Antimanual de Filosofía - Cultura

Descargar como pdf
Descargar como pdf
Está en la página 1de 19
Antimanual de filosofia 1) Michel Onfray Prologo de José Antonio Marina Titulo original: ANTIMANUEL DE PHILOSOPHIE © 2001. Michel Onfray © 2005, De la traducccién: Irache Ganuza Fernandez (profesora de Filosofia de Bachillerato) © 2008, De esta edicién, Editorial EDAF, S. A, por acuerdo con Editions Breal Cubierta: Ricardo Sanchez Disefio: Joélle Parreau y Bertrand Sampeur Maquetaciin: Bertrand Sampeur Mustraciones: Jochen Gerner Ieonografia: Laurence Thivolle .cial a Micheline Hervieu por su logistica com- El autor desea expresar un agradecimiento espe Jean-Francois Sineux, por sus plice; a Franck Perret, su alumno, por sus retratos de autores; poules philosophes, y a Emmanuel Barthélemy por todo. Editorial Edaf, S.A. Jorge Juan, 30. 28001 Madrid http:liwwwedaf.net [email protected] Edaf y Morales, S.A. Oriente, 180, n? 279. Colonia Moctezuma, 2da. Sec. 18530 México, D. http://wwwedaf-y-morales.com.mx [email protected] Edaf del Plata Chile, 2222 1227 Buenos Aires, Argentina [email protected] Edaf Antillas, Ine ‘Avda. J.T. Pifiero, 1594 ‘Caparra Terrace (00921-1413) ‘San Juan, Puerto Rico [email protected] Edaf Chile, S. A. Huérfanos, 1178 - Of. 506 ‘Santiago - Chile [email protected] Septiembre 2005 Queda prohibida, salvo excepcién prevista en la ley, cualquier forma de reproduccidn, distei~ bucié,comunicscién pli y transformacin de esta obra sin contar on la autorzacién de ls tituares de propiedad intelectual. La infracién de los derechos mencionados pues constttva de delito contra a propiedad intelectual art. 27 y siguientes del Codigo Penal patil de Derechos Reprograficos (CEDRO) vela por el respeto de los citados derechos. Depdsito legal: M. 36.509-2005 ISBN: 84-414-1682-6 PRINTED IN SPAIN, Mi N ~ Glosas-Oreayen, § 1, Poligono Igarsa, Paracucllos mirpeso ENE Closas-Orcoyen, § 1 Poligona Igarsa, Paracuellos de arama, Madrid éHabéis comido ya carne humana? . Pero Vosotros no, probablemente no. De lo contrario, me preocupariais... westros ancestros, si, sin ninguna duda. No tanto vuestros padres o abue- los (aunque, éconocemos realmente el pasado de nuestros parientes...?) como los hombres prehistéricos de los que todos descendemos. Curiosa- mente, se evita divulgar la informacion —confirmada, sin embargo, por los prehistoriadores— de que en Dordofia, hace varios millares de afios, se ha- cian festejos con los restos de los propios semejantes cortados en pedazos. Claro esta que los detalles del banquete han quedado en la sombra, igno- rados. Solo ciertas muescas en las osamentas halladas permiten concluir que los fémures se partian de manera que la médula pudiese ser consumi- da, Mucho antes del foie-gras y las patatas doradas en grasa de pato, el hombre de las cavernas de Perigord se comia a su projimo sin ningtin pro- blema, Entonces, geran barbaros nuestros ancestros? amor del prijime: derudo, eovide? 1a cuestion del canibalismo la ‘identemente, cuando hoy en dia abordamos | as trabas de Ios pre- " i Megamos con nuestra moral, nuestra educacidn, con | LA narunaueza He & yout Es EL HOMBRE? juicios de nuestra época. El hombre comtin de las ciudades y los campos, 5 comienzo det tercer milenio, persiste en ver en la antropofagia una pricy. ca barbara, una costumbre salvaje propia de individuos atrasados, sin culty. ra, proximos a la animalidad. Pero al margen de la moral, sin juzgar, sin con. denar ni bendecir, équé conclusiones podemos sacar de esta forma de actuar? gCémo entender, a esta hora en la que leéis estas lineas, lo que anima a los pueblos que se comen todavia a sus semejantes? La antigiiedad del fendmeno canibal (la Dordofia prehistérica en Francia, Atapuerca en Espaiia) no excluye ni su actualidad, ni su permanencia (hoy en dia, los indios guayaki en la selva paraguaya, en América del Sur): descubri- ‘mos, por ejemplo, actos de canibalismo en Francia, en 1789, en los primeros momentos de la Revolucién Francesa. En este