) *Pedro sabe francés contento.
(169b) *Un nuevo vigor fue recobrado por Juan.
Este hecho corrobora nuestra hipótesis de que el predicativo y el circunstancial de modo constituyen (170a) Los repetidos lavados encogieron velozmente la ropa.
una única invariante. (170b) *La ropa fue encogida por los repetidos lavados.
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Para Dik este rasgo diferencia claramente a los satélites del tipo 1 y del tipo 2. Lamentablemente, esto (171a) El reloj dio las doce pausadamente.
no parece ser cierto (como vimos en la nota 17 de este capítulo). (171b) *Las doce fueron dadas por el reloj.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
... entre Adverbiales que califican al Verbo y aquéllos que más bien califican al (i-b') El profesor fue meticuloso mientras examinaba al viejo (sujetos correferentes y
Sujeto. (Como ejemplo de éstos, considérese el Adverbial de John married Mary with controladores).
no great enthusiasm ... , que más bien viene a decir John was not very enthusiastic (i-b") *El viejo fue meticuloso mientras era examinado por el profesor (el sujeto de la
about marrying Mary ... y, por tanto, parece representar un papel más como adverbial pasiva no es controlador).
que modifica al Sujeto en John, clevely, stayed away yesterday ... , que corno el del
Adverbial que modifica al Verbo en John laid his plans clevely ... ) (ibid.). La solución, en líneas generales, parece válida. Sin embargo, no la consideramos plenamente satisfac-
toria. Al menos para el español, no justifica enteramente los hechos: en castellano Ja ambigüedad de ejemplos
como (ii-b) se debe a que también las activas correspondientes son ambiguas.
•
0
Por otra parte, las vinculaciones entre la' pasiva y la aparición de los adverbios de modo presenta más Las siguientes secuencias:
problemas que el de la mera compatibilidad.
(iii) El carcelero metió voluntariamente al preso en su calabozo.
La semántica generativa (Lakoff: 1970b) observó cómo algunos adverbios no son indiferentes a Ja
(iv) El médico examinó voluntariamente al enfermo.
transformación pasiva. Así, mientras una cláusula como
(i-a) El profesor examinó meticulosamente al viejo sobre sus sensaciones (adaptación además de una interpretación, digamos, natural ('el carcelero y el médico actuaron voluntariamente'), admi-
de S. 230). ten otra, más forzada, pero igualmente posible si el contexto Ja facilita (como hemos comprobado en alguna
improvisada encuesta):
y su correspondiente pasiva
(iii-a) El preso está muy dócil últimamente. Incluso dejó que el carcelero lo metiera
(i-b) El viejo fue examinado meticulosamente por el profesor. .. voluntariamente en la celda.
(iv-a) El enfermo no quería que nadie lo tocara. Pero logramos convencerlo. Al.final, el
son prácticamente sinónimas (en ambas es el profesor quien es meticuloso), en el caso siguiente médico lo examinó voluntariamente.
(ii-a) El profesor examinó voluntariamente al viejo. Todo esto viene a demostrar que la premisa de los sujetos correferentes es falsa. El adverbio puede inci-
(ii-b) El viejo fue examinado voluntariamente por el profesor. dir también sobre el complemento directo (posibilidad "menos natural", Ja marcada en términos estructura-
listas). Por otra parte, esta posibilidad de incidencia sobre el complemento directo refuerza su vinculación con
no se da necesariamente sinonimia, pues, si bien (ii-a) no es ambigua (fue el doctor quien se prestó volunta- el predicativo, limitado también a actuar sobre esas dos mismas funciones.
rio al examen), en el caso de (ii-b) se puede dar el caso de que sea el viejo el que lo haga. La solución que proponemos para justificar el distinto comportamiento de (i) y (ii) se fundamenta,
Lakoff, de acuerdo con su visión gramatical (véase §2.3.2.2.) justifica estos hechos mediante una res- como la de Dik, en el carácter [±controlador] de los argumentos verbales. La ambigüedad de (ii-b) obedece a
tricción que obliga a la correferencia de sujetos profundos -el "sujeto" del adverbio y el del verbo- en el caso que con tales adverbios el estado de cosas resultante permite que el paciente pueda controlar secundariamen
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. intento de caracterización (! ). Las funciones de l adverbio (y las funciones adverbiales).
Es decir, para Chomsky todos aquellos adverbios que pueden aparecer en Juan se (179) Los checos ponen su futuro en el corazón de Centroeuropa en el que siem
casó con María (entusiasmadamente, voluntariamente, irreflexivamente, gusto- pre estuvieron geográficamente y al que quieren pertenecer económica y
samente, (in)conscientemente, ingenuamente, bobamente, etc.) no son verdaderos comple- políticamente (EP, 3-1-93, Domingo/2).
mentos circunstanciales de manera sino lo que, siguiendo a Greenbaurn (1969, 171 y ss.), (180) Ese hombre es declaradamente un asesino.
se denomina en la tradición anglosajona subject adjuncts ('adjuntos del sujeto')41 • Con (181) Eso es formalmente imposible.
todo, la traducción castellana del ejemplo inglés no puede ser tomada en consideración (182) Sab{a perfectamente el precio que deb{a pagar (EPS., 3-1-92, 28).
porque en nuestra lengua el verbo casarse es activo (admite imperativo) y, en consecuen-
cia, permite la libre adjunción de complementos de manera (ruidosamente, lentamente, La cuestión que aquí se plantea es la de dilucidar si los adverbios subrayados en los
lujosamente, etc.). • ejemplos anteriores son de manera. Frente a opiniones como la de Chomsky o Dik, otros
Sin embargo, a su ejemplo podríamos añadir otros muchos en los que aparecen autores, como López García, no ponen reparos a contestar afirmativamente a dicha pre-
adverbios terminados en -mente con verbos considerados normalmente estativos: gunta. Así, es tajante cuando afirma que
(172) Juan pose{a ilegalmente tres casas situadas al pie de la playa. ... hay que decir que no es cierto que los verbos seudotra[n]sitivos re[c]hacen el
Juan supo indirectamente la noticia. adverbio de manera -aunque sí la pasiva- y de ahí la actriz pesa públicamente 60 kilos
(173)
y privadamente 68, Juan tuvo simultáneamente tres empleos, por más que la relación
(174) Dicha ciudad dista geográficamente pocos kilómetros de su capital, pero adverbio-pasiva siga en pie y deba ser establecida (López García: 1977, 150-51)42•
La separación cultural es enorme.
(175) Juan tiene manifiestamente la razón. Fijémonos en que involuntariamente no indica la manera en que volcó el vaso (lo pudo hacer de una
(176) Juan tiene continuamente dolores de cabeza. manera estrepitosa, brusca o ruidosa, etc.). Lo que se quiere expresar es que el capitán se vio envuelto en esa
(177) Juan tiene secretamente una ilusión. situación sin querer, de ahí que sean compatibles ambas informaciones:
(178) La ciudad parece habitualmente un hormiguero. (ii) ...al volcar involuntariamente de una manera brusca el vaso...
(iii) ... al volcar bruscamente sin querer el vaso ...
te el estado de cosas. Los adverbios que admiten esta posibilidad son los de predisposición. El paciente no Con todo, la distinción no ha tenido demasiado éxito (Dile no la mantiene en sus obras posteriores:
puede controlar directamente que el examen sea más o menos meticuloso, pero sí puede controlar que se rea- 1978, 1989) a causa de las dificultades que plantea diferenciar dichos adjuntos de otro tipo de adverbios, los
lice con su consentimiento o sin él. Los adverbios de predisposición pueden captar este tipo de control se- de estados mentales (S.-F. Huang), los orientados hacia el sujeto (Jackendoff), los de sujeto-oración (de
cundario. M~rdup). Semánticamente todas estas clases están muy próximas, pero sintácticamente su comportamiento
En pasiva se mantienen las incidencias de la activa. Lo peculiar de esta construcción es que el antiguo es heterogéneo (y complejo): los adjuntos del sujeto de Greenbaum quedan fuera del alcance clausal (no pue-
objeto ocupa la posición de argumento principal y, por tanto, las ambigüedades ocasionadas por el control den ser foco de negación, interrogación o comparación: características todas de los disjuntos, de los que se
secundario de este argumento son más perceptibles en caso de darse. diferencian por su incapacidad de preceder a una cláusula negada: *El capitán, involuntariamente, no volcó el
vaso) ; este mismo comportamiento híbrido lleva a M~rdup (1976, §1.1.2.) a incluirlos entre los adverbios de
" They are termed subject adjuncts because of their relationship to the Subject (Greenbaum: manera (subclases sujeto-oración). En otros casos, sin embargo, aparecen como modificadores verbales (como
1969, 171). en nuestro ejemplo: No volcó involuntariamente el vaso equivale a 'lo volcó, pero no involuntariamente', es
Dik (1973, 109) los define así: decir, el adverbio queda bajo el alcance de la negación). La falta de delimitación precisa entre la semántica y
Subject adjunct expresses x '.s attitude toward or disposition with respect of being involved in la sintaxis explica esta confusión: los tres autores se refieren a un mismo valor semántico, pero encarnado
Situation y. sintácticamente en funciones diferentes. Adjunto del sujeto de por sí es una expresión sintáctica. Por dicho
motivo preferiremos utilizar el término predisposición para referimos a este valor (próximo o incluible dentro
Es un grupo poco numeroso (esp. espontáneamente, involuntariamente, instintivamente, incons- del de manera) que se puede manifestar por medio de complementos circunstanciales, modificadores clausa-
cientemente, distraídamente y similares): les y otras funciones sintácticas (de este aspecto nos ocuparemos en §3.5.).
42
En la primera versión de su obra (1976, 100) López García no se muestra tan tajante, aceptando que
(i) Un capitán estuvo a punto de verse envuelto en un incidente hace dos semanas al volcar tales adverbios (a los que añade el traje le sienta horriblemente, ese libro costará fácilmente 500 pesetas) en
involuntariamente el vaso a un cliente de un bar de Split (EP., 15-11-92, Dorningo/6). realidad no son de manera (por no admitir la paráfrasis de manera x).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. ln1en10 de caraclerización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
La discusión en cierta medida carece de sentido porque no se puede afinnar o negar (185) Juan tiene continuamente dolores de cabeza.
el carácter modal de un constituyente si con anterioridad no se establece claramente qué (a)* ¿Cómo tiene Juan dolores de cabeza?/ -Continuamente.
se entiende por manera. Desgraciadamente, hoy por hoy no podemos dar una definición (b) Juan tiene dolores de cabeza de manera continua.
que vaya más allá de la siguiente (Dile: 1973, 97): (c) *Lo que Juan hace de manera continua es tener. ..
A manner adverbial is a constituent which functions semantically in such a way as (d) *Continuamente es cómo Juan tiene .. .
to characterize the manner or way in which a certain activity is carried out or in which
(186) El hermano menor del presidente... declaró públicamente que el jefe del
a certain process goes on.
Estado utilizaba el cargo para amasar una fortuna fabulosa (EP., 3-1-93, 8).
Para determinar si un constituyente cab.e en una definición tan vaga se ha propuesto (a) ? ?¿Cómo declaró que .. ?/ -Públicamente.
una serie de criterios que permitan en la práctica acotar el concepto de complementos de (b) ? ?Declaró de manera pública que ...
manera. Entre otros: ( c) Lo que hizo de manera pública fue declarar que...
a) Comprobar si dicho adverbio puede contestar a una pregunta introducida por (d) ?Públicamente fue cómo declaró ...
cómo:
-¿Cómo se te acercó? (187) ... a uno de ellos presuntamente le pusieron 125 gramos de esta sus.tancia
-Se me acercó sigilosamente (L. 259). en una carpeta de su propiedad (EP. , 20-12-92, Domingo/7).
b) La paráfrasis por de un(a) manera/forma/modo (adj.) : (a) *¿Cómo le pusieron 125 gramos de... ?/ -Presuntamente.
(b) *A uno de ellos le pusieron de manera presunta...
Se me acercó de una manera sigilosa.
(c) Lo que presuntamente hicieron fue poner. ..
c) Sustitución por Lo que hizo (adv.) fue (cláus): (d) *Presuntamente fue como le pusieron. ..
Lo que hiza sigilosamente fue acercárseme.
Por otra parte, otros valores como el instrumental (1 89), cuantitativo (190-192),
d) Extracción en construcciones ecuativas del tipo: (Adv.) fue como (cláus): aspectual44 (193-195), etc. se comportan de manera parecida ante dichas pruebas:
Sigilosamente fue como se me acercó.
Sin embargo, como observa Dile (1973, 97) para el inglés (y lo mismo podemos decir 44
Nos referimos aquí a lo que S. C. Dik (1989, 204) denomina Quantificational Aspect. Hemos visto
en castellano), todos estos criterios no actúan de una manera paralela. El ejemplo escogido que, en el modelo funcional de Dik, las mismas nociones se pueden representar mediante medios gramati-
más arriba es, de nuevo, una acción y, por tanto, un caso paradigmático de manera, pero cales (operadores) o léxicos (satélites). Los valores que ahora mencionamos pertenecen al nivel 2 ( 2 y 2
hagamos la sustitución con algunos otros ejemplos: respectivamente). Dentro del aspecto cuantitativo incluye las distinciones de "hábito" (habitualmente),
"frecuencia" (repetidamente, periódicamente, frecuentemente, reiteradamente ... ), "continuidad" (transito-
(183) Juan poseía ilegalmente tres casas situadas al pie de la playa.
riamente, constantemente, incesantemente, etc.) e "intensidad" (profundamente, sensiblemente, amplia-
(a) # ¿Cómo poseía tres casas situadas... ?/ -Ilegalmente•1•
mente, plenamente, etc.). Obsérvese que estos adverbios son parafraseables con suma frecuencia por de una
(b) Juan poseía de una manera ilegal...
manera (adj.), lo cual no ocurre con Jos adverbios terminados en -mente de valor más claramente locativo-
(c) *Lo que Juan hizo ilegalmente fue poseer. ..
temporal:
(d) ??Ilegalmente era cómo Juan poseía...
(i) En contra de lo previsto inicialmente (*de manera inicial), no todos los trenes de largo
(184) Juan sabía secretamente la noticia.
recorrido ... (EP, 24-1-93, Ciudades/6)
(a) *¿Cómo sabía Juan la noticia ?/ -Secretamente. (ii) Vive actualmente (*de manera actual), con su esposo, en Francia, donde ha sido invitada
(b) *Juan sabía de una manera secreta la noticia. por la Universidad de París Vlll (EP,17-1-93, 4).
(c) *Lo que Juan hacía secretamente era saber. .. (iii)Los hombres del grupo antidroga supieron posteriormente (*de manera posterior) que
(d) Secretamente era como Juan sabía la noticia. un travestido ...iba a viajar de Caracas a Madrid... (EP, 20-12-92, Domingofl).
Por otra parte, las concomitancias entre las nociones de manera y aspecto (o Aktionsart) son evidentes,
., La gramaticalidad de éste y de Jos demás ejemplos (a) es plena si cómo tiene valor causal. Es decir,
como se puede comprobar examinando las distintas definiciones propuestas para dicha categoría (así la de
si se espera Ja respuesta
Brugrnann: «El aspecto indica la manera como se desarrolla Ja acción» (véase F. Lázaro Carreter: 1968, s.v.)).
(183a ') -Las poseía porque las heredó de un familiar lejano.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funcion es adverbiales).
(192)
27-12-92, 9).
..
En la segunda mitad de los ochenta, se consiguió reducir sensiblemente
al hablante oracional oracional
Epistérn.icos
EJ
dinero ... (EP., 3-1-93, 8).
(194) El termómetro de la calle lo marcó la centralita telefónica del Quirinal.. ., Verbo-manera ¡
habitualmente dedicada (de manera habitual) a las conversaciones polí- Manera
Manera
ticas (EP., 3-1-93, 4). Verbo-manera 2
(195) El orgullo nacional no logra suplir la iniciativa personal, ataja sólo tran- Evaluativos
sitoriamente (sólo de manera transitoria) el miedo al futuro (EP., 3-1-93, De resultado
Domingo/ 2).
Gradativos
Punto
Todos estos adverbios admiten con facilidad la paráfrasis de una manera (adj.). de vista Punto de vista
Sin embargo, rechazan con mayor vigor ser respuesta a una pregunta introducida por
cómo: Conjuntivos
(190a) ¿Cómo lo marcará su relación con la Generación del 27? / -Lo marcará
profundamente.
(191 a) *¿Cómo dificulta la relación entre intelectuales y científicos?/ -La dificulta
Cuadro 3
extraordinariamente.
(192a) *¿Cómo consiguió reducir el tiempo de cobro de las pensiones?/ -Lo redujo
El esquema anterior nos muestra la gran discrepancia que se puede observar entre los
sensiblemente.
(l 93a) *¿Cómo le mandaba a buscar grueso fardos de billetes?/-Lo mandaba distintos autores. Algunos, especialmente S.-F. Huang, restringen tanto la aplicación del
periódicamente. concepto de adverbio de manera que dejan fuera de su campo abundantes valores que
(l 94a) *¿ Cómo está dedicada a las conversaciones políticas la centralita tele/ónica generalmente se incluyen en su interior. Así, por ejemplo, Dik (1973, 118-19 y 1989, 196-
del Quirinal? -Está dedicada habitualmente. 97) considera que dentro de la unicidad del constituyente manera caben sucesivas
(195a) *¿Cómo ataja el orgullo nacional el miedo alfuturo?/-Lo ataja transito- subespecificaciones de acuerdo con la faceta del estado de cosas sobre la que incida
riamente. principalmente (orientados al controlador, al resultado y al estado de cosas45 ); Huang, por
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(iv) John writes illegibly, (i) John knew the answer quickly.
(ii) Quickly, John knew the answer.
a pesar de la posible paráfrasis por in an illegible manner, no cabe duda para Dik de que es incorrecto con-
cluir que la manera en que John escribe es ilegible. Lo que en realidad se quiere decir es que 'John escribe de El contraste se ve bien entre
tal manera que lo que escribe resulta ilegible'. Lo mismo sucede con:
(iii) John wrote down the answer quickly.
(v) Los funcionarios de la policía... lograron resolver satisfactoriamente una difícil situación (iv) Quickly, John wrote down the answer.
(EP, 10-1-93, 12).
(vi) He probado inútilmente varios exorcismos (L. 239). y entre
(vii) ... donde se mezclaban armoniosamente conjugados el clasicismo y la vanguardia (EP.,
15-1-92, 28). (v) Todas las bolas fueron cayendo lentamente.
(vi) Lentamente, todas las bolas fueron cayendo.
(en estos ejemplos el resultado fue satisfactorio, inútil o armonioso).
A la misma causa obedece la ambigüedad de:
-SoA oriented (orientados al estado de cosas): En este caso es el estado de cosas mismo (el proceso, Ja
acción) el cualificado. Así, en (vii) Hazlo rápidamente.
(viii) Annette dances beautifully (En (v) se especifica que cada bola fue cayendo lentamente en tanto que en (vi) no se niega la posibilidad de
que las bolas cayeran rápidas, lo lento es el espaciamiento con respecto a una referencia temporal. En (vii) se
lo que se quiere expresar es que "it is the manner of Annette's dancing which is said to be beautiful" (ibid.). nos puede ordenar que nos pongamos rápidamente con la tarea, aunque no se nos obliga a que seamos des-
Lo mismo podemos decir de: pués especialmente rápidos, o bien se nos exige que la hagamos con rapidez cuando nos pongamos a ello, Jo
cual no ha de ser inmediatamente).
(ix) A Alfredo... le temblaron las sienes vertiginosamente, como si tuviese calentura (LC. 242). Con todo, es dudoso que en su segunda acepción el adverbio sea indiferente al rasgo [dinamismo].
(x) Golpea suavemente sin obtener respuesta (L. 222). Compárese:
(xi) Estas son las razanes esgrimidas...al proponer eliminar progresivamente las máquinas de
los establecimientos de hostelería (EP., 6-12-92, Domingo/14). (viii) La pared ennegreció rápidamente (proceso).
(ix) *La pared está negra rápidamente (estado).
(x) *Rápidamente, la pared está negra (estado).
Estos valores se mantienen en las nominalizaciones correspondientes, determinando compatibilidades
entre adjetivos y sustantivos deverbales: por ejemplo, en aquellos casos en que el sustantivo significa acción Por otra parte, aún aceptando que la velocidad en su segunda acepción no sea propiamente incluible en
y efecto (resultado): la noción de manera (lo cual es discutible: Ja diferencia entre (iii) y (iv) se debe más a una variación en el
alcance del adverbio o en la estructura informativa de Ja cláusula que a un cambio de significado en el adver-
(xii) La redacción que me presentaste es ilegible (resultado). bio. Véase§ 3.5.3.1.), no hay ninguna razón para negarle dicho valor en su acepción primera.
(xiii) *La redacción del documento durante toda la noche fue ilegible (acción).
146 147
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
pectiva contraria, M0rdrup incluye dentro de los "adverbes de maniere" un número muy (196) La Mica, sin ton ni son, volvió a reír espontáneamente (de una manera
variado de valores: espontánea) (EC. 90),
Si l'on entend par "adverbes de maniere" les adverbes qui correspondent a la
construction "de + (jac;on + maniere + sorte) + Adjectif", ni ceux du premier sous- en otras ocasiones se muestran bien diferenciados, rechazando ser respuesta a cómo
ensemble, ni ceux du dernier ne satisfont a ce critere, ni meme une partie des adverbes (197), negándose a ser coordinados (198-199) o admitiendo la compatibilidad sintagmá-
appartenant au quatrieme sous-ensemble. On voit done qu 'il ne faut pas prendre le titre tica (200-201):
de ce chapitre trop ii la lettre. Nous n'essayons pas par la de caractériser ces adverbes
(197) *¿Cómo reía Juan?! -Voluntariamente.
sémantiquement, bien que la plupart des adverbes discutés ici soient traditionnellement
appelés ainsi (M¡iirdrup: 1976, 106). • (198) *Es el mejor recuerde que tengo, que me ha marcado profunda y violen-
tamente.
En el ámbito español, V. Báez, en un reciente estudio (1994) realiza una completa (199) *Juan golpeó involuntaria y fuertemente en la mesa.
clasificación semántica de los adverbios. En lo que aquí nos interesa, su consideración (200) La Mica ... volvió a reír fuerte espontáneamente.
acerca de este valor no coincide exactamente con ninguna de las anteriormente mencio- (201) Juan golpeó fuerte en la mesa involuntariamente.
nadas, pero es bastante amplia. Basándose en que los modales47 responden a la pregunta
"¿cómo?", en conjunto agrupa bajo dicha etiqueta a: Pero los problemas de delimitación llegan incluso a los de punto de vista (apa-
rentemente más fáciles de distinguir de los de manera) . En:
-actitudinales (expresan cómo sucede el suceso desde el punto de vista del hablante o cómo
se comporta alguien desde el punto de vista del hablante). En líneas generales coinciden con los (202) La Comunidad está...dividida entre los que quieren quedar bien dando de
que más arriba hemos denominado orientados al hablante y al sujeto. comer a los famélicos de Sarajevo, pero arriesgando militarmente lo míni-
mo con ello ... (EP., 20-12-92, Domingo/4).
-no actitudinales (indican cómo sucede el suceso en sí o el estado, proceso o acción en sí).
Militarmente es un adverbio de "punto de vista". Sin embargo, es plenamente conmutable,
Éstos, a su vez, pueden indicar ámbito (¿<:ómo sucede y en qué ámbito? Son los que hemos lla- por ejemplo, por cobardemente, adverbio de manera ( ...arriesgando cobardemente lo
mado de punto de vista). Los que no designan ámbito pueden señalar cómo sucede el suceso en su mínimo con ello), de manera que llegan a excluirse paradigmáticamente:
iniciación (bruscamente), desarrollo (lentamente) o fin (definitivamente) o cómo sucede el estado,
proceso o acción, expresando dirección o posición (diagonalmente), cuantificando (abundantemente), (202a) *pero arriesgando militarmente lo mínimo con ello cobardemente.
graduando (peifeetamente). Queda, finalmente, el resto de estas tres oposiciones privativas: los que (202b) *pero arriesgando desde el punto de vista militar cobardemente lo mínimo
ni sitúan ni cuantifican ni gradúan (deleitosamente). con ello...
Frente a estas posturas divergentes, nosotros vamos a considerar que son adverbios (i) ... una práctica socialmente aceptada (EP., 15-11-92, Domingo/15).
de manera todos los que puedan ser sustituidos por la paráfrasis de un(a) manera/modo/ (ii) México ... ha sido históricamente el país más estable de América Latina (EP., 3-1-
forma adj., lo cual, por una parte, nos permitirá desgajar de esta clase a los adverbios de 93, 10).
punto de vista48 , modalidad y temporalidad (generalmente satélites del nivel 2) pero, por (iii) Su hijo menor estaba mentalmente turbado (EP., 3-1-93, 8).
otra, nos mostrará los límites borrosos que existen con respecto a otros valores semánti- (iv) Cree que se afianza la idea de una Europa únicamente económica más que una
Europa unida políticamente (EPS., 3-1-93, 24).
cos (cantidad, aspecto, predisposición... ), que, si unas veces parecen confluir en la perífra- Es el mejor recuerdo que tengo, que me ha marcado emocionalmente.
(v)
sis de una manera adj.: (vi) Quedó apaciguado interiormente (EC., 86).
(vii) La controversia, suscitada teóricamente por los filósofos, dio resultados prácticos
47
En este trabajo utilizaremos el ténnino manera en lugar de modo y modal para evitar posibles confu-
en nuestro siglo.
(viii) Antes y después del embarazo estaba destrozadapsicowgicamente (EP., 24-1-93, 2).
siones creadas por la polisemia de estas últimas expresiones (C. C. de modo/ modo verbal). Por ello opone-
mos adverbios de manera a adverbios de modalidad.
Obsérvese, por otra parte, que también aquí los límites son imprecisos. Históricamente (ii), interior-
48
La expresión punto de vista es la más utilizada. Sin embargo, no cubre todos los valores con los que
mente (vi) y teóricamente (vii) son sustituibles por desde siempre (tiempo), por dentro (lugar) y de manera
se suele asociar, de ahí que se hayan propuesto otras denominaciones (adverbios de limitación, de ámbito, de
teórica (manera) respectivamente, sin casi alteración del significado.
cuadro, etc.) para referirse a adverbios como los siguientes:
En §3.5 estudiaremos con más detalle esta clase adverbial.
148 149
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Lo básico es, por tanto, diferenciar de una parte funciones sintácticas (en este caso y posteriormente Jiménez Patón se hicieron eco de esta postura, que no se impondría
un complemento circunstancial, es decir, un satélite) y, de otra parte, funciones semánti- sin dificultades49 •
cas. En aquél confluyen varias de éstas cuyos límites no son totalmente discretos: la fun- En efecto, a pesar de los antecedentes expuestos y de otros que se sucederán a lo
ción semántica de manera, ya de por sí heterogénea, ofrece la dificultad adicional de sola- largo de los siglos XVIII y XIX (Jovellanos, A. Bello, V. Salvá, etc.), la Gramática de la
par su alcance con otros valores (punto de vista, aspecto cuantitativo, predisposición, etc.). R.A.E. en sus doce primeras ediciones (1771-1870) no sólo mantuvo inalterada la antigua
El valor de manera es, pues, heterogéneo y difícil de delimitar. Podemos afirmar la posición sino que, incluso, rechazó explícitamente la posibilidad de otro tipo de modifi-
existencia de un valor manera de sentido amplio, de fronteras borrosas, y de otro más cación que no fuese la verbal:
estricto, más limitado. Partiendo de una periferia de círculos concéntricos, una vez
expulsados a las tinieblas exteriores los locatívos (actualmente, antiguamente, etc.) y Quando se halla con otras partes de la oración, no es porque va junto a ellas, sino
otros adverbios como los de modalidad (posiblemente, presuntamente, verdaderamente, con algun verbo que hay, ó debe suplirse, v. g. en esta cláusula: el hombre naturalmente
realmente, obviamente, etc. Véase §4.1.2.2.), la conmutación por de una manera (adj.) [bueno] es fácil de engañar por los malos: el advervio (sic) naturalmente no vá con
permite desgajar en primer término los valores de punto de vista o ámbito. Dentro de la hombre, ni con bueno, sino con el verbo ser, que debe suplirse en esta forma: el hom-
masa restante, el añadido de la pregunta cómo nos facultará para dejar de lado valores bre (que es) naturalmente bueno 50•
aspectuales y cuantitativos estrechamente ligados. En un tercer círculo aparecen los Sólo a partir de la decimotercera edición (1874) acepta la R.A.E. la que podemos
adverbios de predisposición, con ciertas características peculiares y a veces compatibles considerar como visión definitiva del adverbio en el seno de la gramática tradicional, en
con los más próximos al centro de las circunferencias concéntricas. Todos estos valores la cual se reconoce una triple incidencia sobre el verbo, el adjetivo u otro adverbio.
no rehúyen concurrir con los estados. Finalmente, en la zona nuclear queda el residuo Estudiamos conjuntamente las dos funciones de modificador de adjetivo y adverbio
de los que más propiamente podemos llamar adverbios de manera. Pero todavía no porque, en líneas generales, son los mismos tipos de adverbios los que las pueden desem-
hemos alcanzado la homogeneidad: dentro de éstos, unos afectan principalmente al suje- peñar, generalmente cuantificadores (189)-(197), los llamados «focalizadores» y «polari-
to, otros al objeto. Por último, los que inciden sobre el proceso o acción mismos cons- zadores» (meramente, precisamente, especialmente, incluso, no, también, etc.) (198)-
tituyen el centro de toda la irradiación . . (206) y adverbios de modo, terminados en -mente o no, que frecuentemente adquieren
Todos estos valores confluyen sin fronteras fijas pero también sin llegar a con- también dicho valor cuantificador5 1 (207)-(214):
fundirse. Esto último es importante, como veremos en§ 3.5., ya que no todos ellos ofre-
cen las mismas facilidades en el momento de ascender jerárquicamente a la función de (189) Las calles se habían quedado casi desiertas (L. 50).
modificador clausal u oracional. ( 190) Dejó la caja en el suelo y me mostró otra mucho más pequeña y comple-
tamente vacía (L. 63).
(191) Vi que estaba muy pálido (L. 55).
( 192) Lo primero me había de resultar relativamente fácil y lo segundo absolu-
3.2. MODIFICADOR DE ADJETIVO Y DE OTROS ADVERBIOS.
tamente imposible (L. 46).
( 193) El niño llora de nuevo, más patéticamente (S. 200).
Una vez que el adjetivo se desgajó definitivamente del verbo, hecho que se produ-
(194) La boda fu.e mucho después (S. 162).
jo en la época alejandrina, el adverbio vio reducido el ámbito de su alcance modifica- (195) Besa muy suavemente a Brunettino (S. 137).
dor. Las gramáticas latinas y las medievales en este punto no supusieron ninguna
innovación, de manera que siglo tras siglo se le negó al adverbio otra incidencia que no
fuese la verbal. ' Dice El Brocense:
9
... se une, sin embargo, a otras partes de la oración como bene doctus 'muy sabio', va/de mane
Hubo que esperar al espíritu observador del hombre renacentista para que se
'muy de mañana', semper lenitas 'siempre dulzura' (cit. apud García Tejera: 1984, 188, nota 20).
pusiera de manifiesto lo demasiado estricta que era la concepción que monótonamente
'º Cit. apud G. Tejera (1984, 193). Sabido es que este tipo de propuestas adquirió un gran desarrollo en
habían venido repitiendo los gramáticos durante centurias. Fue Scaligero (1540) quien
las corrientes iniciales de la gramática transformacionalista, pero todavía en la actualidad encuentra defenso-
por primera vez señaló que la incidencia adverbial no se agotaba en el verbo sino que
res (por ejemplo, Girón Alconchel: 1991, 101 y ss.).
se extendía a los adjetivos e, incluso, a otros adverbios. En España, El Brocense (1587) 51 Vid Egea (1979, capítulo 3).
150 151
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en espanol. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(196) Ninguna hubiera enseñado tan fácilmente la rodilla (S. 104). es cierto que cabe esperar que el libro sea muy rojo, pero no por ello ambas construcciones
(197) Y esto era casi literalmente cierto de lo escuchimizado y flaco que era son sinónimas (el significado de rabiosamente sigue latente). Lo mismo sucede, por ejem-
(EC. 52). plo, con
(198) Tal utilización se ejercía en un medio productivo especialmente penoso
(EP., 7-2-93, 12). (216) Es un chico sorprendentemente alto.
(199) En el tono deja traslucir que ella, aunque también meridional, comprende (217) El libro es francamente rojo.
a Andrea (S. 308).
(200) Un galán harto amanerado y no precisamente veinteañero (L. 154). También en estos casos hay implícita una intensificación. En el primero, por ejem-
(201) Han convertido un sueño ero una empresa meramente económica (EPS., 3- plo, se trata de un chico muy alto, pero en realidad lo que se indica es que 'sorprende que
1-93, 24). sea tan alto', es decir, se adquiere un nuevo valor sin que el originario desaparezca.
(202) Y era raro pensar que, precisamente ahora, a esa edad, no le importaba el Este hecho está en relación con otro no suficientemente resaltado: dejados de lado
dinero (H. 274). en estos momentos los cuantificadores y focalizadores, lo que pretendemos destacar es
(203) Precisamente porque en Milán no comprenden esa talla el viejo se intere- que todos los valores que hemos apreciado en la modificación verbal (manera, tiempo,
sa más aún por esos cuerpos enigmáticos (S. 93). aspecto cuantitativo, modalidad subjetiva u objetiva, punto de vista, etc.) pueden
(204) Ahí mismo tenéis sitio de sobra (S. 56). comprobarse igualmente en la incidencia sobre los adj etivos y adverbios (y otros tipos
(205) Precisamente antes de desmayarse me enseñaba una carta de Nueva York de unidades):
(S. 286).
-Manera (en todos sus matices):
(206) Sólo entonces (. ..) se mete Renato despacio en su cama (S. 283).
(207) ... La certeza de haber perdido algo intensamente mÚJ, intensamente urdido (218) Estaban demasiado entrados en años o demasiado asimilados a las entra
en lo mejor de la humanidad, intensamente necesario (. .. ). Pero lo ñas de la tierra, brutalmente intemporal y delicadamente agonizante,
rotundamente irremediable es la brecha que su muerte (. .. ) ha abierto en irrisoriamente desplazada hacia un venidero crepúsculo de mudas espa-
mi razón (EPS., 27-9-92, 6). dañas (P. 60).
(208) Los blancos caseríos tomaban proporciones de diminutas figuras de «naci- (219) Se reía impotente y cruelmente solo (H. 180).
miento» increíblemente lejanas y, al propio tiempo, incomprensiblemente (220) Lito tenía una cara desagradablemente redonda (H. 188).
próximas y manejables (EC. 27). (221) ¿Por qué estoy ahora tan espantosamente solo ? (H. 282).
(209) Son prácticamente inmunes a cualquier tentativa de reinserción (EP. , 6- (222) Fraternalmente amigos nos hizo la vida (EP. , 25-10-92, 24).
12-92, 15). (223) ... Un vivo gesto tan instintivamente maternal (S. 105).
(210) Si llega a ponerse todo bien blanco se hará bonito (S. 170). (224) Barcelona, ciudad tan europea... y tan ...tan cosmopolitamente provin-
(211 ) El día es rotundamente propicio (S. 134 ). ciana (L. 21).
(212) Si no presentábamos los cubos razonabkmente llenos de parásitos el doc-
tor Sugrañes se iba a incomodar (L. 9). -Modalidad (objetiva y subjetiva):
(213) Qué ganas de huir a algún sitio, bien kjos (EP., 6-12-92, Domingo/14).
(225) El cielo estaba encapotado, pero ese resplandor cárdeno probablemente
(214) La serena sonrisa del viejo se hace francamente burlona ante el embara-
mefítico (. .. ) me permitió ver con bastante claridad (L. 146).
zo de la pareja (S. 66).
(226) Todo esto dará en los próximos día una lección básica probabkmente dura
(EP., 20-9-92, 11 ).
No todos los adverbios de manera que preceden a adjetivos y adverbios adquieren (227) ... la(. .. ) escisión entre un Sur presuntamente corrupto y un Norte supues-
necesariamente valor cuantitativo (como hacen pensar Pottier: 1968 y otros autores). tamente íntegro y laborioso (EPS., 3-1-93, 21 ).
Puede darse el caso, en efecto, de que dichos adverbios se conviertan en meramente inten- (228) De manera aparentemente natural, hubo quienes(. .. ) propagaron la idea
sificativos, pero con frecuencia dicho valor no supone la eliminación del significado ori- de la mayor capacidad craneal de los vascos (EP. , 7-2-93, 22).
ginario. Así, en el ejemplo citado por Á. López (1976, 191) (229) Factores curiosamente coincidentes ( ... ) han determinado que Martelli
fuera acusado de corrupción (EP., 14-2-93).
(215) Un libro rabiosamente rojo
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(230) Prosigue, nuevamente alegre (S. 109). (249) Esta medida afecta a todos los ciudadanos residentes cerca del casco antiguo
(231) Adela encontró a su suegra desusadamente blanda (H. 179). de la ciudad.
(232) Súbitamente dignas y envaradas, las damas se quitan de encima tales (250) Todos los aquí presentes firmamos voluntariamente este documento.
manos (S. 175).
En el caso de ser dos los adverbios afectados debernos hablar de un caso de aposi-
(233) Provoca la paralización de los reflejos de políticos habitualmente duchos
ción adverbial (unimernbre o bimembre):
en la navegación de las aguas comunitarias (EP., 27-9-92, 10).
(234) El arte de mirar al mund ~ con ojos permanentemente nuevos (EP., 11-10- (251) Acabamos los dos juntos allá abajo, en nuestra tierra (S. 21 ).
92, 14). (252) Por eso estamos aqu~ más abajo, en la montaña (S. 320).
(235) Odiaba todo y de su pecho se esfumaba toda su ya escasa capacidad de (253) ¿Les enterraban ahí dentro? (S. 15).
amar (H., 278). (254) Ahí detrás esconde sus provisiones (S. 307).
(236) Es precisamente esa distancia insalvable entre la realidad y las ansias de (255) Tenemos un teatrito aquí cerca (L. 127).
felicidad, siempre pueriles, siempre inocentes, siempre imposibles, lo que (256) Acaba de decir una verdad que nunca antes se le había ocurrido (S. 197).
resulta más conmovedor de esta historia estrambótica ( EPS., 12-7-92, 24 ).
(237) Como fuese que(. .. ) una lágrima se desprendiera de mis pestañas, nunca Ejemplos corno los anteriores (218)-(250) nos llevan a la conclusión de que tanto
aterciopeladas y ahora casi inexistentes por efectos de incendio... (L. 206). en el ámbito de las frases adjetivas como en el de las adverbiales se hace necesario reco-
(238) Nada de recién nacido, sino un niño ya capaz de estar sentado (S. 32). nocer la existencia de diferentes niveles de análisis, de manera paralela a lo comprobado
(239) Cerca ya de las rojas murallas advierte un letrero turístico (S. 90). en las cláusulas. De este modo, una frase adjetiva como la subrayada a continuación ha
(240) ... el entonces vicepresidente del gobierno y -todavía hoy- vicesecretario de ser analizada, sea mediante corchetes, sea en representación arbórea, como se indica
general (EP., 6-12~9, Domingo/14).
en (258) y (259):
(257) En definitiva, entendemos que debemos comprometernos en la necesaria
-Punto de vista o ámbito: regeneración de la Universidad erradicando las prácticas despóticas,
afortunadamente hoy menos frecuentes, que se dan ente nosotros.
(241) La campaña institucional(... ) ha sido informativamente insuficiente y
conceptualmente ridícula (EP., 27-12-92, Domingo/5). (258) [1 Afortunadamente [2 hoy [1 menos {ofrecuentes jo }1 }2 }3
(242) La bruja novata es, tal vez, uno de los antecedentes más claros de esta dis-
paratada, divertida y técnicamente perfecta película (TP., 319-1-93, 4 ).
(243) Además de socialmente regresiva y económicamente funesta, dicha prác- (259) fadj.
tica es también claramente inconstitucional (EP., 7-2-93, 12).
MOD. NUC.
(244) La presencia de otras razas se hace más ostensible y, culturalmente, más
1 1
agresiva (EP., 11-10-92, Domingo/3). adv. fadj.
(245) La legendaria batalla del Volgafue militarmente innecesaria (EP., 27-9-
MOD. NÚC.
92, Domingo/12).
1 1
(246) Son moderadamente consumistas, bien formados culturalmente y preparados adv. adj.
para altas responsabilidades en su trabajo (EP., 11-10-92, Domingo/2).
(247) Según Dahmer, que fue declarado mentalmente sano en el juicio... (LVG., MOD. NUC.
1 1
9-2-93, 8). adv. adj.
(248) Sostiene al teoría estéticamente válida, pero históricamente falaz de que... 1 1
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Como en el caso del aditamento, se ha discutido también si éstas que ahora estamos a) Adverbio de orientación (de lugar) precedido de un substantivo (tipo mar adentro):
considerando son funciones privativas del adverbio. Así opina, por ejemplo, A. Mª
Barrenechea (1963), si bien no considera que sea ésa una característica decisiva a la hora (260) Incluso los marineros de profesión sienten miedo cuando dejan el puerto
de definir a toda la categoría: para internarse mar adentro (EPS., 20-9-92, 112).
(261) De vez en cuando levantaba la cabeza y miraba calle arriba y calle abajo
Aunque tengan funciones privativas (modificadores directos de adjetivos, de sí mis-
(L. 178).
mos o de construcciones equivalentes), ellas no caracterizan a toda la categoría, pues
(262) Trepando cumbres arriba (S. 179).
sólo un número reducido de adverbios son capaces de llenarlas (id., 21).
(263) Intentó en vano salvarse monte arriba de las ametralladoras (S. 95).
Palabras como éstas (y otras semejantes 1 que se repiten con harta frecuencia) mere- (264) Para seguir huyendo tronco arriba (S. 113).
cen, sin embargo, alguna consideración por nuestra parte. En primer lugar, porque no es (265) Se aleja pasillo adelante (S. 23).
exacto reducir a "un número reducido de adverbios" la facultad modificadora que en este (266) ¡Si llego a marcharme escaleras abajo .. .! (S. 309).
momento estamos considerando. Antes al contrario, los ejemplos más arriba apuntados, (267) Todos se cagaron pantalones abajo delante de Mussolini (S. 97).
nos muestran que, en líneas generales, pueden incidir sobre un adjetivo u otro adverbio las (268) El peine sigue cuerpo abajo (S. 186).
mismas unidades adverbiales que pueden modificar al verbo (adverbios de lugar, tiempo, (269) Por el muslo, entrañas arriba, anegando el corazón (S. 193).
modo, modalidad, manera, foco, etc.). (270) Los recientes mordisqueos de la "Rusca" vientre abajo (S. 266).
En contra de esta consideración amplia del ámbito modificador del adverbio, se ha (271) Vista desde el exterior parecía un orinal boca abajo (L. 263).
pretendido recalcar el carácter de cláusulas de relativo reducidas de muchos ejemplos simi-
lares a los apuntados más arriba, idea que encaja perfectamente en los postulados de la gra- b) Adverbio de orientación o adjetivo precedidos de una frase cuantificadora (tipo
mática generativa previa a la teoría x-barra (por ejemplo, M!llrdrup: 1976, 98, n. 1) y que tres días antes, una pizca banal):
nos recuerda en gran medida posturas como la de la gramática tradicional (piénsese en la
(272) Rubes estuvo allí tres días antes (H. 238).
justificación apuntada para negar la incidencia del adverbio sobre adjetivos y otros adver- (273) Días después de que la prórroga de la moratoria fuera aplazada hasta el
bios en las ediciones de la G.R.A.E. anteriores a la 1874). Este tipo de explicaciones pro- próximo año... (EPS., 27-9-92, 20).
pias de lo que S. C. Dik (1978, §l. l.) denomina «paradigma formal» son rechazables desde (274) Como un par de meses después (. .. ), no mucho después me pateó, y me hizo
el punto de vista de una lingüística funcional («el paradigma funcional») fundamentada tanto daño que fui a la policía de la otra vez (EPS., 20-10-91, 154).
principalmente en el reconocimiento de que el lenguaje es esencialmente un instrumento de (275) Había sido escrita en Algeciras dos años antes y enviada al instituto donde
interacción social, de comunicación. La prioridad comunicativa justifica estas construccio- otros siete atrás yo había ejercido la docencia (L. 156).
nes sin necesidad de recurrir a transformaciones o elisiones allí donde no sea estrictamen- (276) Unos puestos más alúí, una señora se arroja entusiasmada sobre el can-
,.
te necesario (Dik: 1989, § 1.6.). La gramática generativa posterior a la teoría x-barra, con didato (EP., 14-3-93, Domingo/16).
el descubrimiento de la complejidad de las estructuras de las frases, ha realizado una evo- (277) De haber sido un poco más temprano me habría recreado en la suerte (L. 60).
lución en gran medida paralela a la señalada para la gramática funcional, por lo que tam- (278) El viejo se sienta a sus pies (. .. ), como medio siglo atrás junto a sus cor-
bién se rechazan soluciones como la apuntada. deros (S. 80).
La segunda afirmación contenida en Barrenechea (la función de modificador direc- (279) Resucita en su poso interior una cancioncilla sentimental, de moda cuarenta
to de adjetivos, de sí mismo o de construcciones equivalentes es privativa del adverbio) es años atrás (S. 82).
esencialmente cierta. Con todo, la tantas veces aludida solidaridad categoría-función no (280) Comentó Andrea, pocas noches atrás (S. 141).
resiste, una vez más, la confrontacion con los hechos. Los ejemplos que a continuación (281) Creo que la vida podría ser más agradable de lo que es, pero es probable
vamos a manejar, aunque discutidos, como mejor se pueden explicar es reconociendo en que esté equivocado, o que no sea tan mala, sino solo una pizca banal (L.
ellos la presencia de substantivos o frases substantivas que desempeñan justamente la fun- 258).
ción de modificadores de adjetivos, adverbios o frases endocéntricas equivalentes52 • Los (282) Estaba un poco más presentable (L. 181).
casos se pueden dividir en dos apartados:
Ni a) ni b) deben confundirse con casos como los siguientes, en los cuales o bien el
núcleo es un substantivo o frase substantiva (283)-(286), o bien el adverbio desempeña la
' Estudiadas por E. Gregores (1960), Alcina-Blecua (197S, 720), J. A. Martínez (1981-82, SOS, y
2
función de complemento predicativo o circunstancial (287)-(290):
1994b, 83-114), I. Bosque (1989, 20S-6), García Turza (1991, 19); para el inglés, vid. Jackendoff (1977, §6.S).
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EL ADVERBIO EN ESPA ÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Esta es la postura defendida por E . Gregores (1960, 98-101) y J. A. Martínez (1981- (295a) Vete [por la calle arriba].
82, 509), para los cuales, además, las construcciones que aquí denominamos a) (mar aden-
(295b) Vete [calle arriba}54.
tro) y b) (leguas adentro) son prácticamente idénticas (la segunda solo tiene un grado de
fijación mayor53). Según E. Gregores se trata de locuciones adverbiales (de acuerdo con su
54
J. A. Martínez (1994b, 105) señala que la construcción (295b) en sus orígenes se daba preferente-
53
En su versión posterior (1994b, 102, n. 95) J. A. Martínez, con acierto, prefiere diferenciar ambos mente con nombres propios (Vansse Fenares arriba), en tanto que (295a) aparece sobre todo con los comunes
tipos de construcción. (por la loma ayuso ), aunque no faltan casos de (la) cuesta yuso.
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El adverbio en español. lntenlO de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales)_
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
b) Construcciones del tipo tres días antes, una pizca banal. la estructura es completamente diferente. El núcleo (un adverbio o frase adverbial):
En este caso hay que diferenciar dos clases de construcciones. Un ejemplo como (299a) (Más/ un paso) atrás estaba Juan.
un paso atrás, tres metros más fuera de contexto se puede corresponder con diferentes (300a) (Tres metros más) arriba estaba Juan,
estructuras:
es modificado por una frase de valor cuantitativo. Esta última construcción es la que aquí
(296) Ni un solo paso atrás sin órdenes expresas de arriba. nos interesa. En ella un adverbio o adjetivo es modificado por una frase que indica can-
(297) El viejo da un paso atrás. tidad (sea de peso, medida, distancia, etc.).
(298) Dame tres metros más de cuerda. En estos casos, la frase cuantificadora puede modificar directamente al adverbio o
t
adjetivo:
En estos casos, atrás es un adverbio modificador de una frase substantiva, núcleo de
un complemento directo, como se aprecia en (301) Una pizca banal.
(302) Un poco triste.
(297a) El viejo dio un paso. (303) Tres días antes.
(297b) El viejo dio un paso hacia atrás! atrás. (304) Muchos metros delante.
y más modifica a la frase cuantificadora tres metros. Ésta conforma el núcleo de la pero en muchas ocasiones (en algunas de manera obligatoria) la modificación sólo se
secuencia. Así lo demuestra la rección que ejerce sobre la frase preposicional concurrente: puede realizar sobre frases adjetivas o adverbiales introducidas por los cuantificadores
más (grado comparativo de la gramática tradicional) o menos:
(298a) Dame tres metros (más) de cuerda.
(298b) Dame *(tres metros) más de cuerda 55• (300b) Tres metros *(más) arriba estaba Juan.
(305) Llegó cinco horas *(más) temprano.
Sin embargo, en (306) Éste es tres pesetas *(más) caro.
MOD. NÚC.
1 1
fsust. fadv. adv. (308) fadv.
160 161
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j El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
medida estamos ante un caso de indistinción (los dos análisis son igualmente posibles). \ nominal (un poco), a las que incluso se podría añadir la preposicional (célebre por tristes
Sin embargo, a nuestro entender, hay algunos fenómenos que nos hacen preferible la razones, lejos de la ciudad, antes de tu llegada). En consecuencia, no se niega el carácter
segunda opción: .. exclusivamente adverbial (si nos limitamos a las clases de palabras) de la función de
La prueba de la extracción nos puede servir de ayuda. La mayor aceptab1hdad de modificador de un adverbio o adjetivo: entre las diferentes clases de palabras solamente
(309) apunta hacia la opción (308): los adverbios podrían modificar a dichas unidades.
Sin embargo, ello no es cierto ya que, como vemos por (317)-(319), también los
(309) Está más arriba.. . unos tres metros. substantivos sueltos pueden modificar a un adverbio de orientación, aunque necesaria-
(310) *Está arriba... unos tres metros más. mente han de estar en plural, pues es preciso que sea una unidad cuantificadora la que
modifique el valor comparativo (implícito o explícito) del adverbio o de la frase adverbial:
Piénsese, además, que (307) presupone que la aparición de la frase cuantificadora
está supeditada a la presencia de los adverbios más o menos (lo cual, como hemos visto, (317) ¿Como iba a sospechar siquiera rencillas de años más tarde? (S. 93).
no siempre se cumple). Es más, ciertos adverbios incluso rechazan la aparición de los (318) Le había pedido al viejo, momentos antes, que sujetara al niño (S. 120).
cuantificadores más y menos: (319) Leguas adentro 57•
(311) Tres días antes/ *Tres días más antes. Ello justificaría la agramaticalidad de secuencias del tipo de (320) frente a (321):
(312) Dos meses después/ *Dos meses más después.
(320) *El kilómetro atrás había una gasolinera,
Estos ejemplos sólo se pueden explicar si se considera que antes, después y simila- (321) Un kilómetro atrás había una gasolinera 58•
56
res son adverbios comparativos que, por tanto, incorporan en su significado el de más •
Obsérvese, en refuerzo de esta propuesta, que ambos adverbios exigen ser intensificados En resumen, el carácter privativo del adverbio (en cuanto clase de palabras) en la
por mucho (como otros comparativos sintéticos) y no por muy, como sucede con los adver- incidencia sobre el adjetivo u otro adverbio parece que en líneas generales se mantiene.
bios y adjetivos en grado positivo:
57 De sobra es conocida la facilidad con que pueden aparecer sin determinación los sustantivos no con-
(313) Mucho mejor (adverbio o adjetivo)/ *muy mejor. tables, en paralelismo con los contables en plural. Solamente tiempo, sin embargo, se aprovecha de esta posi-
(314) Mucho más, mucho menos!*muy más, *muy menos. bilidad (con claro valor cuantitativo):
( 315) Mucho antes/ *muy antes.
'
(316) Mucho después! *muy después. (i) Tiempo atrás, un periódico tailandés informaba sobre... (EP., 15-11-92, Domingo/14 ).
Una representación como (308) de nuevo justifica mejor que (307) estos hechos. ' (*Espacio!* distancia atrás... ).
58 Con todo, últimamente, a raíz de una catastrofista película norteamericana se ha puesto de moda .la
Se observará que, en todos los casos vistos, quien modifica al adverbio (o adjetivo)
l
expresión el día después:
no es un substantivo sino una frase, sea substantiva, nominal (tres días, una pizca) o pro-
(i) Lo que ahora importa son Las listas electorales y el día después (/G, 15-4-93, 3).
De ahí que tres metros más adelante sea prácticamente sinónimo de tres metros adelante. Este valor
56
comparativo es necesario para que se pueda producir la modificación con frase cuantitativa, pues es precisa- El D.R.A.E. recoge este empleo, cuya aceptabilidad mejora si va acompañado de un modificador pre-
mente sobre él sobre el que actúa ésta. posicional:
Por otra parte, conviene recordar que las construcciones que aquí llamamos a) y b) no son
incompatibles: (ii) FG.T informó ayer que no ha mantenido ningún contacto con la actriz desde el día des-
pués del estreno (EP., 8-11-92, 51).
(i) Tantas leguas mar adentro. EL día antes, por el contrario, goza de mayor prestigio:
L _ _ a___J
(iii) El otro había llegado el día antes a media tarde (P., 63).
'----- b -------'
(iv) El día antes, Daniel Sendín (... )le avergonzó delante de todos (H. 259).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funcíones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Entre los contraejemplos que hemos aducido más arriba, en un caso (tipo mar adentro) 3.3. MODIFICADOR DE SUBSTANTIVOS.
nos encontramos ante construcciones semiproductivas (cfr. vientre abajo, pantalones
abajo) de carácter exocéntrico, en las cuales no hay un núcleo y, por tanto, tampoco
En el apartado anterior hemos visto algunos ejemplos de substantivos modificados
por adverbios: dio un paso atrás, el día antes; en §2.1.2. mencionamos también como en
modificador.
Más complejo es el segundo caso, en el cual una frase nominal cuantificada (un determinadas circunstancias los substantivos deverbales mantienen los complementos
metro, tres días, un par de horas) modifica el componente comparativo de un adverbio,
adverbiales propios de su base:
adjetivo o frase endocéntrica equivalente (un metro mayor, tres días antes, unos kilóme- (325) Su estancia allí (estaba allí).
tros más arriba). Normalmente es una frase (no un substantivo o pronombre) quien modi- (326) Más prodigioso aún es esta tarde, su primera salida después de la enfer-
fica al adverbio, adjetivo o frase endocénttica equivalente pero, debido al carácter medad (S. 125) (salió después de la enfermedad).
determinador del morfema de plural, algunos substantivos también pueden aparecer en (327) Los recientes mordisqueas de la "Rusca" vientre abajo (S. 266) (mordía
dichos contextos (meses atrás, kilómetros adelante). Todas estas explicaciones justifican, vientre abajo).
pero no niegan, la incidencia modificadora de un substantivo sobre un adverbio o adjeti- (328) ... se dice el viejo, ya camino de su casa (S. 226) (ya caminaba... ).
vo. Con todo, debe recordarse una última atenuante: dichos substantivos o frases substan-
tivas cuantifidadoras están en relación de exclusión paradigmática con adverbios cuantita- Especialmente abundante dentro de este grupo es la construcción formada por un
tivos del tipo de mucho, poco, bastante: adverbio de tiempo que incide sobre un substantivo que designa al desempeñante de una
(322) Juan lleg6 (dos) horas antes. actividad:
(323) Juan lleg6 mucho antes.
(329) El entonces presidente.
(324) *Juan lleg6 (dos) horas mucho antes.
(330) José Manuel Novoa, el aún entrenador del Burgos, se resiste a especular
Todos ellos ocupan la misma plaza argumental, generada por todas las unidades sobre el futuro blanquiazul (LVG., 20-4-92, 48).
(331) Los otrora estrechos colaboradores.
comparativas, plaza que, de ser ocupada, ha de serlo por un cuantificador. El carácter
cuantificador es, por tanto, el rasgo decisivo que permite concurrir en dicha posición
'f' dora59 . Con frecuencia, el adverbio va acompañado de otras unidades, por lo que se forman
mod11ca
secuencias de considerable longitud:
Estas construcciones, en todo caso, no deben relacionarse con las que hasta aquí hemos visto, sino que
(332) El hasta ahora director xeral de Presupuestos de la Xunta (/G., 22-10-
han de ser enlazadas con las del tipo de un paso atrás más arriba vistas, en las cuales es el sustantivo el nú-
92, 64).
cleo modificado por el adverbio. Ello queda claro si se comparan con las expresiones más naturales:
(333) Un segmento de sus hasta ahora votantes (EP., 26-7-92, 14).
(v) El día siguiente/posterior/anterior. (334) Hace poco más de cinco años(... ) el ministro de Industria de entonces(. .. )
(vi) Su madre se lo contó abochornada al día siguiente (H. 245). y el también entonces miembro de la ejecutiva del PSOE...
(335) ...el entonces vicepresidente del Gobierno y -todavía ahora- vicesecretario
Como hemos indicado, el D.R.A.E. acepta las construcciones el día antes/después, pero no ofrece infor- general del PSOE (EP., 6-12-92, Domingo/4).
mación ulterior acerca de sus usos. En nuestra opinión, aunque no hemos manejado un corpus suficientemente
(336) Benito Mussolini pidió ( ... )al entonces cónsul de España en Milán ( ... )
que iniciara gestiones para negociar su propia rendici6n frente a los
amplio, dichas construcciones sufren algunas limitaciones en su empleo frente a el día anterior/poste-
aliados (EP., 11-10-92, 8).
rior/siguiente. Así, por ejemplo, el carácter adverbial del modificador parece favorecer su aparición en fun-
(337) El hasta aquel entonces obispo de Mondoñedo ...
ciones típicamente adverbiales (C. C., término de preposición dentro de un C. C., etc.). Por ello, en contra de
(338) Él, siempre sabio, recio, gallardo, soldado siempre, entendió (L. 197).
lo que J. A. Martínez opina (1994b, 101), la gramaticalidad de la noche antes fue muy calurosa (donde la
noche antes actúa como sujeto) resulta discutible, a no ser que el adverbio aparezca modificado (la noche
antes del estreno fue muy calurosa). Los datos que aporta el Diccionario de Construcción y Régimen de R. J.
Cuervo parecen confirmar nuestra apreciación. que ese edificw, id., 90). Para él la función de tales frases sustantivas es la de término terciario, en lo cual
' J. A. Martínez (1994b, cap. 3) insiste con atinadas palabras en la necesidad de que el núcleo de estas
9
concordamos (si bien dicho autor da a la función de término terciario un valor más restringido del que noso-
construcciones sea un comparativo. Ni siquiera es necesario que sea adverbio (esa casa es siglos más antigua tros le asignamos: id., 93-94).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio e n español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
El origen de esta construcción no se explica solamente por el mantenimiento de una En principio parece defendible que los substantivos se pueden cuantificar, bien sea
construcción verbal (el que entonces presidía-el entonces presidente): piénsese en la posi- en la cantidad de una masa (más ceniza), bien sea en el número de objetos (más manza-
bilidad más natural de acudir a adjetivos -el actual director, el antiguo presidente- o a fra- nas), en tanto que los adjetivos se pueden intensificar (más/muy bueno). No obstante, hay
ses preposicionales, como sucede en que tener en cuenta ejemplos como Jos siguientes:
(347) Mi Brunettino será más hombre todavía (S. 118).
(339) El ministro de industria de entonces. (348) Usted es más crío que el niño (S. 249).
(349) El muy perro se hizo bajar a la plaza en un sillón (S. 46).
A dicho factor debe añardirse la inexistencia frecuente de adjetivos derivados de (350) Era muy hombre y no habló (S. 209).
adverbios (entonces, otrora, antaño, aún, toda\iía, etc.) y, por otra parte, la inelegancia de (351) Los muy burros ... (S. 297).
la frase preposicional cuando se añade a sintagmas largos, caso en el que, como agravan- (352) Pero somos tan burros que la cantamos riéndonos (S. 164).
te, se pueden producir ambigüedades: (353) ¡Tan macho como su abuelo! (S. 57).
(354) Parece mentira que sea el padre de su esposo, tan distinguido. Y usted tan
(339) El miembro de la ejecutiva del PSOE de entonces. señora (S. 86).
(355) ¡Es tan chiquilla! (S. 221).
Menos frecuentes y naturales son los casos en que el adverbio modificador no es (356) Ya ves, tan hembra pero no podía parir (S. 257).
temporal, pero, con todo, la posibilidad queda abierta y de ahí ejemplos como los (357) Hacía tiempo que un beso no era tan beso (S. 332).
siguientes60: (358) Veo su foto en los periódicos de Galicia, durante la celebración del juicio:
una mujer mayor, redondita, muy ama de casa; con gafas, ojos grandes lle-
(340) Yo estoy seguro de que no hay un padre -honrada y amorosamente padre- nos de pena y miedo, rostro agradable y frágil (EPS., 25-7-92, 6).
que no quiera ofrecerle a sus hijos pequeños o adolescentes una risueña y (359) No valía para casa de labrador por demasiado señorita (S. 266).
feliz Navidad convencional (LVG. , Suplemento Semanal, 8-12-92, 4). (360) ...Por muy "Permeteo' 161 que fuese (S. 269).
(341) Tú eres el verdaderamente hijo de tu padre (de un relato oral).
En estos casos, que, como vemos, están limitados a patrones muy particulares
(campo nocional relacionado con diferentes facetas humanas: hombre, macho, hembra,
Por otra parte, algunos adverbios de comportamiento muy peculiar (así, como, casi,
señora, chiquilla, señorita, ama de casa; algunas lexicalizaciones del tipo de burro, perro,
medio, etc.) con frecuencia inciden directamente sobre substantivos:
zorro; construcciones del tipo de por muy (substantivo) que sea; reduplicaciones a la
(342) En una coyuntura así(... ). El bienestar económico derivado de una situa- manera de hacía tiempo que un beso no era tan beso, nunca tomé un café tan cafe) se pro-
ción así (EP., 25-10-92, 13). duce una transcategorización. Ahora bien, partiendo del principio de la falta de corres-
(343) ¡Buena cuadrilla de leñadores se forma con gente así! (S. 91). pondencia biunívoca entre categorías y funciones y, por tanto, limitando al núnimo el uso
(344) De un gancho colgaba una como escafandra de plástico transparente (L 247). de las transposiciones, no parece necesario hablar de adjetivación. Tales unidades se pue-
(345) ¡Así resultan todos: medio hombres, medio mujeres! (S. 197). den seguir considerando substantivos, pero substantivos graduables (aquí radica la
(346) Vi que daba a un dormitorio ocupado en su casi totalidad por una cama transcategorización). Un substantivo como hombre denota un ser que posee determinadas
muy grande (L. 65). cualidades, si lo consideramos muy hombre seguirá denotando un ser, no una cualidad.
Será, sin embargo, un ser dotado de esas cualidades específicas en sumo grado (será sinó-
Otra modalidad de este tipo de modificación, abundantemente recogido en nuestro nimo, aproximadamente, de 'un hombre muy masculino o varonil' )62.
corpus, está representado por los adverbios intensificativos.
60
También las frases exocéntricas mencionadas en el apartado anterior (tipo a) pueden modificar a un
sustantivo:
61
Permeteo es una deformación en boca de un viejo campesino del nombre propio Prometeo.
62
No es ésta, por otra parte, la única transcategorización posible en niveles inferiores a los categoriales
(i) Vista desde el exterior parecía un orinal boca abajo (L.263). (conversión de sustantivos abstractos en concretos, de no contables en contables, etc.). Los siguientes ejem-
(ii) Un gato panza arriba. plos también nos muestran un cambio en la subcategorización:
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Evidentemente, hay una serie de factores sintácticos que favorecen esta transca- Pueden modificar asimismo a las frases complementarias de índole adjetiva o
tegorización: la aparición en contextos predicativos (atributo, modificador de substanti- adverbial. Ejemplos: MUY de nuestro gusto; MAS hacia Oriente; DEMASIADO a
vos) sin determinante. Si comparamos (361) y (362) : la ligera 65•
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El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
res de distinto tipo -se marcharon con una prisa loca-, que la fosilización de las locucio- Con todo, partiendo de las locuciones, el fenómeno se está extendiendo a cons-
nes adverbiales rechaza -*se marcharon a una prisa loca-). trucciones no tan claramente inmovilizadas, de manera que en distintos medios de
Lo mismo sucede con muy de noche, muy a oscuras, muy a gusto (vs. con mucho comunicación no es infrecuente leer u oír frases como las siguientes:
gusto), etc.: (384) Ese es un programa más a medio plaza.
