Árbol de Justicia Nuevo Nacimiento 1

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Lección 4

ÁRBOL DE JUSTICIA: EL HOMBRE NACIDO DE NUEVO I


Esta es la cuarta lección de Árbol de Justicia, la cual es El hombre Nacido de Nuevo,
espero sea de bendición para su vida donde se imparte como un método
evangelístico.
El propósito de la lección: Demostrar la importancia de que un pecador nazca del
agua en el nombre de Jesús.
EL HOMBRE NACIDO DE NUEVO
Dios no está interesado en cortar árboles para luego dejar troncos desparramados por
todas partes. Conforme el hombre continúa creyendo y oyendo la palabra, algo
maravilloso empieza a suceder. Dios toma a ese hombre arrepentido e injerta una
nueva naturaleza en él. A este proceso se le llama nacer de nuevo.
Lea Juan 3:5
Luego pídale que abra su Biblia y lean Juan 3:1-21. Pídale que se ponga cómodo
para esta larga, pero importante lectura Bíblica. Quiero informarle que la escritura que
está por oír está llena de vida y de hermosos conceptos divinos.
Después que usted haya leído, quizás quiera recapitular de la siguiente manera:
Una noche un maestro judío llamado Nicodemo se acercó a Jesús, estaba seguro de
que Jesús procedía de Dios por los grandes milagros que hacía Jesús. Sin embargo,
no estaba interesado en hablar sobre milagros.
Jesús declaró directamente: Nicodemo si quieres ver y entrar al reino de los cielos,
necesitas nacer otra vez. Jesús luego le explicó que ese nacimiento debía ser del
agua y del Espíritu.
De la cepa (tronco) del árbol viejo, o condición de arrepentimiento del hombre, Dios
produce una nueva criatura llamada el hombre nacido de nuevo. Es indispensable
nacer de nuevo. Se adquiere por medio de dos elementos: el agua y el Espíritu. Los
consideramos uno a uno a la vez.

¿CÓMO SE NACE DE NUEVO?


Lea Romanos 6:4
NACIDO DEL AGUA
El nacimiento del agua es el bautismo en agua en el nombre del Señor Jesucristo.
Bautismo viene de la palabra griega bapto que significa sumergir. Por su mera
definición y su aplicación en las escrituras, el bautismo es por inmersión y no por
aspersión (rociamiento) ni sumersión espiritual.
También es importante enseñar que la frase “en el nombre de”, no solo significa por la
autoridad de (como algunos enseñan) sino que significa literalmente usar o llamar o
invocar el nombre del Señor como se menciona en Hechos 22:16.
Lección 4
Pídales que hallen y lean los versos (Asegúrese que ellos noten que todos estos
versos mencionan el nombre de Jesús o por lo menos aluden al mismo de alguna
forma).

a) Hechos 2:38 “…En el nombre de Jesucristo…”


b) Hechos 8:16 “…En el nombre del Señor Jesús…”
c) Hechos 10:48 “…En el nombre del Señor…”
d) Hechos 22:16 “…Invocando su Nombre…”
e) Hechos 19:5 “…En el nombre del Señor Jesús…”

No cometa el error de contraponer Mateo 28:19 con alguno de estos versos. Lo


que Cristo dijo es exactamente lo que hicieron los apóstoles, y exactamente lo que
hacemos nosotros cuando bautizamos en el nombre.

“…Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo…” (Mateo
28:19)
Se entiende con claridad cuando examinamos este verso más cuidadosamente.
1) Dice “…En el nombre…” (singular y no en los nombres plurales). Esto significa
que se invoca un nombre y la Biblia nos dice en Hechos 4:12 “…En ningún otro hay
salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que
podamos ser salvos”
2) Las palabras Padre, Hijo y Espíritu Santo no son nombres propios. Son
pronombres propios que al ponerse en el contexto correcto se están refiriendo al
nombre de esa persona. El hecho de que estén escritos con mayúscula es mayor
prueba de que se refieren a una persona. Esta persona es Jesucristo.
Además, la mayoría de nosotros somos padres e hijos, sin embargo, nuestro nombre
oficial no es padre o hijo. Si alguno nos acusa de ser muy meticulosos sobre detalles
insignificantes pregúntele amablemente cuál banco honraría o aceptaría un cheque
firmado con tan solo el título padre o hijo. Todo documento debe llevar el nombre. Si
las cosas terrenales requieren tanta exactitud ¿Es acaso una gran sorpresa que las
cosas celestiales haya tanta o más seriedad?
3) ¿Cuál sería el nombre del Padre? Jesús manifestó el nombre de su Padre, Jesús
dijo: “Yo he venido en nombre de mi Padre…” (Juan 5:43). Uno de los títulos dados al
niño del cual Isaías profetizó fue Padre Eterno.
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre admirable, consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”
(Isaías 9:6)
4) Los judíos continuamente rechazaban las afirmaciones de Jesús . Repetidamente le
preguntaban “¿Tú quién eres? Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús
les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. Muchas cosas tengo que decir y juzgar
de vosotros, pero el que dice me envió es verdadero, y yo, lo que he oído de él, esto
hablo al mundo. Pero no entendieron que les hablaba del padre” (Juan 8:25-27)
Lección 4