caso, en Caen, Normandia, se asesina y decapita a un joven presuntuoso, representante del poder real (el vizconde de Belzunce). Unos cuantos jugaron al balén con su cabeza y asa- ron su carne en la parrilla, Finalmente, una mujer, cuyo hijo legaria a ser alcalde de la ciudad, madame Sosson, le arranco su coraz6n para comérselo. Asimismo, recientemente, algunos supervivientes de un accidente de avién en los Andes sobrevivieron gracias al consumo de los cuerpos muertos de sus compaiieros de infortunio. Canibalismo ritual (la prehistoria, el Paraguay contemporaneo), sacrificial (la Revolucién Francesa) o accidental (Perti), en cada ocasién el aconteci- miento supone un problema. ¢Qué significado podemos dar al canibalismo? Tintin en el Congo declara: Casi nunca reflexionamos, ni comprendemos y os limitamos a condenar. La caricatura del imbécil negro que come blan- cos civilizados da que pensar. Los canibales de Tintin carecen de cultura, son salvajes, ridiculos, incapaces de hablar correctamente, en consecuencia, de pensar, siendo condenados a una eterna proximidad con las bestias. Cocinan al hombre blanco en un inmenso caldero y muestran de ese modo su inca- pacidad para alejarse de su condicién natural. Te como, luego soy Ahora bien, el canibalismo es un hecho cultural: los animales no se come 8 Sus semejantes segiin reglas precisas de troceado, coccién y reparto, Sif nificantes y simbdlicas, Existe un género de gastronomia en la cocin® antropotég 3» Solo los hombres introducen en el arte de comer 2S! Sania descitrable, Por supuesto, las razones difieren entte €! *Tencia politica o accidental y el eanibalismo ritual. E el primer caso, se prac i 6980. Se practica la vietimizacién sacrificial (ved, en el capitul” a sobre la Historia, ef texto de René Girard, pag, 195) para administ : adio visceral y deshacerse de él; en el segundo, se asequra la su ou _ i cia y se niega la muerte que nos amenaza transformandola i a ‘ § vital capaz de permitir la satistaccién de necesidades naturales dis ; mentales, como alimentarse y disponer de proteinas en un medio en el que escasean los alimentos, ne Bud Abbot y : y Low Covtello en Dewy nigands en Afrique, polieuta de Charles Barton, 149. cna to de canis ritual y sageado, los homes esenifcan una maneras de Ser sa aque supone la transmision, dentro de la tribu, de mwerto. Con lo ant _ tuar, No se mata para comer, se come al que esta hombres han eee xe difunde una actitud ante la muerte, porque solo los ‘an inventado respuestas culturales para vivir con el hecho de tener q Hue Morir, Sey Norit, Sepultura fuera del suelo, eremacidn, entierro 0 canibalis dlaver, los mo: al proponer es hombres eet esas soluciones a los problemas de gestion del ca ati Fman su humanidad y toman distancia respecto al animal, que 0 ent iera g ; hontar y : Sus Muertos, no los reconoce, NO organiza ceremMonias Pant a Y cele ; leans rar su memoria, ni imagina ta posibilidad de sobrevivir bajo 1 espiritua PiFiUAL. EI canibalismo manifiesta un grado de cultura singular diferente del nuestro, sin duda, pero que tiene mas relacidn con el refing. miento de una civilizacidn y sus ritos que con la barbarie o el salvajismo que encontramos en la naturaleza. Los etnélogos (esos hombres que viven con estos pueblos y examinan sus maneras de pensar, de vivir lo cotidiano, de comer, vestirse, reprodu- cirse, transmitir sus saberes, dividir las tareas del grupo) han escrito sobre el canibalismo. Han asistido a rituales de cocinado, troceado, reparto y consumo de los cuerpos asados 0 hervidos. Qué concluyen? Que el cani- balismo celebra a su manera el culto que se debe a los ancestros, que ase- gura la supervivencia del muerto y su utilidad en la comunidad. Comien- do al difunto, se le da su lugar en la tribu, no se lo excluye del mundo de los vivos, se le asegura una supervivencia real. Comerse a quien la vida ha abandonado es darle otra, invisible bajo forma individual, pero reconoci- ble en su forma colectiva: el muerto todavia anima