(385) Barba bien de hombre (S. 96).
( 371) Se quedó muy a gusto después de esto (H. 227). (386) Un tema muy de máxima actualidad (EP., 7-4-91).
(387) A mí es que las cosas me parecen tan lógicas y tan de sentido común ...
De lejos puede ser una locución (y en este caso significa, .según el D.R.A.E., 'a lar~ (EPS., 8-3-92, 40).
distancia') o una frase preposicional libre ('desde lejos'): el pnmer caso acepta una modi- (388) Se va tan sin ganas a la guerra, cuando no se es soldado (ej. de N. Cartagena).
ficación del tipo muy de lejos (el D.R.A.E. acepta también de muy lejos); en el segundo (389) ¿Qué daño os ha hecho ese pobre animal? ¿No es tan de Dios como voso
caso sólo es posible esta última construcción: tros? (Cuentos de Calleja, 1O. La princesa de algodón en rama y otros
(372) Vengo de muy lejos/ *muy de lejos¡yj. cuentos, ed. facsímil, Palma de Mallorca, 1985).
(390) Eso no es muy de dioses (S. 270).
Lo mismo sucede con de cerca: (391) En Canarias -adonde ha ido a descansar, no se sabe muy de qué- ha dicho
algo realmente original y nuevo (LVG., 14-1-92, 20).
(373) El cual sigue muy de cerca (*de muy cerca) las definiciones del los gra (392) Félix Pons descansa en Porto Portells, Mallorca, que es un sitio muy de
máticos latinos. recomendar para unas vacaciones (LVG., Suplemento Semanal, 6-8-89).
(374) Vengo de muy cerca (*muy de cerca). (393) El alcalde dijo que no entiende cómo un hombre que "no hace más que
hablar de progreso pueda oponerse a una obra tan de progreso ... " (LVG.,
(la frase preposicional libre, por otra parte, acepta conmutación de preosic~: vengo 14-1-92, 20).
desde muy lejos/cerca, lo cual es incompatible con la.fosilización de las locuc10nes: *El (394) La aparición de estas disciplinas de intersección es una característica muy
cual sigue muy desde cerca ... ). de nuestro siglo. (Sebastián Serrano, Elementos de lingüística matemáti-
ca, Barcelona, Anagrama, 1975, 20).
Muchas locuciones admiten esta modificación: (395) Me temo que hay problema palestino muy para rato (R.N.E.).
(396) Comprende que son más de hombre unas botas (S. 171).
(375) El Volga (...)muy a pesar de los témpanos de hielo, permitió la llegada de
(397) ¿Y sabes cuándo había que estar más al cuidado... ? (S. 196).
los suministros (EP., 27-9-92, Domingo/13).
(398) Se retira muy en digna vencedora (S. 60).
(376) Muy de pascuas a ramos, a lo único que llegan [sic] es a decir que no han
(399) A Hortensia le gusta el peinado de Andrea: personal, sencillo y muy para
sabido explicar lo muy bien que lo hacen (JG., 22-10-92, 4).
su cara (S. 307).
(377) Sabin y Lasarte se mostraron muy por encima de sus últimas actuaciones
(400) Acunado en sus viejos brazas, sin duda se siente tan en su nido como él
(LVG., 2-6-92, 43).
ahora en el sillón de Hortensia (S. 155).
(378) Los estadounidenses ponen hoy seriamente en duda la calidad de sus pro
(401) ¡Y él es tan entero, tan de allá! (S. 281).
duetos manufacturados (EP., 1-10-92, Domingo/2).
(379) El viejo no está muy de acuerdo (S. 178). Con todo, la incidencia sobre este tipo de frases exocéntricas no se limita a la reali-
(380) Usted no ha podido verme. Yo sí, repito, y muy afondo (S. 73). zada por los adverbios intensificadores. Al igual que sucede con la modificación de adjeti-
(381) Les invita muy de corazón a ir en el verano a Roccasera (S. 318). vos y otros adverbios (§3.2.), las frases que ahora estamos examinando también pueden
(382) Le habla muy de frente (S. 287). ser modificadas por otros tipos de adverbios, especialmente los de modalidad, los llama-
(383) Elude el médico, ya totalmente a la defensiva (S. 75). dos focalizadores y algunos locativos:
(402) Allí(... ) José Manuel escuchó probablemente por última vez el tecleo de
Evidentemente, entre la total lexicalización y la libertad sintáctica plena existe una zona intermedia
66
la máquina de escribir (EP., 27-9-92, 18).
formada por unidades en las cuales el proceso todavía no ha concluido. En mayor o menor grado mantienen
(403) Se hará viable la salida de estas personas, posiblemente en grupos de tres
rasgos de uno u otro polo. Por ejemplo, a pesar admite la modificación con muy, pero no rechaza incrustacio-
(EP., 27-9-92, 15).
nes en su interior, si bien en número muy limitado (los posesivos): muy a tu/nuestro pesar.
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(404) Escapó de Milán sin ceder, seguramente con la esperanza de que mi ges- 3.5. MODIFICADOR ORACIONAL Y CLAUSAL.
tión en Suiza le fuese más favorable (EP., 11-10-92, 8).
(405) Cuando se le presentó la oportunidad de señalar penalti, lo hiza, presumi- Es ésta una función que no pasó inadvertida a algunos autores de la gramática tra-
blemente con gran alegría (LVG., 20-4-92, 18). dicional (R. Lenz, R. Seco). La vieja dicotomía entre subordinación e inordinación en
(406) Sadam también intentó ayer, aparentemente sin mayor éxito, la solidaridad cierta medida está relacionada con la existencia de una serie de complementos cir-
turca (EP., 10-1-93, 2). cunstanciales exteriores al marco oracional (Véase la nota 1 al capítulo XXI de Gili
(407) Pero ha preferido alzar la voz y dar la cara corriendo el riesgo de que se Gaya: 1961). Con todo, la primera aproximación seria a este tipo de complementos es
la rompan, posiblemente en las calles, seguramente en las urnas (LVG. , tardía. Nos referimos a Studies in English Adverbial Usage de S. Greenbaum (1969).
(408)
13-10-92, 9). ..
Se abre la puerta de ese piso en una casa desconocida -curiosamente en
En esta obra, bajo el término de «disjuncts», identifica a una serie de unidades (adver-
bios, frases preposicionales ... ) de un comportamiento característico, claramente
su mismo barrio- en cuanto sale del ascensor (S. 284).
(409) Se excusa con la clienta recién llegada, evidentemente de confia.nza (S. 40).
diferenciadas de los «adjuncts» (modificadores intraclausales) y de los «conjuncts»
(410) Sabe mucho de campo, incluso de costumbres desaparecidas (S. 274). (unidades de valor nexual):
(411) Precisamente porque en Milán no comprenden esa talla el viejo se interesa By analogy with the terms 'adjunctive ' and 'adjunct', the class of items represented
aún más por esos cuerpos enigmáticos (S. 93). by briefly and probably is said to have a 'disjunctive 'function and the items are desig-
(412) En homenaje seguramente a la eminencia médica se había acicalado y ned DISJUNCTS (a term suggesting their lack of integration within the clause to which
v_estíafalda (S. 71). they are subordinate) (Greenbaum: 1969, 25).
(413) Sólo de imaginarse por la calle con un ramo en la mano(... ) se siente ner-
vioso (S. 168).
A partir de este estudio el nombre de disjunct ha tenido gran difusión en la lin-
(414) Se me cogió además del brazo, un escándalo, eso se hacía sólo con los
güística anglosajona, al lado de otros como Sentence Adverb(ial) (fr. Adverbe de Phra-
maridos (S. 269).
(415) Sólo con ese vino, queso y olivas se puede vivir (S. 300).
se), Free adverb o Sentence Modifier (esp. adverbios independientes, englobador de
(416) Mientras tanto, las jmportaciones de cereales en América Latina, especial- oraciones, modificador oracional, adverbio de frase, atributo oracional, etc.), casi
mente de trigo, se han multiplicado por diez (EP., 6-12-92, 21). siempre en contraposición a Manner Adverb, Phrase Verbal Adverb o Predicate Modi-
(417) Desde entonces, y especialmente desde que los daneses se negaron a tra- fier. Mencionamos todos estos términos porque no son indiferentes: normalmente (he-
garse la pzüiora, está claro para todos que... (EP., 6-12-92, Domingoll). rencia del dominio generativo de las últimas décadas) la oposición se establece entre
(418) Precisamente por el respeto que merecen los ciudadanos que se oponen a Sentence Adverb y Manner Adverb, lo cual supone contraponer el concepto de
la legalización del aborto(. .. ), pienso que su opción no debe ser instrumenta- 'oración' al de 'manera', una unidad sintáctica a una función semántica. Esta confusión
/izada políticamente por nadie (EP., 20-9-92, 12). es grave porque, más allá de ser un problema meramente terminológico, es el origen de
(419) ... un sistema que, en ocasiones, responde justamente a lo que se ha venido muchas contradicciones de mayor relieve 68 • Para evitar todo esto, y por coherencia,
en llamar "encarnizamiento terapéutico" (EP., 27-9-92, 10)67.
(420) Siempre al socaire de mi periódico, me aproximé a ella por detrás (L. 47). 68
Paralelamente se dice que son «homónimos» aquellos adverbios que pueden aparecer desempeñando
(421) Me adentré en la masa de los mirones, siempre con María Pandora en
las dos funciones:
brazos y don Plutarquete pegado a los talones (L. 205).
(422) La madre le crió así, con eso de ser el último sin esperanza ya de más hijos (i) Juan respondió francamente.
(S. 141). (ii) Francamente, Juan respondió.
(423) Ya sin rodeos interroga al sonriente muchacho (S. 252).
(424) Hortensia suspira mirando esas manos huesudas, ya de abultadas venas
Es evidente que esta postura (mantenida, por ejemplo, en estudios transcendentales como los de
(S. 302).
Greenbaum: 1969, E. R. Egea: 1979, Dik: 1973, M~rdup: 1976, etc.) es indefendible. No se trata de dos
(425) El viejo, ya en su bata verde, es conducido a la sala de rayos X (S. 226).
adverbios diferentes, sino del mismo adverbio desempeñando dos funciones distintas. Sólo podremos hablar
(426) Ya en la calle, aún le dura la sonrisa al viejo (S.43).
de homonimia cuando varía el significado en una u otra posición (recurso muy utilizado por la publicidad):
" En contextos como estos se produce ambigüedad en el alcance del adverbio, ya que éste puede ind- (iii) X te ayuda, naturalmente ('evidentemente').
dir sobre toda la cláusula o bien sólo sobre la frase preposicional. (iv)X te ayuda naturalmente ('de manera no artificial').
172 173
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1) . Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(428) ¿Cómo está el profesor en su casa?/ -*Afortunadamente. (434) Empezó a proferir una retahíla de malas palabras que yo, francamente, no
(429) *¿Está el profesor en su casa afortunadamente ?/ -No, está desgraciadamente. habría consentido en mi casa (L. 268).
(430) *¿Está el profesor en su casa afortunada o desgraciadamente? (435) [Una sorpresa] que consistía, lisa y llanamente, en que el piso había sido
allanado y... (L. 81).
(436) A mí, sinceramente, esto del teatro moderno me parece una tomadura de
2b) de negación: pelo (L. 129).
(431) *El profesor no está en su casa afortunadamente (sino desgraciadamente).
En estos ejemplos los adverbios hacen referencia a que el hablante va a ser franco o
De la misma manera, no es extraño leer expresiones poco afortunadas como la siguiente: «Posiblemente
sincero en lo que dice o va a utilizar palabras sencillas y llanas. De ahí la justificación del
es un adverbio oracional», dicho con valor genérico, fuera de todo contexto. Posiblemente no es un adverbio
análisis performativo, ampliamente utilizado en las últimas décadas.
oracional como tampoco el niño "es un sujeto". Posiblemente es un adverbio de modalidad que puede fun-
Sintácticamente, por tanto, estos adverbios que en la estructura superficial son dis-
cionar como modificador oracional (y de hecho es su empleo más frecuente, pero no el único).
juntos de estilo, en la estructura profunda, sin embargo, han de ser considerados adjuntos
69
En lenguas como el inglés, de mayor rigidez en el orden de sus constituyentes, este rasgo es más per-
del correspondiente verbo «performativo» elidido:
ceptible que en otras como la nuestra. Pero incluso en ésta tal característica es igualmente válida: ni siquiera
nuestros circunstanciales son capaces de tal libertad de colocación, sujetos como están -al igual que el resto
We can regard confidentially as a truncated clause, sole unit in surface structure of
de complementos- a los factores de focalización. Y, desde luego, no necesitan ir separados entonativamente
one of several correspondences in deep structure (Greenbaum: id., 83).
del resto de la cadena. Cfr.:
(i) ??Tranquilamente el profesor estd en su casa. Ello justifica que la paráfrasis " __hablando" ("confidencialmente hablando") sea
(ii) TRANQUILAMENTE estd el profesor en su casa.
el procedimiento más utilizado para identificar este tipo de adverbios. Por la misma razón,
(iii) ?El profesor tranquilamente estd en su casa.
(iv) El profesor estd tranquilamente en su casa. pueden preceder a cláusulas exhortativas, desiderativas o interrogativas:
(v) El profesor estd en su casa tranquilamente.
174 175
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(437) Confidencialmente, ven mañana también. El número de los adverbios que pueden ser disjuntos de actitud es muy numeroso.
(438) Francamente, ojalá vengas mañana también. Por ello, Greenbaum no encuentra una única correspondencia con una determinada pará-
(439) Francamente, ¿vendrás mañana también ?70 frasis, como ocurría en el caso de los disjuntos de estilo, sino que ha de identificar hasta
seis. Ello le lleva a establecer, posteriormente, diez clases de adverbios (catorce con las
Los disjuntos de actitud son más variados, al menos desde una perspectiva semánti- subclases) según admitan tales o cuales paráfrasis71 • Por otra parte, desde el punto de vista
ca. Greenbaum los define así: semántico, la clasificación es también bastante compleja. La copiamos (lo más resumida
posible) porque buena parte de los estudios posteriores se centran en reorganizar dicho
In general, they express the speaker's attitude to what he is saying, his evaluation of campo (id., cap. 8):
it, or shades of certainty or doubt abouti t (id., 94).
[1] Disjuntos de actitud que expresan una opinión sobre el valor de verdad de lo que se está
Caben aquí, por tanto, ejemplos como los siguientes:
diciendo:
(440) Lamentablemente, en esta edición del coleccionable (. .. )se desaprovecha
[la] Aquellos que expresan matices de duda o certeza sobre lo que se está diciendo.
tanto la figura de Marañón, que hubiera sido incluso preferible... (EP., 7-
2-93, 34). [la(i)] Meramente expresan matices de duda o certeza:
(441) Santa Sofía, sabiamente, educó a sus tres hijos en el temor de Dios (IA. -Convicción (definitiva, cierta, incuestionable, indudable, decididamente ... )
199).
(442) Curiosamente, al tiempo que las ballenas eran minuciosamente examinadas, -Duda (posible, presumible, probable, supuestamente, quizás ... )
los científicos comenzaron a airear el resultado de sus estudios. [la(ii)] Aquellos que además se refieren a la observación o percepción del estado de cosas:
(443) Coherentemente, Marañón encabezó el primer manifiesto político que
desde el interior reclamó una amnistía general... (EP., 7-2-93, 34). -Convicción (clara, evidente, manifiesta, obviamente ... )
(444) El viejo, ciertamente, cada vez tiene más fallos (S. 250). -Duda (aparentemente).
(445) El otro indiscutiblemente miente, puesto que es alemán (S. 314).
(446) Probablemente, en cuestiones concretas, las quejas del presidente /zetbegovic [lb] Aquellos que indican en qué sentido el hablante juzga la verdad o falsedad:formal,no-
tienen bases bastante serias (EP., 7-7-93, 12). minal, oficial, ostensible, superficial, técnica, teórica, básica, esencial, fundamentalmente ...
En (440) el hablante expresa una actitud de lamento; en (441)-(443) considera [2] Indican un juicio sobre lo que se dice:
sabios, curiosos o coherentes ciertos comportamientos o hechos; en (444)-(446), final- [2a] Afortunado o desafortunado.
mente, considera cierto o probable lo dicho. [2b] Causa de satisfacción o lo contrario.
Sintácticamente, estos adverbios no pueden introducir cláusulas exhortativas, desi- [2c] Extraño o inesperado.
derativas o interrogativas (lo cual los diferencia de los de estilo): [2d] Esperado o apropiado.
[2e] Juicio sobre la rectitud de la acción.
(447) *Probablemente/* Lamentablemente, ven mañana también.
[2f] Juicio sobre la prudencia o destreza.
(448) *Probablemente/* Coherentemente, ojalá vengas mañana también.
[2g] Resto difícilmente clasificable.
(449) *Probablemente/*Lamentablemente, ¿vendrás mañana también?
En realidad estamos ante un inventario abierto y, por tanto, la precisión en los deta-
lles puede ser muy variada (una ojeada a la amplia bibliografía sobre este tipo de adver-
70
Se corresponderían respectivamente con (437') te pido/mando... confidencialmente que ... , (438') te bios nos lo mostrará fácilmente; véase el reciente artículo de C. Fuentes: 1991). Con todo,
digo francamente que ojalá ..., (439') dime francamente si ... Obsérvese que en el caso delas interrogativas el
adverbio se refiere antes al oyente que al hablante ((439) no equivale a te pregunto francamente si ... ). En algu- 71 La mayoría son meras variantes de Es adj. que ... (Es lamentable que... ), de ahí la denominación alar-
nos casos, sin embargo, ambos interlocutores quedan abarcados por el adverbio: así, en Confidencialmente, quiana (1969) de «atributos oracionales». Con todo, ésta no es una denominación demasiado apropiada ya que
¿crees que vendrá mañana también? se espera que sean confidenciales la pregunta y la respuesta. hay muchos modificadores clausales a los que no es aplicable la paráfrasis. El propio Alarcos prefiere hoy en
Evidentemente, preceder a una interrogación no debe confundirse con ser foco de una interrogación. día el término modificador oracional (1990, 42).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
puede servir de base para una discusión mucho más fructífera: la que nos permita esta- dentro del plano dictal, como modificadores del predicado, del enunciado. Están integra-
blecer si ciertamente estarnos ante adverbios que desempeñan la misma función o si, por dos en la estructura sintáctica de la oración" (id., 305).
el contrario, los disjuntos no ocupan una única posición sintagmática. Esto último parece De esta manera, dichos adverbios pueden introducir cláusulas interrogativas (e inclu-
justificado por ejemplos corno los siguientes que muestran como algunos de estos adver- so aparecer dentro de ellas):
bios no mantienen oposición sino contraste sintagmático:
(451) ¿Vendrá probablemente Juan? (vs. *¿ Vendrá lamentablemente Juan?)
(450) Indiscutiblemente, aquí Juan hablará claro, francamente. (452) ¿Es ciertamente de día ?
En este sentido comentaremos dos estudios recientes que nos parecen importantes Ambos ejemplos son de C. Fuentes (id., 297). La grarnaticalidad de (451) nos parece dis-
para el esclarecimiento de esta cuestión. Nos referimos a C. Fuentes (1991) y al libro de cutible (Vid más adelante § 3.5.3.3.), pero cabría añadir:
S. Dik (1989).
En el primero de estos trabajos, C. Fuentes diferencia claramente entre: (453) ¿Era verdaderamente posible asumir el liderazgo en solitario? (EP., 24-1-
1. Adverbios de enunciación. Pertenecen al estrato de la construcción del proceso 93, 12).
comunicativo: «no son elementos manifestadores del nivel modal, sino del enunciativo, de (454) Verdaderamente/Ciertamente/*Afortunadamente, ¿era posible asumir el
ese estrato en que el hablante se comporta corno "dicente", corno constructor de una liderazgo en solitario?
comunicación» (1991, 281). Evidentemente, se corresponden con los disjuntos de estilo o (455) Hay quien mezcla estos horrores con la degeneración social o económica
«performativos» . (. ..)y aprovecha para deducir que el Reino Unido ha entrado en barrena y
2. Adverbios de modalidad. Por modalidad entiende esta autora «todo aquello que que sus más preciados valores se desintegran.
manifiesta una actitud del hablante ante su comunicación, no ante un elemento de ella, y ¿Es realmente así? (EP., 24-12-93).
sin limitar los contenidos o actitudes 72» (id., 295).
Ahora bien, dentro de lo que generalmente se entiende por modalidad hay que dis- Por otra parte, no necesariamente han de estar separados ento~aivr del cuer-
tinguir una dimensión lógica y otra subjetiva: sólo a ésta se le puede aplicar propiamente po de la cláusula, al contrario que los subjetivos:
el término modalidad: (456) ... como en una pinacoteca cuyo dueño -excesivamente rico- ha comprado
Propiamente actitud del hablante expresan los llamados evaluativos, los otros son más cuadros de los que realmente caben (TS. 65).
manifestadores de las dimensiones lógicas de los hechos y pertenecerían al dictum. Que (457) Pero él, que es realmente un gran hombre... (EPS., 3-1-93, 28).
algo sea verdad, real o posible no depende de cómo lo vea el hablante, sino de cómo es (458) No tenemos ninguna frontera común con la Comunidad Europea y nos sen
(id., 296). timos realmente un poco marginados (EP., 7-2-93, Domingo/15).
Por tanto, habrá que diferenciar entre adverbios de Por su parte, los adverbios de modalidad
2. Dimensión lógica y
manifiestan la actitud del hablante ante el enunciado, situándose, pues, en el nivel
3. Modalidad.
englobador de este, y previo o afectador de todo el mensaje: el nivel modal (id., 294).
Además de las diferencias semánticas apuntadas, los adverbios de la dimensión lógi- Aunque no desarrolla plenamente esta idea, C. Fuentes da a entender que en el aná-
ca (o modalidad objetiva: verdad, realidad, duda, posibilidad ... 73) manifiestan un compor- lisis de toda oración hay que establecer tres niveles: el del enunciado (o dictum), el nivel
tamiento divergente del de los propiamente modales (evaluativos), lo cual hace pensar a modal ("ese estado previo a lo informado: la actitud del hablante" : id., 319) y el de la
la autora que "no son marginales, sino que pertenecen al dictum" (id. , 297), "se mueven enunciación1•.
" El concepto de modalidad varía mucho de autor a autor. Un acercamiento a distintas propuestas puede 74
El resto del artículo se dedica a clasificar y estudiar con detalle los distintos adverbios de modalidad,
verse en T. Jiménez Juliá (1989). punto secundario en nuestros intereses. Su clasificación es la siguiente:
" C. Fuentes incluye los siguientes adverbios: real, verdadera, cierta, obligatoria, necesaria, proba- l. Modalidad general: presencia del hablante (personal, particularmente).
ble, posible, supuesta, segura, presumible y aparentemente. 2. Modalidad de juicio (correspondiente a la función representativa): Incluye aquí, pues, la modalidad aserti
178 179
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
El segundo trabajo que antes mencionábamos, algo anterior en el tiempo (Dik: el contenido proposicional son los operadores y satélites del nivel 3 -«satélites de actitud»-
1989), en gran medida es coincidente con los planteamientos de C. Fuentes. Recordamos (m y m). Dicha actitud puede concernir a la evaluación o compromiso personal del
que, en esta reformulación de su gramática funcional, Dik reconocía la existencia de una hablante con respecto al contenido proposicional o puede ofrecer alguna indicación de la
serie de capas o niveles en la estructuración de las unidades sintácticas superiores. En con- clase de fundamento que el hablante tiene para garantizar la verosimilitud de dicho conte-
creto, en el nivel de la predicación (que designa un «estado de cosas») el estrato básico nido, lo que Dik, respectivamente, denomina modalidad subjetiva y «evidencia/».
(nuclear) estaba formado por un predicado y una serie (opcional) de argumentos que, Así, en la modalidad subjetiva, la fuente de la evaluación del hablante puede ser la
completados por satélites (unidades léxicas) y operadores (unidades gramaticales) de los opinión personal (como garante de la certeza, probabilidad o posibilidad de lo enunciado)
niveles 1 y 2, daban lugar respectivamente a la predicación medular (core) y expandida o una volición (deseo, esperanza):
(extended). •
Ahora bien, no se acaban aquí los estratos en el análisis de la cláusula. Siguiendo una (459) Personalmente, no encuentro justificación a su actitud.
idea de Vendler, Dik demuestra que se debe distinguir lingüísticamente entre aconteci-
mientos («events», los estados de cosas en la terminología de Dik) y hechos («facts», En tanto que, en la modalidad «evidencia!», la fuente en que se ase el hablante puede
hechos posibles en palabras del lingüista holandés). Los primeros son entidades de segundo ser la experiencia, la inferencia, el haberlo oído (cita, rumor... ): evidente, lógica, supues-
orden de los que se puede decir que ocurren, tienen lugar, comienzan, duran o terminan, pue- ta, aparentemente ...
den ser percibidos: vistos, oídos. sentidos, etc.; pueden ser repentinos, graduales, violentos,
(460) Lógicamente, no encuentro justificación a su actitud.
etc. Los hechos posibles, por el contrario, son entidades de tercer orden que pueden ser cre-
ídos, conocidos o pensados; pueden ser causa de sorpresa o duda; pueden ser mencionados,
Aparte de estos contenidos modales, los satélites de actitud pueden expresar cual-
negados y recordados; y de ellos se puede decir que son verdaderos o falsos (id., 284).
quier valoración personal acerca del contenido de la proposición: prudente, afortunada,
Dik ofrece algunos argumentos lingüísticos para demostrar que la distinción tiene
incomprensiblemente ...
pertinencia en la descripción gramatical y, por tanto, que es necesario diferenciar entre las
En el nivel proposicional, sin embargo, no se agotan los estratos del análisis de las
predicaciones, que designan estados de cosas y las proposiciones, designadoras de hechos
unidades sintácticas. Austin y Searle han demostrado convincentemente que nuestra
posibles.
comunicación no es una mera emisión de proposiciones sino una realización de actos ilo-
Las entidades de tercer orden son, en palabras de J. Lyons (1977, 389):
cutivos. En este sentido, la lingüística funcional concibe a la lengua fundamentalmente
... entidades del tipo que puede funcionar como objeto de las llamadas a c ti tu- como un instrumento de interacción social entre un hablante y un oyente: aquél se dirige
d e s p r o p o s i c i o n a l e s como la creencia, la esperanza o el juicio. a éste siempre con una finalidad: solicitarle algo, informarle de algo, preguntarle algo
De ello se deduce que las proposiciones están vinculadas a una actitud específica por (Jiménez Juliá: 1989, 185 y ss.).
parte del hablante. Los medios mediante los cuales el hablante especifica su actitud hacia En palabras de Jiménez Juliá (ibid.)
va o aseverativa en sus matices de «Certeza» (cierta, indudablemente), «evidencia» (obvia, evidente, natural, Esta caracterización (. ..) se refiere a posibilidades comunicativas, antes que lin-
indiscutiblemente) y «confirmación» (efectivamente). güísticas, es decir, posibilidades de comunicación realizables en la lengua, pero pre-
3. Modalidad emotiva (o función emotiva), en la que cabría de nuevo diferenciar los: vias a ella.
Ja) Emotivos o apreciativos (correlato de las oraciones exclamativas), que, a su vez, pueden Por dicha razón nos hallamos ahora ante el estrato más externo en el análisis sintác-
indicar:
tico de las unidades. Ello justifica que los satélites que aparezcan en esta posición (saté-
Ja') Valoración o evaluación: positiva (afortunada, feliz ) o negativa (desgraciada, lites elocutivos, a.) puedan preceder a cualquier tipo de acto de habla, declaración, exhor-
desafortunada, desdichada, lamentable, vergonwsa, tristemente). tación o pregunta:
Ja ") Sorpresa (sorprendente, asombrosa, increíble, extraña, incomprensible, inesperada
mente). (461) Francamente, no sé qué hacer.
(462) Francamente, ¿no sabes qué harás?
Jb ) Desiderativos (se corresponden con las oraciones desiderativas): no hay adverbios en (463) Francamente, no lo hagas.
-mente ni cita más que locuciones (por fin, gracias a Dios, menos mal). Suponemos que
se podr(an incluir aquí ojalá y así.
180 181
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Un árbol como el siguiente puede ilustramos la jerarquización de los cuatro niveles S. Dik y C. Fuentes coinciden en el señalamiento de tres niveles distintos para lo que
de satélites75 : se denomina genéricamente «adverbios oracionales»: el más externo pertenece a los
adverbios de enunciación (aquellos que aluden al acto que realiza el hablante en cuanto
(464)
tal); más internos son los adverbios de actitud subjetiva (en los cuales el hablante se mani-
cláus.
fiesta como enjuiciador de lo que dice); en tercer lugar, los adverbios de modalidad obje-
NÚC. MOD . (cr.) tiva, no afectados por la actitud del hablante.
1 1
adv.
Ahora bien, un acierto de S. Dik es el de considerar cómo los valores modales pue-
proposición
den aparecer en todos los niveles de la jerarquización clausal. De ahí la determinación de
MOD. (m) NUC. subáreas de modalidad:
1 1 En el nivel 1 los valores de modalidad (modalidad inherente) tienen por objeto las
adv. predic. expand
actitudes de los participantes en el estado de cosas (su habilidad, gusto, predisposición,
MOD. (02) NUC. voluntariedad, etc.). Por dicha razón, en el apartado dedicado a los adverbios de manera
1 1 nos vimos obligados a establecer el subgrupo de los de «predisposición», peculiares en
adv. predic. medular
alguno de sus comportamientos.
NÚC. MOD. (cri) En el nivel 2 (modalidad objetiva) las distinciones expresan la evaluación del
1 1 hablante en cuanto al grado de realidad76 o necesidad objetiva del estado de cosas (moda-
predic. nuclear adv. lidades epistémica y deóntica), de acuerdo con la escala:
1 1
Indiscutiblemente aquí, Juan hablará claro, francamente
Epistémica:
Cierto-Probable-Posible-Improbable-Imposible.
" Parecidas son las conclusiones a que llega V. Báez (1994), también de interés. Su punto de partida Deóntica:
es el análisis performativo. Entre las subestructuras performativas básicas, la propia del acto de hablar aser- Obligatorio-Aceptable-Permisible-Inaceptable-Prohibido.
tivo es:
Finalmente, en el nivel 3 los valores modales (ya vistos) tienen siempre como punto
Sucede que yo te/le digo a tWd. que (no) sucedió/sucede/sucederá/etc. que... (aserción)
de partida la visión o comentario personal del hablante.
Esto es importante porque nos induce a creer que, potencialmente al menos, cual-
Habrá, por tanto, determinadores delperformativo comunicativo <francamente), del segundo performativo del
quier adverbio puede aparecer en cada uno de los cuatro niveles de marginalidad. No
suceder (análogamente, consiguientemente, repetidamente, obligatoriamente) y de Ja parte performada de la
somos partidarios, por tanto, de considerar que a priori tal o cual adverbio "pertenezca"
expresión (atolondradamente, diagonalmente ... ), como se comprueba en:
a un determinado nivel. Un poco más arriba hemos criticado la postura de considerar
(i) Te digo francamente que sucedió consiguientemente que cortamos el papel diagonalmente. homónimos a adverbios que simplemente aparecen en distintos niveles. Honestamente
( ii) *Te digo diagonalmente que sucedió francamente que cortaron el papel consiguientemente. o personalmente, por ejemplo, pueden modificar a un verbo (nivel 1), localizarlo (cog-
nitivamente: nivel 2), señalar la valoración que para el hablante merece determinada
De esta manera se explica buena parte del comportamiento de los adverbios (por otra parte, excelen- acción (nivel 3) o complementar el propio acto de hablar (nivel 4), como se comprueba
temente clasificados en el trabajo). respectivamente en:
(465) ¿No ha habido también en España cierto apoyo... a esta locura del dinero
La correspondencia con el modelo de Dik no es automática, pues V. Báez establece tres niveles y Dik
fácil ?
cuatro, pero parece claro que el nivel 1 de éste se corresponde con la parte performada de la expresión, el
-Yo [creo honestamente ( m)] que no (EPS., 17-5-92, 20).
2 con el segundo performativo del suceder y el 4 con el del performativo comunicativo. El nivel 3 de Dik
(466) No puede, honestamente ( m), tildarse a Marañón de "implacable postre
se reparte entre los dos inferiores de Báez según afecten a alguien incluido dentro del esquema oracional,
la parte performada (los que he hemos denominado orientados al sujeto: La vieja, astutamente, contestó ... )
o no (los orientados al hablante: Afortunadamente, el profesor se ha roto la pierna) (Vid. también nuestra 76
Las distinciones de polaridad (afirmativo-negativo) pertenecen a este tipo de modalidad, según Dik.
nota 16 de § 3.1.).
182 183
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
publicano", pues nunca fue implacable con nada ni con nadie (EP., 7-2- 3.5.2. Adverbios de ámbito o de punto de vista.
93, 34).
(467) Honestamente (a.), creo que no. Como en el caso anterior, en la bibliografía manejada nos encontramos con que
(468) ... accedí, ya que [conozco personalmente (a1)} al señor Norton (EP., 11- adverbios como étnicamente, socialmente, constitucionalmente, personalmente, etc.:
10-92, 8).
(469) No me interesa ni personal ni políticamente ( az) (EPS., 27-9-92, 36). (482) Constitucionalmente, esa ley era fundamental si las dos Repúblicas nacio-
(470) Personalmente ( m), no considero correcta su actitud. nales... (IG., 26-11-92, 22).
Este hecho no ha sido comprendido convenientemente por muchos autores. De ahí las son agrupados de manera muy diversa. Para algunos (E. R. Egea: 1979, 233 y ss.) son
grandes discrepancias que se observan en la clasificación de estos adverbios. Algunos de adverbios performativos, por la paráfrasis
ellos (personalmente, teóricamente, esencialmente, etc.) aparecen en apartados completa-
mente diferentes según uno u otro autor (de punto de vista, performativos, de modalidad sub- (483) En Europa, étnicamente hablando, si hay una nación ésa es Euskadi...
jetiva... ). En realidad, no existen adverbios performativos y muchos de los llamados «de (EP., 7-2-93, 23).
modalidad subjetiva» no lo son: lo que ocurre es que un adverbio determinado (de manera, (484) ... menos refinado socialmente hab"/ando (TS. 61).
de punto de vista, de predisposición... ) adquiere valores diferentes (modifica a la enun-
ciación, al juicio del hablante, al estado de cosas, etc.) si es elevado al nivel correspondiente. Para otros son adverbios de una clase especial (de punto de vista, de cuadro, dominio
nocional, de limitación, ámbito ... : todas éstas y otras denominaciones se han propuesto),
3.5.1. Adverbios de enunciación o elocutivos.
Centrémonos en los llamados performativos o de enunciación. Estos adverbios, por obedece a que la cláusula introducida por ya que puede integrarse en el nivel enunciativo (4), parafraseable
el hecho de concurrir en el nivel 4, no pierden en absoluto su significado básico. Un adver- por:
bio de manera sigue siendo de manera. E igualmente -esto es importante señalarlo- en ese
nivel extraperiférico pueden aparecer adverbios o frases de significado muy diverso: tem- (ia) Ya que quieres saber si vendré pronto o no, te digo que vendré pronto,
porales, causales, condicionales, etc. (0. Kovacci: 1986; S. Dik: 1989, 259; Gosselin:
1990, 40; C. Fuentes: 1991, 286-87, etc.). Esto nos permite tratar de una manera unitaria o en el de los complementos periféricos (2):
complementos que de otra manera se desperdigan en los estudios gramaticales:
(ib) Ya que lo quieres saber, vendré pronto (para traerte la noticia y que te enteres).
(471) Según mi suposición, los peces nadan.
vs.
Debe tenerse en cuenta, además, que las posibilidades de integración en la estructura de la cláusula son
(472) Lo explico según lo interpreto (ejemplo de O. Kovacci: 1986).
múltiples. El caso de las causales es paradigmático. En (473)-(474) hemos ofrecido oposiciones bimembres.
(473) Todos lo felicitan porque ganó el premio.
Puede haber, sin embargo, más variación. Aprovechando dos ejemplos de J. Portolés (1993, 147):
vs.
(474) Ganó el premio, porque todos lo felicitan (ibid.).
(iia) No le compraron en coche porque tiene miedo de un accidente
(475) Since you are interested, John is a catholic (Dik: 1989).
( iib) No le compraron un coche porque tenga miedo de un accidente (sino porque no
(476) L'assassin ne s 'est pas serví de son revolver; parce qu 'il n 'y a pas de trace
tiene dinero),
de halle sur le corps de "fa victime (ejemplo de Gosselin: 1990).
(477) Otra vez, hasta mañana (C. Fuentes: 1991).
en los que aparecen, respectivamente, un 0 2 y un (Ji, podemos mostrar un caso en que el modificador causal
(478) Aunque tú digas lo contrario, son ellos.
puede actuar en tres niveles distintos, pues
(479) Para que te enteres, eres un egoísta.
(480) Ya que quieres saberlo, fue Juan quien lo hizo. (iic) No le compraron un coche, porque te lo digo yo
(481) Eres un egoísta, si no te molesta que te lo diga 77• (iid) No le compraron un coche, porque no los he visto entrar en el banco,
son ejemplos de satélites enunciativos (O•). En ellos no se nos muestra la causa por la que no se va a com-
17
De esta manera, la ambigüedad de una oración como la siguiente prar el vehículo sino el motivo por el que el oyente debe creer la aseveración (iic) o por el cual el hablan-
(i) Ya que lo quieres saber; vendré pronto te la formula (iid).
184 185
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
sea incluyéndolos entre los adverbios oracionales (Bellert: 1977, Quirk et alii: 1985, O. 3.5.3. Constricciones semánticas
Kovacci: 1986, N0lke: 1990), o entre los modificadores verbales (M0rdrup: 1976,
Molinier: 1990, etc.), en concordancia con Estos hechos nos muestran que, aunque sea defendible, teóricamente al menos, la
posibilidad de que cualquier adverbio pueda aparecer en cualquiera. d~ los nivel~ ~ue
(485) Desde el punto de vista constitucional, la derecha ... no tendrá más remedio
manejamos, la práctica nos señala la existencia de frecuentes restncc10nes . Es log1co
que formar Gobierno (EP., 10-1-93, 6).
que así sea: a veces por causas semánticas (ciertos adverbios no son interpretables en
determinados niveles), pero con frecuencia también por la arbitrariedad de la norma
(donde el adverbio queda fuera del alcance de la negación) y coseriana, la aparición de algunas clases de adverbios queda bloqueada en determina-
( 486) Antes y después del embarazo estaba destrozada psicológicamente pero no dos niveles.
físicamente (adaptación de EP., 24-1-93, 2) La arbitrariedad de la norma se manifiesta, por ejemplo, en el corto número de adver-
bios que pueden ser modificadores de la enunciación en tanto que la cantidad de los que
(caso en el que la negación sí lo alcanza). pueden modificar a un verbo de dicendi es considerablemente mayor18 :
Otros, en fin, crean una clase particular, como los «adjuntos aspectuales» de
(492) Juan habló brevemente/largamente con nosotros.
Greenbaum (1969, § 5.3.3.), en vista de sus peculiares cualidades, pues comparte caracte-
(493) Brevemente/*IArgamente, no tengo nada que decir.
rísticas con los disjuntos de estilo y los adjuntos.
A la luz de lo visto, la postura más coherente parece ser la de clasificarlos semán-
Los factores semánticos que impiden la aparición de gran número de adverbios en
ticamente como adverbios de punto de vista (o ámbito) que, funcionalmente, podrían
determinadas circunstancias son difíciles de precisar. Con todo, la tarea no se puede ini-
incidir sobre el verbo (cri) o sobre la enunciación (m). Esta solución, con todo, aún no
ciar si no se parte de una clasificación semántica adecuada de los adverbios. En el apén-
es plenamente satisfactoria. Los adverbios de ámbito no pasan 131 prueba que considera-
dice al apartado 3.1.2 (La. noción de manera) clasificamos los adverbios modificadores del
mos fundamental para identificar a los satélites enunciativos. Estos, al igual que otras
verbo de acuerdo con significados tales como manera (tres orientaciones), predisposición,
unidades vinculadas a la enunciación (las de valor deíctico), se caracterizan por el hecho
punto de vista (ámbito), valores aspectual-cuantitativos, temporales, etc. a los que ahora
de que en estilo indirecto han de adecuarse a las nuevas coordenadas espacio-tempora-
añadiremos las modalidades objetiva y subjetiva.
les. En el caso de los satélites enunciativos (orientados siempre al hablante) ello supo-
ne su eliminación de la subordinada en estilo indirecto, pues pasa a ser emisor otra per-
Veamos cómo se comporta cada uno de estos grupos:
sona. Compárense:
(487) Francamente, no es posible ( adverbio de enunciación).
(488) Brevemente, no es posible (id.).
78
C. Fuentes (199 1, 283) limita su número a los quince siguientes: abierta, cándida, clara, decidida,
(489) Evidentemente, no es posible (modalidad objetiva). franca, honesta, honrada, lisa y llanamente, llanamente, simple y llanamente, sensata, simple, sincera, breve
(490) Constitucionalmente, no es posible (ámbito). y confidencialmente. Esta restricción atenta gravemente contra el análisis «performativo» tal como ha sido for-
y mulado por J. Ross (véase S. Dik: 1989, 255). Con todo, el sistema, como conjunto de posibilidades latentes,
nos permite en casos -más o menos esporádicos- ampliar el inventario:
(491a-d) Juan dijo que 1 *francamente, no era posible. (i) Rápidamente, ¿cuál es la capital de Mongolia ?
1 *brevemente, no era posible. (ii) Finalmente, ¿cuál es la capital de Mongolia ?
1evidentemente, no era posible.
1 constitucionalmente, no era posible.
Y así, un
Más adelante veremos que la variación observable entre (485) y (486) se puede (iii) Brevemente, no tengo nada que decir
explicar sin salir del estrato 2 señalado por Dik.
puede ser base de un analógico:
(iv) Despaciosamente/ Lentamente, no... ten... go ... na... da ... que... de ... cir. ..
186 187
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
3.5.3.1. Adverbios de manera el valor semántico de los adverbios y, de otra, el efecto causado por la negación en el esta-
do de cosas79 •
Los de manera, debido a que forman un inventario abierto muy heterogéneo, son los En cuanto a la primera de estas cuestiones, cabe resaltar que los adverbios de mane-
que ofrecen un comportamiento más complejo. Ello no nos debe llevar, sin embargo, a dis- ra orientados al sujeto son los que con mayor facilidad pueden elevarse al nivel de los
gregar la clase sin un motivo justificado. Por dicha razón, como hemos repetid_o más arri- modificadores de actitud. Se trata de adverbios del tipo de prudente, sabia, inteligente,
ba, carece de sentido diferenciar, por ejemplo, un honestamente «performat1vo» de un
coherente, sorprendente, astuta, necia, estúpida, dócil, cortésmente, etc. Con ellos con-
homónimo de manera. Antes al contrario, dicho adverbio es, por su significado, un adver-
fluyen los que hemos denominado «de predisposición» (involuntaria, instintiva, espontá-
bio de manera. Este significado se mantendrá siempre aunque puede aplicarse a un estado
neamente, etc.):
de cosas (como complemento circunstancial)1 a un juicio del hablante (satélite de actitud)
o a la acción misma de hablar (satélite elocutivo). Por tanto, muchos de los llamados
(499) Los vecinos, obedientemente, se fueron volviendo a sus cuartos (LC. 212).
«adverbios de actitud», «valorativos» o «evaluativos» (satélites del nivel 3) y de los «per-
(500) ... quizá no era sólo el cáncer lo que podía hacer que(. ..) llegaran a tomar el
formativos» o «adverbios de enunciación» (satélites del nivel 4) no son más que adverbios
aspecto (.. .) de los fantasmas que aparecen en nuestros sueños y de los que
de manera elevados en la estructura jerárquica de los niveles sintácticos. ingenuamente suponemos que no existen (TS. 53-54).
El que dichos adverbios no pierden el valor apuntado lo demuestra el hecho de que (501) No acertaba a comprender cómo podía Llegar a ser algo muy grande en la
en muchas ocasiones esas mismas funciones extraclausales pueden ser desempeñadas por vida. Y se esforzaba, tesoneramente, en comprenderlo (EC. 11 ).
las correspondientes perífrasis (de manera/forma/modo + adj., o similares) o por frases (502) Coherentemente, Marañón encabezó el primer manifiesto político que desde
preposicionales equivalentes: el interior reclamó una amnistía general (EP., 7-2-93).
(494) El capitán general... quería mantener, de forma prudente, el Batallón 8
unido y concentrarse en Stalingrado (EP., 27-9-92, Domingo/12).
Es, como vemos, una clase homogénea que exige que el sujeto sea controlador,
(495) En cierto modo, se está juzgando a Bush con criterios más rigurosos que incluso cuando funciona como satélite de actitud:
a Ronald Reagan o a Richard Nixon (EP., 1-11-92, Domingo/14).
(496) De esta forma, se permite que un médico colegiado en Barcelona pueda (503) *Prudentemente, nevó toda la tarde.
desempeñar su trabajo en cualquier provincia sin necesidad de ... (EP., 27- (504) *Sabiamente, la carta llegó a su destino.
9-92, 24)
(49?) De manera aparentemente natural, hubo quienes, a partir de la disloca- De ahí que en la bibliografía (sobre todo a partir Greenbaum: 1969 y Jackendoff: 1972) se
ción de pretendidos estudios antropológicos, propagaron la idea de la suela apuntar su incidencia directa sobre el sujeto. En este punto, sin embargo, nos pare-
mayor capacidad craneal de los vascos (EP., 7-2-93, 22).
ce más adecuada la postura de C. Fuentes (1991 , 292) para la cual estos adverbios son
(498) De forma nada casual, el procedimiento abreviado abierto por el Tribunal
siempre "responsabilidad del hablante". Es decir, ante
Supremo ha despertado de su anterior duermevela (EP., 25-10-92,
Domingo/11 ).
(505) Estúpidamente, él abrió la puerta
En (497) es necesaria la paráfrasis de manera.... natural porque la forma sintética -natu-
la paráfrasis adecuada no es "él fue estúpido por abrir" sino "yo considero estúpido por su
ralmente- se ha especializado como satélite 3 en un valor de modalidad «evidencial»
parte que abriera la puerta". Este dato nos permite delimitar con más justeza qué .adver-
diferente del de manera. Por su parte, de forma nada casual (498), se justifica por su valor
bios pueden ser modificadores de actitud (m): todos aquellos que se puedan predicar de
negativo: los satélites del nivel 3 y 4 dominan jerárquicamente a la negación, no ésta a
una proposición, es decir, aquéllos que pueden ser parafraseables por:
aquéllos (*No casualmente, el procedimiento abreviado ... ), por lo que no pueden ser nega-
dos más que por procedimientos morfológicos (*No creíblemente,... pero
Increíblemente,. .. ).
.,. En A. Ojea (1994) y V. Báez (1994) se tratan con detalle, desde otros puntos de vista, estas cuestio-
Ahora bien, ¿qué factores determinan que un adverbio de manera pueda aparecer en nes. En dichos trabajos se defiende también que son sobre todo factores léxicos los que determinan el alcan-
los niveles 3 y 4? Para contestar a esta pregunta es necesario tener en cuenta, de una parte, ce del adverbio.
188 189
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(506) Yo considero adj. (por parte de ... ) que_ _ _ _80 (511) No podía dejar de sospechar que si un día lograra alcanzarlo habría de
surgir; inexorablemente, un nuevo vicio del sistema mercantil (P. 25 ).
El hecho de que estos adverbios subcategoricen sujetos controladores se justifica, de (512) Hay otras maneras de hacerlo que no sean la de esa comparación dispara-
esta manera, porque no se puede considerar 'prudente', por ejemplo, un comportamiento tada e inoportuna que, contradictoria y desgracúulamente, favorece más la
no sometido a control. Obsérvese, sin embargo, que la paráfrasis (506) permite justificar continuidad y la impunidad de los asesinatos que el derecho a la vida (EP.,
también la aparición de adverbios que no subcategorizan sujetos controladores (éste se 20-9-92).
convierte en un dato secundario: lo principal es que el adjetivo pueda cualificar una
Todos estos adverbios pueden modificar a un verbo (como complemento circuns-
proposición). Por este motivo, adverbios como curiosa, paradójica, misteriosa, lamenta-
tancial de manera) o al juicio emitido por el hablante. En el primer caso quedan bajo el
ble, desgraciada, decididamente, etc. pueden ejercer esta función. Así tenemos:
alcance de la negación, en el segundo es ésta la que domina a aquéllos, como se com-
(507) Las cuentas le ocupaban cada día más tiempo, aun cuando, paradójicamen- prueba en (513)-(514):
te, la marcha del negocio de preocupaba menos cada día (P. 23-24). (513) Juan no se acercó prudentemente al precipicio. Por eso se cayó.
(508) El documento entre Siemens y la entidad asesora... curiosamente reconoce
obligaciones de pago a Tecnología informática que son anteriores a la crea- En este ejemplo, es evidente que no se desmiente que Juan se acercara al precipicio;
ción misma de esta empresa (EP., 14-2-93, 20). al contrario, la cláusula presupone que se aproximó. Lo que se niega es la manera en que
lo hizo, que 'se acercara prudentemente'. Lo contrario ocurre en:
(509) Curiosamente, al tiempo que las bale~s eran minuciosamente examinadas,
los científicos comenzaron a airear el resultado de sus estudios. (514) Juan, prudentemente, no se acercó al precipicio (es decir: 'no se acercó').
(515) Deliberadamente, por tanto, [Carlos Castilla] no le aclara al curioso leG'-
(510) Lamentablemente, esta etapa de tomar tierra, de dudas y reticencias.. ., tor en qué acabaron las ensoñaciones sin límite de Marañ6n (EP., 7-2-93,
coincide con el momento en que la discusión del plan de paz Vance-Owen 34) ('no aclara') 81 •
entra en una fase decisiva (EP., 7-2-93, 12).
Con todo, entre los adverbios de la subclase de prudentemente (adverbios de mane-
ra que subcategorizan un sujeto animado) y los del tipo de lamentablemente (ajenos a
'º No todos los adjetivos que pueden concurrir en este contexto pueden, sin embargo, originar adver-
dicho requisito) hay claras diferencias de comportamiento. Aquéllos, como vimos en
bios de actitud. En ocasiones el adverbio se ha especializado en determinadas funciones (así, por ejemplo,
(503)-(504), no pierden totalmente sus vínculos con el contenido de la predicación. Esto
tremendamente, limitado a la modificación -cuantificadora- de adjetivos o adverbios); en otros casos, ni si-
se manifiesta en que no pueden ser separados de la cláusula afectada por ningún tipo de
quiera existe dicho adverbio (*crdblemente). En este sentido, es de destacar la importancia que desempeña
barrera (una conjunción, un relativo... ) que los desligue de dicho sujeto. Así se comprue-
la norma (o el componente léxico en la tradición generativa) a la hora de limitar el comportamiento distri- (
i ba en (517), (521) y (524). En consecuencia tampoco pueden incidir sobre unidades supe-
bucional de estos adverbios. Así, por ejemplo, a los inexistentes *cretblemente o *esperadamente se les con-
riores a la cláusula (como la oración, una estructura coordinativa englobadora de cláusu-
traponen unos aparentemente anómalos increíblemente e inesperadamente (Increíblemente, la propuesta
las, etc.). Esta restricción los diferencia de los demás adverbios oracionales ((519), (522)
pasó adelante; Inesperadamente, Juan decidió quedarse); terriblemente, por su parte, ("Considero terrible
y (525)) y los aproxima a los de manera no proposicionales, (518) 82 :
que ... ") puede modificar a un verbo (Lo golpearon terriblemente), a un adjetivo o a otro adverbio (con valor
cuantificador: terriblemente lejos) pero no puede ascender hasta el nivel 3 (*Terriblemente, Juan qued6 des-
figurado), etc. " Cuando la entonación o la puntuación no lo especifican, las ambigüedades son frecuentes: el anterior
Por otra parte, el hecho de que tanto los adverbios de actitud (nivel 3) como los de enunciación (nivel fragmento
(500) ... aparecen en nuestros sueños y de los que ingenuamente suponemos que no existen
4) aludan en última instancia al hablante justifica el hecho, por otra parte infrecuente, de que se puedan coor-
1 (TS. 54)
dinar:
puede corresponderse tanto con no suponemos ingenuamente que .. como con no suponemos, ingenuamente,
(i) ?Quisiéramos poder garantizar al lector que no volveremos a caer en esa trampa, pero, que ...
-l
honrada y desgraciadamente, no podemos hacerlo (EP, 27-9-92, 12). También Mª T. Espinal, en el marco de la G.G.T., ha señalado el carácter único de este tipo de adver-
82
Con todo, nuestra competencia rechaza coordinaciones de este tipo, pues los elementos coordinados no
' bios (Espinal: 1987, 296, n. 5). De ahí que considere que son, simultáneamente, operadores y predicados, fren-
te a los adverbios de manera, modalidad y tiempo (meros operadores) y los disjuntos y conectivos (ni opera-
están en el mismo nivel jerárquico de análisis. dores ni predicados) (id., 298-99).
190 191
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(516) Si Juan, prudentemente decide venir; tendremos que buscarle alojamiento. que justificaría su frecuente alternancia con adjetivos incidentales (explicativos). Esto es
(517) *Prudentemente, si Juan decide venir; tendremos que... importante porque daría coherencia a la equiparación funcional de adjetivos y adverbios
(518) *Lentamente, si Juan decide entrar; tendremos que... que hemos defendido en casos como el de la aparente oposición C. CIRC. MODO/ C.
(519) Evidentemente/Paradójicamente/Probablemente, si Juan decide venir, PVO. (§3.1.2). Baste confrontar ejemplos como los siguientes para percatarse de que la
tendremos que... alternancia adjetivo/adverbio es un mero caso de variación:
(520) Quien, prudentemente, madruga llega a todas partes temprano.
(521) *Prudentemente, quien madruga llega a todas partes temprano. (528) El capitán general...quería mantener, prudentemente, el Batallón 8 unido
(522) Evidentemente, quien madruga llega a todas partes ... y concentrarse en Stalingrado. Después podrían dirigirse hacia el sur. Pero
(523) El que Juan, estúpidamente, no contestara.. . Hitler; jactancioso, se libró de él el 13 de julio de 1942 (adaptación de EP.,
(524) *Estúpidamente, el que Juan no contestara.. . 27-9·92, Domingo/12).
(525) Evidentemente, el que Juan no contestara nos retrasó. (529) Hitler; obstinado, envió a su agresor más brillante ... en dirección al norte.
(id.113 ).
En la misma línea, Espinal (1989, 27-28) señala el distinto alcance del adverbio (530) Juan, prudente/prudentemente, no se acercó al precipicio 84•
«predicat del subjecte» y del adverbio modal respectivamente en casos como los
siguientes (que adaptamos del catalán y en los que señalamos entre corchetes el alcan- Los adverbios de manera que no se pueden predicar de proposiciones (buena parte
ce del adverbio): de los orientados al proceso mismo o al objeto) tienen más limitada la posibilidad de
funcionar como modificadores de actitud. Incluso muchos adverbios que admiten predi-
(526) Neciamente, [Mª no se ha ido de casa] y su marido vive con otra mujer. cados proposicionales rechazan esta posibilidad.
(527) Naturalmente, [Mª no se ha ido de casa y su marido vive con otra mujer)83•
La explicación de estos hechos puede dar origen a diferentes hipótesis. Pudiera pen- 84
En la bibliografía sobre los incidentales no faltan referencias a la equiparación de adjetivos y adver-
sarse, por ejemplo, que los adverbios de la subclase de prudentemente tienen el tope de su bios, sobre todo en lo que se refiere al carácter circunstancial o adverbial de tales adjetivos (Vid. J. A.
alcance modificador en la cláusula (de cuyo sujeto no pueden ser separados por ninguna Martínez: 1994b, 236). Los mismos hechos, sin embargo, justificarían hablar del carácter adjetivo de estos
barrera; en términos generativistas, diríamos que el adverbio ejerce mando de constitu- adverbios. En realidad, la postura más coherente parece ser la de considerar que la función incidental es cate·
yente sobre dicho sujeto), en tanto que los adverbios del tipo de lamentablemente pueden gorialmente neutra (J. A. Martínez: id., 266-67). El propio J. A. Martínez reconoce (id., § 6.7.) que "también
incidir sobre unidades superiores (oraciones, estructuras de diferente tipo) a causa de su los adverbios o unidades adverbializadas pueden funcionar como incidentales", si bien incluye aquí adverbios
falta de vínculos con cualquiera de los constituyentes de la cláusula. como entonces, pues, de todas formas, no obstante, sin embargo, en consecuencia, además... , que nosotros
Hay, sin embargo, otra explicación que nos parece sumamente sugestiva. Según ella, estudiaremos como conectores. En nuestra opinión, por el contrario, son los adverbios que ahora estarnos ana-
al contrario de lo que generalmente se afirma, tales adverbios orientados al sujeto en abso- lizando los propiamente incidentales.
luto modifican a toda la cláusula. Por el contrario, su alcance se ve limitado al sujeto, es Todos ellos, conectores e incidentales, junto con otras unidades, forman parte «de la amplia y variopinta
decir, serían modificadores incidentales del sujeto. Esta segunda hipótesis daría cuenta familia de los 'incisos'» (ibid., 275). No queremos concluir esta nota sin señalar otra curiosa coincidencia
sobradamente del característico comportamiento de dichos adverbios (el no poder ser entre los modificadores clausales y los incidentales: la extendida distinción entre "construcción absoluta" y
separados por ninguna barrera del sujeto, el no verse afectados por la negación) al tiempo "conjunta" se puede aplicar a los adverbios: Juan, lamentablemente, no vino (absoluta), Juan, prudentemen·
te, no vino (conjunta o concertada).
siLos adverbios que no subcategorizan sujeto animado, también pueden actuar dentro de la cláusula. Como en otros casos, en lugar de las unidades simples pueden aparecer otras más complejas. De la
La colocación a uno u otro lado de las barreras apuntadas condiciona en tal caso su alcance (Espinal: 1989, misma manera que (530) se analizarían, por ej emplo:
27, 41): (i) Juan, que actuó prudentemente, no se acercó al precipicio
(ii) Juan, que fue prudente, no se acercó...
(iii) [María, naturalmente, no se ha ido de casa] y su marido vive con otra mujer.
(iii) Juan, advertido por sus padres, no se acercó...
(iv) [María, confidencialmente, no se ha ido de casa] y su marido vive con otra mujer.
(v) María no se ha ido de casa y [su marido, confidencialmente, vive con otra mujer]. (iv) Juan, temiendo caerse, no se acercó...
(vi) Evidentemente, [Juan reconoció que Pedro estaba equivocado].
(vii)Juan reconoció que, [evidentemente, Pedro estaba equivocado]. En todos estos casos estaríamos ante complementos explicativos incidentales del sujeto.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones ad verbiales).
· Ahora bien, mientras estos últimos ven frenada esta ampliación de funciones debido ficación en el hecho de que los adverbios que ascienden jerárquicamente de nivel mantie-
al efecto arbitrario de la norma, por lo que no es inimaginable que, potencialmente al nen intactas sus condiciones de subcategorización. Por dicho motivo, estos adverbios han
menos, puedan desempeñar dicha función (sea esporádicamente o en el futuro, como desa- de aplicarse a acciones, procesos o posiciones, en definitiva, a estados de cosas
rrollo. de esa potencialidad85), en el caso de los adverbios que no se pueden predicar de (predicaciones) pero no a proposiciones o hechos posibles. Ahora bien, en polaridad nega-
proposiciones el impedimento es de otra índole: semántica. tiva dichos estados de cosas dejan fe ser acciones, procesos o posiciones (en realidad,
actúan como estados). Por dicha razon no pueden ser modificados por un adverbio.
Lo anómalo, por ejemplo, de las paráfrasis
De esta manera, ejemplos como los siguientes:
(531) *Considero anónimo que Juan escribiera este libro.
(532) *Considero pausado que Juan ande en bicicleta. (542) Juan no escribió un libro.
(533) *Considero lento que Juan no entrara en la habitación (543) Juan no anda en bicicleta.
(544) Juan no entró en la habitación.
justificaría con creces que el correspondiente adverbio derivado no pudiera ejercer de
modificador de actitud y, consecuentemente, mantener bajo su alcance una negación: no indican propiamente acciones y de ahí que no puedan ser calificados por adverbios del
(534) *Juan, anónimamente, no escribió este libro. tipo que ahora estamos tratando. Por lo mismo, tampoco tienen sentido expresiones como
(535) *Juan, pausadamente, no anda en bicicleta. las siguientes (semejantes a otras apuntadas por Lakoff: 1967, §9):
(536) *Juan, lentamente, no entró en la habitación.
(545) *Lo que hizo Juan anónimamente fue no escribir un libro.
Curiosamente, sin embargo, estos adverbios sí parece que pueden ser extraídos fuera (546) *Lo que hace Juan pausadamente es no andar en bicicleta.
de la cláusula cuando ésta está en polaridad afirmativa: (547) *Lo que Juan hizo lentamente fue no entrar en la habitación.
(548) *Juan no escribió un libro y lo hizo anónimamente.
(537) La tarea de redactar, casi anónimamente, fichas biográficas para una (549) *Juan no anda en bicicleta y lo hace pausadamente.
obra colectiva ... requiere escribir con rigor y precisión lingüística (EP., 7- (550) *Juan no entró en la habitación y lo hizo lentamente.
2-93, 34).
(538) La tímida, azulenca llama del gas lame, pausadamente, los bordes del Sin embargo, en polaridad afirmativa dichas cláusulas significan acciones y, por
puchero (LC. 184). tanto, nada frena que los adverbios puedan elevarse jerárquicamente para modificarlas.
(539) Juan, lentamente, entró en la habitación. Pero no modifican a una proposición, sino a un estado de cosas (es decir, siguen insertos
(540) Lentamente, Juan entró en la habitación. en la predicación expandida) o, si se acepta nuestra propuesta, al sujeto.
(541) La señora gruesa rompe, distraídamente, el palillo entre los dedos (LC. 154). Los adverbios modificadores de proposiciones, en cambio, no se ven afectados por
esta restricción. Una proposición en polaridad negativa sigue siendo una proposición y,
La explicación de este extraño fenómeno, a nuestro modo de ver, encuentra su justi- por tanto, puede ser juzgada o valorada por el hablante: en ciertos momentos o circuns-
tancias puede ser prudente 'no escribir un libro', 'no andar en bicicleta' o 'no entrar en
s.s Un adverbio como maravillosamente, por ejemplo, no lo hemos podido documentar como adverbio una habitación'. De ahí:
de actitud. Sin embargo, la paráfrasis "Considero maravilloso que " es posible:
(551) Juan, prudentemente, no escribió el libro.
(i) Considero maravilloso que María (no) bailara durante toda la noche.
En conclusión, los adverbios del tipo de lenta, pausada o anónimamente pueden ser
En consecuencia, una cláusula como
1 extraídos fuera de la predicación medular (el de los satélites cri) pero no hasta llegar al
nivel 3, el de las proposiciones. Las paráfrasis
(ii) *Maravillosamente, María (no) bailó durante toda la noche,
(552) (luan) actuó/se comportó adv.I fue adj... al/cuando cláus.
con el significado equivalente a (i) ¿debe considerarse agramatical o, simplemente, inaceptable, una posibili- (553) Juan fue lento al entrar en la habitación.
dad no aprovechada por la lengua?
1
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
serían otras manifestaciones de esta elevación jerárquica, que da lugar a contraposiciones 3.5.3.2. Adverbios locativos, de ámbito y aspectuales.
como:
Próximos en comportamiento a los adverbios que acabamos de analizar están aque-
(554) Lentamente, Juan entró en la habitación. llos otros cuya posición nonnal se sitúa en el nivel 2: nos referimos a los locativos (espa-
(555) Juan entró lentamente en la habitación. ciales y temporales), a los adverbios de ámbito (o punto de vista), a los aspectuales cuantifi-
cadores y a los de modalidad objetiva86• En ellos también es frecuente la extracción:
Evidentemente, no pretendemos que (554) se derive transformacionalmente de
(553). Lo que muestran (553) y (554) es la extracción del adverbio y del adjetivo fuera de (564) Pero no volvieron nunca y, años después, no fue a estudiar a Reggio, sino
la órbita de los satélites más directamente vinculados al verbo. Algunos autores (Dik: a Nápoles (S. 140).