5) Jesús le explicó a Felipe que cuando uno lo veía a él, veía al padre. Esto
significa mucho más que el ser uno en propósito, o el ser uno por medio del
matrimonio. Cuando las personas se unen en uno por medio de una asociación
empresarial o una relación matrimonial, aun cuando sean uno en propósito o sean
declarados marido y mujer en el matrimonio, aun con todo no es posible ver a uno con
ver al otro. Sin embargo, Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al padre…”
“Jesús dijo: Si me conocieseis, también a mi Padre conoceréis, y desde ahora le
conocéis y le habéis visto. Felipe le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y
no me has conocido Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al padre, ¿Cómo pues
dices tú, muéstranos al Padre?” (Juan 14:7-9)
6) ¿Cuál es el nombre del Hijo? El ángel dijo: “Y dará a luz un hijo y llamarás su
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21)
El ángel dijo: “Y ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y llamarás su
nombre Jesús” (Lucas 1:31)
Pedro dijo: “Sea notorio a todos vosotros, a todo el pueblo de Israel, que, en el nombre
de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los
muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.
Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a
ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:10-12)
7) ¿Cuál es el nombre del Espíritu Santo?
El niño que había de nacer (Isaías 9:6) había de ser el consejero o el consolador
mencionado por Jesús en Juan 14:16-18.
El profeta Isaías dijo: “Y se llamará su nombre… consejero…” (Isaías 9:6)
Jesús dijo: “Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y
estará en vosotros. No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros” (Juan 14:16-18)
En la Biblia ni tan solo una vez llegó alguno a repetir el mandamiento de Jesús, “…en
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Los apóstoles entendieron el
mandamiento y lo cumplieron al bautizar en el nombre de Jesús. Jesús dio el
mandamiento y ellos lo cumplieron.
Por ejemplo, si usted le dice a alguien: Dame el libro y él se limita a repetir el
mandamiento dame el libro, usted nunca obtendrá el libro. Jesús mandó a sus
discípulos a bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y ellos
obedecieron al bautizar en el nombre de Jesucristo.
En algunos casos tan solo una explicación general será suficiente. Pero en otros
casos, especialmente donde ya ha habido alguna experiencia religiosa o algún
contacto bíblico anterior, es posible que surjan preguntas más profundas acerca de la
divinidad, la trinidad, la unicidad de Dios, entre otras.
Lección 4
Cualquiera sea el caso, las respuestas son las mismas y siempre deben ser dadas
respetuosa, firme y verazmente. Es importantísimo, sin embargo, que este concepto y
el del arrepentimiento sean enteramente entendidos antes del bautismo.

Otras notas sobre el bautismo:


Bíblicamente hablando, todo bautismo para remisión del pecado fue hecho por
inmersión, y no por aspersión. Los niños (infantes) jamás fueron bautizados. Cuando
la Biblia dice que toda una casa fue bautizada (Hechos 10) o Lidia de Tiatira (Hechos
16) se sobreentiende que se refiere a los adultos o a los que eran ya conscientes de
su pecado y no a los niños inocentes.

8) ¿Es realmente necesario para la salvación el bautismo en agua en el nombre


de Jesucristo? Marcos 16:16 dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
más el que no creyere será condenado”
Algunos dicen que en este verso la condición para ser condenados no es el rechazar
el bautismo, sino el no creer. Sin embargo, se da por entendido que, si alguien no cree
al evangelio, tampoco aceptará el bautismo.
Es como si alguien le dijese: “Vamos a cenar en cierto restaurante de Los Ángeles”. Si
por alguna razón usted no fuese a Los Ángeles esa noche, se daría por hecho que
usted no habría cenado en ese restaurante. Usted no tendría que decir: “No fuimos a
Los Ángeles y no cenamos en ese cierto restaurante”.

9) ¿En verdad salva el bautismo?


1 Pedro 3:21 “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las
inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios)
por la resurrección de Jesucristo”
Así como Dios salvó a ocho almas por agua en los días de Noé, hoy también salva por
el bautismo en agua, de acuerdo con 1 Pedro 3:21. Sabemos que fue la gracia de
Dios la que salvó a Noé, porque Noé “halló gracia ante los ojos de Jehová” (Génesis
6:8); no obstante, el vehículo que se usó fue el arca.
De la misma manera, sabemos que la gracia de Dios es la que nos salva, y que el
bautismo es parte de ese plan. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva.
Seamos sinceros, ¿Puede alguno que lea 1 Pedro 3:21 honestamente decir que el
bautismo no salva?
Por supuesto, se sobreentiende que, para poder ser válido el bautismo, tiene que
estar fundamentado en un arrepentimiento genuino, en la aceptación de la gracia y la
sangre, y de creer en la palabra de todo corazón.

Conclusión
Permítale hacer preguntas. Termine con una oración ferviente e invítelos al próximo
culto.

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