el grupo que su alma ha dejado. ¢Cémo? Obedeciendo los rituales, practicdndolos segun un orden inmutable, transmitido por los ancianos y reproducido por los nue- vos que, a su vez, inician a sus hijos. El rito asegura la coherencia y la cohesién de la comunidad. Los pedazos se cortan, después se destinan al recipiente para hervir 0 a las brasas para asar. A continuacidn, los 6rganos se distribuyen a los que tienen necesidad de ellos: el coraz6n para la valentia, el cerebro para la inteligencia, los musculos para la fuerza, el sexo para la fecundidad. A ese miembro del grupo a quien le falta una cualidad, se le concede al destinarle el 6rgano asociado y correspondiente, como una especie de regalo hecho por el ancestro. Util para la comunidad, ¢! muerto ayuda una vez mas al grupo y hace posible una sociedad en la que triunfa la solidaridad, la realizacién del uno por el otro, de la parte por ¢! todo. El canibalismo acta como pilar comunitario. Transfiere las energias de los muertos, las activa y reactiva alli donde faltan a los desfavorecidos El contrato social pasa por la ceremonia, la ceremonia por el contralto social: el estomago de los miembros de la tribu ofrece la unica sepultura posible para un difunto cuyo cuerpo desaparece, cierto, pero cuya alma sobrevive y permanece en la tribu, Sin lugar a dudas, los pueblos que practican la antropofagia se sorpre" derian mucho al ver como nuestra civilizaciones ultramodernas tratan a SUS Cadveres: se aleja al muerto, no se muere en el hogar sino en el hospital. Y4 no se Hevan los cuerpos a I casa silos, expuestos en las salas andnin a los domicilios, se quedan en los depo donde se suceden sin discontinuida? bs cadaveres desconocidos de la vispera y del dia siguiente, Despues. encira el cuerpo en una caja de madera abandonada a a tierra {id Y are, y, poste eda esperando que los gusanos y los insectos pudran la ¢ riormente, la descompongan y transformen en carrofia. Los pretendidos bar- baros que se comen a sus muertos para honrarlos, encontrarian seguramen- te barbaras nuestras costumbres: pretendemos amar a nuestros difuntos y les destinamos la misma suerte que a los animales. éY si la barbarie no estu- viera alli donde creemos? ‘Tumba en el Pats de Gales (fotografia de Josef Koudelka, 1997). & 5 LA NATURALEZA cout ts a. wowene? a TEXTOS Michel de Montaigne « Autor de un tinice gran libra, los Ensayos (1580-1588), en ef cual, i bi lus de ke jores de la Antighedad, propone la moraliza dle su subjetividad, Inventa ef «Sujeto» no y permite, cont ‘en anata estima, dr al «Yo tattle positiv ees, WHE 1892) éDoénde estan los barbaros? Que nada barbaro o salvaje hay en aquella n me han contado, sino que cada cual considera barbaro lo que no: pertenece a sus costumbres, Ciertamente parece que no tenemos: mis punto de vista sobre la verdad y la razén que el modelo y la idea de las opiniones y usos del pafs en el que estamos, Alli esta siempre la religién perfecta, el gobierno perfecto, la prictica per- fecta y acabada de todo, ‘Tan salvajes son como Los frutos a los que Hamamos salvajes por haberlos producido la naturaleza por sf misma y en su normal evolucién; cuanto en verdad, mejor haria- mos en Hamar salvaje artes, desvidi ‘Tre lidad y ventura, el conocer las corrupeiones de a este trato les vendré la ruin bien mfseros por haberse de dad y haber aband cidn, segtin lo que hi a los que hemos alterado con nuestras ndolos del orden comtin. s de ellos, ignorantes de lo que costard algin dfa a su tranqui- y de que de a eual supongo se habrd iniciado ya, lo engafiar por el deseo de la nov ado la dulzura de su cielo para venir a ver el nuestro, fueron a Rudin, en la época en que nuestro difunto rey Carlos IX allf estaba, El rey habloles largo tiempo; y se les mostr6 nuestra manera de ser, nuestra pompa, hi ciudad. Tras esto, alguien pidié su opini les habfa parecido mai forma de una hermosa indo saber qué is admirable; respondieron tres cosas, de las cuales he olvidado la tercera, lo que lamento