1973, Mprdrup: 1976) han señalado que la elevación del adverbio conlleva un cambio de (565) Posteriormente, varios vehículos más colisionaron también con los ya
alcance (no meramente de focalización). La negación no nos puede servir de referencia, accidentados.
pero sí la cuantificación:
(566) Seguiáamente, fue a la casa en la que residió con su mujer(. .. ) subió al
(556) Lentamente, algunas bolas fueron cayendo en el bombo. dormitorio y le prendió fuego al traje de novia (IG., 12-11-92, 8).
(557) Algunas bolas fueron cayendo lentamente en el bombo. (567) Últimamente, Quino andaba asfixiado por las hipotecas (EC. 188).
(558) Lentamente, todos los participantes fueron entrando en la meta.
(568) Previamente, un vasto equipo de inspectores que podrían denominarse
(559) Todos los participantes fueron entrando lentamente en la meta.
vampirolaris examinarían [sic} con cuidado la sangre de toda la población
y proporcionarían certificados imprescindibles para optar a determinados
(En (556) y (558), al contrario que en (557) y (559), no se especifica que algunas bolas trabajos en la Administración (LVG., 9-2-93, 11 ).
o todos los participantes cayeran o entraran lentamente, pudieron hacerlo rápido . Lo
que fue lento fue el proceso global desde la entrada de la primera a la última bola: las Como los adverbios del grupo anterior, los que ahora consideramos no son indife-
bolas fueron cayendo y ese proceso global fue lento. En términos lógicos diríamos que rentes a la distinta reordenación con cuantificadores y negadores, como se comprueba en:
el cuantificador está bajo el alcance del adverbio. En el caso contrario, es el adverbio
el dominado: para algunas bolas/todos los participantes es válido decir que entraron (569) Alguien entra en el bar frecuentemente.
lentamente). (570) Frecuentemente, alguien entra en el bar.
(571) La mayoría de los clientes (no) se queja habitualmente de la comida.
Ana Ojea (1994, 406), por el contrario, les niega un verdadero carácter oracional, (572) Habitualmente, la mayoría de los clientes (no) se queja de la comida.
actitud con la que coincidimos. Debe tenerse en cuenta que las variaciones referenciales
que se aprecian en (556)-(559) se pueden justificar perfectamente desde el nivel pragmá- En opinión de S. Dik (1989, 205-6 y 253), la negación es un operador también del
tico (sin recurrir a variaciones de alcance sintáctico), como se ha hecho con:
196 197
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbi o (y las funciones adverbiales).
nivel 2. Si aceptamos dicha localización para la partícula polarizadora, habríamos de con- (581) 'La ropa no estaba colocada, al menos en el armario'
cluir que, con respecto a ella, estos adverbios manifiestan la posibilidad de quedar bajo su (582) 'Juan no comió, al menos mientras estuvo en Francia'.
alcance o bien, elevados a un nivel superior, dejarla bajo su dominio, ahora bien, no sin
ciertas peculiaridades: en esta ocasión, el cambio de significado no es tan acusado como Por el contrario, los adverbios de actitud (m) se diferencian de los anteriores por sus
en aquellos adverbios de manera en que la elevación se realiza desde el nivel 1 al 3 (tipo presuposiciones. Estos adverbios presuponen la realidad en bloque de lo dicho, de ahí que
lamentablemente) o desde el 1 al 4 (francamente). En los casos que ahora nos ocupan, el algunos autores los denominenfactivos:
cambio es más bien de tipo informativo (jerarquización de la información):
(583) Lamentablemente, la ropa no estaba ordenada.
Ello justifica el siguiente fenómeno: si (584) Curiosamente, Juan no cenó.
(573) En el armario, la ropa no estaba ordenada implican que 'la ropa no estaba ordenada (en ningún sitio)' y que 'Juan no cenó (en nin-
(574) En Francia, Juan no comió gún sitio)'. Por ello, no son posibles añadidos del tipo:
no presuponen necesariamente que 'la ropa no estuviera ordenada' ni que 'Juan no comie- (585) Lamentablemente, la ropa no estaba ordenada. En realidad estaba orde-
ra' (aunque pudiera ser cierto), en el caso de nada curiosamente,
(575) La ropa no estaba ordenada en el armario/allí. los cuales implicarían una contradicción.
(576) Juan no comió en Francia/allí.
Por otra parte, al modificar un estado de cosas, los locativos y demás adverbios situa-
las presuposiciones son las mismas, la ropa puede no estar colocada en absoluto: dos en el nivel 2 en ocasiones no pueden dominar una cláusula negativa, al igual que acon-
tecía con los adverbios de manera de la clase de lentamente:
(577) La ropa no estaba ordenada en el armario; en realidad, todavía no se
había planchado, (586) Recientemente, un caza norteamericano (*no) había derribado un avión
iraqu( que había violado la prohibición (EP., 10-1-93, 10).
o simplemente puede estar guardada en otro sitio: (587) Repentinamente, los escrúpulos (*no) empezaron a socavarle la conciencia
(EC. 74).
(578) La ropa no estaba ordenada en el armario sino encima de la cama.
Lo mismo que sucede con los locativos ocurre con los adverbios de ámbito (o punto
Esta última posibilidad no se puede dar en (573), porque es la frase preposicional la de vista). En éstos es más claro aún su valor restrictivo (equivalente a 'al menos desde el
que domina a la negación: punto de vista x' ):
(579) *En el armario, la ropa no estaba ordenada sino encima de la cama. (588) Constitucúmalmente, esa ley era fundamental si las dos Repúblicas nacio-
nales, la checa y la eslovaca, tenían que surgir a partir del 1 de enero pró-
Sin embargo, (573) no es incompatible con el hecho de que la ropa estuviera orde- ximo como dos Estados independientes (IG. , 26-11-92, 22).
nada en otro lugar, Ahora bien, esta información, evidentemente, debe darse también fuera
(589) Emocionalmente me siento francés (EP. , 25-10-92, 22).
del alcance de la negación:
(590) Militarmente, ello representa una fuerza ampliamente suficiente para dar
(580) En el armario, la ropa no estaba ordenada. En realidad, estaba bien colo- a Sadam el aviso necesario. Pero políticamente no es una buena señal
cada encima de la cama. (EP., 10-1 -93, 6).
Por tanto, las implicaciones de (573)-(574) y (575)-(576) pueden ser las mismas. La En nuestra opinión, en todos estos casos el hecho de que la negación domine al
diferencia estriba en que la información está jerarquizada de distinta manera. En (573)- adverbio correspondiente o bien sea dominado por él no se debe a que tales adverbios se
(574) lo que se produce es una restricción a la validez de lo afirmado por la cláusula (en sitúen en el segundo caso en el nivel 3: en realidad se trata de distintas reordenaciones den-
polaridad negativa):
198 199
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (I). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
tro del nivel 2, como lo demuestra el hecho de que, ante fenómenos como la negación y Los adverbios pertenecientes a los demás valores modales objetivos no presentan esa
la presuposición, se comporten de manera diferente a los adverbios de manera-actitud, que posibilidad de ser foco. Aunque es posible interrogar acerca de la probabilidad, posibili-
sí alcanzan dicho estrato. dad, etc.:
(598) ¿Es probable que vayas?
3.5.3.3. Adverbios de modalidad (599) ¿Es posible que vayas?
Por lo que se refiere a los adverbios de modalidad episténúca, líneas arriba pudimos los adverbios correspondientes no pueden actuar como foco de negación o interrogación:
observar una falta de uniformidad en su comportamiento ante la negación, la interroga- ( 600) *¿Irás probablemente/posiblemente?
ción, etc. Por ello, núentras S. Greenbaum (1969) los incluye entre los disjuntos de acti- (601) *¿No irás probablemente/posiblemente?
tud, para C. Fuentes (1991) pertenecen al dictum, son modificadores del predicado, ase-
mejándose, por tanto, a los satélites del nivel 2 que acabamos de analizar. (comportanúento paralelo al de los satélites de actitud: ¿Es lamentable que venga
Tales discrepancias obedecen a que los adverbios que expresan certeza divergen de Juan?/* Lamentablemente, ¿vendrá Juan?).
los de duda, posibilidad o probabilidad (591)-(593). En esto, los de certeza se asemejan a Por otra parte, estos adverbios, al no presuponer la realidad de lo dicho, adnúten la
los de modalidad deóntica (594)-(596): presencia del subjuntivo al lado del indicativo, al contrario del resto de los adverbios de
modalidad, sea objetiva o subjetiva:
(591) Verdaderamente/* Probablemente, ¿eres rey?
(602) Probablemente/Posiblemente, Juan no vendrá/ no venga.
(592) ¿Verdaderamente/*Probablemente eres rey?
(593) No eres verdaderamente/*probablemente rey (603) Juan, probablemente/posiblemente, no vendrá/ no venga
(594) Necesariamente, ¿he de ser rey? (604) Juan, lamentablemente/realmente, no vendrá/ *no venga88•
(595) ¿Juan ha de venir necesario.mente/obligatoriamente? * * *
(596) No necesariamente ha de venir Juan.
aquéllos no pueden por sí solos ser respuesta de una interrogación total. En esto se asemejan a los satélites de
Verdaderamente, realmente, ciertamente son los únicos que pueden ser alcanzados enunciación y de actitud. Compárense las posibles respuestas a
por la negación e interrogación. El resto (entre los que se deben incluir los adverbios de (i) ¿Vendrá Juan?
modalidad "de juicio": evidentemente, naturalemente, obviamente, efectivamente, etc.) De una parte:
actúa como los satélites del tipo 3, con los que comparte la paráfrasis (506):
(ii) Verdaderamente, *(sí)
(506a) Considero probable/posible/evidente... que... (iii) Realmente, *(sí).
(iv) Francamente, *(sí).
(v) Afortunadamente, *(sí).
La causa de que se comporten de manera distinta los adverbios de certeza y los de
posibilidad-probabilidad estriba en que la realidad de lo dicho es el núembro no marcado, De otra:
el presupuesto. Así, preguntar si alguien es rey equivale a preguntar si es verdad que es
(vi) Posiblemente, (sí).
rey o si en verdad es rey (no en el mundo de la fantasía o de la irrealidad). La aparición
(vii) Evidentemente, (sí).
del adverbio incide directamente en ese marco de la realidad presupuesta:
" Cuando el adverbio aparece en posición final, aislado del resto de la cláusula, el resultado es anómalo:
(597) ¿Eres verdaderamente rey?
(i) *Juan no venga, probablemente.
es casi sinónimo de '¿Es verdad que eres rey?', el carácter real de la predicación es el foco (ii) *Juan no vendrá, probablemente.
de la cláusula87 • Este es un rasgo de parentesco con los satélites del nivel 2, que también rechazan dicha posición:
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
En resumen, todos los adverbios que hemos tratado en estos últimos apartados (sean enlaces extraoracionales y Alfredo l. Álvarez Menéndez (1988), fanción incidental. El
de manera, modalidad de distinto tipo, ámbito, locativos) conforman un inventario casi principal cometido de estas unidades es la de enlazar lo enunciado con el contexto lin-
abierto (léxico), divisible en dos clases básicas de acuerdo con su capacidad para admitir güístico previo o con el contexto situacional en que se desarrolla la enunciación. Como ya
la paráfrasis (506): apreciaron los más perspicaces gramáticos tradicionales, el análisis lingüístico no termina
en la oración. Por encima de ella hay unidades superiores (objeto de una nueva disciplina,
(506b) Considero (que es) 1 prudente que (cláusula). la lingüística del texto) cuyo estudio, aunque quede fuera del ámbito de la sintaxis -en opi-
1 paradójico nión de muchos autores-, y en algunos casos del propiamente lingüístico (pragrnática89), es
1 necesario imprescindible para un conocimiento cabal del uso del lenguaje.
1 verdad Como dice Gili Gaya, el primer lingüista que en una gramática del español dedicó
1 probable un capítulo a estas cuestiones:
1 evidente ... las oraciones se suceden guardando entres{ una relación de coherencia represen-
tativa, lógica o afectiva, una trabazón psíquica de orden superior. Si esta relación de
Los adverbios que rechazan esta posibilidad ven limitado su alcance modificador al continuidad no se revela, decimos que el discurso es incoherente (1961, 325).
nivel de los estados de cosas o predicaciones ('eventos'): satélites 1 y 2 (adverbios de
En la misma línea recuerda A. l. Álvarez Menéndez que
manera, locativos, de ámbito ...).
Todos los que aceptan la paráfrasis son susceptibles de modificar una proposición . .. los diferentes enunciados se suceden con un orden lógico y coherente en la inter-
(por tanto pueden ser satélites del nivel 3), pero presentan ciertas peculiaridades que obli- pretación global del texto, de forma que la referencia parcial de cada unidad oracional
gan a establecer subtipos: se "subordine" al conjunto semántico del "discurso", y, en este marco más amplio,
adquiera un nuevo "sentido" y se interprete como "causa ", "consecuencia ", miembro
Dentro de los compatibles con el contexto (506), los adverbios de modalidad
de una "adición", "finalidad", etc. (1988, 215).
deontológica (necesaria, obligatoriamente) y los epistémicos no marcados (de realidad),
como modificadores proposicionales pueden aparecer en el nivel 3, pero también pueden Estas unidades desempeñan, pues, las funciones que normalmente se denominan de
ser foco de interrogación o negación, es decir, satélites del nivel 2. coherencia, cohesión o enlace:
En segundo lugar, los adverbios de modalidad epistémica marcada (posibilidad, pro-
babilidad ... ) se sitúan siempre en el nivel 3 (hecha la salvedad de su incidencia sobre uni- (605) La muchacha bajaba la cabeza con estudiada timidez.
dades de nivel inferior: adjetivos, frases, etc.): modifican a la proposición, nunca pueden Dijo Rubes, estrechando la mano de la muchacha:
ser foco de interrogación, negación o extracción. -Bien; ha sido para mí un gran placer (H.) (cierre).
Finalmente, los adverbios de manera que se pueden predicar de las proposiciones se (606) No quiero salir. Además tengo que estudiar (adición).
(607) No me convencía demasiado. Sin embargo, lo compré (concesión).
caracterizan por poder aparecer como satélites del nivel 1 (complementos circunstanciales
(608) Los detenidos eran peligrosos. Consecuentemente, el juez ordenó incomu-
de manera), como complementos subcategorizados (complementos adverbiales) o bien,
nicarlos (causalidad).
fuera del alcance de la negación, en el nivel 3 (como adverbios evaluativos o de modali-
(609) Además el oficio se hundía: con las permanentes y los institutos de belleza...
dad subjetiva) y, en algunos casos, en el nivel 4 (el de la enunciación).
-Así tienen todas las cabezas estropeadas. (S. 170) (causalidad).
Todo ello nos lleva a concluir que si bien parece adecuado manejar la existencia de (610) Se casa con un viudo y, encima, ju,era del pueblo (S. 342) (argumentación
los estratos predicación-proposición-cláusula, los adverbios no se pueden asignar unívo- coorientada).
camente a estos niveles (salvo casos especiales). En consecuencia, es necesario admitir (61J) Le explican que bastante revolcón se ha llevado el humillado alemán y así
que ni siquiera estos tres niveles son homogéneos: en cada uno de ellos pueden concurrir concluye apaciblemente la última sesión del curso (S. 314).
adverbios de diferentes clases.
(apaciblemente ocupa la plaza de complemento circunstancial de manera de concluye, por
lo que así ha de desempeñar otra función).
3.6. FUNCIÓN DE CONECTOR O DE ENLACE EXTRAORACIONAL. Los trabajos propiamente dedicados a estas partículas, que no surgen hasta los años
Difícil de diferenciar de la anterior es la función que desempeñan los que S. setenta, empiezan a abundar desde principios de los ochenta. El desarrollo de la lingüísti-
Greenbaum (1969) denomina conjuncts, Catalina Fuentes (1987), siguiendo a Gili Gaya, 89
El estudio del enunciado es sólo una de las facetas del más complejo estudio de la enunciación.
202 203
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las fu nciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
ca del texto (la Textlinguistik holandesa y alemana), el análisis del discurso, la lingüística de Por otra parte, hay que reconocer que la función discursiva de la cohesión se puede
la enunciación, la pragmática y otras disciplinas de estatuto complejo explica el creciente realizar mediante diversos procedimientos, al margen del empleo de los que propiamente
interés suscitado por este campo de investigación, en el que destacan los trabajos de O. podemos denominar conectores: la entonación, la repetición anafórica, la utilización de
Ducrot y su escuela en Francia; E. Coseriu y H. Weydt en Alemania; Halliday, M. Stubbs y unidades deícticas y de carácter presupositivo, sean o no adverbiales (pronombres demos-
D. Schiffrin en la tradición anglosajona, etc. (véase Martín Zorraquino: 1992). Por lo que trativos y personales: eso, ello; temporales: ahora, entonces; de manera: así; locativos:
respecta al ámbito de la lingüística hispánica, son constantes las referencias a la escasez de allí, ahí... ; también, tampoco, aún, aun, incluso ... ), etc.
este tipo de estudios. Hoy en día, sin embargo, la situación está cambiando, como se puede Desde una perspectiva funcional, tampoco hay acuerdo total sobre la posición que
comprobar si se consultan las bibliografías de obras recientes centradas en este campo ocupan los conectores dentro de la cláusula. Por una parte, estas unidades se asemejan en
(Martín Zorraquino: 1992, L. Cortés: 1991 , A. Briz: 1993a, 1993b; J. Portolés: 1993, etc.). gran medida a los modificadores clausales, como se observa en la caracterización que de
Los lingüistas no se han puesto muy de acuerdo acerca del carácter conjuntivo o ellos hace C. Fuentes:
adverbial de estas unidades. Más adelante veremos que no tiene sentido plantearse si son ...los enlaces conjuntivos se caracterizan por formar una unidad entonativa
adverbios (y locuciones adverbiales) o conjunciones (y locuciones conjuntivas): estamos independiente, estar aislados por pausas, y presentar las características suprasegmen-
definiendo una función, no una clase de palabras. Y sabemos que, en muchas ocasiones, tales de los grupos fónicos (1987, 32).
una función puede ser desempeñada por varias clases de palabras. En este caso, alternan-
do con locuciones, frases preposicionales u otro tipo de palabras (no obstante, sin embar- Ello les permite desplazarse libremente por la cláusula u oración en que se inscriben,
go, bueno, claro, o sea, por tanto, por consiguiente, etc.), pueden aparecer adverbios.como como hacen los modificadores oracionales. No terminan aquí, sin embargo, las analogías
asimismo, así, entonces, luego, consecuentemente, consiguientemente, además, pues, entre ambas funciones . Como señalan C. Fuentes (1987, 68-69) y A. I. Álvarez Menéndez
encima, primeramente, finalmente, igualmente, etc.: (1988, 224) -siguiendo la caracterización que constantemente se repite desde S.
Greenbaum-, las unidades que desempeñan una de estas funciones
(612) -Seguro que sí -dije yo-, pero hay que arriesgarse. Además, pienso tomar
toda suerte de providencias (L. 122). a) no pueden ser foco ni respuesta de interrogación parcial:
(713) -¿Negarme esa plaza a mí, con mi Premio Extraordinario! ¡A la hija del
senador Colomini, además! (S. 99). (621) *¿ Cómo decidió el juez incomunicarlos?
(614) -Creo que el peligro inmediato ha pasado (... ), pero su estado sigue siendo - Consecuentemente.
grave. Alguien tiene que verla. Asimismo te recuerdo que la policía está a
punto de hacer su entrada (L. 148). b) ni admiten enfatización en construcción ecuacional:
(615) Al viejo le reconforta ser útil, salvar pobrecitos árboles que padecen de
(622) *Consecuentemente fue como el juez decidió incomunicarlos.
frío en Milán y, encima, son asesinados por la burricie de los oficinistas y
escribidores (S. 117).
(616) Me abstuve de hacerlo porque(. . .) el pobre anciano se estaba portando de Ambos rasgos nos indican que tanto el modificador clausal como el enlace extraora-
manera encomiable e, igualmente, porque no podíamos permitir que las cional no pertenecen al conjunto de argumentos, nucleares o periféricos, dependientes del
pequeñas desavenencias ... (L. 121). predicado. Como dice A. I. Álvarez Menéndez,
(617) Para afeitarse es mejor el agua caliente que la fría; aun así, el filo sobre no puede haber énfasis ecuacional... de lo que, por su carácter independiente y peri-
los gruesos cañones de barba produce ese leve sonido de serrucho (S. 96). férico, no está sometido al dominio de la predicación verbal ( 1988, 223).
(618) · El padre ahora reprime ese gesto. Más aún, en las últimas semanas ha
Ahora bien, a pesar de todas estas concomitancias, las dos funciones que estamos
dejado de jumar (S. 140).
(619) Se mete Renato despacio en su cama para no despertar a Andrea ni con-
comparando manifiestan un comportamiento lo suficientemente diferenciado como para
tagiarle así su tristeza (S. 283). que no se puedan englobar bajo la misma etiqueta. En este sentido, se señala frecuente-
(620) Se le iban esfumando paulatinamente las ideas de la cabeza y, finalmente, mente el distinto valor semántico que acompaña a las dos funciones . Como resultado de
se quedó dormido (H. 244 ). ello, los conectores no pueden ser parafraseados por construcciones atributivas del tipo de
es consecuente que... Este punto no nos parece, sin embargo, decisivo, pues ya vimos con
(finalmente no es un adverbio de tiempo ya que no responde a ¿cuándo?, al contrario que anterioridad que los modificadores clausales semánticamente son más complejos de lo que
la frase al final) . normalmente se piensa y no todos aceptan dicha paráfrasis.
204 205
I
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. lntento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
Más relevancia tienen otros tipos de pruebas que apuntan en la misma línea de clara (630) Obviamente, sin embargo, no pretendemos configurar la obra ·que presen-
diferenciación de las dos funciones. Así, por ejemplo, los modificadores claus~ pueden tamos exclusivamente en el seno de la propia producción de su autor (García
aparecer en la respuesta de interrogación total, acompañados o no del adverbio sí, lo que Berrio en el Prólogo a T. V. Dijk, Texto y contexto, Madrid, Cátedra, 1980, 14).
no pueden hacer los enlaces extraoracionales por su naturaleza nexual: (631) En consecuencia, todo terminó mal, desgraciadamente.
(632) Sin embargo, sinceramente, debes hablar sin rodeos.
(623) ¿El juez decidió incomunicarlos?
(a) -Ciertamente, (sí). También ha habido intentos encaminados a hacer confluir el papel que desempeñan los
(b) -Posiblemente (sí). enlaces extraoracionales con la función nexual propia de las conjunciones. Pero de nuevo, el
(c) -Francamente, s(. número de rasgos que los distingue es lo suficientemente amplio como para que sea posible
( d) -Lamentablemente, sí. una integración sin más. C. Fuentes (1987, 62 y ss.) cita entre otros los siguientes:
(e) -*Consecuentemente, (sí).
(f) -*Además, (sí).
a) Las conjunciones y los enlaces son compatibles entre sí:
Los conectores no pueden iniciar un intercambio lingüístico, una conversación. Así, (633) María no se encontraba muy bien aquella mañana. Pero, no obstante, fue
si nos encontramos de súbito con un conocido, podríamos dirigirnos a él en los siguientes a trabajar.
términos: (634) El viaje fue accidentado. Llovió durante todo el regreso y, además, pincha-
(624) Hombre, no esperaba verte por aquí. mos.
(625) Francamente, ¡qué sorpresa verte aquí! b) Las conjunciones son incompatibles entre sí, los enlaces no:
(626) Afortunadamente, hay alguien conocido en la reunión.
Pero serían inadecuadas expresiones como: (635) *Iremos al cine esta noche y pero vayamos a comprar las entradas antes.
(636) No manifestaba el más mínimo interés. Además, encima, quería que lo
(627) #No esperaba, pues, verte por aquí. obedeciera en todo.
(628) #Sin embargo, ¡qué sorpresa verte aquí!
(629) #Además, hay alguien conocido en la reunión. c) Las conjunciones no tienen movilidad posicional ni se pueden separar entona-
tivamente del resto de la oración, al contrario que los enlaces:
Ambas funciones pueden coexistir, otra prueba de su distinta incidencia sintáctica90 :
(637) *Iremos al cine. Compraremos, pero, antes las entradas.
'° De ir coordinados, el segundo rrúembro ha de ir separado entre pausas. Además, la conjunción en tales (638) Iremos al cine. Sin embargo, compraremos antes las entradas.
(639) Iremos al cine. Compraremos, sin embargo, antes las entradas.
casos es suprirrúble. Ambas características nos indican que no se trata de una coordinación de unidades equi-
(640) Iremos al cine. Compraremos antes las entradas, sin embargo.
funcionales:
(i) Sin embargo, y paraMjicamente, el fascismo primero y el comunismo después ... rebajaron d) Los enlaces pueden conectar con un enunciado no inmediatamente anterior, las
al segundo plano de la conciencia pública estos defectos (EP., 3-1-93, 13). conjunciones no (id., 66-67).
(ii) No obstante, y conw existía el compromiso de facilitar datos de tales características al e) Frente a éstas, los enlaces pueden tener un contenido presuposicional con respec-
Parlamento... (D16, 20-2-93, 22). to a los enunciados que unen (id., 67-68).
Compárense las dos siguientes secuencias para comprobar las diferencias que exis-
En realidad, ejemplos como los anteriores se encardinan perfectamente en la coordinación enfática, rea-
ten entre la conexión de enunciados y la conjunción en el enunciado:
lizada entre unidades carentes en principio de identidad funcional (lo compré yo y con mi dinero). Así lo pone
de relieve la imposibilidad de permutar los constituyentes, en contra de lo esperado en una construcción coor-
dinativa (*lo compré con mi dinero y yo): Por otra parte, esta peculiaridad es importante porque diferencia a este tipo de conexión, llevada a cabo
por adverbios o locuciones adverbiales, de la realizada por conjunciones:
(ia) *Paradójicamente, y sin embargo, el fascismo primero...
(iia)*Como existía el compromiso... , y no obstante, ... (iii) *Pero, y paradójicamente, el fascismo primero...
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(641) Decidieron quedarse. No había, pues, más remedio que ayudar en el trabajo Estamos totalmente de acuerdo con su opinión. Estos elementos, aunque en la peri-
(conector). feria, en los márgenes, han de ser situados en el seno de la cláusula u oración. Su com-
(642) Decidieron quedarse, pues no había más remedio que ayudar en el trabajo portamiento diferenciado con respecto al de las conjunciones así nos hace pensar. Pero
(nexo). también los modificadores oracionales, como modificadores de toda la cláusula, quedan
en su periferia. La diferencia entre unos y otros creemos que se debe al distinto grado de
Diferenciados, pues, de los nexos conjuntivos y de los modificadores oracionales, marginalidad con que dichos complementos realizan su incidencia. Como dice C. Fuentes
sólo nos queda plantearnos cuál ha de ser su ubicación en el decurso de las unidades (1987, 62) los enlaces extraoracionales "no modifican a ningún elemento del dictum ni son
sintácticas. modificados por él''. La función de estas unidades no es, pues, la de la modificación. Esto,
A pesar de que C. Fuente los diferencia con nitidez de las conjunciones, lo cierto unido a su carácter de mayor marginalidad con respecto al modificador oracional, como
es que la representación que les asigna hace pensar que estos elementos son extraora- lo demuestra su colocación en la cláusula cuando concurre con aquél91, hace que propon-
cionales, es decir, que se hallan fuera de los dos miembros que enlazan, como hacen gamos para ellos la siguiente representación:
aquéllas: (643) Una oportunidad como esta no se repetirá en mi vida. Sin embargo, fran-
camente, no sé qué hacer.
En el discurso podemos tener unas unidades cuya misión es conectar dos partes del
mismo: A <R> B. Según las características de A y de B, el nexo relacionante será de un (644) Intervención
tipo u otro. Este autor [Carbonero Cano] se queda en el análisis de los que conectan 1
sintagmas y oraciones, es decir, las preposiciones y conjunciones. Pero el mismo prin- ASERCIÓN RESTRICCIÓN
1 1
cipio de base nos sirve a nosotros. Estudiamos aquí un tipo de elementos que sirven para
cláus.
conectar dos unidades discursivas. Lo que ocurre es que, al ser A y B enunciados, las
características de <> son distintas de las que adquieren cuando los dos polos son térmi- .-~ - c :l _u s_·~ ~
nos de rango inferior (id., 31-32).
1 1 1
CONECTOR MOD. NÚC.
1 1 1
Contraria es la opinión de A. L Álvarez Menéndez. Para éste, tales unidades adv. adv. cláus.
existen, en definitiva, en tanto que unidades "marginales" en y dentro de la oración,
pero no al margen de ésta (1988, 224 ).
Un poco antes (id., 219) se queja con razón de que la gramática haya descartado
Una oportunidad como ésta
no se repetirá en mi vida.
1
Sin embargo,
I
francamente,
~ no sé qué hacer.
cualquier tipo de comportamiento sintagmático fuera del dominio conceptual del verbo,
Utilizamos así el término conector en el sentido con que lo usa L Bosque92 :
ya sea como argumentos ya sea como satélites. Concluye:
en, no obstante, como elementos de valor periférico a la misma y, sobre todo, al domi- dades de otros marcadores del discurso no propiamente conectivos (metadiscursivos, si aceptamos la deno-
nio sintáctico del núcleo verbal; se descarta, en definitiva, la existencia de funciones minación de A Briz: 1993b): marcadores reformulativos (o sea, esto es), de rectificación (mejor dicho... ),
oracionales no incrustadas en lo que otros autores llaman la subcategorización es- ordenadores del discurso (en primer lugar, por último), marcadores de digresión (a propósito), de inferen-
tricta del verbo, de funciones que, en lo semántico, no atiendan a la expansión de la cias paralelas (también, tampoco), de inversión inferencia/ (precisamente por eso), modalizadores (claro,
predicación verbal (ibid.). en verdad, a mi parecer), retardadores y muletillas. Coincidimos con él en esta utilización restrictiva del
término conector.
208 209
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
El término conector parece adecuado si no se utiliza en el mismo sentido que el ya etc. Lo mismo sucede con términos utilizados por dichas disciplinas: discourse markers,
existente conjunción, sino para recubrir otros e(ementos, como por ejemplo, los adver- pragmatic connectives, opérateurs discursifs, connecteurs dans le discours, iniciadores,
bios que refieren a fragmentos del discurso que establecen una relación con un contexto indicadores ilocutivos, operadores pragmáticos, enlaces extraoracionales, ordenador del
previo (. .. ). Esa función conectora no los convierte, sin embargo, en conjunciones. discurso, conector (pragmático), etc. (Martín Zorraquino: 1992, A. Briz: 1993a). No es
Pueden ser, por tanto, adverbios y a la vez conectores porque este último término no nuestra intención entrar en cuestiones terminológicas, pero creemos que es necesario pre-
designa tanto una categoría gramatical como una propiedad discursiva ( 1989, 194 ). cisar los siguientes conceptos (independientemente de cómo los denominemos): la cohe-
Por esta razón, como ya apuntamos más arriba, no tiene sentido preguntarse si las sión, como propiedad general discursiva de los textos, macrosintagmas o enunciados
unidades que cumplen esta función son o no adverbios. Hay adverbios que la pueden paragráficos (L. Cortés: 1991, §2), que se canaliza en diferentes vías. De éstas destacan
desempeñar (consecuentemente, encima, as{), y gran cantidad de locuciones adverbiales dos principales: en palabras de A. Briz (1993a,b), lafunción argumentativa, vinculada a
(sin embargo, no obstante, por tanto, por consiguiente, etc.), pero también frases lo que anteriormente hemos denominado conexión, y lafunción metadiscursiva.
preposicionales (por eso, de esta manera, etc.), e incluso conjunciones (pero, y, pues, Las unidades metadiscursivas, cuyo estudio se ha retrasado aún más que el de los
etc.), etc. conectores por cuanto necesita el previo desarrollo de una sintaxis del coloquio o de len-
No queremos acabar este apartado dedicado a la conexión sin apuntar antes dos notas gua oral, son de índole heterogénea y de difícil catalogación, ya que aquí se incluyen aque-
que apenas han señalado los autores: la conexión no solo se realiza entre enunciados sino llos constituyentes que cumplen un papel de arranque, mantenimiento, cierre, reformula-
que puede alcanzar también a unidades inferiores, como lo demuestran los siguientes ción ... en el discurso (y, por tanto, una función importante en la organización del coloquio)
ejemplos: al lado de otras que no aportan valor conceptual alguno que propicie la cohesión (L.
(645) ¿Por qué(. .. ) al que a nosotros nos somete a esta caprichosa tortura no Cortés: 1991, 37), unidades de relleno, mediante las cuales el hablante trata de lograr,
hay nadie que le imponga una sanción, consecuentemente más dura, y así,
de sanción en sanción (.. .)? (EC. 144 ). aunque sea de manera aparente, la conexión en el discurso, lo que pretende conse-
(646) ... mientras que él seguirá siendo turco y, consiguientemente, no comunita- guir evitando vacíos o bien conectando aquello que ya lo está por otros medios (id., 39).
rio hasta que se muera (EPS., 3-1-93, 15).
(647) Vive en una casa vieja y, 1 sin embargo, acogedora. Son unidades con las que tratamos de paliar las vacilaciones expresivas propias de la len-
1 por tanto gua espontánea y de la improvisación. En estos casos se habla de palabras «vacías» o
1 consiguientemente expletivas (innecesarias) y, cuando su uso es tan frecuente que caracteriza al habla de una
persona, de muletillas o bordoncillos.
En la misma línea, cabe indicar que la colocación de los enlaces no es indiferente a Por otra parte, es de destacar el hecho de que esta función no conoce restricciones de
factores como los de la focalización o presuposición. Un ejemplo como el siguiente: tipo categorial. Es decir, substantivos (hombre, (la) verdad), adjetivos (bueno, claro), pro-
nombres ((y) eso), incluso verbos en forma personal (vaya, vamos, no sé), además de todo
(648) -¿Le oyó usted? Resulta que además es amigo del senador Zambrini. .. (S. 327)
tipo de frases o locuciones (o sea, es que, ya ves, y tal, pues eso) pueden aparecer en es-
tos contextos al lado de adverbios y locuciones adverbiales como entonces (R. Carnicer:
no ofrece las mismas presuposiciones que 1977, 9-11), pues, así, bien, encima, además, incluso, también, bien, mejor aún, más aún,
(649) ... Resulta que es amigo además del senador Zambrini.
así que, etc., que son los más utilizados para esta labor:
(652) Me alegro de que hayas regañado con ella. jVaya! No te convenía (H. 239).
De la misma manera: (653) -Tú eres la que me conviene, ¿no lo comprendes ?
(650) Juan, sin embargo, no quiso venir -jVaya!, es una tontería. Yo puedo ser tu ... (H. 339).
(651) Sin embargo, Juan no quiso venir. (654) -Eso -repliqué-, ahora voy a ser yo el responsable de lo que pasa por su
mala cabeza (L. 70).
no convendrán igualmente a todos los contextos. (655) Perdona, estoy débil... Además, ¡qué tontos sois los hombres! ¿No ves que
estoy muy fea? (S. 223).
Un poco más arriba hemos hablado de los borrosos límites que existen entre disci- (656) El viejo percibe varios rostros incrédulos. "¡También es grande que para
plinas como la «gramática del texto», «análisis del discurso», «pragmática lingüística», una vez que no invento, me miren como embustero!" (S. 272).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
(657) para que nos dejen en libertad/ tenemos que hacer que nos lleven un poqui- mentalmente, es un inútil para estas cosas. Bueno, no está acostumbrado,
tín por aquí// entonces nos hemos desfasado y nos hemos desbordado de tal eso es todo. Yo comprendo bien que ésta es una guerra en la que cada cual
manera que ya es difícil/// (apud Cortés Rodríguez: 1991, 95). debe aportar su esfuerzo y... y... bueno, que no es correcto que unos ganen
(658) Había un rey que tenía tres hijos. Entonces, los dos mayores no querían la guerra y otros disfruten de la victoria. Bien, todo eso es lo natural y lo
nada al pequeño... justo. Pero yo digo, López: un chico despierto, ¿no puede encontrar un
sitio tranquilo donde rinda a la causa una utilidad superior. .. bien, una
Es curioso señalar como la mayoría de los adverbios que concurren en estas posi- mayor utilidad que con un fusil en la mano? (H. 256-7).
ciones sufren un proceso de degradación significativa resumible en la serie (661) -Bien -dijo Rubes-. Yo no pretendo que mi hijo se escurra de sus deberes
.. militares, naturalmente. Entiendo, bueno, entiendo que vale la pena de
i) adverbio de lugar; tiempo, manera, cantidad>>
sacrificarse por esta causa. Irá al frente contigo y... y.. ., bueno, todo lo
ii) conectores nocionales ilativos (consecuencia, deducción, causa, adición, explica- demás (H. 259).
ción, restricción.. .) >>
iii) unidades/áticas (continuativos, interactivos, marcadores de respuesta)>> En la novela de M. Delibes Mi idolatrado hijo Sisí el empleo del adverbio bien, sea
como iniciador sea como expletivo, es tan abundante por parte de uno de los personajes
iv) expletivos > >
principales -Cecilio Rubes- que podemos caracterizar a esta partícula como muletilla:
v) muletillas93•
(662) -Mañana veré al general López -dijo.
Aunque propias del lenguaje oral y a pesar de que los gramáticos han desatendido -¿Qué quieres del general López? -dijo Adela.
hasta muy recientemente su estudio, en nuestro corpus no escasea este tipo de unidades: -Bien. Lo de Sisí.
los escritores preocupados por captar los matices del habla coloquial se han percatado de -¿Qué?
-Si puede hacer la guerra cómodamente será mejor.
su existencia con anterioridad a aquéllos:
-El ejército le vendrá bien.
(659) Su padre le había dicho un día: «Lo tuyo y lo de Paulina es... es... bien, es -Allá pueden matarlo.
algo así como si sedujeras a tu madre» (S. 245). -Lo meterán en cintura.
-Bien. Hablaré con el general López.
(660) -Ya, ya -dijo Rubes-. Los chicos. Bien, uno cría y educa a los hijos pensan-
do en su porvenir y... y.. ., bueno nadie sabe nunca lo que hay detrás de la -Alguien tiene que luchar; Cecilio. Todos hacemos lo que podemos. Luisito
cortina. Bien, a propósito de chicos, López, yo... bueno, mi chico, va a está en la Legión.
entrar ahora en edad militar. Bueno, yo he pensado en ti. Sólo tengo un -Bien. Es un loco. Todos los Sendín son unos locos.
chico, López, y tiene un temperamento del diablo. Bien, es como un mano-
jo de nervios; con las explosiones se agita y se vuelve como loco .. . tempera- -¡Oh, Cecil! -sollozó Adela-. ¿Por qué le hemos criado así?
-El miedo es el miedo. Se nace con él o sin él. Bien, la educación nada tiene
93 Como la superación de un paso no supone (normalmente) la desaparición de los anteriores, es espera- que ver con las bombas, me parece a mí.
ble la existencia de numerosos casos de ambigüedad como los siguientes:
Oyó dar la una en el reloj de pie del salón. «Bien -pensó-. No creo que
(i) Una vez en la calle, Hans me aferró con más firmeza el brazo y el cojo se me colgó del López con la muerte de su hijo haya cambiado ... » (H. 242-43).
otro, con lo que tuve que descartar cualquier proyecto de fuga que pudiera haber concebi-
do. Así llegamos a la calle Ramalleras y nos detuvimos ante lo que era sin duda la puer-
Pues, del cual ya hemos mencionado su valor como nexo conjuntivo y como conec-
ta de un almacén (L. 128).
tor adverbial, también ofrece abundantes ejemplos como partícula fática o expletiva (siem-
(Así llegamos a la calle... es una construcción ambigua pues el adverbio puede mantener íntegro su valor pre en posición inicial e integrada en el cuerpo entonativo del enunciado, Vid. J. Portolés:
modal anafórico "así -agarrados por el brazo- fue como ..." o bien indicar mera conexión "así (fue) que ... "). 1989; A. l. Álvarez Menéndez: 1990; H. Martínez: 1990): en el primer caso -partícula fáti-
ca- indica valores continuativos (frecuentemente de réplica). Compárese la siguiente
(ii) ¿Por qué me echó entonces el t(o una mirada de reojo ? (S. 88). contraposición de un pues conector y el fático en un ejemplo de J. Portolés (1989, 130):
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización(!). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!). Las func iones del adverbio (y las funciones adverbiales).
En principio, pudiera parecer que ejemplos como (675)-(676) son también casos de (681) Juan no vino ayer, claro.
elipsis. Sin embargo, en principio, los elementos elididos deben ser recuperables. En los (a) -Sí. Juan no vino ayer.
casos que nos ocupan dicha recuperabilidad no se da: las construcciones con modificador (b) -No. Juan sí vino ayer.
oracional no son plenamente equivalentes, como respuesta. Sus presuposiciones difieren (682) Morfema no es lo mismo que semema.
de las que soporta el adverbio enunciativo, lo que las hace incompatibles con tal contexto
(a) -Exactamente. No son lo mismo.
o inapropiadas (#) 94 :
(b) -Sí. No son lo mismo.
(677) -Juan vino ayer, ¿verdad?
(a) -#Naturalmente, Juan vino ayer.
(681a) se correspondería, por ejemplo, con un absurdo: [Juan] sí [vino ayer]. Juan no
(b) -#Evidentemente, Juan vino ayer.
vino ayer.
(c) -#Efectivamente, Juan vino ayer.
( d) -#Exactamente, Juan vino ayer.
(e) -#Posiblemente, Juan vino ayer. En nuestra opinión este fenómeno sólo es explicable si se considera que dichos
(678) -Juan siempre se presenta sin avisar. adverbios constituyen un enunciado no elidido, de valor equivalente a 'La respuesta es
(a) -Naturalmente. (que) sí/no', 'eso es exacto', etc.95
(b) -#Naturalmente, Juan siempre se presenta sin avisar. De todo ello concluimos que los adverbios subrayados en las siguientes series
desempeñan diferentes funciones:
Si las construcciones con modificador clausal no pueden funcionar de respuesta en
los mismos casos que los adverbios enunciativos, se hace injustificable tomarlas como (683a) -Naturalmente, a los españoles nos va la marcha (disjunto).
base de elipsis para conformar respuestas como las de (673)-(676). Por el contrario, ejem- (683b) -Naturalmente. A los españoles nos va la marcha (enunciativo).
plos como éstos encuentran su "correlato" pleno cuando dichos adverbios mantienen su (684a) Efectivamente, en una fecha tan temprana como el invierno de 1941-42 (. .. )
independencia entonativa -señalada por una pausa y un tonema en cadencia- respecto del éste reconoció que la guerra ya no se podía ganar (EP., 27-9-92, Domingo/12).
cuerpo de la cláusula. Es la entonación propia de dos secuencias independientes, la segun- (684b) Efectivamente. En una fecha tan temprana como...
da comentario o refuerzo de la primera:
(679) P: Juan vino ayer, ¿verdad? Solamente (683b) y (684b) pueden aparecer en un contexto de respuesta.
(a) Naturalmente. Juan vino ayer.
(b) Evidentemente. Juan vino ayer. El hecho de que sí, no, ciertamente, evidentemente, posiblemente y otros verbos de
(c) Efectivamente. Juan vino ayer. este tipo (polarizadores, modalizadores objetivos, partículas fálicas) puedan desempeñar
(d) Exactamente. Juan vino ayer. una función llamémosla enunciativa no anula la posibilidad de que, como el resto de los
(e) Sí. Juan vino ayer. adverbios, pueda también aparecer en contextos elípticos. No vamos a defender aquí la
(f) No. Juan no vino ayer. existencia de dos partículas sí, no diferenciadas: se trata de que dichas partículas pueden
(680) -Juan siempre se presenta sin avisar. aparecer en contextos diferentes, al contrario de lo que sucede en otras lenguas (inglés,
-Naturalmente. Juan siempre se presenta sin avisar.
95
Hay algunos argumentos más que nos inducen a rechazar una explicación fundamentada en la elipsis.
Además, la elisión no justifica casos como los siguientes, de desdoble en la polari-
Por ejemplo, sería difícil justificar por qué dicha elipsis no se da con otros adverbios que también pueden ser
zación de la respuesta:
modificadores oracionales:
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. intento de caracterización (1). Las funciones del adverbio (y las funciones adverbiales).
latín, francés 96). ¿Cómo, si no, justificar los siguientes ejemplos?: 3.8. CONCLUSIONES.
Hemos visto a lo largo de este capítulo la gran cantidad de funciones que pueden
(685) -¿Y le has dicho que se trata solamente de mil duros?
desempeñar las palabras que por tradición englobamos dentro de la categoría de adverbio.
Sonrió la Guindilla menor ante el menosprecio que su hermana hada de
Todavía hay algunas más que, con carácter marginal, caen dentro de su ámbito.
su sagacidad:
Tanto como el número de funciones que han ido surgiendo llama la atención la apa-
-No, naturalmente (EC. 47).
(686) Porque, vamos a ver, si La trastada hubiese sido grave o ligeramente peca- rente disparidad que existe entre unas y otras: entre los extremos representados por los
minosa, ¿se hubiese reído don José, el cura, con las ganas que se rió cuan- complementos subcategorizados por el verbo (complementos adverbiales) y por los conec-
do se lo contaron? Seguramente, no (EC, 141). tores (como elementos más alejados de la valencia verbal), el adverbio se mueve con agi-
(687) ¿Son útiles los mensajes de que los crímenes o el comportamiento delicti- lidad en los diferentes niveles de análisis lingüístico (como adjuntos, disjuntos, o subjun-
vo y violento de sectores marginales de la sociedad son, efectivamente, tos en la terminología anglosajona).
marginales y, ciertamente, no nuevos, por lo que no es necesario inquie- Ahora bien, no todos los adverbios pueden desempeñar todas estas funciones. Como
tarse más de lo conveniente? ¿Puede despacharse de esta manera ? bien indica P. Carbonero,
Evidentemente, no.
(688) -¿Vino Juan ayer? A pesar de que algunas unidades adverbiales pueden desempeñar cualquier tipo
-Juan, sí. de las indicadas funciones sintácticas, se observa una clara especialización, de forma
que a cada tipo de unidades corresponde el predominio de un diferente tipo de inciden-
En estos y otros casos semejantes (al contrario de lo que sucede con los verdaderos cias sintácticas, a la vez que de f uncionamiento semántico ( 1978, 184).
enunciativos) se pueden reconstruir las cláusulas plenas97 :
En el siguiente apartado trataremos de demostrar la veracidad de esta observación.
(689) No, naturalmente no se lo dije. Para ello combinaremos la información funcional obtenida en este capítulo con otros cri-
(690) Seguramente, no se hubiese reído. terios de índole variada (semánticos, sobre todo) en busca de una clasificación coherente
(681) Evidentemente, no puede despacharse de esta manera. de tan abigarrada categoría, tarea necesaria y previa a todo intento de afirmación o recha-
(692) Juan sí vino.
zo a la unicidad de dicha clase.
96
En inglés yes solamente es enunciativo, al igual que en francés oui, non. Por el contrario el adverbio
latino non nunca podía serlo. Por su parte, en gallego el adverbio sí tiene menor empleo que en castellano
como enunciativo. Se prefiere la repetición del verbo:
(i) ¿ Virás mañá?
-Virei.
En los dos últimos casos queda claro que Juan no vino; en los dos primeros esta afirmación se ve
matizada.
218 219
..
4. EL ADVERBIO EN ESPAÑOL. INTENTO DE CARACTERIZACIÓN (II).
HACIA UNA CLASIFICACIÓN DE LOS ADVERBIOS.
4.0. INTRODUCCIÓN
Las clasificaciones más difundidas de los adverbios, las que aprendieron monótona-
mente generaciones de escolares durante siglos, repetían invariablemente las nociones
semánticas de lugar, tiempo, modo, cantidad, afirmación, negación, duda, etc. Las clasi-
ficaciones semánticas no suelen ser, sin embargo, demasiado útiles en la morfosintaxis. A
nadie se le ocurriría, con fines igualmente gramaticales, clasificar los substantivos en gru-
pos que repitieran las mismas nociones (y no cabe duda de que hay substantivos de lugar,
tiempo o modo). Adverbios como hoy, antes, ya, siempre, ¿cuándo?, aquí, delante o
donde indican todos tiempo o lugar pero los miembros de cada grupo manifiestan un
comportamiento sintáctico lo suficientemente diferenciado como para que tal clasificación
ofrezca algún interés 1•
Otras clasificaciones más recientes, realizadas en el seno de la propia gramática tra-
dicional, de la estructural o generativa, son, sin duda, más interesantes, pero ninguna es
completa. Ello dificulta los intentos de caracterización unitarios de la categoría preci-
' Vida! Lanúquiz apunta otra dificultad de las clasificaciones semánticas: la falta de exhaustividad:
El criterio semántico es más cómodo. Es el que se aplica generalmente para organizar el
adverbio. Pero, a causa de la heterogeneidad de los múltiples valores significativos que puede
aportar una forma adverbial, resulta una clasificación muy poco sencilla. En efecto, se pueden
distinguir adverbios de manera, cantidad, distribución, comparación, precisión, restricción,
proximidad, probabilidad, duración, frecuencia, afirmación, negación, concesión, conclusión. Y
aún no es todo, pues se podrían añadir adverbios de duda, modalidad, espacio, tiempo... En con-
clusión, ante la variedad de matizaciones semánticas posibles, una clasificación de tal enfoque
fallará siempre en exhaustividad" (1975, 354-55).
221
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (JI). Hacia una clasificación de los adverbios.
samente en un campo en el que, aunque parezca paradójico, la clasificación debe preceder En las gramáticas de corte estructural el rechazo de las clasificaciones de índole
a la definición (al contrario de lo que sucede con categorías de comportamiento más semántica es una constante. En el seno de esta corriente, como recuerda Vidal Lamíquiz:
homogéneo, como son el substantivo, el adjetivo o el verbo). Sólo después de estudiar con El criterio más coherente científicamente y más oportuno metodológicamente es el
exhaustividad todas las clases de adverbios podremos estar en condiciones de procurar una enfoque de clasificación funcional (1975, 355).
definición unitaria para la categoría o, desechada tal posibilidad, de intentar una nueva for- Desde esta perspectiva, distingue Lamíquiz "los tres tipos funcionales de adverbios"
malización de las clases de palabras en el terreno que antiguamente ocupaba el adverbio. (1975, §6.3.5.2.):
Por lo que se refiere al español, son escasos los autores que se han detenido en esta
1) adverbios adjetivales, los cuales realizan la función de adjetivo del verbo y, en
tarea. Por otra parte, las clasificaciones que hemos manejado normalmente se encuentran
consecuencia, desempeñan en el sintagma verbal la misma función que el adjetivo en
en gramáticas de índole general. No ocurre así con otras lenguas (sobre todo el francés y
el sintagma nominal. Su base es un adjetivo. Desde un punto de vista semántico pue-
el inglés), en las que nos detendremos más adelante. den ser
Aunque, como era de esperar, las distintas clasificaciones establecidas para el espa-
ñol mantienen entre sí considerables divergencias, hay un hilo conductor que se enhebra a) cualitativos: bien, mal, mejor.. . y todas las formas terminadas en -mente, en
a lo largo de todas ellas dotándolas de cierta unidad: el paralelismo que se establece entre relación con los adjetivos calificativos.
las distintas clases de adverbios y otras categorías léxicas previamente establecidas. Unos b) cuantitativos: bastante, más, mucho... en relación con los presentadores
adverbios son como los substantivos, otros como los adjetivos o los pronombres, aquéllos cuantificadores extensivos.
nos recuerdan a las preposiciones, éstos a las conjunciones ... Lo cual parece implicar que i
el adverbio no es plenamente una categoría autónoma. 2) adverbios aditamentos, que realizan la función de substantivo circunstancial, cual
En esta línea, en la edición de 1917 de la Gramática académica, la última en la que aditamento verbal del discurso. Su base formal es un substantivo y sus valores semánti-
cos variadísimos (sin lugar a dudas, de memoria).
estudia el adverbio (las posteriores reproducen literalmente dicho texto), se establece una
división, en un claro paralelismo con los adjetivos, en dos grupos: 3) adverbios deícticos, que van ligados a la interlocución y a la situación comuni-
cativa del discurso (ahora, hoy, aquí... ).
-calificativos y
-deterrninati vos. La clasificación, como observamos, no es totalmente funcional. El último grupo
Los primeros califican al verbo o al adjetivo, como éste califica al substantivo, según refiere al modo de significar antes que a la función. Funcionalmente habían de ser consi-
puede verse comparando las locuciones comer BIEN y comida BUENA; TRISTE- derados aditamentos como también buena parte de los cualitativos. Queda claro, no obs-
MENTE célebre y TRISTE celebridad. Los segundos determinan al verbo y al adjeti- tante, que según su perspectiva unos adverbios se vinculan con los adjetivos, otros con los
vo, como éste determina al nombre; v. gr.: MUY feo y MUCHA fealdad; MUCHOS pa- substantivos y otros, finalmente, co~ los pronombres.
seos y paseamos MUCHO (R.A.E.: 1917, 136). Más coherente resulta la sistematización que realiza Carbonero Cano (1978, 191 y
ss.), en la cual se acentúa en grado considerable el paralelismo repetidamente señalado por
Igualmente interesante, dentro del ámbito de la gramática tradicional, es la clasifi-
las gramáticas entre adverbio y adjetivo (incluido el determinativo, a la manera tradicio-
cación que realiza M. Seco (1972, 174-175). A pesar de su fundamento semántico, puede
nal). El resultado es un cuadro como el siguiente (1978, 194):
ser aprovechada desde una perspectiva funcional:
Atendiendo a su significación, hay dos clases de adverbios. Unos (que llamaremos
tipo 1) denotan circunstancias -lugar, tiempo, modo, intensidad- con las que se precisa
\
incidente nominal incidente verbal
el significado de la palabra acompañada(... ). Otros adverbios (tipo 2) se refieren a la
existencia misma, a la realidad, a la sustancia de los significado por la palabra o grupo calificativo bueno, interesante bien, despacio, suavemente,
de palabras acompañado por aquéllos (ibid.). pequeño, azul... personalmente
222 223
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
Con respecto a este cuadro señala Carbonero un hecho interesante, que más adelan-
te hemos de tener en cuenta: Aquí no hay nadie Entonces llegó Juan
~
-proporcionales (pronto, despacio .. .).
1 qu!zá 1
2. Prepositivos. Fijan la situación en el tiempo o en el espacio en relación a un
segundo término que puede no expresarse si es consabido y va introducido por prepo-
sición. Aunque hay rasgos que los diferencian de las preposiciones, su comportamiento Este análisis, en nuestra opinión, sería más adecuado si hiciera alusión a funciones
es muy semejante (está delante de mí/ ante mí). Son cereal lejos, arriba/ abajo, dentro sintácticas antes que a clases de adverbios. Si volvemos a lo mencionado a propósito de
/fuera, antes/ después, etc. la función de aditamento, recordaremos que bajo dicha etiqueta en realidad se solapaban
funciones marginales (de encuadre, efectivamente) pero también otras de carácter no peri-
3. Pronominales. Se relacionan con las diversas clases de pronombres, de los que se
férico, los complementos adverbiales. Por ello, un adverbio locativo como aquí, por ejem-
diferencian por su función de términos terciarios. Distinguen aquí:
plo, habría de recibir un análisis de tipo nocional en (1) y, de la misma manera, otros dos
-locativos (relacionados con los locativos): aquí, hoy, ahora, etc. locativos como en el colegio y en la nariz habrían de ser analizados respectivamente como
-relativos: cuando, como, etc. de situación y de noción en (2).
~
tras), o del contenido de todo un enunciado (sí, también, no, tampoco), unidades cuyo
carácter pronominal no es tan claro.
en la nariz
4. Otros adverbios (temporales difícilmente clasificables): siempre, nunca, jamás,
ya, aún, todavía.
Muy semejante a ésta es la clasificación establecida recientemente por Pilar de Vega
(1990, 205-6). Más simple y original es la que ofrece Alarcos (1969), en la cual se redu- Queda claro, pues, que es de funciones de lo que hablamos, no de clases de adver-
ce el conjunto de los adverbios a dos únicos grupos: bios, como cree Alarcos.
A todas las clasificaciones que hasta el momento hemos visto se les puede hacer
-creemos- una crítica global común: independientemente de que sean más o menos acep-
-de situación, que "vienen a ser como marcos en que queda encuadrado lo enun-
tables, más o menos coherentes, ninguna de ella es completa. Cuando los autores pre-
ciado" (id., 222). Son los de lugar y tiempo, que gráficamente quedan representados de
tenden la exhaustividad, por ejemplo Alcina y Blecua, el resultado es, por una parte, cla-
la siguiente manera:
ses extraordinariamente heterogéneas (véanse sus identi.ficativos) y, por otra, clases
224 225
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
caracterizadas como restos (piénsese en su clase 4). Estos restos, que quedan fuera de la liosos, de cuyos conocimientos nos hemos valido en el capítulo anterior, pero orientados
clasificación propiamente dicha, solo esporádicamente aparecen explícitos, como en este al estudio funcional de los complementos clausales y extraclausales (no al del adverbio,
caso2 , pero implícitamente completan cualquiera de las clasificaciones vistas. Por poner como era el propósito). Se trata, en definitiva, de la mencionada confusión entre categorías
sólo dos ejemplos, ninguna de ellas nos dice si incluso o (ni) siquiera son adverbios y, de y funciones. El resultado, como ya hemos visto, es la incoherencia de tener que recurrir a
serlo, en que clase habrían de quedar encuadrados; ni se plantean si posiblemente y continuas homonimias entre adverbios que meramente ejercen funciones distintas. Algún
agradablemente, a pesar de compartir el mismo sufijo, no habrían de quedar agrupados en autor se da cuenta de ambas incoherencias (H. N~lke: 1990, 17):
paradigmas distintos, ya que funcionalmente ofrecen considerables diferencias. Primordiale est évidemment la question de savoir quelle est la nature de ce qu 'on se
Por su parte, como ya hemos mencionado, las clasificaciones propuestas para otras propase de classifier. Or la distinction fondamentale entre unité lexicale et fonction
lenguas son más numerosas, hasta el punto de que la revista Langue Franfaise ha creído syntaxique ne parait jamais tres nette chez les autours cités. En fait, ceux-ci font sem-
conveniente dedicar uno de sus números (el 88, diciembre de 1990) precisamente a la blant de classer leurs occurrences.
«Classification des adverbes». En ella se analizan, con mayor o menor detenimiento, las ;
Por dicha razón, se plantea ante (3) y (4):
que mayor trascendencia han tenido para el francés y el inglés, al tiempo que se proponen
otras nuevas. ( 3) Naturellement, Paul se comporte bien.
En nuestra opinión el panorama que se desprende de la obra es poco esperanzador. (4) Paul se comporte naturellement.
La mayoría de las clasificaciones se establecen sobre uno de los siguientes rasgos (P. Comment traiter cette dif.férence fonctionnelle? L'adverbe naturellement est-il un
Blumenthal: 1990, 42): adverbe de phrase ou un adverbe de constituant? Oufaudra-t-il distinguer deux natu-
-El grado de integración del adverbio en la cláusula u oración ("le degrée d'inté- rellement (homonymes)? Cette derniere solution, qui est en fait celle choisie par la
gration de l'adverbe dans laphrase"). plupart de ceux qui se sont occupés de ces problemes, a cet inconvénient important
-El alcance modificador del adverbio ("la portée de l 'adverbe "). qu' elle ne permet pas de rendre compte du tronc sémantique commun aux deux
adverbes. On a en effet l'impression nette qu'il s'agit malgré tout du meme adverbe.
En realidad, estamos más bien ante dos facetas del mismo principio, por cuanto el Dans une approche fonctionnelle, comme celle que je proposerai dans cet article, on
segundo depende, en última instancia, del primero. Éste, que tiene por primer pilar a dira qu'il s'agit du meme adverbe dans les deux exemples, mais dans deuxfuncitons
Greenbaum (1969) y que nos permite diferenciar entre adjuntos, disjuntos, conjuntos (y dif.férents ( ibid.) 1•
subjuntos en la ampliación de Quirk et alii: 1973), es continuado por un gran número de
Quizás por tal incoherencia, los resultados de esta línea investigadora tan extendida
autores generativistas y funcionalistas. El segundo, cuya mejor ilustración se encuentra en
no son demasiado fructíferos (pero, repetimos, tampoco inútiles: sólo aplicables al ámbi-
S. Schlyter (1977, véase Blumenthal: ibid.), establece una escala de acuerdo con la mayor
to funcional antes que al de las clases) y, de ahí, el nacimiento de una corriente que recha-
o menor dependencia con respecto al verbo: adverbios de grado y adverbios verbales ('de
za la existencia misma de clases discretas de adverbios. Se trata ahora de posturas funda-
manera') en un extremo. A continuación, los adverbios de suceso ("événement"):
mentadas en la respuesta ante una batería de pruebas que deben pasar los distintos adver-
repentinamente, frecuentemente, etc., que modifican el estado de cosas y, por tanto, de
bios. En esta línea destaca la obra de Sabourin y Chandioux (1977). En ella someten a mil
mayor alcance que los dos primeros. Éste último se amplía en los adverbios de encuadre
cuatrocientos adverbios terminados en-menta treinta y una pruebas: los «tests» maneja-
(de "cadre"):físicamente, habitualmente... , y más aún en los oracionales ("de phrase"):
dos son en líneas generales los mismos que repetidamente se utilizan desde Greenbaum
felizmente, evidentemente...
(1969). Aunque el resultado coincide a veces con las clases tradicionales, el procedimien-
Ahora bien, las clases que surgen de la aplicación de los dos criterios más arriba
to no desemboca en una clasificación en el sentido tradicional, pues
indicados, no son propiamente clases adverbiales. Antes al contrario, con ellas se desig-
nan funciones que un adverbio (y otras unidades) pueden desempeñar. Son estudios va- l'univers discret des classes est remplacé par des points de polarisation entre les-
quels les adverbes se répartissent sur un continuum. Un adverbe est d' autant plus pro-
che d'un point de polarisation qu'il présente les caractéristiques de l'adverbe-type
2
Entre los escasos estudios que reconocen explícitamente Ja existencia de clases residuales figura también correspondant (Sabourin et Chandioux: id., 49).
el que G. F. Bos (1967) realiza sobre el adverbio latino, de cuya cuarta clase (''un grand nombre d'adverbes for-
més d'une autre maniere encare": id., 115) dice, debido a las importantes diferencias dadas en su seno:
Dans l'état actuel des recherches le groupe (d) est toujours une catégorie «inclasables» [sic]. 3
Es evidente que el ejemplo escogido por N¡<;lk.e no es muy apropiado, ya que entre (3) y (4) se produ-
Il esta prévoir qu'il se décomposera en un certain nombre de nos parties du discours (id., 119). ce un claro cambio de significado en el adverbio.
226 227
1
El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
De hecho la conclusión que sacan ambos autores niega que sea posible una clasifi- camente discretas. Así, en "Palabras, cosas y términos" (1987) contraargumenta -convin-
cación en sentido tradicional (esto es, jerarquizada). En su lugar, se conforman con deter- centemente, en nuestra opinión- contra aquellos que niegan un carácter preciso a los lími-
minar estadísticamente ciertos prototipos de comportamiento sintáctico en tomo a los cua- tes entre los significados del lenguaje usual (en contraste con lo que sucedería en el len-
les se agrupan el resto de los adverbios (de una manera semejante a como procede la lla- guaje científico)5 •
mada semántica de los prototipos). En (1990) insiste en estas ideas frente a una semántica cognitiva o de prototipos. La
En la misma línea, aunque más reciente y limitado en su alcance, apunta el artículo argumentación, de nuevo, se centra en la defensa precisa de los significados lingüísticos:
de P. Blumenthal (1990), de cuyo contenido es bastante ilustrativo el título ("Pas la los límites imprecisos pertenecen a la realidad. Se trata, por tanto, de una confusión entre
Couleur, rien que la nuance?"). En él, Blumenthal propone organizar todos los adverbios la «cosa» designada y el significado.
(salvo los focalizadores y los de enunciación), de una manera algo simplista, en tomo a Lo mismo sucede, en nuestra opinión, en el ámbito de las clasificaciones grama-
dos ejes (§2.1): ticales. En muchos casos, los problemas que se nos presentan son de aplicación, de asig-
-el ángulo de su valencia lógica, según la cual el adverbio puede representar a un nación de una unidad determinada a una clase previamente establecida. Pero ello no niega
predicado de una única plaza argumental («adverbios atributivos»: vite/ heureusement) la existencia de clases. Es más, la misma existencia de «tests» nos muestra que se puede
o de dos o más plazas argumentales («adverbios relacionales»: hier/ pourtant). precisar el comportamiento de las diferentes unidades. Lo que no parece conveniente es
aplicar indiscriminadamente una larga serie de tests. Como opina N0lke (1990, 19), en
-el ángulo de su integración en la proposición: puede ser meramente una parte de lugar de amasar tantos como sea posible es preferible jerarquizarlos, para lo cual es nece-
ella (adverbio «interno»: vite/ hier) o bien puede implicar una proposición suplementa- sario determinar con anterioridad qué propiedades son las que se están realmente com-
ria (adverbio «externo»: heureusementl pourtant). probando con cada test. Sólo así dichas pruebas podrán ser valoradas correctamente y
El resultado es un cuadrado en cuyos vértices se situarían los adverbios puros: podrán producir los resultados apetecibles.