profundamentes mas atin conservo dos en la memoria, Dijeron que, en primer lugar hallaban muy extraio que tantos hombres bados y armados, como rodeaban al rey (pa de su guardia suiza) se someticran y obedec lugar de clegir mejor a alguno de ellos para mane (tienen una manera de hablar tal que Haman a los hombres mital unos de otros), que habfan observido que habla entre nosotros: hombres ny quel andes y fuertes, bir ce ser que hablaban eran aun nie, lar; en segundo ios y colmados de toda suerte de comodidades mie” tras sus mitades mendigy ban asus puertas, desearnados de ham bre y pobreza; y que hallaban extrafio que esas mitades meneste ‘an sultir tal injusti rosas pudicl ia sin acogotar a los otros y sin pega fuego a sus casas. Hablé largo tiempo con uno de ellos; mas tenia un intérprete que me segufa tan mal y era tan necio ¢ inepto para entender mis ideas que no pude disfrutar con él, Cuando le pregunté qué ven- taja obtenfa con la superioridad de la que gozaba sobre los suyos (pues era un capitan y nuestros marineros llamdbanle rey), dijo- me que era el primero en marchar a la guerra; a la pregunta de cudntos hombres lo segufan, mostrome una extensién de tierra, para significar que eran tantos como podian caber en tal espacio, pudiendo ser unos cuatro mil o cinco mil hombres; a la de si fuera de la guerra expiraba toda su autoridad, contesté que le quedaba el hecho de que cuando visitaba los pueblos que de é1 dependian, abrianle senderos a través de la vegetacién de sus bos- ques por donde pudiera pasar cémodamente. No esta mal todo esto: mas jqué decis! {No llevan calzas! Ensayos (1580-1588), libro I, capitulo XXXI traduccién de M." Dolores Picazo y Almudena Montoje. Citedra, Madrid, 1996 ye 5 3 La NaTURALEZA | rout 9 e1 womane? éPor qué no masturbaros en el patio del instituto? Si, hombre: 2por qué no? Pues la técnica es simple, los resultados inmedia- tos, y todo el mundo sin excepcién ha probado, prueba o probara esos pla- ceres solitarios. Entonces, épor qué tiene que recaer sobre esta técnica tan vieja como el mundo y los hombres un peso tal de culpabilidad, una seme- jante carga cultural y social? ¢Cémo justificar el arsenal represivo que envuelve la masturbacidn? De hecho, no deberia preocupar en modo algu- no, puesto que entre el productor y el consumidor mal puede imaginarse la posibilidad de un conflicto, de un desacuerdo o un malentendido. El placer al aleance de la mano _ Onan pasa por ser el inventor del asunto —por lo menos si creemos lo que dice fa Biblia (Genesis 138, 9)— un dia en el que Dios lo requirid para dat hijos a su cufiada que habia enviudado recientemente. La ley era asi, ¢0 época: cuando una mujer perdia a su marido y se quedaba sin descenden- cia, el hermano del difunto velaba por la tarea y hacia nacer hijos que here daban fortuna de su hermano fallecido, Para no engendrar en provecho de se masturbaba antes de visitar a su cuada, O esposa que aguardaba. pis. al que no Fe gusta mucho que se burlen de él, menos aun que no se le apedezea, peor, que se piense primero en uno mismo, y de ninguna manera en ta familia, en el linaje, maldijo a Onan y luego lo maté. Para caracterizar «i pasatiempo de Onan —el vuestro, el nuestro, ef de vuestros padres, de vuestros profesores..—, desde entonces se habla de onanismo. {I psicoanilisis (ver el capitulo de la conciencia, pag. 224) ha probado lo natural que es a masturbacién, Los etdlogos muestran que, en el vientre ‘materno, los nifios practican movimientos destinados a procurarse placer. Muy pronto, pues, y segtin el orden de la naturaleza, el ser humano se da placer en la mas absoluta de las inocencias. Mas tarde, y a medida que el nifio rece, los padres socializan a su prole y la conforman al molde de la sociedad. Se ensefia entonces que la masturbacién no es una buena cosa, mis 0 menos claramente, mas 0 menos violentamente, con una relativa calma en el mejor de los casos (padres afables y atentos), una violencia cas- tradora en el peor (padres agresivos y sin delicadeza). Todos hemos sido des- viados culturalmente de ese movimiento natural por los adultos, que han condenado esta practica o al gesto intimo y secreto, 0 a la practica culpa ble y peligrosa, erronea y pecaminosa. Porque la masturbacién es natural y su represién cultural. La Iglesia, muy pronto, condena esta practica que la incomoda. La historia de Onan, el que agravia a Dios, se reutiliza segiin las necesidades de los siglos que pasan: se asocia el onanismo al pecado que hay que confesar, despues, expiar, se lo Compara con la mentira, el disimulo, la enfermedad, la perversion, se asocia ‘una negatividad perjudicial, de modo que, cuando aparecen las ganas, se las aleje de inmediato por miedo a cometer un pecado. La ciencia toma el relevo mas tarde, en particular los especialistas en higiene, que asocian el placer solitario con la desintegracién del equilibrio jnervioso, fisico y psi- uico! Los curas amenazaban a los masturbadores® con el infierno, los médi- 0s, con la debilidad psicologica y mental: prometian las peores enfermeda- des para los enganchados a este deleite. éPor qué razon la masturbacidn natural y reguladora de una sexualidad {ue NO encuentra otras formas de expresidn en el momento presente pasa 4 Ser una falta que hay que pagar 0 una practica deshonrosa, incantesa ble © inconfensad: aunque cada uno recurra a ella de vez en cuando 0 fegularmente? Porque la civilizacion se construye sobre la represion de las bd + yout es eu momen? pulsiones naturales, las desvia, las utiliza para fines distintos de la satis. faccién individual, para el mayor provecho de las actividades culturales y de la civilizacién, Un onanista es un improductivo social, un solitario inte. resado en st solo goce, que no se preocupa por dar a su pulsién una forma socialmente reconocida y aceptable, a saber, la genitalidad (la relacion sexual reducida al contacto de los érganos genitales) en una historia hete- rosexual (un hombre con una mujer), mondgama (una pareja, no dos), que persigue la familia, el hogar, la procreacién. ECubierto por la Seguridad Social? Algunos fildsofos se alzan —si se puede decir asi— contra ese orden de cosas: son los cinicos griegos (Didgenes de Sinope, Crates o Hiparquia, una de las escasas mujeres en esta actividad esencialmente masculina). Actuan, ense- fian y profesan en Atenas, Grecia, en el siglo iv antes de Jesucristo. ¢Su modelo? El perro [cynds, en griego], porque ladra contra los poderosos, muerde a los importantes y no reconoce otra autoridad que la naturaleza. Para los cinicos, la cultura consiste en imitar a la naturaleza, en permanecer lo mas cerca posible de ella. De ahi su decision de imitar al perro (0 a otros animales por los que tienen especial afecto: el rat6n, la rana, el pez, el gallo © un arenque atado al extremo de una cuerda..). Didgenes no ve por qué raz6n privarse de lo que proporciona bien y no perjudica al projimo, o esconder lo que cada uno practica en la intimidad de su casa, Si la naturaleza propone, la cultura dispone: gy por qué deberiamos seguir siempre el sentido de la represién, de la culpabilizacian? ¢Por qué no aceptar culturalmente la naturaleza y lo que esta invita a hacer, puesto que no hay que temer ningtin dafio? Si tenemos sed o hambre, bebemos agua de la fuente o arrancamos un fruto de la higuera al alcance de la mano, sin que eso moleste a nadie... Por qué cuando sentimos un deseo sexual, que €s tan natural como el de beber 0 comer, deberiamos rehusar satisfacerlo u ocultarnos para darle respuesta? No hay buenas razones para el sufrimien- to culpable, para la verglienza disimulada, El pudor es un falso valor, una virtud hipécrita, una mentira social que atormenta inutilmente el cuerpo produciendo malestar, La cultura sirve casi siempre a los intereses de la sociedad, ya que nece sita hacer de la sexualidad un asunto colectivo, comunitario y general. Por- que, para la sociedad, la energia libidinal no debe complacer dos individua- lidades libres y que estan de