Por lo que respecta a la naturaleza de los criterios utilizados ya se ha discutido bas-
tante esta cuestión en el primer capítulo, adonde remitimos. Aquí solamente recordaremos
atributivo algunas nociones generales. De esta manera, se ha de tener en cuenta que, si se quieren
vite heureusement
A B precisar bien los límites de las distintas clases, será conveniente utilizar varios criterios,
convenientemente jerarquizados, pues la utilización de uno sólo dará lugar a clases dema-
interno externo siado amplias. En este sentido, creemos que los criterios de índole gramatical (aquellos
que afectan al comportamiento sintáctico de las unidades) son preferibles a los meramen-
e D te semánticos, que se pueden utilizar como criterio final para realizar ulteriores precisio-
hier pourtant nes en el seno de clases funcionalmente homogéneas. Todo ello, unido al empleo, en la
relacional
medida de lo posible, de un procedimiento binarista permitirá que la clasificación esté
229
228
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (JI). Hacia una clasificación de los adverbios.
dotada de la necesaria exhaustividad (que no deje los restos inclasificados que acompañan (8) Así fue como sucedió.
a bastantes clasificaciones; que se pueda aplicar sin problema a cualquier elemento del (9) Mañana será cuando llegue.
conjunto estudiado) y, sobre todo, permitirá que sea interesante, pues, como recuerda ( I O) Lentamente fue como pronunció la frase.
N~lque (id., 18): ( //) *Sí fue que sucedió.
(12) *Incluso fue que sucedió.
ldéalement, on doit exiger d'une classification non seulement qu 'elle soit une taxo-
(13) *Posiblemente será que venga.
nomie, que'elle soit exhaustive, qu'elle contienne des classes homogenes et qu'elle
contienne un nombre limité de classes, mais aussi qu'elle soit intéressante. Or, l'intéret
2. No pueden desempeñar ninguna de las funciones semánticas catalogadas como
d'une classification dépend de son objectif. Plus précisément, la classification doit nos
correlato de las funciones sintácticas (locativo, modo, tiempo, instrumento, etc.), lo cual,
permettre de poser des regles intéressantes concernant les unités classifiées. La gram-
evidentemente, no quiere decir que no tengan significado, sino que su significado es de
maire contient des regles relatives aux autres membres de la phrase, et tout porte a croi-
re qu'une «bonne» classification des adverbiaux nous permettrait d'améliorer con- distinto tipo.
sidérablement nos grammaires. 3. De suma importancia es destacar la incapacidad de los adverbios no nominales
para ser modificados por una cláusula de relativo, al contrario que los nominales:
Visto que ninguna de las clasificaciones que hemos manejado nos parece que pueda
ser utilizada como punto de partida para realizar un estudio adecuado del adverbio (lo cual ( 14) No sentía simpatías por ella ni ahora, que la veía a punto de salvar la últi-
no implica, evidentemente, que muchas de las clases por ellas establecidas carezcan de ma frontera (H. 179).
consistencia), vamos a proponer seguidamente una nueva que nos resulte lo más coheren- ( 15) Come despacio, que es como mejor se digieren los alimentos.
te y completa posible. Para facilitar esa labor procederemos mediante una serie de bifurca-
ciones binarias: 4. Con la excepción esporádica de algunos adverbios focalizadores y de modalidad
derivados de adjetivos (muy probablemente, muy posiblemente: (18)), tales adverbios no
son graduables, ni por medios sintéticos ni analíticos (sea mediante la anteposición de
4.1. CLASES DE ADVERBIOS. un adverbio de cantidad, sea por su concurrencia en construcciones del tipo lo (ad-
verbio) que (verbo)):
4.1.0. Adverbios nominales y anominales. (16) *Probabilísimamente/ *Segurísimamente, Juan se acercará para pedir dis-
culpas.
La oposición que primero cabe hacer en el inventario de adverbios es de índole fun- ( 17) Juan se acercará lentísimamente para pedir disculpas.
cional. Mediante ella oponemos aquellas unidades que pueden desempeñar una función ( 18) Juan se acercó muy lentamente/ muy probablemente/ *muy verdadera-
argumental en el seno de la cláusula (normalmente complemento circunstancial o adverbial, mente para pedir disculpas.
pero también sujeto, complemento directo, etc.) a aquellas otras incapacitadas para tal (19) Me sorprendió lo fácilmente que aceptó/ lo lejos que vive/ *lo probable-
labor. Denominaremos a las primeras adverbios nominales y a las segundas, anominales. mente que sucederá.
Las características que diferencian a unas de las otras son tan acusadas que el com-
portamiento de ambas clases nos ofrece considerables muestras de divergencia, pero, en 5. La mayoría de los adverbios nominales pueden funcionar como término de una
última instancia, todas estas disimilitudes obedecen a la incapacidad de los adverbios no preposición (se exceptúan, como veremos, los adverbios en -mente y, en general, todos los
nominales para ocupar una plaza argumental en la cláusula, para referir a una entidad (en de modo):
la terminología de S. C. Dik):
1. Los no nominales no pueden ocupar una plaza argumental y por tanto tampoco (20) De allí pasa a un recinto con varios aparatos (S. 70).
pueden ser foco (ni respuesta) de interrogación parcial (5), ni foco de negación (7), ni pue- (21) ¿Desde cuándo trabaja usted en esta casa? (L. 94).
den aparecer como miembros de una construcción ecuativa (11)-(13): (22) Nos preguntó que a donde zoamos (L. 134).
(23) Ya no soy el de antes (S. 194).
(5) ¿Cuándo vendrá Juan? -Mañana/ *Posiblemente/ *Sí.
(6) Juan no vendrá inmediatamente sino después. 6. Desde el punto de vista lógico-semántico, el carácter nominal de estos adverbios
(7) *Juan no vendrá posiblemente sino probablemente. -en opinión de l. Bosque (1989, 200):
230 231
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (U). Hacia una clasificación de los adverbios .
... está basado en que los «lugares» y los «momentos» o los «instantes» son indivi- bien y mal relacionados con los adjetivos bueno y malo 1 además de muchos adverbios for-
duos en el sentido lógico del término, es decir, denotan entidades definidas que se mados a partir de la fijación de frases preposicionales (aprisa, despacio, etc.). Deben
corresponden con objetos físicos o con nociones más abstractas que han sido reificadas. incluirse aquí también muchas locuciones y frases hechas (García-Page: 1991), algunas
Esta oposición se corresponde con la que intuitivamente estableció Manuel Seco creadas mediante procedimientos semiproductivos, como es el caso de la terminación -as
entre adverbios del tipo 1 (nominales) y del tipo 2 (anominales). Los adverbios anomi- (a obscuras, a sabiendas, a tientas, de ve ras, a pie(s) juntillas, a tontas y a locas, a tran-
nales, como términos no marcados de la oposición, poseen un comportamiento funcional cas y barrancas, etc.).
extraordinariamente rico. Más adelante lo estudiaremos. Antes nos adentraremos en el El comportamiento de estos adverbios es bastante complejo. En primer lugar, com-
mundo de los adverbios nominales. parten con los adjetivos que les sirven de base y con los demás adverbios nominales cier-
tas características como son la gradación (más sabiamente, sapientísimamente), la posibi-
lidad de aparecer en el contexto lo ... que (lo bien que lo pasamos), etc. Sin embargo, dos
4.1.1. Los adverbios nominales. Lo oposición léxico/ gramatical (fig. 9). características (además del carácter léxico de su radical) los diferencian del resto de los
Dentro del grupo de los adverbios que pueden desempeñar oficios nominales surge adverbios nominales: a pesar de su carácter nominal, los adverbios que nos ocupan no pue-
enseguida una nueva dicotomía, en este caso de índole no funcional, que diferencia los den a) ser términos de preposición ni b) recibir complementos.
adverbios léxicos de los gramaticales. De una parte los adverbios terminados en -mente, La primera de estas características se debe, en nuestra opinión, al hecho de que, una
de otra (en principio, luego haremos ciertas matizaciones) el resto del paradigma adver- vez que el substantivo mente se gramaticalizó como sufijo adverbializador, se hizo super-
bial. La misma opinión, con idénticas dudas, defiende I. Bosque (1989, 29): flua la presencia de cualquier tipo de preposición (innecesaria, por otra parte, por proce-
der esta fosilización de un ablativo latino) . No ocurría así, sin embargo, con anterioridad
Pertenecen, pues, a series cerradas los artículos, los pronombres, las preposiciones
a dicha fijación: en el español medieval no eran desconocidas construcciones como
y conjunciones y quizás los advhbios que no acaban en -mente.
(24) debe dar de buena mente y de buena voluntad 8•
4.1.1.1. Adverbios de base lexemática. Los adverbios terminados en -mente. La segunda peculiaridad (en la que, como recordamos, hace hincapié Jackendoff:
1977, 24-25), no deja de ofrecer algunas excepciones del tipo de paralelamente a, ante-
Pertenecen a este grupo los adverbios formados sobre base adjetiva, es decir, los ter- riormente a, contrariamente a, independientemente de, consecuentemente con, simétrica-
minados en -mente (salvo algunas excepciones) y los formados simplemente por la mente a, perpendicularmente a.felizmente para él, desgraciadamente para mí, etc.
inmovilización de los sufijos de género y número de los adjetivos correspondientes
("hablar alto'', "golpearfaerte", "trabajar duro", etc.6), a los que hay que añadir las formas
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en Hispanoamérica este recurso goza de mucho mayor rendi-
• En la mayoría de los casos estamos ante construcciones semiproductivas (en algunos casos totalmente miento que en España y que, incluso en ésta, es un procedimiento en auge, al que se van incorporando cons-
fijadas: largo y tendido) en que el adverbio se liga a un número muy limitado de verbos. Véase Blecua y Alcina tantemente nuevos adjetivos (abre fácil, sabe fatal, lo pasamos fenomenal, etc.).
(1975: § 4.9. 1.2.) e l. Bosque (1989, § 6.3.) para un estudio más detallado. Por otra parte, cabe señalar que estos 'Lo que ha originado dobletes con buenamente y malamente, cuyo significado es más específico.
adverbios no son ni mucho menos sinónimos de los terminados en -mente, cuando éstos existen (ba- 8
Ferreiro-Couso (1990, 295-296) cita algún ejemplo más (del Arcipreste de Hita y de Lucas
jo/*bajamente). Con frecuencia se dan especializaciones (alto-a ltamente, raro-raramente, regular-regularmen- Femández). En todos estos casos la forma considerada es de buena miente lo que hace pensar que estamos
te ... ) y variaciones dialectales: así, por ejemplo, en el español estándar se oponen regular (manera) y regular- ante una expresión fijada y no ante una construcción más o menos regular.
mente (frecuencia, sinónimo de con regularidad). Sin embargo, en Méjico, el adverbio en -mente es de manera: Por otra parte, la imposibilidad de funcionar como término de preposición, característica de todos los
adverbios de manera, contesta una pregunta que se hace Mª Á. Álvarez Martínez (1986, 158): ¿Por qué es gra-
(i) -¿Conduces?. matical la de aqufy no *la de así o *lo de agradablemente? Indudablemente, además de los factores históricos
-Regularmente ('regular') (De un melodrama de los años 50: La niña del penal).
mencionados, actúan otras causas en esta limitación de los adverbios en -mente, como la inexistencia de pre-
Con todo, no estamos ante un procedimiento regular para formar adverbios (por más que algunos como tem- posiciones propiamente modales (capaces de implicar distintos matices dentro de la función semántica de
prano y pronto ya están perfectamente integrados en nuestro sistema adverbial) porque: manera). Un campo más rico por lo que respecta al sistema preposicional, como es el de los locativos, nos
a) Es un recurso restringido a un número reducido de adjetivos y verbos. permite comprobar cómo es posible vencer la restricción histórica. De ahí que frases preposicionales como
b) Es un procedimiento limitado a un sólo contexto (combinación con un verbo). Fuera de él, no hay posi- ?Desde antiguamente, hasta recientemente/?últimamente (no he notado los síntomas hasta muy recientemen-
bilidad de adverbialización: habla claro/*hablante claro. te) no sean completamente inaceptables.
232 233
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización {Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
(25) El primer apoyo vendrá de Alfonso, independientemente de cualquier otra En el capítulo anterior dedicamos cierta atención a dichas cuestiones por lo que evi-
consideración (EP., 25-10-92, 1). taremos aquí volver sobre ellas. Bástenos recordar que, de acuerdo con el significado de
(26) lndependientemente de que comparta o no sus ideas... (EP., 20-9-92, 12). su radical, estos adverbios se pueden clasificar en:
(27) Desafortunadamente para ella, a estas alturas de su vida la opinión públi-
ca empieza a pedir un tipo de monarquía distinto de aquel para el que ella -Adverbios de manera (orientados al sujeto, proceso o resultado).
fue formada (EP. , 6-12-92, Domingo/13). -Adverbios de tiempo (y aspecto), en múltiples matices:
(28) Paralelamente a la manifestación, el empresario Paulo César Farías (. ..) -locativos (actualmente, últimamente, simultáneamente, inicialmente,
negó ayer su vinculación (. . .) con el tráfico de drogas (EP., 20-9-92, 6). previamente, posteriormente, etc.).
-frecuencia y hábito (repetidamente, diariamente, semanalmente, ocasional-
La escasez de adverbios que admiten este tipo de complemento y la existencia de mente, normalmente, frecuentemente, habitualmente, cotidianamente,
ciertos rasgos que apuntan a la soldadura de toda la construcción (si bien ninguno generalmente, etc.).
concluyente) hacen que l. Bosque (1989, 134 y ss.) explique mejor estas excepciones -cantidad (momentáneamente, largamente, brevemente, prolongadamente,
como «sintagmas preposicionales formados históricamente a partir de adverbios». temporalmente, inmediatamente, etc.).
En nuestra opinión, sin embargo, no es descabellada la opinión de V. Salvá, según -Adverbios de lugar (lateralmente, transversalmente, oblicuamente, paralelamente,
la cual estos adverbios mantendrían el régimen de los adjetivos que les sirven de base longitudinalmente, etc.).
(1830-47, §16.16): -Ámbito o punto de vista (geográficamente, legalmente, etc.).
-"Distributivos" (respectivamente, mutuamente, alternativamente, conjuntamente,
Es de notar que estos adverbios [en -mente] conservan el régimen de los adjetivos
etc.).
de que se derivan: así proporcionadamente y relativamente piden la preposición a des-
-Cantidad (imperceptiblemente, ligeramente, considerablemente, infinitamente, leve-
pués de sí, como proporcionado y relativo, v.g. No gasta mucho relativamente a sus
mente, insignificantemente, excesivamente, escasamente, etc.).
facultades.
-Etc.
La misma postura defienden modernamente García-Page (1993, § 3.7.), K. A
Gunnarson (1986) para el francés y A Radford (1988, 139) para el inglés. Se trataría por En realidad, las clasificaciones de base semántica son escasamente importantes, a no
tanto de sintagmas adverbiales. Evidentemente, sólo podemos hablar de rección allí donde ser que se pueda detectar alguna peculiaridad de comportamiento determinada precisa-
el complemento es subcategorizado (se trata, en consecuencia, de complementos nuclea- mente por la pertenencia a dicha clase semántica. Por dicha razón no nos parece inútil la
res con preposición regida). En otras ocasiones el complemento del adverbio es de distin- anteriormente mencionada: en el capítulo anterior (§3.5) hemos estudiado con más deta-
to tipo (no regido) . Tal sucede, por ejemplo, con desgraciadamente para ella, desa- lle en qué medida el significado básico de los diferentes adverbios determina su dis-
fortunadamente para mí, etc. En esto coincidimos con l. Bosque, para quien ponibilidad para aparecer en los diferentes niveles de satélites que envuelven a la cláusu-
De hecho, la tradicional distinción entre complementos seleccionados (o argumen- la. Un adverbio como prudentemente, que se puede aplicar a individuos, a estados de cosas
tos) y circunstanciales no es en absoluto una característica de los predicados verbales, y a proposiciones (de ahí las paráfrasis Juan fue prudente al.. ., ...de una manera pruden-
frente a lo que sugieren no pocas gramáticas tradicionales (1989, 136). te, fue prudente que ... ), tendrá siempre mayores posibilidades distribucionales que otros
del tipo de lentamente, manualmente, etc.
Desde el punto de vista semántico dista de ser verdad el que todos los adverbios ter- Recordaremos, no obstante, que los límites entre lo que podemos denominar mane-
minados en -mente puedan ser considerados adverbios de manera (véase el voluminoso ra y otros valores semánticos son imprecisos. En este sentido, cabe destacar el hecho de
libro dedicado en exclusiva a este tipo de adverbios por E. R. Egea: 1979). En ninguno de que muchos de los adverbios que arriba clasificábamos como de tiempo o lugar en oca-
los siguientes casos se pueden parafrasear por 'de una manera .... ' los adverbios que en siones no se vinculan con construcciones introducidas por cuando o donde, como era de
ellos aparecen: esperar, sino por como, o admiten paráfrasis modales:
(29) Miguel traza una línea oblicuamente. (33) Frecuentemente es como/*cuando debes visitarlo.
(30) Iremos a casa primeramente. (34) Longitudinalmente es como!? ?por donde se debe cortar.
(31) El local estaba materialmente lleno. (35) ¿Cuándo debo presentarme?/ -Inmediatamente! -De forma inmediata.
(32) Lo hiza como buenamente pudo.
Por consiguiente, desde el punto de vista sintáctico el comportamiento de estos
234 235
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
-mente son agrupables en otras clases, con frecuencia quedan restos de comportamiento 60
caracterizadores de su pertenencia a la clase léxica: así, por ejemplo, actualmente y últi-
mamente pudieran asociarse a la clase de los deícticos (al lado de ahora, hoy, etc.). Sin 50
embargo, al contrario que éstos, aquellos adverbios oponen gran resistencia a funcionar
40
como término (desde ahora/* actualmente, los chicos de ahora/* de actualmente, para hoy/
*últimamente9). 30
Según nuestro corpus, como el resto de los adverbios, los terminados en -mente fun-
cionan normalmente como modificadores verbales (79.10%), por orden de frecuencia: 20
complemento circunstancial (71.13%), atributo y predicativo (5.36%, gracias a adverbios 10
como mal, bien, mejor, peor, perfectamente, etc.) y complemento adverbial (2.26%). Con
menor frecuencia actúan como modificadores de adjetivo (8.87%) y de cláusula (5.56), o
Mod . verbo Mod. adj. Mod . cláus. Conector Enunciado Mod . adv .
conectores (1.35%), enunciados (3.01 %) y modificadores de adverbio (0.90%). Escasa in-
cidencia, no importancia, tiene la función de modificador de frases exocéntricas: • c. circ. D c. pvo. O c. adv.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación ºde los adverbios.
carecen del correspondiente correlato positivo: *(in)evitablemente, *(in)cretblemente, sufijo (lisa y llanamente; más sincera que efusivamente; lenta, pero decididamente; se
*(in)saciablemente, *(ir)revocablemente, *(ir )remediablemente, *(in)definidamente... acercó lenta, lentamente). A igual motivo se debe el mantenimiento de la forma marcada
(Véase E. Egea: 1979, § 2.2.). respecto a la oposición de género, el femenino, en la base de derivación (lent-a-mente),
b) Limitaciones en el proceso de formación. El número de adjetivos es mucho mayor el que los morfemas apreciativos precedan al derivativo (a rapid-ísim-a-mente confrón-
que el de adverbios en -mente. Este punto ha sido objeto de abundantes estudios que han tensele grandi-os-ísim-a y *grand-isim-os-a) o el carácter tónico del radical (léntaménte).
tratado de delimitar qué tipo de adjetivos no aceptan el proceso derivativo (G. Moignet: Éstos son fenómenos frecuentes en todos los procesos de gramaticalización. Todo
1963; E. Egea: 1979, cap. 2; S. Varela: 1990, § 4.5.1.1; García-Page: 1993). proceso supone un recorrido, con frecuencia prolongado, entre un punto de partida y otro
Estos estudios suelen coincidir en destacar que, de las tres clases fundamentales de de llegada. En estos casos es donde más palmariamente se hace necesario recurrir a una
adjetivos (determinativos, relacionantes, calificativos), solamente los últimos toleran gramática de grados, no discreta. Es cierto que no estamos ante un caso protot(pico de
regularmente la adición del sufijo adverbializador, y con ciertas restricciones. Como seña- derivación, pero sí ante un caso de derivación. Su consideración como palabra compues-
la Egea (id., 119 y ss.), si se clasifican los adjetivos calificativos en estativos y activos (los ta o frase substantiva fijada no parece defendible en el estado actual de evolución.
primeros no admiten imperativo ni son compatibles con el substantivo acción: *sé verde/
sé sincero, una acción *verde/sincera), solamente los segundos admiten con regularidad
la terminación -mente 10 • 4.1.1.2. Adverbios gramaticales.
Por tanto, aquellos adjetivos que aluden a cualidades físicas (forma, color...), junto
Como sucede frecuentemente, la oposición léxico/gramatical o de inventario abier-
con los adjetivos de relación y los determinativos, en principio no aceptan la adición del
to/ cerrado no es una oposición tajante. Entre uno y otro polo suele haber un terreno resba-
sufijo. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en la práctica se producen múltiples
ladizo en el que la frontera se diluye. En el caso que nos ocupa, hay una serie de adver-
excepciones, ocasionadas por diversas causas que afectan sobre todo al significado del
bios que, si bien se organizan en paradigmas cerrados y se vinculan en no pocas ocasio-
adverbio. Por ello, algunos determinativos originan derivados (mismamente, talmente, pri-
nes con las preposiciones, mantienen, sin embargo, evidentes relaciones con las unidades
mera y últimamente), al igual que muchos relacionantes que se pueden interpretar también
léxicas. Nos referimos a palabras tales como cerca, lejos, antes, arriba, pronto, dentro,
como calificativos (familiar, cristiana, dramáticamente) o aquellos calificativos de cuali-
delante, etc., procedentes unas de raíces claramente léxicas (lejos, arriba, pronto), otras
dad física que presentan significados figurados (obscura, abierta, agria, blandamente) o
de origen gramatical (antes, cerca), relacionables prácticamente todas (formal o
que originan un derivado que no expresa propiamente manera (circular, antigua, nueva-
semánticamente) con derivados de tipo léxico (cercano, cercan(a, lejano, anterior, supe-
mente 'otra vez', ordinaria, larga, ligera, altamente), por no citar todas aquellas creacio-
rior, interior... ), pero también con unidades gramaticales:
nes anómalas utilizadas en el lenguaje literario o en la publicidad.
Con todo, debido a que las formaciones en -mente históricamente se han constituido
por fijación de una frase substantiva en ablativo, el empleo de estos adverbios mantiene, delante/ encima de }
Está { la mesa.
todavía en su uso actual, restos del comportamiento del antiguo estado: así, por ejemplo,
ante/sobre
en las construcciones paratácticas (coordinación, comparación) no es necesario repetir el
Por otra parte, estos adverbios presentan un comportamiento unitario muy peculiar
'º Quizás este hecho justifique algunas observaciones que se han hecho sobre los adjetivos terminados que aconseja agruparlos en una misma clase, los adverbios de orientación. El resto de los
en -ble. Acerca de éstos se ha asegurado que Jos que expresan posibilidad con fuerte carga pasiva (criticable, adverbios de inventario cerrado es de naturaleza claramente gramatical, en concreto
explicable) no originan derivación adverbial, al contrario que los activos, causativos o de obligación (agrada- pronominal, por lo que la siguiente oposición que establecemos en el seno de los adver-
ble, admirable, confortable). Véase E. R. Egea (1979, 129-130). bios nominales es la que enfrenta adverbios de índole pronominal a adverbios de índole
Por otra parte, el hecho de que los adjetivos de relación y los detemúnativos no suelan actuar como base no pronominal o, si queremos, adverbios no léxicos a adverbios léxicos, si desdoblamos
derivativa de estos adverbios explica Ja estrecha vinculación existente entre gradación del adjetivo y forma- esta oposición de la manera siguiente 11 :
ción del adverbio. Como es sabido, ambas clases de adjetivos tampoco son graduables (así Ja imposibilidad de
*campestrfsimo encuentra su correlato en Ja de *campestremente, por ejemplo). Evidentemente, ello no supo- " La clasificación más detallada que conocemos de este tipo de adverbios es la de P. Carbonero (1979,
ne que todos los adjetivos graduables puedan producir adverbios (piénsese en Jos que expresan cualidades físi- 67 y 105). La nuestra diverge en puntos importantes de la de Carbonero, sobre todo porque utilizamos el con-
cas: muy verde/ *verdemente). Lo que sí implica es que los adjetivos no graduables no suelen originar un cepto de deíxis en un sentido más restringido. De manera que lo que para nosotros son clases bien diferenciadas
adverbio en -mente. (unas deícticas, otras no deícticas) en Carbonero se convierten en subclases de Ja misma categoría general.
238 239
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (11). Hacia una clasificación de los adverbios.
(Al final de este apartado, en el Cuadro 5, se puede ver un porcentaje de las funciones que
prioritariamente desempeñan estos adverbios).
4.1.1.2.1. Los adverbios de orientación. b) Pueden ser términos de preposición: Vengo de lejos, Esas son costumbres de
antes 15 , Pasó por debajo del puente, etc.
Estos adverbios han recibido muchas denominaciones. La gramática tradicional los
c) Admiten modificadores introducidos por la preposición de o por relativos: Lejos
incluye dentro de los "adverbios de lugar" y "de tiempo"; Alcina y Blecua (1975) los lla-
de la ciudad; Enfrente del río; Antes de la ceremonia; Estos animales viven cerca de los
man "prepositivos", por las razones que en su lugar apuntamos, e l. Bosque (1989, 199),
ríos, que es donde construyen sus madrigueras 16 •
"identificativos". Carbonero Cano (1979), por su parte, los agrupa entre sus "descripti-
vos". Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que ninguna de estas clases coincide exacta-
mente con la nuestra. Por ello, y sin ánimo de incrementar innecesariamente la terminolo-
12
Temprano, tarde y pronto constituyen la clase de los proporcionales de Alcina y Blecua (1975,
gía, proponemos el calificativo de «adverbios de orientación», más acorde con el signi- 712-714).
ficado común a la categoría.
13
Una posición contraria manifiesta C. Hemández Alonso (1974, 61-62):
La lista, que no es demasiado nutrida, suele organizarse en parejas antónimas El que algunos adverbios admitan elementos explicativos propios del nombre no puede
(cerca/lejos; (a)delante/detrás, atrás; (a)dentrol(a)fuera; arriba/abajo; encima/debajo; inclinamos a interpretarlos como una subclase de nombres, como hace Alarcos. Admiten aposi-
ciones explicativas, nunca complementos determinativos ni especificativos, que son los auténticos
términos adyacentes del núcleo nominal.
Con todo, lo que aquí nos interesa es el carácter intermedio (léxico-gramatical) de los adverbios de 1
• Obsérvese que ésta no es una construcción ecuativa, en la que las posibilidades de elección de "suje-
orientación. Términos como los de descriptivos (para delante y similares) y no descriptivos (para aqu{) de A. to" son enormes. Compárense las dos siguientes cláusulas:
M" Barrenechea (1975, 69) son bastante ilustrativos en este sentido. Lo mismo sucede con la oposición per- (i) Arriba es un buen lugar
sonales/descriptivos de P. Carbonero (id., 69 y ss.):
(con una frase nominal como segundo término),
Nosotros adoptamos el nombre de descriptivos, dado que en tales adverbios se precisa un
determinado valor de contenido que no sólo señala o sitúa, sino que, además, nos «describe» el (ii) Arriba es donde te dije
tipo de situación a que se refiere. Estos adverbios, por tal causa, se hallan más cerca que los per-
sonales de unos valores designativos o fijos de la lengua, puesto que en ellos la deíxis ya no es tan (construcción ecuativa, con un segundo miembro introducido por un adverbio relativo).
ocasional o vacía. Si decimos allí, hay sólo una «señalación», pero si decimos ª"iba, estable-
15
Como vemos, en contra de lo que Alarcos opina (1969, 243), no es cierto que en tal caso funcionen
cemos ya una información más, un contenido orientador que no estaba en el primero (id., 70). siempre corno aditamentos .
• Entiéndase que construyen sus madrigueras cerca de los ríos (antecedente adverbial), no en los ríos.
1
240 241
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Inte nto de caracterización (n). Hacia una clasificación de los adverbios.
d) Algunos admiten posesivos (detrás mío/mía, delante nuestro. Véase R.A.E.: 1973, centricidad, que trata de reducir todas las construcciones gramaticales a esquemas
§ 3.10.lld; J. A. Martínez: 1994c, 23; y la nota 36 de nuestro capítulo 2) o diminutivo endocéntricos, y la utilización del concepto de núcleo funcional (en oposición al núcleo
(cerquita, arribita, siemprecito -dialectal-) e, igualmente, cuantificadores (mucho después, léxico del funcionalismo).
muy arriba), gradación (lejísimos, cerquísima) o modificadores substantivos de parecida Con todo ello se aumentan considerablemente la regularidad y la sistematicidad de
función (horas después, muchos kilómetros arriba). la gramática. En nuestra opinión, sin embargo, tal empresa sólo se logra pasando por alto
A los que cabría añadir otros (véase Bosque: 1989, 200 y ss. 11). las peculiaridades de ciertas construcciones, entre ellas las frases preposicionales, al tiem-
Más arriba mencionamos que otros lingüistas resaltan, por el contrario, el carácter po que la ya de por sí abigarrada clase adverbial se convierte más todavía en un recep-
preposicional de estos adverbios, opinión que, aunque ha recibido decisivo apoyo en los táculo universal. En el reciente XXXII Simposio de la Sociedad Española de Lingüística
últimos años, no deja de contar con antecederltes como Nebrija, los miembros de la anti- (Lérida, diciembre de 1993) hemos tratado de ofrecer alguna prueba en favor del carácter
gua gramática histórica, romanista (Meyer-Lübke) o indoeuropeísta (H. Frei), Jespersen o exocéntrico de las frases preposicionales (en línea con el pensamiento de la gramática
Hjelmslev. Para todos éstos, un adverbio no es más que una preposición intransitivizada funcional: G. Rojo y T. Jiménez Juliá: 1989), lo que en buena medida choca con el
(o, lo que es lo mismo, la preposición conforma una de las clases de adverbio transitivo: endocentrismo de las adverbiales.
Jespersen (1924), Hjelmslev (1928)) 18 • Nuestra argumentación se basó en la existencia de una serie de adverbios, que más
Es con todo la última corriente chomskiana dentro de la G. G.T. (el modelo de rec- adelante denominaremos modificadores universales, caracterizada por la posibilidad de
ción y ligamiento) el que más pruebas ha aportado en favor de la consideración unitaria incidir sobre cualquier constituyente frástico sea núcleo o modificador, indepen-
de las frases preposicionales y adverbiales. Dentro de este modelo y, limitándonos al espa- dientemente de su naturaleza categorial. Pues bien, con las frases preposicionales (y las
ñol, Hemanz y Brucart, no se deciden claramente por esta opción (1987, 34-35). Sí lo nominales) estos adverbios actúan de manera distinta, al no poder penetrar en el inte-
hacen I. Bosque (1989) y L. Eguren (1989), entre otros. rior de las mismas, que se comportan como un todo unitario carente de núcleo y
El punto de partida de esta postura está, evidentemente, en la convergencia de cla- modificador:
ses que se deriva del manejo de únicamente dos rasgos ([±N] y [±V]) para la caracte-
rización de las categorías léxicas. A el~o hay que unir el denominado principio de endo- (40) (a) [precisamente [lejos de ti]].
(b) lejos [precisamente de ti].
( c) * lejos de [precisamente ti].
17 I. Bosque señala, por ejemplo, que dichos adverbios, cuando modifican a otro nombre, necesitan ante- (d) * lejos [de precisamente] ti
poner la preposición de como cualquier sustantivo:
Las propiedades «nominales» de delante se ponen de manifiesto en la marca de función pre- Concluíamos, por tanto, en dicho lugar que las frases preposicionales habían de
posicional que debe mediar entre núcleo y complemento: ser consideradas construcciones exocéntricas, sin núcleo ni modificador, en claro con-
traste con el endocentrismo de las frases adverbiales . La posibilidad de supresión del
La casa de delante del río.
*La casa delante del río (1989, 205).
término es una característica valiosa (al menos en castellano) para diferenciar adverbios
de preposiciones. Todo ello va en contra de la identificación de adverbio y preposición
De manera acertada, l. Bosque señala que secuencias como la casa delante del río sólo son gramati- (y más aún si la equiparación se realiza con el adverbio en general), lo cual no implica
cales si la frase adverbial desempeña la función de predicativo, es decir, si forman un constituyente aparte ({la que neguemos cierto parentesco entre aquélla y los adverbios de orientación, parentesco
casa] [delante del río]). De ahí que únicamente sean admisibles con verbos del tipo de querer, desear, encon- motivado por un cierto grado de fusión producido entre el adverbio y su complemento,
trar, ver, etc.: más acusado en unos que en otros casos, como se aprecia en parejas del tipo de (l. Bos-
que: 1989, 211):
Una casa delante del río es lo que Pepe más deseaba.
*Una casa delante del río es lo que Pepe hab(a quemado (id, 204). (41) La ciudad de la que ya estamos cerca.
(42) *La. mesa de la que dejé el libro encima.
18 Aunque no estrictamente relacionada con la anterior, otra tendencia difundida entre la gramática tra-
dicional lleva a analizar antes como adverbio, antes de como preposición y antes de que como conjunción (l.
Dicha soldadura se produce porque tales adverbios establecen necesariamente una
Bosque: 1989, 212). Esta postura nos parece insostenible pero es defendida incluso por algunos lingüistas fun-
relación argumental con un complemento (su punto de referencia), al igual que hacen los
cionales, por ej., Gómez Torrego (1985,10).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El ad verbio en español. Intento de caracteri zación (U). Hacia una clasificación de los adverbios.
Admitir el carácter nominal de estos adverbios no quiere decir, sin embargo, que se abajo ABSOLUTO
hayan de considerar como una subclase dentro del substantivo (al igual que se hace con el
detrás RELATIVO NO CUAN-
nombre común, el nombre propio o los substantivos contables). Antes al contrario, esta
clase de adverbios se diferencia nítidamente de los substantivos: pueden ser graduables atrás ABSOLUTO
(no cuantificables), como los adjetivos: muy lejos, lej(simos, tan cerca. Los substantivos HORIZON- TITATIVO ESPACIO
delante RELATIVO TAL
se cuantifican (más mesas, menos pan), pero no se gradúan (no se intensifican, no se puede
ser 'más o menos pan' o 'más o menos mesa'). Por otra parte, carecen de los morfemas adelante ABSOLUTO
propios del substantivo (género y número).
enfrente
Unas líneas más arriba hemos dicho que estos adverbios establecen una relación
argumental con un complemento. Este hecho está fundamentado en su significado, dentro/fuera RELATIVO INTERIOR
orientado con respecto a un punto de referencia y, de ahí, el nombre con el que hemos EXTERIOR
adentro/afuera
calificado a la categoría («posición o dirección de una cosa respecto a un punto cardi- ABSOLUTO
nal» es la 2ª acepción que el D.R.A.E. da para la entrada orientación). Como los deícti- alrededor EVOLVENTE
cos -con los que mantienen claras vinculaciones- o la categoría gramatical del tiempo,
estos adverbios necesitan de un punto de referencia (temporal o espacial) para su cabal cerca/lejos CUANTITATIVO
interpretación: antes/después, luego/ RELATIVO
(mientras)
(44) Anunziata se ha marchado, después de lavar al niño (S. 137). NO CUANTITATIVO
(45) No sale de detrás de sus librotes (S. 131). temprano/tarde ABSOLUTO TIEMPO
244 245
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (11). Hacia una clasificación de los adverbios.
(50) Eso queda antes de llegar a la carretera general. (61) Lo envió rodando (*a) debajo de los lavabos (L. 101).
(51) Juan vive después de esas casas. (62) Me miró de arriba (*a) abajo (S. 234).
(63) ¡(*A) adelante! ¡(*A) atrás!
Incluso se puede perder todo valor locativo o temporal en favor de otros más abs- ( 64) ... Una cabecita forzada hacia abajo (S. 120).
tractos (figurados o gramaticalizados): (65) Eran hombres de la cintura para arriba y cabras para abajo (S. 271).
(66) de Roma para arriba ya no es Italia (S. 92).
(52) ¡... lo hará en dialecto antes que en el italiano este! (S. 318.). (67) Echó hacia atrás la cabeza (L. 152).
(53) No hablemos más. Después de todo, prefiero mi Rusca a la parálisis que (68) Se lo lleva hacia dentro (S. 109).
tiene clavado ... (S. 74). .. (69) Caminó hasta cerca de su casa.
(54) Desde luego he venido con alguna misión (S. 323).
(55) Eran cerca de las doce (L. 62). El resto de los valores (ablativo, lugar por donde) exige preposición ya que, al con-
(56) Empecé a preguntarme qué había detrás de tan vil ardid (L. 103). trario que otras lenguas, nuestro sistema adverbial -relativamente pobre- carece de las uni-
(57) Comimos mal y, encima, nos cobraron una barbaridad. dades correspondientes:
Por otra parte, refiriéndonos ya en particular a los adverbios espaciales, conviene (70) Todos ascienden por delante de ti (S. 99).
señalar que, por lo general, todos ellos pueden utilizarse en contextos locativos ('en (71) Me anda por dentro (S. 18).
donde'), adlativos ('a donde' ), ablativos ('de donde'), etc.: (72) Y me hicieron volar por encima de ella (L. 11 ).
(73) Que acerque el coche por detrás de la puerta del corral (S. 47).
(58) Ella arriba no se cansa nunca (S. 303). (74) Lo eleva por encima de su cabeza (S. 63).
(59) ... llegados arriba (S. 23). (75) Se recrea en ser mirado desde arriba (S. 334).
(60) Se recrea en ser mirado desde arriba (S. 334). (76) Se le escuchó desde fuera (S. 214).
(77) No sale de detrás de sus librotes (S. 131).
Los valores locativo y adlativo no necesitan preposición. Cualquiera de los adverbios
de la clase puede expresar dichas nociones indiferentemente sin necesidad de acompaña- Los adverbios de tiempo, por su parte, ofrecen mayores reticencias al uso de pre-
miento alguno20• Es más, con valor locativo prácticamente queda excluida la concurrencia posiciones. Como los espaciales, todos pueden indicar la mera localización (Eso suce-
de cualquier preposición (*en arriba, *contra abajo, *ante encima21 ). El adverbio de por dió después/ tarde/ pronto). En los demás casos, salvadas las locuciones, sólo son acep-
sí es básicamente locativo. No sucede lo mismo en el caso de los adlativos, donde no se tadas las preposiciones desde, hasta y para (desde antes, hasta luego, hasta tarde,
hasta pronto, para luego, etc.) con algunas restricciones (*desde pronto, *hasta
rechaza la aparición de las distintas preposiciones salvo a y ante:
temprano, etc.).
Algunas características destacables de estos adverbios ya han sido discutidas en otros
capítulos (sobre todo en lo referente a construcciones del tipo de río arriba, años después,
20
Esta confluencia de los valores locativos y adlativos no se limita a los adverbios de orientación. En etc.). Por ello vamos a acabar su estudio fijándonos en un rasgo que prácticamente afecta
realidad, en castellano, su alcance es mucho más grande: podernos decir que abarca a ambas funciones semán- a todas las parejas de este pequeño sistema adverbial: el rasgo absoluto/relativo.
ticas en general. De esta manera, afecta igualmente a otras clases de adverbios (está allí, va all{) y frases pre- En principio, puede parecer contradictorio que se hable de adverbios absolutos cuan-
posicionales (está hacia la derecha, vete hacia la derecha). En nuestra opinión, la causa de este curioso fenó- do por definición todos ellos se establecen con relación a un punto de referencia variable.
meno se debe buscar en el hecho de que ambos valores confluyeran en la preposición latina in (con acusativo Ello es cierto, de ahí la aclaración consecuente. Lo mismo sucede con otro sistema gra-
en un caso y ablativo en el otro). Eliminadas las distinciones casuales, es fácil justificar la confusión posterior. matical emparentado con el que ahora estamos analizando: el sistema temporal del verbo.
21
La única excepción es la preposición por, que en ocasiones tiene carácter locativo (está (por) ah{) . También en este caso se han dividido desde antiguo los tiempos en absolutos y relativos
Sin duda, su aparición se justifica por los matices que conlleva más allá de la pura implicación locativa (va- y no sin cierta justificación (véase G. Rojo: 1974 para un estudio más pormenorizado).
guedad, contacto, etc.): Con la distinción absoluto/relativo queremos aludir al hecho de que algunos de estos
adverbios (los que denominamos absolutos) rechazan la aparición explícita de dicho punto
(i) Se ha dado con la cabeza por debajo del tablero (S. 268). de referencia (Nos esperó afuera/atrás (*del edificio)):
(ii) Lo oye más bien por dentro (s. 96).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (11). Hacia una clasificación de los adverbios.
(78) Al llegar abajo estuve a punto de caerme al suelo de la alegría (L. 127). (99) Antes de conocerle sólo pensaba en aprobar los exámenes (S. 108).
(79) Al fondo del cajón grande, abajo, encontrarás un dominó (S. 264). (100) Quedaron en verse después de Reyes (S. 204).
(80) El bar céntrico aludido en el capítulo que acabamos de dejar atrás (L. 76). /
(101) El cristiano acabó muriendo también, claro, pero antes fue muy, muy feliz
(81) Ella arriba no se cansaba nunca (S. 303). (S. 241) (i.e. antes de morir).
(82) Se lo diré más adelante (S. 267). (102) El viejo se abisma en la vieja historia, recuerdos de la dictadura y de la
guerra, de los políticos después ... (S. 17).
Por el contrario, los adverbios caracterizados como relativos pueden aparecer (103) Morir sería malo si después te dieses cuenta de que no estás vivo (S. 164).
acompañados de dicha referencia (nos esperó fuera/ detrás del edificio), si bien ésta (104) Tenemos recién nacidos para presumir de ellos en el bautiza, sobre todo si
puede no ser mencionada cuando es conocida por el contexto o situación (Nos esperó son machos, pero luego desaparecen entre las mujeres (.. .). Lueio sólo se
fuera/ detrás): notan como un estorbo si gatean por la casa.
(83) Escondí el maletín debajo de la almohada (L. 31). En este sentido es en el que cabe justificar la presencia de temprano y tarde en el
(84) -¿Dónde va a estar esa joya? ¡Debajo de su cama! (S. 77). cuadro de los adverbios de orientación: ambos aluden a un 'antes' y un 'después' medi-
(85) Cae sobre la esponja puesta debajo adrede (S. 96). dos con respecto a una hora acordada:
(86) Debajo lleva esos ceñidos y gastados pantalones (S. 147).
( 105) Llegó tarde a la cita,
(87) No sabemos( ... ) qué hay detrás de todo esto (L. 148).
(88) Detrás venía la Emilia (L. 222).
o a la hora que se considera normal para realizar o desarrollar cierta actividad:
(89) Ese ático es un palomar por encima de la trampa urbana (S. 152).
(90) Eran como nosotros, sólo que con más ropa encima y mejores annas (S. 315). (106) Era temprano aún y la calle estaba desierta (L. 165).
(91) ¡Está tan gracioso delante del árbol! (S. 159). (107) Casó tarde (S. 259).
(92) Muros por todas partes menos hacia delante (S. 21). (108) Odia llegar tarde a casa (S. 101).
Al contrario que cerca y lejos 23, que son adverbios relativos, el correspondiente
En el cuadro 4 se pueden ver las distintas frecuencias de aparición con punto de refe- adverbio temporal (pronto) es absoluto:
rencia o sin él relativas a los adverbios mencionados22 • Este es el valor que damos a la opo-
sición absoluto/relativo. Con ella no queremos aludir, como se pudiera pensar, al hecho de ( 109) Vive cerca de casa.
que en el primer caso el punto de referencia fuese el 'aquí' o el 'ahora'. Al contrario, en (110) *Llegó pronto de la una.
este punto ambas clases de adverbios se comportan de igual manera: el punto de referen-
Pronto muestra aún otra diferencia con respecto a su correlato espacial (cerca): care-
cia puede ser ése (93)-(96), pero también cualquier otro (97)-(100), aclarado por el con-
ce de antónimo. Lo contrario de
texto o la situación cuando no se especifica (101)-(104):
(111) Vuelve pronto.
(93) Pero ¿no usaba antes gafas? (S. 23).
(94) ¿Cómo no lo supe antes? (S. 32). no es vuelve tarde sino tarda en volver. Tarde implica un 'después de' que lo hace empa-
(95) Ya nos hemos conocido antes (S. 73). rejar con temprano, no especifica una mayor o menor cantidad de tiempo, como sucede
(96) Eso vendrá después (S. 321). con pronto. Fuera de esto, pronto se comporta como los demás adverbios absolutos: su
(97) El viejo se despierta(... ) antes de amanecer (S. 29). punto de referencia puede ser el ahora, como sucede en (111), o cualquier otro momento
(98) Desaparece justo antes de ser atrapada por la puerta (S. 102 ). determinado por el contexto (112) o por lo considerado normal (113):
22 La única distorsión apreciada en nuestro corpus se refiere al adverbio relativo luego. De las 66 apa- 23
Cerca y lejos comparten algunas peculiaridades dentro del subsistema espacial: son los únicos que
riciones que registra este adverbio, antiguamente -y aún hoy dialectalmente- sinónimo de pronto, en ninguna implican cuantificación dentro de la clase ('a poca/mucha distanc~ ') y, sin duda relacionado con esto, sólo
de ellas aparece acompañado de frase preposicional modificadora. La causa de esta discrepancia obedece a ellos admiten gradación sufija!: cerquísima, lejísimos. Además, como vimos en (41), son los que con mayor
que tal empleo queda restringido al estilo elevado: facilidad permiten la extracción de su complemento de referencia. Por todo ello, en el cuadro 3 hemos
(i) Luego de realizada su misión, hubo conciliábulo secreto (Esbozo, 497). considerado que constituyen la primera subclase en desgajarse del resto de los espaciales.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
(112) El hijo sale y vuelve pronto con dos hermosas peras (S. 26). (121) Al viejo le encanta que ésa sea su primera palabra aprendida, antes inclu-
( 113) Se quedó con las piernas arqueadas por ponerle a andar demasiado pron- so que papá, mamá o abuelo (S. 277) 25•
to (S. 127).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (IJ). Hacia una clasificación de los adverbios.
Mod. verbo Mod. adv. Mod . claus. Conector Enunciado Mod. sust. Término Otras 26
Preferimos el término presupositivo al posible presuposicional por parecernos aquél más acorde con
• c. circ. O c . adv. D c . pvo la tradición morfológica del castellano (el D.R.A.E., por ejemplo, incluye la forma supositivo, pero no
s uposiciona[).
Cuadro 5. Las funciones de los adverbios de orientación.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (U). Hacia una clasificación de los adverbios.
estos tres adverbios al grupo de los deícticos (así, por ejemplo, Carbonero Cano: 197921) Muchos autores han incluido estos adverbios entre los temporales (por ejemplo, la
o conmutadores28 -si preferimos la terminologíajakobsoniana- (Hernández Paricio: 1985). mayoría de las gramáticas tradicionales), y, más específicamente, entre los deícticos
Esta inclusión no se corresponde exactamente, sin embargo, con la realidad: todos los temporales (postura que hemos criticado a Carbonero Cano y a Hernández Paricio, en lo
adverbios de orientación pueden tomar como punto de referencia el 'ahora' o el 'aquí' y, que coincidimos con Girón Alconchel). Otros han observado en ellos valores aspectuales,
cuando no hay otra indicación, lo normal es que así sea. Pero no necesariamente se han de incoativos o perfectivos (B. Pottier, Carbonero Cano) o los han vinculado a la polaridad
vincular a las coordenadas espacio-temporales del hablar: al contrario, con harta frecuen- negativa (L Bosque, Hernández Paricio), sin olvidar su contenido presupositivo (Urdiales
cia el punto de referencia se manifiesta en un momento o lugar independiente de dichas Campos, l. Bosque, Girón Alconchel), aunque fuera en forma intuitiva o casuística
coordenadas. Es decir, la oposición que se da entre los adverbios deícticos y los de orien- (García Gómez, Urdiales Campos). Finalmente, Girón Alconchel considera que el adver-
tación es de tipo privativo: los deícticos siempre se refieren a las coordenadas espacio- bio ya (y, consecuentemente, sus correlatos) es una partícula modalizadora30 • Todos estos
temporales surgidas automáticamente en cada acto de comunicación. Los adverbios de valores están presentes en las formas que ahora estamos analizando. La cuestión estriba
orientación, miembro no marcado, pueden hacerlo pero no es ése un rasgo que los en determinar cuáles son «significados» y cuáles «sentidos», cuáles son valores del siste-
caracterice29• ma («paradigmáticos» en palabras de Girón Alconchel) y cuáles son valores añadidos,
Adentrarse en el estudio de esta subclase de adverbios es una tarea difícil debido a derivados de aquéllos, concomitantes o contextuales.
que intervienen factores complejos en la delimitación de su significado. No es de extrañar, En nuestra opinión, el valor fundamental de estas formas se puede representar con el
pues sabido es que cuanto mayor es la frecuencia de aparición de las unidades mayor es siguiente diagrama (el cual justifica plenamente que las incluyamos entre los adverbios de
el número de sus valores y empleos (en este caso, 717 apariciones, 13'7% sobre el total, orientación):
excluido no). Con todo, o quizás por ello, los estudios sobre estos tres adverbios son
numerosos y han sido realizados desde las más diversas corrientes gramaticales (B. ya: ..., ..., ..., ..., X
Pottier: 1962, García Gómez: 1967, Urdiales Campos: 1973, P. Carbonero: 1979, L
Bosque: 1980, Hernández Paricio: 1985, Mª J. Serrano: 1990, Girón Alconchel: 1991b, aún, todavía: =X~.,
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
(142) En junio todavía caminaba, pero ya en agosto... (S. 75). (151) ¡Esas costumbres yal*aún pasaron! (S. 78).
(143) Aunque las tardes(. .. ) eran todavía de verano, los crepúsculos derramaban (152) El matrimonio ya/*aún salió hacia el aeropuerto (S. 134).
ya una otoñal melancolía (S. 110).
Ejemplos similares se pueden ver en Girón Alconchel (1991b, 149-150 y 1991b,
Los rasgos paradigmáticos comunes a los dos miembros de la oposición son -en 54). En (146) la ordenación natural de los acontecimientos nos indica que a un tempra-
palabras de Girón Alconchel (1991b, 149)- los tres siguientes: no sigue un tarde. En consecuencia, si aún es temprano es posible que dentro de poco
1) Señalamiento de un cambio. deje ya de serlo (será tarde). Por el contrario, la secuencia *ya es temprano implicaría
2) Esperado por el locutor. que con anterioridad no lo era, lo cual es un contrasentido. De la misma manera, en
3) En un proceso orientado. (147) la secuencia quedar en pie (referida a viejos conventos, como ocurre en nuestro
La diferencia entre ya y aún-todavía radica en que ya señala el cumplimiento del ejemplo) implica un movimiento construcción __.,derrumbe, de ahí que sea lícito decir
cambio y aún-todavía la vigencia de la etapa previa al cambio (ibid.). De este hecho se los conventos que aún quedan en pie (pronto dejarán de hacerlo, caerán ya), pero, por
deducen las presuposiciones negativas de ambos miembros: si ya se ha producido un cam- el contrario, los conventos que ya quedan en pie presupondría -nuevo contrasentido- que
bio se presupone que antes de ese momento todavía no se había dado; si todavía estamos antes aún no estaban edificados.
en la etapa previa al cambio, se presupone que luego ya no estaremos en dicha etapa31 • Es La misma razón justifica las anomalías que se registran en el resto de la serie,
decir, se da una correspondencia de presuposiciones: determinadas por las incompatibilidades que se producen entre las presuposiciones de
estos adverbios y el significado de las palabras tarde, terminar, viejo o la combinación
Todavía, aún - - - - y a no (por ejemplo: (145) y (146)). de tiempo y aspecto de los verbos (cfr.: (152a) ... aún está saliendo). 32 •
Todavía no, aún no - - ya (por ejemplo: (144) y (148) ). Cuando ambos adverbios son posibles, se observa con claridad como varían total-
mente la perspectiva y las presuposiciones desde las que se enfocan los aconteci-
Por dicha razón podemos decir que todavía presenta una perspectiva abierta, mira mientos:
hacia el futuro, mientras que ya presenta una perspectiva cerrada, mira hacia el pasado
(fenómeno observado ya por Urdiales Campos: 1973). De ahí ciertas incompatibilidades (153) En el período inmediatamente anterior a la primera fragmentación dialec-
(observadas también por Girón Alconchel, l. Bosque y otros autores): tal pervivían en indoeuropeo ya sólo (o todavía, según se mire), los cinco
siguientes modos (T. Jiménez: 1989, 176).
( 144) Juan ya/* todavía es viejo (pero: todavía no es viejo). (154) Nunca hasta ese momento había asistido a ningún espectáculo y no tenía
(145) *Ya/todavía es joven (pero: ya no es joven). ya (aún) edad de aficionarme (L. 154).
(146) Era temprano aún/*ya y la calle estaba desierta (L. 165) (pero: ya no es (155) Como fuera que la calle a esa hora ya (aún) estaba bastante concurrida (L.
temprano). 172).
( 147) De los nueve o diez conventos que aún/#ya quedan en pie sacaron a trein- (156) Ya (aún) están todas las mesas reservadas (L. 218).
ta monjes y los trajeron a éste (L. 229).
(148) Aúnl*ya no es tarde (pero: ya es tarde).
32
(149) Déjeme seguir, que aún!*ya no he terminado (L. 72). Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las secuencias naturales pueden verse alteradas, de mane-
(150) De todos modos ya/*aún sería tarde (S.154). ra que construcciones en principio anómalas pueden hacerse aceptables por diferentes procedimientos: cam-
bio de perspectiva: (147a); pragmáticos (creencias del hablante, éste puede ver un cambio allí donde no seóa
esperable... (148a)); añadidos que hacen variar la secuenciación: (151a); desarrollo de los valores presupositi-
31
La existencia del carácter presupositivo de estos adverbios se aprecia diáfanamente en el siguiente vos del adverbio en detrimento de los orientativos: (149a) y (151b)-(152a), etc.:
ejemplo: a mediados de 1992, al comentar la negativa de determinado partido político a entregar cierta
documentación solicitada por un juez, un locutor radiofónico indicaba -reproduciendo las palabras del por- (147a) Hemos empezado la obra hace sólo dos años y ya quedan en pie nueve o diez con-
tavoz de dicho partido- Ja causa de dicha negativa: no se pueden entregar unos papeles "que ya no existen". ventas.
( 148a) Ya no es tarde... sino tardísimo.
Resultaba extraña esta pública sinceridad, que presuponía la descarada destrucción de importantes docu-
(149a) Ya no he terminado porque veo que no vale de nada.
mentos (si ya no existen se entiende que con anterioridad habían existido). Más adelante, al oír la propia (15la) Esas costumbres aún pasaron hace dos días, como quien dice.
voz del dirigente, se aclaró el malentendido: no se pueden entregar dichos documentos "ya que no existen" (15lb) Esas costumbres aun ('por lo menos') pasaron, pero las que tú defiendes ni eso.
(ausencia de presuposición). (152a) El matrimonio aún ('por lo menos') salió hacia el aeropuerto, pero tú ni eso.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
( 157) Era aún (ya) noche cerrada cuando llegamos al despacho del comisario adquiriendo diferentes valores cuyo estudio se enmarca ya en el seno de la pragmática o
Flores (L. 264). de una gramática de la enunciación. Es incuestionable que este valor de expectativa está
(158) ¿Has llamado a la redacción del periódico? Quizás está aún/ya allí (L.90). presente en muchos empleos de ya o todavía-aún:
(159) Sí, ya (aún) están llegando a la trampa. Las ciudades, para el viejo, han
sido siempre un embudo cazahombres (S. 21). ( 165) Miré a través de la ventanilla para ver si ya estábamos en Madrid (L. 7).
(160) ¿Todavía (ya) puedes hablar, Doménico? (S.48). ( 166) ¿Acaso la enfermedad está ya afectándole al cerebro? (S.17).
( 161) Repara de pronto en el vaso de vino todavía (ya) medio lleno y se entristece (167) Andrea vuelve anunciando que ya tiene hora del médico (S. 66).
(S. 304). ( 168) Su mirada tenía esa mezcla de movilidad y concentración propia de los
( 162) Cuando el viejo abre los ojos ya (aún) es noche cerrada (S. 20). boxeadores que aún no han recibido demasiadas tundas (L. 67).
(163) Ya (aún) era muchacho cuando... (S. 214). (169) Pero el pobrecito aún ignora los ardides en la guerra (S. 210).
( 164) Por eso los mejores trajes son para ciudadanos de clase social alta, venidos (170) El viejo escucha al estudiante sin comprender todavía (S. 132).
a menos, para los que la vestimenta es el último recuerdo de una situación
perdida y, todavía (ya) no asumida (LVG, 6-10-92, 72). Estas cadenas sólo pueden ser emitidas en una situación en la cual se dé por sabi-
do (y, por tanto, esperado) que se viaja hacia Madrid, que la enfermedad puede afectar al
Los ejemplos (157) y (162), por su carácter antitético, facilitan la comparación: Era cerebro, que se ha ido a buscar hora, que los boxeadores acaban recibiendo demasiados
aún noche cerrada presupone en (157) que con anterioridad, cuando salimos, todavía lo golpes, que el niño acabará aprendiendo los ardides para conseguir lo que quiere de los
era (no ha habido ningún cambio, pero lo va a haber). Ya es noche cerrada en (162) impli- mayores o que el viejo acabará comprendiendo. Si eliminamos los adverbios correspon-
ca que, cuando el viejo cerró los ojos, no era de noche (ha habido un cambio, esperable dientes dichas presuposiciones desaparecen. De la misma manera, entre (171) y (172):
por otra parte). En (159), por ejemplo, sabemos por la lectura de la novela que el final del
viaje va a ser una ciudad, Milán. Ya están llegando a la trampa presupone que todavía no (171) ¿Ves a luan?
lo han hecho pero pronto van a cumplir su objetivo. En cambio, aún están llegando a la (172) ¿Ya ves a Juan?
trampa implicaría la continuación del viaje hasta alcanzar ya el verdadero destino (entre
'
'
otras posibilidades). la principal diferencia estriba en que en el segundo caso es esperable que Juan acabe apa-
Creemos que lo hasta aquí expuesto justifica plenamente la denominación de adver- reciendo. Nunca se utilizaría (172), al contrario que (171), si lo esperable fuera que Juan
~ no asistiera.
l
bios de orientación presupositivos. Debemos recordar también que, además de la mencio-
nada presuposición negativa, estos adverbios (sobre todo ya) presentan otra adicional: lo Sin embargo, frente a la opinión de Girón Alconchel, creemos que esta segunda pre-
esperable del cambio. Es éste un rasgo, señalado por Urdiales Campos, en el que insiste suposición no siempre está presente. Por ejemplo, una respuesta como (173) .
sobre todo Girón Alconchel, hasta el punto de que fundamenta en él el valor unitario que
(173) -No, ya no fumo (S. 230).
asigna a los distintos empleos de ya: señalar un cambio esperado por el locutor en un pro-
ceso orientado. Para Girón Alconchel dich0 rasgo no es un contenido residual de valor en absoluto implica que fuera esperable el que se dejara de fumar. En este caso solamente
variable. Por el contrario, si prescindimos de lo esperado del cumplimiento del proceso,
se realizan la primera presuposición ('hasta determinado momento fumé') y la afirmación
de la expectativa de su advenimiento, no aprehenderemos el contenido de ya, nos queda- ('en la actualidad no fumo '). La segunda presuposición ('era esperable que dejara de
remos a medias (1991, 123). Debido a que valores como 'lo esperado' (o 'lo temido', en fumar') está totalmente ausente. Lo mismo ocurre con la forma afirmativa correspondien-
'l.
su forma negativa) son de carácter plenamente modal (referidos a la actitud del hablante
te, cuando el contexto es el adecuado para romper la expectativa:
ante lo enunciado), Girón Alconchel viene a concluir que estos adverbios son adverbios
de modalidad: (174) -Tiene diez años y ya fuma.
¿En qué categoría lingüística podríamos colocar un contenido como el de ya que inte-
gra -y nótese que digo integra y no meramente aglutina y yuxtapone- el tiempo, el modo, En nuestra opinión, la existencia de dicha segunda presuposición se deriva del valor
el aspecto, la deíxis y la expectativa del hablante con respecto al desarrollo de un proce- fundamental de estos adverbios: implicar un cambio orientado en determinado sentido. De
so modo-tiempo-deíctico-aspectual? Sólo en la categoría de la modalidad (id., 124). la existencia de un cambio se deduce la necesaria sucesión de dos estados: el previo y el
El señalamiento de esta segunda presuposición adicional es de suma importancia posterior. Por tanto, es previsible (esperable) que este segundo estado de cosas se dé. De
porque explica de una manera coherente por qué razón todos estos adverbios han ido la misma manera, nuestro esquema básico justifica el carácter aspectual de la oposición
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
El adverbio en español. Intento de caracterización ( U). Hacia una clasificación de los adverbios.
aún, todavía/ ya: todo cambio implica el final de un estado de cosas (aspecto perfectivo) vinculación a un punto de referencia, dando lugar a una serie de usos y valores que hay
y el inicio de uno nuevo (aspecto incoativo). que estudiar en cada caso y que, como dijimos antes, nos pueden llevar a una pragmática
Por tanto, creemos que el valor fundamental de esta oposición consiste en indicar o a una lingüística de la enunciación (Girón Alconchel: 1991, l. Bosque: 1980), pero, en
el estado de cosas previo o posterior a un cambio orientado. De este valor se deriva una todo caso, justificables a partir de lo arriba señalado:
serie de implicaciones temporales, aspectuales, modales, presupositivas, etc. que pue-
den adquirir mayor o menor relevancia en determinados contextos. Así, por ejemplo, el ( 185) A lo mejor por hambre llora el crío, ¡ya podfa levantarse la Andrea a darle
rasgo temporal se puede acentuar. Ya entonces se convierte en un adverbio de tiempo lo suyo! (S. 30).
próximo a ahora y, por tanto, capaz de funcionar como término de preposición, de ser (186) ¡Buenas son las nuestras para irse con un forastero!; la que se dejara ya
modificado por una cláusula de relativo o por otro adverbio, etc. (el signo % indica que podía emigrar; nadie volvería a mirarla (S. 190).
hay una variación idiolectal en la aceptabilidad de las secuencias): ( 187) En vez de mirar por los pajarillos, que se me comen las ciruelas ( ... ), ya
podías ocuparte algo más de los niños (S. 204).
(175) %Lo quiero para ya.
(176) %Eso entra en vigor desde ya mismo.
( 177) Lo quiero ya, que es el momento adecuado. (está claro que en los tres casos la interpretación adecuada no es 'a partir de ese momento
ya podía levantarse la Andrea' o 'a partir de ese momento ya podía emigrar, con anterio-
Por dicha razón se puede utilizar como señal de comienzo (¡ya!) o puede ser incom- ridad no').
patible con otros adverbios de tiempo: De esta manera, en el diálogo ya puede acentuar ese valor de lo esperado hasta con-
vertirse en una partícula corroborativa (lo cual es muy frecuente con determinados verbos
( 178) Vete ya. de entendimiento o dicción: ya veo, ya comprendo, ya sé, ya digo, etc.), o en marcador de
(179) *Vete ya después. respuesta:
Sin embargo, como sucede con los demás adverbios de orientación, el punto de refe- (188) Oiga señor. . ., ya veo que viene usted muy absorto en su diario, pero ya
rencia puede no ser temporal sino espacial. Así tenemos: estamos en la Plaza de España (L. 42).
(189) Esta misma tarde le decía yo a Luisa la Cebollana, ya sabes quién te digo,
(180) Después de todo, Amalfiya está.fu.era del golfo (S. 154). le decía yo ...