acuerdo, sino aspirar a la creacin de la famili célula basica de la comunidad. La masturbacion es una actividad asocial individual, antiproductiva para el grupo. Hace del placer un asunto gratui- to entre uno mismo y su mismidad, y no una actividad remuneradora para la ciudad, pagada en forma de hogares creados. Sefala la apropiacin, cuan- do no la reapropiacién, de si por si, sin otra preocupacién que su satisfaccion egoista. De ahi que el masturbador sea un enemigo declarado de las iglesias, los estados, las comunidades constituidas, Con su gesto, se hace amigo de si mismo y da la espalda a las maquinas sociales consumidoras y devoradoras de energias individuales. iscellaneous (fotografia de Elliot Erwitt, Miami Beach, 1993). Ahora bien, la masturbacidn es un factor personal de equilibrio psiquico cuando una sexualidad clasica y entre dos es imposible: en una pension, una Prision, en un hospital, un hospicio, un cuartel, un asilo, alli donde alguien No satisface, 0 no suficientemente, su sexualidad con una tercera persona. El onanismo es la solucién de los niffos, los adolescentes, los viejos, los pri- sioneros, los militares, las gentes alejadas de su hogar 0 de sus habitos, incumbe a los enfermos, a los excluidos, a los solteros voluntarios 0 No, a los Viudos y viudas, a los que tienen prohibido el placer sexual porque la época los considera muy jdvenes, demasiado viejos, demasiado feos, 0 no respon- den a los criterios del mercado social del placer. Incumbe también a la per Sona que no alcanza su plenitud con las formas clasicas y tradicionales de la sexualidad burguesa y occidental. 57 LA NaTURALEZA S cout es EL Homane? Habitualmente, la civilizacion se alimenta de! malestar de esos individugs forzados a esta forma de sexualidad, alegre si es ocasional y elegida, desespe. rante cuando es regular y sufrida. El Trabajo, la Familia, fa Patria, la Empresa, la Sociedad, el Colegio se alimentan de esas energias desplazadas, sublimadas: para la civilizacidn, toda sexualidad debe perseguir las formas familiares tra. dicionales 0 compensarse con una mayor’ inversion en el juego y teatro mun- n with clouds (fotografia de Wolfgang, Imans, 1998). danos —el orden, la jerarquia, la productividad, la competitividag, la conciencia profesional, ete, Masturbandose en la plaza publica (depende ahora de vos- otros animar el patio de vuestro instituto...), Didgenes muestra a los poderosos de este mundo (Alejandro, por ejemplo) y a los transeuntes andnimos que su cuerpo, su energia, su sexuali- dad, su placer no son vergonzo- sos, que les pertenece y no tie- nen por qué alienar su libertad en una historia colectiva. El ona- nista es un soltero social que da a la naturaleza un maximo de poder en su vida y concede a la cultura lo estrictamente necesa- rio para una vida sin tropiezo y sin violencia con los otros. a TEXTOS Wilhelm Reich (austriaco, 1897-1957) Frente al triunl del faseismo y ef nazismo en la Europa de los aitos 30, asocia la arvista (elogio de la revolucién social y politica) y el psicoanilisis (exhor- tacién a tener en cuenta la existencia de un inconsciente individual) para liberar alos hombres, las mujeres y los jévenes de la alienacién econémica y sexual La picazon masturbatoria Antes de que el joven haya alcanzado la pubertad, en realidad desde la primera infancia, el impulso sexual se manifiesta ya bajo las més variadas formas. Una de estas formas, que finalmente aparece cada vez en primer plano, y que realiza la transicién hacia la vida sexual madura, es el onanismo (masturbacién, autosatis- faccién). La Iglesia y la ciencia burguesa han presentado el ona- nismo de los nifios y adolescentes como un vicio grave, como un fenémeno peligroso y nocivo para la salud. Solo la sexologia moderna considera el onanismo como una forma transitoria totalmente normal de la sexualidad infantil y adolescente. Es muy frecuente la pregunta sobre qué es lo que impulsa a los jévenes al onanismo. Solamente después de haber superado la concepcisn de