(181) ¡Cuando yo digo que de Roma para arriba ya no es Italia( ... ) y ni aún la (190) -¡Oh, ya lo creo que reían! (S. 17).
misma Roma! (S. 90). (191) Y eso que el Torlino era el Torlino, ya lo sabes (S. 191).
(192) Ya digo, suele ser una mujer (S. 216).
O bien nocional: hay un límite hasta el que se permite cierto estado de cosas, fuera (193) Las mujeres están para eso: ya se sabe que las crían sus padres, pero para
de él ya no: otro... (S. 240).
(194) El niño está atendido como es debido, lo hemos estudiado Andrea y yo.
(182) Comprendes que venir a Milán ya es bastante duro (S. 21 ). -Ya ... En ese libro, claro (S. 40).
(183) A ti ya te permito que me tutees. (195) -¡Ya, ya, buenas labores debía de hacerle a ella! (S. 163).
(184) La fotografía aún me parece una técnica, pero el cine ya me parece un arte.
Algunas construcciones ambiguas nos permitirán percibir mejor las diferencias entre
En estos casos ya no puede ser parafraseado por 'a partir de ese momento ya' o 'a par- el ya de orientación y éste enunciativo, desligado del punto de referencia:
tir de ese lugar ya'. En (182) está implícita la existencia de diversos sacrificios, ir a Milán
ya está tras el límite de los duros. Otros, sin embargo, aún son soportables. (183) es un buen (196) -Ya lo sé (L. 111).
ejemplo por su ambigüedad: ya puede ser temporal ('a ti a partir de este momento ya te per- (197) -Ya puede llamar ése a la puerta que le han cerrado. (S. 278).
mito que me tutees'), pero puede ser nocional ('hay una serie de personas a las que no per- (198) ... ya podía aporrearme la espalda y patalear por la escalera... (S. 303).
mito que me tuteen, tú, sin embargo, ya estás en el grupo que me puede tutear'). (199) -Ya quisiera esa desgraciada oler tanfu.erte a vida (S. 77).
En otros casos, el rasgo que se resalta es el de presuposición: lo esperable. Este rasgo
puede aplicarse al tiempo, al espacio o a lo nocional, pero también puede desligarse de la Si interpretáramos estos cuatro ya como adverbios de orientación las cláusulas
habían de equivaler a 'hasta este momento no lo sabía', 'hasta este momento no podía
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (11). Hacia una clasificación de 10s adverbios.
llamar ése a la puerta', 'a partir de ese momento podía aporrearme ... ' . No es, sin embar- (208) Más aún, en las últimas semanas ha dejado de fumar (S. 140).
go, esa la interpretación que los textos requieren: en (196) ya es un corroborador, en (209) Ella suelta la carcajada, más sonora aún bajo la bóveda de la Galería (S.
(197) y (198) indica la inutilidad de la acción, como muestran los finales de ambas 179).
(210) Para casarse en otra diócesis me pedirían aún más papeles (S. 342).
secuencias:
(197a) Ya puede llamar ése a la puerta... no seré yo quien vaya a salvarlo. Este aún no es un adverbio de tiempo pero sí es un adverbio de orientación: el valor
(198a) Ya podía aporrearme ... No se libraba, no. básico se mantiene, como se ve en el siguiente diagrama:
Ese valor de inutilidad (o imposibilidad de logro) recuerda al valor concesivo: aun-
que llamara ... aún aún más aún más 1 ya no
Finalmente, en (199), así como en (185)-(187), ya tiene valor de reconvención, y
obsérvese en todos los casos su concurrencia con verbos modales: ya podía, ya quisiera ...
Aún y, en menor medida, todavía ofrecen la misma complejidad de comportamiento Sin embargo, como también vimos en el caso de ya, la importancia del punto de refe-
que vemos en ya, hasta el punto de que normalmente se suele diferenciar un aún tónico rencia puede menguar y acentuarse los valores presupositivos. En este caso aún entra en
(adverbio de tiempo, mejor de orientación) y un aun átono (adverbio de presuposición), si juego con incluso, sólo, hasta, ni siquiera y otros adverbios de presuposición. El resulta-
bien los límites no están del todo claros, según hemos podido comprobar en nuestro cor- do final es el aun(que) concesivo. Veamos, con un ejemplo tomado de Pottier (1962, 189),
pus. En realidad, sus límites son imprecisos -si es que existen- y la prueba de la sustitu- la justificación de este desarrollo:
ción por todavía para asegurar su carácter temporal no siempre se cumple, ya que todavía
también conoce empleos presupositivos. La construcción
Como sucedía con ya, existe un aún de orientación que no necesariamente se aplica
al tiempo o al espacio, sino que puede señalar valores nocionales más vagos33 : la mera (211) Trabaja aún de noche,
situación de un estado de cosas a un lado o a otro de un límite fijado por el hablante:
(200) Me parece que me he roto un hueso. en la que aparece un aún temporal, implica un esperable cambio, muchas veces señalado
-No será nada, mujer(. ..); unos moratones que aún realzarán más tus atrae-· en forma adversativa ("pero pronto lo va a dejar"). El paso siguiente es el desarrollo de
tivos (L. 209). dicho valor presupositivo:
Este empleo es frecuente con comparativos o en series. El adverbio intensifica la gra- (212) Trabaja aun de noche
dación seriada:
en el que aun ya no modifica al verbo sino a la frase preposicional. Su significado incide
(201) Poco me habría costado demostrarle lo ilógico de sus argumentos y menos en que no es esperable que se trabaje de noche (por tanto, podría ser sustituido por inclu-
aún lo injusto de sus acusaciones (L. 149). so, hasta o ni siquiera, si es negativo):
(202) ... de cuya adquisición jamás habría creído yo capaz a un país aporreado
(. . .)por la inflación, el desempleo(. ..) y otros males aún peores (L. 250). (213) Trabaja incluso de noche.
(203) Pero no había quien lo hiciera callar, y menos aún cuando... (L. 90).
(204) Y las hijas, aún peor... (S. 34).
(205) El súbito silencio hace aún más ruidosa la carcajada del viejo (S. 62).
Así tenemos:
(206) Precisamente porque en Milán no comprenden esa talla el viejo se intere-
sa más aún por esos cuerpos enigmáticos (S. 93). (214) Aun (incluso) descalza era tan alta como yo (L. 67).
(207) ¡Hoy es un gran día! -replica el viejo escandalizando más aún a la mujer (215) Ni aun con eso (ni siquiera) se me hizo agradable la idea de irme al otro
(S. 135). barrio (L. 129).
(216) Mí conducta, sin embargo, tiene una explicación, que con gusto y aun (e
incluso) a riesgo de aburrirles les voy a dar (L. 152).
"Usos que ya existían en latín según comprueba B. Pottier (1962, 187).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
(217) Conseguí que se desprendiera el bloque y dejara una abertura por la que (224) Juan todavía (por lo menos) se esfuerza (... pero tú ya ni eso).
cabía mi cuerpo y aun (e incluso) el de alguien más rechoncho (L. 243 )14. (225) ¡Todavía hemos caminado hoy! ( 'no se esperaba que se caminara tanto').
El paso final consiste en considerar a la secuencia introducida por aun como una Ya, aún (o aun) y todavía son adverbios. Una importante característica de los adver-
objeción que se impone al logro de un estado de cosas, objeción que, sin embargo, no bios se manifiesta en que pueden incidir sobre distintos tipos de unidades. Estos tres
impide que dicho estado de cosas se cumpla. Es el aun concesivo (valor que apuntamos adverbios han desarrollado grandemente esta facultad (otra razón por la que se asemejan
también para ya), el cual, de acuerdo con la norma del castellano, ante verbos en forma al grupo de los adverbios de presuposición, que analizaremos más adelante). Tenemos, así,
personal exige la concurrencia del habilitador que (aunque): ejemplos como los siguientes, en los que dichos adverbios acompañan no a verbos sino a
(218) Aun siendo de noche, trabaja. adjetivos, adverbios, frases preposicionales, substantivos, etc. 35 :
(219) Aun estando enfermo, no para en la cama.
(226) ... visión de cabras ramoneando unas matas aún blancas de la escarcha (S.
(220) Tesitura esta que, aun amarga, no me privó de percatarme de que... (L. 10).
31).
(221) Era un traje de lana gris perla con brillos en los codos y el culo y flecos
(227) El súbito silencio hace aún más ruidosa la carcajada del viejo (S. 62).
en las bocamangas y perneras, pero, aun así, el mejor, con mucho, que
(228) Más prodigioso aún en esta tarde (S. 125).
he tenido en mi vida (L. 122).
(229) Ell.a le acaricia el crespo pelo, igual que el del viejo, pero aún muy negro (S.
(222) Me preguntó la Emilia que qué me pasaba(. .. ), a lo que retruqué que nada,
275).
aun sabiendo que el ir en calzancillos restaba toda credibilidad a mis pro-
(230) Un silencio aún mayor (S. 353).
testas (L. 148).
(231) -¡Ese niño! -grita la mujer, colérica ya y desesperada- (S. 200).
(223) Ni soy yo el único implicado en este lío ni son mis fuerzas tales que aun
(232) Pisar la tierra húmeda todavía del relente nocturno (S. 29).
delirante osara medirlas con las de un adversario que... (L. 162).
(233) Contempla sus manos... : recias, abultadas de venas, pero vivas y ágiles
todavía (S. 126).
Todavía, por su parte, aunque con menor frecuencia y mayores restricciones, ha reco- (234) Repara de pronto en un vaso de vino todavía medio lleno (S. 304).
rrido el mismo camino que aun (salvo el concesivo). Hay, así, un todavía orientativo- (235) Se entristece ante esa mirada viril todavía (S. 333).
nocional (224), frecuentemente próximo a por lo menos, y otro presupositivo, que indica (236) Nada de recién nacido, sino un niño ya capaz de estar sentado (S. 32).
'lo no esperado' (225): (237) Pero el Cantanotte había puesto a tiempo las manos sobre los antebrazas,
ya nerviosos, de sus dos hijos (S. 49).
34
Por tal carácter presupositivo, todavía y aún se manifiestan incompatibles con otros adverbios de (238) El olmo ya seco de la ermita (S. 68).
semejante o contraria presuposición (en un caso, por exclusión paradigmática; en el otro, por incompatibili-
(239) Concluye, riendo aún más (S. 108).
(240) Más aún, en las últimas semanas ha dejado de fumar (S. 140).
dad). Hay exclusión paradigmática entre ambos adverbios y otros como incluso, hasta:
(i) *Juan todavía incluso me regaló bombones, pero tú, nada.
(241) Cerca ya de las rojas murallas advierte un letrero turístico (S. 90).
(242) . .. -elude el médico, ya totalmente a la. defensiva (S. 75).
Se da incompatibilidad, por ejemplo, con sólo, de presuposición contraria: (243) El viejo fuma en paz el único cigarrillo que se permite en todo el día, apar-
(ii) *Juan sólo me regaló todavía bombones.
te el de después de cenar; ya en su alcoba (S. 88).
Por el contrario, estos últimos adverbios sí son compatibles con ya, como era de esperar. De ahí: (244) Ya de noche( ... ), el viejo dialoga en pensamiento con... (S. 123).
(iii) Ya ha suprimido incluso el cigarrillo de media mañana (S. 97).
( iv) En el período inmediatamente anterior a la primera fragmentación dialectal pervivían en
"En este punto nos parecen contradictorias posturas como la de Girón Alconchel (199lb), el cual, por
indoeuropeo ya sólo (.. .), los cinco siguientes modos (T. Jirnénez: 1989, 176).
una parte, destaca esta capacidad funcional (incluso habla de que el adverbio ya "no encaja en la definición
funcional de los adverbios, puesto que lo hemos encontrado en usos vedados a esta clase de palabras, como
Por dichas razones nos resultan algo extrañas construcciones como las siguientes, aparecidas en nues-
cuando incide sobre un sustantivo" [subrayado nuestro]: id., 119-120) para simultáneamente afirmar que en
tro corpus:
todos estos casos es necesario reponer un verbo copulativo elidido, con lo cual todos estos adverbios reducen
(v) Conservan todavía hasta sus popes (S. 105). sus posibilidades funcionales a las de «aditamento» (id., 101, 103, 105, 107 y 108). Posturas como ésta ya han
(vi) Mi hijo sólo tiene todavía dieciséis años (S. 231 ). sido criticadas con anterioridad en nuestro trabajo (véase §3.2.).
264 265
El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
(245) El viejo, ya en su bata negra, es conducido a la sala de rayos X (S. 226). Las partículas interrogativas encargadas de tal labor realizan la misma función que
(246) Al cristiano, ya de viejo, le dio un mal y el moro se puso contentísimo (S. aquella unidad por la que preguntan, como se pone de manifiesto en la imposibilidad de
241). concurrencia de ambos miembros:
(247) Con matarlos de peor manera todavía, pues en paz (S. 262).
(248) Ya sin rodeos interroga al sonriente muchacho (S. 252). (261) *¿Quién compró pescado María?
(249) Al final, ya cuesta abajo, empezó a beber (S. 301 ). (262) *¿A cuánto lo compró a quinientas pesetas?
(250 ) Hortensia suspira mirando esas manos huesudas, ya de abultadas venas
(S. 302). Partiendo de estos supuestos, decimos que una de tales partículas es un adverbio
(251) ... se dice el viejo, ya camino de su casa (S. 226). inten-ogativo cuando es capaz de desempeñar la función de complemento circunstancial o
(252) No deberíamos consentírselo, pero pienso en su poca vida ya (S. 293). adverbial sin necesidad de preposición. Evidentemente, los adverbios interrogativos pue-
den ser contestados con adverbios de otras clases: ¿Dónde? -Allí/ cerca, ¿Cómo ? -Así/
4.1.1.2.2. Los adverbios pronominales. pausadamente, ¿Cuándo? -Entonces/mañana, etc.
Cuándo, dónde, y cómo cumplen esos requisitos. En palabras de Alarcos:
Incluimos en este apartado una serie de adverbios de antiguo vinculados con los pro- !dónde, cuándo, cómo/ podrían considerarse como adverbios, pues cumplen las con-
nombres, sea con los interrogativos y relativos (cuando, como, donde, cuanto) , sea con los diciones indicadas: ser signos mínimos, autónomos y fancionar como aditamentos
adjetivos demostrativos o determinantes (deícticos y cuantificadores). (1969, 234).
Aunque entre todos ellos existe un claro parentesco (todos se relacionan semántica-
mente con el lugar, el tiempo, el modo, la cantidad), particularmente entre los dos prime- Como sucede con los demás adverbios nominales, los inten-ogativos pueden ser in-
ros grupos (que comparten el rasgo [+REL.] o [+transpositor]36), en conjunto presentan troducidos por preposiciones que matizan las nociones de lugar y tiempo :
comportamientos bien diferenciados, por lo que de nuevo los estudiaremos uno por uno
(263) ¿Adónde vamos? (L. 80).
mediante oposiciones bimembres.
(264) ¿Desde cuándo das a la parroquia? (L. 53).
(265) No veo muy bien de dónde sacas tú esa conclusión (L. 49).
4.1.1.2.2 a) Los adverbios interrogativos (y exclamativos). (266) Cavilaba por dónde acercarse mejor de noche a la posición alemana (S. 61).
(267) ¿Para cuándo es?
La lengua dispone de unas serie de unidades encargadas de inten-ogar acerca de (268) ¿Hasta cuándo esperaréis?
información que desconocemos o simplemente hemos oído mal. Cuando la interrogación
se dirige hacia un miembro concreto de la cláusula, no ante su totalidad, hablamos de inte- Cuando las cláusulas interrogativas se incrustan en otras superiores (interrogativas
rrogativas parciales. Ante una secuencia cualquiera, como la siguiente: indirectas), estos adverbios habilitan a dichas cláusulas para que puedan desempeñar la
(253) Por la mañana María compró pescado en el mercado función de C. DIR. o de término (de ir introducidas dichas cláusulas por preposición). En
tales casos a la función que desempeñan en el interior de la cláusula incrustada suman la
podemos realizar preguntas parciales sobre el sujeto, el C. DIR., el C. INDIR. o cualquier función de relacionantes (o transpositores, según otras escuelas funcionales)37 :
circunstancia:
(269) Andrea no sabe cómo empezar (S. 75).
(254) ¿Quién compró pescado? (270) ¡Si supiera cómo me las hacen pasar! (S.86).
(255) ¿Cuándo compró Mª el pescado?
(256) ¿A quién le compró Mª el pescado ? ·" Conviene diferenciar aquellos casos en los que la preposición tiene por término a toda la cláusula:
(257) ¿Con quién compró el pescado? (i) -No tenía idea de [cuándo pensaban volver] (L. 175),
(258) ¿Por cuánto/ a cómo compró el pescado ? de aquellos otros en que el término es exclusivamente el adverbio:
(259) ¿Dónde lo compró ? (ii) No sé quién eres, ni [[de dónde] sales] (L. 72).
(260) ¿Cuánto compró ?
Por otra parte, en estilo indirecto el adverbio interrogativo o exclamativo no siempre es relacionante:
puede concurrir con Ja conjunción que, que es, en tal caso, la que desempeña tal función, con lo que el adver-
36
Son los "relacionantes" de A.M. Barrenechea (1969, 24-25). bio se comporta como en las cláusulas independientes: como mero argumento.
266 267
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. intento de caracterización (il). Hacia una clasificación de los adverbios.
(271) -Lo único que necesito saber(. ..) es cuándo voy a morirme (S. 74). Cómo es un tanto especial, hecho derivado de su significado básico. Al igual que el
(272) ... donde dice ... cuándo han de tener hambre (S. 123). resto de los adverbios de manera, cómo no puede ser ténnino de preposición (sólo admite
(273) -Dígame cuánto voy a durar (S. 230). la anteposición de a, lo que conlleva un cambio de significado por el que se convierte en
(274) -¿No sabe usted dónde come? (S. 251). un adverbio de cantidad: ¿A cómo lo venden?38 ). Por otra parte, los borrosos límites que
(275) El viejo se asombra de cómo una estudiante se ha conquistado ya al chi- señalamos entre el complemento circunstancial de modo y el predicativo/atributo afectan
quillo (S. 106). directamente a cómo, de manera que con regularidad puede funcionar como atributo:
(276) -No tenía idea de cuándo pensaban volver (L. 175).
(277) Sabedor de que una crecida cantidad iba a cambiar de manos, de dónde y (280) ¿Cómo eran? (S. 271).
de cómo (L. 70). (281) ¿Cómo está?
-¡Fatal! Quiero decir. .. progresando (S. 231).
De esta manera, una cláusula como (282) Te agradezco mucho el que hayas venido a informarme de cómo están las
cosas (L. 72).
(278) Ignoro {cuándo/cómo/dónde} lo hizo. (283) Mira cómo han dejado mi casa (L. 149),
ha de recibir el siguiente análisis: casos en los que entra en exclusión paradigmática con los adjetivos:
(284) *¿Cómo es ella alta?
(279) cláus. (285) *¿Cómo está contenta?
PRED. C.D.
1 1 Pero el adverbio de modo ha conocido ulteriores desarrollos. Las dos construcciones
v. cláus.
anteriores son incorrectas si cómo actúa de adverbio de modo en función de atributo. Sin
embargo, dicho adverbio puede indicar otros valores (especialmente el de causa). Con este
REL. e.e. C.D. PRED. valor (284) y (285) son plenamente gramaticales. En este caso cómo sigue siendo adver-
L 1
adv.
1
pron.
1
v. bio (no conjunción) ya que continúa ocupando una plaza argumental, la del satélite cau-
int. sal, que, por tanto, no puede volver a ser mencionado:
1
(iii)Nos preguntó que a dónde tbamos (L. 134). (288) Convino ella y procedí yo a referirle en términos sencillos y limpia sinta-
(iv) Agregó(.. .) que dónde estaba el paciente (L 161). xis cómo había sido conducido a presencia de quien, fraudulento, se arro-
(v) Y no pude por menos de preguntarme (.. .) que cómo podta uno encarar el futuro con con- gara atribuciones ministeriales; cómo éste (. .. ) me había encomendado
fianza (L 270). una misión consistente en llevar a Madrid un maletín que de Creso la envi-
Esta utilización de que, cuando es innecesaria, es un rasgo de coloquialidad. Sin embargo, no siempre dia concitara; cómo en la citada urbe otro por mí había sido víctima de un
es suprimible. Tal sucede, por ejemplo, con verbos como decir: asesinato (. ..); cómo le había entregado a ella, Suzanna Trash, el maletín
(vi) Nos dijo dónde estaba el paciente.
(vii) Dice que dónde está el paciente. 38
Los empleos de cómo o como en calidad de adverbio de cantidad no se reducen a este caso. Aparece
también en las comparativas (en la correlación tanto ... como/cuanto) y en exclamaciones:
(vi) corresponde a Nos dijo: "el paciente está en su habitación" (no hay ninguna interrogación); (vii), por el
contrario, responde a una verdadera interrogativa indirecta (decir equivale a preguntar), en la que se reprodu- (i) -¡Cómo ha crecido! (S. 263).
ce un adverbio realmente emitido en la secuencia original (Dice: "¿dónde está el paciente ?"). (ii) -¡Cómo la comprende Hortensia...! (S. 329).
268 269
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. !mento de caracterización (TD. Hacia una clasificación de los adverbios.
en la cafetería(. .. ); cómo había establecido inteligentemente la conexión Mientras (294) puede responder a una información obtenida a través de un segundo
entre el llorado difunto y la agencia teatral y entre esta última y ella, informante, es decir, puede obedecer a:
Suzanna Trash, y cómo (... ) había acudido a visitarla y sido muy mal reci-
bido (L. 68-69). (296) Oí [que Juan decía] que la Emilia cerraba el coche.
(289) Oí cómo la Emilia cerraba el coche con innecesaria violencia y cómo sus
pasos decididos se perdían calle arriba (L. 140). (295), por el contrario, sólo puede responder a una percepción directa del estado de cosas
y, consecuentemente, de la manera en que se produjo. En (294), en cambio, lo que impor-
En este caso cómo desempeña exclusivamente la función de relacionante (sustituible ta es el contenido proposicional a secas.
por que, lo cual no quiere decir que sean sinónimos, en lo cual coincidimos con M.
Morera: 1990, 684). Discrepamos de este autor, sin embargo, cuando niega que cómo pier- Así se puede explicar el empleo conjuntivo de cómo. Como hemos visto en §3.1.2.,
da aquí su valor adverbial relativo. A nuestro entender, en estos casos cómo se ha conver- S. Dik y otros autores han puesto de manifiesto que todos los estados de cosas -con la
tido en conjunción ya que no ocupa ninguna plaza argumental. Por esta razón en (289) la excepción vista de los «estados»- se han de dar necesariamente de una manera. Por tanto,
presencia de cómo no bloquea la de un auténtico complemento circunstancial de manera: la manera implica el estado de cosas, el cómo presupone el que (Oír cómo cierra alguien un
con innecesaria violencia. coche -adverbio de modo- implica oír que alguien cierra un coche, si bien lo contrario no
Algunos ejemplos que por su ambigüedad resaltan el contraste de ambas inter- es necesariamente cierto, como hemos visto a propósito de (294)-(295)). Ésta es, en nues-
pretaciones nos permitirán diferenciar diáfanamente los dos empleos de cómo: tra opinión, la causa de que el adverbio relativo de modo adquiera este valor conjuntivo39•
(290) ¿Ves cómo aprendes? (S. 53).
(291) ¿Ves cómo es papá? (S. 192). 39
Todo lo dicho no impide que con frecuencia esté perdido todo resto de valor modal en este empleo de
(292) Uno de los niños orensanos que salieron con vida del choque de A Estrad,1 cómo. Por ejemplo,
vio cómo sus padres ardían en el automóvil (LVG., 24-3-92, 23). (i) Andrea explica cómo hacen lo imposible para evitarle al suegro padecimientos (S. 87).
En (290), en cuanto adverbio relativo de modo, cómo ocuparía la plaza de un adverbio puede reproducir simplemente un Hacemos lo imposible para evitarle padecimientos a mi suegro, donde no
u otra unidad que funcionara como circunstancial de manera. Y así, en efecto, es como con- hay ninguna mención a la manera en que proceden para lograr tal fin. Convendría estudiar en qué casos puede
tinúa la secuencia (Así, a golpes y a caricias). Por el contrario, en tanto que conjunción, aparecer este cómo, pues no es una variante libre de que. En nuestra opinión en su elección entran en juego
implicaría simplemente la certeza de lo afirmado en la completiva(¿ Ves que aprendes?). De factores di versos:
la misma manera, en (291) cómo, de ser adverbio relativo de modo, haría referencia a las
-La completiva precedida de cómo conjunción sólo puede aparecer en fórmulas de estilo indirecto, más
cualidades del padre (serio, simpático ... ). Y ésta, en realidad, es la interpretación que ha de
recibir si lo enmarcamos en su contexto. Pero dicha partícula, puede actuar como conjunción concretamente de objeto directo. Que o cómo adverbio relativo, por el contrario, pueden introducir cualquier
completiva y, en este caso, entraría en relación paradigmática con otras conjunciones de su tipo de completiva.
misma índole: si(¿ Ves si es papá?), que(¿ Ves que es papá?). Lo mismo sucede en (292), si -El tipo de verbo principal, pues sólo algunos admiten cómo conjunción (¿Ves cómo es papá quien
bien aquí la aparición de si, por su carácter dubitativo, sólo es admisible en pola.i.idad nega- llama?, *¿Sabes cómo es papá quien llama?).
tiva (no vio si sus padres ... ). En este caso se da, por otro lado, una circunstancia que hace -Cómo implica la realización de lo introducido por él, de ahí que siempre se pueda añadir cómo (es cier-
preferible la asignación de cómo a la categoría de las conjunciones: si tal unidad fuera un to) que. En los demás casos queda excluido:
adverbio interrogativo ocuparía la posición de tema-foco y, cuando un satélite ocupa dicha
posición, la norma del castellano exige la inversión del orden sujeto-verbo (¿Cómo vino (ii) ¿Ves cómo (es cierto que) ha sido él el autor del anónimo?
Juan?,* ¿Cómo Juan vino?). Tal condición no se da aquí, como tampoco se da en (289). (iii) *Nos aconsejó cómo pidiéramos una indemnización.
Evidentemente, decir que cómo se ha convertido en conjunción completiva no supo-
ne negarle el significado modal (así opina también Gilí Gaya: 1961, 288). Que, si y cómo (obsérvese que esta última secuencia tampoco admite el añadido que era cierto que: Nos aconsejó que (*era
no son variantes condicionadas. Cada una mantiene su valor y de ahí que no siempre sean cierto que) pidiéramos una indemnización). En este punto se comporta como otras palabras de la lengua (a
intercambiables o, de serlo, impliquen cambios de contenido: veces llamadas factitivas): verbos (Lamento que hayas venido), adverbios (Desgraciadamente, ha venido), etc.
Obsérvese que, en futuro, siguen implicando certeza en una posterior realización: Lamento que (sea cierto
(293) No oí si la Emilia cerraba el coche. que) vayas a venir, Desgraciadamente, (es cierto que) vendrá,¿ Ves cómo (es cierto que) va a ser él el autor
(294) Oí que la Emilia cerraba el coche. de un anónimo.
(295) Oí cómo la Emilia cerraba el coche. -Finalmente, frente a que, cómo suele ser más enfático, quizás por su carácter tónico.
270 271
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (U). Hacia una clasificación de los adverbios.
Cuánto plantea otro tipo de problemas. Las lenguas indoeuropeas no formalizan de Las formas cuánto (masculino), cuánta (femenino) y sus plurales no pueden ser con-
la misma manera la cantidad que las demás circunstancias de lugar, tiempo y ·modo. La siderados, pues, adverbios interrogativos. Pero la cuestión es más compleja, ya que existe
noción de cantidad en lugar de vincularse con los complementos circunstanciales suele otro cuánto (homófono del masculino), que se utiliza en contextos en los que no es posi-
hacerlo con la determinación. De esta manera, al lado de cuánto nos encontramos con ble pensar en la elisión de un substantivo. Cfr.:
variantes morfológicas del tipo de cuánto(s), -a(s) inexistentes en los casos anteriores. En
estos casos cuánto y sus variantes se comportan como pronombres interrogativos en los (300) Ya trajeron la harina. ¿Cuánto te pongo?!¿Cuánta te pongo?
que se combinan las funciones de relacionante y determinante (con las características pro- (301) ¿Cuánto mide de largo?
pias de los determinantes, es decir, en caso de elisión del nominal ellos solos ocupan la (302) ¿Cuánto corriste esta tarde?
plaza de la función correspondiente): (303) -¿Quieres la prueba de cuánto estimamos tus documentos ? (S. 316).
(304) Todavía recuerdo cuánto le sorprendió la voz del médico (S. 339).
(297a) Ignoro cuánta carne compró. ( 305) Para contarle cómo era y cuánto, cuánto, cuánto les adoraba a los dos (S.
(297b) Ignoro cuánta compró, 343).
se analizarán respectivamente como: En estos casos se nos plantea el dilema de determinar si ahora estamos ante un adver-
bio o ante un pronombre neutro. Como el problema afecta igualmente al pronombre rela-
tivo cuanto y a los cuantificadores mucho, poco, bastante, etc., volveremos a plantearnos
la pregunta cuando tratemos precisamente de la cuantificación (§ 4.1.1.2.2. d.). En dicho
(298) cláus.
apartado veremos cómo sí es defendible la existencia de un cuánto adverbial (homónimo
PRED. C.D. del pronombre neutro y como éste invariable) porque, en contra de lo que opina Alarcos,
1 1 no nos parece cierto que
v. cláus.
Para funcionar como aditamento requiere, como los nombres, un indicio funcional,
la "preposición" (1969, 233).
REL. C.D. PRED.
L
1 1
Si sólo tuviéramos en cuenta ejemplos como (300)-(302) sería objetable el carácter
f. n. v. adverbial de cuanto. En (300) ocupa la plaza argumental de un complemento directo (se
trata, en consecuencia, de un pronombre neutro). (301 ) y (302) son, en cambio, más discuti-
DET. NOM.
1
bles, pues no está clara cuál es la función que en ellas desempeña la partícula. Para Alarcos
1
pron. sust. sería un implemento (lo mide de largo, los corriste), en cambio para G. Rojo (1985) se tra-
inter. taría de complementos adverbiales. Sin embargo, los ejemplos (303)-(305) muestran de
1
Ignoro
1
cuánta carne compró forma indiscutible que la unidad cuánto puede funcionar como aditamento. No parece, por
tanto, justificable negarle el carácter adverbial a dicha unidad en tales casos.
Algunos autores (por ejemplo, Alcina y Blecua: 1975, §48; Alarcos et alii: 1981,
(299) cláus. 111) han señalado la conveniencia de agrupar a interrogativos y relativos dentro de la
misma subclase de palabras pronominales. Más que de «interrogativos» y «relativos»
PRED. C.D.
Alcina y Blecua hablan -con razón- de «formas tónicas» y «formas átonas», pues las pri-
1 1
v. cláus. meras también "pueden aparecer con entonación exclamativa" (id., 688):
272 273
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización ( !I). Hacia una clas1ficac16n de los adverbios.
La unanimidad de comportamiento de estas palabras hace recomendable tomarlas -como hemos visto- considerar a los segundos variantes de los primeros en contextos inte-
todas dentro de un mismo conjunto y este conjunto incluirlo en la subclase de los rrogativos. Al igual que entre aquéllos, existe un cuarteto de unidades que al cumplimiento
pronombres por su capacidad de marcativos de subordinación (ibid.). de la función de relacionantes suman la de circunstancial sin necesidad de preposición
La causa de dicha integración es, por tanto, la facultad de introducir subordinadas, a (cuando, como, donde y cuanto). En estos casos, como es normal en los relativos, tales
lo que unen la identidad de significados (y -podríamos añadir- también de forma). adverbios habilitan a la cláusula que introducen para funcionar como modificador de un
Por otra parte, la afirmación de que los relativos necesitan siempre un antecedente substantivo, adverbio o equivalente:
(aunque sea implícito), al contrario que interrogativos y exclamativos, carece de justifi-
cación, con lo que se anula un importante rasgo diferenciador de ambas clases. (317) Corrimos hacia el portal donde nos esperaba (L. 111) (:;;:en el que).
(318) El coche retorna a la autopista desde un mesón de carretera donde los
De esta manera -concluimos nosotros-, (309) y (310)
viajeros han cenado ligeramente (S. 20) (=en el que).
(319) No nos gustó la forma como lo hizo (=en que).
(309) Pregunto por dónde ha venido, (320) Ahora, cuando los kuwaitíes anuncian acciones legales en su contra(. .. ),
(310) Vengo por donde ha venido, De la Rosa les culpa del desastre (EP., 6-12-92, 12) (=ahora que).
se diferenciarían por la misma causa que Estos adverbios relativos equivalen, pues, a un pronombre relativo, que u otro, nor-
( 311) ¿Vino María? malmente precedido de preposición. Ocurre, sin embargo, que, por la restricción que
(312) Vino María imponen a su antecedente (limitado a las nociones de lugar, tiempo, modo y cantidad), es
frecuente que aparezcan sin él. En tales casos, el antecedente40 resulta innecesario porque
es decir, por aparecer el primero en un contexto interrogativo y el segundo en uno decla- ya va incluido en el significado del relativo:
rativo.
En nuestra opinión, la postura de ambos autores parece defendible. De ahí que agru- ( 321) Corrimos hacia donde nos esperaba.
pemos ambos conjuntos en una misma clase: adverbios relacionantes (o transpositores). (322) No nos gustó como lo hizo.
Ahora bien, entre unos y otros hay ciertas diferencias que aconsejan desdoblar la clase en (323) Cuando los kuwaitíes anuncian acciones legales en su contra, De la Rosa...
dos subgrupos: tónicos (interrogativos y exclamativos) y átonos (relativos).
Los segundos siempre desempeñan dos funciones, la relacionante y la propia de un Cuanto va más allá que sus compañeros, ya que es el único que nunca lleva antece-
argumento clausal. Los primeros no necesariamente son transpositores . Pueden serlo dente (H. Martínez: 1987, 31 O), a no ser que consideremos como tal al adverbio tanto con
(cuando introducen una interrogativa indirecta) pero también pueden aparecer en unida- el que forma correlación:
des independientes, no subordinadas a una superior, en las cuales sólo desempeñan una
(324) Lo visitamos (*todo/tanto) cuanto nos dejan.
función clausal:
(313) -¿Cuándo fue? (S. 285). En un principio, estos hechos se pueden explicar como un caso de elipsis de antece-
( 314) ¡Cuándo hubiera pensado yo tal cosa! (S. 209. dente. Sin embargo, el proceso de fijación de la nueva estructura está demasiado avanza-
(315) ¿Dónde aprendió el oficio? (S. 114). do como para ser justificado en estos términos. En realidad, salvo donde, los demás adver-
(316) ¡Cómo se horrorizó ella! (S. 55). bios relativos apenas aparecen con antecedente expreso. A pesar de que los términos tem-
porales, posibles antecedentes, son tan numerosos como los de lugar, cuando hoy en día
Es decir, los relativos (sean adverbios o no) siempre son unidades bifuncionales; los no se emplea en tal labor en cláusulas especificativas:
interrogativos y exclamativos, por el contrario, sólo lo son en determinados contextos.
"' La gramática tradicional habla en tales casos de "antecedente envuelto o implícito", que "se calla por
4.1.1.2.2. b) Adverbios relativos. innecesario: Voy donde me llaman" o porque es "adrede indeterminado, como relativo de generalización
equivalente a «cualquier... »: Donde las dan, Las toman" (Esbozo, 538). Por otra parte, es un fenómeno que no
El comportamiento de los pronombres relativos es bastante semejante al de los inte- se restringe a los adverbios relativos sino que afecta a todos los relativos que imponen limitaciones semánti-
rrogativos cuando introducen cláusulas incrustadas, de manera que no parece absurdo cas a su antecedente (por ejemplo: quien, persona).
274 275
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!I). Hacia una clasificación de los adverbios.
(325) (*El día) cuando yo cumpla quince años viviremos en Madrid (adaptación Por esta razón cuando y como suelen ser considerados por la Academia conjunciones
de H. 180)41• antes que adverbios relativos (R.A.E.: 1973, 539). Alarcos, por su parte, también les niega
carácter adverbial, aunque por distintas razones42 • Ambas palabras necesitan un estudio
Lo mismo sucede con como, que sólo acepta un número muy limitado de antece-
dentes (modo, manera, procedimiento, forma, los adverbios tal, as() en construcciones más detallado del que aquí les podemos dedicar (sobre todo como43 ) , pero en principio no
creemos que su valor conjuntivo se pueda defender en estos casos.
especificativas y, aun en estos casos, muestra una clara preferencia por deshacerse de
ellos, si bien cláusulas del tipo de Me desagrada la manera como se comporta no pueden El problema radica, en nuestra opinión, en la defectuosa concepción que la gramáti-
considerarse en absoluto todavía agramaticales. ca tradicional tiene de las que llama oraciones de relativo. Las dificultades surgen del
hecho de que se toma como modelo de pronombre relativo a que, lo cual implica que los
• demás hayan de adecuarse a las características de aquél. Nos referimos sobre todo a la
•
1
En realidad, este hecho se debe a que para tales empleos cuando es sustituido por otras partículas, en
necesidad defendida por la corriente tradicional de que las de relativo sean siempre subor-
dinadas adjetivas con respecto a un antecedente (de ahí la ficticia necesidad del antece-
particular por que:
dente implícito o envuelto).
(i) El día que yo cumpla quince años... Lo cierto es, sin embargo, que las cláusulas de relativo no necesitan antecedente (G.
Alonso: 1991, 326). Aquellos pronombres que poseen un rasgo semántico del tipo 'perso-
Compárese, en este sentido, su diferente comportamiento con respecto a dónde: na', 'lugar', 'tiempo', etc. no precisan de él. En tales casos mantienen su función de unida-
(iia/b) ¿Desde cuándo/dónde vienes a venerar aquí? des habilitadoras, pero no para una "función adjetiva" sino para la que poseería el antece-
(a) -Desde que/*cuando me han trasladado (tiempo). dente de existir: sujeto ([quien mal anda] mal acaba), complemento directo (díselo [a
(b) -Desde *que/donde me han trasladado (lugar). [quienes te acompañen]]) y, como no, aditamento, precedido de preposición (ven [con
[quienes se decidan]]) o sin ella (los adverbios relativos).
Ignacio Bosque (1989) no rechaza la posibilidad de un adverbio relativo que, defendida por la gramá- Una cláusula como
tica académica, como se observa en las siguientes palabras:
(326) [Quien mal anda] mal acaba
... mientras que el Esbozo evita mencionar el problema, la misma RAE no deja de planteárse-
lo en otras ediciones de la gramática académica. En la de 1931 proponía(§ 403b) que el que que ha de recibir un análisis del tipo de
encontramos en g) es un adverbio relativo, como lo es donde en h): (326a) cláus.
g) No veo bien desde que tuve el accidente.
SUJ. PVO. PRED
h) No veo bien desde donde estoy.
1 1 1
Más concretamente, proponía que este adverbio relativo que es la variante distribucional de cláus. adv. v.
cuando en entornos preposicionales, con las excepciones de hasta (hasta {que/cuando) quieras) y
-antiguamente- desde (cita el ant. desde cuando vino). Este adverbio relativo que, continuaba la REL. SUJ. PVO. PRED
RAE, sería el mismo que tenemos con antecedente expreso(§ 405c), como en el día que tú naciste. lpr.
1
re!.
1
adv.
1
v.
1 1 1
Este análisis tradicional está, en lo fundamental, bien planteado. Tiene la ventaja de que Quien mal anda, mal acaba
explica que en g) el complemento de desde designa un momento o un instante (decimos desde
entonces) y, explica al mismo tiempo, que dicha oración no es una subordinada substantiva (1989, 42
214-215). Después de este examen, quedan como transpositores de oraciones a la función de aditamento
(desempeñando en ellas la misma función) los tres signos dependientes /donde, cuanda, como/. No
No nos parece descabellada la idea, pero antes de decidirse en tal sentido sería preciso un estudio más son autónomos, pues no aparecen aislados, y en consecuencia no son adverbios (Alarcos: 1969, 230).
detenido de la cuestión. Por ej., la posibilidad de sustitución de tales cláusulas por otra de infinitivo o una frase Obsérvese que, si consideráramos a los pronombres interrogativos como variantes de los relativos, la
nominal parece ir en contra de esa idea (trabajó hasta reventar/el lunes), si bien es cierto que la conmutación objeción carecería de validez. De todas formas, no podemos considerar defendible su posición, pues lo que les
por infinitivo está muy limitada (*trabajó desde levantarse, ??trabajó hasta recibir mi visita). En todo caso, impide ser autónomos no es su carácter adverbial sino el relativo.
si las frases nominales pueden alternar con los adverbios en estos contextos (trabaja desde entonces/ desde el.
43
La bibliografía sobre los adverbios relativos -y, emparentados con ellos, sobre la comparación- no es
lunes), no parece necesario postular el carácter adverbial de esas cláusulas ni, por tanto, la existencia de un demasiado abundante en español, pero ha aumentado en los últimos años (H. Martínez: 1987, A. López
cuarto que (adverbio). Los hechos se pueden explicar manteniendo el carácter conjuntivo de que: habilita a García: 1983, Acín Villa: 1987, J. A. Martínez: 1987, M. Morera: 1990, G. Alonso Megido: 1991), incluso
una cláusula para que actúe como término de preposición. contamos con alguna monografía (M. Pruñonosa Tomás: 1990; Moreno Ayora: 1991).
276 277
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracteri7.ac16n (11). Hacia una clasificación de los adverbios.
La función de quien, como se viene manteniendo desde la gramática ffadicional, es suficientes que demuestran el carácter bifuncional de las citadas unidades45 :
doble: por una parte, habilita a una cláusula con verbo en forma personal para desempe-
ñar funciones que, de no ser así, le estarían vedadas; por otra, desempeña dentro de dicha
cláusula subordinada. Por ello decíamos que la distinción no es inmotivada. Pero es arbitraria e injustificada
cláusula alguna función, sea clausal o de orden inferior -por ejemplo, término en una frase
desde el momento en que no se aplica al resto de las preposiciones, que son capaces también de aparecer en
preposicional. Ahora bien, como se ve en (326a) la habilitación no conduce siempre a una
ambos tipos de construcción:
función "adjetiva": modificar un substantivo antecedente. Es más, en el caso de los adver-
bios relativos raramente se produce dicha "transposición a adjetivo". (vii) De vez en cuando cae(... ) por [donde trabaja fa asistenta] (S. 260).
La segunda característica señalada para diferenciar a las partículas relativas es, por (viii) [Había] unos paneles enrejados [por donde el aire acondicionado ronroneaba] (L.
185).
el contrario, intachable. En este sentido, la tradición gramatical diferencia con nitidez (ix) Se sienta en un banco [desde donde ve la imagen de San Francisco] (S. 182).
entre adverbios relativos y conjunciones mediante este buen criterio: las conjunciones no (x) Cayó desde [donde lo habíamos dejado].
desempeñan funciones sintácticas en el interior de la cláusula, mientras que los adverbios (xi) Corrió hasta [donde yo estaba] (L. 142).
relativos sí lo hacen, puesto que actúan como complementos circunstanciales, comple- (xii) Aquí es [hasta donde llegamos].
mentos adverbiales, términos ... La demostración de que cuando, como o cuanto44 son Por otra parte, la forma simple, sin preposición, puede indicar también valor adlativo:
adverbios relativos presupone, por tanto, la de que desempeñan tales funciones (y no
(xiii) ... unosformidables ingresos que no se sabe dónde han ido a parar (EP, 6-12-92, 12).
solamente la de relacionante, como hacen las conjunciones). Creemos que hay pruebas (xiv) No era allí donde quería yo ir (L. 137).
44
Donde presenta menos problemas, por ello nadie ha puesto en duda su carácter de adverbio relativo. Este uso, frecuente hasta el siglo XVI, se justifica por Ja mencionada confluencia de las formas locativas y
Hay una cuestión en la que, sin embargo, queremos detenernos. Siguiendo una sugerencia de A. Bello, la adlativas (véase la nota 20 de este capítulo). Con todo, hoy en día la forma donde es preferentemente locati-
R.A.E. (1973, 538, n. 1) recomienda, aunque no preceptúa, la distinción de grafías siguiente: va, hasta el punto de que su empleo con Ja preposición en es opcional e infrecuente, salvo rección:
(xv) Pienso en dónde dejaría las llaves.
-Adonde, con antecedente expreso: Aquella es la casa adonde vamos.
-A donde, con antecedente tácito: Venían a donde yo estaba.
45
El paso de adverbio relativo a conjunción no es con todo, un fenómeno inusitado, piénsese en la con-
junción comparativa como. La conversión en conjunción supone la pérdida de la capacidad de desempeñar
Si bien reconoce que "Ja recomendación académica no ~e ha cumplido ni se cumple de hecho en el habla funcio nes clausales. Hoy en día podemos observar ese fenómeno en el pronombre relativo que, convertido con
oral y escrita moderna" (ibid.) frecuencia en mera marca de subordinación, en mero habilitador. Para Ja mayoría de los hispanohablantes las
Independientemente de que en el habla oral es difícil de comprobar una distinción meramente gráfica, lo siguientes cláusulas son incorrectas, aunque no infrecuentes, sobre todo en el lenguaje descuidado (incluso en
cierto es que tal distinción efectivamente no sólo no se cumple sino que da lugar a una innecesaria confusión: los medios de comunicación). Recordamos c¡ue el símbolo % indica que hay una variación dialectal o idio-
Jectal en la aceptabilidad de los ejemplos:
(i) Tratarían de atraerme adonde pudieran llevar a cabo sus nocivos... (L. 46).
(ii) Me pregunto si no tenía otro lugar adonde ir (L. 81 ). (i) %Conocí una chica, que te la presentaré en cuanto pueda.
(iii) Del vestuario (... ), a donde regresamos sin ser molestados, arrancaba una escalera de (ii) %En estos momentos llegan los entrenadores, que los entrevistaremos en cuanto se
caracol (L. 249). nos acerquen.
(iv) Me había llevado a donde yo le había dicho (L. 29). (iii) %Mira, ese es el médico que te hablé de él en tantas ocasiones.
(iv) %Se me marchó una criada que con ella estaba muy contenta en casa.
Confusión causada en buena medida por el hecho de que tal distinción resulta injustificada, lo cual no quiere En el idiolecto de aquellos hablantes que consideren correctos estos ejemplos, el pronombre que fun-
decir que sea inmotivada, como ahora veremos. En realidad, la distinción entre adonde y a donde obedece, ciona como una conjunción, pues, como antes dijimos, no desempeña ninguna función clausal, solamente rea-
desde el punto de vista sintáctico, a que en el primer caso Ja preposición a rige exclusivamente al adverbio en liza Ja habilitación: en los dos primeros ejemplos la función de C. DIR. Ja desempeña lo (por eso son agrama-
tanto que, en el segundo, alcanza a toda la cláusula, de ahí que se desligue del adverbio: ticales dichas cláusulas para la mayoría de los hablantes, porque tienen dos complementos directos). Sin
embargo, tan pronto como que se reinterpreta como una conjunción, nada impide la gramaticalidad de las
(v) Aquella es la casa [[adonde] vamos]. secuencias. En los dos últimos ejemplos se observa claramente como Ja tendencia analítica disocia las fun-
(vi) Venían [a [donde yo estaba]]. ciones de REL. (que) y las de suplemento (de él) y complemento circunstancial (con ella) que, en un lengua-
je más cuidado, formarían un único constituyente (las frases preposicionales del que, con la que).
En (v) a introduce un complemento del verbo subordinado, pertenece, por tanto, a la cláusula de rela- En R. Trujillo (1990: "Sobre la supuesta despronominalización del relativo") se puede contrastar una
tivo. Por el contrario, en (vi) la preposición depende del verbo principal y queda, en consecuencia, fuera de la opinión contraria a la que aquí defendemos.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
Comencemos por cuando: miembro desplazado: en María es quien vino, quien ejerce la función de sujeto de vino,
a) La cláusula igual que María en María vino; por consiguiente, en
(327) Cuando dijiste que te ibas el lunes (333) El lunes fue cuando dijiste que te ibas
es gramatical cuando remite, por ejemplo, a "dijiste que te ibas el lunes", pero resulta inco- cuando desempeña la misma función que el lunes en el lunes dijiste que te ibas, es decir,
rrecta cuando corresponde a "el lunes dijiste que te ibas". Ello nos demuestra que cuando la de complemento circunstancial.
ocupa la posición de complemento circunstancial (locativo temporal) de dijiste y, en con- c) Más arriba mencionarnos que el adverbio relativo cuando no puede introducir
secuencia, bloquea la aparición de otro constitµyente para la misma función. cláusulas de relativo especificativas. Sí puede, sin embargo, encabezar las explicativas:
Como sabemos, en el caso de los complementos circunstanciales, la prueba de la
incompatibilidad de complementos semejantes (exclusión paradigmática), debe manejarse (334) ¿Recuerdas aquellos años, cuando aún éramos jóvenes?
con cuidado porque no siempre parece cumplirse:
d) Las construcciones con adverbios relativos, como las comparativas, admiten ver-
(328) En verano meriendo a las cinco de la tarde. siones "abreviadas" cuando los demás miembros coinciden con los de la cláusula princi-
pal, posibilidad que rechazan las conjunciones o los adverbios no relativos. Los siguien-
La compatibilidad en ejemplos como el anterior obedece a la distinta extensión tem- tes ejemplos nos muestran que cuando es un adverbio relativo:
poral de uno y otro complemento, lo cual se manifiesta sintácticamente en un distinto
(335) Estoy donde María (está).
ámbito modificador ([[en verano] [meriendo [a las cinco de la tarde]]]). Lo que no es
(336) Llegué cuando María (llegó).
posible es la presencia de dos locativos temporales que remitan al mismo momento (salvo
(337) Caí como María (cayó).
aposición, evidentemente). Compárese la distinta gramaticalidad de:
(338) Corrimos tanto cuanto María (corrió).
(329) Cuando te vayas, a las cinco, avísame. (339) Vendré si María *(viene).
(330) A las cinco, cuando te vayas, avísame. (340) Vendré aunque María *(venga)
(331) *Cuando te vayas a las cinco, avísame. (341) No saben que los cabritillas salen de donde los niños (S. 271)' 6•
Por tanto, en Cuando Juan nació, no fuimos a visitarlo la unidad que ha de ocupar dicha "' Dichas construcciones abreviadas pueden ser más complejas: puede darse el caso de que no esté eli-
plaza ha de ser necesariamente cuando y de ahí de nuevo la agramaticalidad de *Cuando dido ningún verbo (Bien, como cuando Napoleón, H. 216), a no ser que queramos reponer arbitrariamente
Juan nació el lunes, fuimos a visitarlo. alguno adecuado al contexto: Rubes entrevió que por segunda vez en la vida -la primera fue cuando la gripe-
b) Las construcciones ecuacionales permiten extraer de una cláusula un constitu- rondaba un peligro en torno a su hijo, H. 216 (cuando tuvo la gripe); Espérame donde la fuente (donde está
yente dejando en su antigua posición un relativo que desempeña el mismo oficio que el la fuente). En estos casos los gramáticos hablan de empleo preposicional (véase Alcina y Blecua: 1975, 1112).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intenm de caracterización (11). Hacia una clasificación de los adverbios.
(345) *Si las cosas funcionan como me imagino que funcionan bien ... adverbios relativos (una subclase de los pronombres relativos caracterizada por la capaci-
(346) ... *celebramos como se merecía alegremente aquel improvisado gag. dad de desempeñar el oficio de complemento circunstancial, sin auxilio de preposición, en
(347) ... *si me prometes portarte como corresponde educadamente a la gratitud la cláusula que introducen).
que me debes.
El análisis de las cláusulas
b) Aparece encabezando el segundo miembro de estructuras ecuativas:
(348) Y así fue como vine a dar al avión al que he aludido (L. 27): (354) Trabajo {donde!cuando!como!cuanto} quiero.
(349) Y así fue como consiguió audiencia a tan intempestiva hora (L. 265 ).
(350) .
Con paciencia es como mejor se consigue todo.
ha de mostrar, por consiguiente, el carácter bifuncional de las partículas relativas:
(355) cláus.
c) A pesar de que en construcciones especificativas limita grandemente el número de
antecedentes, en las explicativas se comporta con mayor flexibilidad (si bien exige que PRED. C.D.
dichos antecedentes sean complementos circunstanciales de modo, lo que hace que las 1 1
v. cláus.
posibilidades se vean reducidas a adverbios, gerundios, frases preposicionales y similares:
nunca substantivos): REL. e.e. PRED.
(351) Te voy a hablar con toda sinceridad, como le hablaría a un hijo mío si Lo L 1
adv. rel.
1
v.
tuviera (L.126). 1 1
Trabajo (donde/cuando/como/cuanto) quiero
(352) Te voy a hablar sinceramente/ sincerándome, como le hablaría a ... 47•
No se agotan, sin embargo, aquí los valores de la forma como. Esta unidad es lo sufi-
d) Como admite, al igual que los demás adverbios relativos, las "versiones abrevia- cientemente compleja como para ser ella sola motivo de varias monografías. Así, es fre-
das" de que hemos hablado más arriba (335)-(341): cuente diferenciar un como, adverbio relativo, de una conjunción y de una preposición
homónimas e, incluso, se ha hablado de un como cuasiprefijo (vid. Acín Villa: 1987). No
(353) Te voy a hablar (con toda sinceridad,) como a un hijo mío (le hablaría). podemos, por tanto, ocuparnos de ella con la amplitud que merece, pero sí vamos a inten-
tar algunas calas en problemas relacionados con el como adverbial49 •
Por tanto, cuando, junto con como, donde y cuanto48 , constituyen el paradigma de los
'9 Dejamos fuera al como conjunción causal o condicional o al como comparativo (alomorfo de cuanto).
47
Obsérvese que en estos empleos el adverbio como no es sustituible por otro relativo: Este último, de valor cuantitativo, es mucho más frecuente que cuanto (limitado al nivel culto). Y no
(i) Te voy a hablar con toda sinceridad, con la que le hablaría a un hijo si lo tuviera, sólo alterna con ventaja con éste sino que también lo hace con las formas pronominales de masculino y feme-
no es completamente sinónima de (351). En este caso el antecedente de que es exclusivamente el sustantivos nino, singular y plural:
sinceridad, el cual, al ser detenninado por el artículo, queda identificado (le habla 'con la sinceridad con que (i) Corrió tanto como/cuanto Juan
hablaría a un hijo'). Por el contrario, como reproduce a la frase preposicional entera y, por tanto, lo que el (ii) Cogió tantas cucharas cuantos/como tenedores.
hablante expresa es que 'hablaría a un hijo con toda sinceridad también'). Que sólo acepta de antecedente a Obsérvese, además, que en sus empleos causal y condicional es una verdadera conjunción, que, por
complementos circunstanciales de modo cuando es el primer miembro de una construcción ecuativa:
tanto, no excluye la aparición de Jos complementos que ocupan las plazas argumentales:
(ii) Te hablaré con toda sinceridad/sinceramente, que es como hablaría a un hijo si lo tuviera.
(iii) Como hablas ÍMODotan bajo} ÍCAUSAª causa de tu afonía], no te oímos.
48
La lista de los adverbios relativos quizás se pudiera incrementar con mientras, opuesto a cuando por el
Hay también un como copulativo, correlato igualmente de tanto:
rasgo semántico [±durativo]. Como aquéllos, y al contrario que las conjunciones, mientras parece desempeñar
(iv) Estos coches se venden tanto en España como en Francia
dentro de su cláusula la función de complemento circunstancial. Cfr.: *Te esperaré mientras dura la fiesta diez
minutos, agramatical si diez minutos complementa a dura, pues ya se encarga mientras de llenar Ja casilla fun- puede significar 'se venden en la misma cantidad en España que .. .' (comparación) pero también, simplemen-
cional que exige este último verbo (un complemento adverbial en la terminología de G. Rojo). Por otra parte, te, 'se venden en España y en Francia'.
mientras conoce usos no transpositivos como sinónimo de mientras tanto: Mientras (tanto), espérame ahí. Un estudio exhaustivo de estos empleos de como se puede encontrar en Moreno Ayora (1991).
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El adverbio en español. Intento de caracterización (11). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
En primer lugar, hay que resaltar que el como modal es el mismo de las estructuras Quizás esta mayor libertad de como obedezca al hecho de que dicho adverbio, en
comparativas (evidentemente, de las que no entran en correlación con tanto, pues en este cambio, impone mayores restricciones en otro punto: como exige que el verbo sea el
caso -como recordaremos- es un alomorfo de cuanto). De esta manera, mismo en ambos miembros cuando los sujetos no son correferentesso:
(356) Juan sonríe como lo hace Pedro. (372) *Juan sonrió como Pedro contestó la pregunta (donde 'Juan sonrió hipó-
critamente' y 'Pedro contestó hipócritamente ').
es una construcción modal:
(357) Juan sonríe de la manera en que lo hace Pedro. frente a
Pero al mismo tiempo, implícitamente, es comparativa: lo característico -desde el punto (373) Juan vive donde Pedro compró una parcela.
de vista nocional- de las construcciones relativas es la aparición de una unidad repetida en (374) Juan entró cuando Pedro le dejó sitio.
dos cadenas consecutivas. De esta manera, (356) se podría desglosar en
De esta manera las posibilidades de recuperación del verbo se reducen al mínimo ya
(358) Juan sonríe de una manera x mencionado (el mismo verbo presente en el primer miembro), lo que, en nuestra opinión,
(359) Pedro sonríe de una manera x favorece que la elipsis se pueda dar en contextos más amplios que los permitidos por
cuando y donde 51 •
(donde x equivale, por ejemplo, a 'hipócrita'). Por ello, (357) es sinónimo de
Sea como fuere, como lleva esta posibilidad a lugares insospechados, porque, si
(360) Juan sonríe de la misma manera en que lo hace Pedro.
(375) Habló como un sabio (habla)
Hemos mencionado más. arriba que estas construcciones comparativo-relativas sue-
len admitir versiones abreviadas en las que se elimina lo común: puede justificarse como hemos procedido hasta este momento, ello ya no es posible en
(361) Juan sonríe como Pedro. casos como los siguientes:
Aquí ya empieza a diferenciarse como del resto de adverbios relativos: mientras que
cuando o donde sólo admiten esta reducción si se mantiene el sujeto: "'Véase Alcina y Blecua (1975, 1067) para algunas aparentes excepciones, en las que aparecen lo que
ellos denominan verbos vicarios (perífrasis modales, proverbos, verbos de lengua ... ), bajo los que se oculta el
(362) Pedro vive donde Juan. mismo verbo:
(363) Pedro llegó cuando Juan.
(364) *Pedro llevó a Juan donde a Jorge. (i) Me cubrí la cabeza y otras partes sensibles como buenamente pude (L. 100).
(365) *Pedro llevó a Juan cuando a Jorge, (ii) Toreó como pudo las proposiciones que desde el otro extremo de la línea le llovían (L.
121).
(iii) Apliqué la llama a los billetes, que se pusieron a arder como solo el papel bien sobado
(y obsérvese que en todos estos casos se da la identidad que antes mencionamos: 'Pedro
sabe hacer/,o (L. 203).
vive en el mismo lugar que Juan', 'Pedro llevó a Juan al mismo lugar que [llevó] a Jorge', (iv) Si las cosas funcionan como me imagino... (L 250) (es decir, "como me imagino [que fun-
etc.), las cadenas introducidas por como no conocen esta limitación: cionan}" ).
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El adverb10 en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
w
PRED. e. PVO. SUJ. PRED. e .e. e.e.
. ~n cuanto adverbio relativo que es, como en estos casos recoge un antecedente, cuya
1 1 1 1 func10n reproduce en la secuencia subordinada. Por ejemplo, en (382), su antecedente es
adv. re!. f.n. (v.) fprep . cláus.
una fábrica de aceitunas rellenas, atributo de era; en (391) lo es abierta, un adjetivo. Sin
1
~ 6
en México
6
cuando el sol para el resto
embargo, como el resto de los relativos, también puede aparecer sin antecedente; así nos
encontramo.s c~n casos como ~387): la unidad que debería ocupar la posición de comple-
Te vas a como una estatua
[aprieta [de tu vida mento predicativo no se menciona, la cualidad que habría de significar ha de considerar-
se estereotipada: inmóvil, petrificada... Queremos resaltar, con todo, que esta capacidad
de aparecer sin antecedente no diferencia a como de los demás relativos.
$2 Verbos como portarse, comportarse, obrar, etc.:
Continuando en el análisis de como en tanto que adverbio de manera, llama la aten-
(i) Si me prometes portarte como corresponde a la gratitud que me debes (L. 13).
ción una serie de peculiaridades notables que nos permiten situarlo en el extremo final de
(ii) Yo me ponía a cantar como un jilguero al primer sopapo y usted se ha portado como un una coherente línea de evolución (en la que únicamente es capaz de acompañarlo así,
héroe (L. 176).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (TI). Hacia una clasificación de los adverbios.
como pronto veremos). En cómo no sólo se borran los límites entre las cualidades de las (404) No debo de ser, como a veces mi conducta podría hacer pensar, un román-
entidades y de los estados de cosas sino también los que existen entre la manera y el esta- tico impenitente (L. 153 ).
do de cosas mismo (el cómo y el qué: la manera presupone el estado de cosas). Llegamos (405) Tengo(. .. ) sobrada conciencia de no ser persona de verba amena, como
así al cómo conjunción introductora de interrogativas indirectas. Pero por este camino aquí el amigo acaba de mostrar con sus ronquidos (L. 153).
también llegamos a un como que podemos denominar fórico universal, relativo universal, (406) Te sugiero, pues, que no te animes, como veo que estás haciendo (L. 171).
capaz de reproducir el estado de cosas mismo, es decir, que admite por antecedente a toda ~
(407) Lo principal sigue obrando, como puede usted ver, en nuestro poder (L. 182 ).
una cláusula (en lo que se asemeja a los pronombres neutros, por lo que no es extraño que (408) Aproveché, como tenía por costumbre hacer en los últimos tiempos, el tra-
j
con frecuencia sea sustituible por lo cual). yecto del ascensor, para rumiar cuán poderosa palanca es el dinero (L. 183 ).
(409) Ni tenía, como en otras ocasiones apuradas he tenido, bolsillos en los que
El contraste de (394) y (395) nos ilustrará acerca de este empleo:
uno... (L. 200).
'l
(394) No podía evitar que(... ) tratase de violentar a las enfermeras(. . .) que(. .. ) (410) Lo único que nos hace falta, como ya habrán supuesto, es un intermediario
no ocultaban como habría sido aconsejable su condición femenina (L. 10). (L. 21).
(411) Un país aporreado, como bien sabemos, por la inflación... (L. 250).
En este ejemplo, como mantiene pleno valor de adverbio modal: introduce una cláusula en (412) Trabajaba(. .. ) no como cantante, como ella a veces dejaba entender para
función de C. CIRC. de modo y, a la vez, desempeña él mismo la de C. CIRC. en dicha 1 darse ínfulas (L. 255).
cláusula. Sin embargo, si se separa por pausas la cláusula relativa, el significado global 1
1
(413) Acepté el ofrecimiento, como cabía esperar (L. 81 ).
cambia totalmente:
1 (414) Estaba yo enfocando mi catalejo hacia aquí, como tengo por costumbre
hacer (L. 85).
(395) ... no ocultaban, como habría sido aconsejable, su condición femenina.
La demostración de que en estos casos como satura la casilla del C. DIR. se mani-
En (394) la paráfrasis correspondiente a la cláusula relativa podría ser, por ejemplo, fiesta en la exclusión paradigmática que ejerce sobre cualquier otro pronombre fórico que
¡ intente ocupar dicha posición:
(396) Habría sido aconsejable que ocultaran convenientemente su condición 1
femenina, 1 (415) *Estaba, como lo tengo ya dicho, el bar repleto...
donde como ocupa la casilla funcional de un adverbio de modo. Por el contrario, (395) se
1 (416)
(417)
*Salí precipitadamente, como lo recordarán ustedes...
En lugar de venirse de bruces sobre ella, como temí que (*lo) hiciera,
parafrasea mejor con abrazó, besó y zarandeó a la Emilia (L. 77).
1 (418) Todo ello, como ya (*lo) sabemos, en vano (L. 137).
( 397) lo cual habría sido aconsejable,
J
l
Por otra parte, la sustitución por lo cual no siempre es posible porque éste es anafó-
donde se ha perdido todo resto de valor modal y sólo permanece el anafórico (como= lo
cual= ocultar su condición femenina). En estos casos como ocupa normalmente la plaza rico (no puede aparecer en posición inicial), en tanto que como no pone reparos a ser utili-
zado catafóricamente, es decir, haciendo referencia a algo que se mencionará después:
argumental de complemento directo:
(398) Estaba, como tengo ya dicho, el bar repleto de ciudadanos (L. 36) (Como (419) Como había visto hacer en las películas, descolgué el teléfono para que
tengo ya dicho reproduce Tengo ya dicho que el bar estaba repleto .. .). me despertaran a las ocho (L. 31).
(399) Salí precipitadamente, como recordarán ustedes (L. 105; el antecedente (420) debo (... ) confesar que, como tú muy bien adivinaste, la historia que te
no es el adverbio precipitadamente, sino toda la cláusula). conté(. .. ) era incompleta (L. 135).
(400) En vez de sentirse, como manda la lógica, horrorizado al descubrir. .. (L. 58). (421) Como iba diciendo, un conminatorio timbraw nos hiw restablecer con-
(401) Procuré no tragar saliva, cosa nada fácil, como podrá comprobar quien tacto con el mundo exterior (L. 160).
desee hacer el experimento (L. 11 ).
(402) Es posible que estés en apuros, como dices (L. 72). En todos estos ejemplos la cláusula introducida por como funciona como modifi-
(403) Te estuve esperando a la puerta de la agencia, como tú me habías dicho cador clausal (hecho esperable, pues su "antecedente" es precisamente toda una
(L. 131). cláusula).
l
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
·Con menos frecuencia, este como desmodalizado desempeña otras funciones (suje- Estos y otros usos conoce el adverbio relativo como (piénsese, por ejemplo, en el
to, atributo ... ): como ejemplificador), en los que no vamos a detenernos más. Lo importante, en nuestra
opinión, es que todos se pueden justificar a partir de un como adverbio relativo de modo,
(422) Me vinieron a la memoria, como es costumbre en estos casos, recuerdos es decir adverbio de modo (y hemos visto repetidamente a lo largo de este trabajo como
fragmentarios de mi infancia (L. 129) (Equivale a Es costumbre en estos los adverbios de manera con frecuencia no se limitan a la función de complemento
casos que me vengan a la memoria... ). circunstancial sino que la solapan con la de atributo, predicativo, modificador de substan-
(423) Una noche, como se ve, perfecta para... (L. 108). tivos ... llegando a confluir en buena medida con los adjetivos), y relativo (lo que supone
(424) No fuimos sorprendidos, como yo temía que ocurriera, mientras bajába un doble carácter fórico -anafórico o catafórico- y relacionante o transpositor). Del desa-
mos (L. 150).
rrollo de cualquiera de estas posibilidades (adverbio de modo, fórico, relacionante) surgen
(425) Te estarás preguntando(. .. ) por qué esta entrevista ha lugar en el anoni-
los variados empleos de esta unidad.
mato de un hotel y no como correspondería a mi dignidad, en un palacio
(L. 18). Figura 6
(426) El Caudillo, como es lógico, se sorprendió un poco de vernos entrar (L.
196).
(427) Pasé sin transición, y como tantas veces me ha ocurrido en la vida, de
agudo espectador a perplejo protagonista (L. 21).
(428) Si la orden se extinguiese, como parece que va a suceder... (L. 266).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (11). Hacia una clasificación· de los adverbios.
a) Lugar: aquí/ahí/allí mantienen la distribución tripartita propia del sistema demos- En (440)-(442) y en (443)-(445), ejemplos éstos de K. Nilsson (1981), el adverbio
trativo del español y equivalen respectivamente a 'en este/ese/aquel lugar'. Distinto es el deíctico hace referencia a un lugar que es precisamente un fragmento anterior del texto.
sistema formado por acá y allá (y el refuerzo de este último acullá, poco utilizado hoy en Por eso es sustituible por otros fóricos como ello, eso, etc. La locución de ahí (que) ('por
día), que en algunos lugares de Hispanoamérica parece sustituir a los primeros54 • eso/ello') se ha especializado en este valor fórico:
b) Tiempo: el sistema formado por ayer/hoy/mañana también es tripartito, si bien se
ve incrementado por un número considerable de compuestos más o menos soldados (ante- (446) Yo tengo el resguardo. Toribio quedó en pasar por él esta mañana, de ahí
ayer, pasado mañana, anteanteayer, anoche, etc.), muchos de ellos de índole dialectal que te confundiera (L. 71 ).
(Alvar y Pottier: 1987, 334).
Completan la lista ahora y entonces, que forman una oposición bimembre. Los temporales, por su parte, nunca se vinculan directamente con las personas
c) Modo: el único adverbio modal deíctico es así, equivalente a 'de esta/ esa manera' gramaticales: su punto de referencia es el momento de la comunicación. De todas formas,
(la forma en -á, asá, sólo se utiliza en frases hechas: lo mismo me da así o asá /así que asa). son auténticos deícticos mostrativos pues dicho momento surge necesariamente a partir de
Un rasgo que refuerza su parentesco con los demostrativos, y que no siempre se un yo comunicador (de ahí la sustitución por demostrativos: ahora 'en este momento',
señala en relación a esta subclase, es el siguiente: además de la deíxis "ad oculos", que entonces 'en ese momento').
vincula la situación extralingüística con respecto a las personas gramaticales, estos adver- Todos estos adverbios muestran un comportamiento bastante homogéneo que los
bios pueden realizar la deíxis fórica, dirigida hacia el contexto lingüístico: convierte en equivalentes funcionales, entre los pronombres, de los que llamamos más
arriba adverbios de orientación. Como ellos manifiestan las mismas características que los
(438) -Niña, que no has venido aquí a jugar con el chiquillo (S. 148) (Deíxis "ad asemejan funcionalmente a los substantivos: además de la función de complemento
oculos"). circunstancial o adverbial (y atributo o predicativo):
(439) Caí al suelo derrengado y aspiré allí los malsanos gases del coche (L. 139)
(Deíxis fórica). (447) Allí se juntó con un grupo de aduladores (S. 46).
( 440) Y de ahí mis reflexiones fueron a dar en la inexactitud de la metáfora que (448) Nos iremos allá (S. 164).
acabo de transcribir y en otros problemas que no tienen nada que ver con (449) ¿Es aquí? (S. 22).
el asunto que a la sazón nos ocupaba (L. 23). (450) Así es la gente del campo (S. 14).
( 441) No tenemos bastante ayuda. Ahí radica el problema. (451) Otros lienws hasta producen risa, como uno con un grupo de ovejas.
(442) Nos dijeron que nos congelarían el sueldo, pero yo no paso por ahí. "¿Donde las habrá visto así el pintamonas? ¡Con cara de conejas! (S. 92).
(443) He cultivado la única buena disposición que tienes, que es el piano... Si por (452) Lo quiero aquí (S. 77),
ahí te hubieras encaminado, otra cosa sería.
(444) Jamás hasta entonces se les ocurrió la idea de hablar en serio de la venta son capaces de desempeñar la de sujeto, suplemento, incluso la de complemento directo
del piano. (véase más adelante el así complemento directo):
Al llegar aquí, Rosa no quiere pensar más.
(445) Vivía con un hombre joven y guapo, que, al parecer era su marido... Pero (453) Hoy puede ser un gran día.
ahí estaba lo extraño. (454) Hablemos de mañana (no del mañana).
(455) Esperaremos a mañana 55•
54 Poco usadas son también las formas aquende y allende, sentidas como anticuadas ya en el siglo XVII.
" En esta cláusula a mañana no es complemento circunstancial, como pudiera pensarse, sino un ver-
En la lengua medieval existían otros adverbios deícticos (y, ende), tempranamente desaparecidos (el origen de dadero complemento directo, como lo demuestra la agramaticalidad de *Esperaremos a Juan a mañana.
todas estas partículas se puede ver en Alvar y Pottier: 1987, 329 y ss. y, sobre todo, en Terrado Pablo: 1990a). Diferente es el caso de Esperaremos a Juan hasta mañana.
En este sentido, debemos justificar la pobreza de nuestro sistema de adverbios pronominales, a la que aludi- Por otra parte, estamos hablando de verdaderos sujetos, no de primeros miembros de estructuras ecua-
mos en diferentes lugares, por un desarrollo de lo que se ha venido en llamar "tendencia analítica del latín vul- tivas (véase nota 14), cual es el caso en:
gar". El castellano prefiere liberar, en la medida de lo posible, a las palabras de aquellas marcas que pudieran
(i) No era allí donde quería yo ir (L. 137).
predestinarlas para empleos muy limitados: ende puede ser sustituido por de allí, de allá ... cuyos términos no
(ii) O, al menos, as( es como yo lo veo (L. J37).
se limitan a la expresión del origen; en lugar de ubi, quo, unde, qua prefiere utilizar la misma unidad prece- (iii) Pero así es como empezó mal el día (S. 40).
dida de las correspondientes preposiciones: ( en)la/de/por donde; en lugar de alicubi, en alguna parte, etc. ( iv) Entonces es cuando empezamos a quererles (S. 34 ).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (TT). Hacia una clasificación de los adverbios.
Pueden ser término de preposición (con la salvedad hecha de as(): recc10n, movimiento hacia, las terminadas en -í son estáticas, locativas (Bello: 1947,
Carbonero Cano: 1979); las primeras refieren a lugares imprecisos, las segundas implican
( 456) Y ya anda, ¿sabes? Desde anoche (S. 140). mayor precisión (postura del D.R.A.E.). Otros autores, en fin, consideran que acá y allá
(457) Ella me apartó de allá (S. 144). indican un lugar relativo, las demás un lugar absoluto. En la bibliografía mencionada en
(458) Se meten en la cocina a preparar una buena pasta al estilo de allá (S. 232 ). la nota 56 se pueden examinar con mayor detalle estas afirmaciones que, en líneas gene-
(459) Nunca falta por allí algún gañán (S. 76). rales, no están carentes de fundamento. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que con-
(460) ¡Los dioses de entonces! (S. 269). vendría hablar más bien de tendencias que de normas, pues tanto unos como otros se pue-
(461) Por ahora no puedo revelar más (L. 159). den aplicar a lugares precisos o más vagos, con valor de dirección o estativo (véanse las
estadísticas de K. Nilsson y P. de Vega, que nuestro corpus corrobora), si bien en una pro-
Pueden recibir modificaciones introducidas por pronombres relativos (no por preposicio- porción mayor en una subclase que en la otra. A esta confluencia ayuda, sin duda, el hecho
nes) o por otros adverbios (mismo, justo, sólo, etc.): de que las formas terminadas en -á tienen un empleo mucho menor (sobre todo en Espa-
(462) ¿Y quién te dice que ahora que han recuperado el maletín no tratarán de ña) que el resto, así como la carencia en esa serie de un miembro de la oposición (en
eliminarnos... ? (L. 100). nuestra opinión por causas fonéticas: el escaso cuerpo fónico y las peligrosas homonimias
(463) Vuelven a hallarse en el vestlbulo, allí donde una cartela mural procla- a que daría lugar *ahá >*á). En todo caso, ambos sistemas se conservan todavía bien dife-
ma... (S. 176). renciados57, al tiempo que allá y acá mantienen empleos completamente vedados a la otra
(464) Temió derrumbarse allí mismo (S. 287). serie como la gradación (tan allá, muy allá) o la comparación:
(465) Sólo entonces, y aún ahora me abochorna confesarlo... (L. 37-38).
(466) Ahora mismo está empezando a moverse (S. 61). (470) Luego hace asomarse a su padre al pasillo, para indicarle la puerta de la
cocina (. ..)y la del baño, más allá (S. 26).
(471) ... para permitirle ver, más allá en el valk, el fascinante espectáculo (S. 95).
Admiten aposiciones adverbiales (o de frases preposicionales):
(472) El viejo, paseando más allá de los jardines, llegó hasta un.a gran plaza (S. 89).
(467) Allá en Roccasera, el mosto ya empieza a fermentar (S. 18). (473) No había sido(.. .) el trayecto tan largo que pudiera llevar yo más allá mis
(468) Suben hasta el ático y, allá arriba, sorpresa (S. 152). reflexiones (L. 165).
(469) Tenemos un teatrito aquí cerca (L. 127),
Es más, precedida de artículo, la forma comparativa hace referencia a un lugar muy
o morfemas diminutivos (ahorita, ayercito, mañanita). determinado:
Todos ellos constituyen, pues, una subclase dentro de los pronombres demostrativos, (474) Este lugar me hiza sospechar que no debía de haber traspuesto aún los
caracterizada por poder desempeñar la función de aditamento sin necesidad de prepo- umbrales del más allá (L. 130).
sición, por la inmovilidad ante los morfemas de género y número y, finalmente, por su
especialización semántica en las nociones de lugar, tiempo y modo56 • " La oposición es sin duda muy compleja y si afectara a una parte más importante de la gramática habría
de dar lugar a páginas tan enjundiosas como las dedicadas a ser/estar. De la bibliografía consultada, el intento
más serio por encontrar el valor unitario de ambas series (que dé razón de ser a todas las apreciaciones más
a) Los deícticos espaciales.
limitadas que se han mencionado) es la de Terrado Pablo (1990). En su consideración, no es "la naturaleza del
Los estudios dedicados a los deícticos espaciales se centran sobre todo en precisar la lugar" lo que determina la utilización de las formas que estamos estudiando sino "el modo de considerar tal
diferencia de significado establecida entre la serie terminada en -á (acá, allá) y en -í (aqu(, lugar" (1990, 48), es decir, se trata de una cuestión de forma antes que de substancia. En concreto,
ahf, ali(). Más que de un solo rasgo distintivo, los distintos autores han señalado la exis- Tanto allí como allá pueden referirse a la misma realidad objetiva. Ahora bien, la refe-
tencia de un conjunto de diferencias entre ambas series: las formas en -á expresan di- rencia a esa realidad discurrirá por senderos diferentes, según sea una u otra la forma empleada.
Con aquí y allí nuestra visión se dirige directa hacia el lugar denotado. Con acá y allá se bifur-
56
La bibliografía sobre estos adverbios, más escasa que la consagrada a otras clases de adverbios ca y considera tal lugar por relación a otro (id., 49).
gramaticales, se puede completar en obras como las de Carbonero Cano (1979), K. Nilsson (1981), V. Las formas terminadas en -á implican, por tanto, una contraposición a otro lugar:
Fernández Marcos (1990), Terrado Pablo (1990, 1990a) y P. de Vega (1992). Más teórica es la monografía de
Acá y allá denotan un lugar considerado por oposición a otro, concebido por relación a otro
Cifuentes Honrubia (1989). (id., 51).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios .
Estos adverbios comparten algunas características que con anterioridad hemos men- La primera de ellas toma como unidad de referencia los días: ayer/hoy/mañana.
cionado a pr.opósito de otros locativos espaciales. Como ellos, están capacitados para Más vagos son los señalamientos de ahora/entonces y el arcaico par antaño (hoy en día
expresar noc10nes temporales. También aquí los adverbios terminados en -á prevalecen prácticamente sinónimo de otrora)/hogaño, que no implican unidades cronológicamente
sobre sus compañeros, con la salvedad de ahí, que carece del correspondiente correlato: precisas.
El sistema es en gran medida defectivo, ya que si, por una parte, la primera serie
(475) Aquello no era nada comparado con la tormenta que había tenido que completa las casillas de anterioridad, simultaneidad y posterioridad al día de la elocución
atravesar un avión(.. .), allá por los años cincuenta (L. 41). (e, incluso, se puede ampliar a anteayer, pasado mañana y otras formas de menor uso),
(476) Las excavaciones iniciadas(. .. ) allá por los años treinta, no permitieron observamos que en la segunda fila solo ayer tiene correlato (en anoche). Para las noches
encontrar la catacumba (L. 213). de los demás días se recurre a formas analíticas como esta noche, mañana (por la) noche,
(477) Desde entonces acá/hasta aquí no lo he vuelto a encontrar. hace dos noches, etc. Por otra parte, el par antaño/ hogaño, referido primeramente a la
unidad año, ha sufrido una ampliación de significado que lo hace sinónimo de 'en época
Por otra parte, el significado de dichos adverbios puede ser tanto locativo (lugar en) anterior'/'en esta época'(valor para el que hoy se prefieren frases o adverbios como en la
como adlativo (lugar a), conforme a la confusión general de ambos valores en castellano: actualidad o antiguamente, ampliables también a la posteridad: en elfu.turo, en los próxi-
mos años, etc.). Otrora, etimológicamente correlato de ahora, ha limitado su alcance al
(478) Sólo le pido una cosa a la Madonna todos los días: que( ... ) pueda yo lle-
varte allá a corretear por el patio de casa (S. 126).
pasado sin ninguna referencia a la unidad hora.
(479) Como decimos nosotros allá (S. 231). Como fácilmente se aprecia, el sistema es bastante pobre para dar cuenta tanto de la
(480) ¿Recuerdas el primer día en que vinimos aquí? (S. 331). riqueza de unidades cronológicas utilizadas por el hombre como de sus necesidades de
(481) Aquí todos lo sabemos todo (S. 49). precisión numérica. Para llenar este vacío, se recurre a formas analíticas como las seña-
(482) ¡Volví allí tantas noches! (S. 259). ladas más arriba: este año, este mes; la semana anterior/ pasada/próxima/siguiente; la vís-
(483) Andrea permanece allí un rato (S. 200). pera; dentro de tres días/ semanas/meses/años; hace cuatro días/semanas/meses 58 (véase
G. Rojo: 1974, 85 y ss., y P. Carbonero: 1979, § 4.2.1.3.).
Por dicha razón las preposiciones ,en y a están vedadas (*en allí, *a allf). Del resto
de las preposiciones, sólo se admiten las que implican movimiento (ya sea origen, direc-
ción o ruta): de allí, desde allí, hasta allí, para allí, por allí. Por el contrario, las locativas
se rechazan, con la salvedad de por (que indica vaguedad, en estos casos): *ante/ *bajo/ " Con valor más genérico se utilizan también otros adverbios terminados en -mente como últimamente,
*sobre allí, por alli). próximamente, recientemente, seguidamente, anteriormente, posteriormente, etc. Nótese que algunos de estos
adverbios son verdaderos deícticos y, por tanto, varían de acuerdo con su utilización en estilo indirecto. Así
sucede con últimamente y recientemente: Últimamente las cosas me van muy bien, por ejemplo, permite una
b) Los deícticos temporales. reproducción:
(i) Juan me dijo que últimamente las cosas le iban muy bien,
Por lo que respecta a los deícticos temporales, el sistema se organiza en tomo a varias
series ordenadas a partir del momento de la elocución (como sucede con el sistema verbal): sólo cuando esta segunda elocución se realiza poco después de la original y, por tanto, últimamente se puede
aplicar al 'ahora' de esta nueva emisión sin alterar las relaciones cronológicas:
(ii) Juan me dijo anoche que últimamente las cosas...
ayer hoy mañana Sin embargo, cuando entre ambos actos de habla dista un considerable espacio de tiempo y, por tanto,
anoche los 'ahora' de cada uno de ellos no son parcialmente coexistentes, el resultado es anómalo:
(iii) *Juan me dijo hace varios años que últimamente las cosas le iban muy bien.
entonces ahora entonces
Ello nos demuestra el carácter deíctico de dicho adverbio, aplicable sólo al ahora resultante de nuestra elocu-
antaño hogaño ción (del cual, en realidad, es una mera prolongación hacia el pasado). Lo mismo sucede con próximamente
otrora
con respecto a Ja posterioridad.
En esquema, tendremos:
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
· Sin duda, la más interesante de las oposiciones es la establecida por ahora/entonces. (485) Verás cuando digas: «mi abuelo era el Salvatore de Roccasera». Verás
Ésta se ha vinculado a la más general 'actualidad' /'inactualidad', en tomo a la cual gira entonces lo que vale un nombre (S. 236).
buena parte de las sistematizaciones realizadas sobre el verbo59 (para un adecuado enfoque (486) Tenemos recién nacidos, para presumir de ellos en el bautizo ... Luego sólo
de esta oposición véase G. Rojo: 1974 y A. Veiga: 1991). En ésta oposición bimembre lo se notan como un estorbo si gatean por la casa, pero no cuentan hasta que
pertinente no es la anterioridad, posterioridad o simultaneidad (en realidad ambos adver- no les vemos llevar el asno del ramal a darle agua o echar pienso en el
bios son formas de simultaneidad: para con la actualidad e inactualidad, respectivamente, corral a las gallinas: entonces es cuando empezamos a quererles si no se
de ahí la denominación de «presente de inactualidad» aplicado a entonces) sino la inclu- asustan del burro ni del gallo... (S. 34).
sión o exclusión con respecto al momento de la elocución. Por ello, esta última forma no
sólo se puede aplicar al pasado (484), sino también al futuro (485) o a lo genérico (486): Este entonces intemporal es el que evoluciona hasta convertirse en enlace ilativo: de
un genérico cuando llueve, entonces la tierra se moja pasamos a un condicional casi si-
nónimo si lleve, entonces la tierra se moja, en el que el adverbio ya no remite anafóri-
(484) -Un pastor que llevaba al mercado una cabra del moro y el animal se metió
camente a un momento ('en ese momento') sino a una prerrúsa de la que se sigue una
en un sembrado del cristiano, que la denunció al obispo.
consecuencia ('en tal caso'):
-¿Y el moro obedecía al obispo?
-Bueno, entonces daban miedo los obispos, porque podían condenar; no es (487) ... mi padre... También era del Sur. Siracusano.
como ahora que ni caso... (S. 240). -Entonces le gustarían los quesos fuertes ... (S. 103 ).
ahora El mismo proceso de gramaticalización se produce con ahora, el cual con frecuen-
········F==
I ~ ¡.......... cia pierde su valor temporal para expresar contraposición, réplica, etc. (valor fijado en la
últimamente próximamente secuencia ahora bien):
Seguidamente, anteriormente y posteriormente, por el contrario, no son deícticos. En realidad, su lugar (488) Ahora bien, ¿por qué se había encerrado en el despacho para pincharse?
está al lado de Jos adverbios de orientación (con antes y después). Como ellos, pueden tomar como punto de (L. 55).
referencia el 'ahora' (Seguidamente les mostraré mi último descubrimiento), pero también cualquier otra (489) -Eso -repliqué-, ahora voy a ser yo el responsable de lo que pasa por su
referencia temporal (Entonces me dijo que seguidamente me mostraría sus últimos descubrimientos). mala cabeza (L. 70).
En todo caso, debemos señalar -como ya hemos hecho en otras ocasiones- que dichos adverbios termi- Conviene señalar que ahora y entonces, como se ha visto en los ejemplos apuntados,
nados en -mente siempre conservan las características propias de su clase idiomática. Así, por ejemplo, al no aluden necesariamente a un punto (no son momentáneos o puntuales) sino que se pue-
contrario que los demás adverbios propiamente deícticos o de orientación, difícilmente podrán ser término de den extender más o menos hacia la anterioridad o la posterioridad. Es lógico que así suce-
preposición (la moda de antes/de hoy/ *de anteriormente/ ??de últimamente). De Ja misma manera, al igual da si se tiene en cuenta, por ejemplo, que lo mismo le ocurre al presente verbal (la oposi-
que el resto de los adverbios en -mente tampoco admiten complementación preposicional: *segui- ción se establece entre un espacio de tiempo, más o menos amplio, que incluye/excluye el
damente/* próximamente a su charla vs. después de su charla. Los escasos y dudosos ejemplos que se pueden momento de la elocución60) :
citar en contra corresponden a la persistencia de un «régimen» (tipo paralelamente a): ?anteriormente a la
(490) Cuando abrí el bar(... ) no vivía un alma en estos andurriales; y ahora que
caída de Roma, etc.
59 Y, en realidad, sobre toda la serie de adverbios deícticos y formas analíticas arriba mencionadas. Ya está casi todo habitado, la gente no se atreve a salir de noche... (L. 109).
(491) Ahora voy a abrir el maletín con el llavín para... (L. 26).
H. Weinrich (1968, 79) observa que:
Ahora, hoy, ayer, mañana son «traducidos» cuando estamos relatando y decimos entonces, Para mayores precisiones es necesario recurrir a adverbios modificadores como
en aquel tiempo, la víspera, el día siguiente. mismo, justo, precisamente, etc.:
P. Carbonero (1979, 116 y ss.) agranda considerablemente Ja lista: a las secuencias introducidas por este
(este año/mes ... ) corresponden las inactuales presentadas por ese, aquel (ese año); al adjetivo pasado, actual 60
Idéntico funcionamiento muestran, por otra parte, los deícticos espaciales. Aquí, por ejemplo, puede
(el año pasado) corresponde el inactual anterior (el año anterior), y a próximo o que viene (el año próximo! aludir a un lugar muy reducido (Ponte aquí, a mi lado) o más amplio: si habláramos con un extraterrestre
que viene) se contrapone siguiente (el año siguiente), etc. Más discutible es la oposición antes, después I ante- podríamos referimos con dicho adverbio a todo nuestro planeta (Aquí no estamos tan adelantados como en
riormente, posteriormente (id., 111), no totalmente coincidente con las anteriores. vuestro mundo).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (!I). Hacia una clasificación de los adverbios.
(492) Voy a recoger ahora mismo el maletín (L. 73). A lo largo de este trabajo hemos observado repetidamente como el valor de modo
(493) ¡Deje usted ahora mismo el diczero en paz! (L. 200). es difícil de delimitar del de cualidad, propio de los adjetivos. En así este proceso llega
(494) Si no fu.era por la niebla, ahora mismo la podrías ver (L. 237). a su cima.
Si Cómo puede preguntar por adjetivos:
Para finalizar, señalaremos que, como hemos visto en otras partes, estos adverbios
de tiempo comparten la posibilidad de incidir directamente sobre otras unidades además (509) María es alta y delgada. ¿Cómo es Juana?
del verbo: (510) Ayer los ánimos estaban calmados. ¿Cómo están hoy?
(495) El entonces presidente del gobierno (véase §3.3.).
(496) Como fu.ese que(. .. ) una zdgrima se desprendiera de mis pestañas, nunca Así, como un limitado número de adverbios, puede responder a esas preguntas,
aterciopeladas y ahora casi inexistentes por efectos del incendio... (L. 206). concurriendo con adjetivos en estos contextos:
(497) Con mi novia, ahora mi señora, el día que nos entregaron el seiscientos... (L.
(511) Juana es así/ *altamente/ *delicadamente/ *hermosamente ...
195).
(512) Juana es alta/delicada/hermosa...
(513) Los ánimos están así/ bien/ mal/ estupendamente/ *calmadamente/
e) Deícticos modales. *encrespadamente/*fu.riosamente.
( 514) Los ánimos están estupendos/ calmados/ encrespados/ furiosos.
Más reducido aún que el sistema de los deícticos temporales es el de los modales, (515) ¿Fueron así mis hijos? (S. 32).
limitado a la forma así, sincretismo de 'de esta/esa/aquella manera' . (516) Así somos los hombres: duros y amantes (S. 53).
Como los demás deícticos, así puede realizar tanto la deíxis mostrativa como la fóri- (517) Le duele que la ausencia de Andrea alegre tanto a su padre. Pero el viejo
ca (anafórica o catafórica): siempre fue así: cuando alguien se le atravesaba no había remedio (S. 139).
(498) Tengan la amabilidad de mirar hacia allá. No, hacia el otro lado. Así (L.192) Está claro que con este valor también puede funcionar como predicativo (en todas
(Mostrativa). sus variedades):
(499) -Levántele más; así (le colocan bien al niño) (S. 34).
(500) Coja el hacha por aquí, así, ¿ve cómo balancea? (S. 117). (518) Pero estos niños nad.a: asíresultan luego de mayores estos milaneses (S. 91).
(501) ...cuando todavía no levantaba ni tanto así del suelo (S. 150). (519) -¡Qué va! ¡Si no son medias! Son calcetines para que no me rocen las
(502) Logré arrastrarme hasta la acera, evitando así ser atropellado por los botas.
vehículos que venían detrás (L. 39) (Anafórico). Levanta la bata hasta descubrir la rodilla desnuda. «Así iban aquellas
(503) A fuerza de tentativas ya se pone a gatas y recorre así la alcobita o el estu- mozas en Roccasera en mis tiempos» (S. 104).
dio (S. 61). (520) ¡Cuántas cosas necesita un niño! Alimentarle, cambiarle a cada paso ...
(504) ¿Ves cómo aprendes? Así, a golpes y a caricias... Así somos los hombres: Hace falta ser mujer para aguantar así meses y meses (S. 106).
duros y amantes (S 53) (Catafórico). (521) El transparente cilindro se va llenando de la preciosísima sangre de
(505) También los corderillos asustados se calman así, abrazándoles y hablándo- Brunettino. «Como la de San Genaro», piensa el viejo, porque a la lechosa
les (S. 218). luz de la ventana ni siquiera parece roja, sino extrañamente oscura, sinies-
tra casi. «¿Envenenada?», se le ocurre de pronto, recordando que así la
Evidentemente, con frecuencia se entremezclan ambos tipos de deíxis porque los derramó por la boca Rajfaele, aquel mozo de su cuadra, cuando una mula
gestos y movimientos suelen acompañar a las palabras (y viceversa): le coceó en el vientre y murió vomitando sangre. Claro que le habían echa
do mal de ojo... (S. 120).
(506) Muévase adelante y atrás, padre... eso, así, ¿ve cómo se calla? (S. 34). (522) -¡Maldita sea! -exclama el viejo ante el barro que se seca en la sillita.
(507) ¡Así, niño mío, así se avanza! ¡En silencio, como los gatos.. ! (S. 72) .. -No se puede volver así, ¿verdad? Le reñirá la mamá... (S. 129).
(508) Es un libro de arte, papá; no debe abrirlo nunca más de 90 grados. Quiero (523) Siempre fue blando; la madre le crió así, con eso de ser el último sin espe-
decir: así (S. 90). ranzas ya de más hijos (S. 141).
(524) Así te quiero, rebelde, exigiendo lo tuyo (S. 202).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
(525) Renato (. .. ), tienes que retratarme así (S. 193). más en este punto porque ya le dedicamos suficiente atención en el lugar oportuno (§3.1.2.).
(526) -¡Así resultan todos: medio hombres, medio mujeres! (S. 197). Bástenos con insistir en que así lleva este proceso a sus últimas consecuencias.
(527) Así, alta la cabeza, Andrea regresa a su casa (S. 87). No acaban aquí, sin embargo, las extensiones de empleo de este adverbio. Dejando
(528) -Yo soy Ana Luisa -dice una de las viejas(. .. ). de lado su utilización como refuerzo de la coordinación copulativa y algunos empleos en
-No les haga caso, compañero ( ... ), no se llaman así, le están engañando fórmulas fijas:
(S. 174).
(529) -Ah, aquí está el chino. (537) Andrea le sigue, así como la directora (S. 175).
En efecto, el así llamado acababa de entrar (L. 197). (538) No está uno para dejar escapar las ocasiones así como así (L. 104),
Cuando este asífórico actúa como atributo puede ser sustituido por lo (el pronomi-
así también conoce un empleo cuantificador (al igual que cómo, con el que está estrecha-
nalizador por excelencia de dicha función), si bien, informativamente, sólo son parcial-
mente coincidentes. Juan lo es no se utiliza en los mismos contextos que Juan es así. Lo mente vinculado):
es anafórico, así también puede ser catafórico. Por otra parte, para este empleo, aquél
(539) ... cuando todavía no levantaba ni tanto así del suelo (S. 150).
conoce menos restricciones semánticas: compárese en este sentido el contraste entre Juan
es alegre. Pedro también {lo es/ es así} vs. Juan es médico. Pedro también {lo esl*es así}, (540) -¿ Y todos son así?
paralelo al que establece I. Bosque (1989, 140) en: ¿Cómo es Juan? -Alegre/-*Médico. -¿Así qué?(. .. )
Así, además, puede ser sustituto de un predicativo, cosa imposible para lo, como es bien -Así de ... viejos y eso (S. 176).
sabido (en realidad, esta característica se suele emplear precisamente para diferenciar a los (541) ¿Cuánto?... Tres meses o así (S. 323).
verbos propiamente copulativos de los pseudoatributivos). (542) Bastante vergüenza ajena me has hecho pasar con las cosas que decías.
Pero así va más lejos todavía: puede incidir directamente sobre los substantivos (y ¿De verdad eres así de degenerado? (L. 131).
algunos pronombres: algo, alguien), como un adjetivo más (peculiaridad que ningún otro (543) Así de complejos son los parámetros de nuestra realidad política (L. 21 ).
adverbio lleva hasta tal extremo): (544) Así de aprisa me recuperé de los estragos del viaje (L. 28).
(530) Con un paseo así debería contar toda localidad situada en la orilla del
mar, pues, cuando se llega a una ciudad así, lo primero que se hace... (lG., Con todo, el empleo que más queremos resaltar y que nuevamente nos lo vincula con
16-1-90, 10). como es el de, si así podemos denominarlo,fórico universal. Al igual que el relativo (vid.
(531) Si uno de mis mozas me hiciera una labor así(. .. ) a patadas le echaba de §4.1.1.2.2. b), así puede reproducir cualquier secuencia lingüística, en la función que sea:
mi casa (S. 18). como sujeto, atributo, complemento directo. En estos casos, al igual que sucede en sus
(532) ¿Cómo se llamará? (. .. ) Seguro que Maurizio, Giancarlo, un nombre así, empleos «adjetivos», el adverbio pierde todo su valor modal, concentrándose en la mera
de señorito, al gusto de Andrea (S. 29). alusión fórica. De esta manera, llega a equivaler a los pronombres deícticos neutros o
(533) ¡Buena cuadrilla de leñadores se forma con gente así! (S. 91). construcciones similares (eso, esto, lo siguiente, lo anterior), por los que es sustituible.
(534) Ella hablaba con palabras así, era una señorita fina (S. 3 2 ). Perdido el valor modal (ya vimos que la manera presupone el estado de cosas) sólo queda
(535) ... ¿Y qué barbaridad decía aquel modelo de virtudes? la referencia deíctica. Este empleo de así, por otra parte, es muy frecuente:
-Una barbaridad del Evangelio. Esa de «Tienen ojos y no ven; tienen oídos En los siguientes ejemplos, así funciona como deíctico de modo: en (545) hace refe-
y no oyen», o algo así... (S. 60). rencia a (llorar) rítmicamente, tranquilamente, en (546) a (hablar) seriamente o serio, es
(536) Pero ¡qué grande es esto de cuidar a alguien así! (S. 226) (ambigua). decir, a la manera en que se llora o habla, con las interferencias que sabemos que se produ-
Todos estos rasgos hacen que algunos adverbios (así, bien, estupendamente ... ) se ave- cen entre el modo en que se realizan las acciones y las cualidades que se tienen al realizar
cinen a los adjetivos, de los que en ocasiones parecen variantes61 • No nos queremos detener esas acciones :
61 Bien y mal concurren como sinónimos de sano y enfermo con mayor frecuencia que bueno y malo, (545) No suena irritado ni plañidero, sino rítmico, tranquilo: afirma una exis-
en construcciones predicativas: tencia. «Me gusta», piensa el viejo, «así lloraría yo si alguna vez llorase»
(S. 30).
(i) Juan no está bien estos días.
(ii) María anda mal. (546) -Les cuento lo que se me ocurre y lo graban sin perderse nada, como si
fuera el catecismo .. . ¡Si les vieras discutir luego, muy serios en ese italia-
No pueden, sin embargo, modificar directamente a un sustantivo como hace así, salvo con grupos muy
no de la radio! ¡Ni que yo hablara así, que barbaridad! (S. 243).
lexicalizados del tipo de una familia bien.
302 303
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracteri zación cm. Hacia una clasificación de los adverbios.
Del mismo modo, esperaríamos que en los siguientes casos el adverbio deíctico Esta traslación de funciones semánticas y sintácticas obedece a las mismas causas
hiciera referencia a la manera en que alguien habla o narra algo: que justificaron la con.fluencia del atributo-predicativo con el complemento circunstancial
de modo: si alguien es prudente (atributo), obrará prudentemente (C. CIRC. MODO); de
(547) ¿Cómo puede hablar as(? (S. 205). la misma manera, si alguien dice algo prudente (C. DIR.), hablará prudentemente (C.
(548) ¿Lo cuentan así en Calabria ? (S. 215).
CIRC. MODO).
Una vez que así se ha convertido en reproductor anafórico universal no tiene por qué
Sin embargo, tal expectativa no se cumple. En (547) -y lo mismo sucede con (548)-
ver limitadas sus posibilidades a la de complemento directo. Al contrario, lo llamamos
la secuencia lingüística a la que remite anafóricamente así no es un adverbio o una frase
precisamente fórico universal porque puede realizar este oficio con cualquier función sin-
equivalente sino:
táctica, como sujeto o atributo:
(547a) -No exageres, Bruno. Tampo'co es bueno consentirles todo a los niños. Hay
que educarles. (557) -¿De quién van a depender entonces? ¡Si todavía no anda, no habla, no se
El viejo la mira incrédulo. «¿Cómo puede hablar así? ¿Se habrá contagia- puede valer!
do de tanto vivir en Milán?» (S. 205). -De los padres, claro. Pero sin exagerar. .. Vamos, no se preocupe, padre;
el niño está atendido como es debido, lo hemos estudiado bien Andrea y yo.
Es decir, así no hace referencia a la manera en que se habla (rápidamente, iróni- -Ya... En ese libro, claro.
camente, estúpidamente, etc.) sino a lo hablado, a lo dicho (al objeto, en términos semán- -Por supuesto. Y, sobre todo, guiados por el médico... Es así, padre; no hay
que provocar demasiado cariño a esa edad (S. 40).
ticos). Es un empleo muy frecuente en este adverbio:
(558) ... no hay que coger al niño en brazas... ¡El mismo quería bajarse hace un
(549) El viejo oyó a su hijo justificarse así: momento, que yo lo he visto!
-Perdona la brusquedad, vida mía, pero te dejo; el niño está en el baño Así es. El niño, desde los brazas del viejo, señalaba insistente hacia el
(S. 113). . suelo... (S. 59).
(550) Andrea le inscribió en un estupendo Club de Animación para la Tercera (559) -De modo que el calzanazas de Toribio me estuvo tomando el pelo...
Edad, frecuentado por señores y señoras: así dijo ella (S. 173). -De acuerdo con mis conjeturas, así es (L. 136).
(551) El primer día cantaba as(: (560) Tem( que se quedara en casa con grave quebranto de su negocio, pero no
Padres sacadme de aquí fue así (L. 214).
que soy hijo verdadero, (561) El comisario Flores (. ..) le preguntó si tenía el honor de hallarse en pre-
y no merezco este trato sencia del célebre profesor don Plutarquete Pajarel!( ... ) y, una vez verifi-
por el amor que les tengo (S. 214). cado que, en efecto, así era... (L. 267).
(552) Porfié por librarme de las cuatro manos que me atenazaban diciendo así:
-No malgasten su tiempo conmigo. Creo que no tengo ni vocación ni talen- Con frecuencia es difícil determinar si estamos ante un atributo o un sujeto, pues en
to (L. 128). ocasiones así es encuentra su equivalencia más natural en eso ocurrió (actuando el verbo
(553) -Un cartoncito redondo rezaba así: NO MOLESTEN (L. 16). ser como intransitivo), mientras que otras veces resulta más natural la sustitución por es
(554) Nada que altere un poco nuestra monotonía me molesta. No debería hablar cierto (corroborativo sinónimo de en efecto, sí, etc.).
así, pero les confieso que me he vuelto bastantefrivolón (L. 228). En esta función de fórico textual así no entra en competencia con lo. Éste hace refe-
(555) Tuve tiempo de reflexionar así: ¿Y si lo que parece una dádiva fuera en rencia únicamente a un atributo anterior (adjetivo, frase preposicional, etc.). Así, por el
realidad un ardid o diablura ? (L. 31). contrario, en este empleo, recoge como atributo a la cláusula entera. El siguiente ejemplo
(556) Estas madres de hoy piensan así; creen que es mejor (S. 206). servirá para diferenciar ambos usos:
En nuestra opinión el adverbio ocupa en estos casos la plaza argumental del com- (562) La soledad me ha vuelto un poco errático. Antes no era así (L. 84).
plemento directo (en consonancia con su función semántica) si el verbo es transitivo (Así
dijo al finalizar una cita equivale a Esto dijo); si el verbo es intransitivo estamos ante un La ambigüedad de esta construcción obedece a que el adverbio anafórico puede
complemento interno (acusativo interno) de tipo de hablar unas palabras (tampoco son hacer referencia solamente al adjetivo errático, con lo que nos encontramos con el valor
infrecuentes transitivaciones como hablarlo). al que hemos aludido más arriba (el de equivalencia adverbio-adjetivo). En este caso, así
304 305
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
es conmutable por lo (antes no lo era). Sin embargo, así conoce la ampliación de valor Es evidente que, si con este empleo de fórico universal puede desempeñar varia-
fórico que hemos mencionado y, por tanto, puede hacer referencia a la cláusula anterior das funciones consideradas tradicionalmente «nominales» como las de atributo o com-
entera. De esta manera antes no era así equivale a 'antes no me sucedía eso' y ya no puede plemento directo, nada debe obstar para que con el mismo valor aparezca ocupando pla-
ser sustituido por lo. En nuestra opinión, ambos empleos del adverbio deben quedar con- zas «adverbiales». Y, en efecto, tal posibilidad se da: podemos encontrar a este así fun-
venientemente diferenciados. cionando como complemento circunstancial o como modificador clausal, según sea su
Otra diferencia importante separa a así y a lo (sea atributo o complemento directo): alcance. Pero debe tenerse en cuenta que en estos empleos así no es propiamente un
este último no puede ser tema ni foco informativo (por su carácter átono). En esta posi- modal (a pesar de que siempre es sustituible por de esta manera) y por tanto puede indi-
ción clausal debe utilizarse así u otro fórico tónico como eso. Pero, de aparecer así, con car diversos valores semánticos (lugar, causa, condición, consecutivo ... siempre con un
cierta frecuencia se produce un fenómeno curioso que denominamos disociación. Quizás claro valor de cohesión extraclausal, de ahí que con frecuencia sea conmutable por por
debido a la amplitud de los usos fóricos concentrados en así, lo que le permite de- eso, con eso, etc .). Todas las unidades fóricas son semánticamente cohesivas. El pro-
sempeñar funciones que raramente coexisten en la misma palabra, hay una especie de blema es establecer cuando esas unidades dan el paso siguiente y se convierten sintác-
disociación entre los valores·de señalamiento deíctico (tarea desempeñada por as() y de ticamente también en elementos cohesivos, en conectores. Con frecuencia es difícil
indicación de la función sintáctica (sea compleménto directo o atributo), realizada por determinar si todavía estamos ante un modificador (circunstancial, clausal) o ante un
lo. De esta manera, nos encontramos con la secuencia así lo generalmente conmutable
verdadero enlace extraoracional ilativo (valor claro en los grupos así que y así es que
por eso: los dos valores concurrentes en eso se presentan de forma analítica de aquella
vs. así es como). Cuando el valor básico, determinado por el contexto, es causal, de ins-
manera. Por ejemplo, en (563), Así lo sintió días atrás es sinónimo de Eso sintió días
trumento, locativo, etc. tenderíamos a incluirlos entre los complementos circunstancia-
atrás; en (564), lo hace así la gente fina es equivalente a hace eso la gente fina y, en
les; cuando es consecutivo, condicional o más genérico y difícil de determinar, entre los
(565)-(569), las conmutaciones se realizarían con eso hace poco después, admitía eso,
conectores (que analizaremos con más detalle en §4.1.2.1.). Pero, en realidad, esta
eso espero, eso hice y eso me pareció 62 :
manera de proceder no nos parece plenamente justificada, pues dichos valores se dedu-
(563) Oye las dos respiraciones, la vieja y la nueva: confluyen como ríos, se cen del contexto, no del adverbio y, por tanto, lo lógico sería suponer que estamos ante
entremezclan como serpientes enamoradas, susurran como en la brisa dos
un mismo empleo de la forma adverbial.
hojas hermanas. Así lo sintió días atrás (S. 68).
Así, por ejemplo, en
(564) La ayuda a ponerse el chaquetón. Comprende por qué lo hace así la gente
fina: es como abrazar a la mujer (S. 181). (570) Le explican que bastante revolcón se ha llevado el humillado alemán y así
(565) ... no olvidará informar a la señora cuando llegue. concluye apaciblemente la última sesión del curso (S. 314),
Así lo hace poco después (S. 250).
(566) Desde luego, yo te he dicho cosas, pero me crees gracias a tu angelote. ¡Si es evidente que así no ocupa la casilla de C. CIRC. de MODO, tarea que realiza apaci-
hasta por él me conociste! blemente. Así, ha de funcionar, por tanto, como modificador clausal o como enlace ex-
Su sonrisa extasiada confirmó a Hortensia que así lo admitía el hombre (S.
traoracional.
287). Claramente circunstancial es-, por el contrario, el que aparece en:
(567) Sea como sea, la cosa ya no tiene remedio. Sí que la tiene, o así lo espero,
nuestra resbaladiza situación (L. 71 ). (571) Otra enfermera(. .. ) le deja en el cubículo para que se desnude(. .. ) y se
(568) No me cabía otro remedio que proponerla en matrimonio. Así lo hice (L. 152). ponga una bata verde cuyos bordes de atrás se adhieren solos, como des-
(569) -Los últimos transportaban. .. cubre el viejo después de buscar vanamente los botones: «¡Así debían de
-¿Qué?(. .. ) vestir al niño!» (S. 70).
Un ataúd. A así me lo pareció (L. 222). (así hace referencia a 'con vestidos de bordes adhesivos, sin botones' ).
Pero más complejos son ejemplos corno los siguientes, donde predominan los
• Obsérvese que dichas secuencias no son sinónimas de Eso lo sintió días atrás, Eso lo hace la gente
2
valores causal y consecutivo, diluidos progresivamente en el más genérico consecutivo-
fina, Eso lo hace poco después, Eso lo espero, Eso lo hice, Eso me lo pareció. Por dicha razón no creemos causal o ilativo:
que los ejemplos (563)-(569) deban explicarse igual que los llamados «usos pleonásticos» de los pronom-
bres personales que acompañan a todo complemento indirecto en español o a muchos complementos direc- (572) Se quedó con las piernas arqueadas por ponerle a andar demasiado pron-
tos que anteceden al verbo. Es indudable, sin embargo, que dicho empleo influyó en el desarrollo de lo que
to (. . .)pero él estaba encantado por haberse librado así del servicio mili-
denominamos disociaci6n.
tar (S. 127).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
(573) Cambia de ruta para evitar su luz sobre los ojos del niño y se acerca así nadie ninguno, -a nada nunca/jamás [ningures]
demasiado al sendero (S. 127).
(574) De pronto sonaba la escalera, chas-chas, uno tras otro sus peldaños, el alguien alguno(s), -a(s) algo [algures]
penúltimo flaqueaba, chillaba más... Así sabíamos que bajaba el señor
poco(s), -a(s) poco
Martino (S. 196).
(575) El mow (. .. ) le arranca su pañuelo de la cabeza, desnudándole el pelo. bastante(s) bastante
Claro, tiene que casarla con el mozo, porque ella ha quedado así deshon-
rada (S. 239). mucho(s) , -a(s) mucho/muy
(576) El viejo está sentado en su sillón, frente a la ventana, dando así la espal-
demasiado(s) .. . demasiado
da al rincón de Andrea (S. 65).
(577) Acabó por no escucharla, aunque agradeciendo que hablara sin cesar por todo(s), -a(s) todo (s) ... siempre
que así no se veía obligada a darle conversación (S. 71).
(578) -¡Ojalá mi Romano llegue a ser como usted cuando sea viejo! medio, -a medio
(. .. ) otro(s), -a(s) [xalundes]
Explica luego, riéndose, que Romano es su amigo.
-Estudia medicina, zío. ¡Así curaremos a todo el pueblo entre los dos ... ! quienquiera cual(es )quiera doquier
(S. 108).
tanto(s), -a(s) tanto/tan
(579) Hortensia se ofrece para acompañarle a la zapatería. ¡Estupendo! Así las
botitas serán un regalo de Reyes para el niño (S. 171). más
(580) Antes de que Hortensia le tienda los braws -alegrando así al viejo al mos-
trarle la góndola de plata prendida en ese pecho- el chiquillo mira atrás menos
(S. 262).
(581) No se puede vivir sin pelear. Pero mira los etruscos... ¡Así los conquista- Cuadro 7: Los cuantificadores indefinidos
ron los romanos! (S. 280).
(582) Así que tú eres el primer hijo, Brunettino, todos pendientes de ti, hasta tus El sistema de los indefinidos, como observamos, muestra bastantes irregularidades
padres olvidan sus prisas (S. 34). de distribución64 , al tiempo que nos señala la compatibilidad de las nociones de cantidad
(583) Las mujeres lo devoraban con los ojos, así es que, claro, a los dieciocho con las de persona, tiempo, modo, lugar... Existen, así, tres pronombres "substantivos"
años(. .. ) la marquesa se lo llevó para una finca suya (S. 163). para la noción de 'persona' (nadie, alguien, quienquiera), tres adverbios de tiempo para
dos casillas (nunca-jamás, siempre), un adverbio de lugar (y de utilización muy restringi-
da), doquier o dondequiera; todo ello en columnas que dejan vacías el resto de las celdi-
4.1.1.2.2. d) Los cuantificadores. llas, al contrario que los "adjetivos" o "determinantes" (columna segunda) y los pronom-
bres neutros/advebios (columna tercera), que completan casi todas las posibilidades. Por
Dentro de los pronombres son sin duda los indefinidos los que plantean mayores otra parte, nos encontramos con múltiples sincretismos: la mayoría de los pronombres
dificultades en la clasificación y estudio; no es de extrañar, por tanto, que repercusiones neutros coinciden con la forma no marcada (no plural, no femenina) de los determinantes;
de dichos problemas dificulten la aproximación que vamos a intentar a los adverbios rela-
cionados con esa clase de palabras: los adverbios cuantificadores. 64
De nuevo nos encontramos con la pobreza de nuestro sistema gramatical. Para suplirlo es necesario
El paradigma de los pronombres indefinidos que vamos a considerar es el siguien- recurrir a formas perifrásticas: en alguna parte (gal!. algures), a ninguna parte (gall. ningures), en todo
te, organizado en columnas de acuerdo con la pertenencia a distintas clases lugar. .. ; de alguna/ninguna manera, de cualquier manera (también Jos adverbios de modo cabóan aquí). Otras
distribucionales6': lenguas (latín, griego antiguo, inglés) poseen un complejo sistema de adverbios gramaticales para estos y otros
valores. Más afortunado es el sistema temporal porque, además de las formas citadas, las paráfrasis del tipo
de alguna(s)lpocaslbastantes/muchas veces poseen una larga lista de unidades sustitutivas (los que antes
63
Incluimos entre corchetes algunos locativos gallegos que nos parecen interesantes en Ja argu- llamamos frecuentativos: raramente , frecuentemente, habitualmente, a veces ... ).
mentación.
308 309
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
esos mismos pronombres neutros coinciden en su expresión con los adverbios de cantidad -Complemento directo: Me leyó páginas interesantes, quiero pescado, comieron
(que son los que aquí más nos interesan), salvo las formas apocopadas (muy, tan) que son manzanas ...
exclusivamente adverbiales. Esto entre otras irregularidades65 • -Sujeto: Llegó la sal, se estropean los televisores ...
Todas estas unidades no se comportan homogéneamente. En realidad, el número de En estos ejemplos los pronombres indefinidos correspondientes actúan como modi-
paradigmas funcionales es mayor que el de columnas que hemos establecido. Además, ficadores o determinantes del substantivo al que acompañan (en términos académicos, son
horizontalmente también se pueden hacer ulteriores clasificaciones. Así, por ejemplo, «pronombres adjetivos»: Esbozo, §2.8.1., nota 1). Si, por consabido, no se menciona el
Alcina y Blecua (1975, 636) los dividen en substantivo, el pronombre indefinido desempeñará él solo dicha función: me leyó algunas,
-Gradativos: mucho, poco, bastante, demasiado, harto. quiero mucho, llegó mucha, se estropean muchos, comieron demasiadas. En este caso,
-Existenciales: alguien, nadie, alguno, ninguno, algo, nada. dichos indefinidos que
-Intensivos: más, menos, tan(to). actúan como pronombres substantivos(... ) reproducen un término del contexto, o el
Esta clasificación nos parece adecuada y justifica la compatibilidad de gradativos y nombre de algo dado o aludido en la situación (id. §2.8.l.e).
existenciales con los intensivos en un mismo sintagma (nos limitamos a los adverbios): Cuando tal referencia fórica no se realiza, aparece el pronombre neutro, que también
(584) ... para alejarse algo más (S. 151). actúa como "pronombre substantivo": Es cosa saludable... cenar poco, Todo lo dora un
(585) Nunca más estarás solo (S. 219). buen fin, La posesión daba bastante para alimentarnos (ibídem.)
(586) Plantean otro tema mucho más interesante (S. 272). Sin embargo, si se trata de complementos circunstanciales o de lo que las gramáticas
(587) ¿Por qué acepté(... ) una misión que, no obstante habérseme descrito como clásicas denominan complementos de medida, duración, peso y precio (que la R.A.E.
poco menos que una sinecura ... ? (L. 28). desde 1917 asimila a aquéllos), la situación varía. Ahora estamos ante adverbios:
310 311
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
Lo mismo con verbos intransitivos que pueden llevar complementos nominales o prono- que atribuimos a mucho 67 , y no por ello se le asignan distintos valores categoriales. Del
minales de duración: Vivió mucho (Vivió intensamente o Vivió muchos años). mismo modo, una de las maneras de aproximarse a los cuantificadores, no despreciable
Podemos decir que en estos casos y en otros más difíciles se produce neutralización o porque explica los hechos de una forma económica y sencilla, es la que engloba todos esos
sincretismo entre las dos categorías (id., §2.8.1.c). usos como manifestaciones de una única categoría. Curiosamente, es Alarcos -cuya escue-
Alarcos Llorach (1969, 236-37) discrepa de la posición académica. En su opinión, el la es una de las que con mayor rigor defiende la correspondencia de categorías y funcio-
comportamiento de estas unidades es similar al de los adjetivos. Como ellos, actúan como nes- quien opta por dicha postura. El recurso a la transposición le permite hacerlo.
atributos (son más,fae mucho), aparecen como término adyacente de un nombre (más pan, Hay, sin embargo, una razón que nos hace pensar en la plena justificación de la pro-
bastantes días), como los adjetivos pueden algunas veces nominalizarse mediante el artí- puesta tradicional. Dichos adverbios pueden funcionar también (y en realidad es su función
culo (los más así lo piensan). Incluso sin necesidad de artículo pueden cumplir funciones más frecuente) como términos terciarios, es decir, modificadores de adjetivos y de adverbios.
características del nombre: sujeto (muchos pretenden eso, no caben tantos aquí), imple- Lo que normalmente se denomina "gradación del adjetivo" (y del adverbio) se realiza en cas-
mento (quiero más, tiene menos, cuesta bastante, tardó mucho66) y aditamento (se lo cen- tellano con mucha frecuencia mediante estas partículas adverbiales (que permiten una gran
suraron mucho, agradecieron poco sus cuidados, este año ha llovido bastante). variación de grados), en detrimento del procedimiento sintético, limitado al superlativo68 :
Concluye, pues, que "se trata de sintagmas que poseen las funciones del adjetivo, (599) La cara del hombre me resulta algo fanfarrona (S. 153).
aunque puedan transponerse a otras funciones" (id., 237). (600) Procuré no tragar saliva, cosa nada fácil ... (L. 11 ).
Entre estas funciones a las que se pueden transponer figura, como vemos, la de adi- (601) Disculpen que les visite con este atuendo poco formal (L. 83 ).
tamento (inmovilizados en este caso en la expresión propia de masculino y singular). Pero, (602) Poco después le descubrió la Gestapo (S. 204).
indica Alarcos, "aunque transpuestos a esta función, no hay que considerarlos sintagmas (603) Como el cuarto no tenía ventana(. .. ) me sentía bastante seguro (L. 51).
diferentes de los llamados adjetivos" (id., 236). En este punto, Alarcos insiste (ibídem) en (604) El restaurante le iba bastante bien (L. 107).
la semejanza de comportamiento con los demás adjetivos: Los bomberos acudieron pron- (605) Siempre has sido un chico muy serio (S. 16).
to (aditamento), los bomberos acudieron prontos (atributo). (606) Besa muy suavemente a Brunettino (S. 137).
Las unidades mucho, poco, demasiado, más, etc. pueden desempeñar, por tanto, las (607) El italiano es demasiado bonito para resultar de hombre (S. 122).
funciones de sujeto (mucho se ha perdido), C.DIR. (ha perdido mucho), complemento (608) Jamás tomó una papilla más dócilmente (S. 106).
adverbial (pesa mucho), complemento circunstancial (ve demasiado la televisión, viaja
mucho), etc. La cuestión que se nos plantea es la de si tenemos que asignar un distinto Pues bien, dicha función difícilmente se puede justificar si partimos de un adjetivo.
valor categorial a los cuantificadores que desempeñan cada una de estas funciones. Aquí Por lo siguiente: frases como algo molesto, algo interesante pueden recibir dos inter-
es donde surge la discrepancia entre la postura académica (estamos ante varias clases de pretaciones distintas según tengan por núcleo a una o a otra palabra:
unidades: pronombres adjetivos -substantivables-, pronombres substantivos y adverbios)
(609) Juan anda algo molesto conmigo (Juan anda molesto conmigo).
y la funcionalista (hay una única clase adjetiva). (610) Tenía algo molesto en el zapato (tenía algo en el zapato).
A lo largo del presente trabajo hemos aceptado en repetidas ocasiones el principio (611) Sus investigaciones son (algo) interesantes.
funcionalista (ciertamente no compartido por todas las corrientes así etiquetadas) de que (612) En la caja había algo (interesante).
las categorías y las funciones no mantienen una correspondencia biunívoca. Una frase pre-
posicional como en el garaje puede desempeñar funciones muy diversas, tantas como las El análisis de la primera secuencia de cada par anterior, (609) y (611), daría:
66
En este punto Alarcos discrepa nuevamente de la postura académica, ya que la conmutación por
pronombres personales le confirma la función de implemento de los complementos de medida, duración y
similares: "los mide", "las duró'', "los pesa", etc.
Las pruebas que Alarcos aporta han sido puestas en duda por G. Rojo (1985), para quien mucho y for-
mas similares son adverbios y los complementos de medida, duración, etc., complementos adverbiales:
Así pues, en Mide cinco metros el complemento es nuclear (cfr. *Mide) y es sustituible por
67
Complemento circunstancial (pinta el coche en el garaje), adverbial (mete el coche en el garaje),
un adverbio. Estas dos características lo acercan a los que hemos llamado complementos ad- modificador de un sustantivo (la vida en el garaje es aburrida), de un adjetivo (residente en el garaje), etc.
verbiales (id., 189). 68
Véase en Porto Dapena (1973) y (1975) la sistematización de estos adverbios.
312 313
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
(613) C. PVO./ATRIBUTO Todo esto apunta hacia una valoración positiva del análisis tradicional que defiende
1 la existencia de un pronombre neutro, de un pronombre masculino/femenino y de un ad-
f. adj. verbio, limitado éste a las funciones de c. adverbial, c. circunstancial y modificador de
1
MOD.
l
NUC.
adjetivo o de otro adverbio o de frases equivalentes, algunas exocéntricas (lo que llega a
constituir el 3% de sus empleos). Este uso, limitado normalmente a expresiones fijadas,
1 1 puede aplicarse también a todo tipo de frase preposicional, como vimos en el §3.4.:
adv. adj.
1 1
(617) ... y muy en especial a mí (L. 162).
algo molesto
(618) dije yo(... ) muy por lo bajo (L. 203).
algo interesantes
(619) A veces, en mis historias, he exagerado... No eran engaños, no; eran como
Ahora bien, si para la segunda secuencia (610) y (612) mantuviéramos los mismos bromas. Como cuando se bebe [algo [de más]) (S. 315).
valores categoriales que en la anterior, nos encontraríamos con la incongruencia de tener (620) Ya tiene la carita un poco más de mayor (S. 126).
que analizar un adjetivo como modificador de un adverbio: (621) ¿Y sabes cuándo había que estar más al cuidado? (S. 196).
(613) C. D. (622) A Hortensia le gusta el peinado de Andrea: personal, sencillo y muy para
1
su cara (S. 307).
f. adv. (623) Les invita muy de corazón a ir en el verano a Roccasera (S. 318).
(624) Acunado en sus viejos brazos, sin duda se siente tan en su nido como él
NÚC. MOD.
1 1
ahora en el sillón de Hortensia (S. 155).
adv. adj. (625) Y ahora además, tan de repente (S. 167).
1 1 (626) ¡Y me encontraba tan a gusto con vosotros! (S. 316).
algo molesto (627) Vivimos muy aparte de vosotras (S. 244).
algo interesantes
Por otra parte, ambigüedades del tipo: Los adverbios cuantitativos hasta aquí examinados se comportan, por consiguiente,
como ejemplos perfectos y paradigmáticos de adverbio por su total correspondencia con
(615) Repetí algo molesto (L. 91).
la definición tradicional de la clase: modificador de un adjetivo, de un verbo o de otro ad-
(616) La.física es algo interesante 69•
verbio. Es más, en muchos casos son los que ilustran dicha definición.
serían difícilmente explicables dentro del marco anteriormente trazado.
Al lado de los que hasta aquí hemos mencionado (que tienen un correlato en los pro-
nombres indefinidos) existe una variada lista de adverbios cuantitativos de comporta-
69
La concordancia resuelve la ambigüedad en:
miento semejante al anterior: apenas (un ruido apenas perceptible, S. 96, igualmente
(i) Sus investigaciones son algo interesantes/ Repitieron algo molestos. adverbio de tiempo), bien (Creo .haber dejado bien claramente sentado que... L. 28),
(ii) Sus investigaciones son algo interesante/ Repitieron algo molesto. completamente (Dejó la caja en el suelo y me mostró otra mucho más pequeña y comple-
Casos más complejos de ambigüedad (pues en ellos intervienen factores como la elipsis: véase l. tamente vacía, L. 63), enormemente (Esto entorpecería enormemente nuestro ingreso en
Bosque: 1989, 48 y ss., sobre la existencia de la ca t egoría~. y T. Jiménez: 199lb, para ulteriores precisiones) el Mercado Común, L. 253), exageradamente (No quisiera (. ..) esbozar un panorama
aparecen en secuencias como exageradamente sombrío, L. 81), excesivamente (Llegamos a una calle céntrica, pero no
(iii) Quedan más caros ('quedan más pisos caros', 'quedan pisos más caros') excesivamente concurrida, L. 14), extremadamente (María es una persona extremada-
En esta ocasión, la ambigüedad no obedece sólo a la distinta naturaleza categorial de más, sino que interviene
mente sensible, L. 80), ligeramente (La otra mesa, por ser ligeramente más grande ... , L.
además la diferente ordenación jerárquica de los constituyentes. Concretamente, (iii) puede corresponderse
con tres estructuras diferentes: En (iiia) y (iiib) el cuantificador tiene bajo su alcance, como núcleo mediato o inmediato respecti-
(iiia) fsust. (iiib) fsust. (iiic) fsust. vamente, a un sustantivo. Si éste ha sido mencionado con anterioridad, el cuantificador puede recuperarlo
1 1 1
anafóricamente como sucede en las dos interpretaciones correspondientes, especificativa, en un caso, y expli-
cativa, en el otro. Se trata, por tanto, de un pronombre masculino. Por el contrario, en la interpretación corres-
más (pisos) caros más (pisos) caros (pisos) más caros pondiente a (iiic) el cuantificador actúa como término terciario, como adverbio modificador de un adjetivo.
314 315
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización ( U). Hacia una clasificación de los adverbios.
59), relativamente, absolutamente (Lo primero me había de resultar relativamente fácil y (635) Si quiere usted meterse en la biblioteca y espulgarla, hágalo ( .. .)siempre
lo segundo absolutamente imposible, L. 46), sumamente (...un importante acuerdo suma- que prometa ... (L. 230).
mente beneficioso para el país, L. 193), totalmente (ya totalmente a la defensiva, S. 75).
Hay además una gran cantidad de adverbios terminados en -mente de significado básico Todas ellas son características propias de las unidades nominales. Sin embargo, tam-
no cuantitativo que ocasionalmente pueden asimilarse a ellos (véase § 3.2.): un chico poco están incapacitados para desempeñar el oficio de modificadores de adjetivos, adver-
incretblemente alto, una novela sorprendentemente buena, etc. bios y frases equivalentes:
(636) El viejo no enciende la luz del baño: recibe suficiente de la noche ciuda-
Los cuantificadores temporales. dana, nunca negra, siempre ensuciada por. .. (S. 96).
(637) Siempre al socaire de mi periódico, me aproximé a ella por detrás (L. 47).