que el onanismo es un vicio, se ha podido establecer que es ple expresi6n de la tensi6n sexual corporal y mental en el orga- nismo juvenil; que no se distingue en nada, en principio, de simple picaz6n o de una granulacién de la piel, pues el onani: reposa en la tensién de un 6rgano, tensién que puede ser supri- mida por frotamiento. Ciertamente, el onanismo se distingue bien de la picazén de la piel por una intensida te de la tensién y de la si ja La lucha sexual de los jowenes 1931), traduceidn de Amado Ruiz San Vicente, Roca, Mexico D1, 1974 vout es eL Homoner ds CINICOS (griegos, s. vav a. de C) Filosofos de la Antigiiedad que toman como modelo el perro [eynds] que copula anos, onanistas, devoradores de carne humana, provocadores, ilus. milia, reputacién, honores,..) independenc priblico, Pedén dinero, fi a los falsos valores (pod s (libertad, autonom tran la renune! ycelebran las virtudes auste Fildsofos onanistas y pedémanos El (Diégenes) tena la costumbre de hacerlo todo en puiblico, las obras patrocinadas por Deméter tanto como las de Afrodita, Razo- naba, en efecto, de la siguiente manera: si no hay nada absurdo en desayunar, no esta fuera de lugar hacerlo en puiblico; ahora bien, desayunar no es absurdo, luego no esta fuera de lugar hacer- lo en Ia plaza publica. Incluso masturbéndose en piiblico decia: «(Ahl, si pudiésemos acabar con el hambre con solo frotarnos asi el vientre» [...]. gNo es chocante que los adeptos al cinismo osen tener la sodomia por una cosa indiferente? Y mientras que nos parece absolutamente indecente tener trato con una mujer en piiblico, ellos se aparean a plena luz, sin hacer distinciones, tal y como hemos ofdo decir del fildsofo Crates [...}. Metrocles de Maronea, hermano de Hiparquia, fue al principio alumno de Teofrasto el peripatético. Este lo maltraté hasta tal punto que un dfa Metrocles, tras haberse tirado un pedo en mitad de un ejercicio oratorio, se encerré en su casa de tan avergonz- do que estaba, decidido a dejarse morir de hambre. Sabiendo esto, Crates fue a verlo, como se le habia invitado a hacer, y no sin haber devorado, a propésito, un plato de judfas; en un principio, traté de convencerlo de que no habfa cometido ningtin delito: efectivamente, habria sido sorprendente que los gases no se hubieran escapado como lo quiere la naturaleza. En resumidas cuentas, Crates se puso a tirarse pedos a su vez y reconforts de esa manera a Metrocles ofreciéndole el consuelo de imitar st acto. A partir de ese dia, Metrocles se sumé a la escuela de Cra- tes y se hizo un hombre valioso en filosolfa [...J- Los peces | n gala de tener casi mais inteligencia que los hom bres: cuando sienten la necesidad de eyacular, salen de su retire y van a frotarse contra algo rudo [...]. Esas son las caracteristicas de la filosofia de Didgenes: que piso tea los humos del orgullo, que se br ie de los que ocultan en ka som la satisfaccion de sus necesidades natu expulsién de los exerementos—, pero qui puiblics les —quiero decit, Ide las plazas en mit y las ciudades, cometen actos mas lentamente con trarios a las exigencias de nuestra naturaleza, como robos de dine- ro, calumn »nes injustas y prosecucién de otras prac- ficas igualmente inmundas. Si, en efecto, Didgenes ha dejado par una incongruenc! jas, asigna ai a, si se ha aliviado, si ha hecho, como no se deja de repetir, cualquier otra cosa de la misma clase en la plaza publica, ha sido para humillar el orgullo de aquellos y para ensefiarles que cometen actos mucho mis viles y mucho mas insoportables, al ser las necesidades conformes a la naturaleza de todos nosotros, mientras que los vicios, por decirlo asf, no son conformes con la naturaleza de nadie, sino que son todos ellos el resultado de una perversién. Los einicos griegos, fragmentos y lestimonios. Les Cyniques grecs, {fragments et témoignage, traduceién de L. Paquet, P, U: Ottawa, 1075 (traduccién para este libro de Irache Ganuza Fernande7) Peter Sloterdijk (atemin, nacido en 1947) Lector de los