Carente el sistema de adverbios indefinidos de lugar y modo (hecha la salvedad de (638) Siguió en el cine hasta el 57, siempre como secundario (L. 51 ).
dondequiera, doquier y comoquiera, de uso restringido), el resto de las unidades que nos ( 639) Y me encontré (.. .) con el rostro siempre jovial del comisario Flores (L. 12 ).
quedan por considerar en este apartado es de índole temporal : siempre, nunca y jamás. Los (640) Lo hicimos (. ..)por el arte escénico siempre tan maltratado (L. 133).
incluimos en este grupo, en contra de lo que es normal en las clasificaciones que conoce- (641 ) Me adentré en la masa de mirones, siempre con María Pandora en brazos
mos, por su significado: estos tres adverbios se relacionan con el cuantificador universal y don Plutarquete pegado a los talones (L. 205).
(en polaridad positiva o negativa) al que añaden la noción de tiempo. Por tanto, siempre (642) A la vista de lo cual nos quedamos ambos mudos primero, furiosos Luego
es el correlato temporal de todo, en tanto que nunca y jamás se vinculan a nadie, ningun(o) y acongojados siempre (L. 81).
y nada (con los que coinciden en su comportamiento ante la negación: no vino
nadie/nunca, nunca/nadie vino). En cuanto a su comportamiento particular, jamás no siempre está vinculado a la
Al no ser adverbios exclusivamente cuantitativos sino además temporales, su fun- polaridad negativa, sino que puede acompañar tanto a nunca (del que llega a ser sinóni-
cionamiento en las cadenas sintácticas diverge algo del de los demás indefinidos y se apro- mo) como a siempre:
xima al de otros adverbios pronominales de tiempo. Por ello, su función más frecuente no
(643 ) Y abandonaron para siempre jamás(... ) la agencia teatral (L. 137).
es la de modificador de adjetivos o adverbios sino la de complemento circunstancial:
(629) Siempre aprovecho las noches para estudiar (L. 112). El origen de este adverbio es diáfano: a partir de un más temporal,
(630) No recuerdo haber tocado jamás la piel de un niño tan pequeño (S. 33 ).
(644) No se le sintió más (S. 215),
(631) Nunca creí que accediese a dejar su Roccasera (S. 20).
es fácilmente explicable su evolución hastajamás (no se le sintió ya más>jamás).
Como los demás adverbios temporales, pueden ser término de preposición y admitir Por lo que respecta a siempre y nunca debemos tener en cuenta que lo que se entien-
complementaciones introducidas por un relativo1 º (si bien la expresión siempre que con de por totalidad no necesariamente implica una cantidad grande de tiempo. De la misma
frecuencia adquiere el valor de generalización, próximo al condicional 'con tal de que' : manera que todos puede ser aplicado a más o menos personas (todos los hombres son
(635), que ya mencionamos para cuando): mortales, éramos pocos pero todos valientes), así también siempre y nunca/jamás pueden
implicar una mayor o menor duración temporal. Las siguientes secuencias, por ejemplo,
(632) Me tropecé con el chino de siempre (L. 100). se aplican, respectivamente, a varios meses o unos segundos:
(633) Comprendí que si no quería perder para siempre el objeto de mis delirios...
(L 152). (645) [El niño] jamás tomó una papilla más dócilmente (L. 106).
(634) He estado allí muchas veces y, siempre que he ido, me han tratado bien. (646) Empecé a recorrer La morada llevando siempre por delante el pie izquierdo
(L 65).
'º Por razones semánticas, dichos empleo$ se dan sobre todo con el ténnino positivo, pero también se Sin embargo,
pueden encontrar en casos como el siguiente:
(647) Vuelve a pensar esas cuatro palabras(... ) jamás pronunciadas antes (S. 41).
(i) -¿Para cuándo lo dejamos ? (648) ¡Treinta años llevamos aquí sin que nadie se haya quejado nunca! (S. 86).
-Para nunca. (649) Nunca hubo en el pueblo mejor conejera (S. 21 ).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
(650) Nunca más estarás solo (S. 219). (658) No estoy siempre de buen humor.
(651) Las mujeres no se comprenden nunca (S. 149). (659) Juan no comió todas las galletas.
(652) Me invadió el maravilloso mareo que siempre acompaña la ingestión de
tan exquisita ambrosía (L. 32). Sin embargo, cuando es el cuantificador universal el que domina a la negación, el
resultado es anómalo:
implican mayor cantidad de tiempo, sea precisa: (648), sea más vaga o generalizadora.
Debe resaltarse también, sin salirnos del significado de estas unidades, que la (660) *Siempre, no estoy de buen humor.
extensión temporal expresada por estos adverbios puede orientarse hacia el pasado (661) *Todas las galletas fue lo que Juan no comió.
((647)-(649)), hacia el futuro (650), o inclujr a ambos cuando implica generalización: (662) *Diariamente, Juan no visita a su amigo.
(651)-(652). (663) *Semanalmente, no compro el periódico.
Por otra parte, en nuestra opinión, nunca ha de ser concebido como una amalgama
de siempre o, si se quiere mejor, del cuantificador temporal universal, y de la negación, al Los cuantificadores más específicos (semanalmente equivale, pues, a 'todas las
igual que sucede con ninguno y todos y con otras unidades de la misma clase11 • semanas', no a 'una vez a la semana' , diariamente a 'todos los días', etc.) no tienen corre-
En el lenguaje infantil, en niños de tres años, hemos oído con frecuencia secuencias lato para estos empleos, al contrario que los más genéricos siempre y todo. Es aquí donde
agramaticales como las siguientes: aparecen las formas nunca, nada, nadie... :
(653) *Todos los coches no están rotos ('ningún coche está roto'). (664) Nunca estoy de buen humor.
(654) *¿Por qué siempre no vas con nosotros a la playa? (665) Juan no comió ninguna galleta.
La agramaticalidad de dichas cadenas surge del hecho de que en dichos casos las De esta manera se justifica la gramaticalidad de las siguientes estructuras
secuencias todos...no y siempre... no han de ser sustituidos por ningún y nunca, respecti-
vamente. (666) cláus. (667) cláus.
Es cierto que en ocasiones la concurrencia de todos o siempre y la negación no pro-
duce resultados anómalos: (653) es gramatical con el significado de MOD. NÚC. MOD. NÚC.
1 1 1 1
adv. cláus. fadv. v.
(655) No todos los coches están rotos.
PRED. e.e. MOD. NÚe.
Y, al lado de (654), tenemos: 1 1 1 1
v. adv. adv. adv.
(656) ¿Por qué no vienes siempre a la playa con nosotros ? 1 1 1 1
Estos ejemplos nos orientan y señalan en qué casos es necesario sustituir siem- Y la agramaticalidad de (668)
pre... no por nunca: se trata de una cuestión de dominio, de alcance.
En distintos lugares hemos visto que S. Dik sitúa la incidencia de la negación en el (668) cláus.
nivel 2 de los satélites. Cuando el cuantificador universal aparece en un nivel inferior, el
MOD. NÚC.
resultado es gramatical: 1 1
adv. cláus.
1
71
Discrepamos así de posturas, como la de Hemández Paricio (1985), que hace corresponder estos
1
cuantificadores con la negación de los existenciales (nadie se vincularía con alguien... no y, por tanto, nunca
Siempre no viene
con alguna vez... no):
Nadie vino:: No hay alguien de quien se pueda decir que viniera.
que ha de ser sustituida por nunca viene, como se puede comprobar en la conocida máxi-
Nuestra argumentación hace preferible la paráfrasis "De todos se puede decir que no vinieron". ma machadiana:
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
(669) Nunca profeséis de graciosos porque no siempre hay ganas de reír aunque adverbios
nunca falten motivos para ello. nominales
no gramaticales gramaticales
Figura 8
1
50 no léxicos léxicos
(pronominales) (no pronominales)
40
no transpositores transpositores
1
30
no deícticos deícticos (-] (+]
20
1 1
léxicos cuantificadores deícticos interrogaticos relativos de orientación
10
1 1 1 1
(lealmente, (mucho/muy, (aquí, (dónde, (donde, (arriba,
Mod. verbo Mod. adj.
bien... ) siempre...) ahora... ) cuándo...) cuando... ) antes.. .)
• c . circ. O c . adv. D otros
Figura 9: Los adverbios nominales
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El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
adición: asimismo, encima, igualmente, además... su consideración como signos dependientes introduciría serias dificultades a La hora
oposición: no obstante, con todo, en cambio ... de explicar otros aspectos de su comportamiento en el discurso, entre ellos el carácter
a) relaciones lógicas {
causalidad:entonces, por tanto, así... de unidades tónicas Libremente permutables en La oración y su manifiesta capacidad pa-
ra formar grupo sintagmático con segmentos de inequívoca categoría adverbial. Por
otra parte, nos veríamos abocados a una contradicción insoluble al tener que conside-
equivalencias: o sea, es decir, esto es ...
rar que unidades como as~ entonces o en consecuencia son sintagmas (y adverbios)
b) relaciones intradiscursivas { cuando se subordinan directamente al núcleo verbal, pero son signos dependientes
inclusión: por ejemplo, concretamente, así...
cuando se modifican las características de la función (ibid.).
En el apartado correspondiente a la fünción de nexo extraoracional (§3.6.) les dedi- En todo caso, lo que cabría poner en duda es -concluye A. Álvarez Menéndez- "el valor
camos cierta atención. Allí pusimos de manifiesto algunas de sus características más que se concede al funcionamiento como unidad mínima entonativa a la hora de determi-
importantes. nar la categoría de sintagma" (ibid.).
En este apartado, más que su comportamiento sintáctico, lo que nos importa es dilu- Estamos de acuerdo con A. Álvarez Menéndez, aunque no creemos que sea nece-
cidar cuál es su status categorial. Ni siquiera nos detendremos en el estudio particular de sario modificar por ello la concepción de sintagma que tienen los lingüistas ovetenses. Los
dichas unidades, pues tal tarea ya ha sido realizada para el español en dos monografías (C. adverbios que aquí estamos estudiando son palabras sintagmáticas. Lo que ocurre es que
Fuentes: 1987; H. Mederos: 1988), al tiempo que van surgiendo numerosos estudios par- la función conectora no es sintagmática, de ahí la peculiaridad anotada. Aquellos adver-
ticulares. Por otra parte, en los apartados anteriores hemos ejemplificado ya diversos em- bios que puedan desempeñar otras funciones mostrarán en ellas tal carácter (así, entonces,
pleos conectivos de adverbios de lugar y tiempo. En realidad, prácticamente no existen consecuentemente ... ):
adverbios ilativos: la mayoría de los que aquí incluiremos son adverbios encuadrables en
(671 ) ¿Cómo actuó el juez?
otras clases gramaticalizados en estos empleos. -Consecuentemente.
Respecto al valor categorial de estas formas cabe hacer algunas precisiones. En las
obras consultadas, unas veces se integran entre las conjunciones o locuciones conjuntivas, Pero aquéllos que se hayan especializado en el desempeño de la función conectora
otras entre los adverbios o locuciones adverbiales; algunos autores, en fin, establecen la estarán incapacitados para hacerlo (de la misma manera que destiempo y regañadientes
existencia de una categoría de «palabras híbridas» (véase C. Fuentes: 1987, §§2.1 y 3.1, son substantivos del español pero no pueden manifestar plenamente tal adscripción por-
para un estudio más detallado). que limitan sus apariciones al contexto a _ _ ).
En verdad, de todas las subclases generalmente incluidas entre los adverbios, ésta es Con esto queremos indicar simplemente que los adverbios pueden ser conectores, no
una de las que más próximas se hayan a la frontera de otras unidades. Una de las que que todos los conectores sean adverbios. De nuevo es necesario distinguir entre
características básicas que hemos utilizado para la delimitación del adverbio, el ser pala- funciones y unidades. Entre las unidades que pueden desempeñar la función de conector
bras sintagmáticas, se ha puesto incluso en duda. están algunas conjunciones, algunos adverbios y, sobre todo, una gran cantidad de locu-
Así, desde S. Greenbaum (1969), se ha observado repetidamente que estos adverbios ciones equivalentes 74•
nunca constituyen mensajes autónomos de valor asertivo, es decir, no pueden por sí solos En este sentido, cabe resaltar el hecho de que muchas construcciones se han espe-
formar un enunciado ni ser utilizados en la respuesta de interrogaciones totales: cializado en esta función sin que les sea posible desempeñar un oficio plenamente clausal.
Con razón señala A. Álvarez Menéndez que estas unidades
(670) ¿El juez decidió incomunicarlos?
-*Consecuentemente.
-*No obstante. 74
El origen de estas locuciones es muy variado. En muchas ocasiones es el que justifica que dichas
unidades puedan llevar un término complementario:
Ello ha llevado a Álvarez Menéndez (1988, 232) a discutir si se deben considerar
sintagmas73 • Para él no debe ser puesta en duda tal condición, pues: (i) Se levantó y, al acercarse a ella, presintió que, no obstante su movimiento, se alejaba
(H., 252) (antig uo participio verbal).
(ii) Lo peor, además de los franceses y los de Barcelona, ha sido cargar con el televisor (L.
7J Utiliza el término sintagma en el mismo sentido que Mª Á. Álvarez Martínez (Vid. § 1.3.). 21 8) (antiguo cuantitativo).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
tienden a trabarse como complejos lexicalizados, como un todo "soldado " en el que
se reducen tanto sus posibilidades de conmutación y variación morfológica como de Así, por ejemplo, son aditivos además, encima, más aún, asimismo, igualmente, etc.
relación sintagmática: Cada uno conlleva diferentes presuposiciones (de ahí que su estudio necesite también del
*De estas maneras, todos podrán verlo cómodamente. análisis pragmático) además de diferentes preferencias diafásicas: unos más coloquiales,
*En ningún caso, lo intentaré más veces. otros más propios de la variedad formal (véase un tratamiento más detallado en C.
*En cualquier caso apropiado lo intentaré más veces (id., 231). Fuentes: 1987, §4.1. y H. Mederos: 1988, §6.5.):
Asistimos por tanto a un proceso de gramaticalización en el que, con frecuencia, no
(672) Tú debes hacerle ver que estoy decidido a cambiar. Además, además
es fácil determinar si estarnos ante una unidad semánticamente cohesiva pero sintácti-
(lgualmemte/ Asimismo/ Más aún/ #Encima), me gustaría que en cierta
camente encuadrable entre los complementos circunstanciales más periféricos o entre los
manera, tú velases por E/sita ... (H. 264)
modificadores clausales, o bien estamos ante un conector:
A veces es difícil ver el límite entre lo que puede ser una conexión por deíxis y la Como antes dijimos, todos estos adverbios conocen también empleos como argu-
establecida por un enlace conjuntivo: mentos o modificadores:
/2a!: «Yo estaba muy cansada. Por eso no fu.i a clase»
Aquí nos cabrían dudas de si por eso es un enlace causal-consecutivo (ya que la (673) Este libro no me parece igualmente válido.
estructura del texto es causa efecto) o bien un aditamento de causa en el que eso es un (674) Así mismo fu.e como se lo dijo,
deíctico que remite a toda La cláusula anterior (C. Fuentes: 1987, 33).
si bien, lo normal es que la diferencia de significado sea tan grande que se hace preferi-
En casos como éstos, creemos que con acierto, C. Fuentes opta por la segunda pos- ble hablar de homonimia entre un encima ilativo y otro temporal, un así mismo ilativo y
tura ("aditamento de causa en el que eso es un deíctico"), más prudente, cuando aún no se otro modal, etc.
ha consumado el proceso de gramaticalización. Otros autores, sin embargo, como H . Entre los que indican oposición (relación adversativa o de contraste en la clasifica-
Mederos (1988), tienen una visión más amplia de la conexión por lo que incluyen entre ción de H. Mederos) figuran contrariamente, opuestamente, aun así, más bien, ahora
los conectores a diferentes clases de adverbios que, a pesar de desempeñar funciones clau- (bien), antes bien, después de todo ...
sales, ayudan a mantener la cohesión textual (así, por ejemplo, los temporales): (675) Ahora bien, y sin que esto deba interpretarse como una visión derrotista
La relación entre los contenidos de dos oraciones puede estar basada meramente en de nuestra economía, es mi opinión ponderada que ... (L. 103).
el orden temporal en el que han sucedido los hechos que describen (. .. ). Esta relación (676) -Eso -repliqué- ahora voy a ser yo el responsable de Lo que pasa por su
secuencial se expresa mediante expresiones como luego, después, posteriormente, a mala cabeza (L. 70).
continuación ... Estos conectivos, adverbios o expresiones adverbiales, son complemen- (677) Para afeitarse es mejor el agua caliente que la fría; aun así, el filo sobre
tos adverbiales de tipo adjuntivo, es decir, están integrados en la estructura de la Los gruesos cañones de barba produce ese leve sonido de serrucho (S. 96).
cláusula: pueden ser el foco de una negación o de una interrogativa (id., 247). (678) EL viejo lo reconoce refu.nfu.ñando. Más bien está dolido (S. 159).
En nuestra opinión, por el contrario, deben quedar perfectamente deslindados los (679) No estalla porque, después de todo, ellos son sus padres (S. 40).
ámbitos de la cohesión (la semántica o la pragmática) y el de la conexión (la sintaxis).
Causalidad (entendida en el amplio sentido de inferencia75) expresan entonces, pues,
Dichos adverbios son cohesivos pero no conectivos.
así pues, así (que), pues bien, etc.
Por dicha razón, el número de los adverbios ilativos no es demasiado elevado. En
realidad, las unidades primordialmente encargadas de la conexión son locuciones (sin (680) No sospecha de ti, así que no tienes nada que temer (L. 138).
embargo, con todo, no obstante, y eso que, por el contrario, en cambio, en consecuencia, (681) Procuraba yo no arrimarme mucho para eludir tocamientos que pudieran
de manera que, por ejemplo, o sea, etc.), unidades que no entran en nuestro estudio. Esta ser malinterpretados. Así llegamos a una calle... (L. 14).
es la causa de que en nuestras estadísticas la función de conector no exceda del 3.5% de (682) Prefiero ir a su casa; así veré a Brunettino (S. 306).
los empleos adverbiales. (683) Te pasas la vida encerrado en tu trabajo sin pensar en otra cosa. Así estás
Con todo, buena parte de los valores conectivos catalogados más arriba por C. siempre tan serio ...
Fuentes pueden ser cubiertos por adverbios ilativos. Muchos de ellos, incluso, son capa-
ces de diferentes empleos conectivos (pues, así, entonces, etc.). " Bajo este epígrafe se sitúan tipos de relaciones conectivas que denotan consecuencia o resultado,
causa propiamente dicha, razón o motivo, inferencia y otros matices similares (H. Mederos: 1988, 241).
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El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
(684) Así es que consiguió su bacín. Entonces, ¿por qué se lo esconden? (S. 76). En el primer caso la adición resaltada es la acción entera ('cogerse del brazo'). En el
(685) Sí, yo ya lo sé, que me quieres, pues entonces ¡dímelo! (S. 281 ). segundo, no tanto cogerse cuanto que fuera precisamente del brazo.
C. Fuentes y H. Mederos incluyen entre los conectivos a otros adverbios como inclu-
En la clasificación hecha por C. Fuertes hemos apreciado que, a la conexión esta- so, también o tampoco. Es cierto que son unidades básicamente cohesivas. Sin embargo,
blecida entre los hechos enunciados, opone otra, intradiscursiva, que remite al hecho salvo empleos fáticos marginales como el siguiente:
enunciativo en sí, a la comunicación (1987, 77 y cap. 5). Hay autores que piensan, sin
(691) También, ¿qué necesidad tengo de disculpas? (S. 177).
embargo, que dicha conexión no es independiente de la anterior, es decir, conexión intra-
(692) También es casualidad que os marchéis ahora que llego yo.. .
discursiva no se opone, por ejemplo, a causal o aditiva. También la causal o aditiva puede
ser intradiscursiva si la inferencia no se aplica a los hechos sino al decir:
su carácter conectivo es muy dudoso como lo demuestra el hecho de que no cumplen la
(686) -¿P.or. qué reían de esa manera... ? característica distribucional más diferenciadora de los conectivos: no poder constituir por
-¿Quienes? sí solos respuesta, ni siquiera acompañados de sí, no:
-¡Vaya por Dios, los etruscos!... ¿Cómo puedo saberlo ? Además, no reían (693) -¿Vendrá luan?
-Sí, también!-No, tampoco.
(S. 17).
-*No, sin embargo.
En este sentido es importante destacar la distinción establecida por Halliday y Basan
(1976) entre cohesión externa e interna (al proceso de comunicación). Por dicha razón nos parece que tales unidades deben incluirse mejor entre las que
Entre dichas partículas conectivas internas o intradiscursivas figuran los ejemplifi- veremos en el siguiente apartado.
cadores o inclusivos así, concretamente:
(687) De los relatos ya conocidos nos interesaban precisamente tus variantes per- 4.1.2.2. Los modificadores universales. Los adverbios de modalidad.
sonales. Así, cuando tú hablabas de un tesoro en un río lo relacionábamos
con el entierro de Alarico y sus cofres bajo el lecho del río Busento...(S. 316). Dentro de los adverbios anominales no conectores todavía es posible establecer una
nueva oposición entre dos series que, aunque desde el punto de vista semántico ofrecen
Pero también han de considerarse (remitimos de nuevo a§ 3.6.) unidades de valor fático, claras diferencias, sintácticamente se comportan de una manera bastante semejante.
encargadas de iniciar, mantener o de cerrar la comunicación (bien, pues, entonces, etc.), y Es precisamente su peculiar comportamiento sintáctico el que nos lleva a agrupar a
ordenadores del texto como primeramente o .finalmente, por limitarnos a los más clara- los miembros de ambas clases bajo la denominación común de adverbios de modificación
mente adverbiales: universal o modificadores universales.
El primero de dichos grupos se caracteriza semánticamente por su capacidad para
(688) Bien, amigo Roncone, bien; tiene usted una constitución espléndida (S. 73). señalar la modalidad oracional. Los llamaremos, por tanto, adverbios de modalidad.
Incluimos aquí, así pues, los adverbios que expresan aserción (ciertamente, efec-
En § 3.6. señalamos también que estos adverbios conectores, al igual que otros tivamente, evidentemente, naturalmente, verdaderamente, etc.) o duda, sea la mera posibi-
adverbios, pueden variar el alcance de su incidencia. No necesariamente han de conectar lidad (quizás, acaso, tal vez, aparentemente), sea la probabilidad (posiblemente, probable-
cláusulas. Al contrario, pueden incidir sobre cualquier tipo de enunciado e, incluso, sobre mente, seguramente 76, etc.) .
partes de enunciado. En (689): En paralelo con la utilización de estas unidades léxicas, la lengua dispone de una
gran variedad de procedimientos que permiten señalar la «actitud oracional» (véase A.
(689) -Aparecí con la Salvinia. Se me cogió además del braza, un escándalo, eso
se hacía sólo con los maridos (S. 260).
'
6
Seguramente hoy en día ha perdido el significado 'de modo seguro' que el D.R.A.E. le asigna como pri-
mera acepción. El ejemplo ilustrador, ¿Vendrás mañana? -Seguramente, difícilmente es interpretable con otro
el contenido informativo es diferente, por ejemplo, del de: valor que no sea el de probabilidad (véase también A. Mª Barrenechea: 1979, 47, y González Calvo: 1989, 159).
(690) -Aparecí con la Salvinia. Se me cogió, del brazo además, un escándalo, eso De la misma manera, posiblemente también es un adverbio de probabilidad, no de posibilidad. Como
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
Mª Barrenechea: 1979 y J. M. González Calvo: 1989), los cuales quedan fuera de nues- (696) Juan viste aparentemente.
tro interés. (697) Aparentemente, Juan lleva la chaqueta raída.
En este mismo orden de cosas, creemos que deben ser suficientemente precisados los (698) Juan se comportó naturalmente.
límites de lo que entenderemos por modalidad. En el capítulo anterior(§ 3.5.) hemos seña- (699) Naturalmente, Juan actuó bien.
lado el empleo de términos como los de modalidad objetiva o lógica y modalidad sub-
jetiva (C. Fuentes: 1991). Como esta autora, consideramos preciso diferenciar nítidamente con:
ambas variedades, es decir, conviene aislar las unidades que ahora vamos a tratar de otras
como francamente o desgraciadamente. En dicho lugar, mostramos que tanto sintáctica (700) Felizmente, el asunto se arregló.
(701) El asunto se arregló felizmente.
como semánticamente ambos paradigmas sé comportan de manera diferente. En esto que-
(702) No nos habló francamente.
remos insistir: los adverbios de modalidad subjetiva son adverbios léxicos que, por tanto,
(703) Francamente, no nos habló.
pueden funcionar como argumentos verbales (complementos adverbiales o circunstancia-
les de modo), además de como modificadores de toda la cláusula. Por el contrario, los
adverbios que ahora tratamos nunca pueden ser argumentales, nunca pueden ocupar una Desde otro punto de vista, es igualmente frecuente asociar estos adverbios con los de
plaza entre los argumentos del verbo: afirmación y negación. Así procede la gramática tradicional, como es bien sabido, e in-
cluso autores estructuralistas (Alarcos: 1969).
(694) *Juan vive probable y cómodamente. La gramática generativa estudia ordinariamente estos adverbios como operadores
(695) *Juan vive quizás. lógicos o predicados abstractos que pueden seleccionar como argumentos cláusulas o dis-
tintas clases de sintagmas nominales.
En aquellos casos en que tal posibilidad se da, el significado del adverbio se altera Nosotros los abordaremos desde una perspectiva funcional. Desde este punto de
de una manera radical. Estamos ante dos homónimos. Por el contrario, cuando el que vista los enfoca también Alarcos, que les dedica cierta atención (Alarcos: 1969, 222 y ss.,
desempeña ambas funciones es un adverbio de modalidad subjetiva, la diferencia de signi- 244 y SS.).
ficado obedece al distinto alcance de aquél y no a un cambio en sus sernas. Compárense, Para Alarcos todos estos adverbios se pueden enmarcar dentro de los que él deno-
en este sentido,
mina adverbios de noción, que, como recordaremos, se caracterizan porque "inciden so-
bre el valor del núcleo del predicado o bien sobre alguno de los elementos de la oración"
(id., 223).
La posibilidad se expresa en términos dicotómicos y complementarios: cuando se asegura
{que] es posible que algo ocurra, al tiempo se está diciendo que es posible que no ocurra, sin que Así, en No lo hizo Juan (donde "si no lo hizo Juan, lo hizo otro"), tendríamos:
existan términos medios o posibilidad de graduación de la posibilidad. La probabilidad, en cam-
bio, se expresa en términos graduales. Se puede expresar que algo se considera 'muy probable' o Juan lo hizo
'poco probable '.
Pues bien, posiblemente es graduable (muy posiblemente). Este cambio de sig nificado justifica asirrús-
mo la anomalía de *posiblemente vendrá y posiblemente no vendrá frente a la gramaticalidad de es posible
ckJ
que venga y es posible que no venga, más conforme con el valor de posibilidad (dos acciones contradictorias
no pueden ser simultáneamente probables pero sí posibles).
En No comió patatas y en Quizá venga Juan tendríamos dos posibilidades:
Por otra parte, entre las formas de posibilidad, quizá(s) y tal vez son las formas de mayor empleo, lo
a) ("no comió patatas, pero comió otra cosa")
mismo e igual son manifiestamente coloquiales, en tanto que acaso es la forma más culta y de menor empleo
b) ("no comió nada, porque sólo había patatas")
(salvo en la locución por si acaso). Esta última expresión mantiene empleos negados a los dem ás adverbios
de modalidad: es el único que puede aparecer en interrogativas inquisitivas y retóricas: ¿Cómo es que llegáis
a) Comió patatas b) Comió patatas
ckJ ckJ
así? ¿Acaso habéis tenido un accidente? (véase González Calvo: 1989, 155). En nuestra opinión, m ás que de
un adverbio de duda, en estos casos conviene hablar de un adverbio interrogativo (interrogación y declaración
-la posibilidad pertenece a la modalidad declarativa- se excluyen: Jiménez Juliá: 1989), de ahí la agramaticali-
dad de *¿quizás vengas mañana?
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
a) (''pero quizá no venga") ción de modificadora de constituyentes oracionales o de oraciones. Nos referimos a los
b) ("pero quizá sea otro el que venga") grupos quizás sí, quizás no y similares (P. Carbonero: 1980, 173).
Así, al lado de (704 ), donde se combinan probalidad y afirmación, tenemos (705),
a) Juan venga b) Juan venga.
con probabilidad y negación:
lqlizál 1qLzá1 (704) Y fue a buscar a Muscle Power (...) a quien probablemente sometió a inte-
rrogatorio y con certeza eliminó, alevoso (L. 136).
Los adverbios de posibilidad y probabilidad son considerados, por su parte, dentro (705) No por eso dejaba de ser apurada mi situación, porque probablemente no
de los atributos oracionales, como equivalentes de atributos del tipo ciertamente: "es cie- le pasaría inadvertida la desaparición del álbum de fotos (L. 89).
rto que", posiblemente: "es posible que", etc.
Ahora bien, partiendo de esa concepción sobre los adverbios, no se explica muy bien En realidad, la polaridad está muy alejada de la modalidad. No sólo es compatible
que Alarcos reduzca el ámbito de su modificación al verbo, concretamente a la función de con la modalidad declarativa, como hemos visto, sino también con la interrogativa (¿Aca-
aditamento77 , cuando observamos que más arriba afirma que pueden incidir "sobre alguno so fuiste tú ?/ ¿Acaso no fuiste tú ?) y la exhortativa (Ven/ no vengas). La gramática tradi-
de los elementos de la oración". cional confunde bajo el término de afirmación, quizás por la polisemia de esta palabra, dos
Sucede además, lo que nos parece más grave, que la función que realizan estos nociones que conviene diferenciar:
adverbios cuando inciden sobre el verbo no es la de aditamento, en contra de lo que a) la aseveración o aserción ('certeza en lo dicho').
opina Alarcos (coincidente en este punto con la gramática tradicional, que incluye a b) la polaridad afirmativa.
dichos adverbios entre los complementos circunstanciales de afirmación, negación o
duda). La función de aditamento es una función argumental (de carácter periférico). La La aseveración es uno de los modus clausales de la modalidad declarativa (sigo la
terminología de T. Jiménez Juliá: 1989). Como tal, se opone a otros modus declarativos
función que desempeñan estos adverbios no es argumental sino de modificación o inci-
como la probabilidad, el deseo o la posibilidad e, indirectamente, a otras modalidades
dencia sobre algún argumento (o sintagmas superiores), de ahí su consideración por
como la exhortativa o la interrogativa. En este sentido,
parte de la gramática generativa como predicados abstractos u operadores lógicos antes
que como argumentos. (706) Juan ha venido hoy,
Frente a posturas como la de Alarcos y la gramática tradicional, conviene hacer algu- es una aseveración (o si queremos una afirmación) que excluye paradigmáticamente la
nas precisiones: probabilidad (Posiblemente Juan haya venido hoy), el deseo (Ojalá Juan hubiera venido
En primer lugar, la lingüística moderna diferencia las nociones de polaridad (afir- hoy), la exhortación (Ven hoy) o la interrogación (¿Vendrá hoy Juan?). Igualmente,
mativa o negativa) y de modalidad. En realidad, afirmación y negación, de una parte, y
(707) Juan no ha venido hoy
duda o certeza, de otra, no se oponen, no se excluyen paradigmáticamente, sino que con-
trastan en el decurso: sigue siendo una aserción (una afirmación en el sentido primero de afirmar 'dar por cier-
Ahora bien, en lo concerniente a las unidades de que tratamos, las oposiciones entre to'): un determinado hecho (en este caso negativo) se da como seguro. En consecuencia
ellas no son todas del mismo tipo. Queremos decir que las formas propias de afirmación se opone a la probabilidad (Quizás no haya venido hoy), el deseo (Ojalá no hubiera veni-
y negación (... ) suelen excluirse; una frase afirmativa implica no ser negativa y vice- do hoy), la exhortación (No vengas hoy) o la interrogación (¿No ha venido hoy?).
versa. Esto, que parece una realidad evidente debe ser tenido en cuenta, porque no ocu- Sin embargo, en su segunda acepción (referente a la polaridad), (707) no es una afir-
rre lo mismo con la formulación de duda: la presencia de una unidad con valor de duda mación, sino una negación y, consecuentemente, no es incompatible con las diferentes cla-
no excluye lo afirmativo ni lo negativo. En ocasiones lo acepta y no es anómalo encon- ses de modalidad como se muestra en el párrafo anterior.
trarla acompañada de otra de afirmación o de negación, con la que comparte su fun- Todo esto nos lleva a diferenciar claramente los adverbios de modalidad y los de
polaridad. A estos últimos dedicaremos el apartado siguiente.
La segunda precisión que queríamos realizar se refiere al comportamiento sintácti-
n
... son todos ellos autónomos, ya que pueden constituir por s( solos manifestaciones lin- co de estos adverbios. Recordamos que, en opinión de Alarcos, los adverbios de duda
güísticas completas: S~ No, Acaso, Quizá(s), También, Tampoco. Todos ellos, salvo /sí/, apare- actúan como aditamentos, si bien reconoce que "inciden sobre el valor del núcleo del
cen con oraciones con clara función de aditamento: No quiere facilidades, Acaso sea esta la predicado o bien sobre alguno de los elementos de la oración", de ahí la ambigüedad de
única ocasión, Quizá haya otra posibilidad, También se refirió a este asunto... ( id., 245). Quizá venga Juan.
330 331
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
El problema que se nos plantea es cómo dar cuenta de dicha ambigüedad. Podría De esta manera, los adverbios seguramente y quizás, por ejemplo, no limitan su in-
pensarse que su origen es sintáctico. En tal caso la dilogía se resolvería mediante la asig- cidencia al nivel clausal (atributo oracional), como en
nación de distintas representaciones sintácticas a cada una de las interpretaciones (ambi-
güedad estructural): el adverbio incidiría en cada caso sobre una unidad lingüística dife- (710) Seguramente, Juan vendrá mañana,
rente (el verbo o el substantivo). Ahora bien, sería igualmente lícito rastrear en el ámbito (711) Quizás todo acabe un día inesperado.
pragmático-informativo la solución al conflicto planteado.
No queda claro por qué opción se decanta E. Alarcos, pues no precisa si las anterio- sino que la puede ejercer sobre cualquiera de los argumentos o de sus constituyentes:
res representaciones a) y b) son de índole sintáctica o semántica78• En todo caso, de su estu-
dio parece deducirse que estamos ante una distinción de tipo lingüístico y no ante meras (712) Juan vendrá seguramente mañana.
(713) Mañana vendrá seguramente Juan.
diferencias en el plano de la sustancia del contenido. La época de elaboración de su estu-
(714) Todo acabará quizás un día inesperado.
dio, por otra parte, no permitía ir mucho más allá de su acertada observación. Hoy en día,
(715) Todo acabará un dfa quizás inesperado.
con el desarrollo experimentado en el estudio de las funciones informativas, parece defen-
(716) Un día inesperado acabará quizás todo 79,
dible la remisión al dominio de la pragmática. Es decir, entre Quizá venga Juan ("pero
quizá no venga") y Quizá venga Juan ("pero quizá sea otro el que venga") no existen
sea adjetivo (717), substantivo, frase substantiva, frase nominal o similar (718)-(719), un
diferencias en el alcance del adverbio, que no modifica sintácticamente en un caso al
adverbio o frase adverbial (720)-(721), una frase preposicional (722) -(726), etc.:
verbo y en el otro al substantivo, sino en el contenido informativo de los constituyentes
(focalización). Las dos diferentes interpretaciones se deducen del contenido presupositivo (717) El cielo estaba encapotado, pero ese resplandor cárdeno y probablemente
que las enmarca. Busquemos contextos adecuados: supongamos una conversación entre mefítico(... ) me permit(a ver con bastante claridad (L. 146).
un matrimonio anciano que vive solo. La primera interpretación sería la esperable, por (718) ... en el curso del cual fuimos objeto de inspección, juicio y seguramente
ejemplo, tras el siguiente contexto: sentencia condenatoria por parte de todos los presentes (L. 186).
(719) ¡Una pieza magnífica, ciertamente! (S. 71).
(708) Hoy hace un día espléndido. Quizá venga Juan. (720) Os aguardaremos en un lugar acogedor, probablemente cerca de vuestra
(donde pertenece al conocimiento compartido por hablante y oyente que cuando hace buen casa.
(721) Hace muchos años, seguramente antes de que tú nacieras, ya habían
tiempo a veces Juan acude a visitarlos).
La segunda, en cambio, pediría entre las presuposiciones que envuelven a la cláu- sucedido todos estos hechos.
(722) El ministro nunca ha sido bueno para disimular y cada vez le gusta menos.
sula, la seguridad de que alguien vendrá a hacerles una visita:
Por eso, probablemente, aprovechó su intervención parlamentaria para
(709) He llamado a nuestros sobrinos para que alguno venga a hacemos compa- criticar. .. (EP., 29-11-92, Domingo/2).
ñía. Quizá venga Juan. (723) quedando cerradas entonces cuestiones como la designación del presiden-
te(. .. ) y la sede de Santiago, probablemente en algún local de la univer-
Hay que resaltar, sin embargo, que, al lado de este recurso pragmático, los adverbios sidad compostelana (LVG., 9-2-93, 33).
que ahora estamos considerando poseen la facultad de restringir su incidencia exclusi- (724) Pero el Duce (. ..) escapó de Milán sin ceder, seguramente con la esperan-
vamente sobre alguno de los constituyentes clausales mediante procedimientos sintác- za de que mi gestión en Suiza le fuera más favorable (EP, 11 -10-92, 8).
ticos. En este caso, no son ya modificadores clausales sino modificadores de distintos (725) Pensé en aquel instante, aunque no ciertamente por vez primera, que...
constituyentes: substantivos, adjetivos, adverbios, frases endocéntricas o exocéntricas, etc. (L.41 ).
De ahí la denominación de modificadores universales que aplicamos a las clases de adver- (726) ... cuyas caras se me confunden en el recuerdo, probablemente porque
bios que manifiestan tal riqueza sintáctica. estaba yo entonces muy nervioso (L. 186).
" Esta última parece ser Ja opinión que Alarcos defendería si asimilamos éste a otro caso como el de la 79
Obsérvese que quizás y muchos adverbios de este grupo permiten la elección del modo subjuntivo
oposición Los bomberos acudieron pronto! Los bomberos acudieron prontos: "Desde el punto de vista de la cuando inciden directamente sobre el verbo (quizás venga/vendrá mañana), pero no cuando afectan exclusiva-
relación semántica [cursiva nuestra], cuando funcionan como atributos, afectan tanto al núcleo verbal como mente a Jos argumentos: vendrál*venga quizás mañana. Este comportamiento nos confirma lo adecuado de
al sujeto (1969, 236)". un análisis que asigne distintos ámbitos de modificación sintáctica a los adverbios de modalidad.
332 333
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
4.1.2.3. Adverbios de polaridad e identificación. b) Todos los adverbios y expresiones que pueden ser modificadores oracionales,
hasta completar una lista de once subclases y 326 unidades.
Los dos últimos grupos de adverbios que vamos a considerar son sintácticamente De hecho, E. Koktova considera complementos de actitud a todas aquellas unidades
muy semejantes a los anteriores, de los que se diferencian principalmente por sus rasgos que tienen propiedades de alcance. Éste es, sin embargo, un hecho demasiado extendido
semánticos. Éste es precisamente el punto de vista que nos permite una posterior subdivi- entre los adverbios como para intentar constituir con él una clase de comportamiento
sión en dos clases:
homogéneo. Con todo, la propuesta de esta lingüista funcional-generativa es sumamente
a) Adverbios de polaridad (inclusión y exclusión): sí, no, incluso, ni siquiera, tam-
sugerente en el sentido de que permite agrupar clases de adverbios que normalmente se
bién, tampoco, hasta, sólo, casi, apenas, etc., unidades claramente gramaticales, a las que
cabría añadir una serie de adverbios terminados en -mente: únicamente, meramente, exclu- estudian por separado, es decir, nos permite avanzar en la búsqueda de rasgos que unifi-
sivamente, principalmente, especialmente, prácticamente ... can a toda (o a buena parte) de la categoría adverbial. Sobre esto volveremos en el capítu-
b) Adverbios identificativos: precisamente, justamente, mismamente, mismo, exac- lo siguiente.
tamente, propiamente, concretamente ... En una posición intermedia (próxima a la nuestra) se sitúa S. Greenbaum (Quirk
La bibliografía sobre esta clase de adverbios es abundante y no escasean los trabajos et alii: 1985, 604 y ss.), el cual reúne entre los Focusing subjuncts a las siguientes
dedicados a algún adverbio en especial, sobre todo a los de la clase a): incluso, sólo, casi subclases:
y sus equivalentes en inglés y francés o checo (véanse las bibliografías presentes en I. -Restrictive subjuncts indicate that the utterance concemed is true in respect of the
Bosque: 1980, Hemández Paricio: 1985, C. Fuentes: 1987a, Herrero Blanco: 1987, E. part focused. There are two subsets:
Koktova: 1986, García-Medall: 1993 o García-Page: 1993, § 3.4, § 3.5). La presencia de
los lingüistas checos en el estudio de esta clase de adverbios se justifica por la importan- (a) Exclusives restrict the application ofthe utterance exclusively to the partfocused:
te aportación que realizan estas palabras en la estructuración de las funciones informati- alone, exactly, exclusively, just, merely, only, precisely, purely, simply, solely.
vas80 (E. Koktova: 1986), tarea a la que la Escuela de Praga ha dedicado especial atención
(b) Particularizers restrict the application of the utterance predominantly to the part
(Jiménez Juliá: 1986). Este hecho es el que determina denominaciones como las de focu-
focused: chiefly, especially, largely, mainly, mostly, nota.bly, paticularly, primarily,
sing adverbs (Jackendoff: 1972; Quirk et alii: 1985) o rematizadores (H. Contreras: 1978,
principally, specifically; at least, in particular.
Herrero Blanco: 1987). También los autores de la gramática generativa han mostrado inte-
rés por estas unidades debido a su fuerte carga presupositiva. -Additive indicate that the utterance concerned is additionally true in respect of the
A pesar de las coincidencias en estos puntos, a la hora de hacer el listado de ad- part focused: again, also, either, equally, even, further, likewise, neither, nor, similarly,
verbios que cumplen dicho valor focalizador las variaciones son considerables de autor en too; as well, in addition.
autor: mientras H. Contreras (1978, 84), por ejemplo, limita su número a apenas, casi,
hasta, ni siquiera, prácticamente, precisamente, simplemente, solamente y ya, E. Kokto- En lo que coinciden todos los autores es en señalar la gran libertad que muestran
va, por el contrario, incluye entre las unidades con propiedades focalizadoras (función que estos adverbios en su alcance modificador, que puede ir desde la oración completa a la
ella denomina Complementation of Attitude) a: simple palabra81 • En una secuencia como
a) Los propiamente Focussing adverbials, en cuya lista, por otra parte, figuran, ade- (727) Juan únicamente le lee libros de terror al niño
más de las específicamente Focussing CA expressions (almost, not, only, also, else, even,
hardly, notably,first of ali... ), las: la incidencia del modificador únicamente recae sobre todo el predicado. Ahora bien, según
-Listing CA expressions (jinally, further, moreover, next, on the one hand... ). focalicemos uno u otro constituyente, variará el contenido informativo de la cláusula, que
se podrá ampliar añadiéndole las contraposiciones:
-Appositive CA expressions (jor example, including, particular/y, namely, that is
to say... ).
-Conjuntive CA expressions (both, either. .. ). 81
En la sección 7.2., consideramos los rematizadores que afectan a la oración completa, e iruli-
camos que, aparentemente, todos estos elementos pueden funcionar también como rematizadores
80
CA [Complementation of Attitude] expresions can be viewed as primarily specifying, in a de partes de la oración (H. Contreras: 1978, 84).
broad sense of the word, how the focus, or the new information of a sentence, holds (thus playing Focusing subjuncts can draw attention to a part of a sentence as wide as the predication oras
a crucial role in the communicative perspective, or topic-focus articulation (TFA), of a sentence narrow as a single constituent of an element (such as a premodifying adjective in a noun phrase
ami exteruling their scope over the rest of the focus (E. Koktova: 1986, 83). as subject, oran auxiliary within a verb phrase (Quirk et alii: 1985, 604).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (ll). Hacia una clasifi cación de los adverbios.
(728) (a) ... únicamente lee... AL NIÑO, no a su padre. Cada uno de estos adverbios tiene sus peculiaridades semánticas y sintácticas, en las
(b) ... únicamente lee libros DE TERROR... no de viajes. que no nos podemos detener en un estudio de las características del presente, dedicado
(c) ... únicamente LEE... no se los compra. preferentemente a las clases, no a los individuos particulares. Con todo, no queremos com-
(d) ... únicamente LEE LIBROS DE TERROR... pletar este capítulo sin dedicarle algún espacio a las principales unidades polarizadoras.
(e) ... únicamente LEE LIBROS DE TERROR AL NIÑO ...
No es que únicamente en las cláusulas correspondientes a (728a-e) modifique a cada Adverbios de polaridad (inclusión y exclusión).
uno de los constituyentes realzados en versalita. Su incidencia sintáctica no varía en la se- La negación es un fenómeno tan complejo que sería imposible intentar formular aquí
rie, es la focalización lo que cambia. una aproximación, ni siquiera mínima. Los filósofos y los lógicos desde antiguo, los psi-
Como vimos al tratar los adverbios de modalidad, en otras ocasiones sí varía el ámbi- cólogos y los lingüistas con posterioridad han dedicado considerables esfuerzos al estudio
to de modificación sintáctica. En tales casos el adverbio ha de mudar de posición, colocán- de este universal cuyo alcance supera con mucho los límites de este modesto acercamiento
dose ante el constituyente sobre el que incide82 : a la categoría del adverbio. Para el español contamos con varias monografías (las últimas
de I. Bosque: 1980 y Hemández Paricio: 1985). Incluso existe una bibliografía centrada
(729) (a) Únicamente Juan lee libros de terror (nadie más). exclusivamente en la negación (Seifert y Welte: 1987).
(b) Juan lee libros únicamente de terror (no de viajes ni de otra materia). Nuestro estudio se limitará, por tanto, a analizar el comportamiento sintáctico de la
(c) Juan únicamente lee los libros de terror (no los compra). partícula no y de otros adverbios de polaridad con el fin de justificar su inclusión en el
(d) Juan únicamente lee libros de terror (no cuenta historias ni hace otra esquema general que hemos diseñado.
cosa). En el apartado anterior vimos la postura de Alarcos referente al tratamiento de los
(e) Juan lee libros de terror únicamente al niño (no a su padre). adverbios de duda y negación. En él estaba implícita la existencia de dos tipos de nega-
ción, reconocidos por todas las corrientes lingüísticas: la que se aplica a un miembro de la
La misma peculiaridad ofrecen los que hemos denominado identificativos: cláusula y la que se aplica a la totalidad: negación especial vs. nexual (Jespersen), nuclear
vs. conexiona/ (L. Tesniere), de constituyente vs. oracional (si seguimos la terminología
(730) (a) Precisamente, María llegó de París en enero. generativa)83 •
(b) Precisamente María llegó de París en enero. Volviendo a la propuesta de Alarcos, recordaremos que en el apartado anterior habí-
(c) María precisamente llegó de París en enero. amos desechado la posibilidad de que ambigüedades como la planteada por No comió
(d) María llegó precisamente de París en enero. patatas ("pero comió otra cosa"/ "no comió nada, porque sólo había patatas") fueran re-
(e) María llegó de París precisamente en enero. sueltas desde una perspectiva sintáctica.
En dicho apartado, sin embargo, quedó sin demostrar la inviabilidad de dicha hi-
La causa principal de nuestra discrepancia con respecto a la clasificación de S. pótesis. Aceptémosla por un momento y, por tanto, tratemos de asignar en nuestro siste-
Greenbaum está provocada por el lugar que ocupa la negación. En nuestra opinión -en lo ma de representación arbóreo sendas estructuras sintácticamente diferenciadas a cada una
cual coincidimos con Kotkova- el adverbio no es un adverbio de alcance variable (deter- de las interpretaciones posibles. De esta manera, obtendríamos por ejemplo:
minado por el foco de la cláusula). Ello conlleva que a su alrededor debamos clasificar
otras unidades que, como él, indican exclusión (tampoco, ni siquiera ... ) o su contrario (sí, 83 Frente a la solución alarquiana, que vincula la negación total al verbo, lo corriente es ligarla más bien
incluso, etc.), tal como hace J. Borrego Nieto (1989). a la unión de sujeto y predicado, de ahí la terminología de O. Jespersen y de L. Tesniere. Aparte, se suele seña-
lar la existencia de una negación iliscursiva (que en muchas lenguas posee morfemas especiales: non en fran-
cés, no en inglés, nein en alemán). Otros autores, siguiendo a Lyons (1977) ilistinguen entre negación
82
La entonación (mediante la enfatización de las unidades focalizadas y la ilisposición de las pausas) performativa, negación modal y negación proposicional (Hemández Parido: 1985, 83 y ss.).
completa la labor discriminadora: En nuestra opinión, sin embargo, no deben ampliarse innecesariamente las· clases de negación en un
estudio lingüístico. La negación es una sola, lo que varía es el ámbito al que se aplica (el alcance). Desde el
(i) Precisamente// María llegó de París en enero. punto de vista estrictamente lingüístico No prometo que lo haga, no creo que lo haga, no lo haré, ejemplos de
(ii) María precisamente 11 llegó de París .. . negación performativa, modal y proposicional respectivamente, se pueden considerar ejemplos idénticos de
(iii) María 11precisamente llegó de París .. . negación proposicional.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios.
a) No comió patatas ("pero comió otra cosa"). ón es, en ocasiones, el único procedimiento que permite al hablante y al oyente precisar una
u otra interpretación semántica. Por esta razón, ante secuencias como las siguientes:
cláus.
MOD. NUC.
(732) No se detuvo empero el comisario a degustar estos detalles (L. 14).
1 1
(733) -Lo que no entiendo -dijo la Emilia- es por qué no devolvieron el dinero sin
adv. cláus. el maletín (L.137),
PRED. C.D.
fuera de contexto somos incapaces de saber si se ha devuelto o no el dinero o si se detu-
1 1
v. .(: sust. vo o no el comisario. Ello, porque, entre otras interpretaciones secundarias, cada una de
1 1 ellas puede ofrecer la siguiente información:
No comió patatas
(732) (a) 'El comisario no se detuvo'.
b) No comió patatas ("no comió nada, porque sólo había patatas").
(b) 'El comisario se detuvo, pero por otra causa'.
cláus. (733) (a) 'No devolvieron el dinero ni el maletín; y podían haber devuelto el
dinero sin el maletín'.
PRED. C.D. (b) 'Devolvieron el dinero y el maletín; y podían haber devuelto el dinero
1 1
sin el maletín'.
f. v. sust.
MOD. NUC. Dentro de su contexto, sin embargo, estas dudas no se plantean. En el primer caso,
1 1 la continuación resuelve inmediatamente la dificultad:
adv. v.
1
No comió
1
patatas (734) ... No se detuvo.... sino que avanzó a grandes zancadas arrastrándome por
la manga.
En el primer caso se negaría que 'comiera patatas', en el segundo la negación alcan-
zaría al 'comer' mismo. De la misma manera, si tomamos en consideración una secuencia En el segundo caso, es la situación anterior la que incide en la interpretación ade-
más amplia como cuada: el dinero robado fue devuelto tras algún esfuerzo por encontrar el maletín que lo
(731) No comió patatas en toda la semana contenía (733b). Lo que no entiende el hablante es, por tanto, por qué esos esfuerzos en
buscar un inútil y barato maletín, en lugar de devolver simplemente el dinero, lo impor-
sería de esperar que a ella se le pudieran asignar tres estructuras sintácticas distintas por-
tante (cosa que les habría resultado fácil), sin tener que correr tantos riesgos para reinte-
que a las dos interpretaciones anteriores vendría a sumársele c), en la cual no se negaría
grarlo con su continente original.
que se hubieran comido patatas sino sólo que se hubiera hecho en esta semana. No es
Estos ejemplos nos muestran, además, un hecho importante que muchos autores
posible, sin embargo, asignarle a esta última interpretación ninguna representación sintác-
(lógicos, psicólogos o lingüistas) han señalado a propósito del empleo de la negación: su
tica diferenciada. uso supone la refutación, en palabras de Hemández Paricio (1985: 215), de "creencias y
En nuestra opinión, lo que sucede en castellano, fenómeno, por otra parte, frecuente en
expectativas por parte del hablante". En el primer caso (732), se nos está diciendo que ante
otras lenguas84 , es que el adverbio no tiende a ligarse al verbo, de manera que la focalizaci-
detalles tan importantes cabría esperar que el comisario se detuviera. Esta idea implícita
es la que se rechaza (obsérvese, de paso, el refuerzo del adversativo empero: 'Esperaba
84
El castellano en este punto no hace más que seguir la tendencia general de las lenguas. En la mayo-
que se detuviera pero .. .'). En el segundo ejemplo, la afirmación que se refuta es la espe-
ría de éstas, el morfema negativo tiende a vincularse con el verbo o su auxiliar. Además, con suma frecuencia
rable: 'Devolvieron el dinero pero no el maletín' (la única implicación que no puede ser
llega a integrarse morfológicamente en el verbo (61.7%). El caso del español, con una partícula aislable en
cierta al interpretar (733).
posición preverbal o preauxilar, tampoco es infrecuente (33.3%). Sólo en un 4.6% la partícula se vincula pri-
Lo que nos interesa señalar es, sin embargo, que la recta interpretación de dicha par-
mariamente a toda la cláusula antes que al predicado. Las cifras corresponden a una estadística realizada por
tícula no se fundamenta tanto en sus cualidades sintácticas de poder modificar a diferentes
ó. Dahl sobre 240 lenguas (citamos por el resumen en S. Dile 1989, 327). Dahl se refiere a la negación oracio- constituyentes de la cláusula cuanto en el recurso a factores pragmáticos (conocimiento
nal no a la de constituyente. Ésta en castellano se muestra tan reacia a la libertad posicional como aquélla.
del mundo, presuposiciones ... ) o informativos (unidades focalizadas).
338 339
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
Evidentemente, la incidencia de estos factores pragmáticos no se puede desligar del (739) Escribo de una manera no fácil, para que vosotros, cazurros del cine, no
marco de la sintaxis. Si el alcance de los diferentes adverbios de modalidad o polaridad me leáis y no se os ocurra estropearme una novela con una película (EP,
puede limitarse informativamente a un constituyente concreto es porque sintácticamente 27-12-92, 19).
(740) Existe una desinformación total sobre el fenómeno religioso no católico y
dicho constituyente también está bajo su dominio. La negación oracional (clausal) actúa
sobre el tema de las sectas (lG., 14-3-91, 2).
como un modificador del nivel 2 (un operador del nivel 2 en la terminología de S. Dik:
(741) Él aceptó un trabajo arriesgado al suplantar a todo un señor Ministro y,
1989, 205) y, por tanto, bajo su alcance se encuentran el predicado y todos sus argu- no contento con eso, fraguó un plan temerario (L. 71 ).
mentos: subcategorizados, del nivel 1 o del mismo nivel 2, como se puede observar con- (742) Don Plutarquete desenterró de un armario lleno de libros un segmento de
trastando (735) con (736): tortell que, puesto en remojo, resultó comestible, aunque no gustoso (L. 117).
(743) Sí recuerdo, en cambio, a un galán harto amanerado y no precisamente
(735) Juan no contestó porque es un maleducado (es decir, 'no contestó'). veinteañero (L. 154 ).
(736) Juan no contestó porque fuera un maleducado ('contestó por otra causa'). (744) ... hiza su aparición(. .. ) acompañado(. ..) de una cerda voluminosa y ya no
joven (L. 168).
De esta manera, en castellano la cláusula (745) El señor Corrales (. .. ) aún cuando le constataba la no participación del
comité de empresa (IG., 14-3-91, 6).
(737) Juan no lee novelas de terror al niño (746) Y en eso estábamos cuando advertimos, no sin sorpresa, que el coche se
ponía en marcha y se perdía calle abajo (L. 111).
puede recibir las mismas interpretaciones que la formada más arriba con únicamente (747) Acabamos yendo los tres no sin antes haber convenúlo en que la Emilia
(729), de acuerdo con la focalización de uno u otro constituyente. Este abundante recurrir esperaría fuera en el coche (L. 179).
al nivel informativo es el que justifica, a nuestro modo de ver, el escaso desenvolvimiento (748) Fui arrojado al tiempo que una voz no del todo por mí desconocida ordena-
de la negación de constituyente en nuestra lengua. Cfr.: ba (L. 11).
(749) No pocas veces he hablado y escrito sobre él (EP, 25-10-92, 24).
(738) (a) *No Juan lee novelas de terror al niño. (750) La naturaleza confiere a los humanos un buen gusto innato en materia ali-
(b) *Juan lee no novelas de terror al niño. menticia, aunque no si.empre los medios necesarios para satisfacerlo (L. 147).
(c) ??Juan lee novelas no de terror al niño. (751) No más de siete u ocho años debfa de contar yo cuando hiza su aparición
( d) *Juan lee novelas de terror no al niño. en nuestras vidas este formidable personaje (L. 168).
(752) Así llegamos a una calle céntrica, pero no excesivamente concurrida (L. 14).
Fuera de su incidencia (mediata o inmediata) sobre el núcleo del predicado, el adver- (753) Compró un coche pequeño, no muy distinto del que tenía 86•
bio no ve muy limitadas sus posibilidades como modificador de cualquier constituyente
clausal. Puede, sin embargo, hacerlo de acuerdo con su carácter de modificador universal, La unidad de este tipo que con mayor frecuencia es modificada por no es, sin duda, sólo (normalmente
acompañando, por ejemplo, a adjetivos, frases preposicionales, substantivos, adverbios, en la correlación no sólo... (sino) también ... ):
cuantificadores, etc. 85: (ii) El libro -escrito enamoradamente y no sólo con erudición-... (S. 41).
(iii) No SÓÚ> lleva vituallas para su despensa secreta, sino también un envoltorio que presen-
ta solemnemente al niño... (S. 160).
" En ocasiones la aparición de la partícula negativa se debe a la inexistencia en la lengua de la unidad 86
La concurrencia de negación y cuantificación ha suscitado innumerables estudios lógicos y lingüís-
léxica necesitada (por ejemplo, en (740) es difícil encontrar un sinónimo de no católico si no es recurriendo a ticos. Conocida es la polémica que este punto suscitó en la gramática generativa para dar cuenta de las dife-
neologismos del tipo acatólico o incatólico que el uso no ha prescrito) pero, con frecuencia, el hablante elige rencias que presentan combinaciones como:
libremente este recurso en busca de efectos expresivos, por eufemismo, para atenuar lo dicho, etc. (figura lla- (i) Not many arrows hit the target.
mada por las retóricas clásicas litote): así en (739) no fácil podría ser sustituido por difícil; no sin puede ser (ii) Many arrows didn't hit the target.
reemplazado por con en (746) o por un gerundio en (747), y no pocas veces (749) por muchas veces, etc. ( iii) The target wasn 't hit by many arrows.
Por otra parte, cabe resaltar que no puede alcanzar también a unidades que no tengan carácter argu-
(véase un resumen de dicha polémica en Hernández Parido: 1985, 40 y ss.). En el apartado anterior hemos
mental. No es raro que se trate de usos próximos a los metalingüísticos:
ofrecido un breve apunte de cómo se pueden tratar estas cuestiones en una gramática funcional.
(i) -Juan tiene una casa en la ciudad y, además, otra en las afueras.
En muchas ocasiones es difícil -o inútil- determinar si el adverbio negativo modifica exclusivamente al
-No tengo además otra en las afueras. Sólo tengo una casa. En las afueras. de cantidad o alcanza a toda la frase: [[no [muy]] distinto de... ) I [no [muy distinto de...]].
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
Es sobre todo en las estructuras adversativas, y contrapuestas en general, donde la (763) ¿Vino Juan ayer?
negación manifiesta claramente por qué es englobable en el grupo de los modificadores (a) -No87•
universales: (b) -Juan, no.
Así, por ejemplo, si en la siguiente construcción (c) -Quizás.
(d) -Juan, quizás.
(754) Desde luego, podrían haber obligado a los periódicos a no dar la noticia (e) -Ciertamente/ Exactamente/ Precisamente.
(L. 78), (764) Juan vino ayer con malas noticias.
(a) -Juan, no.
hiciéramos que la negación recayera no sobre. el término de la preposición (una cláusula) (b) -Ayer, no.
sino sobre la frase preposicional entera, el resultado sería agramatical (*desde luego, (c)- Con malas noticias, no. Al contrario.
podrían haber obligado a los periódicos no a dar la noticia) a no ser que se añadiera algu- (765) ¿Usted bebe? Yo no. ¿Ustedfuma? Yo no... (L. 25-26).
na coda explicativa (formándose en ocasiones correlaciones del tipo no (sólo/ya) ... sino ... , (766) -¿Cree que le están vigilando?
no tanto ... como ... ): -A mí no; creo que están vigilando a la señorita Trash (L. 110).
(767) Siempre prefiero hacer las prácticas en el teatro y no aquí mismo (L. 127).
(755) Desde luego, podrían haber obligado a los periódicos no a dar la noticia (768) De la ambición y la avaricia puedo hablar, porque las he visto de cerca.
sino a destruirla de los archivos. Del dinero, no (L. 183 ).
(769) Lo que pasa es que estamos pasando un período un poco malo y quién no
De la misma manera tenemos: ¿verdad? (L. 132).
(770) Te preparan si les conviene; si no, no (EPS., 29-11 -92, 158).
(756) No sólo ratas, sino ovillos de gusanos, enjambres de moscardones y miría- (771) Dejar que alguien arrastre una vida desalmada después de haber tocado la
das de murciélagos animaban el local con su presencia (L. 244 ). felicidad,falsa o no, con los dedos, es un hosco sadismo (EPS., 20-9-92, 114).
(757) Piense que lo hicimos no por interés personal sino por el arte escénico (772) Porque morirse, morirse bien, exista cielo o no, es sólo eso (EPS., 27-9-92, 6).
siempre tan maltratado (L. 133). (773) Me quedé un tanto perplejo ante semejante acusación, pero decidí postergar
(758) Aceptó la respuesta, no tanto por convicción como por verse libre de mi hasta un momento más propicio la consideración de si estaba o no fundada
presencia (L. 233). (L. 86).
(759) Porque no me cabía la menor duda de que era a mí y no al pobre manco
a quien habían tratado de hacer albóndigas (L. 42). En este punto coincidimos con l. Bosque:
(760) Me refregué hasta quitarme el champú, que no el escozar, de los órganos Al postular elementos tácitos no duplicamos la categorización, sino que asignamos
visuales (L. 67). la referencia a esta categoría nula. Parece que el adverbio no no aporta el mismo
(761) Pero la calma seguía reinando en el exterior. Que no entre aquellas cuatro significado en estas dos oraciones:
paredes (L. 144).
(762) Convencido de que sólo las fuerzas del orden y no las del mal rondaban Pepe no llamó ayer por teléfono.
por allá, me metí en el lavabo de caballeros y... (L. 118). Pepe llamó ayer por teléfono, pero Juan no.
Una característica común a casi todos los modificadores es la que les permite ocu-
" De este empleo discursivo proceden construcciones como las siguientes en estilo indirecto:
par, en caso de elisión, la plaza que sus núcleos dejan vacante. Por otra parte, hemos habla-
do de la función respuesta, que no justificamos a partir de elipsis. Todo ello es espe- (i) -¿Son ustedes de alguna mutua?
cialmente importante en los adverbios de modalidad y polaridad, pues, por estar faculta- Le dijimos que no y que en aquel instante no disponíamos de efectivo (L. 161).
dos para modificar al verbo, núcleo de la cláusula, pueden ocupar la posición de la totali- (ii) -¿Te ha visto?
dad de ésta (lo que hemos llamado empleo discursivo) o bien sólo del predicado y los argu- -Me parece que no (L.178),
mentos no focalizados e, incluso, de alguna unidad aislada, factor de especial importancia que no son exclusivas de los adverbios polarizadores (pienso que sí, creo que no). En realidad, cualquier uni-
en los diálogos, coordinaciones y en general en todas aquellas construcciones en que se
dad que pueda aparecer en una respuesta acepta la concurrencia con la conjunción que: dijo que mañana, pien-
pretende evitar la repetición de términos ya expresos: so que Juan, intuyo que esta tarde, etc.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización ( U). Hacia una clasificación de los adverbios.
Es decir, en la segunda de ellas entendemos que no significa en realidad "no llamó a) Poder aparecer solas como respuesta:
por teléfono '', pero aun así es frecuente decir que existe un no con propiedades anafó-
ricas y otro sin ellas. Así pues, en lugar de proponer que el SV tácito está "semánti- (778) -¿Vendrás?
camente incorporado" a ese no, podemos decir que existe un [sv ~]. cuya distribución (a) -Sí/ Claro/ Seguro/ Cierto/ Por supuesto.
nada nos exime de estudiar (1989, 51-52). (b) -No/ Falso/ En absoluto/ Quizás.