cinicos griegos, de Nietzsche, Virilio (ver las nota partir de los cuales propone un anélisis de la modernidad, especi cidad pensada como una virtud, de la tecnologia invasora, de los sistemas de con- trol sobre los individuos y de las perspectivas abiertas por la ingenieria genética, S—a_aeee——__ ) y Baudrillard, a mente de la velo- Los hombres maniatados La desvergiienza de Didégenes no se comprende a primera vista. Si, por una parte, parece explicarse de una manera filoséfico-na- tural —naturalia non sunt turpia—, entonces su centro de grave- dad queda dentro del ambito politico, teérico-social, La vergiien- za constituye la mas intima atadura social que nos liga, por encima de todas las reglas concretas de la conciencia, a los patro- nes generales de comportamiento, No obstante, el filésofo de la existencia no puede contentarse con los prefijados adiest tos sociales de la vergiienza. El desarrolla el proceso desde el prin- cipio; que el hombre tenga que avergonzarse realmente es una cosa que en absoluto viene dada por los convene} pnalismos socia- les, tanto mas cuanto que la sociedad misma es sospe so de apoyarse en perv hosa inclu- siones ¢ irracionalidades, El quinico deja las andaderas de uso general que nos imponen a través de las pr scripciones de vergtienza profundamente encarnadas Ll quinico es el ef oposicidn al cinieo eontempori yd .OUE £8 Momaner Con su masturbacién publica comete una desvergiienza con ly jestramientos politicos de ly que él se pone en oposicién a los virtud de todos los sistemas. Esta desvergienza fue el alaque 1. la pieza nuclear de cualquier con toda politica fam mo dice vergonze smo. Dado que él, tal y « amente la anta su cancién nupe pM seruales. Dicj esidad 10 para satisfacer de una sus n tica la masturbacion, entendida como progreso culty pri como represe I. Segun el sabio, se debe dejar vivir incluso ala da en que este es condicion del hom hador (tam bre. EI] jocose mast vientres) 4 fre sine crificios vitales. La indepe es par la ¢ es may impor neipacion Critica de ba raze chica, versie expatiods de Miguel Angel Vege 11989, Madeid LA MASTURBACION bETA SORDO Reiser, Les Copines, Albin Michel, 195! “ El texto original dice «Quoi? Distribution de Topinambourds?~ El tipanamburd una planta, pero no puedo mantener este término si quiero conservar el chiste: habit que buscar una palabra que rimase con sordo. a OTRO TEXTO SOBRE LA NATURALEZA i i i Frangois Dagognet tha M . nacido en 1924) lice de formacién, pensa formaticn, del pay 10, de los trasph lor poi vo: de la imagen y el nimera en dle los desechos 0 del objeto en el arte contempor iiveres, de los limites: ica y ef dervebo dh ental posibilidad de rep la ingenier 1a Nacién como hombre de iequierdas, «La naturaleza no es natural» © Trataremos de justifiear nu olvidamos con dem oposicién a la naturaleza jada facilidad que ella misma, en sus manifestaciones mis tipicas —el campo, el bosque, la senda, eteétera— resulta de una conquista del hombre y de una paciente labor, No podlemos escribir mas que una historia del campo. El que contempla su armonfa observa el fin o el aaspeeto externo, despreeiando los medios, la maquinaria sub- yacente, Ha sido necesario, durante generaciones, desbrozar, plantar, talar, po los vegetales y los animales, a su ver, ponen a la vista opciones y operaciones. Ein resumen, la naturaleza no es natural. A esta pretendida realidad en si —nacida del arte [por lo tanto, obra de la humanidad|—, que sobrepa: lo precederfa e incluso lo inspiraria, y que él deberfa, en con- secuencia, preservar y respetur, le reconocemos al menos una cai as clabora: tice que per- ria al homby acteristica importante: ella se ofrece a nuest ciones, Constituye una suerte de material p mite y pide transformaciones; en suma, la naturaleza invita, hoa hi conservacion, sino a la artificialidad. No de sino ser n La, reglada, anda ipulada, mv iemte, La Maitrise das vivant, Hachette, W988: ste libro dle trache € HL dinuinio le bo

También podría gustarte