La distribución de sí, por su parte, es mucho más limitada que la del adverbío de b) Indicar certeza.
egación,~ por cuanto el carácter afirmativo de un enunciado se presupone de no haber par- Claro, seguro, cierto, por supuesto, sí cumplen ambos requisitos. Por el contrario,
tícula negativa explícita: otras unidades no satisfacen la primera (caso de indudable) o la segunda de las condicio-
nes, como le sucede a falso, en absoluto, posiblemente, no o quizás. Finalmente, posible
(774) Juan llegó.
y similares no satisfacen ninguna de las dos.
De esta manera, sí reduce su aparición a casos de especial énfasis 88 , limitado siempre Por otra parte, el hecho de que esta posibilidad esté prácticamente vedada a adver-
al núcleo del predicado, a los casos de elisión arriba mencionados y a la función respuesta: bios (salvos{) parece corroborar que en su origen esta construcción procede de una elip-
sis: cierto (es) que, (es) seguro que, (se da) por supuesto que ... Pero, una vez consolidado
(775) ¿Llegó Juan? el proceso, se asiste al nacimiento de una estructura nueva a la cual se incorpora con deci-
(a) -Juan sí llegó. sión sí (y con mayor timidez ciertamente y seguramente). Esta explicación, que no deja
(b) -Juan, sí. de ser hipotética, habría de ser corroborada diacrónicamente.
( c) -Sí. El resto de los adverbios de polaridad se agrupan en tomo a los dos citados hasta
aquí: con sí indican inclusión incluso (aun), hasta, siquiera, apenas y los adverbios en
La única peculiaridad reseñable de sí se refiere a su aparición en casos de especial -mente asociados: principalmente, meramente, etc. Por el contrario, expresan exclusión,
relieve (Alarcos: 1969, 245) seguido de la conjunción que. Compárense: como no: ni (siquiera), casi (prácticamente), tampoco. Por su parte, sólo, solamente, úni-
camente y exclusivamente tienen un carácter mixto: la inclusión (primaria) de ciertas
(776) Sí mantengo mi primera opinión.
(777) Sí que mantengo mi primera opinión.
entidades o estados de cosas supone la exclusión (secundaria) del resto de las posibilidda-
des . Lo mismo sucede con excepto y similares, con la salvedad de que ahora la exclusión
Para Alarcos (ibid.): es primaria y la inclusión secundaria:
La presencia de lque/1, que transpone la oración originaria a nivel inferior, obliga a
considerar el resultado como una elipsis de un núcleo lexicamente inocuo: Sí es que
adverbios de polaridad
mantengo mi primera opinión, con lo cual /sí/ funciona como uno de los que hemos lla-
mado atributos oracionales y podría sustituirse por sintagmas de función adjetiva
inclusión exclusión
(Cierto es que mantengo mi primera opinión).
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. intento de caracterización (U). Hacia una clasificación de los adverbios.
También expre;an polaridad en absoluto (negativa) y absolutamente (positiva), si Desde el punto de vista del significado, estos adverbios se suelen caracterizar por el
bien sus posibilidades combinatorias no son tan grandes como las de los adverbios men- contenido presupositivo que añaden a la mera inclusión o exclusión, presuposiciones que
cionados anteriormente. En este sentido se asemejan más a no y sí por su preferencia en se suelen agrupar en torno a una escala pragmática: "una cierta escala valorativa, de natu-
la modificación de unidades predicativas (el verbo, adjetivos, etc.). raleza extralingüística" en la que es necesario "tener en cuenta el factor expectación" (l.
El resto, por el contrario, se caracterizan por poder desempeñar la función de modi- Bosque: 1980, 103; véase sobre todo 113-121 y la corrección de Hemández Paricio: 1985,
ficadores universales, en igual o mayor medida que los adverbios del apartado anterior. 164 y ss., y C. Fuentes: 1987a).
Veamos, simplemente, algún ejemplo: Supongamos la siguiente situación: es el día de la madre. María, que tiene dos hijos,
uno de cuatro años (Juanito) y otro de doce (Pedrito), espera ser generosamente agasajada
(780) Juan pudo hablar con sus amigos:
por su familia: que la feliciten, le den un beso, que los niños le regalen algún dibujo rea-
(a) Incluso, Juan pudo hablar con sus amigos.
lizado en la escuela, o alguno de sus juguetes (el menor), o una flor, quizás un ramo de
(b) Incluso Juan pudo hablar con sus amigos.
flores (el mayor) o... un diamante su marido (Juan), atendiendo a una campaña publicita-
(c) Juan incluso pudo hablar con sus amigos.
ria que durante varias semanas inundó todos los hogares. María se ha formado, por tanto,
(d) Juan pudo incluso hablar con sus amigos.
(e) Juan pudo hablar incluso con sus amigos. tres escalas de valores, correspondientes a los tres miembros de su familia, que podemos
(j) Juan pudo hablar incluso con sus amigos 89• representar así:
(781) (a) Ni si.quiera Juan pudo hablar con sus amigos.
(b) Juan ni si.quiera pudo hablar con sus amigos. a b c X y z
(c) Juan no pudo ni siquiera hablar con sus amigos.
Juanito: nada felicidades beso ...... dibujo osito flor
(d) Juan no pudo hablar ni siquiera con sus amigos.
Pedrito: nada felicidades beso ...... dibujo flor ramo
(782) (a) Pedro duerme de día: Juan: nada felicidades beso ...... flor ramo diamante
(b) Sólo Pedro duerme de día.
(c) Pedro sólo duerme de día. Dada las siguientes escalas podemos explicar ejemplos como los siguientes:
(d) Pedro duerme sólo de día.
(e) También Pedro duerme de día. (783) Ni (siquiera) mi marido se acordó de que era el día de la madre.
(j) Pedro también duerme de día. (784) Mi marido ni (siquiera) me regaló un ramo de flores.
(g) Pedro duerme también de día. (785) Juanito ni (siquiera) me dio un beso.
(786) #Juan ni (siquiera) me regaló un diamante.
(787) Juan ni se acordó. Los niños siquiera (al menos) me felicitaron.
89
Con frecuencia, más en la lengua escrita que en la oral, es difícil determinar los límites de esta (788) Siquiera se acordaran de que era mi día, pero ni eso.
modificación adverbial por lo que no son raros los casos de ambigüedad: (789) Ojalá me regalaran siquiera una flor/#un diamante.
(i) Sólo con ese vino, queso y olivas se puede vivir (S. 300). (790) Juan casi olvida que es el día de la madre.
En este caso, sólo puede modificar a toda la cláusula, es decir, 'sólo se puede vivir con ese vino, queso (791) Casi no me regalan ni una flor.
y olivas; con nada más' o bien incidir exclusivamente sobre la frase preposicional: 'se puede vivir sólo con (792) Juanito casi ni me da un beso.
ese vino... , sin necesidad de nada más' (la interpretación adecuada al texto). (793) Los niños apenas me felicitaron.
Una posición especialmente problemática se produce en un orden sujeto-adverbio-predicado. En (794) Juan apenas se acordó.
(795) #Juan apenas me regaló un diamante.
este caso, únicamente la entonación nos permite dilucidar el alcance del adverbio. La pertenencia de éste
(796) Juan sólo me trajo una flor.
a uno u otro constituyente se establece -como apuntamos más arriba- mediante su integración en uno u
(797) Sólo Pedrito se acordó.
otro grupo fónico:
(798) #Sólo Juan me regaló un diamante.
(ii) Juan incluso// pudo hablar con sus amigos. (799) (#)Juan sólo me regaló un diamante.
(iii) Juan// incluso pudo hablar con sus amigos.
(800) Juan incluso me regaló un diamante.
Evidentemente, la estructura informativa de la cláusula varía considerablemente en uno u otro caso (801) Juanito incluso me dio su oso de peluche.
(para un estudio más detallado de estas cuestiones remitimos a E. Koktova: 1986, para el inglés; T. Jiménez (802) #Incluso Pedrito se acordó.
Juliá: 1986, Herrero Blanco: 1987, y C. Fuentes: 1987a, para el español). (803) ??Los niños ni se acordaron. Y Juan incluso no me regaló nada.
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El adverbio en español. Intento de caracterización (Il). Hacia una clasificación de los adverbios.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
Por otra parte, apenas puede restringir su valor básico al ámbito temporal:
Ejemplos como estos nos muestran en un extremo a ni (siquiera), que supone una
defraudación en las mínimas expectativas del hablante. En un punto medio se sitúa siquie- (812) Apenas habíamos entrado manipuló un cerrojo de alta seguridad que
ra (de uso más restringido que al menos). Éste supone el cumplimiento de las expectativas transformó su hogar en arca cerrada (L. 150).
núnimas pero no de las máximas. En el otro polo de la escala, incluso alude al pleno cum-
plimiento de las máximas expectativas. Sólo, por su parte, expresa el cumplimiento de una
En palabras de Hemández Paricio (1985, 237, n. 131), la diferencia entre ambos
parte de las posibilidades (más que expectativas ahora: su paráfrasis es 'x y nadie-
adverbios es la siguiente:
/ nada más', Hemández Paricio: 1985, 164). En él está, por tanto, presupuesta la posibi-
lidad de que algo más se habría podido realizar o alguien más podría haber actuado. De Apenas afirma la verdad del elemento sobre el que incide, aunque atenúe su canti-
ahí que haya una tendencia a agruparlo con. los adverbios situados en la parte baja de la dad o grado acercándolo a cero, mientras que casi determina la falsedad del elemento
escala. Esta adscripción se ve corroborada por el hecho de que sólo implica, además, que sobre el que incide, pero atenuando también esa falsedad y acercándola al grado cero.
la parte no realizada es mayor de lo esperado. De ahí la anomalía de (799) y de construc- Evidentemente, si casi modifica a una oración negativa el resultado es similar a cuan-
ciones como: do lo hace apenas sobre una afirmativa, por la inversión de valores que se produce.
(804) De los cuarenta residentes, sólo treinta y nueve lograron pegar ojo (J. Esta identificación casi no - apenas (apenas tuve tiempo, casi no tuve tiempo, ejem-
Bosque: 1980, 104). plo de I. Bosque: 1980, 104) se puede producir también en su valor temporal (Casi no
habíamos entrado cuando... ), por lo que creemos que se puede encontrar un valor unita-
Casi y apenas forman, por su parte, una pareja estrechamente relacionada. La pri- rio en los distintos empleos de esta partícula90 •
mera es excluyente, si bien aproximativa (García-Medall: 1993): implica que la expec- Un fenómeno curioso que afecta a ambas unidades (señalado por J. Borrego: 1989,
tativa estuvo a punto de cumplirse, de ahí su equivalencia con por poco: 87) es, en sus palabras, "la discordancia entre el contenido literal de las locuciones que las
contienen y su valor comunicativo". Es decir, casi, a pesar de ser excluyente, argu-
(805) Casi había logrado meter la cabeza por la ventanilla cuando salió el coche mentativamente actúa como incluyente:
de estampía (L. 38).
( 806) Nos dio en anochecer en un pinar al que acudían casi a diario los vecinos (813) Casi me eligieron diputado, así que tengo porvenir político (J. Borrego,
más pulcros de la barriada (L. !70). ibid.) ('no lo han elegido').
(807) El talud era casi vertical (L. 224). (814) *Casi me eligieron diputado, así que no tengo porvenir político (ibid.).
~
(815) Casi había logrado meter la cabeza por la ventanilla cuando arrancó el
(es decir: 'no había logrado meter la cabeza por la ventanilla', 'no acudían a diario', 'no coche, por lo que no me manché ('no había logrado meterla').
era vertical').
Con apenas sucede lo contrario:
Apenas, por su parte, ofrece una perspectiva contraria: es inclusivo pero implica que
dicho logro se sitúa en una parte tan baja que las expectativas no se sienten realizadas: (816) *Apenas me votó el 37% del electorado, así que tengo porvenir político
('le votó el 37%').
(808) Apenas había logrado meter la cabeza por la ventanilla cuando salió el (817) *Apenas había logrado meter la cabeza por la ventanilla cuando arrancó
coche ... el coche, por lo que no me manché ('logró meterla').
( 809) Nos dio en anochecer en un pinar al que acudían apenas a diario los veci-
nos más pulcros de la barriada. Sin duda, este curioso fenómeno se explica por las restricciones que, como arriba
En el lenguaje coloquial con frecuencia aparece reforzado por la conjunción si: mencionamos, atenúan el carácter incluyente-excluyente de ambas unidades.
(810) Las secuelas de la droga que me habían administrado apenas si me per-
mitían mantener la verticalidad (L. 141 ). 90
En opinión de l. Bosque (1980. 104), apenas tiene un tercer valor, en el que es sinónimo de sólo (ape-
(811) Cumplido esto se instaló un gélido silencio apenas si aliviado por la rít- nas te has mirado dos lecciones). Sin embargo, este último también es parafraseable por casi no: casi no has
mica tilde de una tosecilla (L. 186). mirado dos lecciones.
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adve rbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de los adverbios .
Las unidades de la escala baja (por su proximidad con la exclusión) actúan como (827) Los niños duermen, ¿y María?
activadores negativos. De esta manera la agramatical (a) -María también duerme.
(b) -María, también.
(818) *Juan movió un dedo por él (J. Bosque: 1980, 102) (c) -También.
(828) Ahora sabe que el niño no es tan blando. Diminuto, sí; menesteroso de
se hace aceptable: ayuda, también (S. 52).
(829) Ahí doy mis clases y también el profesor Dallanotte (S. 72).
(819) Sólo Juan movió un dedo por él. (830) ... derramándose un día síy otro también (S. 97).
(820) Juan apenas movió un de.do por él. (831) ¡Tengo tanto que decirte! Y tú también a mí (S. 253).
(832) Seguro que no comprendes. Brunettino tampoco, claro (S. 261).
También y tampoco constituyen una pareja aparte. Ambas indican adición, la prime-
ra afirmativa y la segunda negativa, al tiempo que presuponen el carácter afirmativo o Los adverbios que ahora estamos examinando, como miembros no marcados de la
negativo de una información anterior: oposición[± conector] pueden también dar cuenta de estos valores cohesivos. El valor pre-
supositivo de algunos de estos adverbios hace que puedan realizar funciones próximas a
la de los conectores. María también duerme, por ejemplo, presupone que anteriormente
afirma presupone hablamos de alguien más que dormía o mencionamos algo más acerca de María. Ahora
también X y bien, el carácter conector de estos adverbios es de índole semántica, no ·sintáctica. La
tampoco ~ x ~Y presuposición es una especie de conexión semántica, pues enlaza con algo previo, ante-
riormente mencionado o meramente implicado. Sintácticamente, sin embargo, estos
adverbios son modificadores, no conectores.
Con todo, las fronteras entre los conectores y los modificadores universales se hace
( 821) El viejo consigue sorprender con frecuencia a los etnólogos del Seminario,
borrosa cuando estos últimos alcanzan a toda la cláusula, por lo que con frecuencia se ci-
pero también ellos le asombran con sus revelaciones (S. 269).
tan a unidades como incluso o también entre los conectores con valor de adición.
(822) Su padre no me quería para yerno, y tampoco me despedía porque los
En nuestra opinión, sin embargo, no es necesario establecer, como hace Catalina
ganados no se los llevaba nadie como yo (S. 259).
Fuentes, dos valores para incluso: de adjunto y de enlace.
De acuerdo con este comportamiento se ha tratado de explicar la aparición de tam- Como enlace puede moverse en la oración, mientras que el adjunto está más ligado
poco a partir de también aplicando la regla de concordancia negativa. Es decir, de la al elemento al que modifica.. :
misma manera que *[siempre [no ... ]] da lugar a nunca, *[también [no ... ]] se convertiría en
(no) ... tampoco, de donde procede la agramaticalidad de: El enlace siempre va entre pausas, se refiere a un enunciado previo y modifica al
verbo modal implícito. El uso con negación diferencia perfectamente ambos valores. El
(823) *No iré si tú también no vas. adjunto, al ser afectado por la negación suele pasar a ni siquiera, incluso ni, ni incluso:
(824) *Juan no vino también. /18c/: "Ni incluso Juan llegó tarde".
Como en el caso de siempre-nunca, la jerarquía de los adverbios es importante en /18d/: "Ni siquiera Juan llegó tarde".
estas alteraciones. Por ello, al lado de no siempre se da un [no [también]] gramatical, Incluso no es aceptable como enlace, ya que al no moverse en el dictum no queda
donde es el adverbio negativo el que domina constitutivamente a también (vid. Bosque, afectado por la negación:
1980, 140). De ahí la oposición:
/18el: "Todo salió bien. Incluso, Juan no llegó tarde" (1987, 91).
(825) No iré si tú [no [vas también]].
(826) No iré si tú [[no vas] tampoco]]/. .. si tú tampoco vas. En realidad, /18c/ es, para nuestra competencia, agramatical y /18e/ roza los límites
de la agramaticalidad (al igual que (803)). En nuestra opinión, lo que sucede es que inclu-
Por otra parte, también y tampoco, como adverbios de polaridad, se comportan ante so, como todos los modificadores universales, puede modificar a la cláusula entera o a
la elipsis de su núcleo de la misma manera que los adverbios de afirmación y negación:
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. Intento de caracterización (U). Hacia una clasificación de los adverbios.
alguno de sus constituyentes o grupos de constituyentes. Varía el ámbito de modificación, afirma 'Juan llamó por teléfono' y presupone 'no era esperable o necesario que lo hicie-
pero la función del adverbio es siempre la misma. No creemos que sea necesario, por ra', En tanto que:
tanto, hablar de dos valores de incluso, uno modificador y otro conector (en este caso sinó-
nimo de es más). Prueba de ello es la posibilidad que ofrece incluso de figurar solo o (840) Juan ni siquiera llamó por teléfono
acompañado de sí en las respuestas, característica que, como recordamos, desde Green-
baum se utiliza para diferenciar a los conectores de los modificadores clausales: niega 'Juan llamó por teléfono' y presupone 'es lo mínimo que debería hacer'. Por ello,
no se puede afirmar que ni siquiera sea la negación exacta de incluso (pues sus presuposi-
(833) ¿Hiza eso Juan ? ciones no coinciden) pero en la práctica desempeña dicha función, pues negar el cumpli-
(a) -Sí, incluso. miento de las mínimas expectativas implica hacer lo mismo con las máximas.
(b) -*Sí, sin embargo. En ocasiones se ha aludido igualmente al valor conector de también. C. Fuentes, sin
embargo, desecha esta idea. En su opinión (C. Fuentes: 1987, 96-97), también es siempre
En contacto con la negación, incluso ofrece problemas de aceptabilidad. Hemos visto • un adjunto. Para afirmar esto se basa en que "nunca es margen oracional". Coincidimos
que cuando la partícula negativa domina a la inclusiva el resultado es agramatical (*no con ella, pero con una salvedad. También conoce un empleo de conector fático, coloquial,
incluso) en tanto que si se da el dominio inverso (incluso no o con incluso separado del en el que aparece aislado entonativamente y no es incompatible con una negación:
resto de la cláusula por pausas) la valoración de la gramaticalidad del resultado final no
ofrece homogeneidad entre los hablantes: en nuestra competencia y en la de algunos ( 841) También, ¿no pudiste callarte?
encuestados, las siguientes secuencias son anómalas, al igual que el anterior /18e/: (842) También, ¿qué necesidad tengo de disculpas? (S. 177).
(843) El viejo percibe varios rostros incrédulos. "¡También es grande que para
(834) De su taller salen los más cuidados muebles de artesanía. Incluso no uti- una vez que no invento, me miren como embustero!" (S. 272).
liza barnices sino ceras naturales para no dañar la madera.
(835) La especie de categorías que acabamos de añadir a ellas no es evidente Excepto, salvo, menos.
mente de orden lingüístico. Pero no entra en ninguna de las tres primeras
especies de categorías. No es incluso un tipo de categorías de semante- En el polo de la exclusión figura un conjunto de partículas de complicado emplaza-
mas, pues cada una de esas categorías sólo contiene un semantema miento en el sistema de las clases de palabras. Nos referimos a unidades que, como salvo,
(Hjelmslev, Principios, 218; traducción de F. Piñeiro ). excepto, etc., comparten un origen común: proceden de antiguos participios latinos (de
(836) P. Una compañera mía le pregunta: "¿Es tan superhombre en todos los origen adverbial es menos).
sentidos?" En contra de la opinión mayoritaria, Alarcos (1969, 237-38) se inclina a conside-
R. No, ¡qué va! Incluso, ni corriendo. Soy normal (EP., 16-8-92, 32). rarlos adjetivos fosilizados en la función de transpositores de otros segmentos a la función
(837) En la lengua de las costas colombianas es frecuente la pérdida de [-d-] de aditamento. No los considera preposiciones pues alternan con otros adjetivos no es-
aunque el mantenimiento como plena sea general en los Andes nariñenses pecializados en esa labor:
(...). En Barranquilla es signo de afeminamiento, incluso las mujeres tam-
poco la pronuncian (Alcina y Blecua: 1975, 329). (844) Se aceptó el texto salvo ese párrafo.
(845) Quitado(s) ese(-os) párrafo(s), todo está bien.
En nuestra competencia, en combinación con partículas negativas -domine quien
domine a la otra- la negación de incluso se realiza con ni siquiera. Por tanto, en este últi- La opinión general, sin embargo, tiende a incluirlos entre las preposiciones y, a este
mo conglomerado confluyen, en la práctica, las negaciones de siquiera y la de incluso. En respecto, l. Bosque se pregunta (1989, 199): "¿por qué obtenemos unas veces preposi-
concreto, ni siquiera es la negación de las afirmaciones de siquiera y de las afirmaciones ciones de los participios pasivos (excepto) y otras veces obtenemos adverbios (incluso)?"
y presuposiciones de incluso. Es decir: Pero lo cierto es que su semejanza con las preposiciones es más bien limitada, de ahí
(838) Juan siquiera llamó por teléfono la atenuación en el término "preposiciones impropias". En realidad, sus empleos se justi-
fican mejor dentro del marco de los modificadores universales, si bien es cierto que con
afirma 'Juan llamó por teléfono' y presupone 'es lo mínimo que se puede hacer', algunas salvedades en su comportamiento. Éstas, que los diferencian en algunas facetas
(839) Juan incluso llamó por teléfono de sus correlatos inclusivos, son justificables sin duda por causas semánticas (su carácter
excluyente) antes que por factores de índole categorial (adverbios vs. preposiciones). Así,
352 353
EL ADVERBIO EN ESPAÑ OL El adverbio en español. Intento de caracterización (II). Hacia una clasificación de Jos adverbios.
al contrario que los adverbios inclusivos, la incidencia de estas unidades se realiza exclu- sin un contexto previo que permitiera recuperar los argumentos ausentes. Será necesario,
sivamente sobre constituyentes actanciales de la cláusula, no pudiendo, por tanto, modi- por tanto, crear un nuevo sujeto o C. DIR. para ocupar la casilla vacía (los cuales deben
ficar al predicado ni a la cláusula entera (a no ser que éstos estén habilitados para el ser colectivos: todos, la mayoría de ... de acuerdo con el significado básico de estos ad-
desempeño de una función argumental mediante una partícula subordinante: que, si, cuan- verbios):
do, etc. o por el carácter no personal del verbo):
(859) Excepto Juan, todos leen novelas...
Así, ante cualquier secuencia, por ejemplo, (860) Le regaló al niño todo lo que le había pedido, salvo una novela.
(861) Todo el mundo aquí sonríe, menos el viejo (S. 174).
(846) Juan lee novelas de terror a los niños en invierno (862) Al final había un terremoto y todo el poblado se venía abajo, menos la capi-
lla que había construido el misionero con ayuda de una pecadora (L. 48).
excepto puede modificar a cualquier argumento de la serie (pero no al predicado o la cláu- (863) Nadie, salvo yo, la Emilia, los monjes y los murciélagos(.. .) había podido
sula entera): entrar en la instalación o salir de ella (L. 261).
(864) Andrea recorre el piso, menos el cuarto del viejo (S. 156).
(847) Juan inclusol*excepto lee novelas de terror. ..
(848) Inclusol*excepto, Juan lee novelas de terror. .. Lo mismo sucede con el C.IND. y otros complementos nucleares:
Sin embargo, sí son plenamente gramaticales las secuencias: (865) Juan lee novelas de terror *(a todos) excepto a los niños.
(866) ... pero no corresponde *(a nada), salvo a otra fantasía (S. 312).
(849) Excepto leer novelas de terror a los niños....
(850) .... excepto si leo novelas de terror. Sin embargo, con otros complementos que no sean informativamente necesarios no
(851) .... excepto cuando leo novelas de terror. es preciso realizar la restitución:
(852) Las mujeres sólo se dan a los tíos bien plantados, salvo que se tenga dinero
(S. 127). (867) Juan lee novelas a los niños excepto de terror.
(868) Juan lee novelas de terror. .. excepto en invierno
Todavía conocen otra restricción en su empleo estas unidades. Más arriba hemos (869) Juan no lee novelas de terror, salvo si se lo permiten sus padres.
mencionado su carácter híbrido (indican primariamente exclusión y secundariamente
inclusión) que las hace correlato de sólo o únicamente (de significado contrario): Obsérvese, por otra parte, que no se comporta de parecida manera, lo cual corrobora
que este comportamiento restrictivo obedece al significado excluyente de estos adverbios
(853) Sólo Juan contestó bien a la pregunta. y no a que se les deba agrupar en una clase diferente de la de los modificadores universa-
(854) Todos contestaron bien a la pregunta, excepto Juan. les (las preposiciones). También en este caso su limitación a un constituyente sufre graves
Ahora bien, el carácter primariamente excluyente de excepto o salvo ocasiona que su limitaciones:
aparición ante un argumento nuclear de la cláusula dé como resultado una secuencia
(870) *No Juan lee novela de terror. ..
agramatical, pues la exclusión de dicho constituyente privará a la cláusula de un argu-
(871) *Juan lee novelas de terror no a los niños.
mento necesario. De esta manera, las siguientes cadenas
(872) ??Juan lee novelas no de terror,
(855) *Excepto Juan lee novelas al niño.
(856) *Le regaló excepto una novela al niño. que se resuelven supliendo el constituyente negado por otro afirmado:
no son aceptables, en nuestra opinión, porque carecen de sujeto y de C. DIR. respectiva- (870a) No Juan sino Pedro es quien lee...
mente (no sucede así con el significado positivo de incluso o sólo) y, por tanto, son tan (871a) ... no a los niños sino a los jóvenes.
incompletas como lo serían (872a) Juan lee novelas, pero no de terror sino de aventuras.
(857) #Lee novelas al niño, Por otra parte, excepto o salvo difieren del comportamiento de los verdaderos parti-
(858) *Le regaló al niño, cipios, que se construyen con sujeto concordante siempre:
354 355
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL El adverbio en español. !meneo de caracte rizac16n (ll). Hacia una clasificación de los adverbios.
(873) Juan lee novelas de todos los géneros, *exceptuadas de terror/ exceptuadas
adverbios anominales
las de terror.
(874) Juan lee a todo el mundo, *exceptuado a los niños/ *exceptuados a los niños/ [- conectores] [+ conectores]
exceptuados los niños. (modificadores
(875) Juan lee novelas en todas las épocas del año, *exceptuado en invierno/ universales).
exceptuado el invierno.
Las unidades que ahora estamos analizando pueden aparecer en dicho contexto: [-modalidad] [+ modalidad]
1
(876) Los consejeros (. ..)se aprestaban a tomar notas y pulsar sus calculadoras
(. ..), menos [exceptuados] uno o dos que accionaban a la desesperada sen- 1
focalizadores de polaridad
dos magnetofones (L. 188). de modalidad ilativos
identificadores (inclusión y
Pero también pueden aparecer ante cualquier otra función clausal. Esta característica exclusión).
1 1 1 1
nos permite diferenciarlas de las verdaderas preposiciones, pues las unidades excluyentes precisamente incluso probablemente entonces
nunca indican la función de los complementos (que debe ser señalada por verdaderas pre-
posiciones, de ser necesario) e, incluso, pueden acompañar al sujeto, al complemento direc-
to y a otros complementos que excluyen la presencia de preposición: (859)-(862). figura 10: Los adverbios anominales.
En ejemplos como los vistos y otros similares:
(877) Pero no corresponde a nada, salvo a otra fantasía (S. 312). Figura 11
(878) ... Creo que debemos postergar por ahora nuestras conjeturas y centrarnos
en el aspecto práctico de la cuestión(. .. )
-Que no ha cambiado -proseguí-, salvo para empeorar (L. 162),
las unidades encargadas de indicar la función son las preposiciones a y para (correspon-
der a, cambiar para). Éstas no mantienen relación de exclusión paradigmática con respec-
30
to a salvo o excepto91 porque nuestros adverbios no son índices funcionales, sino que inci-
den sobre frases ya caracterizadas funcionalmente, sin capacidad para alterar dicha carac-
terización (el sujeto, C. DIR. o régimen ... siguen siendo sujeto, C. DIR. o régimen). La mi-
sión del adverbio se reduce a eliminar dicho argumento del estado de cosas referido.
20
• El siguiente ejemplo nos permitirá diferenciar con claridad las diferencias de comportamiento entre
1
los adverbios de exclusión y las preposiciones (o locuciones preposicionales en este caso). Excepto y a excep-
ción de son unidades sinónimas. Encontramos la segunda en el siguiente cartel:
(i) Prohibido fumar en este hospital, a excepcwn de los lugares autorizados. 10
La construcción, evidentemente, es incorrecta porque el miembro excluido en la prohibición es un loca-
tivo y, por tanto, exige la presencia de la preposición en:
(ii) ??Prohibido fumar en este hospital, a excepcwn de en los lugares autorizados.
. 356 357
5. CONCLUSIONES: HACIA UNA DEFINICIÓN DEL ADVERBIO.
En los capítulos anteriores hemos visto que, contrariamente a lo que se podía dedu-
cir de afirmaciones corno la que da título a un artículo no muy antiguo («Los adverbios
-los parientes pobres de la lingüística» de J. Andersen: 1985), el esfuerzo aplicado al
examen del adverbio ha sido considerable. En el capítulo 2 hemos ofrecido una pers-
pectiva de las observaciones realizadas en el seno de las diferentes corrientes lingüísti-
cas. Los resultados nos han parecido insatisfactorios en buena medida pero no nulos ni
carentes de interés. Al contrario: las dificultades provienen principalmente de la com-
plejidad del proceso de desentrañamiento de las categorías léxicas establecidas más allá
de las mayores, bien asentadas por su fácil delimitación, no de la desidia o desinterés
hacia esta clase de palabras. No en vano, el estudio del adverbio conlleva el de toda la
gramática, como reconoce O. Ml('jrdrup (tal es el caudal de cuestiones que suscita el
esclarecimiento de esta categoría):
Pour qu 'il soit possible de présenter une théorie des adverbes, il aurait fallu au pré-
alable expliquer un grand nombre de phénomenes qui ont des rapports avec les adver-
bes, c'est-a-dire que, si l'on avait expliqué le comportament des adverbes, on aurait par
la méme expliqué une bonne partie de la linguistique (1976, 8).
García Tejera (1984, 196), Bosque (1989, 127). La recentísima Gramática de la lengua española de E.
1
Alarcos Llorach (1994) subsana esta deficiencia en su capítulo XII (cuyo título, Los adverbios, es un plural sufi-
cientemente elocuente). En él sintetiza las ideas que ya hemos presentado a lo largo del presente trabajo.
359
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Conclusiones: hacia una defi~cón del adverbio.
hemos detenido en las funciones. Así, pudimos comprobar el gran número de oficios que (... ) ¿qué ganamos al decir que todas las palabras de esta oración menos una son
son capaces de desempeñar los adverbios más allá del limitado trío transmitido por la gra- adverbios? La gramática de incluso, la de lentamente, y la de ayer tienen verdade-
mática tradicional. Evidentemente, no todos los adverbios pueden ejercer todos esos ofi- ramente muy poco en común. Si conseguimos describir detalladamente sus diferencias
cios. Por ello, en el capítulo 4 hemos tratado de establecer subclases más homogéneas y logramos remitir esos comportamientos a categorías distintas, importa poco que deci-
atendiendo preferentemente al criterio funcional. damos o no al final postular una hipercategoría que las recubra, a la que llamemos
Realizada dicha tarea, creemos que ya estamos en situación de enfrentarnos con la "adverbio ". No se trata tanto de que el adverbio sea el habitual cajón de sastre de las
pregunta dejada en el aire desde el primer capítulo: ¿Es posible considerar al adverbio una unidades gramaticales como de que nosotros decidamos si debe o no seguir siéndolo
clase de palabras? Sólo ahora nos podremos plantear la elección entre las dos posturas (1989, 25-26).
generales que han respondido a la anterior pregunta: . . . . Planteamiento que coincide, en líneas generales, con lo que apuntamos en el primer
1) El adverbio es una categoría amplia, heterogénea, pero delnmtable e mventana- capítulo. Hay clases y "clases" de palabras. Clases como la del substantivo, la del verbo,
ble. A pesar de reconocerse las dificultades de encontrar una definición adecuada que dote la del pronombre personal, dotadas de gran homogeneidad entre sus miembros, y "clases"
de unidad a tan disperso campo, no se duda de la unicidad de la categoría (recordemos las como la del nombre, del pronombre o del adverbio, que en realidad son hiperclases, cla-
etiquetas de "término terciario", "incidencia de incidencias" y otros siml~e). Carb?nero ses cuyos miembros no son palabras sino verdaderas clases de palabras.
Cano, que defendió esta opción en 1978, se reafirma en ella en escntos postenores. Con todo, estamos convencidos de que determinar si el adverbio debe seguir sien-
Obsérvese el inciso que subrayamos de su «prólogo» a C. Fuentes (1987, 15): do el habitual cajón de sastre es una cuestión de vital importancia, pues de ello depen-
... Lógico, si recordamos que el adverbio es esa clase heterogénea -estoy empezando de en buena medida la organización de una considerable parte de la gramática. Por otro
a creer que sólo avarentemente- donde se suele ubicar todo aquello que no pertenece lado, si bien es aceptable que los límites que tracemos a la hora de delimitar las clases
con claridad a otra categoría gramatical. de palabras son, como otras muchas decisiones gramaticales, en cierto grado arbitrarios,
tampoco debemos olvidar que arbitrario no es sinónimo de inmotivado. Factores como
Esta postura, la defendida por la gramática tradicional (piénsese en la discordancia los de la simplicidad, economía, coherencia interna, trascendencia de la decisión, capa-
palpable que suponen una definición insuficiente de la c~tegoa y un ~istado .b~en acotado cidad explicativa, mejor adecuación a los hechos, etc. justifican sobradamente la impor-
de adverbios), se continúa entre aquellos que aceptan dicho mventano trad1c1onal como tancia de la tarea que nos proponemos emprender: estudiar las ventajas e inconvenien-
base de la categoría. tes de cada propuesta.
2) Conviene limitar la definición de adverbio de manera que quede restringida a un La segunda postura ofrece como principal aportación el loable deseo de presentar
grupo muy específico y homogéneo de palabras. Esta postura se da sobre todo entre aque- una lista precisa, ordenada y homogénea de clases de palabras. El adverbio (subtipo del
llos gramáticos funcionalistas que reducen su alcance a los elementos autónomos que pue- nombre, fosilizado en la función circunstancial, carente de la variación flexiva de subs-
den desempeñar la función de aditamento sin necesidad de preposición (A. Mª tantivos y adjetivos) queda, de esta manera, debidamente situado en el seno de las cate-
Barrenechea: 1963, E. Alarcos: 1969, Mª A. Álvarez Martínez: 1986). El adverbio sería, gorías mayores. Ahora bien, si se acepta esta solución, es necesario reconocer que la
pues, un tipo de nombre, al lado del substantivo y del adjetivo. labor todavía no se ha acabado. Solamente podremos dar por completado el trabajo si
No se nos escapa que la elección, en última instancia, es en gran medida "metagra- logramos encuadrar de manera coherente en nuevas categorías al resto, numeroso por
matical" y puede llevamos a una discusión meramente terminológica. En este sentido, cre- otra parte, dejado por la substracción realizada. Nos encontraremos ahora con una serie
emos que son realmente apropiadas las palabras de l. Bosque: de términos que, por el hecho de ya no ser consideradas adverbios, no dejan de ser pala-
No siempre es fácil saber si un determinado comportamiento gramatical correspon- bras de la lengua necesitadas de agrupamiento en una o más clases nuevamente homo-
de a una clase de palabras o a una subclase de otra categoría. En gran parte depende géneas (no vayamos a crear una nueva superclase cajón de sastre de, por ejemplo,
de nuestra decisión -o de la del gramático que prefiramos seguir en este punto- elegir adverboides).
entre postular que dos unidades con distinto funcionamiento pertenecen a la misma Esta tarea, por desgracia, salvo raras ocasiones, suele quedar relegada al ámbito de
clase pero a distinta subclase, o bien entender, por el contrario, que pertenecen a clases los propósitos y de las futuras empresas, si es que se menciona. Caso aparte es el de Jack
distintas. Es posible que los comportamientos gramaticales analizados sean los mismos, Feuillet, el cual en varios trabajos, sobre todo en (1981) y (1983), ha tratado de abordar-
por lo que la decisión entre una de estas dos opciones puede convertirse en una cues- la. Basándose en la aportación previa de G. Helbig y J. Buscha para el alemán (lengua
tión terminológica. Consideremos esta secuencia... mucho más rica que las románicas en «partículas»), Feuillet intenta en el primero de
También ayer caminaba muy lentamente, incluso mucho más despacio. dichos artículos (de título bien ilustrativo: "Peut-on parler d'une classe de l'adverbe?")
360 361
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Conclusiones: hacia una definición del adverbio.
distribuir la abigarrada clase de los tradicionales adverbios en tres nuevos tipos de unida- Ce sont ceux que l'on appelle quelquefois les «adverbes de phrase» et qui doiven
des, definidos de la siguiente manera (1981, 22): absolument étre distingués des adverbes «normaux» (id.,24).
-Unidades sintácticas, definibles categorial y funcionalmente . Dicho juicio puede ser de orden lógico, afectivo o contradictorio. Tendremos, así,
-Sublocutivos: unidades encargadas de señalar la marca del locutor en el enunciado adverbios asertivos (quizás, seguramente, ciertamente, naturalmente, efectivamente... ),
(juicio sobre el contenido proposicional, emociones, operaciones lógicas, etc.). apreciativos <felizmente, desgraciadamente, evidentemente) y negativos (no, casi).
2) los enunciadores, que son expresiones semánticas de las grandes categorías de la
-Intrafrásticos: unidades que no pertenecen directamente a la «proposición» en el enunciación: aquí incluiríamos a los elementos específicos de la interrogación y la excla-
sentido tradicional, y que sirven para ligar los elementos entre sí, para establecer un con- mación: acaso, así (en ¡así te mueras!), etc.
tacto entre varios participantes o para condensar una oración. 3) los modificadores o moduladores. Unificados por su valor incidental (no se pue-
Dentro del primer tipo distingue tres unidades caracterizadas de acuerdo con sus den concebir sin grupo de apoyo, sea nominal, adjetivo o adverbial), se pueden agrupar en
«categorías»: la unidad verbal (cuyas categorías son el modo, tiempo y aspecto), la uni- gradativos (demasiado, bastante, suficientemente, más, menos... ), restrictivos (solamente,
dad nominal (determinación, número y género) y la unidad invariante (que no tiene cate- exactamente, precisamente, justo ... ) e intensivos (incluso, así, mucho, extremadamente,
gorías específicas: categorías ~). En este último caso, ante la ausencia de criterios catego- absolutamente, completamente, etc.).
riales, Feuillet recurre a otros funcionales para desgajar las subunidades: el grupo prono- En el interior de los «intrafrásticos» se distinguen tres grandes grupos en los que con-
minal (grupo que ejerce las mismas funciones que el nominal sin tener sus categorías), el fluyen diferentes partes de la oración tradicionales:
grupo adjetivo (grupo encargado de calificar una base nominal) y el grupo adverbial. Éste 1) Los juntivos que sirven para ligar entre sí las unidades que tienen el mismo esta-
queda definido como tuto lingüístico: a los coordinantes (y, o ni... ni, sea... sea, pero) se añadirán las articula-
un gro upe (a catégories r/J) qui occupe une fonction circonstancielle dans une unité ciones lógicas de causa (pues) , consecuencia (pues, por consiguiente), restricción (sin
supérieure. Par fonctions circonstancielles, on entend aussi bien les fonctions qui embargo), sucesión (luego) y explicativas del tipo de es decir, o sea, por ejemplo, por una
entrent dans la valence du verbe (adjets) que celles que n'y entrent pas (circonstants) parte... por otra ...
(id., 23 ). 2) Los «extrativos» (unidades no sintácticas), que mantienen vínculos muy laxos con
respecto al resto de la oración. Aquí se incluyen las interjecciones, los vocativos y las uni-
Los circunstantes, a su vez, se clasifican en dos tipos principales: dades fáticas, encargadas de establecer o romper el contacto entre hablante y oyente (bue-
nos días, hola, adiós).
-los situativos, que constituyen el marco de la oración (espacial, temporal y nocio- 3) Los equivalentes de oración, representados sobre todo por oui y non (el caso del
nal) en el que se sitúa la asociación base+ actantes. español sí y no es diferente) y por equivalentes como naturalmente, seguro, evidente-
-los cualitativos, que expresan la cualidad de la unidad verbal y cuya base de inci- mente.
dencia es el proceso y los actantes (salvo el sujeto). Esta es la propuesta de J. Feuillet, que resume en el último párrafo de su artículo de
Mayores dificultades le ofrecen los cuantitativos y los gradativos, ya que si bien una manera abierta, receptiva a la posibilidad de agrupar a los antiguos adverbios con
con respecto a la unidad verbal parecen ocupar funciones circunstanciales próximas a otros criterios nuevos:
las de los cualitativos, en otros casos, dentro de la unidad adjetiva y nominal, su función Le développement de l'analyse a montré qu'il n'était pas possible de regrouper en
es muy diferente. En opinión de Feuillet, cuando modifican a un verbo se les puede con- une seule catégorie tant d 'éléments disparates. Le terme de groupe adverbial (et aussi,
siderar adverbios (id., 24). par extension, d'adverbe) devrait étre uniquement réservé au groupe invariant enfonc-
Restringida de esta manera la clase adverbial, se hace necesario excluir muchos ele- tion circonstancielle. Les éléments qui ne répondent pas a cette définition sont soit des
mentos considerados tradicionalmente adverbios. Como su lugar no se encuentra entre las sublocutifs, soit des intraprhastifs. Méme si l'on conteste cette classification -atti-
tres clases definidas categorialmente (verbal, nominal, invariante), han de pertenecer con tude parfaitement scientifique-, on se doit de justifier l 'existe nee de la classe des adver-
seguridad a los tipos sublocutivos o intrafrasivos. bes avec des arguments autres que ceux qui ont été proposés jusq 'a maintenant (id., 27).
Dejaremos para adelante la búsqueda ("perfectamente científica") de algún argu-
Entre los sublocutivos sitúa a
mento que pueda unificar la categoría y nos centraremos ahora en la tarea de analizar
1) los modalizadores, que representan un juicio del locutor sobre el dictum: hasta qué punto es beneficiosa para la descripción de lenguas como las románicas la pro-
puesta de Feuillet.
362 363
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Conclus1ones: hacia una defi nic16n del ad verbio.
Pudiera parecer a simple vista que lo que hace Feuillet es desgajar nuestras sub- dor: estos nuevos grupos distan mucho de ser homogéneos: revísense los sublocutivos
clases de adverbios nominales y anominales de manera que sólo los primeros serían ver- modalizadores o los intrafrásticos juntivos.
daderamente merecedores de dicha denominación al tiempo que los segundos se incor- Finalmente, surge una cuestión menor, próxima a la disquisición terminológica: ¿por
poran a otras clases ya delimitadas. En realidad, sin embargo, la partición no se efectúa qué motivo se considera adverbial la función de circunstancial y no la de modificador de
de dicha manera: mientras nosotros nos basamos en las posibilidades sintácticas de las adjetivos, adverbios, cláusulas ... ? Es decir, ¿por qué no consideramos como una subclase
diferentes unidades, Feuillet se basa en las funciones efectivamente realizadas por ellas. del grupo nominal, fosilizada en una determinada función, a lo que Feuillet denomina
Es decir, en nuestro análisis prudentemente, por ejemplo, es un adverbio que puede adverbio, y reservamos dicha denominación para las unidades que él deja fuera de las ver-
desempeñar funciones circunstanciales (C. CIRC. MODO) pero también extraclausales daderamente sintácticas?
(modificador de la cláusula) y no excluimos que pueda modificar a un adjetivo, por En resumen, la que hemos denominado segunda propuesta, al menos tal como la
ejemplo. Por el contrario, estupendamente no puede incidir sobre cláusulas enteras, pero hemos encontrado formulada en J. Feuillet, no parece resolver los problemas que la origi-
sí realiza el resto de los oficios de prudentemente. Para Feuillet, en cambio, dichas uni- naron: al contrario, estos aumentan sin que el resultado final sean clases homogéneas. En
dades serán adverbios sólo cuando modifican a verbos (como actantes o circunstantes), primer lugar, «clases idiomáticas» (Coseriu) identificables por los hablantes, como la de los
en el resto de los casos han de ser consideradas unidades no sintácticas (sublocutivos, adverbios terminados en -mente, se disgregan en diferentes categorías de manera innecesa-
en este caso). Así sucede con los gradativos, con los adverbios terminados en -mente, ria; en segundo lugar, injustificadamente también, muchos adverbios se desdoblaban en
etc. De ello se deduce que esta propuesta cae en la tantas veces criticada tendencia a uni- homónimos no adverbiales. Finalmente, las clases resultantes tampoco son homogéneas.
ficar funciones y clases. Adverbio se confunde con complemento circunstancial: pru- El propio Feuillet se dio cuenta de muchas de estas incoherencias. Por ello en un artí-
dentemente, bastante ... serán adverbios si modifican a un verbo, no lo serán en los culo posterior (1983) dio marcha atrás en algunas de su anteriores sugerencias con pru-
demás casos a pesar de mantener el mismo significado. dentes argumentos, en buena medida emparentados con los que acabamos de apuntar:
El resultado no es simplificador para la gramática: al contrario, aumenta considera- Dans une premiere analyse (. . .), nous avions regroupé sous le nom de sublocutifs
blemente el número de clases sin que los límites entre ellas sean nunca precisos, porque tous les éléments qui refletent, d'une maniere ou d'une autre, la marque du locuteur dans
el número de rasgos comunes es demasiado elevado. Además, las discrepancias sintácti- l'énoncé (. ..). Mais cette analyse avait trois inconvénients:
cas (esas diferencias que arriba apreciamos entre prudentemente y estupendamente) se
pueden explicar y predecir recurriendo a su significado léxico, no a razones del tipo "per- 1) Elle était fondeé sur un regroupement sémantique. Or (. ..) il est clair qu 'il ne faut
tenencia a distinta clase". Las diferencias existentes entre esos adverbios y probablemen- pas mélanger les plans morphosyntaxique et sémantico-référentiel (. ..). C'est pourquoi
te, por ejemplo, son las mismas que se mantienen en casos como le terme sublocutifs ne peut se justifier que d'un point de vue sémantique.
2) La modalisation de l'énoncé ne s'exprime pas seulement par des mots invariables
( 1) Un hombre diestro/ *probable/razonable, (. . .). Dans ces conditions, vouloir faire éclater la classe del' adverbe sous prétexte que
(2) Una consecuencia *diestra/probable/razonable, ses divers constituants peuvent avoir plusieurs fonctions est arbitraire, car il faudrait
faire éclater de la meme maniere les classes des verbes et des noms.
sin que esté justificado deducir que diestro y probable, por ejemplo, pertenecen a dis-
tinta clase de palabras. Las cualidades aplicables a una entidad concreta y animada (enti- 3) La meme diversité s'observe parmi les adjectifs: bon, vraisemblable, premier,
dad de primer orden) no son siempre coincidentes con las propias de una entidad abs- local n 'ont aucun pont commun sémantique et sont pourtant reconnus comme des adjec-
tifs. On peut en condure que les importantes différences de sens entre les adverbes ne
tracta (de segundo orden). De la misma manera, es esperable que tampoco coincidan
doivent pas etre un obstacle a leur unification, a partir du moment ou l 'on choisit une
exactamente las cualidades aplicables a propiedades-relaciones, estados de cosas,
optique fonctionnelle (1983, 42).
hechos posibles o actos elocutivos, de ahí las parciales discrepancias observadas entre
unos y otros adverbios. Rechazada, pues, la disgregación del adverbio, Feuillet opta por la que anteriormen-
Por otra parte, el número de homonimias, frecuentemente innecesarias, aumenta con- te hemos denominado primera postura. Pero, ante la inviabilidad de las definiciones tra-
siderablemente: habrá un prudentemente1 adverbio y un prudentemente2 modalizador dicionales de adverbio, se decide por una definición negativa:
sublocutivo, un bastante1 adverbio y un bastante2 modificador gradativo, etc. cuando, en
realidad, el significado permanece inalterado. Le groupe adverbial est un groupe a base morphologiquement invariable qui ne peut
ocuper ni defonctions actancielles (sujet, objets, agent), ni defonctions de qualification
Por el contrario, si nos centramos en las nuevas clases surgidas para acoger a las uni-
d'un groupe nominal (épithete ou attribut). Ses seulesfonctions sont:
dades expulsadas de la antigua categoría adverbial, el panorama tampoco es muy alenta-
364 365
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL Conclusiones: hacia una definición del adverbio.
-circonstancielles (situatives, qualitatives, référentielles); ii) Pertenece al miembro no marcado en la oposición [±enunciativo], a diferencia de
-modalisatrices; la interjección.
-modulatrices. iii) También está caracterizado negativamente en la oposición [±verbal].
iv) Al contrario que el nombre y el pronombre, es una clase de palabras invariable
Définir une unité linguistique de maniere négative n 'est envisageable que lorsqu 'un (ajeno a la flexión de género, número y caso).
reliquat d' éléments ne se laisse pas ramener a un dénominateur commun et qu 'il est ce
La suma de todos estos rasgos caracteriza y unifica a todos los adverbios, cierta-
que les autres ne sont pas. Ainsi, le groupe adverbial trouve naturellement sa place
dans les groupes acatégoriels, et constitue le cinquieme membre des groupes fonction- mente, pero de una manera "pobre". Pobre porque debe recurrir a un rasgo específico de
nels (id., 43). tipo meramente formal (la invariabilidad) pero, sobre todo, porque se echa en falta algo
verdaderamente unificador de toda la categoría. La ausencia de un rasgo positivo que la
(los otros cuatro son el grupo verbal, nominal, pronominal y adjetivo). caracterice y la dote de cohesión hace que el viejo término (y consecuente crítica) de
En esta nueva formulación, por tanto, Feuillet considera la existencia de dos grandes "cajón de sastre" vuelva a amenazarnos.
clases de adverbios: de una parte están todas aquellas unidades invariables que desempe- En nuestra opinión esa marca positiva unificadora debe buscarse en el ámbito fun-
ñan funciones en el interior de la cláusula y que son base de grupos específicos (funcio- cional. En nuestra propuesta vamos a partir del siguiente postulado: las funciones sintác-
nes circunstanciales -entre las que ahora incluye también las referenciales, es decir, de ticas también se pueden clasificar y emparentar. Las funciones de sujeto, C.D. y C.I., por
'punto de vista' - y modalizadoras: los antiguos sublocutivos); de otra, aquellas unidades ejemplo, entre otras, son funciones actanciales y, por tanto, es una presuposición razona-
que no aparecen más que en el interior de un grupo funcional y que, por consiguiente, no ble suponer que en muchas lenguas las mismas unidades que desempeñan alguna de
pueden formar grupos por sí solas (moduladores o modificadores: el resto de los antiguos dichas funciones puedan desempeñar el resto (a veces acompañadas de índices funciona-
sublocutivos). Solamente deja fuera de la nueva clase adverbial a los antiguos intrafrásti- les especificadores, pero no necesariamente).
cos, en concreto, los juntores (antiguos juntivos: nuestros conectores) y los equivalentes Para ilustrar nuestro punto de vista recurriremos a un modelo de gramática catego-
de oración (oui, voici). rial tan simple como el que figura en Lyons (1968, § 6.3.) o en Allwood y otros (1981, §
Con todo, la nueva definición no supera a las tradicionales criticadas: hay adverbios 8.4). Es sabido que este tipo de «gramática.>> se fundamenta en la existencia de dos cate-
que pueden desempeñar funciones actanciales (complemento adverbial, sujeto) o que pue- gorías básicas: los soportes de la referencia (los nombres, N) y los soportes de la verdad
den modificar al grupo nominal. En nuestra opinión la definición del adverbio ha de ser (los enunciados u oraciones, normalmente representados por S). A partir de ellas es posi-
de orden más general, lo cual no quiere decir más imprecisa. ble crear un considerable número de categorías derivadas de acuerdo con la función que
Así, pues, con Feuillet (1983) regresamos de nuevo a la primera propuesta. Ésta, evi- desempeñen: así, por ejemplo, (siguiendo el conocido ejemplo bloornfieldiano utilizado
dentemente, sólo se puede defender a partir de una conveniente jerarquización (o com- por Lyons y Allwood et alii) corre es una unidad (funtor) que desempeña la función de
partimentación) de criterios. Estas cuestiones fueron debatidas en el primer capítulo, con unirse a un nombre para producir un enunciado (Juan corre). Todo esto se suele expresar
el que ahora queremos enlazar. Recordaremos solamente que allí habíamos defendido la mediante una fracción cuyo denominador representa a la categoría con la que determina-
necesidad de tener en cuenta la existencia de diferentes clases de unidades: clases de con- da unidad se combina y cuyo numerador denota la categoría resultante. Es decir, corre se
tenido muy general (macroclases), como por ejemplo la de palabras sintagmáticas, anali- corresponderá con la categoría de funciones SIN. Es lo que tradicionalmente conocemos
zables en múltiples niveles (nombre, substantivo, pronombre, pronombre personal...) por un verbo intransitivo (VI) . Ahora bien, no deben confundirse los términos. Como
hasta llegar a la subcategorización (substantivo concreto, contable y animado, por ejem- dicen Allwood et alii (1981, 147):
plo). Partiendo de estos presupuestos, para alcanzar nuestro objetivo debemos encontrar el Es importante( ... ) recordar que mientras S, N y VI son categorías de expresiones lin-
nivel preciso en el que situar la etiqueta adverbio (que ha de ser lo suficientemente eleva- güísticas, SIN es una categoría de fu.nciones. Las expresiones en la categoría VI son
do como para abarcar la variada subclasificación que cabe en su interior) y, además, fijar indicadores o fu.ntores de las fu.nciones en SIN. Son el material léxico sobre el que ope-
la clase de criterio que mejor lo caracterice con respecto a otras ramas hermanas. ran las fu.nciones.
En principio, como rasgos comunes a toda la categoría adverbial podemos mencio-
nar los siguientes: En principio, el número de categorías derivadas formadas mediante este sencillo pro-
cedimiento no tiene límite. De hecho el marco es muy flexible y permite crear muchas más
i) Es una clase de palabras sintagmática (al igual que el verbo, el nombre, el pro- categorías de las que son lingüísticamente pertinentes. Por dicho motivo estamos mane-
nombre o la interjección y al contrario que la preposición y conjunción). jando en este momento el modelo: porque nos muestra un campo enorme de posibilidades
366 367
Conclusiones: hacia una definición del adverbio.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
sobre el que proyectar la sombra de la red formal de la lengua. El número de categorías Bello, Jespersen, Hjelmslev y un considerable número de lingüistas que admiten la teo-
lingüísticas por el principio de economía ha de ser mucho más limitado: así'. la cat~g.orí ría de los tres rangos. Así, para Hjelmslev (1928, 141) esta tripartición constituye un
de funciones que produce verbos intransitivos a partir de verbos mtrans1tlvos hecho de forma gramatical:
((S/N)/(S/N)) es esperable -aunque no necesario- que forme también verbos transitivos a Si nos encontrásemos ante una distinción puramente lógica, no podría presentarse
partir de verbos transitivos (((S/N)/N)/((S/N)/N)). como una distinción entre unidades primarias, secundarias y terciarias. Se presentaría
De esta manera, las expresiones del diccionario2 que ilustren a ambas categorías inevitablemente como una distinción entre unidades primarias, secundarias, terciarias,
habrán de ser prácticamente coincidentes. Si ampliamos el número de categorías deriva- cuaternarias, quinarias, etc. Para el lógico sólo existe una serie de subordinaciones
das tenidas en cuenta, iremos observando otras curiosas coincidencias: la categoría deri- continuada al infinito. La reducción del número de unidades de esta serie a un máximo
vada SIS, que se une a oraciones para producir oraciones, se realiza con un inventario más de tres se debe al gramático y reposa únicamente sobre el hecho de que un significante
pequeño que el anterior, pero está integrado, en su mayoría, por las mismas unidades ~es, correspondiente a un significado de orden cuaternario o quinario en el orden lógico, no
pues, un subconjunto de aquél). La concomitancia es explicable por el hecho de_ que, s1 se puede distinguirse de un significante correspondiente a un significante de orden tercia-
admite que el predicado es el núcleo de la cláusula y que los complementos circunstan- rio. Un adverbio sigue siendo adverbio, tanto si se encuentra combinado en la frase con
ciales son sus modificadores marginales típicos, el paso de C. CIRC. a modificador de otro adverbio, como si se encuentra combinado con un adjetivo. De eso no cabe duda,
toda la cláusula sólo supone dar un paso más en el margen clausal. Pero menos explicable pero dada una serie de nociones, una unidad de esta serie, que califica lógicamente a
es que las mismas unidades puedan aparecer como expresiones del diccionario de otras una unidad terciaria, no puede ser ella misma terciaria. Es cuaternaria.
categorías derivadas como ((N/N)/(N/N)), ((S/N)/(S/N))/((S/N)/(S/N)), Por todo ello, en nuestra opinión hay motivos suficientes para defender la existencia
((N/N)/(N/N))/((N/N)/(N/N)), etc., es decir, lo que en lingüística denominamos "modifi- de una clase adverbial, clase de clases si se quiere, o hipercategoría. En el capítulo 2 (§
cador de un adjetivo" (cuando modifica a un substantivo), "modificador de adverbio" 2.2.2.2.) hemos observado que su existencia se justifica mejor (actúa más regularmente)
(cuando dicho adverbio modifica a un verbo intransitivo) o "modificador de adverbio" en orden negativo que en el activo: una unidad terciaria no puede ser modificada por una
(cuando ejerce su incidencia sobre un adjetivo que a su vez modifica a un substantivo), secundaria o primaria ni una secundaria por una primaria.
por no citar fórmulas más complejas e innecesarias. La determinación de estas tres grandes macroclases es, como vemos, de orden fun-
Podría darse el caso de lenguás que poseyeran inventarios especializados para cional, aun cuando se le puede asociar un correlato semántico (las categorías 4). Ahora
expresar estas categorías derivadas de otras derivadas: unidades de cuarto rango (modi- bien, un cuadro preciso de las clases de palabras existentes en una lengua como la nues-
ficadoras de las de tercer rango), de quinto rango, etc. Pero tal especialización, al menos tra ha de ser necesariamente mucho más rico. Dejando fuera subsistemas como los for-
en lenguas como la nuestra, no parece darse3 • Lo que en su lugar encontramos puede ser mados por la preposición, la conjunción o la interjección, desgajadas con anterioridad
definido como una "polisemia funcional": a partir de cierto punto la lengua deja de dife- del tronco común, todavía es necesario continuar en la clasificación si se pretenden
renciar categorías permitiendo a la menos caracterizada desempeñar las funciones más encontrar clases más manejables y homogéneas. Por ello en los capítulos anteriores
subordinadas. En este punto, el número tres parece ser clave (estamos ante un sistema hemos recurrido a oposiciones como la que hemos denominado nominal/anominal (de
de tres miembros) y así lo han entendido la gramática tradicional (implícitamente), acuerdo con su capacidad argumental: sólo los primeros pueden ser argumentos verba-
les) o a características como la naturaleza del radical, que permite distinguir entre nom-
Finalmente hemos de indicar las expreswnes (funtores) del diccwnario que pertenecen a esa bre y pronombre, deíctico y no deíctico, etc.
categoría. Esto puede entenderse como el dar el vocabulario del lenguaje. Quizás sea necesaria El cuadro de la página siguiente (que todavía no apura todas las posibilidades) nos
aquí una breve aclaración. No toda expresión (Juntar) en una categoría es una expresión del dic- ilustrará suficientemente esta manera de proceder.
cionario; por ejemplo, corre es una expresión del diccionario en SIN, pero corre rápidamente, En él hemos pretendido que los distintos criterios caracterizadores estuvieran sufi-
aunque es un SIN, es una expresión funtorial derivada. Dado que las expresiones que producen
enunciados siempre se derivan de otras categorías, no hay expresiones de diccionario para enun- cientemente jerarquizados. No bastó, sin embargo, con la mera ordenación jerárquica: los
ciados (Allwood et alii, 1981, 149). hechos nos persuadieron de que la conveniente caracterización de nuestras clases de pala
3 Permítasenos la comparación con los seres superespecializados existentes en el reino animal y vege-
tal: suelen ser resultado de una evolución muy tardía y, en general, se trata de animales muy vulnerables, pues
su existencia suele estar vinculada a una única fuente de alimento. Los adverbios que hemos denominada ano-· 4
Como categoría la " peculiaridad semántica" del adverbio (J. G. Moreno de Alba: 1988, 35) consisti-
minales son las unidades más próximas a esta categoría de cuarto rango pero, como hemos podido constatar, ría en "significar cualidades o caracterizaciones de los procesos y de las cualidades" (véase la nota 15 de
no se pueden segregar completamente del resto de los adverbios. nuestro primer capítulo).
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Conclusiones: hacia una definición del adverbio.
EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
"'e Q,I
·eo o !;/.)
~ independiente de su radical: así, por ejemplo, recordaremos que entre las unidades ilativas
+
e
{;
u figuran adverbios de origen deíctico (entonces, as{), léxico (consecuentemente, consi-
"' guientemente), otros vinculados con.los de orientación (encima), etc.
"'> ~
"'o
:.o... e
-e
El cuadro diferencia bien las dos clases de adverbios, dando cuenta de lo que tienen
oo
~
o ..,f '7 -;;¡ "> ~ en común y de lo que los diferencia. La tendencia a considerar aparte a los anominales es
u=
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~ <.> ~- e ;,;
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"'
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"' grande pero, como hemos tratado de demostrar más arriba, es preferible integrarlos con el
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-~ ;,; e
"""'<::-
"""' resto de los adverbios. Para ello ha de tenerse en cuenta que, en realidad, el rango tercia-
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e ;,;u"'"' ·::i>
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"O Q •• c.,
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Ch · -
rio es el término no marcado de su oposición y, como tal, ha de ser caracterizado propia-
"§ -~ "'"'
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... g E5 .Y "' o
"' E >·:!g eo mente como carente de marcas primarias o secundarias5• Por otra parte, conviene notar que
u
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~
:!! ...
bJ) ·ª8. "' 8. "'
"O
o ;,;
~"O ~oE
los conceptos de término primario, secundario y terciario no coinciden exactamente con
los tradicionales substantivos, adjetivos y adverbios. Así, por ejemplo, al primer grupo
.:t. "'e u o
o o
"' "O
pertenecerán además de los substantivos léxicos (nombres substantivos), también distin-
.ü., '€;.; ~~
l:l .:! -¡;:;
] e ""''-'
"O "o " ·5 "¡; ~ tas clases de pronombres, algunas tan diferenciadas como las de relativos, indefinidos o
"'-'..,
e;.)''":'
o "O <:s
~
e .s
"O
o
·B.., o
e ;,; "'~ "' 2.. {l..;
.Y
: e
...oo. o
o > "'
;,; <:s
personales (lo que hemos denominado pronombres substantivos). En este sentido, coinci-
.,""'·
o e u ·::i o
"O ] "O
·¡;; "'e "§"'"' -::. o ·::i !S ~ dimos con la apreciación de Hjelmslev:
E ¡¡:; ·e ~ ~
"' :e .:! ·::i <>.
"' ·;¡~ "'
oe
" "'~ "'<:s d "> "'oe ~ :sta
"O .Y E S! "O
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EL ADVERBIO EN ESPAÑOL
... en realidad, no existe una categoría estrictamente limitada que pueda ser desig-
nada como substantivo, u otra categoría estrictamente limitada que pueda ser designa-
da como pronombre, sino que, por el contrario, se terminará por establecer toda una
serie de categorías substantivas, toda una serie de categorías pronominales y así suce-
sivamente (1928, 307).
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